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CUENTA REGRESIVA

Daniel. ¡Desgraciados…!

Padre. (La voz surge de la oscuridad, en la parte de atrás) Te torturas


Sin sentido.

Daniel. ¡Sin sentido! (Ríe con amargura) Es una apreciación idiota...


Idiota. (Se mueve como un animal acorralado).
¡Necesito pensar! Las ideas se confunden en mi cabeza. Ni
siquiera estoy seguro de saber quien soy en realidad.
¡Daniel, es estúpido! ¡Daniel, Daniel, mi nombre es Daniel!
(Como perdido) ¡Coño! Que absurda situación.

Padre. Tranquilízate.

Daniel. (Sonidos agresivos. Intenta tararear la coral de la novena


sinfonía. Desfalleciente.) Las mismas frases que ayer me
hacían vibrar de emoción, ahora no me dicen nada.
Mira...(Ríe con cierta demencia) ¿Viste mis manos? No
puedo reconocerlas. Desapareció la alegría. Me enfrento
como un huerfano a un montón de sonidos extraños.

( Golpes Extraños en la madera, con reproche)


¡Me torturo sin sentido! Oh, no, no ,no. . . ! ¿Estare
volviendome loco?!

Padre. Cálmate.

Daniel. (Ruidos) Ese ruido. . . me destroza la cabeza.

Padre. Estas apunto de perderte en un laberinto demasiado


peligroso. Es un lujo fuera de lugar.

Daniel. Mentira. Nada importa. Estoy harto de esta farsa ridicula.

Padre. Haz un esfuerzo.

Daniel. (Angustiado) Mi mente esta vacia.

Padre. El tiempo, Daniel. Es tremendamente importante.


Daniel. (Cae al suelo como si lo hubieran golpeado) Tengo mucha
sed. (Busca por los rincones) ¿Donde mierda habra una
maldita gota de agua?.

Padre. Concéntrate. Debes recuperar las fuerzas.

Daniel. Un pensamiento coherente. . .

Padre. (Animándole) Por ahi, intentalo.

Daniel. Una idea precisa. . .

Padre. Mejor. Si que puedes.

Daniel. (Cambiando bruscamente) Me duele todo el cuerpo.

Padre. (Incisivo) No te distraigas.

Daniel. Como si me hubiera pasado encima una mole de acero. Por


cada condenado poro de la piel. (Se vuelve como un animal)
¡Espera! ¡Esos sonidos! (Con alegría) No, no los escucho.
(Ríe) Se borraron.

Padre. Un breve parentesis. No te entusiasmes.

Daniel. Que agradable es el silencio. Deberíamos detener este


momento para siempre.

Padre. Deja de fantasear. no tienes ninguna vía de escape.

Daniel. (Sorprendido) ¿Escapar? No entiendo.

Padre. ¿Te lo planteaste? Vamos, Daniel. Nunca fuiste muy


ingenuo.

Daniel. ¡Vaya tarea sucia! (Mira con desprecio) Me espías


amparado en tu mezquina condicion de. . . Tu impunidad
me da asco.

Padre. No digas tonterias.

Daniel. (Irritado) Te sientes seguro. Claro. Con derecho a hurgar


sin autorizacion. ¡Debería darte verguenza!

Padre. Por favor, no te exaltes. Baja el volumen... ¿quieres?


Tengamos un diálogo civilizado.
Daniel. ¡Al diablo con las buenas costumbres! (Ríe) Lo único que
faltaba. (Con voz afectada) Adelante, querido padre.
Permítenos disfrutar de tu magnífica presencia.

Padre. Daniel, es hora de tomar las cosas más en serio.

Daniel. (Sarcástico) No te cuadra esa actitud paternal, viejo.


¿Habré escuchado bien? (Gesto cortante) No, no lo repitas.
¡Seriedad! Eres la persona menos indicada para tocar el
tema. Desperdiciaste la vida construyendo castillos en el
aire, elaborando proyectos ilusorios sin poner los pies sobre
la tierra.

Padre. Ahora puedo permitirme ciertas libertades.

Daniel. (Seco) Antes de seguir adelante vamos a poner las cosas en


claro. No se que mierda haces aquí. Tal vez tu presencia sea
imprescindible para continuar, pero... entiendelo bien, no
puedes traspasar los límites cuando se te antoje.

Padre. (Irónico) ¿Quieres imponer las reglas del juego?

Daniel. No me provoques.

Padre. Te conozco demasiado. . .

Daniel. (Interrumpiendolo) ¡Me bastaría cerrar el puño para


borrarte del mapa!

Padre. (Con sutileza) Intentalo.

Daniel. (Aflojándose) Daría cualquier cosa por saber por que


carajo eres una de mis mayores obsesiones.

Padre. ¿Quieres mi opinión?

Daniel. ¡Ojalá te pudras en el infierno!

