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TRATADO DE ZARAGOZA

SELECCIÓN DE TEXTOS
(22 DE ABRIL DE 1529)
EL TEXTO:
“Cláusula 1: “Primeramente dixeron los dichos Gran Chanciler
y Obispo de Osma y Comendador Maior de Calatrava, procuradores del
dicho Señor Emperador e Reis de Castilla, que ellos, em su nombre, por
vertud de la dicha precuración, vendían, como luego de fecho vendieron,
deste día para siempre jamás, al dicho Señor rrey de Portugal, para él y
todos sus subcesores de la Corona de sus rreinos, todo el derecho, actión,
dominio, propiedad y posesión o quasi posesión, y todo el derecho de
nauegar y contratar y comerciar por qualquier modo que sea, que el dicho
Senor Emperador e rrey de Castilla dize que tiene y podría tener, por
qualquier via, modo o manera que sea, em el dicho Maluquo, yslas y
luguares, tierras y mares, segundo abaxo será declarado.
E esto, con las declaraciones y limitaciones y comdiciones y cláusulas abaxo
contenidas y declaradas por precio de trezientos e cinquoenta mil ducados
de oro, paguados em monedas corrientes en la tierra, de oro o de plata, que
valguam em Castilla trezientos y setenta y cinco marauedís cada ducado
“La qual dicha venta el dicho Señor Emperador y rrey de
Castilla haze al dicho senor rrey de Portugal com condicióm que, em
qualquiera tiempo que el dicho Señor Emperador y rrey de Castilla o sus
sobcesores quisieren tornar, y con efecto tornaren todos los dichos trezientos
e cinquoenta mil ducados, y sin dellos faltar cosa alguna, al dicho señor Rey
de Portugal o a sus sobcesores, que la dicha venta quede desfecha, y cada
vno de los dichos Señores Emperador y rreies quede con el derecho e actión
que agora tienen y pretiendem tener asy en el derecho
de la posesióm o casy posesióm, como en la propiedad, por qualquier via,
modo y manera que pertenescerles pueda, como si este contrato non fuera
fecho, y de la manera que primero lo tenían y pretendían tener, sin que este
contrato les haga ni cause periuizo ni ynouación alguna.”

Cláusula 2: Item es comcordado e asentado entre los dichos


procuradores, em nombre de los dichos Señores sus Constituientes, que para
se saber las yslas, tierras y mares y derecho y actión dellos, que por este
contrato el dicho Señor Emperador e rrey de Castilla asy vende, con la

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comdición que dicha es, al dicho Señor Rey de Portugal, desde agora pera
todo siempre, han hechada una línia de polo a polo, conuiene a saber, del
norte al sul, por huum semicírculo que diste de Maluquo al Nordeste,
tomando la quarta del Este, diez y nueue grados, a que conrrespondem
diez y sete grados escasos en la equinocial, em que montam dozientas y
nouienta y sete legoas y media más a Oriente de las islas de Maluquo...”

DESCRIPCIÓN DEL DOCUMENTO:


Se trata de una selección de las primeras dos cláusulas del
Tratado de Zaragoza, una verdadera compraventa internacional de territorios,
acordada entre Carlos I de España (1500-1516-1558) y Juan III de Portugal
(1502-1521-1557) primos hermanos y mutuamente cuñados.
El tratado fue firmado por representantes de los monarcas en la
Ciudad de Zaragoza, capital del reino de Aragón, estando Carlos V dispuesto a
embarcar fuera de España rumbo a sus dominios del norte de Europa, quien
demoró su partida a fin de comprobar que se había pagado la suma acordada.
Los dos artículos reproducidos contienen la parte esencial del
acuerdo. En virtud de ellos el emperador declara su voluntad de vender las
Islas del Maluquo (Maluku en indonesio, Molucas para nosotros) a cambio de
la suma de 350.000 escudos de oro, de 375 maravedís cada uno. Se trata de
una suma enorme, que sin embargo, Portugal estaba en condición y dispuesto
a pagar para asegurarse el dominio exclusivo de las islas que producían las
especias. Igualmente se estipulaba un pacto de retroventa, de carácter
perpetuo, por el cual el emperador Carlos o sus sucesores podían dejar sin
efecto la venta devolviendo la suma recibida por precio al rey de Portugal.
En la cláusula segunda se establece una línea demarcatoria,
situada a 297,5 leguas al oeste de las islas Molucas. Las islas y tierras situadas
al este serían de dominio español y las situadas al oeste de Portugal.
La cláusula tercera confería al rey luso la facultad de exigir
cuando quisiese la verificación de su derecho de propiedad sobre las Molucas,
siguiendo la demarcación del Tratado de Tordesillas de 1494, para lo cual
deberían nombrarse 3 expertos en astrología (astronomía) y 3 pilotos por cada
parte dentro del plazo de 4 meses contados desde que el rey de Portugal lo
requiriese al emperador.
La cláusula cuarta establecía un complejo mecanismo de
verificación del origen y procedencia de las especias que llegaran a puertos
españoles y lusos, con el privilegio de no ser retenidas en depósito las
consignadas al rey de Portugal.
La quinta disposición disponía la prohibición de que los marinos
y naves españolas navegaran o comerciaran en los territorios portugueses.

