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Arequipa

como paradigma
Introspecciones americanas
de inicios del siglo XX en busca
de una arquitectura propia

Gonzalo Ríos Vizcarra


Arequipa como paradigma
Introspecciones americanas de inicios del siglo XX
en busca de una arquitectura propia

Autor
Gonzalo Ríos Vizcarra

Presentación
Ramón Gutiérrez

Diseño y diagramación
Katiuska Zeballos Velarde

Fotografías A Rafael Ríos Guillén


Salvo indicación expresa las fotos son de Y a los lugares comunes que recorremos
Gonzalo Ríos y Carlos Rodríguez de una Arequipa real e inventada mientras
conversamos y nos vamos queriendo.
Dibujos en CAD
Fernando Cuzziramos Gutiérrez

Dibujos originales de portada


Yemy Alemán Achata

Apoyo en investigación
Centro de Investigación y Proyectos de la
Facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente CEDIP

Universidad Católica de Santa María de Arequipa


Primera edición: Junio de 2015

Tirada: 500 ejemplares

Impreso en el Perú
Se prohíbe la reproducción parcial o total de este libro,
por cualquier medio, sin permiso expreso del autor.

ISBN Nº ¿????????????????

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú


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Índice

Presentación 7
Introducción 11
Capítulo 1.
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento
nacionalista americano 19
Agradecimientos 1.1. La independencia política y la dependencia cultural americana 21
Estas páginas no serían posibles sin el incondicional apoyo de la Universi- 1.2. Entre la civilización y la barbarie. El debate decimonónico
dad Católica de Santa María de Arequipa, representada por sus autorida- sobre la arquitectura en América 24
des: Rector Dr. Alberto Briceño Ortega, Vicerrector Académico Dr. César 1.3. Renovaciones y expansiones urbanas.
Cáceres Zárate, Vicerrector de Investigación Dr. Gonzalo Dávila del Carpio Nuevas estructuras para un nuevo modelo de ciudad 25
y Vicerrector Administrativo Dr. Máximo Corrales Calisaya. 1.4. La edilicia de inicios del siglo XX y las particulares
Así mismo deseo expresar mi profundo agradecimiento a la Asocia- visiones de occidente 34
ción de Defensa y Protección de Arequipa ASDEPROAR, en la persona de Capítulo 2.
su Presidenta Sra. Aurora Bellido de Hövelborn y de su Vicepresidente Sr. El origen de los pensamientos nacionalistas
Eduardo Ugarte y Chocano, además de todos sus miembros con los que en los países americanos 49
compartimos nuestras esperanzas por una ciudad que podamos vivirla a
2.1. Generalidades y excepciones en el contexto americano
plenitud.
para la concreción de los pensamientos nacionalistas
Agradezco también a la Embajada de la República Argentina en el
en la arquitectura 51
Perú y a la Sociedad Minera Cerro Verde S.A.A. por el auspicio y la confian-
2.2. Las estrategias para la evolución y difusión de
za en la presente publicación.
los pensamientos nacionalistas en américa 57
Un reconocimiento especial a Albrecht Hövelborn, quien se entusias-
2.3. Los Estados Unidos y la construcción escenográfica
mó más que yo con las ideas iniciales de este libro y no dudó en apoyar la
de los estados del sur 63
etapa de investigación.
2.4. México y el reencuentro con su pasado 69
A mi maestro Ramón Gutiérrez, a su estímulo y contagiante entusias-
2.5. Argentina y la búsqueda de su identidad en la
mo para seguir aportando en el estudio e investigación de la arquitectura
“Gran Patria Americana” 75
americana.
2.6. El Perú y los intentos por recomponer su pasado 80
Agradecimiento aparte a todas las personas que en las diferentes eta-
pas me han apoyado en la concreción de esta investigación y en la publica- Capítulo 3.
ción del libro: Katiuska Zeballos en la diagramación y en los conceptos grá- Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas
ficos del libro, a Carlos Rodríguez por su apoyo en las fotografías, a Yemy de una realidad compleja 99
Alemán en los dibujos originales de la carátula, y a Fernando Cuzziramos 3.1. Condicionantes perceptivas 102
en el dibujo de las fachadas de las edificaciones históricas. 3.2. La valoración selectiva de los edificios y
Finalmente mi agradecimiento a Tatiana, Nicolás y Valentín, y su per- componentes de la arquitectura colonial arequipeña 104
manente aliento, compañía y cariño en este y en otros muchos caminos. 3.3. Omisiones voluntarias y olvidos involuntarios 130
Presentación

Capítulo 4.
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos 135
Arequipa
4.1. Martín Noel y la estética de la raza 138
como testimonio americanista
4.2. Ángel Guido y la materialización de Eurindia 156
Arquitecto Ramón Gutiérrez
4.3. Estanislao Pirovano: Entre indios y dragones 174
CONICET- CEDODAL
Capítulo 5.
La arquitectura colonial arequipeña en Gonzalo Ríos nos ha convocado para presentar sus reflexiones sobre
la producción historicista peruana 189 el papel que juega la arquitectura arequipeña en el proceso de generación
5.1. Héctor Velarde y la verdad de la arquitectura arequipeña 191 de una propuesta americanista en la arquitectura sudamericana.
5.2. Emilio Harth-Terré y la necesidad de un estilo Su metodología de aproximación al tema está basada en la convic-
para la técnica contemporánea 202 ción de que las opciones de los arquitectos que asumen una posición, que
5.3. Enrique Camino Brent, un elogio a la masa de la Ríos denomina de “nacionalista”, está vinculada a las transformaciones
arquitectura arequipeña 216 sociales y culturales que se generan en las dos primeras décadas del si-
5.4. El tardo arequipeñismo en la segunda mitad del siglo XX 221 glo XX. Esta lectura tiene un claro sustento en el proceso que lleva a las
transformaciones del modelo “civilizatorio” europeo en una decadencia
Epílogo 229 notoria a partir de la primera guerra mundial.
Bibliografía 231 Lo que Toynbee llamaría décadas después una “irritada introspec-
ción” se canaliza en los países americanos en un despliegue de transfor-
maciones sociales, de aperturas culturales a la comprensión del mundo
prehispánico y a una creciente exigencia de participación en la vida políti-
ca de sectores hasta entonces marginados.
Gonzalo atisba con claridad que el proceso sudamericano tiene sus
peculiaridades respecto del fenómeno norteamericano-mexicano, aun-
que mediado el siglo XX las vertientes tiendan a confluir. Es cierto que Mé-
xico aportará notoriamente a la formación de una identidad raigal en las
regiones norteamericanas que habían pertenecido al antiguo Virreinato
de la Nueva España. Particularmente California, a partir de las Exposicio-
nes de San Francisco-Panamá y, sobre todo, de San Diego en 1915 poten-
ciaría su adscripción a la recuperación de sus raíces históricas.
Si bien la memoria de esta búsqueda se centró inicialmente en el lla-
mado “mission style”, lo cierto es que buena parte del aporte llegaría di-
rectamente desde España a través de la adquisición de claustros, puertas,
balcones, rejas y ornamentos renacentistas que desde el mundo sajón se
venían valorando artísticamente desde fines del siglo XIX. La edición del
tratado de arquitectura del renacimiento español en Londres en 1893 se-
ría continuada por los numerosos textos de Stapley and Byne quienes fo-
mentaron la adquisición de antigüedades del Siglo de Oro destinadas a la

7
Presentación

construcción de palacios para los magnates norteamericanos. Surgiría de Centenario de las Independencias de nuestros países que implicaron una
esta manera la nueva línea del “Spanish style” que devendría con los años reflexión sobre los procesos históricos en un contexto cambiante. Sin em-
a mestizarse y transformarse popularmente con lo que se expandió sobre bargo, como bien se señala el proceso de apropiación, la resignificación
todo nuestro continente como estilo “californiano”. de los contenidos formales y la trasmisión de la arquitectura histórica que-
La impronta de la arquitectura colonial mexicana actuaría de presta- daron muchas veces en propuestas epidérmicas o meramente formales.
mista formal hasta los años 30 del siglo XX generando un indudable en- El sustento de las primeras teorías sobre la arquitectura generados
tusiasmo en sectores norteamericanos que editaron más de una decena en nuestro continente y la valoración de las arquitectura prehispánicas y
de libros documentando las arquitecturas monumentales y populares de coloniales comenzaron en esta época Ello permitió de alguna manera res-
los poblados mexicanos. El cine y Rodolfo Valentino en sus escenografías catar patrimonios que de otra forma hubieron sido destruidos. Éste es el
fue otro de los alicientes para este trasvase de formas y espacios donde el gran mérito de esta generación que fue capaz de mirar el pasado como un
historicismo jugaba un papel esencial. elemento vital de su presente y que consideraban no debía estar ausente
Muy bien señala Gonzalo Ríos que curiosamente los arquitectos pe- en su futuro.
ruanos y argentinos involucrados en este proceso de valoración de la ar- Las diversas líneas que se desarrollaron en el Perú y en otros países
quitectura colonial tenían una formación academicista adquirida por va- americanos mostraron su encuadre en la faz historicista en que había fi-
rios de ellos en Francia. Si bien esta formación tuvo rasgos que facilitaron nalmente concluido el eclecticismo academicista europeo. Las búsquedas
la adopción de un lenguaje innovador, sacrificando la modelística clásica más utópicas en sus propuestas podemos buscarlas en el “Neoperuano”
en aras de un nuevo repertorio formal, el método pedagógico de la Aca- del sevillano Piqueras Cotolí y de Héctor Velarde, o en el “Euríndico” pro-
demia facilitaba esta alternativa. En efecto, el trabajar el diseño a través yecto de Ricardo Rojas en Argentina, ambos sustentados en la hibridez de
de un sistema de composición permitía escoger libremente partes que los componentes europeos y americanos prehispánicos.
debían ser ensambladas y por ende se generaban proyectos, que podían El trabajo de Gonzalo Ríos fortalece la mirada que sobre la conver-
optar por “componer” a partir de estos nuevos modelos de la antigua gencia de una acción cultural conjunta el Perú tuvo un impacto cultural
arquitectura colonial. importante en la definición de una corriente neocolonial en Argentina.
El excelente trabajo que Gonzalo presenta en esta oportunidad po- Sobre todo la admiración por la arquitectura colonial del sur del Perú en
sibilita la verificación de la manera en que el neocolonial utiliza un reper- Ángel Guido y Martín Noel, que fueron los teóricos y protagonistas junto
torio de elementos, fundamentalmente portadas, y cómo los modelos a Pirovano de estas primeras propuestas, marcaron una clara predilección
originales son alterados en las nuevas propuestas inclusive cambiando su por la obra arequipeña. El archivo de Noel guarda pequeños croquis en
escala. Esto podrá verse con mayor claridad aún en el conjunto de obras su libreta de viaje donde con perspicacia apuntaba el proceso generador
que encararán Harth Terré y Álvarez Calderón en Arequipa en los años 40. de la ciudad en torno al asentamiento indígena, la ciudad española y las
El estudio muestra como hay rastros de la influencia norteamericana reducciones de la zona de la Chimba. Su preocupación por adquirir las fo-
en las obras de los Country Club de Lima y Arequipa y también, en otra tos de Max Vargas y de sus discípulos los hermanos Vargas, se prolonga
frecuencia historicista, en ejemplos neogoticistas como el Arzobispado en similar actitud en las búsquedas de Mario José Buschiazzo, mostrando
de Arequipa. Sin embargo, el encuadre que Gonzalo realiza sobre las in- este sólido y continuado interés por la ciudad y su arquitectura.
fluencias hispanistas, indigenistas y criollas tiene sin dudas fundamentos La primera mitad del siglo XX es un continuo trajinar en ese intercam-
no solamente en las obras de arquitectura sino también en las corrientes bio intelectual del campo de la literatura, la historia, las artes plásticas y
historiográficas, literarias y sociales que contextualizaban los procesos de la sociología entre el sur peruano del Cusco y Arequipa y el Noroeste Ar-
los gobiernos de Prado y Leguía. gentino de Jujuy, Salta, Tucumán hasta llegar a Buenos Aires. La región
La vertiente que buscó recuperar el pasado indígena ya había mos- puneña y La Paz no serían ajenos a este trasiego virtuoso de inquietudes
trado en diversas partes del continente su presencia en los festejos del que testimonia los mejores momentos de la reivindicación americanista

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Presentación

en Sudamérica. Por ello el estudio de Gonzalo Ríos con un encuadre pre-


ciso en las circunstancias contextuales, una explicación acertada de los
ASDEPROAR y su apuesta por
focos intelectuales que movilizaron a estas corrientes de pensamiento y el patrimonio arequipeño
un análisis detallado de los personajes que fueron los protagonistas de
este momento de valoración de lo arequipeño como expresión de síntesis Aurora Bellido de Hövelborn
americana, realiza una contribución necesaria. Presidenta de ASDEPROAR
Luchando con la necesidad de ser oídos en tiempos donde los hori-
zontes culturales se buscaban lejos de nosotros mismos, los protagonis- Coincidiendo con el décimo aniversario de nuestra asociación, ASDE-
tas del neocolonial rescataron el espíritu del lugar. Sin embargo, forma- PROAR (Asociación de Defensa y Protección de Arequipa) se satisface en
dos en unas condicionantes didácticas de una arquitectura formalista y de apoyar nuevamente un proyecto cultural coincidente con nuestros obje-
composición de elementos, no fueron capaces de comprender el sentido tivos, dentro de los cuales está encontrar nuevas formas para valorar el
de los cambios que exigía el espíritu de su tiempo. Para muchos ellos cons- patrimonio de nuestra querida ciudad.
tituyeron una vertiente más de un academicismo historicista que simple- Esta vez, uno de nuestros miembros, el arquitecto Gonzalo Ríos Viz-
mente había cambiado el repertorio de lenguajes formales del pasado sin carra, nos presenta esta sorprendente investigación, dándonos a conocer
asumir los tiempos nuevos. Para quienes los vemos en el contexto de su el reconocimiento y utilización de la arquitectura colonial arequipeña en
tiempo histórico admiramos y agradecemos su brega por colocar nuestra lugares alejados del país, como la Argentina o España, lo cual la mayoría
América como un proyecto que nace de nuestra propia realidad y no de de arequipeños desconocíamos.
las usinas ajenas. Este libro contribuye a facilitar la comprensión de aquel Hemos compartido pues el entusiasmo de Gonzalo Ríos desde sus
momento histórico y enfatiza la notable articulación que vincula a Arequi- iniciales pesquisas en esta larga investigación, apoyándolo en la medida
pa con Argentina. de nuestras posibilidades, pues confiábamos en un resultado tan óptimo
como finalmente vemos concluido en este libro.
Pensamos que “Arequipa como paradigma” debe ser dado a conocer
a todo arequipeño, que en estos momentos vive en desconcierto sobre el
futuro de nuestro patrimonio y empiezan a pensar que para que nuestra
ciudad se desarrolle debe prescindir de él. “Arequipa como paradigma”
nos otorga una visión clara del porqué preservar nuestro patrimonio y la
vigencia que puede tener en cualquier época y lugar.
Este debe ser un material imprescindible no sólo para los profesiona-
les de nuestro medio, debe estar también presente en colegios, universi-
dades o en la casa de cualquier peruano consiente de que el futuro más
promisorio para nuestro país es aquel en el que tome en cuenta de dónde
venimos y hacia dónde queremos ir, y en este libro el debate sobre estos
temas es permanente.
Renovamos pues nuestro compromiso por seguir apoyando las ini-
ciativas de la sociedad civil, que muchas veces no es escuchada, y de la
cual estamos seguros saldrán las iniciativas más claras para habitar en una
ciudad en donde el patrimonio está vivo por y para los peruanos.

10 11
Introducción

Introducción

Una serie de acontecimientos de índole externo, así como los parti-


culares de cada nación americana, confluirán en las primeras décadas del
siglo XX para propiciar visiones introspectivas que buscaban responder a
preguntas trascendentales curiosamente antes no planteadas: ¿Quiénes
éramos? y ¿hacia dónde queríamos ir? Así, las diferentes manifestacio-
nes artísticas como hechos culturales que son, empezarán a dar cabida a
componentes locales hasta ese momento olvidados o incluso vergonzo-
samente ocultados.
Y es que la única visión plausible que durante todo el siglo XIX había
sido cultivada y difundida por las élites políticas, económicas y culturales
de nuestros países era el grado se semejanza con Europa como mejor me-
dida de progreso y modernidad.
Sería faltar a la verdad si afirmáramos que ese fue un punto de in-
flexión a partir del cual nos liberamos de nuestros complejos y dependen-
cias culturales, pues hasta el día de hoy no somos capaces de hacerlo,
pero si podemos asegurar que se empezaron a abrir espacios en donde
nuestra propia historia tenía también cabida y en que el mundo occidental
no era la única referencia del cual nutrirnos.
Resulta interesante ver como estos afanes nacionalistas, van a ser
temporalmente coincidentes en varios países latinoamericanos estando
también emparentados con el despertar de movimientos regionales en
algunos países de occidente, que antecedidos por una visión romántica
empezarán a encontrar valores en donde antes era imposible.
Si bien estos movimientos americanos tendrán en la literatura y en
las artes plásticas aproximaciones más tempranas para dejar plasmado
su pensamiento, será en la arquitectura en donde progresivamente se
harán más visibles estos pensamientos por un público masivo que inevi-
tablemente, de manera consciente o no, percibirá y habitará estas ideas
materializadas en espacios y en formas.
El presente trabajo se centra pues en la arquitectura y acota sus lími-
tes en la arequipeña, y en la influencia que ejerció en estos intentos por
crear una expresión local. Pero lo que más puede llamar la atención es que
ese concepto de local no tendrá los límites geográficos que hoy reconoce-
mos por la demarcación política de nuestros países, sino que lo local será
a veces entendido en función a una idealizada “Gran Patria Americana” en

13
Introducción

donde, por ejemplo, nutrirse de edificios arequipeños podía entenderse nacionalistas que encontrarán en la arquitectura colonial arequipeña, la
como un intento de lograr una arquitectura argentina propia. mejor expresión americana de la fusión hispano indígena. Obras emble-
Estos pensamientos y postulados obviamente no serán aceptados máticas como la casa del ideólogo del movimiento nacionalista argentino,
por todos, surgiendo intensos e interesantísimos debates que son recogi- Ricardo Rojas, o la sede del diario “La Nación de Buenos Aires” conce-
dos en este libro, debates en donde sea la trinchera en donde se esté, el bidas con claras referencias a la arquitectura arequipeña son estudiadas
tema central será la arquitectura o en todo caso lo que se entiende de ella. en este apartado del libro, pero también arquitectura doméstica que en
Este es pues uno de los intentos más esforzados del presente libro, el diferentes pesquisas en el país del Río de la Plata se pudieron detectar.
presentar obras o proyectos de arquitectura de la época pero detenién- Finalmente el capítulo quinto se detiene en la producción tanto inte-
donos en las reflexiones y debates que hay detrás, mostrando, en la ma- lectual como arquitectónica en el Perú de los arquitectos e investigadores
yoría de los casos, a la arquitectura arequipeña de la época colonial como de la primera mitad del siglo XX, en donde la ciudad colonial arequipeña
protagonista. es vuelta a reconocer como paradigma de la producción arquitectónica
Para cumplir con este objetivo, el libro se divide en cinco capítulos: nacional. Detectando edificios emblemáticos para analizarlos y estudian-
En el primero se aborda el siglo XIX y su producción arquitectónica como do también la teoría que los respalda, destacando que gran parte de estos
antecedente a los edificios en los que vamos a profundizar. Aquí demos- fueron edificados durante las celebraciones del cuarto centenario de la
traremos cómo a la vez que la arquitectura nacionalista de inicios del siglo ciudad y que fueron el detonante para una producción neocolonial muy
XX es una reacción contra la visión eurocéntrica de la época pasada, no difundida posteriormente en toda la ciudad.
logrará desprenderse de sus técnicas y mecanismos proyectuales motivo Creemos que esta modesta contribución al estudio de la arquitectu-
por el cual hay más de una coincidencia que reconocer. ra neocolonial basada en las edificaciones históricas de Arequipa, es solo
En el segundo capítulo, con el afán de contextualizar y de definir di- un primer paso para sugerir una nueva revisión de nuestro patrimonio,
versas posiciones desde las cuales se enarbolaron los pensamientos na- debiendo estar atentos a lo que de él podemos aprender, sobre todo en
cionalistas, estudiaremos cuáles fueron las generalidades y también las estos momentos en donde el mundo globalizado vuelve a intentar esta-
excepciones en el contexto americano para la concreción de los pensa- blecer parámetros valorativos desde las conveniencias de las élites que
mientos nacionalistas en la arquitectura, deteniéndonos en países que dominan las tecnologías, pudiendo así ser capaces de plantear alternati-
de alguna manera tendrán posiciones más claras y reconocibles, como: vas para restablecer nuevamente parámetros de valoración desde noso-
México, Los Estados Unidos de América, Argentina y lógicamente el Perú, tros mismos.
en donde intentando una posición descentralizada la intelectualidad pro-
vinciana se organizará y planteará también sus propios pensamientos. El autor
En el tercer capítulo se abordará el caso de la arquitectura colonial
arequipeña, analizándola desde la perspectiva que fue considerada por
los teóricos y proyectistas de la época, pero también reconociendo y
destacando lo que premeditadamente obviaron o no fueron capaces de
reconocer. Para realizar este apartado de la investigación se realizó un
trabajo sin precedentes de relevamiento de las edificaciones coloniales
más estudiadas de la época hasta el más mínimo detalle, sobre todo en la
parte compositiva y ornamental de las portadas que fue el aspecto más
estudiado por los arquitectos de estas iniciales décadas del siglo XX.
El cuarto capítulo está dedicado íntegramente al denominado estilo
arequipeñista en la Argentina, destacando los debates intelectuales de los

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“Nacer en un pueblo, crecer en un lugar con contornos bien
definidos, geográficos y sociales, sin duda ayuda a entender
lo importantes que son los límites, las condiciones de partida,
tanto para la vida como para un proyecto”

Rafael Moneo
Capítulo I

El siglo XIX
y los antecedentes
al pensamiento
nacionalista
americano
Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

1.1. La independencia política y la dependencia cultural


americana
Para poder entender las verdaderas razones que motivaron el nacimiento
de los pensamientos nacionalistas en América y su consecuente materiali-
zación en el arte y la arquitectura, resulta necesario reconocer las circuns-
tancias que antecedieron su aparición, pues dentro de las múltiples cau-
sas que confluyeron para su surgimiento seguramente la más relevante
fue el contexto de subyugación política económica y cultural que nuestras
naciones americanas vivían con respecto a un contado número de poten-
cias europeas y que se evidenciaban en las producciones artísticas y en los
edificios, a las cuales se valoraba bajo una escala de comparación con las
producciones del viejo continente.
Si tenemos que encontrar un momento específico al cual remitirnos
para situar el nacimiento de esta especie de segundo colonialismo cultural
tendremos que remitirnos a algunos años antes del surgimiento de los
procesos independentistas de nuestros países, en donde la misma coro-
na española, ahora bajo el mandato de los borbones, impondrá una serie
de reformas tendientes a modernizar sus territorios bajo los conceptos
“ilustrados” nacidos en otras naciones europeas y que debían constituir-
se a ultranza en los imperantes dentro del nuevo panorama occidental,
en el cual sus virreinatos eran piezas conformantes. Estos cambios tra-
jeron consigo la destrucción de todo un andamiaje productivo en el cual
se sustentó el quehacer artístico y arquitectónico de los anteriores años
coloniales, en donde pese las innegables deficiencias que todo sistema
autoritario supone, se dio cabida a una participación activa e incluyente de
grupos sociales, antes marginados, pero que poco a poco habían podido
hacerse un lugar en la dificultosa estructura social de la colonia gracias a
su trabajo y deseos de superación.
La arquitectura arequipeña de este período colonial es quizá uno de
los más claros ejemplos americanos de la participación y confluencia de
múltiples actores que fueron pergeñando una arquitectura mucho más
atenta a las necesidades contextuales que a las modas estilísticas impues-
tas por las élites. Pero lo es también de esta última etapa colonial e inicial
de la república en donde imposiciones foráneas modificarán epidérmica-
mente la imagen urbana de esta ciudad.
Pero si bien hemos referido a la última etapa de la colonia en donde
deliberadamente se fracturará un constructo social y cultural autóctono

20 21
Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

en favor de imposiciones forá- paradigmáticamente Paris con algo de Berlín, Milán o Turín, en lo cultural
neas, será durante las primeras dominantemente lo francés, en lo utilitario lo inglés y en la componente ét-
décadas republicanas en donde nica predomina lo latino…” 1.
esta mirada puesta en occiden- Las potencias europeas lo habían conseguido. Sin gastar una sola
te como derrotero absoluto de bala y contando con el beneplácito de las élites políticas económicas y cul-
lo que deberíamos ser, será la turales imperantes en esos tiempos, se les abrió las puertas para un nuevo
única opción factible en esta periodo de colonización, tejiéndose rápidamente toda una red de relacio-
nueva etapa de constituirnos nes que nos hacían dependientes en casi todos los campos de nuestras
como nación. naciones. En donde el desprecio por nuestro pasado, es decir por lo que
Si bien la historia nos hace finalmente éramos, era uno de los pocos cimientos consensuados sobre
referencia a sendas fechas na- el cual levantar nuestro porvenir.
cionales en donde los diferentes La arquitectura, como hecho social en donde se ven materializados
países americanos íbamos con- muchos aspectos de un grupo humano que convive y que comparte de-
siguiendo nuestra independen- terminadas formas de pensar, será el reflejo del contexto decimonónico
cia política con respecto a la pe- descrito, existiendo, también es cierto, un abanico de posibilidades pero
nínsula, fácticamente nuestras bajo el denominador común de la idealización histórica o actual de nacio-
dependencias mutaron unos nes europeas a las cuales ni siquiera terminábamos de entender.
cuantos paralelos geográficos Pese a ello, debemos también reconocer que muchos de los edificios
hasta ubicarse en otras poten- que se hicieron en esta época fueron de muy buena factura, ostentando,
cias europeas que veían al fin algunos de ellos, innegables cualidades arquitectónicas y que hoy cons-
cumplido su ansiado sueño de tituyen un significativo porcentaje del patrimonio edificado de nuestras
penetrar a estos añorados terri- principales ciudades.
torios de sumo interés para su Finalmente no debemos dejar de mencionar el caso de un grueso de
consolidación como referentes construcciones, principalmente pertenecientes a la arquitectura domésti-
mundiales. ca, que fueron más reacias a asumir como propios estos estilos foráneos,
Largos años de confusión vivirá el Perú, en conjunto a el resto de paí- y que si bien en alguno caso hay concesiones epidérmicas e interpreta-
ses americanos, buscando fuera de nuestras fronteras la manera de llegar tivas de estos cánones clásicos, siguieron manteniendo en un gran por-
a ser el reflejo más parecido de nuestros referentes y el más alejado de centaje el sistema productivo de herencia colonial al cual lo consideraban
nuestro pasado reciente al cual juzgábamos implacablemente culpándolo como algo inherente a ellos al momento de levantar una nueva edificación
de nuestras desventuras y haciendo lo posible por olvidarlo. Nuestro pa- y al reparar otra dañada.
pel dentro del panorama mundial como “países agro exportadores” que Este es pues el panorama que va a anteceder la aparición de los pen-
proveían de materia prima a las potencias europeas nos hacía sentir que samientos nacionalistas y la búsqueda de nosotros mismos a través de
ya formábamos parte de este grupo “prestigiado”. nuestro propio pasado, que es el tema central del presente libro, creyen-
Si bien, aislando a España de este prestigiado panorama, Europa en do necesario hacer una breve retrospectiva de esta arquitectura ante la
general era el referente a seguir, cada país representaba una quintaes- cual se va precisamente a reaccionar.
cencia de determinado sector sea este económico, cultural, artístico, etc.
Para que, cual piezas de rompecabezas, poder armar una sociedad ideali- 1. GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica, Madrid, Ed. Cátedra
zada. Así, tal como señala el arquitecto Ramón Gutiérrez: “…En lo urbano 2004, p. 404.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

1.2. Entre la civilización y la barbarie. El debate decimonóni- Sin embargo no todo estará regido por esta vorágine de alienadas
co sobre la arquitectura en América transformaciones, que si bien fue significativa y muy notoria en cuanto a
circunscribirse a edificaciones emblemáticas y de estratégica ubicación,
En el año de 1845 el escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento publi- no llegó a influir en un importante número de construcciones que segui-
ca su libro “Facundo o civilización y barbarie” 2; el texto es absolutamente rán manteniendo muchas de las herencias de producción constructiva co-
explícito para mostrar la dicotomía imperante en grandes sectores de las lonial. Insistiendo en la utilización de los materiales locales y las formas de
sociedades americanas entre lo que era civilizado y lo que era considerado ocupación del espacio que seguían sintiendo como inherentes a su propia
como bárbaro. En el primer grupo, es decir, en el civilizado, se encontraba cultura.
todo lo referente al mundo occidental, su cultura, su economía, el desa- A estas variadas formas de hacer arquitectura y a organizar el creci-
rrollo urbano de sus ciudades, y lógicamente la arquitectura como hecho miento de las ciudades hacia las últimas décadas del siglo XIX y primeras
material simbólico y tangible de todas estas virtudes. Por el contrario lo
del XX en América, dedicaremos unas cuantas páginas de este libro como
bárbaro era lo americano, con todo su “pasivo” histórico como lo prehis-
una necesaria revisión de los antecedentes a nuestro tema central de es-
pánico, lo colonial, lo andino, lo rural, etc. A decir pues de Sarmiento así
tudio.
como de las élites que en esos momentos dirigían los destinos de nues-
tros países, dependía de nosotros optar por lo civilizado o por lo bárbaro,
jugándonos en esta decisión nuestro futuro, progreso y desarrollo como
1.3. Renovaciones y expansiones urbanas. Nuevas estructu-
nación. ras para un nuevo modelo de ciudad
Como ya lo hemos mencionado lo urbano tendrá supremacía abso- Antes de abordar el tema estrictamente arquitectónico, conviene men-
luta sobre lo rural y en las ciudades estarán puestos todos los intereses cionar las intervenciones de índole urbano que van a sucederse en nues-
de los gobiernos de turno, en desmedro de las poblaciones rurales que tras ciudades bajo esta óptica de “modernidad europeizante”, en donde,
se encontrarán al margen de cualquier plan propulsor del desarrollo, em- como ya hemos mencionado Francia y especialmente París serán el máxi-
pezando entonces a tejerse una serie de mecanismos de supervivencia mo referente, pues mediante el plan de renovación urbana impulsado por
lindando muchas veces con lo informal. el barón de Haussmann la capital francesa será pionera en esta nueva con-
Bajo estas circunstancias las principales ciudades americanas tendrán cepción de lo que debían ser el trazado de las ciudades modernas. París lo
crecimientos, ensanches y renovaciones urbanas regidos por principios vivió hacia la mitad del siglo XIX y otras capitales europeas tomarían esta
homogéneos, pues partían todos ellos de referentes similares; ello irá mo- revolución urbanística para aplicar modelos similares como en Londres,
dificando paulatinamente el paisaje y fisonomía que poseían estos con- Bruselas y hasta la misma Moscú.
juntos en épocas pretéritas y de las cuales van a quedar solamente frag- Haciendo un intento de síntesis podemos concluir que estos planes
mentos de los que fueron antiguas unidades con altos grados de similitud. consistían en renovar importantes sectores de la ciudad antigua, a los
Al interior de estos pensamientos tendientes a occidentalizar a Amé- cuales los consideraban como insalubres, peligrosos y carentes de toda
rica van a coexistir una serie de variantes arquitectónicas denominadas estética no coincidente con la escala de valores vigentes, para renovarlos
genéricamente como “estilos”, pero también se producirán significativos con grandes avenidas y bulevares que articularían estos sectores del cas-
cambios en el sistema de producción de la arquitectura, que introducirá co histórico con los nuevos territorios que iba conquistando la urbe. Estas
nuevos materiales, procedimientos constructivos y especializaciones en la nuevas y dilatadas arterias viales, que ya consideraban los vanguardistas
mano de obra que tendrá que adaptarse a esta nueva realidad de cambios sistemas de locomoción, debían ser contenidas por una edilicia también
veloces. acorde con los nuevos tiempos, aunque fuera en desmedro de las edifi-
2. SARMIENTO, Domingo Faustino, Facundo o civilización y barbarie en las pampas argenti-
caciones históricas de base, a las cuales costaba verlas todavía como pa-
nas, Madrid, Ed. Cátedra, 1990. (Primera edición en 1845). trimonio. Sólo los edificios históricos más relevantes debían ser conserva-

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

dos, como por ejemplo las catedrales, los cuales constituyéndose en hitos hasta el denominado gobierno de “Reconstrucción Nacional” para que,
urbanos servirían como remates de las nuevas vías. con Nicolás de Piérola a la cabeza, se retomen estos procesos de renova-
Al igual que las europeas, las principales ciudades americanas no du- ción urbanística.
darán en implementar estas drásticas ideas urbanas, considerando, ade- Las transformaciones más radicales y que afectarán drásticamente la
más de los beneficios antes detallados, el hecho de asemejarse, cada vez fisonomía del centro de la capital estarán dadas por la construcción de las
más, a esos añorados y “civilizados” modelos europeos y ahora también alamedas Grau, Alfonso Ugarte y el bulevar La Colmena. La guia de arqui-
estadounidenses. tectura y paisaje de Lima relata este hecho “Sobre la demolida muralla se
Sin dejar de reconocer la existencia de procesos similares en las prin- trazan dos alamedas (Grau y Alfonso Ugarte) que se unen en forma triangu-
cipales ciudades latinoamericanas, siendo quizá el ejemplo más emblemá- lar con el bulevar de la Colmena, abierto sobre la trama del damero central,
tico del continente el de Buenos Aires, nos remitiremos al caso peruano, y sobre cuyo eje se generarían dos nuevos espacios urbanos: La Plaza San
incidiendo en el caso limeño y en el de Arequipa. Martín y el Parque Universitario” 3.
Para referirnos al caso de la capital peruana debemos hacer una re- Esta drástica intervención en pleno centro de la ciudad supondrán en
trospectiva hacia las últimas décadas del siglo XIX en que se inicia el proce- la gran mayoría de los casos perjuicios al patrimonio histórico limeño, ab-
so de demolición de las murallas coloniales que rodeaban la ciudad para la solutamente infravalorado en la época, pero favoreciendo ese entendido
puesta en marcha del primer gran ensanche de la urbe, sin embargo este ideal de convertir a la capital del Perú en una ciudad occidental con sus
proceso expansivo ya puesto en marcha verá ralentizada su ejecución por grandes ejes interconectados visualmente por hitos a manera de monu-
la nefasta guerra con Chile que durante bastantes años detuvo cualquier
intento de desarrollo del Perú como nación, dentro de lo cual estaba, cla- 3. AA. VV. Guía de arquitectura y paisaje, Lima y el Callao, Lima, Ed. Junta de Andalucía, Uni-
versidad Ricardo Palma, 2009.
ro está, el crecimiento y mejora de las ciudades. Tendremos que esperar

En el centro de la imagen puede verse la avenida limeña de la Colmena conjuntamente


con la Plaza San Martín y el Parque Universitario, con sus sendos monumentos al centro de Avenidas Alfonso Ugarte, Grau y Brasil partiendo de manera radial de la plaza Bolognesi,
estos espacios abiertos que van interconectando visualmente los nodos, a manera construidas sobre la demolida muralla que rodeaba perimétricamente la ciudad
del urbanismo decimonónico de las principales capitales europeas durante la época colonial.
Foto: Aérea de la Avenida La Colmena, archivo Courret. Biblioteca Nacional del Perú. Foto: Aérea de la Plaza Bolognesi, archivo Courret. Biblioteca Nacional del Perú.

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El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

Paseo Colón construido en Lima, en el año de 1898 bajo el nombre de “Paseo 9 de Sector inicial de la avenida Arequipa en Lima, inicialmente denominada “Avenida Leguía”,
Diciembre”, eje que comunicará la avenida Grau con la plaza Bolognesi. con el desaparecido arco morisco. Esta fue una de las iniciales arterias concebidas para la
Foto: Paseo 9 de Diciembre, libro “Memorias de Lima” GUNTHER y MITRANI. expansión de Lima hacia zonas periféricas como el balneario de Miraflores.
Foto: Aérea Avenida Arequipa, libro “Memorias de Lima” GUNTHER y MITRANI.
mentos. José García Bryce describe así esta intervención: “la perspectiva
de la colmena hacia el oeste tenía como foco el monumento al combate del tendiente a hacer crecer horizontalmente la ciudad y a aprovechar las ven-
2 de mayo de 1866, y en el tramo occidental, estaría destinada a culminar, tajas que tan exitosamente difundía el planeamiento urbano estadouni-
hacia el lado opuesto, en la futura plaza San Martín con su estatua ecues- dense permitiendo la construcción de casas a manera de villas o chalets
tre, que se inauguraría en 1921, completando así un eje monumental con dos en terrenos de densidad muy baja. Estas nuevas vías, algunas de las cuales
polos…” 4. unirán a la vieja Lima con pequeños poblados preexistentes como el bal-
Nuevos espacios creados con una visión occidental, por la élite polí- neario de Miraflores, partirán del centro de la ciudad y se expandirán en
tica y social imperante en la época no hará otra cosa que privilegiar los in- diferentes direcciones; así lo relata Elio Martuccelli: “Desde el centro de la
tereses y gustos de unos cuantos, coexistiendo en ellos una arquitectura ciudad se trazan importantes ejes que harían crecer Lima: la Avenida Brasil
a imagen y semejanza de lo que estas privilegiadas élites aspiraban para (1919) hacia Magdalena, La Avenida Arequipa (1921) hacia Miraflores y la Ave-
su uso y comodidad. Es así que además de los edificios públicos y comer- nida Venezuela (1924) hacia el Callao, a lo que se añade la inauguración de la
ciales, viviendas para estas clases privilegiadas empezarán a otorgar una avenida Alfonso Ugarte en 1928. La Avenida Arequipa originaría la consolida-
nueva imagen a bulevares, avenidas y nuevos barrios enteros de la Lima ción de distritos y urbanizaciones como Santa Beatriz, San Isidro, Orrantia y
de inicios del siglo XX. Jesús María” 5.
Pero además de estas intervenciones en el mismo centro de la ciudad Una Lima pues que empieza a privilegiar el crecimiento horizontal y
o tangenciales a él los años veinte concebirán un urbanismo expansivo, a aprovechar las ventajas que los nuevos distritos le otorgaban con to-

4. GARCÍA BRYCE, José. Arquitectura virreinal y la república, en AA. VV. “Historia del Perú”, 5. MARTUCCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada, Lima, Ed. Universidad
Lima, Ed. Mejía Baca, 1980, p. 119. Ricardo Palma, 2000, p. 60.

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El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

das libertades para dar nuevos territorios a los cuales expandir la urbe. La primera y lógica
construirse en base a opción fue integrar a la zona denominada como “La Chimba” al resto de
sus particulares ideales. la ciudad. Para ello en las últimas décadas del siglo XX se ejecutará el do-
Una ciudad con dificul- minado Puente Grau “Este puente entró en funcionamiento a fines del año
tades para reconocer de 1888, después de haber sido construido en algo más de cuatro años” 7,
su patrimonio y que no nsertando en un primer momento el barrio de Yanahuara y posteriormen-
tiene prejuicios para te Cayma al resto de la ciudad. La lógica proyección del puente creará la
prescindir de él cuándo llamada “Avenida Ejército”, nueva vía de inusitada sección que privilegia-
de adoptar modelos fo- rá la aparición de residencias de clases acomodadas en los años sucesivos
ráneos se trata, será la bajo la tipología del “chalet” en medio del lote con sus cuatro fachadas
urbe que antecederá la liberadas. Transversalmente a esta avenida una vez culminado el Puente
aparición de la arquitec- Grau aparecerá también la Alameda Bolognesi que consolidará la unifica-
tura nacionalista que es ción de la ciudad con el antiguo balneario de Zemanat, creando también
el tema central del pre- una importante vía muy valorada para la construcción de casas para las
sente estudio. clases altas.
El caso del urbanis- La otra gran expansión de la ciudad será la originada por la tensión que
mo arequipeño de la época difiere sustancialmente del de Lima, no tanto supuso la construcción de la estación del ferrocarril hacia la periferia su-
por los ideales (pues al igual que la capital su destino estará regido por una roeste de la ciudad en la ruta que unía a la ciudad con el próximo balneario
élite política y social que tiene puesta su mirada en Europa como paradig- de Tingo. El ferrocarril hace
ma) sino en cuanto a sus posibilidades a realizar renovaciones urbanas tan su ingreso a Arequipa en el
drásticas y empresas constructivas tan costosas como las que si eran fac- año de 1871, suponiendo la
tibles en la capital peruana; y seguramente, también, por un apego mayor construcción de una serie
de los ciudadanos por el centro histórico que de alguna manera seguirá de equipamientos para el
marcando ciertas pautas para el crecimiento de la ciudad como veremos adecuado funcionamiento
posteriormente. Sobre estas opciones fácticas que los arequipeños to- y administración del mismo,
marán en estas primeras décadas del XX Ramón Gutiérrez menciona: “En así, la estación de pasaje-
general, en estos arrebatos finiseculares americanos, el modelo urbano de ros, almacenes, talleres,
París con sus grandes avenidas realizadas por el barón de Haussmann y los oficinas administrativas y
extensos parques tenían el ejemplo paradigmático de la ‘capital del mundo viviendas de administrado-
culto’. Sin embargo la fuerza de la realidad fáctica del contexto arequipeño res y personal constituirán
llevaría a transcripciones más modestas, pero a la vez posibles, de aquellos un importante núcleo que
‘ideales’ tan distantes y diferentes” 6. Bajo estos principios podemos pues imantará la prolongación
determinar algunas de las características urbanas de la Arequipa de esta de las calles Álvarez Thomas
época. (antes llamada Ejercicios) y
En primer lugar el crecimiento poblacional de la ciudad que ya había La Merced, de cuyas sendas
densificado el tejido del damero fundacional hispano empieza a deman- proyecciones nacerán las
6. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución histórica urbana de Arequipa 1540-1990, Lima, Ed. Epígra- 7. CARPIO MUÑOZ, Juan Guillermo. “La inserción de Arequipa en el desarrollo mundial del
fe, 1990, p. 180. capitalismo (1867-1919)” en AA. VV. Historia General de Arequipa, p. 576.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

hospital de Arequipa. La ave-


nida Goyeneche recorrerá la
ciudad del suroeste al noreste
y abrirá camino para articular
definitivamente la ciudad con
el poblado de la antigua pam-
pa de Miraflores.
Económicamente Arequi-
pa cifrará gran parte de sus ex-
pectativas en la exportación
de materias primas regiona-
les, destacando, por ejemplo,
las fibras de camélidos de gran
acogida internacional. Las ca-
sas exportadoras arequipeñas
crecerán considerablemente,
y con ellas un buen número
Aerofotografía del año 1945 en donde puede apreciarse el damero central de inmigrantes extranjeros
de la ciudad rodeado por la campiña y las principales vías que parten del mismo con que fijarán a la ciudad como
una finalidad expansiva de la urbe.
Foto: Aérea de Arequipa 1945. Archivo fotos históricas CEDIP. su nuevo lugar de residencia
y muy rápidamente se acomo-
nuevas vías: Bulevar Parra y la calle Tacna y Arica. Dada su fisonomía y ubi- darán en las clases sociales y
cación, sobre todo el Bulevar Parra, que tendrá una continuidad mucho económicas altas, consolidan-
mayor, será una arteria privilegiada para albergar la vivienda de las clases do una nueva élite compartida
sociales más emergentes de la época, construyendo sus viviendas bajo con la clásica aristocracia local que verá con beneplácito la aparición de
los más variados estilos eclécticos internacionales, dentro de la que se en- este nuevo habitante que lo hará sentir más próximo a sus ideales occi-
cuentra la que alquilaban la familia Llosa a los Vinelli y en donde nacería en dentales materializados en el urbanismo y en la arquitectura local.
1936 el Premio nobel arequipeño Mario Vargas Llosa8. Sin la intención de dejar agotado el tema del urbanismo arequipeño
La expansión de la ciudad hacia el sur este estará dado también por la y la expansión de la ciudad en las primeras décadas del siglo XX, podemos
prolongación de las calles del original damero colonial. Así la calle Merca- concluir que muchas de las nuevas vías de la época fueron el resultado de
deres se prolongará hacia la zona de “La Ranchería” hoy conocida como la prolongación de las calles del damero fundacional para integrarse con
calle Octavio Muñoz Nájar. La calle San José se convertirá en la de Siglo poblados ya consolidados o con importantes núcleos de equipamientos,
XX y la de Santa Marta en el Pasaje Santa Rosa. La prolongación de estas existiendo también el caso de algunas otras que buscan “conquistar” nue-
nuevas vías hará intersección con la avenida Goyeneche, importantísima vos territorios para la edilicia de la ciudad. La espacialidad y morfología de
arteria trazada y consolidada en esta época en las chacras de la familia este nuevo viario de la urbe arequipeña responderá también a la visión
del mismo nombre que contribuirán también en la construcción del gran occidentalizada de la época, que terminará de consolidarse con las edifi-
8. VARGAS LLOSA, Mario. “ La Casa de Arequipa” en Piedra de Toque, Ediciones diario El
caciones que irán apareciendo y flanqueando su crecimiento, de las cuales
País, Madrid España, 27 de marzo de 2011. nos ocuparemos a continuación.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

Dadas las características propias de una vía que concentra gran parte del
comercio de la ciudad la calle Mercaderes vivirá intensos procesos de
renovación urbana, adaptándose la edilicia a los gustos y nuevas formas de vida
de la Arequipa republicana. Uno de los primeros edificios academicistas construidos en el Perú fue
Foto: Postal y peatonal de la Calle Mercaderes, segunda mitad del siglo XX. el edificio de la facultad de Medicina, finalmente concretado en Lima en
Archivo fotos históricas del CEDIP. el año 1903, siguiendo el diseño del Ingeniero Santiago Basurco.
Foto: Postal de la facultad de Medicina. Archivo fotos históricas del CEDIP.

