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CUI 20013600000020180000901

Casación 57810
JULIO CÉSAR ZAPATA MÚNERA

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA


Magistrado ponente

AP560-2023
Radicación n.° 57810
(Aprobado acta n.°043)

Bogotá, D.C., ocho (8) de marzo de dos mil veintitrés


(2023).

ASUNTO

La Sala examina el cumplimiento de las exigencias


lógicas, jurídicas y argumentativas de la demanda de
casación presentada por el defensor de JULIO CÉSAR ZAPATA
MÚNERA contra la sentencia proferida el 8 de agosto de
2019 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Valledupar, que confirmó la emitida el 7 de junio anterior
por el Juzgado Primero Penal del Circuito con Funciones de
Conocimiento de esa ciudad y condenó al acusado, de
manera anticipada, como coautor del concurso punible
heterogéneo de tres homicidios agravados, tres secuestros

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simples y un delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia


de armas de fuego, accesorios, partes o municiones
agravado.

HECHOS

Aproximadamente a las 11:50 p.m. del 28 de marzo de


2017, cuando JAMINTON SOTO LORA, EDWIN ALEXANDER SALAS
PADILLA y LUCIANO ANDRÉS ACOSTA BRITO se dirigían del
estadero comercial “La Neverita” a la casa de uno de ellos,
en el perímetro urbano de Agustín Codazzi (Cesar), fueron
interceptados, en la calle 20 con carrera 28, por unos
sujetos, entre ellos JULIO CÉSAR ZAPATA MÚNERA, que, tras
intimidarlos con arma de fuego, los obligaron a subir a la
camioneta en la que se movilizaban.

Al día siguiente, poco después de las 5:00 a.m., la


Fiscalía General de la Nación fue informada de que, en la
trocha que conduce al paraje La Aguacatera, a 200 metros
de la vía del perímetro urbano de Codazzi-Cesar, vía a la
vereda San Ramón, sobre la Serranía del Perijá, se
encontraron los cadáveres de los tres nombrados, a quienes
se dio muerte con arma de fuego, no sin antes infligirles
heridas cortopunzantes y contundentes.

ACTUACIÓN PROCESAL RELEVANTE

1. En audiencia preliminar concentrada del 3 de


diciembre de esa anualidad, ante el Juzgado Segundo Penal
Municipal con Funciones de Control de Garantías

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Ambulante de Valledupar, se legalizó la captura de JULIO


CÉSAR ZAPATA MÚNERA1, a quien la Fiscalía le imputó la
coautoría en los delitos de triple homicidio agravado, triple
secuestro simple y fabricación, tráfico, porte o tenencia de
armas de fuego, accesorios, partes o municiones agravado,
acorde con los artículos 103, 104 -numerales 4 y 7-, 168 y
365 -numerales 1 y 5- del Código Penal, con las
circunstancias de mayor punibilidad previstas en el
precepto 58 -numerales 9 y 10- ibidem, cargos que no
aceptó. El Juez accedió a la petición elevada por el ente
persecutor y le impuso medida de aseguramiento privativa
de la libertad en establecimiento carcelario2.

2. El escrito de acusación se radicó el 28 de febrero de


20183 y se verbalizó el 14 de junio siguiente, bajo la
dirección del Juzgado Primero Penal del Circuito de la
localidad4.

3. La Fiscalía radicó preacuerdo celebrado con JULIO


CÉSAR ZAPATA MÚNERA, en donde éste aceptó los cargos
imputados a cambio de que se le rebajara una tercera parte
a la pena final a imponer5, y el Juzgado de conocimiento 6,
en audiencia del 13 de agosto posterior, le impartió su
aprobación7.