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La sexta cláusula preceptuaba el compromiso del emperador de
no mandar expediciones a los territorios portugueses. De violarse esta
prohibición el emperador perdería sus derechos a pedir la retroventa.
La séptima cláusula disponía dispensar el trato de corsarios y
quebrantadores de la paz a los marinos españoles que fueran encontrados y
detenidos en aguas de los territorios portugueses.
La cláusula octava, ordenaba que el rey de Portugal no fortificara
las islas situadas a menos de 20 leguas de la línea demarcatoria acordada.
La cláusula novena disponía que las armadas enviadas por el
emperador a las Molucas fueran bien tratadas por los portugueses.
La cláusula décima indicaba que el emperador debería dar
instrucciones a sus marinos, que se encontraran en las islas, de que retornaran
a España y no compraran más especias.
El capítulo undécimo disponía que lo acordado debería valer
como si hubiese sido aprobado por las Cortes de Castilla. Esta disposición se
justificaba pues en las Cortes de Valladolid de 1523 y en las de Toledo de
1525 don Carlos se había comprometido a no enajenar las Molucas sin
autorización de las mismas Cortes. Sin embargo, ante este impedimento, el
emperador convocó a una junta de 10 ministros que dictaminó que el
emperador podía firmar el tratado. Esta sentencia fue oficialmente aprobada
por el emperador y derogó cualquier tipo de norma en contra (los
ordenamientos de cortes que lo impedían, por cierto).
En la cláusula duodécima el rey de Portugal se comprometía a
hacer justicia en los pleitos que portugueses y castellanos tenían por las
haciendas que habían adquirido en las Molucas.
La cláusula décimotercera confirmaba la vigencia del Tratado de
Tordesillas excepto por lo dispuesto en el mismo Tratado de Zaragoza.
La cláusula décimocuarta disponía que si se precisara que el valor
de venta fuera el doble de lo pagado, el emperador hacía donación al rey de
Portugal de lo que excediera del precio pagado.
La parte que fuera en contra de lo acordado, sería despojada de
todos sus derechos sobre las islas de la especiería, cláusula décimoquinta.
Finalmente, la cláusula décimosexta contenía el juramento de
ambas partes a renunciar a recurrir a un juez ajeno o a la Santa Sede para dejar
sin efecto lo acordado.

CONTEXTO HISTÓRICO:
Tras la demarcación realizada en 1494 por el Tratado de
Tordesillas, se pensó que el tema de los Justos Títulos territoriales había
quedado sanjado. Sin embargo no era así. Ambas potencias, España y Portugal

