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Metodología de La Acción Tutorial en Educación Primaria
Metodología de La Acción Tutorial en Educación Primaria
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Relación de autores
Mercedes Álamo
Universidad de Córdoba.
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Cuando mires a los ojos cada día,
cuando el respeto a la diferencia sea tu prioridad,
cuando consigas arrancar una sonrisa,
cuando despiertes la curiosidad por una historia o un invento,
cuando te entristezcas con su llanto,
cuando una familia te dé las gracias,
cuando sus desvelos los hagas tuyos,
cuando conviertas cada día en una oportunidad,
entonces...
habrás llegado a la esencia de la orientación y acción tutorial.
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Índice
Prólogo
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3. Conclusión
4. Nuestras ideas clave
Referencias bibliográficas
3. Pero... ¿Qué áreas son estas? ¿Dónde está Matemáticas? ¿Y Lengua? ¿Y...?
1. Diagnóstico de la situación
1.1. Identificando la situación
1.2. Fundamentando la toma de decisiones
1.2.1. Orientación profesional
1.2.2. Orientación de los procesos de enseñanza-aprendizaje
1.2.3. Atención a la diversidad
1.2.4. Orientación para la prevención y el desarrollo
1.3. Los referentes curriculares
1.4. El contexto de centro y aula
2. Resolución de la situación
2.1. Fase de reflexión
2.2. Fase de planificación
2.3. Fase de ejecución
2.4. Fase de evaluación
3. Conclusión
4. Nuestras ideas clave
Referencias bibliográficas
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Anexo II: Posible cuestionario para la elaboración del sociograma
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4. Nuestras ideas clave
Referencias bibliográficas
Anexo 1. Orientaciones pedagógicas para distintas temáticas
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1.4. El contexto de centro y aula
2. Resolución de la situación
2.1. Fase de reflexión
2.2. Fase de planificación
2.3. Fase de ejecución
2.4. Fase de evaluación
3. Conclusión
4. Nuestras ideas clave
Referencias bibliográficas
9. Integra, coordina, conecta, crea redes… La escuela no es una isla en medio del
océano
1. Diagnóstico de la situación
1.1. Identificando la situación
1.2. Fundamentando la toma de decisiones
1.2.1. La orientación educativa en la escuela y en su entorno
1.2.2. La ampliación de la comunidad educativa
1.2.3. Prevención, control y seguimiento del absentismo escolar: un ejemplo de
coordinación interadministrativa
1.2.4. Prácticas educativas que favorecen las interacciones con la comunidad
1.3. Los referentes curriculares
1.4. El contexto de centro y aula
2. Resolución de la situación
2.1. Fase de reflexión
2.2. Fase de planificación
2.3. Fase de ejecución
2.4. Fase de evaluación
3. Conclusión
4. Nuestras ideas clave
Referencias bibliográficas
Créditos
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Prólogo
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¿Qué tengo que saber sobre la acción tutorial?
CARMEN CORPAS REINA
Las mamás de Ana están aquí, Ángeles y Gabriela han llegado. ¿Habéis visto a
la tutora de 6.º B?, ¿y a la orientadora? ¿Para qué la quieres? Hay que
atenderlas. ¿Y Ana dónde está? ¿Cómo valora estos seis años en nuestro cole?
Hace seis años que Ángeles y Gabriela llegaron a este centro. Recuerdan la
incertidumbre del primer día, cuando no sabían quién era la tutora ni qué hacía
la orientadora del centro. Ese día escucharon por primera vez qué era la
orientación y la acción tutorial, así como lo que les depararía esta etapa evolutiva
en la que se iniciaba su hija. Hoy vienen a expresar su agradecimiento y su
valoración acerca de cuánto han compartido ellas y su hija en esta etapa
educativa.
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
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una gran sensibilidad y calidez humana. La tutora se ha convertido en el referente
principal y más importante que la familia tiene en el centro. Por eso encuentran la
confianza suficiente para mantener esta reunión.
Esta relación tan estrecha con la familia de Ana es propia del trabajo diario que la
tutora desarrolla en el aula. Podríamos decir que la acción tutorial se concreta
fundamentalmente en acompañar, escuchar, comprender, empatizar, ofrecer información,
recursos, ayuda y afecto al alumnado y a sus familias. La mayor parte del tiempo la
tutora se ha dedicado a atender al alumnado y a sus familias, pero esto no hubiera sido
posible sin la coordinación y la complicidad con el equipo de orientación del centro, el
equipo de ciclo y el equipo educativo.
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La orientación educativa ha evolucionado de tal modo que es considerada como una
distinción de calidad. La maestra y el maestro que tiene formación en este campo ve más
allá del currículum, sabe advertir en su alumnado la singularidad de cada persona y
trabaja para que cada una alcance un desarrollo óptimo tanto psicológico como personal
y social al máximo de sus posibilidades. En este sentido, Monge (2009) concibe a la
persona como un todo integrado, de manera que la orientación educativa desde esta
perspectiva debe trascender de la intervención del niño o la niña hacia un tipo de
intervención global que tenga en cuenta a la persona en su contexto más próximo, como
es el entorno afectivo-familiar, pero que también considere los recursos sociales y
económicos de los que dispone.
La visión más antigua y tradicional de la orientación educativa se identifica con una
actuación terapéutica, remedial, basada en la psicometría y en la acción individualizada,
como atención puntual, propia de principios del siglo veinte. A medida que se consolida
esta disciplina se constata una influencia multidisciplinar de la psicología, la pedagogía y
las ciencias sociales (Santana, 2009). Fue con la aprobación de la Ley Orgánica 1/1990,
de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990), cuando
la orientación se integra en el sistema educativo y se concibe como una labor compartida
por el profesorado, las tutoras y tutores y el orientador u orientadora. En los artículos 55
y 60.1 de la LOGSE (1990) se contemplaba la orientación como un factor de calidad de
la educación, considerándola prioritaria y como parte integrante del proceso educativo.
Sin embargo, esta Ley (LOGSE, 1990) no pudo ser asumida en nuestro Estado sin los
medios y el tiempo necesarios para introducir dichos procesos de cambio, de manera que
asistimos a la imposible ejecución de una reforma que prometía desarrollar los aspectos
considerados en las definiciones teóricas más avanzadas, que se caracterizan por su
carácter comprensivo y de respeto hacia la persona y su contexto.
Posteriormente se aprueba la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (en
adelante LOE, 2006). Concretamente, se recoge en el artículo 18.6 y artículo 19 que la
acción tutorial orientará el proceso educativo individual y colectivo del alumnado,
poniendo especial énfasis en la atención a la diversidad del alumnado, en la atención
individualizada y en la prevención de dificultades de aprendizaje. Pero esta Ley fue muy
criticada, destacando el análisis realizado por Lledó (2007), quien pone en evidencia esta
Ley por no aludir a la orientación en la Educación Infantil y Primaria, ni siquiera desde
una visión preventiva en dicha etapa.
Es en las comunidades autónomas donde se realizan diferentes concreciones. En el
caso de Andalucía se desarrolla la Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de
Andalucía (LEA, 2007). En ella se recogen los órganos de coordinación docente y de
orientación en los centros de Infantil y Primaria: los equipos de ciclo y los equipos de
orientación donde se integra al menos un profesional del equipo de orientación educativa
de sector (capítulo III, LEA 2007, y artículo 78 y 86 del Decreto 328/2010, de 13 de
julio [Reglamento Orgánico de los Centros de Educación Primaria]). Esta estructura
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queda articulada en el Plan de centro, donde se encuentra el Plan de orientación y acción
tutorial (artículo 121 de la LOE, 2006, y artículo 126 de la LEA, 2007) integrado en el
Proyecto educativo de centro (artículos 20 y 21 del Decreto 328/2010, de 13 de julio).
En la actualidad la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la
calidad educativa (en adelante LOMCE, 2013), omite, en los principios fundamentales
del preámbulo, la orientación educativa como ayuda a la persona y recurso para la
calidad. Es en el título preliminar donde la contempla como medio para el logro de una
formación personalizada, integral en conocimientos, destrezas y valores. Por lo demás,
no modifica lo recogido en la LOE (2006). La LOMCE (2013) se basa en conformar un
sistema educativo capaz de encauzar a los estudiantes hacia las trayectorias más
adecuadas a sus capacidades, tal y como surgió la orientación en el ámbito profesional,
con el enfoque de rasgos y factores. Así era entendida la orientación por Fran Parsons
hacia 1908, como una función de ajuste de las habilidades y capacidades personales a las
exigencias del trabajo, idea impulsada y consolidada por Williamson hacia 1965, quien
introdujo el diagnóstico como elemento fundamental en el asesoramiento (Corpas,
2005).
Esta Ley (LOMCE, 2013) nos devuelve al siglo XX, con un marcado interés por
clasificar al alumnado cuanto antes por medio del diagnóstico precoz y personalizado,
con los riesgos que esto supone de mermar las posibilidades de evolucionar hacia
trayectorias diversas a lo largo de las etapas de formación de las personas. Respecto a la
orientación y acción tutorial solo hallamos una modificación de la LOE (2006) del art.
18, en su apartado 5, que expresa que en el conjunto de la etapa, la acción tutorial
orientará el proceso individual y colectivo del alumnado, sin más detalle.
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Lledó (2007), Grañeras y Parras (2008) y Monge (2009). A continuación los recordamos
brevemente:
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1.2.3. ¿Quiénes me acompañan en mi actuación como tutor o tutora?
La primera persona que debe atender a la familia de Ana es la tutora, pues es la que
mejor conoce a Ana en el contexto escolar. Está al corriente de cómo progresa en las
distintas materias y cómo se desenvuelve a nivel personal en las relaciones con sus
iguales dentro del centro. Pero sería utópico pensar en atribuirle a una tutora toda la
responsabilidad del desempeño y ejercicio de la orientación educativa a lo largo de estos
seis años.
Podríamos decir que el aula es el centro base de la acción orientadora, si bien hay
acciones que necesariamente trascienden del aula al centro, así como otras actuaciones
que requieren de la coordinación y las aportaciones de diferentes
profesionales/especialistas externos. Por tanto, la orientación educativa se desarrolla en
los centros públicos a través de diferentes niveles de intervención y de su
correspondiente estructura de coordinación.
Respecto a los niveles de intervención, siguiendo a Álvarez (2017), la acción tutorial
y orientadora se organiza en tres niveles. Un primer nivel, con el mayor grado de
concreción en el grupo de alumnos y alumnas que ha de hacer el profesorado (tutoría de
asignatura) y el tutor o tutora (tutoría de acompañamiento), es la acción tutorial,
entendida como actividad orientadora que realiza el equipo docente coordinado por el
tutor o tutora. En segundo nivel se sitúan las intervenciones que implican a todo el
centro, a través del equipo de orientación del centro, como órgano de orientación que
asesorará y colaborará tanto en la planificación como en el desarrollo de la orientación
educativa. Y con ubicación externa hallamos los equipos de orientación educativa, que
actúan mediante el desempeño de funciones especializadas en las diferentes áreas de la
orientación educativa, en el conjunto de los centros de una zona educativa. Al mismo
tiempo, con demarcación geográfica provincial nos encontramos con los equipos de
orientación educativa especializados, que realizan una intervención de mayor
especialización en el asesoramiento para la atención al alumnado con necesidades
específicas de apoyo educativo (tercer nivel) (Álvarez, 1994 y Monge, 2009).
Atendiendo a las estructuras de coordinación, en el art. 78 del Decreto 328/2010, de
13 de julio, se establecen dichas estructuras, teniendo todas ellas competencias
relacionadas con la orientación y la acción tutorial:
a) Equipos docentes. Los equipos docentes están constituidos por todos los maestros
y maestras que imparten docencia a un mismo grupo de alumnos y alumnas. Serán
coordinados por el tutor o tutora y tienen entre otras las siguientes funciones:
— Llevar a cabo el seguimiento global del alumnado del grupo, estableciendo las
medidas necesarias para mejorar su aprendizaje, de acuerdo con el proyecto
educativo del centro.
— Realizar de manera colegiada la evaluación del alumnado, de acuerdo con la
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normativa vigente y con el proyecto educativo del centro, y adoptar las decisiones
que correspondan en materia de promoción.
— Tratar coordinadamente los conflictos que surjan en el seno del grupo,
estableciendo medidas para resolverlos.
— Conocer y participar en la elaboración de la información que, en su caso, se
proporcione a los padres, madres o representantes legales de cada uno de los
alumnos o alumnas del grupo.
— Proponer y elaborar las adaptaciones curriculares no significativas bajo la
coordinación del profesor o profesora tutor-tutora y con el asesoramiento del
equipo de orientación.
— Atender a los padres, madres o representantes legales del alumnado del grupo, de
acuerdo con lo que se establezca en el plan de orientación y acción tutorial del
centro.
b) Equipos de ciclo. Cada equipo de ciclo estará integrado por los maestros y
maestras que impartan docencia en él. De estos equipos resaltamos las competencias de
colaborar en la aplicación de las medidas de atención a la diversidad que se desarrollen
para el alumnado del ciclo. En este equipo se encuentra la figura de coordinador/a de
ciclo, quien se encarga de coordinar y dirigir la acción de los tutores y tutoras conforme
al plan de orientación y acción tutorial.
c) Equipo de orientación. El equipo de orientación del centro está formado por un
orientador u orientadora del equipo de orientación educativa. También formarán parte
los maestros y maestras especializados en la atención del alumnado con necesidades
específicas de apoyo educativo, los maestros y maestras especialistas en pedagogía
terapéutica o en audición y lenguaje, y los maestros y maestras responsables de los
programas de atención a la diversidad.
El equipo de orientación del centro asesorará sobre la elaboración del plan de
orientación y acción tutorial, colaborará con los equipos de ciclo en el desarrollo del
mismo, especialmente en la prevención y detección temprana de las necesidades
específicas de apoyo educativo, y asesorará en la elaboración de las adaptaciones
curriculares para el alumnado que las precise. El equipo de orientación contará con un
coordinador o coordinadora. El profesional del equipo de orientación educativa que
forme parte del equipo de orientación será el orientador de referencia del centro, con las
siguientes funciones:
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con la mediación, resolución y regulación de conflictos en el ámbito escolar.
— Asesorar al equipo directivo y al profesorado en la aplicación de las diferentes
actuaciones y medidas de atención a la diversidad, especialmente las orientadas al
alumnado que presente necesidades específicas de apoyo educativo.
— Colaborar en el desarrollo del plan de orientación y acción tutorial, asesorando en
sus funciones al profesorado que tenga asignadas las tutorías, facilitándoles los
recursos didácticos o educativos necesarios y, excepcionalmente, interviniendo
directamente con el alumnado, ya sea en grupos o de forma individual, todo ello
de acuerdo con lo que se recoja en dicho plan.
— Asesorar a las familias o a los representantes legales del alumnado en los aspectos
que afecten a la orientación psicopedagógica del mismo.
e) Tutorías. Cada unidad o grupo de alumnos y alumnas tendrá un tutor o tutora, que
será nombrado por la dirección del centro, a propuesta de la jefatura de estudios, de entre
el profesorado que imparta docencia en el mismo. La tutoría del alumnado con
necesidades educativas especiales será ejercida en las aulas específicas de educación
especial por el profesorado especializado para la atención de este alumnado. En el caso
del alumnado con necesidades educativas especiales escolarizado en un grupo ordinario,
la tutoría será ejercida de manera compartida entre el maestro o maestra que ejerza la
tutoría del grupo donde esté integrado y el profesorado especialista.
El nombramiento del profesorado que ejerza la tutoría se efectuará para un año
académico. Se tendrá en cuenta que aquellos maestros y maestras que, durante un curso
escolar, hayan tenido asignado el primer curso de cualquier ciclo de la Educación
Primaria, permanecerán en el mismo ciclo hasta su finalización por parte del grupo de
alumnos y alumnas con que lo inició. Los tutores y tutoras ejercerán la dirección y la
orientación del aprendizaje del alumnado y el apoyo en su proceso educativo en
colaboración con las familias.
Tutores y tutoras mantendrán una relación permanente con las familias del alumnado,
facilitando situaciones y cauces de comunicación y colaboración, y promoverán la
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presencia y participación en la vida de los centros. Para favorecer una educación integral,
los tutores y tutoras aportarán a las familias información relevante sobre la evolución de
sus hijos e hijas, que sirva de base para llevar a la práctica, cada uno en su contexto,
modelos compartidos de intervención educativa.
En la etapa de Educación Primaria los tutores y tutoras ejercerán las siguientes
funciones:
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y en el centro escolar.
— Prevenir las dificultades de la enseñanza-aprendizaje, haciendo uso de las medidas
y recursos de los que dispone la orientación educativa.
— Colaborar en la gestión del programa de gratuidad de libros de texto.
Para el tutor, la figura de referencia que le permite extender su intervención más allá
del aula es la orientadora u orientador de referencia en el centro, que resulta clave en
todo el desempeño de su trabajo. En este sentido, Hernández y Mederos (2018) destacan
la gran cantidad de funciones y tareas que se le atribuyen al orientador u orientadora,
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constituyendo un verdadero reto afrontar tal variedad de actividades, en un contexto
cambiante con nuevas situaciones que requieren total atención y mucho tiempo. Esto
provoca que, a pesar de la variedad de funciones de asesoramiento, las actividades de los
orientadores estén focalizadas frecuentemente en la resolución de dificultades en el aula
y en el diagnóstico y la atención al alumnado con NEAE. Así lo expresan los
orientadores y el profesorado en el estudio realizado por Hernández y Mederos (2018).
En este mismo sentido, el trabajo llevado a cabo por González, Vélaz-de-Medrano y
López (2018) ha permitido identificar los dos principales obstáculos que los tutores y
tutoras encuentran para dar respuesta a las necesidades de la tutoría: la falta de tiempo
específico lectivo con el grupo de alumnos y alumnas para abordar cuestiones propias de
la tutoría, especialmente en Educación Primaria, y la falta de formación específica para
desempeñar la labor tutorial. Al parecer, las intenciones reflejadas en los textos oficiales
y la práctica cotidiana no siempre pertenecen a un mismo cuerpo; de hecho, a veces ni
siquiera caminan en paralelo.
Otro aspecto destacable en la acción tutorial es la calidad de las relaciones humanas.
Estas constituyen una parte esencial e indisociable de la acción educativa y orientadora,
presupuesto que compartimos con Asensio (2010), que lo expresa del siguiente modo:
Ana ha sido tutorizada algunos años por personas con una gran sensibilidad, que
poseen lo que se denomina tacto pedagógico, definido por Asensio (2010, p. 24) como
una particular sensibilidad hacia el otro, que capacita a quien la posee para actuar con
sentido creativo en el mundo de este. Este autor recoge una cita de Haynes (2004, p.
196), quien refiere un término muy semejante denominado la presencia del ánimo del
profesor, describiéndolo de esta forma:
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currículum, uso de las tecnologías de la información y la comunicación como agente de
cambio) (Álvarez, 2017, p. 28) puede que no se desarrollen adecuadamente si el tutor o
tutora no dispone de una serie de cualidades indispensables en el ámbito de las
relaciones humanas, como la empatía, la madurez intelectual, la flexibilidad
comportamental, la madurez afectiva, la sociabilidad y la capacidad de apertura, de
acogida, de diálogo y de cuidado hacia su alumnado.
Ana ha ido compartiendo con su familia la práctica orientadora y tutorial que ha ido
viviendo estos seis años, relatando vivencias muy positivas, como la práctica de la
asamblea en el aula, las técnicas y dinámicas de grupo, que le han permitido conocer
mejor a sus compañeros y compañeras de clase así como afianzar conocimientos de las
distintas materias, el ejercicio de la tutoría entre iguales, la participación de las familias
en el aula, etc.
En otros casos, Ana se ha encontrado con personas que han sido asignadas como
tutores o tutoras sin formación suficiente, que carecían de ese tacto pedagógico, de
sensibilidad, con prejuicios, con ansiedad, personas inseguras, dominadoras, que
necesitan reafirmarse, todo ello propio de personas inmaduras e impulsivas en las que
prevalece la emotividad sobre la razón. Todas ellas, ante la inseguridad que les produce
el alumnado, impiden con sus intervenciones que se produzca una relación fluida y un
buen clima de aula. Entre estos perfiles de profesorado Ana ha presenciado el uso del
castigo como la manera de controlar al grupo, de modo que echando al alumnado del
aula y dejándolo en un pasillo este profesorado se libera. En la reunión que están
manteniendo, la tutora de Ana se asombra ante esta situación desconocida para ella y
expresa que la expulsión del alumnado de su aula constituye una de las acciones más
graves que pueden ocurrir en el entorno escolar, ya que no solo priva al alumnado
expulsado de la enseñanza-aprendizaje que se esté produciendo en el aula, sino que le va
alejando de las relaciones con sus compañeros y compañeras, que pueden llegar a
estigmatizarlo y, en ocasiones, a rechazarlo en el grupo de iguales. La tutora toma
algunas anotaciones.
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figura del orientador u orientadora, que resumimos de Corpas-Reina (2013): el modelo
de asesoramiento o intervención individualizada (counseling), el modelo de servicios, el
modelo de consulta y el modelo de programas.
El modelo de asesoramiento o intervención individualizada. Se origina y desarrolla
simultáneamente en Europa y en Estados Unidos durante la I Guerra Mundial, con el
inicio de la expansión de la psicometría y la integración de las corrientes de las
diferencias individuales y el diagnóstico psicométrico. Se centra en el alumno o alumna
que tiene una dificultad desde una perspectiva clínico-terapéutica y se interviene de
manera individual e intensiva, sirviéndose de la entrevista como medio de comunicación
directa. A este modelo de intervención se le atribuye la función de identificar y clasificar
a las personas en función de sus capacidades u otros criterios diferenciales, a menudo
por medio de pruebas estandarizadas. Las actuaciones que se derivan de este
planteamiento se llevan a cabo bien en el ámbito escolar, con personal especializado, o a
menudo a través de servicios específicos vinculados al centro educativo o a la
comunidad. El orientador y/o especialista es quien dirige el proceso, mientras el maestro-
tutor o maestra-tutora están en un segundo plano.
En la actualidad este modelo se aplica de manera complementaria con otros modelos
de intervención, ya que permite atender necesidades específicas y puede dispensar una
atención personalizada siempre y cuando esta se considere integrada en la acción
orientadora grupal que desarrolla el especialista en orientación, junto con el maestro o la
maestra-tutora.
El modelo de servicios es concebido como una evolución del modelo de intervención
individualizada en el momento en que la atención directa se dispensa desde un servicio
especializado, normalmente desde asociaciones creadas para tal fin: síndrome de Down,
autismo, parálisis cerebral, etc. Este modelo está basado en las demandas educativas y
sociales en general, y se centra en la creación de recursos y prestaciones que sirvan de
apoyo a la labor educativa, así como de manera complementaria en las necesidades del
alumnado con dificultades actuando fuera del centro educativo, haciendo uso de los
recursos establecidos por zona o sector.
El modelo de servicios actúa en función de la necesidad y demanda, arbitrando
actuaciones de información, de diagnóstico, de evaluación, de prevención, terapéuticas,
formativas y de apoyo al profesorado y a la familia.
Del mismo modo que hemos contemplado la evolución del modelo de atención
individualizada hacia el modelo de servicios, este a su vez evoluciona y adopta un
carácter más ecológico y contextual en el momento en que la prestación de estos
servicios se inserta en una actuación por programas. Nos hallamos ante un nuevo
modelo, denominado modelo de servicios actuando por programas.
Desde esta tipología del modelo de servicios, la dificultad y las necesidades se
analizan teniendo en cuenta el contexto. La persona especialista actúa como
dinamizadora y es considerada un apoyo a la formación y a la acción tutorial. Aborda los
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objetivos a través de una actuación continua, considerando aspectos de tipo preventivo y
de desarrollo, donde las actuaciones que se llevan a cabo inciden sobre todo el alumnado
del aula.
El modelo de consulta puede definirse como la petición de ayuda que emite una
persona (alumno, alumna, padre, madre, persona de referencia del cuidado del niño o
niña, profesorado), un grupo (alumnos y alumnas, profesorado, madres, padres o
referentes) o el propio centro educativo como institución, al orientador u orientadora o a
los equipos de orientación de sector. La consulta puede ser una petición de información,
de recursos, acerca de la aplicación de metodologías en el aula, etc. En cualquier caso, al
producirse la consulta el orientador u orientadora proporciona ayuda a quien ha realizado
la consulta. Se trata de un modelo de intervención indirecta.
El modelo de intervención por programas puede ser una excelente forma de formar y
convencer a todo el profesorado de la necesidad de desarrollar con garantía la
orientación y acción tutorial. A finales de los ochenta, en Europa, se asume el carácter
continuo del proceso orientador desde el comienzo de la escolaridad hasta su inserción
en la actividad profesional. Sus fundamentos se centran en un modelo de orientación más
amplio, en oposición al modelo terapéutico y de intervención directa, y se le asigna al
personal orientado un papel más activo en oposición a la pasividad de mero receptor,
destacando los siguientes aspectos: 1) se tiene más en cuenta el contexto; 2) se prioriza
la prevención y el desarrollo dirigido a todo el alumnado; 3) resalta las funciones de
coordinación y cooperación con otros organismos relacionados con la educación; 4) se
organiza la actividad en torno a programas de intervención, superando el clásico enfoque
de los servicios. Esta tendencia es propia de los años noventa, y la orientación desde esta
perspectiva es entendida como una función eminentemente educativa de carácter
procesual y continua, a lo largo de toda la etapa educativa. Se concreta en los programas
comprensivos que integran la orientación en el currículum.
Los programas y actuaciones relativos a la orientación educativa se integrarán en todo
el currículo y se desarrollarán de forma transversal en todas las materias, sin perjuicio de
aquellos programas y actuaciones que deban ser implementados de manera específica en
el horario lectivo destinado a la tutoría o en otros momentos de la jornada escolar que, a
tal efecto, se establezcan en el plan de orientación y acción tutorial. Para facilitar el
proceso de planificación, los programas y actuaciones podrán agruparse en tres grandes
bloques de contenidos:
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utilización del tiempo libre.
b) Apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Contiene todos aquellos
programas y actuaciones que se encaminen a la mejora del aprendizaje y los
resultados del alumnado, contribuyendo a que cada alumno o alumna desarrolle al
máximo sus potencialidades. Para ello se diseñarán y aplicarán actuaciones
encaminadas a la prevención, detección e intervención temprana sobre las
dificultades en el aprendizaje; desarrollo de la competencia en comunicación
lingüística, con especial énfasis en la adquisición del hábito lector y en el
desarrollo de los procesos de comprensión lectora; programas específicos para la
mejora del resto de las competencias básicas; mejora de la motivación, refuerzo
del interés y apoyo al aprendizaje de hábitos y técnicas de trabajo intelectual.
c) Desarrollo de habilidades para la gestión de la carrera. Aborda todos aquellos
programas y actuaciones dirigidos al autoconocimiento y la identidad personal,
exploración de los propios intereses, toma de decisiones, conocimiento del sistema
educativo y acercamiento al mundo de las profesiones, libre de estereotipos de
género.
La selección de los programas y actuaciones, que en todo caso deberá incluir los tres
bloques de contenidos citados anteriormente, ha de hacerse en función del análisis de
necesidades que se realice en el proceso de elaboración del plan de orientación y acción
tutorial, así como de las áreas propias de la orientación, que analizaremos en el capítulo
2.
Cada curso escolar, las tutoras y tutores deben concretar los programas y actuaciones
a desarrollar con el grupo de alumnos y alumnas, atendiendo para ello a sus
características evolutivas así como a las necesidades detectadas.
El modelo de programas viene respaldado por los principios de prevención,
desarrollo e intervención social, que, alojados en el currículo, se manifiestan en los
objetivos, basados tanto en la prevención y tratamiento como en el desarrollo integral del
alumnado a lo largo de un tiempo, a determinar por cada programa. Es decir, el centro
educativo asume el programa a nivel institucional y con carácter permanente, haciendo
una revisión anual en la que se considere la pertinencia de mantener, modificar o
concluir el programa.
Los programas se crean y desarrollan en función de las necesidades del centro y van
dirigidos a todo el alumnado y a los agentes implicados en la educación de los niños y
niñas, a todos y todas en general o, dependiendo del programa, a un colectivo particular.
En cualquier caso, se trata de una intervención directa al grupo. Todos los agentes
educativos colaboran en la planificación y diseño del programa, e igualmente velan por
un correcto desarrollo del programa realizando un seguimiento y evaluación del mismo.
En la práctica diaria, según Aguaded, Rus y Ávila (2010), el modelo de intervención
en orientación se manifiesta en un modelo ecléctico como el más utilizado, debido a la
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gran diversidad de funciones que debe asumir el equipo de orientación del centro. Es en
estos momentos cuando cobra especial relevancia la propuesta realizada por estos
autores, que señalan la necesidad de hacer realidad el derecho del alumnado a la
orientación en todas las etapas educativas y que es conveniente atender a todo el
alumnado, asesorar al profesorado y orientar a las familias. Igualmente se constata la
necesidad de aumentar el número de profesionales en todas las etapas educativas, para
elevar el reconocimiento de esta profesión y de la calidad de la educación.
Los modelos expuestos parten del orientador u orientadora como figura central en la
acción orientadora. Sin embargo, en esta etapa de Educación Primaria creemos que la
persona que vertebra la acción orientadora y tutorial es la tutora o tutor de aula. La
coherencia del modelo integral de la tutoría que nos presenta Álvarez (2017) adquiere en
este marco especial relevancia; recogemos de este autor las siguientes características que
definen el modelo:
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l) Se ha de potenciar el uso de las TIC en la tutoría para fomentar el intercambio, la
participación, la interacción, los recursos y un seguimiento más personalizado del
alumnado.
m) Requiere de un plan de formación y capacitación de todo el profesorado y del
resto de agentes implicados. Para ello, primero se les ha de informar de su nueva
labor, después se les ha de implicar y motivar, y finalmente se les ha de formar.
Junto a estas características, Álvarez (2017, p. 33) nos detalla los objetivos que deben
ir en consonancia con las características citadas anteriormente del modelo integrador de
la tutoría. A continuación recogemos aquellos objetivos referidos a Educación Primaria:
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conjunto de la etapa, la acción tutorial orientará el proceso educativo individual y
colectivo del alumnado. Por tanto, esta ha de estar presente en todos los elementos
curriculares que inciden en el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado. En este
sentido, la acción tutorial ha de verse identificada en las competencias clave que ha de
movilizar el alumnado, en los objetivos, en los contenidos y en los criterios de
evaluación que fija la normativa autonómica y la concreción que de estos elementos
curriculares se haga en las programaciones didácticas. Asimismo, la acción tutorial ha de
quedar visibilizada en el mapa de desempeño de cada área que forma parte del
currículum de la etapa de Educación Primaria.
Este centro educativo al que asiste Ana se caracteriza por una gran implicación con el
alumnado y sus familias. El equipo directivo está compuesto por profesorado que posee
experiencia en la labor docente y orientadora. Como en cualquier centro, el equipo
educativo está formado por profesorado de distintas edades, con diferencias en los años
de experiencia, diferencias en sus trayectorias de formación y con diferentes maneras de
ser y de actuar. Todo ello trasciende al aula, tanto los aspectos positivos que ha puesto de
manifiesto esta familia como aquellas prácticas que deben ser consideradas y mejoradas.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
Para la tutora, comprobar cómo valoran Ana y su familia estos seis años en el cole y,
en especial, la acción tutorial, es una oportunidad para reflexionar con su equipo
educativo y el equipo de orientación. Ana ha tenido a varias personas que han tutorizado
su aula durante esta etapa educativa y ha podido apreciar grandes diferencias en cada una
de ellas, destacando la variedad de perfiles en cuanto a las relaciones humanas.
Esta reunión ha calado en la tutora de Ana. Tras quedarse a solas recuerda que parte
del profesorado viene manifestando desde hace varios años que tiene una alta sobrecarga
de trabajo derivada de su función tutorial. Esta percepción está sustentada en algunos
estudios realizados, como el de Urosa y Lázaro (2017), quienes ponen de manifiesto la
necesidad de reflexionar acerca de la creación de espacios y tiempos específicos para
esta importantísima tarea, que es obligada para el profesorado y es el eje fundamental del
28
desarrollo integral del alumnado.
a) Reflexión a nivel de centro de lo que significa ser tutor o tutora, más allá de las
funciones encomendadas por la normativa vigente. Esta reflexión será tratada con
mayor profundidad en el capítulo 2 del manual que presentamos.
b) Integración en las programaciones didácticas de las diferentes áreas del currículum
29
de la etapa de Educación Primaria de la acción tutorial, desde una perspectiva
integral mediante la inclusión de las áreas propias de la orientación. Un ejemplo de
ello lo analizaremos en el capítulo 3 de este manual.
c) Organización de las distintas tutorías que integran el centro y planificación de la
respuesta orientadora que ha de ofrecérsele al alumnado en cada una de ellas. En
este sentido, el capítulo 4 ofrece referencias básicas para abordar la metodología
de la acción tutorial.
d) Formación del profesorado del centro en relación a nuevas metodologías
aplicables a la docencia y, especialmente, a la acción tutorial. El capítulo 5
muestra tendencias emergentes basadas en las TIC-TAC-TEP, educación
emocional, desarrollo del pensamiento crítico, visual thinking, emprendimiento y
la educación en el asombro. Esta formación permitirá dotar al profesorado de
recursos y estrategias para la gestión de las emociones y el ejercicio del cuidado y
de la empatía con el alumnado y su familia, para que la situación de expulsión que
ha relatado Ana no se vuelva a producir.
e) Reformulación de las relaciones familia y escuela, aspecto transcendental de la
acción tutorial y que se abordará en el capítulo 6. En este sentido, se prestará
especial atención a la jornada de puertas abiertas, para que las familias conozcan el
centro, y se valorará la eficacia y el papel que juegan diferentes vías y canales de
comunicación con las familias (dispositivos móviles, correo electrónico, web del
colegio, etc.).
f) Revisión de los diferentes planes, proyectos y programas que desarrolla el centro y
se vinculan directamente con la orientación educativa y la acción tutorial. Esta
revisión es objeto de atención del capítulo 7 de este manual.
g) Revisión del tratamiento a la diversidad que se lleva a cabo en el colegio de Ana y
del proceso de derivación a otras instancias que se aplica en el centro en caso de
que se detecte alguna necesidad educativa en el alumnado. El capítulo 8 se
ocupará de explicitar todo este proceso.
h) Análisis de las relaciones que el centro educativo mantiene con el entorno y que
abren sus puertas a otros contextos. Estas relaciones se analizarán en el capítulo 9
del manual.
El equipo directivo tiene una gran responsabilidad con su equipo educativo para que
estas actuaciones se lleven a cabo. Es necesario que cada tutor y tutora asuma los
compromisos que conllevan estas acciones, sin miedo de que puedan producirse cambios
debidos a una mayor implicación en la acción tutorial, que, sin duda, repercutirá en
beneficio del alumnado y de sus familias.
30
Al finalizar el curso se llevará a cabo una valoración de las diferentes actuaciones que
se han llevado a cabo en el centro en relación a la orientación educativa y la acción
tutorial. Este proceso evaluativo ha de integrar la visión de los diferentes colectivos que
integran la comunidad educativa del colegio de Ana.
— Cada tutor y tutora recogerá la opinión del alumnado sobre las sesiones de
tutoría realizadas, la metodología empleada, el trato y afecto recibido por su
tutor o tutora y el clima de aula con sus compañeros y compañeras. La
observación sistemática, las asambleas, los autoinformes o los cuestionarios
adaptados a la edad del alumnado podrían ser instrumentos que se utilicen para
recabar información.
— Desde el centro educativo se solicitará a las familias que valoren de manera
anónima el cumplimiento de las funciones establecidas para la tutoría de cada
clase y la calidad de las relaciones establecidas con las familias. Para ello, un
cuestionario será el instrumento más adecuado para la obtención de datos y su
tratamiento posterior.
— A nivel de centro se recogerá también el porcentaje de aulas/grupos en los que
han aplicado las orientaciones y actividades reflejadas en el POAT, así como el
número de programaciones didácticas que incluyen de manera transversal
contenidos relacionados con la acción tutorial.
Tras la recogida de los informes emitidos por cada tutor y tutora, y la información
recabada a la familia y al alumnado, es necesario un análisis sosegado de la información
que nos permita la elaboración de un buen plan de mejora que quede plasmado en la
memoria anual del centro.
3. CONCLUSIÓN
Una nueva sociedad, con ritmos de vida muy acelerados y con herramientas
tecnológicas popularizadas, nos conduce hacia nuevas reflexiones y nuevos significados
de la educación. Nos encontramos ante nuevas demandas, que suponen para el
profesorado un reto al afrontar la acción tutorial y que requieren de una permanente
formación y adaptación a dichos cambios, pero sobre todo requieren que el alumnado
31
reciba la atención, el respeto y el cuidado que se merece, imprescindible para un óptimo
desarrollo vital. Concluimos con el convencimiento de que la tutoría es una pieza
fundamental para lograr un sistema educativo de calidad, y que esto puede conseguirse
desde un planteamiento integral de la acción tutorial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
32
noviembre).
Decreto 328/2010, de 13 de julio, por el que se aprueba el reglamento orgánico de las
escuelas infantiles de segundo grado, de los colegios de educación primaria, de los
colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de
educación especial (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 139, de 16 de
julio).
González-Benito, A., Vélaz-de-Medrano Ureta, C. y López-Martín (2018). La tutoría en
Educación Primaria y Secundaria en España: una aproximación empírica. Revista
Española de Orientación y Psicopedagogía, 29(2), 105-127.
Grañeras, M. y Parras, A. (coord.) (2008). Orientación educativa: fundamentos teóricos,
modelos institucionales y nuevas perspectivas. Madrid: MEC/CIDE.
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Funciones y estrategias de apoyo. Revista Española de Orientación y
Psicopedagogía, 29(1), 40-57.
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de Andalucía, número 252, de 26 de enero de 2007).
Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo
(Boletín Oficial del Estado, número 238, de 4 de octubre de 1990).
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Boletín Oficial del Estado, número
106, de 4 de mayo de 2006).
Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, de Mejora de la Calidad Educativa (Boletín
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Lledó, A. J. (2007). Modelos de orientación educativa: líneas básicas para la elaboración
de un modelo integrado de la práctica orientadora. En A. J. Lledó (coord.), La
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interno de cambio. Revista Iberoamericana de Educación, 54, 107-122.
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Wolters Kluwer Educación.
Orden de 17 de marzo de 2015, por la que se desarrolla el currículum correspondiente a
la Educación Primaria en Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
número 60, de 27 de marzo de 2015).
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los tiempos, cambian las responsabilidades profesionales (3.ª ed.). Madrid: Pirámide.
Sobrado, L. (2007). La tutoría educativa como modelo de acción orientadora:
perspectiva del profesor tutor. XXI Revista de Educación, 9, 43-64.
Torrego, J. C., Gómez, M.ª J., Martínez, C. y Negro, A. (2014). 8 ideas clave. La tutoría
en los centros educativos. Barcelona: Graó.
33
Urosa, B. y Lázaro, S. (2017). La función tutorial en educación infantil y primaria:
actividades que implica y dificultad percibida por el profesorado en su desarrollo.
Educatio Siglo XXI, 35, 2, 111-138.
NOTAS
1 Ver de forma detallada las funciones generales y específicas de los equipos de orientación educativa en el
Decreto 213/1995, de 12 de septiembre, por el que se regulan los equipos de orientación educativa.
34
2
¿Qué tengo que hacer?
ANTONIA RAMÍREZ GARCÍA
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
La inquietud que tiene María es lógica, ya que no cuenta con la experiencia necesaria
para afrontar sus nuevas funciones con tranquilidad. No obstante, en este camino que va
a emprender María encontrará en la dirección del centro, y más concretamente en la
jefatura de estudios, el referente para ejercer su responsabilidad como tutora.
Asimismo, muchas de sus funciones van a ser compartidas con sus compañeros y
compañeras de ciclo y de nivel, por lo que podrá aprender de ellos y ellas.
De igual forma, María también tiene que desarrollar sus propias competencias como
tutora y afrontar esta situación con ilusión, determinación y profesionalidad.
35
La primera tarea que ha de desarrollar María es revisar la normativa existente en
relación a sus futuras actuaciones y qué aspectos teóricos fundamentarán estas.
En este apartado nos centraremos en delimitar el concepto de acción tutorial y realizar
una aproximación al perfil de un tutor o tutora.
Los estudios llevados a cabo por Álvarez (2005), Cañas, Campoy y Pantoja (2005),
García-Bacete, García-Castelar, Villanueva y Doménech (2003), Sobrado (2007),
Rodríguez y Romero (2015), con la intención de orientar y fundamentar el desarrollo de
la tutoría, coinciden con la idea del principio de unidad entre docencia y tutoría, algo que
también apunta la Ley Orgánica 2/2006, de Educación (en adelante LOE, 2006),
modificada por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, de Mejora de la Calidad
Educativa (en adelante LOMCE, 2013) y las disposiciones que la desarrollan; tutoría y
orientación constituyen elementos esenciales de las funciones del docente.
Para Pantoja (2013), la orientación y la acción tutorial han de evitar convertirse en
procesos puntuales focalizados en la resolución de problemas, y han de configurarse
como procesos secuenciales y programados que busquen la formación integral de la
persona, sin importar su origen ni características personales, respondan al principio de
atención a la diversidad, prioricen un carácter preventivo, se abran a los cambios sociales
que afecten a las personas de las que son responsables, utilicen los recursos
especializados disponibles, sobre todo las TIC, personalicen los procesos y se adapten a
los contextos, todo ello a través de acciones colaborativas. A las recomendaciones habría
que añadir la evaluación de todas las acciones, de manera que pudiera evidenciarse tanto
el proceso como los resultados obtenidos en el ejercicio de la acción tutorial.
Diferentes autores han definido el concepto de tutoría (Lázaro, 1989; Álvarez y
Bisquerra, 1996, citados por Santana, 2003), y consideran que esta puede ser entendida
como aquella ayuda u orientación que el maestro o la maestra puede llevar a cabo con el
alumnado, bien de forma individual bien de forma grupal, además de la que ejerce como
36
docente. De este modo, podemos afirmar que un docente ha de ejercer dos roles, docente
y tutor, y que uno de ellos no excluye al otro; todo lo contrario, son complementarios y
simultáneos. La acción tutorial se entiende, asimismo, dirigida a un alumno o alumna
determinado y al grupo del que forma parte.
En esta misma dirección, Rodríguez y Romero (2015, p. 44) expresan que la principal
finalidad de la tutoría consiste en hacer la educación más personalizada para servir de
ayuda y apoyo a la atención a la diversidad desde una perspectiva grupal e individual,
así como conseguir la plena integración de la persona en la sociedad. Para Álvarez y
González (2006, p. 186), contribuye además a la personalización e individualización de
los procesos de enseñanza-aprendizaje (...), a la mediación entre alumnado, profesorado
y familia.
En este sentido, la tutoría se concibe como un esfuerzo colaborativo entre diferentes
sectores de la comunidad educativa, orientado a hacer de cada niño y niña un ser único e
irrepetible. Para ello, el establecimiento compartido de pautas comunes de actuación se
convierte en el aspecto fundamental al que deben aspirar los docentes de la etapa de
Educación Primaria y las familias del alumnado de dicha etapa.
El tutor o tutora es una figura de referencia tanto para el alumnado como para el
profesorado y para las familias. Como se ha podido comprobar en el apartado anterior,
docencia y tutorización pueden considerarse las dos caras de una misma moneda. La
tutorización del alumnado se encuentra implícita en el ejercicio de la función docente.
No obstante, de entre todos los docentes que tienen presencia en un grupo de alumnos y
alumnas, solo uno o una recibe el encargo de ostentar la tutoría de manera oficial y
convertirse en figura referencial para los tres colectivos de la comunidad educativa ya
mencionados.
En definitiva, para Fernández (1991) un tutor o tutora es:
37
Por tanto, el ejercicio de la acción tutorial requiere un docente competente, que
desarrolle las diferentes funciones que se le encomendarán. De ahí que se requiera la
definición de un perfil competencial propio, como profesional que es. Según Burguess y
Dedmon (1994), un buen profesional ha de caracterizarse por su competencia y suele
poseer una buena y amplia preparación para ella. Para Cañas, Campoy y Pantoja (2005),
un profesional debe tener una integridad ética que dé credibilidad a su trabajo y
evidencie la preocupación por la calidad de los servicios que presta; ha de estar imbuido
de valores como compromiso, rigor, seriedad y estabilidad profesional, y finalmente
debe poseer una buena comunicación y preocupación por las demás personas.
En este sentido, el profesor Arnaiz (2001) reconoce la dificultad y el peligro que
conlleva realizar un perfil de la figura del tutor o la tutora, pues puede convertirse en
algo irrealizable y provocar el rechazo del docente. No obstante, plantea que en este
perfil han de considerarse dos parámetros: el referido a los factores del desarrollo
personal del docente y el relativo a las actuaciones del mismo como profesional de la
enseñanza. En función de esto, ha recogido las aportaciones de diferentes autores sobre
aquellos aspectos que deben caracterizar a un buen tutor o tutora:
De acuerdo con Álvarez (2017), todas estas cualidades van a permitir al tutor o tutora
el asesoramiento individual y en pequeño grupo, coaching, consulta y coordinación con
38
otros agentes implicados, integración paulatina de la orientación y la tutoría en el
currículum, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación y ser agente de
cambio. De manera específica, la normativa andaluza establece cuáles son las funciones
prescriptivas que ha de llevar a cabo el tutor o la tutora, las cuales ya han sido esbozadas
en el primer capítulo y serán abordadas también más adelante.
Para Cano, Castillo, Casado y Ponce de León (2013), el maestro-tutor requiere una
formación específica, basada en las cuatro dimensiones propuestas por Echeverría (2008)
en su modelo de competencia de acción profesional (CAP) —saber, saber hacer, saber
estar y saber ser—, aspectos interrelacionados que conformarían «la caja de herramientas
del buen maestro-tutor» (González y González, 2015, p. 38) (véase figura 2.1).
39
registros de análisis de su competencia curricular y/o del grado de adquisición de
las competencias básicas.
b) Función interventora. Para dar respuesta a esta función, sería conveniente que el
tutor o tutora adaptase la propuesta curricular del centro y la propuesta didáctica
del ciclo a las características propias de su alumnado, valorase las necesidades que
detecta y adaptase su metodología de trabajo a las mismas, planificase su
actuación, implicando a tantos agentes como recursos sean precisos y, finalmente,
evaluase tanto los resultados como el proceso que ha seguido, al objeto de aplicar
las medidas de mejora oportunas.
c) Función coordinadora. El tutor o tutora tendría que contemplar una acción dirigida
a los profesionales que intervienen en su grupo de alumnos y alumnas, como
después analizaremos, y otra destinada a las familias, pero en ningún caso
excluyentes entre sí.
3. Realización de actividades. Esta fase incluye una serie de actuaciones según las
personas, funciones y momentos de actuación. Las actividades pueden ser de:
motivación, coordinación, ejecución, cooperación, dirección, supervisión,
evaluación, etc., o tareas concretas en el marco de la actividad orientadora (aplicar
cuestionarios, corregir protocolos u observar conductas). De forma concreta para
la etapa de Educación Primaria, proponen una serie de ámbitos sobre los que
centrarse:
40
b) El desarrollo personal y la adaptación escolar del alumnado.
c) La adquisición de hábitos de higiene, de trabajo, de comunicación y de
convivencia.
d) La socialización del niño y la niña.
e) Los aspectos de organización y funcionamiento del grupo-clase.
f) La interiorización de los aprendizajes básicos de la etapa.
g) La integración y participación de la familia en la escuela.
h) Las tareas de evaluación.
CUADRO 2.1
Factores de diversidad
Elementos
Ámbito individual Ámbito grupal
contextulaes
41
2004).
Según Sánchez-Chacón (2014), existen diferentes tipos de tutoría entre iguales, entre
ellos:
Las familias también son objeto de la acción tutorial por parte del tutor o tutora.
Dicha acción, a nuestro juicio, se enmarca en la concepción ecológica de Bronfenbrenner
(1987), que manifiesta una relación entre los distintos contextos o situaciones —
microsistemas— como potenciadora del desarrollo humano. Su concepción del
mesosistema incrementa la importancia de la existencia de continuidades entre los
distintos microsistemas en los que se individualizan y socializan las personas (Mérida,
Ramírez, Corpas y González, 2012).
En este sentido, diversas políticas educativas están apostando de manera decidida
porque las familias vuelvan a recuperar el papel que le corresponde y se impliquen de
42
manera efectiva en la educación de sus hijos e hijas (family involvement). Para
Eisterhold-Frew (2012), los beneficios de la implicación familiar en los centros escolares
de Educación Primaria se centran fundamentalmente en tres ámbitos: el desarrollo social
del niño, las relaciones con los docentes y la convivencia en el centro, así como los
rendimientos académicos del alumnado.
Por tanto, las relaciones familia-escuela han de constituirse sobre la base de unas
relaciones fluidas, cordiales y constructivas entre los agentes educativos —madres,
padres, maestras y maestros—, que posibiliten la práctica educativa en uno y otro
contexto. El desconocimiento mutuo o el mero intercambio burocrático de información
disminuyen el potencial educativo y de desarrollo de ambos contextos.
En ocasiones, los flujos de comunicación tienen lugar de forma unidireccional, de la
escuela a las familias; entonces las reuniones se convierten en un monólogo del tutor o la
tutora, que trata de recomendar lo más idóneo para el alumnado, lo que muchas veces se
aleja de los cánones, valores y expectativas de los padres y madres. También hay que
considerar que los tutores y las tutoras se pueden sentir inquietos cuando «algún padre»
trata de inmiscuirse en su trabajo, cuestionarlo o ponerlo en duda, pues saben que su
labor es desconocida por muchas familias (Ramírez, Marín, Román y Pérez, 2009).
Según Musitu y Cava (2001, p. 134), la tan necesaria colaboración entre familia y
escuela en ocasiones entra en conflicto cuando los niños y niñas manifiestan problemas
de conducta. En estos momentos surgen cuestiones como la territorialidad, la privacidad
y las competencias de unos y otros. La comunicación gira solo en torno a las dificultades
del niño o la niña en el aula, y «los padres interpretan las sugerencias de los educadores
en relación a la educación de sus hijos como una intromisión en un terreno privado: el
hogar». Las familias no aceptan que los tutores o tutoras les digan «cómo tienen que
educar a sus hijos», y estos consideran una intromisión que las familias les digan «cómo
tienen que realizar su trabajo». Ambos sectores suelen sentirse amenazados en sus
respectivos roles de padres y educadores-tutores. Por ello, como avanzábamos al
principio, es necesario plantear unas pautas de actuación comunes que puedan ser
cumplidas, tanto por unos como por otros, en beneficio del niño o la niña.
Esta situación podría verse minimizada si se tuvieran en consideración los estándares
e indicadores propuestos por la National Coalition for Parent Involvement in Education,
Center for Family Involvement in Schools, Project Appleseed o la National Standars &
Quality Indicators for Secundary Education and Transition (NASET), ya que el foco de
atención se centra en la colaboración de familia y escuela para detectar fortalezas y
necesidades tanto del alumnado como de la propia familia. En la figura 2.2 se aprecian
las dimensiones de estos estándares.
43
Figura 2.2.—Dimensiones de los estándares de la NASET. (FUENTE:
http://www.nasetalliance.org/about/standards.htm).
44
tutorial.
La tutoría de la que se va a encargar María es 3.º A, por lo que podemos deducir que
el centro dispone, al menos, de dos líneas por curso. Este grupo de alumnos y alumnas
está integrado por 13 niños y 12 niñas, y se caracteriza por una gran heterogeneidad en
cuanto a su procedencia, capacidades, necesidades e intereses. Uno de los niños cuenta
con diagnóstico de necesidades educativas especiales, concretamente de trastorno límite
de la personalidad; otro niño presenta una situación familiar de deprivación económica y
sociocultural y, por último, hay una niña de incorporación tardía al sistema educativo,
procedente de Ecuador.
En el grupo de María hay cinco niños y niñas que no estudian la asignatura de
Religión, por lo que María tendrá que planificar, como ya hemos comentado
anteriormente, el área de valores sociales y cívicos, ya que está encargada de su
docencia.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
La inseguridad que tiene María ante su nuevo rol como tutora de un grupo de
alumnos y alumnas es lógico. En su centro educativo hay una persona que podrá
facilitarle el desarrollo del mismo, concretamente la jefa de estudios, quien le
proporcionará las directrices que ha de seguir en relación a la tutoría. María ha acudido a
ella para expresarle sus temores y su inexperiencia antes de que la directora del centro la
nombre como tutora.
