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INTRODUCCIÓN

Los bancos centrales se preocupan por la estabilidad del sector bancario,


pero el mundo parece estar amenazado continuamente por las crisis
bancarias. La evolución estructural del sector bancario puede desempeñar
un papel significativo en los aspectos de solvencia y estabilidad. Los
sistemas bancarios se han desarrollado en formas diferentes entre los
países por diversas razones, pero la tendencia es hacia una posición de las
autoridades de creciente libertad, al permitir a los bancos diversificar sus
actividades.
Esto debe aceptarse, bajo dos condiciones: primera, que la administración
de los bancos individuales sea suficientemente capaz; y segunda, que cada
banco pueda ser efectivamente supervisado por el banco central (u otro
organismo regulatorio responsable).
Las causas de las crisis bancarias pueden separarse bajo diversos rubros:
inestabilidad macroeconómica; supervisión deficiente; malas estrategias;
administración débil; sistemas de control inadecuados; fallas operacionales;
fraude. Se presenta la experiencia de algunos países.
Las autoridades requieren de una estrategia coherente para enfrentar
dichas crisis, sea cual fuere su causa, por lo que se analizan diversos
aspectos de su manejo y se sugieren recomendaciones.
En el presente informe estudiaremos detalladamente el caso de BANCO
CAPITAL en Honduras, y conoceremos como esto afecto a la economía y
estabilidad financiera de nuestro país.
OBJETIVOS

Objetivo General:
- Conocer el caso de Banco Capital en Honduras
Objetivos Específicos:
- Estudiar los antecedentes de la crisis bancaria en Honduras
- Describir la ficha de causa judicial contra banco capital
- Dar a conocer las obligaciones depositarias del Banco Capital, S.A. al
20 de diciembre del 2002
CASO: BANCO CAPITAL HONDURAS

Antecedentes:

Entre 1998 y 2003 el Sistema Financiero hondureño sufrió pérdidas


multimillonarias por la crisis de instituciones bancarias y asociaciones
financieras declaradas en quiebra. Los casos más sonados fueron los del
Banco Corporativo (BANCORP), Banco de Crédito y Seguros (BANCRESER) y
Banco Capital. A raíz de ello, el Estado hondureño se vio forzado a extender
fideicomisos de miles de millones de lempiras para evitar un caos en la
economía del país y reembolsar sus ahorros a los cuentahabientes.
Las quiebras fueron producidas por una crisis de liquidez en las instituciones
provocada por la gran cantidad de préstamos al sistema productivo, que a
su vez registró miles de millones en pérdidas por los daños de huracán
Mitch, y no pudo retornar a los bancos los dineros prestados. Esa fue la
primera causa de la crisis, pero no la más importante.
A ésta se sumaron la caída de los precios mundiales por la crisis económica
mundial que se había propagado a Occidente desde Asia, los cambios de la
Reforma financiera hondureña iniciada a principios de los 90´s como parte
de los Acuerdos de Basilea; pero también la no fiscalización y regulación de
las autoridades financieras, y la estafa de cientos de millones de lempiras
cometidas por algunos accionistas.
La quiebra del banco CAPITAL fue aún más escandalosa porque ya existía el
precedente inmediato de BANCORP. El Estado había intervenido más de 6
bancos privados en poco más de veinte años.
La prensa centroamericana escribía que «el descalabro de Banco Capital lo
terminaría pagando el pueblo». El Consejo de Ministros legalizó una partida
presupuestaria de 517.7 millones de lempiras que el Estado desembolsó
para respaldar la garantía otorgada a los depositantes.
«Como ocurrió con el cierre del Banco Corporativo (Bancorp), el pueblo
hondureño tendrá su “cuota de sacrificio’’ por los malos manejos
administrativos de una parte del sistema financiero nacional», decía El
Diario de Hoy, en su edición del 28 de diciembre de 2002.
El Banco Capital contaba con una cartera de clientes menor a la de
BANCOPR. Sus 40 mil ahorrantes habían confiado a la institución cerca de
730 millones de lempiras, de los cuales 213 millones estaban respaldados
por el Fondo de Seguros de Depósitos, (FOSEDE). El total de los depósitos
fue adquirido por el banco FICOHSA.
Muchos diarios señalaban como los principales culpables a los hermanos Ivis
y Fernando López. «Sobre todo el primero, Ivis López», afirmaban los
diarios, recordando que «esa familia anda libre y en política, como si nada».
En 2002, cuando fueron consultados sobre los hechos que provocaron la
crisis y sobre por qué la CNBS no había hecho su trabajo de fiscalizar a los
bancos, su entonces presidenta de Banco Capital, Ana Cristina Mejía,
declaró que «el asunto era que los socios del Banco Capital se repartieron
unos 400 millones de lempiras (aproximadamente 23,5 millones de dólares)
sin ninguna garantía, y los traspasaron como préstamos a otras empresas
de su propiedad».
El presidente Ricardo Maduro convocó a sus ministros para aprobar en estos
tiempos de crisis la partida presupuestaria para hacerle frente a la situación
de Banco Capital.
El dinero salió de las arcas de la Empresa Hondureña de
Telecomunicaciones (Hondutel), que años después tuviera que declararse
en quiebra al descapitalizar la empresa.
El ministro de Finanzas, Arturo Alvarado, dijo que «al parecer el accionista
principal del Banco Capital, Ivis López, habría cometido otras irregularidades
que fueron detectadas cuando la institución fue intervenida».
Según el Ministerio Público, los señores López Ayestas «sacaron el dinero
del Banco inobservando la autorización del Banco Central de Honduras y de
la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, así como la Ley del Sistema
Financiero, misma que prohíbe a los Bancos invertir más del 40% de su
capital y reservas para bienes raíces».
Ivis López habría invertido millones de esos dineros en el reforzamiento de
su constructora Nacional de Ingenieros, y construyó las instalaciones de lo
que hoy es el afamado Coliseo Nacional de Ingenieros; uno de los sitios para
eventos y deportes más rentables de Tegucigalpa. Todo parece indicar que
los señores López Ayestas hicieron fortunas mucho mayores a las que ya
poseían gracias a la quiebra de Capital, y que invirtieron gran parte de los
dineros estafados en la construcción de un edificio administrativo para el
Consejo Financiero Capital.
FOPRIDEH, en su II Informe sobre el estado de los casos en Honduras 2006
expresa que «Lo que llama la atención es que el mismo dinero fue
depositado a Desarrolladores Asociados y éstos posteriormente libraron dos
cheques a favor de los hermanos López Ayestas por el mismo valor con una
diferencia de 0.20 centavos. A su vez, éstos depositaron el mismo día en
Banco Capital la misma cantidad y entró como aumento de capital
accionario de ellos. Todas estas operaciones se realizaron en un mismo día:
el 23 de agosto de 1999».
O sea, Banco Capital libra un cheque a nombre de Desarrolladores
Asociados por una cantidad X, luego ese mismo día Desarrolladores
Asociados libran dos cheques por el mismo valor a los hermanos López
(accionistas de Banco Capital), los hermanos López depositan como
aumento a sus acciones, ese mismo dinero que ese día salió de su banco a
nombre de una de sus empresas. Los hermanos López suben el capital de
sus acciones en el banco, pero con dinero que no existe.
Una vez judicializados los casos el Juez Especial dictó auto de formal prisión
contra los hermanos López Ayestas, por considerarlos como los posibles
autores intelectuales y culpables directos del delito de apropiación indebida
y estafa.
El resto de los involucrados, Waldo Ramírez, Alex Bendeck Mourra, Jacobo
Omar Hernández Cruz, David Granada Grajales, Julio Suárez Lardizábal,
Fredy Danery Gómez, Marco Antonio Aviléz, Marcial Flores Sosa, Lili
Raudales López y Carlos Padilla (este último familiar del diputado Virgilio
Padilla del PAC) fueron enviados a prisión, bajo el cargo de complicidad,
pero en mayo de 2006, el mismo Juez dictó sobreseimiento provisional a
favor de todos los imputados.
La Fiscalía interpuso un recurso de apelación contra la resolución de
sobreseimiento provisional decretado, recurso que fue aprobado por los
Magistrados de la Corte de Apelaciones Especial nombrada. Hasta el día de
hoy siguen libres.