1 En esa audiencia también se imputaron cargos a JUAN GABRIEL ZAPATA.


2 Acta visible en folios 10 a 12 del cuaderno principal.
3 Allí también se acusó a JUAN GABRIEL ZAPATA y OLFER ENRIQUE VALENCIA IBARRA
(folios 13 a 48 Id.)
4 Acta en folios 74 y 75 Id.
5 Folios 87 a 113 Id.
6 Por auto del 18 de julio de 2018 dispuso la ruptura de la unidad procesal, dado
que la actuación venía surtiéndose con otros implicados (folios 119 y 120 Id.).
7 Acta en folios 121 y 122 Id.

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4. En audiencia del 7 de junio de 2019, se emitió


sentido de fallo, se corrió el traslado del artículo 447 del
Código de Procedimiento Penal y se leyó la sentencia, que se
emitió ese mismo día8.

5. La Juez declaró a JULIO CÉSAR ZAPATA MÚNERA


coautor penalmente responsable de los delitos atribuidos 9 y,
atendiendo lo acordado, le impuso las penas principales de
480 meses de prisión y multa de 925 salarios mínimos
legales mensuales vigentes, así como las accesorias de
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas por 20 años y privación del derecho al porte y
tenencia de arma de fuego por 15 años. Le negó la
suspensión condicional de la ejecución de la pena y la
prisión domiciliaria10.

6. El defensor apeló la decisión y el Tribunal Superior


de ese Distrito Judicial, en proveído del 8 de agosto de
2019, la confirmó11.

7. Dicho profesional interpuso y sustentó en tiempo el


recurso de casación.

LA DEMANDA

8 Acta en folios 211 a 213 Id.


9 La falladora excluyó la causal de mayor punibilidad descrita en el numeral 9 del
artículo 58 del Código Penal, debido a que no se acreditó, y no aplicó la del numeral
10 ibidem al momento de dosificar la pena por el delito de porte ilegal de armas, tras
considerar que ya estaba incorporada en la agravante específica, por lo que se ubicó
en el cuarto mínimo.
10 Folios 190 a 210 del cuaderno principal.
11 Folios 218 a 273 Id.

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El abogado relaciona las partes, sintetiza la situación


fáctica y la actuación procesal y postula un único cargo al
amparo de la causal primera de casación, por violación
directa de la ley sustancial, ante la errónea interpretación
del artículo 31 del Código Penal.

Después de recordar que la providencia judicial debe


estar motivada, tal cual lo prevé el precepto 59 ejusdem, y
reseñar el contenido del canon 3 ibidem, asegura que el juez
tiene la obligación de realizar un ejercicio de ponderación
entre la conducta y la pena a imponer y la discrecionalidad
que posee para dosificar la pena es reglada. En seguida,
trae a colación el contenido del artículo 31 y algunas
decisiones de la Sala de Casación Penal sobre la forma de
realizar el incremento en eventos de concurso de conductas
punibles, y afirma que los juzgadores inadvirtieron esas
reglas, pues los 480 meses de prisión impuestos a su
representado no consultan los principios de razonabilidad,
proporcionalidad y necesidad, toda vez que el porcentaje del
60%, que se aumentó por el otro tanto, desatiende que el
preacuerdo liberó al Estado de un desgaste innecesario.

Sostiene que el Tribunal pasó inadvertido que los


homicidios y el porte ilegal de armas son agravados y que el
a quo, al individualizar la pena, en razón de aquellos y de
los secuestros, se ubicó en el primer cuarto medio, lo que
contribuyó a una sanción ejemplarizante. Cuestión distinta
habría sido si los delitos no fuesen agravados o se hubiese
partido del cuarto inferior.

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En ese orden -advierte-, la severidad de la sanción ya


estaba ínsita, de donde el incremento de un 60% es
«demasiado», pues se «trata de un desbordamiento en la
sanción que no respeta los lineamientos de la imposición de
la pena en caso de concursos, como lo establece el art. 31».
Esa fue la razón por la cual en la apelación sugirió que el
aumento sea solo del 20%, lo que arrojaría una pena de
547, la cual, al restarle una tercera parte, quedaría en 364
meses.