La jefa de estudios del colegio de María ha mantenido una reunión con ella y la ha
tranquilizado, comentándole cuál será todo el proceso y que ella estará ahí para
acompañarla en el camino:
45
b) Revisión de sus funciones.
c) Concreción de esas funciones en destinatarios concretos.
d) Coordinación del equipo docente.
e) Participación y presidencia de las sesiones de evaluación.
46
iniciar tratamientos o apoyos especializados. La acción del tutor o tutora ha de
centrarse en comprender, calmar y ayudar a las familias a entender y aceptar la
situación.
— Hiperprotección: las familias comienzan a adoptar conductas inadecuadas para
la edad o para el momento evolutivo del niño o la niña, y suelen evitar
situaciones que impliquen un mínimo riesgo para su hijo o hija (en la
interacción con los demás o en actividades de la vida cotidiana). La familia gira
por completo en torno a la «nueva necesidad» del niño o la niña. El tutor o la
tutora ha de dimensionar el «problema» ante las familias y hacerles ver que su
hijo o hija manifiesta una serie de capacidades que necesitan crecer y
desarrollarse, para impedir que la «enfermedad» contagie todo el sistema,
incluido el educativo. El tutor o tutora ha de plantear a las familias que la nueva
situación es un reto para ellos.
b) Fase II: Socialización. Esta etapa suele coincidir con la etapa de Educación
Primaria. En ella, más allá de los aprendizajes de contenidos, se produce el
desarrollo de habilidades sociales en el niño o la niña, y estas se alcanzan
practicándolas. Sin embargo, en las familias suceden dos aspectos que marcarán la
adquisición de estas habilidades sociales:
c) Fase III: Cambios. Tras una relativa calma en los últimos cursos de la etapa de
Educación Primaria, la llegada del niño o niña a Secundaria implica en las familias
una fase de cambios en las que puede volver a surgir la negación o sentir como
una amenaza el desarrollo de su hijo o hija y preferir que siga siendo «su niño»,
47
por lo que coartarán dicho desarrollo. La tarea del tutor o tutora se ha de centrar en
describir estos cambios como similares a los que se producen en otros niños y
niñas, con independencia de la necesidad educativa que manifiesten.
d) Fase IV: Libertad como aprendizaje. En esta fase las familias corren varios
riesgos:
Asimismo, como docente que es, el tutor o tutora tiene reconocidos diversos derechos
individuales que han quedado plasmados en el artículo 8 del Decreto 328/2010, de 13 de
julio (organización de los centros). Entre ellos se pueden destacar los siguientes:
48
docentes, además del complemento económico que conlleva.
En cuanto a la revisión de sus funciones como tutora, en esa misma sesión de
claustro la directora recordó brevemente las funciones de todos los tutores y tutoras
recogidas en la normativa vigente.
Así, señaló que la docencia no es la única función del maestro o la maestra de
Educación Primaria. De acuerdo con la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013),
al docente se le otorgan diferentes funciones, entre ellas:
49
desarrolladas por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
Así, el artículo 90 del Decreto 328/2010, de 13 de julio (organización de los centros),
establece las funciones específicas del tutor o tutora. Estas son las que se recogen a
continuación:
50
funcionamiento, en la gestión del programa de gratuidad de libros de texto.
o) Cualesquiera otras que le sean atribuidas en el plan de orientación y acción tutorial
del centro o por Orden de la persona titular de la Consejería competente en materia
de educación.
CUADRO 2.2
Pautas de intervención
51
En relación al grupo de alumnos y alumnas, Boza et al. (2001) propusieron una serie
de contenidos y estrategias que el tutor o tutora puede emplear para trabajar
determinados aspectos de la tutoría con unos destinatarios concretos, los alumnos, como
se puede apreciar en el cuadro 2.3.
CUADRO 2.3
Destinatarios, contenidos y estrategias de acción tutorial
52
consideración la prescripción que detalla la Orden de 17 de marzo de 2015 en relación al
criterio de evaluación «CE.2.10. Atribuir los valores personales a los hechos que
acontecen en el día a día y reflexionar sobre su consecución y desarrollo»:
Por tanto, María tendrá no solo que planificar los elementos curriculares de esta
asignatura, sino también hacerlo en consonancia con las familias, fusionando su labor
docente con la acción tutorial.
Una tarea importante que desempeñará María será la coordinación del equipo
docente, del grupo de maestros y maestras que intervienen con su grupo de alumnos y
alumnas (especialistas de Lengua Extranjera [inglés y francés], Educación Física,
Educación Musical y Religión), así como el maestro de Pedagogía Terapéutica.
El artículo 79 del Decreto 328/2010, de 13 de julio (organización de los centros)
define al equipo docente como el grupo de maestros y maestras que imparten docencia a
un mismo grupo de alumnos y alumnas. Su objetivo es trabajar para prevenir las
dificultades de aprendizaje que pudieran presentarse y compartir toda la información que
sea necesaria para trabajar de manera coordinada en el cumplimiento de sus funciones.
La coordinación del equipo docente recae en el tutor o tutora, y sus funciones se centran
en:
a) Llevar a cabo el seguimiento global del alumnado del grupo, estableciendo las
medidas necesarias para mejorar su aprendizaje, de acuerdo con el proyecto
educativo del centro.
b) Realizar de manera colegiada la evaluación del alumnado, de acuerdo con la
normativa vigente y con el proyecto educativo del centro, y adoptar las decisiones
que correspondan en materia de promoción.
c) Garantizar que cada maestro y maestra proporcione al alumnado información
relativa a la programación del área que imparte, con especial referencia a los
objetivos, los mínimos exigibles y los criterios de evaluación.
d) Establecer actuaciones para mejorar el clima de convivencia del grupo.
e) Tratar coordinadamente los conflictos que surjan en el seno del grupo,
estableciendo medidas para resolverlos, sin perjuicio de las competencias que
correspondan a otros órganos en materia de prevención y resolución de conflictos.
53
f) Conocer y participar en la elaboración de la información que, en su caso, se
proporcione a los padres, madres o representantes legales de cada uno de los
alumnos o alumnas del grupo.
g) Proponer y elaborar las adaptaciones curriculares no significativas bajo la
coordinación del profesor o profesora tutor y con el asesoramiento del equipo de
orientación.
h) Atender a los padres, madres o representantes legales del alumnado del grupo, de
acuerdo con lo que se establezca en el plan de orientación y acción tutorial del
centro y en la normativa vigente.
i) Cuantas otras se determinen en el plan de orientación y acción tutorial del centro.
Para que la coordinación pueda ser efectiva, la jefa de estudios incluirá en el horario
general del centro la planificación de las reuniones de los equipos docentes, al igual que
de los equipos de ciclos. Así se establece en la Resolución de 6 de octubre de 2005 de la
Dirección General de Gestión de Recursos Humanos, que en su apartado 4.1.3 indica
que es necesario reservar una hora semanal en la que coincida todo el profesorado para la
coordinación docente. Este momento destinado a la coordinación podrá variar
dependiendo del número de unidades de que disponga el centro, de acuerdo con lo
establecido en la Orden de 20 de agosto de 2010, por la que se regula la organización y
el funcionamiento de las escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios de
Educación Primaria, de los colegios de educación infantil y primaria y de los centros
públicos específicos de educación especial, así como el horario de los centros, del
alumnado y del profesorado.
Una decisión colegiada que tomará el equipo docente, coordinado por María, será la
evaluación y promoción del alumnado. Asimismo, María tendrá la responsabilidad de
firmar las actas de evaluación (Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se
establece el currículo básico de la Educación Primaria). En este sentido, las sesiones de
evaluación que preside representan el momento idóneo para tomar decisiones sobre las
medidas de atención a la diversidad o para la mejora de la convivencia que sean
necesarias para el grupo o para alumnos o alumnas concretos. La evaluación inicial
marcará el inicio de estas medidas y será el momento para informar adecuadamente a las
familias. Las evaluaciones trimestrales servirán para el seguimiento de todas las
medidas, pudiendo suprimir o adoptar otras nuevas, en su caso. En esas sesiones se
acordará la información que se haya de trasladar a las familias.
Las actuaciones con las familias constituyen un aspecto también importante que ha
de organizar María. Una de estas actuaciones será la organización de la primera reunión
que mantenga con ellas. No obstante, esto será tratado en el capítulo sexto de este
manual. Sin embargo, algunas de las temáticas que tendrá que abordar con las familias
de su alumnado, por las dudas que plantean, son, entre otras, cómo fomentar la
responsabilidad de sus hijos e hijas, hacer frente a problemas de conducta, establecer una
54
disciplina en casa, controlar el tiempo de ocio, ayudar a los hijos e hijas en los estudios o
solventar situaciones de celos y rivalidad entre hermanos (véase capítulo 6).
3. CONCLUSIÓN
55
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
56
escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios de educación primaria, de los
colegios de educación infantil y primaria, y de los centros públicos específicos de
educación especial (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 139, de 16 de
julio de 2010).
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los colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de
educación especial, así como el horario de los centros, del alumnado y del
profesorado (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 204, de 19 de octubre
de 2005).
Orden de 20 de junio de 2011, por la que se adoptan medidas para la promoción de la
convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos y se regula el
derecho de las familias a participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas
(Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 132, de 7 de julio de 2011).
Orden de 17 de marzo de 2015, por la que se desarrolla el currículum correspondiente a
la Educación Primaria en Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
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Resolución de 6 de octubre de 2005, de la Dirección General de Gestión de Recursos
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58
Universidad de Jaén.
59
3
Pero... ¿Qué áreas son estas? ¿Dónde está
Matemáticas? ¿Y Lengua? ¿Y...?
ANTONIA RAMÍREZ GARCÍA
Lucía consiguió entrar en una lista de interinos para trabajar como maestra de
Educación Primaria. Ahora la acaban de llamar para incorporarse a un colegio y
cubrir un permiso por maternidad a partir del mes de octubre. La tutoría
asignada es el grupo de 4.º B y cuenta con 25 alumnos, 13 niñas y 12 niños. En
este centro se decidió que en el horario lectivo del alumnado se contemplase un
módulo horario para desarrollar la acción tutorial con el alumnado. Junto con la
programación de aula en las áreas troncales y específicas, Lucía ha de diseñar la
programación de la tutoría partiendo de las áreas que son propias de la
orientación y ajustándose a lo que establezca el plan de orientación y acción
tutorial de su centro. En este sentido, se siente insegura, puesto que no tiene
experiencia en este tema. ¿Qué ha de hacer para realizar este tipo de
programación?
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
60
tutorial se oriente el proceso educativo individual y colectivo del alumnado, y que en el
ejercicio de las funciones del profesorado se lleve a cabo la tutoría, dirección y
orientación del aprendizaje del alumnado.
En el ejercicio de su autonomía pedagógica, el centro ha decidido, de acuerdo con el
anexo II de la Orden de 17 de marzo de 2015 por la que se desarrolla el currículum
correspondiente a la Educación Primaria en Andalucía, establecer un módulo de 45
minutos para desarrollar la acción tutorial.
La situación que se le plantea a Lucía no es una labor que tenga que desarrollar en
solitario, pues la coordinación docente se configurará como el marco de referencia para
su actuación. Lógicamente, enfrentarse al diseño de una metodología para llevar a cabo
la acción tutorial no es una tarea sencilla. Los instrumentos con los que contará para
realizar con éxito su tarea serán el plan de orientación y acción tutorial, las decisiones
que se tomen tanto en el equipo técnico de coordinación pedagógica como en las
reuniones de ciclo, el trabajo colaborativo que lleve a cabo con su compañero o
compañera de nivel, ya que podemos deducir que este centro dispone al menos de dos
líneas, así como el apoyo de la orientadora del centro. No podemos olvidar la capacidad
de interés y motivación que debe desarrollar Lucía, como profesional de la educación,
para seguir aprendiendo a lo largo de la vida.
61
Las áreas de la orientación educativa que comúnmente se consideran son: orientación
profesional, orientación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, atención a la
diversidad y orientación para la prevención y el desarrollo.
CUADRO 3.1
Aspectos del área de orientación profesional
Aspecto Descripción
62
Información académica y — Estructura del sistema educativo.
profesional — Educación Secundaria (ESO), Bachillerato y Formación
profesional.
El Informe de Eurydice y Cedefop (2014) señala que una orientación de alta calidad
contribuye a disminuir el riesgo de abandono escolar sin la cualificación adecuada.
Asimismo, Lundahl y Nilsson (2009, p. 27) reconocen que la orientación e información
profesional se ha convertido en una forma cada vez más importante de reducir la
inseguridad a la hora de tomar decisiones que conducen a resultados indeseados, como
el desempleo y la exclusión social. En esta dirección apunta también la Comisión
Europea (2013), que sugiere que los países necesitan sistemas de orientación fuertes y
bien desarrollados para combatir el abandono prematuro del sistema educativo a través
de la orientación educativa y profesional.
Algunos países europeos subrayan que existe una urgente necesidad de introducir la
orientación educativa y profesional desde las primeras etapas de la educación
obligatoria, y que los alumnos deberían tener acceso a esta orientación a lo largo de toda
su permanencia en la escuela, especialmente en los países donde la tasa de abandono
escolar es bastante alta, como en el caso de España y Rumania.
Para poder llevarse a cabo esta introducción, el citado Informe de Eurydice y Cedefop
(2014) recoge cuatro cambios que han de realizarse:
Los centros educativos juegan un papel trascendental en este cambio, ya que en sus
manos se encuentra la creación de un entorno de aprendizaje que anime al alumnado a
63
desarrollar sus aspiraciones, gestionar sus elecciones y tomar decisiones sobre su futuro
educativo y profesional.
La reforma del currículo es un elemento clave, pues, aunque en 2004 se solicitaba la
sustitución del enfoque individual tradicional por la orientación a través del enfoque
curricular (Cedefop, Sultana, 2004), aún son muchos los países que han quedado al
margen de esta tendencia. Como señala el mencionado Informe:
64
El marco conceptual que proponen estos autores tiene en consideración los modelos,
las áreas de actuación, los contextos y los agentes (véase figura 3.1).
En lo que concierne a los modelos, incluyen los modelos teóricos que fundamentan y
dan coherencia a la intervención (modelos de ajuste, modelos evolutivos y de desarrollo,
modelos para la toma de decisiones, modelos sociocognitivos); los modelos de
intervención, también denominados modelos básicos, que son los procedimientos para
llevar a cabo la intervención (modelo de counseling o modelo clínico, modelo de
consulta y modelo de programas); y los modelos organizativos, que son propuestas que
se hacen en un contexto determinado y en un momento dado para facilitar la propia
intervención (modelos institucionales y modelos particulares).
Las áreas de la intervención responden al contenido que tiene el desarrollo de la
carrera: a) conocimiento de sí mismo (aptitudes, personalidad, intereses o preferencias,
motivación, madurez vocacional, madurez emocional, valores, etc.); b) conocimiento del
entorno (familiar, educativo, profesional, ocupacional); c) el proceso de toma de
decisiones personal y vocacional, y d) conocimiento del mundo socio-laboral.
Los contextos son entendidos como los escenarios donde se puede llevar a cabo el
desarrollo de la carrera: el escolar, el sociocomunitario y el de las organizaciones o
mundo laboral.
Finalmente, los agentes implicados pueden ser la persona (en este caso el alumnado),
la familia, los profesionales de la educación y de la orientación, y los agentes sociales y
empresariales.
65
Figura 3.1.—Marco conceptual del desarrollo de la carrera. [FUENTE: Álvarez y Álvarez (2011, p. 11)].
CUADRO 3.2
Desarrollo de la carrera en Primaria
66
Conciencia Conocimiento de las profesiones. El mundo de las profesiones y laboral.
emocional. Transición de primaria a secundaria.
Habilidades y
limitaciones.
Hábitos de
salud, higiene
y nutrición,
equilibrio y
bienestar
emocional.
Comunicación
interpersonal.
Hábitos de
trabajo.
Resolución de
conflictos y
toma de
decisiones en
la vida
cotidiana.
Personas que
trabajan:
oficios y
profesiones.
67
h) Favorecer el asesoramiento curricular a profesorado, tutores y tutoras.
Autores como Boza et al. (2001) consideran que los siguientes contenidos son
susceptibles también de ser abordados en esta área:
CUADRO 3.3
Aspectos del área de procesos de enseñanza y aprendizaje
Aspectos Descripción
De expresión — Oral.
— Escrita
68
De procesamiento de la información — Comprensión.
— Ampliación.
— Recuerdo.
— Aplicación.
— Metacognición.
69
Métodos y técnicas de estudio — El método EPL2R (exploración, preguntas, lectura, resumen,
repaso).
— De la técnica a la estrategia.
— Diseño de tu propia estrategia.
Los objetivos que esta área propone para trabajar con el alumnado son los siguientes:
CUADRO 3.4
Aspectos del área de atención a la diversidad
Aspectos Descripción
70
— Edad.
— Rendimiento.
— Dificultades de aprendizaje.
— Clase social.
— Minorías culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas.
— Necesidades educativas especiales.
— Altas capacidades intelectuales.
— Grupos de riesgo.
— Marginación.
— Inmigración.
Durante los años treinta del siglo pasado la orientación adquirió un enfoque
terepéutico, es decir, el orientador o la orientadora enfocaba su trabajo hacia aspectos de
tipo correctivo, ante los cuales era imposible actuar de forma aislada. A partir de la
década de los sesenta comienza a cobrar fuerza el developmental counseling (orientación
para el desarrollo), cuyo objetivo se centra en formar la personalidad integral del
individuo. Una década más tarde surge el primary preventive counseling (orientación
para la prevención primaria) y la educación psicológica, desde estos planteamientos se
aboga por que la orientación debe centrarse más en la prevención y en el desarrollo,
frente a los aspectos correctivos, y tratar ámbitos como la autoestima, habilidades para la
vida (life skills), habilidades sociales, habilidades de afrontamiento (coping skills),
autocontrol, etc., que enlazan directamente con el concepto de educación en valores.
Los objetivos que pretende alcanzar esta área son los que a continuación se
especifican:
71
g) Mejorar las relaciones interpersonales.
h) Conseguir una autonomía que permita una mejor autodeterminación.
i) Desarrollar la capacidad para aceptar los hechos de forma realista.
j) Desarrollar habilidades de vida.
k) Desarrollar habilidades sociales y de comunicación interpersonal.
l) Desarrollar competencias emocionales.
m) Desarrollar competencias para la ciudadanía activa y responsable.
n) Desarrollar al máximo las propias potencialidades.
o) Desarrollar actitudes positivas y hábitos de vida sana.
p) Capacitar para una autoorientación.
Los aspectos de contenido más relevantes de esta área los podemos ver en el cuadro
3.5.
CUADRO 3.5
Aspectos del área para la prevención y el desarrollo
Aspectos Descripción
72
— Embarazos no deseados.
— Estrés.
— Violencia, etc.
Las competencias clave constituyen un elemento más del currículo, junto a los
objetivos (expresados en términos de capacidades), contenidos, metodología didáctica,
criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables.
De acuerdo con el decreto andaluz, el aprendizaje basado en competencias incorpora,
73
además del «saber», el «saber hacer» y el «saber ser y estar». La finalidad última es
formar una ciudadanía competente mediante una educación que tenga en cuenta las
competencias clave que demanda la construcción de una sociedad igualitaria, plural,
dinámica y emprendedora, democrática y solidaria.
En este sentido, se establecen en el mencionado Decreto, y de acuerdo con la Orden
ECD/65/2015, de 21 de enero, las siguientes competencias clave:
a) Comunicación lingüística.
b) Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
c) Competencia digital.
d) Aprender a aprender.
e) Competencias sociales y cívicas.
f) Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
g) Conciencia y expresiones culturales.
CUADRO 3.6
Categorización de las áreas de conocimiento en la etapa de Educación Primaria
74
FUENTE: Decreto 97/2015, de 3 de marzo.
El centro en el que Lucía ejercerá la docencia y la acción tutorial imparte dos etapas
educativas, Educación Infantil y Educación Primaria. Ambas etapas cuentan con dos
líneas en todos los cursos. El equipo directivo ejerce un liderazgo importante en cuanto a
la dinamización del centro y potenciación de la colaboración y el trabajo en equipo de
los docentes más allá de lo que establece la normativa; al mismo tiempo, dispone de un
plan de actuación detallado año a año, en el que se marcan las metas que se pretenden
conseguir cada curso escolar.
En este sentido, los equipos de ciclo y los equipos docentes planifican mensualmente
las actuaciones que han desarrollar en relación a dichas metas.
La tutoría que se ha asignado a Lucía está integrada por 13 niñas y 12 niños,
constituyendo un grupo heterogéneo en el que hay que dar respuesta a la diversidad que
lo caracteriza, ya que en él existen dos niños procedentes respectivamente de Rumanía y
Marruecos, una niña diagnosticada de TDAH y un niño con altas capacidades.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
75
equipo docente (con el que comparte el grupo de alumnos y alumnas de su tutoría), con
su compañero del nivel paralelo, como con el equipo del segundo ciclo.
A partir de que Lucía asista a la primera reunión de coordinación con su ciclo, tendrá
un conocimiento mayor y más explícito de los aspectos que ha de desarrollar en su
tutoría.
a) Mantener una reunión con la orientadora de referencia para determinar las áreas
propias de la orientación y conseguir una serie de indicaciones para integrar dichas
áreas en el currículum ordinario, ya que el principio básico de la etapa es la
globalización de los aprendizajes.
b) Realizar grupos de trabajo por ciclos para analizar:
— Relación de las áreas de la orientación con las competencias clave. Para ello se
estaba utilizando la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se
describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios
de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y
el bachillerato.
— Relación de las áreas de la orientación con las áreas de conocimiento del
currículum andaluz. El material que se estaba empleando era la Orden de 17 de
marzo de 2015 (currículum de Educación Primaria).
Una vez que Lucía ha entrado a formar parte de la dinámica de trabajo con sus
compañeros y compañeras, ha aprendido a conocer mejor las áreas de la orientación
educativa y a buscar las relaciones existentes con los elementos curriculares, de tal forma
que pueda integrar en su docencia, la acción tutorial y viceversa.
El trabajo desempeñado por los equipos de ciclo ha dado sus frutos y se ha elaborado
un documento donde se recogen las interconexiones existentes entre las áreas de la
orientación educativa y las competencias clave, así como con las áreas de conocimiento.
Al mismo tiempo, han recogido una serie de propuestas globalizadas para debatir sobre
ellas. Este será el primer paso para diseñar una programación integrada de la acción
tutorial que se lleve a cabo en cada uno de los cursos del centro educativo. Los
76
resultados han sido los siguientes:
En relación a las competencias clave, estas se pueden vincular en mayor o menor
medida con las diferentes áreas de la Orientación.
En el caso de la orientación profesional, se ha comprobado que son las competencias
«conciencia y expresiones culturales», «aprender a aprender», «sociales y cívicas» y
«sentido de iniciativa y espíritu emprendedor» las que abordan aspectos relacionados
con el «conocimiento de sí mismo», ámbito que aborda esta área de la orientación (véase
cuadro 3.7).
CUADRO 3.7
Área de orientación profesional. Conocimiento de sí mismo
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber
Saber Saber ser
hacer
Conciencia y Desarrollar
expresiones la iniciativa,
culturales la
imaginación
y la
creatividad.
Sentido de — Predisposición a
iniciativa y actuar de una
espíritu forma creadora e
emprendedor imaginativa.
— Autoconocimiento
y autoestima.
— Autonomía o
77
independencia,
interés y esfuerzo
y espíritu
emprendedor.
— La iniciativa, la
proactividad y la
innovación, tanto
en la vida privada
y social como en
la profesional.
CUADRO 3.8
Área de orientación profesional. Proceso de toma de decisiones
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber
Saber Saber hacer
ser
78
efectivas.
— Habilidad para trabajar, tanto individualmente como dentro de un
equipo.
— Participación, capacidad de liderazgo y delegación.
— Pensamiento crítico y sentido de la responsabilidad.
— Autoconfianza, evaluación y autoevaluación, ya que es esencial
determinar los puntos fuertes y débiles de uno mismo y de un
proyecto, así como evaluar y asumir riesgos cuando esté justificado
(manejo de la incertidumbre y asunción y gestión del riesgo).
En el caso del «proceso de transición a la vida activa» son las competencias sociales
y cívicas y sentido de iniciativa y espíritu emprendedor las que mayores aportaciones
realizan a este aspecto de la orientación profesional (véase cuadro 3.9).
CUADRO 3.9
Área de orientación profesional. Proceso de transición a la vida activa
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber Saber hacer Saber ser
79
implementación de un plan (la gestión — Comunicación, — La iniciativa, la
de recursos humanos y/o financieros), presentación, proactividad y la
así como la postura ética de las representación y innovación, tanto
organizaciones y el conocimiento de negociación en la vida privada
cómo estas pueden ser un impulso efectivas. y social como en
positivo, por ejemplo mediante el — Habilidad para la profesional.
comercio justo y las empresas trabajar, tanto
sociales. individualmente
como dentro de un
equipo.
— Participación,
capacidad de
liderazgo y
delegación.
— Pensamiento crítico
y sentido de la
responsabilidad.
— Autoconfianza,
evaluación y
autoevaluación, ya
que es esencial
determinar los
puntos fuertes y
débiles de uno
mismo y de un
proyecto, así como
evaluar y asumir
riesgos cuando esté
justificado (manejo
de la incertidumbre
y asunción y gestión
del riesgo).
CUADRO 3.10
Área de orientación de procesos de enseñanza y aprendizaje. Habilidades cognitivas y
de comunicación (HCyC)
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber Saber hacer Saber ser
Competencia
80
en — Escuchar con atención e interés,
comunicación controlando y adaptando su respuesta a
lingüística los requisitos de la situación (HCyC-
De recepción).
— Expresarse de forma oral en múltiples
situaciones comunicativas (HCyC-De
expresión).
— Expresarse de forma escrita en
múltiples modalidades, formatos y
soportes (HCyC-De expresión).
— Comprender distintos tipos de textos:
buscar, recopilar y procesar
información (HCyC-De procesamiento
de la información).
81
adecuación de las acciones que está desarrollando y la aproximación a la meta.
d) Estrategias de evaluación, desde las que se analiza tanto el resultado como el
proceso que se ha llevado a cabo.
CUADRO 3.11
Área de orientación de procesos de enseñanza y aprendizaje. Dinámica personal de
estudio
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber
Saber Saber ser
hacer
CUADRO 3.12
Área de orientación de procesos de enseñanza y aprendizaje. Técnicas de trabajo.
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber Saber hacer Saber ser
82
Competencia Aplicación de los principios
matemática y y procesos matemáticos en
competencias distintos contextos, ya sean
básicas en personales, sociales,
ciencia y profesionales o científicos.
tecnología
Competencia — La motivación y la confianza.
aprender a — Planteamiento de metas realistas a corto,
aprender medio y largo plazo. Al alcanzarse las metas
aumenta la percepción de autoeficacia y la
confianza, y con ello se elevan los objetivos
de aprendizaje de forma progresiva.
CUADRO 3.13
Área de orientación de procesos de enseñanza y aprendizaje. Lectura
Aspectos de la competencia
Competencias
Saber
Saber Saber hacer
ser
83
las siguientes competencias (ámbito del saber ser):
a) Competencia digital:
a) Autoconocimiento y autoestima.
b) Autonomía o independencia, interés y esfuerzo y espíritu emprendedor.
c) La iniciativa, la proactividad y la innovación, tanto en la vida privada y social
como en la profesional.
CUADRO 3.14
Área de orientación de prevención y desarrollo. Aspectos que se han de desarrollar
Aspectos de la competencia
84
Competencias
Saber Saber hacer Saber ser
Competencia — Reconocer el
en diálogo como
comunicación herramienta
lingüística primordial para la
convivencia.
Sentido de — Predisposición a
iniciativa y actuar de una
espíritu forma creadora e
emprendedor imaginativa.
— Autoconocimiento
y autoestima.
— Autonomía o
independencia,
interés y esfuerzo
y espíritu
emprendedor.
— La iniciativa, la
proactividad y la
innovación, tanto
en la vida privada
y social como en
la profesional.
CUADRO 3.15
Área de orientación de prevención y desarrollo. Educación en valores
Aspectos de la competencia
85
Competencias
Saber Saber hacer Saber ser
Matemática y — Sentido de la
competencias responsabilidad en
básica en relación a la
ciencia y conservación de los
tecnología recursos naturales y a
las cuestiones
medioambientales.
— Adopción de una
actitud adecuada para
lograr una vida física
y mental saludable en
un entorno natural y
social.
86
FUENTE: elaboración propia.
En este sentido, aquellas personas que manifiestan algún tipo de discapacidad han de
tener garantizados sus derechos a la adquisición y desarrollo de las competencias clave.
Para ello, las Administraciones educativas establecerán medidas de refuerzo educativo,
sobre todo para quienes requieran una atención educativa diferente a la ordinaria. En este
colectivo, según la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), se incluye el
alumnado que presente:
87
CUADRO 3.16
Área de orientación profesional y su relación con las áreas de conocimiento de la etapa
de Educación Primaria
Aspecto Áreas
Conocimiento de EF = Bloque 1. El cuerpo y sus habilidades perceptivo motrices (se trabajará la autoestima
sí mismo y el autoconocimiento de forma constructiva y con miras a un desarrollo integral del
alumnado).
Informaciones LCL = Bloque 1. Comunicación oral: hablar y escuchar (destrezas orales que les
complementarias garanticen su uso eficaz en los ámbitos personal, familiar, educativo, social y profesional a
lo largo de su vida. Su aprendizaje debe permitirles expresar con precisión su pensamiento,
opiniones, emociones y sentimientos, realizando discursos progresivamente más complejos
y adecuados a una variedad de situaciones comunicativas, así como escuchar activamente e
interpretar el pensamiento de las demás personas).
Proceso de CS = Bloque 3. Vivir en sociedad (los distintos grupos sociales y de qué manera se
transición a la distribuye el trabajo entre sus miembros, cómo se producen y reparten los bienes de
vida activa consumo, la vida económica de los ciudadanos; la capacidad emprendedora de los
miembros de la sociedad y el estudio de la empresa, que comprenderá la función
dinamizadora de la actividad empresarial en la sociedad; la población, los sectores de
producción, así como la educación financiera elemental; visitas a fábricas y empresas).
EC = Bloque 1. Individuos y relaciones interpersonales y sociales (actividades
individuales o de grupo que atiendan a la diversidad y los derechos de las personas, a partir
de situaciones cotidianas que aborden la igualdad de hombres y mujeres en la familia y en
el mundo laboral. Un aspecto prioritario, relacionado con la autonomía personal, es
siempre la asunción de las propias responsabilidades).
CUADRO 3.17
Área de orientación de los procesos de enseñanza-aprendizaje y su relación con las
áreas de conocimiento de la etapa de Educación Primaria
Aspectos Descripción
88
vida. Su aprendizaje debe permitirles expresar con precisión su pensamiento, opiniones,
emociones
Dinámica 1LE = Bloque 4. Producción de textos escritos: expresión e interacción (uso de la expresión
personal del oral para la comunicación de textos escritos en distintos contextos de aprendizaje, utilizando
estudio las nuevas tecnologías y el discurso oral coherente para comunicar sus necesidades y
emociones).
Lectura LCL = Bloque 2. Leer (estrategias necesarias para entender diferentes tipos de textos escritos,
continuos y discontinuos, de diferentes géneros, reconstruyendo las ideas explícitas e
infiriendo las ideas implícitas con la finalidad de elaborar una interpretación crítica de lo
leído). Bloque 4. Conocimiento de la lengua (la reflexión metalingüística estará integrada en
las actividades y tareas de hablar, escuchar, leer y escribir, e intervendrá en los procesos de la
comprensión y la expresión para mejorar las actividades de planificación, producción de
textos y su revisión).
Métodos y MA= Bloque 1. Procesos, métodos y actitudes matemáticas (resolver situaciones prácticas
técnicas de cotidianas. Interesa valorar cómo el alumnado aplica con eficacia sus habilidades de
estudio razonamiento numérico, cálculo, razonamiento espacial u organización de la información en
situaciones de la vida real).
89
CN = Ciencias Naturales; LCL = Lengua Castellana y Literatura; MA = Matemáticas; 1LE = Primera Lengua
Extranjera; EA = Educación Artística.
FUENTE: elaboración propia.
CUADRO 3.18
Área de atención a la diversidad y su relación con las áreas de conocimiento de la etapa
de Educación Primaria
Aspectos Descripción
Factores CS = Bloque 3. Vivir en sociedad (características de los distintos grupos sociales, respetando y
de valorando sus diferencias).
diversidad 1LE = Bloque 4. Producción de textos escritos: expresión e interacción (la aplicación del
conocimiento promoverá la atención a la diversidad y acrecentará el interés por el conocimiento
de las diferentes realidades sociales y culturales, facilitando la comunicación intercultural gracias
a la interacción del alumnado mediante aprendizajes colaborativos y compartidos).
EC = Bloque 1. Individuos y relaciones interpersonales y sociales (la autonomía y la identidad, el
reconocimiento de las emociones propias y de las demás personas, con propuestas que permitan
relaciones basadas en el reconocimiento de la dignidad y respeto al otro, aunque mantenga
opiniones y creencias distintas a las propias; actividades individuales o de grupo que atiendan a la
diversidad y los derechos de las personas, a partir de situaciones cotidianas que aborden la
igualdad de hombres y mujeres en la familia y en el mundo laboral). Bloque 2. La vida en
comunidad (desde el reconocimiento de la diversidad cultural y religiosa presente en el entorno
inmediato y asumiendo la igualdad de todas las mujeres y hombres en cuanto a derechos y
deberes, se trabajará el respeto crítico por las costumbres y modos de vida distintos al propio y se
proporcionarán elementos para identificar y rechazar situaciones de marginación, discriminación
e injusticia social).
CS = Ciencias Sociales; 1LE = Primera Lengua Extranjera; EC = Educación para la Ciudadanía y los Derechos
Humanos.
FUENTE: elaboración propia.
CUADRO 3.19
Área de orientación para la prevención y el desarrollo y su relación con las áreas de
conocimiento de la etapa de Educación Primaria
Aspectos Descripción
Aspectos CN = Bloque 2. El ser humano y la salud (habilidades y destrezas para prevenir conductas de
que se han riesgo y tomar iniciativas para desarrollar y fortalecer comportamientos responsables y estilos de
de vida saludables).
prevenir
90
situaciones de la vida real).
1LE = Bloque 4. Producción de textos escritos: expresión e interacción (la aplicación del
conocimiento promoverá la atención a la diversidad y acrecentará el interés por el conocimiento
de las diferentes realidades sociales y culturales, facilitando la comunicación intercultural gracias
a la interacción del alumnado mediante aprendizajes colaborativos y compartidos).
EF = Bloque 1. El cuerpo y sus habilidades perceptivo motrices (se trabajará la autoestima y el
autoconocimiento de forma constructiva y con miras a un desarrollo integral del alumnado).
Educación CN = Bloque 2. El ser humano y la salud (habilidades y destrezas para prevenir conductas de
en valores riesgo y tomar iniciativas para desarrollar y fortalecer comportamientos responsables y estilos de
vida saludables). Bloque 3. Los seres vivos (adquisición de comportamientos en la vida cotidiana
de defensa y recuperación del equilibrio ecológico, desarrollando valores de responsabilidad y
respeto hacia el medio). Bloque 4. Materia y Energía (uso racional de recursos).
CS = Bloque 2. El mundo en que vivimos (los espacios naturales y su conservación; el agua y el
consumo responsable; el clima y el cambio climático). Bloque 3. Vivir en sociedad (el uso
responsable de los recursos; visitas a zonas protegidas).
EF = Bloque 2. La Educación física como favorecedora de salud (consolidación de hábitos de
vida saludable, de protocolos de seguridad antes, durante y después de la actividad física y en la
reflexión cada vez más autónoma frente a hábitos perjudiciales).
EC = Bloque 1. Individuos y relaciones interpersonales y sociales (la autonomía y la identidad, el
reconocimiento de las emociones propias y de las demás personas, con propuestas que permitan
relaciones basadas en el reconocimiento de la dignidad y respeto al otro, aunque mantenga
opiniones y creencias distintas a las propias; actividades individuales o de grupo que atiendan a
la diversidad y los derechos de las personas, a partir de situaciones cotidianas que aborden la
igualdad de hombres y mujeres en la familia y en el mundo laboral; un aspecto prioritario,
relacionado con la autonomía personal, es siempre la asunción de las propias responsabilidades).
Bloque 2. La vida en comunidad (valores cívicos en que se fundamenta la sociedad democrática
[respeto, tolerancia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, cooperación y cultura de la
paz], abordando la convivencia y el conflicto en los grupos de pertenencia [familia, centro
escolar, amigos, localidad] y el ejercicio de los derechos y deberes que corresponden a cada
persona en el seno de esos grupos, identificando la diversidad, rechazando la discriminación y
valorando la participación y sus cauces. Asimismo, desde el reconocimiento de la diversidad
cultural y religiosa presente en el entorno inmediato y asumiendo la igualdad de todas las
mujeres y hombres en cuanto a derechos y deberes, se trabajará el respeto crítico por las
costumbres y modos de vida distintos al propio y se proporcionarán elementos para identificar y
rechazar situaciones de marginación, discriminación e injusticia social). Bloque 3. Vivir en
sociedad (tratamiento específico de la protección civil, la seguridad, la defensa al servicio de la
paz y la educación vial).
CPD = Bloque 1. Cultura digital (aspectos relevantes de la sociedad de la comunicación, sus
posibilidades, limitaciones, beneficios y peligros, así como la seguridad y uso responsable y ético
de los medios digitales).
Como se puede apreciar de la lectura del contenido de estas figuras, todas las áreas de
conocimiento de la etapa de Educación Primaria se encuentran vinculadas directamente
con algún aspecto de un área u otra de la orientación educativa. La relación entre estas
áreas, las áreas de conocimiento y las competencias clave son un hecho, y en todos los
casos tanto la literatura científica como la normativa legal sugieren el tratamiento
globalizado de todas ellas, con el fin de conseguir el desarrollo integral del alumnado. En
91
este sentido, cabe señalar algunas orientaciones que han elaborado los equipos de ciclo
para la intervención globalizada de las mismas, partiendo de las áreas de conocimiento
de la etapa que se están abordando y teniendo como guía algunas referencias
bibliográficas.
92
realizar role playing sobre situaciones de llegada a una ciudad nueva, etc.
f) Educación artística: realizar búsquedas en Internet sobre instrumentos
característicos de diferentes pueblos, que usen en su folclore, hablar sobre los
sentimientos o sensaciones que despierta una obra pictórica o musical, analizar las
imágenes sexistas de textos publicitarios, etc.
g) Educación física: persistir en una tarea, actividades de autoconocimiento corporal,
actividades para desarrollar la superación personal de manera progresiva, etc.
h) Educación para la ciudadanía y los derechos humanos: identificar y analizar
formas de enfrentarse y solucionar problemas de convivencia que surgen en el día
a día, realizar juegos en los que el alumnado conozca y reflexione sobre los
derechos humanos, conversar sobre los valores que los seres humanos debemos
respetar, crear dramatizaciones entre todo el alumnado para poder conocerlos y
llevarlos a la práctica, crear juegos que se centren en el reciclaje, el consumo y los
malos hábitos ante el consumo inadecuado de agua y otros bienes, ubicar en un
mapa los países que no respetan los derechos humanos, etc.
i) Cultura y práctica digital: actividades de búsqueda, selección, análisis y extracción
de información en la red; presentar un currículum vitae digital, enviarlo por correo
electrónico; actividades para conocer derechos y riesgos existentes en el mundo
digital; tomar decisiones ante la información difundida en redes sociales, etc.
93
— Alumnado con discapacidad auditiva: ofrecer a todo el alumnado una «imagen
en positivo» de la diversidad; desarrollar sistemas de comunicación
compartidos (lenguaje de signos); potenciar auténticas amistades infantiles, ya
que dan seguridad y facilitan el control emocional; aplicar el PATHS
(Providing Alternative Thinking Strategies) de Greenberg y Kusche (1993),
diseñado para favorecer el autocontrol (a través de la técnica de la tortuga), la
conciencia emocional y las habilidades de relación interpersonal de alumnado
sordo (se enseña a etiquetar y reconocer estados afectivos siguiendo una
jerarquía desde las emociones básicas como alegría o tristeza hasta los estados
más complejos como celos o culpabilidad) y la resolución de problemas
interpersonales desde una perspectiva cognitiva (siguiendo el esquema ¿qué
pasa?, ¿qué podría hacer?, poner en marcha el plan y evaluar los resultados),
etc.
— Alumnado con parálisis cerebral: trabajar el control postural, el equilibrio, el
desplazamiento y la manipulación; fomentar experiencias vitales, exponer al
alumnado a toma de decisiones, darle responsabilidad y autonomía para
favorecer el desarrollo socioemocional, etc.
— Discapacidad intelectual. Fundamentalmente se ha de trabajar conductas
adaptativas vinculadas con la comunicación, cuidado personal, habilidades de
la vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad,
autogobierno, salud y seguridad y habilidades funcionales, entre otras.
94
textos, etc.
— Programas de comprensión lectora y escrita.
— Programas psicolingüísticos.
— Programas generales de aplicación a través del ordenador.
— Programas de desarrollo de habilidades: memoria de trabajo, atención y
percepción, semánticas, metacomprensivas y de autorregulación.
95
emplear estrategias didácticas de motivación; programar descansos funcionales
a lo largo de la jornada; promover la consecución individual, grupal o colectiva
de premios; aplicar técnicas de economía de fichas o pactar complicidades
(señales o gestos para reconducir la situación), etc.
96
— Alumnado: refuerzo de áreas y contenidos específicos, comprensión lectora,
expresión escrita y desarrollo de estrategias de aprendizaje.
— Profesorado: reflexión sobre el estilo docente, adecuación de los procesos de
enseñanza-aprendizaje e implementar los programas de este tipo de alumnado
en el currículo de aula.
— Familias: asesoramiento en técnicas de estudio, pautas educativas y de
relaciones con los hijos e hijas y coordinación con el centro.
Desde la dirección del centro educativo de Lucía se han recogido todas las propuestas
que han realizado los ciclos. Estas deberán ser valoradas por el equipo técnico de
coordinación pedagógica (ETCP) para comprobar, entre otras cuestiones:
a) Si el trabajo realizado con los contenidos se puede replicar con otros elementos
curriculares como criterios de evaluación, estándares y/o indicadores de
evaluación y ubicarse en el mapa de desempeño curricular.
b) Las posibilidades de asumir las propuestas por los diferentes ciclos y ver de qué
modo se secuenciarían.
Una vez que el ETCP haya valorado las propuestas, se propondrán las líneas
directrices que se seguirán con el resto de los elementos curriculares y la mejora, si fuese
necesario, de las propuestas presentadas.
Finalmente, será el claustro de profesorado, en virtud del artículo 129 de la LOE
(2006), modificada por la LOMCE (2013), quien fijará los criterios referentes a la
orientación y tutoría del alumnado.
3. CONCLUSIÓN
97
4. NUESTRAS IDEAS CLAVE
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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alumnado que cursa la educación básica en los centros docentes públicos de
Andalucía (parcialmente derogada) (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número
167, de 22 de agosto de 2008).
Orden de 20 de agosto de 2010, por la que se regula la organización y el funcionamiento
de las escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios de educación primaria, de
los colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de
educación especial, así como el horario de los centros, del alumnado y del
profesorado (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 169, de 30 de agosto
de 2010).
Orden de 20 de junio de 2011, por la que se adoptan medidas para la promoción de la
convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos y se regula el
derecho de las familias a participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas,
modificada por la Orden de 28 de abril de 2015 (Boletín Oficial de la Junta de
Andalucía, número 132, de 7 de julio de 2011).
Orden de 17 de marzo de 2015, por la que se desarrolla el currículum correspondiente a
la Educación Primaria en Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
número 60, de 27 de marzo de 2015).
Orden de 4 de noviembre de 2015, por la que se establece la ordenación de la evaluación
del proceso de aprendizaje del alumnado de Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 230, de
26 de noviembre de 2015).
Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria,
la educación secundaria obligatoria y el bachillerato (Boletín Oficial del Estado n.º
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101
4
¿Cómo organizo mi tutoría?
ANTONIA RAMÍREZ GARCÍA,
MERCEDES ÁLAMO
Y CARMEN CORPAS REINA
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
102
lado, a su grupo de alumnos y alumnas; por otro lado, a la cultura organizativa de este
centro, así como al contexto rural en el que se ubica el mismo.
El equipo directivo ha planteado en los últimos años un trabajo sistemático en
relación al desarrollo de una convivencia positiva en el centro y el fomento del trabajo
cooperativo en el ámbito curricular. La singularidad de la localidad hace necesario
fortalecer las relaciones interpersonales de los niños y las niñas que integran los grupos,
así como recibir en un marco inclusivo a todos aquellos y aquellas que se incorporan a
este centro.
Definir el concepto de «grupo» es una tarea que entraña gran dificultad desde el
punto de vista psicológico. Para Huici (2012a), se distinguen dos enfoques en torno a los
que tradicionalmente se ha analizado el concepto de «grupo»: por un lado, definiciones
centradas en las categorías sociales, y por otro las focalizadas en la interacción y la
independencia. En el cuadro 4.1 se aprecian los aspectos diferenciadores de un enfoque y
otro.
CUADRO 4.1
Comparación de las definiciones de grupo
Enfoque basado en la
Enfoque categorial
interacción
— Se define el grupo por las propiedades compartidas: creencias religiosas, — Los grupos surgen de la
orígenes étnicos, género, nacionalidad, estatus socioeconómico, estatus interacción y relación de
legal, edad, etc. los miembros.
— La persona representa a la categoría: posee características críticas. — No se producen inferencias
— El grupo es la suma de las personas que lo componen. de la persona al grupo.
— El grupo existe en la mente de las personas: abstracción basada en la — El grupo es más que la
semejanza. suma de las personas que lo
— Simplificación, pero también ganancia de información: se pierden integran.
detalles individuales, pero se añaden expectativas asociadas a la categoría. — Existencia externa: fáciles
103
de percibir.
a) Las personas que integran el colectivo se definan como miembros del grupo.
b) Estas personas compartan las creencias grupales. Para Huici (2012a), esta es la
característica más importante, creer que se constituye un grupo.
c) Entre estos miembros del colectivo exista algún grado de actividad coordinada.
104
las emociones que se sienten en ellas son distintas y más intensas que en los grupos, c)
determinados fenómenos que se producen en los grupos no tienen lugar en las díadas
(formación de coaliciones, socialización o influencias minoritarias o mayoritarias, entre
otras).
Por su parte, Cini, Moreland y Levine (1993) manifestaban que para trabajar con
grupos es necesario considerar el tamaño del grupo, puesto que esto puede ocasionar
diferentes inconvenientes. En el cuadro 4.2 se observan las dificultades y posibles
soluciones al tamaño de los grupos.
Junto al tamaño del grupo es conveniente analizar la diversidad del grupo, es decir, si
en él se produce la presencia o ausencia de miembros de distintas categorías (género,
etnia, procedencia, etc.), personalidad, capacidad u opinión, entre otros aspectos, así
como si esta diversidad es natural o impuesta. La diversidad de un grupo puede
favorecer la flexibilidad de pensamiento y mayor innovación en las tareas que se
realizan, pero también puede generar más conflicto entre los miembros del grupo.
En cuanto a la interdependencia, Moreland (2010) apunta a que los miembros del
grupo pueden establecer diferentes modos de combinarse, bien de manera aditiva bien de
manera interactiva. En el primer caso, cada miembro provoca un efecto independiente en
el grupo. Por el contrario, en el segundo caso los miembros son interdependientes y
producen efectos distintos según su presencia o ausencia en el grupo. Estas relaciones
dan lugar también a aspectos como:
CUADRO 4.2
Dificultades y soluciones al tamaño del grupo
Tamaño del
Dificultades Soluciones
grupo
105
miembros — Fatiga y sentimiento de «quemarse». eficientemente.
— Pérdida de recursos. — Solicitar ayuda a otros grupos.
— Mayor homogeneidad y disminución — Fijar metas más modestas.
de ideas creativas para progresar.
b) La adopción de roles entre los distintos miembros del grupo: roles de tarea
(coordinador, informador, evaluador, especialista en ciertos procedimientos, etc.),
roles socioemocionales (construcción y mantenimiento del grupo: animador,
armonizador, normativo, «ego-ideal»), roles individuales (agresor, obstruccionista,
dominador, exhibicionista, «autoconfesor») (Muñoz, 2009, p. 92). A estas tres
modalidades, Torrego, Gómez, Martínez y Negro (2014) incorporan la
diferenciación también entre roles formales e informales. El delegado o delegada
de curso podría ser un ejemplo de rol formal en un grupo de alumnos y alumnas,
pero este o esta no tendría por qué coincidir con el o la líder del grupo.
c) El establecimiento de una jerarquía de estatus. Para Canto (2015), los miembros
de un grupo ocupan una posición y ejecutan roles, pero no todos estos roles se
valoran del mismo modo. El estatus podría definirse como la posición que ocupa
un miembro de un grupo en la jerarquía de este; por tanto, implica la existencia de
una ordenación jerárquica.
d) Al surgimiento y desarrollo de normas en su seno (pueden tener un origen interno
o externo). Estas pueden ser definidas como las pautas de conducta establecidas
por los miembros del grupo a fin de dotar de orden y uniformidad a las relaciones
y funcionamiento intragrupales (Muñoz, 2009, p. 92). Las normas constituyen la
base para predecir el comportamiento de los demás, guiar la propia conducta
dentro de unos límites tolerables de ambigüedad y establecer marcos de referencia
compartidos. Asimismo, según Muñoz (2009), presentan una serie de
características:
106
informales los patrones pueden cambiar o incluso invertirse.
— Una pauta de comportamiento no se convierte en norma a menos que sea
asumida (consciente o inconscientemente) por la mayoría del grupo. Siempre
suele haber una minoría, cambiante o estable, que incumple la norma. Por
ejemplo, el hecho de que un grupo se caracterice por la puntualidad no significa
que algún miembro no llegue tarde alguna vez.
— Todas las normas no se aplican a todos los miembros: ello depende de la
estructura de autoridad, de estatus o de roles del grupo. Los miembros con
mayor autoridad suelen tener «privilegios».
— Existencia de normas formales e informales y, junto a ellas, sanciones
(recompensas y castigos) que el grupo aplica a sus miembros, y que también
pueden ser formales (premios o multas) e informales (manifestaciones de
agrado y rechazo).
107
Educación Primaria), a no ser que el centro educativo cuente con una política de
intercambios de alumnado entre los distintos grupos al inicio de cada ciclo. Por tanto,
esta característica ha de tenerse en cuenta en el momento de plantear actividades o tareas
para el grupo. Una situación diferente se produce dentro del grupo-clase, donde se
pueden constituir espontáneamente otros grupos más pequeños, bien por proximidad
física (integración ambiental) bien por compartir determinadas aficiones, etc.
Dentro del grupo tienen lugar los procesos de influencia social. Según Falomir (2012,
p. 286), pueden ser definidos como: el conjunto de procesos mediante los cuales las
interacciones sociales modifican la percepción, los juicios, los modos de pensar o de
actuar de un individuo. En este sentido, la influencia social estudia las relaciones
interpersonales, las intragrupales y las intergrupales, al objeto de entender por qué una
persona responde de una determinada manera a una situación dada, y cómo hacer para
que lo haga de manera diferente. Algunas de las influencias que se producen en un
grupo son:
108
una verdadera reflexión), punto de vista estereotipado del oponente
(infravaloración del grupo contrario), presión hacia la uniformidad (rechazo a los
miembros que dudan sobre la actitud del grupo), autocensura para evitar el
rechazo que origina el desacuerdo, ilusión de unanimidad (autocensura y presión
para no romper el consenso) y guardianes mentales (algunos miembros protegen al
grupo de informaciones que puedan restar efectividad al mismo).
e) Holgazanería social. Se puede entender como la reducción de la motivación y el
rendimiento del grupo cuando se trabaja de manera colectiva en una tarea,
comparándose con el rendimiento que resultaría de realizarla de manera
individual. Las variables que explican este efecto pueden ser, según Muñoz
(2009), la aprensión de evaluación y la difusión de la responsabilidad. Por su
parte, Canto (2015) destaca una serie de factores que favorecen la holgazanería
social, entre ellos:
En lo que concierne al patrón temporal, los grupos transitan por diferentes fases. En
torno a estas fases se han desarrollado diferentes modelos que explican el desarrollo
temporal de un grupo (modelo integrador de Wheelan, modelo cíclico de Worchel y
modelo de Levine y Moreland, entre otros).
