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Religiosidad y voto en 34 democracias

europeas1
Religiosity and vote in 34 european democracies
Guillermo Cordero
Universitat Pompeu Fabra
guillermo.cordero@upf.edu

Resumen
Habitualmente la literatura ha considerado que la religiosidad ha perdido fuerza como antecedente del voto
en Europa. Esto ha sido así a pesar de que los partidos de izquierda y derecha siguen insertando temas
religiosos y morales en el debate político para diferenciarse de sus oponentes. En este trabajo se lleva
a cabo un estudio comparado de 34 democracias europeas con el fin de desentrañar en qué medida el
voto religioso ha perdido intensidad desde los años ochenta. Los resultados ofrecidos apuntan hacia
una marcada caída en los niveles de voto religioso hasta los años noventa, aunque también señalan una
recuperación de la vitalidad del fenómeno desde entonces en una parte importante de los países inclui-
dos en la muestra. También se ha mostrado el importante papel desempeñado por la élite política en la
activación del voto religioso.

Palabras clave: voto religioso, comportamiento electoral, Europa, religiosidad.

Abstract
Social sciences have often claimed the end of religiosity as an explanatory factor of electoral behaviour in
Europe. Nevertheless, left and right parties still insert religious and moral issues in the agenda in order to
distance themselves from their opponents. This paper shows a comparative study of 34 European demo-
cracies examining the extent to which religious voting has diminished since the eighties. Results point to a
sharp decline in the levels of religious vote until the nineties, with a revitalization since then in some of the
countries of the sample. The analysis also highlights the important role played by the political elite on the
activation of religious vote.

Keywords: religious voting, electoral behaviour, Europe, religiosity.

1. El presente estudio ha podido desarrollarse gracias la financiación del Ministerio de Educación y Ciencia,
mediante el proyecto de investigación SEJ2006-10073 “Religiosidad, ideología y voto en Europa”, dirigido
por José Ramón Montero, a quien quisiera agradecer su paciente colaboración y su apoyo.

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En las últimas décadas se ha producido una sustancial disminución en los niveles de


creencias y prácticas religiosas de los europeos (Norris e Inglehart, 2004) y la religión
ha dejado de ser un aspecto central en los programas y discursos de los partidos políticos
(Manza y Wright, 2003). Esta paralela reducción ha ido acompañada de una “privatiza-
ción” de la religiosidad (Turner, 1983), por lo que su relevancia en la esfera pública en
general, y en el comportamiento electoral en particular, se antoja cuestionable (Franklin et
al., 1992; Dalton, 1998).
No obstante, ni esta tendencia a la secularización y privatización de la religión es tan li-
neal ni unívoca (Norris e Inglehart, 2004) ni la religiosidad ha dejado hoy de representar un
elemento importante a la hora de estudiar las identificaciones y el comportamiento político
(Freire, 2006; Raymond, 2011). En Europa, los partidos y sus líderes —no solo los demo-
cristianos y los conservadores, sino también los más cercanos a la izquierda—, siguen in-
troduciendo debates relacionados con la religión, como la educación laica, la presencia de
crucifijos en las aulas, de mezquitas en las ciudades; o estableciendo sus posiciones frente
a temas morales tradicionales como la legalidad del aborto o de la unión en matrimonio de
parejas del mismo sexo (Dalton, 2002: 330).
Teniendo en cuenta estos factores, y ya entrados en el siglo XXI, parece necesario
ofrecer un análisis actualizado del voto religioso. Con dicho propósito, el objetivo de este
artículo es doble. En primer lugar, ofrecer un estudio descriptivo de la evolución del voto
religioso en Europa desde 1980. Dicho estudio sirve para comprobar hasta qué punto la
religiosidad de los europeos y su comportamiento electoral se encuentran cada vez menos
relacionados. En segundo lugar, y utilizando datos de 20082, analizar las características
contextuales que ayudan a explicar por qué el voto religioso se encuentra más presente en
unos países europeos que en otros en la actualidad.
Estos objetivos estructuran el artículo de la siguiente manera: tras la presentación del
marco teórico se desarrollan las hipótesis que guían el estudio y los datos usados para su
comprobación empírica. Más adelante se ofrece una descripción de la evolución del voto
religioso desde 1980. Por último, se analizan los determinantes contextuales que explican
que en la actualidad la presencia de voto religioso sea variable en los diferentes países
europeos incluidos en la muestra.

EL VOTO RELIGIOSO EN LA LITERATURA

Probablemente la obra referente en la corriente que engloba a los modelos sociológicos


de voto sea Party systems and voter alignments (Lipset y Rokkan, 1967). Aunque el obje-
tivo de Lipset y Rokkan no era estudiar el comportamiento electoral, desde la publicación

2. La insuficiente muestra de países presentes en las oleadas de 1980, 1990 y 2000 en la Encuesta Europea de
Valores no hace posible un análisis longitudinal, por lo que el análisis jerárquico se limita a la oleada de
2008.

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de su Teoría de los clivajes, diversas obras analizaron la manera en que las características
sociales habían seguido determinando el voto de los ciudadanos (Rose y Urwin, 1969;
Lijphart, 1979). Sin embargo, a partir de los años setenta se sucedieron en Europa una
serie de cambios sociales y políticos que hicieron modificar algunos de los supuestos que
guiaban estos análisis3. La literatura en las ciencias sociales pasó entonces de estudiar la
estabilidad de los sistemas de partidos a interesarse en mayor medida por las características
cambiantes de sus objetos de estudio (Dalton et al., 1984: 3-4).
La mayor parte de las contribuciones al estudio del comportamiento electoral desde los
años ochenta pasó a argumentar que las características sociales habían perdido fuerza como
antecedente del voto en Europa. En 1992, Mark Franklin4 publicó Electoral Change, donde
se defendía que los ciudadanos se desligan de las ataduras que suponen sus adscripciones
sociales, haciendo uso cada vez más de mecanismos individuales en la toma de decisiones
electorales. En esta idea insistió una parte importante de los autores que se acercaron al
estudio del voto religioso durante los años noventa y también algunas de las aportaciones
más recientes al estudio del voto religioso desde una perspectiva comparada (Dogan, 1995;
Dalton, 1998; Inglehart, 1997; Thomassen, 2005).
No fue hasta finales de los noventa cuando el interés por el voto religioso fue retomado
por la Ciencia política y la Sociología política. Gracias en parte a la aplicación de técnicas
de análisis más sofisticadas ya utilizadas anteriormente en el estudio del voto de clase,
autores como Clem Brooks et al. (1997) retomaron el tema de estudio, concluyendo que
el voto religioso distaba mucho de haber desaparecido. Oddbjørn Knutsen (2004) también
coincidió en la relevancia de la consideración de la confesión religiosa a la hora de expli-
car el comportamiento electoral de los europeos5, así como, por ejemplo, Chris Raymond
(2011) volvió a poner de relieve que la religiosidad sigue definiendo de manera importante
las preferencias políticas de los ciudadanos.
Uno de los aspectos por los que este nuevo desarrollo de la literatura mostró interés
fue la relación que se establece entre religiosidad, partidismo, ideología y voto, y su con-
secuente problema de endogeneidad (Inglehart y Rabier, 1986: 470; Montero et al., 2008:
32; Raymond, 2011). Aunque Giacomo Sani argumentaba que estos elementos “van de
la mano” (1974: 207) en un proceso de mutua influencia, la mayor parte de la literatura
ha considerado que no deben tener la misma consideración en la cadena causal del voto6.

3. Los importantes incrementos en la volatilidad electoral registrados en Europa en el último cuarto de siglo
fueron habitualmente relacionados por parte de las ciencias sociales con los crecientes niveles de heteroge-
neidad y movilidad social o la extensión de una imagen de ciudadano más individualista y guiado por valores
posmaterialistas, entre otros elementos. En relación con el voto religioso, contribuyeron además los procesos
de secularización y laicización presentes en Europa.
4. Mark Franklin, Thomas Mackie y Henry Valen.
5. Otros autores que desde un enfoque empírico y cuantitativo se han acercado al estudio del voto religioso uti-
lizando una aproximación similar han sido Andersen y Heath (2003), Brooks, Nieuwbeerta y Manza (2006)
y Oskarson (2005).
6. Para un análisis más detallado de esta problemática en una muestra similar de países, ver Balaguer, Cordero
y Navarrete (2012).

