Está en la página 1de 11

Crisis alimentaria en Chile y poblaciones vulnerables

Victoria Maluenda y Annais Schmidt


Investigación Social Aplicada
Sociología
Universidad Diego Portales
En los últimos años, Chile ha enfrentado una creciente crisis alimentaria que afecta a
diversas poblaciones vulnerables en el país. Según datos de la FAO (2022), alrededor de
2,9 millones de personas en Chile experimentan inseguridad alimentaria, ya sea de forma
moderada o severa, y 700 mil personas enfrentan inseguridad alimentaria severa, lo que
implica una falta recurrente de alimentos e incluso días sin comer. Esta situación se
agravada por factores como la desigualdad socioeconómica, el aumento del costo de vida,
la concentración de la producción y distribución de alimentos.
Ante esta situación, el Estado chileno ha implementado planes y estrategias para
abordar la problemática alimentaria, como el objetivo de "Hambre Cero" dentro de la
Agenda 2030. Este objetivo busca asegurar el acceso a una alimentación saludable, duplicar
la productividad agrícola, promover la agricultura sostenible y fomentar la cooperación
internacional. Es fundamental comprender las diferentes formas de malnutrición y tomar
decisiones informadas en la implementación de políticas y programas que promuevan una
alimentación adecuada y equitativa para todas las poblaciones vulnerables en Chile (Chile
Agenda 2030, Ministerio de Desarrollo Social y Familia, s. f.).
La crisis alimentaria se refleja en la falta de acceso a una alimentación adecuada en
términos de cantidad y calidad, especialmente en grupos vulnerables como mujeres, niños,
adolescentes, estudiantes, adultos mayores y migrantes. Además, el consumo creciente de
alimentos procesados y ultraprocesados ha contribuido a la prevalencia de enfermedades
crónicas no transmisibles (Díaz & Glaves, 2020). La región latinoamericana también ha
experimentado crisis políticas y económicas que han intensificado la pobreza y el hambre
en América Latina y el Caribe (OPS & OMS, 2021). Dado que estas poblaciones son
especialmente vulnerables frente a la crisis alimentaria, nuestro trabajo se centra en
comprender y abordar sus desafíos particulares para contribuir a la construcción de
soluciones más efectivas y equitativas.
Las dificultades económicas y el aumento constante de los precios al consumidor han
provocado que los salarios no se ajusten de manera adecuada para hacer frente a los
mayores costos de vida. Esta estrechez en la relación entre los ingresos y los gastos afecta
directamente la capacidad de las personas para acceder a una alimentación adecuada y
afrontar la inseguridad alimentaria.
Gráfico 1. Inflación, precios al consumidor (% anual), Chile 2002-
2022

12
10
8
6
4
2
0
ño 002 003 004 005 006 007 008 009 010 011 012 013 014 015 016 017 018 019 020 021 022
A 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
Elaboración propia a partir de datos del Banco Mundial

1. Niñes
Uno de los grupos vulnerables a la crisis alimentaria son los niños y adolescentes,
quienes pasan gran parte del día en las escuelas y están sujetos a diferentes políticas que
configuran su ambiente alimentario (Cerda et al. 2016). Esto depende de factores como
infraestructura, financiamiento, acceso a programas de alimentación y educación
nutricional. Culturalmente, se valora el consumo de alimentos ultraprocesados en las
escuelas, ya sea como premios o para recaudar fondos (Dárdano & Álvarez, 2011), lo que
contribuye a la malnutrición por exceso y se refleja en altos índices de sobrepeso infantil.
Durante la pandemia, se interrumpió la entrega tradicional de desayunos y almuerzos
en las escuelas, siendo reemplazada por la distribución de cajas de alimentos a algunos
padres y establecimientos educativos (Agurto & Araque, 2023). Aunque las consecuencias
de este cambio no están cuantificadas, se han reportado deterioros en la calidad de los
alimentos y cambios en las preferencias alimentarias de los estudiantes. Los datos del Mapa
Nutricional (JUNAEB, 2023) muestran una preocupante tendencia al aumento de la
obesidad y el sobrepeso, mientras que los índices de desnutrición, bajo peso y peso normal
se mantienen bajos o han disminuido ligeramente.
En el Gráfico 2 se observa una disminución generalizada en el peso normal en todos
los grupos de estudiantes escolares, pero los índices de desnutrición y bajo peso
experimentaron un aumento durante la pandemia, seguido de una disminución en la
mayoría de los grupos a partir de 2021, excepto en los estudiantes de primero medio. El
sobrepeso muestra una disminución general, excepto en los estudiantes de Prekínder y
Kínder, lo cual resulta sorprendente dado que son niños muy pequeños. La obesidad, por
otro lado, ha aumentado constantemente en todos los grupos estudiados, lo que indica una
problemática que requiere atención transversal.
Gráfico 2. Prevalencia (%) de desnutrición, bajo
peso, peso normal, sobrepero y obesidad en
PreKinder, Kinder, 1° Básico, 1° Medio, en Chile 2015-2021
50%

