ESTUDIO BÍBLICO 29-04-22

LECCIÓN: Colosenses 2:5

LECCIÓN:
5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no
obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y
mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe
en Cristo.
TEXTO: 1ª CORINTIOS 14:40
“Pero hágase todo decentemente y con orden.”
DESARROLLO:
Verso 5 “Porque aunque estoy ausente en cuerpo,
no obstante en espíritu estoy con vosotros,
gozándome y mirando vuestro buen orden y la
firmeza de vuestra fe en Cristo.
Punto 1; Con corazón de Pastor.
El Apóstol Pablo se encontraba en prisión domiciliaria
en Roma por primera vez. Tuvo la garantía de poder
recibir a todo aquel que le visitaba y podía compartir
la palabra de Dios. Leamos acá; “Y Pablo permaneció
dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a
todos los que a él venían, predicando el reino de Dios
y enseñando acerca del Señor Jesucristo,
abiertamente y sin impedimento” (Hechos 28:30-31).
El problema se suscitaba con la necesidad de atender
las iglesias que Dios le había entregado para pastorear.
En palabras simples, no podía salir de la reclusión
domiciliaria. La preocupación del apóstol Pablo por
las iglesias era constante. Si alguien caía de la gracia,
cómo podría levantarle con una palabra de aliento sin
tenerlos al alcance. O cómo podría exhortar a los
hermanos a seguir por la buena senda de Cristo. O
cómo prevenirles de no hacer caso del engaño de los
que se presentaban como maestros de Cristo, no
siéndolo, y sanar las heridas del ataque del enemigo
en sus corazones y mentes. Sin embargo, el apóstol
confiaba en que la obra era de Cristo, y que Dios en su
infinita misericordia cuidaría de cada uno de ellos. No
tenía otra opción. Me atrevo a decir que Dios en su
incomprensible sabiduría, permitió que el apóstol
Pablo fuera entregado a prisión, sólo para demostrarle
que aún en ausencia del pastor, Dios cuidaría de su
obra. Porque debemos convenir que es Dios el que da
el crecimiento a su obra, veamos; “Yo planté, Apolos
regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1ª
Corintios 3:6). A pesar de que el apóstol Pablo ya lo
había enseñado a los Corintios, ahora unos años más
tarde, tenía que vivirlo en carne propia y así
comprender, que es Dios el que tiene todo bajo
control. Con las noticias del hermano Epafras, el
apóstol se tranquiliza y confía en la misericordia de su
Padre Celestial, pero a pesar de todo aquello, el
apóstol Pablo dice que aunque no puede estar
físicamente con ellos, está en espíritu con la iglesia.
No debemos malentender ésta frase. No significa que
el apóstol hizo un viaje astral y se desdobló en el
espíritu, saliendo de su cuerpo y llegando a Colosas a
más de 2100 kilómetros. ¡No! Para nada. Lo que este
verso nos enseña es que el sentimiento espiritual y el
deseo de servir a Cristo y serle fiel, es mutuo entre
Pablo y la iglesia. Al decir “En el espíritu estoy con
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ustedes”, además les está diciendo que mediante la
oración y comunión constante con Dios, Pablo ruega
por cada paso que da cada hermano en el evangelio,
pidiendo por su crecimiento y edificación espiritual,
pidiendo por su bendición espiritual y material,
rogando por la fidelidad en cada matrimonio, por la
buena relación entre Padres e hijos, por la armonía
entre hermanos en Cristo y como congregación, y por
tantas otras cosas que competen a una iglesia en
Cristo. El apóstol Pablo no era ajeno a la vida de los
hermanos de Colosas, sino que vivía pendiente de
cada cristiano mediante sus ruegos. Y como sabía que
Dios responde a las peticiones de sus hijos, sabía que
lo que él pidiera Dios lo concedería. Le parecía ver
como Dios obraba en Colosas. En espíritu estaba con
la iglesia, porque sus pensamientos constantemente se
trasladaban a esta amada iglesia, que aunque no había
fundado, se sentía el pastor de ellos y los amaba
profundamente. Y no solo oraba por ellos, sino por las
otras iglesias como lo eran, Éfeso y Filipos, ya que
hoy sabemos que estas 3 cartas las escribió desde
Roma. En su corazón llevaba a estas congregaciones
arraigadas con amor profundo.
