Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ensayos Sobre Infancia
Ensayos Sobre Infancia
Financiado por:
ENSAYOS SOBRE INF
ENSAY ANCIA
INFANCIA
Sujeto de derechos y protagonista
INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 7
Capítulo I.
La infancia: sujeto de derechos humanos, ¿realmente?
Capítulo II
Reflexiones sobre infancia desde el protagonismo
Capítulo III
El protagonismo organizado
Capítulo IV
Los niños, niñas trabajadores: entre el escándalo, la compasión y la
dignidad
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Desde una perspectiva analítica, todo ejercicio teórico en torno a la infancia nos colo-
ca ante uno de los aspectos más fascinantes en la reflexión social, es decir ante la
necesidad de conocer cómo se han ido gestando en el tiempo y en contextos sociales,
culturales, políticos y económicos, las ideas que sobre infancia se han ido haciendo
propias de cada sociedad del tamaño y de la naturaleza que ésta sea, la familiar, la
escolar, la comunitaria, la local, nacional o internacional. Podemos afirmar que esta-
mos ante la urgencia de un análisis crítico de los sentidos comunes instalados en nues-
tras sociedades en torno a la infancia. Y es que reconocer una historia del pensamiento
social sobre infancia supone investigar los hechos concretos en cómo en la práctica se
actúa frente al niño, la niña; supone asimismo intentar explicarse los factores que han
dado como resultado dicho comportamiento y comprender analítica y críticamente la
sociedad que produce dichas culturas, en este caso, las de infancia. La historia del
pensamiento social sobre infancia es parte de la historia política, económica, social,
comunicativa, educativa y ética de la sociedad. Podríamos decir que la gran pregunta
que emerge refiere a ¿por qué históricamente en las sociedades occidentalizadas el
mundo adulto considera a los niños y niñas como menores, como disminuidos social
y políticamente, como inmaduros, incapaces social y jurídicamente, como objeto
privilegiado de protección, de asistencia? O dicho de otra manera, ¿por qué la socie-
dad adultizada tiene tanta fatiga en reconocer a los niños y niñas como actores, como
sujetos sociales, económicos, éticos, políticos y culturales? o ¿por qué se resiste el
mundo adulto a reconocer a los niños y niñas su condición de copartícipes en todo
aquello que les afecte? No hay respuesta a estas preguntas que no sea indagando las
representaciones, las ideas, las categorías conceptuales que subyacen a estas formas de
relacionarse las generaciones mayores con las emergentes. Es decir, sin indagar pa-
cientemente por el sustrato afectivo-cognitivo que está en su origen.
7
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Conviene enumerar algunas de las dificultades con las que nos topamos. Una cuestión
previa refiere a lo que autores como I.Wallerstein y el mismo Morin han señalado al
referirse a la fragmentación del conocimiento social en disciplinas lo que “a menudo
impide realizar el vínculo entre las partes y las totalidades y debe dar paso a un modo de
conocimiento capaz de aprehender los objetos dentro de sus contextos, su complejidad
y sus conjuntos” 1.
En primer lugar, entonces, la falta de fuentes directas que den cuenta de una historia
desde los actores mismos y desde sus observadores. Así resulta interesante, aunque para
un período muy reciente, la historia social de la infancia brasileña en las crónicas de
viajeros, de misioneros, comerciantes2 .
Como muy atinadamente señala Egle Becchi al preguntarse “¿qué significa escribir una
historia de la infancia? Se trata de articular la generalidad de parámetros sociales que se
utilizan para comprenderla con la especificidad de cada infancia. Cuanto más nos remon-
tamos en el tiempo, tanto más las huellas que podemos encontrar son fugaces, no
porque el niño no haya mantenido su propio rol, sino simplemente porque la concep-
ción de la infancia es diversa”3 .
Otra dificultad es la carencia de estudios de demografía histórica. Pero quizá para el caso
peruano y -por qué no- latinoamericano, se añade la carencia de una sociología de la
infancia, no tanto que sociólogos no hayan abordado aspectos importantes, aunque par-
ciales, de la infancia sino que no contemos con elaboraciones más sistemáticas. Pero
carecemos de un ensayo más complexivo, más abramgante como dirían los brasileros.
