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europeas1
Religiosity and vote in 34 european democracies
Guillermo Cordero
Universitat Pompeu Fabra
guillermo.cordero@upf.edu
Resumen
Habitualmente la literatura ha considerado que la religiosidad ha perdido fuerza como antecedente del voto
en Europa. Esto ha sido así a pesar de que los partidos de izquierda y derecha siguen insertando temas
religiosos y morales en el debate político para diferenciarse de sus oponentes. En este trabajo se lleva
a cabo un estudio comparado de 34 democracias europeas con el fin de desentrañar en qué medida el
voto religioso ha perdido intensidad desde los años ochenta. Los resultados ofrecidos apuntan hacia
una marcada caída en los niveles de voto religioso hasta los años noventa, aunque también señalan una
recuperación de la vitalidad del fenómeno desde entonces en una parte importante de los países inclui-
dos en la muestra. También se ha mostrado el importante papel desempeñado por la élite política en la
activación del voto religioso.
Abstract
Social sciences have often claimed the end of religiosity as an explanatory factor of electoral behaviour in
Europe. Nevertheless, left and right parties still insert religious and moral issues in the agenda in order to
distance themselves from their opponents. This paper shows a comparative study of 34 European demo-
cracies examining the extent to which religious voting has diminished since the eighties. Results point to a
sharp decline in the levels of religious vote until the nineties, with a revitalization since then in some of the
countries of the sample. The analysis also highlights the important role played by the political elite on the
activation of religious vote.
1. El presente estudio ha podido desarrollarse gracias la financiación del Ministerio de Educación y Ciencia,
mediante el proyecto de investigación SEJ2006-10073 “Religiosidad, ideología y voto en Europa”, dirigido
por José Ramón Montero, a quien quisiera agradecer su paciente colaboración y su apoyo.
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2. La insuficiente muestra de países presentes en las oleadas de 1980, 1990 y 2000 en la Encuesta Europea de
Valores no hace posible un análisis longitudinal, por lo que el análisis jerárquico se limita a la oleada de
2008.
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de su Teoría de los clivajes, diversas obras analizaron la manera en que las características
sociales habían seguido determinando el voto de los ciudadanos (Rose y Urwin, 1969;
Lijphart, 1979). Sin embargo, a partir de los años setenta se sucedieron en Europa una
serie de cambios sociales y políticos que hicieron modificar algunos de los supuestos que
guiaban estos análisis3. La literatura en las ciencias sociales pasó entonces de estudiar la
estabilidad de los sistemas de partidos a interesarse en mayor medida por las características
cambiantes de sus objetos de estudio (Dalton et al., 1984: 3-4).
La mayor parte de las contribuciones al estudio del comportamiento electoral desde los
años ochenta pasó a argumentar que las características sociales habían perdido fuerza como
antecedente del voto en Europa. En 1992, Mark Franklin4 publicó Electoral Change, donde
se defendía que los ciudadanos se desligan de las ataduras que suponen sus adscripciones
sociales, haciendo uso cada vez más de mecanismos individuales en la toma de decisiones
electorales. En esta idea insistió una parte importante de los autores que se acercaron al
estudio del voto religioso durante los años noventa y también algunas de las aportaciones
más recientes al estudio del voto religioso desde una perspectiva comparada (Dogan, 1995;
Dalton, 1998; Inglehart, 1997; Thomassen, 2005).
No fue hasta finales de los noventa cuando el interés por el voto religioso fue retomado
por la Ciencia política y la Sociología política. Gracias en parte a la aplicación de técnicas
de análisis más sofisticadas ya utilizadas anteriormente en el estudio del voto de clase,
autores como Clem Brooks et al. (1997) retomaron el tema de estudio, concluyendo que
el voto religioso distaba mucho de haber desaparecido. Oddbjørn Knutsen (2004) también
coincidió en la relevancia de la consideración de la confesión religiosa a la hora de expli-
car el comportamiento electoral de los europeos5, así como, por ejemplo, Chris Raymond
(2011) volvió a poner de relieve que la religiosidad sigue definiendo de manera importante
las preferencias políticas de los ciudadanos.
Uno de los aspectos por los que este nuevo desarrollo de la literatura mostró interés
fue la relación que se establece entre religiosidad, partidismo, ideología y voto, y su con-
secuente problema de endogeneidad (Inglehart y Rabier, 1986: 470; Montero et al., 2008:
32; Raymond, 2011). Aunque Giacomo Sani argumentaba que estos elementos “van de
la mano” (1974: 207) en un proceso de mutua influencia, la mayor parte de la literatura
ha considerado que no deben tener la misma consideración en la cadena causal del voto6.
3. Los importantes incrementos en la volatilidad electoral registrados en Europa en el último cuarto de siglo
fueron habitualmente relacionados por parte de las ciencias sociales con los crecientes niveles de heteroge-
neidad y movilidad social o la extensión de una imagen de ciudadano más individualista y guiado por valores
posmaterialistas, entre otros elementos. En relación con el voto religioso, contribuyeron además los procesos
de secularización y laicización presentes en Europa.
4. Mark Franklin, Thomas Mackie y Henry Valen.
5. Otros autores que desde un enfoque empírico y cuantitativo se han acercado al estudio del voto religioso uti-
lizando una aproximación similar han sido Andersen y Heath (2003), Brooks, Nieuwbeerta y Manza (2006)
y Oskarson (2005).
