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Banco Fassil

El Banco Fassil (anteriormente conocido como Fondo Financiero Privado


Fassil o Fondo Fassil) fue un banco boliviano con sede central en Santa Cruz de la
Sierra. Era uno de los bancos más grandes de Bolivia, y contaba con una densa
presencia en Santa Cruz de la Sierra y amplia cobertura a nivel nacional. Quedó
en intervención por la ASFI en el año 2023.

1996-2021
Fue fundado originalmente como el Fondo Financiero Privado Fassil el 12 de
agosto de 1996, para fomentar a sus usuarios, otorgándoles créditos o para
financiar proyectos PyMEs.[2]
En 2006, el Grupo Santander vendió sus acciones en el Banco Santa Cruz al Banco
Mercantil, formando así el Banco Mercantil Santa Cruz. A la vez, otros
exaccionistas del desaparecido BSC adquirieron la mayoría de las acciones del
FFP Fassil, convirtiendo a Fassil en el heredero de la marca Banco Santa Cruz, y
empleándola así al fundar Santa Cruz Financial Group, sociedad controladora
del FFP Fassil.[3][4][5]
Al amparo de la Ley 393, el 21 de julio de 2014, el FFP Fassil se convirtió en una
Banco Múltiple, adoptando la denominación de Banco Fassil.
El 19 de julio de 2019, la Cooperativa Multiactiva COBOCE R.L. intentó vender
sus acciones en el Banco PyME de la Comunidad a SCFG pero la Autoridad de
Supervisión del Sistema Financiero bloqueó la transacción señalando que la norma
prohíbe el monopolio y/o oligopolio privado o la búsqueda de los mismos a través de
fusiones. [6]
Durante este periodo el Banco Fassil, debido a su enfoque en las PyMEs,
mantuvo bajo perfil al no estar muy presente en la banca de consumo a diferencia
de sus competidores.
2021-2023
Entre 2021 y 2023, el banco adquirió una notoriedad en la opinión pública por su
masivo crecimiento, reflejado en la expansión de sus agencias urbanas en la ciudad de
Santa Cruz de la Sierra y rurales en otros municipios del departamento de Santa Cruz.

Entre abril de 2021 y su cierre, el banco hizo una gigantesca campaña publicitaria para
su cuenta FA-BU-LO-SA la cual regalaba abundantes sumas de dinero de lunes a
viernes, sorteando en tres ocasiones premios de 2 millones de bolivianos.[7]

El 19 de mayo de ese año, el banco anunció que financiaría al Grupo Empresarial


Lafuente y otras empresas que estén a cargo de la construcción de la Nueva Santa Cruz,
[8][9] un millonario y masivo proyecto urbanístico situado en la frontera municipal entre
Santa Cruz de la Sierra y Warnes, lo que provocó que, a petición de los diputados
Juanito Angulo (MAS-IPSP), Alberto Astorga (CC) y el senador suplente Erik Morón
(Creemos), la ASFI, al mando de su director Reynaldo Yujra, iniciara una investigación al
banco por posibles irregularidades. El empresariado cerró filas en defensa del banco y
pidió no dudar de la solvencia del sistema financiero. [10][11]

El presidente ejecutivo del banco, Ricardo Mertens, en nombre de SCFG, demandó a


Yujra por filtrar presunta información confidencial sobre la entidad financiera. [12]

El banco registró 380 mil nuevos clientes (que abrieron cajas de ahorro) entre enero de
2021 y el 31 de marzo de 2022, y 740 mil en 2023.[13][14]

El 2 de febrero la ASFI emitió la Resolución ASFI/109/2023, en la que ordena la


regularización del banco luego de que éste hubiera incurrido en malas prácticas de
gestión que pusieron en peligro los depósitos del público, la situación de liquidez y
solvencia de la entidad prevista en la Ley de Servicios Financieros. El banco tomó nota
de ello en una junta de accionistas el 17 de febrero y tramitó un amparo constitucional
contra esa decisión, el cual le fue denegado.[15][16][17]

Hacia marzo de 2023 comenzaron a circular rumores sobre una posible intervención o
quiebra del banco, lo cual provocó que el 14 de ese mes, se registraran filas de gente
buscando retirar sus ahorros en varias agencias y cajeros automáticos a nivel nacional,
con restricciones de hasta 10.000 bolivianos. El banco y la ASFI llamaron a mantener la
calma.[16][18][19][20]

El 17 de abril el banco anunció la suspensión de sus tarjetas de débito, crédito y


prepagas para transacciones a nivel nacional e internacional.[21][22]