40%

30%

20%

10%

0%
2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021

Desnutición Bajo Peso Normal Sobrepeso Obesidad

Elaboración propia a partir de los datos de Mapa Nutricional JUNAEB

Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar la crisis alimentaria en la población


escolar, implementando políticas y programas que promuevan una alimentación saludable y
equilibrada desde temprana edad. También resaltan la necesidad de mejorar la
infraestructura y los recursos disponibles en las escuelas para garantizar un ambiente
alimentario propicio para el desarrollo y bienestar de los estudiantes.
2. Estudiantes de educación superior
Además de los desafíos que enfrentan los niños, niñas y adolescentes en la crisis
alimentaria, les estudiantes de educación superior en Chile también se ven afectados por
problemas de inseguridad alimentaria y malnutrición por exceso.
Dentro de los ambientes alimentarios institucionales de las universidades, la oferta de
alimentos está cargada hacia productos ultraprocesados de bajo costo, en detrimento de
opciones de comida casera que suelen tener un precio más elevado. Aunque recientemente
se ha producido un aumento en el monto de la Beca de Alimentación para la Educación,
este monto aún resulta insuficiente para cubrir los costos de la canasta básica.
Gráfico 3. Comparativa entre el monto de la Canasta Básica Fami-
liar y Beca BAES
$70,000

$60,000

$50,000

$40,000

$30,000

$20,000

$10,000

$0
2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023

Monto BAES Monto Canasta Básica

Elaboración propia a partir de datos de JUNAEB, Observatorio de Contexto Económico UDP y


Observatorio Social del Ministerio de Desarrollo Social y Familia

Es importante destacar que esta brecha entre el monto asignado por la Beca BAES y el
costo de la canasta básica es una problemática histórica [Gráfico 3]. Sin embargo, se ha
observado un agravamiento significativo desde el año 2021. Esta situación se dramatiza aún
más con los gastos adicionales asociados a la educación superior, como el alojamiento, el
transporte, materiales de estudio y otros, que pueden perpetuar o intensificar la inseguridad
alimentaria entre los estudiantes universitarios.
En resumen, los estudiantes de educación superior en Chile enfrentan desafíos
similares en términos de inseguridad alimentaria y malnutrición por exceso. La oferta de
alimentos en los ambientes institucionales se inclina hacia opciones poco saludables,
mientras que los recursos económicos asignados no son suficientes para cubrir los costos de
una alimentación adecuada. Además, la falta de educación alimentaria en el hogar y la falta
de tiempo para cocinar contribuyen a la baja calidad de la alimentación. Es necesario
abordar estas problemáticas y promover estrategias que permitan garantizar una
alimentación equitativa y saludable para los estudiantes de educación superior en Chile.
3. Mujeres
En el contexto de la inseguridad alimentaria y malnutrición por exceso en Chile, es
importante abordar estas problemáticas desde una perspectiva de género, ya que existe una
relación entre el aumento de las horas de trabajo y desplazamiento y el tiempo destinado al
trabajo doméstico, el cual ha sido históricamente relegado a las mujeres. Esta situación
lleva a que se prefieran alimentos de preparación rápida, con el objetivo de destinar el
menor tiempo posible a las labores domésticas (Cerda et al., 2016). Esta dinámica no solo
impacta la cultura alimentaria del hogar, sino también las formas de socialización
relacionadas con la comida, como el compartir la cena o la once en la mesa familiar. Por lo
tanto, se enfrentan a barreras no sólo en términos de tiempo, sino también económicas, lo
que dificulta la creación de un entorno alimentario doméstico saludable en cuanto a la
preparación de comidas y la transmisión de conocimientos sobre nutrición.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
ha destacado que en todo el mundo, las mujeres tienen una mayor probabilidad de
experimentar inseguridad alimentaria moderada y severa en comparación con los hombres.
Esta situación es preocupante, ya que esta vulnerabilidad no solo afecta su propia salud,
sino que también puede repercutir en la salud de sus hijos si están embarazadas o en
período de lactancia, entre otros factores (Rapallo en Graziano et al., 2021).
Es fundamental abordar esta problemática desde una perspectiva de género y tomar en
cuenta las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres, tanto en términos de
acceso a recursos económicos como en la distribución desigual de las responsabilidades
domésticas. Esto requiere políticas y acciones con enfoque de género que promuevan la
equidad y la autonomía de las mujeres, garantizando su derecho a una alimentación
adecuada y fomentando la redistribución de las cargas de trabajo doméstico. Además, es
esencial fortalecer la educación alimentaria y nutricional, brindando herramientas y
conocimientos a las mujeres para que puedan tomar decisiones informadas y promover
hábitos alimentarios saludables en sus hogares.
4. Adultos mayores
En el caso de los adultos mayores, se observa una especial vulnerabilidad frente a la
inseguridad alimentaria debido a la disminución de sus ingresos y su capacidad de
movilidad, lo que puede generar barreras tanto económicas como físicas para acceder a los
alimentos. Esta situación se agrava aún más considerando que la inseguridad alimentaria
puede tener un impacto significativo en la salud física y mental de los adultos mayores.
En el ámbito de las dificultades económicas, la información proporcionada por la
Superintendencia de Pensiones revela que el monto total de las pensiones en Chile,
incluyendo las pensiones autofinanciadas, la Pensión Garantizada Universal y el Aporte
Previsional Solidario, no supera los $500.000 pesos [Gráfico 4].