Y esto deviene en una urgente necesidad, en particular cuando en el campo de la psico-
logía, de la educación y de la pediatría se trata, pero en particular del derecho y de las
medidas legales.
Otro aspecto central para indagar por el pensamiento social sobre infancia se relaciona
estrechamente con las grandes corrientes de pensamiento que explican la variedad y el
1
Los Siete saberes necesarios para la educación del futuro, p.19.
2
Ver Miriam L. Moreira Laite Laite: “La infancia en el siglo XIX según las memorias y libros de viajes”, en Cortez editores, 2da ed. 1997, p.17 ss.
3
En “Storia dell’infanzia, storia senza parole?,1996; para una bibliografía sobre el descubrimiento de la infancia en el Perú que permite reconstruir
la relación entre pensamiento e historia de la infancia entre 1530 y 1930, ver Samuel Villegas PP, 2006, tesis de magíster en elaboración.
8
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
Pero la historia de las ideas es simultáneamente la historia de las creencias, de las inten-
ciones, de las convicciones y de las identidades e identificaciones. Es la historia de símbo-
los, del lenguaje sobre infancia.
Nos lo recuerda E.Morin:“Las ideas han tomado forma, consistencia, realidad a partir de
los símbolos y de los pensamientos de nuestras inteligencias. Mitos e ideas han vuelto
sobre nosotros, nos han invadido, nos han dado emoción, amor, odio, éxtasis, furor. ¡
Qué asombrosa vitalidad que además forma parte de nuestras vidas, la de la noosfera!”5.
4
Ver Gerard Fourez: “La construcción del pensamiento científico”, 1994 ¿O son más bien creencias, prejuicios, ideologías? ¿Llegan a
conformar teorías o son simplemente elementos para una doctrina? En todo caso, “ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra
E.Morin, ibidem, p.27)
el error”(E.Morin,
5
Las ideas, p.348
9
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
eso es un riesgo para la civilización o, para decirlo de otra forma, un alimento sustancioso
a la barbarie...No es arriesgado decir que la historia social de la infancia en Brasil es
también la historia de la retirada gradual de la cuestión social infantil del universo de las
cuestiones que forman parte complexiva de las cuestiones de Estado” (p.10-11).
Si bien nos estamos refiriendo a la historia del pensamiento social, tendríamos que hablar
no sólo del pensamiento, sino de la sensibilidad social, la de la subjetividad social, de la
emotividad y afectuosidad colectivas frente al niño.
Por ello sería más exacto hablar de rupturas epistemológicas y, valga el neologismo, de
rupturas epistemopáticas.
No sería una temeridad afirmar que la historia del sentimiento de infancia, del que
Philipe Ariés es uno de sus connotados mentores, es como la primera cara de la
moneda, siendo el pensamiento social la otra e inseparable.
Pero no olvidemos que la historia del pensamiento y la historia del sentimiento de infan-
cia, son un tipo de lectura y de entendimiento, hecho historia, de lo social, de lo cultural,
de lo simbólico; en fin, un tipo de historia del lenguaje.
La Historia social da cuenta de los contextos específicos que tienen incidencia en los
comportamientos, en las medidas concretas. Es gracias a este esfuerzo de construir, o
mejor, de reconstruir, la historia que nos permite simultáneamente poder reconocer los
factores ideológicos que subyacen a los discursos conceptuales sobre infancia y a las
prácticas sociales, educativas, pediátricas, legales, artísticas que a ella se refieren.
10
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
6
“Reencatar a educacao, rumbo a una Sociedade Aprendente”, p.108-113
7
Ibidem, p. 111
11
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
8
E.Morin
E.Morin, “Las Ideas”, p.248
9
Ibidem, p.250
10
2003, UPS-Quito, p120-123
12
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
13
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Nosotros partimos del principio de que todos tenemos un cierto saber sobre la infancia,
no fuera sino a partir de nuestra muy personal y particular experiencia de haber sido niños
o niñas en un contexto familiar, social y cultural dado.
