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LOS VOLCANES

     Con este nombre se conocen distintos


tipos de geomorfología cuyo denominador
común es su origen: la emisión de
materiales rocosos fundidos, acompañados
de gases calientes sometidos a fuertes
presiones. La salida de estos elementos se
produce a través de un cráter que comunica
con el exterior algún depósito de magma
profundo. La geomorfología a que dan
origen, está en relación con el tipo de
erupción: de tipo cónico si es explosiva, y Arenal-Costa Rica
de formas más suaves si es tranquila.
Un volcán (del dios mitológico Vulcano) es un conducto que pone en comunicación
directa la parte superior de la corteza sólida con los niveles inferiores de la misma. Es
también una estructura geológica por la cual emergen el magma (roca fundida) en
forma de lava y gases del interior del planeta. El ascenso ocurre generalmente en
episodios de actividad violenta denominados «erupciones», las cuales pueden variar
en intensidad, duración y frecuencia; siendo desde conductos de corrientes de lava
hasta explosiones extremadamente destructivas.

Generalmente adquieren una característica forma cónica que es formada por la presión
del magma subterráneo así como de la acumulación de material de erupciones
anteriores. Encima del volcán podemos encontrar su cráter o caldera.

       Los procesos volcánicos comprenden todos los fenómenos asociados con el
derrame sobre la superficie terrestre de los materiales magmáticos procedentes del
interior de la Tierra. Cuando tal derrame no llega a producirse, pero el magma se
consolida a poca profundidad de la superficie terrestre, se denominan procesos
subvolcánicos.
Estructura básica

Esquema de una erupción volcánica. 1.Pluma volcánica. 2. Lapilli. 3. Fuente de lava. 4.Lluvia


de ceniza volcánica. 5. Bomba volcánica. 6.Colada de lava. 7. Estratos de lava y de ceniza.
8.Estrato geológico. 9. Sill. 10. Chimenea volcánica. 11. Cámara magmática. 12. Pico
volcánico.

El conducto que comunica el volcán con las profundidades generalmente forma


una reservatorio de magma en el interior de la corteza sólida. Esta cámara acumula
grandes cantidades de materia y presión que es capaz de levantar el terreno. El
conducto que comunica esta cámara con la superficie se denomina chimenea. Se
comunica directamente con la cima del edificio volcánico, donde está el cráter.
Cuando ocurre la erupción, el magma generalmente se acumula en el cráter o caldera
hasta desbordarse, formándose ríos y cuevas de magma que pueden fluir distancias de
varias decenas de kilómetros hasta solidificarse. Durante algunas erupciones, según la
fuerza de la misma, también pueden ocurrir algunos eventos sísmicos.
La presión del magma, junto el material acumulado de anteriores erupciones, suelen
formar una montaña cónica en la superficie que puede alcanzar una altura variable de
unas centenas de metros hasta varios kilómetros. Algunos volcanes, después de sufrir
erupciones grandes, se colapsan formando enormes depresiones en sus cimas que
superan el kilómetro de diámetro. Estas estructuras reciben el nombre
de calderas capaz de acumular agua pluvial.
Ningún volcán es idéntico a cualquier otro, ya que algunos apenas han erupcionado,
mientras que otros mantienen una corriente constante de lava, como es el caso del
volcán de Hawái.
Tipos de estructuras volcánicas.

       Tal derrame puede verificarse a lo largo de fracturas, y entonces constituye el


volcanismo de tipo fisural, o bien ascender por un lugar concreto dando lugar al
volcanismo de tipo central.
       El fisural se caracteriza por la salida de grandes cantidades de magma a través de una
fractura profunda que rellenan amplias zonas de la superficie terrestre. Son
acumulaciones de lava llamados basaltos de meseta cuya manifestación más significativa
se encuentra en Islandia, cuenca del Paraná (Brasil-Paraguay), etc., y en las primeras
actividades de las dorsales centrooceánicas.

       El de tipo central da dos tipos de


estructuras, volcanes en escudo y
estrato-volcán. Los primeros se
caracterizan por la efusión de lavas
muy fluidas que originan un edificio
volcánico extenso y de poca altura en
relación con su extensión. El ejemplo
más típico se encuentra en las islas
Hawai. Por contra, el estrato volcán
presenta mayor altura, con típicos cono
y cráter volcánicos y clara
estratificación de los productos
volcánicos arrojados por la chimenea y Haleakala, Maui, Hawaii
su consiguiente deposición en las
inmediaciones de la misma originando
el cono volcánico.

