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Un volcán (del nombre del dios mitológico romano Vulcano) es una estructura geológica por

la que emerge el magma que se divide en lava y gases provenientes del interior de la Tierra.
El ascenso del magma ocurre en episodios de actividad violenta denominados erupciones,
que pueden variar en intensidad, duración y frecuencia, desde suaves corrientes de lava hasta
explosiones extremadamente destructivas. En ocasiones, los volcanes adquieren una forma
cónica por la acumulación de material de erupciones anteriores. En la cumbre se encuentra
su cráter o caldera.
Por lo general los volcanes se forman en los límites de las placas tectónicas, aunque existen
los llamados puntos calientes, donde no hay contacto entre placas, como es el caso de
las islas Hawái.
Los volcanes pueden tener muchas formas y despedir distintos materiales. Algunas de las
formas más comunes son el estratovolcán, el cono de escoria, la caldera volcánica y el volcán
en escudo. También existen numerosos volcanes submarinos ubicados a lo largo de
las dorsales oceánicas. Algunos volcanes alcanzan una altitud superior a los 6000 metros
sobre el nivel del mar. El volcán más alto del mundo es el Nevado Ojos del Salado,
en Argentina y Chile, siendo además la segunda cumbre más alta de los hemisferios sur y
occidental (solo superado por el cerro argentino Aconcagua).3
Los volcanes no solo existen en la Tierra, sino también en otros planetas y satélites. Algunos
están formados por materiales considerados fríos y se denominan criovolcanes. En ellos,
el hielo actúa como roca, mientras que el agua fría líquida interna actúa como magma; esto
ocurre en la luna de Júpiter llamada Europa.

Relación entre vulcanismo y las placas tectónicas[editar]


Límites de placa divergentes[editar]
En las crestas oceánicas medias, dos placas tectónicas divergen entre sí a medida que se
forma una nueva corteza oceánica por el enfriamiento y la solidificación de la roca fundida
caliente. Debido a que la corteza es muy delgada en estas crestas debido al tirón de las
placas tectónicas, la liberación de presión conduce a la expansión adiabática (sin
transferencia de calor o materia) y al derretimiento parcial del manto, causando vulcanismo y
creando una nueva corteza oceánica. La mayoría de los límites de placas divergentes se
encuentran en el fondo de los océanos; por lo tanto, la mayor parte de la actividad volcánica
en la Tierra es submarina, formando un nuevo fondo marino. Los fumadores negros (también
conocidos como respiraderos de aguas profundas) son evidencia de este tipo de actividad
volcánica. Donde la cresta oceánica media está sobre el nivel del mar, se forman islas
volcánicas; por ejemplo, Islandia.

Placas convergentes[editar]
Las zonas de subducción son lugares donde chocan dos placas, generalmente una placa
oceánica y una placa continental. En este caso, la placa oceánica se subduce, o se sumerge,
debajo de la placa continental, formando una trinchera oceánica profunda en alta mar. En un
proceso llamado fusión de flujo, el agua liberada de la placa subductora reduce la temperatura
de fusión de la cuña del manto suprayacente, creando así magma. Este magma tiende a ser
extremadamente viscoso debido a su alto contenido de sílice, por lo que a menudo no alcanza
la superficie sino que se enfría y solidifica en profundidad. Cuando llega a la superficie, sin
embargo, se forma un volcán. Ejemplos típicos son el Etna y los volcanes en el Anillo de
Fuego del Pacífico.

Puntos calientes[editar]
Los puntos calientes son áreas volcánicas formadas por plumas de manto, que son columnas
de material caliente que se elevan desde el límite núcleo-manto en un espacio fijo que causa
la fusión de grandes volúmenes. En algunos casos, debido a que las placas tectónicas se
mueven a través de ellas, cada volcán se vuelve inactivo y se forma uno nuevo a medida que
la placa avanza sobre el penacho térmico, como en el caso del archipiélago de Hawái;
también lo ha hecho la llanura del río Snake, con la caldera de Yellowstone como parte de la
placa de América del Norte sobre el punto caliente. Otros ejemplos de vulcanismo asociado a
punto caliente son las islas Canarias, esta vez con un desplazamiento mínimo de la placa
africana, o Islandia, que además coincide con un límite divergente de placas.

