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Se aborda la relación entre el cine y la historia, destacando la capacidad del cine para
capturar tanto el pasado como el presente y su uso como fuente de conocimiento
histórico. Se menciona el trabajo del historiador Marc Ferro, quien utilizó el cine como
documento estratégico para evitar el control de la información y cuestionar las
narrativas históricas establecidas.
El capítulo "Cinema, historia e Marc Ferro" trata sobre la relación entre el cine y la
historia, centrándose en el enfoque y las contribuciones del historiador Marc Ferro. Se
discute cómo Ferro utilizó el cine como fuente historiográfica, especialmente en su
estudio de la Revolución Rusa, y cómo el cine le permitió acceder a datos que de otra
manera serían inaccesibles. También se aborda la importancia de conocer el lenguaje y
la naturaleza del cine para utilizarlo como fuente histórica. Además, se destaca la
relevancia política del trabajo de Ferro al cuestionar el control de los documentos y las
narrativas históricas establecidas.
En resumen, el capítulo "Cinema, historia e Marc Ferro" explora la relación entre el cine
y la historia, destacando las contribuciones y enfoques de Marc Ferro. Se discuten
temas como el uso del cine como fuente historiográfica, la capacidad del cine para
producir diferentes visiones de la historia, la confrontación de diferentes historias a
través del cine y la relación entre el cine y la memoria colectiva.
Es interesante notar cómo, cuando Anna es interrogada por primera vez, sus
respuestas están dentro de un universo típico de niños, lleno de fantasía. Sin embargo,
un año después, con su ingreso a la escuela, sus miedos y ansiedades comienzan a
ser considerados desde una perspectiva colectiva, sin saber realmente cómo el modelo
educativo influiría en los deseos reales de su hija. La crítica al modelo soviético se
repite a lo largo del documental, de manera más o menos implícita, como por ejemplo,
en la edición paralela donde el director contrapone imágenes de archivo del líder
soviético Leonid Brejnev en un teatro lleno de personas bien vestidas cantando la
Internacional, intercaladas con imágenes de personas simples bailando en la calle,
superponiendo los aplausos a Brejnev en el teatro sobre las imágenes de la gente
humilde, una forma de quitar los aplausos de los líderes y dárselos a los ciudadanos
comunes. Las críticas al modelo socialista de la Unión Soviética y a la mediatización
son el hilo conductor de la obra a lo largo de la vida de Anna.
En 1987, nuevamente interrogan a Anna sobre los cambios que el país está
experimentando debido a las reformas políticas y económicas de Mikhail Gorbachev.
Ya mayor y con la apertura del país a la iniciativa privada, las transformaciones en su
hija y en la sociedad en general son evidentes por la ropa que usa Anna, su forma de
hablar, así como por la inclusión de imágenes utilizadas por el director, desfiles y
concursos de belleza, comerciales de productos llenos de colores y conciertos de rock.
Curiosamente, debido a las reformas de Gorbachev, en este momento Mikhalkov
abandona las críticas al socialismo y comienza a criticar todos los cambios que vienen
con la apertura del país al capitalismo.
A pesar de que la propuesta inicial del documental era registrar los miedos y deseos de
su hija a lo largo de los años, "Anna dos 6 aos 18" es, ante todo, un ejercicio de
autoanálisis a medida que avanza la película. Por eso, es interesante notar cómo la
película parece perder su enfoque inicial, naturalmente, esto ocurre en un momento
importante de transición político-ideológica, reemplazando el tono crítico por un aire
nostálgico a medida que vemos el desarrollo de la historia que culminaría con el fin de
la Unión Soviética.
"Anna dos 6 aos 18" es ante todo un trabajo encomiable sobre temas importantes como
la relación entre padres e hijos, el tiempo, las transformaciones políticas y sociales, y
además, una lección magistral de edición y manipulación de imágenes a través de
materiales de archivo, ya sean públicos o privados. Además, la postura anticomunista y
crítica hacia la Unión Soviética suena vacía, ya que el declive del socialismo real no
trajo el retorno esperado que el director parecía anhelar, abordando estas
transformaciones de la sociedad en un retrato del capitalismo en su forma más
degradante, concluyendo el documental de manera desilusionada y desesperanzada
con el nuevo sistema político-económico, mostrando una Rusia dominada por una
epidemia demagógica que devoró y destruyó los sueños y la nostalgia de una época
pasada, cerrando su película con el tema central, el tiempo.