Punto 2; El buen orden en el Evangelio.
El orden en las cosas espirituales es de lo que carecen
la mayoría de las iglesias en el mundo. Muchas veces
se malentiende lo referente al orden, pensando que se
contrapone con la “Libertad del Espíritu”. Tal vez
haya oído la expresión “Hay que darle libertad al
Espíritu”, sobre todo cuando se pretende poner una
hora de entrada y de salida al servicio de reunión
general. La verdad es que eso es solo una de las tantas
reglas con que se puede normar una reunión donde
deben existir horarios de salida y de entrada por causa
de las personas que al otro día deben trabajar. Además
se pretende respetar a los vecinos que viven en el
contorno de cada templo. Sin embargo la palabra
“orden” no se refiere a esas reglas básicas de
convivencia. El orden en el evangelio al que se refiere
aquí, es a la forma de vivir el evangelio. Es
encuadrase y obedecer a la Palabra de Dios,
comenzando por la vida personal de cada miembro de
una congregación. Cada miembro debe ordenarse en
la palabra de Dios, primero para agradar al mismo
Dios que servimos. El orden y la obediencia en cada
creyente pasa por cuidarse de tener un buen
testimonio de los de afuera y de los de adentro del
evangelio. Si hablamos del testimonio externo, es
decir, para con los de afuera, el cristiano debe cuidarse
de vivir una vida cristiana transparente. Recuerde que
somos carta leída por todos, lo dice la escritura;
“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros
corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;”
(2ª Corintios 3:2). No puede haber un cristiano bueno
para las fiestas, para los bailes y los vicios. El
desorden habla muy fuerte, y es el motivo principal
del por qué muchos no se entregan a Cristo. Debemos
ordenar nuestra vida, es decir, si antes de conocer a
Cristo éramos descuidados con nuestra forma de vestir
y en nuestra presentación personal, ahora debemos
vestir de “punta en blanco”, o al menos decentemente
y acicalarse en su presentación. Si antes éramos
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groseros en el mundo, ahora en Cristo debemos medir
nuestras palabras, recuerde que de toda palabra ociosa
daremos LECCIÓN: Colosenses
cuenta; “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa
que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el
día del juicio” (Mat 12:36). Si antes nuestra casa era
un chiquero, ahora en el Señor debemos limpiar y
ordenar. El antejardín y la calle de nuestra casa deben
lucir limpia, porque lo que mostramos a los demás es
el reflejo de nuestra vida espiritual. Así como está
nuestra vida espiritual, así se demuestra nuestro
exterior. Además el cristiano debe ser responsable
ante la sociedad y demostrar el cambio echo por
Cristo. En el trabajo material no puede existir un
cristiano sacador de vueltas, irresponsable en el
cumplimiento, o irrespetuoso con sus superiores.
En cuanto al testimonio de los de adentro del
evangelio, cada cristiano debe encuadrarse y obedecer
a la palabra de Dios. El cristiano debe ser responsable
ante la hermandad que observa su comportamiento y
crecimiento espiritual. Debe existir un respeto con los
hermanos y cuidarse del tuteo y la liviandad. Si es
casado o casada, debe evitar todo tipo de relación con
más cercanía con quien no debe. Evitar la coquetería y
el intercambio de miradas. La fidelidad a su esposo o
esposa debe cuidarse con un compromiso férreo a su
cónyuge. Debe ser obediente a sus pastores y las
autoridades de la iglesia. Debe cumplir con los
servicios que Dios le ha honrado y no dejarlos votado.