1.4. La edilicia de inicios del siglo XX y las particulares visio- perfección, así lo reconoce Ramón Gutiérrez cuando menciona: “El reper-
nes de occidente torio residencial y el de los edificios públicos, sería el campo predominante
del academicismo francés expresado emblemáticamente por la École des
a) Intentos academicistas Beaux Arts de París que habría de asumir la conducción pedagógica de los ar-
Se entiende por arquitectura academicista a aquella producida bajo los quitectos americanos, y también de los norteamericanos, durante la segun-
cánones y preceptos de las academias de bellas artes europeas al interior da mitad del siglo XIX y casi la mitad del XX” 9. El academicismo no sólo será
de las cuales se enseñaba la profesión de arquitectura. Dentro de estas pues una opción estilística sino la forma conocida de abordar un proyecto
destaca nítidamente la “Beaux Arts” de París, la cual marcaría un estilo que tenían una gran parte de los profesionales que ejercían en nuestros
y una forma de enseñar la arquitectura, la cual tendrá una inmensa re- países formados bajo estos principios.
percusión internacional, principalmente por la calidad y acertada difusión Dentro de las obras academicistas realizadas en nuestro país hemos
de muchos edificios decimonónicos y de inicios del siglo XX, como por la de distinguir dos modalidades: en primer término las pertenecientes al
formación profesional de muchos arquitectos que instruidos en sus aulas “academicismo clásico” en donde las referencias al mundo clásico greco-
y talleres propagarán por todo el mundo occidental, incluyendo Latinoa- romano son evidentes y tratadas con grandilocuencia, muy utilizadas por
mérica, esta forma de entender y hacer arquitectura. ejemplo para edificaciones públicas en donde los estamentos del estado
Más temprano que tarde el estilo denominado academicista o “Beaux quieren hacer gala de su supremacía y poder. El otro grupo es el de las
Arts” se convertirá en un sinónimo de “buen gusto”, pues dentro de las obras que pertenecen al estilo “academicismo historicista” en el cual, si
características esenciales del estilo estará la grandilocuencia, el esmero bien se mantienen sistemas compositivos y proporciones clásicas, el re-
en el detalle y la ornamentación, y claro está, las referencias al prestigia- pertorio ornamental es mucho más amplio, haciendo referencia a un pasa-
do pasado histórico clásico del cual todos querían sentirse herederos. Sin do histórico europeo. En el Perú fue un estilo bastante usado, sobre todo
embargo, con el transcurrir del tiempo el academicismo irá admitiendo en Lima durante las primeras décadas del siglo XX en donde habrá una
una cada vez mayor gama de referencias históricas para ser incluidas a su coincidencia con los intereses de las élites gobernantes de la “república
repertorio formal, pero manteniendo siempre su rigor compositivo. aristocrática” que intentará renovar la edilicia capitalina a imagen y se-
En el contexto ideológico anteriormente señalado imperante en las
élites de los diferentes países americanos, el academicismo calzará a la 9. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

mos mencionar el caso del orfelinato “Chávez de la Rosa” de la avenida


Goyeneche, o el de la casa “Muñoz Nájar” ubicada en la esquina de las
calles Deán Valdivia con Piérola. Arequipa irá abandonando estos rigores
clásicos para favorecer
una arquitectura de
interpretación formal
más libre y desprejuicia-
da lo cual más de una
vez despertó la crítica
de propios y extraños
argumentando “En la
actualidad, se nota al-
gún esfuerzo, no siem-
pre muy feliz, por hacer
Uno de los ejemplos más destacados del academicismo “Beaux Arts”
es el edificio de departamentos “Rimac” concluido en 1924 por el arquitectura de arte.
arquitecto Ricardo Malachowski. Los constructores se
Foto: Edificio de departamentos “Rimac”. Archivo fotos históricas del CEDIP.
han dedicado con tal fin
a plagiar, convenga o no
mejanza de sus intereses y anhelos europeizantes, sin embargo a opinión
convenga elementos de-
de algunos teóricos la arquitectura academicista realizada en el Perú no
corativos de las arquitecturas de ultramar y están llenando las nuevas aveni-
tuvo el rigor que el estilo supone, existiendo opiniones como la de García
das de chalecitos (a todo lo que no es antigua casona española lo llaman Are-
Bryce que menciona: “En general, la falta de corrección en la aplicación de
quipa chalet) de escaso gusto, huérfanos de proporciones y armonía, salvo
las normas de composición, proporciones y uso de los elementos constituyó
elegantes excepciones” 11. Podemos ver como en cada época reaparecen
la principal carencia de la arquitectura academicista nacional, que en parte
los “ilustrados” tratando de imponer sus criterios sobre el “buen gusto”
se debió al crecido número de obras que se encomendaban a constructores
que debía imperar en nuestras ciudades. Pero precisamente de esta arqui-
empíricos o a aficionados, dirigidos con frecuencia por el propietario, y a lo
tectura cada vez más alejada de los principios académicos y susceptibles
reducido del número de arquitectos con formación profesional” 10. Pese a es-
para acoger con una visión más romántica y pintoresquista influencias in-
tas opiniones nosotros pensamos que si hubieron edificios de muy buena
ternacionales, es que nos ocuparemos a continuación.
factura que para el caso limeño no solo se quedaron en la edilicia sino en
espacios enteros concebidos bajo estos principios como por ejemplo la ya b) Los “neos”, los “revival” y la materialización de nuestra dependencia
mencionada Plaza 2 de Mayo. cultural a través del eclecticismo
En Arequipa los casos de un academicismo pleno y grandilocuente Como ya hemos adelantado, maneras mucho más libres y desprejuiciadas
como el de las principales ciudades americanas es menos frecuente, sin de hacer arquitectura coexistirá en esta época con edificios de raigambre
embargo, muchos de sus principios estarán presentes en las edificaciones académica y principios más sofisticados para su elaboración. Nos estamos
de diversas funciones y escalas que acompañaran la prolongación de vías refiriendo a la inmensa variedad de estilos que hacen uso de un repertorio
que conquistan nuevos sectores para la ciudad y en la renovación edilicia formal extraído de referentes internacionales de diversas regiones y de
producida en el mismo casco histórico. Por citar algunos ejemplos pode- épocas variadas, teniendo eso sí, como denominador común un deseo de
10. Op. cit. GARCÍA BRYCE, José. La arquitectura en el virreinato y la república… p. 123. 11. Álbum mundial del sur del Perú, Lima, 1928.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

Sea pues transmitido vía directa o indirecta este ecléctico historicis-


mo internacional será la materialización de las dependencias culturales
foráneas a las que tan libremente nos habíamos sometido y que interpre-
tábamos ahora, con una buena dosis de
libertad. La nueva tipología residencial,
desplegada ahora en amplios lotes que
propician una edilicia con sus frentes li-
berados de vecindades contiguas, serán
propicias para adscribirse a morfologías
variadas que no hacen el menor esfuerzo

La casa de la familia “Muñoz Nájar” será uno de los ejemplos más concretos del
denominado academicismo clásico en Arequipa, destacando claramente los referentes
greco-romanos y la grandilocuencia de sus órdenes que contrasta con las proporciones y
escala del resto de edificaciones del casco histórico de la ciudad.
Foto: Volumetría de la Casa “Muñoz Nájar”. Foto: Carlos Rodríguez Quiroz.

individualismo y de originalidad. García Bryce menciona sobre ellos lo si-


guiente: “Puede discernirse en esta arquitectura tanto la búsqueda de lo no-
vedoso y distinto, característica de una época de crecimiento más acelerado
y mayor movilidad social, como también los efectos de un contacto mucho
más estrecho con el extranjero (Europa y Los Estados Unidos) a través de
las revistas y libros ilustrados, cada vez más numerosos, y del cine, nuevo
y poderoso vehículo de transformación de los valores, ideas y gustos de la
La construcción del Puente Grau dará como resultado la consolidación de su proyección
sociedad bajo el signo de influencias externas” 12 muchas serán pues las in- en la denominada Avenida Ejército la cual se irá poblando de una edilicia dada
fluencias para la difusión de estas variables cuya concreción en la arquitec- principalmente por viviendas tipo “Chalet” que adoptan los más variados estilos
internacionales con una marcada tendencia europea.
tura nacional “resulta difícil de distinguir entre la inspiración la imitación, la Fotos: Avenida Ejército a inicios hacia fines del siglo XIX e Inicios del XX.
copia y el calco” 13, pero además de las añadidas por García Bryce podemos Archivo fotos históricas del CEDIP.
adicionar la propia influencia de una buena cantidad de migrantes euro-
peos que no les disgustará ver materializadas en tierras lejanas parte de por respetar parámetros urbanos homogéneos sino por el contrario pro-
un imaginario que les resultaba más familiar y cuya concreción contagiará piciar una individualidad en una sociedad cuyos integrantes pugnan por
a otros futuros inmuebles de familias que quieren asemejarse a esta élite acomodarse en una estructura que está en proceso de reconstruirse.
relacionada con una nueva aristocracia. Pero no solo las viviendas periurbanas adoptarán estos pintorescos
estilos, importantes equipamientos utilizarán morfologías historicistas
12. Op. cit. GARCÍA BRYCE, José. La Arquitectura en el virreinato y la república… p. 137. para su concreción. Para el caso arequipeño hay que destacar el caso del
13. Op. cit. MARTUCCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada… p. 63. hospital Goyenenche, adaptación de una tipología hospitalaria francesa

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

realizada por el inventor arequipeño Pedro Paulet el cual hizo uso de un


esquema funcional academicista ataviado con un ropaje gótico, que resal-
taba en la capilla del conjunto lamentablemente demolida en la segunda
mitad del siglo XX.
Manejando criterios formales similares se construirá también el pa-
lacio episcopal y residencias de la época, siendo muy interesante la recu-
rrencia en la utilización de la toba volcánica, “sillar”, bajo nuevos sistemas
de producción arquitectónica, notándose también el uso del denominado
“sillar rosado” de una
mayor densidad y resis-
tencia que el blanco.
Habiendo ya he- La mansión de la familia Ricketts dispondrá de un privilegiado terreno en donde
cho mención a la evo- desplegará su morfología y espacialidad de marcada inspiración renacentista.
Fotos: Revista el Arquitecto Peruano 1944.
lución del sistema de
producción arquitectó- ción en obras del estado, destacando la ya mencionada construcción de
nica que para el caso la “Avenida Leguía” (hoy Arequipa) en la capital peruana. En Arequipa,
arequipeño supondrá: esta compañía norteamericana será contratada en principio para obras
la intervención directa de alcantarillado, y aprovechando su capacidad instalada en la ciudad em-
de profesionales es- prendió otra serie de obras públicas y privadas tal como relata el arquitec-
pecialistas en temas to Ramón Gutiérrez: “The Foundation Company aprovechó la oportunidad
constructivos, la capa- de esta obra y su capacidad de equipo instalado para convertirse en una de
citación de una mano las principales empresas constructoras de Arequipa, teniendo a su cargo la
de obra facultada para realización de obras como el muro de contención de la torrentera de San Lá-
realizar trabajos menos zaro, la construcción del Palacio Episcopal (concluido en 1929) el chalet de la
artesanales, la intro- familia Ricketts en la alameda Jorge Chávez, la residencia del Dr. Ramírez del
ducción de nuevos ma- Villar y otros, actuando como supervisor de las obras el ingeniero Thomas A.
teriales y técnicas cons- Stiles” 14. Dentro de todas estas obras destacará la mansión de la familia
tructivas, etc. Entran a Ricketts, convirtiéndose en una de las construcciones de uso residencial
escena las empresas más grandes edificadas en la Arequipa del siglo XX, abarcando su terre-
constructoras naciona- no original la barranca que desciende hacia el río Chili. Esta imponente vi-
les y extranjeras que se vienda de estilo neorrenacentista utilizó de manera muy acertada el sillar
encargarán de las prin- blanco y el rosado, no escatimando en gastos para el tratamiento de sus
cipales obras de la ciu- espacios interiores y externos cargados de referentes europeos.
dad. Un caso a resaltar
c) La expresión del lenguaje de las máquinas
en la época es el de la
empresa “Foundation Al interior de esta nueva etapa republicana que intenta construir una so-
Company” la cual tenía ciedad que tiene puestas sus expectativas en el desarrollo y la moderni-
una nutrida participa- 14. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución histórica urbana de Arequipa… p. 204.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

dad no podemos dejar de do este un temprano caso en


mencionar la aparición de el Perú de utilización de estos
una arquitectura que más materiales.
que obedecer a criterios Algo más tardío que el
estilísticos debe su exis- palacio es la denominada
tencia a necesidades fun- “Estación de Desamparados”
cionales evidentes que proyecto de Rafael Marquina
empiezan a aparecer fru- en el año de 1912, caracteri-
to de dinámicas sociales zándose por el uso de mate-
hasta ese momento des- riales plenamente contem-
conocidas. La necesidad poráneos como el concreto
por ejemplo de albergar armado, el fierro, el vidrio,
bajo espacios techados etc. sin abandonar el ropaje
a un importante número academicista exterior del cual
de personas supondrá ya hicimos mención. Los años
la utilización de nuevas siguientes serán bastante fe-
técnicas y de materiales cundos en la construcción o
de comprobada eficacia ensamble de estos edificios
para esos fines en contex- en la capital que paulatina-
tos industrialmente más mente irán abandonando el
avanzados, es así que ropaje historicista para dar
mercados, estaciones de una plena expresión al “len-
pasajeros, hangares in- guaje del fierro y de las má-
dustriales, etc. Encontra- quinas”.
ran en la arquitectura de El caso arequipeño es
fierro la mejor manera de también destacable en el
solucionar problemas de marco nacional, pues obras
cubrir amplias luces y de dar rápida solución en contextos en donde el tempranas buscarán encontrar en el fierro la solución a una nueva pro-
tiempo es un factor que también ha cambiado. blemática que las funciones contemporáneas demandaban. Seguramente
El caso de Lima es evidente con la aparición de ciertos edificios que las primeras fueron las dadas por la llegada del ferrocarril del sur a la ciu-
desde finales del siglo XIX empiezan a incluir dentro de sus materiales y dad, el cual luego de muchas marchas y contramarchas se terminará por
técnicas el fierro y el vidrio para ensamblarlo y solucionar grandes luces, consolidar en el año de 1871. Serán las dos principales obras derivadas de
manteniendo la mayoría de veces un lenguaje historicista en los muros. esta infraestructura vial que se construirán en la ciudad: El viaducto de
Caso emblemático es el denominado “Palacio de la exposición”, el cual llegada del tren que atravesase al río Chili y la estación de pasajeros estra-
fue construido en el marco de la Exposición Internacional de Lima del año tégicamente ubicada en “el ángulo que forman el camino a Tingo y en el de
de 1872. El exterior del edificio es un historicismo renacentista y el interior la Ronda, a una distancia que no exceda a 8 cuadras de la plaza principal” 15.
se distingue por el uso de columnas de fierro importadas de Europa que
atraviesan los dos niveles de la edificación y sostienen la cobertura, sien- 15. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución Histórica Urbana de Arequipa… p. 168.

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Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

Sobre el viaducto, hoy de uso vehicular y conocido como “Puente de Fie- a un importante número de
rro” o “Puente Bolívar” es una obra majestuosa admirada por ser durante edificios, quizá cuantitati-
muchos años uno de los viaductos urbanos más extensos de Sudamérica. vamente más significativos
Su ensamble se realizó utilizando las piezas importadas y la tecnología de que el primer grupo, perte-
la empresa “Phoenix Iron Company” de Filadelfia, tal como lo relata la ar- necientes a otros sectores
quitecta Darcy Gutiérrez: “El sistema estructural es en realidad una patente sociales, que por su misma
de autorizada de la empresa ‘Phoenix Iron Company’, la cual hizo una gran condición marginal, son
innovación en 1862, cuando Samuel Reeves, uno de los jefes de la empre- poco influenciables por
sa, inventó la columna Phoenix” 16. Así mismo, la estación de pasajeros que modas pasajeras y siguen
terminó por constituirse algunos años después hará también uso de las manteniendo patrones edi-
estructuras metálicas ensambladas solucionando así el problema de las ficatorios eficaces y trans-
luces mayores en los espacios para albergar a una inusitada concentración mitidos de generación en
de personas. Estos dos elementos, el viaducto y la estación, generarán un generación. Nos estamos
nuevo polo en la ciudad, propiciando el crecimiento urbano de Arequipa refiriendo, claro está, a la
hacia ese sector. arquitectura denominada
Algo más tardío es el mercado de abastos de Arequipa el cual fue vernácula o popular, que
finalmente construido en un céntrico terreno que había quedado vacío para el caso arequipeño va
por la demolición del complejo religioso hospitalario de los padres cami- a ser muy heredera de la ar-
los. Este importante equipamiento de la ciudad, va a funcionar una bue- quitectura decantada en la
na cantidad de años sin ningún tipo de cubierta, viendo finalmente en las época colonial y que man-
primeras décadas del siglo XX la necesidad de mejorar la infraestructura tendrá hasta las primeras
construyendo una imponente cubierta metálica que puede ser apreciada décadas del siglo XX princi-
hasta el día de hoy. pios espaciales y construc-
Así pues la ciudad blanca, verá en estos nuevos materiales la posibili- tivos de muy antigua data.
dad de hacer frente a los equipamientos que las nuevas funciones deman- Si bien es un hecho
daban, descubriendo también las cualidades de su propia expresión. normal que en una gran
mayoría de casos esta ar-
d) La otra arquitectura. Permanencias coloniales en la arquitectura
quitectura permanezca en
popular
entornos periurbanos o rurales, el caso arequipeño se distingue por pre-
Resulta ser lugar común entre los historiadores y críticos de la arquitectu-
servar este tipo de construcciones tanto en las periferias como en pleno
ra latinoamericana centrar su estudio en un grupo de edificios pensados
centro de la ciudad, ya sea como hechos autónomos o como partes de
y construidos para una élite que de alguna manera fue capaz de materia-
edificios que no han sido del todo conquistados por un “estilo moderno”.
lizar una arquitectura, que por nuestra propia formación académica, nos
Es por ello que existen claras evidencias fotográficas de pleno siglo
resulta familiar y que la podemos entender relacionándola con otras obras
XX en donde se puede seguir viendo la coexistencia de edificios apegados
y así poder calificarla y medirla pero bajo una escala de valores ya previa-
a estos principios estilísticos conjuntamente con los de orden vernáculo.
mente establecida. Es por ello que en la mayoría de los casos excluimos
Como características destacables de estos edificios es la utilización
16. GUTIÉRREZ PINTO, Darcy. Gustave Eiffel en el Perú, 1870-1890, Lima, Ed. Universidad Na-
recurrente del sillar como material para los muros con la expresión recia
cional de Ingeniería, Instituto de Investigación FAUA, 2013, p. 171. y maciza que su génesis estereotómica amerita y la utilización puntual y

44 45
Capítulo 1
El siglo XIX y los antecedentes al pensamiento nacionalista americano

estrictamente necesaria de vanos. Las cubiertas suelen ser de paja o teja


o torta de barro soportadas sobre una estructura de madera. En el caso
de estas viviendas ubicadas próximas al centro de la ciudad y que tienen
todavía que respetar los rezagos de un lote urbano continúan mantenien-
do la organización espacial en torno a espacios abiertos regulares. Para el
caso de las construcciones más periféricas su disposición será mucho más
libre, configurando algunos espacios abiertos semirregulares pero apertu-
rándose también al contexto natural.
Podemos pues concluir que en el Perú hacia finales del siglo XIX e ini-
cios del XX, va a coexistir una arquitectura elitista que a todas luces quiere
mostrar su modernidad y “contemporaneidad con el mundo” a través de
la adopción de lenguajes foráneos y un grueso de la producción residen-
cial, que debiendo satisfacer las demandas de hábitat seguirá haciendo
uso de los materiales y técnicas heredadas de épocas pasadas, los cuales
le son mucho más próximos y naturales. Existe por ello una marcada di-
ferencia entre lo que ocurre en las capitales de los países latinoamerica-
nos y en las principales ciudades con respecto al resto de poblaciones que
no participan de estos debates estilísticos ni son incluidos como parte de
esta reducida visión de país.

46 47
Capítulo II

El origen de
los pensamientos
nacionalistas en los
países americanos
Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

2.1. Generalidades y excepciones en el contexto americano


para la concreción de los pensamientos nacionalistas en
la arquitectura
Uno de los principales objetivos del presente libro es reconocer la influen-
cia que la arquitectura existente en una determinada región, para este
caso Arequipa, va a ejercer sobre otros entornos que sobrepasan los lí-
mites físicos de la actual república peruana; resultando entonces tarea
ineludible adentrarnos, aunque sea de manera somera, al fenómeno na-
cionalista a nivel continental, y así poder definir características tanto de
índole común a los diferentes países americanos como las específicas de
cada región.

2.1.1. La crisis de los modelos


Hemos ocupado toda la primera parte de este texto para explicar las de-
pendencias, tanto de índole económico como cultural, a las que nuestros
países se habían sometido con total libertad y complacencia por parte de
las élites que dirigían los destinos nacionales. Estas se fundamentaban en
una idealización de los países europeos y de su forma de vida como único
paradigma a seguir para lograr nuestro desarrollo y prosperidad. En este
contexto de máxima idealización del mundo occidental en donde los Es-
tados Unidos de América iba ganando cada vez más espacio para consoli-
darse también como referente, se desatará en el año de 1914 la Gran Gue-
rra Europea en la cual se verán involucrados, en uno u otro bando, todos
los países del viejo continente, convirtiéndonos nosotros en testigos de
excepción de la destrucción inmisericorde de países en teoría herederos
de una misma raigambre cultural.
La economía, la técnica, el sistema industrial y todo lo que los latinoa-
mericanos admirábamos de los europeos y queríamos imitar, fue puesto
al servicio de la guerra y el aniquilamiento de soldados y poblados ente-
ros, es así que el modelo oligárquico va a sufrir un golpe importante, tra-
yendo esto consigo la necesidad de meditar sobre un sistema más acorde
en el cual se pudiera sostener la visión de futuro de estas nuevas naciones
y de construir una nueva escala de valores recurriendo, por primera vez en
su corta historia republicana, a hacer una mirada introspectiva y a intentar
trazar un derrotero desde y hacia su propio territorio.

50 51
Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

Para el caso específico peruano las consecuencias de la guerra contri- casos más emblemáticos de
buirán al debilitamiento de la denominada “república aristocrática” 17 que las protestas de esta época
pare ese entonces tenía como líder al presidente José Pardo y Barreda hijo resulta el levantamiento del
del fundador del partido civil Manuel Pardo y Lavalle, culminando su perío- sargento mayor de caballe-
do con una serie de demandas sociales y reivindicaciones de las cuales nos ría Teodomiro Gutiérrez Cue-
ocuparemos posteriormente. vas, conocido por el nombre
quechua de “Rumi Maqui”
2.1.2. La reivindicación de las clases populares (Mano de Piedra) quien des-
Así como la primera guerra mundial va a resultar decisiva en la formula- de la sierra sur encabezará
ción del nuevo pensamiento iberoamericano, no menos importante va una de las más importantes
a resultar el triunfo de la revolución rusa de 1917, pues pese a la lejanía rebeliones por conseguir
geográfica en que se dieron estos acontecimientos, su influencia va a ser reivindicaciones de una im-
grande en cuanto a las tendencias reivindicatorias de las clases sociales portante cantidad de mano
menos favorecidas. En este sentido campesinos y obreros van a tener, por de obra indígena explotada.
primera vez, una participación activa en la vida política del país y ciertos Resulta revelador el hecho
pensadores latinoamericanos van a buscar la forma de reivindicar a este de que Teodomiro Gutiérrez
sector de la población, valiéndose en muchos casos del pasado prehispáni- fuera declarado traidor a la
co como manera de hacer aflorar sentimientos que de alguna forma mejo- patria por intentar recom-
rasen la autoestima de los pobladores. Pero un caso más cercano geográ- poner ciertos principios que
fico y culturalmente a nosotros, fue el mexicano, país que había iniciado sustentaban el antiguo im-
su revolución en 1911 en contra del poder dictatorial ejercido por Porfirio perio de la Incas y en querer
Díaz que ejercía un gobierno que favorecía ampliamente a los intereses restaurar el Tahuantinsuyo
de los sectores oligárquicos del país del norte. Los complejos vaivenes de en perjuicio de la República
la revolución durarán casi una década, pero sus efectos traspasarán este Peruana.
lapso temporal, tanto en el propio país como en el resto del continente. Al igual que en el cam-
Refiriéndonos al caso peruano, como hemos adelantamos los últi- po, las ciudades peruanas empiezan a convulsionar por las protestas de
mos años de gobierno de los civilistas estarán marcados por una serie de obreros que reclamaban beneficios internacionales como la jornada de las
protestas provenientes de las clases menos favorecidas que se atreverán ocho horas, cobertura médica o mejoras salariales, surgiendo federacio-
a alzar su voz ante el sistema opresivo que se había construido duran- nes capaces de agrupar a gremios, sindicatos o trabajadores individuales,
te casi toda la atapa republicana y que favorecía sin el menor escrúpulo y hacer suyas sus demandas para luchar por ellas.
los intereses de una minoría en desmedro de las clases trabajadoras que Tanto los acontecimientos internacionales como los particulares de
sufrían execrables abusos. Uno de los casos más emblemáticos de este cada nación americana, propiciará una serie de reflexiones en busca de
sistema opresor era el caso de los gamonales o terratenientes que disfru- encontrar un derrotero capaz de suplir esa momentánea desprestigiada
taban de todos los privilegios generados por la explotación inmisericor- ruta occidental. La intelectualidad más progresista de la época empezará
de de una mano de obra sometida a regímenes medievales. Uno de los a cuestionar el sistema tradicional que sustentaba a las oligarquías y pro-
pondrán una mirada reflexiva hacia nuestro interior en donde un idealiza-
17. Término acuñado por el historiador peruano Jorge Basadre para referirse al período his-
tórico vivido en la República Peruana entre los años de 1899 y 1919 dominado por el do pasado resultaba ser un buen caldo de cultivo para recomponernos.
Partido Civil. Al haber sido el Perú el centro neurálgico del imperio incaico y de las más

52 53
Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

importantes culturas prehispánicas de América del Sur, resultaba una ob-


viedad inmiscuirnos en ese tiempo que ahora lo veíamos como glorioso
para empezar a reconocer nuevas vías de desarrollo político y cultural.
México hará lo mismo con su rico pasado prehispánico y paulatinamente
en esta mirada introspectiva se irá incorporando también el bagaje colo-
nial, en sus diferentes manifestaciones, mucho más próximo y tangible
sobre todo en el mundo urbano americano.
Una reconciliación con nosotros mismos y un reconocimiento de lo
que verdaderamente éramos incluía también una valoración de la heren-
cia hispana, tan vilipendiada por las élites que abrieron las puertas al res-
to de potencias europeas sin reconocer que en ese deprecio estábamos
también incluidos.
Hay que aclarar sin embargo que esta búsqueda interna y este cues-
tionamiento al mundo occidental no va ser generalizada. Un grueso de la
población, influenciada por las todavía poderosas élites, seguirá creyendo
en las bondades de occidente como único modelo a seguir para la conse-
cución de nuestro desarrollo como nación, pero al menos hay que reco-
nocerlo, se abrió el camino para explorar nuevas alternativas y generar
debates en donde, al menos de alguna forma, empezábamos a valorarnos
por lo que éramos.

2.1.3 Celebraciones y conmemoraciones independentistas, una


oportunidad para reflexionar
Las independencias de los diferentes países latinoamericanos se dieron
dentro de un período cronológico medianamente reducido. Pudiendo si-
tuarlas a casi todas en el primer cuarto del siglo XIX. Es por ello que las
primeras décadas del XX van a ser las de conmemoraciones de los cente-
narios independentistas.
Estas importantes fechas coadyuvaron a acentuar esa revisión y re- Los diferentes actos conmemorativos por las independencias de los países americanos
(situadas en el primer cuarto del siglo XX) despertarán un inusitado patriotismo con
planteo introspectivo y por otro lado despertó inusitados orgullos por un una necesaria revisión a nuestro pasado histórico. Los edificios construidos para los
pasado algunas veces cierto, pero otras tantas idealizado. fines conmemorativos empezarán a incluir dentro de su repertorio formal elementos
Para el caso que estamos tratando, que se centra en lo arquitectóni- provenientes de raigambres no solo occidentales, como el caso del arco morisco
donado por la comunidad española residente en el Perú, o la plaza San Martín de Lima
co, son de especial interés estos acontecimientos en cuanto a la renova- contenida por edificios de inspiración colonial.
ción edilicia que supusieron, pues los distintos gobiernos no escatimarán Fotos: Arco Morisco de la Avenida Arequipa (demolido) y Plaza San Martín.
Libro “Memorias de Lima” GUNTHER y MITRANI.
esfuerzos por renovar su equipamiento edilicio, sus espacios públicos más
representativos, su estructura vial, etc. Dando esto sobre todo en las ca- El caso de Lima merece especial atención en cuanto a la creación y
pitales en donde se centraban los festejos y que orgullosamente recibían tratamiento de sectores urbanos íntegros, como fue el caso de la Plaza
comitivas de diversas partes del mundo para estas efemérides. San Marín que ya mencionamos en el capítulo anterior.

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

Mientras tanto, el resto de ciudades del interior del país no se benefi- marcado interés por el conocimiento regional” 18. Estas agrupaciones y las
ciarán con este boom edilicio por el centenario, motivo por el cual no po- personas forjadas en ellas, serán en muchos casos piezas claves para el
demos generalizar el fenómeno como nacional, pero si como un germen surgimiento de manifestaciones ya de alcance nacional, en donde, para el
importante que impulsaría a adoptar estos estilos nacionalistas como de caso peruano, el indigenismo jugará un rol fundamental.
marcada preferencia cuando de edificaciones públicas o emblemáticas se Esta nueva visión de raíz intelectual se manifestará también en pro-
tratara, marcándose una tendencia estilística de larga duración, así por puestas y agrupaciones políticas en la mayoría de países latinoamericanos,
ejemplo vemos un fenómeno similar en Arequipa dos décadas después así lo expresa Ramón Gutiérrez cuando menciona: “A la vez se percibe una
con motivo de la celebración del cuarto centenario de fundación hispana, presencia de una visión política de raigambre continental que se manifiesta
en donde la gran cantidad de equipamientos públicos y privados construi- en la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de
dos para la época adoptaron el estilo neocolonial. Víctor Raúl Haya de la Torre en el Perú, o de formaciones similares en Argen-
tina (Radicalismo), en Uruguay (Battlismo), Chile (Radicalismo), Venezuela
2.1.4. Una intelectualidad progresista escuchada (Acción Democrática) y obviamente en México, con el Partido Revoluciona-
Resultará común también a muchos países latinoamericanos la consoli- rio Institucional (PRI)” 19. Vemos pues como esta intelectualidad latinoame-
dación de grupos intelectuales que van a ir pergeñando un discurso aca- ricana no sólo acotará su accionar al campo académico, sino que tendrá
démico y reflexivo que trata de abordar la problemática local fuera de los también una activa participación política en nuestros países.
moldes conservadores impuestas por las clases políticas dominantes. En
algunos casos estos líderes inclusive tendrán una participación activa en la 2.2. Las estrategias para la evolución y difusión de los pen-
formulación de políticas nacionales, como fue el caso de José Vasconcelos samientos nacionalistas en América
en México, que dese el rectorado de la universidad o desde el ministerio
Esta renovada élite intelectual americana que por vez primera buscará
de educación de su país propondrá acciones coincidentes con sus ideas
una postura no necesariamente alineada con occidente, encontrará sus
reivindicatorias de las cuales nos ocuparemos en su momento. Para el
propios mecanismos para difundir sus pensamientos y compartirlos con el
caso argentino resulta imposible dejar de reconocer a Ricardo Rojas como
grueso de la población de sus respectivos países para que los internalicen
el gran ideólogo de este reconocimiento en la “Gran Patria Americana”
y los hagan suyos, pues el fin último de estas ideologías será precisamente
como fuente de la cual abrevar para proyectarnos al futuro. Él también
un empoderamiento social de las clases hasta ese momento relegadas.
ocuparía el cargo de rector de la universidad de Buenos Aires, siendo muy
Que al final, en muchos de los casos las materializaciones sobre todo
prolífico en su producción literaria representada por la poesía, el ensayo,
arquitectónicas hayan sido epidérmicas o astutamente apropiadas por las
la dramaturgia, etc.
antiguas clases dominantes trastocando el mensaje inicial escapa de las in-
En el Perú resulta interesante cómo es que las provincias van a ser
tenciones primigenias de estos intelectuales, que basaron sus estrategias
pioneras en la formulación de ideas, conceptos y agrupaciones ante el en-
en algunos principios que podemos mencionar:
simismamiento de la capital como sede de la oligarquía gobernante que
tenía su mirada puesta exclusivamente en el mundo occidental. Así muy
tempranamente podemos dar cuenta de la aparición del “Club Científico
del Cusco” en el año de 1897, o del “Centro artístico de Arequipa” funda-
18. RÉNIQUE, José Luis. “El Centro Científico del Cusco 1897 – 1907” en Revista Histórica Vol
do en 1890, Precisamente sobre este tema José Luis Rénique manifies-
IV Nº 1, Lima, PUCP, julio de 1980, p. 41.
ta: “En efecto, mientras la vida cultural capitalina mantenía la vista puesta 19. GUTIÉRREZ, Ramón y GUTMAN, Margarita. El arquitecto Martín Noel. Su tiempo y su
en Europa, en ciudades como Trujillo; Arequipa y Cusco fue despertando un obra, Sevilla, Ed. Junta de Andalucía. Conserjería de Cultura, 1995.

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

2.2.1. El arte y la literatura como medio para encontrar una y esculturas el sentir de una nueva nación deseosa de auscultarse y redes-
identidad cubrirse, sin embargo el presente texto busca centrarse en el tema arqui-
La arquitectura estará lejos de ser pionera en la materialización de esta tectónico pero sin dejar de reconocer los aportes germinales que tanto la
búsqueda identitaria. Es en el mejor de los casos una expresión tardía literatura como las artes plásticas dieron para ir decantando las manifes-
de las ideas, conceptos y búsquedas provenientes de las artes plásticas taciones morfológicas y espaciales que luego se darían en el campo de las
y principalmente de la literatura en donde los intelectuales darán rienda edificaciones.
suelta, y con mayor holgura sus pensamientos sobre los nuevos pilares en En esta tarea de difusión de la literatura y de las artes plásticas regio-
los cuales debían sustentarse las diferentes naciones americanas. Ya nos nales, las revistas jugarán un rol fundamental, convirtiéndose en el medio
ocuparemos seguidamente de tratar a los más relevantes a nivel conti- no sólo difusor de las ideas de agrupaciones que comienzan a ver al Perú
nental, como el argentino Ricardo Rojas, el mexicano José Vasconcelos o de una manera diferente, sino también como factor de cohesión de los
en el caso del Perú las figuras de Uriel García y Luis Eduardo Valcárcel. Sin mismos.
embargo es necesario adelantar los medios utilizados en donde ensayos,
manifiestos, libros, etcétera trataran reiteradamente el tema de una re-
2.2.2. Una mejor articulación interamericana y una disolución de
fundación nacional basada en el reconocimiento de nuestro pasado y de
los límites políticos
la revaloración de las razas autóctonas. Y es que resulta lógico que los me- Dentro de los diferentes factores que contribuyeron para la difusión de
dios literarios ofrecen más posibilidades de ser explícitos en lo que se de- estos pensamientos estará sin duda una nueva re significación limítrofe
sea manifestar o discutir. Las artes plásticas y mucho más la arquitectura, concebida por los ciudadanos en donde la proximidad geográfica y los efi-
si bien pueden tener una llegada mucho más masiva los diferentes grados cientes medios de transporte antepondrán intereses comerciales y cultu-
de abstracción en los que se mueven, contemplan per se interpretaciones rales entre ciudades próximas sin considerar el país de pertenencia.
diversas, lo cual si bien enriquece la obra muchas veces se aleja de lo que Caso emblemático de ello será el de las ciudades ubicadas al sur del
el autor específicamente quería dar a entender. Perú y las estrechas relaciones que tejerá con sus similares bolivianas y
Cabría realizar otro libro que estudie a profundidad los aportes de los argentinas, debido, entre otras cosas, a la infraestructura ferroviaria que
muralistas mexicanos, de los pintores indigenistas en el Perú y de otros posibilitaba esta interconexión con una eficacia incluso mayor que con
tantos artistas plásticos latinoamericanos que abrevados de los pensa- respecto a otras ciudades del mismo país.
mientos progresistas de la época quisieron plasmar en sus lienzos, muros Hay que aclarar también que estas relaciones interurbanas no nacie-
ron tras el ferrocarril, podemos decir más bien que se recompusieron tras
un largo período impuesto primero por la demarcación virreinal y luego
republicana, ya que durante la época incaica ya existía esta vertebración
a través de la red de caminos denominada Qhapaq Ñan, así, sobre la re-
lación existente entre el Cusco y Buenos Aires que es muy ampliamente
tratada en el libro “Cuzco- Buenos Aires Ruta de Intelectualidad Americana
(1900-1950)” 20 se menciona lo siguiente: “La ruta que unía el espacio geo-
gráfico entre la ciudad del Cuzco hasta la ciudad de Buenos Aires, en la pri-
mera mitad del siglo XX y que aún hoy está en uso, tiene una existencia que
se remonta al siglo XIV, cuando el imperio incaico vivía su apogeo. Conocido
Revistas como Alma Quechua, Kuntur, o La Sierra, empiezan a aparecer al interior del país
como una alternativa a los tradicionales medios de difusión que solo se centraban en los
acontecimientos de la capital o lo que sucedía en Europa y ahora los Estados Unidos. 20. AA.VV. Cuzco - Buenos Aires Ruta de Intelectualidad Americana (1900-1950), Lima, Ed. Uni-
Fotos: Portadas de las revistas: Alma Quechua, Kuntur y La Sierra. Archivo CEDODAL. versidad San Marín de Porras, 2009.

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

como o camino principal, la red de caminos incas permitió, por una parte, la en la representación de los
integración territorial y la vinculación de todas las regiones de importancia tipos humanos, los paisajes
del imperio y por otra, enlazar una geografía sagrada, donde se reconocía y y las costumbres urbanas y
conmemoraba mitos y hazañas de los antepasados” 21. rurales, aquellos viajeros ha-
Esta recomposición de estructuras geográficas de antigua data inclui- brían de fomentar vocacio-
rá en esta nueva etapa a nuevas ciudades que cobraron gran importancia nes locales en este tipo de
durante las épocas coloniales y republicanas, como es el caso de Arequipa motivos, propiciando para
que despertará un inusitado interés entre la intelectualidad nacionalista los estudiosos de esa centu-
bonaerense que encontrará en la ciudad del Misti muchísimos elementos ria un material documental
para apuntalar sus teorías. invalorable” 22.
Sin embargo hay que
2.2.3. El redescubrimiento de nuestra arquitectura pasada y el re- reconocer que estos prime-
gistro de la misma ros registros de los extran-
Como parte de las estrategias para la concreción edilicia de los pensa- jeros si bien tienen un inusi-
mientos nacionalistas pergeñados por la élite intelectual de los diferentes tado valor por ser pioneros
países estará el hecho de registrar la arquitectura, tanto de la época pre no son necesariamente
hispánica como colonial, que siempre habían estado allí pero que ahora estrictos en la representa-
eran percibidas y valoradas bajo una escala de valores distinta. ción de la realidad, pues su
La existencia de estas construcciones diferirá notoriamente, tanto visión romántica hará mu-
cualitativa como cuantitativamente, de un país a otro, existiendo con la chas veces poner más inte-
delimitación geográfica republicana, países como Perú y México que con- rés en lo anecdótico que en
tendrán un enorme número de edificios emblemáticos en desmedro de lo mimético.
otros con escasas edificaciones referenciales. Años después pintores
Quizá uno de los primeros antecedentes de este interés por registrar adscritos a las denomina-
estos edificios y paisajes urbanos lo podamos encontrar en los viajeros del das corrientes indigenistas
siglo XIX que van a llegar a nuestros países provenientes de Europa con el continuarán este registro
interés de auscultar esta realidad que les había sido ajena durante tantos de paisajes rurales y urba-
años. Al respecto Rodrigo Gutiérrez menciona: “Otra vertiente artística nos pero ya insuflados por
vinculada a América en la primera mitad del XIX habría de ser la impronta pensamientos ideológicos locales en donde lo físico es un medio para la
de los viajeros europeos del romanticismo, encargados de configurar una valoración de personas o grupos humanos generalmente postergados y
imagen del continente para ser consumida en una Europa ávida de imáge- las técnicas pictóricas y de dibujo atenderán también a estos intereses.
nes exóticas y del conocimiento de pueblos ‘primitivos’ que les ayudaran a Una representación mucho más fidedigna la impondrán luego los
comprender sus propios orígenes. Se fue definiendo así una figuración ex- primeros arqueólogos, acotando su estudio, claro está, a edificios y con-
terna de América, muchas veces inventada y exaltada, donde pervivía por juntos urbanos de época prehispánica. Sus objetivos impondrán una me-
momentos el ya por entonces manido carácter de ‘buen salvaje’ que algu- todología con la utilización de herramientas más técnicas, como planos,
nos europeos insistían en aplicar a los autóctonos americanos. Basándose
22. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. El hispanismo como factor de mestizaje en el arte ameri-
21. Ibídem, p. 16. cano (1900-1930).

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

fotografías y publicaciones científicas, consolidando una primera etapa de una inmensa posibilidad de encontrar la edilicia idónea capaz de sustentar
atención a nuestro patrimonio. Para el caso peruano hay que destacar la su concepción nacional.
figura del doctor Julio Cesar Tello quien contribuirá significativamente en
el estudio de restos arqueológicos tan relevantes como los dados por las 2.3. Los Estados Unidos y la construcción escenográfica de
culturas Chavín y Paracas, además de crear el archivo más valioso sobre
los estados del sur
arqueología que posee el Perú. El Dr. Tello contó con un valioso personal
a su cargo que le permitió registrar de manera adecuada estos restos pre- Si bien el presente texto busca centrarse en la manifestación edilicia de
hispánicos, destacando el artista plástico puneño Luis Ccosi Salas, a quien los pensamientos nacionalistas latinoamericanos de inicios del siglo XX,
se le debe una importante cantidad de dibujos y maquetas trabajados en no podemos dejar de mencionar el caso estadounidense por la enorme in-
las diferentes campañas arqueológicas de Tello. fluencia que tuvo en países como el nuestro, impactados por la gran difu-
sión del “mission style” y posteriormente el “spanish revival” a través de
medios escritos, cinematográficos y demás, contribuyendo así al aumento
de la edilicia concebida bajo similares parámetros morfológicos pero a la
vez debilitando el mensaje del neocolonial americano y relegándolo a un
plano más superficial y menos ideológico.

Los intereses de los arqueólogos por los conjuntos edilicios de época prehispánica
impulsará un registro de muchos monumentos, como es el caso de Julio C. Tello y de
importantes artistas que trabajaron a su lado como es el caso del puneño Luis Ccosi.
Fotos: Dibujos de Luis Ccosi Salas sobre Machu Picchu. Archivo fotos históricas CEDIP.