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seguían empeñadas en llegar a las Islas de las especias y por lo tanto, no pasó
mucho tiempo antes de que se produjese el conflicto.
Cuatro años después de Tordesillas, Vasco de Gama (1460-1524),
el gran marino portugúes logró hacer realidad el sueño de los lusos desde los
tiempos de Enrique el Navegante, la llegada a la India.
Los portugueses lograban con este viaje, reabrir la ruta de
comercio de las especias, pues, aunque la India era solo un mercado para
poder adquirirlas y no un productor directo, permitía adquirir las codiciadas
especias a un precio realmente conveniente que les daría ganancias
descomunales a los portugueses una vez que vendieran las mercaderías de
oriente en los mercados de Europa. Se han calculado ganancias iniciales de
hasta un 5000 por ciento para la nuez moscada y el clavo de olor.
En 1512, Antonio de Abreu (1480-1514) y Francisco Serrao (¿?-
1521) llegaron a las Molucas (Banda, Java, Sonda, Ambon, Hitu, Ternate y
Tidore) e intentaron tomar posesión de las islas en nombre de Portugal. Pero
no lograron dominar a los caciques locales, a los que Serrao sirvió como
mercenario.
En 1519 Hernando de Magallanes, encabezó una expedición
patrocinada y financiada por Carlos I para encontrar la ruta occidental hacia
las Indias e Islas de la Especiería. En su paso por las costas del Sur de
América, el 1 de noviembre de 1520, descubrió el estrecho que bautizó de
Todos los Santos, y que hoy lleva su nombre. Prosiguió su viaje de más de 3
meses, hasta que el 6 de marzo de 1521 arribó a las Filipinas. Magallanes
murío en un combate con los caciques nativos en la isla de Mactán. Sus
hombres habían logrado establecer un pequeño emporio de nuez moscada en
Borneo. La expedición, bajo el mando del piloto Juan Sebastián Elcano (1476-
1526) y en la única nave que restaba, la Victoria, llegó a las Molucas, llenó
sus bodegas de especias y emprendió la ruta de regreso por el océano Índico y
la costa de África, intentando no enfrentarse con los portugueses. El 6 de
septiembre de 1522 Elcano desembarcó en Sanlúcar de Barrameda, España.
Fue el primer hombre (junto a sus 17 marinos) en dar la vuelta al mundo. Las
especias que llevó consigo permitieron ganancias tan grandes que habrían
permitido equipar diez expediciones similares a la de Magallanes. Tal era la
demanda que tenían en Europa las especias.
La expedición de Magallanes volvió a poner de relieve el
enfrentamiento entre Portugal y España por la posesión de las Molucas y las
especias. Los españoles sostuvieron que por la proyección de la línea de
Tordesillas y por el descubrimiento llevado a cabo por Juan Sebastián Elcano,
piloto y líder de la expedición de Magallanes, tras la muerte de éste, tenían
derechos sobre las islas de la especiería. Los portugueses basaban sus

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derechos en el mismo Tratado de Tordesillas pero interpretando sus datos y
calculando las distancias del contrameridiano en forma diversa de Magallanes
y los españoles.
En 1525 otra expedición española, comandada por García Jofré
de Loaisa (1490-1526) arribó a las Molucas. Descubrió Guam, Mindanao y
finalmente las Molucas. Fundaron el fuerte de Tidore y protagonizaron los
primeros combates con los portugueses. Los miembros de esta expedición
fueron apresados por los lusos.
Los conflictos tuvieron un momento de tregua con el matrimonio
entre Carlos V e Isabel de Portugal, celebrado en 1526. Fruto de la nueva
alianza se abrió la posibilidad de llegar a un acuerdo pacífico. Las
negociaciones tomaban en consideración los derechos de Carlos V sobre las
islas Molucas, que los portugueses reconocían tácitamente.
Las cláusulas con el pacto de retroventa y el precio no resultaron
fáciles de acordar. Igualmente el rey luso insistía en que el tratado fuera
aprobado por las Cortes de Castilla, cuestión que Carlos V desechó, optando
por contar con el acuerdo de su Consejo Real.
Juan III ofreció la compra por 200 mil ducados. El emperador
exigió 500 mil. Finalmente y luego de un largo tira y afloja se acordaron los
375 mil, teniendo en cuenta que ya los portugueses habían entregado una
enorme dote al emperador con motivo de su boda con Isabel de Avís (1503-
1539), hermana de Juan III de Portugal.
Igualmente la ubicación de la línea demarcatoria se prestó para
grandes conflictos. Al respecto debe precisarse que el tratado de Tordesillas,
invocado por ambos reyes para fundar sus demandas, nunca estableció una
línea que rodeara el globo terráqueo. Solo precisó la línea demarcatoria en el
Atlántico, por lo que las interpretaciones sobre su extensión al oriente fueron
siempre pura teoría.
Los portugueses rechazaban los cálculos de Magallanes y los
españoles no se fiaban de las cartografías lusas. Debe recordarse que en la
época era casi imposible determinar las longitudes con exactitud, lo que solo
se logró con los cronómetros de precisión en el siglo XVIII. Por lo tanto la
demarcación en las 297,5 leguas al oeste de las Molucas resultó ser nada más
que una transacción práctica.