Diferentes autores (Riart, 2006; Torrego, Gómez Martínez y Negro, 2014) han
sintetizado este patrón temporal y expresan la existencia de las siguientes fases:
a) La primera fase es la toma de contacto con el resto de integrantes del grupo. Al ser
la primera vez que se encuentran, será una etapa de observación hacia los demás y
sobre uno mismo para saber cómo incluirse en el grupo.
b) En la segunda fase se establece una etapa de «normalización», como menciona
Riart (2006, p. 80), siendo esta la etapa más larga. En ella se definen los diferentes
roles, como el liderazgo. El grupo comienza a asumir decisiones del líder, a ser
escuchado, y finaliza la etapa con la cohesión grupal, donde todos son partícipes
de alguna forma de la toma de decisiones.
c) En la tercera etapa el grupo presenta una «dependencia recíproca», donde todos se
109
ayudan. Las tareas propuestas al grupo se resuelven con rapidez y eficacia, ya que
existe esa cohesión grupal.
d) La última etapa se puede denominar clausura. Esta etapa no tiene por qué
producirse en todos los grupos. Sin embargo, en los grupos que se forman a partir
del grupo-aula la finalización del curso escolar puede llevar a la separación del
grupo. El alumnado de sexto de Educación Primaria, con la finalización del curso
escolar, cierra su experiencia en esta etapa educativa. En este momento, el grupo
puede separarse o sufrir cambios sustanciales al ir a nuevos centros de Educación
Secundaria. Esta ruptura puede generar en el grupo un retroceso a fases anteriores.
a) Dificultades para cubrir las necesidades individuales de los miembros del grupo,
por lo que la conducta disruptiva de alguna/s persona/s o roles individualistas
impiden el funcionamiento normal del grupo.
b) Discrepancias en los objetivos planteados, ya sea por tratar de alcanzar objetivos
muy ambiciosos para el grupo, el cual todavía no está preparado para conseguirlos,
o por el desconocimiento de los objetivos que verdaderamente interesan al grupo.
c) Desestructuración de los diferentes roles. Esto se produce cuando un miembro del
110
grupo tiene que asumir un rol que no le corresponde.
d) Discusiones relacionadas con el trabajo o la tarea, debido a la falta de
comunicación por parte de los miembros del grupo.
e) Falta de inclusión en el grupo. Se produce cuando uno o varios miembros del
grupo no tienen el sentimiento de un «nosotros», es decir, de pertenencia. Estos
miembros pueden formar un grupo paralelo para entrar en conflicto con el
primero.
Algunos de los síntomas recogidos por Cornelius y Faire (1995), junto con Toledo
(2001, p. 122), que determinan la existencia de un conflicto en el grupo, son:
111
Como técnica de recogida de información, la observación requiere considerar varios
aspectos: el grado de participación del observador en las actividades observadas
(participante o no participante), la codificación de las actividades y conductas que se
quieren analizar y el grado de estructuración de los sistemas de codificación.
La observación participante suele emplearse por parte de los tutores y tutoras en los
centros de Educación Infantil y Educación Primaria en el marco de la tradición lewiniana
de la «investigación-acción» (Quintanilla, 2010). Algunas de las características de este
tipo de observación son: interacción cara a cara, se desarrolla en un contexto natural, la
persona que observa forma parte del contexto que observa, al tiempo que influye y es
influido por el contexto y, por último, permite obtener información del grupo.
El grado de estructuración del sistema de codificación empleado para hacer las
observaciones permite distinguir entre observación sistemática y no sistemática. La
primera resulta más útil para estudiar una situación perfectamente delimitada, en la que
se han establecido las conductas o fenómenos que se desean analizar, por ejemplo
interrupciones que se producen en el aula o la participación del alumnado en el aula.
Para poder llevar a cabo una observación sistemática útil para el tutor o la tutora, es
necesario realizar un registro, establecer la unidad de análisis de la codificación (actor,
receptor, tipo de actividad [verbal, no verbal, conducta motora, etc.], tiempo [duración y
frecuencia] y analizar los datos, procesándolos y comparándolos).
Según el tipo de actividad que se desea analizar, Huici (2012c) expresa que se puede
distinguir entre la codificación de «solo actividad», es decir, se codifica la presencia o
ausencia de la actividad, por ejemplo, si el alumnado realiza preguntas en clase o no, y el
proceso y el contenido de la actividad.
En lo que concierne al proceso, se identifican los actos dependiendo de su
contribución al proceso del grupo en la realización de su tarea (petición de información,
emitir una opinión) o de cómo se relacionan los miembros del grupo (aprueba la tarea,
desaprueba la tarea, relaja la tensión, etc.).
Respecto al contenido, las categorías se establecen en función de contenidos
específicos que se quieren analizar, por ejemplo causas del incumplimiento de las
normas de aula: características de la situación que ha ocasionado un conflicto,
explicaciones que se dan al respecto por parte del alumnado implicado, influencia de
terceras personas, etc.
Uno de los métodos empleados en la observación sistemática es el Método de
Observación de Bales, que establece dos áreas (socioemocional y de tarea), cada una de
ellas con dos direcciones (positiva y negativa). Cada dirección dispone de tres posibles
niveles de implicación (mínima, media y máxima), lo que genera doce categorías
(mostrar solidaridad, mostrar liberación de la tensión, estar de acuerdo, dar sugerencias,
dar opiniones, dar orientación, pedir orientación, pedir opinión, pedir sugerencias, estar
en desacuerdo, mostrar tensión y mostrar antagonismo). En el cuadro 4.3 se detallan las
categorías asociadas a las áreas.
112
CUADRO 4.3
Descripción del sistema de categorías de observación de Bales
Áreas Categorías
113
sociométrico. El sociograma, a juicio de Hernández (2009), permite establecer la
estructura de las interacciones dentro de un grupo, la situación de los miembros del
grupo dentro de este, la cohesión interna del grupo, los liderazgos y las exclusiones, etc.
Según Huici (2013c, p. 111), los patrones de elección interpersonal quedan reflejados a
través de grafos en el diagrama sociométrico o sociograma.
Esta técnica sirve para obtener información sobre la posición de las personas dentro
de un grupo y sobre las relaciones que entre ellos se establecen (Núñez, Carpintero,
García, Serrano y Ordóñez, 2011; Ocampo, 2012).
En la aplicación de esta técnica, Muñoz (2009) señala que pueden formularse una o
varias preguntas relativas a las áreas que interesan explorar del grupo. Estas preguntas
implican siempre la elección o el rechazo de miembros del grupo («teles» positivos o
negativos). Los tres tipos más habituales de preguntas son las siguientes:
114
grupo, la recogida de las elecciones y rechazos se debe tratar con privacidad y la
formulación de las preguntas debe ser clara.
Además del sociograma, también pueden utilizarse el test de percepción sociométrica,
el test de popularidad, etc. (Hinojo y Aznar, 2009).
Para Huici (2013c), las técnicas documentales posibilitan obtener información sobre
hechos del grupo, previamente registrados o que han sido objeto de algún tipo de
descripción o informe a los que se puede tener acceso. Estas técnicas resultan necesarias
para tener acceso a acontecimientos del grupo que tuvieron lugar en el pasado (algún
conflicto entre miembros del grupo, situaciones traumáticas vividas por el grupo, a modo
de ejemplo) o aquellos sucesos del presente a los que no se tiene acceso directo, pero que
han quedado reflejados por ejemplo en las actas del Equipo Docente, del Equipo de
Ciclo, del Equipo de Orientación del Centro, del Equipo Técnico de Coordinación
Pedagógica o del Claustro de Profesorado.
Además de identificar estas técnicas, que permiten obtener información sobre un
grupo determinado, un tutor o tutora ha de tener también conocimiento sobre técnicas y
dinámicas de grupo que movilicen a sus diferentes miembros en función de los objetivos
que se pretenden conseguir.
115
también deben ajustarse al propio grupo, por lo que serán flexibles, combinables y
moldeables, pudiéndose incorporar variables que permitan adaptarlas a las diferentes
situaciones y contenidos a trabajar.
Teniendo en cuenta que la técnica grupal se centra en el procedimiento que se lleva a
cabo, la dinámica es la propia interacción entre los miembros del grupo. Se centra en la
participación de toma de decisiones y la cooperación para llegar a un objetivo en común,
incorporando un proceso de organización y funcionamiento del propio grupo (Collazos y
Mendoza, 2006; Carabali, 2016; Núñez, de Velasco y Silberstein, 2007). Las dinámicas
grupales favorecen el aprendizaje significativo, ya que a través del juego se convierte en
el elemento motivador (Mejía, 2014). Es por ello por lo que la evaluación tiene doble
vertiente. Por un lado desde un punto de vista emocional, es decir, el estado de ánimo en
el que se encuentran los miembros del grupo, y por otro, el propio conocimiento e
información adquiridos (Carabali, 2016).
Si nos adentramos en la literatura referida a las diferentes dinámicas de grupo
encontramos diversas clasificaciones (Brunet y Negro, 1993; Froufe y Sánchez, 1998;
Galve y García, 1992; Mejía, 2014; Mora, 1991; Pastor et al., 1995; Quinto y Renojo,
2018). Entre las diferentes clasificaciones, existe un grupo, las dinámicas de grupo
generales, que pueden ser utilizadas con independencia del área o ámbito de
conocimiento que vayamos a tratar. Entre ellas se destaca el debate, la entrevista
colectiva o el torbellino de ideas, pudiéndose aplicar a la etapa de Educación Primaria.
Por otro lado, están el resto de dinámicas que se clasifican teniendo en cuenta el proceso
de formación del grupo. Entre las dinámicas podemos encontrar diferentes tipos:
a) Rompehielos o también «juegos para despertarse». Son dinámicas para crear una
atmósfera cálida, amigable y de aprendizaje personal. Con ellas podemos ir
comenzando a establecer lazos comunes entre los miembros del grupo. Estas
dinámicas suelen ser breves, muy dinámicas, explosivas y alegres. El objetivo
principal es desinhibir al grupo para que se sientan cómodos y estimulados para
realizar otras dinámicas que requieren más profundidad. Algunos ejemplos serán
«Escogemos una pareja y luego nos saludamos», «Las balsas» o «¿Qué me has
traído?».
b) Presentación y conocimiento personal. Se pretende con este tipo de dinámica
que todo el grupo se conozca. Si es la primera vez que se reúnen, el objetivo será
aprenderse los nombres de los compañeros. Si por el contrario el grupo ya se
conoce, entra en juego el conocimiento interpersonal de cada miembro. En ese
caso, el objetivo será conocer otros aspectos de los miembros, como pueden ser
sus gustos, experiencias, colectivos a los que pertenecen y otros datos que pueden
resultar interesantes acerca de ellos. Dependiendo de la madurez del grupo, se
deberá adecuar la información que se quiera solicitar. Con estas dinámicas se
fomenta la comunicación y la autoestima. Algunos ejemplos son: «La telaraña»,
116
«Yo soy compañero de...» o «Los post-it».
c) Confianza. Tipo de dinámica para probar y estimular la confianza en uno mismo y
en el grupo. Si se pretende crear la identidad grupal en nuestra aula, deberá
construirse la confianza grupal, para así fomentar las actitudes de solidaridad y la
propia dimensión de grupo, con el fin de poder trabajar en equipo. Es importante
que, para trabajar la confianza, previamente se hayan realizado dinámicas de
conocimiento personal, permitiendo así que el grupo se haya conocido
previamente. Es necesario que se incorporen dinámicas que exijan diferentes
grados de confianza, teniendo siempre en cuenta la fase en la que se encuentre el
grupo. Por otro lado, se debe crear un buen clima, permitiendo satisfacer las
necesidades básicas (atención, consideración, pertenencia y valoración), dando
seguridad a todos los miembros del grupo.
Una de las directrices de estas dinámicas es la voluntariedad de los miembros a
la hora de realizarla. No se puede forzar, ni de forma sutil ni utilizando la presión
de grupo para que un miembro la realice. Cada persona tiene su momento y debe
producirse de una forma natural.
Algunos errores que se deben evitar en estas dinámicas es la desviación de la
propia dinámica hacia la competitividad o las bromas. La dinámica no se hace
«bien» o «mal», sino que tiene su propio ritmo y valor según cada persona. Por
último, si este tipo de dinámicas se introducen cuando el grupo aún no está
preparado, no se promoverá esa confianza que se pretende conseguir.
d) Para la cooperación y trabajo en equipo. Estas dinámicas pretenden, a
diferencia de los juegos competitivos, que el ganador sea todo el grupo,
colaborando y cooperando todos los participantes. Ayudan también a la resolución
de conflictos.
e) Para aprender juntos. Tienen como objetivo construir un aprendizaje colectivo,
partiendo de las vivencias de realidades más cercanas y tangibles de los miembros
del grupo, a través del juego, la reflexión, la introspección y el desarrollo del
pensamiento crítico.
f) Finalmente, las dinámicas de evaluación pretenden realizar un balance global del
proceso, tanto de cada miembro como del grupo en general. La recomendación es
que se realicen al final de cada trimestre, para saber en qué punto se encuentran y
qué aspecto queda aún por trabajar.
117
del Decreto 97/2015, de 3 de marzo, por el que se establece la ordenación y las
enseñanzas correspondientes a la Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de
Andalucía, corresponderá a los centros la programación, desarrollo y evaluación de la
Acción Tutorial, que será recogida en el Plan de Orientación y Acción Tutorial incluido
en su Proyecto Educativo.
En este sentido, Julia tiene que concretar las actuaciones que desarrollará con su
grupo de alumnos y alumnas. Para planificar la acción tutorial en el marco de lo
establecido para el curso académico en vigor por parte del equipo directivo de su centro,
Julia tendrá que tener presente el desarrollo de diferentes competencias clave tanto en
este ámbito orientador como en el desarrollo de su docencia. Las competencias
vinculadas más estrechamente a la temática que se está abordando son las siguientes:
competencia en comunicación lingüística, competencias sociales y cívicas, y sentido de
la iniciativa y espíritu emprendedor.
De igual forma, ha de tener presente las distintas áreas que integran el currículum de
la etapa de Educación Primaria para poder trabajar de manera integrada el desarrollo de
estas competencias, no solo a través de las sesiones de tutoría, sino también desde las
áreas curriculares, por lo que se ha de partir también de los elementos curriculares que
las integran: objetivos, contenidos, criterios de evaluación, etc.
Así, se pueden destacar los siguientes objetivos y criterios de evaluación relacionados
con la temática de este capítulo en las áreas propias que impartirá Julia: Ciencias de la
Naturaleza, Ciencias Sociales, Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas y Educación
Artística (plástica).
118
trabajo individual y de grupo de forma cooperativa, en contextos próximos, presentando
una actitud responsable, de esfuerzo y constancia, de confianza en sí mismo, sentido
crítico, iniciativa personal, curiosidad, interés y creatividad en la construcción del
conocimiento y espíritu emprendedor, con la finalidad de planificar y gestionar
proyectos relacionados con la vida cotidiana.
O.CS.3. Conocer, valorar y respetar los derechos humanos y valores democráticos
que otorgan idiosincrasia propia a los diferentes grupos humanos, poniendo en práctica
habilidades y estrategias para la prevención y resolución pacífica y tolerante de
conflictos en el ámbito familiar y social en los que vive y se desarrolla como persona.
O.CS.6. Aprender hábitos democráticos y de convivencia, favoreciendo el
conocimiento de entidades territoriales, órganos de gobierno y mecanismos esenciales,
que rigen el funcionamiento y la organización social, política y territorial de Andalucía,
España y la Unión Europea, respetando los derechos, deberes, libertades y valores que se
recogen en la Constitución Española y en el Estatuto de Autonomía para Andalucía.
O.CS.7. Comprender, valorar y disfrutar las diferentes manifestaciones culturales y
lingüísticas de nuestra comunidad autónoma, así como de España y la Unión Europea,
reconociendo y respetando las diferencias entre personas, a partir del conocimiento de la
diversidad de factores geográficos, sociales, económicos o culturales que definen los
rasgos propios de cada población y sus variables demográficas; para ello será de gran
ayuda el estudio de la realidad de Andalucía como lugar de encuentro de culturas.
CE.3.2. Desarrollar la responsabilidad, el esfuerzo, la constancia en el estudio, la
creatividad y el espíritu emprendedor, obteniendo conclusiones innovadoras, realizando
trabajos y presentaciones a nivel individual y colaborando en grupo de manera
responsable mediante la búsqueda, selección y organización de textos de carácter social,
geográfico o histórico, aceptando las diferencias con respeto y tolerancia hacia otras
ideas y aportaciones.
CE 3.3. Valorar la importancia de una convivencia pacífica, democrática y tolerante,
participando de forma eficaz y constructiva en la vida social, mostrando estrategias para
resolver conflictos, cooperando, dialogando y desarrollando actitudes de trabajo en
equipo y hábitos para asumir nuevos roles en una sociedad en continuo cambio.
CE.3.7. Explicar la importancia que tiene la Constitución para el funcionamiento del
Estado español, así como los derechos, deberes y libertades recogidos en la misma,
identificando las instituciones políticas que se derivan de ella, describiendo la
organización territorial del Estado español, así como la estructura y los fines de la Unión
Europea, explicando algunas ventajas derivadas del hecho de formar parte de la misma y
valorando la diversidad cultural, social, política y lingüística de España, respetando las
diferencias.
119
situaciones socio-comunicativas, participando activamente y respetando las normas de
intercambio comunicativo.
O.LCL.3. Escuchar, hablar y dialogar en situaciones de comunicación propuestas en
el aula, argumentando sus producciones, manifestando una actitud receptiva y
respetando los planteamientos ajenos.
O.LCL.8. Reflexionar sobre el conocimiento y los diferentes usos sociales de la
lengua para evitar estereotipos lingüísticos que suponen juicios de valor y prejuicios
clasistas, racistas, sexistas u homófobos, valorando la lengua como medio de
comunicación.
CE.3.1. Participar en situaciones de comunicación oral dirigidas o espontáneas
(debates, coloquios, exposiciones) sobre temas de la actualidad, empleando recursos
verbales y no verbales, aplicando las normas sociocomunicativas y las estrategias para el
intercambio comunicativo, transmitiendo en estas situaciones ideas, sentimientos y
emociones con claridad, orden y coherencia desde el respeto y consideración de las
aportadas por los demás.
CE.3.2. Expresarse de forma oral en diferentes situaciones de comunicación de
manera clara y coherente, ampliando el vocabulario y utilizando el lenguaje para
comunicarse en diversas situaciones.
CE.3.13. Conocer la variedad lingüística de España y las variedades de dialecto
andaluz, mostrando respeto y valorando su riqueza idiomática.
Área de Matemáticas
120
O.EA.5. Mantener una actitud de búsqueda personal y colectiva, integrando la
percepción, la imaginación, la sensibilidad, la indagación y la reflexión de realizar o
disfrutar de diferentes producciones artísticas.
CE.3.5. Representar de forma personal ideas, acciones y situaciones utilizando el
lenguaje visual para transmitir diferentes sensaciones en las composiciones plásticas.
CE.3.12. Utilizar la escucha musical para indagar en las posibilidades del sonido, de
manera que sirva como marco de referencia para creaciones propias y conjuntas con una
finalidad determinada.
CE.3.18. Inventar y crear, con matiz andaluz, danzas, coreografías e interpretación de
musicales grupales complejos, utilizando las capacidades expresivas y creativas que nos
ofrece la expresión corporal, disfrutando en su interpretación y valorando el trabajo en
equipo.
121
conocimientos adquiridos y un vocabulario adaptado a sus propias producciones escritas,
sobre temáticas habituales adaptadas al contexto escolar y familiar.
Educación Física
122
su grupo de alumnos y alumnas.
La clase de Julia está compuesta por 18 alumnos y alumnas, a la que se van a
incorporar dos alumnos más procedentes de otra localidad andaluza. Con esta realidad,
Julia tendrá que iniciar su andadura en su «cole».
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
Cuando Julia se sienta a solas en su casa para organizar sus ideas, es el momento en
el que surgen las dudas y la incertidumbre sobre cómo afrontar la situación que se le
plantea en el «cole». Es cuando piensa que, a pesar de que se incorporan don niños
nuevos, la extraña en el grupo es ella, y que no sabe cómo es el grupo. Por norma
general no había hecho esta reflexión. Directamente había planificado su programación
docente, pero sin ver desde esta perspectiva su incorporación a un centro educativo.
Ahora es el momento de cambiar su pensamiento y diseñar un plan de acción.
123
2.3. Fase de ejecución
124
d) Aumentar la utilización de las redes sociales de apoyo y la participación de los
agentes sociales en la vida del centro y de los nuevos integrantes de la comunidad
(p. 13).
125
enseñanza, el contenido y el contexto, de acuerdo con lo expresado por Haerens, Kirk,
Cardon y de Bourdeaudhuij (2011). El centro ha tomado como referencia para definir su
propuesta cooperativa la establecida por Fernández-Río (2014, p. 6):
(...) un modelo pedagógico en el que los estudiantes aprenden con, de y por otros
estudiantes a través de un planteamiento de enseñanza-aprendizaje que facilita y
potencia esta interacción e interdependencia positivas y en el que docente y
estudiantes actúan como coaprendices.
126
ha de definir correctamente el objetivo de la tarea, pues una causa por las que esta forma
de trabaja no resulta eficaz es la falta de formación del profesorado (Sharan, 2010). Por
este motivo, en el colegio de Julia suelen realizarse cursos en el marco de la formación
en centros.
En cuanto a la acción individualizada, Julia se plantea varias tareas que ha de
realizar. En primer lugar, planificar el procedimiento para conocer a su grupo, ya que el
conocimiento de este le permitirá gestionar el grupo-clase y saber cómo constituir los
pequeños grupos de trabajo en el aula para desarrollar el modelo pedagógico de trabajo
cooperativo. En este sentido, podría realizar lo siguiente:
127
Así, llevará a cabo una adaptación del plan de acogida a su aula, que consistirá en:
En relación a esta última actuación, la aplicación del test sociométrico por parte de
Julia, en el marco de la sociometría descriptiva, permite medir y evaluar la estructura del
grupo, pero para intervenir en el grupo resulta más útil la sociometría dinámica, que
permite la transformación de la estructura grupal. La técnica más destacable de esta
última modalidad es el psicodrama y sus derivaciones. Según Muñoz (2009, p. 50),
consiste en la interpretación escénica o dramatización de los problemas del grupo
(generalmente, problemas intragrupales). Su enorme difusión ha permitido aplicarlo a
diferentes campos (clínico, educativo-organizacional, etc.). Algunos ejemplos son el
role-playing (interpretación o desempeño de roles), intercambios de roles, «dobles»,
«espejos», etc.
Otra forma de prevenir el conflicto es a través de las normas de convivencia que se
realizan a nivel de centro, pero también Julia podrá consensuar con todo el grupo las
normas propias del aula (Torrego, Gómez, Martínez y Negro, 2014). Asimismo, hay que
tener presente los indicios o síntomas que comentamos al principio del capítulo que
alertan sobre la existencia de un conflicto.
De igual modo, la actitud de Julia ante un conflicto puede ser decisiva en su
resolución, por lo que Cornelius y Faire (2000) y Toledo (2001) recomiendan que Julia
realice las siguientes acciones preventivas:
128
d) Ser congruente y coherente; es decir, no debe engañar.
e) Tener una actitud de respeto, confianza, aceptación y estima hacia el grupo,
teniendo especial cuidado en mostrar su confianza hacia personas consideradas
«difíciles», confiándole responsabilidades y demostrándoles que pueden
desarrollar sus posibilidades porque están convencidos de ello.
f) No hacer juicios prematuros y huir de ellos.
129
a) Configurar el aula como un espacio propicio para el trabajo en grupo, atendiendo a
la distribución de mesas y sillas, pizarra ordinaria y digital, mobiliario,
establecimiento de rincones de trabajo, etc.
b) Concretar en la programación de aula los presupuestos de referencia del centro.
c) Elaborar unidades didácticas integradas que contemplen el tratamiento globalizado
de las áreas del currículum junto con las áreas propias de la orientación (véase
capítulo 2).
d) Fijar claramente los objetivos de las tareas propuestas para el trabajo cooperativo.
Asimismo, Julia ha de contar con una serie de estrategias que le permitan hacer frente
a determinados procesos de influencia en el grupo que pueden perjudicar el desarrollo
del trabajo cooperativo en el aula, como son la polarización, el pensamiento grupal y la
holgazanería social, entre otros. Para ello, puede basarse en las orientaciones sugeridas
por Muñoz (2009):
Por último, en lo que concierne a la tutoría entre iguales, entendida esta como un
130
método de aprendizaje cooperativo basado en la formación de parejas de alumnos y
alumnas con una relación asimétrica (uno es tutor y el otro adopta el rol de tutorado),
con un objetivo común, conocido y compartido que se alcanza mediante un marco de
relación diseñado y planificado por el tutor (Duran y Vidal, 2004), en este caso por Julia.
Julia elegirá la modalidad de same-age tutoring, es decir, la tutoría entre iguales de la
misma edad, frente a la cross-age tutoring (alumnado de distintas edades). No obstante,
dependiendo de las distintas circunstancias que se produzcan en su grupo, tendrá que
optar por un modelo fijo, en el que los roles se mantienen estables, o recíproco, en el que
tiene lugar un intercambio de papeles (Duran et al., 2011). La adopción de cualquiera de
las dos modalidades permitirá a su alumnado «practicar las habilidades sociales a través
del marco de interacciones que genera» (Martí y Moliner, 2015, p. 208).
3. CONCLUSIÓN
131
Figura 4.1
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135
ANEXO I: TÉCNICAS Y DINÁMICAS DE GRUPO
Desarrollo En primer lugar, el grupo se dividirá por parejas. La elección de la pareja puede ser libre o bien
estableciendo algún criterio. Una vez formadas las parejas, todo el alumnado comenzará a
caminar por el espacio de forma libre y aleatoria, sin rumbo fijo. Cuando la música de fondo se
detenga, cada persona buscará corriendo a su pareja para que juntos escenifiquen la acción que
Julia indique. Por ejemplo: encuentro efusivo de dos amigos/as que no se ven desde hace más de
diez años.
Una vez realizada esta acción, volverán a caminar por el espacio hasta que de nuevo pare la
música, para escenificar otra acción. Se podrá hacer un par de consignas más y cerrar la
dinámica con un aplauso colectivo.
Requisitos Recordar que es una dinámica de rompehielos y no de presentación. Por ello podemos ser
y flexibles con la elección de la pareja.
disposición
del espacio
LAS BALSAS
Desarrollo El grupo reunido empezará a caminar por la sala. Julia dirá consignas para agruparse, por
ejemplo «por grupos de 3 personas». Conforme pase el tiempo se pueden hacer variantes de este
juego, intentando que se agrupen por distintas categorías, como pueden ser hobbies, estilo de
música que les guste, etc. Puede hablar tantas consignas como Julia estime.
Desarrollo El grupo se colocará en círculo y se pedirá un voluntario/a para iniciar la dinámica. Este
comenzará a decirle a su compañero/a de al lado: «he estado en (cualquier ciudad/lugar)», y acto
seguido el compañero le preguntará «¿y qué me has traído?» El voluntario/a que empezó la
dinámica inventará un objeto (por ejemplo, un yoyó) y recrea el típico movimiento de dicho
objeto. Ahora la persona que preguntaba: «¿y qué me has traído?» realizará el movimiento de
dicho objeto y pasaría a decirle a su compañero/a siguiente «he estado en (cualquier
ciudad/lugar)», y este le preguntará «¿y qué me has traído?». En este caso esa pregunta irá
pasando de un compañero/a a otro/a, hasta que llegue al voluntario/a que inició la dinámica. Así
hasta completar el círculo. Cuando el primer voluntario crea oportuno, repetirá la misma
136
dinámica pero hacia el otro sentido del círculo, con las mismas preguntas, pero inventándose
lugares y objetos distintos. Puede haber tantos lugares y objetos como se deseen.
Requisitos Es recomendable que al inicio de la dinámica se comience con un ritmo más lento, y que
y progresivamente vaya aumentado de velocidad para obtener mejores resultados.
disposición
del espacio
Desarrollo Se colocan sillas en un círculo, una más del total de participantes, y todos se sientan. El
participante que tiene a la derecha la silla libre comienza el juego. Este empieza diciendo la
palabra «yo» y se sentará en la silla que estaba libre, el siguiente dirá «soy» y se sentará en la
silla que su compañero ha dejado libre, y así sucesivamente hasta decir todas las palabras de la
frase «yo soy compañero de». El participante que sigue después de la palabra «de» dirá el
nombre de un compañero del grupo. La persona nombrada tendrá que levantarse y sentarse en la
silla que había quedado libre, antes de que sus compañeros la retengan. El juego comenzará de
nuevo por la persona que tenga la silla libre a la derecha.
Requisitos Se necesitará que el grupo esté sentado en círculo, quedando una silla libre para el
y desplazamiento.
disposición A medida que conozca el funcionamiento de la dinámica es recomendable que suban la
del espacio velocidad de ejecución.
LOS POST-IT
Desarrollo A cada participante se le entrega un post-it y escribe su nombre en él. Cuando todo el alumnado
haya finalizado, el grupo se coloca en círculo con los post-it boca abajo, de modo que nadie
pueda leer el nombre que hay escrito. Cada participante tendrá que ir pasando el post-it hacia la
derecha. En el momento que se están pasando los post-it, Julia dará alguna consigna para que se
realice con el compañero que les ha tocado, por ejemplo: «devuelve el post-it a la persona x». Y
cuando ella diga «stop», cada miembro del grupo buscará al compañero e intercambiarán los
post-it. Cuando todos hayan acabado se comenzará de nuevo, cambiando las consignas.
LA TELARAÑA
Objetivos Conocer el nombre y algunos datos básicos de las personas que componen el grupo.
Desarrollo El alumnado se coloca en círculo y Julia entrega un ovillo de lana a una persona, la cual tiene
que decir su nombre y alguna característica o cualidad suya. Después este coge la punta del
cordel y lanza la madeja a otro compañero, quien a su vez debe presentarse de la misma manera.
137
La acción se repite hasta que el grupo quede enlazado en una especie de telaraña.
Una vez presentados todos, la persona que se quedó con la bola tiene que devolverla al
compañero o compañera que se la envió, repitiendo los datos de este, e irá recogiendo el hilo de
la madeja. Este proceso se repetirá hasta que regrese a Julia, quién inició la dinámica.
AUTOPRESENTACIONES
Desarrollo Todos los miembros del grupo (incluida Julia) deben escribir por turno su nombre en la pizarra.
Cada persona deberá decir algo de sí misma. Se aconseja que Julia intervenga la primera y luego
se establezca un orden. Cuando alguno no sepa qué decir, se le puede estimular preguntándole
una afición o un gusto.
ENTREVISTAS SIMULTÁNEAS
Desarrollo Se divide el grupo en dos subgrupos con el mismo número de alumnos y alumnas. Se forman dos
círculos concéntricos y se coloca un grupo mirando hacia dentro y el otro grupo se coloca
mirando hacia fuera, de tal forma que cada persona de un círculo tenga enfrente a la del otro.
Durante 2 o 3 minutos el círculo interior entrevistará a los compañeros y compañeras del círculo
exterior. Concluido el tiempo se intercambiarán los papeles. A continuación cada alumno
presentará al grupo a la persona que haya conocido.
TARJETA DE VISITA
Objetivos Aprender los nombres mediante la visualización y conocer las características personales de los
miembros que forman el grupo.
Desarrollo Cada alumno o alumna escribe con letras grandes su nombre y apellido. En el ángulo superior
derecho dos adjetivos que describan su personalidad. En el ángulo superior izquierdo dos
aficiones o deportes. En el ángulo inferior derecho la profesión que le gustaría tener. En el
ángulo inferior izquierdo dos países o ciudades que le gustaría visitar.
Se colocan las tarjetas en la ropa y se pasean por clase durante unos 10 minutos, dependiendo
del tamaño del grupo. Al finalizar depositan su tarjeta en una cesta. A continuación se irán
sacando de una en una las tarjetas para averiguar de qué persona se trata.
138
disposición
del espacio
EL BAZAR MÁGICO
Objetivos Profundizar en el conocimiento interpersonal a través de las cualidades que desearíamos tener y
abandonar aquellas que rechazamos.
Proyectar la autoestima personal.
Desarrollo Julia indica la simulación: «Imaginaros que nos encontramos dentro de un gran bazar, una tienda
mágica donde hay de todo. Cada uno puede coger la característica que más desearía tener y
puede dejar la que menos le guste de sí mismo». Una vez que han pasado todos por el bazar
(mesa de Julia), se hace la puesta en común comunicando las razones de las elecciones y los
rechazos.
ENTREVISTA COLECTIVA
Objetivos Crear interrelaciones en el grupo, conocer los intereses, inquietudes y puntos de vista del
alumnado.
VALENTINAS
Desarrollo Cada alumno o alumna escribe su nombre en un papel, se deposita en una bolsa y a continuación
cada persona extrae un papel, donde deberá escribir o dibujar algo bonito para la persona de la
tarjeta. Se le hace llegar sin que sepa quién ha sido el autor o autora, depositándolas de nuevo en
la bolsa y leyéndolas en público.
¿QUÍEN FALTA?
Objetivos Mostrar interés hacia los demás, fijándonos los unos en los otros.
139
Desarrollo El grupo deberá colocarse formando un círculo. A continuación, todos deberán cerrar los ojos o
colocarse una venda. Julia seleccionará a un miembro del grupo para pedirle que salga del aula.
Al cabo de unos minutos se quitarán la venda de los ojos y tendrán que adivinar quién falta.
ASAMBLEA
Objetivos Aprender a escuchar, reflexionar y tomar decisiones en grupo, fomentar el diálogo y la expresión
en público.
Desarrollo Se establece un orden del día acerca de los temas a tratar (normas de convivencia, conflictos en
clase...). Julia informa acerca de la temática, se establece un turno de palabra y finalmente se
llega a unas conclusiones, que deben recogerse en un acta que refleje los acuerdos y soluciones.
COMISIÓN
Desarrollo Un grupo de alumnos y alumnas se encarga de estudiar a fondo temas que requieran especial
dedicación; por ejemplo, el material de clase, el cumplimiento de las normas, la limpieza del
aula... Una vez finalizado el trabajo, la comisión da cuenta al grupo de compañeros/as mediante
un documento o informe.
Requisitos Documentación abundante sobre el tema, y realizar por parte de la comisión entrevistas con
y personal e instituciones implicadas.
disposición
del espacio
TORBELLINO DE IDEAS
Objetivos Tiene por objetivo crear un clima permisivo, despreocupado, sin críticas, libre de
tensiones...Permite hallar nuevas posibilidades en cualquier campo y nos enseña la multiplicidad
de soluciones que puede tener una misma cuestión.
Procura básicamente desarrollar y ejercitar la imaginación como fuente de innovación,
descubrimiento, nuevas soluciones, etc.
Desarrollo Julia plantea el problema a tratar, se nombra a un secretario o secretaria y se abre un turno de
palabra. La tutora solo interviene para dar la palabra o animar a los más tímidos. No se deben
censurar ideas ni de forma oral ni gestual. Seguidamente se analizan las ideas según unos
criterios determinados y se realiza conjuntamente una síntesis que dará lugar a unas
140
conclusiones finales.
ESTUDIOS DE CASOS
Desarrollo Esta técnica consiste en estudiar un «caso» por parte del grupo, entendiendo por caso la
descripción completa de una situación real. Una de las características de esta técnica es que
pueden proponerse distintas soluciones por parte de los miembros del grupo, ya que cada
alumno o alumna posee unos conocimientos, experiencias y motivaciones diferentes. El caso
puede presentarse por escrito, de forma verbal, en vídeo...Una vez expuesto, el grupo estudia el
caso expresando sus opiniones y finalmente se realiza una síntesis de las posibles soluciones de
manera consensuada.
Requisitos Los diferentes grupos se formarán con un número similar de alumnos. Se elegirá en cada grupo a
y un representante, para que sea el interlocutor con el moderador y con el resto de los grupos.
disposición Esta técnica podría emplearse para determinar las características que debe tener el delegado de
del espacio clase.
LA VENTISCA
Desarrollo Se organizan en parejas. Un miembro de la pareja cierra los ojos y cruza los brazos a la altura del
pecho. El compañero o compañera le pone las manos en los hombros, le hace caminar y le
orienta para que avance con lentitud, intentando que sortee los obstáculos sin chocar. Con
posterioridad se intercambian y finalmente se dialoga sobre la experiencia.
IMPRESIONES MODIFICADAS
Objetivos Experimentar los cambios producidos en las actitudes de los miembros del grupo.
Evaluar las experiencias vividas en el grupo.
Desarrollo Cada integrante del grupo debe exponer qué pensó o sintió al ver por primera vez a sus
compañeros, y cómo ha ido cambiando a lo largo del curso. Pueden contestarse a las siguientes
preguntas: ¿Os acordáis cómo veíais a vuestros compañeros al comienzo? ¿Cómo los veis ahora?
141
Analizar las relaciones existentes en el grupo.
Desarrollo Se entrega a cada miembro del grupo un folio en blanco para que represente, de una forma
simbólica, su visión del grupo y su posición. Concluido el dibujo cada participante expone los
criterios que ha usado para realizar el dibujo. Analiza qué ha descubierto, qué ha sentido, qué ha
vivido y cómo ve a los demás.
NOS ORDENAMOS
Desarrollo La dinámica consiste en que el grupo se ordene a través de la consigna que dé el tutor/a.
En una primera versión tenemos que vendar a todos los miembros del grupo y tendrán que
ordenarse por estatura. Pueden hablar del desarrollo de la dinámica.
En una segunda versión estarán con los ojos destapados, pero sin poder hablar. En esta versión
tendrán que ordenarse por edades utilizando la mímica.
«PHILLIPS 6/6»
Objetivos Esta técnica se aplica a grupos de más de 20 personas, teniendo como objetivos:
— Permitir y promover la participación de todos los miembros de un grupo, por grande que sea.
— Obtener las opiniones de todos los miembros en un tiempo breve.
— Llegar a la toma de decisiones, obtener información o puntos de vista de gran número de
personas acerca de un tema.
— Facilitar la superación de algunos temores para hablar ante un grupo grande.
Desarrollo Se formula la cuestión a trabajar, por ejemplo los beneficios y perjuicios del juego de Fortnite. Se
realizan subgrupos de 6 personas, que discuten el tema durante 6 minutos, avisando un minuto
antes de su finalización. El secretario o secretaria de cada grupo toma nota de los puntos de vista
que resume al grupo-clase. Cada miembro del subgrupo dispone de un minuto para dar su
opinión, que Julia anotará, para después realizar una síntesis y exponer las conclusiones.
TÉCNICA MOSAICO
142
Desarrollo Se forman pequeños grupos que interaccionan entre sí. El material académico sobre el tema
estará dividido en tantos fragmentos como miembros tiene el equipo. En este caso se plantean las
diferentes técnicas de estudio. Los miembros de cada grupo estudiarán con los otros miembros de
los demás equipos que tienen su mismo tema. Tras haber preparado el tema asignado, volverá a
los equipos iniciales para explicarles a sus compañeros/as lo aprendido. Finalmente, Julia somete
al grupo a preguntas sobre el tema.
Desarrollo Se piden voluntarios para mantener una discusión en grupo, y se sitúan en el centro del aula. Julia
da unas instrucciones: «Sois una comisión del Centro encargada de organizar una fiesta de fin de
trimestre, dejando ultimados todos los detalles de su organización». Posteriormente se analiza en
gran grupo cómo se ha organizado, observando si ha habido moderador, qué funciones ha
desempeñado cada miembro, si ha sido eficaz su actuación, etc.
GRUPO DE DECISIÓN
Desarrollo Pueden seguirse los siguientes pasos: investigación del problema, definición, análisis de las
causas, implicaciones y consecuencias, aportación de posibles soluciones, crítica de las
propuestas, votación de la solución y programa de acción: qué, quién, dónde, cuándo, cómo y
con qué medios.
Requisitos Se divide en grupos, con un número de miembros equilibrados. Cada grupo elegirá un
y representante para exponer las soluciones acordadas.
disposición
del espacio
EXPECTATIVAS/MIEDOS/DUDAS
Desarrollo Cada participante escribirá en seis post-it sus expectativas, temores y dudas, dos post-it para
cada apartado, sobre aquello que Julia esté interesada en conocer, como por ejemplo el
desarrollo del curso académico (notas, asignaturas...) o las relaciones con sus compañeros.
Cuando hayan terminado se pondrán en común, colocando los post-it sobre el papel continuo,
agrupándolos con aquellos que contengan ideas similares o parecidas. Julia tomará nota de todas
las ideas que salgan.
Al final se obtiene una fotografía de las expectativas, miedos y dudas con los que el grupo inicia
su camino. Esto servirá de espejo para el grupo y para Julia.
Requisitos Los materiales necesarios serán bolígrafos/ lápices/ rotuladores, post-it/recortes de folio y papel
y continuo.
disposición Se puede usar recortes de imágenes de vagones, vías de tren y rocas para simbolizar las
del espacio expectativas, temores y dudas, dotándolos de un sentido metafórico.
143
El BARÓMETRO DE VALORES
Desarrollo Consiste en plantear un enunciado o una pregunta, donde el alumnado deberá situarse a un lado u
otro si están de acuerdo o no con el enunciado expuesto. Una vez situados en cada lugar se inicia
el debate. En el transcurso del debate, si alguien se convence por los argumentos de una de las
personas del otro bando, puede cambiar de lugar.
Esta dinámica se utiliza para provocar debate, buscándose la controversia, la disparidad de
opiniones, pues es el mejor terreno desde el que se crece y se aprende. En este terreno, Julia
puede utilizar la pregunta como herramienta al servicio del aprendizaje.
ROLE-PLAYING
Desarrollo El juego consiste en hacer una simulación real de una situación problemática y el deseo
de resolución y comprensión. Se pueden seguir los siguientes pasos:
— Seleccionar a los alumnos/actores analizando los roles a desempeñar. Julia no los
impone, lo importante es que el alumno o alumna quiera jugar el rol.
— Preparar el escenario y encomendar tareas de observación a los observadores de la
situación.
— Representación breve, pero dando lugar a que se manifiesten los roles y los aspectos
relevantes de la situación.
— Discusión y evaluación en principio de la representación de forma espontánea y más
tarde del tema propuesto.
— Lo importante es la discusión de actitudes, sentimientos y comportamientos.
Desarrollo Consiste en demostrar vivencialmente los aspectos de la creación del rumor a través de sucesivas
versiones sobre un hecho o relato. Para ello se pide a 5 o 6 personas que salgan de clase. Se hace
pasar a la primera, se le cuenta una historia y se le pide que se lo cuente al siguiente
compañero/a, y así sucesivamente. Entretanto, el grupo clase ve cómo se va modificando la
versión con respecto al relato inicial.
Desarrollo Consiste en elaborar proyectos referidos a una hipotética situación de futuro. Por ejemplo, se le
144
invita al alumnado a crear su historia personal desarrollando una actividad profesional (en qué
consiste, dónde, con qué tipo de personas...).
TÉCNICA DE RIESGO
Desarrollo Formulación de la situación, real o hipotética, que produce temor. Los miembros del grupo se
expresan ante este temor y se anotan los peligros y riesgos. Se observa la aceptación o rechazo
del grupo hacia un determinado riesgo y finalmente se buscan soluciones conjuntas.
DEBATE DIRIGIDO
Desarrollo Julia facilita el tema a tratar con suficiente antelación para que el alumnado se documente e
incluso aporte fotografías, pruebas gráficas, etc., durante el debate.
Se formarán dos o tres grupos, que de manera distendida intercambiarán información. Cada
grupo elige a un secretario, que tiene por misión ayudar a Julia. No se rechaza ninguna opinión,
aunque parezca descabellada. Se alentará y reforzará a los/as más tímidos/as, y finalmente se
elaboran unas conclusiones.
145
ANEXO II: POSIBLE CUESTIONARIO PARA LA ELABORACIÓN
DEL SOCIOGRAMA
146
FUENTE: elaboración propia.
147
FUENTE: Casanova (1991:46).
148
5
¿Estás «in» o «out»? Tendencias emergentes
para trabajar sesiones de acción tutorial
M.ª PILAR GUTIÉRREZ ARENAS
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
La situación que se ha descrito en la clase de Marta resulta cada vez más cotidiana en
las aulas. El alumnado está cada vez más desmotivado y le cuesta mantener la atención.
Como tutora, Marta podrá actuar desde varios frentes. Por un lado, como es tutora de
149
ese grupo y cuenta con más horas de clase que el resto de compañeros, puede intentar
llevar a cabo en las asignaturas que ella misma les imparte (Lengua, Matemáticas,
Sociales, Naturales y Educación Artística —Plástica—), y en segundo lugar deberá
hablar con el equipo docente para plantear una acción conjunta, ya que en las reuniones
de equipo se ha puesto de manifiesto esta situación. De este modo, las medidas que se
acuerden tendrán más calado en el alumnado y se asegurará el trabajo en equipo del
profesorado, a la vez que se proporciona un enfoque interdisciplinar para que se
desarrolle un proceso de enseñanza y aprendizaje competencial.
Sin embargo, la situación que se le plantea a Marta no es una mera cuestión
curricular, sino que se trata de una actitud, de una mirada hacia otras formas de entender
la educación.
150
Pero también la legislación vigente establece la necesidad de aportar al alumnado
competencias digitales a través de las diferentes áreas curriculares, de tal forma que estos
adquieran las habilidades necesarias para poder ser competentes frente a la actual
sociedad de la información. En este sentido, el Decreto 97/2015, de 3 de marzo, por el
que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria en la
Comunidad Autónoma de Andalucía, expresa que en sexto curso el alumnado cursará la
asignatura de libre configuración «Cultura y Práctica Digital».
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son ya, por tanto, un
referente en todos los ámbitos de la sociedad. La era digital, basada en la virtualización y
el trabajo en red, está cambiando no solo la información, sino el contexto donde se
produce (Kerckhove, 2005).
La actual sociedad de la comunicación plantea que los escenarios actuales y futuros
en educación sean cambiantes. Es por ello que para poder garantizar una educación y
formación de calidad a la futura ciudadanía, de manera que sea lo más cercana posible a
la realidad de los nativos digitales, se hace necesario que los docentes y los sistemas
educativos se replanteen nuevos espacios formativos, que incluyan nuevos contenidos
educativos, haciendo hincapié en la relevancia que tienen los contenidos educativos
digitales, y metodologías adecuadas que incidan en los procesos de enseñanza-
aprendizaje (Moya, 2013).
Hace tiempo que la escuela ha querido incorporar las TIC al ámbito educativo,
teniendo como objetivo la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Sin
embargo, de la sociedad de la información en la que empezamos a manejar las TIC,
pasamos a la Sociedad del Conocimiento, en la que el uso de las tecnologías ya no es
tanto el acumular y gestionar información, sino que su importancia radica en que esa
información se transforma en conocimiento, por lo que las tecnologías deben facilitar el
acceso al conocimiento y a su aprendizaje. Es entonces cuando empezamos a hablar de
TAC, es decir, tecnologías del aprendizaje y del conocimiento.
La manera de desarrollar una buena utilización de las TIC y las TAC en entornos
educativos es teniendo en cuenta los siguientes aspectos (Moya, 2013):
151
Este contexto genera una necesidad de alfabetización digital que tiene que ver con el
saber utilizar estas tecnologías en entornos educativos. El tutor o la tutora debe ser
competente también en el tratamiento de la información y en la competencia digital que
llevará a su día a día en las aulas. Es entonces cuando la función docente cobra
relevancia. Diferentes autores consideran fundamental capacitar al docente para que sea
competente en el uso y apropiación de las TIC con sentido pedagógico (Pinto, Cortés y
Alfaro, 2017).
Sin embargo, pese a las iniciativas para formar al profesorado y las propuestas para
generar espacios innovadores en el aula de la era digital, se observa que continúan las
metodologías tradicionales de enseñanza, y que la utilización de las TIC poco impacta en
las formas de enseñar y aprender. En este contexto es donde surge un nuevo concepto,
las tecnologías para el empoderamiento y la participación (TEP), término propuesto por
Reig (2011). Se trataría de percibir las tecnologías no como meros recursos educativos,
sino también como instrumentos para la participación y la colaboración de docentes y
discentes, que además no tienen que estar situados en el mismo espacio y tiempo. Se
parte de que el aprendizaje no tiene solo una dimensión individual, sino también social,
ya que la formación implica aprender en comunidad y ser capaz de interactuar y
colaborar para construir el conocimiento (Cabero, 2015). El aprendizaje ya no se
produce solo en las instituciones educativas, sino que cada vez está más presente en
otros contextos diferenciados.
Por su parte, Pinto, Díaz y Santos (2018) nos proponen el modelo espiral de
competencias TICTACTEP, que busca el fortalecimiento de las competencias digitales
en docentes, desde procesos construccionistas de aprendizaje, que implican pasar del uso
instrumental de las TIC a usos con intencionalidad pedagógica relacionados con las
tecnologías para el aprendizaje y conocimiento (TAC), y avanzar hacia la movilización
digital e innovación educativa con el uso de la tecnología digital, como las tecnologías
para el empoderamiento y la participación (TEP).
Según estos mismos autores, la esencia construccionista de este modelo se basa en la
autonomía que tiene el individuo para avanzar en el desarrollo de habilidades
tecnológicas, pedagógicas, comunicativas, de gestión e investigativas. La meta del
modelo es formar a un docente innovador que utilice las TIC en educación para
promover procesos de aprendizaje centrados en el estudiante (p. 42).
Otro aspecto que se ha de considerar en el aula es el uso de Internet, que se constituye
como un entorno de intercambio y creación de conocimiento en el que las barreras
naturales desaparecen y los vínculos de enseñanza-aprendizaje llegan prácticamente a
todos los rincones.
En la sociedad es donde mejor se aprecian estas modificaciones, tanto en la vida
laboral de su ciudadanía como en los hábitos que desarrollan a diario, que van desde las
diferentes formas de relacionarse hasta los contenidos de los tiempos de ocio. Esta
realidad está transformando no solo la sociedad, sino las relaciones que se establecen
152
entre los seres humanos. Hoy estamos más comunicados que nunca, y sin embargo
apenas prestamos atención a las personas que nos rodean.
La comunicación digital está dando lugar, en muchos casos, a un aislamiento social,
sobre todo en los más jóvenes. En este sentido, Schwarz (2011) sugiere que los jóvenes
se están alejando de la primacía del teléfono o de la interacción cara a cara, pasando a la
comunicación basada en texto, especialmente mensajería, como método preferido de
comunicación instantánea. Las redes sociales permiten una nueva forma de comunicarse,
de relacionarse y de crear comunidades (Varas, 2009).
Esta realidad fuera del contexto escolar es también percibida por el profesorado
dentro del mismo. Influye en el tipo de alumnado que conforman las aulas, pero también
afecta a la escuela y a la familia de forma directa.
Sin embargo, la realidad educativa de las aulas es bastante dispar. Para dar un mayor
impulso a la integración de las tecnologías en el aula, se debe establecer para ello, sobre
todo, una reformulación metodológica. Debemos conseguir que la comunidad educativa
se convierta en una auténtica comunidad de aprendizaje, en la que están involucrados
todos sus miembros, siendo las TIC el hilo conductor principal de las relaciones. De
acuerdo con Elboj et al. (2002), se trata de un proyecto de transformación social y
cultural que, entre otros objetivos, persigue conseguir una Sociedad de la Información
para todas las personas, desde el propio centro y todos los que conviven en él, hasta las
familias. La educación, así concebida, lleva al tutor a una relación con el alumnado que
no solo se reduce a los espacios cerrados, sino que se enfoca hacia el futuro, al mismo
tiempo que convierte el aula en un lugar donde intervienen padres, madres, voluntarios,
etc. En un futuro inmediato, será la forma en la que el tutor o la tutora actúe, mezclando
el rol tradicional con el virtual (Blended learning o aprendizaje combinado). Por tanto,
las funciones docentes y orientadoras podrán llevarse a cabo mediante el uso del correo
electrónico, los foros de discusión, las videoconferencias, las wikis o las aplicaciones
informáticas multimedia, pero siempre teniendo en cuenta que las clases y la relación
más usual con el alumnado seguirá siendo directa y presencial.
Centrándonos en las labores de acción tutorial, existen numerosas herramientas que
podrían, de una manera u otra, tener su proyección en esta labor (televisión y vídeo en
formato digital, ordenador, ortografía digital, páginas y portales web, redes telemáticas,
videoconferencia, programas informáticos, etc.). Pero sin duda, lo que marca un antes y
un después en la labor tutorial son las herramientas de comunicación, aquellas que
posibilitan que la relación con sus compañeros, con el alumnado, con los padres y con la
comunidad educativa en general, sean efectivas y continuadas (véase capítulo 6). Estas
herramientas otorgan una nueva dimensión a la tutoría, por cuanto confieren a la misma
la posibilidad de adaptarse a las necesidades que se presentan en cada momento.
