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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCION

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

CATEDRA DE CRIMINOLOGIA

ENSAYO SOBRE EL TRATADO DE LOS DELITOS Y LAS PENAS DE


CESARE BECCARIA

AUTORES

 Edgard David Ovelar Espínola CI: 4.974.009


 Matías Osmar Espínola Aquino Ci: 4.931.741
 Edgar Eduardo Cubilla Acosta C.I: 4.936.372
 Abelardo de Jesús Duarte Figueroa CI:5.641.017

DOCENTE: PROF. DR. CESAR ROJAS

CARRERA DE DERECHO

SEGUNDO SEMESTRE – SEGUNDA CÁTEDRA – TURNO NOCHE

ASUNCION – PARAGUAY

2023
INDICE

1. INTRODUCCION..............................................................................................................3

2. MARCO TEORICO............................................................................................................5

2.1. DE LOS DELITOS Y LAS PENAS............................................................................5

3. CONCLUSION.................................................................................................................13

4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.............................................................................14

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1. INTRODUCCION

El presente trabajo es para la materia de Criminología del segundo semestre turno noche y
contiene el punto de vista de varios estudiantes, profesores y abogados penalistas que
aportaron su grano de arena a este material.

Hablamos de la obra Tratado de los delitos y las penas.

En julio de 1.764 en Livorno, se imprime por primera vez y sin referencia alguna del autor la
obra “DEI DELITTI E DELLE PENE”, del noble Milanez Cesare Beccaria (1738-1794), con
rapidez se sucedieron distintas ediciones y traducciones de este libro, en las que el autor fue
añadiendo nuevos capítulos y realizo varios cambios. De la obra existen buenas ediciones en
la actualidad.

Esta obra fue escrita en bases a los problemas que tuvo en su tiempo y con ideologías
distintas, fue una obra que produjo efectos en los estados europeos debido a la abolición del
tormento

Diría que Beccaria fue un hombre con humanidad por lo leído en su libro que tiene rasgos de
la humanidad que tenia el autor, es un libro humano con sentimientos de justicia que no es
ningún manual legislativo.

Es una obra que tiene muchas traducciones y que al parecer esta no pierde su sentido en
cuanto al pensamiento de Beccaria.

En esta obra, Beccaria no pide ni ataca ninguna forma de legislación ni mucho menos pidió un
cambio inmediato a la misma, pero si expuso como vivían en los pueblos los ciudadanos
comunes y lo que padecían en manos de los soberanos que manejaban la justicia y el clero.

Aquí tenemos entonces un pensar de hace años que se mantiene vivo año tras año sin lograr
que se le impongan nuevas formas.

Beccaria que se declara discípulo de Montesquieu, basa su alegato contra el sistema penal de
la Monarquía absoluta en la teoría del contrato social. Este será el origen de la sociedad civil,
de la autoridad y del propio derecho a castigar.

El partía de la llamada teoría contractualista, por el cual la sociedad se funda sobre un


contrato que tiene como objetivo salvaguardar los derechos de los individuos, garantizando el
orden. Los delitos, por lo tanto, tenían que ser considerados como una violación del contrato.

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Beccaria no se limita a criticar un sistema, sino que propone soluciones: afirma la necesidad
de atribuir un nuevo sentido a las leyes y atribuye un nuevo concepto a la justicia, a los
deberes de un estado y, en fin, a las relaciones entre sociedad y individuo.

La obra retoma el lado de la pena, conforme al delito y explica como puede ser beneficio la
pena y no el castigo, entonces encontramos estas preguntas: ¿Cuál es el castigo de la pena?,
¿Cuál es el origen de la pena?, ¿Cuáles son los castigos para que la pena sea justa?

¿La pena es útil sin importar los tiempos?, Como se puede impedir un delito?

Todas estas dudas tienen que tener respuesta y ser aplicadas para el bien de la sociedad.