Elaboración propia a partir de los datos de Superintendencia de Pensiones

Esta cifra refleja la precariedad financiera a la que se enfrentan muchas personas


mayores en el país. Además, es preocupante observar cómo la brecha entre las pensiones de
hombres y mujeres se ha ampliado drásticamente, ya que en la actualidad la diferencia
promedio alcanza los $200.000 pesos. Esta disparidad en los montos de las pensiones
refuerza aún más la desigualdad de género en el contexto de la seguridad económica de las
personas mayores, acentuando las dificultades económicas y la inseguridad financiera que
enfrentan las mujeres en etapa de jubilación.
Esta situación pone de manifiesto la importancia de abordar la inseguridad
alimentaria en adultos mayores desde una perspectiva integral, considerando no solo la
disponibilidad económica de alimentos, sino también las barreras físicas que enfrentan para
Gráfico 4. Pensión total (autofinanciada más APS o PGU)
$550,000
$500,000
$450,000
$400,000
$350,000
$300,000
$250,000
$200,000
$150,000
$100,000
$50,000
Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres
2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023

acceder a ellos. Es necesario implementar políticas y programas que promuevan la equidad


y el bienestar nutricional de esta población, asegurando que tengan acceso a una
alimentación adecuada y que se fomenten hábitos saludables. Además, se deben fortalecer
los sistemas de apoyo social y comunitario para brindar asistencia y acompañamiento a los
adultos mayores, garantizando así su seguridad alimentaria y su calidad de vida en general.
5. Población migrante
Es importante investigar la situación de la población migrante en relación con la
inseguridad alimentaria y malnutrición debido a las múltiples barreras a las que se
enfrentan. Estas barreras incluyen la barrera lingüística, cultural, económica y de acceso a
servicios públicos, así como la falta de redes de apoyo. Además, es común que las
poblaciones migrantes tengan concepciones negativas sobre las prácticas alimentarias del
país de destino en comparación con las de su país de origen, lo que puede influir en su
estado nutricional y de salud (Hun & Urzúa, 2019).
Al examinar a los niños de origen extranjero, se aprecia un patrón consistente de
retraso en el crecimiento físico, evidenciado por su estatura, en comparación con sus pares
chilenos en todos los niveles educativos estudiados [Gráfico 5]. Ser migrante en sí mismo
ya coloca a estos niños en una población vulnerable, ya que a menudo enfrentan barreras
lingüísticas, culturales y económicas que pueden dificultar su acceso a servicios de atención
médica y nutrición adecuados.
Gráfico 5. Prevalencia (%) de retraso en talla según nacionalidad,
Chile 2022
4.5% 4%
4%
4.0%
3.5% 3%
3%
3.0% 3%
2.5% 2.20% 2.30%
2.0% 1.80% 1.80%
1.60%
1.5%
1.0%
0.5%
0.0%
Prekínder Kínder 1ro Básico 5to Básico 1ro Medio

