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de investigación
Francesco Casetti
y Federico di Chio

Instrumentos, métodos y práctica


ANÁLISIS DE LA TELEVISION
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Título original: Analisi della televisione


Publicado en italiano, en 1997 por Bompiani, Milán
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Traducción de Charo Lacalle Zalduendo

Cubierta de Julio Vivas

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© 1999 de la traducción, Charo Lacalle Zalduendo
© 1999 de todas las ediciones en castellano
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Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAICF,
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9. Etnografías del consumo


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Las investigaciones que se conocen como «etnografías»


se caracterizan porque estudian los fenómenos de consumo
en su contexto natural y utilizan instrumentos como la ob-
servación participante, el registro de comportamientos y de
diálogos, las entrevistas en profundidad, etc.1
El enfoque etnográfico del consumo televisivo intenta
captar lo específico de cada acto de recepción, restituyéndo-
le la variedad de connotaciones que lo acompañan.2 La prin-
cipal preocupación de las etnografías no reside en facilitar
un cuadro complejo de los modos en que se usa la televi-
sión, ni tampoco en elaborar reglas generales,3 sino en exa-
minar en detalle cómo se desarrolla cada acto de recepción,
cómo evoluciona, cómo se caracteriza respecto a las dife-
rentes situaciones sociales que lo albergan, etc. Al respecto,
se puede decir que el método etnográfico implica el pasaje
de un nivel de análisis macro-sociológico, que lee e inter-
preta el consumo televisivo en el contexto de fenómenos
sociales más amplios (pensemos, por ejemplo, en las inves-
tigaciones sobre estilos de vida), a un nivel microsociológi-
co, que estudia las manifestaciones específicas de la recep-
ción.
Para poder determinar mejor las características de la et-
nografía, vamos a partir de las aportación de dos importan-
tes exponentes de esta metodología de investigación: David
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Morley y Roger Silverstone.4 Ambos autores identifican tres bergan la recepción.5 Dichos escenarios locales forman parte
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rasgos distintivos de las etnografías del consumo: de estructuras sociales más amplias (el macrocontexto), con
las cuales se relacionan. Ahora bien, hay que señalar que las
1. la atención al contexto; etnografías del consumo se mueven casi siempre a nivel de
2. el uso de instrumentos cualitativos de investigación; microcontextos y tienden a descuidar las referencias a los ma-
3. el uso de diferentes fuentes de datos (es decir, una activi- crocontextos sociales. Además, el hogar ha sido el escenario
dad triangular). de la recepción en el que se ha centrado casi exclusivamente
este tipo de investigación, pues, a pesar de la progresiva indi-
Además de definir sintéticamente el enfoque etnográfi- vidualización del consumo, la familia sigue siendo, de hecho,
co, las citadas características constituyen indicios que nos el contexto natural de la recepción televisiva.
permiten analizar con más detalle la potencialidad (y los lí- Se han dado diferentes definiciones del hogar en cuanto
mites) derivados de la aplicación de este método al estudio «lugar de consumo». David Morley, por ejemplo, describe a
del consumo televisivo. Se trata de un método que cada vez la familia, al menos en sus primeros trabajos, como una es-
se ha ido difundiendo más, a partir de los años ochenta, has- tructura esencialmente jerárquica. El bread winner, es decir,
ta convertirse en uno de los campos de investigación más el cabeza de familia, constituye el centro de todas las rela-
prometedores. ciones. Provee el sustento familiar, papel que le autoriza a
controlar las relaciones con el mundo exterior (en primer lu-
gar, con el sistema económico y productivo, pero también
9.1. Estudio de la audiencia en su contexto natural con las instituciones políticas, religiosas, etc.). Su cónyuge
y su sus hijos (si los tiene) están sometidos a sus decisiones
La atención por el contexto es el primer elemento que y el margen de discusión y de negociación de que disponen
caracteriza al método etnográfico. Como ya hemos dicho, la es más bien reducido.6
etnografía parte de la premisa de que toda interacción (y, por De los trabajos de James Lull emerge una imagen de la