Claro, con Igualdad…

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2. MARCO TEORICO

2.1. DE LOS DELITOS Y LAS PENAS

I. El origen de las penas: Este capítulo afirma que los hombres, cansados de vivir en un
continuo estado de guerra, crearon las leyes, buscando mejorar la convivencia,
sacrificando por eso una parte de ella para gozar la restante en segura tranquilidad.
Pero para que la convivencia mejorara era necesario que todos cumplieran las leyes
establecidas y con bastaba formar un estado soberano en su administración y legitimo
deposito, por ese motivo se establecieron penas contra los infractores de las leyes, para
evitar usurpaciones de los bienes. Tomando los motivos sensibles, los cuales se basan
en teorías de que inmediatamente hieran en los sentidos
II. El derecho de castigar: En este capítulo se explica que la pena sólo debe existir si se
deriva de la absoluta necesidad. Mientras sea más sagrada e inviolable la seguridad, y
mayor la libertad que el soberano conserve a sus súbditos, más justas serán las penas.
La pena es el derecho a castigar al que no cumpliere con las leyes. La multiplicación
del género humano reunió a los primeros salvajes. Estas uniones produjeron la
formación de otras para resistirlas, creando guerras. La necesidad obligó a los hombres
a ceder parte de su libertad propia; cada uno trata que esa parte sea lo más pequeña
posible. Pero la suma de esas pequeñas partes de libertad forma el DERECHO DE
CASTIGAR, pero el agregado de todas estas pequeñas porciones de libertad posibles
forma eso. Todo lo demás es abuso, y no justicia. Es claro que la palabra DERECHO
no es contradictoria de la palabra fuerza
III. Las consecuencias: El autor en este capitulo explica las tres consecuencias de la pena.

La primera consecuencia es que las penas de los delitos solo pueden ser decretadas por las
leyes; esta autoridad debe residir en el legislador. La segunda consecuencia establece que el
soberano puede formar las leyes generales que sean obligatorias para todos, pero cuando
alguna persona no cumpla con la misma , el soberano no puede juzgarlo , eso le
correspondería a un Magistrado cuyas sentencias sean inapelables y la Tercera consecuencia
seria que se se probase la atrocidad de las penas , entonces seria contraria a la justicia

IV. La interpretación de las leyes: En este capitulo Beccaria se refiere a la cuarta


consecuencia y explica que los jueces criminales no pueden interpretar las leyes
penales, porque no son legisladores. La justicia no es del todo perfecta, ya que sus

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intérpretes son humanos. Por ese motivo, los jueces no pueden interpretar la ley en
forma perfecta, pero deben hacerlo de la mejor manera y los mas imparcial posible
V. La oscuridad de las leyes: En este capitulo explica que es grave que las leyes estén
escritas en un idioma extraño al que habla el pueblo ya que pueden cometerse delitos
por falta de desconocimiento de las mismas.
VI. La proporción entre los delitos y las penas: Aquí explica que debe de existir
proporcionalidad de las penas ya que se debe considerar que no todos los delitos dañan
de igual manera a la sociedad, entonces cuanto mayor sea el delito, mayor deberá ser
la pena.
VII. Los errores en la graduación de las penas: Beccaria, en este capítulo, explica antes
que nada que el derecho debe ser HOMBRE DE HOMBRE no HOMBRE DE DIOS.
Dice que la verdadera medida de los delitos es el daño hecho a la nación. Es decir,
cuanto más grande daño se halla hecho a la nación, mayor será el delito, y por lo tanto,
la pena.
VIII. La división de los delitos: Según Beccaria, la medida de los delitos es el daño hecho
a la sociedad, hay distintos tipos de delitos y se los clasifica en tres grupos, según la
gravedad, de los cuales los mas graves son aquellos que destruyen a la sociedad o a
quien representa, luego están los delitos que ofenden a la seguridad del ciudadano y
por último están las acciones contrarias a lo que cada está obligado a hacer o no hacer
IX. Del Honor: Aquí se explica que hay una diferencia entre las leyes civiles y las del
honor, las civiles son aquellas que defienden las cosas y los bienes de cada ciudadano
y las leyes de honor son aquellas que defienden el honor de las personas, un ejemplo
sería el racismo o discriminación.
X. De los duelos: En este capitulo explica como nacieron los duelos privados y que estos
tuvieron su origen en la anarquía
XI. De la tranquilidad publica: La función de los policías es evitar que la ciudadanía se
turbe y pierda su tranquilidad, pero os policías no pueden obrar con leyes arbitrarias,
ya que si eso sucede se deja abierta la puerta a la tiranía.
XII. El fin de las penas: Las penas son legítimas consecuencias de los delitos, nadie puede
ser penado sin haber cometido un delito, el fin de las penas es lograr que el individuo
que cometió un delito, no vuelva a cometerlo
XIII. De los testigos: Cualquiera que esté en uso de razón, podrá coincidir que, en cualquier
legislación penal, se debe explicar cuáles son las reglas para poder tomar como
confiable el argumento de un testigo; según Beccaria, el verdadero delito deja pruebas