Al intentar reconstruir lo que podríamos llamar la historia del pensamiento social sobre
infancia, estamos de una u otra forma leyendo entre líneas las imágenes que conforman
el imaginario social en un momento dado y en una geografía cultural, económica y
política determinadas. Y aquí se abre un abanico de entradas posibles para lograr com-
prender matices, divergencias y hasta contraposiciones en los diferentes imaginarios.
Como apunta acertadamente E. Morín esas líneas conceptuales, esas imágenes que se-
ñalan el sentido y la dirección teórica y que se ha dado en llamar “paradigma”, se mantie-
ne invisible, oculto, tiene su propio ser, posee una fuerza axiomática: “La invisibilidad del
paradigma lo hace invulnerable. No obstante tiene su talón de Aquiles: en toda sociedad,
en todo grupo, hay individuos desviantes, anómicos al paradigma reinante. Además, y
sobre todo, por raras que sean, hay revoluciones de pensamiento, es decir revoluciones
paradigmáticas”12.
Hemos privilegiado ocho abordajes. El primero refiere a lo que nosotros mismos como
educadores conceptualizamos como niño, niña. En la experiencia del IFEJANT a lo largo
de más de diez años a nivel nacional e internacional, hemos venido recogiendo
sistemáticamente la noción que cada colaborador tiene. Son miles de fichas que nos
muestran cuál es finalmente el imaginario que subyace a las prácticas y discursos de los
educadores participantes a los cursos del Instituto, pero sin lugar a dudas muy represen-
tativos de la mayoría de trabajadores sociales con la infancia. Varias son las constataciones
que pueden quedar evidentes.
11
Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Poplítica”, Grundrisse, S.XXI, México, 1978:21
12
En “Las Ideas”, p.223
14
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
En general los educadores hablan, sin mayor pretensión de hacer distinciones muy finas,
del niño como ser, como ser humano, como persona y no faltan quienes dicen “personita”,
expresión que bien podría estar expresando la forma cariñosa con la que se suele abordar
a los más pequeños; pero también podría denotar esa especie de “rebajadita” que aún
pervive al considerar al niño, niña como sí, pero todavía no persona y que Veshelku lo
expresara en “human being” vs “human becoming”
Incluso son numerosos los que, quizá por las graves limitaciones de vocabulario que luce
la mayoría de educadores, se refieren al niño como Celemento”, “ente”. Pero va ganan-
do presencia la expresión “sujeto”, “sujeto de derechos”, “sujeto social”, “actor social”. Y
no faltan quienes, incluso, refieren como “actores políticos”, “protagonistas de su vida”.
Pero cabe hacer una anotación y una constatación. Las categorías empleadas son básica-
mente las que hemos heredado de nociones y conceptos occidentales y que responden
a una cosmovisión globalizante que ha dividido al distinguir la realidad existente; además
trasunta un antropocentrismo jerarquizante que rompe el equilibrio propio de todo lo
existente material o no material. La constatación es que profesionales venidos de contex-
tos culturales andinos, amazónicos, de experiencias de comunidades rurales y cuya len-
gua materna no es el castellano, no reflejan en sus maneras de entender al niño o niña lo
que las cosmovisiones de dichos pueblos originarios plantean sobre niño, niña y que se
expresa en el vocabulario mismo o en el lenguaje y en las funciones sociales que se les
asigna a los niños y niñas en la comunidad. Esto refleja una incapacidad de desprendernos
de las categorías heredadas del Occidente y de la dominación que la lengua castellana ha
transmitido y ejercido.
Otra veta importante que constatamos es cierta “sublimación” viendo al niño como el decha-
do de “pureza”, de “alegría”, de “ternura”, de “inocencia”; el niño como “futuro” aún suele ser
muy común en el lenguaje cotidiano y en la noción corriente. Quizá la idea de que el niño es
el futuro del país, de la familia, de la sociedad, es una de las racionalizaciones no sólo más
comunes, sino de aquellas que en la práctica han arrastrado consecuencias más nefastas en el
presente. Como señala Jens Qvort Qvortrrup
up, sociólogo danés, la ideología que subyace al niño
como futuro, es la justificación de que no es hoy que debe constituir preocupación mayor para
la sociedad adulta, vale decir, no es hoy que debe jugar un papel de actor social y político, que
para ello debe prepararse y no quemar etapas de su desarrollo. Justamente esta manera de
entender a la infancia se ve graficada en expresiones como “niños que no tienen infancia”,
“infancia perdida”, “infancia quemada”, “tienen que vivir su infancia”, “infancia robada”, “infancia
prematura”, “adultos prematuros”, “adultos a la fuerza”, etc.