En su criterio, iguales parámetros deberían guiar la


dosificación de la multa.

Solicita a la Corte casar el fallo impugnado y en su


lugar imponer al acusado una sanción conforme a lo
indicado.

CONSIDERACIONES

1. El recurso de casación, en el Código de


Procedimiento Penal de 200412, fue instituido como un
medio de control constitucional y legal a la sentencia de
segunda instancia, orientado a lograr la efectividad del
derecho material, el respeto de las garantías, la reparación
de los agravios inferidos o la unificación de la
jurisprudencia. No obstante, su naturaleza extraordinaria
impone que la demanda respectiva satisfaga unas
exigencias formales y sustanciales para que se le pueda dar
curso.

12 Artículo 180.

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De allí que, quien lo promueve, tiene la obligación de


acreditar el interés, invocar correctamente la causal a cuyo
amparo propondrá los cargos -alguna de las enlistadas en el
artículo 181 ibidem-, exhibir con suficiencia los fundamentos
de la censura, atendiendo las previsiones que la
jurisprudencia tiene sentadas para una adecuada
postulación, según la senda elegida, y enseñar por qué se
hace necesario el fallo de fondo para concretar alguna de
las finalidades del recurso -según la descripción del canon 180
idem-.

El impugnante no puede perder de vista que, cuando


la sentencia atacada es producto de un preacuerdo
celebrado con la Fiscalía, su interés es restringido, en la
medida en que solo le es posible controvertir aquellos
aspectos que no fueron objeto del convenio, so pena de
comportar una retractación, la cual está proscrita en
nuestro ordenamiento procesal penal.

2. Ahora, si el censor elige cuestionar la sentencia al


amparo de la causal primera de casación: la violación
directa de la ley sustancial, le asiste la obligación de ajustar
su discurso a aspectos de pleno derecho y acreditar cómo el
juzgador se equivocó al momento de aplicar la ley, ya sea
por (i) exclusión evidente -cuando dejó de emplear la
disposición que regula el caso concreto, ya sea porque se
equivoca en su elección, ignora su existencia o la considera
derogada-, (ii) aplicación indebida -en el evento en el que el
juez desatinó en la selección del precepto y adecuó

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erróneamente los hechos probados a los supuestos


condicionantes de aquél, es decir, los sucesos reconocidos en el
proceso no coinciden con la respectiva hipótesis normativa- o
interpretación errónea -cuando el fallador, pese a que optó por
la disposición adecuada, esto es, la que corresponde al sub
examine, erró al interpretarla y le atribuyó un sentido jurídico
que no tiene o le asignó efectos contrarios a su real contenido-.

Un idóneo reproche por esta vía le impone concretar la


modalidad de la infracción, demostrar cómo, en realidad, el
juez recayó en ella y justificar su trascendencia en el
sentido de la decisión.

3. En esta ocasión, el defensor de ZAPATA MÚNERA


acusa al Tribunal de trasgredir de manera directa la ley
sustancial, por interpretación errónea del artículo 31 del
Código Penal, sin embargo, olvidó revelar en qué consistió
ese razonamiento judicial desacertado, cuál fue el efecto
contrario que el fallador le dio a esa disposición. Se dedicó,
simplemente, a recordar el contenido de la citada norma y a
citar jurisprudencia relacionada con los parámetros que allí
plasmó el legislador para efectos de dosificar la pena en
casos de concurso punible, sin demostrar cómo, en verdad,
el a quo, al momento de realizar el incremento punitivo del
otro tanto, ignoró alguna de esas pautas.