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tangibles de su comisión, aspecto que hay que tomar en cuenta, ya que un testimonio
está compuesto de palabra, que con el paso del tiempo no logran más que la fijación de
su discurso, en la memoria de quienes lo escuchan.
XIV. Los indicios y las formas de juicios: Aquí se explica que cuantas mas pruebas se
presenten, mayor es la probabilidad del hecho, ya que la falsedad de una prueba no
influye sobre la otra
XV. Las acusaciones secretas: Aquí explica que las acusaciones secretas son desordenes
evidentes y en muchos casos admitidos por la flaqueza de la constitución.
XVI. Del tormento: Beccaria manifiesta que el tormento es una de las peores prácticas que
se puede realizar, dentro del sistema de impartición de justicia, pues carece de todo
valor probatorio, al presumirse la coacción física o moral sobre el indiciado, el cual
como en la actualidad, no puede ser nombrado reo, hasta que el juez valora que es
culpable del delito por el que fue procesado.
XVII. Del espíritu de fisco: Se explica que anteriormente casi todas las penas eran
pecuniarias. El objeto de las penas era un litigio entre el fisco y el reo; un asunto
privado, más que público. El juez, era más que un protector de las leyes, un abogado
del fisco y no un indagador de la verdad cuando el reo se declaraba culpable,
automáticamente se declaraba deudor del fisco. Antes para que un hombre se halle en
la precisión de probar su inocencia debe antes ser declarado reo, esto se llama proceso
ofensivo, que eran muy comunes en la iluminación europea
XVIII. De los juramentos: Beccaria señala erróneo sería pretender, que el acusado juegue un
papel en el que contribuya a su propia destrucción, razonamiento que toma mayor
fuerza, cuando reflexionamos que quienes implementaron esta práctica, sabios
jurisconsultos de sus épocas, violentaron una y otra vez su disposición; éste análisis
seguramente también lo hicieron en su oportunidad los indiciados, por lo que
seguramente no tuvieron otra elección, más que elegir entre ser mártires o malos
cristianos.
XIX. La prontitud de la pena: Con un sentido totalmente humanista, Beccaria resalta la
necesidad de terminas con el suplicio del acusado, el cual de ser sentenciado con una
tardía innecesaria, entraría en una etapa de tortura psicológica, al estar inmerso en la
incertidumbre sobre la pena a la que se hará acreedor, a lo que suma la necesidad de
no dar tiempo a que el inculpado o alguna persona que este en contubernio, pueda
modificar o destruir los elementos que servirán para decretarle la culpabilidad.