Padre. (Tierno) Si pudieras verte. Los años van dejando su marca.


Estás muy cambiado.

Daniel. ¿Y que? ¿No es una ley fundamental de la dialectica?

Padre. Tú eres el especialista en la materia.


Daniel. (La luz se va de golpe) ¡Mierda! Otra vez. (Enciende una
vela. Angustiado) Hay momentos en que deseo
desesperadamente esta interrupción. (A lo lejos se escucha
un reloj) Comienza otro día insoportable. (Se queda perdido
en los recuerdos) La hora de las dudas...

Padre. Dejame ayudarte. Me duele ver como te desmoronas.

Daniel. No necesito tu compasión.

Padre. Es lamentable. Nunca fui un buen padre para ustedes.

Daniel. Un poco tarde para la interrogante.

Padre. El tiempo es una medida que dejó de tener sentido para mí.
(Con cansancio) Al principio te ríes con desden. Cuando
quieres darte cuenta, volteas la cabeza y te encuentras
tratando por todos los medios de recobrar los pocos y
huidizos momentos en que supones, por pura vanidad, que
fuiste felíz. (Sombrío) El tiempo. Puede terminarse hoy o
mañana. Vivimos situaciones terribles.
El futuro inmediato es la cosa más incierta. No hay
ninguna garantía.

Daniel. ¿Desde cuándo te preocupan mis problemas?

Padre. El cinismo no te cuadra.

Daniel. Me sobran años para perfeccionar la tecnica.

Padre. Yo no estaría tan seguro.

Daniel. Eres un ejemplo indeseable.

Padre. ¡Que fácil juzgas! Deberías colocarte en mi lugar.

Daniel. ¿Crees que no lo hice?

Padre. Jamás con honestidad, desprovisto de prejuicios, abierto


para comprender.

Daniel. (Con soma) El alegato no comienza mal.

Padre. Me rompía el lomo para darles de comer. Al menos


reconóceme ese pequeño merito.
Daniel. (Agresivo) ¿Merito? Eso que tú llamas merito era lo menos
importante. ¡Unos niños, niños! Teníamos necesidades más
urgentes.

Padre. (Recibiendo el impacto) Todos cometemos errores.

Daniel. ¡Al carajo con la generalidad! Era nuestra infancia. Te


tratas con excesiva indulgencia. Jamás, óyeme bien, jamás
calificaría de error deficiencias de esa naturaleza. ¡Es que
nunca se te cruzó por la cabeza que este ser que tienes
delante, o cualquiera de mis hermanos, deseábamos
desesperadamente una caricia, un simple y sencillo gesto de
ternura? (Con dolor) ¡No, claro! Tú tenías tus propios
problemas. (El padre lo contempla durante unos segúndos e
inicia un movimiento como para irse de la escena) ¡No te
vayas! Odio esta materialización estúpida, pero ya que estás
aquí, quedate.

Padre. ¿Para que te sirve ese rencor? Un ácido inútil que te devora
por dentro. (Un sonido agresivo va invadiendo poco a poco el
escenario. Entran actores 1 y 2. (paternal) Debes prepararte
para aceptar la verdad. (Ambiguo e inquieto) Entramos en
la cuenta regresiva.

Daniel. (Permanece sumamente tenso hasta la desaparición de la


música) ¡Mi cabeza va a estallar! (Vuelve la luz. El actor 1
apaga la vela y se va. El actor 2 queda arreglando los cables y
la batería).

Padre. ¿Crees que les deseaba la vida de mierda que me tocó en


este cuento absurdo? ¡Nunca!

Daniel. (Sarcástico) Debo estar perdiendo la razón. (Ríe como un


loco) mis recuerdos se independizan y ademas tienen la
capacidad de ofenderse. ¡Es inaudito!

Padre. Deja de hacerte el idiota. (Con rudeza) No venimos al


mundo con un billete premiado bajo el brazo. Se necesita

o más que
algo de suerte, a cada paso te esperan para triturarte. O naces
arriba en cama de oro o abajo y ahí tienes que aprender
rápido. ¡A trompazos limpios! Con coraje. Con fuerza. Tú
lo sabes muy bien. Deja de escupir sobre mis errores.
(Serenándose. Actor 2 sale) Te puede quedar una
oportunidad. Es posible. (Como descubriendo una picardía)
¿Sabes cuántas veces me case? Cuatro, cuatro veces y
nunca conocí el amor ni tuve tiempo de buscarlo. Mi
primera metida de pata fue juntarme con tu madre. Pura
vagina. Eso sí, lo hacia muy bien. Era su único y gran merito.
Por lo demás... Una verdadera mierda.

Daniel. (Visiblemente molesto por el giro de la conversación) No me


interesa hablar de ella.

Padre. Estás equivocando el camino. Su personalidad influye en


tus problemas. Yo no soy el único responsable de tu
infancia es absurdo colocar esos tabiques. No resuelves el
el problema , apenas lo escondes.