15
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Respecto a cuándo y hasta cuándo se es niño, las opiniones son totalmente dispares. Hay
quienes dicen “desde que nace hasta los 18 años”; otros de cero a “más o menos 12
años”; quienes refieren “de 7 a l4 años” o de “6 a 15 años”, y así por el estilo. Todo esto
no hace sino reflejar lo convencional y arbitrario de la edad cronológica, verdadera cons-
trucción cultural al igual-y muchas veces en profundo desconcierto- que la edad social.
Deviene evidente que la noción de niño, niña está siempre referida a los jóvenes, adultos
por un lado y, por otro, a los imaginarios sociales dominantes sobre qué es no ser adulto,
qué es no ser joven, qué es no ser maduro, capaz, etc. La cuestión cronológica etaria
deviene en un factor central en el campo jurídico, en especial en el derecho penal. Una
prueba de esto la tenemos en las actuales tendencias a modificar la edad de imputabilidad
en caso de menores de edad en conflicto con la ley; como nos lo señalan diversos
autores brasileros13 o en lo que toca al derecho a voto en elecciones generales o parcia-
les; pero tiene igual trascendencia en la normativa sobre la edad permitida para trabajar
de niños y adolescentes.14
Pero algo que es sintomático en la mayoría de encuestados adultos y adultas en los cursos
de formación y capacitación a nivel nacional, es que a la noción de niño, niña trabajador,
se desmorona todo el andamiaje conceptual que sobre el niño, a secas, se tiene. En
efecto, el niño trabajador es “un adulto prematuro”, es “un niño que ha perdido su
infancia”, un “menor sin infancia”. Pero cuando de virtudes se trata, el niño-a trabajador es
“responsable”, “sacrificado”, “solidario”, “chambero”, “maduro”, “capaz”. En otras pala-
bras, es otro niño, tiene otra infancia como diría Manfred Liebel15.
Otra de las carencias en los enfoques que se ve favorecida por una lengua poco inclusiva
como el castellano, es la dimensión de género. En efecto, la niña queda subsumida en el
concepto de niño. No se evidencia componente alguno que la diferencie en el plano
conceptual del niño varón. Ciertamente que en un abordaje psicológico, pedagógico y
sociológico, las diferencias serían evidentes. Son muy pocos los educadores o trabajado-
res sociales que incluyen algún elemento que permita diferenciar en su imaginario a la
niña de lo genérico abstracto infancia, niñez o infante, niño.
Pero decir distintos saberes, implica distintos objetos de conocimiento, distintos méto-
dos de reconocimiento y de producción de saberes habida cuenta de la específica discipli-
na desde la que se estudie el fenómeno. En realidad el estudio de las infancias requiere de
13
Ver AA VV
VV.., “A razao da idade: mitos e verdades”, Brasilia, 2001, 247 ps
AAVV
14
Ver Evelyne Sullerot
Sullerot, “L’Age de travailler”, ed. Seuil, 1994
15
La Otra Infancia, Ifejant, 2000
16
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
un abordaje interdisciplinar que permita hacer de la complejidad del fenómeno una ri-
queza para su comprensión teórica y una posibilidad de acierto en todo lo que se preten-
da hacer en la sociedad con y por los niños y niñas.16
De alguna manera, las Maestrías sobre infancia que desde hace seis años vienen trabajan-
do en siete países de la Región, van configurando lentamente un referente necesario para
la construcción y desarrollo de una Escuela de Pensamiento en lo que atañe a la infancia.
En efecto se requiere una corriente de ideas, de enfoques, de productos que vayan
dando perfil propio a eso que se ha dado en llamar una “escuela de pensamiento”.
16
Son pertinentes los aportes de J.Sánchez-Parga respecto a l diferencial epistemológico de cada ciencia social, en “El oficio de antropólogo.