Dentro de este grupo de registros de edificios con un carácter más


técnico estarán las publicaciones de arquitectura colonial con un gran des-
pliegue fotográfico, siendo seguramente pioneros en ello los norteame-
ricanos, los cuales ya desde el año 1901 publicarán el libro “Spanish Co-
lonial Architecture in Mexico” de Sylvester Baxter “obra compuesta por
un volumen de estudio y 12 carpetas con fotografías de iglesias y arquitec-
tura residencial virreinal mexicana” 23. México no se quedará atrás y años
después el estado contratará al fotógrafo Guillermo Kahlo para realizar
un trabajo similar recorriendo todo el país para registrar fotográficamen-
te monumentos virreinales. En Sudamérica se vivirán procesos simila-
res, principalmente en Argentina, con figuras pioneras como la de Juan
Kronfuss y posteriormente las de Guido y Noel que nos ocuparemos pos-
teriormente. Lo singular de este caso será la ampliación de las fronteras
de análisis a las de su propio país, teniendo en la “Gran Patria Americana” La utilización del espacio central de la antigua plaza mayor de Sonoma para construir
un edificio municipal, refleja el radical cambio de concepción espacial que van a tener
23. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. “América y España. Escenarios de intercambio e insti- los estadounidenses con respecto al patrimonio apropiado de México, lo cual también
tucionalización del arte (1898-1936)”. En: Henares Cuéllar, Ignacio; Caparrós Masegosa, se verá en las edificaciones de época colonial.
Lola (eds.). Campo artístico y sociedad en España (1830-1936): la institucionalización del Fotos: Aerofotografía de la plaza de Sonoma, http://ucblibrary3.berkeley.edu:8085/
arte y sus modelos. Granada, Universidad, 2013. AerialPhotos/g4364s798a4-1965-s7.jpg

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

Para comprender a cabalidad el mission style debemos remitirnos ha-


cia mediados del siglo XIX, época en la cual se va a dar la guerra mexicana
estadounidense (1846-1848) en la cual los Estados Unidos ganaron para
si los territorios que más adelante se convertirían en los estados de Ca-
lifornia, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah, y extendió la
frontera de Texas hasta el Río Grande. Una vez estos territorios pasaron
a poder de los Estados Unidos, se va a iniciar un proceso de apropiación y
transformación por parte del pueblo angloamericano con una concepción
espacial y de territorio diametralmente opuesta a la mexicana de herencia
española. Caso emblemático de ello es lo ocurrido en el pueblo de So-
noma, cuya plaza central, núcleo del trazado hispánico y representación
máxima del vacío, es prontamente ocupada para la construcción del edifi-
cio municipal, imposibilitando ya la flexibilidad de uso que ofrecían estos
espacios públicos coloniales.
Lo curioso de todo ello es que el nuevo edificio municipal estará ins-
pirado en las misiones existentes de la época hispana, es decir, hay una
valoración epidérmica de la edilicia que de alguna forma singulariza a es-
tos nuevos estados con respecto al resto de los de Estados Unidos, pero
no hay ningún tipo de identificación a los valores culturales y de uso de
los mismos. Susana Torre lo expresa categóricamente cuando dice: “Lo
Estas edificaciones que se encontraban en ruinas antes de la Guerra entre México
que ocurre es que el estilo misionero es una apropiación por los vencedores
y los Estados Unidos se convertirán en edificaciones emblemáticas y sumamente
de las formas urbanísticas y arquitectónicas de los vencidos, pero vaciadas prestigiadas, derivando de ellas toda una corriente arquitectónica que traspasó las
de los significados sociales que les dieron origen, han dejado de ser la expre- fronteras estadounidenses.
Fotos: Planos de las misiones californianas, California Digital Library, http://www.cdlib.org/
sión material de un modo de vivir, para ser meros símbolos de una identidad
regional inventada. Y como símbolos repercuten en los modos de vivir en norteamericana se encontraban abandonadas y en estado ruinoso, pro-
otras partes de Hispanoamérica” 24. Existe pues un interesante proceso de ducto de la secularización que tras la independencia mexicana van a vivir
apropiación, resignificación y transmisión que resulta interesante por el muchas edificaciones religiosas. Va a producirse entonces una valoración
carácter circular del proceso. “Ruskiana”25 de la ruina con toda la connotación romántica e idealizadora
que supone este pensamiento, lo cual será un excelente caldo de cultivo
2.3.1. Una visión romántica de la ruina para la recreación de un pasado utópico en donde van a intervenir artistas
Antes de tocar el tema de la influencia que esta forma de hacer arquitec- de diferentes vertientes, como la escritora Helen Hunt Jackson, quien a
tura ejercerá en nuestros países convendría esclarecer algunos conceptos través de la exitosísima novela “Ramona” 26 se convirtió en la principal di-
de su etapa germinal y de su posterior desarrollo. Para ello, y como ya fusora de este mundo bucólico y romántico desconocido en ese entonces
lo hemos adelantado, debemos remitirnos a las veintiuna misiones cali- por la gran mayoría de norteamericanos, o el caso del ilustrador Henry
fornianas que ya para la época en que pasan estos territorios a posesión
25. En el año de 1849 el crítico Inglés John Ruskin realiza una valoración de las edificaciones
antiguas en tanto contenedoras de una carga temporal que es destruida por cualquier
24. TORRE, Susana. “En busca de una identidad regional: evolución de los estilos misionero intervención que se haga en ella.
y neocolonial hispano en California entre 1880 y 1930” en op. cit. AMARAL, Araci… p. 48. 26. HUNT JACKSON, Helen. Ramona, Ed. Little Brown Company, 1884.

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

Sandham quien colaborando con Hunt o mediante trabajos individuales Ante el lógico agotamiento del estilo inspirado en las misiones, apare-
en la revista “The Century Magazine” capturará el lado mas romántico de cerá otro similar que ampliará su horizonte referencial ya no solo a los edi-
las antiguas edificaciones californianas. ficios misionales, sino al amplísimo repertorio español de época barroca.
Esta gran difusión, por diversos medios, de las idílicas características Así lo refiere Rodrigo Gutiérrez cuando menciona “Al estilo californiano se
físicas y geográficas de los estados del sur generará una fácil identifica- le suele dividir en dos vertientes, una primera y de inspiración popular cono-
ción entre los hechos físicos con los pujantes nuevos estados norteameri- cida como mission style, potenciada desde los últimos lustros del siglo XIX e
canos, sin meditar demasiado la proveniencia de estos edificios y asumién- inspirada en la arquitectura de las 21 misiones californianas, y otra conocida
dolos como parte identitaria sobre la cual construir su porvenir. como renacimiento español, que toma como referencia el barroco español
con sus cargas ornamentales, y que tuvo su culmen en la exposición de San
2.3.2. Creación y difusión del “mission style” y del “spanish Diego en 1915” 27. Gracias a la eficacia de los medios de comunicación nor-
revival” teamericanos estos estilos trascenderán muy rápidamente a otros países
como lo veremos en el siguiente apartado.
Esta identificación de los estados del sur con la edilicia de raigambre mexi-
cana propiciará nuevos procesos de resignificación y reinvención de una
2.3.3. El estilo californiano trasciende las fronteras
nueva arquitectura sobre la que ya consideraban como propia, creando
un estilo al cual lo van a identificar en un primer término con estas veintiún Luego del éxito del estilo en el territorio estadounidense y su consolida-
misiones llamándolo “mission style”. ción y reconocimiento a través de eventos internacionales como las ex-
Podemos reconocer dos hechos claves para entender el nacimiento y posiciones de San Diego y la de San Francisco en el año de 1915, el estilo
proceso de difusión del “misssion style”. El primero la construcción de la se difundirá a otros escenarios, siendo reconocido como producción nor-
nueva universidad de Palo Alto auspiciada por el entonces senador Leland teamericana y olvidando su verdadero origen y procedencia.
Satnford en el año de 1885, momento en que encarga a sus arquitectos di- Dada la proximidad física y cultural el Caribe será uno de los primeros
señar la nueva edilicia tomando como referencia las edificaciones más an- territorios “conquistados” por esta corriente a la cual se le denominará
tiguas y más prestigiadas del entorno, las misiones. El segundo, solo unos como “hispanofilia”, siendo muy evidente su presencia en países como
años más tarde, el diseño del pabellón representativo de California en el Puerto Rico, más específicamente en las ciudades de San Juan y Ponce28.
marco de la “Feria Colombina” realizada en Chicago en el año de 1893 con Pero el estilo californiano, desde sus vertientes populares hasta las
motivo de la conmemoración por el cuarto siglo del descubrimiento de más académicas seguirá avanzando por el resto del continente America-
América, cuyo resultado fue un impresionante pabellón diseñado por A. no, llegando hasta el sur por la influencia de sus siempre bien manejados
Page Brown, quien realizará el edificio californiano inspirado en las vein- medios de comunicación y por los eventuales profesionales que iban a
tiuna misiones. estudiar su carrera o perfeccionar la misma en el prometedor país del nor-
Con estas dos obras podemos reconocer el hecho casi institucional te y en donde van a encontrar una arquitectura que perfectamente podía
que va a tomar la arquitectura inspirada en las misiones californianas en conciliar en el contexto local.
las diferentes ciudades de los pujantes y dinámicos estados del sur que en- Prueba de lo dicho son las innumerables publicaciones realizadas en
contrarán la imagen ideal para reconocer su individualidad en una nación esa época en la revista de arquitectura más influyente del Perú “El Arqui-
federalista como la norteamericana. 27. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. “América y España. Escenarios de intercambio e institu-
No será pues de extrañar que para el año de 1939 se hayan construido cionalización del arte (1898-1936)”, en: HENARES CUÉLLAR, Ignacio; CAPARRÓS MASE-
en Norteamérica más de un millón de residencias bajo estilo californiano, GOSA, Lola (eds.). Campo artístico y sociedad en España (1830-1936): la institucionaliza-
ción del arte y sus modelos. Granada, Universidad, 2013.
siendo tan exponencial este crecimiento que no tardará en reconocerse a
28. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. El hispanismo como factor de mestizaje en el arte ame-
este estilo como “típicamente norteamericano”. ricano (1900-1930).

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

una muestra de lo mismo que ocurrirá en muchos países latinoamericanos


en los cuales se empezará a reconocer las virtudes de la arquitectura pre-
térita local pero tomando prestada la escala de valores norteamericana,
tan superficial como efímera.
Será pues mucha la influencia que ejercerá el estilo californiano en
el Perú, destacándose edificios emblemáticos como el “Country Club” de
Lima, proyectado por el arquitecto norteamericano T. J. O’Brien en el año
de 1927, convirtiéndose en un ícono de la aristocracia peruana y ejercien-
do gran influencia para otros equipamientos y viviendas.
Existe así muchas veces una delgada línea divisoria entre el neocolo-
nial de raigambre nacionalista y el californiano proveniente de los Esta-
dos Unidos, pues ni los mismos arquitectos proyectistas, al menos en el
Perú, reconocerán con claridad esta frontera, como veremos posterior-
Muchas de las edificaciones a las que suele reconocérselas como de estilo neocolonial mente en uno de los edificios arequipeños que analizaremos, el Hotel de
peruano, son más herederas del denominado estilo californiano, como el caso del Country Turistas.
Club de Lima, construido en el año de 1927 por el arquitecto norteamericano T. J. O´Brien.
Fotos: Fachada del Country Club de Lima. Archivo fotos históricas CEDIP.
2.4. México y el reencuentro con su pasado
tecto Peruano”, en donde se hace mención al estilo resaltando sus cuali-
dades. Así por ejemplo en un artículo publicado en esta revista en el año 2.4.1. La Revolución Mexicana como germen de los pensamien-
de 1938 se hace una crítica a la falta de tino por parte de los diseñadores tos nacionalistas americanos
de la época en no aprovechar el rico bagaje cultural que el Perú tenía para México va a ser uno más de los muchos países latinoamericanos que luego
hacer una arquitectura contemporánea coherente como “la californiana”, de lograda su independencia política va a aceptar de una manera pacífica
así por ejemplo se menciona: “Nos hemos aferrado en el Perú en conservar una dependencia económica y cultural con respecto a potencias europeas,
a todo trance lo peor de nuestra arquitectura colonial, desechando todo lo y propiciadas por los gobernantes de turno casi siempre pertenecientes a
que en ella existe de bueno. Hemos insistido en repetir absurdos balcones de la más alta aristocracia.
madera tallada, en exagerar y, hasta en inventar, grotescos parapetos mo- Pero, de igual forma, México va a reaccionar antes que muchos con-
numentales, mientras que en California el arquitecto yanqui ha aprovechado tra esta forma de gobierno que acrecentaba la brecha entre los distintos
magníficamente… todo lo que hay de aprovechable en la arquitectura de las estratos sociales, y que siempre iba en desmedro de las clases trabaja-
misiones” 29. Así mismo se hace una ardorosa proclama por utilizar este es- doras compuestas mayoritariamente por indígenas y mestizos. El año de
tilo en las diferentes tipologías residenciales al ser este lo suficientemente 1910, fecha de inicio de la revolución, marcará pues un punto de inflexión
flexible como para adaptarse a casos específicos: “En el hogar, más que en en la recomposición del orden social del país del norte, e influenciará de
ningún otro edificio, hay que conservar algo de la tradición, que es base de la manera significativa a los países latinoamericanos que vivían situaciones
familia y de la Patria. Y después de todo, el ‘californiano’ es el más funcional muy similares.
de los estilos tradicionales, el más adaptable a nuestras necesidades presen- Este proceso, iniciado en el año de 1910 demorará años en consoli-
tes, el más evocador e nuestro pasado” 30. Este caso peruano no es más que darse y en lograr finalmente algunos de sus objetivos esenciales, dentro
de los cuales estaba lograr reivindicaciones al campesinado y asegurar la
29. KAUFMANN, Gordon B. “ El Estilo Californiano”, en revista El Arquitecto Peruano, Lima,
Mayo de 1938. inclusión en la estructura social mexicana de estratos sociales siempre
30. Ibídem. postergados, asociados generalmente a las clases indígenas.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

Estas reformas, que suponían cambios estructurales profundos en período, serán seguramente influyentes en el desarrollo de los nacionalis-
la variopinta población mexicana, requería la formulación de un pensa- mos en la mayoría de los países del sur.
miento ideológico que recogiera de una manera clara y fácil de transmitir
la esencia de lo que México quería ser para proyectarse a un futuro más 2.4.2. El redescubrimiento de la arquitectura prehispánica
promisorio e inclusivo. Complementando lo expresado en el anterior acápite, podemos asegurar
Fueron muchas las personas, y provenientes de diferentes vertien- que si bien en el periodo revolucionario y una vez consolidado el gobierno
tes, las que colaboraron en ir pergeñando este pensamiento que de algu- proveniente de esta etapa, la arquitectura nacionalista va a tomar un valor
na forma fuera capaz de sintetizar esta nueva forma de entender al país, ideológico y oficial mucho más fuerte, los orígenes de la misma se remon-
pero si tenemos que mencionar al máximo representante de esta élite tan a un período anterior, pudiendo ubicarlo en el prolongado régimen de
intelectual tenemos que reconocer al filósofo y escritor José Vasconce- Porfirio Díaz en donde de alguna manera se exploró entre la arquitectu-
los Calderón, quien desde su posición de intelectual y luego de político ra prehispánica y colonial. Así lo afirma también Jorge Alberto Manrique
activo se encargará de enarbolar a la raza americana como la más idónea cuando dice: “Más adelante en el mismo larguísimo régimen de Porfirio Diaz
para proyectarse a un futuro con mayor optimismo. Dentro de su produc- (1876-1916) se dio un nacionalismo más activo. Proliferan la pintura costum-
ción intelectual destaca nítidamente el libro titulado “La Raza Cósmica” 31, brista, y otra vez con ella los fondos barrocos. Es sintomático que para la ex-
publicado en el año de 1925 y en el cual hace una ardorosa defensa a la posición de París de 1889 el pabellón mexicano es una especie de palacio neo
raza americana, a la cual considera como heredera de diversas vertientes indigenista” 32. Este neoindigenismo que menciona Manrique como primi-
como la raza blanca (proveniente de los colonizadores europeos) la raza genias manifestaciones para buscar un arte nacional representativo resul-
amarilla (de los nativos amerindios) y la negra (de los esclavos traídos del ta casi evidente en países como México y Perú, que fueron centros de
áfrica), dando como resultado un mestizaje latinoamericano al que llama irradiación de las más importantes culturas prehispánicas del continente.
“raza cósmica”. Esta conjunción de razas en una nueva tiene la misión, Es así que México va a vivir una primera etapa que la podemos rela-
según Vasconcelos, de ser la encargada de fundar una nueva civilización cionar con el “arqueologismo” más aún si esto era coincidente temporal-
“universópolis” dando inicio a la era universal de la humanidad. mente con lo que venía ocurriendo en Europa. Así Ramón Gutiérrez men-
Gracias a que Vasconcelos pudo ejercer posteriormente importantes ciona que “Los antecedentes del surgimiento del movimiento renovador en
cargos públicos como rector de la universidad y secretario de educación México son los más antiguos y provienen de la visión arqueologista europea
pública durante el gobierno de Álvaro Obregón, se logró concretar la for- que con Viollet-le-Duc, Camilo Boito, Luca Beltrami, Ruskin y Elías Rogent tu-
mación del “Centro Artístico” en la ciudad de México, con la invaluable vieron eco en América” 33. Podemos pues reconocer algunos intentos mexi-
colaboración de Gerardo Murillo “Dr. Atl”, pues ambos intelectuales eran canos hacia finales del siglo XIX por manifestarse como país en base al
conscientes que ante un inmenso porcentaje de población analfabeta, el legado de sus pueblos prehispánicos, como el monumento a Cuautemoc
arte pictórico podía tener un rol fundamental en la comunicación de las de 1878 o el pabellón mexicano para la exposición de París de 1889 34.
ideas progresistas de lo que debiera ser el nuevo México. Al interior de La evolución del pensamiento nacionalista mexicano y sus manifesta-
este centro artístico nacerá la más grande corriente muralista del conti- ciones arquitectónicas terminarán por privilegiar más el estilo neocolonial
nente con artistas de la talla de Roberto Montenegro, Ramón Alva, José sin embargo en una gran cantidad de obras existirá siempre una alusión
Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, entre otros. de manera indirecta o explícita a este pasado prehispánico por el cual los
Este carácter oficial y la gran cantidad de obras literarias, artísticas y
arquitectónicas desarrolladas en el país del norte durante un prolongado
32. MANRIQUE, Jorge Alberto, “México se quiere otra vez barroco”, en Op. cit. AMARAL,
Araci. Arquitectura Neocolonial... p. 36.
31. VASCONCELOS CALDERÓN, José. La Raza Cósmica, México, Ed. Espasa Calpe, 1948. (Pri- 33. Op. cit. GUTIÉRREZ Ramón. Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica p. 550.
mera Edición 1925). 34. Ibídem p. 550.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

2.4.3. Las vertientes del neocolonial mexicano


Si bien hemos colegido en la importancia de las culturas prehispánicas
como referentes para construir un andamiaje teórico y conceptual en el
pensamiento nacionalista de los inicios del siglo XX en México, su mate-
rialización arquitectónica estará muy vinculada a monumentos o edifica-
ciones oficiales con alto contenido simbólico. Por otro lado el neocolonial
sintonizará más con una forma de hacer y entender la arquitectura que irá
creciendo de manera exponencial tanto en edificaciones públicas, finan-
cieras y sobre todo residenciales.
Sin embargo hay que reconocer una doble vertiente de lo que gené-
ricamente se llamaba neocolonial en México: las que respondían en ma-
yor o menor medida al intento de crear una arquitectura mexicana propia
como síntesis de los pensamientos nacionalistas y revolucionarios de la
época y el “neocolonial” que provenía de los Estados Unidos de América,
que dada su proximidad física y la dependencia económica generada se
va a implantar como una impronta de “estatus” sobre todo en el ámbito
residencial.
Dentro del primero de los grupos, es decir del “neocolonial mexica-
no” habrá también ciertas variantes como reconoce Jorge Manrique “Las
obras tempranas se apegan más estrictamente a los modelos históricos y
los estudian con cierto cuidado antes de aplicarlos, mientras que avanzado
el tiempo el uso de aquellos modelos es no más libre, sino más inconsciente
y descuidado, sin preocuparse por mayor congruencia” 35. Este mismo fe-
nómeno se producirá en la mayoría de países iberoamericanos, contribu-
yendo esto a que la relación entre los pensamientos nacionalistas y arqui-
tectura se vaya diluyendo, hasta convertirse el neocolonial en un estilo
El pabellón mexicano para la exposición más dentro del amplio panorama ecléctico de la época vaciado de todo su
Iberoamericana de Sevilla del año de 1929
contenido y significación inicial.
privilegiará la utilización de referentes
prehispánicos, tanto en el exterior como al La otra vertiente resulta todavía más paradójica, sólo basta recordar
interior de los espacios, siendo calificado el proceso formativo del estilo californiano que hemos explicado en el
por su autor, el arquitecto Manuel Amábilis
como de estilo “Tolteca”.
acápite anterior para darnos cuenta hasta donde pueden llegar los pro-
cesos de alienación cultural que viven nuestros países cuando están sig-
Fotos: Vistas interiores y exteriores del pabellón Mexicano,
http://culturadesevilla.blogspot.com/ nados por dependencias económicas que plantean una escala de valores
que depende del grado de aceptación del país dominante. El neocolonial
mexicanos se sentían tan orgullosos como lo demostró por ejemplo el ar- californiano que desemantizó a la auténtica arquitectura colonial mexica-
quitecto Manuel Amábilis en la construcción del Pabellón representativo
en la exposición iberoamericana de Sevilla al cual el mismo lo denominó 35. Op. cit. MANRIQUE, Jorge Alberto. “México se quiere otra vez barroco” en Arquitectura
como de estilo “Tolteca”. Neocolonial... p. 41.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

aristocráticas, y aun para una clase media alta con recursos medianamente
limitados” 36.
Vemos pues como en uno de los países en donde la arquitectura na-
cionalista nace con mayor vigor y con ideales de consolidarse como una
forma de expresión nacional al margen de las dependencias foráneas, ter-
mina debilitada en su significado y atendiendo más a los gustos y antojos
de una sociedad que nunca se llegó a encontrar.

2.5. Argentina y la búsqueda de su identidad en la “Gran Pa-


tria Americana”
2.5.1. Europa en Latinoamérica
Es probable que en ningún otro país de Latinoamérica la influencia euro-
pea haya sido tan evidente como en la Argentina a lo largo del siglo XIX,
pues además de las dependencias políticas, económicas y culturales se-
mejantes al resto de nuestros países, la Argentina va a tener el ingrediente
poblacional compuesto por una gran parte de migrantes del viejo con-
tinente afincados en estas tierras del sur, la cual va a aportar una visión
de la sociedad y formas de vida auténticamente europeas. Compuestos
principalmente por italianos y españoles la masa migrante irá asentando
sus raíces en el territorio argentino y adquiriendo derechos como ciuda-
danos de ese país, como por ejemplo el derecho al voto en la elección de
autoridades. Este hecho, por ejemplo, va a cambiar el panorama político
argentino, posibilitando la asunción al poder de políticos como Hipólito
Irigoyen, cabeza de la unión cívica radical, quien llegará a la presidencia
de la república por dos períodos (1916-1922; 1928-1930) poniendo fin a la
llamada “república conservadora” y generando un nuevo panorama so-
Las diferentes vertientes del neocolonial mexicano se debatirán entre
cial en donde diversos sectores hasta ese entonces relegados tendrán una
una búsqueda de su pasado histórico y una asimilación de la arquitectura mayor y activa participación.
“misión style” que retorna al país pero ahora transformada por la Antes de este episodio la Argentina había basado casi toda su eco-
particular óptica estadounidense.
Fotos: Opciones del neocolonial mexicano. Archivo fotos históricas CEDIP. nomía en un sistema agro exportador, con una fuerte dependencia eco-
nómica, política cultural, y en muchos casos familiar, con diversos países
na, rescató los elementos más superficiales y la transformó en emblema europeos como: Inglaterra en lo económico, Francia en lo cultural e Italia
de los estados del sur, volvió así como triunfante deformado a conquistar y España en la propia raigambre de muchas familias de migrantes. Este
el gusto de diferentes estratos sociales deseosos nuevamente de parecer- sistema de dependencia va a ir paulatinamente agotándose, de tal suerte
se a lo que no eran, así “La arquitectura Neocolonial se acomodó por mucho
tiempo al ideal de vida (con pretensiones de ser señorial) tanto de una nueva 36. MANRIQUE, Jorge Alberto. “México se quiere otra vez barroco” en Op. cit. AMARAL,
clase burguesa y política como de los restos de una vieja clase con añoranzas Araci. Arquitectura Neocolonial... p. 42.

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que las primeras décadas del siglo XX el país del sur experimentará ciertas fundamenten las obras a realizar. La Edad Colonial, en el tiempo, toda Amé-
transformaciones de este régimen sustentado por una oligarquía enquis- rica subtropical en el espacio: He aquí los dos puntos necesarios para toda
tada durante décadas en las esferas más altas del poder. evolución benéfica, que responda en lo venidero a la formación de una es-
Dentro de este contexto de cambios y de búsqueda de derroteros cuela y de un arte nacional en materia de arquitectura. Al estudio y al cono-
para emprender un futuro sustentado en lo propio, no tardarán en resur- cimiento de los elementos de que disponemos; al propósito de analizarlos,
gir esos “pedazos vivos” de España, los cuales según Juan Bautista Alber- discutirlos y difundirlos, ha de responder esta publicación” 39. Puede verse
di correspondían a la gran masa de migrantes que habían venido a radicar pues que desde un inicio la publicación plantea de manera bastante ex-
al país del sur que por lo tanto hacían improbable cualquier desafecto con plícita el espacio y el tiempo del cual nutrirse: el período colonial como
la madre patria37. No será pues de extrañar la participación de la penínsu- época de germinación y síntesis de nuestras naciones y el territorio ame-
la en los festejos por el centenario de 1910, propiciando lo que Rodrigo ricano en general sin importar las delimitaciones pos independentistas.
Gutiérrez llama una “reconquista espiritual del Nuevo Mundo, es decir un Esta visión integral del continente americano permitirá a la argentina am-
acercamiento tras el largo paréntesis decimonónico, sustentado en el plano pliar su horizonte y su campo analítico, pues a decir verdad al interior del
cultural y artístico” 38. territorio del Río de la Plata no se podía encontrar hechos arquitectónicos
prehispánicos o coloniales de la factura de los existentes en países como
2.5.2. Un intenso debate arquitectónico Perú o Bolivia.
Siendo la Argentina el país latinoamericano que más esmero y dedicación Al margen de los debates, una de las cosas más positivas de este
puso en tomar lo europeo como paradigma, su arquitectura decimonóni- cambio de perspectiva hacia el interior de nuestro continente permitirá
ca y de inicios del siglo XX ostentará los mejores ejemplos de bien logrados reconocer y valorar la arquitectura pretérita tantas veces menospreciada
estilos academicistas que en su conjunto marcarán la fisonomía urbana de y postergada en cuanto a su documentación y estudio, dando cuenta de
importantes sectores de las principales ciudades de este país, siendo Bue- este hecho se menciona: “Por primera vez los estudiantes de arquitectura
nos Aires paradigma de ello. No resulta pues difícil de intuir el debate que organizan viajes de estudio para documentar la arquitectura tradicional y
se generará cuando en el ámbito académico se comienzan a cuestionar descubren sorprendidos soluciones técnicas y propuestas espaciales valio-
los principios arquitectónicos que con tanto esmero se intentó reproducir sas. Comienzan pues los estudios de la arquitectura unidos a una investiga-
del viejo continente en favor de una arquitectura que ausculte una heren- ción cuidadosa” 40.
cia cultural que en muchos sectores no la sentían como próxima. Lo cierto es también que un buen número de profesionales van a ver
Será en el ámbito universitario en donde se generarán los primeros en este viraje de rumbo un retroceso a lo que creían era el camino más
y más ardientes debates defendiendo una y otra causa, germinando pu- seguro para el desarrollo de la arquitectura en la Argentina, expresando
blicaciones en donde se da cuenta de esta nueva forma de querer hacer su abierta discrepancia en tener que recurrir a ejemplos prehispánicos o
arquitectura. Una de las primigenias muestras de ello va a ser la “Revista coloniales “exóticos” como el peruano o el mexicano, a los cuales los con-
de Arquitectura”, siendo absolutamente emblemático y contundente el sideraban mucho más lejanos que cualquier referente Europeo. Así Pablo
editorial de su primer número para poder entender los cauces por donde Hary menciona: “Veis que no hablo de la arquitectura peruana, mejicana,
irá el debate en esa época. El siguiente extracto lo demuestra con elo- etc. Fuera de la razón suficiente de que no la conozco, hay otra de sentido
cuencia: “Nuestra arquitectura deberá plasmarse en las fuentes mismas de común por lo cual no les atribuyo interés alguno para nosotros y es su exotis-
nuestra historia, de acuerdo con razones de orden natural y climatérico que mo. Os parecerá paradójico pero os repito: a mi entender, nuestra tendencia
intelectual y nuestro futuro arquitectural se alejan más del Perú que de la
37. Op. cit. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. “América y España. Escenarios de intercambio 39. AA. VV. Editorial: “Propósitos”, en Revista de Arquitectura, Buenos Aires, Nº 1 Julio de
e institucionalización del arte (1898-1936). 1915.
38. Ibídem. 40. Op. cit. AA. VV. Cuzco – Buenos Aires… p. 154.

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misma España, y nos acercamos cada vez más a la tendencia latina predo- Rojas sostenía que ambas tradiciones: la hispana y la indígena, no po-
minante en Europa. La mentalidad de los Virreyes del Cuzco, Potosí, Lima, dían andar por separado pues terminaban siendo estériles, y caían o en
nos parece contemporánea con los faraones” 41. Aunque parezcan exagera- lo exótico o en lo anacrónico, en cambio fusionadas en una nueva unidad
dos los comentarios de Hary conociendo los antecedentes y las fuentes eran capaces de generar un nuevo arte contemporáneo43.
de las cuales abrevó la arquitectura argentina del siglo XIX, debiera más Pese a la formación humanista de Rojas, hay que recordar que él no
bien parecernos lógica esta posición que fue defendida con ahínco por un era un arquitecto, por lo tanto sus conocimientos en esta materia tenían
buen número de intelectuales de la época, volviendo a traer el tema de la los límites propios de sus saberes técnicos y teóricos; sin embargo ello
“civilización y la barbarie”. no resultó ningún inconveniente para el desarrollo de la corriente nacio-
nalista argentina en estas áreas, pues además de los libros que el mismo
2.5.3. El proyecto intelectual del nacionalismo argentino Rojas publicó, la sociedad con ciertas personalidades jóvenes de la época
Dentro de la vertiente que hemos reconocido que enarbolaba el pensa- permitió que estas teorías se solidifiquen y adquieran no solamente una
miento de identificar al país tomando como referencia su pasado histórico presencia teórica, sino que se materialicen en edificaciones construidas.
reconocido en un contexto americano amplio, referente máximo es sin Dentro de estas personalidades destaca la presencia de Ángel Guido
duda el intelectual Ricardo Rojas. quien se involucró en la tarea teórica y proyectual con similar ahínco que
Rojas, nacido en Tucumán en el año de 1882 será figura clave en de- su maestro Rojas. Tal como menciona
sarrollar el pensamiento nacionalista argentino, luego de una síntesis que Ramón Gutiérrez: “La propuesta de Án-
él mismo formularía en base a sus vivencias y experiencias personales. En gel Guido (1896-1960) apuntaba a inte-
un primer momento de su carrera intelectual, Ricardo Rojas se verá muy grar la visión americanista con ciertos
influenciado por el hispanismo del cual se nutrirá directamente tras un rasgos de filosofía de la historia y con
viaje iniciático a España en el año de 1907. Esta travesía del joven Ricardo las tendencias contemporáneas de la
Rojas por la “Madre Patria” le permitirá establecer contactos de mucha arquitectura europea fundamentalmen-
importancia como con Miguel de Unamuno, con quien lo unirá una estre- te la alemana” 44. A los 29 años Guido
cha y productiva amistad. publicará “Fusión hispano-indígena en
Además de esta vertiente peninsular Rojas también se sentirá atraído la arquitectura colonial”, llevando a la
por el indigenismo, lo cual lo llevará a desarrollar una serie de proyectos práctica todas estas reflexiones teóri-
intelectuales y académicos al interior del país. Sin embargo, Rojas no tar- cas casi a la par, en la construcción de
dará en darse cuenta que el desarrollo de su pensamiento estaría dado la casa que Ricardo Rojas le encarga en
precisamente por la fusión de estas dos vertientes, en donde hay elemen- un solar bonaerense a la cual le dare-
tos de cada una de ellas pero que generan algo distinto. Rojas lo explicó mos una especial atención en el pre-
en su libro “Eurindia” de la siguiente manera: “Eurindia es el nombre de un sente texto.
mito creado por Europa y las Indias, pero ya no es de las Indias ni de Europa Otra figura importante dentro del
aunque está hecha de las dos” 42. En conclusión, tal como lo refiere Rodrigo panorama intelectual y proyectual de
Gutiérrez, Rojas pretendía entender el arte y la arquitectura continental la época será el arquitecto Martín Noel,
como una fusión de “técnica europea con emoción americana”. quien también tendrá una nutrida par-
ticipación en los debates arquitectóni-
41. HARY, Pablo. Sobre arquitectura colonial. “Revista de Arquitectura” Nº 2, septiembre de
1915, Buenos Aires p. 8.
42. ROJAS, Ricardo. Eurindia, ensayo y estética sobre las culturas americanas, Ed. CEAL, 1980, 43. Ibídem.
Buenos Aires (primera edición 1924), p. 6. 44. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica, p. 557.

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cos del momento y su figura será de primer orden en la consecución de las trataremos de entendernos desde nuestras raíces históricas, apareciendo
edificaciones más emblemáticas de la argentina concebidas bajo los prin- grandes historiadores como Raúl Porras Barrenechea y Jorge Basadre, y
cipios del nacionalismo, como fue el caso del pabellón argentino para la pese a que se empezará a reconocer e inventariar el arte y la arquitectura
Exposición Iberoamericana de Sevilla en el año de 1929, o el caso del edifi- prehispánica por parte de los primeros arqueólogos como Julio C. Tello;
cio para la embajada argentina en el Perú. Ambas edificaciones en las que el Perú cambiará poco en cuanto a los verdaderos actores que siguen to-
Noel plasmará lo que a su juicio debía ser la nueva forma de expresión de mando las decisiones del país y siempre favoreciendo a las ancestrales
la arquitectura argentina abrevada de todo el territorio latinoamericano. clases dominantes ahora en conjunción con los capitales extranjeros lle-
En un próximo capítulo ampliaremos esta temática e incidiremos so- gados desde el siglo XIX al país.
bre la producción tanto intelectual como arquitectónica de estos perso- Otro cambio trascendental de la época será la aparición de un nue-
najes. vo modelo a imitar que calará sustancialmente en las diferentes esferas
sociales y en las manifestaciones de las mismas, los Estados Unidos de
2.6. El Perú y los intentos por recomponer su pasado América. Será precisamente el presidente Leguía el que bajo su visión de
modernizar el país y construir la “patria nueva” abrirá los brazos a los ca-
2.6.1. Alternativas a la república aristocrática y el surgimiento de pitales norteamericanos y a sus entidades financieras con las cuales se en-
nuevos paradigmas. deudó enormemente por la gran cantidad de obras públicas emprendidas
Tras la caída del presidente Prado por el golpe de estado que puso en el en todo el país, destacando sin duda, las realizadas en Lima como parte de
poder a Augusto B. Leguía una serie de estructuras políticas, económi- las diferentes conmemoraciones por el centenario de la independencia.
cas y culturales, bajo las cuales se había fundado la República Peruana, Esta apertura hacia los capitales y el sistema financiero norteamerica-
entrarán en crisis y serán cuestionadas por su función casi exclusiva para no se verá acompañada por la apertura a toda su cultura la cual llegará por
el favorecimiento de un pequeño sector oligárquico del país. Se abrirá en- el aparato comunicacional del país del norte perfectamente estructurado
tonces un espacio para la aparición de grupos de opinión que a la larga se y repartido en revistas, diarios, películas, etc. Así, muchas de las decisio-
transformarán en partidos políticos, proponiendo alternativas tendientes nes de índole urbano y arquitectónico de la época se tomarán viendo a
a gestar una nación más igualitaria para sus diversos componentes. Así ese nuevo paradigma que se sumaba al tantas veces comentado europeo.
en este contexto aparecerá el Partido Aprista Peruano liderado por Víctor Mientras esto sucedía grupos de intelectuales y artistas buscaban
Raúl Haya de la Torre, El marxismo adaptado a la realidad nacional por la organizarse en pos de renovarse y encontrar caminos más certeros por
visión de José Carlos Mariátegui, y el pensamiento conservador cuyo re- donde discurrir su arte. Si bien Lima será uno de los puntos focales del
presentante más activo fue el arequipeño Víctor Andrés Belaúnde. desarrollo de estas nuevas corrientes, esta vez no estará sola pues al in-
Resulta interesante la relación que Elio Martuccelli establece en cuan- terior del país diferentes provincias construirán su voz propia y muchas
to a la actitud política de cada sector con las opciones históricas que luego veces contestatarias a lo que sucedía en la capital, lo cual trataremos a
se verán también plasmadas en el arte y en la arquitectura, así refiere: continuación.
“…Belaúnde, Porras y Riva Agüero se inclinaron a lo hispánico, Mariátegui
y Valcárcel a lo indígena y Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez y Antenor 2.6.2. Una intelectualidad provinciana de organiza
Orrego a lo mestizo. Todos representaban a su manera proyectos de país Si bien a lo largo de los años republicanos del siglo XIX existió una inte-
que se quería construir en los años veinte” 45. lectualidad destacable en las principales provincias del Perú, esta no se
Pese a este espacio en el espectro político que dará lugar a la apari- caracterizó por tener una voz unificada que le permitiera hacerse oír en
ción de pensamientos con opciones alternativas; pese a que en esta época el Perú y expresar su postura frente a la realidad nacional y a sus dife-
rentes manifestaciones artísticas. Tendremos que esperar a las primeras
45. Op. cit. MARTUCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada… p. 59. décadas del siglo XX para que grupos de intelectuales se junten por pri-

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

mera vez y planteen sus particulares modos de entender al Perú. Como de la “Escuela cusqueña” –según expresión de Francisco García Calderón–
bien señaló Luis E. Valcárcel tres serán los principales focos en donde se y, posteriormente de los grupos indigenistas “Ande”, “Resurgimiento’’ y
desarrolle una intelectualidad provinciana con mayor rigor, manifestando “Kosko” tuvo como antecedente al Centro Científico del Cusco, entidad que
lo siguiente: “El desarrollo de la vida política del Perú, el desenvolvimiento durante sus diez años de vida hizo meritorios esfuerzos en la investigación
de su prosperidad económica, la actividad intelectual de las universidades, del medio cusqueño y sus posibilidades de desarrollo” 47. La producción in-
determina, concreta y acentúa la personalidad de esos tres grandes núcleos telectual del movimiento fue cuantitativa y cualitativamente importantísi-
regionales; el Cusco, Arequipa y Trujillo. Las tres ciudades representantes del ma, sin embargo hay que reconocer autores y obras claves para sintetizar
alma de nacionalidad, las tres convergen en la acción controladora de los los contenidos y la esencia del mismo. El libro “Cuzco - Buenos Aires” lo
excesos centralistas”. Dados los objetivos del presente texto, nos limitare- plantea de una manera bastante acertada diciendo: “Las obras claves de
mos a mencionar algunos aspectos de la intelectualidad provinciana y su este movimiento intelectual fueron las de Luis E. Valcárcel: De la vida incaica
organización en el Cusco y en Arequipa. (1925), Del Ayllu al Imperio (1925), Tempestad en los Andes (1927) y Cuzco,
Diferentes factores concurrirán para el surgimiento de grupos de in- capital arqueológica de Sudamérica (1934). José Uriel García a la vez escribió
telectuales cusqueños que querían dejar muy en claro sus posturas y di- La ciudad de los incas (1922), La arquitectura incaica (1924), Cuzco colonial
vergencias con respecto a lo que sucedía en la capital. En primer lugar la (1924), El nuevo indio (1930), Pueblos y paisajes sudperuanos (1949). Carlos
postergación económica que el Cusco al igual que otras provincias de la Daniel Valcárcel, Garcilazo Inka (1939) y Rebeliones Indígenas (1946). Fuer-
sierra, había vivido a lo largo del hasta entonces corto período republica- te influencia tendrían los textos más tardíos de José María Arguedas Yawar
no, generando esto una visión hostil al centralismo limeño. Esto también Fiesta (1941), Los ríos profundos (1958) y Todas las sangres (1946). Tuvo tam-
es reconocido en el libro “Cuzco - Buenos Aires Ruta de Intelectualidad bién importancia el libro sobre la pintura cuzqueña editado en Cuzco en 1928
Americana (1900-1950)”, en cuyas páginas se menciona: “El declive econó- y en París al año siguiente por Felipe Cossio del Pomar” 48.
mico y la dependencia respecto de Lima, provocarán en el Cuzco una reac- Podemos pues concluir que en esta época el Cusco recuperará un an-
ción federalista en lo político y regionalista en lo cultural, con el propósito tiguo protagonismo en la vida cultural del Perú, expandiendo también su
de contravenir el centralismo de la capital peruana” 46. Dentro de este pa- influencia fuera de las fronteras de la república y teniendo un muy intere-
norama, los intelectuales cusqueños no tendrán mejor idea que recurrir sante intercambio con otras importantes ciudades sudamericanas, siendo
a su glorioso pasado para intentar construir un promisorio futuro. Apa- la más intensa seguramente la constituida con la capital argentina.
recerá entonces el referente incaico en sus diferentes vertientes, desde Para hablar de Arequipa sólo basta recordar el crucial rol que le to-
lo racial, autoproclamándose muchos de los intelectuales como descen- cará jugara a la ciudad blanca durante todo la primera etapa republicana,
dientes directos de los incas, hasta lo arqueológico, artístico y literario. siendo el centro de los acontecimientos políticos que repercutían en todo
De estas iniciales posiciones hasta el indigenismo había sólo un pequeño el panorama nacional. Este protagonismo en lo político irá acompañado
paso, el cual se fue construyendo con el aporte de grandes intelectuales de una intensa vida intelectual que será el caldo de cultivo para la apari-
como el ya mencionado Luis E. Valcárcel y José Uriel García. Sin embargo ción de figuras emblemáticas durante las últimas décadas del XIX y a lo
sería mezquino no reconocer como antecedente de todo este movimien- largo de todo el siglo XX. Pero si queremos reconocer un momento crucial
to al Centro Científico del Cusco. Al respecto el experto en el tema José en donde todas estas voces pretenden hacer un coro para tener resonan-
Luis Rénique menciona: “El surgimiento de los movimientos descentralista cia nacional debemos prestar atención a los primeros años del siglo XX.
e indigenista, en los años finales de la década del 20, fue la culminación de Abraham Valdelomar nos relata la intensa vida literaria que se vivía en
ese proceso a través del cual fueron perfilándose las particularidades de los Arequipa en la primera década del siglo XX a raíz de un viaje de estudios
diversos núcleos intelectuales regionales En el caso del Cusco, el surgimiento
47. RÉNIQUE, José Luis. “El Centro Científico del Cusco 1897 – 1907” en Revista Histórica Vol.
IV Nº 1, Julio de 1980 PUCP, Lima, p. 41.
46. Op. cit. AA. VV. Cuzco - Buenos Aires ... p. 14. 48. Op. cit. AA. VV. Cuzco - Buenos Aires.