En las horas finales del banco, este anunció la tarde del 25 de abril la venta de sus
bienes, adjudicados y en desuso, en bolivianos. Esa noche, la Fuerza Especial de Lucha
Contra el Crimen de Santa Cruz de la Sierra ejecutó una orden de aprehensión contra
tres ejecutivos del banco: Mertens, Hernán Suarez Vaca Diez y Hermes Hugo Saucedo
Camacho, quien se entregó a la mañana siguiente. A raíz de eso, se instalaron vigilias
en las agencias del banco.[17][23][24]

2023-presente
La ASFI intervino el Banco Fassil S.A. la mañana del 26 de abril de 2023, siendo el primer cierre
de un banco en 24 años. Carlos Alberto Colodro López fue posesionado como interventor.[25]

La ASFI comunicó el 12 de mayo que asignó aproximadamente la mitad de los depósitos y


cartera de créditos de Fassil a 8 de los 11 bancos múltiples que hay en el país: Banco Mercantil
Santa Cruz, Banco Nacional de Bolivia, Banco BISA, Banco de Crédito BCP, Banco Económico,
Banco FIE (sucesor indirecto de Fassil por las acciones de SCFG), Banco Ganadero, Banco Unión
y BancoSol.[26][27][28]

Posteriormente, la ASFI comunicó el 21 de mayo que un fideicomiso compuesto por la otra


mitad (cuentas y carteras de crédito restantes, otros activos y pasivos) quedaba en manos del
estatal Banco Unión.[28]

A un mes de asumir como Interventor, Colodro falleció el 27 de mayo. Cayó del piso 15 del
Ambassador Business Center, en el barrio cruceño de Equipetrol. [29]
Estafa financiera. Banco Fassil: un desfalco millonario que
golpea a miles de trabajadores y ahorristas en Bolivia
Un escándalo que involucra a la oligarquía cruceña, los Papeles de Panamá y la
complicidad el Estado boliviano.

A menos de un mes de la intervención al Banco Fassil por parte de la ASFI (Autoridad


de Supervisión del Sistema Financiero), ya se sienten los primeros efectos. Por un lado,
aproximadamente 4600 trabajadores y trabajadoras hace meses están sin cobrar salarios
y temen por el conjunto de sus derechos y beneficios sociales. Por otro, cerca de
900.000 ahorristas no saben si van a poder recuperar su dinero, que en muchos casos es
el trabajo de toda una vida.

Según información reciente, la carga social de lxs 4600 trabajadores del Banco Fassil
asciende a aproximadamente 400 millones de dólares, lo que equivale a la mitad del
patrimonio declarado por el banco y con lo cual se deberá cubrir la devolución a las y
los ahorristas. Es claro que con los multimillonarios desvíos de dinero que empiezan a
destaparse en los últimos días, ese remanente de patrimonio es insuficiente para
devolver los ahorros.

Últimas informaciones dan cuenta de que este banco habría desviado más de 4.000
millones de bolivianos (cerca de 580 millones de dólares) a corporaciones vinculadas a
la agroindustria cruceña.

Sumado a lo anterior, este fin de semana, el ministro de Economía, Marcelo


Montenegro, declaró que las administradoras de fondos previsionales (AFP) invirtieron
90 millones de dólares en el Banco Fassil, poniendo en riesgo la jubilación y las
pensiones de millones de trabajadores y trabajadoras.

La crisis del Banco Fassil

El gobierno del MAS ha iniciado mediante la ASFI procesos penales contra 4


ejecutivos/directivos del banco por un caso concreto, el de un préstamo multimillonario
a una joven de 18 años, sin el respaldo requerido por ley. Sin embargo esta situación se
ha ampliado con la imputación a 11 ejecutivos más al verificarse que este tipo de
operaciones financieras (“over limit”) era una práctica regular en la hoy malograda
financiera.

