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Diana Carolina Bolaños

25/04/2022

Dudando sobre la espiritualidad.


Debí haber tenido unos 10 años cuando el piso de mi realidad se quebró. Hasta ese
momento, mi realidad, se basaba en mi fe en el Dios católico del que tanto me habían
enseñado. Fue en un momento de soledad, y abandono en el que mi familia empezó a
cuestionar la realidad dictada por aquella religión. Yo odiaba presenciar esas preguntas que
se hacían… pero tenían razón, no encontraba como responder, y de pronto yo también
estaba dudando, de pronto me di cuenta de que había dejado de creer. El miedo me domino
por un buen tiempo, me sentía enferma sin estarlo, creo que fue mi primera depresión.
Igualmente, todo termina por pasar, y pronto me había acostumbrado a una vida sin
religión.
Me encontré mucho más libre, y en esa libertad encontramos la espiritualidad new age con
mi mamá. Al principio me encanto, lleno el hueco que el catolicismo había dejado, ahora
podía creer, no en un dios, sino en el universo. Para mí, era como si la magia existiera, y
tenía la idea de que si meditara lo suficiente podría tener poderes mágicos. Sin embargo, mi
pasión por la espiritualidad se fue debilitando poco a poco, me di cuenta de que en ese
mundo también había fraude, y de pronto aquellos conceptos “espirituales” no me
alcanzaban para comprender la realidad que se me hacia más y más clara a medida que
crecía (o será que me estaba cerrando poco a poco, mis limites cuadriculándose).
La ciencia se me hacia mas atractiva a medida que iba perdiendo la fe, y de pronto otra vez
me encontré apasionada por un nuevo sistema de creencias. Esta vez estaba segura de que
la ciencia no me defraudaría, y me deje maravillar por ella. No tarde en darme cuenta de
que la ciencia también tiene sus límites, los mismos limites fijados por la imperfección de
la percepción humana. Mis propias experiencia de vida eran evidencia de eso, pues he sido
testigo, igual que muchos otros, de cosas que no se pueden racionalizar. Entonces me
encontré defraudada nuevamente, cansada de la estúpida lógica del mundo. Ahora e
aceptado mi inhabilidad natural de no poder comprenderlo todo, mantengo mi mente
abierta. Si algo e aprendido es que todos aquellos sistemas de creencia por los que pase
tenían al menos algo de real, y por eso hoy veo una realidad abierta a la interpretación,
múltiple e infinita, y aunque esto sea imposible de comprender para una mentecita como la
mía, me encuentro mas calmada que nunca.

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