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

que realizó por el sur del Perú cuando todavía cursaba sus estudios de minado como “los pacpacos” encabezados por Juan Manuel Polar, recor-
literatura en San Marcos, mencionando a los intelectuales de la época dado por Víctor Andrés Belaunde cuando menciona: “Una tarde fui a ver a
como a Percy Gibson, Augusto Aguirre Morales, Gonzalo Zúñiga, etc. lo Juan Manuel Polar. La pacpaquería –tal era el nombre del departamento en
cual lo deja registrado en un artículo publicado en la revista “Ilustración que se reunían sus amigos, los pacpacos– estaba cerrada” 53. Esta referencia
Peruana” 49 seguramente de esa feliz coincidencia nacería una intensa al “pacpaco” o búho, aludía a las interminables noches de bohemia en la
amistad que daría sus frutos en las colaboraciones que se solicitó a los que se enfrascaban los miembros de la agrupación.
arequipeños para participar en la revista “Colónida”, la cual pese a su cor- Aparte de este grupo Luis Monguio en un interesante estudio sobre la
ta vida marcó un punto de inflexión en los nuevos rumbos tomados por la poesía posmoderna en el Perú reconoce tres agrupaciones arequipeñas de
literatura nacional. la época, no necesariamente de pensamiento homogéneo, que aportaron
Pero no todo fue relación armónica con la capital, pues Arequipa, al al desarrollo artístico e intelectual del Perú. Dentro de estas tres destaca
igual que el Cusco se sentirá postergada por el centralismo imperante y sin duda la agrupación “Aquelarre” que como menciona Monguio estuvo
mantendrá una actitud crítica con respecto a Lima y a la intelectualidad centrada en la figura del poeta Percy Gibson, contando además en sus
limeña, la cual es muchas veces calificada como poco profunda y frívola. filas con “…César A. Rodríguez y Augusto Renato Morales de Rivera, reunía
Uno de los intelectuales arequipeños que de manera más explícita mostró también al músico Dunquer Lavalle, Federico Segundo Agüero Bueno, Belisa-
su disconformidad con lo que sucedía en la capital peruana fue Augusto rio Calle y Natal Lerena (sic)” 54. Este grupo publicó también una revista del
Aguirre Morales quien manifestaba “fundamental hostilidad contra la pala- mismo nombre, cuyo primer número se editó en el año de 1916, en donde
brería hueca del arribismo literario que es plétora en la capital” 50 ensayando se recopilaron trabajos literarios muy interesantes de sus miembros.
una interesante distinción entre lo que sucedía en Lima comparado con El segundo grupo coetáneo del “Aquelarre” fue el conformado en
Arequipa: “Explícase todo ello por razones de carácter de los dos pueblos: torno a la revista “Anunciación”, la cual se editó en el año de 1914, y que
seriedad, recogimiento de pensamientos y ensimismamiento de absurda tuvo entre sus miembros a Alberto Hidalgo, Alberto Guillén, Miguel Ángel
egolatría en Arequipa; ligereza, sonrisa, frivolidad y despreocupación den Urquieta y Luis De La Jara, existiendo ciertas discrepancias por parte de
Lima” 51 para después añadir: “No quita esto las características de pereza, Urquieta e Hidalgo con Gibson y Rodríguez.
desconfianza serrana y recogimiento indígena de que adolecen los del sur, El tercer grupo lo constituyó una conjunción mixta de literatos en
cerrados por regla general, a toda espontaneidad; lo que explica la falta de unión con obreros y artesanos locales, el cual tomó como nombre “La
comunicación intelectual entre Lima y Arequipa y señala la razón del inter- Bohemia Andina” en el año de 1917 y contó entre sus filas con Alejandro
cambio entre bolivianos y arequipeños” 52. Resulta pues interesante cómo y Arturo Peralta, Emilio Armanza, Aurelio Martínez entre otros. Si bien
además de estas apreciaciones que pueden ser subjetivas o privativas del los grupos antes mencionados querían superar una etapa romanticista y
autor se menciona el intercambio cultural más fructífero con otras regio- bucólica de la ciudad identificándose en algunos casos con movimientos
nes fuera del país como es el caso de Bolivia o también con la Argentina. vanguardistas esta tercera agrupación tendrá una inclinación mayor hacia
En cuanto a la constitución de grupos intelectuales hay que recono- el indigenismo 55. Este debió ser el germen para la conformación en el año
cer algunos de los más relevantes como por ejemplo el grupo autodeno- de 1927 de los autodenominados “Zurdos de Arequipa” los cuales publica-
rían la revista “Chirapu” dirigida por Antero Peralta Vásquez y que contó
49. VALDELOMAR, Abraham. “Hacia el trono del sol, nota de un viaje” en: Ilustración Perua-
na, Lima, Nº 50, 1910. 53. BELAÚNDE, Víctor Andrés. Escenario de Arequipa, en RIVERA MARTINEZ, Edgardo.
50. AGUIRRE MORALES, Augusto. “Literatos jóvenes de Arequipa, apuntes para una próxi- (Comp.) Imagen y Leyenda de Arequipa, Antología 1540-1990, Lima, Ed. Fundación M. J.
ma conferencia” en RIVERA MARTINEZ, Edgardo. (Comp.) Imagen y Leyenda de Arequi- Bustamante de la Fuente, 1996, p. 385.
pa, Antología 1540-1990, Lima, Ed. Fundación M. J. Bustamante de la Fuente, 1996, p. 431. 54. MONGUIO, Luis. La Poesía Postmodernista Peruana, Lima, Ed. Fondo De Cultura Económi-
51. Ibídem, p. 431. ca; primera edición 1954, p. 38.
52. Ibídem, p. 431. 55. Ibídem.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

con la participación de Guillermo Mercado, César Atahualpa Rodríguez, 2.6.3.La materialización artística y arquitectónica de las nuevas
Armando Rivera y el puneño Carlos Oquendo de Amat 56. ideas
Mientras estos grupos cultivaban diversas formas de expresión lite- La materialización, en cuanto a artes plásticas se refiere, más relevante de
raria y planteaban, a su manera, los derroteros por los cuales Arequipa la época estuvo dada por el denominado “indigenismo”, el cual germinará
debía discurrir, otros grupos de ocupaban de desarrollar las artes plásti- en un contexto plagado de referencias tanto internas como externas que
cas intentando también delinear rutas por las cuales navegar, pues como ya hemos explicado en páginas anteriores que coincidían en la búsque-
menciona Omar Zevallos “Arequipa parecía destinada a cultivar a su gente y da de referentes locales para construir una manera de expresión propia y
convertirse en el centro de creación artística del sur” 57. En este sentido hay que valoraba lo antes olvidado, como los referentes históricos y vernácu-
que destacar la temprana aparición del “Centro Artístico de Arequipa”, los mucho más evidentes en las provincias que en la capital. Cecilia Bákula
el cual fue fundado en la última década del siglo XIX y se desarticulará en explica este movimiento como “…el intento por reconciliarse, a través del
el año de 1931. El centro artístico será durante varios años la única institu- color y las imágenes, con el propio país luego de la ruptura que significó la
ción del sur del Perú en donde se enseñaba dibujo y pintura, pero además conquista y el proceso de mestizaje inconcluso. Es por ello que temas coti-
de ello, esta agrupación incentivaba el desarrollo de las artes plásticas y dianos, arquitectura, tradiciones, costumbres, actividades y rostros propios
de la fotografía a través de periódicas exposiciones y muy interesantes de la vida del indígena, se convierten en temas preferentes, enfrentados a la
concursos que sin duda alguna fueron los más grandes estímulos en las tradicional plástica academicista, inspirada en la realidad europea, ajena y
primeras décadas del siglo XX, razón por la cual agrupó entre sus filas bien distante” 59. Dentro de este panorama hay que destacar sin ninguna duda
sea como estudiantes, maestros o concursantes a los más grandes artis- la presencia de José Sabogal, pintor provinciano (Cajabamba, 1888) que
tas del sur durante toda una época, así podemos destacar la presencia de: bajo una interesante formación europea y argentina supo enarbolar por
Martín Chambi, Jorge Vinatea Reynoso, el científico y artista Pedro Paulet,
Domingo Pantigoso, etc. 59. BÁKULA, Cecilia. El indigenismo de Sabogal en la plástica peruana, en Revista Moneda Nº
El centro tenía también un órgano de difusión impreso, una revista lla- 135, Lima, Ed. Banco Central de Reserva del Perú, Mayo, 2007, p. 38.
mada “Arequipa Ilustrada” la cual era “una suerte de revista quincenal de
ocho páginas que se fundó en junio de 1894 y que publicaba en sus portadas
retratos de José Álvarez e ilustraciones de jóvenes alumnos del Centro” 58.
El propio nombre, entendiendo claro está la doble connotación, nos da
cuenta de las líneas iniciales que pretendía seguir el centro, basada en una
atenta visión a lo que sucedía con las artes plásticas occidentales, sin em-
bargo esta institución fue evolucionando y adaptándose a las nuevas rea-
lidades que el contexto local imponía, lo cual le permitió ir desarrollando
una temática propia que supo imprimir en sus diferentes miembros.
Vemos pues como Arequipa, al igual que el Cusco y Trujillo, fueron ba-
luartes en el desarrollo intelectual y artístico del Perú durante las primeras
décadas del siglo XX, lo cual permitió proponer una lectura local del país
que sin dudas trascendió las fronteras.
José Sabogal será pionero en cuanto a la inserción en sus cuadros de una
56. CORNEJO, Marcela.
temática que valora las costumbres típicas de las diferentes fases de la historia
57. ZEVALLOS VELARDE, Omar. Los acuarelistas arequipeños 1840-1940, Arequipa, Ed. Cuzzi del Perú, así como los paisajes serranos con su arquitectura vernácula.
Editores, 2013, p. 27. Fotos: Cuadros de José Sabogal en Maestros de la pintura en el Perú,
58. Ibídem. p. 34. libro editado por el diario El Comercio.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

medio de su obra y por su intensa actividad académica, los principios de más de sus cuadros tomará a
un arte en donde el indio, el mestizo y los paisajes y la arquitectura del la arquitectura colonia Are-
interior del país fueron los motivos principales de sus indagaciones plás- quipeña para el diseño arqui-
ticas, bajo un concepto reivindicatorio a los que se unieron otros artistas tectónico de su casa taller,
plásticos como: “Julia Codesido (1892 - 1979), Enrique Camino Brent (1909 de la cual nos ocuparemos
- 1960), Camilo Blas (seudónimo de Alfonso Sánchez Urteaga) (1903 - 1986) y en capítulos siguientes.
Teresa Carvallo (1895 - 1989)” 60. Ya centrándonos en el
Pero además de ellos y sin pertenecer oficialmente al movimiento tema arquitectónico pode-
destaca la figura del arequipeño Jorge Vinatea Reynoso, el cual pese a su mos recordar lo desarrollado
corta vida (falleció a los 31 años) pudo dejar una obra excepcional, descri- en el primer capítulo sobre
ta por Luis Enrique Tord como “convincente, vibrante, con unos cuadros la fuerte influencia extran-
plenos de una humildad en la que en el color, el paisaje y los personajes flota jera que se vivirá en el Perú
un cabal sentimiento por la raigambre nacional” 61. Será pues Arequipa en durante fines del siglo XIX y
cuanto a sus personajes, paisajes y arquitectura uno de los componen- las primeras décadas del XX.
tes esenciales de la temática indigenista, pues no solo los pintores locales La enseñanza de la arquitec-
se ocuparán de Arequipa, también los foráneos encontrarán en la ciudad tura todavía no se encuentra
blanca los elementos necesarios para incorporarla en su repertorio y ex- plenamente consolidada en
plorar sus esencias, como fue el caso de Enrique Camino Brent, quien ade- el Perú y serán los arquitec-
tos foráneos radicados en el
60. Ibídem p. 41. Perú o los peruanos de for-
61. TORD, Luis Enrique. “Historia de las artes plásticas en el Perú”, en AA. VV. Historia del mación extranjera los que de
Perú, Tomo IX. Procesos e instituciones, Lima, Editorial Mejía Baca, 1980. p. 333.
alguna manera llevarán las
riendas de la “arquitectura
oficial” que paulatinamente
irá encontrando en los refe-
rentes históricos peruanos
un componente más para su
repertorio estilístico basado
casi siempre en los principios
academicistas.
Llegará una época en
que la producción arquitec-
tónica coincida temporal y
conceptualmente con cier-
Sin pertenecer oficialmente al movimiento
indigenista del Perú, Vinatea Reinoso fue uno de los tos principios del ya mencionado indigenismo de las artes plásticas expli-
pintores que con mayor destreza supo expresar las cado de la siguiente manera por el arquitecto Héctor Velarde: “Ya desde
actividades del ciudadano arequipeño común,
y reconocer su hábitat urbano y rural.
el 35 ese movimiento fue paralelo e impulsado por la escuela “indigenista”
Fotos: Cuadros Arequipa y Chacareros arequipeños. de José Sabogal. El retorno entusiasta y justificado en muchísimos aspecto,

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Capítulo 2
El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

de nuestro arte tradicional, colonial e indígena, se convirtió en una corriente rias páginas de sus diferen-
caudalosa” 62. tes ediciones en rescatar
Casi los mismos aspectos mencionados en el desarrollo artístico y lite- los beneficios del estilo de-
rario del Perú en esos años confluirán para la aparición de esta arquitectu- nominado “californiano”
ra que explora en sus raíces, además de la necesidad de una arquitectura y su pertinencia para ser
“institucional” para representar al país en los actos conmemorativos por aplicado en el Perú. Más
el centenario de la independencia desarrollados en Lima, así como en los tempranamente la revista
diferentes eventos internacionales de la época como la Exposición Ibe- “Ciudad y Campo” ya que
roamericana de Sevilla del año 1929. Paulatinamente y con muy diferentes publicaba proyectos con-
grados conceptuales y de compromiso intelectual irán apareciendo diver- cebidos bajo este estilo, así
sas vías por las cuales se desarrolló este tipo de arquitectura, que en un José García Bryce se refie-
esfuerzo de síntesis intentaremos agrupar: re al fenómeno: “El interés
• El estilo hispanista: el cual reconocerá en la arquitectura histórica pe- por lo ‘californiano’ se inició
ninsular el mayor referente para realizar una arquitectura próxima y en los años 20, en que la
coincidente con las necesidades y aspiraciones de un sector privile- revista Ciudad y Campo pu-
giado local, prefiriendo hacer uso de estos modelos a su entender blicó ilustraciones de casas
más “prestigiados” que de la propia arquitectura colonial peruana norteamericanas de este
con la que convivían. Un ejemplo de este estilo en el Perú es el hotel tipo. La modalidad, sin em-
Country club el cual fue construido en el año de 1929 bajo un primer bargo, sólo se generalizó en
diseño de los arquitectos José Álvarez Calderón y Augusto Benavi- Lima hacia mediados de la
des y modificado posteriormente por el arquitecto norteamericano década de 1930-1940, mere-
O’Brien 63. Este edificio fue el símbolo durante muchos años de las ciendo el apoyo de la revista
clases acomodadas limeñas, convirtiéndose por ello en referente de El Arquitecto Peruano” 64.
otras construcciones sobre todo de índole residencial. No dudamos Resulta bastante elocuente un artículo publicado en el año de 1938
que tras las reformas del arquitecto norteamericano haya primado en que el autor, Gordon Kaufman, hace un abierto llamado a aplicar
también las particulares visiones que en el país del norte se conocía el estilo en la arquitectura residencial peruana, diciendo: “Examine-
como el “Spanish Revival”, del cual hablaremos a continuación. mos detenidamente estas ilustraciones para constatar sus notables
• El estilo californiano: Ya hemos tratado en páginas anteriores las di- semejanzas con lo nuestro. Inspirémonos –sin copiar ni repetir– en el
ferentes rutas a través de las cuales se fundó en un primer momento espíritu de esta arquitectura sana y vigorosa, que aprovecha las valiosas
el denominado “misión style” y posteriormente el “spanish revival”, enseñanzas del pasado, completándolas con las exigencias inevitables
y cómo es que se va a dar la paradoja de retornar a los territorios del presente” 65. Podemos pues asegurar que los límites entre el esti-
latinoamericanos transformados por la perspectiva escenográfica es- lo californiano y el neocolonial peruano resultaron más que difusos
tadounidense. El Perú no será ajeno a esta influencia y su difusión se aproximándose más a un eclecticismo que a un estilo con principios y
hará a través de los principales medios de comunicación de la época, componentes bien definidos.
como fue el caso de la revista “El Arquitecto Peruano” que dedicó va-
62. VELARDE BERGMAN, Héctor. Arquitectura Peruana, Lima, Ed. Studium Editores, 1978, 64. GARCÍA BRYCE, José. Arquitectura Virreinal y la República Tomo IX, p. 140-141.
Tercera Edición. (Primera edición en 1946), p. 432. 65. KAUFMANN B., Gordon. “El estilo Californiano”, en revista El Arquitecto Peruano, Mayo
63. Op. cit. MARTUCCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada… p. 60. de 1938.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

• El estilo neocolonial académico: Pese a que el neocolonial es muchas ma simétrica apoyada en un eje central principal y que refleja la planta
veces presentado como una respuesta alterativa y hasta como un re- también simétrica, y la fenestración uniforme y repetición de los moti-
chazo a los postulados academicistas, indudablemente se nutrió de vos, evidencia la base academicista que posee la obra” 66. Es pues evi-
ellos, sobre todo en una etapa germinal en que luego de romper cier- dente la aparición de los principios academicistas en estas y en otras
tos prejuicios los elementos coloniales se convierten en componen- obras del neocolonial peruano, siendo tal vez uno de los principales
tes que enriquecen el repertorio estilístico del cual hace uso el arqui- motivos por el cual el estilo no evolucionó y se quedó en su aspecto
tecto. Esto sucedió en el Perú durante las primeras décadas del XX en epidérmico ante lo verdaderamente sustancial que es el espacio. Y su
donde el estilo estaba en formación. Los arquitectos pioneros en ha- distribución.
cer neocolonial eran extranjeros y no pretendía tampoco enarbolar • Los estilos neocoloniales regionales: existieron también variantes
un pensamiento nacionalista ni mucho menos. Tenemos pues como del neocolonial que van a privilegiar el uso de elementos históricos
ejemplos el palacio arzobispal diseñado por el polaco Ricardo de Jaxa pertenecientes a una determinada región del país, destacando en
Malachowsky o el ala izquierda de palacio de gobierno encargada al este grupo el “neocolonial limeño” y el estilo “arequipeñista”. Para
francés Claude Sahut, ambos con formación academicista francesa. el caso de los estilos provenientes de provincias en la mayoría de los
Sobre el palacio arzobispal, al cual se le considera como pionero de casos estos tendrán una aplicación local, es decir en el lugar de origen
la arquitectura colonial García Bryce menciona: “El palacio arzobispal de su referente histórico, como es el caso del estilo trujillano, aplica-
era el primer ejemplo de un edificio neocolonial de carácter académico” do casi en exclusividad para la ciudad norteña como por ejemplo del
“La fachada no posee ordenes ni frontones clásicos, sino portadas de
estilo limeño del siglo XVIII y balcones de madera tallada, pero su for- 66. Op. cit. GARCÍA BRYCE, José. La arquitectura en el virreinato y la república… p. 142.

Dentro del denominado neocolonial académico podemos situar como obra Los estilos neocoloniales regionales aplicarán en su composición los elementos
pionera al palacio arzobispal de Lima, obra del arquitecto polaco Ricardo de Jaxa desarrollados recurrentemente en un lugar específico del Perú, como es el caso del
Malachowsky, quien imbuido por una formación académica tratará de adaptar los neocolonial trujillano que hace uso de portadas de edificios virreinales y las ventanas
componentes morfológicos historicistas peruanos a los principios compositivos caracterizadas por su gran trabajo en herrería forjada ya de inicios de la república.
que él dominaba. Foto: Edificio de la Beneficencia Pública de Trujillo de estilo neocolonial.
Foto: Palacio Arzobispal de Lima. Archivo histórico fotográfico CEDIP. Archivo histórico fotográfico CEDIP.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

edificio de la beneficencia pública de Trujillo. Arequipa, en ese sentido • El estilo neoperuano: Aunque de muy puntual aparición no hay que
será le excepción, pues dada la consolidación del estilo a nivel local dejar de mencionar al neoperuano como un intento de sintetizar las
e inclusive internacional se le aplicará en otros contextos diferentes diferentes etapas históricas del país para consolidarlas en un solo
del de su origen, siendo este tema uno de los principales objetivos producto. Como ocurrió en el pabellón presentado por el Perú para
del presente libro por lo cual lo desarrollaremos con amplitud en los la Exposición Iberoamericana de Sevilla del año de 1929. El escultor
capítulos siguientes. Manuel Piqueras Cotolí realizará el intento mejor logrado de un estilo
• El estilo neo prehispánico: Este estilo es aquel que toma como re-
ferente la arquitectura de las culturas incas y preincas desarrolladas
en el territorio peruano para su constitución actual . El estilo neopre-
hispánico es el que mayor vinculación tuvo con el movimiento indi-
genista tanto literario como plástico; no será entonces de extrañar
que en las pocas edificaciones realizadas bajo estos parámetros en-
contremos la intervención directa o indirecta de miembros adscritos
intelectualmente a estas ideas. Así es por ejemplo destacable el pe-
queño pabellón del parque de la reserva denominado “Casa Inca” di-
señado por el pintor José Sabogal a quien ya hemos referido en ante-
riores páginas. Sin embargo al igual que el neocolonial este estilo se
quedará básicamente en lo ornamental, decorativo y anecdótico, no
existiendo casos de una exploración espacial o morfológica mayor de
esta rica herencia precolombina.

El estilo neo prehispánico estará vinculado con el indigenismo de la plástica peruana, El intento mejor consolidado por hacer una arquitectura capaz de fusionar nuestras
explotando sobre todo el aspecto decorativo y los motivos geométricos de estas diferentes etapas históricas fue el pabellón peruano de la exposición iberoamericana
culturas precolombinas. de Sevilla del año 1929, diseñado por el escultor Manuel Piqueras Cotolí.
Foto: Vista de la “Casa Inca” de José Sabogal en el parque de la Reserva. Fotos: Vistas exteriores e internas del pabellón peruano de la
Archivo fotos históricas CEDIP. Exposición Iberoamericana de Sevilla del año 1929.

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El origen de los pensamientos nacionalistas en los países americanos

en donde puede verse referentes prehispánicos, coloniales y hasta blanco, contrafuertes, arcos, tejados) pero estilizándolos al máximo y
una simbología de la república. exagerando ciertas características (la escasa altura de los arranques de
Otro proyecto que también contó con la participación de Piqueras, los arcos, el talud de los contrafuertes) a fin de incorporarlos, en mu-
esta vez en conjunción con el arquitecto Héctor Velarde fue el diseño chos casos junto con fragmentos coloniales auténticos (puertas, rejas,
para una basílica en honor a Santa Rosa de Lima el cual tenía un fuer- molduraciones de piedra antiguas), a sus propias síntesis arquitectó-
te componente prehispánico que seguramente no fue del agrado de nicas, extraordinariamente libres e imaginativas. Por los motivos em-
parte de la sociedad conservadora limeña que no podía conciliar re- pleados en ella, la arquitectura de A. Benavides se acerca al Neocolonial
ferentes incaicos con el catolicismo. Así pues el neoperuano fue más y en algunos casos se identifica con él” 67, pero además de Benavides
una ilusión de edificios y proyectos puntuales que un estilo plenamen- y otros arquitectos que puntualmente utilizarán este estilo hay que
te consolidado. destacar lo realizado por el arquitecto Enrique Camino Brent, al cual
• El estilo neocolonial pintoresquista: Finalmente hay que reconocer ya lo hemos visto como identificado con el indigenismo en las artes
un neocolonial pero que no toma como referencia a los edificios más plásticas. Este personaje tendrá una breve pero significativa incursión
emblemáticos del Perú virreinal, ni a la imagen idealizada que se tenía en la arquitectura, destacando su vivienda taller en la que plasmará
de los mismos, sino que pone su mirada en la arquitectura vernácula, su particular visión historicista y donde el referente arequipeño será
principalmente de la sierra, para adaptar sus componentes y la calidez evidente, por lo cual, lo desarrollaremos posteriormente.
de su imagen bucólica a entornos periurbanos de gente que quiere
vivir en la ciudad pero con las bondades del campo. El pionero en en-
sayar este tipo de arquitectura fue el arquitecto Augusto Benavides
al cual se refiere José García Bryce de la siguiente manera: “Benavides
utilizaba los mismos elementos tradicionales (muros llanos pintados de

En sus puntuales incursiones por el


diseño arquitectónico el pintor Enrique
Camino Brent rescatará los elementos
históricos de una arquitectura
vernacular andina.
Fotos: Vistas de diferentes proyectos
del pintor Ernesto Camino Brent,
catálogo de obra Camino Brent. 67. Op. cit. GARCÍA BRYCE, José. La arquitectura en el virreinato y la república… p. 141.

96 97
Capítulo III

Arequipa al centro
del debate. Visiones
fragmentadas de una
realidad compleja
Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

La arquitectura colonial arequipeña, de la cual hoy en día solo vemos


fragmentos de antiguos conglomerados urbanos completos, es la síntesis
de diversas épocas en las que se fueron decantando procesos productivos
para dar solución a los problemas del hábitat que la realidad física y social
iba demandando. Dentro de estas demandas a las cuales la arquitectura
arequipeña debió responder se encuentran las de carácter común con el
resto de ciudades y villas coloniales coetáneas, germinadas por un siste-
ma de organización y normas homogéneas, y se encuentran también las
demandas específicas que las circunstancias territoriales y poblacionales
irán imponien-
do. Serán dos,
dentro de este
último grupo,
las que de al-
guna forma
contribuirán
de una manera
más categórica
a generar las
especificidades
de la arquitec-
tura arequipe-
ña de época
colonial: La primera, de índole
geológica, será el sistema cons-
tructivo y estructural condiciona-

Son dos las características más


relevantes que singularizan a la
arquitectura colonial arequipeña: La
morfología, fruto de la acertada manera
de estructurar los edificios para hacer
frente a los continuos sismos regionales
y la excepcional manera de sintetizar
en sus componentes constructivos y
ornamentales la esencia de un nuevo
poblador nacido del mestizaje hispano
e indígena.
Fotos: Cúpula de la Iglesia del Monasterio
de Santa Catalina, foto: Carlos Rodríguez.
Portada de la “Casa Tristán del Pozo”,
foto histórica de inicios del siglo XX.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

do en su desarrollo para dar respuesta a los continuos sismos, de las más XX. Como vimos en el primer capítulo del libro en esta época la forma-
diversas intensidades, que vivirá la ciudad en ciclos irregulares. La segun- ción del arquitecto en casi todo el mundo occidental estará influenciada
da, de índole poblacional, será la materialización de una forma específica de una manera directa o indirecta por los cánones que de tiempo atrás
de construir, componer y ornamentar la arquitectura por grupos de arte- establecieron las escuelas de bellas artes, principalmente la École des
sanos y operarios mestizos deseosos de manifestar a través del arte y de Beaux Arts de Paris, y aunque nacieron otras instituciones aparentemente
la arquitectura su particular manera de ser, de sentirse y de posicionarse reaccionarias siempre los postulados academicistas terminaron por hacer-
en esa sociedad. se notar.
Serán pues estos los principales motivos por los cuales la arquitectura Así de los arquitectos argentinos y peruanos que por la temática
colonial arequipeña se manifestará de una manera contundente y desta- arequipeña pondremos mayor atención podemos mencionar que Martín
cará con mayor nitidez ante los ojos de teóricos, arquitectos y artistas de Noel y Estanislao Pirovano culminaron su formación de arquitectos en la
las primeras décadas del siglo XX deseosos de encontrar referentes que École Special d´Architecture de Paris, institución paralela a la Beaux Arts
les revelen los derroteros por los cuales se debía encaminar el destino de en la capital francesa; Ángel Guido estudiará en Córdoba Argentina, cuan-
nuestras naciones ansiosas de liberarse de una vez por todas de las de- do en las universidades rioplatenses regía la formación arquitectónica
pendencias económicas y culturales de occidente. bajo los preceptos de los tratados de Barberot, Cloquet, Guadet, etc68. En
Estos objetivos nacionalistas, así como claros serán bastante acota- el Perú Héctor Velarde cursará sus estudios superiores en la École Spéciale
dos, por lo tanto la visión selectiva correspondiente con sus intereses será des Travaux Publics, pero altamente influenciado por la arquitectura que
inevitable. Consideramos pues necesario en esta parte del libro determi- se hacía en esos momentos en la capital francesa; Emilio Harth Terré estu-
nar cuáles fueron las características más relevadas de la arquitectura co- diará en la Escuela Nacional de Ingenieros del Perú, en la época que recién
lonial arequipeña, así como también las condicionantes de la época que se consolidaba la formación del arquitecto con la participación de profe-
determinaron su selección, encontrando también de necesidad nombrar sionales extranjeros como el polaco Ricardo Malachowsky quien también
algunas de las características desestimadas que seguramente hubiesen se había formado en la Beaux Arts de Paris.
enriquecido el bagaje referencial de los nacionalistas. Como podemos ver de alguna u otra manera los principios de la aca-
demia, así como los instrumentos analíticos y de percepción de la arqui-
3.1. Condicionantes perceptivas tectura, serán las herramientas disponibles de estos profesionales argen-
tinos y peruanos, y por más que el nacionalismo quiso presentarse como
En primer término es necesario reconocer las características profesiona-
una vía alterna a la academia no pudo desprenderse de las herramientas
les e intelectuales comunes de los actores más representativos que tuvie-
que les eran inherentes a los investigadores.
ron como objetivo en sus respectivos países, encontrar el derrotero para
Este es uno de los principales motivos por lo cual, la mayor atención
hacer un arte y una arquitectura verdaderamente auténticos, debiendo,
puesta a la arquitectura colonial arequipeña y a los demás referentes de-
sin duda alguna, referirnos a su formación académica que les proporcio-
tectados como emblemáticos de la época virreinal, fue puesta en la apa-
nará los mecanismos e instrumentos de percepción, análisis y ciertamente
riencia y composición de las fachadas externas e internas de los edificios,
materialización de sus ideas.
antes que en la espacialidad, funcionalidad o aspectos de tipo técnico
En un intento de sintetizar el tema y recurrir a una muestra represen-
constructivo, ya que ello vendría dado por las tipologías extraídas del ba-
tativa coincidente con el tema principal de este libro podemos remitirnos
gaje academicista.
a los principales arquitectos peruanos y argentinos que enarbolaron las
ideas nacionalistas en sus respectivos países, teniendo ellos en común
los estudios de arquitectura realizados en un período temporal similar, 68. GUTIÉRREZ, Ramón. “Una entusiasta Introspección: El Neocolonial en el Río de la Pla-
situado hacia finales del siglo XIX y en las dos primeras décadas del siglo ta”, en op. cit. AMARAL Aracy, Arquitectura Neocolonial.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

3.2. La valoración selectiva de los edificios y componentes


de la arquitectura colonial arequipeña
Como ya hemos adelantado el objetivo principal de los arquitectos y teó-
ricos nacionalistas era crear un lenguaje arquitectónico que sirviera como
referente para una nueva arquitectura que ya no abrevara de modelos
occidentales ajenos sino, de las propias fuentes históricas edificadas en el
propio continente americano, pero tal como menciona Marina Waisman el
lenguaje arquitectónico puede enfocarse desde distintos puntos de vistas
“…las perspectivas: morfológica, funcional y la de su referente” 69, dirigién-
dose los nacionalistas a la creación de un lenguaje eminentemente formal,
pero no la forma en toda su complejidad que es resultado y síntesis de
complejos procesos productivos y de la atención a las necesidades espe-
cíficas de hábitat de una determinada población, sino a la forma entendi-
da como epidermis o envolvente, en donde ciertamente se condensan un
buen número de características sobre todo de índole simbólica, pero que
no abarca la complejidad del hecho arquitectónico en su conjunto.
Partiendo de esta necesaria aclaración, podemos asegurar que la
valoración que se tuvo de la arquitectura colonial arequipeña estuvo cir-
cunscrita a unos cuantos edificios representativos y a solo unos cuantos
componentes de estas precitadas edificaciones. En las siguientes páginas
nos ocuparemos de reconocer cuales fueron estos:

3.2.1. Edificios emblemáticos de especial atención


Seguramente el arquitecto argentino Ángel Guido fue el investigador más
Estas tres edificaciones fueron especialmente estudiadas por el arquitecto argentino
específico en acotar los edificios arequipeños que a su juicio representa- Ángel Guido, quien a través de sus publicaciones y su obra arquitectónica personal difundió
ban de una manera más explícita y sintética los principios de mestizaje ar- los valores de la arquitectura colonial arequipeña.
Fotos: Portadas de las casas Tristán del Pozo y del Moral y Claustro mayor del complejo
mónico entre lo hispano y lo indígena que había dado como resultado una
religioso de la Compañía de Jesús. Carlos Rodríguez, Gonzalo Ríos.
arquitectura americana sin precedentes. Se trataba de dos casonas del si-
glo XVIII y un complejo religioso desarrollado entre los siglos XVII y XVIII70. Además de estas tres edificaciones emblemáticas tanto Guido como
Las casonas representativas eran las conocidas hoy en día como “Casa del Martín Noel y algo posterior Mario Buschiazzo71 pondrían también aten-
Moral” y “Casa Tristán del Pozo”, y el conjunto religioso era el de la Com- ción al resto de portadas de las iglesias ubicadas tanto al interior del da-
pañía de Jesús que comprendía la Iglesia y los claustros aledaños. mero fundacional como de los pueblos aledaños de la ciudad la mayo-
ría de ellos de un origen reduccional. Habría pues que añadir a la iglesia
de la Compañía de Jesús, la de San Agustín, consideradas ambas como
69. WAISMAN, Marina. El Interior de la Historia, historiografía arquitectónica para uso de lati-
noamericanos, Bogotá, Ed. Escala, 2009, (primera edición 1990), p. 89.
70. GUIDO, Ángel. Fusión Hispano indígena en la arquitectura Colonial, Rosario, Ed. Casa del 71. BUSCHIAZZO, Mario. Estudios de arquitectura colonial hispano americana, Buenos Aires,
Libro, 1925. Ed. Guillermo Kraft 1944.

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Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

“Portadas mayores” arequipeñas y dentro de las iglesias poseedoras de cederá a edificaciones más
“Portadas menores” estaría básicamente la lateral de Santo Domingo, re- alejadas que las anterior-
conocida como la pionera en cuanto a la consolidación de la estructura mente mencionadas como
compositiva de las portadas arequipeñas. A este pequeño grupo de igle- las iglesias de “Santa Ana
sias ubicadas en el casco histórico de la ciudad se sumarían con inusitado de Paucarpata” o “Espíri-
interés las periféricas de “San Juan Bautista de Yanahuara” y “San Miguel tu Santo de Chiguata”, sin
Arcángel de Cayma” completando así los edificios que para los nacionalis- embargo si bien estos edi-
tas argentinos despertaban un mayor interés o en todo caso tuvieron la ficios podían ser reconoci-
posibilidad de conocer. dos y hasta comentados en
cierta bibliografía especiali-
zada de la época no se les
confirió ninguna utilidad al
momento de componer la
nueva arquitectura de rai-
gambre colonial, limitán-
dose más bien al pequeño
grupo ya comentado de los
teóricos argentinos.
El caso de los artistas
plásticos de la época será
diferente, sobre todo el
caso de los pintores adscri-

La portada lateral de la Iglesia de


Santo Domingo es considerada
como pionera en cuanto a la
estructura compositiva de las
portadas mestizas tanto de la
arquitectura religiosa como de
Portadas de pies de las Iglesias de la compañía de Jesús y de la Iglesia de la civil doméstica. Las portadas
San Agustín, ambas son los únicos ejemplos de las denominadas “portadas de las iglesias de Yanahuara y
mayores” de la arquitectura colonial arequipeña. Cayma serán las más reconocidas
Fotos: Portadas de las Iglesias de San Agustín y de la Compañía de Jesús, en cuanto a las edificaciones
Gonzalo Ríos y Carlos Rodríguez. periféricas al casco histórico de
la ciudad. Estas tres portadas son
Para el caso de los teóricos, arquitectos y artistas peruanos preocu- buenos ejemplos de las llamadas
portadas menores.
pados en relevar edificaciones arequipeñas emblemáticas para sustentar Fotos: Portada lateral de la Iglesia
sus ideas nacionalistas, estarán en un primer término las ya mencionadas de Santo Domingo y portadas de
de importancia para los argentinos añadiendo algunas casonas más del pies de las Iglesias de San Miguel
Arcángel de Cayma y San Juan
casco histórico como las conocidas “Casa de la Moneda” o la “Casa del Bautista de Yanahuara.
Obispo Chávez de la Rosa”. En cuanto a la arquitectura religiosa se ac- Gonzalo Ríos.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

bien pues este texto se remite al tema arquitectónico resulta interesante


reconocer otros puntos de vista asumidos en la época los cuales de haber
sido considerados también por los diseñadores la arquitectura nacionalis-
ta habría tenido un futuro mucho más promisorio y seguro duradero, sin
embargo la formación académica de los profesionales de la cual nunca
llegaron a desprenderse no lo permitirá.

La arquitectura vernácula arequipeña, así como los espacios de las pequeñas viviendas
coloniales serán re descubiertos por los artistas plásticos de la época que los
incorporarán en sus obras, algo que no supieron hacer los arquitectos.
Fotos: Cuadros de Camino Brent con motivos arequipeños. Catálogo “Centenario”.
Centro Cultural de la PUCP.

3.2.2. Componentes más analizados


Uno de los principales problemas de análisis que hoy en día podemos
reconocer a los investigadores nacionalistas, es el hecho de haber per-
Algunas de las edificaciones de los pueblos tradicionales más alejados cibido los edificios históricos referenciales de una manera fragmentada,
de la ciudad empezarán a ser reconocidas y valoradas como parte del
patrimonio local, sin embargo resultaron totalmente ajenas para los seccionándolos para limitarse al estudio de los elementos contenedores
investigadores y arquitectos que pretendieron formar un lenguaje de algún tipo de estructura compositiva u ornamentación en donde fuese
arquitectónico “neocolonial”.
evidente la simbología o la plástica relacionada con esta particular ma-
Fotos: Iglesias “Espíritu Santo de Chiguata”, “Santa Ana de Paucarpata”.
Archivo fotos históricas del CEDIP. nera de expresión que había sabido conjugar de una manera armónica
y contundente lo hispano con lo indígena, renunciando a una visión de
tos de una u otra manera al indigenismo. Estos tendrán una visión mucho conjunto que seguramente hubiese permitido a la arquitectura naciona-
más amplia de la arquitectura colonial arequipeña, tanto por el número de lista nutrirse de un repertorio muchísimo más rico que el proporcionado
edificios –valorando mucho la arquitectura vernácula, tanto periurbana en forma exclusiva por la plástica y la ornamentación de las portadas; sin
como rural– como de los elementos y espacios de estos, es así que se res- embargo ya hemos explicado que en gran medida este accionar se debió
catarán las virtudes plásticas de las viviendas de las clases populares, los a la forma que tenían de entender la arquitectura y a los mecanismos que
altos muros de los conventos de clausura, las cúpulas de las iglesias, etc. Si disponían para ejecutarla.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

No fueron muchos los componentes arquitectónicos arequipeños en comprenderemos de mejor manera la temática a desarrollarse en los si-
los que estaba concentrada esta apreciada ornamentación, pues los afa- guientes capítulos.
nes de los constructores arequipeños coloniales estuvieron más puestos En primer término hay que distinguir los dos grandes grupos de por-
en lograr un sistema estructural lo suficientemente eficiente para hacer tadas según la tipología funcional, es decir: las de la arquitectura religiosa
frente a los sismos que en la ornamentación integral del edificio. Pero y las de la civil doméstica.
dentro de estas zonas estudiadas con dedicación podemos hacer men- • Portadas de arquitectura religiosa
ción en un primerísimo lugar a las portadas, tanto en la arquitectura reli- Dentro de este primer grupo y dada la relevancia de las mismas pode-
giosa como en la civil doméstica, en segundo lugar el resto de vanos, es mos reconocer como San Cristóbal la existencia de las portadas ma-
decir tanto las ventanas exteriores e interiores, las puertas secundarias y yores y las menores. Las mayores son solamente dos: la de la iglesia
las hornacinas y pequeños oratorios realizadas con la perforación de los de la Compañía de Jesús y la de San Agustín y dentro de las menores
gruesos muros arequipeños; y en tercer lugar la ornamentación de los podemos nombrar a: la lateral de la Iglesia de Santo Domingo, la del
claustros y patios en elementos como los pilares de las arcadas y pandas. Monasterio de Santa Rosa, las portadas de pies de las Iglesias de Cay-
Hay que aclarar también que este último componente será el único que ma, Yanahuara, Chiguata, Paucarpata, etc.
aporte también cierta referencia espacial, vuelto a utilizar en algunas oca- Empezaremos con este grupo de las portadas menores a nombrar
siones como el elemento estructurador en torno al cual se organizaron el algunas de sus características:
resto de espacios. Procedamos entonces a revisar las características de - Gran puerta de arco semicircular rodeado por una rosca que contie-
cada uno de estos componentes: ne cuadrifolias de lineamiento cuadrado.
- Pilastras o columnas laterales que enmarcan la puerta y que por
3.2.2.1. Portadas lo general tienen capiteles corintios. Estas columnas pueden ser
Las portadas arequipeñas, tanto de la arquitectura religiosa como civil, uno o dos pares, las cuales descansan sobre una base de 1 a 1.5 m
concentrarán gran parte del programa ornamental de los edificios, pero de altura.
además de ello aportan una estructura compositiva que se distinguió del - Las pilastras o columnas soportan un entablamento delimitado ho-
resto de portadas producidas durante la época colonial en otras regio- rizontalmente por dos cornisas siendo la superior de un vuelo ma-
nes del virreinato a las cuales se les reconoce una directa procedencia yor que la inferior. Este entablamento queda a una altura en que la
peninsular. El esquema estructural de la portada arequipeña resulta ser cornisa inferior coincide casi tangencialmente con la rosca del arco
también un producto de esa fusión entre lo occidental y lo autóctono, tal de la puerta por lo cual el entablamento queda fracturado por esta
como lo ha sostenido reiteradamente el padre Antonio San Cristóbal 72, colisión formal.
siendo este religioso investigador el que determinará de una manera más - Del hueco que queda producto de la fractura del entablamento apa-
clara las características de las estructuras compositivas de las portadas rece una clave o ménsula que marca el eje de simetría de la portada
arequipeñas tanto de la arquitectura religiosa como de la civil. y sirve de nexo con el segundo cuerpo de la portada.
- Al costado externo de las columnas se encuentran orlas laterales a
a) Esquemas estructurales de las portadas
manera de tallos ondulados que se prolonga hasta la parte superior
Consideramos útil hacer un breve acápite sobre las características de de la portada.
los esquemas compositivos de las portadas arequipeñas, pues será la - El segundo cuerpo de la portada es un frontis semicircular o semi
urdimbre sobre la cual los nacionalistas operarán su particular mane- ovalado a todo lo ancho del cuerpo.
ra de entender la arquitectura de las primeras décadas del siglo XX y - Este frontis es invadido por la prolongación de las columnas o pilas-
tras convertidos en robustos machones que al traspasar el frontis
72. Op. cit. SAN CRISTÓBAL, Antonio. Arquitectura planiforme y textilográfica… p. 101. rematan en pináculos.

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- En la mayoría de los casos existe una ventana u hornacina en el cen- En cuanto a las portadas mayores, además de algunas de las mencio-
tro del frontis en donde se coloca una imagen religiosa, la cual está nadas anteriormente para las menores podemos añadir:
apoyada en la ménsula antes mencionada. - Presentan tres calles en el primer cuerpo a diferencia de las meno-
- El arco externo del frontis se ve fracturado en la parte central irrum- res que solo tienen una.
piendo una cruz o un motivo religioso. - Poseen un segundo cuerpo previo al frontis, el cual está conforma-
do sólo por la calle central y el remate de las columnas que daban
origen a las calles laterales.
- Existe una ventana u hornacina al centro de este segundo cuerpo
cuya base es la ménsula que viene desde el primer cuerpo.
- El frontis semicircular que remataba todo el ancho de la portada
menor sólo cubre la calle central de las mayores73.

73. Podemos asumir que de estas mismas características era la portada de la Iglesia de San
Agustín, la cual en la actualidad no tiene el frontis semicircular.

La portada lateral de la iglesia de Santo Domingo es considerada como pionera


en cuanto a la estructuración formal que luego contendrá diversas temáticas
iconográficas, tanto en arquitectura religiosa como en la civil.
Foto: Portada lateral de la iglesia de Santo Domingo. Gonzalo Ríos. Análisis de portada de la Iglesia de la Compañía de Jesús. Dibujo: Elaboración propia.

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Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

• Portadas de arquitectura doméstica En cuanto a las portadas rectangulares, nominadas así por no tener el
Las portadas de la arquitectura doméstica, es decir de las casas y frontis semicircular que si corona a las portadas completas, podemos
casonas arequipeñas desarrolladas principalmente durante el siglo mencionar que estas son propias de viviendas más modestas que las
XVIII, son sin lugar a dudas herederas, tanto en sus estructura com- grandes casonas emplazadas en amplios solares, debiendo mencio-
positiva como en su programa ornamental, de las portadas de la ar- nar las siguientes características distintivas:
quitectura religiosa, principalmente de las menores, y para ser más - Puerta rectangular de un ancho menor que las de las grandes caso-
específicos de la lateral de la iglesia de Santo Domingo. Al igual que nas.
en la arquitectura religiosa podemos hacer una distinción entre ellas, - Pilastras que flanquean el vano con capiteles corintios o con algún
reconociendo a las denominadas portadas completas diferenciándo- tipo de ornamentación (pueden ser por ejemplo ángeles).
las de las rectangulares. - Entablamento dividido en dos cuerpos horizontales por una cornisa
Las características básicas de las portadas civiles completas derivadas intermedia. El primer cuerpo (arquitrabe) generalmente desorna-
de las religiosas las podemos sintetizar en las siguientes: mentado y el segundo contiene el programa iconográfico u orna-
- La puerta semicircular de los edificios religiosos es reemplazada por mental que en las portadas mayores es acogido por el frontis.
una puerta rectangular sin la rosca de cuadrifolias alrededor. - Cornisa de remate de mayor dimensión y volado que la intermedia.
- Las orlas laterales desaparecen, salvo en un caso excepcional que
b) Programa iconográfico de las portadas
es la portada de la casa “Tristán del Pozo” en donde sí podemos
En este segundo componente de las portadas coloniales arequipeñas es
encontrarlas.
donde se hace de una manera más evidente la convivencia de elementos
- No existe ninguna hornacina en la composición.
procedentes de un origen hispánico conjuntamente con los autóctonos,
- El frontis semicircular puede tener una característica continua o
lo cual hará que los investigadores de este tipo de arquitectura acuñen el
puede ser quebrado como el caso de la “Casa del Moral”.
nombre de “arquitectura criolla” y más comúnmente “arquitectura mes-
tiza”. Este tema despertará gran interés en un primer momento entre los
argentinos y posteriormente entre los peruanos, que empezarán a vislum-
brar en este arte de componer estructurar y ornamentar portadas uno
de los principales derroteros a seguir para pergeñar la nueva arquitectura
representativa de nuestras respectivas naciones.
Ángel Guido, por ejemplo, desarrolla esta temática en su libro ya
mencionado sobre la Fusión hispano indígena en la arquitectura colonial 74,
ampliando el tema de los elementos ornamentales indígenas en un intere-
sante artículo publicado en 1929 un diario argentino titulado “La influen-
cia india en la arquitectura colonial” 75. En este artículo Guido hace resaltar
la trascendente importancia de la mano de obra indígena en cuanto a la
creación de este tipo de arquitectura, mencionando: “Estos, organizados
en ejércitos de constructores, albañiles, pintores, tallistas, escultores levan-
taban las catedrales católicas, sin por ello torcer su ancestral paganismo, y

74. Op. cit. GUIDO, Ángel. Fusión Hispano indígena en la arquitectura Colonial.
Análisis de la portada de la casa “Tristán del Pozo”. Dibujo: Elaboración propia. 75. GUIDO, Ángel. “La influencia india en la arquitectura colonial” en Diario La Prensa, 1929.