Al buscar responsables del desfalco, nos encontramos con un entramado de sociedades


anónimas entrelazadas entre sí, accionistas una de la otra, como mecanismo de encubrir
la identidad de los dueños mayoritarios del banco. El Banco Fassil S.A. es propiedad de
Santa Cruz FG Sociedad Controladora S.A. y Santa Cruz Financial Group S.A.,
empresas que a su vez son propiedad de la Sociedad de Inversiones de La Sierra S.A.,
esta última sociedad controla casi el 90 % de la propiedad del Banco Fassil y es
conformada por Juan Ricardo Mertens Olmos, presidente del directorio y las familias
Wille, Roca Suárez, Velasco Bruno, Urenda, Chahin y Pareja Roca. Un entramado
familiar de la oligarquía cruceña.
Entre el restante 10 % de propiedad del Banco, se encuentran como accionistas Luis
Fernando Barbery Paz, empresario agroindustrial y expresidente de la Confederación de
Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Sergio Leonel Pedrotti, directivo de
Industrias Oleaginosas S.A. y cuñado de Branko Marinkovic (expresidente cívico y
ministro de Economía del régimen de facto de Áñez), entre más de 300 otros.

Papeles de Panamá

La familia Wille (Martin Wille Engelmann, Cristina Wille Engelmann, Alexander Wille
Hauke, Herman Wille Aimeretti) se encuentran entre los accionistas principales del
Banco Fassil S.A. y comparten con las familias Camacho, Marinkovic, Barbery, Antelo
y Dabdoub una empresa offshore en Panamá - NAVI International Holding S.A. En esta
empresa offshore figuran como accionistas Luis Fernando Camacho Vaca, gobernador
de Santa Cruz, su padre José Luis Camacho Parada y su hermano José Luis Camacho
Miserendino, ambos ejercieron cargos directivos del Banco Fassil entre 2010 y 2016 .
Recordemos que estos personajes fueron parte activa de toda la violencia reaccionaria
desplegada el 2019 y que culminó en el sangriento golpe de Estado y el gobierno de

facto de Jeanine Áñez.

Estas relaciones fueron hechas públicas en los Papeles de Panamá e incluso fueron
objetos de un Informe Parlamentario en 2017, sin embargo el propio MAS-IPSP aún
con mayoría parlamentaria desistió de presentar un proyecto de ley contra el uso
de paraísos fiscales y se quedaron truncados los procesos judiciales al respecto.

En una reciente entrevista, en el canal de televisión Bolivisión, el empresario y político


neoliberal Samuel Doria Medina criticó que la ASFI fuera tan lenta en tomar cartas en
el asunto pero que era peor que no se tome una decisión, ya que según él ya había
indicadores de irregularidades meses antes. Resulta como mínimo contradictoria la
observación de Doria Medina, siendo que su socio comercial de la Sociedad Hotelera
Los Tajibos S.A. - Oscar Alfredo Leigue Urenda fue también director del Banco Fassil
hasta mayo 2022, es decir, tenían amplio conocimiento de prácticas y delitos financieros
que desde esa entidad se realizaban.

Bonos subordinados

Los bonos subordinados ofrecidos por bancos son títulos-valores que se subordinan a
los demás pasivos que tiene una entidad, es decir se paga después de otras deudas, y es
más propenso a pérdidas si no tuviera patrimonio suficiente. En diciembre 2018 la ASFI
autorizó al Banco Fassil la emisión de 400 millones de bolivianos (cerca de 58 millones
de dólares) en bonos subordinados, es decir una deuda propensa a pérdidas por cerca al
40 % del capital social de la empresa, siendo que en ese momento el banco ya tenía
deudas por encima de los 145 millones de dólares con otras entidades financieras
nacionales. El 8 de octubre de 2020 el gobierno de facto de Áñez autorizó a SCFG
Sociedad Controladora S.A. la emisión de otros 500 millones de bolivianos en bonos.
Los indicadores financieros presentados ante la ASFI para la emisión de bonos
subordinados desde abril de 2022 demuestran que la liquidez del banco ya se encontraba
por debajo de lo comprometido.

“Inversiones” permanentes ¿dónde está el dinero?

Los dueños del Banco Fassil, al amparo de la Ley de Servicios Financieros Nro. 393 no
sólo constituyeron un Grupo Financiero sino un grupo económico de mayor alcance,
que les posibilitó transacciones a título de ‘inversiones’ para pasar fondos del banco a
otras empresas. Si bien la diversidad de empresas que tiene el grupo incluye el rubro de
informática, marketing, formación profesional, seguros, servicios financieros e incluso
un viñedo, la empresa más beneficiada fue Santa Cruz Sociedad de Inversión en Bienes
Raíces SIBRA S.A.

La empresa de bienes raíces en 2017 según sus estados financieros tenía 11.550
bolivianos en el banco y un pagaré por 48 millones de bolivianos, y finalizando el 2021
ya tenía un patrimonio de 826 millones de bolivianos, por las ‘inversiones’ del grupo
financiero. Se suma a ese patrimonio una larga lista de bienes inmuebles que incluyen
terrenos en Pailón, San Ramón, Warnes, Urubó, Ascensión de Guarayos, San José de
Chiquitos, Samaipata, Comarapa, San Julián y espacios en edificios como Torre
Platinum.