El mayor ejemplo español de estrato-volcán es el Teide (Tenerife).


       Una consecuencia directa de la salida es la formación de las calderas: éstas pueden
ser de hundimiento o explosivas. Así, al extruir el magma en la superficie se produce un
hueco en la cámara magmática, el cual provoca un hundimiento de forma más o menos
circular llamado caldera de hundimiento. Otras veces la salida del magma se realiza de
forma explosiva. La más célebre de éstas es la del Krakatoa, que se formó en 1883
mediante una serie de explosiones, la más grande de las cuales fue oída en Australia , a
5000 km. de distancia, formándose una nube resplandeciente que alcanzó los 80 km. de
altura en la atmósfera.

Tipos de erupciones.

     La temperatura, composición, viscosidad y elementos disueltos de los magmas son los
factores fundamentales de los cuales depende el tipo de explosividad y la cantidad de
productos volátiles que acompañan a la erupción volcánica.

  La actividad de los volcanes varía de uno a otro, e incluso dentro de un mismo volcán
puede haber períodos con un tipo de actividad distinta de la de otros tiempos. Se
distinguen cuatro tipos fundamentales de actividad volcánica, en función de la viscosidad
del magma y de su contenido en gases, los cuales reciben el nombre de los volcanes
actuales que poseen tal tipo de actividad. Varían de mayor a menor temperatura y de
menor a mayor viscosidad. Son, pues, las de tipo Hawaiano, Estromboliano, Vulcaniano
y Peleano.

       El Hawaiano se caracteriza por lavas muy fluidas con pocos gases, liberados
sosegadamente. El cráter está ocupado por un lago de lava. Predominan las coladas de
lava. Estas lavas se desbordan cuando rebasan el cráter y se deslizan con facilidad por
la ladera del volcán, formando verdaderas corrientes que recorren grandes distancias.
Por esta razón, los volcanes de tipo hawaiano son de pendiente suave. Algunas
partículas de lava, al ser arrastradas por el viento, forman hilos cristalinos que los
nativos llaman cabellos de la diosa Pelé (diosa del fuego). Son bastante comunes en
todo el planeta

El Estromboliano contiene también lava fluida en el cráter, pero de vez en cuando


se proyectan bombas, lapilli y columnas de gases. Se caracterizan por lavas y
escorias. Este tipo de volcán recibe el nombre del Stromboli, volcán de las islas
Lípari (mar Tirreno), al Norte de Sicilia. Se originan cuando hay alternancia de los
materiales en erupción, formándose un cono estratificado en capas de lavas fluidas
y materiales sólidos. La lava es fluida, desprendiendo gases abundantes y violentos,
con proyecciones de escorias, bombas y lapilli. Debido a que los gases pueden
desprenderse con facilidad, no se producen pulverizaciones o cenizas. Cuando la
lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por sus laderas y barrancos, pero no
alcanza tanta extensión como en las erupciones de tipo hawaiano.

En el Vulcaniano la lava es más viscosa y pastosa, y rápidamente se encostra en la


superficie. La chimenea se tapona con facilidad, y los gases se acumulan saliendo
violentamente. Es de tipo explosivo, predominando las nubes. La lava se pulveriza
en cenizas. Del nombre del volcán Vulcano en las islas Lípari. Se desprenden
grandes cantidades de gases de un magma poco fluido, que se consolida con
rapidez; por ello las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava, produciendo
mucha ceniza, lanzada al aire acompañada de otros materiales fragmentarios.
Cuando la lava sale al exterior se solidifica rápidamente, pero los gases que se
desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello resulta áspera y muy
irregular, formándose lavas de tipo Aa. Los conos de estos volcanes son de
pendiente muy inclinada.

      El Peleano tiene una lava viscosa, que puede formar pitones o agujas de hasta
400m de altura que se deshacen al enfriarse. La explosividad es máxima. Se
forman las devastadoras nubes ardientes que arrasan todo a su paso (una de éstas
borró del mapa la ciudad de San Pedro, en la isla Martinica, en 1902). Los
productos sedimentarios procedentes de estas nubes son las ignimbritas.
Río de lava