Daniel Olvidas un detalle significativo. Ella vive y tu estas muerto


(Un sonido corta el espacio .Ambos se sienten incómodos)
No era mi intención …, quería… ¿Qué diablos me pasa?
No tengo que darte ninguna explicación. (Inquieto) El año
El año pasado vino a visitarme y termine corriéndola de
la casa. ¿Crees que me pesa? En absoluto. De ti al menos
guardo unos recuerdos agradables

Padre. No trates de arreglarla. Es tu madre. (Ríe con ganas) ¡Vieja


del carajo!Tiene el pellejo tan duro de hechar maldades que
va a asistir a tu entierro llorando lágrimas de cocodrilo. (Se
da cuenta de su imprudencia. Hay un momento de tensión.
Debe actuar el monólogo con mucha suficiencia para
Cautivar al público) Me parece verla. Completamente
de negro, tono que siempre le quedó ridículo.
(A medida que avanza disfruta realmente del relato)
Está sentada a la cabecera de tu féretro.
La cara grave. Todo el cuerpo envuelto en un
aristocrático aire de circunstancia. Su mirada se pasea
lentamente a lo largo de la caoba barnizada del ataúd...
como recordando. Una estampa patetica.No abandona su
personaje ni una leve fracción de segundo. (Sonríe) Una
artista, un verdadero genio. (Retoma la narración) La gente
que circula por los pasillos no puede menos que
compadecerla. Recibe los pésames con indiferencia. De vez
en cuando saca del bolsillo de su falda un pañuelo
inmaculadamente blanco. Luego deja escapar un suspiro
lánguido. Las horas pasan lentamente y ella no pierde
jamás la compostura. En algún momento de la madrugada,
cuando se ha ido casi todo el mundo y quedan
practicamente sólo tus amigos los intelectuales y alguno que
otro burócrata de la cultura, por supuesto hablando paja y
echándose cuentos eróticos para pasar el rato, le vienen
unos deseos enormes de ir al baño. Mira a los lados la sala
de la funeraria ella es el centro de la atención.
Decide como de lugar. ¡Como una
madre tan sufrida, que tanto ha hecho por el bienestar de
sus hijos, puede dejarte solo para resolver un pequeño e
inoportuno inconveniente de la naturaleza! su mente
enfermiza trabaja a millón. Ve la anecdota circular de boca
en boca empañando su imagen. ¡Ah, la imagen! Tú madre
vive para cuidar su imagen pública. (Se da una breve pausa
para saborear el efecto del relato) A medida que pasan los
minutos, el malestar en aquella delicada zona aumenta
considerablemente. Ensaya complicados juegos morbosos
para mitigarlo. No sirve. Mueve despacio las piernas.
Tampoco. Necesita apretar los muslos. peor. Nada la calma
el baño está llamándola tentadoramente a escasos siete
metros. Inicia un ''Ave María purísima... ayúdame''. La
respiración se agita, muerde sus labios... no se decide... y
en el momento justo que pierde la concentración...¡Zas!...el
líquido comienza a resbalar despacito... despacito.

Daniel. (Que no quiere saber más) ¡Olvídala! Ahí anda por el mundo
más sola que un perro.

Padre. Tus problemas comenzaron el día en que me la encontre.

Daniel. Pudiste usar un metodo anticonceptivo.

Padre. ¿Y dónde estarías? ¿Eh? Disuelto en una cloaca. (Divertido)


Una perspectiva sumamente interezante. Desarrollándote
como un simple y vulgar renacuajo. Ay, Daniel, Daniel con
toda tu formación dialectica y te niegas a afrontar le
realidad.

Daniel. ¡Maldita civilización!

Padre. Tan occidental y más cristiana. (Comienza a comportarse


como un pregonero de feria, con mucha energía, casi
dirigiendose al público y más francamente a los actores 1 y 2.
Estos desvisten a Daniel sádicamente, pero como si estuvieran
jugando. Tiene que dar la sensación de que lo
torturan pero evitando caer en el realismo simple) ¡Vengan
señores, hagan juego! ¡Violenten su naturaleza, ahogen su
felicidad con nuestros productos, cágense en la inteligencia!
¡Calma, hay para todos! ¡No se empujen! primero nuestros
códigos. ¡Aquí están! en ellos encontrarán la verdad
absoluta y al que no le guste y se resista... ¡Palo... para que
no intente vender mierda! (Al final del monólogo, Daniel
queda exausto en el suelo . El actor 2 canta con ironía
''Mambru se fue a la guerra, que dolor, que dolor que pena
'' Actores 1 y 2 se van riendo) Saben muy bien cómo colocar su
mercadería.
(Antes de salir deben cubrir a Daniel completamente con una
sábana).