Téngase en cuenta que, conforme a las previsiones del


precepto 31 en comento, cuando se está ante un concurso
de conductas punibles, sea heterogéneo u homogéneo, el
juez está obligado, en primer lugar, a identificar el delito

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más grave, haciendo la dosificación respectiva, acorde con


los parámetros del artículo 61 ejusdem, operación que
también ha de realizar luego respecto de los punibles
concursantes. Una vez agotado lo anterior, sobre el monto
fijado para la pena más grave (delito base), habrá de hacer
el incremento correspondiente por razón de las conductas
concursantes, sin que, ese otro tanto, supere, (i) el doble de
la pena base, (ii) la suma aritmética de las penas de las
distintas conductas por las que se procede, y (iii) los 60
años. Frente a esa operación la Sala, en CSJ SP, 13 feb.
2019, rad. 4767513, reiteró:

Si se está ante la responsabilidad penal por una pluralidad


de conductas punibles, el tratamiento punitivo está consagrado en
el artículo 31 del Código Penal.

La confrontación de la pena individualizada para cada


ilicitud permite determinar cuál es la más grave, está
consideración no procede hacerse con fundamento en la
prevista por el legislador.

La sanción más grave así establecida será la base para


aumentarla hasta en otro tanto, considerándose como factores
de ese incremento el número de ilícitos concurrentes, su
naturaleza, gravedad, modalidad de la conducta,
intensidad del elemento subjetivo, entre otros.

Ese incremento “hasta en otro tanto” tiene límites, a


saber: i) conforme al artículo 31 del C.P., el incremento no puede
superar el duplo de la pena básica individualizada en el caso
concreto para el delito más grave, ii) tampoco la sanción definitiva
puede superar la suma aritmética de las penas que
correspondería a cada punible en el caso concreto (sistema de
acumulación jurídica de las penas), iii) otro de los topes se
relaciona con la prohibición en el concurso de delitos de no
superar la pena los 60 años de prisión (artículo 31-2 de la Ley 599
de 2000, modificado por el artículo 1° de la Ley 890 de 2004),
regla que no hay que confundir con el límite para tasar la pena
individualmente para cada ilicitud que establece el artículo 37 del
C.P. en 50 años (modificado por el artículo 2 de la Ley 890 de

13 Reiterada, entre muchas otras, en CSJ SP2107–2022, rad. 58109.

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2004), diferencias explicadas por esta Sala, entre otras


decisiones, en el Rdo.41350 del 30-04-2014, iv) la no reformatio in
peius es otro límite en razón a que los errores en la tasación de la
pena del factor “otro tanto”, no pueden ser modificados
posteriormente por el superior funcional al resolver la apelación, la
casación, o la doble conformidad judicial de la primera condena,
cuando el condenado sea el único recurrente o peticionario, como
tampoco lo pude hacer el juez al resolver la redosificación de
penas por acumulación de penas o por principio de favorabilidad.

4. El libelista hace girar su reproche en que el


incremento hecho por los delitos concursantes fue excesivo,
pero no acreditó que el funcionario judicial hubiese
superado el doble de la pena base o la suma aritmética de
las penas de los delitos concursantes y menos el máximo
legal de 60 años.

En su discurso deja de lado que son seis las conductas


punibles concursantes y que las mismas revisten gravedad,
por lo que, tal cual lo puso de presente el ad quem en la
sentencia que se impugna, la sanción impuesta se muestra
razonable y proporcional al daño causado y cumple los
parámetros normativos y el preacuerdo suscrito:

Si las penas correspondientes a estas conductas


concursantes se suman, resulta una sanción igual a 1.728 meses;
no obstante como no se puede imponer como pena la suma
aritmética de las que individualmente correspondan a cada uno
de los delitos concursantes, ni esta puede resultar superior al
doble de la pena más grave, tampoco mayor a los 60 años de
prisión, el otro tanto debe corresponder a una cantidad que
observe los límites anotados, condición que cumple el “otro tanto”
fijado por la juzgadora de instancia; esto es, 273.6 meses de
prisión, sin que dicha cantidad se considere como excesiva o
desproporcionada al número y tipo de delitos concursantes, pues
no puede pasarse por alto que se trata de dos (2) homicidios
graves, tres (3) delitos de secuestro y un (1) delito de fabricación,
tráfico, porte o tenencia de armas de juego, accesorios, partes o
municiones agravado (…).