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tapizaban sus rudos muros con los elementos de su arte vernacular y en una va peruana, destacando en este contexto la presencia de aves y felinos,
forma notable y digna de la más paciente investigación” 76. Guido también como es el caso del gato de los andes o del puma.
hará un esfuerzo en detectar los centros desde los cuales esta arquitectu- • Motivos de ascendencia manierista
ra se irradiará a otras periferias de los virreinatos, en donde Arequipa, cla- El barroco germinado y desarrollado en esta parte del continente
ro está, ocupa uno de los principales lugares. Dentro de los denominados americano, conocido como “estilo mestizo” o “barroco andino” va a te-
motivos de procedencia indígena que Guido detectará están: Los motivos ner dentro de sus componentes un importante dosis de principios rena-
indios zoomorfos, motivos indios fitomorfos, motivos indios antropomor- centistas, sobre todo en cuanto a la estructura compositiva de las porta-
fos motivos indios míticos y finalmente los motivos indios folklóricos. Sin das y también en lo referente a cierto tipo de ornamentación que recurrirá
embargo sabemos que la ornamentación de las portadas mestizas no se a un indiscutible repertorio del mundo mitológico clásico.
limitó a estos motivos, sino que los tuvo más bien como complemento a Dentro de los motivos de ascendencia manierista más relevantes de
un programa de fuerte raigambre religiosa. la arquitectura colonial arequipeña y que llamó más la atención a los inves-
Una interesante clasificación propuesta por los esposos bolivianos tigadores de esta iconografía pretérita, se encuentra la sirena; ser mitoló-
Juan de Mesa y Teresa Gisbert 77, dedicados estudiosos de la arquitectura gico de origen clásico pero ampliamente utilizado por la Iglesia Católica
colonial peruano-boliviana, nos puede servir de guia para reconocer los para representar el mal y la impureza revestido de tentación, aludiendo al
principales motivos de recurrente presencia tanto en las portadas religio- llamado “canto de sirenas”, que enfrentó por ejemplo Ulises atándose al
sas como en las civiles de la arquitectura colonial arequipeña: mástil de su embarcación. Sin embargo el barroco local no solo se remiti-
• Motivos tomados de la flora y fauna locales rá a esta mitología occidental, sino que la figura de este ser mitad mujer
Los motivos vegetales y animales de procedencia local son un tema mitad pez, se verá enriquecida con los mitos y leyendas locales, como por
bastante recurrente en la ornamentación barroca arequipeña, siendo la ejemplo la que relatan Gisbert y de Mesa79 proveniente de los pueblos ve-
temática vegetal la que tiene mayor predominio, pues estos contribuirán cinos al lago Titicaca, los cuales sostenían que Tunupa, dios perteneciente
categóricamente a “tejer” ese “tapiz textilográfico” 78 que tanto hace al panteón Aimara, sucumbió ante la tentación de unas mujeres-peces, a
mención el padre Antonio San Cristóbal. Pese a esa intencionalidad inicial las cuales es muy fácil relacionar con la figura de las sirenas occidentales.
de formar un conjunto indivisible puede distinguirse tres grupos en cuan- Esta figura pues no sólo se enriquecerá en significados, sino que la propia
to a referencia vegetal se refiere: flores, frutos y tallos. representación de la misma irá creciendo en atributos, complementos y
En cuanto a las flores las referencias locales son el texao y principal- posturas, como por ejemplo la presencia de charangos, soles y lunas o
mente la cantuta o “kantuta” reconocida como flor sagrada por los in- incluso, como en el caso de la portada de Santiago en la Iglesia arequipeña
cas. Los frutos locales tienen su representación más evidente en el maní de los jesuitas, extrañas alas angélicas.
y principalmente en las mazorcas de maíz o “choclos”, alimento principal Dentro de los perímetros por donde se extendió la denominada “ar-
en el mundo andino. En cuanto a los tallos los hay de gran variedad, desta- quitectura mestiza” puede verse la presencia de otros seres mitológicos
cando los ondulados que se despliegan o por los muros o por las pilastras, como: arpías, esfinges o tritones, los cuales están diseminados principal-
coincidiendo con esa idea de dinamismo propuesta por el barroco occi- mente por las iglesias construidas en torno al lago Titicaca, sin embargo,
dental. dado los límites geográficos del presente estudio circunscritos al caso are-
Los animales locales están también presentes, entendiendo como quipeño, no profundizaremos en ellos.
local no sólo a los de la región arequipeña, sino a los del altiplano y la sel- • Motivos precolombinos míticos
Sin lugar a dudas, uno de los grupos iconográficos más singulares de
76. Ibídem.
la denominada arquitectura mestiza en general, y de la arequipeña en par-
77. GISBERT, Teresa; DE MESA, Juan. Arquitectura Andina, Historia y Análisis, La Paz, Ed. Co-
lección Arsanz y Vela Embajada de España en Bolivia, 1985.
78. Op. cit. SAN CRISTÓBAL, Antonio. Arquitectura planiforme y textilográfica. 79. Op. cit. GISBERT, Teresa; DE MESA, Juan. Arquitectura Andina, Historia y Análisis.

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Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

ticular, es el referido a aquel que recoge de manera evidente o soterrada sús, así como diversos astros que sabemos formaban parte consustancial
elementos propios de la cosmovisión o creencias religiosas de la tradición de sus creencias, como por ejemplo el sol (representado tanto con halo
andina prehispánica, pues pese al sometimiento religioso y cultural no como sin halo), grupos de estrellas, y la luna representada generalmen-
solo mantendrá vivas sus tradiciones sino que serán capaces de plasmar- te en cuarto menguante. Estos últimos elementos a los que Guido llama
las en lugares tan emblemáticos como la portada de una iglesia o de una de “astrolatría incaica” serán muy tomados en cuenta por los diferentes
casona señorial. Suponemos que grupos de nacionalistas argentinos para la producción de su nueva arqui-
esta “manga ancha” por parte de la tectura, encontrando en estos símbolos también un elemento identitario
iglesia en cuanto a la permisibilidad de mucha relevancia para los países rioplatenses, el “sol de mayo” o “sol
para plasmar estos motivos “paga- de los incas”, presente en las banderas tanto de la Argentina como del
nos”, proviene de una antigua tra- Uruguay.
dición medieval de decorar el exte- • Motivos simbólicos cristianos
rior de la iglesia con iconografía que El barroco americano más que un arte en especial es una construc-
representase vicios y pecados o en ción cultural que abarcará diferentes aspectos de la vida cotidiana de las
todo caso la utilización de símbolos personas durante gran parte del período colonial, creando estructuras
de antiguas religiones o mitos para que propondrán un orden y establecerán unas jerarquías que harán fun-
reseñar valores de tipo moral. cionar de una manera más que adecuada una compleja maquinaria social
Dentro de estos elementos mí- fruto de unas iniciales colisiones.
ticos andinos tenemos por ejemplo Parte de este orden social y cultura será propuesto por la Iglesia Ca-
el caso del miriápodo con rostro fe- tólica, institución cuya participación no solo se limitará al plano espiritual,
lino, ubicado en la portada principal sino que aparecerá de una forma bastante activa y reiterada dentro de
de la iglesia de la Compañía de Je- la vida cotidiana de las personas. Si bien el origen del barroco occiden-
tal será la creación de un arte multisensorial capaz de conmover al es-
pectador hasta llegar a convencerlo de las verdades de la Iglesia Católica
que venían siendo cuestionadas por pensamientos reformistas, en la
América colonial no habrá ese problema de deserción, pero sí de evan-
gelización y de reconstitución de una sociedad compuesta por grupos en
donde prevalecen más las diferencias que las similitudes. Es en este con-
texto que la Iglesia Católica se constituirá en un factor de cohesión capaz
de tejer vínculos y resaltar los elementos comunes entre los diferentes
estratos.
Dicho esto, no resultará difícil comprender el hecho de que la icono-
grafía religiosa esté presente tanto en la arquitectura religiosa como en la
arquitectura civil, pues es parte consustancial de la cultura de esta etapa.
Podemos pues distinguir cuatro grupos de motivos iconográficos de te-
Motivos de ascendencia manierista, míticos precolombinos y cristianos se mezclarán con
un elementos provenientes de la flora y fauna local, constituyendo un mática directamente católica:
“tapiz textilográfico” centrado en las portadas religiosas y civiles de la arquitectura Imágenes talladas: Dentro de este primer grupo podemos destacar la
colonial arequipeña
Motivos ornamentales presentes en las portadas de la arquitectura religiosa y civil.
presencia de imágenes concretas de Jesucristo en diferentes facetas de
Fotos: Gonzalo Ríos. su vida pública o en escenas de su pasión. Imágenes de la Virgen María,

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

imágenes de santos, sobre todo si estos representan a una orden en es- ralmente forma parte de un programa iconográfico mayor, que visto en
pecial, e imágenes de ángeles, mayormente con rostros de niños. Además conjunto con los monogramas de Jesús y de María, representan a la Sa-
de estas representaciones corporales, podemos también advertir la talla grada Familia.
de cruces, conchas veneras, etc. Ya menos frecuentes son los monogramas de los abuelos maternos
Monogramas: Un monograma es una figura o símbolo resultado de de Jesús, Joaquín y Ana los cuales pueden ser vistos, por ejemplo en la
la unión de dos o más letras tomadas de un nombre y que finalmente lo casona conocida como “Tristán del Pozo”.
sintetizan. Dentro de la iconografía religiosa el más común es el anagrama Siglas: Entendemos como siglas al conjunto de letras que abrevian
de Jesucristo, el cual está representado por tres letras, JHS o en otros una palabra o frase, la diferencia con los anagramas es que no llegan a
casos IHS, cuya traducción al castellano será “Jesús Hombre Salvador”. adquirir un valor simbólico. Dentro de este grupo podemos dar cuenta de
Además de las letras es muy común verlas asociadas con otros símbolos algunas palabras, abreviadas o completas, que vistas en conjunto com-
complementarios como la cruz, que suele partir de la prolongación de la H ponen una frase religiosa o una oración, como el trisagio SANCTUS DEUS,
o colocarse sobre esta letra central y los tres clavos del martirio. SANCTUS FORTIS, SANCTUS INMORTALIS, MISERERE NOBIS al cual lo pode-
A este monograma, le sigue en cuanto a recurrencia de uso el de Ma- mos ver en una sola cartela o de manera separada, por ejemplo en los
ría, que suele ser representado por tres letras entrelazadas AMR, cuya diferentes vanos que rodean el patio de una casona. En este último caso
traducción es “Ave María Reina”, complementado con el atributo de una podemos dar cuenta de una frase religiosa alusiva a la Virgen María dise-
corona sobre estas letras. minada en los vanos de la casa “Tristán del Pozo” la cual dice “PURÍSIMA
Existen otros monogramas pero ya utilizados con menor frecuen- SIN PECADO CONCEBIDA” de esta manera entendemos la iconografía de
cia, como por ejemplo el de José, padre adoptivo de Jesús, el cual varía la arquitectura colonia arequipeña no como manifestaciones puntuales e
mucho pudiéndose encontrar JOSP, JOSPH, etc. Este monograma gene- inconexas, sino como un programa dinámico que propone un recorrido al
usuario más allá de las cuestiones eminentemente funcionales.

El trisagio “SANCTUS DEUS, SANCTUS FORTIS, SANCTUS INMORTALIS, MISERERE NOBIS”,


aparece de manera recurrente en edificaciones religiosas y civiles de Arequipa,
abreviado en siglas, que en algunos casos están juntas y en otros distribuidas en espacios
mayores como patios.
El monograma de Jesús es el de más recurrente utilización, seguidamente del de María y Dibujos: Siglas del trisagio: “Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis,
posteriormente el de José , pero en muchos casos se encuentran los tres juntos haciendo Miserere Nobis”. Elaborados por Tatiana Mediana Sánchez.
alusión a la sagrada familia, relacionando esta temática con la tipología residencial.
Dibujos: Monogramas de Jesús, María y José. Elaborados por Tatiana Mediana Sánchez.
Cartelas: Las cartelas son frases circunscritas a un espacio determi-
nado diseñado para tal fin. En el caso de la arquitectura arequipeña tanto
religiosa como civil podemos encontrar algunas ubicadas en lugares es-
tratégicos, como por ejemplo al ingreso de un zaguán o chiflón. Ejemplos
como estos, de carácter eminentemente religioso se pueden apreciar en
la casona denominada “Chávez de la Rosa”, leyéndose las siguientes fra-
ses: “Esta casa se hizo en el año de 1793, por Dios le pido a quien viviere en
Los monogramas de Ana y Joaquín, padres de la Virgen María, aparecen esporádicamente
cuando la temática es alusiva a una ascendencia terrenal de Jesús. ella un Padre y un Ave” o también “Alabado sea el Santísimo Sacramento
Dibujos: Monogramas de Ana y Joaquín. Elaborados por Tatiana Mediana Sánchez. del altar”.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

Vemos pues como la simbología católica estará presente tanto en la Si bien hoy en día no abun-
arquitectura fabricada para fines eminentemente religiosos como en la dan los ejemplos de blasones
civil y doméstica de uso cotidiano. Veremos en capítulos siguientes, como en Arequipa, se sabe por do-
esta fuerte raigambre será modificada por los arquitectos nacionalistas cumentación gráfica y escrita
pretendiendo hacer un arte laico y desprovisto de cualquier referente a la abundancia de los mismos
la religión católica, estando si muy atentos en resaltar la iconografía en durante la época colonial, sin
donde se evidenciaba la cosmovisión andina. embargo los desastres natura-
les y el paso del tiempo fueron
acabando con ellos, y al ya no
estar la familia original, no exis-
tió interés en recuperarlos.
Veremos posteriormente
que pese a ser estos escudos
particulares y referidos a una
familia o linaje en especial, se-
Las cartelas presentes en algunos espacios como en los patios de las casonas
encierran casi siempre una frase de temática religiosa, algo muy típico al interior
rán incluidos en algunos casos
del barroco americano. por los nacionalistas en su nue-
Foto: Frase “Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar” ubicado en una cartela de vo repertorio formal, modifi-
una casona colonial arequipeña. Gráfico elaborado por Tatiana Mediana Sánchez.
cando, claro está, su significa-
• Motivos heráldicos do original.
Siendo la heráldica la ciencia del blasón o de los escudos de armas
3.2.2.2. Otros vanos
tanto de linajes, personas o ciudades, no podían faltar estos elemen-
tos en una arquitectura que es producto de una época en donde las Si bien las portadas son el ele-
castas, las familias o la procedencia nobiliaria van a tener suprema impor- mento central que concentra la
tancia. mayor parte del programa ico-
Dentro de la arquitectura religiosa, por ejemplo, destaca mucho la nográfico de una construcción
presencia del águila bicéfala, la cual representará a la casa de los Aus- colonial arequipeña, sea esta religiosa o civil, muchas veces este progra-
trias (Habsburgo) reinante en España entre los siglos XVI y XVII. Puede ma se complementa con otros elementos de tal suerte que crea una es-
verse también heráldica eclesiástica específica, dada por los escudos obis- tructura dinámica en todo el edificio comprendida solo a través del reco-
pales. rrido. En este sentido el resto de vanos de las edificaciones coloniales son
Además de estos ejemplos que tiene relación directa con la monar- las que cumplen esta función de complemento. En el caso de las viviendas
quía o con la Iglesia Católica, podemos encontrar algunos blasones en la los vanos son básicamente las ventanas, tanto las interiores como las ex-
arquitectura civil, tal es el caso de la denominada “Casa del Moral”, cuya teriores, las puertas secundarias que normalmente rodean los patios y al-
portada principal se desarrolla en torno al escudo nobiliario de la familia gunas de las hornacinas de especial relevancia, como por ejemplo las que
Santos de San Pedro, solar ampliamente estudiado en el libro “La Casa del albergan alguna imagen religiosa o son de por si un oratorio. El caso de la
Moral, un hito de la historia Arequipa” 80. arquitectura religiosa los vanos están dados por puertas secundarias a la
principal de las iglesias (por ejemplo puertas laterales) y algún otro ele-
80. AA. VV. La Casa del Moral, un hito de la historia Arequipa, Arequipa, Ed. Bancosur, 1996. mento de interconexión al interior del conjunto monástico o conventual.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

Conviene pues profundizar algunas de las características de los vanos la bóveda sobre la ventana de abajo.
de la arquitectura colonial arequipeña, pues como veremos despertaron Preste Ud. Toda su atención: 1.- Dintel
un singular interés entre los investigadores de la época. que cierra y cubre la ventana de abajo
2.- Dintel más alto y ancho que indica
a) Esquemas estructurales de los vanos
con precisión el lugar de arranque in-
Los esquemas estructurales de estos vanos ornamentados son segu- terior de la bóveda 3.- Dintel aún más
ramente herederos del esquema distributivo de las portadas. Centrándo- alto y ancho, triunfal, luminoso, con
nos en sus variantes principales: puertas secundarias y ventanas, pode- profundos y nutridos relieves. Este
mos reconocer las siguientes características: dintel indica exactamente el lugar del
• Puertas: riñón de la bóveda; empuje de mayor
Muchas de las puertas de la arquitectura colonial, estén estas ubi- empuje y peligro, ¿y cómo lo indica?
cadas en la fachada del edificio o rodeando los patios y claustros de las Victoriosamente. Anunciando la de-
construcciones (principalmente el patio principal o el claustro mayor) pre- rrota del enemigo el sometimiento
sentan un esquema compositivo que podemos relacionarlo con las porta- de la bóveda a un equilibrio eterno y
das de iglesias y casonas. A todo el conjunto que comprende el vano pro- desplegando en relieves lujosos su fe-
piamente dicho con todos los elementos ornamentales solemos también licidad y confianza…” 81. Lo dicho en
darle el nombre de “portada rectangular” pues no posee el frontis semi- este texto puede ser corroborado
circular que ostentan las portadas principales. Su esquema compositivo en un corte transversal que el mis-
está dado por un par de pilastras que flanquean el vano y que soportan un mo arquitecto adjunta en alguno de
entablamento el cual está dividido en dos cuerpos horizontales por una sus textos, sin embargo hay que aclarar que esto no ocurre en todas las
cornisa intermedia. El primer cuerpo horizontal, o arquitrabe, se encuen- casonas arequipeñas que hemos tenido la oportunidad de analizar.
tra generalmente desornamentado, y el segundo es el que acoge el pro-
b) Programa iconográfico de los vanos
grama ornamental que en el caso de las portadas completas se ubicaría en
el frontis semicircular. Finalmente la composición remata en una cornisa Como ya hemos hecho mención el programa iconográfico de un edificio
de mayor dimensión y volado que la intermedia, ornamentada con algún colonial no solamente se encuentra circunscrito a la ornamentación de la
rostro de ángel central, una venera o algún motivo vegetal geométrico. portada sino que se encuentra puntualmente esparcido en otros elemen-
• Ventanas: tos, como por ejemplo puertas y ventanas, sugiriendo así un uso y propo-
El caso del esquema estructural compositivo de las ventanas es de niendo un recorrido que va más allá de la lectura funcional convencional.
bastante similitud al de las portadas rectangulares, prescindiendo única- Esta situación se va a dar principalmente en las casonas en donde se pue-
mente de la parte inferior que es reemplazada por un alféizar. de advertir claramente la relación que existe entre todos los elementos
Más que reiterar, es interesante hacer notar lo advertido por el arqui- hasta conformar un conjunto. Como ya mencionamos en un acápite an-
tecto Héctor Velarde en cuanto a la coincidencia de los elementos com- terior el tema central compositivo va a tener un carácter eminentemen-
positivos de las ventanas coloniales arequipeñas con respecto al sistema te católico, centrándose en la figura de Jesucristo y de su madre María.
Podemos pues poner como ejemplo el caso de la casona conocida como
estructural y espacial al interior de los ambientes. En un muy entretenido
“Tristán del Pozo”: En la portada principal podemos ver que el tema cen-
artículo rescatado por Armando Arteaga Velarde comenta: “Es la expre-
tral es un árbol sobre un macetero y cuyos frutos son los anagramas de
sión práctica e integral del ritmo constructivo. Los tres dinteles que suben
alargándose en progresión creciente marcan estética, matemática y efecti- 81. VELARDE BERGMAN, Héctor. La Ventana es lo de abajo, citado por ARTEAGA, Armando
vamente las pausas, etapas, nivelaciones de la construcción del muro y de en: http://laarquitectura.blogspot.com/

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Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

la sagrada familia (Jesús, María y José), acompañados por los anagramas mentación de las cornisas en sus remates laterales y en su parte central
de los abuelos maternos de Jesús (Ana y Joaquín) haciendo en su con- generalmente con motivos florales o con rostros de ángeles alados o una
junto, lógicamente, referencia al árbol genealógico de Jesucristo. Estos concha o venera generalmente como remate superior.
anagramas, a manera de medallones circulares son posteriormente desa-
rrollados al interior de la casona, en algunos de los vanos que rodean al 3.2.2.3. Claustros y patios
primer patio. En la fachada principal las tres ventanas que complementan Tanto los claustros como los patios constituyen el germen espacial de
la portada reiteran el tema mariano, pudiendo leer de izquierda a derecha organización de la mayor parte de la arquitectura colonial, no sólo are-
la siguiente frase dividida en tres partes “Purísima – Sin Pecado – Conce- quipeña, sino de todo el resto del virreinato, pues en torno a ellos se
bida”, siendo la temática de la inmaculada concepción de la virgen muy constituía la edilicia, sea esta de carácter religiosa, civil o pública. No es
recurrente durante la época colonial no es de extrañar su presencia en la pues de extrañar que esta espacialidad recurrente, que combinaba ma-
fachada principal. Si nos adentramos al primer patio de la casona vemos gistralmente los llenos y vacíos, haya sido advertida por los arquitectos
también en los vanos una serie de inscripciones aparentemente ininteligi- e investigadores deseosos de encontrar los rasgos arquitectónicos más
bles si son percibidas de manera unitaria, pero que cobran sentido cuando característicos de nuestro pasado. Sin embargo debemos volver a reiterar
intentamos una visión de conjunto. Así podemos leer el trisagio en latín que esta búsqueda estuvo más preocupada en aspectos de índole formal
SANCTVS DEUS, SANCTUS FORTIS, SANCTUS IMMORTALIS, MISERERE NOBIS y más específicamente compositivo ornamental, es por ello que si bien el
(Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros) patio y el claustro colonial serán reconocidos y algunas veces utilizados en
muy utilizado para la adoración de la cruz. Podemos pues corroborar el ca- la nueva arquitectura nacionalista del siglo XX, este tipo de organización
rácter de conjunto que tendrá la iconografía de los diferentes vanos que coincidirá muchas veces con las tipologías academicistas de las cuales si
conforman toda una estructura edificatoria de época colonial. verdaderamente se nutrían sus composiciones distributivas y funcionales.
Sin embargo en la mayoría de los casos los programas iconográficos Esto lo aclararemos posteriormente cuando abordemos el caso de edifica-
de los vanos serán más simples, siendo muy recurrente la presencia de ciones neocoloniales específicas que han utilizado espacios abiertos para
anagramas católicos. Con una notoria mayor recurrencia está la presencia su organización. Veamos ahora cuales eran las características específicas
del anagrama de Jesús, seguido del de María y posteriormente el de José, de estos importantes componentes de la arquitectura colonial y que pro-
aunque también es bastante frecuente verlos de manera conjunta hacien- grama iconográfico albergaban.
do clara alusión a la sagrada familia, de relación directa con una casa o mo-
rada. Estos anagramas y sus atributos, ubicados como hemos menciona- a) Esquemas morfológico espacial de claustros y patios
do en el segundo cuerpo del entablamento se encuentran acompañados Para hablar de los esquemas morfológicos y espaciales hay que ser conse-
por una serie de ornamentos complementarios generalmente de origen cuentes con la distinción que hemos planteado: claustros y patios.
vegetal (flores geometrizadas y tallos ondulantes) muy coincidente con En el caso de los claustros estos, por definición, pertenecen a la ar-
el gusto barroco de la época. No resulta tampoco de extrañar la orna- quitectura religiosa, dada en la arquitectura colonial por los conventos
y monasterios. Estos son espacios por lo general de planta cuadrada o
rectangular, teniendo en cada uno de sus lados una galería porticada con
arcos de medio punto que descansan sobre gruesos pilares de sección
cuadrada. La cobertura de estas galerías o pandas se realiza en la mayoría
Algunos vanos, como el caso de las ventanas de la casa Tristán del Pozo, contienen una de los casos arequipeños con bóvedas de arista y según su ubicación en
iconografía que solo es posible entenderla con una lectura en conjunto, pues cada palabra el conjunto religioso poseen determinadas características y jerarquías. Así
que compone una frase se encuentra en un vano distinto.
Dibujos: Frase “Purísima Sin Pecado Concebida” presente en las ventanas de la fachada de por ejemplo tenemos al denominado “Claustro Mayor” ubicado colindan-
la casa “Tristán del Pozo”. Elaborados por Tatiana Mediana Sánchez. te con la iglesia del conjunto religioso y a la vez delimitado por los ambien-

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Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

tes de mayor relevancia, como sala capitular, refectorio o los dormitorios b) Programa iconográfico en los claustros y en los patios
de los religiosos. Dado el grado de significación de este espacio será en el Además de los ya mencionados vanos sean estos puertas o ventanas,
que mayor esmero se tenga al momento de ornamentar sus partes, como que pueden rodear un espacio claustral o un patio doméstico, parte del
veremos en siguiente acápite sobre la iconografía de sus elementos. El programa iconográfico de una construcción colonial arequipeña puede
resto de claustros en donde suele complementarse el equipamiento del encontrarse en algunos otros componentes de estos espacios que es ne-
recinto religioso y principalmente las celdas de los frailes o de las monjas cesario reconocer:
tendrán características más austeras, al menos en cuanto a la arquitectura Para el primero de los casos, el de los claustros, se pueden apreciar
propiamente dicha, sin que esto niegue la complementación decorativa e algunos temas iconográficos que han sido tallados en las diversas caras
iconográfica con cuadros de caballete adaptados a ciertas zonas específi- de los pilares de base cuadrada que conforman las galerías. El caso are-
cas del espacio como por ejemplo en los lunetos. quipeño más destacable es el claustro mayor de del complejo religioso
Para el caso de los patios de la arquitectura civil y doméstica, estos de La Compañía de Jesús. Este claustro, a diferencia de los muchos otros
carecen de las galerías propias de los claustros, salvo el caso del llamado que destacarán por su austeridad decorativa, tiene un especial esmero en
“comedor de verano” ubicado en uno de los lados de los segundos o terce- el tratamiento de los pilares los cuales tienen una misma estructura com-
ros patios. Estos espacios van a adaptarse a la realidad del solar en el que positiva ornamental en sus cuatro caras: dos tallos ondulados que se en-
les toque desarrollarse, por lo tanto su geometría variará desde espacios trecruzan entre ellos, formando rítmicos espacios en su desplazamiento
cuadrados, rectangulares y hasta en algunos casos trapezoidales, pero para la ubicación de una decoración más puntual. Esta ornamentación que
siempre manteniendo cuatro lados. Existirá también una jerarquía que es colocada en los intersticios de los tallos va a tener en su mayor parte
variará de acuerdo a su proximidad con el ingreso, así el patio inmediato un origen vegetal, siendo principalmente frutos y flores los que llenen es-
al zaguán se conocerá como primer patio y será el de mayor relevancia y tos espacios, aunque también podemos apreciar la presencia de veneras
simbolismo, motivo por el cual se pondrá un mayor esmero en su configu- de manera recurrente. En muchos casos las referencias vegetales son de
ración físico-espacial y en cuanto a su ornamentación. Los siguientes po- origen autóctono, como por ejemplo la presencia del maíz o “choclo”,
drán presentar algunas variantes morfológicas y espaciales pero siempre del maní, o de la papaya local; sin embargo el remate de la composición
manteniendo su función de articuladores de la edilicia, construyendo una vegetal estará dada por la presencia de racimos de vid que “cuelgan” de la
tipología que se repetirá a lo largo de toda la colonia e inclusive durante cabeza de un ángel alado, haciendo, claro está referencia al significado de
todo el republicano siglo XIX. este fruto dentro del cristianismo. Pero no sólo en las caras de los pilares
existe ornamentación, también la hay en las roscas de los arcos –geomé-
tricos motivos vegetales– y en el intersticio frontal entre arco y arco, dado
por la presencia de ángeles que sostienen anagramas, siendo el más recu-
rrente el de Jesús.
Ya hemos dicho que este claustro destaca más por su originalidad
que por su recurrencia, pues en el mismo complejo Jesuita no se volverán
a dar otros claustros con tamaña ornamentación, pero eso no quiere decir
que en otros claustros religiosos no existan puntuales ornamentaciones,
Los claustros de los conventos y monasterios arequipeños respetarán una
como algunos anagramas o incluso la fecha de construcción del espacio.
estructura morfológica espacial regular generada por arcadas que proponen un Como los claustros son espacios abiertos, serán también los deposita-
ritmo uniforme. El programa ornamental generalmente se ubica en los lunetos rios del agua de lluvia acumulada en los techos de los ambientes cerrados,
con cuadros pintados a caballetes y adaptados al espacio semicircular.
Dibujo: Sección longitudinal por el Claustro de los Naranjos del Monasterio de Santa motivo por el cual se va a dar la rítmica presencia de chorreras, recurrien-
Catalina de Arequipa, elaboración propia. do algunas veces a la utilización de rostros felinos de presencia andina.

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

El caso de los patios de la arquitectura civil ya ha sido medianamente quitectura colonial arequipeño que no fueron vistos o deliberadamente
abordado cuando se trató el tema de los vanos que lo rodean, pero no fueron dejados de lado.
sólo allí se concentrará la iconografía, suele haberla también en la parte
a) La complejidad de la estructura espacial en su conjunto
superior de los arcos que anteceden un zaguán que nos comunica con
otro patio o con la misma calle, sirviendo como complemento y respetan- Si bien el tema del patio, o el claustro como elementos organizadores de
do la temática del resto de ornamentos presentes en los vanos. la edilicia, será un componente que aparecerá en algunos pocos ejem-
Al igual que el caso de los claustros, los patios serán el desfogue plos de la arquitectura nacionalista inspirada en la producción colonial
natural de las aguas de lluvia del resto de la construcción, insistiendo en arequipeña, nunca fue tomada en consideración la estructura espacial en
muchos casos con el tema de las chorreras alusivas a los felinos de los su conjunto de las edificaciones de época virreinal, que supieron plantear
andes. un equilibrio muy acertado entre llenos y vacíos, o alternaron armoniosa-
mente espacios de transición como galerías, zaguanes, chiflones, etc. Lo
cual visto en conjunto generó tejidos urbanos circunscritos a manzanas
3.3. Omisiones voluntarias y olvidos involuntarios
regulares de una homogeneidad y coherencia que no ha vuelto a vivir la
Así como en la primera parte de este capítulo hemos hecho referencia ciudad de Arequipa. Como ya hemos mencionado y no está demás reiterar
tanto a los edificios como a los componentes de la arquitectura colonial la espacialidad utilizada por los proyectistas de las primeras décadas del
arequipeña en los cuales se va a centrar la atención de los teóricos y ar- siglo XX es más deudora de los tratados y libros sobre arquitectura pro-
quitectos nacionalistas, creo que es también necesario reconocer las ca- venientes de Europa que de una auscultación de la arquitectura pretérita
racterísticas que voluntariamente o no fueron omitidas de la arquitectura local.
arequipeña y que, estamos seguros, de haber sido consideradas hubieran
enriquecido enormemente la producción arquitectónica inspirada en es- b) La morfología como resultado de una respuesta eficiente al medio
tas edificaciones pretéritas, y hubiese dado un alcance cualitativo y tem- Pese a que teóricos y arquitectos de la época enarbolarán el tema de la
poral mucho mayor a lo materializado por el movimiento. morfología de la arquitectura arequipeña como uno de sus principales ba-
Para empezar a tratar el tema, hay que recordar lo ya mencionado en luartes para demostrar la fusión hispano indígena, esta fue vista de una
cuanto a la perspectiva y los instrumentos analíticos que disponían los na- manera demasiado parcial, circunscribiéndose solamente a los elementos
cionalistas fruto de su formación profesional, en donde un estilo arquitec- que poseían un programa ornamental concreto y por ello fragmentando
tónico es considerado desde su vertiente morfológica epidérmica adapta- su unidad que es donde quizá resida su mayor valor.
das a tipologías espaciales y funcionales que no se cuestionan. Desde este Y es que si algo hay que reconocer a la arquitectura colonial arequipe-
punto de vista no resulta raro que se haya valorado en primer término ña es el haber creado en sus edificios una unidad y una coherencia entre
los edificios en donde el despliegue ornamental y la estructura composi- sus elementos que no era heredera de un estilo arquitectónico en especial
tiva que lo sustentara sean más evidente, y tampoco es de extrañar que germinado a la sombra de cánones estéticos, sino que fue un producto
los elementos analizados sean en donde está circunscrito básicamente el decantado en muchos años de auscultación y entendimiento del medio
programa ornamental del conjunto, que para el caso arequipeño estará arequipeño, que va a imponer a los constructores y alarifes inmensos
bastante acotado. retos en cuanto a soluciones estructurales capaces de hacer frente a los
Existieron pues tanto omisiones voluntarias como olvidos involunta- continuos sismos de variada intensidad que serán una constante en la his-
rios al momento de analizar la arquitectura arequipeña colonial, así como toria de la ciudad.
generalizaciones muchas veces tendenciosas con el único fin de sustentar La atención a estas condicionantes moldeará los conjuntos edilicios,
lo que ya se creía de antemano. Desarrollaremos pues en los siguientes en donde el sistema estructural impuesto se convertirá también en la
títulos algunos aspectos muy importantes, a nuestro entender, de la ar- composición morfológica resultante. Así muros gruesos con retranqueos

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Capítulo 3
Arequipa al centro del debate. Visiones fragmentadas de una realidad compleja

en su parte superior, recios contrafuertes, perfectas cúpulas semiesféri- un tapiz textilográfico por el poco volumen de su relieve, que no hace
cas y una mesura en las oquedades con regularidad a los paramentos ter- sobresalir a ningún elemento iconográfico, sino que los pone a todos den-
minarán imponiendo edificios cuya armonía y acertada proporcionalidad tro de un mismo plano continuo, generando una especie de textura uni-
fue dictada por requerimientos de orden técnico y que fueron descubier- forme. Esta característica es advertida por algunos estudiosos como una
tos en lentos ciclos de ensayos, errores y correcciones. herencia de técnicas prehispánicas, poniendo como ejemplo el caso de la
Si los arquitectos nacionalistas del siglo XX hubiesen sabido recono- “Puerta del Sol” de Tiahuanaco, que utiliza también unos relieves poco
cer estas características de conjunto hubiesen seguramente tenido un re- sobresalientes para la iconografía que contiene.
pertorio mucho más rico y más variado no agotable en tan poco tiempo. Todos estos elementos, algunos tangibles y otros no necesariamen-
te materializados pero que son propios del sistema de producción de los
c) El sistema de producción arquitectónica
constructores y artesanos arequipeños de la época colonial, fueron tam-
No solamente en la iconografía de las portadas y en su estructura compo-
bién aportes que dieron como producto una arquitectura tan auténtica
sitiva se dejó ver la mano del indio y del mestizo, sino también en el per- como propia, lo cual fue pocas veces advertido en los diferentes estudios
feccionamiento del sistema de producción arquitectónico, el cual permi- practicados a las edificaciones virreinales de esta región.
tió afinar los procesos y adiestrar su mano de obra hasta el punto que las
viviendas más modestas pudieron gozar de una tecnología de punta so-
bre un material perfectamente dominado. Y es que el material de proce-
dencia volcánica, denominado genéricamente como “sillar” será utilizado
casi en exclusividad durante todo el siglo XVIII y XIX, no necesitándose así
hacer distinción entre la mano de obra que levantaba un muro con la que
armaba una bóveda. Esta situación por un lado va a generar una ingente
mano de obra, entre indios y mestizos, que podrá sostenerse y encontrar
un lugar en la complicada sociedad colonial.
Además de los aportes que los españoles trajeron para lograr con-
cretar esta arquitectura arquitrabada de gruesos muros y de bóvedas y
cúpulas, ya practicada en occidente, pero desconocida en el mundo andi-
no, hay que reconocer también aportes locales en la concreción de este
sistema de producción. En primer lugar en cuanto a la organización de
los gremios que retomarán ciertos conceptos de los sistemas de trabajo
prehispánico en donde la colaboración y el bien común serán los objetivos
básicos, por otro lado las diversas culturas andinas, bajo su cosmovisión
animista, tendrán una especial relación con la materia con la cual cons-
truir, en este caso el sillar, al cual le darán por ejemplo un tratamiento de
continuidad muraria, intentando que la lectura final de los edificios sea de
planos continuos antes de destacar las unidades de sillería.
Otra de las características a la que muchos estudiosos ponen aten-
ción, en especial el ya mencionado padre Antonio San Cristóbal82 es la téc-
nica en el tallado de la ornamentación, la cual se caracteriza por formar
82. Op. cit. SAN CRISTÓBAL, Antonio. Arquitectura Planiforme y Textilográfica.

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Capítulo IV

Arequipa
en la teoría
y en la obra de los
nacionalistas
argentinos
Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Sería exagerado mencionar que la arquitectura arequipeña de época


colonial formó parte del repertorio estilístico de todos los arquitectos ar-
gentinos que enarbolaron los principios nacionalistas y diseñaron proyec-
tos bajo el denominado estilo neocolonial, sin embargo no faltamos a la
verdad si afirmamos que Arequipa sí estuvo presente tanto en las formu-
laciones teóricas como en las propuestas fácticas de dos de sus principa-
les representantes: Ángel Guido y Martín Noel.
Ambos arquitectos rioplatenses coincidirán en que “el nuevo arqui-
tecto de la época estaba obligado a protagonizar una reacción americanis-
ta frente a aquellos elementos extraños y heterogéneos entre sí (italianos,
franceses, ingleses, etc.) que desde mediados de la centuria anterior habían
reemplazado a las formas coloniales sin tener en cuenta la idiosincrasia del
país”.83 Así, Gutiérrez y Gutman reconocen cuatro puntos en los que se
basaron los postulados de Guido y Noel:
1. El canon americanista y el nuevo arte universal
2. La fusión hispanoamericana
3. La intelectualidad del nuevo arte y
4. La huella del paisaje regional 84
Será pues en el segundo punto referente a la fusión hispanoamerica-
na en que ambos arquitectos coincidirán en que la arquitectura colonial
arequipeña, además de unas cuantas obras del Alto Perú representaron
de manera más cabal esa fusión en donde los componentes peninsula-
res e indígenas se fundieron en acertado equilibrio lo cual dio lugar a un
nuevo arte que se emancipó de sus referentes para convertirse en otro
auténtico.
Como estudiaremos posteriormente cada uno de estos dos arqui-
tectos tendrá una nutrida producción intelectual, participando en encen-
didos debates contra quienes postulaban la adscripción a los cánones
clásicos de occidente o más tardíamente a la denominada “arquitectura
moderna” también proveniente del viejo continente. Así pues en diversas
plataformas Guido y Noel defenderán los postulados de la necesidad de
formular una arquitectura nacional, que fundara sus raíces en la “Gran Pa-
tria Americana” en donde, claro está, Arequipa ocupará un lugar especial.
Hay probados testimonios de la presencia por separado de Guido y
de Noel en la ciudad blanca, en donde tuvieron contacto directo con las
83. Op. cit. GUTIÉRREZ Ramón, GUTMAN Margarita, El arquitecto Martín Noel. Su tiempo y
su obra, p. 171.
84. Ibídem.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

edificaciones que luego convertirían en icónicas, y referenciarán tanto en arquitectura española en general y de
sus libros y artículos como en sus obras edificadas, debiendo también re- la andaluza en particular, a la cual le re-
cordar lo manifestado en el capítulo anterior que la percepción de la arqui- conocerá su naturaleza en ese aporte
tectura arequipeña fue bastante parcial y selectiva, de acuerdo a intereses mozárabe que la “madre patria” em-
previstos con antelación y reduciendo su repertorio analítico a unos pocos pezaba a reconocer y valorar a través
edificios arequipeños. de una visión romántica.
Pero además de estos dos importantes personajes, claves para el A su retorno a la Argentina en el
desarrollo del pensamiento nacionalista argentino, existió un segundo año de 1913, Noel encontrará un país
grupo que sin tener un contacto directo y sin profundizar en reflexiones sumido en los debates que se habían
teóricas acerca de la pertinencia de un arte nacional abrevaron de las in- generado en torno al centenario de la
vestigaciones de los primeros y ampliaron el repertorio de donde extraer independencia de 1910 en donde se ha-
composiciones morfológicas y ornamentales para sus eclécticas fachadas. bían polarizado las posiciones acerca
Dentro de este segundo grupo se encontrará el arquitecto Estanislao del derrotero que debía seguir la repú-
Pirovano, arquitecto argentino formado en Escocia y en París que cons- blica en los próximos años. Por un lado
truirá un interesante repertorio de edificios basados en la arquitectura estaban los conservadores que apos-
colonia arequipeña tanto para el rubro comercial como para el doméstico. taban por mantener la mirada puesta
Tomaremos pues a estos tres arquitectos argentinos como referen- en Europa y convertir paulatinamente
tes para analizar su obra, haciendo incidencia en los edificios que toman al país en una especie de “sucursal”
como modelo a alguna construcción arequipeña germinada en época co- del viejo continente enclavada en te-
lonial. rritorio americano, y por otro lado es-
taba el ala de intelectuales que aposta-
4.1. Martín Noel y la estética de la raza ba por una búsqueda y reconocimiento de las esencias históricas del país
para que, en base a ellas, trazar un camino de desarrollo con identidad
Hijo de una típica familia de migrantes vascos que habían sabido insertar-
propia.
se muy adecuadamente al sector industrial de la argentina, Martín Noel
Tanto la formación de Noel como su pertenencia a los círculos más
nace en Buenos Aires en el año de 1888. La comodidad económica que
acomodados del país, hubieran hecho suponer su natural adhesión al
le daba a la familia Noel la fábrica “Benito Noel chocolates y dulces”85, les
sector conservador, sin embargo el joven arquitecto echará mano a sus
permitió enviar al joven Martín a realizar sus estudios de arquitectura en
vivencias europeas y en especial españolas en donde había una desprejui-
L’ecole special d’architecture de Paris, con la posibilidad añadida que este
ciada tendencia a reconocer los componentes de su esencia como nación
joven integrante de la familia pudiera estar cerca de los parientes pater-
que se manifestaban en el arte y la arquitectura histórica.
nos que seguían viviendo en España y no romper los vínculos que los ata-
Esta particular adhesión de Noel junto a otras personalidades perte-
ba con el viejo continente.
necientes al movimiento denominado “nacionalista” como Manuel Gál-
Esta etapa formativa de Noel en Europa, además de brindarle las
vez o Ricardo Rojas le hará tomar trascendentales decisiones que serán
herramientas teóricas y prácticas para desarrollar su oficio de arquitec-
decisivas para su futuro ejercicio profesional. Una de ellas será emprender
to, le servirá para reconocer y meditar sobre la particular esencia de la
un viaje iniciático al interior de lo que consideraba sus raíces, los andes
americanos.
85. GUTMAN, Margarita. “Martín Noel: Un particular modelo de recuperar la memoria”, en
AA. VV, Estudios sobre arquitectura iberoamericana, Sevilla, Ed. Junta de Andalucía, 1990,
Y es que hablar de la arquitectura histórica americana, tanto la pre-
p. 171. hispánica como la colonial, podía resultar una quimera si es que no se dis-

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

ponía de un mínimo registro de la misma, y esa difícil tarea se autoimpuso Pero no sólo será el convento de San Francisco el único edificio li-
Noel con la fuerza que le daba sus cortos 25 años. meño que llame la atención a Noel. En su visita a Lima admirará mucho
Noel sabía que no se podía desarrollar una teoría si es que antes no la arquitectura colonial germinada en la capital del virreinato, sobre todo
existía una historia que la respaldase. Esa pues sería su primera misión desde el aspecto estilístico y la novedad de su técnica, haciendo referen-
y para ello hará importantes contactos en los países visitados, principal- cia a la misma bajo los siguientes términos “…lo ultra barroco, estimulado
mente Perú y Bolivia en donde encontrará un cuerpo de profesionales, a la vez por la ductilidad de los tiernos adobones, de los encañados telares y
relacionados básicamente con la arqueología, con los que empezará a es- de los ladrillos pasteleros” 89. De la misma manera en un temprano artículo
trechar lazos académicos y amicales que mantendrá a lo largo de todo su de Noel fruto de su viaje al territorio peruano 90 muestra parte del releva-
quehacer profesional, así lo reconoce Gutiérrez y Gutman cuando men- miento fotográfico realizado destacando la casa solariega del Marqués de
cionan: “Probablemente en su viaje conoció a Julio C. Tello, Uriel García, a Torre Tagle, que años más tarde le serviría de principal referente cuando
Posnasky, Cossio del Pomar y Valcárcel con quienes mantuvo prolongada se le encargó proyectar la sede de la Embajada de Argentina en Lima.
amistad. De ellos aprendió la esencia de la América Indígena y a su regre-
so espigó la bibliografía de Ambrosetti, Uhle, Boman, Outes, Lafone Que-
vedo, Lehman, Adán Quiroga, Torres y Francisco P. Moreno, que le permi-
tieron formar el andamiaje comprensivo de las culturas prehispánicas de
Sudamérica” 86. Aparte del descubrimiento de esa América indígena, Noel
también abrevara de la esencia de la arquitectura colonial desarrollada en
la capital del virreinato, Lima.
Prueba de esto es uno de sus primeros y polémicos artículos escritos
sobre uno de los conjuntos religiosos más importantes de la capital titu-
lado “El Convento de San Francisco de Lima, sus orígenes e influencias” 87,
al respecto, el arquitecto argentino menciona: “Los hechos históricos nos
permiten establecer una trayectoria de las influencias peruanas; nuestras
Fotografías relevadas por el propio
iglesias, nuestros monumentos fueron hasta mediados o fines del siglo XVIII, arquitecto Martín Noel durante el
el reflejo de los del Bajo y Alto Perú; el partido arquitectural de San Francis- viaje realizado por Perú y Bolivia con
el fin de encontrar el derrotero de
co de Buenos Aires será el mismo que el del convento de San Francisco de una arquitectura con amplia base
Lima” 88. En este párrafo se resume una de las principales concepciones bajo el concepto de
metodológicas del arquitecto: Valorar una arquitectura existente en algu- “La Gran Patria Americana”.
Destacan: La casa Tristán del Pozo y
na parte del territorio americano y suponer su existencia pasada al interior La Iglesia de la Compañía de Jesús en
del propio territorio argentino, de esta manera asimilar como propia la ar- Arequipa, La Iglesia del Convento de
San Francisco de Lima
quitectura peruana o boliviana y ampliar la frontera nacional para nutrirse
y el palacio de Torre Tagle también en
de los exponentes que le interesan para la formulación de lo que debía ser la capital peruana.
la “arquitectura nacional”. Fotos: Extraídas del artículo “Comentarios sobre el nacimiento de la arquitectura hispano-
americana”. En la Revista de Arquitectura de Buenos Aires en 1915.
86. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón y GUTMAN, Margarita. El arquitecto Martín Noel. Su tiempo y
su obra, p. 21. 89. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón y GUTMAN, Margarita. El arquitecto Martín Noel. Su tiempo y
87. NOEL, Martín. “El Convento de San Francisco de Lima, sus orígenes e influencias”, en su obra, p. 34.
Revista de Arquitectura, Buenos Aires, septiembre de 1915, Nº 3. 90. NOEL, Martín. “Comentarios sobre el nacimiento de la arquitectura hispano-americana”
88. Ibídem. en Revista de Arquitectura, Buenos Aires, septiembre de 1915, Nº 1.