(Actor 2 entra a arreglar la habitación y observa a Daniel. El juego de rela


ciones en el escenario debe ser el siguiente y es válido para toda propuesta
en escena: Daniel ve a su padre, a su hermano Iván y a Ana. No ve a los
actores 1 y 2, únicamente los presiente. El padre, Iván y Ana ven a los
actores 1 y 2 pero éstos no los ven a ellos. Los actores 1 y 2 ven constantementea Daniel).

Daniel. A veces pienso que falleciste justo a tiempo.

Padre. Si quieres te cambio de lugar. Te mueres y todo se acaba


para siempre. El único consuelo que te queda es vivir
de prestado en el recuerdo de los demás.

(Actor 2 se acerca a Daniel y le pasa le mano frente a los ojos como


preguntándole ¿Con quién está hablando?, ¿Está loco?. Sale de escena riéndose.Una
música agresiva pauta el movimiento).

Daniel. ¿Qué fue lo que pasó? En menos de un instante el país se fue


a pique, la mierda nos cubrió hasta las orejas.

Padre. Se veía venir. . . se veía venir. . .

Daniel. Qué pensarán ahora los que se llenaban la boca con la


“Gran Bonanza’’.

Padre. No todos se tragaron el cuento.

Daniel. ¿No? Eras un soñador. Nos diseñaron ante los ojos una
Hermosa película.Una sociedad pulcra e inmaculada.
¿Quiénes se dieron cuenta de la mentira, padre? Unos
pocos inteligentes a quienes apenas le paraban bola.
(Descontrolado) ¡Claro que se lo creyeron! Hasta que nos
pasó la aplanadora por encima.

Padre. (Con pasión) ¡No más necio! ¿Y las luchas obreras? ¿Eh?
¿Y ese enorme esfuerzo por organizarse? ¿Y la huelga
general respetando al paro?

(Los actores 1 y 2 entran durante el último parlamento de Daniel se quedan


en el fondo jugando a los dados. Actor 2 canta el tango “volver” en clara
alusión a Daniel. Actor 1 le corrige e imita a Gardel. Actor 2 mima un bandoncón y
silva despacio. Este juego debe sugerir la tortura. Evitar hasta la escena final de la obra
todo el realismo. Daniel queda destrozado en el suelo. Los actores 1 y 2 se van cantando
a duo).

Daniel. ¡No puedo más! ¡No puedo más!

Padre. Tranquilízate.

Daniel. No puedo seguir resistiendo.

Padre. Los plazos se acortan.

Daniel. Necesito tiempo. Aún no estoy preparado.

Padre. Si dependiera de mí.

Daniel. Tengo que dormír.

Padre. (Alarmado) Imposible. Vamos, levántate. (Esta escena debe


tener una fuerza. Lo ayuda a levantarse pero debe costarle
mucho.El cuerpo de Daniel está como muerto.) Así está mejor.
Ahora camina. Vamos, izquierda. ¿Qué esperas? Izquierda...
bien. Derecha... sí que puedes. . . así. . . así. . . ¡Pónle
corazón! No tienes derecho a aflojar. (Daniel camina con el
cuerpo sumemente tenso, como un autómata. Intenta tararear
la coral, las notas apenas salen. El padre toma con energía
frases de Beethoven para darle ánimo.)

Daniel. Necesito dormír.

Padre. Todavía nos falta mucho.

Daniel. Déjame.

Padre. Ni lo pienses.

Daniel. Es un esfuerzo inútil.

Padre. ¡Jamás! Nadie dijo que fuera sencillo. Saca fuerza de donde
Sea, pero aguanta. (Daniel intenta nuevamente cantar la
Coral . El padre le pone la camisa)

Daniel. (Rompiendo la situación) Se acabó.

Padre. Vamos a probar otra vez.

Daniel. No puedo concentrarme.

Padre. Tienes que mirar la verdad de frente.

Daniel. ¿Cuál verdad? ¿Qué versión de la verdad?

Padre. Tenemos que llegar a una. Se acaba el tiempo de jugar a


Las escondidas.

Daniel. No te entiendo.

Padre. Daniel.

Daniel. Prefiero tu silencio.

Padre. Las trampas no funcionan.

Daniel. ¿Es preciso?

Padre. Inevitablemente.(Le indica una silla al costado) Relájate.


Asi está mejor. (Entran actores 1 y 2)

Daniel. (Desesperado) ¡Tengo que encontrar la forma! (Durante toda


la obra Daniel hace unos extraños movimientos con el cuerpo
cortantes, epilépticos, que pautan las secciones de tortura.
Recordar que el drama transcurre en un momento muy
preciso).

Padre. La verdad puede ser dolorosa.

Daniel. Me ocultas algo. Tú conoces. . . el final. ¡Tengo miedo!

Padre. Estamos del mismo lado de la barricada.