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Como John Bartle (1998) argumentó, la religiosidad como elemento sociodemográfico


precede causalmente a la ideología, el partidismo y el voto, concepción mayoritariamente
apoyada por las aproximaciones empíricas al estudio de la ideología (Huber, 1989; Fuchs
y Klingemann, 1990; Knutsen, 1997; Freire, 2006)7.
En definitiva, la literatura actual parece haber vuelto a considerar el papel de la reli-
giosidad como antecedente del voto en Europa (Cordero, 2012). Martin Elff (2007), en
una de las aportaciones actuales más relevantes al estudio del fenómeno ha defendido que
la religiosidad se sigue relacionando con el voto, especialmente en aquellos contextos en
los que esta se encuentra presente en el debate electoral. El autor hacía referencia con su
argumento a la relevancia de la polarización como elemento potenciador del voto religioso,
aspecto en el que también insistió Maria Oskarson (2004). La capacidad de la élite política
para activarlo (Chhibber y Torcal, 1997; Montero, Calvo y Martínez, 2008; Cordero, 2012)
también ha sido estudiada como un elemento relevante a la hora de explicar por qué la
religiosidad sigue hoy ayudando a explicar el voto de los europeos (Van der Brug, Franklin
y Tóka, 2008). Según esta concepción, la élite política es capaz de “activar”, “reactivar”,
o “desactivar” el voto religioso mediante la inserción o no en el debate electoral de temas
relacionados con la religión y la moral tradicional.

OBJETIVOS E HIPÓTESIS

En este artículo se considerará el voto religioso como la mayor preferencia de los cre-
yentes8 por el voto a partidos ubicados en la derecha y el centro-derecha de la escala ideo-
lógica, y de los no religiosos por partidos de izquierda y centro-izquierda. Según parte de
la literatura, la correlación entre la religiosidad y el comportamiento electoral ha tendido a
atenuarse en Europa en las últimas décadas. Así, el primer objetivo del artículo será ofre-
cer una imagen de la evolución de la vitalidad del voto religioso desde 1980 hasta 2008.
Como será mostrado, el voto religioso no ha desaparecido en Europa, aunque no en todos
los países tiene hoy la misma intensidad. Por ello, el segundo objetivo del artículo será
analizar hasta qué punto esta concepción del voto religioso se encuentra vigente en Europa
en la actualidad y cuáles son los elementos del contexto que determinan su mayor o menor
presencia. Estos objetivos dan forma a las hipótesis que guían los análisis ofrecidos en el
artículo.
Con el fin de explicar la variable “suerte” del voto religioso en Europa, algunos autores
han señalado la importancia de la oferta partidista, aunque habitualmente sin comprobar
sus efectos empíricamente. Una de las características que suele ser resaltada ha sido la

7. Tampoco han puesto en duda que la religiosidad preceda temporalmente al voto la escuela político-psicológi-
ca (Campbell et al., 1960) ni los estudios que han hecho uso de enfoques no recursivos que cedían una mayor
relevancia al papel racional del votante (Page y Jones, 1979; Fiorina, 1977).
8. La consideración de “creyente” se basa en una amplia definición a partir de la práctica, la denominación y la
creencia en dogmas religiosos, la religiosidad privada y la confianza en instituciones religiosas.

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polarización de los sistemas de partidos y su efecto positivo sobre la vitalidad del voto
religioso. El argumento consiste en que los partidos de izquierda podrían insertar en el
debate electoral temas ligados al laicismo y la moral, de la misma manera que lo harían
los partidos situados a la derecha con el fin de resaltar su distancia ideológica con respec-
to a sus oponentes (Dalton, 2002). De esta manera, las élites políticas serían capaces de
polarizar el sistema de partidos mediante la “activación” del voto religioso (Evans y De
Graaf, 2012: 1). Este argumento va necesariamente ligado a un problema de endogeneidad:
resulta problemático desentrañar la dirección causal entre la presencia de voto religioso y
la activación de debates morales. En este sentido, no queda claro si es la élite política la que
toma un papel activo movilizando el voto religioso o si, por el contrario, es la sociedad la
que se encarga de movilizarlo, aunque la literatura ha demostrado empíricamente que habi-
tualmente es la élite política la que moviliza la opinión pública (un buen examen teórico y
empírico a este respecto es el desarrollado por Baldassarri y Gelman, 2008).

“H1. La polarización partidista9 basada en la movilización de temas religio-


sos y/o morales incentiva el protagonismo de la religiosidad como antecedente del
voto.”

El importante papel jugado por las élites religiosas en las últimas transiciones democrá-
ticas en Europa del Este (Evans y Whitefield, 1993), el relativo resurgir de la religiosidad
en algunos de estos países (Gautier, 1997; Froese, 2001) y la recuperación de debates en
torno a divisiones clásicas por parte de sus élites políticas (Van der Brug et al., 2008) han
contribuido a que en los países con pasado comunista no democrático reciente el voto re-
ligioso haya cobrado fuerza en las últimas décadas. Como algunos autores han puesto de
manifiesto, la escasa experiencia democrática de los ciudadanos hace a los líderes políticos
y a los votantes utilizar imágenes e identidades alternativas a la ideológica, como por ejem-
plo, diferencias étnico-religiosas ya presentes en el régimen anterior (Whitefield, 2002).

“H2. La prominencia de la religión en los procesos de transición de algunas


nuevas democracias de Europa Central y del Este ha favorecido una creciente ex-
tensión del voto religioso en la zona.”

También las propias características religiosas del país podrían estar determinando cómo
es el voto de los europeos, dado que los procesos de secularización no han tenido la misma
intensidad ni han evolucionado de la misma manera en todo el continente. En los países
protestantes los indicadores de religiosidad empezaron a descender antes que en países

9. En este trabajo se utilizará un índice de polarización ideológica elaborado por el Party Manifestos Project
a partir de la presencia en los programas políticos de los partidos de debates económicos sobre el Estado
de bienestar, morales, de organización del Estado, del respeto a la autoridad, entre otros (Volkens et al.,
2010).

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católicos y mixtos10 (Jagodzinski y Dobbelaere, 1995: 81), por lo que es de esperar que
sea en estos últimos grupos donde el impacto del voto religioso se muestre más apuntado,
aunque a su vez con una pendiente negativa más pronunciada. Por este mismo motivo, tam-
bién se espera que en países con altos niveles de secularización —como en algunos países
de Europa Central y del Este, muchos de ellos ortodoxos—, así como en Escandinavia, el
impacto del voto religioso sea menor.

“H3. El voto religioso se encuentra más presente en países católicos y mixtos


que en protestantes y ortodoxos.”

DATOS

Un objetivo adicional que se plantea en este trabajo es superar algunas de las defi-
ciencias metodológicas más extendidas en los trabajos previos sobre voto religioso. Estas
carencias podrían ser resumidas en tres: la escasa cobertura geográfica y temporal de las
que hacen uso, la insuficiente operacionalización de un fenómeno tan complejo como es la
religiosidad y la aplicación de técnicas de investigación no adaptadas al objeto de estudio
(Cordero, 2012). Para superar dichas carencias, en primer lugar se hará uso de la Encuesta
Europea de Valores (EEV), cuya muestra se encuentra formada en la actualidad por 34
países y su cobertura temporal va desde 1980 hasta 2008, lo que hasta el momento supone
el estudio sobre el voto religioso con una cobertura más amplia, incluyendo además países
con diversas experiencias democráticas, sistemas de partidos y realidades religiosas dife-
rentes.
En segundo lugar, se llevará a cabo un tratamiento complejo de la variable indepen-
diente. Los estudios de voto religioso han utilizado habitualmente una estrategia similar
a la de los estudios de voto económico: seleccionar una característica determinada de la
religiosidad (habitualmente la asistencia regular a misa) y han analizado la intensidad de su
relación con el voto. Esta práctica es, en el caso del voto religioso, especialmente problemá-
tica si se tiene en cuenta que las formas de vivir la religiosidad han cambiado profundamente
en las últimas décadas. La palmaria caída en Europa de los niveles de asistencia semanal
a actos religiosos —variable usada más frecuentemente por la literatura— (Jagodzinski y
Dobbelaere, 1995) es un indicador de la necesidad del uso de formas alterativas de medir el
fenómeno (Dalton, 2002: 328). La utilización de la EEV hace posible una operacionalización
más compleja de la variable independiente, pudiendo hacer uso de un abanico más amplio
de indicadores. En los siguientes análisis, serán utilizados indicadores que miden diferentes
aspectos de la religiosidad del individuo: su confesión religiosa11, su nivel de creencia en

10. Los países mixtos son aquellos en los que la denominación religiosa mayoritaria no alcanza el 60% de la
población adscrita a alguna confesión en 2008.
11. Knutsen (2004).

