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Se olvidaron de mí, se han olvidado de mí

¡yo soy la Constitución!,


ley de leyes, Carta Magna,
punto de apoyo para una nación libre y soberana,
a través de mí se llega al respeto, a la libertad, a la justicia social y a la democracia
yo digo donde comienzan y donde terminan los derechos de un ciudadano,
yo no puedo ser suspendida
¡Oigan bien!
ni anulada,
¡Escuchen bien!
por ningún poder, ni autoridad,
yo rijo las leyes de una nación, de su soberanía y su gobierno,
las nacionalidades, su justicia, el territorio y los derechos ciudadanos,
me duele en lo más profundo de mi corazón cuando se viola la vida misma,
la seguridad del individuo, la libertad de pensamiento y opinión,
la libertad de conciencia y de culto, la libertad del trabajo
y el derecho a la educación,
¡el derecho a mi educación!

Yo soy de ustedes su más grande esperanza,


en mi descanso el futuro de todos,
y por eso una vez más,
una vez más vengo a pedirles que me cuiden, que me sigan,
que me practiquen, que no dejen que nadie me humille,
ni me maltrate, ni permita jamás,
¡jamás!
que alguien se quiera imponer sobre mí, ni mucho menos sobre Dios,

¡óiganlo bien!
¡escúchenlo bien!
¡yo soy la Constitución!

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