Daniel. ¡Soy un hombre! ¡Exijo que se respete mi dignidad! (Actores


1 y 2 se burlan)

Padre. (Se pasea nuevamente por la habitación) Un vano intento de


Permanecer en el pasado.
Daniel. ¿Qué?

Padre. La comodidad del útero materno.

Daniel. No. . . tiene. . .

Padre. Despierta de una buena vez.

Daniel. ¡No te metas! ¡Es un asunto estrictamente personal!

Padre. Te equivocas. Es de los dos. Por eso estoy aquí. ¿Hasta


cuándo vas a seguir tratando de expiar una culpa que
sólo existe por pura irracionalidad de tu parte?

Daniel. (Ahogándose) ¡No quiero escuchar!

Padre. Se largaron por centenares atrás de un sueño maravilloso.


Querían abrazar el universo con las manos. Daba envidia
verlos. Entregándolo todo sin reservas. Hasta la
propia vida. Iván. . . ¡Tú!

Daniel. ¡Iván!

Padre. Perdidos en una multitud anónima, cerrando filas


con pasión, con coraje. ¡Mis hijos! Todos eran mis
hijos. Pero. . . ¡fíjate!... siempre hay un pero. Tú apostaste
a ganador. Entre manifestaciones, gases, balas, torturas,
fuiste perdiendo objetividad. Te formaste una
imagen idealizada de tu persona y de la revolución.
Creíste que era una calle recta. Sin ningún desvío. La
meta estaba ahí, al alcance de la mano y ustedes eran
la generación que iba a conquistarla. (Pausa) La debacie
te agarró desprevenido. Ni por casualidad había asomado
esa posibilidaden tu cabeza. (A partír deeste momento
daniel responde con frases sueltas deun interrogatorio
violento: “No sé nada”, “Mentira”. “Ni una palabra”,
“Hijos de puta”) Al poner el pie en la escalinata del barco
la idea comenzó a aguijonearte. Huías.Sin eufemismos,
sin metáforas, sin sutilezas. ¡Huías. Te sentiste
actuando como un cobarde. Traicionabas una causa justa,
dejando abandonados a tus compañeros. ¡Pero qué idea
tan absurda hijo, completamente absurda! Y
entonces comenzó el desprecio, ese insoportable
desprecio que no te deja vivir en paz. (Daniel
queda destrozado en el suelo) Pero. . . ¿Quién te creías?
¿Dios?

Padre. Es un comienzo Daniel. Un comienzo (Lo levanta con


mucha dificultad. Daniel va a la silla y el padre se
acuesta en la cama)

Iván. (Entrando) ¿Cómo sigue?

Daniel. Igual. El especialista lo vió hace media hora. No tiene


Muchas esperanzas.

Iván. ¿Comiste algo?

Daniel. No tengo hambre.

te creíque eras? ¿Dios?Daniel. ¡No puedo más! ¡Te ruego que me


ayudes!Padre. EsuncomieIván. ElespeciaIván. ¿

Iván. Dale, come. Te hará bien. Tienes una cara que asusta.

Daniel. ¿Qué día es hoy?

Iván. ¿Qué?

Daniel. ¿Qué día es hoy?

Iván. 26 de julio.

Daniel. En este sitio el tiempo vuela. Está acabando. Iván. El viejo


Se cansó de vivir.

Iván. No seas pesimista. Todavía puede reaccionar.

Daniel. ¡Qué va! Papá no responde al tratamiento. Los he visto ahí


Dentro. Hacen todos los esfuerzos posibles. No se dan
cuenta. Se está dejando morir. Conozco muy bien al viejo.
Bajó completamente la guardia. (Pausa) No me atrevo a
mirarle a los ojos. Tengo la horrible sensación que quiere
decirme algo...

Iván. Levanta el ánimo. Es un tipo fuerte. En cualquier momento


Nos da una sorpresa y aquí no ha pasado nada.

Daniel. Se muere. . .
Iván. Cálmate.

Daniel. ¡Todo lo hago mal!

Iván. No seas tonto.

Daniel. Le fallé miserablemente. . .

Iván. No insistas en eso.

Daniel. ¿No te das cuenta que soy una porquería?

Iván. No comprendo esa manía por sentirte culpable. Es una


obsesión absurda.¡Te vandeas de un extremo al otro!
Temes admitirlo. Se muere. Se terminó su tiempo.

Una desición en la que no participaste. El cáncer no perdona.


Mírame ¿Crees que no me duele verlo postrado en esa
cama? Daría mi mano derecha por contemplarlo de pie
sin todos esos tubos entrando y saliendo por cada orificio
de su cuerpo. (Pausa) ¡Daniel, Daniel, despierta!
Eres igualito al viejo. Sólo que él se formó a las patadas.
(Con cariño) Vamos, no seas terco ve a comer algo.

Daniel. (Rompe con la situación) ¿Cómo está la calle?