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dogmas, el grado de importancia que dan a la religión y a Dios en sus vidas12 y la confianza
que tienen en las instituciones religiosas13, además de la mencionada práctica religiosa.
En cuanto a las variables de control, se han seguido dos estrategias diferentes. En el
siguiente apartado, cuyo objetivo es cuantificar la evolución temporal del voto religioso, las
variables religiosas han sido aisladas y ninguna variable de control ha sido introducida en los
modelos con el objetivo de no aumentar artificialmente su poder explicativo. Siendo cons-
cientes de que esta decisión puede ser problemática, los modelos con controles se recogen en
el anexo, donde puede comprobarse su robustez. Adicionalmente, en el siguiente apartado,
donde el objetivo es analizar las características contextuales que afectan a la vitalidad del voto
religioso, sí han sido incluidos controles tanto a nivel individual como contextual14.
La métrica de la variable dependiente seleccionada para el artículo es continua, lo que
facilita la implementación de análisis más completos que variables con otro tipo de métri-
ca. Para la operacionalización de la variable dichos partidos han sido ubicados por expertos
de la Encuesta Europea de Valores15 en una escala ideológica cuyo rango se extiende entre
el 1 “izquierda”, y el l 10 “derecha”. Para analizar en qué medida dicho voto se encuentra
mediado por la religiosidad se seguirán dos estrategias diferentes, ya adelantadas. En el
análisis longitudinal será considerado el uso del estadístico R2 como indicador de la evolu-
ción del impacto del voto religioso. Teniendo en cuenta que resulta necesaria la utilización
de diversas variables independientes, dicho estadístico se muestra como el más idóneo
índice de resumen del ajuste del modelo y, por tanto, de la capacidad de las variables re-
ligiosas para predecir el voto, una estrategia seguida en la literatura previa (Heath et al.,
1995; Freire et al., 2009; Knutsen 2010). Para el análisis transversal de los determinantes
contextuales del voto religioso se hará uso del análisis jerárquico (Steenbergen et al., 2002:
218-37; Hox, 2010). Dicho análisis se centrará en la oleada de 2008, dado el insuficiente
número de países que participaron en las oleadas previas.

12. Se analizará la relación entre el voto e indicadores anteriormente utilizados en la literatura (Jagodzinski
y Dobbelaere, 1995; Manza y Wright, 2003; Norris e Inglehart, 2004), como la creencia en dogmas
—Dios, el cielo, el infierno y la vida después de la muerte—, y la importancia de la religión y de Dios en
la vida.
13. Dado que muchos autores han entendido el proceso de secularización como la pérdida de autoridad de la Igle-
sia en el ámbito público, será utilizado como indicador del grado de institucionalización religiosa la confianza
en instituciones religiosas (Chaves, 1994).
14. La correlación entre religiosidad e ideología provoca al ser introducidas en un modelo de voto un efecto de
solapamiento, logrando la segunda “absorber” parte del peso explicativo de la primera (Inglehart y Rabier
1986: 470; Bartle 1998; Montero, Calvo y Martínez 2008: 32), “enmascarando” su efecto real sobre el voto
(Raymond, 2011). Este efecto se vuelve aún más problemático si se tiene en cuenta que el nivel de dicha
multicolinealidad no es el mismo en todos los contextos (Knutsen 2011). La estrategia seguida en este artí-
culo ha sido eliminar la ideología como variable de control, siguiendo el ejemplo de los influyentes análisis
publicados por Maria Oskarson en The European Voter (2005), Oddbjørn Knutsen (2004), de los recientes
análisis de Clem Brooks, Paul Nieuwbeerta y Jeff Manza (2006) o el de Martin Elff (2007). Para profundizar
sobre la magnitud de esta “absorción”, así como para consultar los modelos con la ideología como variable
de control, consultar Cordero (2012).
15. Aunque no existe acuerdo sobre la idoneidad de esta estrategia, ha sido demostrado que el juicio de expertos
difiere en muy poca medida de estos otros procedimientos alternativos (Knutsen, 1998).

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Tabla 1.
Descriptivos de las variables a nivel individual

N Mín. Máx. Media D.T.


Denominación religiosa 177.706 0 1 0,76 0,43
Misa semanal 182.012 0 1 0,19 0,39
Índice de creencias 182.012 0 1 0,45 0,38
Importancia de la religión 161.286 1 4 2,41 1,06
Importancia de Dios 172.144 1 10 6,13 3,28
Confianza en la Iglesia 175.235 0 1 0,55 0,50
Ideología de partido votado 102.548 1 10 5,42 2,07
Fuente: oleadas 1 a 5 de la Encuesta Europea de Valores.

EVOLUCIÓN DEL VOTO RELIGIOSO EN EUROPA 1980-2008

Entrados en el siglo XX, con una Europa en la que el proceso de secularización se encuen-
tra muy avanzado, resulta relevante reconsiderar en qué medida las creencias, los valores y la
denominación religiosa de los ciudadanos siguen guiando su comportamiento electoral, así
como analizar si esta relación varía en función de las características contextuales de cada país.
Para ello se ha construido un índice basado en el porcentaje de varianza explicada por parte
de un modelo de regresión lineal, acotando su rango entre el 0 —no hay ajuste— al 1 —las
variables explicativas son capaces de explicar el total de la varianza de la variable dependien-
te—. El uso de este tipo de índices (utilizado en trabajos recientes, como los de Heath et al.,
1997; Freire et al., 2009; Knutsen, 2010) es especialmente útil si tenemos en cuenta el elevado
número de variables independientes, países y observaciones temporales considerados en el
análisis16. En el modelo ha sido insertado el grupo de variables religiosas al que se acaba de
hacer referencia, no incluyendo variables de control que pudieran incrementar artificialmente
el poder predictivo del modelo —no obstante, y para evitar problemas relacionados con la
falta de especificación del mismo, los resultados han sido contrastados con los modelos más
completos presentados en el anexo.
En el gráfico 1 se presenta la evolución de dicho indicador desde 1980 hasta 2008. En
él puede observarse que durante el periodo analizado el voto religioso se ha visto recortado
de una manera más drástica en los países católicos sin pasado comunista. En estos se produce
una caída generalizada de 20 puntos porcentuales en el nivel de varianza explicada, lo que ha
supuesto que desde los noventa ninguno de los países del grupo alcanzara el 20 por ciento en

16. Algunos autores han señalado que la cuantificación de este indicador puede verse afectada por el tamaño de
la muestra, aunque en muestras de gran tamaño, como es el caso, estas variaciones no son de una magnitud
relevante (Achen, 1982).

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este mismo indicador17. A pesar de ello, tras la drástica caída experimentada por los demás países
católicos occidentales, los niveles no han variado de manera relevante a partir de 1990. Desde
entonces se puede observar una generalizada estabilización en los índices de voto religioso y una
parcial recuperación en algunos países, con una recuperación media de cinco puntos de magni-
tud. Ello podría deberse a la inserción de debates relacionados con la religión y la moral en la
arena política, por ejemplo en España, Portugal e Italia, como algunos autores ya han apuntado
(Freire, 1998; Bréchon, 2000; Calvo, Montero y Martínez, 2010; Cordero y Martín, 2011).
Entre los países de mayoría católica con pasado comunista reciente se pueden distinguir
dos tendencias encontradas (Markowski, 1997; Enyedi, 2006), diferencias que pueden ser
explicadas por el papel jugado en dichos países por la élite política (Evans y Whitefield,
1993; Markowski, 1997; Evans y Need, 2002; McAllister y White, 2007; Baldassari y
Gelman, 2008). Así, en países como la República Checa18 y Eslovaquia19 la competición
electoral se conforma alrededor de debates económicos, no encontrando la religión un
lugar destacable en el discurso de sus líderes (Markowsi, 1997; Enyedi, 2006). Aunque
en Hungría se da una presencia residual de temas relacionados con la moralidad (Enyedi,
2000), los discursos de los principales partidos en estos temas carecen de “coherencia” y
“consistencia”20. El contrapunto lo ofrecen Polonia, Eslovenia y Croacia, todos ellos con
un gran partido conservador y/o democristiano21 que se encarga de convertir la religiosidad
en tema de campaña (Markowski, 1997; Ka-Lok Chan, 2001; Fink-Hafner, 2006).
Entre los países protestantes, la media de la pendiente del índice de voto religioso es
negativa, aunque con una inclinación menos pronunciada, dado que en estos países la caída
en los indicadores religiosos comenzó a producirse a mitad del siglo XX (Madeley, 2000).
A pesar de todo, y al igual que ocurría en el caso de los países católicos, desde 1990 se
han producido ligeros incrementos, aunque solo en los países escandinavos —Noruega y
Suecia—, dos de los países donde el voto de clase se ha visto más recortado en favor de
una mayor presencia de debates morales y religiosos (Madeley, 2000). Aunque Alemania
Oriental ha sufrido caídas en el índice, estas no han supuesto la desaparición del fenómeno,
que todavía es capaz de explicar el 15% de la variabilidad del voto, por encima de la media
de los países protestantes.

