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a. Análisis de Períodos:
b. Ecuaciones en Diferencias:
𝑝𝑡 = (1 + 𝑟)𝑝𝑡−1 − 𝑑𝑡
c. Ecuaciones Diferenciales:
𝑦(𝑡) = 𝑐𝑒𝑔𝑡
d. Modelos Estocásticos:
-Un contador público debe estar preparado para tomar decisiones financieras que
proteja el entorno de los riegos económicos que afecten el país, edemas se debe
utilizar las herramientas necesarias para el análisis de la macroeconomía en la toma
de decisiones financieras:
.
5) Construir el marco macroeconómico relevante para la empresa.
Bajo este prisma, si hay algo en lo que la historia y la academia coincide, es que no se
puede descalificar a los seguidores de otras escuelas bajo ningún concepto. Un debate
serio debe estar centrado en argumentos económicos y en ideas, pero jamás en ataques
generalistas.
La batalla que se planteó en el siglo pasado entre keynesianos y neoliberales fue ganada
por los segundos a partir de las victorias de Thatcher y Reagan en los años ochenta.
Cayeron los sistemas de las democracias populares, controladas política y militarmente
por la Unión Soviética que acabó desmoronándose dando paso a la Rusia de hoy que ha
copiado los aspectos más discutibles del neoliberalismo.
John Maynard Keynes
La crisis que nos aflige a todos no la ha causado el keynesianismo sino el liberalismo sin
freno que levantó acta de su inviabilidad en el último tramo del mandato del presidente
Bush al reunir en Washington a los dirigentes más destacados del mundo cuando Obama
era ya el presidente electo.
Los keynesianos sostienen que salarios altos, el pleno empleo y el estado social del
bienestar crean el aumento del consumo propiciando la expansión económica. Es una
fórmula para salir de las depresiones económicas.
Los neoliberales, por el contrario, piensan que la cuestión es muy sencilla y que basta con
que el sistema de gobierno evite dañar excesivamente la economía para que todo
funcione. Los humanos son inventivos y productivos por naturaleza, además de estar
siempre dispuestos a incrementar su patrimonio, y si se les permite hacerlo, florecerá la
sociedad en su conjunto. Si se reducen los costes del sector público y de las empresas,
se obtendrán beneficios y se creará riqueza que podrá ser repartida para todos.
No son discusiones académicas sino dos conceptos contrapuestos que pueden ser
incompatibles. El hecho cierto es que la crisis no la gestionan los gobiernos sino las
instituciones financieras internacionales que fijan los criterios para superar los serios
problemas que están provocando crisis sociales, políticas y económicas en todo el
mundo.
Tan es así que el presidente Zapatero, por ejemplo, ha tenido que romper su discurso y
adoptar medidas en las que hasta hace dos meses no creía y plegarse a las exigencias
de la Unión Europea que él mismo preside con carácter rotatorio aplicando una reforma
laboral y recortes en el gasto público que eran temas incuestionables hasta hace poco. El
desconcierto de Zapatero es de tal magnitud que ayer mismo dijo en el Congreso que
estaba dispuesto a admitir que su gobierno es el que menos ha hecho para mantener el
crédito de España en los últimos treinta años de democracia.
Confío en que las medidas de urgencia adaptadas por la gran mayoría de gobiernos de la
zona euro sean las más indicadas y supongan el comienzo del fin de la crisis. El problema
sería mucho más grave si después de tantos esfuerzos impuestos no aparecieran
soluciones optimistas.
Quizás es más sencillo, como decía el Nobel Paul Krugman, que si queremos saber de
dónde salió la crisis debemos pensar en la venganza de la superabundancia.