tanto, también el consumo televisivo) se desarrolla a partir famila diferente. Lull entiende que el elemento que define a
de sus propias leyes, definidas en función de la conforma- la familia es su predisposición a comunicar (formar parte
ción espacial del escenario, de la duración de la interacción, del juego, confrontarse, intercambiar roles) de sus miem-
del grado de disponibilidad y de la competencia interactiva bros. Desde esta perspectiva, Lull distingue dos tipos de fa-
de sus miembros... Es decir, del contexto en el que se produ- milia: las familias con una marcada predisposición al diálo-
ce la interacción. Todo cambio del contexto, incluso míni- go y con una distribución de roles más flexible (concept
mo, revierte en las interacciones, cuya forma modifica y cu- oriented) y las familias cuyos componentes están menos
yos efectos altera. De todos modos, hay que explicar esta acostumbrados a comunicar entre sí y presentan una estruc-
atención que se dedica al contexto. tura jerárquica más rígida (social oriented).7
Moores define el contexto como un conjunto de «micro- En una reciente investigación etnográfica, coordinada
escenarios cotidianos», es decir, de ambientes físicos (la casa) por uno de los autores de este libro, se parte de una idea de
y de relación (la familia, los amigos...), que generalmente al- familia aún más compleja. En este caso la familia se confi-
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gura, a la vez, como un sistema jerárquico, un cruce de redes las personas estudiadas, abiertamente en su papel de investi-
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de comunicación y de relaciones y, sobre todo, un lugar gador o encubierto bajo otros roles, para observar lo que su-
donde se configuran diferentes marcos, es decir, diferentes cede e interrogar a las personas durante un largo período de
sistemas de expectativas y de conocimientos, en base a los tiempo».10
cuales se interpreta la realidad circunstante y se actúa sobre La «observación participante» es la técnica que más se
ella (por ejemplo, si el padre se siente sobre todo «padre» utiliza en las investigaciones etnográficas y prevé la presen-
usa la televisión para relacionarse con sus hijos; si por el cia del investigador en el contexto de recepción, así como su
contrario se siente «espectador» la usa para sí mismo y reac- implicación parcial en las actividades de relación que acom-
ciona directamente tan sólo ante lo que se transmite).8 pañan al consumo. El objetivo manifiesto de la observación
Es importante tener en cuenta que un modo tan variable es captar la realidad «en directo», eliminando todas aquellas
de entender el contexto condiciona luego la interpretación y mediaciones que podrían contaminar los datos. Pero, en rea-
la explicación del consumo. De hecho, las reglas que pare- lidad, la presencia del observador en el contexto de análisis
cen gobernar y estructurar el contexto en cada circunstancia constituye un importante factor de molestia que, como sos-
se utilizan como referencias para dar sentido a los aconteci- tienen algunos investigadores, inhibe a los individuos hasta
mientos y acciones observadas. Sólo por poner un ejemplo, el punto de comprometer irremediablemente la espontanei-
la importancia asignada a la configuración del núcleo y, es- dad de su comportamiento y, por tanto, la significación de
pecialmente a las relaciones entre el cabeza de familia y su los datos recogidos.
cónyuge induce a Morley a teorizar sobre la existencia de El quid de la cuestión reside en determinar si la presen-
dos tipologías de recepción, una que pertenecería al cabeza cia del observador modifica el comportamiento de los indi-
de familia (llamada «visión masculina») y otra relativa a su viduos y en qué medida. Sin lugar a dudas, hay un margen
cónyuge (llamada «visión femenina»). de deformación que no se puede eliminar de los datos reco-
gidos mediante observación, pero la etnografía también su-
giere una serie de correcciones que permiten controlar la en-
9.2. Observación participante tidad de las alteraciones y, de ese modo, ofrecer garantías
y los otros tipos de instrumentos sobre sus resultados.
El manual del buen observador prevé, en primer lugar,
El segundo aspecto que caracteriza la etnografía del con- los límites del período que dure la observación. En la etno-
sumo es el uso de instrumentos cualitativos, sobre todo de la grafía del consumo televisivo, el tiempo de observación os-
observación participante.9 cila entre 3 y 7 días.11 En general, se puede decir que cuanto
mayor sea el tiempo de permanencia en el grupo, tantas más