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Jesús, así como la casa que él denomina “De la callejuela de San Francis-
co”, que no es otra que la de “Tristán del Pozo”, al respecto menciona:
“En estos nuevos ejemplos hallamos ya soluciones explícitamente definidas:
balumbas de diforme hojarasca, una flora exótica estilizada en un gusto ar-
caico cubre los tímpanos, frisos dovelas, enjutas pechos y antepechos. Co-
lumnas pareadas trepadas hasta su primer tercio por acentuados relieves
coronados por frondosas anillas, soportan los entablamentos y ciñen los pa-
ños. Todas las tradiciones de las ordenanzas españolas permanecen, pero los
artesanos arequipeños más libres de las ordenanzas del conquistador que los
limeños, traducen su instinto con entereza, interpretan la naturaleza que los
rodea y acariciando con el arcaico cincel heredado de los nobles antepasados
las formas de los ornamentos que esculpen, engendran obras de expresión y
factura primitiva cuyos pespuntes nos revelan con entera crudeza la estética
de la raza” 91. Así pues Noel termina reconociendo que en esta arquitectura
de los andes peruanos y posteriormente del altiplano boliviano es donde
se puede encontrar el germen de lo que él denomina “La estética de la
El Pabellón de la Argentina en la raza” lo que le lleva a formular la necesidad de estudiarla y de servirse de
Exposición Iberoamericana de Sevilla ella para las nuevas edificaciones a realizarse por los arquitectos del siglo
en el año de 1929 se constituyó
en una de las edificaciones más XX. Así concluye Noel diciendo: “Sírvanos de ejemplo el valioso esfuerzo
destacadas del campo ferial, y tratemos de que nuestra arquitectura, dentro de los nuevos programas,
logrando su objetivo de mostrar
sea capaz de continuar la lógica evolución de las artes americanas y que
al mundo hispano las aspiraciones de
un sector importante del país llegue a responder al bello ideal formulado por Ruskin en la Lámpara de la
que quería enfrentar el nuevo siglo obediencia” 92. Resulta pues interesante esta alusión final a Ruskin 93 pues
desde un reconocimiento de sus
propias raíces.
nos revela el lado romántico de Noel, además de su intención de buscar
Fotos: Vistas frontal y posterior del una arquitectura tan auténtica como la proclamada por el autor inglés a la
Pabellón: Rafael Rodríguez- Varo cual se llegaría no sólo por el superficial tratamiento ornamental.
Roales

Centrándonos ya en el tema arequipeño, podemos decir que su paso 4.1.1. Arequipa en la obra de Martín Noel
por los andes le revelará otra forma de hacer arquitectura durante la co- a) El Pabellón Argentino para la Exposición Iberoamericana de Sevilla
lonia, en este caso más desapegada a los cánones occidentales y con una
del año 1929
tendencia hacia la generación de un arte propio fruto de la combinación
Sin temor a equivocarnos podemos asegurar que el pabellón para la Expo-
mucho más libre de los elementos europeos con los locales. En el artículo
sición Iberoamericana de Sevilla fue el encargo más importante que reci-
ya mencionado sobre el nacimiento de la arquitectura hispano-americana
bió el arquitecto Martín Noel a lo largo de su quehacer profesional, pues
atribuye a la lejanía de Arequipa del poder central del virreinato la libertad
para poder plantear de manera más franca tanto la cosmovisión y el mun-
91. Ibídem.
do natural que rodea a los artesanos arequipeños como la manera especí- 92. Ibídem.
fica de hacer arquitectura heredada por sus ancestros. Estas afirmaciones 93. RUSKIN, John. Las siete lámparas de la arquitectura, México, Ed. Coyacan, 2006. (Primera
las hace tomando como objetos de análisis La iglesia de La Compañía de versión en inglés 1849).

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Recurriendo a la tipología espacial de época colonial de organizar la edilicia en torno


a patios o claustros, Noel desarrolla su pabellón, haciendo referencia a las “casas
solariegas”.
Foto: Plano de planta del pabellón del archivo Noel 1926.

tal como menciona Margarita Gutman refiriéndose a este: “era la carta de


presentación de la Argentina ante el mundo iberoamericano y el orbe todo:
la caja simbólica que albergaría las carnes, artes e industrias de la mítica ‘Ar-
gentina granero del mundo’” 94.
Era pues la oportunidad soñada por Noel de expresar en la síntesis
que supone la elaboración de un edifico, lo que el entendía por la Patria
Americana y por lo que debía ser la arquitectura que en el futuro repre-
sente a los americanos en general y a los argentinos en particular, será
pues en este sentido que despierta la curiosidad al ver cómo esa idea de
nación pone un mayor énfasis en referentes hispanos, o peruanos antes
que de la propia Argentina, así lo entienden también Gutiérrez y Gutman
cuando mencionan: “Recorriendo el pabellón no quedan dudas que la incor- Foto del patio central: Rafael Rodríguez- Varo Roales.
poración ornamental de motivos del norte argentino, alto-peruanos e hispá-
nicos, como soporte de la idea de nación, están salteando la pobre y chata timado por reconocer en esa arquitectura un momento ejemplar de síntesis
arquitectura de la región pampeana. En esta elección parece pesar más la hispanoamericana”95.
valencia plástica que la significativa, aun cuando ese valor estético esté legi- Desde esta vertiente estética que Noel valora tanto aparecerá el refe-
rente arequipeño que a su juicio sintetizaba de manera más explícita esa

94. Op. cit. GUTMAN, Margarita. “Martín Noel: Un particular modelo de recuperar la memo- 95. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón y GUTMAN, Margarita. El arquitecto Martín Noel. Su tiempo y
ria”, en AA.VV. Estudios sobre arquitectura iberoamericana, p. 176. su obra, p. 155.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

El referente arequipeño más explícito en el


pabellón argentino proyectado por Noel será la
portada posterior del volumen central,
haciendo una alusión directa a la portada de la
“Casa del Moral” de la ciudad peruana.
Dibujo: Elevación posterior del pabellón.
Elaboración propia.

Detalle de la portada de acceso.

fusión que resumía la esencia hispanoamericana: la portada de las casas ñista” será una composición propia del arquitecto en donde se puede ver
coloniales arequipeñas. más referida la arquitectura religiosa virreinal desarrollada entre los siglos
Para este caso en específico Noel tomará como referencia la portada XVII y XVIII sin una alusión tan específica como la del edificio arequipeño
de la “Casa Del Moral”, aplicándola a la composición de su edifico sin sufrir perfectamente identificable.
mayores alteraciones, es decir respetando su estructura formal, la mayo- Una breve descripción nos lleva a precisar la existencia de un elemen-
ría de sus elementos iconográficos e inclusive considerando su escala ori- to central y jerárquico, compuesto por el mencionado patio y la edilicia
ginal. Esta puerta servirá de acceso posterior a un patio inspirado en una que lo contiene y edificios de menor escala que flanquean este volumen
imprecisa vivienda solariega, así lo manifiesta el propio arquitecto Noel principal cuya función original fue para albergar un pabellón de la indus-
cuando en una entrevista para el diario “La Razón” manifiesta: “El cuerpo tria argentina y un anfiteatro para 200 espectadores.
central, es en realidad una evocación a una gran casona solariega en cuyo Volviendo al tema de la portada arequipeña, resulta sorprendente
centro se advierte un enorme parche historiado por toda la flora indígena y la similitud entre el referente y lo plasmado, sin embargo el arquitecto
cuyo patio ostenta los arcos de cal, sobre los cuales las tallas estilizadas po- plantea sutiles cambios que transforman sustancialmente el significado
nen su nota severa”96. La portada principal, opuesta al ingreso “arequipe- original de la portada que procederemos a explicar.
En primer lugar recordemos que el tema central de la portada es un
96. NOEL, Martín en una entrevista para el diario “La Razón” de 1926. escudo de la heráldica de la familia originaria de Castilla y León, Santos de

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

San Pedro. Un par de ángeles hincados con una rodilla, sostienen con una misma manera el querubín de la cornisa semicircular es reemplazado por
mano el referido escudo y con la otra tienen encadenadas unas cabezas o un motivo geométrico vegetal.
mascarones que bien pueden hacer referencia a un personaje de la consi- Vemos pues como con sutiles variantes Martín Noel transforma radi-
derada idolatría indígena. Como es propio de las portadas arequipeñas la calmente la temática original substituyéndola por otra acomodada a los
cornisa superior del frontón semicircular es seccionada en el medio por la principios del nacionalismo, los cuales eran favorecer la visión del indíge-
presencia en este caso de un querubín alado. No resulta difícil intuir el sig- na americano, su cultura y hablar sobre la abundancia natural de este terri-
nificado de la portada colonial que quiere mostrar a todas luces la adhe- torio desde la época colonial y mantenida hasta nuestros tiempos.
sión de la familia “Santos de San Pedro” a los principios de la monarquía
española y por ende a los de la Iglesia Católica en su afán evangelizador de
todo el continente americano.

La portada del pabellón argentino respeta escrupulosamente la estructura compositiva


del referente arequipeño, así como la escala original.
Fotos: Portada del Pabellón Argentino: Rafael Rodríguez-Varo Roales.
Portada de la Casa del Moral: el autor.

Las sutiles variaciones de la portada trasladada al pabellón argentino Sutiles modificaciones en los diferentes componentes ornamentales variará
que transforman el significado original de su contenido son las siguientes: drásticamente el significado del programa ornamental original, adecuándolo
a las circunstancias y necesidades de la nueva edificación.
los elementos del escudo de la familia se eliminan quedando sólo una car- Fotos: Del Pabellón argentino: Rafael Rodríguez-Varo Roales, de la
tela vacua. El par de ángeles hincados con una rodilla son reemplazados Casa del Moral: el autor. Dibujos: Elaboración propia.
por dos indios americanos emplumados en la misma posición, apoyados
con un codo en la cartela vacía y con la mano opuesta sosteniendo una b) La Embajada de la Argentina en el Perú
especie de cornucopia significando seguramente la abundancia de las Así como el caso del Pabellón Argentino para la exposición de Sevilla se
tierras americanas. Así pues, las cabezas o máscaras andinas ya no están convertirá en la obra más emblemática y de renombre internacional para
encadenadas sino que libremente forman parte de la composición. De la Martín Noel, la Embajada de la Argentina en el Perú será la más significa-

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Nuevamente Noel tomará la tipología del patio central de las casonas coloniales para organizar
el edificio. Para este caso el primer patio de la casona limeña conocida como “palacio de Torre
Tagle” se constituirá en la referencia más directa.
El proyecto de la sede de la Embajada de la Argentina en el Fotos: Planta baja, primer piso alto y segundo piso alto de la embajada. Archivo Noel, 1929.
Perú toma diferentes referentes para su constitución, algunos
evidentes como: el palacio de Torre Tagle de Lima, La casa del
almirante del Cusco, y las portadas de la arquitectura civil y la más diversa y ecléctica edilicia. Dentro de este contexto destacará
religiosa de Arequipa. tanto por su escala como por su propuesta morfológica el edificio de la
Foto: Perspectiva del proyecto, Archivo Noel 1929.
embajada de la Argentina que ocupando un lote en esquina marcará de
alguna manera el fin del casco histórico y el inicio de la Lima de inicios del
tiva para el arquitecto argentino, quien tendrá una oportunidad inigua-
siglo XX.
lable de insertar, en el país que le había sido tan útil para la definición de
Tal como menciona Rodrigo Gutiérrez, Noel utilizará para este edifi-
sus concepciones teóricas y proyectuales, un edificio que expresase ese
cio un neocolonial bastante ecléctico, pues sus referencias históricas son
concepto de “Gran Patria Americana” en donde las fronteras entre los
de lo más diversas: “El eclecticismo neocolonial en este caso se expresó a
diferentes países de América del Sur debían ser más que difusas.
través de elementos de raigambre española, como se aprecia en el exterior
Para empezar a hablar de este edificio hay que referir en primer lu-
del inmueble, y también en los grandes espacios interiores y los techos de
gar a su ubicación. Esta se va a encontrar en un lugar privilegiado de la
inspiración mudéjar. Los balcones ‘limeños’ resultan un guiño a la propia ciu-
Lima que empieza a expandirse de su casco histórico hacia los distritos
dad, y la integración en los salones de pinturas cuzqueñas y mobiliario “neo-
emergentes, dado esto por ciertas vías proyectadas bajo una concepción
prehispánico” confeccionado a la sazón, completaban la visión historicista
inspirada en el urbanismo europeo decimonónico vigente a su vez para
del conjunto y la imagen identitaria perseguida” 97.
nuestras ciudades hasta las primeras décadas del siglo XX. Ya hemos re-
Pese a que también reconocemos una importante variedad en cuanto
ferido en un capítulo anterior el caso del urbanismo limeño y arequipe-
a referentes históricos aludidos, no podemos dejar de reconocer una es-
ño en estos primeros años del siglo XX y también hemos tratado el caso
pecial atención a la arquitectura limeña en general y al “Palacio de Torre
particular de la avenida Leguía hoy conocida como “Avenida Arequipa”
Tagle” en particular, el cual, como hicimos mención algunos párrafos arri-
como paradigma de ese punto de inflexión en donde se abandona cual-
ba despertó un especial interés en Noel desde su primera visita explorati-
quier referente urbano y arquitectónico de época colonial en favor de una
va al Perú. Del Palacio de Torre Tagle toma la composición de su fachada
postura eurocéntrica que valora unilateralmente lo que venía sucediendo
para llevarla a uno de sus frentes, pudiendo reconocer la portada central
en el viejo continente.
La vecindad de la embajada será en su mayoría edificaciones re-
97. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. “Martín Noel, el edificio de la embajada argentina en
sidenciales del tipo chalet y de los más variados estilos formales, confi- Lima y la identidad nacional y americana”. Anuario Profesional del Cuerpo Permanente del
gurando una arteria vial de trazado de inspiración francesa plagado de Servicio Exterior de la Nación, Buenos Aires, APCPSEN, 2008, pp. 101-106.

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

El edificio tendrá un emplazamiento privilegiado en una de las principales avenidas de


inicios del siglo XX que marcar la expansión de la Lima tradicional hacia los distritos
emergentes, en estos dos frentes Noel desarrolla la volumetría de fuertes referentes
a la arquitectura histórica del Perú, en donde se encuentra también Arequipa a través
de sus portadas civiles.
Fotos del edificio ubicado en la esquina de las avenidas 28 de Julio y Arequipa,
y detalle de la antigua puerta a la cancillería, el autor.

flanqueada por los dos balcones de cajón. Además de este referente for-
mal, seguramente hay una referencia espacial a esta residencia limeña en
cuanto a la organización edilicia en torno a un espacio central tipo patio,
el cual para el caso de la embajada, se encuentra elevado un nivel con res-
pecto a la calle. Resulta más que evidente la toma en consideración como
referente las galerías con arcos de inspiración mudéjar andaluz presentes
en el palacio de Torre Tagle, además de los techos aplicados en diferentes
ambientes de la embajada que abrevan la influencia del mismo edificio
colonial peruano, que dicho sea de paso fue también inspiración de uno riores. Para el caso exterior reconocemos una puerta en la fachada que
de los primeros edificios del neocolonial peruano: El palacio arzobispal de linda con la Avenida 28 de Julio. Acceso que sirvió por muchos años a la
Lima proyectado por Ricardo Malachowski en el año de 1924. cancillería de la embajada. Podemos reconocer en esta portada alusiones
En cuanto a los referentes arequipeños estos son escasos, limitándo- a las viviendas coloniales arequipeñas, que Noel supo distinguir en su pri-
se a composiciones ornamentales puntuales tanto exteriores como inte- mer viaje al Perú, así como una decoración en sus diferentes elementos

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

El interior del edifico estará también compuesto por una serie de referencias, directas
y generales, a la arquitectura histórica desarrollada en el Perú, haciendo especial énfasis
al período colonial.
Fotos de diversas vistas internas del edificio. El autor.

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

que él llamó “una flora exótica estilizada en un gusto arcaico” 98, no utili- en relevarla ni mucho menos en publicar-
zando ningún tipo de volumen sino más bien usando la técnica ancestral la. Guido tendría que ir por ella y buscarla
del tallado “plano” que Noel advirtió en arquitectura prehispánica como recurriendo a las fuentes originales, mu-
la puerta del sol en Bolivia y que se siguió utilizando en Arequipa principal- chas de las cuales se encontraban feliz-
mente entre los siglos XVII y XVIII de la colonia. mente en pie diseminadas por el amplio
Internamente también hay algunas referencias a este tipo de orna- territorio americano.
mentación, que sin intentar un significado en especial complementan el Bajo este pensamiento circunscrito
programa iconográfico de la edificación. al arte y a la arquitectura Guido no tar-
Como menciona Gutiérrez Viñuales, no sólo es interesante la arqui- dará en encontrar un marco mucho más
tectura de la embajada, sino todo el mobiliario, cuadros, vitrales, etc., to- amplio de pensamiento, en donde no so-
dos ellos referidos a esa historia americana que tanto entusiasmó a Noel y lamente se dé cabida a esta nueva forma
que pudo encontrar en el Perú. de entender las manifestaciones artísti-
Este es pues un edificio singular en el sentido que fue diseñado ex- cas, sino que más bien estas formaban
profesamente para cumplir con funciones diplomáticas y consulares, sien- parte de un pensamiento mayor con una
do allí en donde reside su alto grado simbólico, convirtiéndose en una de filosofía inspirada en todo un movimien-
las construcciones mejor logradas bajo el estilo neocolonial tanto en el to de raigambre nacionalista.
Perú como en la Argentina, además de ser una manifestación tangible de Bajo estas circunstancias Guido formará parte de las corrientes cul-
los lazos fraternos y de permanente intercambio cultural que ha existido turales de la época que, en sus diferentes vertientes, intentaba introducir
siempre entre estos dos países. una nueva forma de entender el futuro del país desde sus propias raíces
y con el consecuente desapego a las influencias occidentales de tanta rai-
4.2. Ángel Guido y la materialización de Eurindia gambre en la Argentina durante toda su historia republicana. Sera al inte-
rior de estos círculos culturales en que Guido hará estrecha amistad con el
Ángel Guido nacerá en el año de 1896 en la ciudad argentina de Rosario,
ya mencionado Ricardo Rojas, trabajando a veces de manera mancomu-
graduándose tempranamente de arquitecto y de ingeniero civil luego de
nada en proyectos cuya finalidad era difundir las teorías que poco a poco
haber realizado estudios en la Universidad Nacional de Córdoba. Desde
iban pergeñando, como por ejemplo la construcción de la propia vivienda
el inicio de su ejercicio profesional Guido mostrará un profundo apego
de Rojas que trataremos en las páginas siguientes.
al estudio de la historia del arte y de la arquitectura, lo cual lo llevará a
Será pues en esas incesantes búsquedas emprendidas por Guido que
emprender una serie de investigaciones y viajes para intentar saciar sus
se topará con la arquitectura arequipeña, siendo uno de los pioneros en
tempranas preocupaciones sobre el devenir de la arquitectura en su
detectar los valores de singularidad y de “fusión hispano-indígena” que
país. Y es que Guido se percata que si de encontrar un derrotero para la
luego se difundirán en diversos contextos nacionales e internacionales.
arquitectura argentina se trataba debía echar un vistazo a esa arquitectu-
Desde ese feliz encuentro Arequipa pasará a ocupar un lugar preponde-
ra histórica que sentía más próxima tanto geográfica como culturalmente
rante en la producción tanto teórica como arquitectónica de Guido de la
y no al repertorio occidental de los libros y tratados al cual ya lo veía ago-
cual nos ocuparemos a continuación.
tado.
Esta arquitectura americana que él reconoce como propia no se en- 4.2.1. Arequipa en la obra de Ángel Guido
contraba en textos, pues hasta ese entonces nadie se había preocupado
Como ya hemos mencionado para hablar del rol que jugó la arquitectura
98. Op. cit. NOEL, Martín. “Comentarios sobre el nacimiento de la arquitectura hispano- arequipeña de época colonial en la obra de Ángel Guido hay que recono-
americana”. cer las dos principales vertientes en las que desarrolló su quehacer pro-

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

fesional: la producción teórica y el dise-


ño arquitectónico. En ambas Arequipa
estará presente ocupando un lugar
preponderante, sobre todo cuando de
abordar la temática de la fusión hispa-
no-indígena se trataba. Veremos pues a
continuación de qué manera abordará
Guido el tema arequipeño y reconoce-
remos su importancia en la difusión de
este importante legado peruano.

En su producción teórica
La actividad académica y teórica de
Guido va a ser muy intensa. Casi recién
egresado de la universidad ocupó cáte-
dras dictando los cursos de “Arquitec- Tras una prolongada y fructífera amistad con Ricardo Rojas, el arquitecto Ángel Guido
tura, Historia de la Arquitectura, Urba- desarrollará sus propios conceptos sobre el futuro de las artes y de la arquitectura
en su país, tomando como uno de sus referentes principales a la arquitectura
nismo e Historia del Arte” 99. Sólo unos colonial arequipeña a la cual la citará en diversos textos y hará uso de ella en sus más
años después Guido fundaría la Facultad de Arquitectura en Rosario sir- emblemáticos proyectos.
viéndole como tribuna académica para divulgar los postulados recogidos Fotos: Dibujo de Alfredo Guido de nativos peruanos construyendo y tallando una portada
arequipeña, dibujo de la portada de la casa del Moral de Arequipa elaborado por el
en “Eurindia” por su compañero y amigo Ricardo Rojas, proponiendo des- arquitecto Ángel Guido el año de 1924. Cortesía del archivo CEDODAL.
de allí la creación de una cátedra en “Ornamentación Americana”100. Pero
Guido no solamente se contentará con difundir los postulados de Rojas, tando: “Cuzco no llegó a colmar los deseos de Guido porque los extraordi-
sino que también tendrá su propia producción intelectual, destacando en- narios ejemplos cinco y seicentostas de esta ciudad presentan una ‘superpo-
tre sus textos el de “Fusión hispano-indígena en la arquitectura colonial” 101 sición constructiva’ de lo plateresco, herreriano o barroco sobre cimientos,
en donde pone de manifiesto lo aprendido y meditado en sus largos viajes primeras plantas o estructuras parciales netamente incaicas’. Arequipa en
de estudio por el continente americano. cambio, ‘Esconde el injerto anímico de nuestra fusión. Las formas hispanas
De estos recorridos por el continente americano Guido extraería im- han sufrido allí una transfiguración recónditamente indígena tal que su ex-
portantes conclusiones, como por ejemplo desestimar a la arquitetura teriorización expresiva conjunta emociona vivamente en forma originalmen-
cusqueña como síntesis de la fusión y voltear la mirada a Arequipa como te nuestra’” 102. Caso emblemático de los sustentado por Guido es segu-
plena manifestación de la misma, así lo explica Alberto Nicolini manifes- ramente el conglomerado arquitectónico conformado por los restos del
antiguo “Korikancha” andino al que se le superpone el Convento de Santo
99. NICOLINI, Alberto. “Ángel Guido y las teorías estéticas de la fusión hispano-indígena”, Domingo, encontrando en este y en otros ejemplos de la antigua capital
en AMARAL Aracy (coord.) Arquitectura neocolonial: América Latina, Caribe, Estados Uni- del Tahuantinsuyo más una confrontación de ordenes antagónicos que
dos, Sao Paulo, Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 207.
una fusión de equilibradas partes.
100. BONICATO, Cristina. “La materialización de una imagen nacional: Ricardo Rojas en la
arquitectura Argentina”, en Boletín de Estética del centro de Investigaciones Filosóficas,
Programa de Estudios en Filosofía del Arte, Año VI Nº 15, Diciembre 2010-marzo 2011. 102. Op. cit. NICOLINI, Alberto. “Ángel Guido y las teorías estéticas de la fusión hispano-
101. GUIDO, Ángel. Fusión hispano-indígena en la arquitectura colonial, Buenos Aires, 1925. indígena”, p. 208.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Esto es precisamente lo que Guido encontraría en Arequipa, aunque


pude resultar exagerado el mencionar el íntegro de la producción arqui-
tectónica de la ciudad blanca, pues como ya hemos mencionado en el ca-
pítulo anterior Guido se concentrará en el estudio de tres edificaciones
representativas: dos casas y un conjunto religioso. Sobre las portadas de
las casonas arequipeñas Guido concluirá: “Del cotejo de la naturaleza de-
corativa prehispánica con ‘la diercción seiscentista hispana hacia el churri-
guerismo’, concluyó que en los frontis de la Casa Ricketts y de la Casa Del
Moral, dos solares arequipeños, aparecen unidades formales puramente in-
dígenas de carácter simbólico, antropomorfo, zoomorfo y geométrico” 103.
Apartándose ya del aspecto meramente decorativo para referirse al as-
Guido reconoce en la arquitectura colonial peruana, herencias directas de las
pecto estructural compositivo de las portadas Guido menciona que “ha
composiciones prehispánicas como por ejemplo lo que él llama “la ley distributiva
sufrido esa ‘torcedura inesperada, dura genuinamente indígena. Es como si americana”, siendo esta una de las principales causas para la generación de un arte nuevo
se tratara de conseguir en un paño decorativo a ritmos ondulados la rigidez en el continente.
que respiran los construidos merced a ritmos geométricos rectilíneos’” 104.
Así pues, además de los aportes locales en el campo de la decoración y de En su producción arquitectónica
la iconografía Guido reconoce una nueva forma de componer los elemen- El intenso trabajo intelectual de Guido y las múltiples tareas académicas
tos constitutivos de las portadas arequipeñas mediante “ritmos de movi- que tuvo a lo largo de su vida, no le impidió desarrollar también una im-
miento geométricos rectilíneos (…) composición ornamental desconocida portante producción en los ámbitos del urbanismo y de la proyectación
absolutamente por los ornamentistas españoles seiscentistas”. arquitectónica.
Guido será entonces el primer teórico en tratar la arquitectura colo- Para el primero de los casos, el urbano, Guido presentó un plan regu-
nial arequipeña como un producto sui géneris en donde tantos los aportes lador para la ciudad de Rosario que fue reconocido y premiado en el año
locales como los hispanos son capaces de dar un producto nuevo. Conclu- de 1938, luego elaborará dos planes reguladores más para las ciudades
yendo que “los elementos hispanos de hallan poseidos de una ley distribu- de Tucumán y Salta, poniendo a prueba sus teorías de “reargentinización
tiva americana”. edilicia por el urbanismo” 106.
Esta tesis sobre los aportes novedosos de la arquitectura colonial Pero será en el ámbito arquitectónico en donde el arquitecto plas-
arequipeña en cuanto a la composición y ornamentación de las portadas mará de una manera mas directa sus teorías sobre la fusión que hemos
será desarrollado más tarde por el padre Antonio San Cristóbal en su libro detallado y en donde el caso arequipeño juega un rol fundamental. Proce-
“Arquitectura planiforme y textilográfica” 105. deremos ahora a bordar dos casos en los que en mayor o menor medida
Bajo estos principios teóricos Arequipa aparecererá reiteradamente serán evocados los referentes arequipeños detectados como relevantes
en la producción intelectual de Guido, bien sea en libros, artículos, con- para sustentar sus teorías:
ferencias, etc. Poniendo siempre a esta arquitectura como paradigma de
a) Casa de Ángel Guido en Rosario
esa vertiente hispano-indígena que tanto él como su amigo Ricardo Rojas
Alberto Nicolini reconoce dos etapas en la producción arquitectónica de
se ocuparon tanto en demostrar.
Guido: la desarrollada hasta finales de los años 20, en que sus referencias a
103. Op. cit. GUIDO, Ángel. Fusión hispano-indígena en la arquitectura colonial. la arquitectura colonial peruana y boliviana van a ser explícitas en cuanto
104. Ibídem.
105. Op. cit. SAN CRISTÓBAL, Antonio. Arquitectura planiforme y textilográfica virreinal de 106. Op. cit. NICOLINI, Alberto. “Ángel Guido y las teorías estéticas de la fusión hispano-
Arequipa. indígena”, p. 207.

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

bunas académicas, sin embargo limitará su aplicación la aplicación de es-


tos principios y teorías al plano absolutamente ornamental.
Guido recurrirá, para componer la distribución de la planta y la vo-
lumetría general del edificio a las tipologías academicistas con las cuales
él se había formado, para este caso asimilará el petit hôtel, versión más
pequeña que el grand hôtel particulier, ambas de raigambre francesa. Al
respecto los arquitectos Bellucci y Portantiero refieren: “el petit-hôtel se
abrió camino sin pausa por los nuevos barrios residenciales urbanos que la
clase media alta fue ocupando en los últimos años del siglo XIX y las prime-
ras décadas del XX. El desarrollo de ambas tipologías de hôtels se centró sin
duda en Buenos Aires, la flamante capital que crecía inconteniblemente y se
alimentaba, como se sabe, con la succión de los aportes técnicos y forma-
les que llegaban de Europa pero, por inevitable carácter transitivo, también
retoñó en las más importantes ciudades del interior, Córdoba, Mendoza y,
sobre todo, Rosario” 108.
Entendemos pues que Guido en un primer momento no se alejará de
estos principios de moda que iban abandonando la tradicional “casa cho-
rizo” y dando paso a la inserción de esta arquitectura ecléctica de raigam-
bre occidental, a la cual la tomará como base para ensayar sus primeros
conceptos de la “fusión hispano-indígena”.
En cuanto a lo específicamente arequipeño, vemos que extrae la por-
tada de una casona, específicamente la “Del Moral” y la sintetiza en sus
Esta pionera casa de Guido no se aparta de las influencias propias de su formación
profesional, sin embargo hay unas primeras experimentaciones en la morfología de componentes básicos, prescindiendo del programa ornamental original,
la fachada en donde utiliza el esquema compositivo de las portadas civiles luego esta estructura de raigambre hispano-indígena la superpone a la
arequipeñas de época colonial.
Dibujo: Elevación de la fachada principal de la Casa de Ángel Guido en Rosario,
volumetría del petit-hôtel repitiéndola y adaptándola a las necesidades
elaboración propia. funcionales según sus conveniencias, respetando algunos principios de
composición academicista como la simetría, la idea tripartita de base-
sistemas de composición de portadas y la ornamentaciónm de las mismas, cuerpo-remate y la adecuada proporción de las partes con el todo. Como
y una segunda etapa más apegada a la desornamentación en donde prima hemos mencionado no posee un programa iconográfico concreto pero si
la volumetría de las formas y la articulación de las mismas 107. utiliza un elemento decorativo extraído también del repertorio arequipe-
A esta primera etapa pertenecen las dos viviendas que vamos a anali- ño, unas cuadrifolias enmarcadas en un cuadrado que le permite repetir-
zar. Pese a existir marcadas diferencias entre las mismas tienen en común las a lo largo de los fustes de los pilares y del arquitrabe de las portadas.
el sello del refrente arequipeño. El interior de la casa, como ya hemos hecho mención, tiene la distribu-
Su casa de Rosario, construida en el año de 1925, será pionera en ción y espacialidad tomada de las tipologías occidentales, pero empieza a
cuanto a la aplicación de sus teorías sobre la fusión hispano-indígena que haber también una intencionalidad de decoración con ornamentos de la
ya venía elaborando en diversas publicaciones y defendido en algunas tri-
108. BELLUCCI, Alberto y PORTANTIERO, Hugo. “Petit hôtel: hacia una definicion tipológi-
ca”, en BORTHAGARAY Juan Manuel Compilador, Habitar Buenos Aires; las manzanas,
107. Ibídem, p. 208. los lotes y las casas, Buenos Aires, Ed. SCA y CPAU, 2011.

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Contemporáneas obras de para este caso será el Grand hôtel, y yuxtaponer elementos en el exterior
Guido en su ciudad natal,
Rosario; en donde hace uso
e interior provenientes de la arquitectura histórica americana e hispana.
de tipologías francesas para El tema de la portada arequipeña desornamentada que aparece recursi-
su desarrollo funcional, pero vamente en primeros y segundos niveles nos recordará la presencia rei-
revestidas con elementos
coloniales americanos, en donde terada de la arquitectura arequipeña en esta primera etapa de las obras
la estructura de la portada de Guido.
arequipeña es un reiterado
referente. b) Casa de Ricardo Rojas en Buenos Aires
Fotos: Casa de Ángel Guido y
casa Fracassi, ambas obras del Todo movimiento artístico que se precie de serlo tiene un manifiesto que
arquitecto Ángel Guido. sintetiza los postulados del grupo que lo plantea. Este manifiesto bien
puede ser de orden teórico o ser también una obra que materialice y sirva
de referente a las posteriores producciones realizadas bajo los cánones
del referido movimiento. Este será sin duda el caso de la residencia de
Ricardo Rojas diseñada por Ángel Guido en donde se trata de expresar
de manera más categórica y evidente los principios de la “Restauración
Nacionalista” que tanto Rojas como Guido profesaban. Para el año de
la construcción de la casa (1927) Ricardo Rojas, al igual que Ángel Guido
poseían ya una nutrida producción académica e intelectual que los había
situado como referentes del movimiento nacionalista argentino y la fe-
liz coincidencia entre comitente y proyectista que compartían las mismas
ideas dio como resultado la casa manifiesto del movimiento.
No dudamos que el solo proceso de materializar la casa así como el
poder contrastar el resultado final con los postulados teóricos del nacio-
nalismo, tanto Guido como Noel enriquecieron el bagaje del cual nutrir sus
ensayos y sus publicaciones, prueba de ello es que mientras la residencia
se construía el arquitecto Ángel Guido publicó su obra “Orientación espi-
ritual de la arquitectura en América” 109 y sólo un año más tarde Ricardo
Rojas daría a conocer su “Silabario de la decoración americana” 110. Será
precisamente en este libro en que Rojas denomina al Ángel Guido como
arquitectura colonial hispano-indígena, ubicadas en algunos de los vanos
“arquitecto de Eurindia”, pues a su juicio había sabido entender e interpre-
con una portada que los enmarca o en una pilastra al lado de la escalera
tar a cabalidad los postulados de este emblemático texto.
principal en donde Guido comienza a experimentar con la temática de los
Cabe pues, antes de adentrarnos al estudio de la casa, recordar cier-
tallos ondulados, los cuales serán muy recurrentes en su producción pos-
tos conceptos que Rojas esbozaría sobre el concepto de Eurindia, los cua-
terior, como en la casa de Ricardo Rojas que trataremos a continuación.
les seguramente fueron la inspiración central para el diseño de la casa:
Aunque de manera breve no debemos dejar de mencionar la existen-
cia en la misma ciudad de Rosario de la casa “Fracassi”, otra obra monu-
109. GUIDO, Ángel. Orientación espiritual de la arquitectura en América, Buenos Aires, Ed. La
mental de Guido emparentada temporal y estilísticamente con su propia
Tierra, 1927.
residencia. En esta mansión proyectada el mismo año que su residencia 110. ROJAS, Ricardo. Silabario de la decoración americana, Buenos Aires, Ed. Losada, 1952
Guido recurrirá a la misma estrategia de utilizar una tipología afrancesada, (Primera Edición en 1930).

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Tal como acotamos, el concepto de Eurindia es bastante incluyente,


pues no rechaza ninguno de los componentes por los cuales los ameri-
canos somos producto, siempre y cuando todos ellos se encuentren en
armónico equilibrio y nos lleven a un estado de superación y no estan-
camiento. Rojas es muy preciso al respecto cuando manifiesta: “En esa
fusión reside el secreto de Eurindia. No rechaza lo europeo: lo asimila; no
reverencia lo americano: lo supera. Persigue un alto grado de autonomía y
civilización. Persiguiéndolo, ha descendido por el análisis a lo profundo se
nuestro ser nacional” 111. Su casa pues no podría ser otra cosa que la mate-
rialización de los diversos componentes de ese estado quimérico.
Así pues podemos ver en este proyecto de Guido, bien sea en ma-
terialización morfológica, en constitución espacial o en representación
iconográfica la equilibrada distribución de los componentes de “nuestra
esencia”: el prehispánico, el hispánico y el colonial como fusión de los dos
anteriores.
Intentando hacer una síntesis de la distribución espacial de la casa
para luego ocuparnos del tema arequipeño que es el núcleo central del
presente estudio podemos precisar que la vivienda se organiza en base a
dos patios: el patio “arequipeño” y el posterior denominado “de los na-
ranjos” o “español”. El primero tendrá una función mucho más simbólica
que distributiva, ya que, por las dimensiones del terreno, no hubiese al-
canzado el trazar un patio de acertadas proporciones, que sea contenido
por habitaciones en sus cuatro flancos –como es lo recurrente en las casas
y los conventos coloniales– en lugar de esto el patio es una especie de
“gran hall” medianero que articula la primer crujía de acceso con un espa-
cio de recibimiento y con el denominado “salón colonial”. Este núcleo a
su vez se relaciona con el “patio español” que está contenido por una ga-
lería, que hace las veces a los cenadores de verano de las casas coloniales,
la denominada biblioteca incaica y el propio escritorio de Rojas. Al segun-
do nivel se accede por unas escaleras ubicadas en uno de los corredores
laterales que articulan toda la vivienda, siendo en este nivel en donde se
desarrolla el programa más íntimo de la vivienda y exento de tanta deco- La casa de Ricardo Rojas proyectada por Ángel Guido pretende ser la materialización
de “Eurindia” tomando muchos referentes para componer este concepto. La fachada
ración y simbolismo. principal de la vivienda es una reproducción de la casa histórica de la Independencia de
Volviendo a la temática arequipeña sin lugar a dudas tenemos que Tucumán, la cual había sido demolida a inicios del siglo XX. El patio posterior tiene una
remitirnos en primer lugar al ya mencionado patio, pues a diferencia fuerte influencia hispana.
Fotos: Cortesía de Romina Santarelli / Secretaría de la Presidencia de la Nación.
del resto de edificaciones que tomaron de referencia a la arquitectura
colonial arequipeña para basar su producción contemporánea, en este
111. ROJAS, Ricardo. Eurindia, Buenos Aires, Ed. Losada 1951, p. 128 (Primera edición 1924). proyecto si hay una intención de reproducir una espacialidad poco valo-

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Patio “arequipeñista” en la casa proyectada por Ángel Guido para Ricardo Claustro mayor de La Compañía de Jesús de Arequipa.
Rojas, la referencia al claustro mayor del conjunto religioso de Foto: Carlos Rodríguez.
La Compañía de Jesús de Arequipa es más que evidente.
Foto: Cortesía de Romina Santarelli / Secretaría de la Presidencia de la Nación.
pánico como para el cristianismo (como veneras y cantutas), dispuestos
estos en espacios resultantes de los intersticios que dejan dos tallos on-
rada en todo el resto de casos, en los que el estudio y aplicación de refe- dulados que reptan por la cara del pilar hasta rematar en tres racimos de
rentes se circunscribe únicamente al campo morfológico-ornamental de uvas que cuelgan de rostros angélicos alados.
las portadas. Para el caso de la ornamentación de estos elementos hecha por Gui-
El referente de este espacio es más que obvio, el claustro mayor del do para la casa de Ricardo Rojas podemos ver la misma estructura compo-
conjunto religioso de “La Compañía de Jesús de Arequipa”, el cual es sitiva que enmarca el programa ornamental, es decir los tallos ondulados
reproducido a una menor escala y con unas interesantes variantes en la que se entrecruzan y le dan movimiento a la cara plana del pilar mientras
ornamentación de los pilares que procederemos a detallar: Recordemos contienen elementos simbólicos. Para este caso los elementos simbólicos
que ya hemos hecho mención a este importante espacio colonial arequi- si serán manipulados en favor de resaltar los orígenes prehispánicos. Ro-
peño, el cual es uno de los mejores logrados de todo el casco histórico de drigo Gutiérrez describe al patio y su ornamentación de la siguiente ma-
la ciudad, pues además de sus perfectas proporciones es un lugar apacible nera: “El citado patio, cuyo centro lo compone una pequeña fuente, está
en donde se puede apreciar todo el despliegue volumétrico de bóvedas, bordeado por un claustro cuyos pilares, al igual que el gran frontispicio,
contrafuertes, cúpulas y torre de la iglesia de la misma orden. Las pilastras constituyen un muestrario de la simbología incaica que Rojas y Guido resca-
que componen las cuatro galerías que rodean el patio presentan una rica taron en sus obras; allí se aprecian representaciones del dios Sol (Inti) y de la
decoración en sus cuatro caras siendo su principal motivo la presentación Luna (Quilla), productos de la tierra como las margaritas, el zapallo (calaba-
alternada de productos u objetos simbólicos tanto para el mundo prehis- za), la mazorca de maíz o la flor sagrada de la kantuta, y aves como el colibrí

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Ornamentación de los pilares de la casa de Rojas, en donde hay una copia


explícita de la estructura compositiva de los pilares arequipeños, realizando sutiles
modificaciones en los componentes ornamentales para hacer desaparecer las
referencias religiosas en favor de un significado laico y “nacionalista”.
Foto: Cortesía de Romina Santarelli / Secretaría de la Presidencia de la Nación.
Dibujo: Elaboración propia.

o picaflor” 112. Además de estos elementos destaca en cada una de las caras
de los pilares la presencia del rostro de un nativo que reemplaza el rostro
angélico alado de la composición original.
Este ritmo monótono de las galerías será alterado por la presencia
de un frontispicio que jerarquiza el acceso al salón colonial y termina de
componer al patio. Algunos autores como el propio Gutiérrez Viñuales re-
lacionan su composición con la portada lateral de la misma iglesia arequi-
peña de “La Compañía de Jesús”, en donde ciertamente se encuentran
Vistas frontales y laterales nos permiten apreciar las fuertes influencias de
los claustros de la compañía de Arequipa en el proyecto para la también las sirenas con charango 113 sin embargo nosotros creemos que la
casa de Ricardo Rojas, siendo uno de los pocos ejemplos en los que se
cita a la arquitectura colonial arequipeña no sólo desde su raigambre
morfológica o decorativa, sino desde sus aportes espaciales que son 112. GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. “El hispanismo en el Río de la Plata (1900-1930). Los
enormemente válidos. literatos y su legado patrimonial”. Revista de Museología, Madrid, Nº 14, junio de 1998,
Dibujo: Sección del primer patio de la Casa de Ricardo Rojas en Buenos Aires, pp. 74-87.
elaboración propia. 113. Ibídem.

