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LA LEYENDA DEL GUAJOJO

El mito del guajojó es famoso en el oriente boliviano, en Beni, Pando y Santa Cruz. La
tradición oral cuenta que una linda mujer, hija del cacique de uno de los pueblos del
territorio amazónico, se enamoró de uno de los jóvenes más valientes de su tribu.
Sin embargo, su romance duró poco. Su celoso padre convocó a los hechiceros
poderosos de la zona para que el pretendiente desapareciera antes de consumarse el
acto de amor de la pareja, porque “el intruso” heredaría el trono y el amor de la hija.
Cuando la muchacha se dio cuenta de la desaparición de su amante y descubrió el plan
de su padre se lanzó a correr por la espesa selva llorando desconsoladamente; gritaba
mientras lo buscaba desesperada. Y cuando estuvo a punto de alcanzar a los
hechiceros para evitar la muerte de su amado, estos la convirtieron en una horrenda
ave prohibiéndole el resto de la vida hablar, por tanto estaba destinada a deambular
con su eterno lamento.
Desde entonces, el guajojó es ahuyentado de los sitios poblados porque cuando canta
la gente en realidad cree que llora la muerte de su amado y atrae nuevos lamentos y los
malos espíritus de los hechiceros que rompieron con su unión de amor verdadero.
Así las familias se escapan de la presencia del ave seguras de que si se posa en una
casa estarán destinadas al fracaso, a la muerte o a la mala suerte en cualquier sentido
de sus vidas.

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