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EL DUELO COMO RESPUESTA A LA PÉRDIDA

El sentido y la extensión de la pérdida es percibida de modo diferente por cada persona. la muerte de un
ser querido, la pérdida de bienes materiales. las pérdidas originadas por el crecimiento, los cambios de
situación; el nacimiento de un hijo; pérdida de independencia y libertad -el traslado de casa, de ciudad o
de país. Todo cambio, positivo o negativo, implica una pérdida y la necesidad de hacer un duelo.

EL DUELO COMO PROCESO:


Todo duelo es un proceso natural en el que el doliente atraviesa una serie de fases.
Desde el punto de vista de ayuda profesional El comportamiento y manifestaciones de esa persona,
indicará lo que le ocurre por dentro en su mundo íntimo, y así, se le podrá interpretar y comprender.

LAS FASES DEL DUELO: Se describe a continuación más detalladamente, un proceso normal de duelo
según Bob Wright

FASE DE SCHOCK:
Es un escape natural y temporal, que amortigua el impacto inmediato y ayuda a ir asimilando la terrible
realidad. El doliente está emocionalmente desorganizado; se siente solo (a), triste, vacío, confuso (a),
desamparado(a) y desesperado, postrado y lleno de desolación. La idea de suicidio es frecuente. Las
formas de respuesta a la aflicción pueden manifestarse por: Diferentes sensaciones físicas: náuseas,
vértigo, palpitaciones, opresión en la boca del estómago, en el pecho, vacío en el estómago, sequedad de
boca, ahogo, hipersensibilidad al ruido, fatiga, dolores de cabeza, de espalda.

CULPA:
El sentido de culpa sin resolver y las emociones mal interpretadas pueden llevar al doliente a sentirse mal
durante años o a manifestarlo a través de síntomas físicos. Puesto que el pasado no puede cambiarse,
hay que aceptarlo e integrarlo en la propia vida; el aceptar la culpa es una forma de integración. El
doliente está furioso; lleno de ira, rabia y resentimiento.

Rabia contra uno mismo y contra los demás.


Depresión y abandono La depresión aparece en esta etapa como un fenómeno normal y sano.
Esta fase puede durar desde semanas a meses.
SILENCIO:
El doliente se siente sin fuerzas, débil e incapaz de afrontar nuevas situaciones y decisiones.
Todos han olvidado lo ocurrido, pero alguien tiene que recordarlo. Todos han olvidado lo ocurrido, pero
alguien tiene que recordarlo. Quiere tomarse su tiempo para hacer el duelo, se resiste a darlo por
acabado. Todos han olvidado lo ocurrido, pero alguien tiene que recordarlo. Quiere tomarse su tiempo
para hacer el duelo, se resiste a darlo por acabado. Quiere tomarse su tiempo para hacer el duelo, se
resiste a darlo por acabado.
El doliente debería abrirse a nuevas relaciones e iniciar algo diferente. Pero no le apetece y le cuesta, lo
cual es muy normal.
EL DARSE CUENTA Y RECUPERARSE:
Gradualmente se va abriendo paso la esperanza. Las nubes se van despejando. Se alternan temporadas
buenas con los baches, que casi siempre coinciden con fechas clave, aniversarios y fiestas significativas.
En muchos casos, el doliente prefiere trabajar por sí mismo su dolor; aunque siempre necesita la calidez,
la ayuda y el afecto de los que le rodean, para motivarle a buscar otras relaciones, trabajos o hobbies que
den un nuevo sentido a la vida.

TENER EN CUENTA LO SIGUIENTE:


El duelo es tan natural como llorar cuando te lastimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando
tienes hambre, estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera en que la naturaleza sana un corazón
roto.

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