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Oligarquía y expropiaciones en el gobierno de AMLO

El conflicto con Germán Larrea

Rubén Rivera

El pasado viernes 19 de mayo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decretó la


expropiación temporal de 130 Kilómetros de vías de la empresa Ferrosur, propiedad de
Grupo México, entidad emblema del multimillonario Germán Larrea.

Dicha medida se tomó con el objeto de completar las obras correspondientes al ferrocarril
del Istmo de Tehuantepec que el gobierno pretende terminar para el año próximo

Germán Larrea tiene una fortuna de alrededor de 30 mil millones de dólares, no obstante
el grupo México tiene activos por más de 50 mil millones de dólares, es el hombre fuerte
en el sector minero de México. Tan solo en 2022 facturó 13 800 millones de dólares, es
el primer lugar mundial de producción de cobre y tercero en reservas.

Por su parte Larrea es el mayor concesionario del país; 282 en la minería, 6 en


infraestructura, 41 en vías férreas, las cuales abarcan un extensión de más de 11 mil
kilómetros. Por medio de la Conagua es el principal concesionario de explotación de
acuíferos en Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí y Guerrero

En todos esos sectores es dueño y señor, define quien vive y quien muere y por tanto no
le parece raro chantajear al gobierno ante la emergencia de terminar el proyecto de
ferrocarril del Istmo, exigiendo cerca de 10 mil millones de pesos ( unos 550 millones de
dólares, no olvidar que se trata de solo 130 kilómetros de los 11 mil que posee y que toda
su actividad en ese sector le reportó el año pasado ganancias por 480 millones de
dólares, es decir pretendía hacer el negocio del siglo
(https://www.jornada.com.mx/notas/2023/05/23/economia/mexico-sa-german-larrea-
toxico-y-abusivo-cancelan-concesion-de-117-kilometros-exigia-pago-de-9-mil-500-
millones/

Más sorprendente es la pretensión de Larrea cuando el preció que pagó por los 11 mil
kilómetros de vías férreas fue de 2 800 millones de dólares. Eso comprueba que no se
hizo multimillonario haciendo obras de caridad

Por tanto podríamos decir que en realidad la expropiación, se derivó de el criterio político
del gobierno de AMLO de no permitir que un particular le imponga condiciones al
gobierno y más aún cuando se trata de un oligarca hostil, ya se sabe que Germán Larrea
fue uno de los patrocinadores de las distintas campañas de odio que ha sufrido López
obrador desde 2005 a los fecha.

En general la política de AMLO en el terreno económico no está orientada a enfrentarse al


capital privado, todo lo contrario, casi todas las obras de infraestructura que ha impulsado
van en el sentido de fortalecer el mercado interno y simultáneamente afianzar sus
conexiones con el capital transnacional, vía tratados de libre comercio y zonas
económicas especiales libres de impuestos, especialmente en la frontera norte y en la
región del Istmo.
La actual oligarquía mexicana, es un puñado de familias, que actúan en México en
combinación con capitales trasnacionales de origen principalmente norteamericano y
español, este ultimo particularmente en el sector bancario. Tienen presencia dominante
en el 70% de la economía del país y a lo mucho no pasan de 20 grandes familias con sus
respectivas ramificaciones. Son los Hank, Salinas, Azacarraga, Larrea, Vargas, los
Zambrano, Slim, Balleres, Harp, entre otras.

La mayor parte de ellos fundaron sus fortunas gracias a la sociedad con el gobierno en
turno, especialmente durante de época de Miguel Alemán, el cachorro de la revolución.
No obstante durante el priíato su poder tanto económico como político estaba muy
acotado al arbitraje del Presidente en turno.

El fue el último gran arbitró: Carlos Salinas de Gortari, quien los catapultó a las listas de
las personas más ricas del mundo, de tal modo que Slim pasó de 3 mil millones de
dólares a tener en la actualidad entre 60 y 80 mil millones de dólares, llegando a poseer
por algún tiempo el primer lugar mundial en ese rubro.