6. Para un análisis más detallado de esta problemática en una muestra similar de países, ver Balaguer, Cordero
y Navarrete (2012).
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OBJETIVOS E HIPÓTESIS
En este artículo se considerará el voto religioso como la mayor preferencia de los cre-
yentes8 por el voto a partidos ubicados en la derecha y el centro-derecha de la escala ideo-
lógica, y de los no religiosos por partidos de izquierda y centro-izquierda. Según parte de
la literatura, la correlación entre la religiosidad y el comportamiento electoral ha tendido a
atenuarse en Europa en las últimas décadas. Así, el primer objetivo del artículo será ofre-
cer una imagen de la evolución de la vitalidad del voto religioso desde 1980 hasta 2008.
Como será mostrado, el voto religioso no ha desaparecido en Europa, aunque no en todos
los países tiene hoy la misma intensidad. Por ello, el segundo objetivo del artículo será
analizar hasta qué punto esta concepción del voto religioso se encuentra vigente en Europa
en la actualidad y cuáles son los elementos del contexto que determinan su mayor o menor
presencia. Estos objetivos dan forma a las hipótesis que guían los análisis ofrecidos en el
artículo.
Con el fin de explicar la variable “suerte” del voto religioso en Europa, algunos autores
han señalado la importancia de la oferta partidista, aunque habitualmente sin comprobar
sus efectos empíricamente. Una de las características que suele ser resaltada ha sido la
7. Tampoco han puesto en duda que la religiosidad preceda temporalmente al voto la escuela político-psicológi-
ca (Campbell et al., 1960) ni los estudios que han hecho uso de enfoques no recursivos que cedían una mayor
relevancia al papel racional del votante (Page y Jones, 1979; Fiorina, 1977).
8. La consideración de “creyente” se basa en una amplia definición a partir de la práctica, la denominación y la
creencia en dogmas religiosos, la religiosidad privada y la confianza en instituciones religiosas.
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polarización de los sistemas de partidos y su efecto positivo sobre la vitalidad del voto
religioso. El argumento consiste en que los partidos de izquierda podrían insertar en el
debate electoral temas ligados al laicismo y la moral, de la misma manera que lo harían
los partidos situados a la derecha con el fin de resaltar su distancia ideológica con respec-
to a sus oponentes (Dalton, 2002). De esta manera, las élites políticas serían capaces de
polarizar el sistema de partidos mediante la “activación” del voto religioso (Evans y De
Graaf, 2012: 1). Este argumento va necesariamente ligado a un problema de endogeneidad:
resulta problemático desentrañar la dirección causal entre la presencia de voto religioso y
la activación de debates morales. En este sentido, no queda claro si es la élite política la que
toma un papel activo movilizando el voto religioso o si, por el contrario, es la sociedad la
que se encarga de movilizarlo, aunque la literatura ha demostrado empíricamente que habi-
tualmente es la élite política la que moviliza la opinión pública (un buen examen teórico y
empírico a este respecto es el desarrollado por Baldassarri y Gelman, 2008).
El importante papel jugado por las élites religiosas en las últimas transiciones democrá-
ticas en Europa del Este (Evans y Whitefield, 1993), el relativo resurgir de la religiosidad
en algunos de estos países (Gautier, 1997; Froese, 2001) y la recuperación de debates en
torno a divisiones clásicas por parte de sus élites políticas (Van der Brug et al., 2008) han
contribuido a que en los países con pasado comunista no democrático reciente el voto re-
ligioso haya cobrado fuerza en las últimas décadas. Como algunos autores han puesto de
manifiesto, la escasa experiencia democrática de los ciudadanos hace a los líderes políticos
y a los votantes utilizar imágenes e identidades alternativas a la ideológica, como por ejem-
plo, diferencias étnico-religiosas ya presentes en el régimen anterior (Whitefield, 2002).
También las propias características religiosas del país podrían estar determinando cómo
es el voto de los europeos, dado que los procesos de secularización no han tenido la misma
intensidad ni han evolucionado de la misma manera en todo el continente. En los países
protestantes los indicadores de religiosidad empezaron a descender antes que en países
9. En este trabajo se utilizará un índice de polarización ideológica elaborado por el Party Manifestos Project
a partir de la presencia en los programas políticos de los partidos de debates económicos sobre el Estado
de bienestar, morales, de organización del Estado, del respeto a la autoridad, entre otros (Volkens et al.,
2010).
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católicos y mixtos10 (Jagodzinski y Dobbelaere, 1995: 81), por lo que es de esperar que
sea en estos últimos grupos donde el impacto del voto religioso se muestre más apuntado,
aunque a su vez con una pendiente negativa más pronunciada. Por este mismo motivo, tam-
bién se espera que en países con altos niveles de secularización —como en algunos países
de Europa Central y del Este, muchos de ellos ortodoxos—, así como en Escandinavia, el
impacto del voto religioso sea menor.