La política del MAS: una salida de mercado

El papel de la ASFI ante la crisis del Banco Fassil deja en evidencia la esencia de la
política del MAS-IPSP de dar rienda suelta al crecimiento del sector financiero, que
entre 2006 y 2021 creció en un 456 %. Las reformas neoliberales de Sánchez de
Lozada, de 1993, que dejaron al sector privado con el control de la Cámara de
Compensaciones y Liquidaciones así como con la administración de las tarjetas de
crédito, establecidas con la Ley 393, no fueron modificadas durante todo el gobierno de
Evo Morales y tampoco en lo que va de la gestión de Arce. Esta disposición
normativa facilita la consolidación y las tendencias monopólicas ya que al
regularse a sí mismas tienen el poder discrecional de impedir a sus competidores el
acceso a diversos servicios.

Hoy, con la liquidación del Banco Fassil y su desguace entre algunas grandes entidades
financieras, el proceso de concentraciones de capitales continúa profundizándose.
Un ejemplo de esto fue la absorción, en años recientes, por parte del Banco Mercantil
Santa Cruz (BMSC), de la ex Mutual La Paz y el ex Banco Los Andes. Esta tendencia
no solo es peligrosa para la economía al concentrar cada vez más poder en pocas manos,
sino que pone de manifiesto la natural relación entre el Estado, sus gobiernos, y el
capital financiero que trabajan para el sector de los grandes corruptos y especuladores y
que en este sistema capitalista tienen la posibilidad legal de estafar a millones de
personas. Sí, porque especulan, hacen negocios y lucran con los depósitos y el dinero de
cientos de miles de trabajadores y trabajadoras.
Así y en sintonía con los propios discursos gubernamentales, de Evo Morales en su
momento y hoy de Arce y sus ministros, los grandes especuladores de la banca han
gozado de condiciones preferenciales para crecer de forma inédita con un mínimo
de control estatal. En lugar de tomar medidas concretas para garantizar los derechos de
las y los miles de ahorristas, siguen apostando por “soluciones de mercado”, dejando las
riendas sueltas para una supuesta “autorregulación” que en los hechos no regula nada.

Por una salida al servicio de las trabajadoras y trabajadores del Banco Fassil y de lxs
ahorristas

Todas las salidas que proponen tanto desde la oposición como desde el gobierno son
salidas que dejan en la calle a 4600 trabajadores y a cientos de miles de ahorristas. Esta
multimillonaria estafa que hacen los grandes financistas, que como vimos tiene
estrechas relaciones con los capitales de la agroindustria, han gozado de la complicidad
del Estado no solo durante el gobierno de Arce o antes Áñez, sino también con Evo.

Hay que terminar con esta escandalosa estafa. Desde la Liga Obrera Revolucionaria
(LOR-CI), organización que impulsa La Izquierda Diario Bolivia, llamamos a los miles
de trabajadores y trabajadoras bancarios así como a los miles y miles de ahorristas a
empezar a discutir de manera urgente la necesidad de impulsar mediante la
movilización la nacionalización, sin indemnización, de todo el sistema financiero. Se
trata de romper de una vez por todas con la lógica del sistema financiero como coto de
ganancias para un sector de la clase capitalista. Como señalaba Esteban Mercatante
frente a la crisis del sistema financiero argentino, los bancos son demasiado
importantes para que sigan estando en manos privadas.

La nacionalización de todo el sistema financiero significa integrar todos los activos


y pasivos de las entidades privadas en un sistema estatal único y cuyo
funcionamiento debe estar bajo la administración, el control y la gestión de sus
trabajadores. Es decir, para que la banca esté al servicio de las necesidades y no de los
negocios de un puñado de capitalistas, la clase trabajadora debe ser protagonista.

Solo de esta manera se podrá garantizar la seguridad de los depósitos para lxs pequeños
y medianos ahorristas, así como también canalizar créditos baratos a los pequeños
productores, sean estos campesinos, artesanos, talleristas así como garantizar la
inversión en viviendas populares, caminos, salud o educación. La centralización del
ahorro nacional facilitaría la canalización de estos capitales en el impulso a la
industrialización nacional y en la creación de nuevas fuentes de trabajo y recursos para
resolver las más urgentes necesidades sociales.

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