Crítica de la razón (Inter.) cultural”, Caap, Quito, 2005, Cap. VIII, ps.219-243.
17
José Sazbón
Sazbón, “El legado teórico de la Escuela de Frankfurt”, en A.Borón, A. De Vita, comp.. Teoría y Filosofía Política, la recuperación
de los clásicos en el debate latinoamericano, Clacso, 2002, p.183.
17
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
universidad debe seguir encontrando una articulación más explícita con los movi-
mientos de infancia y a favor de ésta que se han venido gestando en el país en los
últimos treinta años.
Demás está señalar la importancia y la urgencia de que esta escuela se haga realidad
consistente y productiva en estas dos vertientes, la teórico-académica y la de contri-
bución a los movimientos sociales. Le asiste un esfuerzo creativo y crítico y el ser
igualmente decana de una iniciativa latinoamericana de post grado en infancia.
Se puede considerar como un primer signo positivo los avances que se vienen
dando desde la Maestría de la Universidad Politécnica Salesiana de Quito. Baste
enumerar los aportes que al respecto está haciendo el profesor José Sánchez-
Parga
arga, siempre provocativos y estimulantes; igualmente se puede señalar algunas de
las publicaciones que la UNMSM han hecho de los profesores Manuel Castillo
O, Jorge Castro M, de Jorge V alencia C y de LLuis
Valencia uis Tejada R; asimismo la
Tejada
Universidad Externado de Bogotá ha publicado un excelente texto sobre la Familia
Iberoamericana 1500-1980.
Sin embargo, se busca que la escuela de pensamiento pueda contar con los trabajos que
desde las Maestrías van produciendo estudiantes y no sólo docentes. Las primeras tesis,
por ejemplo la de Carolina Ordóñez18 de la UPS de Quito, hace una contribución
que para el Ecuador representa un estudio reposado y con enfoques que no han sido
hasta la fecha muy frecuentes en un tema tan delicado como el del trabajo de niños y
niñas.
La historia del pensamiento social de la infancia debe tender a dar una contribución al
develamiento de los supuestos históricos y conceptuales que han nutrido las orientacio-
nes ideológicas y los planteamientos de orden operativo y social referidos a la infancia en
los distintos contextos políticos, económicos, sociales y culturales a través del tiempo.
18
Cuyo resumen ha sido publicado como artículo, Condiciones infantiles y laborales: trabajo de niños, niñas, vendedores y lustrabotas, en
Universitas, año III-N.5, Dic.2004, p.97-128
18
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
Una pregunta necesaria refiere a qué otras maneras de abordar la infancia, de considerar
y analizar la infancia, una escuela de pensamiento desde las Maestrías y otras instituciones
como los colegios de profesionales, ONGs, etc. pretende ir siendo un referente de
pensamiento divergente, innovador, creativo en el horizonte de los conceptos, de las
ideas y simultáneamente al aprovechamiento que de este pensamiento puedan hacer
Movimientos Sociales, políticos, culturales, etc.
Otro eje de enfoque refiere a la cuestión del trabajo y éste en relación a la infancia. Por
ello mismo, hoy este abordaje debe tomar en cuenta no sólo la posición dominante en
el sentido común y en los imaginarios de la sociedad occidental, vale decir, el abolicionismo,
sino relacionar el tema con el conjunto de los derechos humanos de los niños, niñas y
adolescentes.
19
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
generacional. Pero la entrada sociológica debe ser asumida conjuntamente con un abor-
daje antropológico que enfatiza las relaciones entendiendo a éstas como intercambio,
como lo que se comparte entre lo que podríamos llamar intercambio intergeneracional
como la forma de relación antropológica.
19
Leonor Arfuch
Arfuch, “”Representación”,en Términos Críticos de Sociología de la Cultura, C.Altamirano,Paidós, 2002
20
Ver E.Morin
E.Morin, “Las Ideas, ed Cátedra, 3 ed., 2001, p.216-217
20
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
visibilización como sujeto social de derechos, niños y niñas con personalidad protagónica,
constituye no sólo una necesidad académica, sino una exigencia para el acompañamiento
de calidad de las nuevas generaciones.