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Al sumar a la pena más grave -456 meses de prisión-, el


“otro tanto” igual a los 273.6 meses de prisión, resulta una pena a
imponer igual a 729.6 meses de prisión; pero como esta sanción
no puede ser superior a los 60 años de prisión, la juzgadora de
instancia la redujo a este límite máximo establecido por el artículo
1° de la Ley 890 de 2004; cantidad a la que le aplicó la rebaja de
1/3 parte pactada en el preacuerdo14.

5. El casacionista hace extensivos sus argumentos de


reproche al monto de la multa impuesta. No obstante, la
Sala debe destacar que la juez de conocimiento erró al
momento de tasarla, con lo cual favoreció al implicado. Ello
porque, por virtud de los delitos concursantes, hizo un
aumento hasta en otro tanto, lo que va en contravía con lo
dispuesto en el artículo 39 del Código Penal, según el cual,
en «caso de concurso de conductas punibles o acumulación
de penas, las multas correspondientes a cada una de las
infracciones se sumarán», sin que el total supere el tope
máximo legal de 50.000 salarios mínimos legales mensuales
vigentes.

Adicionalmente, la falladora de primer grado se


equivocó al individualizar la pena correspondiente a los
delitos de secuestro simple, pues, pese a indicar que se
ubicaría en el primer cuarto medio, por razón de existir
una circunstancia de agravación y de atenuación punitiva,
terminó fijándola dentro de los extremos del cuarto
mínimo.

Esos yerros, obviamente, no puede ser corregidos en


sede extraordinaria, por virtud de la prohibición de no
reforma en peor.

14 Páginas 14 y 15 del fallo de segunda instancia.

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6. Por los motivos expuestos, se inadmitirá la


demanda y contra esa determinación procede la insistencia,
al amparo del artículo 184 de la Ley 906 de 2004,
concordante con las reglas definidas por la Sala en CSJ AP,
12 dic. 2005, rad. 24322 y precisadas en CSJ AP3481-
201415.

7. Ahora bien, la Corte, atendiendo los propósitos del


recurso extraordinario, tiene sentado (cfr. CSJ AP, 9 jun.
2008, rad. 29520 y CSJ AP, 16 dic. 2008, rad. 30242, entre
otros) que, sin necesidad de convocar a audiencia de
sustentación (CSJ SP, 25 jul. 2007, rad. 27383), puede
actuar oficiosamente cuando evidencie la necesidad de
hacer efectivo el derecho material, preservar o restaurar las
garantías de los intervinientes, reparar los agravios
inferidos a éstos o unificar la jurisprudencia.

En el sub examine se hace imprescindible inspeccionar


la posible violación de los principios de (i) legalidad, en
relación con la imposición de la pena accesoria de privación
del derecho a la tenencia y porte de arma, y (ii) non bis in
idem, frente al incremento del otro tanto por razón de las
conductas punibles concursantes.

Por consiguiente, una vez quede en firme esta


providencia la actuación habrá de regresar al despacho del
Magistrado Ponente para adoptar la decisión que
corresponda.

15 Radicado 42597.

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En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia,

RESUELVE

Primero. Inadmitir la demanda de casación


presentada por el defensor de JULIO CÉSAR ZAPATA MÚNERA
contra la sentencia del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Valledupar.

Segundo. Conforme al inciso 2º del artículo 184 del


Código de Procedimiento Penal de 2004, procede la
insistencia.

Vencido dicho término, el expediente debe regresar al


despacho para proferir sentencia oficiosa, según el
considerando de esta providencia.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

HUGO QUINTERO BERNATE

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

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JULIO CÉSAR ZAPATA MÚNERA

MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

FERNANDO LEON BOLAÑOS PALACIOS

GERSON CHAVERRA CASTRO

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

FABIO OSPITIA GARZÓN

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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