Chilena Extranjera

Informe de resultados del Mapa Nutricional JUNAEB 2023

Esta situación es particularmente relevante, ya que el hecho de ser migrante puede


exacerbar aún más su vulnerabilidad. Los niños migrantes a menudo se encuentran en
contextos donde enfrentan desafíos adicionales, como adaptarse a nuevas culturas, sistemas
de salud y sistemas educativos. Esta adaptación puede generar estrés adicional en su
bienestar general, lo que puede influir en su crecimiento y desarrollo. Además, es
importante reconocer que los niños migrantes pueden provenir de áreas con condiciones de
vida y acceso a atención médica diferentes, lo que podría contribuir a las disparidades en el
crecimiento que observamos en este análisis.
Las dificultades económicas y el aumento constante de los precios al consumidor han
provocado que los salarios no se ajusten de manera adecuada para hacer frente a los
mayores costos de vida. Esta estrechez en la relación entre los ingresos y los gastos afecta
directamente la capacidad de las personas para acceder a una alimentación adecuada y
afrontar la inseguridad alimentaria.
Es fundamental tener en cuenta que todas las poblaciones vulnerables mencionadas
anteriormente se ven afectadas por su nivel socioeconómico, ya que la inseguridad
alimentaria está estrechamente relacionada con la pobreza (Graziano et al., 2021). Estas
desigualdades económicas se ven acentuadas y reflejadas en el acceso al trabajo (Tabla 1).
De este modo, se puede ver que el 31% de les migrantes se encuentran desempleados/a.
Así, estos estructurantes agravan aún más la situación de inseguridad alimentaria y
malnutrición que enfrentan mujeres, estudiantes, adultos mayores y personas migrantes.

Tabla 1. Tabla cruzada Nacionalidad - La semana pasada, es decir, entre


lunes y domingo, ¿trabajó por lo menos una hora?
La semana pasada, es decir,
entre lunes y domingo, ¿trabajó
por lo menos una hora?

Sí No Total
Nacionalidad Bolivia 67% 33% 407
Bolivia, Perú, Perú 71% 29% 499
Venezuela,
Venezuela 73% 27% 332
Colombia,
Haití Colombia 73% 27% 263
Haití 70% 30% 208
Otro país 59% 41% 195
Total 69% 31% 1904

Elaboración propia a partir de los datos de Encuesta Nacional de Empleo (ENE) 2019

Este fenómeno no es simplemente un resultado de decisiones individuales, sino que


está arraigado en disposiciones estructurales de clase, intereses económicos y políticos que
dificultan el acceso equitativo a una alimentación adecuada para estos grupos. Culpar
exclusivamente a los consumidores por su situación de inseguridad alimentaria desvía la
atención del problema subyacente y limita las soluciones efectivas.
Dado el panorama mundial de crisis económicas, políticas y sociales que agravan la
crisis alimentaria, así como la respuesta institucional por parte del Estado, como la Agenda
2030 (Ministerio de Desarrollo Social y Familia, s. f.-a), es de gran relevancia investigar
cómo se ha desarrollado esta crisis en el país, con un enfoque especial en las poblaciones
más afectadas. Esto contribuirá a la formulación de políticas más efectivas y acciones
concretas que aborden de manera responsable y comprometida la realidad social de las
poblaciones vulnerables, promoviendo un conocimiento responsable en beneficio de la
labor social.
Los textos revisados nos han brindado una comprensión teórica de la situación en
nuestro país, permitiéndonos vislumbrar la naturaleza estructural de este problema. Es
importante reconocer que estas desigualdades son arraigadas y sistémicas, lo que resulta en
un impacto desproporcionado en las poblaciones vulnerables mencionadas.
El análisis de las poblaciones vulnerables nos revela que la crisis alimentaria está
enraizada en desigualdades estructurales. Para superar este desafío, es necesario impulsar
cambios institucionales y promover la conciencia social sobre la importancia de abordar
estas desigualdades. Al hacerlo, estaremos trabajando hacia un sistema alimentario más
justo, equitativo y sostenible, que garantice el derecho de todas las personas a una
alimentación adecuada y digna.
Bibliografía
Agurto, I., & Araque, G. (2023, 22 marzo). Fallas en alimentación escolar Junaeb:

empresas sancionadas continúan repartiendo comida en mal estado. El Mostrador.