21
E.Morin
E.Morin, «Los siete saberes necesarios para la educación del siglo XXI», Paidos, p.19 y reconocer el carácter ternario de la condición
humana , es decir ser a la vez, individuo, sociedad y especie (ibidem, p.22)
21
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
nada, es que es tonto”22 . Desde este límite de la condición humana de millones de niñas
y de niños, se hace imperativo repensar nuestra condición como seres humanos y tradu-
cir este pensamiento en imaginación fecunda y voluntad política de cambio. Pensar la vida
desde las infancias, deviene en una contemplación del misterio que implica la existencia
humana, de cada individuo, de cada colectividad y desde ahí de la misma especie. Y es en
la medida en que la sociedad sea capaz de salir de sí misma hacia quienes ven negada su
humanidad- como es el caso de las infancias secularmente invisibilizadas- que se podrá
hablar de proceso que eventualmente nos vaya haciendo más humanos, con una perso-
nalidad colectiva que articule de forma madura inteligencia y afectividad.
Las páginas que siguen son una antología de textos escritos en el transcurso de los últimos
años y respondiendo a circunstancias muy puntuales. Por ello, no se pretenda encontrar
una secuencia expositiva lógica si la tienen entre los ensayos. Estos no fueron pensados
22
Citado por FFe
e Bajo, J.L.Betrán, “Breve historia de la Infancia”, ed. Temas de Hoy, Madrid, 1998, p.172.
23
Ver E.Morin, Los siete..., op.cit, p.18.
24
En una posición crítica al respecto, ver Martín Baró, en sus diferentes escritos; Charles V alentine en “Culture and Poverty. Critique
Valentine
and Counter Proposals”, the University of Chicago Press, 1967, Nicola Negri
Negri, “Povertá” en AQF, 11 Lavoro di Strada, Grupo Abele, Torino,
1995, p.18 quien recuerda que para que haya pobreza en sentido propio se requiere también un “síndrome que conduce al progresivo deterioro
de las motivaciones del sujeto, a la crisis de las capacidades de relacionarse y adaptarse, al colapso de las expectativas y de su equilibrio
psicofísico”.
22
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
INTRODUCCIÓN
como parte de un libro. En realidad, ahora tienen apariencia de libro, pero en su esencia
se trata de una colección ordenada en base a algunos convencionales ejes temáticos,
pero que dejan intocada la estructura de cada ensayo e incluso lo reiterativo de algunas
ideas hasta en su misma formulación. En todo caso, esta recolección de ensayos, puede
mostrar las incertidumbres, los errores y los espejismos que la reflexión del autor padece
en su afán por comprender a niños y niñas, en particular, aquellos que “trabajan”, que se
organizan y que se van identificando como trabajadores, como sujetos sociales, como
ciudadanos políticos, culturales, éticos aunque no lo sean para ciertas tradiciones jurídico-
reguladoras. Pensando en ellos y ellas y en quienes las acompañan, es que pareció con-
veniente arriesgar por escrito, ensayos que en su mayoría sólo conocieron una primera
versión oral.
23
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Capítulo I
La Infancia:
Sujeto de Derechos Humanos,
¿realmente?
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
«AUN YO NO SOY...»*
E
stas son las palabras con las que sintetiza doña Ida Nolazco Vega lo que sigue
viviendo después de que a los diez años fuera testigo de los hechos que aún
hoy no le permiten ser ella misma1 . Y es que nadie es uno mismo cuando ha
pasado por desgarramientos tan inauditos como los que a tantos peruanos y peruanas les
tocó vivir en el alba misma de sus vidas en los escenarios de guerra. Pero lo que esta
mujer expresa vale para el Perú, un país que “aún no es él”, vale decir, que aún no logra
reencontrar las mejores vetas de reconstrucción de su identidad, de sus múltiples identi-
dades, de su destino común, del encuentro de todas sus sangres. Los hallazgos de la CVR
y el año transcurrido, no nos permiten afirmar que ese “aún yo no soy..” haya quedado
atrás no sólo para quienes pasaron los “momentos más difíciles”, los “tiempos de dificul-
tad” como suelen los campesinos- por lo menos en Ayacucho- llamar al fenómeno
padecido y evitando hablar de “guerra”2 , sino para el grueso de la sociedad que ni
siquiera estuvo en condiciones de considerarse radicalmente concernida por el dolor y
sufrimiento innecesarios de nuestros hermanos de los territorios andinos y amazónicos.