Para que ello sea posible, es preciso que el docente (y en este sentido también el tutor
o tutora, orientador u orientadora y demás profesionales responsables del aprendizaje)
trabaje críticamente con las tecnologías, utilizándolas pedagógicamente, cooperando con
153
el alumnado y enseñándoles a aprender.
Dentro de las herramientas de comunicación podemos hacer una distinción entre
síncronas, que sitúan la comunicación en un momento real, y asíncronas, que permiten a
los interlocutores hacer intercambios en momentos temporales diferentes (figura 5.1).
Ambas características son especialmente útiles para el tutor o la tutora, pues confieren a
cada mensaje una mayor o menor urgencia, en función de las necesidades.
154
forma, el foro puede contribuir a la resolución de problemas, por cuanto se puede
dejar en el mismo, a disposición de alumnos, un repositorio de dudas y respuestas
sobre temas tutoriales diversos.
c) Correo electrónico. De todas las herramientas de las que estamos hablando en este
apartado podemos considerar que es la más privada de todas en cuanto al envío y
recepción de mensajes, además de tener mucha fiabilidad. En la actualidad, las
mismas plataformas virtuales suelen incorporar un sistema de mensajería interna
para la comunicación de sus miembros. En la educación, el correo electrónico
favorece la participación de los alumnos que habitualmente se sienten inhibidos en
las situaciones presenciales, permitiendo así una mayor interacción con el tutor
(Pantoja, 2004).
d) Blog. Es un sitio web compuesto por textos escritos individualmente por el autor
del mismo, que se disponen de forma cronológica. Estos quedan publicados y
archivados con su propia dirección URL a modo de enlace permanente con fecha y
hora (Orihuela, 2006). A pesar de ser una idea personal, los blogs tienen ya
versiones cooperativas, donde se exponen ideas y los lectores pueden escribir sus
comentarios. Se pueden utilizar también para mostrar textos escritos o recopilados
por el alumnado, sus razonamientos a favor o en contra, expresar sus ideas, hacer
algún tipo de rectificación una vez realizadas diversas intervenciones, etc.
e) Wiki. Esta herramienta es la que más ha apostado por el trabajo cooperativo en la
red, por su capacidad para construir documentos web entre varios miembros.
Consiste en un gestor de contenidos (denominado wiki), que permite una edición
sencilla de las páginas y mantiene un histórico de las modificaciones realizadas y
las personas que las realizaron. Para el tutor o la tutora, esta herramienta supone
generar actitudes cooperativas en el alumnado, de tal forma que, si se crea un
repositorio de información sobre algún tema de interés para la tutoría, los
estudiantes puedan aportar también su conocimiento y su experiencia. Los
resultados que se vayan produciendo podrán ser consultados y mejorados de nuevo
por la comunidad de aprendizaje, si así lo desea.
a) Páginas web. Es el medio a través del cual se ofrece hoy día la mayor parte de la
información, integrando imágenes, texto, audio o vídeos y otros tantos materiales
dinámicos o estáticos. Los distintos menús que las configuran, los hipervínculos o
el hipertexto facilitan enormemente la comunicación dentro de las secciones de las
mismas. El tutor o la tutora puede ofrecer servicios muy diversos en su página
web, así como materiales y recursos propios o recopilados, que facilitarán a su
alumnado y familiares una serie de tareas que pueden haber sido tratadas
previamente en la entrevista tutorial; por ejemplo, ejercicios de refuerzo
155
autocorrectivos, documentos sobre temáticas diversas, recomendaciones o una
agenda con las principales fechas que deben tenerse en cuenta.
b) Plataformas educativas. Es un vehículo ideal en el proceso de comunicación y de
trabajo. Por su interactividad y facilidad para la personalización, constituye un
auténtico entorno virtual de aprendizaje (EVA). Su principal virtud reside en que
cada usuario se identifica en el sistema informático, por lo que todas sus tareas
tienen un seguimiento diferenciado, de forma que pueden realizarse acciones
cooperativas, guardar un trabajo realizado para continuarlo en otro momento u
obtener indicaciones concretas del tutor que no ven el resto de usuarios. Se definen
como:
(...) espacios de aprendizaje dominados por las TIC que permiten una simulación
en tiempo real de las condiciones que se dan en un aula presencial y que ofrecen
condiciones técnicas para el desarrollo de estrategias interactivas y la consecuente
construcción colaborativa del conocimiento, aunque en este caso docente y
discente se pueden encontrar a miles de kilómetros de distancia» (Pantoja y
Zwierewicz, 2008, p. 285).
156
a) Permite colocar recursos variados para formar una unidad de contenidos.
b) Se puede plantear un sinfín de actividades que se pueden integrar en la aplicación.
c) Las tareas son evaluadas según criterios de evaluación variables.
d) Integra en una única pantalla información completa de manera útil y
personalizada.
e) Proporciona una información exhaustiva de la actividad de cada estudiante y
permite el análisis de la información y la descarga de la misma a una hoja de
cálculo o documento de texto.
f) Permite un acercamiento a los temas desde muchos enfoques, con actividades
múltiples y variadas que ponen en juego distintas capacidades (análisis, búsqueda
y selección de información, elaboración de información, crítica...).
g) La motivación de los alumnos es excelente.
h) Permite que cada estudiante tenga su propio ritmo de trabajo.
i) Los estudiantes se familiarizan rápidamente con el entorno de la plataforma.
j) La evaluación es continua y permanente: todo se comenta por todos y se evalúa.
k) El profesor da feedback continuo y los estudiantes demandan esta actividad.
Por tanto, Moodle se revela como una herramienta pedagógica indispensable para
aquellos docentes que apuesten por el aprendizaje significativo y colaborativo como base
para los procesos de enseñanza-aprendizaje como complemento a la educación
presencial.
No basta con utilizar algunas de las herramientas descritas hasta ahora para conseguir
una verdadera integración de las TIC en la acción tutorial. Para que esto sea posible se
necesita que el sistema educativo sea considerado como un todo, que permita tanto el
uso de nuevas herramientas como la producción de aprendizaje y la generación de
nuevos esquemas de organización (López, 2004).
Una forma especializada de EVA son los entornos virtuales de orientación y tutoría
(EVOT), que cuentan con un amplio repertorio de funciones que favorecen notablemente
la relación entre tutor, alumnado y familias. A través del EVOT será posible unir la
acción tutorial presencial y virtual en aspectos tales como (Pantoja, 2006, p. 9):
157
como estrategia principal del aprendizaje, forzándoles a articular y comunicar sus
ideas y a compararlas con las de otros. Se utilizan discusiones asíncronas y de
solución de problemas en grupo entre los estudiantes que participan en las mismas
líneas de discusión. El tutor o tutora, como mediador, debe ser capaz de fortalecer
las relaciones entre los estudiantes, apoyando de manera muy concreta el
aprendizaje compartido y las ayudas en red.
d) Comunidades digitales de aprendizaje. Permiten aumentar y acelerar el
aprendizaje de forma global e individual, a la vez que cuentan con mecanismos de
evaluación y de control de la participación. Cada aula formaría una comunidad,
dentro de la cual se podrían crear subgrupos de dos o tres alumnos. Para el tutor o
tutora constituyen un auténtico reto, al hacer que entre en funcionamiento todo un
conjunto de procesos novedosos que pondrán en juego sus capacidades para
orientar en los EVOT: transmitir autoconfianza, motivación y entusiasmo hacia el
estudio; crear sensación de cercanía en la distancia; tener actitudes positivas;
ayudar a la comprensión de contenidos complejos; adaptar el aprendizaje a cada
alumno; hacer los materiales más intuitivos; crear un auténtico clima de
colaboración, etc.
e) Atención al fracaso escolar. Parte del refuerzo pedagógico que el niño recibe en el
centro puede ser completado en horario no lectivo de forma telemática. El docente
directamente implicado, bajo la coordinación del tutor o tutora, puede dejar en la
red determinados materiales que, de forma autónoma, el niño trabaja (ayudado en
algunos casos por sus padres) e incluso puede autocorregir.
f) Colaboración entre tutores. El trabajo en equipo se verá fortalecido enormemente
mediante el uso de la red, porque será necesario repartir las tareas y estar de
acuerdo en las acciones que se deben seguir. Al mismo tiempo, podrá existir un
trabajo compartido con otros colegas de centros cercanos o distantes y podrán
intercambiar con ellos experiencias, materiales, etc.
g) Atención a la diversidad e interculturalidad. El uso de Internet en la acción
tutorial permitirá que muchas prácticas, que hoy en día se considera que chocan de
frente con la atención a la diversidad, por sus características individualistas
basadas en rutinas memorísticas desconectadas de la realidad, den paso a una
verdadera educación inclusiva donde esté presente la interactividad y la
construcción colaborativa del conocimiento. Por ejemplo, mediante el uso de las
TIC se pueden poner en acción mejores o nuevos aprendizajes, establecer con ellas
innovaciones pedagógicas y cambios organizacionales, facilitar los procesos de
comunicación y la ruptura de la unidad de tiempo, espacio y acción, que es donde,
por lo general, se desarrolla la acción formativa tradicional.
Sin duda, el reto principal en los EVOT, por la novedad y por la falta de tradición
hasta el momento, será adoptar el rol de tutor o tutora virtual. La complejidad del
158
discurso electrónico y las dificultades que encierra el no tener contacto directo con la
otra persona obligan a asumir cambios en las relaciones, por más que las videocámaras
permitan cada vez imágenes más reales. Este desafío precisa de un tutor o tutora que
tenga las características básicas que se indican a continuación (Pantoja y Zwierewicz,
2008, p. 288):
El uso de las TIC por parte del tutor o tutora favorecería el poder realizar actividades
que antes no existían o eran difíciles de conseguir sin el uso de las mismas, como
podemos apreciar en el cuadro 5.1.
A estas funciones se añaden otras que el tutor o tutora virtual desarrolla, entre las que
destaca la orientadora (Cabero, 2005, p. 139):
159
incluir en el uso de los EVOT una propuesta dirigida a la adquisición de habilidades y
competencias para trabajar con las TIC y dominar con fluidez la plataforma educativa.
La formación previa de los usuarios, tanto alumnado como profesorado (alfabetización y
educación digitales), es imprescindible para facilitar y agilizar el uso de las herramientas
disponibles, acceder a las informaciones e intervenir en actividades interactivas.
Todos los campos científicos han evolucionado notablemente durante el último siglo;
entre ellos se encuentra la investigación educativa, que ha ido generando algunas
transformaciones en los sistemas educativos. Entre estos cambios se encuentra una
mayor democratización, incorporando a las madres y padres, algunos intentos de
metodologías alternativas o algunas tecnologías que se aplican en el aula. Sin embargo,
la educación actual ha ido evolucionando muy lentamente con relación a la velocidad
que la sociedad cambia, por lo que estos cambios parecen claramente insuficientes. Las
aulas han cambiado muy poco, así como los horarios y los criterios de agrupamiento del
alumnado, que siguen siendo muy rígidos, la enseñanza cooperativa y la innovación son
escasas, y la obsesión por los contenidos y por aspectos tan sesgados de la inteligencia
como la memoria siguen siendo prioritarios en muchos contextos (Cury, 2010).
La educación sigue estando excesivamente centrada en los contenidos, valorando
unas inteligencias más que otras, manteniendo una metodología excesivamente
tradicional e ignorando el desarrollo de la inteligencia emocional. Lo que pudo ser útil
hace una década es insuficiente en la actualidad. Se ha dejado en un segundo plano la
educación emocional, que, como están demostrando educadores, médicos o psicólogos,
es esencial en la sociedad actual. La importancia de las emociones en nuestras
decisiones, e incluso en los aprendizajes conceptuales, ha sido demostrada por diversos
autores, quienes reclaman que el sistema educativo incorpore la educación emocional al
currículo escolar (Sáenz-López y Heras, 2013).
La realidad del sistema educativo actual es que el alumnado se queja de lo aburridos
que son los contenidos y su profesorado. Es por ello que muchos sectores educativos
reclaman un cambio en la educación, una educación más global, más útil, en la que la
persona sea más importante que el contenido. Los cambios educativos a nivel
internacional suponen el paso de una educación centrada en la adquisición de
conocimientos a otro enfoque orientado al desarrollo de competencias (Bisquerra, 2016).
La educación emocional es una respuesta a las necesidades sociales que no están
suficientemente atendidas en el currículum académico ordinario. Entre estas necesidades
están la presencia de ansiedad, estrés, depresión, violencia, consumo de drogas,
suicidios, comportamientos de riesgo, etc. Todo ello es, en gran medida, consecuencia
del analfabetismo emocional (Bisquerra, 2013).
Al considerar el desarrollo integral de la persona como una finalidad del sistema
160
educativo establecido por la LOE (2006), modificada por LOMCE (2013), las
emociones, los afectos y las relaciones adquieren una mayor relevancia. En este
contexto, el profesorado se interesa cada vez más en los aspectos emocionales y
afectivos de las relaciones interpersonales de los estudiantes, considera la necesidad de
educar estos aspectos para el desarrollo armónico del alumnado y asume como tarea
propia la de enseñar a ser y a convivir, además de la de enseñar a conocer.
Las actividades que se desarrollan en el aula son el principal vehículo para la relación
entre el profesorado y el alumnado, y es allí donde se pone en juego la carga emocional y
afectiva. Es por ello que podemos considerar como fundamental la educación emocional
dentro del aula.
En este sentido, Bisquerra (2016) entiende por educación emocional el proceso
educativo, continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el
currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida, que
pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del
desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la
personalidad integral. Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades
sobre las emociones, con objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos
que se plantean en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el
bienestar personal y social.
La educación emocional conlleva el aprendizaje y la práctica en el aula de estrategias
cognitivas, repertorios comportamentales, valores, habilidades sociales y técnicas de
autocontrol que permitan a los alumnos y alumnas saber vivir satisfactoriamente consigo
mismos y con los demás (Blasco, Bueno, Navarro y Torregrosa, 2002). Supone pasar de
la educación afectiva a la educación del afecto. Hasta ahora la dimensión afectiva en
educación o educación afectiva se ha entendido como educar poniendo afecto en el
proceso educativo. Ahora se trata de educar el afecto; es decir, de impartir conocimientos
teóricos y prácticos sobre las emociones (Bisquerra, 2016).
La educación emocional requiere de una práctica continuada, y por eso debe iniciarse
en los primeros momentos de la vida y debe estar presente a lo largo de todo el ciclo
vital. Por tanto, debería estar presente en la educación infantil, primaria, secundaria,
familia, formación de adultos, medios socio-comunitarios, organizaciones, personas
mayores, etc. (Bisquerra, 2013).
Los objetivos generales de la educación emocional serían los siguientes (Bisquerra,
2016):
161
f) Desarrollar una mayor competencia emocional.
g) Desarrollar la habilidad de automotivarse.
h) Adoptar una actitud positiva ante la vida.
i) Aprender a fluir.
162
habilidades de vida y bienestar. Las competencias de estos bloques se pueden expresar
en los siguientes términos (Bisquerra y Pérez, 2017, pp. 9-12):
— Autoestima.
— Automotivación.
— Autoeficacia emocional.
— Responsabilidad.
— Actitud positiva.
— Análisis crítico de normas sociales.
— Resiliencia.
163
capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes prosociales, asertividad, etc.
Las microcompetencias que incluye la competencia social son las siguientes:
164
perseverancia en los proyectos, la resistencia a las frustraciones, el control de los
impulsos y la capacidad de demorar la gratificación y de regular los estados de ánimo y
mostrar empatía (Blasco, Bueno, Navarro y Torregrosa, 2002).
Por tanto, la inteligencia emocional comprende habilidades muy distintas de las
académicas, aunque complementarias. La podemos definir como la capacidad de
motivarnos a nosotros mismos, perseverar en el empeño a pesar de las frustraciones,
controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, conocer y regular nuestros estados de
ánimo y emociones, y la capacidad de empatía con los demás.
A principios de los años noventa Mayer y Salovey (1993) plantearon la teoría de
inteligencia emocional, entendida como la capacidad de controlar y regular los
sentimientos de uno mismo y de los demás, y utilizarlos como vía del pensamiento y la
acción. Asimismo, plantearon un modelo de inteligencia emocional que abarca cinco
componentes o dimensiones:
Todos los seres humanos nacemos con una serie de recursos innatos que nos permiten
crear nuestra autoestima y nuestro autocontrol. Sin embargo, al igual que la inteligencia
cognitiva se aprende, podemos trabajar la inteligencia emocional en la escuela a través
de ejercicios específicos (Flores, 2010).
Dada la importancia de la inteligencia emocional para que el alumnado aprenda a ser
y a convivir, será necesario hacer del aula un lugar donde todos puedan participar, donde
las decisiones se tomen con el máximo consenso, fomentando el respeto, la autonomía y
la autorregulación, y donde los alumnos y las alumnas se impliquen en la resolución de
los problemas interpersonales. La educación deberá estimular la interacción y el apoyo
165
social entre los alumnos y alumnas (Blasco, Bueno, Navarro y Torregrosa, 2002).
La escuela es una de las instituciones más importantes. A través de ella el niño y la
niña aprenderán y se verán influenciados, por lo que no debe ser únicamente un lugar
donde adquieren una serie de conocimientos. Es por ello que en la escuela se debe
plantear enseñar al alumnado a ser emocionalmente más inteligentes, dotándoles de
estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o,
al menos, que palien sus efectos negativos. Los objetivos que se persiguen con la
incorporación de la inteligencia emocional en la escuela serían los siguientes (Flores,
2010, p. 119):
166
c) Facilitar los procesos de toma de decisiones y responsabilidad personal.
d) Orientar personalmente al alumno.
e) Establecer un clima emocional positivo, ofreciendo apoyo personal y social para
aumentar la autoconfianza de los alumnos.
Igualmente, los tutores y tutoras no deben olvidar que una parte muy importante para
llevar a cabo estos objetivos es con la ayuda de las familias. Como todas las actuaciones,
se ha de trabajar con ellos para que desde casa sean también un modelo a seguir por sus
hijos e hijas. Es imprescindible llevar a cabo una actuación simultánea con familias y
alumnado, a través de reuniones y charlas, para llevar a cabo un seguimiento del
programa en casa.
167
diferentes capacidades, como por ejemplo la capacidad para identificar argumentos y
supuestos, reconocer relaciones importantes, realizar inferencias correctas, evaluar la
evidencia y la autoridad y deducir conclusiones (Furedy y Furedy, 1985).
Todas las definiciones que se puedan analizar asocian pensamiento crítico y
racionalidad. Es el tipo de pensamiento que se caracteriza por manejar y dominar las
ideas. Su principal función no es generar ideas, sino revisarlas, evaluarlas y repasar qué
es lo que se entiende, se procesa y se comunica mediante los otros tipos de pensamiento
(verbal, matemático, lógico, etcétera). Por tanto, el pensador crítico es aquel que es
capaz de pensar por sí mismo. El pensamiento crítico está formado tanto por habilidades
como por disposiciones, tal como lo han demostrado autores como Ennis (2011) y
Halone (1986), de conocimientos relevantes, como propone McPeck (1990), y
competencias metacognitivas (Kuhn y Weinstock, 2002). Las primeras hacen referencia
a las capacidades cognitivas necesarias para pensar de modo crítico, como centrarse,
analizar y juzgar. Las competencias metacognitivas se refieren a las disposiciones que
cada persona aporta a una tarea de pensamiento, rasgos como la apertura mental, el
intento de estar bien y la sensibilidad hacia las creencias, los sentimientos y el
conocimiento ajeno.
Por su parte, Campos-Arenas (2007) afirma que el pensamiento crítico es una
combinación compleja de habilidades intelectuales, que se usa con el fin de analizar
cuidadosa y lógicamente información, para determinar su validez, la veracidad de su
argumentación o premisas y la solución de una problemática.
El pensamiento crítico es indispensable e importante dentro de la educación. De
acuerdo con Paul y Elder (2004), se refiere al proceso de analizar y evaluar el
pensamiento con el propósito de mejorarlo. La clave de la conexión entre el aprendizaje
y el pensamiento crítico es la siguiente: La única capacidad que podemos usar para
aprender es el pensamiento humano. Si pensamos bien mientras aprendemos,
aprendemos bien. Si pensamos mal mientras aprendemos, aprendemos mal (p. 10).
Aprender lo esencial del contenido de una disciplina académica equivale a pensar
hacia el interior de la misma disciplina. Sin que el pensamiento crítico guíe el proceso de
aprendizaje, el aprendizaje por memorización se convierte en el recurso primario, donde
los estudiantes olvidan a la misma velocidad con la que aprenden y raramente
interiorizan ideas. Sin embargo, al pensar críticamente somos capaces de adquirir el
conocimiento, la comprensión, la introspección y las habilidades en cualquier parte del
contenido. Para aprender el contenido debemos pensar analítica y evaluativamente
dentro de ese contenido. Así, el pensamiento crítico provee de herramientas tanto para
internalizar el contenido (adueñándose del contenido) como para evaluar la calidad de
esa internalización. Nos permite construir el sistema (sobre el cual yace el contenido) en
nuestras mentes, interiorizarlo y emplearlo en el razonamiento a través de problemas y
asuntos reales (Paul y Elder, 2004).
Por tanto, el pensamiento crítico es necesario para todo ambiente de aprendizaje
168
efectivo y para todos los niveles en la educación. Permite al alumnado dominar sistemas,
ser más autointrospectivo, analizar y evaluar ideas de modo más efectivo y alcanzar
mayor control sobre su aprendizaje, sus valores y sus vidas.
Según Facione (2007), las habilidades intelectuales que configuran el pensamiento
crítico son:
169
Según esta idea, el pensador crítico es aquel que (Campos-Arenas, 2007):
170
porque los elementos visuales juegan un papel básico en la enseñanza.
El Visual Thinking o pensamiento visual es un término acuñado por el psicólogo
Rudolf Arheim (1969), que negaba la dicotomía entre la visión y el pensamiento y
proponía que todo pensamiento es de naturaleza perceptual. Influido por la teoría de la
Gestalt, planteó la existencia de unos patrones visuales que estructuran los elementos
que llegan a la mente a través de los canales sensoriales o de la memoria. Defendía que
la percepción no es una función de categoría inferior al razonamiento, sino que es el
medio que permite la estructuración de ideas y lenguaje.
Investigadores como Hazamy (2009) han demostrado que la combinación de
imágenes y palabras alcanza el reconocimiento máximo del concepto o idea
representada. De igual forma, en los experimentos recogidos por Stenberg (2006) se
muestra que el proceso de reconocimiento superior de un concepto o idea donde se ha
utilizado la fusión de imágenes con palabras clave queda demostrado, tanto a nivel
perceptivo como semántico.
Siguiendo en esta línea de investigadores que han destacado la importancia del
aspecto visual en el aprendizaje, encontramos en la actualidad al experto en pensamiento
visual o Visual Thinking Dan Roam, que ha revolucionado el concepto de aprendizaje
visual. Según este autor, a través del Visual Thinking se puede aprovechar la capacidad
innata para descubrir ideas que de otro modo serían invisibles, desarrollarlas rápida e
intuitivamente y luego compartirlas con otras personas, de manera que puedan
entenderlas de forma inmediata. No existe mejor forma de constatar que realmente
sabemos algo que dibujándolo (Roam, 2010).
El Visual Thinking o pensamiento visual es una estrategia que consiste en una forma
de procesar y asimilar información a través de dibujos, ideografías e incluso iconografías
que representan visualmente objetos físicos, conceptos o ideas abstractas por medio de la
toma de notas y sencillos dibujos, pudiendo ser utilizados fácilmente por el alumnado
(Fernández-Rufete, 2018). En definitiva, el Visual Thinking es una forma de
representación de conceptos que es mucho más entendible por nuestro cerebro.
Como vemos, existen diversas maneras de estructurar la información y gestionar el
conocimiento. La percepción visual puede resultar beneficiosa en el ámbito educativo
para abordar las inteligencias múltiples. Según Pou (2002), esta herramienta posibilita el
desarrollo de habilidades cognitivas en el alumnado, la generación de interpretaciones
basadas en imágenes y la mejora de la expresión oral.
Según la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), entre las finalidades de la
Educación Primaria se expone que el alumnado «sea capaz de comprender y expresarse
oralmente y por escrito haciendo un uso funcional del lenguaje». Pensamos que la
inclusión del pensamiento visual puede favorecer el desarrollo de la competencia en
comunicación lingüística, utilizando funcionalmente el lenguaje al expresar y comunicar
ideas.
Más allá del desarrollo de habilidades cognitivas, expertos del pensamiento visual
171
como Sibbet (2012) consideran que este método facilitaría los procesos de trabajo
colaborativo en equipos, estimulando el desarrollo de ideas más creativas e innovadoras
y la resolución de problemas ante retos planteados. El uso de esta estrategia aportaría
beneficios al trabajar con metodologías activas como el aprendizaje cooperativo y/o el
aprendizaje basado en proyectos, al facilitar la organización del trabajo a la hora de
poner en común ideas, dialogar, tomar decisiones, organizar información e incluso
extraer los aspectos relevantes de una temática concreta. Igualmente, también podría
resultar beneficioso como medio de atención a la diversidad, ya que el canal visual es
aprovechado para la adquisición de conocimientos, contrarrestando otras dificultades y
centrando el foco de aprendizaje en lo visual.
Esta propuesta de trabajo se está convirtiendo en un nuevo método de aprendizaje que
fomenta la interacción, retención y adquisición de nuevos conceptos de una manera más
atractiva y dinámica para el alumnado. El auge que está cobrando esta técnica hace que
muchos docentes se hayan sumergido de lleno en el Visual Thinking. En los últimos años
han aparecido propuestas colaborativas, en las que numerosas personas dedicadas a la
formación han comenzado a comprobar las posibilidades de aprendizaje a partir de su
aplicación en los procesos de aprendizaje.
El pensamiento visual está muy relacionado con la innovación, ya que el objetivo
último de este es mejorar sistemas o ideas. En el ámbito de la innovación se trabaja
constantemente con «metas difusas» e «hipótesis», por lo que el pensamiento visual se
convierte en un vehículo idóneo para explorar nuevos terrenos, contrastar hipótesis y,
como resultado, tomar mejores decisiones. Así pues, el pensamiento visual se puede
utilizar para resolver problemas de sistemas, estudiar y explorar conceptos y sistemas e
innovar, permitiendo entender visualmente cómo funcionan los sistemas, las personas y
los flujos entre los elementos de los sistemas (González-González, 2014).
Para cualquier tutor o tutora los aspectos relacionados con la gestión del aprendizaje
deben ser tan importantes o más que la comprensión y desarrollo de los contenidos
curriculares. Aspectos relacionados con la planificación y regulación de los procesos de
aprendizaje, la colaboración entre iguales y la supervisión y la reflexión sobre lo
aprendido son pilares de la competencia de aprender a aprender. El uso del Visual
Thinking en el aula puede convertirse en un recurso fundamental para el desarrollo de
actividades que tengan incidencia en estos aspectos.
El Visual Thinking es una herramienta que nos permite entender los patrones o ideas
que subyacen en el fondo de un discurso, y organizarlos en una representación con la que
nos acercamos al mismo de una forma global, de un solo vistazo. Así, las imágenes
sencillas nos pueden ayudar a hacer visibles los procesos de aprendizaje, ya que nos
permiten representar mentalmente procesos complejos que al ser dibujados se pueden
interiorizar y consolidar.
Al contrario de lo que sucede con los procesos lineales de escritura, con el Visual
Thinking, a la hora de cartografiar un proceso de aprendizaje la estructura se ha de crear
172
a partir de la nada, por lo que puede adaptarse a las circunstancias propias de cada
alumno y a su manera particular de observar, recordar y razonar o, lo que es lo mismo,
de aprender.
En este sentido, Roam (2010) expone los cuatro procesos o etapas que se dan en el
pensamiento visual: mirar, ver, imaginar y mostrar. Estas cuatro fases se explican de la
siguiente forma:
a) Mirar: consiste en observar aquella información que nos permite entender nuestro
entorno y los elementos que lo componen: recopilar, desplegar, ordenar y filtrar
visualmente.
b) Ver: se encuentra en un estadio más profundo y avanzado que mirar, consistiendo
en la selección y agrupamiento de la información para hacernos una composición
de lugar que permita responder a preguntas del tipo: ¿quién?, ¿cuánto?, ¿dónde?,
¿cuándo?, ¿cómo? y ¿por qué?
c) Imaginar: va más allá de ver lo que entra por nuestros sentidos; se trata de ver lo
que no está presente, de intuir formas y acciones, de ser creativo y extender
nuestras posibilidades de visión.
d) Mostrar: consiste en decidir qué hacer; se trata de plasmar la información
proporcionada por las tres formas de ver anteriormente citadas.
Por último, comentar que uno de los principales retos a los que nos enfrentamos a la
hora de utilizar esta herramienta es superar el temor que provoca en muchas personas la
idea de dibujar, pero debemos tener en cuenta que se trata de un tipo de lenguaje visual
alejado de lo artístico, en el que se emplean elementos como el dibujo de personajes, la
tipografía, conectores, marcos, viñetas, sombras, etc., organizados en esquemas visuales
y que sirven para la organización tanto del pensamiento como de los contenidos de
cualquier texto. Si somos capaces de vencer la vergüenza y romper el bloqueo,
lograremos disfrutar de una forma de hacer que, con un poco de práctica, reconoceremos
como propia.
1.2.5. Emprendimiento
173
(...) la capacidad que integra los conocimientos con las habilidades y las actitudes,
de manera que le permita a la persona resolver problemas en diferentes situaciones
y en nuevos contextos o, lo que es lo mismo, un «saber hacer»; esto es, un saber
con un carácter integrador que abarca conocimientos, capacidades, habilidades y
actitudes, incluso de diferentes campos y disciplinas (p. 20).
174
en el logro de metas, objetivos y en el control de otros individuos. El proceso
cognitivo que se genera cuando un alumno interacciona con otro para explicar lo
que ha aprendido favorece su aprendizaje, desarrollando sus habilidades
comunicativas, obligándole a organizar sus ideas y afinando su conocimiento.
d) Responsabilidad. Capacidad de responder de algo, de garantizar la realización de
una tarea, el cumplimiento de un deber o de dar razón. La persona responsable
piensa en las consecuencias de sus actos, las prevé, les da la importancia que les
corresponde y actúa para optimizar sus efectos positivos y para evitar o minimizar
los negativos.
e) Creatividad. Es la capacidad de la mente de asociar ideas de manera nueva, de
inventar objetos y de encontrar soluciones originales a los problemas. La
creatividad es una habilidad que se puede aprender, desarrollar y evaluar. Está
vinculada con el pensamiento original, con la imaginación constructiva y con el
pensamiento divergente.
f) Planificación. Es un proceso ordenado y sistemático de articulación de una
intervención de acuerdo con unos objetivos. Este proceso es previo a la ejecución
y siempre está en constante construcción. Nos proporciona y nos permite incidir
en diferentes acciones, para pasar de una situación inicial de partida a otra que
definimos como objetivo.
g) Trabajo en equipo. Actividad organizada de un grupo de personas para un objetivo
determinado. Trabajar solo puede parecer más fácil, en el sentido de que no hay
que consultar nada a nadie ni tener en cuenta la opinión de los demás. Ahora bien,
en la mayoría de situaciones de la vida tenemos que trabajar con equipos de
personas y, por tanto, es necesario que nos preparamos para hacerlo bien. Para
trabajar en equipo es importante perder el miedo a expresar los pensamientos y los
sentimientos. También es necesario escuchar con la mente abierta para entender
los otros miembros del equipo y captar el valor de sus aportaciones, respetando la
posición del otro.
h) Autoconfianza. La autoconfianza es el grado de seguridad que una persona tiene
sobre sus posibilidades de éxito ante las tareas a desempeñar. Para mejorar la
autoconfianza es necesario reforzar el autoconcepto, la autoestima y la gestión de
la ansiedad.
175
grandes emprendedores, gran parte de las cualidades son adquiridas. Es por ello por lo
que poner en práctica el emprendimiento en la educación es la clave para que los futuros
emprendedores y emprendedoras sean capaces de innovar, crear y adaptarse a los
cambios. El desarrollo en la escuela de experiencias que desenvuelvan las capacidades
que abarcan al emprendimiento garantizará que, al finalizar la etapa educativa, los
jóvenes hayan adquirido cualidades que les permitan la práctica eficaz del
emprendimiento en su crecimiento personal y profesional.
La actual normativa europea, estatal y autonómica establece que el espíritu
emprendedor es una competencia clave que debería integrarse en el currículum,
mantenerse y reforzarse con el paso de los años. Es por ello que se incluye la iniciativa
emprendedora en todas las etapas de la educación como parte de la formación integral
del individuo.
Según las recomendaciones del Consejo Europeo de 22 de mayo de 2018 relativa a
las competencias clave para el aprendizaje permanente, los estados miembros deben
contribuir al desarrollo de las competencias clave, prestando especial atención a
favorecer la competencia emprendedora, la creatividad y el sentido de la iniciativa, en
especial entre los jóvenes, entre otras cosas mediante el fomento de oportunidades entre
los jóvenes estudiantes para que, como mínimo, lleven a cabo una experiencia práctica
de emprendimiento durante su escolarización.
En España, la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), expresa en el
preámbulo:
Igualmente establece en sus fines, artículo 2, apartado f), que el sistema educativo
español se orientará a la consecución del desarrollo de la capacidad de los alumnos para
regular su propio aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para
desarrollar la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor.
Esta norma legal recoge los objetivos de la etapa de la Educación Primaria, entre los
que se encuentra: b) Desarrollar hábitos de trabajo individual y de equipo, de esfuerzo y
de responsabilidad en el estudio, así como actitudes de confianza en sí mismo, sentido
176
crítico, iniciativa personal, curiosidad, interés y creatividad en el aprendizaje, y espíritu
emprendedor.
Asimismo, incluye en su artículo 18 que, sin perjuicio de su tratamiento específico en
algunas de las áreas de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la
comunicación audiovisual, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el
emprendimiento y la educación cívica y constitucional se trabajarán en todas las áreas.
A nivel andaluz, en el Decreto 219/2011, de 28 de junio, por el que se aprueba el Plan
para el Fomento de la Cultura Emprendedora en el Sistema Educativo Público de
Andalucía, se resalta que es esencial promocionar el emprendimiento como una
estrategia fundamental en la formación de las personas a lo largo de toda su vida
(aprendizaje permanente), especialmente en la infancia y la juventud.
Como vemos, promover el emprendimiento en la educación es una clave esencial
para que el alumnado asuman riesgos, sean independientes y tengan confianza en su
futuro laboral.
El emprendimiento en la escuela se plantea con el objetivo de que el alumnado
alcance unas competencias que le permitan tener una actitud activa de transformación de
las ideas en proyectos.
Para concluir, decir que el emprendimiento en la educación está cogiendo cada vez
más fuerza. El hecho de formar jóvenes más activos, capaces de crear proyectos y
llevarlos a cabo no solo beneficia su propio éxito, sino que también ayuda a crear una
sociedad más emprendedora e innovadora.
Los educadores y educadoras deben dar un paso adelante y ser ejemplo de esta
mentalidad de emprendimiento para poder inspirar a su alumnado, y que puedan llegar
así a ser unas personas autosuficientes y capaces de afrontar las dificultades,
manteniendo una mente abierta y creativa. Ser creativo implica pensar diferente, y ser
innovador implica arriesgarse y llevar las ideas a la práctica (Fernández, 2018).
Las niñas y los niños pequeños tienen un sentido del asombro realmente admirable y
sorprendente ante las cosas pequeñas y los detalles que forman parte de lo cotidiano. El
sentido del asombro del niño o la niña es lo que le lleva a descubrir el mundo. Es su
motivación interna, su estimulación temprana natural. Las cosas pequeñas mueven al
niño y la niña a aprender, a satisfacer su curiosidad, a ser autónomo para entender los
mecanismos naturales de los objetos que le rodean a través de su experiencia con lo
cotidiano. Tan solo tenemos que acompañar al niño, proporcionándole un entorno
favorable para el descubrimiento (L’Ecuyer, 2012).
Podemos definir el asombro como una emoción de trascendencia personal, un
sentimiento de admiración y de elevación frente a algo que supera a uno. Invoca la
apertura y la ampliación del espíritu y una experiencia que hace que uno pare para
177
pensar (Berger y Milkman, 2011, p. 15). El asombro es el deseo para el conocimiento, es
un mecanismo innato en el niño, nace con él. Pero para que el asombro pueda funcionar
bien, el niño y la niña deben encontrarse en un entorno que lo respete, no necesitan más
que una estimulación mínima en un entorno normal.
Cuando presentamos a la niña o al niño pequeños estímulos externos de manera que
estos suplantan su asombro, anulamos su capacidad de motivarse por sí mismo. Sustituir
lo que mueve a la persona es anular su voluntad. Al final el niño o la niña se aburre y no
es capaz de ilusionarse ni asombrarse por nada. Tiene el deseo bloqueado. En algunos
casos su adicción a la sobreestimulación le llevará a buscar sensaciones cada vez más
fuertes, a las que también se acostumbrará, algo que le llevará a una situación de apatía
sostenida, de falta de deseo, de aburrimiento.
Si se estimula desde fuera a un niño o niña de forma sostenida, la saturación de los
sentidos que conlleva la sobreestimulación provoca el siguiente círculo vicioso
(L’Ecuyer, 2012, p. 53):
178
sus padres y maestros que les ayuden a desear... Otros buscarán su
«entretenimiento» en otro tipo de actividad: actos de vandalismo, violencia
escolar, botellones, drogas, etc., utilizando incluso a otras personas, a las que
involucran en estas actividades como un medio para «divertirse».
Cada vez son más los menores que se encuentran dispersos, hiperactivos, con
dificultad para crear vínculos, para conocer la autoridad, para gestionar su afectividad,
con actitudes a veces violentas, desagradecidos y que encuentran su fuente de
motivación principalmente en la estimulación externa. Si al niño o la niña que no haya
iniciado el círculo vicioso de la espiral de la sobreestimulación, además de no haberle
dado respuestas hechas, le hemos dejado descubrir a su ritmo a través del juego libre,
será probablemente un niño genial, independientemente de su potencial intelectual. El
niño original es un niño que está acostumbrado a iniciar su proceso educativo desde
dentro. Es curioso, descubridor, inventor, capaz de dudar sin desconcentrase, de formular
hipótesis y de comprobar su validez mediante la observación. Cuando la niña o el niño
asombrado llegue a la adolescencia, le será más natural estudiar, porque tendrá
curiosidad intelectual.
Los modelos educativos mecanicistas han triunfado durante años porque eran útiles, y
todo lo que es útil no se cuestiona... hasta que deja de serlo. Ahora estamos en un
momento clave. Estamos asistiendo a un desencanto de la educación formal; se la acusa
de mecanicista y de conductista, por lograr sus objetivos a corto plazo a través de
premios y castigos externos que nunca llegan, como es lógico, a modelar el interior de la
persona. Debemos poner en cuestión este modelo y devolver al niño el protagonismo de
su educación. Educar en el asombro es optar por ello (L’Ecuyer, 2012).
¿Cómo conseguir en cambio que un niño o niña, y luego un o una adolescente, haga
las cosas con ilusión, pueda estarse quieto o quieta observando con calma a su alrededor,
piense antes de actuar, tenga interés por conocer lo que le rodea y esté motivado o
motivada para aprender? Si los menores no se esfuerzan porque la pérdida de asombro
les ha cancelado y bloqueado el deseo, debemos ayudarles a volver a descubrir el
asombro. Es necesario aprender a educar en el asombro, respetando su libertad interior,
contando con el menor en el proceso educativo, respetando sus ritmos, fomentando el
silencio, el juego libre, respetando las etapas de la infancia y rodeando al niño o a la niña
de belleza, pero sin saturar los sentidos.
Los menores necesitan realidad para aprender, porque el cerebro humano está hecho
para aprender en clave de realidad. Los niños y niñas, por ejemplo, aprenden a través de
experiencias sensoriales concretas para comprender el mundo y comprenderse a sí
mismos. De hecho, los últimos estudios en neurociencia nos confirman que la memoria
semántica (de conocimientos conceptuales) y la memoria biográfica (de los
acontecimientos vividos a través de las experiencias percibidas) todavía no están
diferenciadas en la infancia. Esas dos memorias se diferenciarán poco a poco a lo largo
179
de la adolescencia, hasta la edad adulta, lo que nos indica que los niños no aprenden las
cosas a través de discursos, fichas o pantallas, sino que necesitan experiencias reales y
relaciones interpersonales «en directo» (L’Ecuyer, 2015).
Por su parte, Engel (2011) argumenta que la curiosidad de los menores es el motor
por excelencia de su desarrollo intelectual, un mecanismo que sostiene un aprendizaje
auténtico. El juego es el contexto por excelencia en el que los menores pueden dar rienda
suelta a su curiosidad. En definitiva, aprender desde dentro hacia fuera. Las actividades
demasiado estructuradas o en las que la disciplina tiene prioridad sobre la invención y el
descubrimiento encasillan a los niños y niñas pequeños en uno de estos dos estados: el
aburrimiento o la ansiedad. Por otro lado, el entretenimiento y la diversión (películas,
videojuegos, pantalla de ordenador, etc.), aunque sea con fines educativos, hacen que el
menor se vuelva más pasivo, apalancado o distraído, puesto que se le exige poco
esfuerzo mental, por lo que la mente se vuelve vaga y se acostumbra a no pensar.
El silencio es una variable que se ha olvidado en el proceso de aprendizaje. Sin
embargo, es una parte muy importante del aprendizaje y es necesario para la reflexión,
una de las cualidades que caracteriza a la persona humana. El ruido no solo ensordece,
sino que también acalla las preguntas que surgen del asombro ante la observación de la
realidad. Para aprender no solo hace falta recibir informaciones, sino que es necesario
consolidarlas, interiorizarlas, y para ello es preciso tener espacios de silencio.
Para mantener vivo en un niño o niña su innato sentido del asombro, se necesita la
compañía de, al menos, un adulto con quien poder compartirlo. En este sentido, el rol del
tutor o tutora es triple:
El papel del tutor y la tutora tiene mucha más trascendencia de la que nos
imaginamos. No solo porque el docente es base de exploración hacia la realidad, sino
también porque transmite a sus alumnos las actitudes que haya encarnado con su vida.
Porque la belleza que asombra solo se transmite a través de la belleza. Es necesario que
los maestros se den cuenta del impacto que tienen y tendrán, no solo en toda una
generación de niños y niñas, sino también en el futuro de la humanidad (L’Ecuyer,
2015).
180
En primer lugar, las competencias clave a las que hace referencia el Real Decreto
126/2014, de 28 de febrero, entre las que encontramos algunas relacionadas íntimamente
con todo lo que hemos ido refiriendo en este capítulo: competencia digital, aprender a
aprender, competencias sociales y cívicas, y sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
En segundo lugar, las consideraciones metodológicas que permitan trabajar por
competencias en el aula, a las que hace referencia la Orden ECD/65/2015, de 21 de
enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los
criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el
bachillerato. En su anexo II se exponen las orientaciones para facilitar el desarrollo de
diferentes estrategias metodológicas, donde se pueden destacar varios aspectos
importantes:
Ciencias de la Naturaleza
181
su contribución a la mejora de las condiciones de vida de todas las personas, así como
prevenir las situaciones de riesgo derivadas de su utilización.
C.E.2.1. Obtener y contrastar información de diferentes fuentes, plantear posibles
hipótesis sobre hechos y fenómenos naturales observados directa e indirectamente, para
mediante el trabajo en equipo realizar experimentos que anticipen los posibles
resultados. Expresar dichos resultados en diferentes soportes gráficos y digitales,
aplicando estos conocimientos a otros experimentos o experiencias.
Ciencias Sociales
Educación Artística
182
sea de forma autónoma o en combinación con otros medios y materiales.
O.EA.2. Utilizar las posibilidades del sonido, la imagen y el movimiento como
elementos de representación y comunicación para expresar ideas y sentimientos,
contribuyendo con ello al equilibrio afectivo y a la relación con los demás.
O.EA.5. Mantener una actitud de búsqueda personal y colectiva, integrando la
percepción, la imaginación, la sensibilidad, la indagación y la reflexión de realizar o
disfrutar de diferentes producciones artísticas.
CE.2.3. Emplear las tecnologías de la información y la comunicación de manera
responsable para la búsqueda, creación y difusión de imágenes fijas.
CE.2.7. Organizar y planear su propia producción, partiendo de la información
bibliográfica, de los medios de comunicación o de Internet, que les permita contrastar
ideas, informaciones y conclusiones con otros compañeros.
Matemáticas
183
Educación Física
Lengua Extranjera
184
CE.2.14. Redactar, en papel o en soporte electrónico, textos cortos y sencillos, tales
como notas, tarjetas, SMS, etc., compuestos a partir de frases simples aisladas, en un
registro neutro o informal, utilizando con razonable corrección las convenciones
ortográficas básicas y los principales signos de puntuación, para hablar de sí mismo, de
su entorno más inmediato y de aspectos de su vida cotidiana.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
La situación de apatía resulta cada vez más habitual en los centros educativos, y es lo
suficientemente compleja como para no tener un único motivo desencadenante ni el
mismo motivo para cada alumno o alumna.
Hace tiempo que se viene indicando, desde muy diversas voces, que la escuela
necesita un cambio, un cambio en el proceso de enseñanza-aprendizaje y una reflexión
profunda por parte del profesorado tanto desde el punto de vista metodológico como de
su propio papel dentro de este proceso.
El centro educativo en general debe dar respuesta a las nuevas necesidades que el
alumnado demanda, que la sociedad exige, y a la vez retomar su auténtica labor
185
«educadora», que en muchas ocasiones se pierde en favor de la transmisión de
contenidos curriculares.
Ante esta situación que ha surgido en el grupo de 3.º de Primaria, se debe plantear
una intervención no solo por parte de Marta, la tutora de este grupo, sino también por
parte del resto del profesorado implicado en la educación de este conjunto de alumnos y
alumnas (equipo docente).
Al tratarse de una situación compleja, habrá que tomar medidas desde varios frentes y
de forma coordinada entre todo el profesorado; con ello estamos implicando no solo,
como hemos comentado antes, al profesorado que imparte clase en este grupo, sino a
todo el profesorado del centro. De nada sirven medidas puntuales que desaparezcan al
cambiar de curso académico o de ciclo; deben ser medidas que impregnen la labor
educativa al completo.
Igualmente, estamos seguros de que esta misma situación puede aparecer o puede que
ya esté presente en otras aulas del centro, por lo que lo ideal sería que desde el equipo
directivo se considerasen actuaciones en diferentes ámbitos:
Antes de pasar a comentar las posibles actuaciones que se podrían llevar a cabo,
vemos conveniente exponer una idea fundamental que, en nuestra opinión, debe servir
como base y soporte para cualquier actuación si de verdad queremos evitar que
situaciones como la descrita en el caso de Marta se sigan produciendo en la escuela. Nos
estamos refiriendo a un cambio de paradigma educativo.
Frente a un mundo en el que el problema son los cambios de paradigma en todos los
aspectos de la sociedad, las reformas educativas se esfuerzan por respetar el modelo
clásico escolar introduciéndole nuevos elementos que, al no formar parte del modelo
186
original, no tienen suficiente fuerza como para transformarlo. Por ello, las estrategias que
se llevan a cabo no están siendo suficientes para dar respuestas diferentes a una sociedad
que se perfila como diferente. Es necesario situarse fuera de esta óptica, para plantearse
un nuevo sistema educativo. Es necesario un cambio de paradigma (Aguerrondo, 1999).
El modelo de sistema educativo del siglo XX ha quedado obsoleto, dejando atrás las
estrategias docentes basadas en metodologías expositivas, los contenidos curriculares
con una visión formal, la gestión del aula centralizada en el docente, el sistema de
evaluación puramente cuantitativo y las estrategias de aprendizaje, limitadas a retener
información, leer, escuchar u observar (Rodríguez López, 2014).
En el nuevo paradigma educativo del siglo XXI las estrategias docentes se basan en
metodologías interactivas y colaborativas, los contenidos curriculares tienen un enfoque
aplicado, la gestión del aula está centralizada en el alumno, el sistema de evaluación es
cualitativo pero a su vez formativo y formador, y las estrategias de aprendizaje consisten
en desarrollar un conocimiento estratégico, creativo, activo y aplicado (Rodríguez
López, 2014).
Entendemos que el modelo docente más adecuado es aquel que acompaña al niño o a
la niña a lo largo de su proceso de enseñanza y aprendizaje, un modelo como el
cogestionado, que permita trabajar a maestros y alumnos de manera cooperativa y
colaborativa. Un modelo que les haga asumir roles críticos y emprendedores,
permitiéndoles analizar y revisar los sistemas políticos y éticos para darse cuenta de
cómo estos impregnan todas las esferas sociales. Un modelo que promueva el
compromiso e implicación de los alumnos para la mejora de la sociedad, mediante su
activa participación y formación (McLaren, 2012).
Se trata de crear un sistema de relación en el que Marta tenga un rol de monitora
democrática y participativa en la vida del grupo, así como en la toma de decisiones de
este, mediante el debate y consenso colectivo, pero sin renunciar a su papel
transformador. Se trata de dejar de concebir la escuela de Marta como una institución
sometida a modelos autoritarios y tradicionales, para dar paso a la creación de un espacio
de transformación participativa y de lucha democrática. Apostamos pues por una postura
reflexiva, crítica y trasformadora, tanto de Marta como de su alumnado, rehusando los
modelos contradictorios, opresivos y autoritarios, y entendiendo la enseñanza como la
principal práctica promotora de la emancipación y liberación del individuo (Freire, 2012;
McLaren, 2012).
Redefinir el modelo de aprendizaje supone también una serie de consecuencias
organizativas para Marta. En este nuevo paradigma se apostaría por un «aprendizaje
interactivo», que implica el incremento de la actividad del alumno por un lado y la
necesidad del trabajo en grupo, lo que tiene consecuencias, como hemos dicho para la
organización. Por un lado, un alumnado protagonista de su aprendizaje absorbe muchas
de las tareas que hoy hace el docente (nutrirse de información, tener un papel activo en la
organización de sus tareas, poder autoevaluarse y autocorregirse, etc.). Por otro lado, el
187
trabajo de los alumnos en grupo abre posibilidades múltiples de utilización de los
espacios y los tiempos escolares y permite al docente realizar en los mismos tiempos y
espacios muchas otras actividades. Por ejemplo, se puede trabajar con alumnos/grupos
diferentes las mismas consignas, en grupos de diferente dificultad, lo que liberaría a
Marta para ocuparse de su alumnado con mayores dificultades, o puede trabajar con
diferentes consignas que supongan un repaso de diferentes asignaturas en el mismo
momento, según las necesidades de cada alumno o alumna. Ambas posibilidades son
estrategias eficaces y probadas contra el fracaso escolar (Aguerrondo, 1999).
¿Qué habría que hacer para cambiar de paradigma? Aguerrondo (1999) nos propone
una serie de medidas que podría adoptar el centro de Marta:
Todo lo expuesto hasta ahora debiera ser la postura que debería tomar todo el centro
educativo. Por tanto, la primera de las actuaciones que se puede llevar a cabo por parte
188
del equipo directivo es el establecimiento de directrices comunes para todos los ciclos
de Educación infantil y Primaria y la toma de conciencia general de los cambios que se
han de realizar en el centro.
El claustro de profesorado es el órgano que permite gestionar la vida académica del
centro y el que posibilita que todos los docentes expresen su opinión sobre cualquier
cuestión que atañe a la misma. Sería conveniente que el tema de la desmotivación y falta
de atención por parte del alumnado fuese tratado en el claustro, ya que si el centro
adopta una postura holística de la situación, los resultados serán mejores a medio/largo
plazo.
En este momento sería interesante conocer cuál es la formación específica del
profesorado en cuanto a nuevas metodologías interactivas, así como en cada uno de los
aspectos que se han tratado en este capítulo: utilización de dispositivos electrónicos y
recursos digitales para la tutoría, la educación emocional, el desarrollo del pensamiento
crítico, Visual Thinking, emprendimiento y educar en el asombro.
También es importante revisar las ideas de partida de los y las docentes respecto a la
visión que tienen de la educación, de acuerdo a las metodologías que se estén utilizando.
No obstante, si desde la dirección del centro se plantea como una respuesta a las nuevas
demandas sociales, desde una visión inclusiva, sin entrar en una valoración moral de las
diferencias y buscando el bienestar psicológico del menor, el punto de partida desde el
que actuar en el centro será positivo.
Es imprescindible, por tanto, revisar los documentos oficiales del centro y plasmar
por escrito las medidas de impulso a tomar por todo el profesorado, así como la
elaboración de un plan de formación que facilite un nuevo cambio de paradigma en el
proceso de enseñanza-aprendizaje más acorde con las nuevas realidades que nos estamos
encontrando en las aulas.