Materiales volcánicos

       Los materiales arrojados por los volcanes pueden ser lavas, bombas, lapilli y
cenizas. Las lavas son aéreas o submarinas. Las aéreas se clasifican en tres tipos
fundamentales: pahoehoe, aa y de superficie continua. Las dos primeras reciben el
nombre con el que se las conoce en las islas Hawai. Las pahoehoe son las lavas
cordadas que se forman como consecuencia de la solidificación de una delgada costra
superficial, debajo de la cual continúa fluyendo la lava que arruga a dicha costra. El
aspecto que ofrece es parecido a una piel rugosa o al de una madeja de cuerdas. Por el
contrario, las aa se caracterizan por presentar gran cantidad de bloques, que dan lugar
al denominado malpaís. Se originan al enfriarse la capa superficial, más gruesa que en
las pahoehoe, y romperse en bloques que se amontonan unos sobre otros, movidos por
el flujo de la lava líquida subyacente. El tercer tipo de lava, superficie continua, se
opone al carácter rugoso de los otros dos. Se da en ciertas coladas de superficie lisa.
       Por otra parte las lavas submarinas padecen un enfriamiento muy rápido debido al
contacto con el agua dándoles un aspecto muy típico de almohadilla de donde reciben
el nombre de lavas almohadilladas o pillow-lavas.

       Las bombas, lapilli y cenizas son los piroclastos expulsados por el volcán, que se
clasifican según su tamaño. Además de estos materiales sólidos, los volcanes liberan
gran cantidad de gases, el más importante de los cuales es el vapor de agua,
siguiéndole en importancia el CO2, N2, SH2, CO, S y Cl, así como cantidades
menores de ácido clorhídrico, cloruros, etc. Cuando cesa la actuación volcánica, estos
fenómenos anteriormente expuestos quedan reemplazados por otros entre los que se
encuentra las fuentes termales, geiseres, mofetas, solfataras y fumarolas que
caracterizan la actividad volcánica.

    La clasificación de estas rocas volcánicas se establece, en primer lugar, atendiendo


al contenido de SiO2, dividiéndose en:

       Ultrabásicas: SiO2 <45%


       Básicas: SiO2 45% al 52%
       Intermedias: SiO2, 52% al 66%
       Ácidas: SiO2 66%

       Sin embargo, esta clasificación es demasiado simple y tiene el inconveniente de


englobar con un mismo nombre a rocas de significado patrológico y tectónico muy
distinto. Para evitar esto se clasifican de acuerdo con el contenido en SiO2 en relación
al contenido de minerales alcalinos (Na2O+K2O).

Distribución de los volcanes y su significado tectónico.

       Si se estudia la distribución geográfica de los volcanes se observa claramente


que éstos se encuentran concentrados en determinadas áreas de la corteza
terrestre.

Las dos zonas en las que se encuentran la


mayoría de los volcanes de la Tierra son
el cinturón circumpacífico (construido
por los volcanes que bordean el océano
Pacífico) y la banda Alpino-Himalaya
(formada por el conjunto volcánico que se
extiende desde el sur de España, norte de
África, sur de Italia y montes del
Cáucaso, enlazando con el sistema del
Himalaya). Otras zonas donde aparecen
volcanes, en menor número que en los
anteriores, son los fondos oceánicos y en
el interior de los continentes. La situación
de los volcanes obedece a los distintos
ambientes tectónicos, y a su vez estos
últimos condicionan las características de
aquéllos. Así, dentro de la tectónica de
placas, el cinturón circumpacífico y la
banda Alpino-Himalaya corresponden a
bordes convergentes de placas, mientras
que los volcanes oceánicos que se
encuentran en las dorsales
centrooceáncias y los volcanes Semeru, Java-Indonesia
continentales situados en grandes fosas,
como los africanos, corresponden a
bordes divergentes. Por otra parte, hay
un tercer tipo de volcanes, generalmente
oceánicos, relacionados con los puntos
calientes.
       Los volcanes situados sobre bordes convergentes se caracterizan por una
marcada polaridad, del océano al continente, en la composición química de sus
rocas. La variación se produce como consecuencia del aumento progresivo de la
profundidad de los focos magmáticos hacia el continente, debido a la disposición
del plano de Benioff. La secuencia típica de rocas es : Tholeitas (basaltos
tholeíticos), Andesitas, y Basaltos alcalinos, en las que se produce un
enriquecimiento progresivo de sodio y potasio. Dentro de la serie andesítica se
diferencian magmas más ácidos, que dan dacitas y riolitas.
       En los bordes divergentes hay dos series de rocas netamente diferenciadas,
una tholeítica y otra alcalina. Faltan, pues, los términos intermedios
calcoalcalinos. Finalmente, en los volcanes situados sobre puntos calientes se
diferencian dos tipos. Por un lado los que se encuentran en los continentes, cuyas
lavas son de tipo alcalino, y por otro lado los que se encuentra en áreas oceánicas,
caracterizados por sus lavas tholeíticas y alcalinas.

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