Hasta nunca, mi amada

Como cada mañana, John, un chico de 16 años, estaba caminando hacia su

escuela, pero esta vez, con la cabeza baja. Al llegar a su primer destino, la casa de
Karen, su novia, por poco le da un vuelco al corazón. En la puerta estaba su novia
con una mirada sombría.

- Así que aquí estas- dijo Karen

- ¿Pasa algo?
- Sí, sí qué pasa, nuestros padres se enfadaron porque dicen que
somos muy pequeños para ser novios
- Bueno… seguro que no es para tanto

Después de estas palabras, Karen empezó a llorar, y le dijo a John que era mejor
que rompieran y así se quitaran todos los problemas.

- Pero ¿por qué? ¿Acaso no te gusto?

- Si John, me gustas pero es muy difícil que esto siga adelante, así que por
favor vete y no me hables hasta que el tormento haya pasado.

John estaba desconcertado, no sabía qué hacer. A la hora del recreo, John se sentó
en un escalón de la entrada pensando que pudo haber pasado. A lo lejos, vio a su
novia bueno… ex novia besándose con otro chico, este se llamaba Alan, un chico
de 17 años mucho más atractivo que él. John sintió que se le venía el mundo abajo.

Al llegar a casa, no tenía ganas de nada, así que se encerró en su habitación y se

puso su música favorita para calmar esa rabia y ese dolor que le comía por dentro.

A partir de ese momento, la vida de John dió un gran giro tan inesperado que ni él
mismo sabía qué hacer. Cambió su modo de ver la vida, como si esta fuera una
tortura continua hasta que llegaba la hora de dormir; su música también cambió
drásticamente, en vez de escuchar musica positiva siempre iba con sus auriculares
escuchando música profana como Mago de Öz, o música muy triste. Ya no quería
salir con sus amigos ni hacer nada.

Los años pasaron y John seguía con lo mismo, se metió en las drogas y en el
alcohol. Sus padres estaban muy preocupados por el comportamiento de su hijo, y
decidieron llevarlo a un psicólogo, pero esto no frenó su caída.

Unas semanas después, Karen, se acercó a él en el recreo y le dijo

 - ¿Estás bien? Te noto distinto
- ¡Vete! No te quiero volver a ver, me arruinastes la vida al enamorarte de Alan.
¡Qué bien disimulabas! ¡Ya entendí por qué querías terminar conmigo!
Karen se sintió bastante mal por ese comentario y nunca más le volvió a hablar.

Al día siguiente, John no apareció en el colegio y sus padres tampoco lo vieron

durante todo el día. Eran las ocho de la noche y no aparecía, sus padres no le
echaron mucha cuenta ya que el últimamente llegaba más tarde. Pero al encender
la televisión y poner las noticias, escucharon: “Un chico de 16 muere en Gelves tras
tirarse intencionadamente por un barranco a 45 m de altitud”. La cara de los padres
al escuchar esta noticia se preocuparon porque su hijo se había vuelto un poco loco
y podría haber sido él, pero la noticia no había identificado aún el cadáver del chico.

A la mañana siguiente, alguien llamó a la puerta:

- ¿Quién podrá ser a estas horas?-Dijo la madre de John- Seguro que es John,
que no se llevaría las llaves y no podría entrar.

Cuando abrió se llevó un disgusto, era la policía, que le dijo que su hijo se había
suicidado. La madre no lo podía creer y se derrumbó en el suelo llena de lágrimas.