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Vas a necesitar:

Cáscaras de cítricos (mandarina, naranja, limón, pomelo, etc); la idea es que aprovechemos las
cáscaras que quedan como residuo luego de consumir el fruto.

Cuchillo

Asadera para horno.

Frasco para almacenar

Paso a paso: cómo secar cáscaras de cítricos

1. Limpieza:

Higieniza y seca muy bien las cáscaras; si te cuesta quitarle la suciedad adherida podes lavarlas
frotándolas con un papel o esponja apenas humedecida

2. Separa la pulpa:

Despega la pulpa de la cáscara. Para eso simplemente desprende con tu dedo desde el borde
un pedacito de pulpa, y tirando con cuidado, la vas a poder separar de una sola vez.

3. Quita lo amargo:

Si querés que el sabor de las cáscaras sea menos amargo te recomiendo que le quites con un
cuchillo y con mucho cuidado la capa de piel blanca que posee en su parte interior.

4. Córtalas

Corta las cáscaras con un cuchillo del tamaño y forma que quieras. Éste paso se realiza en esta
instancia porque unas vez secas, las cáscaras son mucho más difíciles de cortar.

5. Secado

En verano: las podes colocar en una asadera para horno y ponerlas al rayo del sol hasta que
estén bien secas. Removelas cada tanto para que tengan un secado parejo.

Resto del año: colócalas en una asadera con el horno al mínimo entre 5 y 10 minutos.

¡Ojo! Contrólalas muy bien porque se hacen rapidísimo. Si tu horno calienta mucho te sugiero
que dejes la puerta un poquito abierta mientras se cocinan.

En cualquiera de los dos casos de secado te vas a dar cuenta de que están listas porque
quedan bien duritas y reducen su tamaño.

6. Almacénalas:
Cuando estén bien frías colócalas en el frasco que hayas elegido para conservarlas. Asegúrate
de que estén completamente frías porque si las almacenás tibias lo más probable es que se
mohen.

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