Iván. Mal. Hay un clima de mierda. El único tema es el paro.


Me temo que debemos esperar lo peor.

Daniel. ¿Qué dice el partido?

Iván. Movilizó toda la gente. Algunos dirigentes pasaron a la


clandestinidad. (Se escucha un bando militar, marchas)
¡Lo hicieron, hijos de puta! ¡Milicos de mierda, se
sacaron la careta! (Entrando) Las calles, Daniel. Ejército
por todos lados. Llegó la hora hermano. Tienen las armas,
nosotros la razón.Hoy estamos vivos. . . Nada volverá a
ser igual. Será un camino duro. Vamos Daniel, nos
están esperando.

Daniel. (Un poco aturdido) Papá agoniza.

Iván. El país también. Aquí nada podemos hacer. El viejo sería


El primero en entenderlo. (Se inclina junto a la cama y
le tomalas manos al padre) El hombre debe luchar siempre
por la libertad y la dignidad. Son tus palabras viejo. No te
vamos a defraudar. (Le da un beso en la frente, mira a
Daniel atropelladamente de la habitación)

Daniel. Tú te mueres. . . el país se muere. . . A veces me provoca


Darle un abrazo, un beso. . . no sé. . . es todo tan confuso.
Nunca supe encontrar el camino. Te necesito viejo. Necesito
volver a escuchar tu voz. . .

Iván. (Desde fuera y lejos) ¡Compañeros!

Daniel. Me están esperando. Pronto va a ser diferente.


¡Seguro! Papá lo se. Esta vez te vas para siempre.
¿Por qué me cuesta tanto decirte que te quiero? Te quiero
viejo, te quiero con toda mi alma. ¡No te mueras! ¡Por
favorno te mueras! Cuando pase esta locura... están mis
conciertos. . . y . . . Ahora no. Nos quedaron tantas cosas
por hacer juntos. ¡Papá! ¡No te mueras, por favor... papá!
(Se va derrumbando casi al borde del llanto luego lentanente
comienza a reír nervioso) Y te moriste no más.

Padre. ¿Qué otra cosa podía hacer? (Sale actor 2)

Daniel. Elegir un momento más propicio.

Padre. No seas cretino.

Daniel. Tú y tus retiradas teatrales. Habrías realizado una


Excelente carrera sobre el escenario.

Padre. No me obligues a ser duro.

Daniel. (Duro) Se acabaron las condiciones. Haz lo que quieras...


Total.

Padre. Yo podía mantenerlos rompiéndome el culo, pero todos


ustedes juntos...

Daniel. (Cortándolo) Ninguno tenía donde caerse muerto.

Padre. Tu capacidad da para encontrar una justificación más


conveniente.

Daniel. Es la pura verdad.

Padre. Adoptaron la posición más cómoda y egoísta.


¿Puedes imaginarte mi soledad tirado día tras día en un
hotelucho de rufianes y prostitutas? ¿Eh? Si, ya sé lo que me
vas a decir. Me visitaban cuando podían. Ni tú mismo te lo
crees. Después le tocó el turno al asilo para ancianos.
Dantesco lugar. Todos sus inquilinos éramos unos desechos
humanos, esperando el final. Mi muerte se había decretado
mucho antes del 26 de junio.

Daniel. Tú tergiversas la situación.

Padre. (Irónico) No me hagas reír.

Daniel. ¿En qué condición vivía Iván con su familia? Le pagaban


una miseria pero jamás dejó de ayudarte.

Padre. Y tú vivías en una casa con veinte familias, un solo baño,


centenares de cucarachas, alguna que otra rata, comías
salteado y te dabas el lujo de estudiar música. No gastes
más saliva. Conozco la historia de memoria.

Daniel. (Con mucha rabia) ¡No tienes derecho!

Padre. ¡Me cago en los derechos! ¿Qué maldito aliciente tenía


para seguir viviendo? (Vacila) Quise decírtelo en el hospital.
me aferraba con desesperación a cualquier esperanza.
(Permanecen enfrentados unos segundos) El shock
postoperario fue la excusa lógica. (Pausa) No aguantaba
más.Así de sencillo.Debes admitir la cuota de
responsabilidad que te corresponde.

Daniel. Nos estaban dando con todo. No había tiempo ni de


respirar.

Padre. Olvidémoslo. Tenemos que buscar por otro lado. . . Esa


parte de la historia no es fundamental. (Pausa) Te viste
obligado a tomar la decisión de salir del país. Podías morir
o en el mejor de los casos podrirte por años en una celda.
El miedo no era una vaga sensación que aparecía de vez en
cuando sino una presencia concreta que te desgarraba los
los intestinos. Entiéndelo, el miedo era natural. No tenerlo
en esas circunstancias demostraría pura inconciencia de tu
parte. ¿Acaso crees que los demás no sentían lo mismo que
tú? (Se detiene en la idea) ¿Por qué no me suicidé aquella
tarde, en la plaza de bolívar. Había pasado horas afilando
el cuchillo. Bastaba un simple tajo en la muñeca. ¿Te
acuerdas? (Vehemente) ¡Por miedo, puro miedo! Un miedo
con una m mayúscula (Hace el gesto) Así de grande.
Daniel. (Agresivo) ¿Esperabas conmoverme con ese relato?

