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POSCIONES 20 de abril 2023

1.- Desde que te conozco

2.- Veintidós maneras de arrancarme la vida.

3.- Conocerte

4.- Mi próxima herida.

5.- Te quise tanto

6.- Que se siente estar con él

(Monologo parte 1)

7.- Carta a quién corresponda.

(Monologo parte 2)

8.- Aún me preguntan por ti.

9.- Manual para el que viene después de mi

10.- Amnesia

11.- Me gustaría ser cómo tú

12.- De Sabina aprendí

13.- Epílogo. (Para cerrar la última canción)


1.- Desde que te conozco la ciudad se ha vuelto un poco menos triste.

Los edificios en ruinas, que serán el «parking» de los turistas, se vuelven una obra de arte de la
decadencia de un pueblo preso de su avaricia.

Las avenidas llenas de coches son un espectáculo de luces y sonidos, cómo en un concierto de
tu artista favorito.

Todo se llena de sentido, los cafés son, ahora, «sets» de películas en las que tú y yo somos los
protagonistas y aquí no existen los políticos corruptos ni los policías vendidos y comprados por
gente que mata y desaparece gente y todo, todo, contigo, se vuelve una revolución.

San Juan se vuelve arte porque tú pintas todo de colores, porque mis niveles de serotonina se
disparan hasta el cielo como cohetes en las fiestas, porque corre el arte por tus venas.

Cuando cantas para mí me envuelvo en un ensueño y tu poesía no se compara con la de nadie.

Mujer de fuego; De arte y fuego.

De arte, fuego y calma.

De paz y de esoterismo.

No entiendo mucho sobre ti, ni quiero entenderlo.

Quiero quererte como se quiere a dios en este pueblo.

Esto no iba a ser un poema de amor, sería un poema hablando de mi tierra y de lo que se vive
desde aquí, pero no puedo hablar de aquí sin hablar de ti y de cómo todo va mejor desde que
te conozco.

2.- Veintidós maneras de arrancarme la vida

Tiene veintidós maneras

de acomodarse el cabello,

un perfume con olor a primavera,

un par de pantalones

con los que me vuelve loco,

los pies más lindos

y un color particular en sus ojos.

Tiene una gata y un perro

con los que siempre pelea.

Es amante de la cafeína

y odia el cigarrillo.

No he encontrado una jodida


discusión en la que no me lleve

la delantera.

Tuvo una dura relación qué le dejó

cicatrices,

una infancia difícil,

una prima con la que jugaba,

una historia en un juego de McDonald’s,

y una más... jamás contada.

Es experta en dar consejos precisos,

en hablar sin parar por horas,

en escuchar cuando se necesita

en volver la cara furiosa

cuando algo le molesta,

y, sobre todo, en no esconder

lo que siente.

Habla de literatura como de canciones,

su libro favorito no lo tiene en su estante,

se pasa horas viendo ropa

en los escaparates

y compra más de lo necesario.

Canta cuando nadie la escucha,

baila a solas frente a los espejos,

cocina para sí misma,

come sola y prefiere el agua

con hielos.

Tiene veintidós maneras

de acomodarse el cabello
y a mí que me sobran las razones,

sólo quiero despeinarla

cuando descansa acostada

sobre mi pecho.

3.- Conocerte no fue suerte,

fue como volver a casa y encontrar

la paz que se perdió en el ir y venir de la vida.

Fue volver a sonreír por las pequeñas cosas y descubrir que el cielo comienza en tus pies y
termina en tu boca.

Sentir como un escalofrío recorre mi cuerpo cuando me miras y ríes y bailas, cantas y llenas
todo de ti.

Huele a ti la primavera, al dulce de tu perfume que llevo impregnando hasta los huesos, al café
de tus ojos y lo canela de tu piel.

Conocerte no fue suerte, fue poner en pausa al mundo.

4.- Está decidido:

Mi próxima herida llevará tú nombre.

Lo sé porque no he podido sacarte de mi mente,

porque cuando no te tengo cerca

el corazón se pone triste.