Tipos de volcanes según su actividad[editar]


Los volcanes, teniendo en cuenta la frecuencia de sus erupciones, se pueden clasificar en tres
tipos: activos, inactivos (durmientes) o extintos.

Volcanes activos[editar]
Los volcanes activos son aquellos que pueden entrar en actividad eruptiva en cualquier
momento, es decir, que permanecen en estado de latencia. Esto ocurre con la mayoría de los
volcanes, pues ocasionalmente entran en actividad, permaneciendo en reposo la mayor parte
del tiempo. El período de actividad eruptiva puede durar desde una hora hasta varios años,
como fue el caso del volcán de Pacaya y del Irazú. A día de hoy, no se ha descubierto ningún
método seguro para predecir las erupciones.

Volcanes durmientes o inactivos[editar]


Los volcanes durmientes o inactivos son aquellos que mantienen ciertos signos de actividad,
como la presencia de aguas termales, y han entrado en actividad esporádicamente. Dentro de
esta categoría suelen incluirse las fumarolas y los volcanes con largos períodos de inactividad
entre una erupción y otra. Un volcán se considera durmiente si desde hace siglos no ha tenido
una erupción.

Volcanes extintos[editar]
Artículo principal: Volcán extinto

Los volcanes extintos son aquellos cuya última erupción fue registrada hace más de 25 000
años. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que puedan despertar y liberar una
erupción más fuerte que la de un volcán que está activo, causando grandes desastres.
También se les llama extintos cuando han sido alejados de su fuente de magma, perdiendo
poco a poco su actividad, esto sucede únicamente en volcanes de punto caliente, a diferencia
de los volcanes de zonas de subducción.

Tipos de erupciones volcánicas[editar]


Artículo principal: Erupción volcánica

Erupción en el 2011 del volcán Tungurahua, Ecuador.


La temperatura, composición, viscosidad y elementos disueltos en el magma son los factores
que determinan el tipo de erupción y la cantidad de productos volátiles que la acompañan.

Hawaiana[editar]
Artículo principal: Erupción hawaiana

Volcán Hawaiano en Kilauea Shield.


En este tipo de erupción, la lava generalmente es bastante fluida y no ocurren
desprendimientos gaseosos explosivos. Estas lavas se desbordan cuando rebasan el cráter y
se deslizan con facilidad por la ladera del volcán, formando verdaderas corrientes que
recorren grandes distancias. Por esta razón, los volcanes de tipo hawaiano son de pendiente
suave. Algunos residuos de lava, al ser arrastrados por el viento, forman hilos cristalinos que
los nativos hawaianos llaman cabellos de la diosa Pele, la diosa del fuego. El volcán hawaiano
más famoso es el Kilauea.

Estromboliana o mixta[editar]
Artículo principal: Erupción estromboliana
Erupción del Estrómboli en verano de 2015 (animado).

Erupción del Estrómboli (Italia) en 1980.


Este tipo de erupción recibe el nombre del Estrómboli, volcán de las islas Eolias (mar Tirreno),
al norte de Sicilia. Se origina cuando hay alternancia de los materiales en erupción,
formándose un cono estratificado en capas de lavas fluidas y materiales sólidos. La lava es
fluida, va desprendiendo gases abundantes y violentos con proyecciones de escorias, bombas
y lapilli. Debido a que los gases pueden desprenderse con facilidad, no se producen
pulverizaciones o cenizas. Cuando la lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por las
laderas y barrancos, pero no alcanza grandes extensiones como en las erupciones de tipo
hawaiano.

Vulcaniana[editar]

Vulcano.
Del nombre del volcán Vulcano en las islas Lipari. Esta erupción se caracteriza porque en ella
se desprenden grandes cantidades de gases, la lava liberada es poco fluida y se consolida
con rapidez. En este tipo de erupción, las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava,
produciendo mucha ceniza, la cual es lanzada al aire acompañada de otros materiales
fragmentarios. Cuando el magma sale al exterior en forma de lava, se solidifica rápidamente,
pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, volviéndola áspera y
muy irregular y formando lava de tipo Aa. Los conos de estos volcanes son de pendiente muy
inclinada.