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XX. Las violencias: En el presente capitulo, el autor nos presenta una pequeña
clasificación de los sujetos pasivos que son afectados en la comisión de los delitos,
donde por una parte tenemos a las personas y por otra a las sustancias; en relación a
los delitos cometidos en contra de las personas, coincidimos totalmente con que estos,
deben ser castigados con penas corporales y en la actualidad los delitos relacionados
con las sustancias, dependiendo de las gravedad de la falta, pueden ser sancionados
con la pena corporal o alguna de carácter pecuniario, además obviamente de la
reparación del daño, pero hace ya varios siglos, según la explicación del autor en el
segundo caso, en ocasiones se le castigaba al inculpado, con la disminución de su
categoría de humano a la de cosa, situación que nuestro doctrinario considera fatal,
pues asegura dentro de ésta práctica, se esconde la manifestación más férrea de la
tiranía, que en su momento fue utilizada como un medio de venganza por parte de los
poderosos, que sólo vulgarizaron el sistema penal.
XXI. Las penas de los nobles: Aquí explica que todos los nobles que hayan cometido
idénticos delitos, deberán ser penados con idénticas penas, sin importar el nivel social
o de riqueza de cada ciudadano; sus creencias, religiones, color de piel etc.
XXII. De los hurtos: Aquí explica que los hurtos no van acompañados de violencia, por
ende, deberán ser castigados con una pena pecuniaria, ya que aquel que intenta
enriquecerse con bienes ajenos, deberá ser empobrecido de lo propio
XXIII. De la infamia: La infamia es un signo de la desaprobación publica, que priva al reo de
la confianza de la patria y de los votos públicos, las penas por infamia no deben ser
demasiado frecuentes porque los efectos reales de las cosas de opinión siendo muy
continuos debilitan la fuerza de la opinión misma.
XXIV. Del ocioso: Cesare Beccaria, en este capítulo, explica que los gobiernos sabios no
permiten el ocio político en medio del trabajo; ya que aquel que turbe la actividad
pública y no obedezca las leyes, debe ser excluido de la sociedad. ¿qué ocio es digno
de castigo? Por esto las leyes deben definir cual ocio es digno de castigo, no la austera
y limitada virtud de algunos censores. Pero existe el ocio político que es el que se le
llama a quien no contribuye a la sociedad ni con el trabajo ni con la riqueza. Es aquel
que siempre adquiere y nunca pierde. No es ocioso aquel que se hizo rico trabajando,
ni aquel que goza de la riqueza de sus antepasados.
XXV. De los destierros y confiscaciones: En relación al destierro, Beccaria se pregunta
¿Qué es lo que deberá pasar con los bienes del desterrado?, para muchos estudiosos
del derecho como él, lo más cómodo era que fuera privado de su patrimonio, toda vez

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que ya no lo necesitaría más, pues para la sociedad ya había muerto, pero esto sería
como imponer una doble pena por un delito, ya que tal vez la perdida de lo bienes sea
aún mayor que el destierro mismo. Tomando en consideración las últimas líneas del
párrafo anterior, lo más correcto sería que el patrimonio lo recibieran los legítimos
herederos y no el soberano, como mucho tiempo ocurrió, ya que el seguir permitiendo
esta situación, representaría poner precio a cada hombre que poseyera algún bien que
al soberano interesara.
XXVI. Del espíritu de familia: El desarrollo de éste capítulo, se antoja para remontarnos a lo
que ocurrió en la antigua Roma, desde los inicios de esta civilización y hasta la muerte
del emperador Justiniano, con la figura del patriarcado, donde el sui iuris era el
máximo soberano en su domus (casa), quien incluso en alguna etapa comprendida en
el lapso ya señalado, tuvo el derecho de vida o muerte, tanto en sus hijos (alieni iuris)
como en sus esclavos, ejemplo que nos detalla de la mejor manera, la explicación que
nos da el autor, quien nos expresa el grave error al considerar jurídicamente a la
nación-estado, como la unión de familias y no de seres humanos con derechos y
obligaciones particulares, toda vez que al considerarlo como se describe en el primer
supuesto, estaríamos hablando como en el caso de la antigua Roma, de un estado
compuesto por pequeñas monarquías, donde el patriarca es la máxima autoridad, que
tiene bajo su potestad a muchas individuos con una calidad equiparable a la de un
esclavo
XXVII. La dulzura de las penas: Beccaria señala una situación similar, la pena debe ser
proporcional al delito y debe desterrarse de ella, cualquier rastro de atrocidad, ya que
de lo contrario, este hecho representa en primer lugar para el posible infractor, un
estimulante que lo invita a desafiarla, obviamente con miras a jamás tener que probar
su eficacia y en segundo una especie de escuela del delito, donde el legislador guía al
delincuente, mostrándole todas las puertas que existen para violentar el estado de
derecho, con la consigna de que si se lo propusieran, seguramente podrían hacer una
nueva aportación a la gran gama de delitos que en aquel entonces se conocían.
XXVIII. De la pena de muerte: Como lo señala el autor, la pena de muerte representa dos
cosas: primero una lucha de todo un pueblo en contra de un individuo y segundo la
incapacidad de un sistema jurídico, que no encuentra otra solución mejor a esta
situación, pero si nuestro derecho está basado en principios morales y el respeto de las
garantías inherentes al hombre, ¿quiénes somos nosotros para sancionar con el mismo
hecho, a quienes han privado de la vida a su par?.

