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Terminología y subdivisiones
Por lo general, los términos movimiento de liberación animal y movimiento de defensa
animal se utilizan como equivalentes, pero el segundo es más amplio, ya que incluye a
organizaciones y activistas que buscan el bienestar animal mejorando su situación en
cautividad. Estos últimos no propenden por la abolición total del especismo, sino por la
mejora de las condiciones de vida de los animales.
El movimiento de liberación animal se sostiene sobre la idea central de que los animales no
humanos tienen necesidades básicas e intereses que merecen reconocimiento y protección,
sin embargo pueden ser divididos en tres amplios sectores: por un lado, los defensores de
los derechos de los animales aseguran que estos intereses básicos posicionan a los animales
como sujetos de derecho; tal y como propone la filosofía de Tom Regan y de Gary
Francione. Por otro lado, los utilitaristas no creen que los animales posean derechos per se,
pero argumentan que, como tienen la facultad de sentir dolor,1 su sufrimiento debería ser
tenido en cuenta (excluir a los animales en el juicio moral equivale, afirman, a
discriminarles por el mero hecho de no ser humanos2). Aquí encontramos, por ejemplo, el
famoso trabajo del filósofo Peter Singer en libros como Liberación Animal que impulsa en
gran medida el movimiento de liberación animal. Por otra parte, también se ha defendido la
consideración moral de los animales desde otra teoría ético-política, el igualitarismo.
Quienes sostienen este enfoque, como Peter Vallentyne o, en el mundo de habla hispana
Oscar Horta,34 defienden también el fin de la discriminación de los animales. Pero, a
diferencia de los utilitaristas, se oponen al actual uso de animales como recursos no solo
porque el sufrimiento y muerte que este causa no compense los beneficios que provoca,
sino también porque rechazan que sea aceptable que una minoría sufra para beneficio de
una mayoría. Por último, los activistas antiestatistas y anarquistas-veganos como Steve Best
se rehúsan a emplear vías exclusivamente legalistas para ponerle fin al especismo,
igualmente denuncian el sexismo de muchas organizaciones animalistas y su desidia por
enfrentar otros tipos de discriminaciones, subordinaciones y opresiones asociadas al Estado,
al Capitalismo, al racismo, etc.
Los activistas del movimiento de liberación animal adoptan algún tipo de alimentación
vegetariana, tendiendo a la alimentación vegetariana estricta (sin productos de origen
animal) que promueve el veganismo6 y no usan ropa hecha con piel animal como zapatos y
chaquetas de cuero, ni productos que contengan subproductos animales o ingredientes que
hayan sido probados en animales. Los boicots dedicados a una empresa en particular
también son comunes, la corporación Procter & Gamble, por ejemplo, prueba varios de sus
productos en animales, lo que provoca que muchos activistas no consuman sus productos
en general pues no quieren apoyar las experimentaciones de ningún modo, aunque sea
indirecto.
Entre los movimientos estadounidenses hay una tendencia a destinar todos los recursos con
el objetivo de promocionar la alimentación 100% vegetariana (vegana), no obstante varias
organizaciones piensan que el énfasis en la alimentación es un inconveniente y prefieren
concentrarse en otros puntos. Grupos como Vegan Outreach y Compassion Over Killing
dedican su tiempo a exhibir las prácticas de las granjas industriales publicando información
para los consumidores y organizando investigaciones encubiertas.
Acción directa
Un número cada vez más elevado de activistas se dedican a la acción directa, lo que puede
incluir la liberación o el robo de los animales y daños a las instalaciones.7 Muchas de las
técnicas de estos activistas fueron desarrolladas por británicos como Barry Horne. En ese
sentido, el Reino Unido ha llamado la atención por el "extremismo" que muestra el
movimiento allí, y por la influencia de este sobre el resto del mundo; Patti Strand del grupo
americano National Animal Alliance le dijo a la BBC: "El movimiento de liberación animal
con el que tratamos en Estados Unidos es un aporte directo del Reino Unido".8
El Frente de Liberación Animal es considerado como una amenaza terrorista por el FBI.
Más de mil ataques en un año, solo en el Reino Unido, causaron pérdidas materiales de
cerca de 2,6 millones de libras esterlinas, haciendo que algunos expertos declararan que la
"defensa animal" ahora encabeza la lista de promotores de violencia en ese país. 9 Muchos
grupos bienestaristas condenan los ataques, mientras que varias organizaciones defensoras
de los derechos de los animales como PETA los apoyan.10 El Frente de Liberación Animal
sostiene que su movimiento es de naturaleza no violenta puesto que "los activistas toman
todas las precauciones necesarias para no dañar ningún animal (humano o de otro tipo)",11
lo cual es uno de los puntos clave de sus bases éticas.
También ha crecido el número de "rescates abiertos", en los que los activistas ingresan a
diferentes sitios para liberar a los animales sin esconder su identidad. Los rescates abiertos
tienden a ser llevados a cabo por activistas comprometidos que irían a la cárcel si fuesen
perseguidos, pero casi ningún granjero ha presentado cargos.12
Otros activistas han echado mano del chantaje y de actividades ilegales, como la campaña
de intimidación para cerrar la granja Darley Oaks (dedicada a la crianza de cobayas para
investigaciones biomédicas y pruebas farmacológicas), que usaba correo amenazante,
llamadas maliciosas, amenazas falsas de bombas, ataques incendiarios y destrucción de la
propiedad, llegando al punto de robar los restos de Gladdys Hammond, suegra del actual
dueño de la granja.13