Pliniana o vesubiana[editar]
Artículo principal: Erupción pliniana

Nombrada así en honor a Plinio el Joven, difiere de la erupción volcánica en que en ésta la
presión de los gases es muy fuerte y produce explosiones muy violentas, que en los casos
extremos (plinianos) puede dar lugar a unas coladas piroclásticas o nubes ardientes que
bruscamente se precipitan por las laderas del volcán alcanzando gran rapidez y sepultando en
sólo unos minutos una gran extensión de terreno. Estos fenómenos críticos pueden sepultar y
abrasar de golpe ciudades enteras, como ocurrió con Pompeya y Herculano por la actividad
del volcán Vesubio. Al final de la deposición de esta colada piroclástica ardiente se transforma
en la denominada roca ignimbrita; además se genera precipitaciones de cenizas, las cuales
también pueden llegar a sepultar grandes extensiones como última capa fría.
Se caracteriza por alternar erupciones de piroclasto con erupciones de coladas de lava, dando
lugar a una superposición en estratos, lo que hace que este tipo de volcanes alcance grandes
dimensiones; que también se denominan "Estratovolcanes". Ejemplo de ellos son el Teide,
el Popocatépetl y el Fujiyama.

Freatomagmática o surtseyana[editar]
Artículos principales: Erupción Surtseyana y Erupción freatomagmática.

Los volcanes de tipo freatomagmático se encuentran en aguas someras, presentan un lago en


el interior de su cráter y en ocasiones forman atolones. Sus erupciones son
extraordinariamente violentas, ya que a la energía propia del volcán se le suma la expansión
del vapor de agua súbitamente calentado. Normalmente no presentan emisiones de lava ni
extrusiones de rocas. Algunas de las mayores erupciones freáticas son las del Krakatoa,
el Kīlauea y la Isla de Surtsey.

Peleana[editar]
De los volcanes de las Antillas es célebre la Montaña Pelada, ubicada en la isla Martinica, que
en la erupción de 1902 destruyó la capital, Saint-Pierre.
La lava en esta erupción es extremadamente viscosa y se consolida con gran rapidez,
llegando a tapar por completo el cráter formando un pitón o aguja. La enorme presión de los
gases sin salida provoca una enorme explosión que levanta el pitón, o bien destroza la parte
superior de la ladera. Así ocurrió el 8 de mayo de 1902, cuando las paredes del volcán
cedieron a tan enorme empuje que se abrió un conducto por el que salieron con extraordinaria
fuerza los gases acumulados a elevada temperatura y que, mezclados con cenizas, formaron
una nube ardiente que ocasionó 28 000 víctimas. [cita requerida]

Erupciones submarinas[editar]
Artículo principal: Erupción submarina

En el fondo oceánico se producen erupciones volcánicas cuyas lavas pueden formar islas
volcánicas si llegan a la superficie. Las erupciones suelen ser de corta duración en la mayoría
de los casos, debido al equilibrio isostático de las lavas al enfriarse cuando entran en contacto
con el agua y también por la erosión marina. Algunas islas como las Cícladas en Grecia o
las islas Canarias en España tienen este origen.

Avalanchas de origen volcánico[editar]


Artículo principal: Lahar

Armero después de la tragedia (Colombia).


Hay volcanes que generan un número de víctimas elevado, debido a que sus grandes cráteres
están durante el periodo de reposo convertidos en lagos o cubiertos de nieve. Al recobrar su
actividad, el agua mezclada con cenizas y otros restos, es lanzada formando torrentes
y avalanchas o coladas de barro (que se denominan "lahares") que tienen una enorme
capacidad destructiva. Un ejemplo de esto fue la erupción del Nevado de Ruiz en Colombia, el
13 de noviembre de 1985. El Nevado del Ruiz es un volcán explosivo en el que la cumbre del
cráter (5321 m s.n.m.) estaba recubierta por un casquete de hielo; al ascender la lava se
recalentaron las capas de hielo y se formaron unas coladas de barro que invadieron el valle
del río Lagunilla, sepultando la ciudad de Armero, dejando 24 000 muertos y decenas de miles
de heridos.[cita requerida]

Erupciones fisurales[editar]
Se originan en una larga dislocación de la corteza terrestre, que puede ser desde apenas
unos metros hasta varios kilómetros. La lava que fluye a lo largo de la rotura es fluida y
recorre grandes extensiones formando amplias mesetas (traps), con 1 o más kilómetros de
espesor y miles de km². Un ejemplo de vulcanismo fisural es la meseta del Decán en la India.
Véase también: Índice de explosividad volcánica

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