Porque cuando el día va mal

necesito ver tu fotografía para que todo se componga.

Porque sé que cuando decidas irte

volveré a aquel pozo sin salida,

Porque perderé el motivo

para querer ser motivo.

Me vas a doler,

lo sé,

y lloraré a mares

hasta que el dolor se ahogue.

Pero, quiero intentarlo


(Mi destino siempre ha sido

ser un hombre triste).

Quiero morir contigo,

suicidarme entre tus brazos,

clavarme las dagas de tus besos,

asfixiarte con tanto deseo...

"Morirme contigo si te matas,

matarme contigo si te mueres"

Está decidido:

Si alguien merece el placer

de romperme la vida eres tú.

´5.- Te quise tanto que me derrumbo todavía, de vez en cuando, para que mi soledad no te
alcance.

Me contengo las ganas de llamarte a medianoche para saber si todavía queda algo de mi en ti
y el insomnio trae consigo una esperanza de que vuelvas.

Me hago daño cada vez que te pienso y estoy seguro de que así no se siente el amor.

Entonces ¿Qué es esto? Porque no lo entiendo y busco respuestas y me pierdo de nuevo en un


laberinto sin salida.

Negación, tal vez, a no tenerte en mi futuro.

A no verte despertar a mi lado, a que el nunca se atraviese y crezca como un muro que trunca
sueños, que corta alas, que apaga el fuego.

Deseo las cosas imposibles que te llevaste con tu huida.

Porque te fuiste doliendo y no estaba listo para decir adiós.

Quizá siempre fui el equivocado y fui solo yo quién te quiso tanto... tanto.

6.- No quiero saber que se siente estar con él,

ni lo mucho que lo prefieres,

no porque no quiera verte feliz,

sino simplemente porque duele.

Que amarga me saben las noches

sin tu voz diciendo que me quieres

y que ingratas son las mañanas


lejos de tu cuerpo.

¿Ahora cómo te saco de mi vida?

Maldita primavera.

Mis manos se rehúsan a no hablar de ti.

Te necesito.

No quiero saber si con él

las primaveras huelen a flores

y si los girasoles ahora están donde está él.

No quiero.

Has puesto en el estante de los libros

que no leerás todos mis poemas,

todas las cartas

y dejado sin final la historia

que juntos comenzamos.

Lo siento,

alejarme es la mejor manera que tengo para no morir de amor.

Me creí rey de todo sin tener nada.

Ahora la reina se ha ido

y ha sido un jaque mate

con dos movimientos.

Bendito sea aquel hombre que te tiene,

porque de él ha de ser el paraíso de tu cuerpo.

No quiero saber

ni quiero entender por qué.

Si eres feliz quédate allá

y no vuelvas

que yo arrancaré la primavera

y cerraré las heridas con alcohol.

7.- Carta a quién corresponda.

En el suplicio de esta noche fría


vaga mi mente a los bordes de tus labios

que ahora besan otra boca.

Quisiera decirte que aquí todo cambió,

que la vida no ha ido mal, pero, después de ti, sólo me quedaron los amigos de siempre, los
vicios que no logro vencer y una ciudad que cada vez parece más un cementerio.

Conseguí un depa y la "libertad" que siempre quise, sólo qué, no es la libertad con ataduras al
pasado no se vive igual.

Arrumbé mi guitarra y conseguí un trabajo de oficina, escribo sólo algunas veces, cuándo la
bruma se me sube hasta los ojos y ruedan por mis mejillas plegarias a dioses que no existen.

De haber sabido que lo nuestro duraría tan poco comparado con la vida que pretendía,
hubiera aferrado mi mano a la tuya aquella tarde...

No hay mucho que contarte, la soledad sigue siendo igual de cabrona cómo en aquel poema
que te escribí.

Vivo cerrando bares y fumando más de lo que cualquiera podría aguantar.

Sé qué estás con alguien, lo vi en un post de alguna red social, te veías tan bien con tu vestido
blanco, que pasó por mi cabeza, como una bala mortal, la idea de que pude haber sido yo
quién estaba junto a ti.