17. Italia es el único país donde se observa una recuperación en el indicador en 1990. No obstante, los resultados tras
esta observación van en línea con el resto de países católicos (Mackie, Mannheimer y Sani, 1992), y con la común
aceptación de la caída del voto religioso en Italia tras la debacle del Partido Democristiano en los noventa.
18. La oferta partidista mayoritaria se divide entre el ODS, partido liberal antieuropeo, y el CSSD, partido
socialdemócrata. Ambos hacen girar el debate electoral alrededor de temas relacionados con la liberalización
económica y la intervención del Estado en la economía.
19. Es la tercera fuerza política, el KDH (partido democristiano), el único que abiertamente hace alusiones direc-
tas a temas relacionados con la moral católica.
20. El FIDESZ, principal partido del país, era en sus orígenes un partido liberal y anticomunista que a mitad de
los años noventa se reinventa como partido conservador. El otro gran partido, el MSZP, socialdemócrata y
sucesor del Partido Comunista, lleva a cabo un programa muy liberal desde el punto de vista económico,
habiendo promovido desde el Gobierno profundas políticas de liberalización y privatización.
21. PO y PiS en Polonia, SDS en Eslovenia y HDZ en Croacia. Alusiones a los sistemas de partidos presentes
en dichos países cuando las observaciones individuales de la última oleada de la EVS fue llevada a cabo (en
torno a 2007, en función del país).

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Gráfico 1.
VarianzaPaíses
explicada Países
católicos
por el
Países
católicos
sin pasado sin conjunto
católicos
pasado
comunista sin
comunista de variables
pasado comunista religiosas
Países
Países católicos
en
Países
con católicos
pasado conEuropa,
católicos
pasado
comunista con 1980-2008*
pasado
comunistacomunista

0,6 0,6
0,6 católicos Países 0,6
católicos sin pasado comunista 0,6 0,6 Países católicos con pasado comunista
Países sin pasado comunista Países católicos con pasado comunista
0,6 0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4

0,4 0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2

0,2 0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0


1980 1980
1990 1980
1990
2000 19902000
2008 20002008 2008
1980 1980
1990 1980
1990
2000 19902000
2008 20002008 2008
0,0 0,0 0,0 0,0
1980
Austria Austria Austria
1980
1990 España 1990
2000España España 2000
2008
Irlanda Irlanda Irlanda
2008
1980
Croacia Croacia Croacia
1980 1990
2000 Eslovenia
1990 Eslovenia Eslovenia
2008
Eslovaquia EslovaquiaEslovaquia
2000 2008

Austria
Francia Francia
FranciaItalia
España Italia
España Portugal Portugal
Austria Italia Irlanda
Portugal Irlanda
Croacia
Rep. Rep.
Checa Rep. Checa Checa PoloniaHungría
Croacia
Eslovenia
Polonia Polonia
Eslovenia Hungría Hungría
Eslovaquia Eslovaquia

Bélgica
Francia Bélgica
BélgicaItalia
Francia Italia
Portugal Portugal
Rep. Checa Rep. Checa
Polonia Polonia
Hungría Hungría

Bélgica Bélgica

Países Países protestantes


Países protestantes Países ortodoxos
Países ortodoxos
0,6 0,6 0,6protestantes 0,6 0,6
Países ortodoxos
0,6
Países protestantes Países protestantes Países ortodoxos Países ortodoxos
0,6 0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4

0,4 0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2

0,2 0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0


1980 1980
1990 1980
1990
2000 19902000
2008 20002008 2008
1980 1980
1990 1980
1990
2000 19902000
2008 20002008 2008
0,0 0,0 0,0 0,0
1990 Alemania
1980 Or. Alemania
Alemania Or. 2000Or. Dinamarca
1980
Dinamarca Dinamarca
19902008
Suecia Suecia
2000 SueciaMacedonia
2008
1980 Macedonia
Macedonia 1980 Montenegro
19902008
2000 Montenegro
1990 Montenegro Ucrania
Ucrania 2000 Ucrania 2008

Alemania Finlandia
Finlandia Or. Finlandia Noruega
Dinamarca Noruega
Alemania Or.Noruega Islandia
Dinamarca Islandia
Suecia Islandia
Suecia Rumania
Macedonia
Rumania Rumania
Macedonia Moldavia Moldavia
Montenegro
Moldavia Montenegro Bulgaria Bulgaria
Ucrania
Bulgaria Ucrania

Finlandia Finlandia
Noruega Noruega
Islandia Islandia
Rumania Rumania
Moldavia Moldavia
Bulgaria Bulgaria
Países mixtos
Países mixtosPaíses mixtos
0,6 0,6 0,6 Países mixtos
Países mixtos
0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1980 1980
1990 1980
1990
2000 19902000
2008 20002008 2008
0,0 0,0
1990 delIrlanda
1980 del N.Irlanda
Irlanda 1980
N. del N. Países
2000
Países Bajos 19902008Países2000
Bajos
Suiza Suiza
Bajos Suiza 2008

Irlanda
Alemania N.Alemania Alemania
delOcc. Irlanda
Occ.
Países Occ.
del
Bajos
Gran Bretaña GranBajos
N. Gran Bretaña
Suiza
Países Bretaña Suiza

Fuente: oleadas 1 a 5 de la Encuesta Europea


Alemaniade
Occ. Gran Bretaña
Valores. Alemania Occ. Gran Bretaña
* Han sido eliminados los países para los que entre 1980 y 2008 no existan, al menos, tres observaciones. Además, por falta de
disponibilidad de los datos para las primeras oleadas, para los resultados presentados en este gráfico ha sido utilizada la ideología
media de los votantes de cada partido como variable dependiente y no la ubicación por parte de expertos como en los demás
análisis de este trabajo.

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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 45

Al igual que ocurría entre algunos de los países católicos con pasado comunista, entre
los países ortodoxos22 también se han producido ligeros incrementos en la relevancia del
voto religioso durante los últimos años. Este es el caso de Ucrania, Macedonia, Montenegro
y en menor medida Bulgaria23, países en los que se da una fuerte conexión entre la religión
y el nacionalismo24. Estas divisiones tienen un claro reflejo en las divisiones étnicas y
nacionalistas que forman una parte fundamental del debate y la oferta política de estos
países, estructurando sus sistemas de partidos (Evans y Whitefield, 1993; Markowski, 1997).
En cualquier caso, la característica más relevante que presenta el grupo, al igual que lo
hacía el de católicos con pasado comunista, es su gran volatilidad, propia de democracias
jóvenes. Por ello, nuevas observaciones temporales aportarían una relevante información
sobre la evolución del indicador.
Finalmente, la vitalidad del voto religioso es también dispar entre los países mixtos,
debido precisamente a su naturaleza heterogénea. A pesar de estas marcadas diferencias, en
todos ellos se ha producido una pérdida de peso de las variables religiosas sobre el voto en
los últimos 30 años, unas tendencias ampliamente recogidas en estudios nacionales previos
(Eisinga et al., 1994; de Graaf et al., 2001; Nicolet, 2009). Sin embargo, los países mix-
tos también parecen apuntarse a la generalizada recuperación en los niveles del indicador
de voto religioso, aunque en este caso muy leve y solo durante los últimos diez años. No
obstante, estas recuperaciones no tienen lugar precisamente entre los países que presentan
niveles más altos de voto religioso —Irlanda del Norte y Países Bajos—, los cuales conti-
núan experimentando una caída continuada hasta la actualidad.
Con todo ello y aunque algunos autores recientes han insistido en la persistencia de la
vitalidad de los clivajes desde los años sesenta (Van der Brug et al., 2008; Elff, 2009; Ra-
ymond, 2011), los resultados de esta investigación parecen insistir en que ha tenido lugar
una generalizada y apuntada caída en los niveles de voto religioso en Europa, descenso
que se desarrolló durante la primera mitad del siglo XX en la mayor parte de los países
protestantes y mixtos y hasta los años ochenta, en los católicos. No obstante, desde los años
noventa este marcado proceso de descenso se ha visto estancado, habiéndose localizado
incrementos en muchos de los países católicos y ortodoxos incluidos en la muestra, algo
que puede ser apreciado con mayor claridad en el gráfico 2.
Por un lado, las caídas en los niveles de voto religioso desde los años noventa han
sido de mayor magnitud en los Países Bajos, Irlanda del Norte e Italia, donde el clivaje
religioso era el elemento estructurador fundamental de la sociedad y donde el proceso de