Recuperado 24 de mayo de 2023, de

https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2021/08/11/fallas-en-alimentacion-escolar-

junaeb-empresas-sancionadas-continuan-repartiendo-comida-en-mal-estado/

Cerda, R., Egaña, D., Galvez, P., & Masferrer, D. (2016). Marco conceptual sobre los

factores condicionantes de los ambientes alimentarios en Chile. Javiera Herrera.

Recuperado 22 de mayo de 2023, de http://www.bibliotecaminsal.cl/marco-

conceptual-sobre-los-factores-condicionantes-de-los-ambientes-alimentarios-en-

chile/

Dárdano, C., & Álvarez, C. (2011). El Ambiente Alimentario en las Escuelas, las Políticas

de Alimentación Escolar y la Educación en Nutrición. En FAO. Recuperado 24 de

mayo de 2023, de

https://www.ipcinfo.org/fileadmin/user_upload/red-icean/docs/El_ambiente_aliment

ario_en_las_escuelas_y_la_educaci%C3%B3n_nutricional_June_2013.pdf

Díaz, M. C., & Glaves, A. (2020). Relación entre consumo de alimentos procesados,

ultraprocesados y riesgo de cáncer: una revisión sistemática. Revista chilena de

nutrición, 47(5), 808-821. https://doi.org/10.4067/s0717-75182020000500808

Graziano, J., Jales, M., Rapallo, R., Díaz-Bonilla, E., Girardi, G., del Grossi, M., Luiselli,

C., Sotomayor, O., Rodríguez, A., Rodrigues, M., Wander, P., Rodríguez, M.,

Zuluaga, J., & Pérez, D. (2021). Sistemas alimentarios en América Latina y el

Caribe: Desafíos en un escenario pospandemia.


Hun, N., & Urzúa, A. (2019). Comportamiento alimentario en inmigrantes, aportes desde la

evidencia. Revista chilena de nutrición, 46(2), 190-196.

https://doi.org/10.4067/s0717-75182019000200190

Junta Nacional de Auxilio y Becas [JUNAEB]. (2023, 27 junio). Beca de Alimentación

para la Educación Superior (BAES). Recuperado 14 de septiembre de 2023, de

https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/2125-beca-de-alimentacion-para-la-

educacion-superior-baes

Junta Nacional de Auxilio y Becas [JUNAEB], Ministerio de Educación, & Gobierno de

Chile. (2023). Mapa Nutricional: Principales Resultados. En junaeb.cl.

Ministerio de Desarrollo Social y Familia. (s. f.-a). Canasta Básica de Alimentos.

observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl. Recuperado 14 de septiembre de

2023, de https://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/indicadores-cba

Ministerio de Desarrollo Social y Familia. (s. f.-b). Chile Agenda 2030. Chile Agenda

2030. Recuperado 5 de junio de 2023, de

https://www.chileagenda2030.gob.cl/AGENDA%202030/sobre-agenda/ods-2/2

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FAO], Fondo

Internacional de Desarrollo Agrícola [FIDA], Organización Mundial de la Salud

[OMS], Programa Mundial de Alimentos [PMA], & Fondo de las Naciones Unidas

para la Infancia [UNICEF]. (2022). El estado de la seguridad alimentaria y la

nutrición en el mundo 2022. En FAO; IFAD; WHO; WFP; UNICEF; eBooks.

https://doi.org/10.4060/cc0639es

Organización Panamericana de la Salud [OPS] & Organización Mundial de la Salud

[OMS]. (2021, 30 noviembre). Nuevo informe de la ONU: el hambre en América

Latina y el Caribe aumentó en 13,8 millones de personas en solo un año.


PAHO.org. Recuperado 5 de junio de 2023, de https://www.paho.org/es/noticias/30-

11-2021-nuevo-informe-onu-hambre-america-latina-caribe-aumento-138-millones-

personas

Ortiz, J., & Molinare, C. (2022). Beca de Alimentación en Educación Superior: Fuerte

deterioro en su capacidad de compra. En ocec.udp.cl.

También podría gustarte