probabilidades habrá de que el observador no sea percibido
9.2.1 Observación participante como una presencia extraña y de que se restablezcan las ha-
bituales actividades de interacción. Por otro lado, prologar
«Se conoce como observación participante aquel método en exceso la observación produce consecuencias compara-
que lleva al observador a participar en la vida cotidiana de bles a las de una observación demasiado rápida. En este
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caso, la presencia de un miembro nuevo propiamente dicho, Por último, hay que señalar que el éxito de la observa-
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agregado al grupo, se convierte en un factor molesto. ción depende, en buena parte, de la habilidad del investiga-
La segunda observación se refiere al modo de presentar- dor. No se trata de atenerse a determinadas reglas, ni de apli-
se el observador y a las estrategias para acceder al hogar. car esquemas definidos. Cada observación sigue su propio
El observador es una especie de adepto, un iniciado que ha camino y la capacidad del investigador reside en adaptarse a
de conquistar la confianza del grupo en el que quiere en- las peculiaridades de cualquier situación.
trar. Por ello, la fase de ingreso es fundamental, pues du- La recogida de datos se realiza mediante apuntes o, con
rante ese primer contacto el observador negocia los térmi- más frecuencia, grabando las conversaciones o las interaccio-
nos de su presencia y toma nota de la disposición de los nes estudiadas, además de contar con la memoria del obser-
miembros del grupo a colaborar. Para facilitar esta fase, se vador. En el área de las etnografías del consumo televisivo, el
recurre a diferentes estrategias. Por ejemplo, el primer con- uso de tecnologías de grabación en vídeo es, en realidad, algo
tacto con la familia se suele realizar a través de un media- muy poco difundido. Desde el momento en que la recogida
dor, es decir, de una persona que los miembros del grupo de datos se realiza en contextos «naturales» de recepción,
conocen y estiman (representantes de asociaciones, de cír- como el espacio del hogar, realizar instalaciones para grabar
culos recreativos, exponentes de la escuela o de la parro- resulta más bien difícil y puede modificar el escenario de la
quia, etc.) y el ingreso del observador en el espacio del ho- recepción y, por tanto, las formas de consumo.13
gar se acompaña con un regalo (un ramo de flores, una La investigación de James Lull sobre los modos de re-
buena compra, etc.).12 cepción y los usos sociales del medio televisivo en el am-
También es importante que el investigador mantenga los biente del hogar constituye, probablemente, el ejemplo más
acuerdos establecidos en la fase de ingreso durante todo el emblemático de etnografía del consumo realizada mediante
curso de la observación, pues infringir las reglas fijadas du- observación participante.14
rante el primer encuentro puede producir una reacción de re- Entre 1987 y 1990, un equipo de investigación dirigido
chazo por parte de la familia, comprometiendo, de ese por Lull analizó el consumo televisivo de unos 300 núcleos
modo, los resultados de la observación. familiares residentes en Wisconsin y en California, pertene-
Explicar los motivos de la investigación también requie- cientes a diferentes clases sociales (obreros, agricultores,
re una cierta cautela, pero sobre este punto no hay acuerdo empleados...). La recogida de datos se realizó mediante ob-
pleno. Por un lado, hay quien sugiere que no se revelen los servación participante de la familia y de su recepción, du-
objetivos reales de la investigación, de modo que se obten- rante un período comprendido entre 3 y 7 días.15 En dicho
ga una mayor garantía de la objetividad de los resultados. intervalo de tiempo, el observador recogía informaciones
Por otro lado, están quienes consideran incorrecto ocultar sobre la familia, su historia, sus costumbres y tradiciones,
la finalidad de la investigación, sobre todo frente a la con- sus rituales de comunicación, su tiempo y sus formas de
fianza y la apertura que se solicita a la familia al comienzo. utilizar el medio televisivo. La observación iba acompaña-
Una posible alternativa sería poner en claro los objetos de da de entrevistas en profundidad a los miembros de la fami-
la investigación, prolongando a la vez el tiempo de observa- lia, con el fin de ahondar en los datos recogidos o garanti-
ción. zar su validez.
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El análisis de los resultados permite a Lull interpretar de 9.2.2. La entrevista en profundidad