Debe ser obediente a la palabra de Dios y cumplir con
los deberes de un cristiano, como el deber de
Diezmarle y ofrendarle a Dios. Hermanos, si tratamos
de poner nuestra vida en orden delante de Dios, su
pastor se gozará como lo hizo el apóstol pablo con los
Colosenses y cuanto más nuestro Señor Jesucristo y
nuestro Padre celestial.
Punto 3; Con una fe firme en Cristo
Cristo a través de su palabra nos engendra fe, porque
dice que la fe viene por oír su palabra de Dios, pero
además todos sabemos que la fe que Cristo nos
engendra en nuestros corazones al principio es como
un grano de mostaza, muy pequeñita, pero esta
preciosa semilla va creciendo a medida que pasan los
días en el Señor; El apóstol Pablo daba gracias por
esto; “Debemos siempre dar gracias a Dios por
vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto
vuestra fe va creciendo...” (2ª Tesalonicenses 1:3), y
también dice; “Dijeron los apóstoles al Señor:
Auméntanos la fe.” (Lucas 17:5) Esto que nos parece
tan hermoso en nuestras vidas, y que además es de
mucha bendición para nosotros, es un serio llamado a
la guerra contra las tinieblas, porque ésta fe es motivo
de enojo para el maligno y sus tinieblas y ellos luchan
contra nosotros para quitarnos esta fe. Estamos en
medio de una batalla espiritual. Pablo le dijo a su
discípulo Timoteo lo siguiente; “Pelea la buena
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batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la
cual asimismo fuiste llamado,
2:5 hecho la buena profesión delante de muchos
habiendo
testigos.” (1ª Timoteo 6:12). Como dijimos, en esta
batalla el diablo tratará por todos los medios de
derrotarnos, pero el secreto es cuidar nuestra vida en
oración y clamor incesante a nuestro Dios; “Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que
los mismos padecimientos se van cumpliendo en
vuestros hermanos en todo el mundo.” (1ª Pedro 5:8-
9) Este agente de tinieblas buscará de todos los
medios para destruir y trastornar nuestra fe. Cada uno
de nosotros tiene una debilidad y debemos trabajar en
ello para que el maligno no nos haga caer. Una vez
más el apóstol Pablo le encarga a Timoteo cuidarse de
aquello que le pudiera perjudicar; “Más evita
profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más
y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como
gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se
desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección
ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.” (2ª
Timoteo 2:16-18). Muchas veces satanás logra su
cometido al engañar a los cristianos, logrando así que
se niegue la fe, ya sea renunciando al camino de la
verdad como Demas; “porque Demas me ha
desamparado, amando este mundo, y se ha ido a
Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a
Dalmacia.” (2ª Timoteo 4:10), o como muchos otros
que dejan de escuchar a Dios y se vuelven a los
demonios; “Pero el Espíritu dice claramente que en
los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios; (1ª Timoteo 4:1), y otros niegan la fe con
cosas tan básicas como descuidar su propio hogar;
““porque si alguno no provee para los suyos, y
mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es
peor que un incrédulo”. (1ª Timoteo 5:8). Al decir
descuidar su hogar, también hay que poner cuidado en
aquellos hermanos separados que se desentienden de
la alimentación y cuidado de sus hijos y no dan la
cuota de manutención mensual. Es muy feo
Abandonar a un hijo. Bueno, como sea que seamos
atacados por causa de nuestra fe, estos ataques y
embates del enemigo son aprovechados por Dios, para
transformar cada situación difícil y adversa en una
prueba de nuestra fe; “En lo cual vosotros os
alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengáis que ser afligidos en diversas
pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo,” (1ª Pedro 1:6-7). Si el creyente Abraham
fue probado en su fe con su hijo Isaac, el heredero de
la promesa, nosotros que somos hijos del creyente
Abraham también seremos probados en fe. ¡Que Dios
nos ayude!
Pastor Juan Escobedo Acuña
 Para Dios Honra y Gloria