Además de estas actuaciones generales, veamos a continuación qué otras medidas
concretas podría llevar a cabo Marta con su alumnado y en coordinación con su equipo
docente. Estas actuaciones estarían relacionadas con cada una de las tendencias
emergentes referidas en el ámbito científico de este capítulo.
A partir de los avances tecnológicos que se han venido produciendo en los últimos
años, especialmente en las tecnologías de la información y las comunicaciones, puede
afirmarse con toda legitimidad que una nueva sociedad, la sociedad de la información y
el conocimiento, está emergiendo a escala planetaria. Esta sociedad se caracteriza
principalmente por el hecho de que la capacidad de acceder a la información y, más aún,
la de saber utilizarla adecuadamente, es decir, de «crear» conocimiento, se convierten en
las variables decisivas para el progreso de las sociedades (Decreto 72/2003, de 18 de
marzo).
Lo primero que debería hacer Marta, junto con su equipo docente, es analizar el
189
contexto educativo y tecnológico en el que desarrolla su función profesional
(características del alumnado, capacidades y/o competencias a desarrollar en el
alumnado, recursos disponibles, etc.). Posteriormente, podrían decidir entre algunas de
las opciones que nos proponen Casado y Casado (2017), referentes a los diferentes tipos
de herramientas y aplicaciones digitales más interesantes para su utilización en
Educación Primaria. Estas permiten la incorporación efectiva de las TIC a la práctica
educativa y su evolución hacia las TAC y seguidamente a las TEP (p. 781):
190
las mismas.
Una vez que se tuviese acceso a Moodle, el claustro debería presentar una propuesta
de formación que incluya el desarrollo de destrezas TIC básicas, tratamiento de la
diversidad en aula, integración de herramientas web 2.0 con Moodle, etc. La idea sería
que la plataforma se convirtiese en una herramienta fundamental en todos los procesos
de enseñanza-aprendizaje.
Moodle es una herramienta digital de demostrada capacidad en la creación de
dinámicos, eficientes y motivadores entornos virtuales de aprendizaje y de
comunicación, para conseguir mejorar los rendimientos escolares del alumnado,
haciendo especial hincapié en las competencias digital, aprender a aprender y autonomía
e iniciativa personal, fundamentales para un desarrollo integral como personas, así como
potenciar el trabajo colaborativo entre los miembros del profesorado del centro,
posibilitando la realización de proyectos conjuntos y el intercambio de experiencias,
conocimientos y materiales curriculares (Webmaster, 2013).
Otro tipo de recursos que podrían utilizarse en el aula y que son útiles en el proceso
de enseñanza-aprendizaje serían los siguientes (Pantoja, 2004, pp. 242-243):
— Otras TIC más clásicas, como la televisión y el vídeo, que han pasado ya a un
formato digital y cuentan con muchas posibilidades que antes eran casi
impensables. Ambas permiten la presentación ante el alumnado de profesiones,
oficios u otro tipo de realidades que confieren gran dinamismo a la tarea tutorial.
Una adecuada selección de películas de cine favorecerá todo un conjunto de
actividades tutoriales enfocadas a la toma de decisiones por parte del alumnado, la
191
resolución de problemas o la puesta en común de actitudes sobre temas de interés.
— Foro. Al disponer del texto escrito con las opiniones del grupo o de personas, los
demás equipos pueden hacer sugerencias, exponer dudas o expresar nuevas
opiniones acerca del contenido discutido, que puede tener relación con una
situación-problema, con distintas preguntas sobre un tema o sobre temas diversos.
Así, el alumnado puede realizar sus aportaciones después de leer las que han
hecho los demás, lo que facilita la reflexión crítica. Entre sus utilidades para la
tutoría destacan:
— Correo electrónico. Entre las ventajas que tiene en tutoría, se pueden señalar:
— Blog. Las características de los blogs que más interés tienen para Marta son:
192
— Wiki. Al igual que el blog, el wiki será útil para Marta en:
• El estímulo de su alumnado para leer sobre los temas que interesen en la acción
tutorial.
• El trabajo colaborativo dentro del grupo-clase y de grupos reducidos.
• El respeto a la información generada por los compañeros.
• El hábito de compartir la información.
Las nuevas vías de comunicación que nos aportan los recursos tecnológicos, como los
expuestos en este capítulo, son las que se deben aprovechar en las tutorías, tanto con el
alumnado como con las familias y el resto de profesorado. En el capítulo 6, dedicado a la
relación con las familias, se hablará ampliamente de cómo la tutora puede hacer uso de
los medios de comunicación electrónicos para comunicarse con las mismas y se
expondrán algunas de las posibilidades que se recomiendan en el marco de la «Acción
Tutorial 2.0» (Orden de 20 de agosto de 2010, organización y funcionamiento de
Educación Primaria). Por ello no vamos a tratar este tema en el presente capítulo.
b) Educación emocional
Como tutora, Marta debería llevar a cabo con su alumnado actuaciones encaminadas
a desarrollar una serie de competencias relacionadas estrechamente con la competencia
emocional, como las siguientes:
Motivación intrínseca
— Los retos superan a las habilidades, y por tanto aumenta la ansiedad, pues el
sujeto, con sus habilidades actuales, no puede hacer frente a los retos.
— Las habilidades superan a los retos, y entonces aparece el hastío y el aburrimiento,
ya que la actividad no presenta reto, no tiene aliciente.
193
En consecuencia, se ha de llegar a un equilibrio, siendo necesario canalizar las
emociones, controlar o demorar los impulsos, demorar la gratificación y regular el
propio estado de ánimo, para facilitar la motivación y perseverar. Es en este contexto
donde la inteligencia emocional juega un papel predominante para guiar más
eficazmente el esfuerzo.
Creatividad
194
— Bloqueo perceptual. Se refiere a aspectos de tipo cognitivo, como es el caso de no
percibir lo que está mal. Así encontramos:
— Bloqueo cultural. Está relacionado con los valores aprendidos, como por ejemplo:
195
c) Desarrollo del pensamiento crítico
Por su parte, López-Aymes (2012) lleva a cabo una recopilación, a partir de varios
autores, acerca de diferentes medidas para mejorar la enseñanza del pensamiento crítico
196
en las aulas, que también podría seguir:
Algunas de las actuaciones que, como ejemplo, se pueden llevar a cabo en el aula y
que Marta podría seguir serían las siguientes (Montoya, 2007):
197
ideas y valores. Promover el civismo y la solidaridad. Plantear cómo la
complejidad de la realidad incluye la diversidad de innumerables puntos de vista.
— Plantear como tema de análisis el contexto social e histórico. Propiciar el
reconocimiento del contexto particular del estudiante, sus valores culturales, sus
tradiciones. Analizar los prejuicios y preconceptos que distorsionan el
pensamiento crítico.
— Analizar las luchas de poder y de intereses. Plantear problemas que permitan la
formación moral.
d) Visual Thinking
Hoy día el sistema educativo debe adaptarse a los retos de un mundo que se encuentra
en continuo cambio, formando al alumnado para la innovación y que se conviertan en
personas capaces de evolucionar a este ritmo. En este contexto es donde planteamos la
necesidad de definir la competencia visual en la pedagogía (Zabala y Arnau, 2007).
La maestra Clara Cordero (2017) nos indica cuáles son las oportunidades en el aula
que puede ofrecernos el Visual Thinking y que Marta debería tener en cuenta:
— Uno de los problemas con los que los tutores y tutoras se encuentran en el aula es
la búsqueda de información relevante por parte del alumnado. Este debe aprender
a filtrar la información adecuadamente para evitar un exceso de información no
necesaria, que desvía su atención de lo esencial. El pensamiento visual puede ser
útil en este proceso de filtrado, ya que les obliga a sintetizar la información,
además de que la lectura visual implica la comprensión de los conceptos
expuestos, aliviando la carga informativa y el acceso a la misma. Si un alumno o
alumna es capaz de expresar visualmente es que la comprensión y asimilación de
los contenidos es plena. Es por ello que el pensamiento visual puede ser útil como
parte del estudio de una materia para facilitar el aprendizaje de la misma o como
198
evaluación de unos contenidos.
— Durante el proceso de aprendizaje se suele prestar más atención a los resultados
que al proceso en sí mismo. El pensamiento visual permite atender a ambos. Si el
producto es eficaz, comunica de una manera eficiente la información que se
desarrolla, implica que se ha seguido un proceso que ha cubierto desde habilidades
de pensamiento de orden inferior como aquellas donde se alcanza un nivel
metacognitivo del lenguaje visual, donde se ha sido capaz de conectar ideas,
analizarlas, depurarlas y plasmarlas visualmente.
— El trabajo cooperativo en el aula es un modo de trabajo que permite aunar el
esfuerzo individual y el grupal y lograr aprendizajes más efectivos. El lenguaje
visual es un lenguaje universal que permite mejorar y facilitar esa cohesión de
grupo, esa interdependencia positiva propia del trabajo cooperativo, y por tanto
incentivar la pertenencia a una comunidad de aprendizaje. Crear un lenguaje visual
propio del aula facilita la convivencia escolar.
— El aprendizaje de lenguajes audiovisuales y multimedia en un momento donde
convivimos con esos formatos y espacios es necesario para el alumnado. Se trata
de un entorno seguro de aprendizaje para ellos y ellas, ya que conviven a diario
con elementos audiovisuales que además les resultan especialmente motivadores.
El uso de elementos visuales en el aula despierta su lado más creativo y real.
En este marco es donde Cordero (2017) aporta una serie de ideas para trabajar la
técnica del Visual Thinking en el aula y que Marta podría utilizar:
199
— Marta debe facilitar el repaso de la asignatura para una prueba final, inundando la
clase de murales visuales o pósters con todo el tema. La retención de las ideas
principales reforzará los aprendizajes adquiridos y desarrollará su competencia
visual.
e) Emprendimiento
El objetivo del trabajo del emprendimiento es promover en los niños y las niñas
competencias, valores y actitudes-autonomía, iniciativa personal, creatividad,
planificación, organización, toma de decisiones y trabajo en equipo, que fomentan una
actitud de superación personal ante la vida. Para trabajar el emprendimiento hay que
incidir en:
200
— Autoafirmarse los propios derechos de forma respetuosa y firme, sin dejarse
manipular por los demás (asertividad).
— Prever, afrontar y resolver conflictos interpersonales desde el respeto para obtener
resultados satisfactorios.
— Percibir, escuchar y transmitir de manera efectiva.
— Entender las relaciones existentes entre los diferentes actores sociales del entorno
(familia, comunidad, ciudad...).
Para estimular el espíritu emprendedor en los niños y niñas, Marta puede tener en
cuenta las siguientes consideraciones (Fernández, 2018):
201
hacerlo de tres formas diferentes, sin ser excluyentes unas con otras:
Por último, algunas estrategias que Marta puede emplear para trabajar el
emprendimiento en el aula para desarrollar cada una de las características de la persona
emprendedora serían las siguientes (Direcció General d’Educació Infantil i Primaria,
2016):
Curiosidad
202
— Convertir las situaciones descubiertas en momentos gratificantes.
Iniciativa
Habilidad comunicativa
Responsabilidad
a) Dejar tiempo para pensar con calma las consecuencias de las decisiones que se
toman: debatir las ventajas y los inconvenientes.
b) Organizar la clase con cargos (material, agenda, orden...) y dar
responsabilidades a los alumnos en la organización de determinadas actividades
didácticas (inventario del material de laboratorio, cuidado y mantenimiento de
los equipos informáticos, organización de fiestas y salidas...).
c) Dar tareas a los alumnos, a nivel de centro, para que se realicen de manera
rotatoria: limpieza y cuidado de según qué espacios, ayuda a los más pequeños,
203
colaboración con la administración y la conserjería (adaptando la exigencia a la
edad y nivel madurativo...).
d) Organizar actividades de aprendizaje a partir de un trabajo cooperativo donde
los alumnos desempeñan diferentes roles: liderazgo, secretaría, comunicación...
e) Mostrar casos y analizar ejemplos de personas responsables o irresponsables en
modelos sacados de los medios de comunicación, o mediante relatos de ficción
tanto literaria como audiovisual.
Creatividad
Marta puede organizar su aula de tal forma que le permita poner en marcha procesos
creativos y puedan nacer ideas, acciones y productos creativos. Fomentar el diálogo y la
capacidad de análisis para enfrentarse a problemas especiales, o para resolver de manera
especial cualquier problema. Observar los hechos desde ópticas diferentes, desarrollando
la capacidad de combinar dos o más elementos del conocimiento que generalmente no
están asociados entre sí. Promover la curiosidad intelectual, mostrando un mundo rico y
estimulante, con posibilidades valiosas. Valorar el pensamiento genuino y transgresor.
Apoyar la motivación intrínseca y la autonomía del alumno, con el fin de potenciar una
actitud aventurera.
Planificación
Marta puede planificar los trabajos de su alumnado siguiendo una gestión del tiempo
eficaz. Identificar previamente qué tareas se deben realizar para hacer una actividad y
dejarlas llevar a cabo autónomamente. Interrelacionar tareas en grupo e individuales, y
promover un trabajo cooperativo donde la participación del alumnado esté definida.
Apoyar al alumnado para que establezca de manera realista los propios objetivos.
Proporcionar recursos y estrategias para gestionar la información. Ofrecer instrumentos
para evidenciar el progreso y la capacidad para autoevaluarse. Generar situaciones en las
que deban priorizar tareas en función de las prioridades.
Trabajo en equipo
204
perspectiva del disfrute compartido más que la de la victoria a cualquier precio. Utilizar
diferentes recursos didácticos (cuentos, visualización de películas, etc.) que promuevan
la cooperación y la solidaridad.
Autoconfianza
— Ayudar a cada alumno o alumna a descubrir los talentos y recursos propios, para
que tenga un buen autoconcepto de sí mismo.
— Considerar la teoría de las inteligencias múltiples y trabajar en el máximo de
dimensiones.
— Promover actividades en las que se expresen los valores positivos de los otros, y
los otros den a conocer sus propios valores.
— Guiar al alumno o alumna para que sepa buscar ayudas y apoyo social.
— Facilitar la práctica de ejercicios de relajación, de respiración profunda y
controlada, así como de pensamientos positivos.
— Desarrollar habilidades de resolución de conflictos emocionales.
f) Educar en el asombro
Pensamos que para educar en el asombro la principal estrategia que se puede llevar a
cabo en el aula, como ya se ha dicho en alguna ocasión, es trabajar con metodologías
interactivas.
Las metodologías interactivas son aquellas que favorecen un tipo de aprendizaje que
estimula a los participantes a generar sus propias soluciones, aplicando conceptos y
teorías a diversas situaciones. El proceso de aprendizaje involucra a Marta y su
alumnado en un marco interactivo de análisis y discusión destinado a producir resultados
tangibles. El protagonista del aprendizaje es el propio alumnado. El papel de Marta es
acompañar, guiar, evaluar y apoyar mientras sea necesario.
Las iniciativas que tienen más impacto sobre el aprendizaje del alumnado son las que
los acercan a situaciones y desafíos de la vida real, estimulan su iniciativa y creatividad,
los ayudan a comprender con más profundidad el mundo donde se mueven y los
implican en su transformación.
Algunos ejemplos de metodologías interactivas que Marta puede utilizar en su aula
serían los siguientes (Direcció General d’Educació Infantil i Primaria, 2016):
205
aprendizaje se da en relación directa al problema, y no de una forma aislada o
parcial, sin asociarse a un contexto real.
— Aprendizaje basado en proyectos. Consiste en la realización de un proyecto,
normalmente de cierta envergadura; habitualmente se hace en grupo. Este
proyecto ha sido analizado previamente por Marta y su compañero de nivel para
asegurarse de que el alumnado tiene todo lo necesario para resolverlo y que
desarrollará todas las destrezas deseadas en su resolución. El desarrollo del
proyecto comienza con una pregunta generadora. Esta no tiene que tener una
respuesta simple basada en información, sino que debe requerir el ejercicio del
pensamiento crítico para su resolución. El proyecto ayuda a modelar el
pensamiento crítico y ofrece un andamio para que el estudiante aprenda a realizar
las tareas cognitivas que caracterizan el pensamiento crítico. Ejemplos de
pensamiento crítico son: juzgar entre alternativas, buscar el camino más eficiente
para realizar una tarea, sopesar la evidencia, revisar las ideas originales, elaborar
un plan o resumir los puntos más importantes de un argumento.
— Aprendizaje servicio. Se trata de una propuesta educativa que combina procesos
de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado.
Un proyecto en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades
reales de su entorno, con el objetivo de mejorarlo. El alumnado, a la vez que
ofrece un servicio comunitario, aprende a ser ciudadano y ciudadana y desarrollar
el compromiso cívico.
— Aprendizaje cooperativo. Grupo de procedimientos de enseñanza que parten de la
organización de la clase en pequeños espacios mixtos y heterogéneos donde los
alumnos trabajan conjuntamente de forma coordinada para resolver tareas
académicas y profundizan en su propio aprendizaje.
— Aprendizaje entre iguales. Se basa en la creación de parejas de alumnos con una
relación asimétrica (uno adopta el rol de tutor y el otro el rol de tutorado), y un
objetivo común, conocido y compartido, que se logra a través del establecimiento
de unas actividades planificadas por el profesorado (véase capítulo 9).
206
— Inclusión en las actas de coordinación de ciclo y de equipo docente de las
actuaciones realizadas para atender los cambios incorporados en las metodologías
docentes.
— Revisión de la programación didáctica de ciclo y aula para analizar las actitudes
hacia el estudio y motivación del alumnado después de las actuaciones particulares
del profesorado.
— Encuesta de satisfacción al alumnado ante los cambios llevados a cabo y recogida
de sugerencias por parte de los mismos para posibles modificaciones en las
actuaciones que puedan llevarse a cabo en futuras propuestas (feedback).
— Igualmente, también se podría realizar una encuesta o entrevista a las familias del
alumnado para conocer si estas han observado algún cambio en sus hijos respecto
a la motivación hacia los estudios.
3. CONCLUSIÓN
A lo largo de este capítulo hemos querido reflejar uno de los problemas que están
apareciendo cada vez con mayor frecuencia en nuestras aulas, como es la falta de interés
por parte del alumnado, su desmotivación y, como consecuencia, la falta de atención.
Hemos querido hacernos eco de las últimas tendencias en el ámbito de la acción tutorial,
y más concretamente en la tutoría, tanto desde el punto de vista teórico como,
posteriormente, realizando aportaciones o sugerencias que pueden ser utilizadas por
Marta o cualquier otro tutor o tutora que aprecie circunstancias similares con su
alumnado.
No pretendemos en ningún momento que sea un recetario, pero sí que nos pueda
servir como punto de partida y como una forma de autorreflexión para el profesorado,
donde tendremos que aceptar que otro tipo de educación es necesaria. Las exigencias que
la sociedad les va a pedir a los futuros ciudadanos, las nuevas necesidades de nuestro
alumnado y, nos atreveríamos a decir, otras formas de aprender y recibir la información
de los niños y niñas de hoy día, hacen que no se pueda retrasar más un cambio donde la
labor de la tutoría puede jugar un papel fundamental.
207
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213
6
La relación con las familias de mi tutoría.
¡Miedo me da!
ANTONIA RAMÍREZ GARCÍA
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
La situación que se ha provocado en la clase de Elena resulta cada vez más cotidiana
en las aulas. Las familias del siglo XXI son diversas y reflejan una nueva forma de
relacionarse las personas.
Como tutora, Elena tendrá que realizar varias intervenciones. En primer lugar,
planificar el tratamiento de la diversidad familiar en su aula. En segundo lugar, organizar
214
la reunión prescriptiva con las familias a principio de curso, de manera coordinada con
sus compañeros y compañeras. En tercer lugar, tras la reunión con todas las familias,
establecer una serie de entrevistas con cada familia para conocerlas más en profundidad.
Sin embargo, la situación que se le plantea a Elena no es una mera cuestión
curricular; se trata de una actitud, de una mirada hacia otras formas de entender la
diversidad familiar.
CUADRO 6.1
Definiciones del concepto de familia
Autorías Definición
Aguilar (2001, p. La familia es el primer tejido social que enseña al niño las bases de la vida humana en
50) una dinámica de interacciones recíprocas (...) Es el espacio vital donde el niño recibe
las primeras estimulaciones (...) que le convierten en un miembro activo de su
comunidad, e incorpora las pautas culturales de su entorno.
Del Fresno (2008) Conjunto de personas que están unidas por los vínculos de parentesco, siendo estos los
responsables del cuidado de sus descendientes.
215
Entrena y Soriano La familia es el ámbito educativo más significativo en la conformación de la
(2003, p. 147) personalidad y en el proceso de socialización del ser humano.
Estrada (2014) Es una célula social o sustancia viva que protege a sus individuos y los conecta con el
mundo.
Font Pérez (1995) El grupo donde se nace y donde se asumen las necesidades fundamentales del niño. En
(citado en Pérez, él los miembros se cohesionan, se quieren, se vinculan y se ayudan recíprocamente a
2008) crecer vitalmente, a vivir como personas en todas las dimensiones: cognitiva, afectiva,
relacional, etc.
Gough (1971) «Una pareja u otro grupo de parientes adultos que cooperan en la vida económica y en
(citado por Gervilla, la crianza y educación de los hijos, la mayor parte de los cuales o todos ellos utilizan
2010, p. 13) una morada común».
Organización «A los miembros del hogar emparentados entre sí, hasta un grado determinado, por
Mundial de la Salud sangre, adopción y matrimonio. El grado de parentesco utilizado para determinar los
(OMS) (citado por límites de la familia dependerá de los usos a los que se destinen los datos y, por tanto,
Prat y Río, 2005, p. no puede definirse con precisión a escala mundial».
133)
Parada (2010) Institución humana, natural y cultural que incide en las sociedades y personas por sus
actividades universales y hechos cambiantes (económicos, sanitarios, políticos...).
Las diferentes autorías que han abordado el ámbito familiar en sus investigaciones o
reflexiones también coinciden en afirmar que todas las familias cumplen en mayor o
menor medida una serie de funciones, que fundamentalmente son, según Parada (2010),
las que a continuación se expresan:
216
de la socialización de la persona.
Para Cardús et al. (2003), el proceso de socialización es aquel por el que las
personas aprenden e interiorizan, a lo largo de su vida, los elementos sociales y
culturales de su medio ambiente, integrándoles a su personalidad a través de sus
experiencias y de los agentes sociales que le acompañan, permitiendo su
adaptación al entorno que le rodea.
Por su parte, Entrena y Soriano (2003, p. 147) expresan que en el proceso de
socialización partimos de un supuesto fundamental: el hombre no nace como ser
social sino que se hace, y este «hacerse» solamente se produce si tienen la
oportunidad de entrar en contacto y comunicarse con otros hombres.
c) Enseñar para la vida, formando a las nuevas generaciones para que puedan
desarrollarse de manera productiva y así poder formar parte de la sociedad a lo
largo de su vida. En este sentido, Bas y Pérez de Guzmán (2010) y Pérez-Serrano
(1998) caracterizan esta institución como fundamental para la expansión y futuro
desarrollo de la subjetividad de los miembros que la conforman.
En definitiva, las funciones que cumplen las familias resultan cruciales para el
desarrollo de una persona, pues una estimulación adecuada desde la más temprana edad
es fundamental para conseguir un íntegro desarrollo personal, intelectual y conductual
(Bronfenbrenner, 1979). En esta misma dirección apuntan Wilfred y Allan (2016),
quienes consideran que los padres y madres se consideran como uno de los agentes de
socialización que ejercen mayor influencia en el bien físico, psicológico, emocional y
social de sus descendientes. Este desarrollo personal requiere que las familias se
configuren también como agentes educativos, al tiempo que sean conscientes de esta
función, ya que las conductas de los padres y madres influyen en la motivación,
autoconcepto, concentración, esfuerzo, actitud, etc., de sus hijos e hijas, así como en su
aprendizaje y rendimiento posterior (González-Pienda et al., 2002).
De acuerdo con Gervilla (2010), el concepto de familia tradicional ha evolucionado
con el devenir histórico, dando lugar a un concepto más heterogéneo de esta. En este
sentido, las transformaciones sociales dotan de un nuevo significado al concepto de
familia en el contexto occidental, abandonando un modelo patriarcal en el que la mujer y
los hijos estaban subordinados al padre, quien desempeñaba el cargo de cabeza de
familia.
Los cambios sociales acaecidos durante la segunda mitad del siglo pasado y las
primeras décadas del actual nos muestran las modificaciones más relevantes que han
afectado a la fisonomía de las familias, dibujando una nueva realidad familiar diversa,
cambiante y compleja (Bolívar, 2006; Flaquer, 2000; Pérez, Chulía y Valiente, 2000;
Rivas 2007). Los cambios más significativos que se pueden mencionar son:
217
económica, han generado sustantivas modificaciones tanto en las relaciones de
pareja como en las responsabilidades que asumen hombres y mujeres ante la
crianza de los y las menores. Hemos pasado de una dependencia de la mujer
respecto al hombre, con una división nítida de funciones en la que las mujeres se
encargaban del ámbito doméstico y las funciones derivadas de la reproducción y
los hombres se ocupaban del ámbito público y económicamente productivo, a una
situación más desdibujada, donde las responsabilidades de la crianza de los hijos e
hijas, así como las labores domésticas, no son atribuidas en exclusividad a las
mujeres. Aunque queda un largo camino por recorrer para conseguir la
corresponsabilidad en el ámbito doméstico, la distribución y gestión de los
tiempos de la pareja y, por ende, de las familias se han visto modificados. La
asunción de una paternidad más comprometida y responsable es una necesidad de
nuestro tiempo que contribuye a la justicia social de las mujeres, al tiempo que
supone una oportunidad para el disfrute de muchos hombres. La compatibilidad de
los horarios de las madres, los padres y las necesidades de los hijos e hijas son
como piezas de un puzle que han de ir situándose, siempre en un plano de
horizontalidad y a través de negociaciones y consensos dialogados.
b) La incorporación de la igualdad legal entre ambos sexos, la legalización del
divorcio y los avances científicos en anticoncepción y control de la natalidad han
facilitado una procreación controlada, voluntaria y deseada. La menor influencia
de las prescripciones religiosas en la esfera pública y privada de la ciudadanía, la
liberación sexual de la mujer y el acceso al divorcio han supuesto elementos clave
para la aparición de nuevas estructuras familiares. Los ciclos en los que se agota la
vida en común son más cortos, y aparecen relaciones más breves y familias de
corta duración. El matrimonio ya no es un contrato vital, sino eventual, puesto que
en nuestra situación de cambios continuos, de inabarcable libertad de elección, la
permanencia de la familia queda cuestionada. La situación actual requiere nuestra
atención para evitar confusiones, porque la familia continúa siendo la unidad
organizativa social básica, pero su fisonomía está cambiando, mostrándose como
una posibilidad más, en una dinámica de expansiva diversidad y amplitud de
elecciones. Las visiones más conservadoras consideran que la familia nuclear
tradicional se «tambalea» por la crisis de la autoridad patriarcal, el feminismo y
los derechos del niño y la niña, valorando esta transformación como negativa,
llegando incluso a rechazar y discriminar algunas estructuras familiares. Sin
embargo, las familias del siglo XXI no se corresponden con esa visión
conservadora que se reproduce de la institución familiar.
c) El descenso de la natalidad genera una drástica reducción del tamaño de los
hogares y una inversión de la pirámide poblacional, al no existir un crecimiento
demográfico que garantice el relevo generacional. De este modo, nos hallamos
ante un proceso de creciente envejecimiento de la población, que está generando
218
un incremento significativo de situaciones de dependencia. Cada vez son más las
personas mayores que necesitan cuidados. Las mujeres, tradicionalmente
proveedoras de esos cuidados, con su incorporación al mundo laboral y su
legítimo proceso de emancipación no pueden atender dichas demandas. En la
actualidad no se ha producido una corresponsabilidad del género masculino en la
asunción de este tipo de actividades, de forma que puedan compartirse
satisfactoria y democráticamente. El Estado, por su parte, tampoco ofrece un
servicio público, universal y gratuito, que garantice el bienestar de nuestros
mayores. Todo ello genera situaciones de estrés familiar, de atención simultánea a
múltiples demandas, de incompatibilidad horaria y de sentimientos de desamparo
y soledad en nuestros ancianos y ancianas.
d) Se está posponiendo la edad, o el momento del ciclo vital en el que las mujeres se
convierten en madres. Mientras que en décadas pasadas la edad de maternidad se
situaba en torno a los 25 o 30 años, en la actualidad el promedio de edad en el que
una mujer es madre por primera vez se sitúa entre los 35 y los 40 años. Este
aplazamiento de la edad para ser madre es provocado por una inserción más tardía
en el mercado laboral y, por consiguiente, una prolongación de la vida en el hogar
de los progenitores. Otro de los factores que se apunta es la necesidad de los y las
jóvenes de tener un contexto más estable, de vivienda, laboral y relacional, para
aventurarse a la experiencia paternal o maternal (Bas y Pérez de Guzmán, 2010).
Por otro lado, también se esgrime la incompatibilidad de horarios entre la crianza
y las demandas laborales de los adultos. Es una tendencia sociológica contrastada
que la edad de crianza de los hijos e hijas y la atención a los mayores está cada vez
más próxima, y en algunos casos se está superponiendo. Ello genera una
sobrecarga, sobre todo en las mujeres, que afecta a la estructura relacional de la
familia y a su propio bienestar.
e) La proliferación de alternativas al matrimonio, tanto religioso como civil, aumenta
el número de nuevas formas familiares. En los últimos años comienzan a aparecer
nuevos contratos familiares, debido a los numerosos cambios en la sociedad. La
evolución en las formas de relación y convivencia no solo afecta a las prácticas,
sino también a las formas de pensar, simbolizar y hablar del mundo familiar, es
decir, a la construcción de las identidades familiares.
f) Visibilidad social de diversas orientaciones sexuales que conllevan la
configuración de nuevas uniones o matrimonios entre personas del mismo sexo
(Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de
derecho a contraer matrimonio).
g) La globalización de la sociedad en la que vivimos también ha originado flujos
migratorios que han configurado familias procedentes de culturas, religiones y
etnias diferentes.
h) Una importante crisis de valores sobre cómo se ha de educar a los hijos, haciendo
219
difícil encontrar un modelo que sirva de referencia para hacer frente a las
transformaciones sociales.
i) La influencia de otros agentes educativos, como los medios de comunicación, cada
vez más extendidos en todos los hogares (televisión, Internet, redes sociales,
teléfonos móviles, etc.).
j) La ausencia del hogar para dedicar tiempo a actividades extraescolares como el
aprendizaje de idiomas, asistencia a escuelas deportivas o, simplemente, visitas a
recreativos o reuniones con los amigos y amigas.
220
pareja de hecho, las personas que la forman deben estar inscritas en el registro
municipal o autonómico. Puede haber dos tipos de parejas de hecho: las que son
conformadas por personas homosexuales o por personas heterosexuales.
e) Familias reconstruidas polinucleares o mosaico. Este tipo de familia se caracteriza
porque alguno de los cónyuges ha formado una familia con anterioridad y uno de
los dos cónyuges tiene un hijo o hija procedente de esa relación anterior (Pereira,
2002). También son denominadas como «familias de tejido secundario»,
«neofamilias» o «familias multiparentales». En ella pueden integrarse familias
nucleares típicas reconstruidas (parejas en las que uno de los integrantes ha estado
casado antes), familias polinucleares (separados que han vuelto a formar una
pareja teniendo cargos económicos con la familia anterior) y familias
polinucleares reconstituidas o en mosaico (parecida a la anterior, pero habiendo
tenido hijos con la familia anterior). La familia reconstituida más antigua, la de
toda la vida, es la que proviene de la muerte de uno de los cónyuges. El padre o la
madre viudo o viuda se vuelve a emparejar y aparece la figura del padrastro o
madrastra.
f) Familias homoparentales. Estas familias se encuentran formadas por una pareja del
mismo sexo. Se caracterizan por estar formadas por dos padres o dos madres y por
tener hijos de diferente nacionalidad. Otra de las cosas que caracteriza a este
modelo es la posible existencia de hijos de matrimonios anteriores, hijos que son
fruto de fecundación in vitro de alguno de los miembros de la pareja o hijos que
han sido adoptados, etc. La sociedad en la que vivimos aún no ha reconocido
totalmente este modelo de familia. De hecho, algunas investigaciones, como la
realizada por Generelo, Pichardo y Galofré (2008), reconocen que en los centros
educativos se invisibiliza la realidad homosexual. De igual forma sucede en los
materiales curriculares con los que se trabaja en los centros educativos. No
obstante, también cabe mencionar que existen iniciativas de dibujos animados,
como «La doctora juguetes», en la que se aborda en un capítulo el tema de la
familia homoparental de dos mujeres.
g) Familia de convivencia. Este modelo de familias se diferencia de los anteriores en
que la unión familiar no está reconocida de manera oficial en un papel. Esta consta
de dos cónyuges y los hijos, pero cuenta con el inconveniente de no poder recibir
ninguna pensión, ya que a efectos legales únicamente existe una cohabitación.
Otra clasificación que se puede realizar sobre las familias es la que tiene en cuenta la
procedencia de sus miembros. En este sentido se pueden distinguir las siguientes:
a) Familias biológicas. Son las que están integradas por hijos e hijas que mantienen
una relación de consanguinidad con sus progenitores.
b) Familias adoptivas o acogedoras. Son aquellas que acogen a uno o varios
menores por medio del proceso de adopción, estableciendo con este o estos una
221
relación estable y duradera basada en los principios de amor, protección y
sustento. Las familias acogedoras suscriben un compromiso de amor filial con los
y las menores por un período de tiempo limitado, tras el cual el niño o la niña son
insertados nuevamente en su entorno familiar ordinario (biológico o institucional).
c) Familias inmigradas. Aquellas compuestas por uno o los dos miembros de la
pareja, cuyo origen étnico y cultural es diferente del país en el que viven.
Normalmente poseen unas tradiciones, costumbres, rutinas, valores y normas
distintas del territorio donde se ubican. La convivencia armónica de estas personas
dependerá tanto de su actitud de integración como de la capacidad de acogida y
respeto del resto de la comunidad.
Con independencia del criterio que adoptemos, es necesario analizar qué repercusión
manifiesta esta diversidad familiar en el contexto educativo. En este sentido, López,
Díez, Morgado y González (2008) manifiestan que la educación formal, en general, se ha
posicionado ignorando la diversidad familiar y manteniendo prejuicios al respecto, en
aspectos como:
222
patológicas» (González y Triana, 1998).
223
han de colaborar juntas en este desarrollo integral:
224
requiere también una reforma en este sentido (Rizzi et al., 2011).
Otro aspecto de reflexión es la idea que expresan Parreira do Amaral y Dale (2013),
quienes afirman que lo habitual es que se trate a los padres como si fueran un colectivo
homogéneo, aunque obviamente no lo son. En todos los sistemas se detecta la
participación diferencial de los padres en función de la etnia, el origen social y la
situación económica, siendo común una menor implicación de los padres entre los
colectivos más desfavorecidos. Con independencia de esta situación, Egido (2014)
manifiesta que en la gran mayoría de los países europeos las familias tienen todavía unas
posibilidades muy limitadas de participación en el sistema escolar.
Incluso desde el punto de vista legal, estamos aún lejos del ideal de colaboración en
términos de igualdad, ya que eso supondría considerar que los padres tienen la misma
legitimidad y la misma esfera de influencia que otros sectores, como el profesorado o la
propia administración educativa (Loncle et al., 2013). La «comunidad educativa» es una
expresión que se usa a escala internacional, pero es esencialmente metafórica y oculta el
hecho de que la relación no se basa en la igualdad. Incluso los padres más activos, en los
sistemas más participativos, tienen solo una influencia limitada (Parreira do Amaral y
Dale, 2013; Périer, 2012).
Por su parte, las escuelas se ven desbordadas ante un cúmulo cada vez mayor de
funciones que han de asumir: la burocracia administrativa propia, los cursos de
formación, la elaboración de nuevos planes y proyectos, las reuniones de coordinación,
la asistencia a claustros y consejos escolares, la programación del proceso de enseñanza-
aprendizaje, la docencia...; en definitiva, las labores propias de un centro escolar.
Además de estas actuaciones, los docentes han asumido, en diferentes casos, el rol de
padres y madres de muchos niños y niñas que presentan falta de autoestima, dificultades
de aprendizaje, problemas de conducta o un sinfín más de cuestiones que afectan de
manera directa a su alumnado y que, en ocasiones, las familias no saben cómo hacerles
frente.
Por ello, es necesario que esta relación se reconduzca en un camino bidireccional de
esfuerzo compartido entre familia y escuela. En un centro educativo participan diferentes
actores sociales, como profesores, alumnos, padres y personal de administración y
servicios, cumpliendo las funciones que les corresponden dentro del proceso educativo.
Es por ello por lo que la vida en equipo es algo subyacente al hecho de la propia
escolarización (González-Vargas, 2014), lo que permite la participación de todos los
sectores de esta comunidad en la vida del centro, bien de manera formal y/o informal,
bien de modo individual y/o colectivo (Auduc, 2007; García-Bacete, 2003; Garreta,
2012; Garreta, 2013).
Como hemos indicado en varias ocasiones, la familia y la escuela son dos mundos
225
llamados a trabajar en común. En este apartado mostramos algunos de los espacios de
cooperación donde pueden concretarse los esfuerzos compartidos de ambas agencias de
formación.
La participación de los padres en la escuela ha adquirido una gran importancia en las
últimas décadas, considerándose uno de los indicadores clave de la calidad de los
sistemas educativos. De ahí que la colaboración en la formación del alumnado sea una
temática que aborde la atención en dos planos: político-legislativo y científico.
La Comisión Europea publicó en el año 2000 el Informe Europeo sobre Calidad de la
Educación Escolar, en el que se determinan dieciséis indicadores que marcan la
categoría de la enseñanza. Considera la participación de los padres como el indicador de
calidad número 12, de los 16 considerados, perteneciente a la categoría de «Seguimiento
de la educación escolar», y afirma textualmente:
Unos años antes, el Proyecto Includ-ed (2006) analizaba cinco tipos de participación
de las familias y su relación con el rendimiento académico del alumnado: informativa,
consultiva, decisoria, evaluativa y educativa. Los tres últimos son los que contribuyen al
éxito escolar.
226
a) Informativa: el centro transmite información a las familias, y estas solo la reciben
por diferentes vías y sin más posibilidades de participar.
b) Consultiva: las familias pueden formar parte de los órganos de gobierno de un
centro, pero su papel es meramente de consulta.
c) Decisoria: las familias pueden participar en la toma de decisiones referentes a los
contenidos de enseñanza y a la evaluación.
d) Evaluativa: las familias aumentan su presencia en los procesos de evaluación del
alumnado y del propio centro.
e) Educativa: las familias se implican en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
Asimismo, desde el año 2005 existe la Red Europea Cooperación entre padres y
escuela, cuya finalidad es profundizar en la mejora de la cooperación entre las familias y
los centros escolares. Entre otras iniciativas, esta Red ha formulado una serie de
recomendaciones destinadas a la mejora de la cooperación. En ellas se indica que la
participación debe estar claramente regulada en la normativa en forma de derechos de los
padres, y debe ser considerada como un criterio para la calidad de la escuela,
incluyéndola en los estándares de calidad de los centros escolares en todos los países
(Copasch, 2008).
Esta importancia de la participación de las familias en la escuela ha supuesto, pues, su
regulación en la normativa educativa. La presencia de un mecanismo legal es esencial y
precisa, para que la escuela y las familias armonicen sobre la formación y educación
integral del alumnado en una misma dirección. Así, la participación supone el medio de
canalización de la ayuda y de la colaboración entre el entorno familiar y escolar (Rivas,
2007).
Las distintas normas legales que regulan la participación de las familias en los centros
educativos muestran las estructuras en las que se posibilita dicha participación. En este
227
sentido, podemos mencionar las siguientes: consejo escolar, asociaciones de madres y
padres de alumnado, delegados de familias y acción tutorial.
228
primaria, y de los centros públicos específicos de educación especial, especifica que
estas asociaciones han de inscribirse en el Censo de Entidades Colaboradoras de la
Enseñanza, a que se refiere el Decreto 71/2009, de 31 de marzo, por el que se regula el
Censo de Entidades Colaboradoras de la Enseñanza.
Además, este Decreto manifiesta que estas asociaciones tendrán derecho a ser
informadas de las actividades y régimen de funcionamiento del centro, de las
evaluaciones de las que haya podido ser objeto, así como del plan de centro establecido
por el mismo. Junto a ello, en sus estatutos se han de garantizar las siguientes
finalidades:
a) Asistir a los padres, madres o representantes legales del alumnado en todo aquello
que concierna a la educación de sus hijos e hijas o menores bajo su guarda o
tutela.
b) Colaborar en las actividades educativas del centro.
c) Promover la participación de los padres, madres o representantes legales del
alumnado en la gestión del centro.
Por último, esta norma legal señala que se ha de facilitar la colaboración de las
AMPAS con los equipos directivos de los centros, y la realización de acciones
formativas en las que participen las familias y el profesorado.
Aunque el funcionamiento de las AMPAS de los centros es muy diverso,
dependiendo del número y grado de implicación de las familias, de las relaciones que
establezcan con el equipo directivo y el consejo escolar del centro, así como de las
actividades y propuestas que planteen, en general suponen una plataforma óptima para
canalizar la participación de las familias en los centros. Las AMPAS, al ser uno de los
canales formales para articular la presencia de las familias en la escuela, suelen ser
fuentes de apoyo para la gestión del centro, ya que están presentes como representantes
del sector de padres y madres en el consejo escolar.
No obstante, en Andalucía la regulación de su funcionamiento quedó sistematizada en
el Decreto 27/1988, de 10 de febrero, por el que se regulan las Asociaciones de Padres
de alumnos de centros docentes no universitarios en el ámbito de la Comunidad
Autónoma de Andalucía, y complementada con el Real Decreto 1740/2003, de 19 de
diciembre, sobre procedimientos relativos a asociaciones de utilidad pública.
Por su parte, Bolívar (2006) apunta que las AMPAS posibilitan la realización de las
siguientes actuaciones:
229
c) Prestar servicios complementarios a la escuela.
d) Participar en los órganos municipales de educación, así como en otros órganos de
planificación estratégica de la comunidad.
e) Desarrollar programas educativos comunitarios.
Según Garreta (2007), algunas de las funciones de estas asociaciones son favorecer la
relación y coordinación entre las familias y el personal docente, representar a los padres
y madres ante las administraciones públicas, trabajar para mejorar la participación y el
compromiso de los padres, los hijos y de la sociedad en general, así como organizar
actividades formativas (charlas, escuela de padres y madres, cursos) y actividades
socioculturales (fiestas, conciertos, fondos para la biblioteca...), que favorecen la
educación del alumnado y facilitan el conocimiento y la relación entre las familias.
Aquel padre o madre elegido de entre las familias de un grupo-aula del centro
educativo, cuya responsabilidad es representarlas en las necesidades e intereses de
sus hijos e hijas de manera colectiva, e implicarlas en la mejora de la convivencia
y los rendimientos educativos, todo ello en coordinación con el tutor o tutora del
grupo (p. 26).
230
concretamente en sus artículos 9 y 10 regula cuestiones relativas a esta figura, tales
como el procedimiento de elección y las funciones que han de ejecutar.
Las funciones que los delegados o delegadas de familia han de realizar son las que se
expresan a continuación:
a) Representar a las madres y los padres del alumnado del grupo, recogiendo sus
inquietudes, intereses y expectativas y dando traslado de los mismos al
profesorado.
b) Asesorar a las familias en el ejercicio de sus derechos y obligaciones.
c) Implicar a las familias en la mejora de la convivencia y de la actividad docente en
el grupo y en el centro, e impulsar su participación en las actividades que se
organicen.
d) Fomentar y facilitar la comunicación de las madres y los padres del alumnado con
el tutor o tutora del grupo y con el resto del profesorado que imparte docencia al
mismo.
e) Facilitar la relación entre las familias y el equipo directivo, la asociación de padres
y madres del alumnado y los representantes de este sector en el consejo escolar.
f) Colaborar en el desarrollo de las actividades programadas por el centro para
informar a las familias y para estimular su participación en el proceso educativo.
g) Mediar en la resolución pacífica de conflictos, de acuerdo con lo que, a tales
efectos, disponga el plan de convivencia.
h) Colaborar en el establecimiento y seguimiento de los compromisos educativos y
de convivencia que se suscriban con las familias del alumnado del grupo.
Para cumplir con estas funciones, Calvo y Mesa (2012) entienden que la figura del
delegado o delegada de familia debe poseer unas competencias básicas:
231
un diseño de estrategias, funciones y tareas coordinadas, así como el reconocimiento de
los padres y madres del grupo como una figura de confianza. De este modo familia y
profesorado irán en la misma dirección en aspectos fundamentales y necesarios para una
educación de calidad.
Asimismo, hay que considerar que esta figura no sustituye ninguno de los canales de
comunicación habituales entre las familias y el profesorado de Educación Primaria,
manteniéndose las tutorías, las asambleas de curso y los procedimientos de información
por escrito o de forma virtual.
Su función es canalizar las opiniones, intereses y propuestas de las familias al tutor o
tutora, al tiempo que recibe y difunde entre ellas la opinión y acuerdos colectivos
alcanzados con la maestra. Es una figura eficaz para distribuir de forma rápida
informaciones y acuerdos que afectan a todas las familias del aula. Normalmente
dispone de una forma de acceso segura y rápida (teléfono móvil a través de los grupos de
WhatsApp o correo electrónico) al resto de familias del aula, lo cual facilita
enormemente el canal de comunicación entre la tutora o el tutor y las madres y padres.
En definitiva, los padres y madres delegados o delegadas de curso posibilitan a las
familias la participación de una manera ordenada y razonable en la vida escolar, para
entenderla mejor y conseguir juntos que hijos e hijas, alumnos o alumnas, reciban la
mejor educación posible.
4. La acción tutorial
232
compromisos educativos y participación informal, entre otras.
La LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), expresa en su artículo 119.5 que
las administraciones educativas han de favorecer la información y la formación dirigida
a los padres y madres de alumnos y alumnas. En este sentido, las Escuelas de Madres y
Padres pueden convertirse en un instrumento eficaz para desarrollar esta formación.
Algunos estudios, como los llevados a cabo por Maganto et al. (2000, 2003, 2008),
Martínez et al. (2010) y Torío et al. (2010), reconocen los beneficios de programas de
formación para padres en su competencia para participar en la vida escolar.
La LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), determina que uno de los
principios del sistema educativo español es el reconocimiento del papel de los padres,
madres y tutores legales como primeros responsables de la educación de sus hijos. En
este sentido, la LEA (2007) expresa en el artículo 29 el derecho y el deber de las familias
en relación al proceso educativo de sus hijos e hijas.
Las familias tienen derecho a participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas,
apoyando el proceso de enseñanza y aprendizaje de estos, al tiempo que la
Administración educativa ha de facilitar una adecuada información a las familias para
estimular su participación en dicho proceso. Por otro lado, la familia tiene la obligación
de colaborar con los centros docentes y con el profesorado, especialmente durante la
educación infantil y la enseñanza básica, mientras que los centros docentes han de
informar periódicamente a las familias sobre la evolución escolar de sus hijos e hijas,
establecer procedimientos para facilitar la relación de las familias con el profesorado y
garantizar que sean oídas en aquellas decisiones que afecten a dicha evolución escolar.
Estos derechos y deberes de las familias han sido abordados de manera más profunda
en el Decreto 328/2010, de 13 de julio, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico
de las escuelas infantiles de segundo grado, de los colegios de educación primaria, de
los colegios de educación infantil y primaria, y de los centros públicos específicos de
educación especial. En el caso de los derechos, el artículo 10 señala los siguientes:
233
f) Ser informadas puntualmente de las faltas de asistencia de sus hijos e hijas al
centro.
g) Suscribir con el centro docente un compromiso educativo para procurar un
adecuado seguimiento del proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas.
h) Conocer el plan de centro.
i) Ser informadas de las normas de convivencia establecidas en el centro.
j) Recibir notificación puntual de las conductas contrarias o gravemente perjudiciales
para la convivencia realizadas por sus hijos e hijas.
k) Suscribir con el centro docente un compromiso de convivencia, con objeto de
establecer mecanismos de coordinación con el profesorado y con otros
profesionales que atienden al alumno o alumna que presente problemas de
conducta o de aceptación de las normas escolares, y de colaborar en la aplicación
de las medidas que se propongan, tanto en el tiempo escolar como extraescolar,
para superar esta situación.
l) Recibir información de las actividades y régimen de funcionamiento del centro, así
como de las evaluaciones de las que haya podido ser objeto.
m) Recibir información sobre los libros de texto y los materiales didácticos adoptados
en el centro.
n) Participar en la vida del centro y en el consejo escolar.
o) Utilizar las instalaciones del centro en los términos que establezca el consejo
escolar.
3. Participación informal
234
planificada y organizada, o una participación esporádica, cuando los padres solo actúan
en momentos determinados del curso escolar.
En la participación sistemática las familias acuden al aula de manera coordinada y
planificada durante la jornada escolar, beneficiando el rendimiento del alumnado.
Algunas de las fórmulas de participación pueden ser a través de talleres, por ejemplo
sobre restas con llevadas, lectura, escritura creativa, manualidades, etc.
Desde su perspectiva, el enfoque de proyectos facilita la aproximación a las familias
y potencia un mayor compromiso de las mismas con el proyecto de la escuela.
Por otro lado, la participación esporádica puede abarcar los siguientes aspectos:
a) Centros educativos:
235
de Varanda» (Zaragoza).
— Familias: participación y compromiso en una comunidad de aprendizaje.
Colegio público «La Pradera» (Valsaín, Segovia).
— Todos somos comunidad: participación familiar en la escuela. Colegio público
«Entre Culturas» (Hellín, Albacete).
— El contrato educativo del colegio público de Hurchillo. Colegio público
«Manuel Riquelme» (Hurchillo, Orihuela).
— Trasformando el centro, trasformando el barrio. Colegio público «Antonio
Machado» (Mérida, Badajoz).
— Cumpliendo sueños. Colegio público «Caballero de la Rosa» (Logroño, La
Rioja).
236
El hecho de que un padre o una madre forme parte o no en las diferentes estructuras o
posibilidades de participación en los centros educativos no significa que se implique en
el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos e hijas.
En este sentido, diversas políticas educativas están apostando de manera decidida
porque las familias vuelvan a recuperar el papel que les corresponde y se impliquen de
manera efectiva en la educación de sus hijos e hijas.
Para Epstein (1987), la implicación educativa familiar puede producirse en dos
contextos; por un lado, la producida en el hogar (apoyo de los padres, desarrollo de
actividades educativas en casa, etc.) y la que tiene lugar en relación a la escuela
(comunicación padres-maestros, actividades de la escuela, órganos de gobierno, etc.). En
el cuadro 6.2 se aprecia la conceptualización de Epstein (1987) en relación a la
mencionada implicación educativa familiar.
CUADRO 6.2
Marco conceptual de Epstein de implicación-familia-comunidad
Crianza de los hijos Proporcionar hogar, salud, nutrición, seguridad, condiciones favorables de estudio
en el hogar, etc.
Hace más de veinte años, Swap (1993) propuso varios modelos para implicar a los
padres y reducir los posibles conflictos con el profesorado:
237
se consigue una mayor implicación de los padres.
Para Catsambis (1998, p. 24), los tipos más eficaces de implicación parental no son
los de supervisión del comportamiento, sino los orientados a aconsejar o guiar
decisiones académicas. Sin embargo, diferentes investigaciones señalan que los padres y
madres aumentan su implicación cuando a su hijo no le va bien en la escuela (Silinskas,
Leppänen, Aunola, Parrila y Nurmi, 2010), y su ayuda suele estar basada en el control
(Nuñez, Suárez, Rosário et al., 2015).
Más recientemente, Epstein (2011) ha perfilado su propuesta inicial y apunta que el
partnership es la mejor solución para conseguir una implicación eficaz de los padres.
Esta fórmula se basa en la responsabilidad compartida en casa, en la escuela y en la
comunidad para el aprendizaje y desarrollo de los niños. Los estudiantes son el centro
del partnership y tienen que ser miembros activos en los tres contextos, el nexo de unión
entre todos ellos. Este autor distingue seis tipos de colaboración, necesarios para
alcanzar el éxito en la escuela: parenting, communicating, volunteering, learning at
home, decision making y collaborating with the community. Asimismo, propone un
active team for partnership como grupo de trabajo, en el que todo profesor y padre
interesado en el éxito del alumnado tiene un rol relevante.