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nuevo el consumo televisivo, entendido como un conjunto


de actividades o de funciones ligadas, de modo muy estre- Al afrontar el área del análisis de las motivaciones del
cho, al perfil de las relaciones y de la comunicación de la fa- consumo ya hemos podido definir y explicar cómo se reali-
milia. Dichas funciones se pueden remitir a dos principales za una entrevista en profundidad. Aquí basta, pues, con po-
tipologías: los usos estructurales de la televisión, cuando el ner un ejemplo de cómo se aplica la entrevista en profundi-
medio televisivo se utiliza como rumor de fondo o para es- dad al estudio etnográfico del consumo televisivo. La
tructurar la temporalidad doméstica y volver a configurar la aportación de David Morley es particularmente significati-
distribución espacial de la casa, y los usos de relación del va.16 En Family Televisión,17 Morley expone los resultados
medio televisivo, cuando, por el contrario, la televisión se de una investigación sobre el consumo televisivo en el ho-
implica en las interacciones entre los miembros del hogar y gar, realizada en 1986. La investigación parte de una serie
se utiliza como un recurso comunicativo, como un instru- de entrevistas sobre motivaciones, efectuadas a partir de
mento para hablar, aprender, reforzar o debilitar la estructu- una muestra de 18 familias pertenecientes a la clase obrera,
ra de la familia y su sistema de valores. de raza blanca y residentes en el área urbana del sur de
Lull sostiene, además, que las familias utilizan de modo Londres. Las entrevistas se realizaron directamente en casa
diferente la televisión, dependiendo de su predisposición a de esas familias, se entrevistaron primero los padres y des-
comunicar (es decir, a formar parte del juego, confrontarse o pués los hijos, y giraban alrededor de los siguientes temas
intercambiar roles) de sus miembros. Las familias concept clave:
oriented, que manifiestan una marcada predisposición al
diálogo y una distribución más flexible de los roles, tienden a) distribución del poder en la familia y modos de elegir los
a utilizar el medio televisivo como una ocasión de encuen- programas televisivos;
tro, de confrontación y de debate; como un modo de poner b) formas de recepción;
en acción las reglas y los valores y como un medio de socia- c) entidad de las exposiciones al medio televisivo;
lización. Por el contrario, las familias social oriented, cuyos d) tipos de discurso que promueve la televisión;
componentes están menos acostumbrados a comunicarse e) posible presencia de sentimientos de culpa ligados a la
entre sí y que presentan una estructura jerárquica más rígi- recepción del medio televisivo;
da, utilizan la televisión para reforzar las disposiciones ya f) canales, géneros y programas preferidos;
existentes, como una vía de escape para evitar el diálogo; g) uso de vídeos o de otros soportes visuales.
una válvula de desahogo de tensiones y conflictos.
Junto a la observación participante, que sigue siendo el Cada entrevista solía durar unas dos horas y se grababa y
principal instrumento de las etnografías, se sitúan otros mé- transcribía completamente.
todos de recogida de datos, como la entrevista en profundi- La investigación de Morley identificaba dos estilos
dad y las historias vitales. principales de ver la televisión: uno llamado «masculino»,
que pertenece al bread winner, es decir, al cabeza de fami-
lia, y el otro llamado femenino, que es típico de su cónyu-
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228 ANÁLISIS DE LA TELEVISIÓN ETNOGRAFIAS DEL CONSUMO 229