DATOS
Un objetivo adicional que se plantea en este trabajo es superar algunas de las defi-
ciencias metodológicas más extendidas en los trabajos previos sobre voto religioso. Estas
carencias podrían ser resumidas en tres: la escasa cobertura geográfica y temporal de las
que hacen uso, la insuficiente operacionalización de un fenómeno tan complejo como es la
religiosidad y la aplicación de técnicas de investigación no adaptadas al objeto de estudio
(Cordero, 2012). Para superar dichas carencias, en primer lugar se hará uso de la Encuesta
Europea de Valores (EEV), cuya muestra se encuentra formada en la actualidad por 34
países y su cobertura temporal va desde 1980 hasta 2008, lo que hasta el momento supone
el estudio sobre el voto religioso con una cobertura más amplia, incluyendo además países
con diversas experiencias democráticas, sistemas de partidos y realidades religiosas dife-
rentes.
En segundo lugar, se llevará a cabo un tratamiento complejo de la variable indepen-
diente. Los estudios de voto religioso han utilizado habitualmente una estrategia similar
a la de los estudios de voto económico: seleccionar una característica determinada de la
religiosidad (habitualmente la asistencia regular a misa) y han analizado la intensidad de su
relación con el voto. Esta práctica es, en el caso del voto religioso, especialmente problemá-
tica si se tiene en cuenta que las formas de vivir la religiosidad han cambiado profundamente
en las últimas décadas. La palmaria caída en Europa de los niveles de asistencia semanal
a actos religiosos —variable usada más frecuentemente por la literatura— (Jagodzinski y
Dobbelaere, 1995) es un indicador de la necesidad del uso de formas alterativas de medir el
fenómeno (Dalton, 2002: 328). La utilización de la EEV hace posible una operacionalización
más compleja de la variable independiente, pudiendo hacer uso de un abanico más amplio
de indicadores. En los siguientes análisis, serán utilizados indicadores que miden diferentes
aspectos de la religiosidad del individuo: su confesión religiosa11, su nivel de creencia en
10. Los países mixtos son aquellos en los que la denominación religiosa mayoritaria no alcanza el 60% de la
población adscrita a alguna confesión en 2008.
11. Knutsen (2004).
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dogmas, el grado de importancia que dan a la religión y a Dios en sus vidas12 y la confianza
que tienen en las instituciones religiosas13, además de la mencionada práctica religiosa.
En cuanto a las variables de control, se han seguido dos estrategias diferentes. En el
siguiente apartado, cuyo objetivo es cuantificar la evolución temporal del voto religioso, las
variables religiosas han sido aisladas y ninguna variable de control ha sido introducida en los
modelos con el objetivo de no aumentar artificialmente su poder explicativo. Siendo cons-
cientes de que esta decisión puede ser problemática, los modelos con controles se recogen en
el anexo, donde puede comprobarse su robustez. Adicionalmente, en el siguiente apartado,
donde el objetivo es analizar las características contextuales que afectan a la vitalidad del voto
religioso, sí han sido incluidos controles tanto a nivel individual como contextual14.
La métrica de la variable dependiente seleccionada para el artículo es continua, lo que
facilita la implementación de análisis más completos que variables con otro tipo de métri-
ca. Para la operacionalización de la variable dichos partidos han sido ubicados por expertos
de la Encuesta Europea de Valores15 en una escala ideológica cuyo rango se extiende entre
el 1 “izquierda”, y el l 10 “derecha”. Para analizar en qué medida dicho voto se encuentra
mediado por la religiosidad se seguirán dos estrategias diferentes, ya adelantadas. En el
análisis longitudinal será considerado el uso del estadístico R2 como indicador de la evolu-
ción del impacto del voto religioso. Teniendo en cuenta que resulta necesaria la utilización
de diversas variables independientes, dicho estadístico se muestra como el más idóneo
índice de resumen del ajuste del modelo y, por tanto, de la capacidad de las variables re-
ligiosas para predecir el voto, una estrategia seguida en la literatura previa (Heath et al.,
1995; Freire et al., 2009; Knutsen 2010). Para el análisis transversal de los determinantes
contextuales del voto religioso se hará uso del análisis jerárquico (Steenbergen et al., 2002:
218-37; Hox, 2010). Dicho análisis se centrará en la oleada de 2008, dado el insuficiente
número de países que participaron en las oleadas previas.
12. Se analizará la relación entre el voto e indicadores anteriormente utilizados en la literatura (Jagodzinski
y Dobbelaere, 1995; Manza y Wright, 2003; Norris e Inglehart, 2004), como la creencia en dogmas
—Dios, el cielo, el infierno y la vida después de la muerte—, y la importancia de la religión y de Dios en
la vida.
13. Dado que muchos autores han entendido el proceso de secularización como la pérdida de autoridad de la Igle-
sia en el ámbito público, será utilizado como indicador del grado de institucionalización religiosa la confianza
en instituciones religiosas (Chaves, 1994).
14. La correlación entre religiosidad e ideología provoca al ser introducidas en un modelo de voto un efecto de
solapamiento, logrando la segunda “absorber” parte del peso explicativo de la primera (Inglehart y Rabier
1986: 470; Bartle 1998; Montero, Calvo y Martínez 2008: 32), “enmascarando” su efecto real sobre el voto
(Raymond, 2011). Este efecto se vuelve aún más problemático si se tiene en cuenta que el nivel de dicha
multicolinealidad no es el mismo en todos los contextos (Knutsen 2011). La estrategia seguida en este artí-
culo ha sido eliminar la ideología como variable de control, siguiendo el ejemplo de los influyentes análisis
publicados por Maria Oskarson en The European Voter (2005), Oddbjørn Knutsen (2004), de los recientes
análisis de Clem Brooks, Paul Nieuwbeerta y Jeff Manza (2006) o el de Martin Elff (2007). Para profundizar
sobre la magnitud de esta “absorción”, así como para consultar los modelos con la ideología como variable
de control, consultar Cordero (2012).