Padre. No seas idiota. No escuchas a nadie encerrado en ese


mundo (Busca la palabra) enfermizo. Y todavía tienes el
descaro de reproducir mis errores. Mira a tu alrededor
Hasta Gabriela te abandona llavándose a los niños. No
Irás a dudar de su cariño y menos de su fidelidad
(Enérgico) Grábatelo en ese cerebro de mosquito. Se fue
porque estaba harta de soportarte y la verdad, es
totalmente comprensible. Hay que tener riñones para
permanecer a tu lado.

Daniel. Déjala fuera de esta mierda.

Padre. Nunca. Estás a punto de perder una compañera


Excelente. Espero que reacciones a tiempo.

Daniel. (Evitando una respuesta concreta) Necesitaba tomarse unas


Vacaciones.

Padre. (Incisivo) ¿Miraste bien en el closet la ropa que falta?

Daniel. Es mayor de edad, sabe lo que hace.

Padre. Qué vaina contigo; la pobre aguantó hasta los límites de


Su resistencia. Trataste de convertirla en otra mujer.
Gabriela es como un ángel; Ana también lo fue, pero
Murió, lamataron... Es parte del pasado.

Daniel. (Visiblemente alterado) No necesitabas recordármelo.

Padre. ¿Y cómo diablos vamos a llegar al fondo del asunto?


Tenemos que escabar en tu inconciente. Ahí están las
Las imágenes que no te dejan dormír en paz.

Daniel. Mientras viva, ustedes me pertenecen.

Padre. ¿De qué te sirve? Somos parte de una herida gigante que no
deja espacio para la superación.

Daniel. No es verdad.

Padre. Te mueves como un perro encadenado. Gíras en un círculo


que se sierra inevitablemente sobre los mismos puntos.
Daniel. Basta. No quiero oírte, me fastidia tu letanía, es monótona
Ni siquiera tiene originalidad.

Padre. (Duro) Te molesta que meta el dedo en la llaga.

Daniel. Podrías dejarme tranquilo.

Ana. (Con mucha tranquilidad entra y, juega con el objeto)


Tu padre tiene la razón.

Daniel. Tú también.

Ana. ¿Qué importancia tiene? Sufres, me necesitas.

Daniel. Todo se confunde en mi cabeza.

Ana. (Con intensa ternura) Mi pequeño músico.

Daniel. Te amaba.

Ana. Lo sé. Fui intensamente felíz a tu lado.

Daniel. ¿Por qué no me hiciste caso?...Era mi responsabilidad.

Ana. Te equivocas Daniel. Debíamos compartír todas las tareas


No éramos unos niños; sabíamos las consecuencias de
nuestros actos.(La luz cambia para operar la transición en
el tiempo. Sumamente agitada) Estás loco no puedes salír
la calle,

Daniel. (Febril) tengo que ir.

Ana. No lo hagas

Daniel. (Casi sin voz) Sueltame

Ana. Es un momento como cualquier otro, no tienes por qué


preocuparte.

Daniel. Esto…

Ana. Tranquilízate no ganas nada con desesperarte.

Daniel. No se, tengo un mal presentimiento. Debían haberse


puesto en contacto la semana pasada.
Ana. Toma el medicamento que trajo Iván, hay que bajar la
fiebre tienes casi cuarenta. En unas horas te sentirás
mejor.

Daniel. Prométeme que te vas a cuidar.

Ana. Claro tonto ¿Qué harías sin mi?

Daniel. Puede ser una celada.

Ana. Estaré de regreso antes que despiertes.

Daniel. Recuerda las contraseñas, observa la ventana. Si no estás


absolutamente segura te devuelves sin entrar.

Ana. Te lo prometo, no voy a cometer ninguna imprudencia.

Daniel. Dame la mano, ¡Es tan suave! Podría descansar una


Eternidad arrullado en ella.

Ana. Daniel

Daniel. Te amo…

Ana. Descansa.

Daniel. Cuidate

Ana. Tengo que irme

Daniel. (En pleno delirio) ¡No! ¡No! Natalia, esa esa pedilla...
Cuando termine pintaré de blanco las paredes de la
ciudad. Ana, mi amor ¿Ana? ¿Dónde estás?
¿Por qué no volviste?

Ana. Era mi destino.

Daniel. Fue mi culpa.

Ana. Y si hubiera sido a la inversa... ¿Sería mi culpa?

Daniel. No

Ana. Entiéndelo, estabas postrado en una cama.