EFECTOS:
1) El tratado de Zaragoza intentaba ser el punto final de las delimitaciones
territoriales entre Portugal y España pero no fue así.
2) Los portugueses pensaban que con el tratado su dominio sobre todo el sur
de Asia quedaba asegurado. Pero los españoles estimaron que solo se

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determinaba el dominio sobre las Molucas. Las Filipinas, nombradas como
tales en honor del hijo de Carlos V, don Felipe, fueron motivo de la
reclamación y ocupación práctica de los españoles, no obstante que ello
implicaba una violación directa del Tratado de Zaragoza.
3) Una expedición organizada por Hernán Cortés (1485-1547)) en México,
zarpó desde las costas de Zihuatanejo en 1527 al mando del primo de
Cortés, Álvaro de Saavedra y Cerón(¿?-1529), arribó a Filipinas, pero no
logró retornar a América.
4) Una nueva expedición organizada por el virrey de México, Antonio de
Mendoza, bajo el mando de Ruy López de Villalobos (1500-1544), zarpó
en 1542, llegó igualmente a Filipinas, pero no pudo retornar por el
Pacífico.
5) Finalmente, una nueva expedición, organizada en tiempos de don Felipe II
(1527-1556-1598), por el virrey Velasco, lograría el éxito. Fue dirigida por
Fray Andrés de Urdaneta y Cerain (1508-1568), militar, cosmógrafo,
religioso agustino y gran marino, que había participado siendo joven en la
expedición de Loaisa. El mando de la flota se confió a Miguel López de
Legazpi (1503-1572).
6) La expedición zarpó desde México en 1564. Recorrió las Filipinas y
organizó la conquista, que fue producto de acuerdos con los caciques
locales antes que por el uso de la fuerza. En 1571 Legazpi fundó Manila
en la isla de Luzón. Moriría en las islas como gobernador de las mismas.
7) Por su parte, Urdaneta se encargó de intentar el viaje de vuelta a México
por el Pacífico. A diferencia de los anteriores navegantes que habían
intentado la ruta por el centro del océano y sido detenidos por los vientos
alisios, Urdaneta optó por la ruta del norte. Zarpó el 1 de junio de 1565,
bordeando el Pacífico septentrional a la altura del paralelo 40 de latitud
norte. Bordeando las costas de América del Norte arribó a Acapulco en 8
de octubre del mismo 1565.
8) Aunque un capitán de la misma expedición, don Alonso de Arellano, había
llegado aparentemente antes, se ha dado a Urdaneta el honor de descubrir
la ruta del “tornaviaje” o viaje de retorno, por la gran cantidad de
información catográfica que presentó, mientras que el relato de Arellano
tiene numerosas inconsistencias. Urdaneta inauguró así una ruta de
comunicación y de comercio que se mantuvo desde 1565 hasta 1815, era
la ruta del famoso “Galeón de Manila” o “Nave de China”, que unía
Manila con Acapulco y viceversa.
9) Las Filipinas formaron el punto de avanzada de España en el Asia. La
cultura hispánica se mantuvo allí durante 4 siglos. El archipiélago fue
puesto bajo la tuición del virreinato de México o Nueva España. Así la

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Monarquía Hispánica mantuvo su dominio sobre el Océano Pacífico como
una especie de Mare Nostrum durante casi un siglo. Las Islas Filipinas, las
Islas Marianas, las Carolinas y las Palaos, más cientos de islas de otros
archipiélagos del Océano Pacífico formaron el imperio asiático de España.
10) Por su parte las Islas Molucas (y las especias) quedaron en manos
portuguesas, hasta inicios de 1607. Ese año fueron conquistadas por los
holandeses, que las mantuvieron en su poder hasta 1949.
11) En dicha fecha fueron incorporadas a la nueva Indonesia.

PREGUNTAS:
1) ¿A partir de que hecho concreto se produjo el enfrentamiento entre
portugueses y castellanos por el dominio de Las Molucas?
2) ¿Por qué no bastó con el Tratado de Tordesillas para delimitar todos los
territorios en disputa?
3) ¿Cuál era el interés que Juan III tenía en que el tratado fuera ratificado por
las Cortes de Castilla?
4) ¿Cuál es la importancia del viaje de Andrés de Urdaneta?

FUENTE: Mariño, P. y Morán, M. (editores), Tratados Internacionales de


España. Carlos V. Tomo I, Tratados con Portugal. Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Madrid, 1978, pp. 308 ss. En la web no existe
una versión completa del tratado, pero las cláusulas reproducidas aquí se
encuentran en la versión electrónica de Ortuño Sánchez-Pedreño, José
María, “Estudio histórico-jurídico de la expedición de García Jofre de
Loaisa a las islas Molucas. La venta de los derechos sobre dichas islas a
Portugal por Carlos I de España”, en Anales de Derecho, Universidad de
Murcia, 21, 2003, pp. 217-237, disponible en
http://revistas.um.es/analesderecho/article/view/57191/55101 (03-02-2015)

REDACCIÓN DE LOS TEXTOS: PROF. EDUARDO ANDRADES RIVAS.

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