15. Aunque no existe acuerdo sobre la idoneidad de esta estrategia, ha sido demostrado que el juicio de expertos
difiere en muy poca medida de estos otros procedimientos alternativos (Knutsen, 1998).
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Tabla 1.
Descriptivos de las variables a nivel individual
Entrados en el siglo XX, con una Europa en la que el proceso de secularización se encuen-
tra muy avanzado, resulta relevante reconsiderar en qué medida las creencias, los valores y la
denominación religiosa de los ciudadanos siguen guiando su comportamiento electoral, así
como analizar si esta relación varía en función de las características contextuales de cada país.
Para ello se ha construido un índice basado en el porcentaje de varianza explicada por parte
de un modelo de regresión lineal, acotando su rango entre el 0 —no hay ajuste— al 1 —las
variables explicativas son capaces de explicar el total de la varianza de la variable dependien-
te—. El uso de este tipo de índices (utilizado en trabajos recientes, como los de Heath et al.,
1997; Freire et al., 2009; Knutsen, 2010) es especialmente útil si tenemos en cuenta el elevado
número de variables independientes, países y observaciones temporales considerados en el
análisis16. En el modelo ha sido insertado el grupo de variables religiosas al que se acaba de
hacer referencia, no incluyendo variables de control que pudieran incrementar artificialmente
el poder predictivo del modelo —no obstante, y para evitar problemas relacionados con la
falta de especificación del mismo, los resultados han sido contrastados con los modelos más
completos presentados en el anexo.
En el gráfico 1 se presenta la evolución de dicho indicador desde 1980 hasta 2008. En
él puede observarse que durante el periodo analizado el voto religioso se ha visto recortado
de una manera más drástica en los países católicos sin pasado comunista. En estos se produce
una caída generalizada de 20 puntos porcentuales en el nivel de varianza explicada, lo que ha
supuesto que desde los noventa ninguno de los países del grupo alcanzara el 20 por ciento en
16. Algunos autores han señalado que la cuantificación de este indicador puede verse afectada por el tamaño de
la muestra, aunque en muestras de gran tamaño, como es el caso, estas variaciones no son de una magnitud
relevante (Achen, 1982).
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este mismo indicador17. A pesar de ello, tras la drástica caída experimentada por los demás países
católicos occidentales, los niveles no han variado de manera relevante a partir de 1990. Desde
entonces se puede observar una generalizada estabilización en los índices de voto religioso y una
parcial recuperación en algunos países, con una recuperación media de cinco puntos de magni-
tud. Ello podría deberse a la inserción de debates relacionados con la religión y la moral en la
arena política, por ejemplo en España, Portugal e Italia, como algunos autores ya han apuntado
(Freire, 1998; Bréchon, 2000; Calvo, Montero y Martínez, 2010; Cordero y Martín, 2011).
Entre los países de mayoría católica con pasado comunista reciente se pueden distinguir
dos tendencias encontradas (Markowski, 1997; Enyedi, 2006), diferencias que pueden ser
explicadas por el papel jugado en dichos países por la élite política (Evans y Whitefield,
1993; Markowski, 1997; Evans y Need, 2002; McAllister y White, 2007; Baldassari y
Gelman, 2008). Así, en países como la República Checa18 y Eslovaquia19 la competición
electoral se conforma alrededor de debates económicos, no encontrando la religión un
lugar destacable en el discurso de sus líderes (Markowsi, 1997; Enyedi, 2006). Aunque
en Hungría se da una presencia residual de temas relacionados con la moralidad (Enyedi,
2000), los discursos de los principales partidos en estos temas carecen de “coherencia” y
“consistencia”20. El contrapunto lo ofrecen Polonia, Eslovenia y Croacia, todos ellos con
un gran partido conservador y/o democristiano21 que se encarga de convertir la religiosidad
en tema de campaña (Markowski, 1997; Ka-Lok Chan, 2001; Fink-Hafner, 2006).
Entre los países protestantes, la media de la pendiente del índice de voto religioso es
negativa, aunque con una inclinación menos pronunciada, dado que en estos países la caída
en los indicadores religiosos comenzó a producirse a mitad del siglo XX (Madeley, 2000).
A pesar de todo, y al igual que ocurría en el caso de los países católicos, desde 1990 se
han producido ligeros incrementos, aunque solo en los países escandinavos —Noruega y
Suecia—, dos de los países donde el voto de clase se ha visto más recortado en favor de
una mayor presencia de debates morales y religiosos (Madeley, 2000). Aunque Alemania
Oriental ha sufrido caídas en el índice, estas no han supuesto la desaparición del fenómeno,
que todavía es capaz de explicar el 15% de la variabilidad del voto, por encima de la media
de los países protestantes.