22. Todos los incluidos en la presente muestra comparten un pasado comunista no democrático reciente al haber
sido eliminado Grecia por falta de datos para un análisis longitudinal.
23. En las dos primeras oleadas, Montenegro carecía de un diseño muestral propio —las observaciones no
super—ban las 250, mientras que para el resto de Serbia superaban las 1200—. Adicionalmente, en la segun-
da oleada se produjo un boicot por parte de los grupos musulmanes, aunque sobre todo afectó a Kosovo.
24. Se trata de las divisiones entre macedonios ortodoxos y albaneses musulmanes en Macedonia o entre las
Iglesias ortodoxas locales de Ucrania y Montenegro en contraposición con las anteriormente mayoritarias
Iglesias ortodoxas rusa y serbia. En Ucrania, sin embargo, no tiene lugar un relevante grado de polarización
en términos morales entre los partidos.

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46 Guillermo Cordero

secularización ha sido más tardío. En Eslovaquia o Hungría dichos descensos también son
pronunciados, aunque en estos casos parece ser la volatilidad de sus sistemas de partidos la
que podría encontrarse detrás del cambio.

Gráfico 2.
Tasa de crecimiento del voto religioso entre 1990 y 2008 en europa

Eslovaquia
Países Bajos
Irlanda del Norte
Austria
Italia
Alemania Oriental
Hungría
El voto Bélgica
religioso Dinamarca
se reduce
Rumanía
Alemania Occidental
Rep. Checa
Portugal
Macedonia
Suiza
Croacia
Moldavia
Finlandia
Montenegro
Islandia
Suecia
Gran Bretaña
España
Bulgaria
El voto Noruega
religioso Eslovenia
aumenta
Francia
Irlanda
Ucrania
Malta
Polonia

-0,20 -0,10 0,00 0,10 0,20


Fuente: oleadas 3 y 5 de la Encuesta Europea de Valores.

A pesar de dicha generalizada y marcada caída, desde 1990 se ha producido un incre-


mento en la intensidad de la correlación entre la religiosidad y el voto en una tercera
parte de los países europeos estudiados. Dicho incremento se extiende a las diferentes ads-
cripciones mayoritarias, encontrándose especialmente presente entre los países cató­­
licos, tanto occidentales —España, Francia, Irlanda y Malta— como orientales —Eslovenia

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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 47

y Polonia. Bulgaria y Ucrania —ortodoxos— así como Gran Bretaña y Noruega, que
también experimentan incrementos en los niveles de voto religioso durante la última
década. Entre los países de Europa del Este, dicha evolución positiva, aunque presente,
parece menos clara dada la juventud de sus sistemas de partidos y su reciente experien-
cia democrática, por lo que nuevas oleadas de la Encuesta Europea de Valores podrían
ayudar a responder a la pregunta de si se está produciendo una revitalización del voto
religioso en la zona.

EXPLICANDO EL VOTO RELIGIOSO EN EUROPA

Como ha sido descrito anteriormente, y en contra de lo que una parte de la literatura ha


venido apuntando (Franklin et al., 1992; Dalton, 1998), en la actualidad el voto de los eu-
ropeos religiosos dista de ser comparable al de los no religiosos (Raymond, 2011), aunque
las diferencias entre ambos grupos varían enormemente en función de las características
del contexto. Por ello, a continuación se lleva a cabo un análisis multinivel (Steenbergen et
al., 2002; Hox, 2010), en el que han sido consideradas tanto variables de nivel contextual
como individual. Dicho tipo de análisis requiere de un número suficiente de observaciones
a nivel macro (Steenbergen et al., 2002), requisito que solo se cumple en la oleada de 2008,
en la cual se centrará el análisis. Dicho obstáculo impide llevar a cabo un análisis jerárqui-
co más dinámico, en el que se ofrezca una imagen de la evolución del voto religioso como
en el apartado anterior, aunque será presentada una imagen fija detallada sobre el estado
actual del fenómeno.
El número de países incluidos en la muestra —34 en este caso25—, a pesar de ser
amplio, no es suficiente para llevar a cabo un análisis con un número alto de variables
contextuales. Por ello, de entre las variables citadas al principio del trabajo han sido se-
leccionadas aquellas que han conseguido mayores mejoras en la capacidad predictiva del
modelo. Estas son la confesión mayoritaria del país y el grado de polarización partidista26.
Las variables individuales insertadas han sido las características sociodemográficas bási-
cas27 y las religiosas mencionadas en los apartados anteriores. Con ello se pretende analizar
qué variables logran predecir mejor el voto y en qué contextos, controlando además por
factores secundarios.
En la tabla 2 se presentan los resultados de un análisis jerárquico donde se ha utilizado
la intención de voto individual a partidos situados en la escala ideológica 1-10 por expertos
de la EEV como variable dependiente. Los resultados permiten establecer cuál es el voto

25. Dado que Alemania y Reino Unido no han sido desagregadas por falta de datos disponibles.
26. El tercer elemento contextual mencionado en los epígrafes anteriores, el pasado comunista, ha sido eliminado
del modelo por no aportar información relevante a los resultados y no resultar en diferencias significativas.
27. Variables sociodemográficas adicionales habitualmente consideradas, como, por ejemplo, el tamaño
de hábitat, no han sido incluidas por la falta de homogeneidad en la recolección de datos entre los
países.

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48 Guillermo Cordero

medio predicho para un teórico “ciudadano de referencia”, “intercepto” en la tabla28. La inter-


pretación de los coeficientes permite establecer en qué medida las características contextuales
e individuales influyen en la ideología del partido votado de dicho individuo de referencia.
Concretamente, y al considerar las diferencias contextuales, el voto predicho para dicho indi-
viduo de referencia se desplaza alrededor de medio punto a la derecha en países protestantes y
mixtos —en comparación con los países católicos, categoría de referencia—, mientras que lo
hace a la izquierda a medida que sus parlamentos se polarizan ideológicamente29.

Tabla 2.
Modelo multinivel de intención de voto a partidos ubicados
en la escala ideológica 1-10, 2008

B E. T.
Intercepto 4,37 ** (0,33)
Variables contextuales
País ortodoxo (ref.: católico) 0,32 (0,31)
País protestante 0,57 * (0,25)
País mixto 0,42 * (0,18)
Nivel de polarización (centrada) -0,02 * (0,01)
Variables individuales
Variables sociodemográficas
Sexo (ref.: hombre) 0,24 ** (0,00)
Edad (en país sin pasado comunista) 0,01 * (0,00)
Edad (en país con pasado comunista) -0,01 **
Educación primaria (ref.: universitaria) 0,08 (0,11)
Educación secundaria 0,02 (0,05)
Práctica religiosa
Asistencia semanal a actos religiosos 0,27 ** (0,05)
Frecuencia de rezo -0,09 * (0,05)

28. En este modelo, se trata de un varón de edad media, con educación universitaria, católico, pero que no asiste
a actos religiosos semanalmente ni reza de manera habitual, que no cree en dogmas, que no da importancia
a la religión ni a Dios en su vida, y que no confía en las instituciones religiosas, en un país católico con una
polarización ideológica media en su parlamento. El voto predicho para un ciudadano de dichas características
se prevé para un partido situado en la posición 4,37 de la escala ideológica. Atendiendo a las características
sociodemográficas, son las mujeres las que de manera general optan por partidos situados más a la derecha
(0,24 puntos más como media). Tal y como era de esperar, la edad afecta de manera diferente al voto según
la experiencia con regímenes comunistas no democráticos en Europa. La edad tiene un peso positivo en el
voto a la derecha en países sin pasado comunista, mientras que en países con un pasado comunista reciente
son los más jóvenes los que optan por partidos situados más a la derecha.
29. En concreto, el incremento en una unidad en el nivel de polarización desplaza la ideología media del partido
votado en 0,02 puntos a la izquierda.