Ficha de causa judicial contra Banco Capital

Proceso iniciado el 10 de enero de 2003.


Delito: Estafa
Responsables: Ivis German López Ayestas, Fernando Rafael López Ayestas,
Waldo Ramírez, Alex Bendeck Mourra, Jacobo Omar Hernández Cruz, David
Granada Grajales, Julio Suárez Lardizábal, Fredy Danery Gómez, Marco
Antonio Aviléz, Carlos Padilla, Marcial Flores Sosa, Lili Raudales López
Hechos: La Junta Directiva del banco resolvió aumentar su capital, habiendo
sido aprobado ese aumento por la Comisión Nacional de Banca y Seguros
(CNBS), y habiéndose fechado las formas y modalidades de pago para
proceder a la capitalización. Según el Ministerio Publico, los señores López
Ayestas, sacaron el dinero del banco inobservando la autorización del Banco
Central de Honduras y de la CNBS, así como la Ley del Sistema Financiero,
que prohíbe a los bancos invertir más del 40 por ciento de su capital y
reservas para bienes raíces, pues con este dinero se pagaría unos pisos del
Consejo Financiero Capital. Este dinero fue depositado a Desarrolladores
Asociados, y estos, posteriormente, extendieron dos cheques a favor de los
hermanos López Ayestas por el mismo valor, solo con una diferencia de 20
centavos, dinero que es depositado el mismo día (23 de agosto de 1999) en
Banco Capital y entra como aumento de capital accionario.
Obligaciones depositarias del Banco Capital, S.A. al 20 de
diciembre del 2002:

CONCLUSIONES

Podemos concluir en que , ya que Banco Capital entre otros bancos dieron prestamos a
insitituciones bancarias y personas naturales, a raiz del Mitch estas organizaciones y personas
no pudieron devolver el dinero y se vieron en la obligacion de liquidar y quebrar la institucion.
El Banco Capital se vio en la obligacion de pasar todos los depositos que tenian con sus mas de
40.000 ahorrantes a el banco FICHOSA. Los representates de Banco Capital dieron a conocer
que se repartieron dinero de sus ahorrantes entre los socios mas de 400 millones de lempiras
para traspasarlos a sus propiedades y quedarse con el dinero del pueblo.

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