17. Italia es el único país donde se observa una recuperación en el indicador en 1990. No obstante, los resultados tras
esta observación van en línea con el resto de países católicos (Mackie, Mannheimer y Sani, 1992), y con la común
aceptación de la caída del voto religioso en Italia tras la debacle del Partido Democristiano en los noventa.
18. La oferta partidista mayoritaria se divide entre el ODS, partido liberal antieuropeo, y el CSSD, partido
socialdemócrata. Ambos hacen girar el debate electoral alrededor de temas relacionados con la liberalización
económica y la intervención del Estado en la economía.
19. Es la tercera fuerza política, el KDH (partido democristiano), el único que abiertamente hace alusiones direc-
tas a temas relacionados con la moral católica.
20. El FIDESZ, principal partido del país, era en sus orígenes un partido liberal y anticomunista que a mitad de
los años noventa se reinventa como partido conservador. El otro gran partido, el MSZP, socialdemócrata y
sucesor del Partido Comunista, lleva a cabo un programa muy liberal desde el punto de vista económico,
habiendo promovido desde el Gobierno profundas políticas de liberalización y privatización.
21. PO y PiS en Polonia, SDS en Eslovenia y HDZ en Croacia. Alusiones a los sistemas de partidos presentes
en dichos países cuando las observaciones individuales de la última oleada de la EVS fue llevada a cabo (en
torno a 2007, en función del país).
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Gráfico 1.
VarianzaPaíses
explicada Países
católicos
por el
Países
católicos
sin pasado sin conjunto
católicos
pasado
comunista sin
comunista de variables
pasado comunista religiosas
Países
Países católicos
en
Países
con católicos
pasado conEuropa,
católicos
pasado
comunista con 1980-2008*
pasado
comunistacomunista
0,6 0,6
0,6 católicos Países 0,6
católicos sin pasado comunista 0,6 0,6 Países católicos con pasado comunista
Países sin pasado comunista Países católicos con pasado comunista
0,6 0,6 0,6 0,6
Austria
Francia Francia
FranciaItalia
España Italia
España Portugal Portugal
Austria Italia Irlanda
Portugal Irlanda
Croacia
Rep. Rep.
Checa Rep. Checa Checa PoloniaHungría
Croacia
Eslovenia
Polonia Polonia
Eslovenia Hungría Hungría
Eslovaquia Eslovaquia
Bélgica
Francia Bélgica
BélgicaItalia
Francia Italia
Portugal Portugal
Rep. Checa Rep. Checa
Polonia Polonia
Hungría Hungría
Bélgica Bélgica
Alemania Finlandia
Finlandia Or. Finlandia Noruega
Dinamarca Noruega
Alemania Or.Noruega Islandia
Dinamarca Islandia
Suecia Islandia
Suecia Rumania
Macedonia
Rumania Rumania
Macedonia Moldavia Moldavia
Montenegro
Moldavia Montenegro Bulgaria Bulgaria
Ucrania
Bulgaria Ucrania
Finlandia Finlandia
Noruega Noruega
Islandia Islandia
Rumania Rumania
Moldavia Moldavia
Bulgaria Bulgaria
Países mixtos
Países mixtosPaíses mixtos
0,6 0,6 0,6 Países mixtos
Países mixtos
0,6 0,6
0,4 0,4
0,2 0,2
Irlanda
Alemania N.Alemania Alemania
delOcc. Irlanda
Occ.
Países Occ.
del
Bajos
Gran Bretaña GranBajos
N. Gran Bretaña
Suiza
Países Bretaña Suiza
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Al igual que ocurría entre algunos de los países católicos con pasado comunista, entre
los países ortodoxos22 también se han producido ligeros incrementos en la relevancia del
voto religioso durante los últimos años. Este es el caso de Ucrania, Macedonia, Montenegro
y en menor medida Bulgaria23, países en los que se da una fuerte conexión entre la religión
y el nacionalismo24. Estas divisiones tienen un claro reflejo en las divisiones étnicas y
nacionalistas que forman una parte fundamental del debate y la oferta política de estos
países, estructurando sus sistemas de partidos (Evans y Whitefield, 1993; Markowski, 1997).
En cualquier caso, la característica más relevante que presenta el grupo, al igual que lo
hacía el de católicos con pasado comunista, es su gran volatilidad, propia de democracias
jóvenes. Por ello, nuevas observaciones temporales aportarían una relevante información
sobre la evolución del indicador.
Finalmente, la vitalidad del voto religioso es también dispar entre los países mixtos,
debido precisamente a su naturaleza heterogénea. A pesar de estas marcadas diferencias, en
todos ellos se ha producido una pérdida de peso de las variables religiosas sobre el voto en
los últimos 30 años, unas tendencias ampliamente recogidas en estudios nacionales previos
(Eisinga et al., 1994; de Graaf et al., 2001; Nicolet, 2009). Sin embargo, los países mix-
tos también parecen apuntarse a la generalizada recuperación en los niveles del indicador
de voto religioso, aunque en este caso muy leve y solo durante los últimos diez años. No
obstante, estas recuperaciones no tienen lugar precisamente entre los países que presentan
niveles más altos de voto religioso —Irlanda del Norte y Países Bajos—, los cuales conti-
núan experimentando una caída continuada hasta la actualidad.