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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 49

Tabla 2.
Modelo multinivel de intención de voto a partidos ubicados
en la escala ideológica 1-10, 2008 (cont.)
B E. T.
Denominación religiosa (ref.: católico)
Sin denominación 0,37 (0,30)
Ortodoxo (en país católico) -0,80 * (0,46)
Ortodoxo (en país ortodoxo) 1,17 ** (0,37)
Ortodoxo (en país protestante) 1,11 * (0,49)
Protestante (en país católico) 0,91 ** (0,31)
Protestante (en país protestante) -0,16 * (0,12)
Protestante (en país ortodoxo) -1,07 ** (0,35)
Otras 0,41 (0,34)
Creencia en dogmas
Dios 0,10 (0,07)
Vida tras la muerte 0,00 (0,04)
Infierno 0,13 * (0,06)
Cielo 0,02 (0,04)
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,02 * (0,01)
Importancia de la religión en la vida 0,04 (0,05)
Confianza en instituciones religiosas 0,25 ** (0,05)
N nivel micro (n nivel macro) 20.644 (34)
Varianza explicada por el segundo nivel 0,09
Grados de libertad 29
Fuente: quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores y Party Manifestos Project.
* Significativo al 0,05. ** Significativo al 0,01.

La frecuencia de asistencia a actos religiosos se relaciona con el voto a partidos situa-


dos un cuarto de punto más a la derecha como media que aquellos que asisten con menor
frecuencia. Sin embargo, la frecuencia de rezo presenta el efecto contrario al esperado.
Cuando se controla por el resto de variables, los que rezan habitualmente parecen optar por
partidos localizados más cerca de la izquierda. Ello podría estar apuntando a que en países
católicos y también mixtos30, para los ciudadanos que no acuden a misa ni confían en las
instituciones religiosas, estos aspectos más privados de la religiosidad no parecen tener una
conexión con el voto a partidos de derecha, algo que sí ocurre en los países protestantes y
los ortodoxos. No obstante, esta diferencia, a pesar de ser estadísticamente significativa,

30. Resultados de análisis previos, no mostrados en el texto por cuestiones de espacio.

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50 Guillermo Cordero

no es de mucha magnitud, siendo además el único indicador de intensidad religiosa con un


signo negativo.
La denominación religiosa parece mostrar comportamientos diferentes en base al con-
texto en el que se circunscribe. La creencia en dogmas no parece jugar un papel determi-
nante en el voto. A excepción de la creencia en el infierno, los demás indicadores de este
componente no demuestran poseer un peso significativo en el voto de los europeos. Lo que
sí parece estar relacionado con el voto es la importancia de Dios en la vida, siendo los
que le dan una mayor importancia los que votan en mayor medida a la derecha. Lo mismo
ocurre con la confianza en las instituciones. Independientemente del contexto, confiar en
las instituciones religiosas supone votar a partidos situados un cuarto de punto más a la
derecha de lo que lo hacen los que no confían en ellas.
Como se ha podido ver, la denominación religiosa mayoritaria del país así como su
nivel de polarización partidista influyen en el impacto del voto religioso. También quedó
evidenciado con el ejemplo de los países de Europa del Este que en algunos contextos esta
polarización se genera alrededor de diferentes debates que pueden tener que ver, por ejemplo,
con aspectos económicos —intervención del Estado en la economía o nivel de regulación de
los mercados—, o con aspectos morales y religiosos —relaciones entre la Iglesia y el Estado,
aborto o matrimonio homosexual. En aquellos contextos donde las posturas de los partidos se
encuentran más distanciadas en temas ligados a la moral conservadora y la religión, es donde
se da el ambiente ideal para un impacto más extendido del voto religioso.
Por ello, en el siguiente análisis serán considerados dos índices diferentes de polari-
zación ideológica31: uno que mide la polarización sobre temas relacionados con el libre
mercado, el liberalismo económico y el Estado de bienestar32 (de aquí en adelante, “pola-
rización económica”) y otro que se basa en “menciones sobre valores morales, la prohi-
bición o censura de la inmoralidad y los comportamientos indecorosos, el mantenimiento
de la estabilidad en la familia y la religión” así como de “la oposición a valores morales
tradicionales, apoyo al divorcio, el aborto, etc.” (o “polarización moral”) (Laver y Budge,
1992). Ambos indicadores han sido extraídos del Party Manifestos Project con el fin de
desentrañar si como algunos autores defienden (Calvo, Martínez y Montero, 2010; Van der
Brug, Franklin y Tóka, 2008; Elff, 2009), la élite política es capaz de polarizar el sistema
de partidos, incrementando así la vitalidad del voto religioso “activando” o “desactivando”
este tipo de debates. Para observar la manera en que la polarización y el voto religioso se
relacionan, en el gráfico 3 han sido representados de nuevo los niveles de ajuste del mo-
delo33 de voto religioso en cada país —Pseudo-R2—, y cómo estos varían en función de la

31. El índice de polarización en asuntos económicos se obtiene de calcular la ideología de los partidos según
aparece en Laver y Budge (1992). Las posiciones de cada programa han sido además ponderadas por el tama-
ño de cada partido. El índice de polarización en asuntos tradicionales/morales ha sido realizado siguiendo la
misma estrategia, aunque a partir de las variables per604 y per605.
32. También hace referencia a las alusiones positivas o negativas hacia el respeto a la autoridad, el ejército y la
libertad.
33. Mediante el Pseudo-R cuadrado. Notar que estas cantidades pueden variar ligeramente de las presentadas en los
análisis del gráfico 1 debido a que en este caso incluyen variables sociodemográficas básicas de control (en el

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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 51

polarización en asuntos económicos —parte izquierda— y sobre asuntos morales —parte


derecha.
De esta manera, y aunque la relación no es demasiado intensa, en la parte izquierda se
puede observar que a medida que aumenta la polarización sobre asuntos económicos, dis-
minuye el impacto del voto religioso. Aunque el nivel de ajuste del modelo no es alto, esta
relación sí parece evidente en los países nórdicos: Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega
y Suecia, donde se dan los mayores niveles de polarización en asuntos económicos y donde
como ya se ha visto, el voto religioso carece de importancia. Por el contrario, en países
como Croacia, Eslovenia o Macedonia, donde la polarización en temas económicos no es
demasiado amplia, los niveles de voto religioso sí que adquieren cotas importantes.

Gráfico 3.
Nivel de voto religiosos en función de la polarización en asuntos económicos y la
polarización en asuntos religiosos/morales en europa, 2008

R2 Lineal = 0,168
30 R2 Lineal = 0,046
30
ELV ELV

MAC MAC
ESP CRO
CRO
20 20 ESP
LET LET
Pseudo R2

Pseudo R2

IRL IRL
EST ALE EST ALE
POR
GRE GRE
MAL
POR POL
10 AUS POL
MAL
SUI 10 FRA
AUS BUL PBA SUI
PBA
GBR FRABUL GBR ITA SER
MOL ISL ITA NOR BEL
LIT EVK 35,63 RUM SUELIT
MON SER BEL SUE NOR ISL
MOL EVK
UCR RUM
RUS FIN RCH UCR HUN FIN MON
HUN DIN RCH RUS DIN
00 00
0 10 20 30 40 0 10 20 30 40
Polarización económica Polarización religiosa/moral

Fuente: quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores y Party Manifestos Project.

En la parte derecha del gráfico se muestra, en cambio, la positiva y más marcada


relación que se establece entre la polarización referente a temas morales y el voto reli-
gioso. Ello puede comprobarse claramente en los casos de Croacia, Eslovenia, España
o Macedonia, los cuales destacaban por sus altos niveles de voto religioso y donde se
cumple que el claro y distante posicionamiento de los partidos en base a temas mo-
rales y religiosos fomenta que exista una mayor conexión entre la religiosidad de los
ciudadanos y el voto a partidos de derecha. Siguiendo esta misma hipótesis, en países
de Europa del Este como Hungría, Moldavia, República Checa y Rumanía, donde los

anterior análisis no fueron incluidas dado que el objetivo era el de cuantificar el voto religioso y se optó por aislar
el efecto de las variables religiosas para no inflar de manera artificial su efecto).