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XXIX. De la prisión: La pena privativa de la libertad, debe estar regulada en una codificación
al igual que todo el ordenamiento penal y no al albedrío del juzgador, situación que en
la actualidad no concebimos de otro modo, pues al ser la pena más grave en nuestra
legislación, a nadie beneficiaria que estuviera a disposición plena del juez, pues a
diferencia del supuesto de Beccaria, sobre la posibilidad de que el juzgador la tome
como pretexto para la destrucción de enemigos, hoy tendríamos que preocuparnos –
aunque esto no significa que no lo hagamos- evidentemente, por evitar el lucro
desmedido de los impartido tes de justicia, que recibirían alguna dadiva en efectivo o
especie, para no imponerle esta pena a tal o cual delincuente.
XXX. De los procesos y prescripciones: Si pudiéramos transportar la esencia de este
capítulo a la actualidad, esta sería la adecuación más exacta de lo que Beccaria nos ha
querido expresar, pues como se señala en el citado artículo constitucional, toda
persona, tiene el derecho a ser oído y vencido en juicio y retomando las palabras del
autor, todo aquello que este fuera de este precepto, incluyendo el caso de que el
acusado fuere juzgado en tribunal especial o en plazos fuera de lo señalado por la ley,
es una muestra de la tiranía más pura que el hombre ha conocido hasta hoy.
XXXI. De los delitos de prueba difícil: En este capitulo se explica que hay delitos en los que
pareciese que las leyes y el juez tuviesen interés en probar el delito , hay algunos
delitos que al mismo tiempo son frecuentes en la sociedad y de prueba difícil, como el
adulterio, la pederastia y el infanticidio
XXXII. Del suicidio: El suicidio es un delito que no se puede admitir una pena propiamente
dicha, ya que, si se quisiera castigar a alguien, tendría que penarse o a un inocente o a
un difunto, claro, pensar eso es ilógico.
XXXIII. De los contrabandos: Beccaria explica que el contrabando es un delito que ofende al
soberano y a la nación pero que su pena no debe ser infamante ya que no causa
infamia en la opinión pública.
XXXIV. De los deudores: Aquí se explica que hay dos tipos de deudores en quiebra , el
quebrado doloso y el quebrado inocente ,aliquebrado doloso debe ser castigado con la
misma pena que le corresponde a un falsificador de moneda y el quebrado inocente ya
no tiene la intención de cometer un delito.
XXXV. Los asilos: Como lo señala Beccaria, tan solo un paso divide el asilo de la impunidad ,
ya que quien ose cometer un delito en su nación, puede huir a otra con la finalidad de
una protección de este, para que bajo ninguna circunstancia pueda ser juzgado por el
acto que realizó