Con todo ello y aunque algunos autores recientes han insistido en la persistencia de la
vitalidad de los clivajes desde los años sesenta (Van der Brug et al., 2008; Elff, 2009; Ra-
ymond, 2011), los resultados de esta investigación parecen insistir en que ha tenido lugar
una generalizada y apuntada caída en los niveles de voto religioso en Europa, descenso
que se desarrolló durante la primera mitad del siglo XX en la mayor parte de los países
protestantes y mixtos y hasta los años ochenta, en los católicos. No obstante, desde los años
noventa este marcado proceso de descenso se ha visto estancado, habiéndose localizado
incrementos en muchos de los países católicos y ortodoxos incluidos en la muestra, algo
que puede ser apreciado con mayor claridad en el gráfico 2.
Por un lado, las caídas en los niveles de voto religioso desde los años noventa han
sido de mayor magnitud en los Países Bajos, Irlanda del Norte e Italia, donde el clivaje
religioso era el elemento estructurador fundamental de la sociedad y donde el proceso de
22. Todos los incluidos en la presente muestra comparten un pasado comunista no democrático reciente al haber
sido eliminado Grecia por falta de datos para un análisis longitudinal.
23. En las dos primeras oleadas, Montenegro carecía de un diseño muestral propio —las observaciones no
super—ban las 250, mientras que para el resto de Serbia superaban las 1200—. Adicionalmente, en la segun-
da oleada se produjo un boicot por parte de los grupos musulmanes, aunque sobre todo afectó a Kosovo.
24. Se trata de las divisiones entre macedonios ortodoxos y albaneses musulmanes en Macedonia o entre las
Iglesias ortodoxas locales de Ucrania y Montenegro en contraposición con las anteriormente mayoritarias
Iglesias ortodoxas rusa y serbia. En Ucrania, sin embargo, no tiene lugar un relevante grado de polarización
en términos morales entre los partidos.
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secularización ha sido más tardío. En Eslovaquia o Hungría dichos descensos también son
pronunciados, aunque en estos casos parece ser la volatilidad de sus sistemas de partidos la
que podría encontrarse detrás del cambio.
Gráfico 2.
Tasa de crecimiento del voto religioso entre 1990 y 2008 en europa
Eslovaquia
Países Bajos
Irlanda del Norte
Austria
Italia
Alemania Oriental
Hungría
El voto Bélgica
religioso Dinamarca
se reduce
Rumanía
Alemania Occidental
Rep. Checa
Portugal
Macedonia
Suiza
Croacia
Moldavia
Finlandia
Montenegro
Islandia
Suecia
Gran Bretaña
España
Bulgaria
El voto Noruega
religioso Eslovenia
aumenta
Francia
Irlanda
Ucrania
Malta
Polonia
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y Polonia. Bulgaria y Ucrania —ortodoxos— así como Gran Bretaña y Noruega, que
también experimentan incrementos en los niveles de voto religioso durante la última
década. Entre los países de Europa del Este, dicha evolución positiva, aunque presente,
parece menos clara dada la juventud de sus sistemas de partidos y su reciente experien-
cia democrática, por lo que nuevas oleadas de la Encuesta Europea de Valores podrían
ayudar a responder a la pregunta de si se está produciendo una revitalización del voto
religioso en la zona.
25. Dado que Alemania y Reino Unido no han sido desagregadas por falta de datos disponibles.
26. El tercer elemento contextual mencionado en los epígrafes anteriores, el pasado comunista, ha sido eliminado
del modelo por no aportar información relevante a los resultados y no resultar en diferencias significativas.
27. Variables sociodemográficas adicionales habitualmente consideradas, como, por ejemplo, el tamaño
de hábitat, no han sido incluidas por la falta de homogeneidad en la recolección de datos entre los
países.
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Tabla 2.
Modelo multinivel de intención de voto a partidos ubicados
en la escala ideológica 1-10, 2008
B E. T.
Intercepto 4,37 ** (0,33)
Variables contextuales
País ortodoxo (ref.: católico) 0,32 (0,31)
País protestante 0,57 * (0,25)
País mixto 0,42 * (0,18)
Nivel de polarización (centrada) -0,02 * (0,01)
Variables individuales
Variables sociodemográficas
Sexo (ref.: hombre) 0,24 ** (0,00)
Edad (en país sin pasado comunista) 0,01 * (0,00)
Edad (en país con pasado comunista) -0,01 **
Educación primaria (ref.: universitaria) 0,08 (0,11)
Educación secundaria 0,02 (0,05)
Práctica religiosa
Asistencia semanal a actos religiosos 0,27 ** (0,05)
Frecuencia de rezo -0,09 * (0,05)
28. En este modelo, se trata de un varón de edad media, con educación universitaria, católico, pero que no asiste
a actos religiosos semanalmente ni reza de manera habitual, que no cree en dogmas, que no da importancia
a la religión ni a Dios en su vida, y que no confía en las instituciones religiosas, en un país católico con una
polarización ideológica media en su parlamento. El voto predicho para un ciudadano de dichas características
se prevé para un partido situado en la posición 4,37 de la escala ideológica. Atendiendo a las características
sociodemográficas, son las mujeres las que de manera general optan por partidos situados más a la derecha
(0,24 puntos más como media). Tal y como era de esperar, la edad afecta de manera diferente al voto según
la experiencia con regímenes comunistas no democráticos en Europa. La edad tiene un peso positivo en el
voto a la derecha en países sin pasado comunista, mientras que en países con un pasado comunista reciente
son los más jóvenes los que optan por partidos situados más a la derecha.