Otros autores hablan de family engagement o parent involvement para referirse a la
responsabilidad compartida entre familia, escuela y comunidad. En este proceso, la
confianza se configura como el elemento crítico de la relación familia-escuela, pues
ambas instituciones se implican más cuando tienen confianza los unos en los otros
(Reparaz y Naval, 2014). La dirección de los centros educativos y una formación del
profesorado adecuada son considerados factores relevantes en la consecución de un
verdadero parent involvement (Glasgow y Whitney, 2009; Weiss, Bouffard, Bridgall y
Gordon, 2009). Por su parte, Shumow (2009) diferencia en el parent involvement tres
procesos de colaboración:
238
control y relación con los hijos e hijas.
b) Relaciones familia-escuela: comunicación con el docente, participar en eventos del
colegio, en voluntariado, participar en grupos de decisión, etc.
c) Responsabilidad ante los resultados del aprendizaje o ante aquellas actividades
familiares y de la comunidad que promueven el crecimiento social y académico;
controlar el progreso académico del alumnado y tener razonables expectativas de
éxito.
239
Por su parte, Eisterhold (2012) manifiesta que los beneficios de la implicación
familiar en los centros escolares de Educación Primaria se centran fundamentalmente en
tres ámbitos: el desarrollo social del niño, las relaciones con los docentes y la
convivencia en el centro, así como los rendimientos académicos del alumnado. En este
último ámbito las investigaciones resultan contundentes al respecto: la influencia de las
familias sobre los resultados académicos del alumnado constituye un factor trascendental
en el éxito escolar del niño o la niña (Bolívar, 2006; Consejo Escolar del Estado, 2014;
Sheldon, 2007).
De un modo u otro, autores como Mullis, Rathge y Mullis (2003) destacan que las
prácticas educativas afectuosas y democráticas son sinónimo de éxito académico. Por su
parte, García-Bacete (2003) sostiene que la implicación parental en el colegio influye en
el alto rendimiento académico de los niños y niñas. Del mismo modo, Jeynes (2011)
confirma en un metaanálisis realizado que el factor «implicación parental» (parent
involvement) guarda una alta relación con el rendimiento académico del alumnado, tanto
cuando se examina como variable global, como cuando se analiza en sus diversos
componentes. Otros estudios, como los de Córdoba, García, Luego, Vizuete y Feu
(2011) y Fan, Williams y Wolters (2011), confirman que, a mayor participación familiar
en los centros educativos, mayor rendimiento y motivación.
Por otro lado, Sanders y Sheldon (2009) aportan resultados sobre los beneficios no
académicos del alumnado. Al proporcionar a las familias contacto e información sobre el
colegio y sobre su hijo o hija se reduce el absentismo escolar, disminuyen los problemas
de convivencia y las conductas disruptivas del alumnado, especialmente en familias de
bajo nivel sociocultural, mejoran sus actitudes hacia la escuela y aumenta su motivación
hacia el aprendizaje.
Las bondades de la implicación familiar en los centros educativos queda fuera de toda
duda; sin embargo, existen diversas barreras docentes y familiares que impiden que se
lleve a la práctica. En el ámbito escolar las barreras girarían en torno a:
En el ámbito familiar habría que distinguir entre barreras individuales o grupales, que
van desde una mala experiencia personal en la escuela hasta la existencia de barreras
240
culturales, lingüísticas o socioeconómicas, pasando por un conflicto personal con un
profesor o una falta de interés, de tiempo, de conocimiento y, por supuesto, de
implicación con el ideario o con el proyecto educativo del centro (Reparaz y Naval,
2014). Según Walther (2013), es la apatía o la falta de interés de los padres por tomar
parte en la vida de la escuela el mayor impedimento para la participación. Esta situación
se ve además agravada por la tendencia creciente de muchas familias a delegar toda la
responsabilidad sobre la educación de sus hijos en el centro educativo, dimitiendo en
gran medida de sus funciones educativas primarias. En este sentido, Cano y Casado
(2015) afirman que un número elevado de padres tienen serias dificultades para educar a
sus hijos porque «no saben», «no pueden» o «no quieren».
241
mismo, su familia, etc.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
Una situación que rompe con lo considerado «normal» no siempre es fácil de abordar
en un centro educativo, sobre todo si ello tiene que ver con cuestiones de carácter sexual
e implica concepciones ideológicas diferentes.
Un tratamiento inclusivo de la situación puede convertirse en la fórmula más
adecuada para evitar herir susceptibilidades y tratar el tema de la diversidad familiar con
total naturalidad en el aula, con independencia de los valores e ideologías de cada
familia.
El centro educativo ha de dar respuesta a nuevas formas de convivencia familiar y se
ha de plantear desde una óptica de respeto hacia todas las sensibilidades.
Ante la situación que ha surgido en el grupo de 2.º B, desde el equipo directivo del
centro se han de considerar actuaciones en diferentes ámbitos:
242
y Primaria y toma de conciencia general de los cambios que se han de realizar en
el centro.
b) Planificación de la organización de la primera reunión con las familias en el mes
de octubre y de las futuras entrevistas personales.
La primera de las actuaciones que se puede llevar a cabo por parte del equipo
directivo es el establecimiento de directrices comunes para todos los ciclos de
Educación Infantil y Primaria y toma de conciencia general de los cambios que se han
de realizar en el centro.
El claustro de profesorado es el órgano que permite gestionar la vida académica del
centro y el que posibilita que todos los docentes expresen su opinión sobre cualquier
cuestión que atañe a la misma. Sería conveniente que el tema de la diversidad familiar
fuese tratado en el claustro, ya que si el centro adopta una postura inclusiva de la
situación habrá que tomar una serie de decisiones, que pasarían por:
1. Revisar los documentos oficiales del centro y plasmar por escrito esta visión
inclusiva de la diversidad familiar.
2. Materializar esta revisión en actuaciones concretas como las propuestas por López-
Martín (2017):
243
términos amplios y no excluyentes con los que se identifique cualquier modalidad
familiar (p. ej., familia o progenitor 1 y progenitor 2, en lugar de padre y madre).
c) Revisar las ideas de partida, prejuicios y estereotipos de los y las docentes
respecto a la diversidad familiar. Esta es una actuación compleja, ya que nos
encontramos en el ámbito de los valores e ideologías personales. No obstante, si
desde la dirección del centro se plantea como una respuesta a las nuevas demandas
sociales, desde una visión inclusiva sin entrar en una valoración moral de las
diferencias y buscando el bienestar psicológico del menor, el punto de partida
desde el que actuar en el centro será positivo.
d) Revisar el tratamiento educativo de ciertos contenidos relacionados con las
familias. La mayoría de los materiales comerciales siguen presentando una imagen
única de familia (padre, madre, hijos e hijas). El centro ha de replantearse el
criterio de selección de los materiales curriculares, juegos, puzles, imágenes,
cuentos, canciones, poesías, etc., buscando aquellos que incluyan diversos tipos de
familias. En este sentido, se podría solicitar a las editoriales que remitiesen al
centro materiales que respondan a este nuevo criterio. Una recomendación
también sería la sustitución de las tradicionales celebraciones del «Día del Padre»
o «Día de la Madre» por el «Día Internacional de las Familias» (propuesto desde
Naciones Unidas para el 15 de mayo). De este modo, cualquier modalidad familiar
quedaría reflejada, con independencia de su composición.
e) Formación específica del profesorado para la participación educativa de las
familias, como una propuesta pedagógica que permita superar las barreras
existentes y mejorar la relación familia-escuela (Epstein, 2011; Grant y Ray, 2013;
Hernández y López, 2006).
a) Desde qué áreas abordar la diversidad familiar. En este sentido, como hemos
podido comprobar, el área de Ciencias Sociales es la más propicia para abordar en
su grupo esta temática, ya que existen elementos curriculares que posibilitan el
conocimiento de la composición familiar y su evolución a través, por ejemplo, de
la realización de árboles genealógicos. El área de Lengua extranjera también
incorpora una serie de elementos curriculares vinculados con la familia, por lo que
Elena tendrá que coordinarse con el especialista de esta área para realizar un
tratamiento semejante.
b) Mostrar una actitud abierta y respetuosa hacia la diversidad familiar en las
interacciones cotidianas del aula. Como es conocido por todos, la figura del o la
docente constituye un referente constante y un modelo a imitar por parte de los
niños y niñas. En este sentido, la actitud de Elena es fundamental para afrontar con
naturalidad el tema de la diversidad familiar, la educación afectivo-sexual o
244
cualquier otro tema que pudiera ocasionar algún tipo de cuestionamiento. Desde la
acción tutorial se podría abordar también esta temática, con el fin de prevenir
situaciones futuras que pudieran generar problemas en la convivencia del aula y
del centro, y fomentar comportamientos empáticos en el conjunto del alumnado.
c) Incorporar la diversidad familiar a la dinámica del aula. La presencia en el aula
de otras personas externas al centro contribuye a abrir el centro a la comunidad
educativa, a la sociedad. Del mismo modo que se invita a las familias a que
describan sus profesiones, o a los abuelos y abuelas para que cuenten historias
sobre su vida, se puede invitar a los miembros de familias no convencionales para
que puedan ofrecer una visión amplia de la diversidad existente.
245
relaciones de comunicación fluidas, y resguardo de recibo de la información
para que sea firmada por las familias.
— Organización del espacio. El espacio ha de ser acogedor, cómodo, alejado de
zonas de bullicio y sin interrupciones. El aula es un buen lugar para celebrarla,
pues las familias pueden sentirse cómodas ocupando el lugar de sus hijos e
hijas en el aula. Para ello se puede elaborar un cartel por los mismos alumnos
en el que escriban su nombre y lo dejen sobre la mesa.
— Elaboración de materiales que se necesitarán en la misma: guion de los
aspectos que se abordarán en la reunión, un listado con el nombre del alumnado
para recoger la firma de las familias asistentes a la reunión, e información sobre
la posibilidad de contactar a través de correo electrónico o de la plataforma
PASEN.
d) Presentación de la información:
246
por escrito, etc.
— Derechos y deberes de las familias.
— Compromisos educativos y de convivencia.
— Recomendaciones sobre el uso del grupo de WhatsApp de la clase, de tal forma
que no se convierta en un elemento de fricciones entre las propias familias y
realmente sea un instrumento de comunicación interfamiliar (Ramírez-García,
2014).
— Resumen final de los aspectos más importantes de la reunión.
— Apertura de un turno de preguntas.
— Ofrecimiento de Elena para cualquier entrevista individual con la familia que
así lo desee.
— Despedida a las familias.
Tras la reunión, Elena podría enviar por correo ordinario o electrónico a las familias
no asistentes los aspectos más importantes tratados en la reunión. En este sentido,
Boronat (1997) aconseja no reducir el contacto a este primer encuentro y celebrar
entrevistas individuales a lo largo del curso escolar. De acuerdo con la mencionada
Orden de 20 de agosto de 2010, estas entrevistas con las familias o tutores legales
podrán llevarse a cabo previa citación de la tutora o por propia iniciativa de la familia. El
horario de las mismas se fijará para posibilitar la asistencia de los padres y madres en
horario de tarde.
La entrevista consiste en una serie de preguntas adaptadas a las peculiaridades de
cada familia. Cualquiera que sea la entrevista, conviene considerar tres momentos:
preparación, desarrollo y seguimiento. En estas entrevistas individuales conviene que:
— ¿Qué imagen del alumno o alumna tiene la familia? Para ello se puede pedir a
las familias que definan a su hijo o hija, describan cómo lo ven, etc.
— ¿Qué expectativas tienen sobre el alumno o alumna? Con frecuencia las
expectativas no suelen coincidir ni con las del alumnado ni con los datos de los
que dispone el centro educativo.
— ¿Qué elementos de la dinámica familiar ayudan a entender mejor al alumnado?
247
e) Quede constancia por escrito de los acuerdos adoptados entre ambos miembros de
la comunidad educativa.
En el caso de iPasen, las funcionalidades que ofrece la aplicación giran en torno a los
siguientes aspectos:
248
sobre la marcha de sus hijos.
k) Recepción de notificaciones enviadas desde Séneca por ausencias de sus hijos o
cualquier otro tipo de mensaje.
l) Subida de la foto del alumnado a su ficha (https://bit.ly/2werOHB).
Además, como manifiesta Ranz (2014, p. 28), la tecnología digital no solo está
cambiando la relación alumno/profesor; también está transformando la comunicación
entre las familias y los centros educativos. En este sentido, hay centros educativos que se
están adaptando a esta nueva realidad mediante lo que han denominado «acción tutorial
2.0», entendiéndola como:
a) Blog. El blog para la acción tutorial 2.0 puede ser un blog de centro, un blog del
equipo de tutores o un blog del equipo de orientación. Este no debe ser una mera
duplicación de los contenidos de comunicación de la estrategia offline del centro o
departamento, ni tampoco puede quedar reducido a un mero repositorio de enlaces
y recursos. Para que el blog sea sostenible en el tiempo necesita ser alimentado
continuamente, trabajar en equipo y estar en coherencia con el resto de la
estrategia global de comunicación del centro. El blog se podría estructurar en
pestañas, que incluyesen los distintos grupos de interés (familias, profesorado y
alumnos) y los ámbitos fundamentales de actuación (atención a la diversidad,
acción tutorial y orientación académica). En la zona central se recogerían, por
orden cronológico, las diferentes entradas, y en la columna de la derecha se
integrarían el conjunto de servicios y herramientas digitales al servicio de la
comunidad educativa.
b) Las redes sociales: Twitter y Facebook. No conviene duplicar en ellas los
contenidos publicados en el blog, pues requieren incorporar un contenido
diferencial y específico, centrado en las necesidades y expectativas de las familias.
c) Canal de YouTube para mostrar vídeos de las actividades realizadas.
d) Web específica para las familias que incorpore contenidos específicos: vida en
familia, estudio y aprendizaje, orientación académica y profesional, relaciones
249
sociales, Internet y redes sociales, desarrollo evolutivo, educación afectivo-sexual,
etc.
e) Wikis para atender a la diversidad del alumnado y de las familias y trabajar de
manera colaborativa y en equipo con sus familias (Ranz, 2014).
a) Incorporación a la memoria del centro de las medidas adoptadas por el mismo tras
el análisis de los distintos documentos del centro en relación a la diversidad
familiar.
b) Inclusión en las actas de coordinación de ciclo y de equipo docente de las
actuaciones realizadas para atender a la diversidad familiar del alumnado.
c) Revisión de la programación de ciclo y aula para analizar el tratamiento de la
diversidad familiar llevado a cabo con el alumnado.
d) Encuesta de satisfacción a las familias tras la primera reunión de octubre.
e) Análisis de las fichas de seguimiento que se hayan podido generar tras las
entrevistas individuales con las familias.
f) Registro de los posibles casos de deterioro de la convivencia escolar por cuestiones
de diversidad familiar.
3. CONCLUSIÓN
250
querer.
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258
ANEXO 1. ORIENTACIONES PEDAGÓGICAS PARA DISTINTAS
TEMÁTICAS
Algunas de las recomendaciones que Jesús Jarque ofrece para abordar cuestiones
planteadas por las familias en las sesiones de tutoría son las siguientes:
Algunos de los hábitos que se pueden trabajar entre los seis y ocho años de edad son:
vestirse, autocuidado (usar productos de higiene, hacer solos sus necesidades y limpiarse
ellos mismos), utilizar los utensilios de la comida, saludar a los conocidos, practicar
normas de cortesía, respetar las normas de juegos colectivos o utilizar algunos
electrodomésticos.
Desde los nueve a los doce años los hábitos sobre los que habría que incidir serían:
dejar la ropa sucia y limpia en el lugar adecuado, pelar la fruta y hacerse un bocadillo,
hacerse su cama, curarse pequeñas heridas, llamar por teléfono a familiares o
compañeros, hacer pequeños recados, etc. (Jarque, 2007a).
259
b) Hacer frente a los problemas de conducta. Los problemas de conducta son muy
variados y difieren en el grado de los mismos; no obstante, existen cuatro actitudes
básicas que las familias deben mostrar para hacer frente a ellos: ser coherentes, ser un
buen ejemplo, no etiquetar al hijo o hija y constancia en las medidas adoptadas.
Asimismo, algunas de las estrategias para actuar serían las siguientes: distinguir entre
órdenes y peticiones, reducir el número de órdenes, dar las órdenes con claridad,
seguridad y contundencia, no permitir que «se salga con la suya» (para lo cual se puede
utilizar la llamada de atención, sobrecorrección, retirada de privilegios, tiempo fuera,
entre otras), y finalmente elogiar su colaboración (Jarque, 2007b).
c) Establecer una disciplina en casa. Algunas características de las técnicas de
disciplina son: su finalidad es educativa, constituyen una señal para el niño o la niña,
deben combinarse con técnicas positivas y se han de utilizar de manera constante y
sistemática. Por su parte, las técnicas más usuales son: llamadas de atención,
reprimendas, obligación, tiempo fuera, retirada de privilegios, sobrecorrección, ignorar
sistemáticamente, dejar sufrir las consecuencias y programas de conducta. Lo que no se
puede hacer, a juicio de Jarque (2007c), es asociar las medidas a comportamientos
incondicionales (afecto, comunicación o necesidades básicas) o a hábitos positivos que
se valoren (estudio, sueño o comida), y establecer medidas prohibitivas que provoquen
terror, que pongan en riesgo su seguridad o que hieran su sensibilidad. Por el contrario,
se propone ajustar las medidas al comportamiento del niño o la niña, adoptar medidas
asequibles, pensadas con antelación, aplicarlas inmediatamente, cambiarlas con
frecuencia y combinarlas con medidas positivas.
d) Controlar el tiempo de ocio. Las medidas educativas para el tiempo libre se
resumen en: programar el tiempo de ocio, controlar el tiempo dedicado, conocer y estar
informado de lo que hacen los hijos e hijas (sobre todo en relación a las nuevas
tecnologías), ofrecer alternativas, elegir lo más adecuado, favorecer el juego con otros
niños, jugar con él o ella y enseñar a usar los juguetes o juegos. Algunas sugerencias de
juegos para niños y niñas de 6 a 8 años son: juegos de reglas o de mesa (parchís,
dominós, damas o quién es quién), juegos físicos, juegos manipulativos y/o simbólicos,
juguetes educativos (experimentos, puzles o pasatiempos). Entre los 9 y 12 años los
juegos más recomendables son: juegos de reglas (ajedrez, juegos de mesa más complejos
con estrategias, resolución de enigmas, etc.), juegos físicos (práctica de cualquier
deporte), manipulativos (castillos o ciudades en miniatura), simbólicos (karaoke o
maquillajes) o educativos (trivial, tetris o pictionary). Resulta también interesante
establecer unas pautas en torno a los videojuegos, como conocerlos previamente, retrasar
su compra, supervisar los intercambios que se hacen con otros compañeros, controlar el
tiempo de juego, usar preferentemente los que impliquen a varios jugadores, compartir el
interés por los videojuegos, ofrecer otras alternativas y observar sus reacciones. En
cuanto al uso de Internet, se podrían considerar las siguientes medidas: disponer de
conocimientos básicos sobre la red, mantener medidas de seguridad, como páginas con
260
control parental, dialogar e informar al niño o la niña, colocar el ordenador en un lugar
común de la casa, navegar con ellos, entrar con una finalidad, controlar el tiempo y
supervisar los contenidos que visita (Jarque, 2007d).
e) Ayudar a los hijos e hijas en los estudios. Algunas medidas generales propuestas
por Jarque (2007e) se centran en aspectos vinculados con la alimentación y el sueño, la
comunicación con el hijo o hija, elaboración de un horario de estudio, fijación de unos
hábitos de estudio, garantizar unas condiciones ambientales idóneas, supervisar y
elogiar, adoptar medidas si el niño o la niña no estudia (hablar con él o ella, no permitirle
alternativas durante el tiempo de estudio y utilizar la técnica de retirada de privilegios),
mantener contacto y colaborar con el centro educativo, proporcionar ayuda directa y
enseñar algunas técnicas de estudio, como el subrayado, el resumen o el esquema.
f) Solventar las situaciones de celos y rivalidades entre hermanos. Los
comportamientos que evidencian celos entre hermanos, según Jarque (2007f), son:
molestar, agredir, despreciar e insultar, delatar, cambiar de conducta, regresión, tristeza o
somatización, indiferencia o exceso de responsabilidad. Las medidas básicas que se
proponen son: hacer al mayor colaborar, enseñar modales, explicar el trato diferencial,
atención especial cuando se porta bien, evitar comparaciones, procurar momentos de
exclusividad, dejarle expresar sus sentimientos, no entrometerse demasiado en sus
disputas para que puedan autorregularlas, trato individual y respetar su intimidad,
ignorar conductas inadecuadas (delatar al hermano o regresiones del comportamiento) y
evitar que el pequeño sea una carga para el mayor.
261
7
Más allá de mi tutoría... El centro... ¡Y decenas
de proyectos!
JOSÉ RAMÓN RUIZ SUÁREZ
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
Todos los centros docentes sostenidos con fondos públicos realizarán una
autoevaluación de su propio funcionamiento, de los programas que desarrollan, de
los procesos de enseñanza y aprendizaje y de los resultados de su alumnado, así
como de las medidas y actuaciones dirigidas a la prevención de las dificultades de
262
aprendizaje, que será supervisada por la inspección educativa.
La LEA (2007) identifica además una serie de ámbitos que deben ser objeto de
autoevaluación:
263
En la primera reunión del ETCP se propuso realizar una revisión de la normativa
vigente en relación con los planes y programas que se han de revisar. Posteriormente se
propuso ahondar en los fundamentos teóricos de estos planes y programas, a partir de un
análisis que combinara lo establecido en la normativa con una bibliografía básica de
estos elementos.
A continuación se analizará el funcionamiento del ETCP y diversos planes y
programas, como el plan de orientación y acción tutorial (POAT), el plan de igualdad, el
programa de refuerzo, orientación y apoyo (PROA), el plan de apoyo y refuerzo en
primaria, el plan de acompañamiento escolar, el plan de acompañamiento lingüístico
para alumnado inmigrante, el programa de acompañamiento escolar en lengua extranjera
(PALE), los programas de tránsito entre etapas educativas y el plan de atención al
alumnado que se incorpora tardíamente al sistema educativo.
a) Equipos docentes.
b) Equipos de ciclo.
c) Equipo de orientación.
d) Equipo técnico de coordinación pedagógica.
e) Tutorías.
264
c) Asesorar al equipo directivo en la elaboración del plan de centro.
d) Establecer las directrices generales para la elaboración y revisión de las
programaciones didácticas.
f) Elaborar la propuesta de criterios y procedimientos previstos para realizar las
medidas y programas de atención a la diversidad del alumnado.
g) Establecer criterios y procedimientos de funcionamiento del aula de convivencia.
h) Velar por el cumplimiento y posterior evaluación de los aspectos educativos del
plan de centro.
n) Investigar sobre el uso de las buenas prácticas docentes existentes y trasladarlas a
los equipos de ciclo y de orientación para su conocimiento y aplicación.
p) Elevar al claustro de profesorado el plan para evaluar los aspectos educativos del
plan de centro, la evolución del aprendizaje y el proceso de enseñanza.
r) Proponer al equipo directivo y al claustro de profesorado planes de mejora, como
resultado de las evaluaciones llevadas a cabo en el centro.
El ETCP deberá planificar el trabajo que tiene por delante. Para ello, en la primera
sesión se acordó marcar cuatro fases temporales:
a) Reflexión.
b) Planificación.
c) Aplicación/ejecución.
d) Evaluación/seguimiento.
Más adelante veremos cómo se articula en cada fase los distintos planes y programas
que hay que revisar.
265
Asimismo, el artículo 18 de la citada Ley dice que la acción tutorial orientará el
proceso educativo individual y colectivo del alumnado en Educación Primaria. Por otra
parte, en su artículo 19 se destacan como principios pedagógicos fundamentales para
dicha etapa la atención a la diversidad del alumnado, la atención individualizada, la
prevención de las dificultades de aprendizaje y la puesta en práctica de mecanismos de
refuerzo tan pronto como se detecten estas dificultades.
Siguiendo con la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), el artículo 121
señala que el proyecto educativo del centro recogerá los valores, los objetivos y las
prioridades de actuación. Incorporará la concreción de los currículos establecidos por la
Administración educativa, que corresponde fijar y aprobar al claustro, así como el
tratamiento transversal en las áreas, materias o módulos de la educación en valores y
otras enseñanzas. Este proyecto, que deberá tener en cuenta las características del
entorno social y cultural del centro, recogerá la forma de atención a la diversidad del
alumnado y la acción tutorial, así como el plan de convivencia, y deberá respetar el
principio de no discriminación y de inclusión educativa como valores fundamentales, así
como los principios y objetivos recogidos en esta Ley y en la Ley Orgánica 8/1985, de 3
de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (LODE, 1985).
La LEA (2007), en su artículo 127, indica que el proyecto educativo constituye las
señas de identidad del centro docente y expresa la educación que desea y va a desarrollar
en unas condiciones concretas. Tanto en la elaboración del proyecto educativo como en
su desarrollo posterior, se fomentará la implicación de toda la comunidad educativa.
Los elementos que constituyen el proyecto educativo se concretan finalmente en el
artículo 21 del Decreto 328/2010, de 13 de julio (organización de los centros).
Destacamos los más vinculados con la orientación y acción tutorial:
266
En relación al POAT, el claustro de profesorado tendrá entre sus funciones fijar los
criterios referentes a la orientación y la tutoría del alumnado (artículo 20 Decreto
328/2010, de 13 de julio, de organización de los centros). La aprobación definitiva del
POAT corresponde a la dirección del centro, en virtud de lo establecido en el artículo
132 de la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013). Por su parte, la jefatura de
estudios tendrá como competencias: coordinar las actividades de carácter académico y de
orientación, incluidas las derivadas de la coordinación con los institutos de Educación
Secundaria a los que se encuentre adscrito el centro, y elaborar el plan de reuniones de
los órganos de coordinación docente (artículo 73 del Decreto 328/2010, de 13 de julio,
de organización de los centros).
En la Educación Primaria, la acción tutorial orienta el proceso educativo individual y
colectivo del alumnado, correspondiendo esta labor al equipo docente, que debe actuar
de manera colegiada, coordinado por el tutor o tutora. Además, este órgano tiene
funciones que se relacionan de manera evidente con la atención personalizada. Así se
recoge en el art. 21.2 del Decreto 97/2015, de 3 de marzo (Educación Primaria
Andalucía):
a) Llevar a cabo el seguimiento global del alumnado del grupo, estableciendo las
medidas necesarias para mejorar su aprendizaje, de acuerdo con el proyecto
educativo del centro.
b) Realizar de manera colegiada la evaluación del alumnado, de acuerdo con la
normativa y con el proyecto educativo del centro, y adoptar las decisiones que
correspondan en materia de promoción.
c) Cuantas otras se establezcan por la consejería competente en materia de educación
o se determinen en el plan de orientación y acción tutorial del centro.
De acuerdo con Sanchiz (2008), Santana (2009) y Grañeras y Parras (2008, p. 218), el
objetivo de la planificación orientadora y tutorial es contribuir al desarrollo integral del
alumno para que alcance un nivel de madurez que le permita incorporarse de forma
activa, creativa y responsable a la sociedad. La elaboración, diseño y puesta en práctica
del POAT debe evitar la excesiva burocratización de la acción tutorial, limitada en
muchas ocasiones a las actividades de tutoría grupal y a las entrevistas con el alumnado
267
y/o sus familias de manera individualizada. Este debe ser un documento funcional y
contextualizado a la realidad del centro, que atienda a los intereses y necesidades de los
alumnos y alumnas y sus familias, así como a los del propio profesorado.
La orientación y acción tutorial en la etapa de Educación Primaria es mucho más que
el cruce de información entre familia y escuela y viceversa; es un compromiso entre
ambos entornos para desarrollar la personalidad del niño y la niña en unas edades en las
que resulta fundamental compartir pautas educativas que se han de seguir tanto en la
escuela como en la familia.
Como todo plan de intervención contextualizado, el plan de acción tutorial requiere, a
juicio de Vélaz de Medrano (1998), generar un enfoque global y sistémico del mismo, de
manera que los distintos elementos que lo integran sean interdependientes y guarden
coherencia entre los factores de eficacia, funcionalidad y eficiencia.
La participación de todos estos agentes e instancias dará lugar a un documento, el
POAT, definido como: el instrumento pedagógico-didáctico que articula, a medio y
largo plazo, el conjunto de actuaciones de los equipos docentes y del centro educativo
en su conjunto, relacionadas con la orientación y la acción tutorial (Barrera, Durán,
González y Reina, 2008, p. 14).
El POAT que se incluirá en el proyecto educativo del centro contendrá, al menos, los
siguientes elementos:
268
personales del alumnado.
h) Organización y utilización de los recursos personales y materiales de los que
dispone el centro, en relación con la orientación y la acción tutorial.
i) Colaboración y coordinación con servicios y agentes externos.
j) Procedimientos y técnicas para el seguimiento y evaluación de las actividades
desarrolladas.
La lucha y los esfuerzos por una sociedad igualitaria, en la que hombres y mujeres
realmente tengan las mismas oportunidades, comenzaron hace ya más de un siglo,
aunque todavía hoy es necesario publicar normas legales y recomendaciones desde
diferentes instituciones que sigan trabajando en pos de esta aspiración.
Fue en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995 cuando se estableció la
transversalidad de género, o mainstream, como estrategia fundamental para el desarrollo
eficaz de las políticas de igualdad. El proyecto de mainstream de género supuso incluir a
la mujer en la educación, la política y el trabajo, de manera que el interés por la
perspectiva de género se propagó por todo el mundo (Unterhalter, 2011), por cuanto que
la discriminación era transversal a todos los ámbitos del sistema social (Jiménez, 2011).
Este proyecto generó una Recomendación del Consejo de Europa relativa a la
integración de la dimensión de género en educación (2007), que instó a todos los países
miembros a:
269
Por su parte, Subirats (2017) señala que en todas y cada una de las culturas y
sociedades este tipo de desigualdad o discriminación es una constante transversal, siendo
por tanto necesario un cambio cultural a todos los niveles.
En España, como veremos a continuación, a nivel legal la coeducación tiene un
reconocimiento de tipo «formal» en el principio de no discriminación y de igualdad entre
hombres y mujeres reflejado en la normativa vigente, pero en la realidad social, y en la
escuela, todavía hay una desigualdad «real» entre el hombre y la mujer. La escuela va a
tener un papel decisivo para que desde la igualdad «legal», la sociedad avance hacia la
igualdad de oportunidades «real».
La Constitución Española proclama en su artículo 14 el principio de igualdad ante la
Ley, y en el artículo 9.2 establece que los poderes públicos promoverán las condiciones
para que la libertad y la igualdad sean reales y efectivas, removerán los obstáculos que
impidan o dificulten su plenitud y facilitarán la participación de la ciudadanía en la vida
política, económica, cultural y social.
El Estatuto de Autonomía para Andalucía dispone en el artículo 10.2 que «la
Comunidad Autónoma propiciará la efectiva igualdad del hombre y de la mujer
andaluces...», y en su artículo 15 que «se garantiza la igualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres en todos los ámbitos». En relación con el sistema educativo, indica
en su artículo 21.8 que «los planes educativos de Andalucía incorporarán los valores de
la igualdad entre hombres y mujeres y la diversidad cultural en todos los ámbitos de la
vida política y social».
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y
Hombres, propuso medidas legislativas concretas para avanzar en la igualdad real y
efectiva entre hombres y mujeres. Por su parte, en Andalucía, la Ley 12/2007, de 26 de
noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, modificada por la
Ley 9/2018, recoge en su capítulo III del Título I las medidas encaminadas a que la
educación sea un elemento fundamental de prevención de la violencia y de promoción de
la igualdad de mujeres y hombres. Esta Ley expresa que los valores de coeducación y los
principios de la escuela inclusiva deben tener un carácter permanente y transversal en la
acción de gobierno del departamento competente en materia educativa.
Por último cabe citar la Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación
por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas
transexuales de Andalucía, que garantiza el derecho a la autodeterminación de género de
las personas que manifiesten una identidad de género distinta a la asignada al nacer. Esta
Ley expresa que:
270
(...)» (artículo 15.1.i).
Asimismo, en el artículo 15.2 se recogen los derechos, tanto de los estudiantes como
del profesorado y del personal de los centros educativos, a:
271
y 2013. En la actualidad se ha publicado el II Plan Estratégico para la Igualdad de
Mujeres y Hombres en Andalucía 2016-2021(Acuerdo de 16 de febrero de 2016) como
un instrumento de política educativa integral, con un carácter inclusivo, que emplea una
metodología participativa de todos los agentes educativos y que ofrece pautas para
incorporar, de forma integrada y transversalizada, la perspectiva de género en los
centros, de forma que pueda erradicarse la violencia de género, y se pueda trabajar su
prevención y el desarrollo de la igualdad a través de la coeducación. En definitiva,
pretende que las organizaciones educativas aprendan de su propio proceso y avancen
sobre la promoción de la cultura de paz y la convivencia de los centros, al tiempo que
posibilite la evaluación de las acciones llevadas a cabo.
El desarrollo del plan de igualdad en el centro es responsabilidad de toda la
comunidad educativa, y su elaboración e inclusión en el proyecto educativo corresponde
al equipo directivo, con el asesoramiento del profesor o la profesora coordinadora del
plan de igualdad y la participación de todo el claustro, que recogerá las actuaciones en
materia de igualdad, coeducación y prevención de la violencia de género a desarrollar en
el centro. Es importante la coordinación y la colaboración con el equipo de orientación
educativa en los centros de Infantil y Primaria o el departamento de orientación de los
institutos de Educación Secundaria; en este último caso, con el objeto de asegurar una
orientación académica y profesional que tenga en cuenta la perspectiva de género, así
como una formación igualitaria en temas como la autonomía personal, la educación
emocional, la educación afectivo-sexual o la resolución pacífica de conflictos.
Por otra parte, la colaboración con todos los departamentos, ciclos y ETCP permite
profundizar en el desarrollo de un currículum no sexista, así como la visibilización de las
aportaciones de las mujeres en él. La aprobación de las medidas y actuaciones
propuestas para el desarrollo del plan de igualdad en el centro corresponde al claustro y
al consejo escolar, así como su revisión y evaluación.
Los principios que rigen este plan estratégico son la transversalidad, visibilidad,
inclusión y paridad, mientras que las líneas de acción giran en torno a:
El equipo de orientación, junto con los equipos de ciclo y el ETCP, podrá determinar
la manera de aplicarlo en los distintos ciclos de la etapa de Educación Primaria.
Asimismo, organizará aquellas actividades que se consideren oportunas para abordar
este tema, tales como la celebración de efemérides (25 de noviembre, 8 de marzo, entre
otras), el desarrollo de talleres coeducativos para el análisis de la publicidad sexista, etc.
Siguiendo a Subirats (2017), la escuela coeducativa trabajará con el objetivo de
suprimir las desigualdades causadas por el aprendizaje social del género (sexismo
272
social). Es una forma de educación que considera que los alumnos y alumnas tienen o
han de tener los mismos derechos y oportunidades.
Para finalizar, cabe expresar que las sucesivas modificaciones legislativas en el
sistema educativo español constatan la insuficiencia y el incumplimiento de las políticas
y actuaciones destinadas a erradicar las prácticas sexistas de la educación (González,
2010). La historia nos muestra que el camino hacia la igualdad efectiva ha sido y sigue
siendo complicado.
La escuela mixta es la organización que resulta de la coexistencia de niños y niñas en
el mismo centro educativo con el mismo currículo. Pero coeducar no es solo juntar en un
espacio a chicos y chicas en un modelo de escuela mixta, sino procurar las condiciones
para que tengan una igualdad de oportunidades real.
Tampoco la actividad coeducativa puede limitarse a la intervención de un grupo de
profesores y profesoras más o menos motivados sobre esta temática. Se trata de implicar
a la totalidad de los miembros de la comunidad educativa: padres, madres, alumnado,
profesorado..., en un proyecto que afecte a todas las estructuras del centro de manera
transversal. Este es el sentido de los proyectos de coeducación que se desarrollan en
muchos centros educativos.
Hemos visto, por tanto, que las regulaciones y normativas, la igualdad formal o la
enseñanza mixta no garantizan la coeducación, ya que el sexismo está enraizado en las
tradiciones y costumbres que se transmiten a través de la escuela, la familia, la ideología,
la religión y los medios de comunicación (González, 2010). Pero debemos
comprometernos y exigir su cumplimiento, a pesar de que las políticas de igualdad están
a merced de la voluntariedad de los gobiernos, de las partidas económicas más débiles y
de un avance lento de todos los procesos ejecutorios (Jiménez, 2011). Sin embargo, no
podemos desechar los esfuerzos que se realizan desde diferentes esferas e instituciones
en eliminar esta desigualdad.
273
que llevan consigo una clara desventaja desde el punto de vista educativo.
274
c) Colaborar en la valoración del programa correspondiente.
Este plan va dirigido al alumnado que presenta dificultades para alcanzar las
competencias claves y que está escolarizado en el segundo o el tercer ciclo de la etapa de
Educación Primaria.
El centro selecciona y organiza los grupos en virtud de su propio contexto. Los
grupos se harán con una ratio de entre ocho a diez alumnos y/o alumnas.
En todo caso, es necesario priorizar a aquel alumnado con necesidades específicas de
apoyo educativo que precise de acciones de carácter compensatorio, por proceder de un
entorno social desfavorecido.
El plan de acompañamiento requiere que se realice una evaluación inicial previa, a
partir de la que se elaborará una programación de actividades individualizada para cada
alumno y alumna. Se priorizarán los siguientes aprendizajes:
275
La metodología en el aula debe basarse en el diseño de actividades motivadoras que
generen aprendizajes significativos y funcionales para el alumnado.
Se puede desarrollar bajo dos modalidades distintas:
276
Las Instrucciones de 24 de septiembre lo definen como:
Este programa no forma parte del PROA Andalucía y tiene una regulación específica
aparte del mismo. Concretamente lo hacen las Instrucciones de 5 de abril de 2018, de la
Dirección General de Innovación y Formación del Profesorado, sobre el desarrollo del
Programa de Acompañamiento Escolar en Lengua Extranjera (PALE) destinado a
centros públicos de Educación Primaria para el curso 2018/2019.
Su objetivo fundamental es reforzar el aprendizaje de la primera lengua extranjera,
incidiendo en la comprensión auditiva y en la expresión e interacción oral desde edades
tempranas.
El PALE se encuentra orientado al alumnado de los primeros cursos de Educación
Primaria (de 1.º a 3.º) que no imparten enseñanza bilingüe. La selección del alumnado la
realiza el propio centro, teniendo en cuenta como criterio el nivel socioeconómico de las
familias. Los grupos se conforman con una ratio que va de 5 a 10 alumnos y alumnas.
El PALE solo contempla su desarrollo con monitores o monitoras docentes externos
al centro, pero en todo caso deben existir canales de comunicación y coordinación con el
equipo directivo y el profesorado del centro educativo.
Las familias se comprometen por escrito a la asistencia al programa por parte de su
hijo o hija.
277
De acuerdo con Rodríguez y Calvo de Mora (2003), la organización del curso escolar
se ha de planificar en torno a períodos temporales, dentro de los cuales se determinará el
modelo de distribución de tiempo, así como el horario detallado de actividades. Uno de
estos períodos temporales lo constituye la incorporación de niños y niñas a un nuevo
centro educativo o la transición de etapas distintas, bien en el mismo centro bien en otro
diferente.
Diferentes estudios proponen modelos centrados en el potencial de la intervención
orientadora en los períodos críticos de la transición. En este sentido, se pueden destacar
los que a continuación se expresan:
278
dentro del sistema educativo. Estas situaciones implican un cambio de etapa educativa
y/o cambio de centro, de grupo de compañeros y compañeras o, incluso, de contexto
ambiental. Son situaciones en las que es necesario prever mecanismos que faciliten el
tránsito, de forma que la persona que interviene en este proceso lo viva como algo
progresivo, continuado y paulatino. Los profesionales del ámbito educativo deben
ejercer este papel facilitador y orientador para que la transición a etapas sucesivas no
suponga el origen de un período excesivo de adaptación a nuevas situaciones, que
pudieran afectar negativamente a su evolución personal e integración social. Es en estas
actuaciones relacionadas con las transiciones donde el trabajo reflexivo y colegiado del
profesorado puede evitar, en la medida de sus posibilidades, saltos bruscos en el proceso
de aprendizaje, facilitando información relevante sobre el alumnado y realizando
propuestas educativas comunes, favorecer la graduación de los contenidos disciplinares,
la explicitación de los criterios e instrumentos de evaluación, y establecer mecanismos
de coordinación entre docentes que supongan un acercamiento de las culturas
profesionales y curriculares entre las distintas etapas educativas.
Podemos afirmar, por tanto, que la transición entre etapas educativas, y más
concretamente la transición desde la Educación Infantil a la Educación Primaria y desde
la Educación Primaria a la Educación Secundaria, es un elemento fundamental para
asegurar la continuidad en el proceso de aprendizaje del alumnado. Además, es una
cuestión recurrente y muy citada en la normativa que regula el sistema educativo en
general y las enseñanzas de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación
Secundaria Obligatoria en particular. La LOE (2006), modificada por LOMCE (2013),
pone de manifiesto ya en su artículo 3 que el sistema educativo se organiza en etapas,
ciclos, grados, cursos y niveles de enseñanza, de forma que asegure la transición entre
los mismos y, en su caso, dentro de cada uno de ellos.
La LEA (2007), en su artículo 44, resalta la necesidad de que los centros de
Educación Infantil se coordinen con los de Educación Primaria para garantizar una
adecuada transición del alumnado entre ambas etapas educativas y facilitar la
continuidad de su proceso educativo. Para ello se define un documento que vehicula
dicha coordinación, que es el informe individualizado sobre las capacidades
desarrolladas por cada niño o niña al final de la etapa, que los centros de Educación
Infantil deberán cumplimentar al efecto de remitirlo a los de Educación Primaria en los
que se van a escolarizar sus alumnos y alumnas. Por otro lado, el artículo 54 establece la
necesaria coordinación entre los centros de Educación Primaria y los que imparten
Educación Secundaria Obligatoria. Se señala también como documento que vehicula
parte de esa coordinación el informe individualizado sobre las capacidades desarrolladas
por cada niño o niña al final de la etapa.
La Orden de 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el currículo
correspondiente a la Educación Infantil en Andalucía, indica que:
279
(...) para asegurar el tránsito adecuado entre las etapas de educación infantil y
educación primaria, será necesario llegar a criterios de actuación conjunta
mediante la utilización de estrategias de coordinación entre los docentes de ambas
etapas educativas, sin perder de vista que la etapa de educación infantil tiene
sentido en sí misma, por lo que no debe supeditarse a etapas posteriores.
280
la supervisión de las jefaturas de estudios de los centros afectados, el responsable de
elaborar un programa de tránsito en el que deberán coordinarse acciones dirigidas al
alumnado y a las familias, pudiéndose establecer actuaciones de tutorías compartidas
entre el profesorado tutor de primero de Educación Secundaria Obligatoria y el de sexto
de Educación Primaria, con el asesoramiento de los equipos de orientación educativa y
de los departamentos de orientación.
Cabe citar también el artículo 3 de la Orden de 25 de julio de 2008 (atención a la
diversidad), en la que se dice que:
281
hija a la nueva etapa educativa.
b) Plantear objetivos que hay que alcanzar respecto al alumnado, las familias, el
profesorado y el centro.
c) Apoyar el proceso de transición entre etapas educativas, poniendo en marcha las
medidas organizativas y curriculares necesarias para facilitar dicho proceso.
d) Eliminar los obstáculos físicos, organizativos o curriculares que dificulten la
acogida, la adaptación escolar y el desarrollo educativo del conjunto del alumnado
con necesidades específicas de apoyo educativo.
282
a) La propuesta pedagógica/programación didáctica conviene que se diseñe en torno
a un formato único en ambas etapas, y debería ser elaborada de forma coordinada
por los correspondientes equipos de ciclo.
b) Las actividades, los materiales, los recursos, los agrupamientos, los espacios, etc.,
se debe intentar que no sean muy diferentes, que se garantice el desarrollo y el
aprendizaje de todo el alumnado, a la vez que se preste una atención personalizada
en función de las necesidades de cada niño o niña.
c) Desarrollar los aprendizajes haciendo uso de unos principios metodológicos
comunes: enfoque globalizador, utilización de una metodología activa,
participativa y lúdica, basada en la experimentación y que fomente la capacidad de
expresión y comunicación, uso de las tecnologías como un recurso para el
aprendizaje, etc.
d) Utilizar un método de lectoescritura común.
283
todas las circunstancias que rodean la inmersión del alumnado en un nuevo centro, en un
nuevo grupo e incluso un nuevo idioma. Todo ello se regula en Andalucía en la Orden
15 de enero de 2007, por la que se regulan las medidas y actuaciones a desarrollar para la
atención del alumnado inmigrante y, especialmente, las aulas temporales de adaptación
lingüística.
La concreción de las actividades de cada plan de acogida tendrá en consideración el
contexto y la realidad de cada centro, las características del profesorado y del alumnado,
individual y en grupo, así como de las familias. En la medida de lo posible, convendría
que el tutor o tutora anticipara la llegada de un nuevo alumno o alumna a la clase,
informando al grupo y fomentando el interés por conocer a la persona, su país de
procedencia, su lengua, sus tradiciones, etc.
Según Barrera et al. (2008), el plan de acogida debería contar con las medidas de
acogida del alumnado inmigrante de nuevo ingreso en el centro, la acogida y orientación
a las familias, actuaciones generales para el mantenimiento de la cultura de origen y
actuaciones específicas para la enseñanza del español como lengua vehicular. Esta
última medida es la que se desarrollaría en primera instancia en las aulas temporales de
adaptación lingüística (ATAL), de acuerdo con el artículo 79 de la LOE (2006),
modificada por la LOMCE (2013).
Para Montón (2003), este programa puede definirse como una iniciativa de enseñanza
y aprendizaje del español como lengua vehicular, vinculado al profesorado específico,
que permite la integración de los alumnos inmigrantes en el centro y su incorporación a
los ritmos y actividades de aprendizaje propios del nivel en el que se encuentren
escolarizados, atendiendo a su edad y a su competencia curricular.
Cada comunidad autónoma denomina de forma distinta estas iniciativas. Así, en
Andalucía y Extremadura se consideran aulas temporales de adaptación lingüística
(ATAL), en la Comunidad de Madrid son denominadas aulas de enlace, equipos de
atención lingüística (EALIS) en Castilla-La Mancha, programa de atención a la
diversidad idiomática y cultural (PADIC) en Canarias, o los talleres de adaptación
escolar (TAE) en Cataluña.
De acuerdo con la normativa andaluza, la puesta en marcha de estos programas será
simultánea a la escolarización del alumnado en los grupos ordinarios, conforme al nivel
y evolución de su aprendizaje. Previamente a su incorporación, es necesaria la
realización de una evaluación inicial del alumnado (evaluación de competencias
instrumentales, observaciones sobre su comportamiento, etc.) y una reunión entre la
familia y las personas responsables del plan de acogida (equipo directivo, tutores,
maestros, orientador de referencia y/o mediadores interculturales, etc.), donde se
produzca un intercambio de información.
Los objetivos del programa ATAL son, de acuerdo con el artículo 6 de la Orden 15
de enero de 2007, los siguientes:
284
a) Facilitar la atención específica del alumnado inmigrante con desconocimiento del
español, con un programa singular que apoye la adquisición de competencias
lingüísticas y comunicativas.
b) Permitir la integración de este alumnado en el entorno escolar y social en el menor
tiempo posible y con garantías de progreso en el aula ordinaria.
De acuerdo con el artículo 5.2 de esta misma Orden, los apoyos deberán realizarse en
el aula ordinaria, y solo en circunstancias especiales se podrían organizar grupos de
apoyo. Al mismo tiempo, la permanencia de un alumno o alumna en el programa tendrá
lugar:
La asistencia al grupo de apoyo organizado fuera del aula ordinaria no permitirá que
el alumnado esté fuera de ella más de 10 horas y con un máximo de 12 compañeros y
compañeras. Si el alumno o alumna consigue ir adquiriendo una progresiva competencia
comunicativa, podrá reducirse el número de horas en el grupo de apoyo y aumentar su
permanencia en el aula ordinaria.
a) Objetivos
285
destacar los siguientes como los más vinculados con la acción tutorial:
b) Competencias
286
Desde hace varios años, se habla en el sistema educativo de conceptos de creatividad,
disfrute, personalización de la enseñanza, autonomía, pensamiento crítico, trabajo en
equipo..., pero estos términos no se aplican de forma continuada y generalizada en los
centros. Las competencias clave tienen que ver con este tipo de aprendizaje, y sobre todo
con el tipo de metodología que hay que utilizar para lograrlo. Las competencias, tal y
como se refleja en la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las
relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la
Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato, están
integradas en el currículo. El proceso de enseñanza-aprendizaje competencial debe
abordarse de manera transversal desde todas las materias y ámbitos de conocimiento. En
este sentido, desde el POAT se deben planificar actividades de tutoría que fomenten y
potencien la implicación del alumnado en su propio aprendizaje, el desarrollo progresivo
de la autonomía paralelo al autoconcepto y la autoconfianza, la adquisición de hábitos de
colaboración y de trabajo en equipo, la reflexión y el pensamiento crítico, el
descubrimiento, la investigación, el espíritu emprendedor y la iniciativa personal,
favoreciendo la participación y motivación del alumnado y dotando de significatividad y
funcionalidad sus aprendizajes.
Concretamente desde la acción tutorial se puede contribuir al desarrollo de cada
competencia clave:
287
se aprecien diferentes formas de expresión cultural desde una perspectiva
intercultural.
c) Elementos transversales
Por otro lado, la LEA (2007) señala en su artículo 39 diversos elementos que
compondrían la educación en valores, un componente fundamental de la acción tutorial
en Educación Primaria. Destacamos los siguientes:
288
y democrática.
b) Superación de las desigualdades por razón del género, cuando las hubiere, lo que
permitirá apreciar la aportación de las mujeres al desarrollo de nuestra sociedad y
al conocimiento acumulado por la humanidad.
c) Respeto a la interculturalidad, a la diversidad y al medio ambiente, y utilización
responsable del tiempo libre y del ocio.
289
estrategias de búsqueda y acceso en Internet.
c) Utilizar las TIC para presentar diferentes realizaciones y resolver problemas y
situaciones planteadas en las diferentes áreas/materias.
d) Aprender de forma cooperativa en la realización de actividades y de proyectos a
través de grupos de trabajo.
e) Participar en situaciones o contextos educativos en los que debe expresarse o
comunicarse, e intercambiar información de forma oral y comprender mensajes
orales y escritos de diferente tipo.
El centro donde Pablo y Alberto ejercen la docencia imparte dos etapas educativas,
Educación Infantil y Educación Primaria. Ambas etapas cuentan con dos líneas en todos
los cursos. El equipo directivo ejerce un liderazgo importante en cuanto a la
dinamización del centro y potenciación de la colaboración y el trabajo en equipo de los
docentes, más allá de lo que indica la normativa, y está impulsando las dinámicas
internas relacionadas con la autoevaluación, para generar estrategias de mejora en la
organización y funcionamiento del centro y, sobre todo, en la práctica docente.
En este sentido, los equipos de ciclo y los equipos docentes se marcan mensualmente
las actuaciones que han desarrollar en relación a dichas metas. Además el ETCP es un
órgano que se ha querido revitalizar en relación con su responsabilidad en la propuesta
de medidas y actuaciones relacionadas con la memoria de autoevaluación y, sobre todo,
el plan de mejora.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
290
como una evaluación de su aplicación en los años anteriores, teniendo en cuenta los
datos aportados por los procesos de evaluación interna del centro y los indicadores
asociados a los objetivos del centro. A partir de este trabajo será necesario marcarse una
priorización de necesidades ajustadas al centro educativo.
CUADRO 7.1
Plan de acción
Planificación
Actuación Responsable
temporal
291
Noviembre Presentación de la propuesta final de revisión de planes y Cada uno de los
(antes del 15 de programas. responsables anteriores.
noviembre) Aprobación en ETCP de la
propuesta final.
Vamos a concretar actuaciones para dos elementos del POAT muy relacionados con
la acción tutorial, como son el programa de actividades de tutoría con cada ciclo y el
plan de atención a la diversidad.
Al igual que los objetivos del POAT se pueden agrupar en torno a determinados
ámbitos de interés, relacionados con las áreas propias de la orientación educativa, los
contenidos que integrarán este programa y las actividades que se desarrollen también son
susceptibles de seguir este esquema. Por tanto, se podrían agrupar en los siguientes
ámbitos (Barrera et al., 2008):
— Autoestima y autoconcepto.