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XXXVI. De la talla: Habla sobre si es bueno o no recompensar a aquel ciudadano que atrape a
un reo, si el reo se encuentra en otra nación, el soberano estimula a los ciudadanos
acometer delitos, ya que se están metiendo en territorio ajeno y si el reo se encuentra
dentro de la nación entonces se demuestra que la nación es débil
XXXVII. De los atentados, cómplices y la impunidad: Aquí explica que si bien las leyes no
castigan con intención , los delitos que comienzan con alguna acción que manifiesta la
voluntad de hacerlo también merece ser penado, pero este ultimo debe recibir una
pena menor que el anterior , cuando hay varios cómplices , el ejecutor sufrirá la mayor
pena y los cómplices serán castigados con una pena menor.
XXXVIII. De las interrogaciones sugestivas y deposiciones: Aquí Beccaria explica que las
interrogaciones sugestivas son aquellas que se le realizan al reo y que sugieren una
respuesta inmediata. Las mismas no deben de ir al centro del hecho directamente, si no
deben ser indirectas.
XXXIX. De un genero particular de delitos: En este capitulo se explica que anteriormente
había un genero de delitos que cubrió de sangre humana a Europa.
XL. De las falsas ideas de utilidad: El autor en este capitulo explica que una fuente de
errores y de injusticias son las falsas ideas de utilidad que se forman los legisladores,
la falsa idea de utilidad es aquella que querría dar a una muchedumbre de seres
sensibles la simetría y el orden que sufre la materia brutal e inanimada.
XLI. Como se evitan los delitos: Difícilmente podríamos señalar que la mejor forma de
prevenir el delito, es que el soberano garantice la felicidad de sus súbditos, ya que la
felicidad aplicada a la totalidad de integrantes de una nación es algo imposible,
además de que la felicidad es algo subjetivo, que difícilmente podemos cuantificar,
por lo que señalaremos que la mejor forma es que el gobernante, se preocupe por
alejar a su pueblo de la infelicidad, concepto que no requiere de cuantificación para
poder ser llevado a cabo, ya que el dignatario solo se debe preocupar por proveer de
todo lo necesario a su pueblo, sin esperar límite alguno.
XLII. De las ciencias: Si el soberano quiere asegurarse que la prevención del delito marcha
por buen camino, debe de allegarse por los grandes científicos de su época,
cerciorándose que sus reflexiones sobre su entorno, están basadas en la sensibilización
de los seres humanos sobre la naturaleza y la relación con su prójimo, pues de lo
contrario esta propenso a que estos le arrebaten el poder y conviertan su nación en un
estado tiránico, dirigido por la ciencia mal encausada.

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XLIII. De los Magistrados: Para evitar esta situación, el soberano debe nombrar a los jueces
de preferencia, con la estructura de cuerpos colegiados deliberantes, pues así se
vigilarán uno al otro, en la correcta aplicación de las leyes, ya que de lo contrario si el
magistrado es prácticamente el todo poderoso dentro de su jurisdicción, estamos
propensos a que se le tema más que a las mismas leyes, situación de la que puede
sacar provecho el juzgador.
XLIV. De las recompensas: El autor de este capitulo explica que otro medio de evitar los
delitos, es recompensando la virtud. Esa recompensa estimularía a los ciudadanos a
dejar de cometer delitos
XLV. De la educación: Otro método para evitar los delitos, es perfeccionando la educación,
este método es el más seguro, pero también el más difícil.
XLVI. Del perdón: En este mismo orden de ideas, el autor señala que, si se puede aplicar el
perdón, pero este debe estar establecido en los códigos, para que de ser necesaria su
invocación, estén a la mano las reglas que la ley señala para tal efecto.

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3. CONCLUSION

La obra de Beccaria representa el parte aguas de la historia del derecho penal mundial,
afirmación que sustento con el hecho, de que quien tenga la oportunidad de leer su obra, se
dará cuenta de que la mayoría de sus postulados aún se encuentran vigentes dentro del
derecho penal contemporáneo.

De la misma manera, podemos asegurar que fue un hombre adelantado a su tiempo y aunque
muchos creen que su obra se encuentra un poco desfasada, en relación a lo que vivimos en la
actualidad, yo me atrevería a señalar que quienes estamos fuera de contexto somos nosotros,
pues no hemos sido capaces de evolucionar los principios que nos dejaron intelectuales como
Beccaria, Montesquieu, Rousseau, entre otros; seguramente si el autor del tratado de los
delitos y la penas, tuviera la oportunidad de vivir nuestra actualidad, nos ofrecería otra obra de
esta magnitud, que solventaría los problemas que los legisladores de nuestros tiempos no han
sido capaces de solucionar.

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4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 https://www.monografias.com/trabajos18/tratado-delitos-penas/tratado-delitos-penas
 https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-univer/derecho-penal/pdf-
ensayo-tratado-de-los-delitos-y-de-las-penas-cesar-beccaria-compress/29010442
 https://es.slideshare.net/jfvi8vasb/resumen-de-los-delitos-y-las-penas-de-cesar-de-
becaria
 https://youtu.be/2AclLBqOif8?si=QbhCzzUWR3vRV1si
 https://youtu.be/Zl9SV-jFDYU?si=yNtxOJmmOQtLyn7P

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