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52 Guillermo Cordero

partidos son muy similares en relación a sus posiciones frente estos temas, la presencia
de voto religioso es testimonial34.
En resumen, los resultados presentados a lo largo del artículo apuntan a que a pesar del
descenso en su vitalidad, durante los años noventa los niveles de voto religioso se han visto par-
cialmente recuperados en buena parte de Europa. Aunque los datos no permiten señalar un me-
canismo causal que explique dicho repunte, sí han demostrado el relevante papel que desempe-
ña la élite política en que los niveles de voto religioso sean más o menos elevados. Los análisis
expuestos apuntan a que la polarización del debate político en torno a temas relacionados con la
religión y la moral tradicional hace que, a pesar del proceso de secularización, la religiosidad se
convierta en un elemento a tener en cuenta en las decisiones electorales de los europeos.

CONCLUSIONES

El proceso de secularización en Europa ha alcanzado cotas no comparables a las de


otras regiones del mundo. En ningún otro lugar los indicadores religiosos muestran niveles
más bajos ni sus procesos de laicización han llegado tan lejos. A ello se ha añadido la evo-
lución hacia formas más privadas de vivir la religiosidad, alejándola del ámbito de lo públi-
co y por ende, de lo político. Como consecuencia, gran parte de la literatura ha coincidido
en apuntar que la religión juega un papel cada vez menos relevante en el comportamiento
electoral de los europeos.
Sin embargo, los resultados presentados demuestran que la evolución de la vitalidad
del voto religioso no ha sido lineal durante las últimas décadas ni la tendencia apunta a una
desaparición de la religión como factor explicativo del voto. En todos los grupos de países,
especialmente en los católicos y los ortodoxos, se dan numerosos casos de recuperación de
los niveles de voto religioso desde los años noventa hasta hoy. Dicha recuperación alcanza
a una tercera parte de los países incluidos en la muestra.
Como se ha podido comprobar, la vitalidad del voto religioso es además diferente entre
los países europeos, diferencias que pueden ser en gran medida explicadas por las caracterís-
ticas contextuales y coyunturales del país. Algunos autores han apuntado a que en aquellos
contextos más polarizados es donde más altos niveles de voto religioso se pueden observar.
Los análisis aportados en este artículo matizan, sin embargo, dicha aseveración al determinar
que no es la polarización ideológica per se la que insufla vitalidad al voto religioso, sino que
esta se produce en función del tema sobre el que dicha polarización se construya.
Allí donde la polarización se establece en términos de debates económicos, la vitali-
dad del voto religioso se ve reducida. Por el contrario, donde los partidos utilizan debates
relacionados con el laicismo, el aborto o la familia tradicional es donde se da una mayor

34. Debe ser tenido en cuenta que el estadístico utilizado para medir el grado de ajuste del modelo se ve altamente
influenciado por casos atípicos, como por ejemplo Portugal o Suiza, reduciendo de manera importante su
magnitud.

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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 53

presencia del fenómeno. De esta manera, el papel de los líderes políticos se pone de ma-
nifiesto al demostrar su capacidad para “activar” y “reactivar” un factor explicativo del
comportamiento electoral que parecía abocado a desaparecer en Europa.

ANEXO

Tabla A.1.
Características contextuales de los países incluidos en la muestra

Polarización Polarización en temas Denominación religiosa


económicaa moralesa mayoritariab
Alemania Occ. 12,1 10,8 Mixta
Alemania Or. 12,1* 10,8* Protestante
Austria 0,9 9,1 Católica
Bélgica 12,9 11,4 Católica
Bulgaria 13,6 9,6 Ortodoxa
Croacia 7,6 8,4 Católica
Dinamarca 14,4 9,6 Protestante
Eslovaquia 21,2 10,4 Católica
Eslovenia 9,0 14,0 Católica
España 13,9 10,4 Católica
Estonia 3,9 7,6 Mixta
Finlandia 18,5 7,3 Protestante
Francia 14,8 8,1 Católica
Grecia 12,9 7,5 Ortodoxa
Hungría 9,1 5,3 Católica
Irlanda 11,7 9,9 Católica
Irlanda del Norte 9,8* 4,1* Mixta
Islandia 17,1 1,7 Protestante
Italia 31,3 9,4 Católica
Letonia 5,6 8,6 Mixta
Lituania 6,6 9,0 Católica
Macedonia 8,1 10,0 Ortodoxa
Malta 16,2 10,0 Católica
Moldavia 8,1 4,5 Ortodoxa
Montenegro 3,6 10 Ortodoxa
Noruega 26,4 8,5 Protestante

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Tabla A.1.
Características contextuales de los países incluidos en la muestra (cont.)

Polarización Polarización en temas Denominación religiosa


económicaa moralesa mayoritariab
Países Bajos 10,0 9,3 Mixta
Polonia 6,5 11,8 Católica
Portugal 8,5 17,4 Católica
Reino Unido 9,8 4,1 Mixta
Rep. Checa 19,4 5,9 Católica
Rumanía 8,8 6,0 Ortodoxa
Rusia 4,4 8,3 Ortodoxa
Serbia 9,0 9,9 Ortodoxa
Suecia 20,9 8,0 Protestante
Suiza 33,3 16,2 Mixta
Ucrania 8,1 4,6 Ortodoxa
a. Fuente: Party Manifestos Project. Se refieren a las elecciones más cercanas a 2008 recogidas en la base de datos. El índice
de polarización en asuntos económicos se obtiene de calcular la distancia entre las posiciones sobre temas económicos en los
programas de los partidos presentes en cada Parlamento, ponderadas por su tamaño, según aparece en Laver y Budge (1992).
El índice de polarización en asuntos tradicionales/morales se construye de la misma manera, aunque a partir de temas morales
y religiosos.
b. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la European Values Survey de 2008. Los países mixtos son aquellos en los que
la denominación religiosa mayoritaria no alcanza al 60% de la población adscrita a alguna confesión.
* Alemania y Reino Unido sin desagregar por falta de datos disponibles.

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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008

Alemania Alemania

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Occidental Oriental Austria Bélgica Bulgaria Croacia Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia
Variables sociodemográficas
Sexo (ref.: hombre) 0,15 0,40 * 0,49 ** 0,35 ** 0,22 0,38 ** 0,65 ** -0,13 0,03 0,37 ** 0,06 0,21
Edad 0,01 ** -0,01 ** 0,01 ** 0,01 -0,02 ** -0,01 * 0,00 -0,01 ** 0,00 ** 0,00 0,00 0,00
Nivel educativo 0,00 -0,03 * -0,03 * -0,01 0,03 -0,10 * -0,04 ** 0,03 0,00 0,03 ** 0,04 * 0,08 **
Práctica religiosa
Asistencia semanal a actos religiosos -0,35 0,30 0,12 -0,01 0,49 0,37 * 0,45 0,20 0,37 ** 0,16 0,32 -0,14
Frecuencia de rezo 0,09 0,24 -0,32 -0,30* -0,45 * -0,08 -0,06 0,49 * -0,1 -0,27 * 0,48 ** -0,01
Denominación religiosa
Religiosidad y voto en 34 democracias europeas

Católico 0,63 ** 0,92 0,38 0,36 * 0,75 ** 0,45 * -0,20 -0,07 0,28 ** 0,10 0,73 -1,64
Ortodoxo 0,23 -0,64 1,47 -0,85 0,03 -1,47** 0,46
Protestante 0,34 0,44 0,46 -0,72 -0,28 -2,55 0,63 ** 0,06 0,10 2,65 0,38 0,56 **
Otras 0,27 0,18 0,34 0,45 -1,46 * -0,08 0,43 -0,77 0,03 -0,19 -0,26 1,13
Creencia en dogmas
Dios 0,37 * -0,04 -0,47 * 0,01 -0,03 0,38 0,43 * 0,47 0,07 0,48 ** -0,12 0,28
Vida tras la muerte 0,07 0,54 -0,25 0,12 0,37 0,08 0,09 -0,03 0,01 0,11 -0,12 -0,01
Infierno -0,06 -0,24 0,81 ** 0,02 0,14 -0,01 0,26 -0,01 0,14 -0,02 0,09 -0,05
Cielo 0,22 1,25 ** -0,10 -0,02 -0,50 0,20 -0,04 0,00 0,05 0,08 0,13 0,26
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,02 0,03 0,11 ** -0,10** 0,01 0,06 -0,02 -0,06 0,01 -0,02 -0,02 0,00
Importancia de la religión en la vida 0,02 0,15 0,56 ** -0,28 0,37 0,47 ** -0,02 0,04 0,17 0,27 0,04 0,02
Confianza en instituciones religiosas 0,17 0,39 -0,27 0,27 0,01 0,58 ** 0,24 * 0,06 0,47 ** 0,81 ** -0,02 -0,02

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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)

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Alemania Alemania
Occidental Oriental Austria Bélgica Bulgaria Croacia Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia

Constante 3,83 ** 5,22 ** 4,89 ** 5,12 ** 5,51 ** 3,86 ** 5,24 ** 5,25 ** 4,35 ** 3,34 ** 4,46 ** 2,90 **
Pseudo R2 0,15 0,17 0,10 0,05 0,10 0,21 0,05 0,06 0,24 0,22 0,14 0,06
n 630 540 790 1.196 652 805 1.224 641 695 739 746 634
Fuente: elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores. El modelo de referencia en este análisis es un hombre de edad media, con estudios medios, que no
asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas y no cede importancia a aspectos religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.