29. En concreto, el incremento en una unidad en el nivel de polarización desplaza la ideología media del partido
votado en 0,02 puntos a la izquierda.
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Tabla 2.
Modelo multinivel de intención de voto a partidos ubicados
en la escala ideológica 1-10, 2008 (cont.)
B E. T.
Denominación religiosa (ref.: católico)
Sin denominación 0,37 (0,30)
Ortodoxo (en país católico) -0,80 * (0,46)
Ortodoxo (en país ortodoxo) 1,17 ** (0,37)
Ortodoxo (en país protestante) 1,11 * (0,49)
Protestante (en país católico) 0,91 ** (0,31)
Protestante (en país protestante) -0,16 * (0,12)
Protestante (en país ortodoxo) -1,07 ** (0,35)
Otras 0,41 (0,34)
Creencia en dogmas
Dios 0,10 (0,07)
Vida tras la muerte 0,00 (0,04)
Infierno 0,13 * (0,06)
Cielo 0,02 (0,04)
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,02 * (0,01)
Importancia de la religión en la vida 0,04 (0,05)
Confianza en instituciones religiosas 0,25 ** (0,05)
N nivel micro (n nivel macro) 20.644 (34)
Varianza explicada por el segundo nivel 0,09
Grados de libertad 29
Fuente: quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores y Party Manifestos Project.
* Significativo al 0,05. ** Significativo al 0,01.
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31. El índice de polarización en asuntos económicos se obtiene de calcular la ideología de los partidos según
aparece en Laver y Budge (1992). Las posiciones de cada programa han sido además ponderadas por el tama-
ño de cada partido. El índice de polarización en asuntos tradicionales/morales ha sido realizado siguiendo la
misma estrategia, aunque a partir de las variables per604 y per605.
32. También hace referencia a las alusiones positivas o negativas hacia el respeto a la autoridad, el ejército y la
libertad.
33. Mediante el Pseudo-R cuadrado. Notar que estas cantidades pueden variar ligeramente de las presentadas en los
análisis del gráfico 1 debido a que en este caso incluyen variables sociodemográficas básicas de control (en el
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Gráfico 3.
Nivel de voto religiosos en función de la polarización en asuntos económicos y la
polarización en asuntos religiosos/morales en europa, 2008
R2 Lineal = 0,168
30 R2 Lineal = 0,046
30
ELV ELV
MAC MAC
ESP CRO
CRO
20 20 ESP
LET LET
Pseudo R2
Pseudo R2
IRL IRL
EST ALE EST ALE
POR
GRE GRE
MAL
POR POL
10 AUS POL
MAL
SUI 10 FRA
AUS BUL PBA SUI
PBA
GBR FRABUL GBR ITA SER
MOL ISL ITA NOR BEL
LIT EVK 35,63 RUM SUELIT
MON SER BEL SUE NOR ISL
MOL EVK
UCR RUM
RUS FIN RCH UCR HUN FIN MON
HUN DIN RCH RUS DIN
00 00
0 10 20 30 40 0 10 20 30 40
Polarización económica Polarización religiosa/moral
anterior análisis no fueron incluidas dado que el objetivo era el de cuantificar el voto religioso y se optó por aislar
el efecto de las variables religiosas para no inflar de manera artificial su efecto).
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partidos son muy similares en relación a sus posiciones frente estos temas, la presencia
de voto religioso es testimonial34.
En resumen, los resultados presentados a lo largo del artículo apuntan a que a pesar del
descenso en su vitalidad, durante los años noventa los niveles de voto religioso se han visto par-
cialmente recuperados en buena parte de Europa. Aunque los datos no permiten señalar un me-
canismo causal que explique dicho repunte, sí han demostrado el relevante papel que desempe-
ña la élite política en que los niveles de voto religioso sean más o menos elevados. Los análisis
expuestos apuntan a que la polarización del debate político en torno a temas relacionados con la
religión y la moral tradicional hace que, a pesar del proceso de secularización, la religiosidad se
convierta en un elemento a tener en cuenta en las decisiones electorales de los europeos.
CONCLUSIONES
34. Debe ser tenido en cuenta que el estadístico utilizado para medir el grado de ajuste del modelo se ve altamente
influenciado por casos atípicos, como por ejemplo Portugal o Suiza, reduciendo de manera importante su
magnitud.
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presencia del fenómeno. De esta manera, el papel de los líderes políticos se pone de ma-
nifiesto al demostrar su capacidad para “activar” y “reactivar” un factor explicativo del
comportamiento electoral que parecía abocado a desaparecer en Europa.
ANEXO
Tabla A.1.
Características contextuales de los países incluidos en la muestra
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Tabla A.1.
Características contextuales de los países incluidos en la muestra (cont.)