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La portada insertada en el patio “arequipeñista” refiere su estructura compositiva a la


iglesia colonial de San Lorenzo der Potosí en Bolivia, en donde se trata el tema de las En diferentes espacios interiores de la vivienda de Rojas, Ángel Guido sigue recurriendo
sirenas con charango, presentes también en algunas portadas religiosas de Arequipa. a la temática de la portada civil arequipeña, así como a espacios típicos de la arquitectura
Foto: cortesía de Romina Santarelli / Secretaría de la Presidencia de la Nación. residencial en época colonial.
Dibujo: Elaboración propia. Foto: cortesía de Romina Santarelli / Secretaría de la Presidencia de la Nación.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

alusión más directa de esta portada es a la iglesia de San Lorenzo de Poto- vales europeos como el gótico o el tudor con los cuales se llevó bastante
sí en Bolivia a la cual Guido refiere en diversas oportunidades. bien. Para entender esta ecléctica postura debemos recurrir a mencionar
Pero además de este importante espacio que sin duda es el mejor algunos de sus datos biográficos.
logrado de la residencia, la temática arequipeña no dejará de aparecer Estanislao Pirovano Naón nació en Buenos Aires en el año de 1890.
en otros lugares de la casa, como por ejemplo en portadas internas que Pese a tener la posibilidad de estudiar en la ya fundada Escuela de Arqui-
ornamentan una puerta o decoran una chimenea. Para estos casos Gui- tectura de la Universidad Nacional de Buenos Aires, decidió realizar la ca-
do recurrirá a la estructura compositiva de las portadas de las viviendas rrera de arquitecto en la Escuela de Arte de Glasgow 114, casa de estudios en
arequipeñas, en especial a la de la casa Tristán del Pozo (conocida en ese donde cursó sus dos primeros años de formación como arquitecto. Luego
entonces como “Casa Ricketts”) que ya había sido referida en el diseño de de esta etapa formativa inicial se trasladará a París para culminar su carre-
su propia casa de Rosario de la cual ya hicimos mención. ra en la Escuela Especial de Arquitectura, institución que coexistió tem-
No nos cabe duda que esta es pues la casa manifiesto del movimiento poralmente con la famosa Ecole de Beaux Arts, y con la que trató de esta-
y corroboramos así la importancia de la arquitectura colonial arequipe- blecer diferencias en cuanto a la formación de profesionales arquitectos.
ña en la fundamentación teórica y en la producción arquitectónica de las Esta formación europea le permitió a Prirovano nutrirse de manera
principales personalidades de los nacionalistas argentinos. directa, y no mediante libros o tratados, de la arquitectura que domina-
ba la producción arquitectónica del mundo occidental, en donde estaba,
4.3. Estanislao Pirovano: Entre indios y dragones claro está, su natal Argentina. La época formativa de Pirovano estuvo
marcada por una revisión de los cánones clásicos que hasta ese momento
Dentro de todos los arquitectos argentinos que abrevaron de las edifi- imperaban en la formación del arquitecto y en un resurgimiento de otra
caciones coloniales arequipeñas para formular un registro propio en su arquitectura que había sido olvidada por la academia pero que coexistía
propia arquitectura de las primeras décadas del siglo XX, Estanislao Piro- y formaba parte del paisaje urbano y rural de todas las ciudades del viejo
vano es seguramente el más prolífico y el que de manera más recurrente continente. Se ampliaba pues el baje arquitectónico y las referencias his-
utilizó como referentes portadas tóricas que de un momento a otro empezó a admitir los estilos medievales
de casonas arequipeñas para como el románico, el gótico, el tudor; o los estilos regionales propios de
componer edificios de carácter las circunstancias particulares que les tocó vivir a las diferentes naciones,
doméstico y comercial. Y es que como por ejemplo el “mudéjar” del sur de España.
Pirovano, a diferencia de Guido Desde una perspectiva romántica empieza a aparecer un historicismo
y Noel quienes también recurrie- no necesariamente acotado al mundo greco-romano, y las tipologías edi-
ron al repertorio peruano para in- licias son aceptadas con ropajes denominados “neos” que Pirovano verá
vestigarlo, teorizarlo y luego apli- surgir en su estancia formativa europea.
carlo a sus obras, Pirovano tuvo A su regreso a la Argentina en 1915, no le resultarán pues extraños los
un ejercicio profesional mucho debates en torno a la arquitectura que bregaba por encontrar nuevos ca-
más práctico y desprejuiciado y minos en un siglo XX que acababa de nacer. Verá pues favorables los pos-
si bien no dudamos de su adscrip- tulados de sus amigos nacionalistas que en el intento de buscar referentes
ción a los postulados nacionalis-
tas, también fue muy receptivo 114. BARCINA, Florencia. “Estanislao Pirovano y su obra neohispánica en Buenos Aires” en
ante el denominado “romanti- Martínez Nespral, Fernando (2010). Imágenes de España en el arte y la arquitectura rio-
platenses, del neocolonial al neohispano. Documento de Trabajo N° 253, Universidad de
cismo occidental” que volvía su
Belgrano. Disponible en: http://www.ub.edu.ar/investigaciones/dt_nuevos/253_marti-
mirada a edificios y estilos medie- nez_nespral.pdf

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

locales sobre los cuales asentar sus postulados, le terminarán ampliando no, así como por su estratégica ubi-
el repertorio formal del cual nutrir la muy basta producción arquitectónica cación se convirtió en un edificio re-
desarrollada a lo lardo de su fructífera labor profesional. Dentro de este ferencial de la céntrica y concurrida
repertorio Americano se encontrará la arquitectura colonial arequipeña, calle Florida.
la cual había sido identificada y registrada por sus compatriotas Ángel Gui- La sede del diario se construyó
do, Martín Noel y posteriormente Mario Buschiazzo quienes con sus afa- en el año de 1929 para albergar to-
nes teóricos e ideológicos habían recurrido al país andino para encontrar das las instalaciones del periódico
lo que en la Argentina no existió o ya había desaparecido. que desde el año de 1870 funciona-
Dentro de los textos y publicaciones de la época realizadas por estos ba en la residencia de su fundador, el
investigadores nacionalistas, Arequipa es mencionada con reiteración, ex presidente argentino Bartolomé
identificándola como uno de los principales lugares en donde había ger- Mitre. Desde esa fecha hasta el año
minado una arquitectura fruto de un mestizaje armónico entre lo autóc- 1979 funcionó ininterrumpidamente
tono y lo peninsular. Esas reiteradas menciones irán acompañadas con convirtiéndose también en un edifi-
descripciones gráficas, fotografías y relevamiento de portadas, circuns- cio “vitrina” donde se exhibían los
cribiéndose a los edificios que en el capítulo anterior referenciamos como diarios con las últimas noticias del
los especialmente seleccionados. Pirovano pues se limitará a estas refe- día.
rencias, basando su producción “arequipeñista” en dos edificios: la “Casa Imaginamos que dentro de la
del Moral” y la casa “Tristán del Pozo”. multitud de gente que acudía pe-
Pese al basto número de edificios diseñados y construidos por el ar- riódicamente o de manera esporá-
quitecto Estanislao Pirovano en los que sus referentes son edificaciones dica al edificio para enterarse de la
coloniales americanas o en todo caso hispanas, jamás dejará de lado la ar- realidad argentina jamás intuyó que
quitectura occidental propia de sus años formativos, recurriendo también tenía como marco edilicio tres portadas que hacían alusión directa a dos
en reiteradas ocasiones al denominado estilo “Tudor Inglés”, a algún tipo casas ubicadas en la lejana Arequipa.
de renacimiento italiano o incluso hasta edificios de raigambre abierta- Como ya mencionamos en párrafos anteriores Pirovano tenía un re-
mente modernista. pertorio bastante acotado en cuanto a referentes arequipeños, sin em-
Desde su postura eminentemente ecléctica Pirovano no tendrá el ma- bargo las manipulaciones que de ellos hacía le permitía adaptarlos a las
yor reparo en proponer una armónica convivencia entre una portada are- diferentes necesidades compositivas que cada encargo requería. Así, para
quipeña ataviada con rostros indígenas con dragones forjados en fierro el caso específico de la composición de la fachada del diario “La Nación”
de indudable procedencia escocesa. Así, su particular visión de la arquitec- tomará como referente las portadas de las casas conocidas como “del
tura terminará siendo muy relevante en el panorama urbano bonaerense Moral” y “Tristán del Pozo” bajo las siguientes estrategias compositivas
de la primera mitad del siglo XX. y ornamentales:
• En cuanto a la portada utilizada de la casa Tristán del Pozo, esta se
4.3.1. Arequipa en la obra de Estanislao Pirovano ubicará en la parte central de su fachada simétrica. Para relevar el
acceso principal la estructura compositiva de la portada original se
a) La sede del diario “La Nación” de Buenos Aires manipula creándole un doble cuerpo: En el primero se colocan unas
La sede del diario “La Nación” de Buenos Aires es sin lugar a dudas el pilastras que flanquean el vano de acceso y en el segundo se repro-
edificio más representativo y emblemático de la producción de Pirovano duce con mayor exactitud la portada original de la casa arequipeña,
con temática arequipeña, pues dada la importancia del periódico argenti- debiendo crear un balcón que suple al portón original. Así mismo las

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Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

ferente religioso, motivo por


el cual los explícitos anagra-
mas circulares serán reem-
plazados por una simbología
geométrica circular en donde
el sol de los incas, presente en
la bandera argentina, tendrá
un papel protagónico. Serán
añadidas también un par de
aves picoteando unos frutos
que bien pueden representar
picaflores, animales de reite-
rada presencia en la simbolo-
gía del mundo andino.
• Las portadas que flanquean
a la puerta central del diario

La portada central del edificio hace referencia a la casa Tristán del


Pozo, las laterales a la Casa del Moral, las cuales son adaptadas para los
requerimientos y escala del edificio.
Dibujo: Elaboración propia.

orlas laterales son el elemento que termina uniendo los dos cuerpos
de la nueva composición ayudando a que las proporciones originales
no se vean tan deformadas.
Sobre la temática ornamental, recordemos que la original arequipeña
hacía referencia al árbol genealógico de Jesucristo, con los anagra-
mas de sus padres y de sus abuelos maternos que eran abstraídos Para el caso de la portada central Pirovano recurre a la deformación de la portada
arequipeña haciéndola crecer un cuerpo más y utilizando la prolongación de las orlas
como frutos de un árbol plantado en un macetero trapezoidal. Para laterales para unificar la composición.
el caso del edificio argentino se buscará prescindir de cualquier re- Dibujos: Elaboración propia. Foto: del autor.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

hacen referencia a la casa arequi- una cuadrifolia. Unas muy interesantes máscaras que originalmente
peña conocida como “del Moral”, representaban el mal o lo profano y que estaban encadenadas por
vivienda que presenta como temáti- un par de ángeles serán también obviadas por una ornamentación
ca principal de su portada el escudo vegetal sin ningún tipo de significado. Los ya mencionados ángeles
de armas de una antigua familia del mantendrán su figura y postura original pero serán desprovistos de
virreinato (la familia de origen cas- alas, transformándose así en unos niños con rasgos andinos; final-
tellano Santos de San Pedro). Para mente el remate central de la portada que divide la cornisa semicir-
este caso Pirovano si respetará las cular en dos y que originalmente tenía forma del rostro de un ángel
proporciones y hasta la escala ori- alado, es sustituido por la cara de un indígena con indiscutibles rasgos
ginal de su referente peruano, pero andinos.
recurrirá a una simplificación del pro- Luego de que el diario dejó las instalaciones el edificio se convirtió en
grama ornamental hasta el punto un local comercial, “Galería Mitre” dándole uso ahora una franquicia
que el significado quede totalmente internacional “Falabella”. El interior ha sido adaptado a los nuevos
desvirtuado. Así por ejemplo el escu- usos con las transformaciones espaciales y formales que estos acon-
do familiar será reemplazado por un dicionamientos demandan. El carácter simbólico que su función origi-
cuadrado delimitado por unos frutos nal le otorgaba se ha visto disminuido. Sin embargo la fachada ha sido
ovoides que contienen en su interior poco alterada manteniéndose un trozo de arequipeñismo en pleno
corazón de Buenos Aires.

Las Viviendas “arequipeñistas” de Pirovano


Estanislao Pirovano incursionará en el diseño de muchas tipologías de edi-
ficios, a veces de manera individual y otras en sociedad con su hermano
José Manuel, pero dentro de todas estas la de viviendas unifamiliares ocu-
pará un lugar preponderante de su repertorio.
Su posición ecléctica se verá evidenciada por las múltiples opciones
estilísticas que el arquitecto argentino optó de manera indistinta para
componer las fachadas de estas viviendas, pudiendo encontrar estilos Tu-
dor Inglés, Renacentistas, Modernas, etc. y claro está “arequipeñistas”.
Hemos llegado a detectar dos viviendas en la provincia de Buenos
Aires en que Pirovano utilizará para la composición volumétrica de las mis-
mas el estilo neocolonial con referencia directa a arquitectura arequipeña,
centrando su repertorio en las ya mencionadas Casa del Moral y Tristán
del Pozo. Procederemos a la descripción y análisis de cada una de ellas:
a) Casa en Palermo
Las portadas laterales, que refieren a la Casa del Moral, conservan su escala y proporciones, Palermo representa el típico barrio bonaerense consolidado a inicios del
realizando sólo puntuales modificaciones en el programa ornamental para “desacralizar”
el significado original.
siglo XX, el cual por sus características físicas y naturales de inicios de siglo
Foto: del autor. Dibujos: Elaboración propia. se fue convirtiendo en lugar preferente para la ubicación de un importan-

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

La casa arequipeñista que


nos ocupa se encuentra en el
número 854 de la calle Mala-
sia, antiguamente llamada Arri-
beños, desarrolla su tipología
funcional del ya mencionado
chalet en tres niveles: los dos
primeros para la zona social y
de servicio y el último para los
dormitorios.
La temática arequipeña
escogida para este particu-
lar caso va a ser la estructura
compositiva de la portada de la
casa Tristán del Pozo, conocida
también como “Casa Ricketts”.
A diferencia de los otros dos

El referente arequipeño para esta casa ubicada en el barrio de Palermo, es absolutamente


ornamental, utilizando únicamente la estructura compositiva de la portada de la casa
Tristán del Pozo para adaptarla a los tres niveles de la residencia.
Dibujo: Elaboración propia.

te sector residencial de la ciudad que veía como buena opción alejarse del
centro y gozar de los beneficios que otorga la periferia.
Va a ser en este pujante sector que Pirovano recibirá el encar-
go de diseñar una vivienda unifamiliar, utilizando para ello la tipología
funcional del denominado “chalet”, tipo de residencia adaptable a una
realidad urbana más específica y de dimensiones menores que los “pala- Pirovano prescinde del programa iconográfico del referente arequipeño, incluso anula el
frontón para ubicar en él un balcón de fierro con los dragones forjados, muy típicos
cios” y los “petits hoteles”, todas estas tipologías extraídas del repertorio de su repertorio estilístico.
académico. Foto: del autor. Dibujos: Elaboración propia.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

Siendo evidente el referente arequipeño e identificables muchos


componentes de la original casona colonial, hay que decir que la mani-
pulación de la portada para que esta se adapte a la estructura del chalet
de tres pisos termina desvirtuando uno de los principales valores de la
arquitectura colonial arequipeña, su adecuada proporción y su armónica
relación de las partes con el todo.
b) Villa en San Isidro
La actual provincia de
Buenos Aires se divide
en 135 municipios, tam-
bién denominados par-
tidos, uno de ellos es el
de San Isidro en donde
se encuentra la ciudad
homónima que nos ocu-
pa, la cual tiene orígenes
que se remontan a la

Diferentes vistas de la fachada de la casa en donde se puede ver los referentes


geométricos utilizados por Pirovano para componer su fachada.
Fotos: del autor.

casos analizados de Pirovano, en este se prescinde casi por completo del


programa ornamental, reduciéndolo solamente a las orlas laterales que
intentan ser el elemento unificador entre el primer piso y el segundo. Pues
todo el resto de zonas en donde originalmente se sitúa la decoración colo-
nial son reemplazadas por vanos complementados con balcones de fierro,
encontrando también los dragones forjados muy típicos en las obras de
Pirovano.
Para adaptar la portada colonial arequipeña a la inusual escala de tres
niveles, se recurre al mismo artificio que en el diario la nación, es decir, se
crea todo un falso primer cuerpo con unas pilastras cuadradas y se eleva
la portada en sí ya con sus típicas columnas encajonadas.
La fachada del chalet está compuesta también por un plano retran-
queado en donde se alinean unos vanos que abandonan la temática “are- Para el caso de la remodelación de la villa de la familia Anchorena en San Isidro, el
arquitecto argentino combinará un austero estilo Herreriano con las portadas arequipeñas
quipeñista” pero que por la herrería que los acompaña podrían relacionar- para jerarquizar los accesos laterales.
se también con un impreciso referente colonial. Foto: del autor. Dibujo: Elaboración propia.

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Capítulo 4
Arequipa en la teoría y en la obra de los nacionalistas argentinos

época colonial en donde era el


límite con la tierra ocupada por
los guaraníes. Sin embargo la
infraestructura edilicia que hoy
en día se puede apreciar es más
deudora de la segunda mitad
del siglo XIX e inicios del XX en
donde el poblado tomará un re-
novado impulso entre otras co-
sas por la presencia del ferroca-
rril “General Bartolomé Mitre”.
Será así que en el siglo XIX
San Isidro verá florecer en sus
territorios importantes casas
hacienda, pertenecientes algu-
nas a familias muy acaudaladas
dentro de las que resaltará la fa-
milia Anchorena. Esta familia de Nuevamente la estructura compositiva de la casa Tristán del Pozo con sus columnas
encajonadas y su frontón semicircular será la temática arequipeña que Pirovano utilizará
terratenientes rioplatenses poseerá un vasto territorio en San Isidro, al
para adaptar a esta villa. Tras eliminar la iconografía del frontón para encajar un vano, esta
interior del cual construirán una residencia que paulatinamente irán am- es trasladada al arquitrabe sintetizándola en sus elementos geométricos básicos.
pliando, pero será recién en las primeras décadas del siglo XX en donde Foto: del autor. Dibujos: Elaboración propia.
harán una remodelación integral de las estructuras contratando para tal
efecto al arquitecto Estanislao Pirovano. A diferencia de los anteriores casos (el diario La Nación y la casa en
La estructuración general de la vivienda basa sus principios en una Palermo) esta vez Pirovano no creará un falso primer cuerpo, por lo cual
estructuración espacial y decorativa de fuerte influencia hispanista, se las portadas se ven mucho más proporcionadas, pero si inventará un do-
menciona incluso que toda la carpintería de puertas y ventanas fueron ble entablamento en donde encajará la ornamentación desplazada del
traídas directamente desde España 115, sin embargo para la remodelación frontón semicircular.
de la fachada que da frente a la catedral neogótica de la ciudad Pirovano En el segundo cuerpo de este entablamento se reproducirá la temá-
va a recurrir nuevamente al repertorio de las portadas arequipeñas. tica del árbol sobre el macetero de la original portada arequipeña, pres-
Viendo la composición integral de la fachada uno puede recordar al- cindiendo, claro está, de las alusiones cristianas como los anagramas de
gunas estrategias del estilo herreriano español, dada su marcada simetría Jesucristo y su familia, siendo estos reemplazados por temas florales y por
y simplicidad de las ventanas que se alinean perfectamente en dos nive- el sol de los incas a manera de lo sucedido en el diario “La Nación”.
les, sin embargo las dos portadas que Pirovano coloca en los flancos del La historia general de la casa villa de la familia Anchorena se desarro-
alzado toman como modelo nuevamente la casa arequipeña “Tristán del llará en las siguientes décadas entre donaciones, ventas y adaptaciones a
Pozo”. nuevos usos, debiendo hacer la salvedad que la fachada que nos ocupa se
conservó sin mayores alteraciones. En el año de 1955 la residencia fue ven-
115. http://contintanorte.com.ar/ Casas de la Costa Norte. Residencia Anchorena. LA LEYEN-
dida a la familia Kraft, quien luego de dos años la vendió al colegio “San
DA DEL ESPINILLO. Juan el Precursor”, quienes hasta el día de hoy la ocupan.

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Capítulo V

La arquitectura
colonial arequipeña
en la producción
historicista peruana
Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

5.1. Héctor Velarde y la verdad de la arquitectura


arequipeña
5.1.1. Arequipa en la producción intelectual de Héctor Velarde
No debe existir en el Perú del siglo XX un caso de producción intelectual
más fructífera y abundante en el campo arquitectónico como la de Héctor
Velarde. Este caso, atípico en nuestro país en donde suele verse distancia-
dos a los arquitectos proyectistas con respecto a los teóricos e investiga-
dores, nos demuestra que un profesional dedicado a plantear soluciones
a los problemas de hábitat que una determinada sociedad exige, debe
encontrarse en permanente tándem entre las elucubraciones teóricas y la
puesta en práctica de las mismas.
Velarde será lo más parecido a un arquitecto “humanista” puesto en
el Perú del siglo XX, pues su rica formación cultural y académica lograda a
lo largo de su vida y enriquecida por la variedad de contextos en donde la
fue adquiriendo le permitió ser una respetadísima voz intelectual no sólo
en los campos urbanos y arquitectónicos, sino en los más diversos cam-
pos culturales de incumbencia nacional.
Así, dentro de la producción intelectual de Velarde la cual fue recopi-
lada en cinco tomos bajo el título de “Obras Completas” 116, podemos apre-
ciar la gran variedad en cuanto a géneros y temáticas literarias, aportando
siempre un singular sentido del humor como herramienta eficaz para ex-
presar sus pensamientos con una doble contundencia.
Remitiéndonos ya al campo arquitectónico que es el objetivo central
del presente libro y centrándonos en el caso de la arquitectura colonial
arequipeña, podemos afirmar que esta estuvo presente de manera recu-
rrente en los diferentes textos escritos por Velarde, algunos dedicados
exclusivamente a tratar el caso arequipeño y en otros más de carácter
genérico pero en que la ciudad blanca aparecerá como referente.
Cabe entonces preguntarnos ¿qué es lo que Velarde encontró en Are-
quipa para que sea una temática tan recurrente en su producción intelec-
tual? Valiéndonos de sus propios escritos nos dedicaremos en los próxi-
mos párrafos a develar esta cuestión.
a) Arequipa: La idea española expresada con alegría en lenguaje indígena
Así como Ángel Guido y Martín Noel encontraron en la arquitectura colo-

116. VELARDE BERGMAN, Héctor. Obras completas, ordenadas por SALAZAR BONDY, Sebas-
tián. Lima, Ed. Moncloa, 1966.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

Velarde la reconoce como “recia”. En su lugar la arquitectura arequipeña


es “la idea española expresada con alegría en lenguaje indígena” 119.
A diferencia de las visiones de la mayor parte de investigadores de
la época que privilegiaban casi de manera absoluta la lectura de la arqui-
tectura arequipeña desde sus aportes formales, y más específicamente,
decorativos, la lectura que plantea Velarde será mucho más completa, re-
conociendo un buen número de condicionantes que confluyeron para dar
como resultado la arquitectura colonial arequipeña que desarrollaremos
a continuación.
b) La verdad de la arquitectura arequipeña
En más de una oportunidad Velarde tratará el caso de “La Verdad de la ar-
quitectura”, expresión que quería expresar lo que a su juicio debía poseer
toda obra arquitectónica que se preciase de ser buena. Esta verdad con-
La arquitectura colonial arequipeña será un tema recurrente en la producción
intelectual de Héctor Velarde, destacando de la misma sus manifestaciones formales así
sistía en expresar coherencia entre su propuesta formal, espacial y cons-
como la coherencia fruto de los diversos factores que confluyeron para materializarla. tructiva con la realidad de la sociedad a la cual debía servir, por lo cual fue
Fotos: Artículos publicados por el arquitecto Héctor Velarde en la también un crítico muy severo con la arquitectura que veía construirse en
revista El Arquitecto Peruano.
esas primeras décadas del siglo XX y que se alejaban de esa verdad y se
nial arequipeña la perfecta fusión entre lo hispano y lo indígena, Héctor aproximaban cada vez más a lo que denominó “las mentiras de la arqui-
Velarde reconocerá también los valores de estas construcciones dadas tectura”, así por ejemplo expresa: “Hay otra mentira en la arquitectura,
entre “el equilibrio y la forma que la recibe” 117, opinando que en Arequipa menos directa pero más amplia. Es el hacer en una región definida por su
se dio la expresión “del maridaje entre el conquistador y el conquistado, la clima y por su gente construcciones originarias de otros climas y de otras
de la fusión verdadera, la arquitectura colonial perfecta, quizá las más com- gentes” 120. Refiriéndose sin duda a ese historicismo ecléctico de raigam-
pleta de las arquitecturas mestizas americanas” 118 estas elogiosas frases bre foránea que desde finales del siglo XIX seguía propagándose por las
son realizadas desde una perspectiva en la cual compara las edificaciones principales ciudades del Perú.
coloniales de Arequipa con las construcciones realizadas en los otros dos Pero algo fundamental para lograr esa verdad preconizada por Velar-
polos más importantes del virreinato peruano: Lima y Cusco. Con respec- de era la consecuencia con “la naturaleza de los materiales” lo cual según
to a la capital Velarde hace notar su función de ser la expresión política del el arquitecto Ramón Gutiérrez debió ser reforzado por las influencias que
virreinato, por lo tanto su adscripción más notoria a los postulados mor- en sus estancias por los Estados Unidos, le imprimieron las obras y los
fológicos peninsulares, sin embargo realizados estos en insólitas técnicas postulados de Frank Lloyd Wright121. Pero además de Wright Velarde fue
y materiales como el adobe y la quincha, por lo cual se torna “blanda co- in admirador del inglés Banister Fletcher y de su historia de la arquitectu-
lorida y ampulosa”. A su vez la arquitectura cusqueña es una arquitectura ra utilizando el método comparado 122, prueba de ello es un interesante
“de conquista” en donde se impone a la fuerza las ideas del conquistador 119. Op. cit. VELARDE BERGMAN, Héctor. “Apuntes sobre Arquitectura Colonial Arequi-
sobre la cultura del conquistado, resultando por ello una arquitectura que peña”.
120. VELARDE BERGAMAN, Héctor. “Dos mentiras en la arquitectura” en Fragmentos de Es-
117. VELARDE BERGMAN, Héctor. “Apuntes sobre Arquitectura Colonial Arequipeña” en La pacio, Lima, Ed. Compañía de Impresores y Publicidad, 1933.
Crónica, 28 de julio, 1936. 121. GUTIÉRREZ, Ramón. Héctor Velarde, Lima, Ed. Epígrafe, 2002, p. 20.
118. VELARDE BERGMAN, Héctor. Arquitectura peruana, Lima, Ed. Studium, 1978 (Tercera 122. FLETCHER, Banister. Historia de la arquitectura por el método comparado, Barcelona, Ed.
Edición), p. 236. Canosa, 1928 (2 tomos).

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

artículo que el arquitecto Velarde escribió para la revista El Arquitecto Pe- tratan de ser introducidos al país generando una serie de debates sobre
ruano en donde recuerda que “Todo estilo arquitectónico definido es un la pertinencia o no del ornamento en las edificaciones. En este contexto
reflejo material y espiritual del medio en que surge” 123, desarrollando esta Velarde no se mantiene ajeno y expresa sus postulados por una ornamen-
temática en base a los factores que Fletcher menciona como recurrentes tación que sea consecuente con la verdad constructiva de los edificios, es
para la aparición de una arquitectura verdadera: lo geográfico, geológico, decir que enriquezca la esencia matérica de la arquitectura y que no la es-
climatológico, religioso, social, e histórico 124. conda. Así pues en un artículo sobre la arquitectura moderna el arquitecto
Resulta así por demás interesante cómo es que Velarde encontrará limeño expresa: “Para que brote la decoración es pues necesario que la es-
en la arquitectura colonial arequipeña la confluencia de varios de estos tructura se exprese en su totalidad, que la arquitectura aparezca íntegra en
factores para la final concreción de estas edificaciones, así lo expresa en sus elementos invariables. La decoración viene entonces a complementarla,
su ya mencionado libro sobre la arquitectura peruana cuando menciona: animándola, enriqueciéndola, ensalzando su estructura. La ornamentación
“Los factores que formaron su arquitectura fueron excepcionales; fuera del subraya la arquitectura” 127. Este postulado debe haber resultado extraño
geográfico y del étnico… fueron la luz resplandeciente de su cielo, el frío y para una época en que más bien el tema decorativo y ornamental en la
sequedad de su atmósfera, la lluvia, la escasez de madera, la abundancia de arquitectura peruana enmascaraba cualquier referencia al sistema cons-
su fácil y maravillosa piedra de construcción, el sillar, la blandura de esa pie- tructivo y mostraba falsos históricos procedentes de otras latitudes, pero
dra, el justificadísimo temor a los temblores, la falta de tejas y tal vez alguna Velarde conocía muy bien
contribución oriental” 125. En otro artículo específico sobre esta misma ciu- ejemplos locales en donde
dad menciona: “El indígena es hábil y paciente. La arquitectura en Arequipa esta dicotomía era factible.
ha tenido en cuenta estos factores y ha creado un sistema de estructura abo- Recurre pues así a la
vedado, con muros bajos y gruesos, para contrarrestar también los sismos y ventana colonial arequi-
el frío. Arequipa tiene una arquitectura basada en la Verdad” 126. peña como un ejemplo en
Vemos pues como Velarde tomará a la arquitectura colonial de la ciu- donde toda su estructura
dad blanca para ensayar sus métodos analíticos y ponerla no sólo como el compositiva conformada
paradigma de la fusión entre lo español y lo indígena, sino también como por el vano propiamente
ejemplo de lo que una arquitectura plagada de verdad debe expresar sin dicho y la ornamentación
importar ya la época en que esta se consolide. Así pues cuando una arqui- que la acompaña son coin-
tectura es resultado de la confluencia de todos estos factores es capaz de cidentes con el sistema
manifestar su verdad tanto en su conjunto como en cada uno de sus com- estructural que gobier-
ponentes por separado, aspecto que Velarde advierte también en Arequi- na el espacio interior. En
pa cómo mostraremos en el siguiente apartado. unos interesantes gráficos
expuestos tanto en un ar-
c) Arequipa sintetizada en una ventana
tículo publicado en “El Ar-
Velarde tratará también reiteradamente el tema ornamental en la arqui-
quitecto Peruano” sobre la
tectura, sobre todo cuando los postulados de la arquitectura moderna
ventana arequipeña 128 así
como en su libro sobre la
123. VELARDE BERGMAN, Héctor, “La arquitectura y nuestro medio”, en revista El Arquitec-
to Peruano, Junio 1938.
127. VELARDE BERGAMAN, Héctor. “El modernismo en la arquitectura” en Fragmentos de
124. Ibídem. Espacio, Lima, Ed. Compañía de Impresores y publicidad, 1933.
125. Op. cit. VELARDE BERGMAN, Héctor, Arquitectura peruana… p. 237. 128. VELARDE BERGMAN, HÉCTOR. “La ventana colonial arequipeña”, en revista El Arquitec-
126. Op. cit. VELARDE BERGMAN, Héctor. “Apuntes sobre Arquitectura Colonial...” to Peruano, Mayo 1941.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

arquitectura peruana explica la ornamentación de la ventana arequipeña Será en este contexto, en el cual Velarde no ejerce de manera directa
en un primer término para lograr un equilibrio entre el gran muro de sillar la profesión de arquitecto, en que sus elucubraciones de lo que venía ob-
y el reducido vano, y en segundo término para evidenciar a través de los servando lo llevaron a proyectar una temprana vivienda “arequipeñista”.
dinteles los elementos más sensibles de la bóveda de cañón corrido que Y es que con este anteproyecto no solicitado, el arquitecto peruano se
techa los ambientes. Así el primer dintel que acompaña a la perforación adelantará a toda una corriente que vendrá de la Argentina y del Perú
del vano se ubicará estratégicamente más bajo que el inicio de la bóveda en que se tomará como referencia a la arquitectura colonial de la ciudad
para no debilitar el muro que está sufriendo los empujes de este elemento blanca para insertar algunos de sus componentes en construcciones con-
de cerramiento, el segundo dintel, donde ya no hay vano, coincidirá con temporáneas.
el inicio de la bóveda y el tercero hará notar la zona del riñón del arco. Así Héctor Velarde tomará como referencia la portada y las ventanas de la
pues esta coincidencia entre el ornamento y la estructura interna hace casa arequipeña conocida como “Tristán del Pozo” para adaptarlas a una
que Velarde califique a este elemento como “uno de los ejemplos más elo- inusitada volumetría que
cuentes y brillantes de la arquitectura mestiza americana” 129. Queda pues podemos relacionarla con
demostrado que el arquitecto Velarde no sólo se va a dedicar a relevar los el “Spanish Revival” que se
edificios y los elementos arquitectónicos que consideraba de interés para venía dando en Norteamé-
después aplicarlos a una arquitectura contemporánea, sino que va a ana- rica. Es temprana pues su
lizarlos y extraer la esencia de los mismos para poder formular no un arte atención por Arequipa, sin
epidérmico sino uno basado en una manera coherente de hacer las cosas. embargo sus pensamientos
sobre lo que debía ser una
5.1.2. Arequipa en la producción arquitectónica de Velarde arquitectura peruana con-
a) Una casa arequipeña en Washington 1925 temporánea irán maduran-
do, pues en una obra cons-
Por diferentes circunstancias que no es tema de este libro el arquitecto
truida Velarde no volverá a
Héctor Velarde abandonará repentinamente su estancia en la Argentina,
aplicar una alusión tan ex-
donde venía ejerciendo la arquitectura en sociedad con el ingeniero Emilio
plícita a un edificio arequi-
Lorentz, para viajar a los Estados Unidos y desarrollar durante un lapso de
tiempo otro lado de su vida profesional, la diplomacia. Esta estancia en el peño en particular, sino que
país del norte en donde no ejercerá su labor proyectual lo nutrirá de nue- propondrá una arquitectura
vas ideas y conceptos que después supo plasmar en textos y en proyectos que si bien recoja el espíritu de esa arquitectura “verdadera” no la copie
a su retorno definitivo al Perú, pues como bien reconoce Ramón Gutié- textualmente. Así pues entendemos este primer anteproyecto con el cual
rrez, Velarde será un espectador de lujo interesadísimo en los diferentes podemos seguro asegurar que Velarde fue el primer “arequipeñista” de
fenómenos que se venían dando con inusitada velocidad en los Estados su generación.
Unidos, así lo advierte diciendo: “Si bien durante su estadía en los Esta- b) El Plan director y los pabellones de la Universidad Nacional de San
dos Unidos Velarde no actúa profesionalmente como arquitecto, esto no Agustín
significa que su vida diplomática anule su vocación. Por el contrario, como
Desde el establecimiento definitivo de Velarde en el Perú buena parte de
un observador privilegiado capta con certeza las condiciones singulares del
su producción intelectual estará centrada en el intento de formular las ba-
proceso de transformación tecnológica y urbana que va viviendo el país” 130.
ses para proponer una arquitectura peruana contemporánea. En este es-
129. Ibídem. fuerzo por encontrar los puntos conciliadores entre los que propugnaban
130. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón. Héctor Velarde… p. 15. la consecución de una arquitectura figurativa basada en la historia local y

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

extranjera y los que sostenían que el futuro de la arquitectura en el Perú De todas estas edificaciones se llegaron a construir únicamente tres
estaba más bien en ponerse en sintonía y en sincronía con los postulados pabellones: el central del rectorado y dos facultades laterales, dejando
modernos Velarde tiene posturas muchos más conciliadoras y menos dog- también de lado las líneas directrices que proponía el plan director.
máticas, apostando por una arquitectura que si bien sea consciente de Sobre estos pabellones edificados los que más se asemejan a los pla-
nuestro pasado proponga nuevas alternativas; así lo expresa de manera nos del proyecto original son los de las facultades, respetando la organi-
contundente en un esclarecedor artículo, en el cual menciona: “El mesti- zación general de la edilicia en base a una espacio central tipo claustro
zaje está en nuestra tierra; el mestizaje artístico es un fenómeno natural... de dos niveles así como la sobria volumetría exterior con la portada de
La peruanidad en arquitectura no podría definirse únicamente incaica… ni acceso en donde la referencia a la arquitectura arequipeña resulta más
tampoco únicamente española…. Todos estos factores existen ¿Por qué, explícita.
pues, no dejarle libertad absoluta al artista, al arquitecto, para que sienta
esos factores, y los interprete como bien le plazca, creando algo nuevo, bello
y nuestro?” 131 vemos pues así que ya ha madurado sus posturas iniciales de
copiar textualmente referentes del pasado en una nueva arquitectura, y
así lo hará precisamente en el encargo recibido para hacer el nuevo cam-
pus de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.
Este importante encargo recibido por Velarde y que marcará en un
punto de inflexión en su producción arquitectónica lo recibió en el año
de 1936 por parte del entonces rector Francisco Gómez de la Torre, no
dudando, según el autor en “respetar la tradición y esa arquitectura (are-
quipeña) en el aspecto exterior de sus edificios y en sus claustros. Las aulas,
servicios, locales particulares, etc., serán estudiadas con las recientes per-
fecciones modernas” 132. Esta será pues la postura de Velarde tanto para
el plan director del nuevo campus como para sus principales edificios:
aplicar estrategias ampliamente conocidas y dominada por él como por
ejemplo los principios de composición academicistas (simetría, axialidad,
jerarquía de accesos, etc.) y revestir las construcciones con un ropaje de El plan director para La Universidad San Agustín proyectado por Velarde se
estructurará bajo principios evidentemente academicistas como la axialidad,
inspiración colonial. la simetría, etc.
El proyecto en sí comprendía el ya mencionado plan director, con el Foto: Plano General del Plan director del Arquitecto Héctor Velarde.
diseño de seis edificaciones: El rectorado, la biblioteca y las facultades de
jurisprudencia (derecho), letras, ciencias y pedagogía. El proyecto incluía Sobre esta portada vale la pena detenernos un momento para de-
también las zonas deportivas, dadas por las canchas de fútbol, tenis, bás- terminar a qué se refirió Velarde cuando manifestó que iba a “respetar la
quet, una piscina y un gimnasio; como finalmente la zonificación para un tradición de la arquitectura arequipeña”. Si intentamos encontrar un refe-
futuro proyecto de las casas de los estudiantes. rente específico para esta portada dentro de la arquitectura colonial de la
ciudad no lo vamos a encontrar, sin embargo si hallaremos parentescos
formales con las portadas de las iglesias antes que con las de las casonas.
131. VELARDE, Héctor. “El Peruanismo en nuestra Arquitectura Actual”, en revista El Arqui-
Velarde será pues consecuente con la idea de inspirarse en la arquitectura
tecto Peruano, junio, 1938.
132. VELARDE BERGMAN, Héctor, “Proyecto de Universidad en Arequipa”, en revista El Ar-
pretérita para generar un arte nuevo, adoptando para este caso el deno-
quitecto Peruano, Febrero, 1940. minado “neocolonial” por primera vez en su carrera.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

colonial, a las cuales las utiliza rítmicamente en las diferentes fachadas del
volumen, despojándolas de cualquier programa iconográfico significativo
y usando cuadrifolias geométricas para su composición.

Pese a los principios académicos de Velarde indesligables de su formación


profesional, el arquitecto plantea una búsqueda tanto espacial (con el patio central
que organiza la edilicia) así como formal, con la portada estilizada del ingreso y la
composición de las ventanas, respecto a la pertinencia de utilizar la arquitectura
colonial arequipeña en una obra contemporánea. Fotos: Vistas externas e internas de una de las facultades proyectadas por Velarde que se
Fotos: Planos para la facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de San Agustín llegaron a ejectura respetando gran parte del proyecto original. Gonzalo Ríos.
de Arequipa, proyecto del arquitecto Héctor Velarde.
Estas primeras construcciones de lo que debió ser un gran conjunto
Aparte del tema de la portada, Velarde recurre también a la estruc- fueron concluidas ya en el año 40, bajo la conducción rectoral del Dr. Car-
tura formal de sus tan estudiadas ventanas de la arquitectura doméstica los Diego Gibson, motivo por el cual son reconocidas y asociadas junto

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

al gran número de obras inauguradas en


similar época por la celebración del cuar-
to centenario de fundación de la ciudad,
tema del cual nos ocuparemos posterior-
mente.