Pero la vida en familia nunca ha estado en mis planes, lo sabes bien.

Hay veces que me despierto contigo en el pensamiento y no te vas, eres cómo ese fantasma
que me persigue a dónde voy.

No hay sitio que no me recuerde a nosotros.

No ha habido mucho en mi después de ti,

sólo un olvido cargado de recuerdos, silencios rotos por tu voz.

Aunque no te vayas nunca para siempre

y no pueda arrancarte de mi mente...

Adiós.

8.- Aún me preguntan por ti

y yo, que tengo aún la herida abierta,

les contesto que estás bien.

Que la vida te ha sonreído,

que siempre es primavera en tu corazón

y que sonríes abiertamente por la suerte

que ahora llevas en tu vientre.


Si supieran que en mi corazón

aún está tu sitio reservado por si alguna vez vuelves,

que por las noches sigo pensando, que tal vez,

en otro momento de esta vida fuimos felices,

no se atreverían a preguntar,

porque entonces, el infierno se abre en mi pecho,

y la tristeza y la melancolía llaman a mi puerta

y el mundo, de repente, pierde todo su color.

Alguna vez fuimos nosotros

y quedan vestigios del amor que te tuve

aún regados por mi cuarto,

tus recados en mi libreta,

mis poemas, las canciones,

la ciudad, el coche, el semáforo en rojo.

Te sigo amando como siempre

y no concibo la idea de que ya no estás.

Marzo tiene un cierto aroma a ti,

a los desayunos con prisa,

a tu café de las mañanas,

y a las incontables horas colgados al teléfono

hablando de todo y de nosotros,

de los hijos que nunca tuvimos,

de la familia que no existió

y del jardín que plantaríamos y regaríamos

todos los días antes de que cayera el sol.

Te conozco más que lo que me conozco a mí mismo,

tu plan para el retiro cerca del mar,

el miedo que te provoca amar

y lo mucho que disfrutas cantar desafinando canciones.

Cuando me preguntan por ti

quisiera decirles que te extraño como nunca


y que estás lejos como siempre,

que ahora que no estás me muero ahogado

en el océano de posibilidades que dejamos a la espera

del futuro y que, a la vez, mi único salvavidas

es lo bueno que me dejaste cuando tomaste tus maletas

y saliste para siempre a ese viaje hacia tu destino.

Aún me preguntan por ti y el mundo se me viene abajo.

9.- Manual para el que viene después de mí.

Lee atento lo siguiente, peregrino, si quieres verla feliz.

Bésale la frente, le encanta, la llena de seguridad y le alegra el día.

Si es un mal día, abrázala fuerte, no digas nada, sólo abrázala.

Ella jamás buscará solucionar un problema, su orgullo es más fuerte, pero flaquea rápido sí la
solución la pones tú.

Regálale rosas sin ser un día especial, eso la vuelve loca.

Los chocolates le fascinan, no importa de cuál sea.

Batalla mucho para cumplir sus promesas, sé paciente;

En contra parte, cumple siempre las tuyas, no soporta que no cumplan (si, es complicada, pero
con el tiempo la vas a entender y aprenderás a estar con ella).

Ama los gatos.

En cuestiones de habitación a veces le gusta tomar el control, pero le gusta más que le
dominen.

Llévala al filo de la cama, le gusta.

Léele a Marqués de Sade después de hacer el amor.

Si te pide dividir la cuenta, acepta, no estará conforme hasta que te haya devuelto la mitad de
lo pagado.

Le gusta la cerveza, bebe mucho, pero pocas veces la embriagues la domina.

Llámala princesa.

En cuestiones musicales le gusta de todo un poco, pero, consejo aparte, dedícale a Río Roma u
Oceransky.

Baila con ella, aún si no sabes, hazlo, vale la pena por verla sonreír.

Dale siempre la razón. Acaricia sus mejillas y sus labios, suave con el pulgar y se sonrojará

Le encanta mirar la luna.


En los días de lluvia, camina con ella de la mano... y quiérela, quiérela mucho, que ella sabrá
recompensártelo el tiempo qué esté contigo.