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Alemania Alemania
Católico 0,63 ** 0,92 0,38 0,36 * 0,75 ** 0,45 * -0,20 -0,07 0,28 ** 0,10 0,73 -1,64
Ortodoxo 0,23 -0,64 1,47 -0,85 0,03 -1,47** 0,46
Protestante 0,34 0,44 0,46 -0,72 -0,28 -2,55 0,63 ** 0,06 0,10 2,65 0,38 0,56 **
Otras 0,27 0,18 0,34 0,45 -1,46 * -0,08 0,43 -0,77 0,03 -0,19 -0,26 1,13
Creencia en dogmas
Dios 0,37 * -0,04 -0,47 * 0,01 -0,03 0,38 0,43 * 0,47 0,07 0,48 ** -0,12 0,28
Vida tras la muerte 0,07 0,54 -0,25 0,12 0,37 0,08 0,09 -0,03 0,01 0,11 -0,12 -0,01
Infierno -0,06 -0,24 0,81 ** 0,02 0,14 -0,01 0,26 -0,01 0,14 -0,02 0,09 -0,05
Cielo 0,22 1,25 ** -0,10 -0,02 -0,50 0,20 -0,04 0,00 0,05 0,08 0,13 0,26
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,02 0,03 0,11 ** -0,10** 0,01 0,06 -0,02 -0,06 0,01 -0,02 -0,02 0,00
Importancia de la religión en la vida 0,02 0,15 0,56 ** -0,28 0,37 0,47 ** -0,02 0,04 0,17 0,27 0,04 0,02
Confianza en instituciones religiosas 0,17 0,39 -0,27 0,27 0,01 0,58 ** 0,24 * 0,06 0,47 ** 0,81 ** -0,02 -0,02
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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)
Constante 3,83 ** 5,22 ** 4,89 ** 5,12 ** 5,51 ** 3,86 ** 5,24 ** 5,25 ** 4,35 ** 3,34 ** 4,46 ** 2,90 **
Pseudo R2 0,15 0,17 0,10 0,05 0,10 0,21 0,05 0,06 0,24 0,22 0,14 0,06
n 630 540 790 1.196 652 805 1.224 641 695 739 746 634
Fuente: elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores. El modelo de referencia en este análisis es un hombre de edad media, con estudios medios, que no
asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas y no cede importancia a aspectos religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.
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Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)
Francia Grecia Hungría Irlanda Islandia Italia Letonia Lituania Macedonia Malta Moldavia Montenegro
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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)
Pseudo R2 0,09 0,13 0,06 0,17 0,06 0,08 0,18 0,04 0,12 0,15 0,09 0,03
n 1.011 768 763 496 459 684 554 577 437 744 675 635
Fuente: elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores. El modelo de referencia en este análisis es un hombre de edad media, con estudios medios, que no
asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas y no cede importancia a aspectos religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.
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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)
Católico 1,61 0,60 ** 0,64 0,92 * -0,16 -0,05 0,11 0,28 -0,8 1,05 0,45 0,00
Ortodoxo 0,13 -3,24 ** -2,49 -0,45 -0,03 0,35 -0,05 0,01 -0,23
Protestante 0,68 * 1,10 ** 0,94 0,30 -0,31 0,51 ** 0,04 1,04 -1,7 0,13 0,74 ** -0,37
Otras 1,10 0,79 ** 1,19 -0,64 -0,48 -0,07 1,91 1,74 ** 0,51 -0,34
Creencia en dogmas
Dios -0,57 0,16 -0,44 0,16 0,14 -0,19 -0,75 -0,01 -0,5 -0,03 0,22 0,16
Vida tras la muerte 0,56 * -0,09 0,31 0,09 0,12 0,11 -0,19 -0,36 -0,1 -0,20 -0,17 -0,17
Infierno 0,49 0,32 0,20 0,29 0,23 0,23 -0,17 -0,01 0,05 0,11 0,43 -0,65 *
Cielo 0,00 0,15 0,20 -0,17 -0,70 * -0,11 0,09 0,22 -0,6 0,31 0,10 0,94 **
Religiosidad individual
Importancia de Dios en la vida 0,07 -0,02 0,09 0,13 ** -0,03 -0,09 ** -0,02 0,06 0,09 -0,06 0,03 -0,03
Importancia de la religión en la vida -0,57 -0,20 -0,25 -0,37 0,30 0,14 0,24 -0,19 0,41 -0,43 -0,11 -0,22
Confianza en instituciones religiosas 0,28 0,21 0,53 ** 0,54 * 0,04 -0,10 0,03 -0,08 0,47 * 0,45 * -0,16 0,11
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Tabla A.2.
Regresión lineal sobre la intención de voto (según ideología del partido) por país, 2008 (cont.)
Constante 5,72 ** 6,01 ** 6,14 ** 2,11 ** 4,98 ** 5,59 ** 6,71 ** 7,78 ** 4,23 ** 4,63 ** 3,95 ** 6,43 **
Pseudo R2 0,06 0,07 0,12 0,11 0,09 0,07 0,04 0,09 0,06 0,05 0,11 0,06
n 827 1.200 587 546 807 791 615 804 774 652 554 728
Fuente: Elaboración propia a partir de la quinta oleada de la Encuesta Europea de Valores.
El modelo de referencia en este análisis es un hombre, de edad media, con estudios medios, que no asiste a actos religiosos ni reza, que no cree en dogmas, y no cede importancia a aspectos
religiosos en su vida, además de no confiar en la Iglesia.
* Significativo al 0,05.
** Significativo al 0,01.
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Religiosidad y voto en 34 democracias europeas 61
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