5.2. Emilio Harth-Terré y la necesi-


dad de un estilo para la técni-
ca contemporánea
5.2.1. Arequipa en la producción inte-
lectual de Emilio Harth-Terré Una de las obras más emblemáticas y a la vez más controversiales del
Emilio Harth-Terré (1899 – 1983) pertene- arquitecto Harth-Terré, fue la remodelación integral de la Plaza Mayor
de Lima, demoliendo portales coloniales para reemplazarlos por otros
ce a la primera generación de arquitectos concebidos bajo el estilo neocolonial.
peruanos egresados de la Escuela Nacio- Foto: Proyecto para la reconstrucción de la plaza de armas de Lima.
Arquitectos: Harth-Terré, Álvarez Calderón, Morales Machiavelo y Montagne.
nal de Ingenieros, durante la época en la
que se requería el grado previo de ingeniero para luego optar por la es- la investigación histórica de la arquitectura desarrollada en suelo peruano.
pecialidad de arquitectura. En esta etapa formativa el arquitecto limeño Harth Terré se adentrará al estudio intenso de la arquitectura de la época
recuerda con gratitud a profesores de la talla de Malachowsky y Elmore133, colonial, pero sin perder de vista el arte prehispánico que lo estudiará des-
siendo el primero quien le inculcó los principios de una última etapa del de su admiración por la arqueología que venía desarrollándose en el Perú.
academicismo que proponía un sistema de composición espacial y funcio- Estos intereses generales que derivaron en investigaciones particulares,
nal estable aceptando diferentes variantes morfológicas epidérmicas de le permitieron redactar una serie de artículo y textos en donde iba dando
las más disímiles procedencias. cuenta de sus resultados, valiéndose de tribunas como las revistas “Ciu-
Harth-Terré egresó de las aulas universitarias a mediados de la década dad y Campo”, “El Arquitecto Peruano”, así como en diferentes secciones
de los años 20, cuando las efervescencias por los festejos del centenario del diario “El Comercio”.
de la independencia y de la batalla de Ayacucho se encontraban en su pico Tan copiosa producción hizo que el arquitecto Héctor Velarde califi-
más alto. Será en esta temprana época en que Harth-Terré gana el concur- co a Harth-Terré como creador de una “verdadera escuela de peruanismo
so para la remodelación integral de la Plaza de Armas de Lima, proyecto arquitectónico” 134; y no estuvo errado Velarde en estas elogiosas aprecia-
que ejecutaría bastantes años después con su socio José Álvarez Calderón ciones, pues Harth Terré puede ser considerado como pionero en estas
y que resultará sumamente controversial por la demolición integra de por- pesquisas por adentrarnos a las producciones arquitectónicas y artísticas
tales coloniales (de escribanos y botoneros) para ser reemplazados por de nuestro pasado. Siendo consecuente con estas ideas Emilio Harth -Te-
otros contemporáneos bajo el estilo neocolonial. rré propuso que en su alma mater se enseñase el curso de “arqueología y
Centrándonos ya en el aspecto de su producción intelectual, pode- arte peruano” en el año de 1930, pues estaba convencido que las nuevas
mos afirmar que las más grandes contribuciones del arquitecto estarán en producciones de los futuros arquitectos en el Perú, debían tomar este rico
bagaje cultural para sustentar sus proyectos.
133. EMILIO HARTH-TERRE - el respeto a la arquitectura mestiza, entrevista realizada por
Oswaldo Núñez publicado en el blog QATY KATRAY de DAMIAN PEINADO Yonne Victor, 134. HART-TERRÉ, Emilio. Por una arquitectura contemporánea que sea nuestra, Lima, Ed.
http://hananwanca.blogspot.com/ Etinsa, 1947, p. 11.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

Refiriéndonos ya en especial a la arquitectura arequipeña, Harth-


Terré reconoció también los valores de las construcciones coloniales de
la ciudad sur-peruana, a la cual la menciona en muchos de sus artículos
relacionados a la arquitectura colonial en el Perú y realizando de la misma
mucho trabajo de archivo, dando como resultado inobjetables datos que
hasta el día de hoy son utilizados para los investigadores de esta arquitec-
tura regional. Pero lo que más va a destacar Harth-Terré de Arequipa es
el tema del “mestizaje” que también fue tratado por otros autores. Estos
pensamientos fueron resumidos en un interesante artículo publicado en
De manera muy temprana Harth-Terré planteará la utilización de estilos regionales
el año de 1973 titulado “Arequipa almácigo de arte mestizo” 135 en donde como alternativa para ser aplicados a la arquitectura residencial contemporánea,
apoya los postulados que consideran a la ciudad blanca como uno de los publicando sus ideas en la revista Ciudad Y Campo.
Fotos: Modelo “Trujillo” y modelo “Puno”, publicados por el arquitecto
mejores ejemplos del continente en donde se dio una fusión armónica en- Emilio Harth-Terré en la revista “Ciudad y Campo” en 1928.
tre lo español y lo andino.
Pero además de esta producción intelectual que la podemos ver cir- mitad del siglo XX, en donde “Espacio” paulatinamente irá ganando terri-
cunscrita al campo histórico, Harth-Terré también teorizó sobre lo que de- torio, teniendo ya de su lado a casi toda la escuela nacional de ingenieros
bía ser la arquitectura peruana contemporánea. Así por ejemplo, desde en donde, claro está Harth Terré tenía las puertas cerradas.
época muy temprana realizará publicaciones en la revista “Ciudad y Cam- Para no desviar el tema volvamos al pensamiento de Emilio Harth Te-
po” en donde manifiesta su parecer sobre la pertinencia de utilizar estilos rré sobre la arquitectura peruana contemporánea. El arquitecto va a tener
“regionales peruanos” para tipologías residenciales, así en diferentes nú- una clara posición en cuanto a la diferencia entre el sistema constructivo
meros de la mencionada revista expone sus propuestas bajo los modelos: de una edificación que responde a leyes eminentemente técnicas, y el as-
Trujillano, Puneño, Limeño, Cusqueño, Cañetano, Huancaíno 136, haciendo pecto externo que debe ser consecuente con el arte y la cultura de un
graciosas combinaciones entre referentes coloniales y prehispánicos se- pueblo, así lo manifiesta expresando: “El estilo es obra de la cultura; nues-
gún la procedencia del referente. Curiosamente en estos ensayos gráficos tra cultura es secularmente occidental, nace en el renacimiento español y se
no hay referencia a la arquitectura arequipeña. forja con el fuego del sol indoamericano, La arquitectura contemporánea,
Sin embargo, estudios muchos más serios y meditados sobre el de- más que un estilo es una técnica que aún está en busca de un estilo” 138. Esta
venir de la arquitectura en el Perú, los dará en un breve pero significativo idea de la técnica buscando un estilo, muestra a todas luces su formación
texto publicado en el año de 1947 como contribución al VI Congreso Pana- academicista en los inicios de la sección de arquitectura de la ENI, en don-
mericano de Arquitectos, titulado “Por una arquitectura contemporánea de predomina la visión de ropaje historicista que respeta los lineamientos
que sea nuestra” 137. Poniendo atención a la fecha del mencionado texto académicos; continúa el arquitecto diciendo: “Hemos así de poner, en las
podemos establecer las relaciones de contemporaneidad con el manifies- líneas firmes y sencillas de la arquitectura de hoy, la esencia del arte que pro-
to de la agrupación “Espacio”, motivo por el cual estos dos documentos dujimos hasta ayer, el ayer digno de tradición y de buen gusto, de modo que
antagónicos pueden ser considerados como representativos de las ten- transparente siempre una unidad propia y singularmente peruana” 139. Bajo
dencias polarizadas que se van a dar en el Perú finalizando la segunda esta posición irreconciliable con los que profesaban la autenticidad de la
arquitectura y la expresión limpia de los nuevos materiales bajo formas
135. HART-TERRÉ, Emilio. “Arequipa almácigo de arte mestizo” en diario El Comercio, Lima, geométricas y abstractas de uso internacional, va a incidir que la única
1973.
136. HART-TERRÉ, Emilio. “Modelos de arquitectura peruana” en revista Ciudad y Campo,
Lima, 1928. 138.Op. cit. HART-TERRÉ, Emilio. Por una arquitectura contemporánea que sea nuestra.
137. Op. cit. HART-TERRÉ, Emilio. Por una arquitectura contemporánea que sea nuestra. 139. Ibídem. p. 5.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

manera de lograr ese estilo peruano contemporáneo era hurgando en la Arequipa, debemos hacer referencia a las obras emprendidas en general a
arquitectura pasada, es por eso que dice: “Así, estudiar los monumentos raíz de las celebraciones del cuarto centenario de la fundación de Arequi-
de nuestro pretérito es obra indispensable para forjar la arquitectura del pa. Habiendo dejado esta importante temática en esta sección por la acti-
porvenir” … “De allí la importancia del estudio de la arquitectura virreinal va participación que tuvieron estos dos profesionales en las edificaciones
para que deduciendo su esencia la apliquemos en la línea de la arquitectura más emblemáticas gestionadas desde la Municipalidad Provincial.
contemporánea aprovechando del adorno en su forma substancial, descu- Todas las obras, tanto de índole urbano como arquitectónicas que
briendo sus principios creadores tan cercanos a la verdad, a su composición tuvieron lugar en esta fecha y en los años precedentes serán de relevancia
antropológica tan moderna como la moderna arquitectura de hoy” 140. tal que marcaron un punto de inflexión en el devenir de la urbe, moderni-
Más que su producción arquitectónica, que como hemos visto en al- zándola, en el mejor sentido de la palabra, y marcando un derrotero lógico
gunos casos resultó controversial, el gran aporte de Harth-Terré es haber y coincidente con las escalas y pretensiones futuras que en ese momento
sido el pionero en investigar seriamente la arquitectura histórica peruana, se tenía de la ciudad.
tanto la prehispánica como la colonial, así como el establecer los valores Es siempre grato recordar una gestión municipal exitosa, con visión
de la misma en un contexto en donde la ilusión por un ingreso a los están- de futuro y respetuosa de los derroteros que una planificación seria había
dares de la modernidad ponía en tela de juicio la propia existencia de las estipulado. Esa gestión estuvo encabezada por el alcalde de ese entonces,
edificaciones patrimoniales. el Doctor Julio Ernesto Portugal, el cual, acompañado de un equipo de
probos arequipeños y técnicos eficientes, hizo ascender a Arequipa de ser
5.2.2. Harth-Terré, Álvarez Calderón y las obras por el cuarto una ciudad anquilosada todavía en el siglo XIX a una urbe plenamente con-
centenario de Arequipa temporánea. Así lo entiende también Ramón Gutiérrez cuando menciona:
Antes de adentrarnos de manera específica a la producción arquitectóni-
ca del arquitecto Emilio Harth-Terré y de su socio José Álvarez Calderón en

140. Ibídem, p. 6.

Una serie de obras planificadas con bastante antelación serán inauguradas Así como el Dr. Julio Ernesto Portugal fue el gestor de lo transformación de la ciudad en
conmemorando el cuarto centenario de la ciudad, cambiando a la ciudad en un esfuerzo su cuarto centenario de fundación, el ideólogo urbano fue el ingeniero Alberto de Rivero
sin precedentes entre el estado, la Municipalidad y las empresas privadas. quien marcó las directrices básicas para el crecimiento de la ciudad.
Fotos: Cartel publicitario de la Municipalidad de Arequipa dando a conocer las obras por Fotos: Plano elaborado por los hermanos De Rivero en el año 1940 proponiendo
el cuarto centenario de la ciudad, Perspectiva del Ateneo Municipal y del estadio Melgar un crecimiento y lógico para la ciudad teniendo en cuenta sus principales componentes
publicadas también en la revista conmemorativa del cuarto centenario. y la escala de la época.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

“Quizá pocas ciudades de América del Sur hayan sido objeto de una acción “vocación arquitectónica” de la dupla de
planificada y llevada a la práctica por el municipio en un plazo breve con arquitectos ya que el monto que la muni-
resultados tan espectaculares, como la que encaró Arequipa para festejar cipalidad estipuló como honorarios para
su IV centenario de fundación española” 141. La concepción urbana de toda los ganadores estaba “en notable des-
esta planificación estuvo a cargo del ingeniero Alberto de Rivero quien proporción con el trabajo requerido y con
venía pergeñando sus ideas desde el año de 1916 sobre cómo debía ser el las grandes responsabilidades que implica
ensanche de la ciudad y que culminó con una propuesta concreta sinteti- una obra de esta naturaleza” 144.
zada en el “plano de la ciudad y aledaños” 142 de 1940. Convirtiéndose este Seguramente esa premisa que tu-
documento en el primer plan director serio de la ciudad en el siglo XX. vieron desde un inicio los arquitectos
Regresando al tema de las obras emprendidas en la ciudad por moti- de hacer el edificio emblema de la mu-
vo del cuarto centenario, hay que distinguir entre las que estuvieron a car- nicipalidad para el cuarto centenario de
go de la municipalidad, las denominadas “obras fiscales” dependientes la ciudad, determinó esa postura inicial
del gobierno central, las de la Universidad Nacional de San Agustín y las de grandilocuencia de la fachada, lo cual
de entidades privadas como las sedes bancarias que también tendrán una derivó en una portada neocolonial des-
activa participación en esta transformación edilicia y urbana de Arequipa. proporcionada que ubicada en una de
Todo este paquete de obras en su conjunto hizo posible la gran transfor- las tradicionales calles del damero hispa-
mación. no arequipeño hace imposible verla de
Ya hemos tratado el caso del plan director y de los nuevos pabellones manera completa como sí es apreciada
de la Universidad San Agustín encargados al arquitecto Héctor Velarde. en los planos del anteproyecto que pre-
Veremos dos de las obras que la sociedad, Harth-Terré y Álvarez Calderón sentaron para el concurso Harth-Terré y
emprendieron dentro de los cuatro importantes encargos que recibieron, Álvarez Calderón.
los cuales fueron: El Teatro Municipal, el Hotel de Turistas, la urbanización Como ya se ha indicado se recurri-
Selva Alegre y el Estadio Melgar. rá para la composición de la fachada, la
imagen de la portada de una casona co-
a) El Teatro Municipal de Arequipa y la intención de un edificio icónico
lonial, a decir de los arquitectos poniendo especial atención en la casa Tris-
Si un edificio se pretendía emblemático y representativo del cuarto cen-
tán del Pozo, así queda dicho en un número ya posterior de la citada re-
tenario de la fundación de Arequipa, ese era el Teatro Municipal, pues la
vista “El Arquitecto Peruano” en donde se menciona: “La arquitectura del
comuna, como gestora de todos los significativos cambios antes descritos
Teatro ha sido acertadamente escogida por los Arquitectos señores Álvarez
necesitaba un edificio que sintetizara esa imagen, a la vez moderna y a
Calderón y Harth-Terré, quienes se han inspirado en motivos arquitectónicos
la vez orgullosa de su pasado, que las autoridades de la época se habían
tradicionales de la ciudad de Arequipa, tales como la casa Ricketts, habiendo
esforzado en difundir.
estilizado estos motivos y formado un magnífico conjunto monumental en el
Al igual que muchas de las obras de la época, esta también será con-
que destaca la gran portada de la fachada principal, que llena de decoracio-
cursada a nivel nacional, ganando la sociedad de Harth-Terré y Álvarez
nes tiene como motivo central el escudo de la ciudad y una leyenda alusiva a
Calderón. Una edición de agosto de 1939 de la revista El Arquitecto Pe-
la conmemoración del cuatricentenario” 145. Ya hemos visto cual era la idea
ruano143 da cuenta de la adjudicación del premio, haciendo énfasis en la
que tenía Harth-Terré sobre lo que debía ser la arquitectura contemporá-
141. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución Histórica Urbana de Arequipa,… p. 211. 144. Ibídem.
142. Ibídem, p. 214. 145. AA. VV. “Obras Realizadas en Arequipa con motivo del IV centenario de su fundación
143. Revista El Arquitecto Peruano, Lima, Agosto de 1939. Española” en revista El Arquitecto Peruano, Octubre de 1940.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

El tema ornamental de la portada estará


dedicado a conmemorar el cuarto centenario
de la ciudad. Recurriendo al escudo de armas de
la ciudad de época hispana y al lema “A la muy
noble ciudad de Arequipa conmemorando el IV
centenario de su fundación española se levantó
Harth-Terré y Álvarez Calderón recurrirán al tema de las portadas de la arquitectura este teatro año 1940”.
civil de la colonial para “monumentalizarla” y adaptarla a la escala que Dibujo: Detalle de la ornamentación central de la
el nuevo equipamiento requería. portada, elaboración propia. Foto del autor.
Dibujo: Elevación de la fachada del Teatro Municipal de Arequipa. Elaboración propia.

nea en el Perú, distinguiendo el sistema constructivo y la funcionalidad del parte fronteriza para darle una necesaria perspectiva, ya que en su actual
edificio con respecto al “estilo” que bien podía ser epidérmico, simbólico ubicación no puede apreciarse debidamente esta importante obra” 146. Esta
y representativo. inusual propuesta de amoldar una realidad urbana para entonar con las
Vemos pues en este edificio un de los problemas más evidentes que características formales de un edificio contemporáneo no se llegó a con-
surgen de esta teoría de Harth-Terré, evidenciados cuando se intenta cretar, conservándose así la traza original de la ciudad colonial.
compatibilizar las nuevas escalas que los equipamientos contemporá- Son pues muy pocos los usuarios o eventuales transeúntes que pasan
neos demandan, con las antiguas proporciones de las portadas colonia- por la fachada del edificio y pueden percatarse de la temática de la orna-
les, que por más figurativas que fuesen, respondían a todo un sistema mentación de la portada, la cual es conmemorativa al aniversario de la
de producción que tenía muy bien sentadas sus bases en la coherencia ciudad blanca, llevando grabada la siguiente frase “A la muy noble ciudad
y en el entorno urbano con el cual debía guardar correspondencia. Así, de Arequipa, conmemorando el IV centenario de su fundación española
esta incongruencia entre la escalas del edificio y la realidad urbana en la levantó este teatro año 1940”, la cual es la base sobre la que descansa un
que fue insertado generó propuestas como la de crear una plaza en su enorme escudo de armas de la ciudad.
frente que de alguna manera dilatas el espacio para poder apreciar la tan Por otro lado el sistema constructivo y las soluciones estructurales
deseada portada conmemorativa. Al respecto se opinaba lo siguiente en fueron, claro está, compatibles con las tendencias de la época, es decir
esa época: “El magnífico conjunto monumental que presenta la fachada del las técnicas del concreto armado, sin embargo el edificio es enchapado
Teatro Municipal, obliga a pensar en la necesidad de formar una plaza en su 146. Ibídem.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

íntegramente en sillar, siendo en este material con el que se elabora el


programa iconográfico antes descrito.
Se puede pues corroborar en este edificio la materialización de los
postulados teóricos que Harth-Terré intentó construir a lo largo de su fruc-
tífera vida intelectual, la cual, al margen de los diversos niveles en los re-
sultados, estuvo siempre enmarcada en lograr una arquitectura contem-
poránea que sea nuestra.
Recursos más emparentados con el estilo “californiano” o el “Spanish Revival” serán utilizados
b) El Hotel de Turismo y la casa hacienda inexistente en el planteamiento genérico del Hotel de Turismo de Arequipa diseñado por Harth-Terré y
Álvarez Calderón, más que la publicitada referencia a una hacienda arequipeña.
El Hotel de Turismo de Arequipa (posteriormente llamado Hotel de Turis- Dibujo: Elevación de la fachada principal del hotel de Turismo de Arequipa. Elaboración propia.
tas) formó parte de un programa del estado para incentivar esta florecien-
te actividad en diversas ciudades del país en las que los recursos turísticos y André antes que de la ciudad jardín de Ebenezer Howard” 148. Este núcleo
eran más evidentes, conocidos y por lo tanto explotables. El presidente residencial que se menciona resultó importante como una inusitada alter-
de ese entonces, Manuel Prado, se identificó mucho con esa iniciativa pro- nativa de vivienda para clases pudientes, con una significativa variedad de
puesta desde la comuna arequipeña para transformar urbanísticamente propuestas, algunas de ellas concebidas bajo el estilo neocolonial.
la ciudad y dio especial premura a esta obra para que formase parte tam- En la concepción urbana de este sector de la ciudad también van a
bién del conjunto de edificios reconocibles al interior del cuarto centena- participar los arquitectos Harth-Terré y Álvarez Calderón149, motivo por el
rio de la ciudad. cual los mecanismos de relación y de emplazamiento del hotel en medio
Este importante equipamiento, absolutamente inusitado en Arequi- del parque estaban asegurados.
pa y por lo tanto pionero en su clase, fue encargado también a los arqui- Ya refiriéndonos al edificio en sí, podemos reconocer en su composi-
tectos socios Emilio Harth-Terré y José Álvarez Calderón. Pero antes de ción y en sus opciones de apropiación del espacio algunos principios que
hablar de las características específicas de este equipamiento es necesa- habían sido desarrollados al interior de los estilos estadounidenses del
rio hacer una breve aproximación al entorno en el cual fue insertado. El “misión style” y el “spanish revival”, dentro de los cuales se contemplaba
parque-barrio de Selva Alegre. un desapego a las composiciones simétricas, un uso intenso de techos
Este importante espacio de la ciudad fue también gestionado desde inclinados revestidos con tejas, un despliegue volumétrico libre dentro de
la municipalidad provincial, comprando 27 hectáreas de terreno rural. Y lotes amplios, etc. Lo cual no resulta precisamente lo más representativo
habilitando un parque de casi 200,000 metros cuadrados 147. Resulta inte- de la arquitectura colonial arequipeña. Así, los arquitectos justifican estas
resante la concepción atípica que se tuvo del barrio, difiriendo sustancial- elecciones aludiendo a una imprecisa “casona arequipeña de hacienda”,
mente de los planteamientos genéricos que exponía el plan director de la como mencionan en el siguiente texto: “La arquitectura del Hotel de Are-
época en donde la ortogonalidad primaba casi como una consecuencia del quipa está inspirada en la historia, condiciones climatéricas, paisaje y demás
antiguo trazado colonial. Para el caso de Selva Alegre se volverá a recurrir ambientes de la ciudad del Misti y muy atinadamente se ha aprovechado de
a las referencias externas de occidente pero esta vez no históricas sino las la ubicación del Hotel en el centro de un amplísimo parque, para darle una ar-
de vanguardia que planteaba un urbanismo con fuertes dosis paisajistas. quitectura semejante a una antigua casona de hacienda” 150. Podemos pues
El arquitecto Gutiérrez lo precisa así cuando menciona: “En la óptica de afirmar que en cuanto a sus directrices generales el proyecto es más deu-
Rivero y el Municipio, Selva Alegre era un hecho excepcional donde el núcleo
residencial era accesorio del parque y donde la idea rectora del proyecto te- 148. Ibídem, p. 224.
nía por ende influencias de las nociones paisajísticas francesas de Alphand 149. AA. VV. Cuarto Centenario de la Fundación Española de Arequipa, Arequipa, Ed, Concejo
Provincial de Arequipa, 1940.
147. Op. cit. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución Histórica Urbana de Arequipa… p. 218. 150. AA. VV. “El Hotel de Arequipa” en revista El Arquitecto Peruano, Marzo de 1941.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

dor del llamado “estilo californiano”


que de las construcciones coloniales
de Arequipa. En donde si podemos
reconocer elementos provenientes
del pasado arequipeño es en el trata-
miento de los vanos; principalmente
en las puertas y en las galerías con
arcos de medio punto, explicados
en capítulos precedentes.

En los vanos se concentrará de una manera más explícita las referencias arequipeñas,
recurriendo para este caso a las portadas rectangulares de las casonas coloniales
arequipeñas.
Fotos: Vistas de los vanos del hotel haciendo referencia a las portadas rectangulares.
Cortesía Libertador Hotels, Resorts and Spas Perú.

Para el caso de las puertas se recurrirá a las denominadas portadas


rectangulares, con su entablamento dividido en dos franjas horizonta- Los amplios y cómodos espacios internos son conseguidos mediante la utilización de
técnicas y materiales contemporáneos, no dudando los arquitectos en “ornamentarlos”
les por una cornisa intermedia. Para este caso se prescinde una temática bajo el estilo neocolonial. Cumpliéndose los postulados teóricos de Harth-Terré que
ornamental concreta, limitándose a unos adornos geométricos prove- mencionando que las técnicas modernas buscaban un estilo que las acompañe.
nientes de la flora que acompañan el fuste de los pilares laterales y una Fotos: Vistas de del loby y de la recepción del hotel. Cortesía Libertador Hotels,
Resorts and Spas Perú.
tímida inscripción en el arquitrabe que da cuenta del año de su construc-
ción, 1940. nos de la edificación. Recordando, estos sí, las zonas de cenadores de
Los arcos a manera de galería, estos se ubican en dos tramos se- verano de las casonas urbanas y algunas galerías de la arquitectura rural
parados de la fachada principal, así como en algunos espacios inter- arequipeña.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

El interior del hotel es interesante en cuanto a la amplitud de sus es- Dentro de las líneas por donde anduvo el artista el tema arquitectó-
pacios y la puntual aparición de elementos historicistas que no dudan en nico ocupará un lugar preponderante, y es que nunca lo arquitectónico le
acompañar a elementos propios de la técnica contemporánea como por fue ajeno a Camino. Luego de su temprana formación como pintor, a los
ejemplo vigas peraltadas de concreto armado, cumpliéndose los postu- trece años, y una vez egresado de las aulas escolares la primera opción
lados buscados por Harth-Terré cuando proponía que debía buscarse un de Enrique Camino fue estudiar arquitectura en la Escuela Nacional de In-
estilo que acompañe las técnicas constructivas modernas. genieros, profesión que no culminó por su dedicación casi absoluta a la
Luego de los intensos procesos de privatizaciones de los años pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) de donde si egresó
90 en el Perú, el hotel paso a formar parte de la cadena “Libertador y con los más altos honores.
Hotels, Resorts and Spas Perú”, manteniendo casi en su integridad los Pero hay que recordar que en los claustros de la ENBA la arquitectura
componentes del edifico propuestos en 1940 por Harth-Terré y Álvarez era también un tema central. Así lo advierte Elio Martuccelli cuando men-
Calderón. ciona: “La enseñanza de la arquitectura en el Perú seguía siendo por esta
época un apéndice más de la escuela de ingenieros. De allí que los ensayos
5.3. Enrique Camino Brent, un elogio a la masa de la arqui- dentro de la ENBA interesen a la arquitectura”151 y es que de esta institu-
tectura arequipeña ción emergerán interesantes propuestas de la época como los ya men-
cionados Pabellón Peruano para la Exposición Iberoamericana de Sevilla
5.3.1. De la pintura a la arquitectura en la obra de Camino Brent del año 1929 del escultor Manuel Piquerras Cotolí, o la “Casa Incaica” del
Enrique Camino Brent (1909 – 1960) fue uno de los representantes del pintor José Sabogal.
indigenismo en el Perú que llevó a las cotas más altas al movimiento en lo Luego de culminados sus estudios y abandonando las comodidades
pictórico, pues el sello personal que imprimió en su obra abrió un abanico que la condición social de su familia le ofrecía Camino Brent se internó por
de posibilidades no solamente temáticas sino expresivas y conceptuales los pueblos más profundos de la serranía peruana para abrevar de esa ar-
que pocos artistas posteriores se atrevieron a explorar. quitectura y esas tradiciones totalmente ignoradas en las grandes urbes,
descubriendo una temática que lo acompañaría a lo largo de su desarrollo
profesional.
En estas pesquisas personales Camino se topará con la arquitectura
arequipeña, encuentro que seguramente no fue casual, pues dentro de
las aulas de la ENBA conoció ya al maestro arequipeño Jorge Vinatea Rei-
noso a quien reconoció como una de sus principales influencias. Pero esa
aproximación a la arquitectura y al paisaje arequipeño a través de la obra
de Vinatea no le será suficiente, Camino viajará repetidas veces a la ciudad
blanca y se introducirá literalmente a estos espacios muchas veces ignora-
dos por los arquitectos del neocolonial que se contentaban con estudiar
la epidermis de los edificios y reproducirlas en sus proyectos contempo-
ráneos.
Bajo esta perspectiva mucho más íntima y personal de la arquitectura
Los tempranos intereses de Camino Brent por la arquitectura peruana se verán arequipeña, Camino no hará distinciones entre las grandes construcciones
reflejados en sus cuadros, siendo una temática recurrente no solo las formas coloniales y la arquitectura vernácula de los alrededores. Así mismo, no se
sino la espacialidad de una arquitectura vernácula que no despertaba mayor
interés en los arquitectos de la época.
Fotos: Cuadros de Enrique Camino Brent: Zaguán cusqueño y Sol de brujas. 151. Op. cit. MARTUCCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada, p. 98.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

detendrá demasiado en la temática ornamental ni en la estructura com-


positiva de las portadas de casonas e iglesias, pues preferirá la volumetría
recia de los altos muros conventuales y sus contrafuertes, o la calidez de
un patio doméstico que se articula con el resto del edificio a través de un
abovedado zaguán. Todas estas imágenes serán recogidas en sus lienzos
con las lógicas modificaciones acontecidas luego de pasar por su tamiz
artístico, dando como resultado unos edificios que cambian la rectitud de
sus originales muros por la curva del trazo del pincel, acentuando de esta
manera el dinamismo de las formas y evidenciando la melancolía de estos
espacios tan humanos.
Sin embargo su admiración por la temática arequipeña no se limitará
únicamente al campo pictórico, en su obra arquitectónica más emblemá-
Los elementos distintivos de la arquitectura colonial arequipeña como bóvedas,
tica, su casa-taller, volverá a recurrir a esta cantera morfológica y espacial gárgola, contrafuertes y predominio de la masa blanca sobre los vanos
en un intento de materializar lo que en sus cuadros ya había logrado. serán aplicados en este singular proyecto del pintor Enrique Camino Brent.
Fotos: Fachada de la casa-taller del pintor Camino Brent en
a) La casa-taller de Camino Brent y la intención de un cuadro tridimen- San Isidro (Lima), foto publicada en el libro “Enrique Camino Brent”.
Portada de la revista El Arquitecto Peruano.
sional
En el año de 1941 el pintor Camino Brent construirá su vivienda taller pro- menciona que “Camino Brent, apasionado por las masas arquitectónicas,
yectada por él mismo, haciendo uso seguramente de las enseñanzas que encontró sus fuentes de inspiración en los conventos, iglesias, casonas que
recibió en la ENI durante el tiempo que estudió arquitectura, pero sobre nos legaron la colonia. Conoció muy bien las reglas funcionales, estéticas
todo tratando se plasmar esas imágenes de la arquitectura peruana del y utilitarias de la arquitectura; a la vez supo aprovechar los materiales na-
interior del país que tan útiles le habían sido para desarrollar toda su pro- tivos de nuestra tierra para sus construcciones, que son admirables obras
puesta pictórica. El arquitecto Martuccelli lo describe de la siguiente ma- creativas” 153.
nera: “Estas pinturas lograron un día espacializarse cuando Camino Brent Pero dentro de todo este amplio repertorio temático que había ido
construyó su taller hacia 1941. Este sería un ejemplo muy delicado de lo que acumulando durante todos sus años de viajes por el Perú, Camino elegirá
para el artista era la síntesis de la arquitectura del país que tanto había pin- la arquitectura colonial arequipeña como referente para la composición
tado. Incluso logró realizar algunos proyectos más, en su talentoso papel de formal de su edificio. Así, aparecerán chorreras, perfiles que sugieren cu-
‘arquitecto’” 152. biertas semicirculares, prismas verticales adosados en los muros a manera
Es pues su casa taller un intento de “habitar” en sus propios cuadros de contrafuertes, etc. Además del blanco en los muros alterado por la co-
y una muy interesante experiencia que podemos comparar con aquella lorida carpintería añil de los vanos. Enrique More, reconoce también estas
arquitectura neocolonial que abrevando también de edificios coloniales influencias arequipeñas en un artículo realizado en base a una entrevista
centra su atención en un programa ornamental y en una morfología la al pintor en el año de 1958 admitiendo: “En la calle Burgos, no lejos de la
mayoría de veces epidérmica sin auscultar demasiado en las cualidades clínica Lozada, con frente a un terreno no edificado aún, se alza, en netos
espaciales que estos edificios podían brindar. A Camino Brent le llamarán estilo arequipeño, la casa en que tiene su estudio el pintor Enrique Camino
la atención otras cosas, lo cual se evidencia en sus cuadros y en su corta Brent. La casa blanca, arrebujada, densa, toscamente mistiana, parece esca-
pero interesante producción arquitectónica, coincidimos pues cuando se pada de los cuadros del propio pintor. Unas gárgolas arequipeñas asoman,

153. AA. VV. Enrique Camino Brent centenario, Lima, Centro Cultural Ed. Pontificia Universi-
152. Op. cit. MARTUCCELLI, Elio. Arquitectura para una ciudad fragmentada, p. 101. dad Católica del Perú, 2009, p. 20.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

burlescamente, por encima del ventanal. Por el lado de afuera no se adivina mucho más libre, personal y útil de acuerdo a las demandas funcionales
el estudio, porque las ventanas que dan allí son pequeñas” 154. del propietario, el propio artista. Sin embargo uno no deja de reconocer la
Debemos sin embargo reconocer que en esta interesante composi- calidez de los espacios, el adecuado manejo de las escalas y la utilización
ción arequipeñista, el pintor muchas veces le gana al arquitecto, existien- de materiales naturales (piedra en los pisos, madera en cubiertas, etc.)
do una preocupación mucho más intensa por la forma y la imagen que que le confieren a los ambientes una calidez comparable a la que propor-
por la correspondencia de los elementos utilizados con el espacio o con ciona la arquitectura vernácula de cualquier época.
el sistema estructural necesario para sustentar este edificio del siglo XX, Mención aparte merece el mobiliario con el cual se complementa la
aproximándose de alguna manera con los principios que años más tarde espacialidad que encierra la edilicia. Este es muchas veces de origen an-
enarbolarán los defensores de la posmodernidad. tiguo, restaurado por el propio artista, así, puede apreciarse en algunas
Pero como ya hemos sugerido no todo el edificio responderá al reper- fotografías históricas de la casa la utilización de tornillos de madera de
torio colonial arequipeño. La composición al interior de los ambientes es una antigua prensa de uva usados esta vez como columnas cortas, o vie-
jos cepos por donde los presos metían las manos, resultando también hoy
154. MORE, Ernesto. “Enrique Camino Brent”, en AA.VV. Enrique Camino Brent centenario, en día controversial la utilización de una puerta que originalmente estuvo
Lima, Centro Cultural Ed. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009, p. 75. ubicada en una sacristía, dando la excusa que el pintor la “rescató” en
Cajamarca antes de que esta se convirtiera en leña 155.
Camino Brent, en este y en otros proyectos arquitectónicos en los
que puntualmente participó, mostró una vía alterna en cuanto a la utili-
zación de referencias históricas para lograr una arquitectura contempo-
ránea auténtica, mucho más emparentada con las búsquedas de Augusto
Benavides en sus casas campestres que con los arquitectos reconocidos
dentro del movimiento neocolonial en el Perú, demostrando que no hay
una sin muchas alternativas de hacer uso de la historia.

5.4. El tardo arequipeñismo en la segunda mitad del siglo


XX
Sin el ánimo de salirnos del ámbito de estudio que acotamos desde un pri-
mer momento, pero con la intención de aclarar que la estrategia de tomar
la arquitectura regional como germen para hacer arquitectura contempo-
Los ambientes interiores de la ránea no terminó para Arequipa en la primera mitad del siglo XX, sino que
casa-taller recogerán la calidez
de la arquitectura vernácula del bajo distintos conceptos y modalidades se prolongó mucho tiempo más y
interior del país, tanto por el tiene todavía algún grado de vigencia.
tratamiento de los materiales y las
características de los espacios, como
En primer lugar podemos hablar de la continuidad de un neocolonial
por el mobiliario complementario, por mucho tiempo más que en la mayoría de ciudades americanas, pues
mucho de él procedente de antiguas luego de la efervescencia de los edificios emblemáticos del año 40, el es-
construcciones.
Fotos: Vistas interiores de la casa-taller tilo neocolonial se difundirá hacia la arquitectura residencial, existiendo
de Camino Brent. Publicadas en la muchas variedades de casas neocoloniales en los barrios residenciales que
entrevista realizada por Ernesto More al
artista en el año de 1958. 155. Ibídem, p. 75.

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Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

dad y morfología que los nuevos materiales permitían con las referencias
históricas peruanas.
Durante los años sesenta y setenta arquitectos arequipeños y de la
capital formados en la UNI bajo los postulados que la agrupación “Espa-
cio” impuso en la única escuela que impartía la enseñanza arquitectónica
en el Perú consolidarán el modernismo que se había iniciado tímidamente
en algunas obras anteriores como la nueva sede del Club Internacional de
Arequipa. Esta vez, tras los terremotos de los años 58 y 60 se planteará
una radical renovación urbana e el centro histórico de Arequipa impregna-
da de los principios mo-
dernos y se construirá
Diferentes sedes de organismo públicos así como entidades bancarias privadas la edilicia de los nuevos
adoptarán el estilo neocolonial en el centro histórico de la ciudad, utilizando también distritos también bajo
para el acabado de las fachadas el material histórico de Arequipa, el sillar.
estos parámetros. Hay
Fotos: Banco de Crédito del Perú, e Interbank, sedes bancarias ubicadas en el
centro histórico de Arequipa. Gonzalo Ríos. que reconocer sin em-
bargo, que algunos ar-
se iban paulatinamente consolidando, como es el caso del ya mencionado quitectos sensibles con
Selva Alegre, o en otros como el IV Centenario, Vallecito, etc. Pero a la la arquitectura histórica
par de estas edificaciones que aumentaban cualitativamente las opciones dentro de la cual habían
neocoloniales, instituciones privadas también renovarán sus sedes bajo crecido no dudarán en
este estilo, destacando los edificios del Banco Internacional del Perú (hoy incluir dentro de sus mo-
Interbank) o del Banco dernas propuestas espa-
de Crédito del Perú, ex cialidades y materiales
Banco Italiano. propios de la ciudad tra-
En los años cin- dicional. Así podemos
cuenta el neocolonial ver algunas obras de
arequipeño se manten- esa época del arquitecto
drá en el ámbito resi- Gonzalo Olivares Rey de
dencial, y también en Castro, como las gale-
obras religiosas como rías “Gamesa” en donde
fue el caso de la Iglesia hay referencias más que
del Pilar, obra del arqui- explícitas a patios are-
tecto Enrique Seoane quipeños así como usos
Ros, aportando en esta contemporáneos del ma-
obra la particular visión terial histórico, el sillar.
de este buen arquitecto En los años poste-
que no escatimaba en riores, ya consolidada la
combinar la espaciali- Facultad de Arquitectura

222 223
Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

El edificio de la Mutual Arequipa (hoy agencia central de la SUNAT en


Arequipa) será un ícono de la modernidad en el centro histórico, recurriendo
los arquitectos para su inserción el buscar una morfología y una espacialidad
compatible con el entorno circundante.
Foto: Edificio en esquina proyectado por los arquitectos Edgardo Ramírez,
Álvaro Pastor y José Carpio. Foto Gonzalo Ríos.

de la Universidad Nacional de San Agustín, lo cual permitió la congrega-


ción de un cuerpo docente local, así como jóvenes recién egresados, se
hicieron algunas obras representativas en donde la arquitectura colonial
arequipeña volvía a servir como referente. Seguramente la más destaca-
ble de la época fue la sede central de la Mutual Arequipa ubicada en un
privilegiado lote del centro histórico de la ciudad (hoy local de la SUNAT)
en donde los arquitectos Álvaro Pastor, Edgardo Ramírez y José Carpio
propondrán una volumetría exterior moderna con u intenso uso del vi- Fotos interiores y exteriores de los edificios “Posada del Puente y “Pinar del Río”,
íconos de la arquitectura arequipeña de las últimas décadas del siglo XX en donde
drio pero con ciertos elementos rítmicos a manera de contrafuertes de las búsquedas morfológicas y espaciales en la arquitectura colonial de la ciudad son
los edificios coloniales. Al interior hay un amplio espacio central logrado a más que evidentes.
Fotos: Hotel “La Posada del Puente” y complejo Multifamiliar “El Pinar del Río”.
través de estructuras de cubiertas encasetonadas que podrían recordar a Proyecto y fotos del arquitecto Álvaro Pastor Cavagneri.
la estructura compositiva espacial de alguna casona o claustro.
En la década de los ochenta, son destacables las obras de Álvaro Pas- Casi coetánea a estas obras (inicio de los años 90) está la vivienda
tor en esa línea de rescatar elementos formales de la arquitectura histó- diseñada para él mismo del arquitecto Rafael Zeballos, quien va a hacer
rica de Arequipa para insertarlos en sus edificios contemporáneos, como uso de bóvedas, gruesos muros de sillar tipo cajón y una volumetría que
fueron los casos del Hotel “La Posada del Puente” y del Multifamiliar se despliega en torno a un espacio central, para lograr una de las mejores
“El Pinar del Río”, los cuales se convertirán en un referente regional de obras contemporáneas haciendo uso de referentes locales del pasado156.
una arquitectura que quizá sin proponérselo le abrió la puerta a la posmo- 156.Ver “Modernidad Lonca” en revista ARQCA N° 2, Ed. Programa Profesional de Arquitec-
dernidad. tura, Universidad Católica de Santa María, Arequipa, diciembre, 2011.

224 225
Capítulo 5
La arquitectura colonial arequipeña en la producción historicista peruana

No solo en lo morfológico y
espacial, sino abrevando de
las técnicas constructivas
pasadas el arquitecto Rafael
Zeballos diseña su casa en uno
de los mejores ejemplos de
arquitectura contemporánea de
raigambre histórica arequipeña.
Fotos: Vistas interiores y
exteriores de la casa de Rafael
Zeballos. Fotos cortesía de la
revista ARQCA.

Además de estas obras citadas que pueden ser calificadas como em-
blemáticas, con mayor o menor grado de reflexión muchas viviendas de
estas décadas recurrirán a la utilización de un repertorio formal arequipe-
ño, la mayoría de veces epidérmico, poco meditado y hasta algunas veces
hasta inventado, sin embargo, el estatus de prestigio y de identificación
con esta arquitectura histórica nunca desapareció ni del imaginario de los
usuarios ni de las estrategias de los proyectistas.

226 227
Epílogo

Epílogo

El presente texto se ha centrado en analizar un periodo concreto de


la arquitectura americana sucedido en la primera mitad del siglo XX, sin
embargo los intentos por expresar identidad a través de la arquitectura
son propios de todo tiempo y lugar. Hoy en día, sin embargo los temas
identitarios o de representación nacional a través de edificios ha sido rele-
gado de cualquier discurso arquitectónico contemporáneo, pues las mo-
das pasajeras o las imágenes impactantes que son bombardeadas insacia-
blemente desde los fríos espacios virtuales, parecen acaparar casi toda la
atención de un público satisfecho y cómodamente ubicado dentro de los
parámetros que el mundo globalizado impone.
A partir del reconocimiento de este contexto, debo decir que no ha
sido fácil abordar una temática que vuelve a traer precisamente un tema
más que cuestionado: la pertinencia de la arquitectura contemporánea
para representar a un país, y peor aún recurrir a una revisión de la historia
de la arquitectura propia como medio para lograrlo.
Pero al margen de esa frivolidad con que en los últimos años se
abordan los temas arquitectónicos y de los casi inexistentes espacios de
reflexión que los propios arquitectos nos hemos esforzado por anular,
existe una fundada reticencia en cuanto a la utilización de referentes his-
tóricos explícitos para imponerlos a construcciones contemporáneas, ya
que la banalización de los mismos, alentada por una posmodernidad que
fue transgrediendo sus iniciales principios, de lograr una arquitectura de
mayor sintonía con los eventuales usuarios, ha contribuido al desprestigio
de lo histórico en favor de una mejor producción arquitectónica.
Pero uno de los principales aportes que este libro puede revelar, es
que no hay una, sino muchas maneras de incluir lo histórico en una obra
arquitectónica que se pretenda trascendental, bien sea desde lo concep-
tual o desde lo eminentemente fáctico.
Así, hemos podido comprobar cómo es que desde las primeras déca-
das del siglo XX, la arquitectura arequipeña edificada en época colonial va
a ser de interés tanto para las élites intelectuales, peruanas y argentinas,
que pretendía hacer una construcción teórica en donde la herencia ameri-
cana marcase el derrotero por el cual enrumbarnos en los próximos años,
como también para los profesionales que encontraron en el neocolonial
arequipeño el estilo políticamente correcto para insertarse en un contex-

229
Bibliografía

to satisfecho con estas epidérmicas referencias y de paso asegurar un im-


portante número de encargos.
Bibliografía
Sea de una u otra forma la historia estaba allí, y adelantándose a las
corrientes conservacionistas del patrimonio que vendrían en los años pos- Libros
teriores, a través de este historicismo arquitectónico local, se empezó a 1. AMARAL, Aracy (coord.). Arquitectura neocolonial: América Latina, Cari-
valorar tanto a los edificios prehispánicos como a los coloniales, ya no be, Estados Unidos, Sao Paulo, Fondo de Cultura Económica, 1994.
solamente desde su aspecto utilitario, sino desde las enseñanzas que su
2. BONICATO, Cristina. “La materialización de una imagen nacional: Ricar-
propia existencia y mantenimiento temporal eran capaces de dar. do Rojas en la arquitectura Argentina”, en Boletín de Estética del cen-
Así, tanto para rechazar estas posiciones o para alinearse con ellas, el tro de Investigaciones Filosóficas, Programa de Estudios en Filosofía del
debate en torno a la arquitectura y su rol, no solamente funcional, en las Arte, Año VI Nº 15, Diciembre 2010-marzo 2011.
diferentes sociedades americanas, estaba presente, no siendo exclusivo
3. BORTHAGARAY, Juan Manuel. (Comp.) Habitar Buenos Aires; las manza-
del ámbito de los profesionales del arte y de la arquitectura, sino también
nas, los lotes y las casas, Buenos Aires, Ed. SCA y CPAU, 2011.
de una sociedad atenta a sus edificios emblemáticos y al desarrollo de su
4. BUSCHIAZZO, Mario. Estudios de arquitectura colonial hispano america-
ciudad, que era constantemente informada a través de los diferentes me-
na, Buenos Aires, Ed. Guillermo Kraft 1944.
dios de comunicación de la época.
La arquitectura y los arquitectos poseían un prestigio que lamenta- 5. FLETCHER, Banister. Historia de la arquitectura por el método compara-
blemente hoy carecen. Esa banalización de los edificios y de la profesión do, Barcelona, Ed. Canosa, 1928 (2 tomos).
han hecho olvidar esenciales y milenarios roles de la arquitectura que te- 6. GISBERT, Teresa; DE MESA, Juan. Arquitectura andina, historia y análi-
nían que estar presentes para que una obra arquitectónica sea considera- sis, La Paz, Ed. Colección Arsanz y Vela Embajada de España en Bolivia,
da como tal, reconociendo hoy en día en los edificios aspectos eminente 1985.
funcionales, técnicos, económicos, etc. y desconociendo u olvidando la 7. GUIDO, Ángel. Fusión hispano-indígena en la arquitectura colonial, Rosa-
interacción de un edificio con la cultura, la mente y hasta con el espíritu rio, Ed. Casa del Libro, 1925.
de un pueblo. 8. GUIDO, Ángel. Orientación espiritual de la arquitectura en América, Bue-
Este libro, además de sus pretensiones históricas, que son las más nos Aires, Ed. La Tierra, 1927.
evidentes, intenta ser una llamada a los jóvenes profesionales y los estu- 9. GUTIÉRREZ PINTO, Darcy. Gustave Eiffel en el Perú, 1870-1890, Lima, Ed.
diantes de arquitectura para reposicionar a la arquitectura al lugar que le Universidad Nacional de Ingeniería, Instituto de Investigación FAUA,
corresponde y del que nunca debió salir, y a hacer uso de la historia de 2013.
una manera consecuente con los tiempos, extrayendo de ella sus mejores
10. GUTIÉRREZ, Ramón. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica, Madrid,
enseñanzas dentro de las cuales seguramente está la verdad y la lógica
Ed. Cátedra, 2004.
representación de una sociedad que habita el espacio de una determinada
11. GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución histórica urbana de Arequipa 1540-1990,
manera y sabe perfectamente quien es y no duda en manifestarlo en sus
Lima, Ed. Epígrafe, 1990.
construcciones.
Así pues, en este intento de abordar desde otra óptica a la arquitec- 12. GUTIÉRREZ, Ramón. Héctor Velarde, Lima, Ed. Epígrafe, 2002.
tura colonial arequipeña, pretendo también esbozar algunas líneas alter- 13. GUTIÉRREZ, Ramón y GUTMAN, Margarita. El arquitecto Martín Noel. Su
nativas de investigación en donde lo teórico y lo práctico puedan ir de la tiempo y su obra, Sevilla, Ed. Junta de Andalucía. Conserjería de Cultura,
mano, y en donde la arquitectura histórica, ya no desde su epidermis sino 1995.
desde toda su complejidad, pueda brindarnos renovadas enseñanzas para 14. HART-TERRÉ, Emilio. Por una arquitectura contemporánea que sea nues-
propiciar un hábitat que satisfaga a la persona humana en su integridad. tra, Lima, Ed. Etinsa, 1947.

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