Que tengas buen viaje, peregrino.

10.- Amnesia

Te estoy borrando de mi memoria.

Casi olvido por completo tu nombre,

tus manos tibias, tu boca fina,

tu andar perfecto, tus uñas afiladas,

tus brazos que abrasan,

tus ojos profundos, soñadores, tiernos.

Puede que sea esta la última vez

que apareces en mi libreta.

Hablo en serio.

Me estoy olvidando de ti,

y de nuestros sueños, nuestro pasado.

Lo hago por convicción,

por el bien de mi alma y de mi cuerpo;

Lo hago porque sé que existen amores

que jamás llegaran a ser amores,

por culpa de miedo, el puto miedo;

Ese miedo que aparece como hierba mala

en medio del rosal,

del puto miedo que se atraviesa

en mi garganta y no me deja decirte: te quiero.

Hablo directo,

pues sé que encontraste refugio en el hueco de otros brazos,

y te sé feliz, disfrutando de ello.


Camino al borde de la locura,

ese precipicio en el que vives,

es por eso que he decidido olvidarme de ti.

Olvido por tu bien y el mío,

y sé que esta es la mayor prueba

de madures y amor que podré hacer por alguien:

dejarte libre volando en otros cielos;

no insistir.

Casi olvido por completo tu nombre

y arranco de tajo la primavera que plantaste

entre tu cuerpo y el mío.

Mi mente te ha bloqueado,

aunque no entiendo por qué la amnesia

no me llega al corazón.

11.- Me gustaría poder ser cómo tú

y olvidar que nosotros un día existimos.

Me gustaría dar vuelta a la página

o cambiar de libro,

sin remordimientos,

sin sentir este hueco en el pecho,

el nudo en la garganta,

las mariposas muertas,

el invierno.

Me gustaría poder ser cómo tú

y no mirar al pasado,

fingir que todo está bien,

dejar de beberme la soledad

y fumarme los minutos

lejos de tu cuerpo.

¿Recuerdas cuando me decías


qué me amabas, susurrándome al oído

o las promesas de una vida feliz

a lado mío?

Yo las llevo cómo estigmas en el pecho,

cómo una tinta indeleble en el corazón.

Me gustaría ser cómo tú

y no llorarte por las noches,

dejar de cantarle al viento

con la esperanza de que llegue hasta tu oído.

"Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte"

Debo dejar de extrañarte

Pero ¿Cómo?

Me gustaría, en serio, poder ser cómo tú,

y arrojar sin pena al olvido todo lo que juntos construimos.

12.- De Sabina aprendí

De Sabina escuché que para comenzar a aprender a olvidar se necesitaban 19 y 500 noches.

Pero ¿Cuánto tiempo se tarda en olvidar lo que nunca comenzó?

¿Cuándo llega el olvido si su sabor está en mis labios?

Sólo somos dos peces de ciudad destinados a vivirnos, pero no a estar.

19 días y 500 noches...

¡Vaya putada!

Llevo apenas un par de horas y ya me he bebido dos botellas.

Vuelvo a andar por el boulevard de los sueños rotos,

el depa con vista a la nada en la calle melancolía me espera.

Escucho la música de aquel flaco

con voz rasposa y me duele.

Sabina, a mí también me falta una mujer y me sobran 6 tequilas.

Estoy triste, claro, pero ella no tiene por qué estar en donde no cree pertenecer.

Podría olvidarla, pero

¿Cómo se olvida lo que nunca se tuvo?


La quiero, aún la quiero, tanto que mis lágrimas no se contienen a pesar del esfuerzo.

De Sabina, también aprendí que no hay finales felices, que los finales siempre duelen.

19 días y 500 noches ...

El tic tac del reloj comienza a correr...

13.- Epílogo:

Lo último que supe de ella es que sigue con él,

al parecer, encontró ahí lo que a mí me faltó entregarle.

Me dijeron que es feliz y que ya casi no habla de mí.

Me alegro, al menos para ella, si hubo vida después de nuestro amor.

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