— Educación emocional.
— Habilidades y competencias sociales.
— Educación afectiva y sexual.
— Alimentación saludable, ejercicio físico y evitación del sedentarismo.
— Higiene personal y cuidado bucodental.
292
— Hábitos de vida saludable y prevención de las adicciones.
— Coeducación y educación para la igualdad.
— Educación medioambiental y educación para el consumo.
— Uso racional y crítico de las tecnologías de la información y la comunicación.
— Aprendizaje de una ciudadanía democrática.
— Educación para la paz, diálogo y resolución pacífica de conflictos.
— Los derechos humanos, la democracia y la tolerancia.
— Educación vial.
— Utilización del ocio y del tiempo libre.
— Conocimiento mutuo y cohesión grupal.
— Prevención de la violencia escolar.
— Autoconocimiento.
— Conocimiento del mundo del trabajo.
— Conocimiento del sistema educativo.
— Iniciación a la toma de decisiones y trabajo en equipo.
— Igualdad de género en la elección de estudios y profesiones.
— Desarrollo de hábitos y actitudes positivas para el aprendizaje escolar: gusto
por el trabajo bien hecho, valoración del esfuerzo personal para alcanzar metas,
confianza en la propia capacidad para superar dificultades.
293
apoyo educativo: necesidades educativas especiales, dificultades específicas de
aprendizaje, TDAH, altas capacidades intelectuales, incorporación tardía al sistema
educativo, y/o condiciones personales o de historia escolar.
CUADRO 7.2
Ámbito de actuación y escolarización del alumnado con necesidades específicas de
apoyo educativo
294
Dificultades — Identificar al alumnado con dificultades
específicas de específicas de aprendizaje y valorar de
aprendizaje forma temprana sus necesidades.
— Principios de normalización, inclusión
y garantías de no discriminación.
FUENTE: elaboración propia a partir de LOE (2006), modificada por LOMCE (2013).
Por otro lado, podemos contemplar dentro de la acción tutorial una serie de medidas
ordinarias en el aula, que persiguen atender a los diferentes intereses, niveles de
competencia curricular y desarrollo psicoevolutivo del alumnado, diversas motivaciones
y ritmos de aprendizaje.
295
Para su consecución podemos plantear medidas ordinarias como:
296
curriculares, con objeto de responder a las NEAE que presenta un alumno o
alumna de forma prolongada en el tiempo. Además, podemos tener en cuenta lo
recogido en las Instrucciones de 8 de marzo de 2017, de la Dirección General de
Participación y Equidad, por las que se actualiza el protocolo de detección,
identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y
organización de la respuesta educativa.
c) Plan de igualdad
— Absentismo.
— Resultados académicos.
— Niveles de dominio en las pruebas escala.
— Datos de convivencia: conductas contrarias a la convivencia y conductas
gravemente perjudiciales para la convivencia. Especialmente se tendrán en
cuenta aquellas conductas que tienen que ver con comportamientos sexistas.
— Acoso escolar.
— Participación en servicios complementarios.
f) Análisis del uso del lenguaje en textos y documentos de planificación del centro y
en la cartelería y rótulos informativos.
g) Uso y reparto de los espacios de centro, sobre todo en el recreo.
h) Análisis de las actividades complementarias y extraescolares desarrolladas en el
centro desde una perspectiva de género.
i) Análisis del uso del lenguaje en los libros de texto utilizados en el centro.
j) Análisis del uso del lenguaje en la documentación administrativa que genera el
centro, cartas, comunicaciones diversas, etc.
k) Análisis de un cuestionario que han cumplimentado tanto profesorado como
familias y alumnado.
l) Participación del profesorado en las actividades puntuales que se desarrollan en el
297
centro, con ocasión de la celebración de diversas efemérides a lo largo del curso
escolar.
A partir de los datos aportados, se propuso incluir una serie de líneas generales de
actuación en el centro, como:
— Androcentrismo.
— Socialización androcéntrica.
— Uso sexista del lenguaje.
— Análisis de la publicidad.
— Análisis de contenido de cuentos.
— Análisis de videojuegos.
— Reparto de tareas y roles familiares.
— La feminización de la pobreza.
— Orientación profesional sin prejuicios.
— Educación emocional.
— Educación afectivo-sexual.
— Diagnóstico y prevención de la violencia de género.
— Historia de mujeres relevantes en diversos campos. Mujeres andaluzas
(https://bit.ly/2GMhE5H).
298
f) Aportar anualmente los datos detallados anteriormente vinculados a la memoria de
autoevaluación en relación con el plan de igualdad.
g) Facilitar el acceso a diversos bancos recursos coeducativos.
h) Estrategias de dinamización de los espacios comunes en el recreo para favorecer
su uso a través de actividades coeducativas.
i) Diseño y propuesta de actividades complementarias y extraescolares que
contemplen la perspectiva de género.
d) Programas de tránsito
CUADRO 7.3
Actividades de un programa de tránsito entre las etapas de Educación Infantil y
Primaria
Agentes Actividades
Alumnado — Actividades de tutoría por parte de los tutores de Educación Infantil y Primaria: juegos de
presentación, dinámicas de grupo para el conocimiento mutuo y la cohesión grupal,
cuadernillos de trabajo, etc.
— Visitas guiadas por las dependencias del colegio.
— Organización del aula de forma similar a como se hace en Educación Primaria a lo largo del
último trimestre.
299
— Diseñar actividades de tutoría para facilitar el tránsito entre las dos etapas.
— Coordinación entre el profesorado de Educación Infantil y el profesorado de primer ciclo de
la etapa de Educación Primaria, con el fin de garantizar la continuidad.
— Incorporación de los especialistas en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje a las
reuniones de los tutores.
300
escuela (Ruiz, Castro y León, 2010).
De igual forma, habría que considerar en el programa determinadas fórmulas de
adaptación para la metodología docente y los sistemas de evaluación, especialmente
durante el primer curso de la etapa.
Si la transición entre etapas educativas constituye un momento crítico en la
escolarización del alumnado, más se agrava si este manifiesta necesidades educativas
especiales o procede de otros países y se escolariza por primera vez en nuestro sistema
educativo.
En el primer caso, Figuera-Gazo, Rodríguez-Moreno y Llanes-Ordóñez (2015, p. 14)
puntualizan que desde la perspectiva de la intervención deben contemplarse diferentes
niveles de actuación, en respuesta a las necesidades diferenciales de los estudiantes.
Deben, asimismo, diseñarse planes individualizados para la transición de las personas
con discapacidad. En este sentido, recomiendan hacer una revisión de la teoría de
Schlossberg (1984), considerada actualmente como la principal estudiosa de la
transición, que considera como factor clave del éxito de las transiciones las diferencias
individuales.
En el segundo, la transición del alumnado inmigrante es considerado por Fernández y
Santos-Bocero (2014) como un reto multiprofesional, ya que se ven inmersos en una
multitransición en distintas dimensiones interrelacionadas, sociales, culturales y
escolares, por lo que necesitan desarrollar estrategias y actitudes de relación con pares y
vecinos de costumbres distintas, adaptarse a la escuela y cultura académica, readaptarse
a diferentes aulas y grupos de iguales e incorporarse al instituto, donde en gran parte son
invisibilizados. El reto se plantea debido a las contradicciones que se producen entre la
finalidad pretendida y las prácticas cotidianas para conseguirla, pues las acciones
didácticas en las aulas siguen siendo academicistas, y cuando los equipos
multiprofesionales se implican en proyectos integrales, estos suelen ser ocasionales y
fuera del «programa oficial» y de la rutina ordinaria del centro, creándose «islas
temporales de acción globalizada». Esto nos lleva a proponer un cambio en estas
dinámicas que faciliten la transición de todo el alumnado.
De forma paralela, y semejante al tránsito entre las distintas etapas, el traslado de
información individualizada del alumnado que transita de una etapa a la siguiente se
considera de gran importancia en el programa. Por ello es necesario que se definan las
responsabilidades en la custodia y traslado de documentos, atendiendo a la
confidencialidad de la información. En este sentido, ha de respetarse, asimismo, la
normativa vigente respecto a la protección de datos en los centros educativos (Ley
Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre y Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre) y
seguir las indicaciones de la Guía de protección de datos de carácter personal para los
centros de enseñanza (https://goo.gl/oe0gh).
La información que puede trasladarse podría ser la siguiente:
301
a) Evaluaciones iniciales al conjunto del alumnado, evaluación inicial específica para
el alumnado inmigrante que desconozca el castellano y evaluaciones trimestrales
de seguimiento.
b) Procedimientos e instrumentos para la recogida de información sobre el alumnado
con necesidad específica de apoyo educativo: informes psicopedagógicos,
dictamen de escolarización, documentos individualizados de adaptación curricular,
informes del aula de apoyo a la integración o del aula de educación especial,
informes de audición y lenguaje, información relevante obtenida en el marco del
plan de acogida e integración para el alumnado con necesidades educativas
especiales.
c) Información que sirva para facilitar a cada persona que ostente la tutoría el
seguimiento personalizado del alumnado: datos médicos de interés, datos
aportados por las familias en las entrevistas mantenidas con el profesorado o con
los componentes del equipo de orientación educativa (EOE), compromisos
educativos y de convivencia suscritos, etc.
d) Informes y documentación generada con motivo del tránsito entre etapas
educativas.
e) Información aportada sobre el alumnado en las sesiones de evaluación y en las
reuniones de tutores y equipos docentes.
f) Informes individualizados recabados por el tutor o tutora con motivo del
mantenimiento de entrevistas con las familias del alumnado.
g) Informes sobre el alumnado elaborados por los distintos componentes del EOE.
302
curricular del alumno o alumna en concreto para determinar el curso donde procede
matricularlo.
Según la Orden de 15 de enero de 2007 (atención alumnado inmigrante y ATAL), el
plan de acogida deberá recoger los siguientes objetivos:
303
Esta programación ha de diseñarse y ponerse en práctica a través de profesionales que
atenderán las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística, vinculadas a la atención
directa y el seguimiento del alumnado inmigrante con una baja competencia en el
conocimiento del español como lengua vehicular en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Las funciones específicas de estos profesionales quedan recogidas en el
artículo 9 de la Orden de 15 de enero de 2007 (atención al alumnado inmigrante y
ATAL):
304
especialmente a las reuniones de ciclo y a las sesiones de evaluación del alumnado
atendido en el programa.
Se propondrá además desarrollar programas de mantenimiento de la cultura de origen
en horario escolar (artículo 13 de la Orden 15 de enero de 2007, de atención al alumnado
inmigrante y ATAL), cuyos objetivos serán:
305
alumna en relación con los aprendizajes básicos imprescindibles no adquiridos y
su progreso en los mismos.
c) Puesta en funcionamiento de un banco de recursos, con metodologías y recursos
diversos para el trabajo con el alumnado en el grupo de acompañamiento escolar.
d) Reunión mensual entre los responsables del acompañamiento escolar y la jefatura
de estudios del centro educativo para valorar el funcionamiento del mismo.
e) Mecanismos de intercambio de información entre responsables del
acompañamiento escolar y el centro educativo, destinados fundamentalmente a la
asistencia del alumnado y seguimiento de los compromisos firmados por la
familia.
3. CONCLUSIÓN
306
El artículo 18 de la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), señala, en
relación a la acción tutorial, que orientará todo el proceso educativo individual y
colectivo del alumnado en el conjunto de la etapa de Educación Primaria. Por tanto, ha
de estar integrada en la vida diaria del centro educativo y en los elementos que integran
el currículum de los diferentes cursos de la etapa.
El POAT forma parte además del proyecto educativo del centro. No es un elemento
aislado, sino que se integra, junto con otros elementos, en las líneas que trazan el camino
que debe recorrer el centro educativo. El artículo 120 de la LOE (2006), modificada por
la LOMCE (2013), establece que los centros dispondrán de autonomía pedagógica, de
organización y de gestión en el marco de la legislación vigente, para elaborar, aprobar y
ejecutar un proyecto educativo y un proyecto de gestión, así como las normas de
organización y funcionamiento del centro.
Como hemos visto, la orientación y la acción tutorial forman parte, por tanto, de la
función docente, teniendo como metas orientar al alumnado en su proceso de aprendizaje
y desarrollo personal, coordinar la acción educativa y el proceso de evaluación llevados
a cabo por el conjunto del profesorado de cada equipo docente, establecer relaciones
fluidas y mecanismos de coordinación con las familias del alumnado, y contribuir a la
prevención e identificación temprana de las dificultades de aprendizaje, coordinando la
puesta en marcha de las medidas educativas pertinentes tan pronto como las mismas se
detecten. El plan de orientación y acción tutorial será el instrumento que canalice dichas
metas.
307
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Orden de 15 de mayo de 2006, que recoge el nombramiento y las funciones de las
personas responsables de coeducación (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía núm.
99, de 25 de mayo de 2006).
Orden de 15 de enero de 2007, por la que se regulan las medidas y actuaciones a
desarrollar para la atención del alumnado inmigrante y, especialmente, las Aulas
Temporales de Adaptación Lingüística (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
311
número 33, de 14 de febrero de 2007).
Orden de 25 de julio de 2008, por la que se regula la atención a la diversidad del
alumnado que cursa la educación básica en los centros docentes públicos de
Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 167, de 22 de agosto de
2008) (texto consolidado 29 de julio de 2016).
Orden de 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la
Educación Infantil en Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número
169, de 26 de agosto de 2008).
Orden de 20 de agosto de 2010, por la que se regula la organización y el funcionamiento
de los institutos de educación secundaria, así como el horario de los centros, del
alumnado y del profesorado (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 169,
de 30 de agosto de 2010).
Orden de 20 de agosto de 2010, por la que se regula la organización y el funcionamiento
de las escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios de educación primaria, de
los colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de
educación especial, así como el horario de los centros, del alumnado y del
profesorado (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 169, de 30 de agosto
de 2010).
Orden de 20 de junio de 2011, por la que se adoptan medidas para la promoción de la
convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos y se regula el
derecho de las familias a participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas
(Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 132, de 7 de julio de 2011).
Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria,
la educación secundaria obligatoria y el bachillerato (Boletín Oficial del Estado,
número 25, de 29 de enero de 2015).
Orden de 17 de marzo de 2015, por la que se desarrolla el currículum correspondiente a
la Educación Primaria en Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
número 60, de 27 de marzo de 2015).
Orden de 28 de abril de 2015, por la que se modifica la Orden de 20 de junio de 2011,
por la que se adoptan medidas para la promoción de la convivencia en los centros
docentes sostenidos con fondos públicos y se regula el derecho de las familias a
participar en el proceso educativo de sus hijos e hijas (Boletín Oficial de la Junta de
Andalucía, número 96, de 21 de mayo de 2015).
Orden de 4 de noviembre de 2015, por la que se establece la ordenación de la evaluación
del proceso de aprendizaje del alumnado de Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Andalucía (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 230, de
26 de noviembre de 2015).
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313
8
Esta situación nos supera... ¿A quién
recurrimos? La participación de los equipos de
orientación educativa en los centros educativos
VICTORIANO ANGUITA LÓPEZ
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
314
1.1. Identificando la situación
Como tutora, Susana realiza, además, las funciones recogidas en el artículo 90 del
Decreto 328/2010, de 13 de julio, por el que se aprueba el reglamento orgánico de las
escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios de educación primaria, de los
colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de
educación especial, entre las que ha destacado:
En este mismo Decreto se especifica que el orientador del centro, que forma parte del
equipo de orientación del mismo, asesorará al profesorado en el desarrollo del currículo
sobre el ajuste del proceso de enseñanza y aprendizaje a las necesidades del alumnado,
así como en la aplicación de las diferentes actuaciones y medidas de atención a la
diversidad, especialmente las orientadas al alumnado que presente necesidades
específicas de apoyo educativo.
Teniendo en cuenta esto, a fin de orientar el proceso educativo de su alumno Luis,
esta maestra se plantea conocer mejor las necesidades educativas de su alumno y
315
proporcionar la mejor respuesta educativa, con la colaboración de todos los agentes, para
lo que deberá realizar varias actuaciones. En primer lugar deberá trasladar los acuerdos
del equipo docente a la jefatura de estudios, solicitando la intervención del orientador
con vistas a la evaluación psicopedagógica del chico. En segundo lugar deberá informar
al padre y madre de Luis sobre el inicio de esta evaluación, si finalmente es el caso, y
sobre las medidas que vayan a adoptarse. Por último, tendrá que seguir las orientaciones
que se recojan en su informe de evaluación psicopedagógica, adoptar las medidas
necesarias, coordinar la actuación de todo el equipo docente y hacer el seguimiento del
proceso educativo de su alumno.
Susana, como tutora del grupo de 2.º B, quiere preparar a fondo una reunión del
equipo docente que ella preside, para abordar la situación y tomar las decisiones
oportunas, por lo que ha decidido revisar la normativa existente en relación a sus futuras
actuaciones y los aspectos teóricos que fundamentarán estas.
Llegados a este punto, vamos a identificar los distintos niveles de intervención desde
la orientación y la tutoría, y nos centraremos en la conceptualización, composición y
tipología de los equipos de orientación educativa, las funciones que desempeñan y su
participación en los centros educativos, el proceso de derivación y demanda de
intervención ante las dificultades de aprendizaje y las medidas de atención a la
diversidad que se pueden adoptar con el alumnado de Educación Primaria.
316
culminación de un proceso en el que se habían creado e impulsado diferentes servicios
de orientación educativa y equipos multiprofesionales de manera progresiva en la década
de los ochenta.
La actual LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), ha dado continuidad a una
manera de concebir la Educación que implica necesariamente y de manera
complementaria los conceptos de enseñanza y de orientación. La orientación es un
elemento inherente a la propia educación, una parte integrante de la propuesta curricular
dirigida a todos los aspectos del aprendizaje y del desarrollo de todo el alumnado,
fundamental para el logro de una educación integral, al servicio de la personalización de
la educación y de la atención a la diversidad. Así queda recogido en el artículo 1.f) de
esta Ley, que establece como un principio de nuestro sistema educativo la orientación
educativa y profesional de los estudiantes, como medio necesario para el logro de una
formación personalizada, que propicie una educación integral en conocimientos,
destrezas y valores.
Esta acción orientadora resulta una tarea compleja que requiere, y así lo reconoce la
propia LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), en sus artículos 91 y 157, sobre
la intervención y colaboración de servicios y profesionales especializados en la
orientación educativa, psicopedagógica y profesional.
Desde la entrada en vigor de la LOGSE (1990) podemos distinguir tres niveles de
actuación en el ámbito de la orientación y la intervención psicopedagógica (Aguaded,
Rus y Ávila, 2010, p. 434; Boza, 2001; Guillamón, 2009, p. 512; Mérida, Ramírez,
Corpas y González, 2012, p. 56): dos en el ámbito del centro y un tercer nivel en el
sector geográfico. En el primer nivel, la orientación en el aula se lleva a cabo a través de
la acción tutorial que desarrolla el profesorado, coordinada por el tutor o la tutora
responsable de la programación de tutoría destinada al alumnado de su grupo clase. A
nivel de centro, esta orientación, recogida en el plan de orientación y acción tutorial, es
coordinada por el departamento de orientación de los institutos de Educación
Secundaria, o los equipos de orientación en el caso de los centros de Educación Infantil y
Primaria en Andalucía. Por último, el equipo de sector o equipo de orientación educativa
desarrolla, a través de sus planes de trabajo, actuaciones en los distintos centros de su
ámbito de actuación, pudiendo contar con la colaboración de los equipos especializados,
incluido el de atención temprana.
Desde cada nivel se abordan funciones distintas que se complementan mutuamente y
que configuran la orientación como un proceso global que implica a diversos agentes,
distintos ámbitos y áreas de actuación (Mérida, Ramírez, Corpas y González, 2012, p.
56), tal y como se muestra en la figura 8.1.
317
Figura 8.1.—Niveles de orientación en orientación e intervención psicopedagógica. (FUENTE: Elaboración
propia.)
318
Estos equipos mantienen un interesante equilibrio entre su carácter externo a los
centros, lo que les permite independencia administrativa respecto a ellos (Boza, 2001), y
la participación de los orientadores y orientadoras de referencia de cada centro en su
estructura organizativa, lo que les permite contribuir desde dentro a la mejora de la
actividad educativa que allí se desarrolla. El Decreto 328/2010, de 13 de julio, por el que
se aprueba el Reglamento Orgánico de las escuelas infantiles de segundo ciclo, de los
colegios de educación primaria, de los colegios de educación infantil y primaria, y de
los centros públicos específicos de educación especial, determina que los orientadores de
referencia forman parte del claustro y del equipo de orientación del centro (que es una
estructura de coordinación didáctica en centros con enseñanzas de Educación Primaria),
y participan en el equipo técnico de coordinación pedagógica (artículos 86.1 y 87.2).
319
La diversidad de perfiles que lo componen garantiza que se dé una respuesta integral,
ajustada y efectiva a las necesidades de los centros y del alumnado que lo requiera, desde
las aportaciones de las distintas perspectivas profesionales. No obstante, como señala
Santana (2007, p. 213), es fundamental establecer una verdadera cultura de colaboración,
de trabajo compartido, para poder desarrollar actuaciones que sean relevantes y globales.
Es por ello que al frente de cada EOE figura un coordinador o coordinadora, que se
encarga, como se establece en el Decreto 213/1995, de 12 de septiembre (regula los
EOE), de: a) impulsar y dinamizar el trabajo en equipo de los profesionales que lo
integran; b) dirigir y coordinar todas las actividades del equipo; c) convocar y presidir
las reuniones programadas; d) gestionar los recursos asignados; e) coordinar la
elaboración, desarrollo y evaluación del plan de trabajo anual y de la memoria final de
curso; f) facilitar la adecuada coordinación con la inspección educativa y el centro de
profesorado o institución formativa de su zona, y g) facilitar la coordinación con las
instituciones del entorno, en el ámbito de las respectivas competencias.
Los distintos orientadores u orientadoras del equipo de orientación educativa son el
referente en uno o más centros públicos de la zona que imparten las enseñanzas de
Educación Infantil y Primaria. Cada orientador u orientadora de referencia atiende, a
través de la jefatura de estudios, las demandas de ayuda y asesoramiento en el centro y
en las aulas, derivándolas hacia otros profesionales del EOE, si fuese necesaria su
intervención. De esta forma se mejora la coordinación del conjunto de actuaciones en el
centro de los distintos miembros de un EOE.
La Orden de 23 de julio de 2003, por la que se regulan determinados aspectos sobre
la organización y el funcionamiento de los Equipos de Orientación Educativa, determina
que la asignación del orientador u orientadora de referencia a cada uno de los centros se
realice atendiendo al número total de alumnado de los mismos, las características
educativas y sociales más relevantes de la población escolar y, en su caso, las
características de las barriadas o comarcas geográficas donde se ubican. Estas
referencias, siempre que sea posible, se mantendrán durante al menos tres cursos
académicos, para dar continuidad a la labor orientadora.
320
asignadas, según la perspectiva de los distintos perfiles profesionales que configuran el
EOE, tal y como veremos a continuación.
Funciones
A la hora de describir las funciones que desarrollan los EOE zonales, Guillamón
(2009, p. 528), y Ramos, Cuadrado y Fernández (2007, p. 3), las agrupan en aquellas de
apoyo a los centros y las realizadas en la zona o sector. Por su parte, Carrera (2016, p.
18) distingue cuatro grandes categorías de funciones de estos equipos, en gran parte
coincidentes con las de los anteriores autores. Por nuestra parte, a partir de sus
propuestas, vamos a diferenciar siete grandes categorías de funciones:
321
distintos profesionales de los EOE pueden atender de manera grupal o individual a
las familias, en colaboración con el centro, en distintas actividades, como por
ejemplo en los procesos de transición, en los procesos de evaluación
psicopedagógica, la realización de talleres u otras actividades formativas, o la
orientación a familias en situaciones específicas.
f) Colaboración con otros servicios e instituciones de carácter educativo, sanitario y
social, que pueden prestar actuaciones complementarias a las que se ofrecen desde
la escuela, a fin de optimizar los esfuerzos y ofrecer una respuesta global. Es muy
común en los procesos de transición entre etapas y en la colaboración para la
identificación y respuesta al alumnado con necesidades específicas de apoyo
educativo.
g) De manera transversal, podemos considerar la elaboración y difusión de
materiales psicopedagógicos de utilidad para los centros, el profesorado y las
familias.
322
Y se establecen como funciones especializadas por ámbitos y áreas:
CUADRO 8.1
Funciones desarrolladas en el área de apoyo a la función tutorial del profesorado
— Asistir técnicamente al profesorado que ejerce la tutoría en relación con el desempeño de su función
tutorial, proporcionándoles técnicas e instrumentos y materiales que faciliten el desarrollo de dicha función.
— Asesorar al profesorado en la prevención y tratamiento educativo de las dificultades de aprendizaje.
— Facilitarles elementos de soporte para su actividad docente y tutorial, facilitando materiales, técnicas e
instrumentos didácticos, principalmente los que sean de utilidad para las actividades de refuerzo educativo y
de adaptación curricular.
— Cooperar en la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, participando en la planificación de las
actividades docentes en aspectos como la organización del aula y el agrupamiento del alumnado, diseño y
realización de actividades de refuerzo educativo, adaptaciones curriculares, técnicas de estudio e integración
social de los alumnos y alumnas en el grupo.
— Apoyar en el diseño y desarrollo de medidas para la mejora de la convivencia en los centros.
— Contribuir al desarrollo y potenciación de la cotutoría activa del alumnado con necesidades educativas
especiales. El Decreto 328/2010, de 13 de julio (reglamento orgánico de los centros), establece que en el
caso de este alumnado, cuando está escolarizado en grupos ordinarios, la tutoría será ejercida de manera
compartida entre el maestro o maestra que ostenta la tutoría del grupo donde se escolariza y el profesorado
especialista que le atiende.
FUENTE: Decreto 213/1995, de 12 de septiembre (regula los EOE en Andalucía), y Decreto 328/2010, de 13
de julio (organización y funcionamiento de EI, CEIP y CEEE).
323
b) Área de orientación vocacional y profesional
CUADRO 8.2
Funciones desarrolladas en el área de orientación vocacional y profesional
— Colaborar con el profesorado que ejerce la tutoría en la elaboración, aplicación y evaluación de programas
de orientación vocacional integrados en el currículo.
— Colaborar en el desarrollo de actuaciones que favorezcan la transición entre etapas educativas, tanto a través
del intercambio de información como de la coordinación didáctica, evitando así discontinuidades en el
proceso de enseñanza y aprendizaje (Gimeno, 1996).
— Facilitar al profesorado, al alumnado, así como a sus padres, madres o representantes legales, información
de carácter académica y profesional.
— Elaborar, adaptar y difundir programas, documentos y materiales para la orientación vocacional y
profesional del alumnado.
— Colaborar con los departamentos de orientación en la aplicación de programas de orientación educativa y
profesional.
CUADRO 8.3
Funciones desarrolladas en el área de atención a las necesidades educativas especiales
— Realizar la evaluación psicopedagógica del alumnado con necesidades educativas especiales y proponer la
modalidad de escolarización más adecuada, desde un enfoque multiprofesional.
— Asesorar al profesorado y a los padres, madres o tutores legales en relación con la atención educativa que
precise este alumnado.
— Asistir técnicamente al profesorado en relación con la elaboración, aplicación y evaluación de las
324
adaptaciones curriculares.
— Prestar atención educativa directa a los alumnos y alumnas con dificultades de tipo cognitivo, de desarrollo
de la comunicación oral y escrita, problemas de tipo motórico o dificultades generalizadas de aprendizaje,
cuando el propio equipo estime la necesidad de esta atención especializada.
— Elaborar, adaptar, distribuir y divulgar materiales e instrumentos psicopedagógicos de utilidad para el
profesorado en relación con las necesidades educativas del alumnado.
— Planificar y desarrollar acciones educativas para la prevención y atención temprana de los niños y niñas con
necesidades educativas especiales.
CUADRO 8.4
Funciones desarrolladas en el área de compensación educativa
325
orgánico de los centros), y las Instrucciones de 17 de septiembre de 2010 de la
Dirección General de Participación e Innovación Educativa por la que se regula la
intervención del educador y educadora social en el ámbito educativo:
326
alumnado con discapacidad motora mediante la aplicación y desarrollo de
programas personalizados, participar en la evaluación psicopedagógica y en el
desarrollo de las adaptaciones curriculares del alumnado con necesidades
educativas especiales y promover programas de educación para la salud,
colaborando en aquellos otros que se desarrollen en coordinación con otras
administraciones y/o entidades. Asimismo, han de llevar a cabo el seguimiento del
alumnado de Educación Infantil, al objeto de detectar y prevenir problemas de
salud con incidencia en el desarrollo y en el aprendizaje.
e) Los trabajadores y trabajadoras sociales, por su parte, han de: desarrollar
acciones de intervención socioeducativa con el alumnado que presenta problemas
o dificultades de integración escolar y/o social; aportar información sobre las
características del entorno, los recursos educativos, culturales, sanitarios y
socioeconómicos y las vías adecuadas para su utilización; promover la integración
de las familias y del entorno en las actividades de los centros, y colaborar con
otros servicios educativos, sociales y de la salud del entorno para la atención a la
infancia y a la adolescencia. De igual forma, han de colaborar en la realización de
la evaluación psicopedagógica con las aportaciones de carácter social que sean
relevantes en la toma de decisiones del proceso escolar que lo requiera.
f) Los educadores y educadoras sociales han de: realizar el seguimiento del
alumnado absentista con intermediación entre la familia y el centro; intervenir con
el alumnado y las familias en problemas de convivencia y colaborar con el
profesorado en el funcionamiento del aula de convivencia; trabajar como mentores
y coordinar actividades extraescolares para el alumnado en situaciones de riesgo;
coordinar los recursos de la zona para este alumnado; organizar y participar en
actividades de formación para las familias; y organizar y desarrollar actividades en
programas socioeducativos, de promoción de hábitos de vida saludable,
habilidades socioemocionales y para la integración multicultural, educación en
valores, de ocio y tiempo libre.
Programas de intervención
Para desarrollar las funciones que hemos señalado, la Orden de 23 de julio de 2003
(regula los EOE) establece un modelo de intervención de los equipos de orientación
educativa basado en programas, siendo estos la forma concreta de establecer,
desarrollar y evaluar las actuaciones en cada una de las áreas de trabajo. Estos
programas han de tener en cuenta las características de los contextos y las situaciones
particulares sobre las que se pretende incidir. De ahí que se concreten para cada centro, a
partir de las necesidades manifestadas por el profesorado o las detectadas por el propio
equipo en el desarrollo de sus funciones.
Los distintos programas se recogen en el plan anual de trabajo para toda la zona, y se
concretarán para cada uno de los centros sobre los que se interviene, incardinados con el
327
plan de orientación y acción tutorial de los mismos.
Algunos de los programas que se llevan a cabo en el ámbito de la Educación Primaria
son (Boza, 2001; Anguita, 2013):
328
aspectos sobre la organización y el funcionamiento de los EOE especializados, estos
equipos realizan intervenciones a partir de las demandas canalizadas por la dirección del
centro, si el alumnado ya está escolarizado, o de la delegación territorial en caso
contrario, planificándolas previamente con la o el profesional de la orientación del EOE
o el centro. Para dar respuesta a las distintas demandas, estas se priorizan teniendo en
cuenta tanto el grado de la necesidad del alumno o alumna y la disponibilidad o no de
recursos en el centro educativo para responder a la misma, el nivel en el que se
escolariza, con prioridad para el alumnado escolarizado en el segundo ciclo de
Educación Infantil y en especial el de nueva escolarización, y el momento de la solicitud.
En períodos de matriculación se priorizan las demandas relacionadas con la evaluación
psicopedagógica y el dictamen de escolarización.
Sus intervenciones están basadas en los principios de: a) prevención y anticipación
para la detección y atención temprana, b) detección temprana de necesidades, c) el
enfoque multidisciplinar, y d) la coordinación intra e interinstitucional. Esta
coordinación es especialmente importante en el caso de los EOE-E de atención
temprana, centrados en los niños y niñas de Educación Infantil que presentan trastornos
del desarrollo o riesgo de padecerlos. El profesional de este EOE-E-AT forma parte del
equipo provincial de atención infantil temprana (EPAT), junto con otros dos
profesionales de las Consejerías con competencias en salud y en servicios sociales, con
formación y experiencia en la atención infantil, tal y como recoge el artículo 19 del
Decreto 85/2016, de 26 de abril, por el que se regula la intervención integral de la
Atención Infantil Temprana en Andalucía.
Al igual que el resto de equipos, el EOE-E tiene un coordinador o coordinadora que
se reúne periódicamente con el equipo técnico provincial para la orientación educativa y
profesional y dinamiza las reuniones de coordinación de los distintos especialistas con
una periodicidad al menos quincenal.
Con carácter general, los EOE especializados realizan las siguientes funciones:
329
especiales, proporcionando información relativa a las características, necesidades,
procedimientos e instrumentos de intervención con dicho alumnado.
e) Seleccionar, analizar y/o elaborar materiales didácticos, promocionar el uso de las
nuevas tecnologías aplicadas al alumnado con necesidades educativas especiales y
dinamizar el empleo de materiales y equipamiento técnico específico. Una de las
funciones que realizan es la determinación, junto con los profesionales médicos de
los EOE, de ayudas técnicas necesarias para el acceso al currículo (FM, software o
hardware adaptado...) y para la adecuación y ergonomía de los puestos escolares a
las características personales del alumnado con este tipo de necesidades.
Como ya hemos señalado, una de las tareas más importantes desarrolladas por los
EOE es la detección e identificación y determinación de la respuesta educativa de las
necesidades específicas de apoyo educativo.
La LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), establece la atención a la
diversidad y la prevención de las dificultades de aprendizaje como principios
metodológicos en la etapa de Educación Primaria.
330
Artículo 17. Actuaciones y medidas de atención a la diversidad.
2. La detección temprana del alumnado que requiere medidas específicas de
apoyo educativo será una práctica normalizada y contemplada en el plan de
detección temprana, que formará parte del plan de atención a la diversidad del
proyecto educativo del centro.
En el contexto escolar, sin perjuicio de que pueda hacerse en cualquier momento del
proceso de enseñanza y aprendizaje, se pueden detectar en el marco de los programas de
tránsito o continuidad entre etapas educativas, en el desarrollo de las evaluaciones
iniciales o trimestrales y en la aplicación de pruebas de carácter general (pruebas
ESCALA o de final de etapa) o de protocolos de carácter prescriptivo (detección de altas
capacidades).
Cuando las dificultades sean detectadas en el ámbito familiar, una vez comunicadas al
centro, será la jefatura de estudios la encargada de trasladar la información al equipo
docente.
En uno u otro caso, el equipo docente, convocados por el profesorado tutor y con el
asesoramiento de los profesionales de la orientación, valorará la respuesta educativa más
adecuada, analizando los indicios existentes, valorando las medidas que puedan estar
aplicándose o determinando las necesarias, y estableciendo un cronograma para su
seguimiento.
Si tras la aplicación de medidas generales de atención a la diversidad al menos
durante tres meses, salvo excepciones (agravamiento o indicios evidentes de NEAE), no
331
se considera suficiente para responder a las necesidades educativas del alumno o alumna,
el equipo docente, al que se unirá un miembro del equipo de orientación del centro,
realizará la demanda de evaluación psicopedagógica para que se proceda a identificar
las necesidades específicas de apoyo educativo.
332
aprendizaje, la aplicación de determinadas medidas o la organización de determinados
recursos puede suponer la creación de grupos específicos, que lejos de ayudar a
transformar la práctica docente contribuyan a que la diversidad se perciba como un
problema o enmascaren procesos desencadenantes de segregación (Moliner, Sales,
Ferrández y Roig, 2012). La reflexión sobre ello debe guiar cualquier práctica educativa,
y las medidas de atención a la diversidad que se determinen deben contribuir a una
verdadera educación inclusiva. Para Ainscow y Miles (2008), la educación inclusiva
lleva consigo una reestructuración de las culturas, las políticas y las prácticas en las
escuelas, al mismo tiempo que estas, las escuelas, deben garantizar la presencia, la
participación y los resultados de todo el alumnado sin excepción.
Según Pascual, Galindo y Espillaque (2010, p. 31), podemos entender la atención a
la diversidad como el conjunto de acciones educativas y propuestas, tanto curriculares
como organizativas, que tratan de dar respuesta a las necesidades de formación del
conjunto del alumnado, partiendo tanto de sus diferencias como de las del resto de las
personas que integran la comunidad educativa. La atención a la diversidad requiere
compartir una visión positiva de las diferencias (Jiménez y García, 2013), esto es,
implica fijarse en las características peculiares de cada alumno o alumna, en lo que
puede hacer, en sus capacidades, y no solo en sus limitaciones, aunque, como señalan
Álvarez y Bisquerra (2018), estas últimas deban ser evaluadas y valoradas para tomarlas
como punto de partida en el proceso de desarrollo de sus potencialidades. Estos mismos
autores, a partir de las aportaciones de numerosos estudios, han establecido una serie de
principios para dar respuesta a la diversidad desde una perspectiva inclusiva (véase
cuadro 8.5).
CUADRO 8.5
Respuesta educativa a la diversidad desde la perspectiva inclusiva
— La diversidad del alumnado es un valor. El — El desarrollo del alumnado debe ser posible tomando
alumnado tiene derecho a que se reconozcan en consideración la diversidad (de intereses,
sus necesidades educativas que de esto se capacidades, procedencia, etc.).
derivan.
— Las dificultades surgen de la interacción entre — Se adopta una perspectiva interactiva en el análisis de
el sujeto y el contexto (currículo, familia, las dificultades de aprendizaje.
contexto social y educativo, etc.).
— Cualquier estudiante puede experimentar — Organizar la educación para proporcionar las ayudas
dificultades en algún momento. pertinentes a las personas que lo necesiten en el
momento necesario.
— La ayuda apropiada debe estar disponible para — La orientación educativa va dirigida a todo el
todo el alumnado que lo necesite. alumnado.
333
— La inclusión social se trabaja en la inclusión — Desde la escuela hay que combatir actitudes de
escolar. exclusión (discriminación) y fomentar la inclusión
(acogida, cohesión social).
— Todo el profesorado debe asumir su — Esto está en contradicción con sacar a los casos
responsabilidad en el progreso de todo el problema del aula, para enviarlos a profesionales
alumnado, sin exclusiones. especializados y desentenderse de ellos.
— Hay que proporcionar apoyo al profesorado — El asesoramiento colaborativo es una de las respuestas
para que se pueda responsabilizar de la educativas eficientes de apoyo al profesorado para
educación de todo el alumnado. proceder a una resolución conjunta de los problemas.
Aun siendo conscientes de la responsabilidad de los centros para dar respuesta a todas
las diferencias, creemos necesario abordar los casos en los que estas diferencias se
traducen en necesidades educativas, queriendo una respuesta educativa distinta a la
ordinaria.
El artículo 71.2 de la LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), identifica al
alumnado con necesidad específica de apoyo educativo como aquel que requiere una
atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas
especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, TDAH, por sus altas capacidades
intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo o por condiciones
personales o de historia escolar (necesidades de compensación educativa en la Ley
17/2007, de Educación en Andalucía), correspondiendo a la Administración educativa
disponer los recursos necesarios para que este alumnado pueda alcanzar el máximo
desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos
establecidos con carácter general para todo el alumnado.
La escolarización de este alumnado se regirá por los principios de normalización,
inclusión escolar y social, flexibilización, personalización de la enseñanza y
coordinación interadministrativa, y deberá garantizar las condiciones más favorables
para el mismo (LEA, 2007). Se dará una respuesta integral desde el momento de la
identificación de esas necesidades, lo más tempranamente posible. En el cuadro 8.6 se
pueden encontrar las características principales de la escolarización de este alumnado
según el tipo de necesidades.
334
Administraciones educativas la provisión de los recursos necesarios para garantizar: e) la
atención a la diversidad de los alumnos y en especial la atención a aquellos que
presentan necesidad específica de apoyo educativo y h) la existencia de servicios o
profesionales especializados en la orientación educativa, psicopedagógica y profesional.
Además, establece que los centros contarán con la debida organización escolar y
realizarán las adaptaciones y diversificaciones curriculares precisas para facilitar a
todo el alumnado la consecución de los fines establecidos. En ese sentido, otorga a los
centros educativos autonomía pedagógica y organizativa, reflejada en su proyecto
educativo, que, entre otros aspectos, deberá recoger la forma de atención a la diversidad
del alumnado.
Por su parte, el Decreto 97/2015, de 3 de marzo (ordenación Educación Primaria),
establece la adopción de medidas de atención a la diversidad, tanto organizativas como
curriculares, por parte de los centros, en el ejercicio de su autonomía, desde criterios de
flexibilidad organizativa y atención inclusiva, a fin de que todo el alumnado alcance los
objetivos y competencias de la etapa.
CUADRO 8.6
Escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo
335
enriquecimiento, etc.).
336
estructuración de situaciones de enseñanza-aprendizaje suficientemente variadas y
flexibles, en las que participe todo el alumnado, posibilitando que el mayor número
posible de este desarrolle en el mayor grado posible las competencias y alcance los
objetivos establecidos. Las actividades y tareas propuestas tendrán que ser significativas,
propiciar el máximo de implicación y participación, y permitir distintos niveles de
desempeño de acuerdo con la diversidad de intereses, motivaciones y capacidades.
También se pueden establecer actividades de refuerzo o ampliación, destinadas al
alumnado que las precise.
Para el desarrollo de las actividades docentes se puede establecer una organización
flexible de los espacios, los tiempos y los recursos, así como diversificar los
procedimientos e instrumentos de evaluación de los aprendizajes.
Finalmente, en el proyecto educativo se puede recoger el desarrollo de programas
preventivos de dificultades. Igualmente, la orientación y el refuerzo de la acción tutorial
son también elementos esenciales en la personalización del proceso educativo y, por
tanto, en la atención a la diversidad.
337
legales del alumnado que así lo requiera.
e) Es importante subrayar que el Decreto 97/2015 señala que la detección temprana
del alumnado que requiere medidas específicas de apoyo educativo será una
práctica normalizada y contemplada en el plan de detección temprana, que formará
parte del plan de atención a la diversidad del proyecto educativo del centro.
f) La atención de este alumnado se realizará en el aula ordinaria. Cuando dicha
atención requiera un tiempo o espacio diferente, se hará sin que suponga
discriminación o exclusión de dicho alumnado.
g) Todas las medidas y programas que veremos a continuación han de ser recogidos y
contextualizados en los proyectos educativos de los centros, de tal forma que
configuren un verdadero plan de atención a la diversidad.
338
presente dificultades de aprendizaje en la adquisición de la competencia en
comunicación lingüística que le impidan seguir con aprovechamiento su proceso de
aprendizaje, pueda cursar refuerzo del área de Lengua Castellana y Literatura en lugar de
la Segunda Lengua Extranjera.
Los programas de atención a la diversidad que pueden llevar a cabo los centros son de
dos tipos:
1. Programas de refuerzo
339
(modificaciones en métodos, técnicas y estrategias de enseñanza-aprendizaje y las
actividades y tareas programadas, y en los agrupamientos del alumnado dentro del
aula), así como en los procedimientos e instrumentos de evaluación.
b) Adaptaciones curriculares significativas (ACS). Destinadas al alumnado con
necesidades educativas especiales que presenta un desfase curricular superior a
dos cursos, a fin de favorecer su accesibilidad al currículo, o limitaciones
funcionales derivadas de discapacidad física o sensorial que imposibilitan la
adquisición de objetivos y criterios de evaluación en determinadas áreas. Implica
modificaciones que afectan a la consecución de los objetivos y los criterios de
evaluación. Son elaboradas por el profesorado especialista e implementadas por
este, junto con el profesorado del área, con el asesoramiento del equipo de
orientación.
c) Adaptaciones curriculares para el alumnado con altas capacidades intelectuales
(ACAI). Contemplará medidas extraordinarias de ampliación por este o
enriquecimiento del currículo ordinario y medidas excepcionales de flexibilización
del período de escolarización, previa autorización de los progenitores. Será
responsabilidad del profesorado de cada materia, con el asesoramiento del equipo
de orientación.
Las ACAI podrán contemplar propuestas curriculares de profundización (un
enriquecimiento del currículo sin modificación de los criterios de evaluación) y/o
ampliación (modificación de la programación didáctica, con la inclusión de
criterios de evaluación de niveles educativos superiores, pudiéndose proponer, en
función de las posibilidades de organización del centro, el cursar una o varias
áreas en el nivel inmediatamente superior, aunque en los documentos oficiales se
calificará en virtud del curso en que esté el alumno o alumna matriculado). A
partir de la valoración positiva del desarrollo de la ACAI se puede proponer la
flexibilización del período de escolarización, siempre y cuando se prevea que
cursará con éxito todas las asignaturas en el curso en el que se escolarizará.
Los programas de enriquecimiento curricular (PECAI) se dirigirán a ofrecer
experiencias de aprendizaje ricas y variadas para el alumnado con altas
capacidades intelectuales, aunque se contempla la posibilidad de que se beneficie
también alumnado especialmente motivado por el aprendizaje. Se puede llevar
dentro o fuera del aula, y su elaboración, aplicación y seguimiento será llevada a
cabo por el profesorado ordinario con disponibilidad horaria que se designe, con el
asesoramiento del equipo de orientación.
Para atender a la diversidad del alumnado del aula de Susana es importante identificar
los aprendizajes básicos de las distintas áreas, lo que sin duda servirá para diseñar la
340
respuesta educativa destinada a su alumno Luis. No obstante, como ya hemos señalado,
en el caso de Luis su tutora ha solicitado el asesoramiento del orientador para planificar,
dentro de un programa de desarrollo de competencias socioemocionales, actividades que
favorezcan la integración de este alumno en el grupo clase, su participación en el aula y
el centro, aceptando las normas existentes, y dotarle de destrezas que le permitan
interactuar de forma positiva con sus iguales.
Susana quiere desarrollar distintas actividades en tres áreas que ella misma imparte,
aunque también se ha puesto de acuerdo con los maestros de Educación Física y de
Valores Sociales y Éticos que este chico cursa, para que la respuesta sea global. Estos
maestros han consultado la Orden de 17 de marzo de 2015 (currículo de Educación
Primaria) y han seleccionado los siguientes referentes curriculares (cuadros 8.7 a 8.11).
CUADRO 8.7
Referentes curriculares del área de Ciencias Naturales
Ciencias Naturales
Objetivos
O.CN.3. Reconocer y comprender aspectos básicos del funcionamiento del cuerpo humano, estableciendo
relación con las posibles consecuencias para la salud individual y colectiva, valorando los beneficios que
aporta adquirir hábitos saludables diarios como el ejercicio físico, la higiene personal y la alimentación
equilibrada para una mejora en la calidad de vida, mostrando una actitud de aceptación y respeto a las
diferencias individuales.
Criterios Indicadores
C.E.1.2. Identificar y localizar las principales partes del cuerpo, estableciendo CN.1.2.3. Conoce y respeta
relación con las funciones vitales en las que se ven implicadas, para potenciar las diferencias individuales,
hábitos saludables básicos, poniendo ejemplos asociados a la higiene, la aceptando sus posibilidades
alimentación equilibrada, el ejercicio físico y el descanso como formas de y limitaciones (CSYC).
mantener la salud, el bienestar y el buen funcionamiento del cuerpo. CN.1.2.4. Identifica
emociones y sentimientos
propios, de sus compañeros
y de los adultos,
manifestando conductas
pacíficas (CSYC).
CUADRO 8.8
Referentes curriculares del área de Ciencias Sociales
Ciencias Sociales
341
Objetivos
O.CS.3. Conocer, valorar y respetar los derechos humanos y valores democráticos que otorgan idiosincrasia
propia a los diferentes grupos humanos, poniendo en práctica habilidades y estrategias para la prevención y
resolución pacífica y tolerante de conflictos en el ámbito familiar y social en los que vive y se desarrolla como
persona.
Criterios Indicadores
CUADRO 8.9
Referentes curriculares del área de Lengua Castellana y Literatura
Objetivos
O.LCL.1. Utilizar el lenguaje como una herramienta eficaz de expresión, comunicación e interacción,
facilitando la representación, interpretación y comprensión de la realidad, la construcción y comunicación del
conocimiento y la organización y autorregulación del pensamiento, las emociones y la conducta.
O.LCL.2. Comprender y expresarse oralmente de forma adecuada en diversas situaciones sociocomunicativas,
participando activamente y respetando las normas de intercambio comunicativo.
Criterios Indicadores
342
CUADRO 8.10
Referentes curriculares del área de Educación Física
Educación Física
Objetivos
O.EF.5. Desarrollar actitudes y hábitos de tipo cooperativo y social basados en el juego limpio, la solidaridad,
la tolerancia, el respeto y la aceptación de las normas de convivencia, ofreciendo el diálogo en la resolución de
problemas y evitando discriminaciones por razones de género, culturales y sociales.
Criterios Indicadores
C.E.1.3. Identificar, comprender y respetar las normas y reglas de EF.1.3.1. Identifica, comprende y
los juegos y actividades físicas, mientras se participa, favoreciendo respeta las normas y reglas de los
las buenas relaciones entre compañeros/as. juegos y actividades físicas (CSYC).
EF.1.3.3. Favorece las buenas
relaciones entre compañeros/as
(CSYC).
CUADRO 8.11
Referentes curriculares del área de Valores Sociales y Cívicos
Objetivos
O.VSC.1. Implementar las habilidades psicosociales básicas propias de las inteligencias intrapersonal e
interpersonal, a través de el autoconocimiento, el desarrollo de los pensamientos creativo y crítico, la empatía,
la efectiva resolución de conflictos y la toma de decisiones, necesarias para ser, conocer, aprender, convivir,
actuar y emprender.
O.VSC.3. Adoptar una actitud de apego a las normas que favorecen la convivencia y la paz, así como a la
legalidad democrática, en un proceso de crecimiento personal basado en la autorregulación y la responsabilidad
de los propios actos, y reflexionar y sensibilizarse sobre la importancia de los derechos fundamentales
reconocidos en la Declaración de los Derechos Universales, en la Constitución Española y en el Estatuto de
Andalucía.
Criterios Indicadores
CE.1.1. Reconocer los rasgos que lo definen, haciendo una VSC.1.1.3. Reflexiona acerca de las
valoración positiva de sí mismo, e identificar las consecuencias consecuencias de sus acciones,
que sus decisiones tienen sobre sí mismo y sobre los demás, identificando las ventajas e inconvenientes
haciéndose responsable de las consecuencias de sus actos y de las diferentes alternativas de acción y
desarrollando una actitud de compromiso hacia uno mismo. haciéndose responsable de las mismas
(CSYC, SIEP).
CE.1.3. Reconocer, listar y expresar sus sentimientos y VSC.1.3.2. Aplica el autocontrol a la toma
343
emociones, aprendiendo a gestionarlos de manera positiva para de decisiones y a la resolución de
enfrentarse a las distintas situaciones y problemas de su vida conflictos, haciendo frente a la
diaria, manejar las frustraciones haciendo frente a los miedos y incertidumbre, el miedo o el fracaso
fracasos e iniciarse en la toma de decisiones con autocontrol. (SIEP).
Criterios Indicadores
CE.1.5. Participar activamente en actividades cooperativas con VSC.1.5.2. Expresa abiertamente las
actitud de respeto y escucha, expresando con lenguaje positivo y propias ideas y opiniones, realizando una
abiertamente sus ideas, opiniones y sentimientos, defendiéndolas defensa tranquila y respetuosa de las
sin desmerecer las aportaciones de los demás y demostrando posiciones personales y utilizando un
interés por los otros. lenguaje positivo (CCL, CSYC).
CE.1.6. Establece relaciones respetuosas y cooperativas, basadas VSC.1.6.1. Respeta, comprende, acepta, y
en la amistad, el afecto y la confianza mutua, respetando y aprecia positivamente las diferencias
aceptando las diferencias individuales y valorando las cualidades individuales, valorando las cualidades de
de los demás. otras personas (CSYC).
VSC.1.6.2. Establece y mantiene
relaciones emocionales amistosas, basadas
en el intercambio de afecto y la confianza
mutua, expresando las características de la
amistad (CSYC, CCL).