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Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)

Francia Grecia Hungría Irlanda Islandia Italia Letonia Lituania Macedonia Malta Moldavia Montenegro

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Variables sociodemográficas
Sexo (ref.: hombre) 0,10 0,56 ** -0,04 -0,15 0,66 ** 0,31 ** -0,04 -0,09 0,55 * 0,07 -0,20 -0,14
Edad 0,00 0,01 -0,02 ** 0,02 ** -0,01 0,00 0,01 0,01 -0,0 * -0,01 ** -0,02 ** -0,01
Nivel educativo 0,00 -0,01 -0,04 * 0,02 -0,02 0,00 0,03 0,03 * -0,0 -0,07 ** 0,06 ** 0,00
Práctica religiosa
Asistencia semanal a actos religiosos 0,50 * 0,39 * 0,22 0,29 * 0,54 0,02 -0,05 0,33 0,09 -0,12 -0,13 0,46 *
Frecuencia de rezo -0,09 -0,32 0,13 -0,33 -0,26 -0,01 -0,48 ** 0,12 -0,2 0,01 0,23 -0,04
Denominación religiosa
Católico 0,86 ** -0,03 0,52 * 0,18 0,09 -0,01 -0,30 0,24 0,52 0,44 -0,30
Religiosidad y voto en 34 democracias europeas

Ortodoxo 0,68 -0,27 -1,28 ** -0,36 -1,4 ** -0,44 -0,52 -0,18


Protestante 0,42 -0,13 0,74 0,84 -0,20 0,63 ** -1,05 0,90 -2,64
Otras 0,35 0,42 -1,48 * 0,20 0,61 -1,45 * 0,71 -1,20 -0,0 -1,25 0,27
Creencia en dogmas
Dios 0,19 0,70 -0,02 0,32 -0,44 0,23 -0,13 0,08 1,41 ** 0,14 0,18 -0,17
Vida tras la muerte 0,02 0,23 -0,11 0,36 * -0,07 0,12 -0,16 0,15 -0,0 -0,19 0,71 ** -0,11
Infierno 0,49 * 0,16 0,59 ** -0,34 * 0,26 0,19 -0,03 -0,56 0,31 0,15 0,12 -0,08
Cielo -0,10 -0,17 -0,53 * -0,20 0,15 -0,17 0,02 0,53 0,08 -0,17 -0,25 0,34
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida -0,04 0,08 0,02 0,08 -0,01 -0,07 * 0,05 0,05 0,02 -0,01 0,07 -0,01
Importancia de la religión en la vida 0,00 0,23 0,01 -0,14 -0,23 0,40 * 0,02 -0,20 0,35 0,18 -0,41 0,10
Confianza en instituciones religiosas 0,20 0,78 ** 0,27 * 0,13 0,34 0,14 0,26 -0,22 -0,2 -0,67 ** -0,39 0,04
Constante 4,37 ** 3,64 ** 7,53 ** 3,47 ** 4,98 ** 3,74 ** 4,97 ** 4,91 ** 6,56 ** 6,52 ** 3,65 ** 6,36 **

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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)

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Francia Grecia Hungría Irlanda Islandia Italia Letonia Lituania Macedonia Malta Moldavia Montenegro

Pseudo R2 0,09 0,13 0,06 0,17 0,06 0,08 0,18 0,04 0,12 0,15 0,09 0,03
n 1.011 768 763 496 459 684 554 577 437 744 675 635
Fuente: elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores. El modelo de referencia en este análisis es un hombre de edad media, con estudios medios, que no
asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas y no cede importancia a aspectos religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.

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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)

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Noruega P. Bajos Polonia Portugal R. Checa R. Unido Rumanía Rusia Serbia Suecia Suiza Ucrania
Variables sociodemográficas
Sexo (ref.: hombre) 0,95 ** 0,33 ** -0,09 0,04 -0,17 0,15 -0,04 -0,56 ** 0,36 0,42 * 0,80 ** 0,01
Edad 0,01 -0,01 -0,01 ** 0,00 ** -0,02 ** 0,00 -0,01 -0,03 ** 0,01 0,00 0,01 -0,02 **
Nivel educativo -0,04 -0,04 * 0,00 0,02 0,29 ** -0,03 * 0,02 -0,01 -0.0 0,02 0,00 -0,03
Práctica religiosa
Asistencia semanal a actos religiosos -0,22 0,01 0,17 0,38 0,31 -0,12 0,01 -0,05 0,03 -0,14 -0,06 0,23
Frecuencia de rezo -0,46 -0,45 ** -0,20 0,33 -0,06 -0,14 0,42 0,00 -0,2 -0,18 0,01 -0,16
Denominación religiosa
Religiosidad y voto en 34 democracias europeas

Católico 1,61 0,60 ** 0,64 0,92 * -0,16 -0,05 0,11 0,28 -0,8 1,05 0,45 0,00
Ortodoxo 0,13 -3,24 ** -2,49 -0,45 -0,03 0,35 -0,05 0,01 -0,23
Protestante 0,68 * 1,10 ** 0,94 0,30 -0,31 0,51 ** 0,04 1,04 -1,7 0,13 0,74 ** -0,37
Otras 1,10 0,79 ** 1,19 -0,64 -0,48 -0,07 1,91 1,74 ** 0,51 -0,34
Creencia en dogmas
Dios -0,57 0,16 -0,44 0,16 0,14 -0,19 -0,75 -0,01 -0,5 -0,03 0,22 0,16
Vida tras la muerte 0,56 * -0,09 0,31 0,09 0,12 0,11 -0,19 -0,36 -0,1 -0,20 -0,17 -0,17
Infierno 0,49 0,32 0,20 0,29 0,23 0,23 -0,17 -0,01 0,05 0,11 0,43 -0,65 *
Cielo 0,00 0,15 0,20 -0,17 -0,70 * -0,11 0,09 0,22 -0,6 0,31 0,10 0,94 **
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,07 -0,02 0,09 0,13 ** -0,03 -0,09 ** -0,02 0,06 0,09 -0,06 0,03 -0,03
Importancia de la religión en la vida -0,57 -0,20 -0,25 -0,37 0,30 0,14 0,24 -0,19 0,41 -0,43 -0,11 -0,22
Confianza en instituciones religiosas 0,28 0,21 0,53 ** 0,54 * 0,04 -0,10 0,03 -0,08 0,47 * 0,45 * -0,16 0,11

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Noruega P. Bajos Polonia Portugal R. Checa R. Unido Rumanía Rusia Serbia Suecia Suiza Ucrania

Constante 5,72 ** 6,01 ** 6,14 ** 2,11 ** 4,98 ** 5,59 ** 6,71 ** 7,78 ** 4,23 ** 4,63 ** 3,95 ** 6,43 **
Pseudo R2 0,06 0,07 0,12 0,11 0,09 0,07 0,04 0,09 0,06 0,05 0,11 0,06
n 827 1.200 587 546 807 791 615 804 774 652 554 728
Fuente: Elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores.
El modelo de referencia en este análisis es un hombre, de edad media, con estudios medios, que no asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas, y no cede importancia a aspectos
religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.

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Presentado para evaluación: 7 de febrero de 2013


Aceptado para publicación: 3 de marzo de 2014

GUILLERMO CORDERO, Universitat Pompeu Fabra


guillermo.cordero@upf.edu
Investigador posdoctoral en la Universitat Pompeu Fabra. Es doctor en Ciencia Política y
máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado
cursos de especialización en estadística en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
y en las universidades de Essex y Michigan. Sus principales líneas de investigación tienen
que ver con la religiosidad y el comportamiento electoral, el estudio de las élites políticas,
los sistemas electorales y los efectos de la crisis sobre el comportamiento y las actitudes
políticas.

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