ge. Ambos estilos de ver la televisión se distinguen en base 9.2.3. Historias vitales
a la percepción del consumo, al tipo de negociación que se
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lleva a cabo, a su amplitud y su distribución en el tiempo, al Las historias vitales son entrevistas particulares, en las
tipo de producto elegido y a los discursos sociales que pro- que se pide a un individuo que cuente su propia existencia.18
mueve. Se utilizan en el ámbito de las etnografías del consumo con
El estilo de vida masculino se caracteriza por una impli- diferentes finalidades: determinar qué lugar ocupa la televi-
cación emotiva intensa; su consumo es lúdico, atento y se sión en la vida del individuo, qué importancia se le asigna,
disfruta plenamente. No hay negociación, pues el cabeza de qué relación hay entre el consumo y otras actividades socia-
familia detenta, en efecto, una indiscutible preferencia en la les (micro y macro) en las que el sujeto se encuentra impli-
elección de los programas. El tiempo en que él ve la televi- cado. Pero también se utilizan para determinar cómo han ido
sión comprende y se concentra, generalmente, en determi- cambiando con el tiempo sus modos de ver la televisión y
nadas franjas horarias (preferentemente nocturnas). Sus comprobar si dichos cambios se relacionan, y de qué modo
géneros predilectos son la información, el deporte, la actua- se relacionan, con transformaciones más amplias del con-
lidad, etc., es decir, los llamados géneros de acontecimien- texto social (familiar, laboral, etc.) donde se inserta el indi-
tos. La televisión no suele constituir objeto de discusiones, viduo. En este sentido, los datos que facilitan las historias
excepto cuando emite noticias relacionadas con aconteci- vitales son diferentes de los datos procedentes de la obser-
mientos deportivos. vación participante y de las entrevistas en profundidad.
El estilo de visión femenino es, por el contrario, distra- En primer lugar, las historias vitales permiten abordar el
ído y discontinuo. La recepción se superpone a otras acti- fenómeno de modo diacrónico o «histórico», frente a una re-
vidades y se vive como un tiempo «robado», que no es construcción del consumo muy detallada pero que no es ca-
completamente lícito. También en este caso se produce una paz de distanciarse del presente. En segundo lugar explican,
cierta renuncia a favor de las decisiones del cabeza de fa- a la vez, las dimensiones micro y macro, supliendo lo que
milia. La visión está más diluida en el tiempo, pero, como hemos definido como un límite de muchas aplicaciones de
hemos dicho, se vive menos intensamente. Se eligen nor- las etnografías del consumo. Finalmente, y como conse-
malmente programas de ficción y la televisión se sitúa, ge- cuencia de todo cuanto se ha dicho, enriquecen el enfoque
neralmente, en el centro de las discusiones sociales. etnográfico con una capacidad de previsión que no llegan a
Las hipótesis de Morley sobre las características del con- conferirle ni la observación participante ni las entrevistas.
texto familiar (la estructura jerárquica rígida), así como la A pesar de las ventajas que se podrían derivar de un uso
peculiaridad de la muestra analizada, pesan en las conclu- sistemático del enfoque biográfico en las etnografías del
siones de la investigación, porque, de todos modos, los re- consumo, aún son pocas las investigaciones que utilizan his-
sultados de ésta o de otras investigaciones etnográficas no se torias vitales.
pueden generalizar fácilmente. La investigación de Ann Gray sobre el uso del vídeo
constituye un ejemplo que se cita con frecuencia.19 Gray
continúa el trabajo sobre el consumo televisivo en los hoga-
res emprendido por Morley, intentando centrarse en la rela-
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230 ANÁLISIS DE LA TELEVISIÓN ETNOGRAFÍAS DEL CONSUMO 231