El centro donde trabaja Susana es público, de dos líneas desde el segundo ciclo de
Educación Infantil a 6.º de Educación Primaria. El equipo directivo ejerce un liderazgo
pedagógico muy positivo, favoreciendo la colaboración y el trabajo en equipo de los
docentes. La jefatura de estudios convoca regularmente a los equipos docentes, que
analizan, bajo la coordinación del profesorado tutor, el proceso educativo de cada uno de
los grupos. El equipo de orientación del centro, compuesto por el orientador de
referencia, una maestra de pedagogía terapéutica, una maestra de audición y lenguaje y
una profesional de integración social, colabora activamente con la jefatura de estudios y
los equipos docentes. Su coordinadora y el orientador de referencia asisten a las
reuniones del equipo técnico de coordinación pedagógica. El orientador del centro
asesora al profesorado en el desarrollo de las actividades establecidas en el plan de
orientación y acción tutorial, y en la aplicación de medidas de atención a la diversidad,
orienta sobre estrategias metodológicas, especialmente en la atención de alumnado con
necesidades específicas de apoyo educativo, y se muestra muy colaborativo en otras
344
demandas relacionadas con la acción tutorial del profesorado. En el centro también
intervienen otros perfiles del equipo de orientación de la zona.
El alumnado de 2.º A permanece junto desde el inicio de su escolaridad en el centro,
aunque Luis, principal objeto de esta intervención, se incorporó este curso, procedente
de otro centro.
Susana sabe que cuenta con el apoyo del equipo directivo y el asesoramiento del
equipo de orientación, y quiere que sus actuaciones se desarrollen de manera coordinada
con el resto del equipo docente y el equipo de ciclo.
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
El plan de acción para dar respuesta a las necesidades educativas del alumno debe
contemplar actuaciones de varios agentes:
345
La dirección del centro canalizará, en su caso, la demanda del EOE especializado.
c) El orientador de referencia será el responsable de realizar la evaluación
psicopedagógica del alumno, asesorar al profesorado en el ajuste del proceso de
enseñanza y aprendizaje a las necesidades del alumno y en la aplicación de las
medidas de atención a la diversidad que puedan derivarse de la evaluación,
colaborar con la tutora y el resto del equipo docente en el desarrollo de actividades
que mejoren la interacción del chico con su grupo y faciliten su integración en la
dinámica habitual de la clase y, finalmente, informar y asesorar a la familia en los
aspectos que afecten a la orientación psicopedagógica de su hijo.
Tras el primer mes del curso, en la sesión de evaluación inicial que preside Susana el
equipo docente puso de manifiesto que Luis presentaba dificultades en algunos
aprendizajes básicos, relacionados con la comprensión lectora y la expresión escrita, así
como el razonamiento y la resolución de problemas matemáticos. Junto a estas
dificultades, apreciaron una excesiva impulsividad, constantes interrupciones, poca
integración en el grupo, frecuentes discusiones con compañeros y falta de respeto a las
normas en juegos o trabajos de tipo colaborativo.
A raíz de ello, Susana decidió revisar el plan de atención a la diversidad presente
en el proyecto educativo del centro, deteniéndose en el plan de detección temprana del
alumnado que requiera medidas específicas de apoyo educativo, que señala el artículo
17.2 del Decreto 97/2015, de 3 de marzo (ordenación de la Educación Primaria), y en las
medidas de atención a la diversidad. El ETCP, de acuerdo con las competencias
atribuidas en el artículo 88 del Decreto 328/2010, de 13 de julio (reglamento orgánico de
los centros), estableció los criterios para la adopción de medidas de atención a la
diversidad, en base a los cuales la jefatura de estudios ha organizado para el primer ciclo
la presencia de un segundo maestro durante algunas sesiones en el área de Lengua
Castellana y Literatura de los cuatro grupos, y un agrupamiento flexible en el área de
Matemáticas.
Posteriormente celebró una reunión del equipo docente, a la que asistió la
coordinadora del equipo de orientación del centro. Conforme a lo establecido en las
Instrucciones de 8 de marzo de 2017 (de detección, identificación y respuesta educativa
NEAE), analizaron los indicios apreciados y determinaron adoptar medidas de refuerzo
educativo, tal y como se recoge en el artículo 12.5. del Decreto 97/2015 antes
mencionado, junto a medidas generales que el centro tiene organizadas en el primer ciclo
de Educación Primaria, de manera que permitiesen atender de manera más personalizada
a este y otros alumnos. También acordaron registrar las conductas disruptivas del chico y
consensuaron pautas de intervención con él, asesorados por la coordinadora del equipo
de orientación. Se emplazaron para hacer una revisión en las reuniones mensuales de
346
equipo docente que mantienen, y Susana levantó acta de la sesión.
A continuación la tutora se reunió con el padre y la madre de Luis, informándoles
de los acuerdos, las medidas que se iban a aplicar, el seguimiento que se haría y
estableció con ellos los mecanismos de colaboración con el centro. Acordaron establecer
estrategias comunes frente a las conductas del chico y reunirse tras cada seguimiento del
equipo docente. Recabó la firma de ambos progenitores que acredita haber sido
informados, siguiendo el procedimiento establecido en el centro.
Ahora, transcurrido todo el primer trimestre, Susana se ha encargado de organizar y
presidir la sesión de evaluación, donde se han valorado las medidas aplicadas hasta el
momento. Estas medidas han resultado claramente insuficientes en el caso de Luis, a
pesar de llevar tres meses aplicándose, por lo que, con el asesoramiento de la orientadora
que ha estado presente, deciden solicitar la realización de una evaluación
psicopedagógica.
Las Instrucciones de 8 de marzo de 2017 (de detección, identificación y respuesta
educativa NEAE) establecen los pasos a seguir para dicha solicitud y las actuaciones
hasta la realización de la evaluación psicopedagógica.
a) Reunión del equipo docente en la que se analizarán las medidas adoptadas hasta el
momento con el alumno o alumna. A esta reunión deberá asistir, al menos, una
persona en representación del equipo de orientación del centro (en los centros de
Educación Infantil y Educación Primaria sostenidos con fondos públicos) o
departamento de orientación (en los institutos de Educación Secundaria). En esta
reunión el tutor o tutora recogerá los datos necesarios para la cumplimentación de
la solicitud de realización de la evaluación psicopedagógica, que incluirá las
medidas educativas previamente adoptadas y los motivos por los que no han dado
resultado.
b) Una vez cumplimentada la solicitud, en el caso de las etapas de Educación Infantil
(2.º Ciclo) y Educación Primaria, el tutor o tutora la entregará a la jefatura de
estudios, quien conjuntamente con el orientador u orientadora de referencia del
equipo de orientación educativa, aplicarán los criterios de priorización que se
detallan a continuación:
347
académico del alumno o alumna por parte del centro. Asimismo le informará de
que estos informes de carácter externo son una fuente de información
complementaria y no serán sustitutivos de la evaluación psicopedagógica que
se realice, si se estima oportuno, desde el centro escolar.
De acuerdo con estas mismas Instrucciones, para asegurar la participación del padre y
la madre de Luis en el proceso de evaluación psicopedagógica, así como en las
decisiones que afectan a la escolarización y a los procesos educativos de su hijo, al inicio
del proceso de evaluación psicopedagógica Susana, como tutora, les ha convocado a una
entrevista y les ha informado de la necesidad de realizar dicha evaluación, aclarándoles
el objetivo y el procedimiento, la necesidad de su colaboración, para lo cual serán
citados por el orientador de referencia, pudiendo aportar los informes o valoraciones que
posean, y les comenta que al final se les devolverá información de las conclusiones y las
medidas que se puedan considerar como respuesta a las necesidades educativas de Luis.
A esta entrevista ha asistido el orientador, que le ha explicado con más detalle técnico en
qué consiste este proceso, y dado que Luis está escolarizado en un nivel prioritario y ya
se han aplicado medidas generales, se va a proceder a la evaluación psicopedagógica
para identificar las posibles necesidades específicas de apoyo educativo que pueda
348
presentar.
La evaluación psicopedagógica es un proceso contextualizado dirigido a comprender
en profundidad las situaciones de enseñanza y aprendizaje, la potencialidad del entorno
en el que surge, se detecta o se manifiesta una dificultad, para construir una respuesta
educativa adaptada, tendente a favorecer tanto el progreso del alumnado, su proceso de
aprendizaje y su desarrollo, como la autonomía y las competencias del docente (Castells
y Solé, 2011). Esta última consideración es muy importante, pues la tutora y el resto del
equipo docente han solicitado la intervención del orientador para poder desarrollar mejor
su función docente con este alumno.
El Decreto 147/2002, de 14 de mayo, de organización de la atención educativa de los
alumnos con necesidades educativas especiales asociadas a sus capacidades personales,
recoge la perspectiva contextualizada de este proceso, definiendo esta evaluación como:
349
orientador ha incorporado a su informe de evaluación psicopedagógica.
Tras concluir la evaluación psicopedagógica, el orientador ha devuelto la
información sobre la misma, reuniéndose con:
a) Trabajar las normas, que deben ser claras, sencillas y consensuadas con el resto del
equipo docente. Han de redactarse en positivo y deben estar colocadas en un lugar
visible.
b) Anticiparnos a situaciones de difícil manejo, elaborando previamente la estrategia
a llevar a cabo.
c) Identificar las señales que anticipan comportamientos molestos, y reconducir hacia
la realización de tareas que supongan movimiento.
d) Reforzar la conducta adecuada de manera positiva y concreta. Ignorar las
conductas inapropiadas, y en el caso de que sean muy molestas utilizar la técnica
del tiempo fuera. Esta técnica no implica la salida del aula.
e) Favorecer el autocontrol.
350
f) Fomentar el trabajo colaborativo entre el alumnado.
g) Posibilitarle indicaciones, consejos y advertencias que guíen su conducta, con el
objetivo de que consiga interiorizarlo a través de imágenes, iconos o frases
concretas.
h) Utilizar modelos positivos de conducta de sus iguales, alabando la conducta de
estos, pero evitando, eso sí, la comparación.
i) Enseñarle estrategias de autoinstrucción.
j) Enseñarle técnicas de relajación.
k) Enseñarle a esperar su turno en actividades compartidas.
l) Mediar entre el alumnado, facilitando la expresión y comprensión de situaciones de
conflicto interpersonal, entrenándoles para que consigan llegar a la resolución de
conflictos sin intervención del adulto.
m) Hacerle consciente de las consecuencias de las conductas desajustadas en los
momentos en los que no haya conductas disruptivas.
n) Observar y analizar después con el niño las conductas que presenta en diferentes
momentos, espacios y con diferentes personas, mostrando alternativas a conductas
no adecuadas.
Finalmente, Susana, que está muy preocupada por alcanzar la plena inclusión del
chico en su grupo-clase, quiere mejorar la cohesión del grupo, la interacción del niño con
el resto del alumnado y aumentar su autoestima. Para ello ha solicitado el asesoramiento
del orientador, quien le ha propuesto el desarrollo de un programa de competencias
socioemocionales, dirigido a todo el grupo-clase, con estos objetivos:
351
Las actuaciones propuestas están referidas por una parte a las medidas generales
adoptadas para atender a la diversidad, las actividades de tutoría realizadas para
favorecer la mejora del clima del aula y propiciar la integración y participación de Luis
y, finalmente, hacer el seguimiento de las medidas que puedan adoptarse con el chico
tras la evaluación psicopedagógica.
La Orden de 4 de noviembre de 2015, por la que se establece la ordenación de la
evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado de Educación Primaria en la
Comunidad Autónoma de Andalucía, define las sesiones de evaluación, y concreta que
su finalidad es la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El seguimiento de las medidas adoptadas, tanto generales como las específicas, con
cada alumno o alumna, habrá de hacerse en las distintas sesiones de evaluación. En el
caso de Luis, las medidas extraordinarias que se han adoptado habrán de valorarse y
determinar, mediante la evaluación de los resultados conseguidos, las medidas que
resulten necesarias para el curso siguiente.
Los acuerdos y decisiones que se adopten en cada caso quedarán reflejadas en las
actas de las sesiones de evaluación, de manera que al final del siguiente trimestre puedan
ser revisados.
Respecto a la implementación de las actividades del programa de competencias
socioemocionales desarrolladas, en relación a las distintas materias que se determinaron,
habrá de valorarse, por una parte, el grado de cohesión del grupo y las interacciones de
todo el alumnado, y, por otra, el grado de aceptación del alumno Luis por el resto del
alumnado, así como su participación e integración en el grupo-clase. En ambos casos,
podemos utilizar un sociograma o registros y escalas que permitan la observación de las
352
dinámicas relacionales del grupo (véase capítulo 4).
De manera general, habrá que realizar la evaluación de estos otros aspectos:
3. CONCLUSIÓN
353
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358
9
Integra, coordina, conecta, crea redes… La
escuela no es una isla en medio del océano
JOSÉ RAMÓN RUIZ SUÁREZ
ANTONIA RAMÍREZ GARCÍA
CARMEN CRUZ TORRES
CARMEN DE LA MATA AGUDO
359
1. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN
360
centro escolar. Desde esta perspectiva, y por inercia, es sencillo deslizarse hacia una
intervención ubicada en el contexto escolar y con poca perspectiva de apertura más allá
del propio centro. Sin embargo, la orientación educativa va mucho más allá de los muros
de la escuela.
La orientación como instrumento de la educación tiene entre sus objetivos guiar a las
personas en su proceso de desarrollo personal, social, académico y profesional. En el
ámbito social, los cambios que se producen en diferentes esferas afectan a las personas
de manera desigual: diversidad familiar, situaciones laborales y empleos diversos (de
horario continuo, partido, flexible, que se realizan desde el hogar, etc.), formas de ocio
distintas, diferentes opciones religiosas y formas plurales de concebir la espiritualidad,
una variedad de alternativas que configuran un escenario diverso en el que
desenvolverse. Todo ello refleja una sociedad diferente, caracterizada por ser globalizada
y que, a la par, rebosa oportunidades, y con ello interrogantes, que son en la actualidad
más complejos de responder por la confluencia de realidades que ponen de manifiesto
esa diversidad.
Por tanto, las necesidades actuales requieren capacitar a los ciudadanos y ciudadanas
del futuro en el afrontamiento de interrogantes y la resolución de problemas complejos
que se derivan de la diversidad existente. Plantear soluciones y llevarlas a cabo debe ser
un esfuerzo social, conjunto y coordinado por parte de la escuela y otros agentes
externos. Sin embargo, las relaciones entre ambos contextos no son siempre tan
provechosas como sugerentes. La experiencia científica arroja que la colaboración entre
la escuela y el entorno es un aspecto que mejorar tanto en el aspecto educativo como en
el organizativo (González y Jackson, 2013; Álvarez-Álvarez, 2017).
La mayoría de los centros educativos no recurren a la colaboración como recurso
(Álvarez y Verdeja, 2013), quedando la importancia de crear redes diluida en la rigidez
de las instituciones y las prácticas que abordan, la sobrecarga del profesorado, la falta de
tiempo de los padres y madres, la desinformación o falta de comunicación y la inercia
individualista en la que la sociedad se encuentra. En cambio, si se persigue una
educación heterogénea pero global, habrá que ponerse de acuerdo en cómo se puede
llevar a cabo desde la implicación y la participación de toda la comunidad, eso sí, cada
uno desde la parcela que le compete y a través de la creación de redes que permitan la
colaboración entre sí. Las relaciones entre la escuela y su entorno requieren comprender
unas correspondencias caracterizadas por la complementariedad y la colaboración, ya
que ambos contextos —escuela y entorno— forman parte de los sistemas en los que se
desenvuelve la vida del alumnado y de sus familias (Bronfenbrenner, 1979).
Ante esta situación, las intervenciones se pueden generar desde el ámbito educativo a
través de los profesionales de servicios a la comunidad, a través de los equipos de
orientación educativa o desde el ámbito sociocomunitario.
El contexto sociocomunitario se configura como un espacio que ofrece una serie de
recursos para desarrollar intervenciones en el ámbito de la orientación; en este sentido,
361
como señalan Grañeras y Parra (2008, p. 316):
el marco institucional desde el que se realiza esta intervención son los servicios
sociales, generalmente dependientes de la Administración Pública, ya sea central,
autonómica o local, aunque también se lleva a cabo a través de los servicios de
orientación de distintas asociaciones.
362
para gestionar de manera autónoma su futuro académico y profesional se establece desde
edades tempranas, así como en un contexto de aprendizaje a lo largo de la vida
(Manzanares, 2013).
El ELPGN propone una intervención orientadora en las denominadas «habilidades de
gestión de la carrera» (career management skills), para desarrollar, desde la escuela a la
edad adulta:
una base común a diversos marcos de garantía de calidad existentes utilizados para
los servicios de orientación y sus productos, así como otros que el Grupo de
Expertos considere conveniente incluir en dichos marcos de referencia. Pueden
utilizarse para la autoevaluación y desarrollo de los actuales sistemas de garantía
de la calidad y como un enfoque común para el desarrollo de nuevos sistemas
(CEDEFOP, 2006, p. 19).
363
manifiesta que para contribuir a conseguir una educación que combine equidad y calidad
se debe favorecer:
Los padres solos no pueden educar a sus hijos, porque no pueden protegerlos
de otras influencias muy poderosas. Los docentes solos no pueden educar a sus
alumnos, por la misma razón. La sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos
sin la ayuda de los padres y del sistema educativo. (...). Si queremos educar bien a
nuestra infancia, es decir, educarla para la felicidad y la dignidad, es
imprescindible una movilización educativa de la sociedad civil, que retome el
espíritu del viejo proverbio africano: «Para educar a un niño hace falta la tribu
entera».
Los servicios sociales han sido definidos por Bisquerra y Oliveros (1998, p. 383)
364
como un conjunto de instrumentos que la Administración crea directamente o coordina
con el propósito de que sirvan a todos los ciudadanos que lo necesiten para la
superación de problemas concretos, que dificulten el equilibrio y el desarrollo personal.
Desde su creación a finales de la década de los setenta del siglo pasado, los servicios
sociales han intentado superar una imagen relacionada con la caridad y la pobreza
(Baltar, 2014). Estos servicios públicos manifiestan las características de un sistema, a
pesar de no ser reconocido como tal, según manifiestan diferentes autores (Las Heras,
2002; Fantova, 2003; Guillén y Vilà, 2007; Muñoz, 2009; Perdomo, 2009 y Subirats,
2007).
Para Baltar (2014), los servicios sociales se configuran como el sistema de protección
social menos conocido por la sociedad española, a la par que confundido con otros
servicios públicos, tanto en los discursos mediáticos como políticos. Al mismo tiempo,
el conocimiento de los servicios sociales por parte de la ciudadanía implica dos
cuestiones: el conocimiento de los derechos sociales y el acceso a los servicios públicos.
La información, pues, resulta imprescindible, y los centros educativos pueden
convertirse en un instrumento para canalizar dicha información.
Algunos de los ámbitos de acción de estos servicios vinculados con la Educación
Primaria giran en torno a las siguientes áreas:
— Bienestar de la familia.
— Promoción de las mujeres.
— Protección de la infancia.
— Organización y animación comunitaria.
— Prevención y desarrollo de la salud.
365
ámbito familiar; d) relaciones de la familia con la comunidad, y e) problemas de ajuste.
Dentro del cuarto bloque cobra especial relevancia un módulo de trabajo que se
centra especialmente en la familia y la escuela. La implementación de los diferentes
módulos se realiza bajo una perspectiva ecológica-sistémica, es decir, considerándola
como un conjunto organizado e interdependiente de miembros en constante interacción y
en intercambio permanente con el exterior.
En el ámbito de la orientación escolar, la colaboración con los servicios sociales
consiste fundamentalmente en tareas de coordinación para atender a casos concretos de
alumnas y alumnos. Esta coordinación se realiza sobre todo con el orientador u
orientadora de referencia y, puntualmente, con el equipo directivo del centro y los
tutores y tutoras. Además, también se pueden realizar otro tipo de colaboraciones
puntuales, tales como charlas sobre convivencia para el alumnado del tercer ciclo, etc.
Por otro lado, hay que tener presente que los servicios sociales también forman parte del
ETAE.
b) Servicios de salud
Los servicios de salud son aquellas prestaciones que brindan asistencia sanitaria. La
articulación de estos servicios constituye un sistema de atención orientado al
mantenimiento, la restauración y la promoción de la salud de las personas
(https://bit.ly/2KFmVw1).
Los servicios de salud no contemplan solo el diagnóstico y el tratamiento de
enfermedades o trastornos, sino también la prevención de la enfermedad y la difusión de
aquello que ayuda a desarrollar una vida saludable.
En Andalucía, el Servicio Andaluz de Salud, dependiente de la Consejería de Salud,
es el encargado, entre otras muchas cosas, de velar porque estas instituciones sanitarias
al alcance de los ciudadanos sean lo más completas posibles y ofrezcan las atenciones
adecuadas. En concreto, procede a gestionar, controlar y abordar las situaciones de
centros de atención primaria, de los hospitales, de los centros de transfusión sanguínea,
del tema de trasplantes, de toda la atención relacionada con la salud mental, etc.
La atención a la ciudadanía que realiza el Servicio Andaluz de Salud vinculada de
forma más directa con la orientación y los centros educativos se centra
fundamentalmente en la atención primaria y en la salud mental (https://bit.ly/2WYu81e).
En los años ochenta del siglo XX comenzó un importante proceso de reforma de la
atención primaria en España, que posteriormente fue contextualizado en cada comunidad
autónoma. La diversidad aumentó a partir de 2002, al finalizar el traspaso de
competencias sanitarias a las comunidades autónomas.
Al inicio de la reforma se otorgaba a los equipos de atención primaria la
responsabilidad de llevar a cabo intervenciones comunitarias de promoción de la salud.
En este sentido, la definición estructural y organizativa de la atención primaria favorecía
este objetivo, ya que quedaba formada por equipos multidisciplinares repartidos por todo
366
el territorio, cercanos a las poblaciones atendidas, bien delimitadas y que disponían de
acceso gratuito y casi universal a los servicios sanitarios. Pero la orientación comunitaria
de la atención primaria fue uno de los aspectos más olvidados de la reforma, y hoy día la
realización de actividades comunitarias de promoción de la salud no está tan extendida
como era de esperar, y a menudo se mantiene gracias al voluntarismo y la iniciativa
individual de algunos profesionales (March, Jordán, Montaner, Benedé, Elizalde y
Ramos, 2014).
Algunos de los programas preventivos propuestos por los centros de salud que se
abordan en los centros educativos y/o guardan relación con los mismos son:
Este modelo implica una perspectiva de salud que fomenta que las comunidades
reorienten su mirada al contexto y se centren en aquello que mejora la salud y el
bienestar, potencien la equidad en salud y fortalezcan sus decisiones sobre la raíz de las
causas.
En el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía, solo dos proyectos de
identificación de activos se están llevando a cabo, y precisamente en la provincia de
Córdoba: el denominado generación de mapas de activos de salud por población infantil
de Cabra, y Mapas de activos de salud por mujeres en situación de vulnerabilidad en el
367
Área de Gestión Sanitaria del Sur de Córdoba.
Asimismo, conviene destacar el estudio de Sastre, Terol, Zoni, Esparza y Del Cura
(2016), que aborda las desigualdades sociales que se producen en la salud infantil como
consecuencia de las condiciones sociales, culturales y ambientales. Estas desigualdades
se manifiestan en relación al género, a la salud bucodental, la obesidad o la actividad
física. Conseguir minimizar estas desigualdades debe ser el objetivo de todas las
instituciones cuya función es contribuir al desarrollo integral del niño y la niña.
En el ámbito de la orientación escolar, algunos profesionales del sistema sanitario
público pueden participar en el programa Creciendo en Salud (programa de promoción
de hábitos de vida saludable destinado a centros docentes de Andalucía sostenidos con
fondos públicos que imparten enseñanzas de Educación Infantil, Educación Especial y
Educación Primaria), bien como asesores o como miembros del equipo de promoción de
la salud del centro educativo y dando charlas al alumnado, formación al profesorado, etc.
c) Ayuntamientos
d) Servicios judiciales
368
Cordobesa de Parálisis Cerebral y otras afecciones similares), que colaboran de diversas
formas con la escuela. Por ejemplo, la ONCE tiene unos servicios educativos que
trabajan en colaboración con las administraciones educativas estatales y autonómicas, a
través de la firma de convenios de colaboración en materia de atención educativa a
alumnos con discapacidad visual y que se concretan en la prestación de servicios y
recursos humanos. Por otra parte, y desde otros ámbitos, se dan colaboraciones con un
sinfín de asociaciones, ONG y entidades del tercer sector, entre las que podemos
mencionar Manos Unidas, MZC (Mujeres en Zona de Conflicto), Greenpeace, Save of
Children, TT (Todes Transformando), etc.
369
justificada. Se pueden dar casos de desescolarización.
b) Absentismo intermitente variable: ausencias injustificadas de cinco días o más en
el espacio de un mes de forma irregular a lo largo del trimestre.
c) Absentismo intermitente periódico: ausencias injustificadas de cinco días o más en
el espacio de un mes de forma reiterada, combinándose con períodos de asistencia.
d) Absentismo no explícito: el alumnado no asiste a clase reiteradamente por causas
ajenas pero provocadas por él. Ejemplos de este tipo de absentismo encubierto son
los alumnos/as que provocan su expulsión reiterada del centro para no incurrir en
el absentismo escolar.
Por su parte, González (2006) resalta la ambigüedad que supone definir el absentismo
escolar desde las faltas de asistencia a clase, ya que deja cuestiones sin contestar como
«¿cuánta inasistencia?, ¿hablamos de faltas excusadas o de aquellas no justificadas?,
¿hay absentismo estando presente en el aula?». En este sentido, De la Fuente (2009)
establece la siguiente tipología:
Todo ello indica que el problema del absentismo escolar debe ser abordado desde
varios ámbitos y administraciones coordinadas entre sí, teniendo muy en cuenta, en las
posibles medidas que se articulen, la complejidad de causas que están en su origen.
En cuanto a dichas causas, el Plan integral para la prevención, seguimiento y control
del absentismo escolar (2003) establece una clasificación de los factores del absentismo
escolar centrado en tres ámbitos: familiar, escolar y social.
a) Familiar (su solución requiere considerar a la familia del menor como unidad de
intervención psicosocial y educativa):
370
— Despreocupación o dejadez respecto a la asistencia de los hijos a la escuela por
considerar que la institución escolar es poco importante o relevante para las
propias aspiraciones y necesidades. La escasa importancia atribuida por
determinados grupos sociales a la educación institucionalizada tiene su
explicación en complejas razones de carácter cultural e histórico.
— Dedicación de los menores a algún tipo de actividad laboral o prelaboral
consentida o impuesta por las condiciones de vida de su entorno sociofamiliar.
— Las ocupaciones de carácter laboral de ambos cónyuges obliga a las chicas,
jóvenes preadolescentes o adolescentes en edad de escolaridad obligatoria a
quedarse en el propio domicilio al cuidado de sus hermanos o hermanas más
pequeños, lo que impide su asistencia regular a los centros escolares.
— Situaciones en las que problemas de diverso tipo (toxicomanías, alcoholismo,
relaciones paterno-filiales y de pareja muy deterioradas, etc.) impiden a los
padres ejercer su responsabilidad.
371
tareas agrícolas, y las profesiones itinerantes, principalmente la de feriante, son en
ocasiones causantes del absentismo escolar.
e) Frecuentes cambios de domicilio: en ocasiones, ante cambios de domicilio
reiterados, se dan casos en los que los hijos e hijas no se escolarizan en el centro
de la nueva localidad.
f) Trabajo infanto-juvenil: suelen producirse en situaciones de ayuda en negocios
familiares y, en muchos casos, suelen coincidir con el desinterés y/o
desmotivación del alumnado.
372
Atención al Menor, que ya establecía en su artículo 11 que las Administraciones
Públicas de Andalucía velarán por el cumplimiento de la escolaridad obligatoria en
aquellas edades que se establezcan en la legislación educativa vigente. A tal fin, se
promoverán programas específicos para prevenir y evitar el absentismo escolar.
Además, establecía la obligación de los titulares de los centros educativos y el personal
de los mismos de poner expresamente en conocimiento de los organismos y autoridades
correspondientes los casos de absentismo escolar. Posteriormente, la Ley 9/1999, de 18
de noviembre, de Solidaridad en la Educación, dedicaba su Título II a programas y
actuaciones de compensación educativa y social de seguimiento escolar de lucha contra
el absentismo para garantizar la continuidad del proceso educativo, con especial
atención a la transición entre las distintas etapas, ciclos y niveles educativos. Se
establecía además la necesidad de que las administraciones locales colaboraran con la
administración de la Junta de Andalucía en el desarrollo de los programas y actuaciones
de compensación educativa, y específicamente en los programas de seguimiento del
absentismo escolar. Como desarrollo de la Ley de Solidaridad en la Educación surge el
Decreto 167/2003, de 17 de junio, por el que se establece la ordenación de la atención
educativa a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales asociadas a
condiciones sociales desfavorecidas. Este Decreto recoge los programas de prevención,
control y seguimiento del absentismo escolar que de manera general se desarrollan por
todos los centros docentes, y específicamente en el ámbito de los planes de
compensación educativa y en contextos socioculturales determinados establece una
distribución de competencias entre la administración autonómica y local, y la posibilidad
de formalizar convenios entre estas administraciones para prevenir y erradicar el
absentismo escolar, y también con entidades sin ánimo de lucro.
El Acuerdo de 25 de noviembre de 2003, del Consejo de Gobierno, por el que se
aprueba el Plan integral para la prevención, seguimiento y control del absentismo
escolar, concreta objetivos generales y específicos, áreas de intervención y medidas
relacionadas con la prevención, seguimiento y control del absentismo escolar, desde las
diversas posibilidades de actuación de las diferentes administraciones implicadas, los
centros educativos y asociaciones sin fines de lucro. Concretamente establece un
conjunto de objetivos generales estructurados en cuatro áreas: prevención e intervención
en el ámbito escolar, intervención en el ámbito social y familiar, formación e integración
laboral, y formación y coordinación.
A su vez, dentro de las mencionadas áreas se contempla un total de veintiséis
objetivos específicos y cuarenta y tres medidas concretas. Este Plan integral considera
además como ejes claves en el desarrollo de las actuaciones la coordinación
interadministrativa, el carácter integral de las actuaciones, la focalización en las zonas y
centros donde las situaciones de absentismo sean más numerosas y frecuentes, y la
prevención y la implicación de las familias. Como desarrollo de este Plan integral surge
la ya mencionada Orden de 19 de septiembre de 2005 (modificada a su vez por la Orden
373
de 19 de diciembre de 2005), que, en el ámbito escolar, viene a acotar la definición de
absentismo escolar y a concretar la función de los distintos agentes en su prevención,
control y seguimiento, definiendo los niveles de intervención (docente, tutor o tutora,
equipo directivo) en el centro educativo y permitiendo homologar un protocolo de
intervención que unifica criterios y actuaciones. Además, regula estructuras de
coordinación entre diferentes administraciones a nivel municipal (Equipos Técnicos de
Absentismo, Comisión Municipal de Absentismo) y provincial (Comisión Provincial de
Absentismo), concretando su composición y atribuyéndoles funciones que suponen una
continuación de la intervención iniciada en el centro educativo.
De tal manera, se traza en esta normativa el itinerario de medidas y los pasos que se
deben dar con un alumno o alumna absentista desde que se detecta la problemática en el
centro escolar hasta que se deriva el caso a instancias judiciales, así como el contenido
de los convenios de colaboración que deban formalizarse con otras administraciones.
Posteriormente, la propia LEA (2007) confirma e insiste en la posibilidad del
establecimiento de mecanismos de colaboración en la lucha contra el absentismo escolar
entre la administración educativa y las administraciones locales.
A modo de esquema se presenta el cuadro 9.1, en el que se resaltan los aspectos más
destacables de cada norma:
CUADRO 9.1
Aspectos destacables de la diferente normativa de aplicación
Ley 1/1998, de 20 de abril, de los Derechos y la — Las Administraciones Públicas deben velar por el
Atención al Menor. cumplimiento de la escolaridad obligatoria.
— Deber de los titulares de los centros educativos de
informar a las Autoridades correspondientes de
situaciones de absentismo escolar.
Acuerdo de 25 de noviembre de 2003, del Consejo — Concreta objetivos generales y específicos, áreas
374
de Gobierno, por el que se aprueba el Plan Integral de intervención y medidas a tener en cuenta desde
para la prevención, seguimiento y control del las Administraciones implicadas.
absentismo escolar. — Cuatro áreas: prevención e intervención en el
ámbito escolar, intervención en el ámbito social y
familiar; formación e integración laboral y
formación y coordinación.
— Ejes clave:
• Coordinación interadministrativa.
• Carácter integral de las actuaciones.
• Focalización en zonas y centros.
• Prevención e implicación de las familias.
Orden de 19 de septiembre de 2005, por la que se — En el ámbito escolar concreta la función de los
desarrollan determinados aspectos del Plan Integral distintos agentes y define los niveles de
para la prevención, seguimiento y control del intervención.
absentismo escolar. — Regula estructuras de coordinación
interadministrativa.
— Establece el contenido de los convenios de
colaboración.
375
1.2.4. Prácticas educativas que favorecen las interacciones con la comunidad
Ciudades educadoras
376
refuercen lazos entre las ciudades asociadas.
377
frágiles y vulnerables. Entre sus objetivos está: a) incrementar el éxito escolar,
reduciendo desigualdades entre colectivos; b) fortalecer redes educativas; c) fomentar la
participación en actividades de ocio, reduciendo desigualdades entre colectivos; d)
incrementar los vínculos entre las familias, la escuela y el entorno, y e) mejorar la
presencia y el uso social de la lengua de la región (Comellas, 2013, p. 101).
En el caso de Andalucía, se pueden destacar dos actuaciones: el Plan de Barriadas de
Actuación Preferente y Plan Integral del Polígono Sur de Sevilla.
El Plan de Barriadas de Actuación Preferente se articula a través de Decreto 202/1989
de 3 de octubre y con una orden anual de ayudas que constituyen el instrumento
fundamental en las zonas desfavorecidas. Este plan se estructura en distintos ejes (salud,
trabajo, servicios sociales, urbanismo, infraestructura y vivienda y formación) y
establece la coordinación con otros agentes a nivel autonómico y provincial. En el
ámbito de la formación tienen cabida desde la extensión de la escolarización gratuita de
toda la población de la zona hasta los 16 años, la dotación de centros con los medios
materiales y humanos necesarios, la intervención contra el absentismo escolar, la
progresiva y total escolarización de la población entre 3 y 6 años, el mantenimiento de
los centros de actuación educativa preferente, el incremento de profesores de apoyo y
servicios de orientación y apoyo, o la promoción de la mujer y la educación de adultos.
Por su parte, el Plan Integral del Polígono Sur de Sevilla (https://bit.ly/2YK2FAz)
consiste en un nuevo modelo de intervención que trabaja para una mejor coordinación de
la administración pública (Estado, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla). Los
objetivos que se marca el Plan son los siguientes:
En relación a estas experiencias, hay que diferenciar entre aquellas que promueven
378
crear una cultura organizativa entre agentes de la educación formal e informal, apostando
trabajar el valor del aprendizaje comunitario y teniendo como elemento innovador el
conseguir la continuidad, y las iniciativas que dependen de la financiación y el apoyo
continuado de la administración, y en las que la educación es un eje más de la estrategia.
Ambas líneas son vitales, transversalidad y acción positiva, pero constituyen
metodologías con horizontes diferentes ante la consolidación y el desarrollo de redes
educativas.
El aprendizaje-servicio
379
decir que el aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que combina procesos de
aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado en el que
los participantes se forman al trabajar sobre necesidades reales del entorno, con el
objetivo de mejorarlo (p. 20).
El impacto formativo y transformador es otro de los rasgos de identidad del
aprendizaje-servicio. Este impacto sirve para señalar el valor de cambio y mejora que
estos proyectos generan en sus diferentes participantes: facilita y optimiza el aprendizaje
de los niños, niñas y jóvenes en proceso de formación; favorece el cambio metodológico
y de cultura de los y las profesionales de la educación en los centros educativos;
desarrolla la dimensión educativa de las entidades sociales, y finalmente también incide
en la mejora de la comunidad y fortalece su tejido social (Palos, 2009).
Aunque la enorme variabilidad de temáticas, participantes, contextos y otras
características hacen muy difícil tratar de definir un esquema idéntico para todos en
cuanto a las fases a seguir en un proyecto de aprendizaje-servicio, es importante asegurar
que aparecen una serie de elementos básicos en todos. En este sentido, Palos (2015)
establece cinco etapas, con sus correspondientes fases (véase cuadro 9.2): con la
preparación de la actividad aparecerá el primer esbozo, que después se deberá concretar
con una planificación de los diferentes aspectos y detalles; durante el desarrollo del
proyecto se hará un seguimiento, que permitirá comprobar la aplicación de lo
planificado, que siempre suele ser una hipótesis de trabajo, y realizar correcciones si es
necesario; la evaluación, desde las diferentes miradas, nos ayudará a contrastar los
resultados con las expectativas iniciales y plantear la posible continuidad, y finalmente
es importante que los implicados, y en especial el alumnado y los receptores del servicio,
puedan presentar sus experiencias, y lo mejor es hacerlo con una celebración.
CUADRO 9.2
Etapas y fases de un proyecto de aprendizaje-servicio
Etapa Fases
380
Cierre y difusión Elaboración de documentos de difusión.
Celebración y difusión del proyecto.
Además, Puig et al. (2007) indican una serie de características que deben configurar
cualquier propuesta pedagógica basada en el aprendizaje-servicio y que, resumidamente,
son:
381
de cambio, en consonancia con los principios del aprendizaje dialógico (véase cuadro
9.3).
CUADRO 9.3
Principios que adoptan las comunidades de aprendizaje
Principios Descripción
Centralidad en el Es alcanzar el máximo nivel de competencias, apostando por el máximo nivel de logro
aprendizaje en cada persona.
Inteligencia cultural Aprendizaje en el que cada miembro aporta su propia cultura y la figura docente se
sitúa en la visión del alumno, que adquiere mayor confianza en sus capacidades porque
se reconoce como creador de saberes.
Creación de sentido Son proyectos en los que las personas se integran, creando, no asumiendo, proyectos
ya terminados.
382
aspecto concreto del tema. En este caso, hemos optado por focalizar la atención en los
referentes curriculares que afectan al absentismo escolar, ya que su plan de prevención,
control y seguimiento constituye uno de los mayores ejemplos de coordinación
interadministrativa.
La LOE (2006), modificada por la LOMCE (2013), pretende encauzar al alumnado
hacia trayectorias adaptadas a sus capacidades, que posibiliten cumplir sus aspiraciones
y permitan favorecer su empleabilidad en un futuro. Para ello plantea que el punto de
partida es reducir la tasa de abandono temprano en la educación, mejorar los resultados
educativos, la empleabilidad y estimular el espíritu emprendedor del alumnado. Esto
implica, por tanto, que el abandono temprano y, consecuentemente, el absentismo
escolar, puede encontrar una vía de solución a través del desarrollo de la competencia
emprendedora.
Por otro lado, el Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el
currículo básico de la Educación Primaria, establece que las medidas que se adopten con
el alumnado que presente dificultades en un determinado momento estarán dirigidas a
garantizar la adquisición de las competencias imprescindibles para continuar el proceso
educativo. Esta misma idea se reproduce en el Decreto 97/2015, de 3 de marzo, por el
que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Andalucía.
Las competencias imprescindibles o aprendizajes básicos se deben convertir en uno
de los ejes sobre el que articular el plan de atención a la diversidad de un centro
educativo. Los procesos de evaluación continua, y sobre todo de evaluación inicial del
alumnado, deben servir para detectar los aprendizajes básicos imprescindibles que el
alumnado no tiene, para poder así diseñar medidas concretas que permitan su superación.
La garantía de esos aprendizajes supone además dotar de las herramientas vitales
necesarias a los alumnos y alumnas para su desenvolvimiento digno en la sociedad
actual. Su ausencia compromete el futuro del alumnado y lo sitúa en un claro riesgo de
exclusión social. Siguiendo a Coll (2006, p. 7), estaríamos hablando de la «capacidad de
la educación básica para proporcionar al alumnado el bagaje mínimo de conocimientos,
habilidades, actitudes y valores necesarios para incorporarse a la sociedad de hoy y de
mañana». Estos aprendizajes son difíciles de adquirir más allá del período de
escolarización obligatoria.
Por tanto, será tarea de los centros educativos la determinación de los aprendizajes
básicos imprescindibles que debe garantizar a su alumnado durante la escolarización
obligatoria. Para ello, se deben someter a estudio y análisis los diferentes elementos
curriculares puestos en relación con las competencias clave para seleccionar aquellos
elementos que pueden ser considerados básicos, imprescindibles. Habrá que dar un
tratamiento prioritario a dichos aprendizajes en el tratamiento de la diversidad, y en
nuestro caso en la intervención en relación con el absentismo escolar.
383
1.4. El contexto de centro y aula
2. RESOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN
Una de las propuestas incluidas en el Plan de Mejora del centro de Carmen fue la
identificación de los aprendizajes básicos imprescindibles en cada uno de los niveles de
la Educación Primaria.
La evaluación inicial de cada uno de los grupos tuvo como uno de sus ejes principales
la detección de los alumnos y alumnas que no tenían adquiridos los aprendizajes básicos
imprescindibles correspondientes a su curso. A partir de ahí se diseñaron las medidas de
atención a la diversidad y el seguimiento de cada uno de los casos de forma concreta.
En el grupo de Carmen, en los tres alumnos que habían tenido episodios de
absentismo en cursos pasados se identificaron graves carencias en relación con los
aprendizajes básicos imprescindibles en general en todas las competencias y en
particular en la competencia lingüística, competencia matemática y competencias
sociales y cívicas.
Además, del análisis se derivaron otras conclusiones como (Muñoz, 2016):
a) Hay una falta de motivación tanto en las familias como en el alumnado hacia el
sistema educativo.
b) Las causas tienen que ver fundamentalmente con problemas sociofamiliares que
están relacionados con las condiciones de exclusión social de las familias y el
entorno desfavorecido en el que viven los alumnos.
c) En cursos anteriores las sanciones de privación de asistencia al centro educativo
han reforzado todavía más la situación de absentismo.
384
2.2. Fase de planificación
385
lingüística y en razonamiento matemático. De este modo, el acompañamiento
escolar se concibe como una medida favorecedora del éxito escolar, así como una
importante vía para la prevención del absentismo y abandono escolar tempranos.
386
— Elaboración de mensajes publicitarios para animar a asistir al colegio y publicitar
el Programa.
— Conteo de la asistencia a clase (en lugar del número de faltas). De este modo se
plantea desde una perspectiva positiva.
— Conteo conjunto de faltas de asistencia en cada grupo clase. El objetivo es que
cada grupo reduzca el número de faltas con el apoyo de todos los miembros. Es
una tarea de equipo conseguir que disminuyan estas faltas. En este sentido, se hará
un gráfico de barras que vaya evidenciando mes a mes ese descenso. Este gráfico
se realizará en una cartulina que se colgará el tablón de la clase. Al finalizar cada
trimestre, cada grupo-clase que haya conseguido reducir el número de faltas
recibirá un premio, previamente consensuado con su tutor o tutora.
— Análisis de la distribución temporal de las faltas, búsqueda de una posible relación
con determinados eventos de la vida cotidiana de los menores y reflexión sobre
hipotéticas soluciones (imposibles de conseguir, posibles de alcanzar y seguras de
producirse).
— Análisis de indicadores de éxito del programa: disminución de faltas por alumno o
alumna, disminución de número de alumnos absentistas, etc.
— Resolución de problemas matemáticos utilizando las distancias recorridas por los
«acompañantes» y «acompañados» de casa a casa o de casas a un punto de
encuentro.
— Elaboración de mapas con los recorridos que cada «acompañante» y
«acompañado» han de realizar.
387
todos, se analizarían y se votaría el más representativo de esa clase.
— Búsqueda de imágenes que reflejen las consecuencias negativas que puede tener el
absentismo escolar y que posibiliten su análisis posterior a través del debate en el
aula.
388
— Uso de la canción para difundir el programa y motivar a los participantes.
— Elaboración de dibujos para realizar carteles publicitarios del Programa utilizando
diversas técnicas artísticas.
389
Consecuentemente con los objetivos planteados, la evaluación ha de diseñarse en
función de los mismos. En cuanto al primer objetivo, implementar medidas de refuerzo
que permitan la recuperación de los aprendizajes básicos, se desarrollarán las siguientes
actuaciones:
390
acuerdos adoptados, como el cumplimiento del protocolo.
c) Establecimiento de criterios basados en la evidencia para comprobar, entre otros
aspectos, la eficacia de las actividades de concienciación.
3. CONCLUSIÓN
La colaboración con agentes externos al ámbito escolar puede darse en muy diversas
formas y con entidades y organismos muy variados.
El abordaje del absentismo escolar puede constituir un magnífico ejemplo de este tipo
de colaboraciones, ya que el contexto social en el que se desenvuelve el alumnado es
vital para explicar la generación del absentismo. Igualmente, los modelos curriculares
alejados de los centros de interés del alumnado y los sistemas punitivos no presentan una
alternativa de prevención; más bien constituyen una red de violencias sistémicas que
acrecientan el problema. De este modo, el aprendizaje-servicio se plantea como una
alternativa posible para prevenir las situaciones de absentismo escolar que se producen
en los centros educativos, además de suponer una excelente vía de colaboración de la
escuela con su entorno.
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Edición en formato digital: 2019
Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro electrónico, su transmisión, su descarga, su
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y recuperación, en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, conocido o por inventar,
sin el permiso expreso escrito de los titulares del Copyright.
Conversión a formato digital: REGA
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397
Índice
Prólogo 10
1. ¿Qué tengo que saber sobre la acción tutorial? 11
1. Diagnóstico de la situación 11
1.1. Identificando la situación 11
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 12
1.2.1. ¿De qué estamos hablando? 12
1.2.2. ¿Qué principios sustentan nuestro trabajo? 14
1.2.3. ¿Quiénes me acompañan en mi actuación como tutor o tutora? 16
1.2.4. ¿Qué camino he de seguir? 22
1.3. Los referentes curriculares 27
1.4. El contexto de centro y aula 28
2. Resolución de la situación 28
2.1. Fase de reflexión 28
2.2. Fase de planificación 29
2.3. Fase de ejecución 29
2.4. Fase de evaluación 30
3. Conclusión 31
4. Nuestras ideas clave 32
Referencias bibliográficas 32
2. ¿Qué tengo que hacer? 35
1. Diagnóstico de la situación 35
1.1. Identificando la situación 35
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 35
1.2.1. ¿Qué es la acción tutorial? 36
1.2.2. La figura del tutor o tutora 37
1.3. Los referentes curriculares 44
1.4. El contexto de centro y aula 45
2. Resolución de la situación 45
2.1. Fase de reflexión 45
2.2. Fase de planificación 45
2.3. Fase de ejecución 46
2.4. Fase de evaluación 55
3. Conclusión 55
398
4. Nuestras ideas clave 55
Referencias bibliográficas 56
3. Pero... ¿Qué áreas son estas? ¿Dónde está Matemáticas? ¿Y
60
Lengua? ¿Y...?
1. Diagnóstico de la situación 60
1.1. Identificando la situación 60
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 61
1.2.1. Orientación profesional 62
1.2.2. Orientación de los procesos de enseñanza-aprendizaje 66
1.2.3. Atención a la diversidad 68
1.2.4. Orientación para la prevención y el desarrollo 71
1.3. Los referentes curriculares 72
1.4. El contexto de centro y aula 75
2. Resolución de la situación 75
2.1. Fase de reflexión 75
2.2. Fase de planificación 76
2.3. Fase de ejecución 76
2.4. Fase de evaluación 97
3. Conclusión 97
4. Nuestras ideas clave 98
Referencias bibliográficas 98
4.¿Cómo organizo mi tutoría? 102
1. Diagnóstico de la situación 102
1.1. Identificando la situación 102
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 103
1.2.1. ¿Qué es un grupo? 103
1.2.2. Técnicas de recogida de información para analizar un grupo 111
1.2.3. Técnicas y dinámicas de grupo 115
1.3. Los referentes curriculares 117
1.4. El contexto de centro y aula 122
2. Resolución de la situación 123
2.1. Fase de reflexión 123
2.2. Fase de planificación 123
2.3. Fase de ejecución 124
3. Conclusión 131
399
4. Nuestras ideas clave 131
Referencias bibliográficas 132
Anexo I: Técnicas y dinámicas de grupo 136
Anexo II: Posible cuestionario para la elaboración del sociograma 146
5. ¿Estás «in» o «out»? Tendencias emergentes para trabajar
149
sesiones de acción tutorial
1. Diagnóstico de la situación 149
1.1. Identificando la situación 149
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 150
1.2.1. Dispositivos electrónicos y recursos digitales para la tutoría 150
1.2.2. Educación emocional 160
1.2.3. Desarrollo del pensamiento crítico 167
1.2.4. Visual Thinking 170
1.2.5. Emprendimiento 173
1.2.6. Educar en el asombro 177
1.3. Los referentes curriculares 180
1.4. El contexto de centro y aula 185
2. Resolución de la situación 185
2.1. Fase de reflexión 185
2.2. Fase de planificación 186
2.3. Fase de ejecución 186
2.4. Fase de evaluación 206
3. Conclusión 207
4. Nuestras ideas clave 207
Referencias bibliográficas 208
6. La relación con las familias de mi tutoría. ¡Miedo me da! 214
1. Diagnóstico de la situación 214
1.1. Identificando la situación 214
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 215
1.2.1. La familia: concepto, funciones y evolución 215
1.2.2. Modelos de familias y su repercusión en el centro educativo 220
1.2.3. Las relaciones familia y escuela 223
1.2.4. Espacios de cooperación con las familias 225
1.3. Los referentes curriculares 241
1.4. El contexto de centro y aula 242
400
2. Resolución de la situación 242
2.1. Fase de reflexión 242
2.2. Fase de planificación 242
2.3. Fase de ejecución 243
2.4. Fase de evaluación 250
3. Conclusión 250
4. Nuestras ideas clave 251
Referencias bibliográficas 251
Anexo 1. Orientaciones pedagógicas para distintas temáticas 259
7. Más allá de mi tutoría... El centro... ¡Y decenas de proyectos! 262
1. Diagnóstico de la situación 262
1.1. Identificando la situación 262
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 263
1.2.1. El equipo técnico de coordinación pedagógica 264
1.2.2. El plan de orientación y acción tutorial (POAT) 265
1.2.3. El plan de igualdad 269
1.2.4. El programa de refuerzo, orientación y apoyo (PROA) 273
1.2.5. Programa de acompañamiento escolar en lengua extranjera
277
(PALE)
1.2.6. Los programas de tránsito entre etapas educativas 277
1.2.7. El plan de atención al alumnado que se incorpora tardíamente al
283
sistema educativo
1.3. Los referentes curriculares 285
1.4. El contexto de centro y aula 290
2. Resolución de la situación 290
2.1. Fase de reflexión 290
2.2. Fase de planificación 291
2.3. Fase de ejecución 292
2.4. Fase de evaluación 306
3. Conclusión 306
4. Nuestras ideas clave 307
Referencias bibliográficas 308
8. Esta situación nos supera... ¿A quién recurrimos? La
participación de los equipos de orientación educativa en los centros 314
educativos
401
1. Diagnóstico de la situación 314
1.1. Identificando la situación 315
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 316
1.2.1. Niveles de intervención en orientación y tutoría 316
1.2.2. Los equipos de orientación educativa: organización y tipología 318
1.2.3. Participación en el centro del equipo de orientación educativa 320
1.2.4. Los equipos de orientación educativa especializados 328
1.2.5. La detección de dificultades y el proceso de derivación 330
1.2.6. Atención a la diversidad en los centros de Educación Primaria 332
1.2.7. Medidas de atención a la diversidad en los centros de Educación
334
Primaria
1.3. Los referentes curriculares 340
1.4. El contexto de centro y aula 344
2. Resolución de la situación 345
2.1. Fase de reflexión 345
2.2. Fase de planificación 345
2.3. Fase de ejecución 346
2.4. Fase de evaluación 351
3. Conclusión 353
4. Nuestras ideas clave 353
Referencias bibliográficas 354
9. Integra, coordina, conecta, crea redes… La escuela no es una isla
359
en medio del océano
1. Diagnóstico de la situación 360
1.1. Identificando la situación 360
1.2. Fundamentando la toma de decisiones 360
1.2.1. La orientación educativa en la escuela y en su entorno 360
1.2.2. La ampliación de la comunidad educativa 364
1.2.3. Prevención, control y seguimiento del absentismo escolar: un
369
ejemplo de coordinación interadministrativa
1.2.4. Prácticas educativas que favorecen las interacciones con la
376
comunidad
1.3. Los referentes curriculares 382
1.4. El contexto de centro y aula 384
2. Resolución de la situación 384
2.1. Fase de reflexión 384
402
2.2. Fase de planificación 385
2.3. Fase de ejecución 385
2.4. Fase de evaluación 389
3. Conclusión 391
4. Nuestras ideas clave 391
Referencias bibliográficas 391
Créditos 397
403