A la familia de Germán Larrea tampoco le ha ido mal, durante los gobiernos llamados
“neoliberales” ha aumentado su fortuna 30 veces y ese uno de los principal terrateniente
del país, dado que solo en las concesiones mineras posee cerca de 600 mil hectáreas
( Garza, Marta. La estructurado concesiones del sector minero en México. México 2021)

Desde Ernesto Zedillo hasta Enrique Peña Nieto, la relación que la oligarquía tenia con el
gobernó en turno era más bien la que tiene un patrón con un empleado, si se portaban
bien al final de su sexenio podían ser empleados o consejeros en alguna de sus
empresas, y esto dependía de que tan bien ajustaran las leyes a sus necesidades de
acumulación de capital. La consecuencia fue la miseria, violencia y migración a Estados
Unidos de más de 7 millones de personas durante el periodo de 1990 a 2010
(https://www.bbvaresearch.com/wp-content/uploads/mult/WP_1105_Mexico_tcm346-
246701.pdf). Uno de los éxodos mas grandes de la historia.

La situación llegó a su límite en 2018 con la llegada de AMLO, el cual contaba, como uno
de sus principales atractivos que no provenía del entorno de la oligarquía.

López Obrador, que se formó bajo la tutela del viejo político priista Enrique González
Pedrero, considera que la única manera de salvar al capitalismo de sí mismo es
reduciendo el poder político de la oligarquía, de ahí su idea de separar el poder político
del económico. Su lema “por el bien de todos primero los pobres” implica el mensaje de
evitar que la pobreza se vuelva un problema para el sistema en su conjunto, pero en
ningún sentido pretende permitir que los trabajadores o los campesinos asuman un
mínimo de poder real dentro del Estado, el cual para fortalecer su papel de árbitro
supremo debe estar por encima de los intereses particulares de este u otro oligarca.

Para AMLO las negociaciones con la oligarquía se hace por separado; Carlos Slim,
Azcarraga, el propio Larrea, el grupo ICA, además de los grupos de inversionistas
extranjeros como Black rock, Bancomer, Santander, y más recientemente con Iberdrola.
La negociación con Larrea pasa por su pretensión de hacerse de Banamex, en la cual el
gobierno parece estar interesado por lo tanto, la expropiación temporal de las vías en
cuestión forma parte de ese entramado de negociaciones en las que es posible que se
convienen acciones legales con acuerdos directos.

En lo que se refiere a los trabajadores, es un hecho que no podemos tener ninguna


simpatía con el oligarca que es culpable de la muerte de cientos de mineros, que se ha
negado a destacar a los trabajadores de pasta de Conchos y que ha envenenado las
aguas del rio Sonora, en una palabra que se ha enriquecido a costa se la miseria humana
y ambiental. No solo se le debería expropiar la vía en cuestión sino el conjunto de sus
empresas mineras, ferrocarrileras y demás. Dado que en todos los caos se trata de
sectores estratégicos de la economía nacional.

Al mismo tiempo nos debe quedar claro que el objetivo del gobierno de AMLO no tiene
que ver con la defensa de los intereses de los trabajadores, como en su momento pudiera
pensarse de las acciones de Cárdenas respecto de los propios ferrocarriles o el petróleo,
que se desencadenaron a partir de conflictos laborales. La expropiación en cuestión está
vinculada con la culminación del proyecto de ferrocarril del Istmo, negocio en el cual
Larrea quiere una parte del pastel

Ante estas circunstancias debemos señalar que un autentico gobierno preocupado por
los interés de los trabajadores debería estar encaminado a la expropiación de las
principales palancas de la economía poniéndolas bajo el control democrático de los
propios trabajadores.

Mientras esto no suceda proyectos como el ferrocarril del Itsmo no solo servirán para
enriquecer a oligarcas como Larrea, que ya sea por un lado o por otro a la larga sacara
ventajas.

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