ción entre las mujeres y la tecnología. Para ello utiliza una La adopción de diferentes técnicas de observación en el
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muestra de 30 mujeres, de diferente origen social y residen- estudio etnográfico del consumo televisivo deriva de la difi-
tes en la región de Yorkshire.20 Les pide que le cuenten su cultad de localizar en el contexto todas las informaciones re-
vida y que le expliquen su relación con las tecnologías que lativas al objeto de análisis. Además del problema que re-
transmiten imágenes. De este modo, consigue recoger una presenta acceder a los lugares destinados a la recepción (lo
serie de informaciones relativas tanto a los diferentes usos que se pone de relieve sobre todo en las investigaciones so-
del medio como al contexto de la recepción. Respecto a los bre el consumo familiar), se plantea el problema de identifi-
datos de la observación participante, las historias vitales car y localizar los elementos pertinentes y útiles a los fines
permiten saber no sólo cómo se configuran el consumo y el de la investigación,22 a partir de los diferentes elementos que
contexto, sino cómo los percibe y los comprende concreta- integran el contexto.
mente el sujeto de la recepción. Sin embargo, es preciso señalar que aunque se crea que la
Una investigación realizada por uno de los dos autores del utilización cruzada de diferentes enfoques representa la me-
libro, junto con Mariagrazia Fanchi, sobre las mutaciones de jor solución a muchas cuestiones metodológicas y epistemo-
las funciones sociales que producen los aparatos de comuni- lógicas que condicionan la etnografía del consumo, aún hay
cación de masas, constituye otro ejemplo reciente de cómo se más bien pocas las investigaciones de campo que prevean un
utilizan las historias vitales en el estudio de los medios.21 uso integrado de diferentes instrumentos de investigación. El
Comparando los relatos biográficos de dos generaciones (la trabajo de James Lull sobre los usos sociales de la televisión
primera representada por personas nacidas entre 1935 y 1940 constituye un ejemplo al que ya hemos tenido ocasión de re-
y la segunda por personas nacidas entre 1975 y 1980), la in- mitirnos. La investigación sobre el consumo televisivo y de
vestigación diseña el mapa de las funciones asignadas a los medios de las familias italianas,21 realizada por uno de los au-
medios en dos períodos cruciales de su historia: los años cin- tores de este libro, constituye otro ejemplo reciente, y en cier-
cuenta, caracterizados por el nacimiento de la televisión, y los to modo, más emblemático. Dicha investigación se basa en
años noventa, que marcan la llegada de los nuevos medios. una estructura metodológica bastante articulada, donde con-
En este caso, además de hacer posible que se conozcan la vergen la observación participante de 32 familias residentes
percepción y las expectativas maduradas por los sujetos res- en cuatro ciudades italianas (Milán, Rímini, Brindisi y Poz-
pecto a los medios, el uso de las historias vitales permite sa- zallo), las entrevistas en profundidad a los componentes de
ber cómo han ido cambiando los modos de recepción con el los hogares y los cuestionarios destinados a recoger informa-
paso de los años y, por tanto, recuperar la dimensión históri- ciones más estructuradas, relativas al perfil sociodemográfico
ca del consumo. de la familia y a su exposición general a los medios.
La lectura cruzada de las respuestas obtenidas por cada
uno de estos instrumentos ha permitido, en primer lugar, rela-
9.3. Utilización de diferentes instrumentos cionar los usos del medio televisivo con la historia de la fami-
lia, sus experiencias de consumo precedentes, las relaciones
El último rasgo que caracteriza a la etnografía del consu- entre sus miembros y su disponibilidad a comunicar. Ade-
mo es la utilización integrada de diferentes instrumentos. más, ha permitido explicar la variabilidad del consumo tele-
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visivo implicando, junto con la estructura jerárquica del siste- toda una serie de problemas relacionados con la investiga-
ma comunicativo y las relaciones de la familia, dos esquemas ción práctica específica. Sobre todo, porque gran parte de
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cognitivos y de comportamiento específicos, dos «marcos» las investigaciones que han aplicado, hasta este momento,
diferentes (el «marco» televisivo y el «marco» familiar»), a instrumentos de la etnografía al estudio de los fenómenos de
los que se remiten los miembros de la familia, utilizándolos los medios, tienden a descuidar dos elementos que se consi-
tanto juntos como por separado, cada uno de los cuales con- deran esenciales para entender el consumo televisivo. Di-
tiene una serie de indicaciones sobre cómo realizar el acto de chos instrumentos son, por un lado, la relación, que ya he-
ver la televisión y qué sentido hay que atribuirle. mos mencionado, entre la dimensión microsocial (es decir,
En el marco televisivo, la visión se presenta principal- el contexto de recepción) y la dimensión macrosocial (siste-
mente como una actividad de descodificación, un proceso de ma económico y productivo, situación política, etc.) y, por
construcción de sentido («veo la televisión por la tele- otro lado, el papel del texto en la recepción. Ambos límites
visión»). Por el contrario, en el marco familiar la visión se dependen, en buena medida, del carácter todavía experimen-
cualifica como una actividad social (una de las muchas acti- tal de la investigación, pero las nuevas aportaciones están
vidades que se desarrollan en el espacio del hogar), cuya fi- intentando superarlos bajo el empuje de un vivaz debate
nalidad es poner a disposición de la familia recursos que in- epistemológico.
vertir o que gastar en su propio seno o en sus relaciones con Uno de los autores de este libro ha intentado tener en
el ambiente externo («veo la televisión para actuar en mi fa- cuenta esos dos puntos básicos del enfoque etnográfico (el
milia y en la sociedad»). La variabilidad de las disposiciones macrocontexto y el rol del texto) en dos trabajos recientes
jerárquicas y del perfil de las relaciones de la familia, unida a que ya hemos mencionado: en la investigación sobre el con-
la alternancia de ambos marcos, explica las diferentes expre- sumo televisivo del hogar, donde se ha intentado relacionar
siones que adquiere el consumo familiar, así como los estilos las tipologías textuales con los diferentes modos de recep-
de vida, a veces incluso contradictorios, que produce. ción25 y en la investigación, realizada con Mariagrazia Fan-
La relación entre televisión y dinámicas de relación se chi, sobre las funciones sociales de los medios, desde los
configura, en definitiva, como un circuito complejo. Por un años cincuenta hasta hoy,26 donde se especifica el intento de
lado, el consumo televisivo se ve influido por la fisonomía situar la etnografía del consumo en una perspectiva histórica
cultural y las relaciones del hogar y, por otro lado, el acto de y social más amplia.
ver la televisión constituye un «campo de maniobra», un te-
rreno donde se refuerza o se pone en discusión la red de re-
laciones familiares.24

9.4. Límites y nuevas perspectivas de investigación

Además de los límites de este método (de los que ya he-


mos hablado), la etnografía del consumo presenta también

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