Daniel. Caían cientos de compañeros.


Ana. No era un juego Daniel, debía cumplir con mi deber.

Daniel. Demasiada sangre joven.

Ana. ¿Cuántas noches pasamos en vela por los inevitables


imprevistos?. Tú arriesgabas la vida sin titubear, fíjate
que ironía. Pensaban terminar con nosotros en unos
meses. Ni el terror ni la represión les sirvió de nada,
nuestras muertes no fueron en vano... Era el precio por
recuperar la libertad.

Daniel. Te necesitaba a mi lado, necesitaba a Natalia.

Ana. (Con dolor) Daniel... Natalia no tuvo la oportunidad.

Daniel. (En total delirio) ¡Natalia papá te protege! No tengas


Miedo, ven , vamos a perseguir las nubes, a correr
primaveras. Ven déjame abrazarte fuerte contra mi
pecho.

Padre. (Con ternura y urgencia) Daniel escúchame, no queda


mucho tiempo.

Daniel. (Aún con Natalia) Siempre te soñé redondita y tibia como


un oso de peluche.

Padre. Daniel, tenemos que llegar al fondo del asunto.

Daniel. (Ido) ¿Qué?

Padre. Falta el último encuentro.

Daniel. (Incorporándose) Hermano, tu cadáver me lo entregaron


completamente destrozado.

(La luz ilumina únicamente a Iván, avanza durante el relato hacia Daniel.
No deben mirarse)

Iván. En este lugar el frío llega a los huesos. Se les pasó la mano
En una sesión “especial”, los límites ¿Quién apagó la luz?
Las formas se van borrando, mis pulmones se vacían
demasiado a prisa. Morí sin conocer los límites, el dolor
físico es terrible, saben manejar muy bien la técnica los
hijos de puta. Sentía pánico antes de cada interrogatorio,
que angustia, el temor a un momento de debilidad. Daniel,
la soledad en una prisión es... Hay que sacar fuerzas de
donde sea, todo vale; un recuerdo, una imagen, el cariño
de los seres queridos, los compañeros(La prima...vera)
(El padre comienza a silbar despacito la internacional)
Te permite soportar, lograr breves victorias. Nadie nace
héroe, te forman esas inesperadas circunstancias. Vencer
el temor, el miedo y vencerlos a ellos con tu silencio.
Ahora estoy más tranquilo; sé el final que me espera, Se
jodieron, no me sacaron ni una sola frase compromete
dora. Pero tengo miedo, mucho miedo...El aire, casi no
hay aire. ¡Que hermosa es la vida!, acércate más, necesito
que me ayudes a morir en paz.

Daniel. Iván.

Iván. Que oscuridad, unos segundos más y todo habrá termina


do. Hermano mi querido hermano, viví con dignidad. Si
tuviera otra oprtunidad me entregaría con la misma
pasión.

Daniel. Iván...

Iván. No tienen ninguna posibilidad de triunfar.

Daniel. Iván... Iván...

Padre. (Sumamente tierno) ¿Has comprendido?

Daniel. (Se vuelve hacia Iván, se miran cara a cara. Daniel sonríe
por primera vez en la obra) Creo que si.

Padre. Llegó la hora ¿Estás preparado? (Se escuchan unas frases


de la coral. Daniel tararea con confianza, mira a Ana, va
hacia el padre y se abrazan)
(La siguiente escena puede plantearse en dos planos. Los policías (Actores 1
y 2) en una línea realista y, los muertos en una acción numérica; Daniel,
Ana e Iván cambian las posiciones para sugerir los miles de muertos en la
tortura).

Uno. Despiértese cagón. Esto no es un hotel para andar


durmiendo a esta hora (Le coloca un revólver en la cabeza y
simula un fusilamiento, ambos se ríen) No te hagas el sordo,
mira que te meto el cañón en el… .

Dos. (Leyendo un diario) Déjalo. Dentro de un rato mi mayor lo


hace bailar en la plancha.
Uno. ¡Basta de jodas marica!, se me acaba la paciencia (Golpes,
cambio de Daniel por Ana) Anoche tuve que quedarme de
guardia por culpa de este de este cabrón.

Dos. Tu buena plata te ganaste haciendo horas extras,

Uno. (Imfame) ¿Viste la mamasita que trajeron? Un caramelito,


para chuparse los dedos (Ríe) La cogimos todos de entrada
le quedó el 4 letras como una colifror.

Dos. El trabajo tiene sus ventajas; te ahorras la plata que te


Gastabas con las putas del puerto.

Uno. (Avanza hacia 2 claramente disgustado por la apreciacion.


Es importante que se vea cierto enfrentamiento) ¿Ah? (Se
vuelve a Ana) Levántate se terminó el recreo (Le pega una
patada.Cambio de Iván por Ana).

Telon

No hay final… nada es cierto…


Todo es efímero.

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