Y es que si bien la verdad es necesaria y es el inicio de una liberación, ella es insuficiente
para asegurar la reconciliación de no mediar un esfuerzo explícito por reconocerse como
parte de lo acontecido, como actores directos o indirectos del dolor causado. Lo difícil es
hacerse parte de algo que no se quiso ver, que no se quiso comprender en su totalidad, que no
encontró capacidad de revisión y que no termina de hallar razones, corazones y disponibilidad
espiritual para la autocrítica. Fuimos- ¿seguimos siéndolo?- una sociedad blindada frente al
sentido y al significado de lo que se vivía en el país en sus hijos e hijas más vulnerabilizados por
la guerra.
El subcapítulo del informe de la CVR que aborda lo vivido por los niños y niñas durante
la violencia armada interna, es una evidencia del nivel de monstruosidad del que
*
Texto preparado para ASPEM-APRODEH y publicado en “Hasta sus menosrcitos lloran...”, Lima, 2004
1
Ver CVR, “Informe final”, subcapítulo sobre “La violencia contra los niños y niñas”, p.20
2
Ver Wawakunamanta-TdH, “Los Niños Ronderos”, Estudio exploratorio sobre la Participación de los niños en las Rondas de Autodefensa en
el Departamento de Ayacucho en la etapa post-conflicto”, p.20; ver el pertinente excurso etimológico que elabora C. E. Aldana A., “El chaqwa
de los niños”, en Infancia y Violencia, 2, Cedapp, 1994, p.65-80 plantea que chaqwa es desorden y confusión y recoge de Vergara y Jiménez
la noción de chaqwa como “la pérdida de perfiles e identidades, desmontaje de jerarquías, valores, “lugares”; pero al invertir chaqwa por awqach
ésta palabra significa guerra, enemigos, pares opuestos que no pueden estar juntos como el día y la noche.
27
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
28
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Lo que sigue son algunas consideraciones que emanan de una reflexión pausada del
texto de la CVR en torno a los niños y niñas durante el conflicto y en la etapa del
posconflicto.3
3
Quizá uno de los trabajos más interesantes en el período posterior al conflicto, sea el de la antropóloga y médico, Kimberly Theidon
Theidon,
“Entre Prójimos. El conflicto armado interno y la política de la reconciliación en el Perú”, IEP, 2004, ps.283.
29
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
cí...”. Dos años antes en 1987 vimos personalmente la sangre estampada en torno
a la ventana de un aula de la universidad de Huamanga por donde parte de los sesos
y cuerpo de un niño había ingresado luego que explotara la dinamita que llevaba.
Nada de esto es casual, se fue instalando en el imaginario de sectores de la sociedad
civil y de las fuerzas del orden como irónicamente se les llama.
La lejanía social, política y cultural del mundo indígena no se remonta a los últimos
25 años; es secular. Y el olvido o la negligencia del país han contribuido desde muy
atrás a configurar niveles de exclusión, de discriminación, postergación y hasta expre-
siones de racismo que la guerra dramáticamente puso en cruda evidencia.
En relación a la infancia podemos decir que hay además otros factores que explican el
comportamiento desplegado frente a los niños y niñas por quienes se confrontaban en
los escenarios de guerra. El discípulo ideológico del finado general Cisneros, el enton-
ces teniente Telmo Hurtado, puede ser considerado como el signo de un paradigma
ideológico infanticida, reproductor de esa antiquísima tradición herodiana de dar muerte
a los niños por ser una amenaza al poder político establecido. Paradigma que se erige
sobre la imagen del “niño como peligro”, de una infancia peligrosa. Se trata de un
enfoque que no se ha cancelado terminado el conflicto. En efecto hace apenas unos
pocos años nada menos que la OIT calificó, en su página web, de constituir un peligro
para los gobiernos de la Región, la existencia de movimientos de niños, niñas y adoles-
centes trabajadores, peligro ante el cual las ONGs en pacto con la OIT debían servir
de aliadas para enfrentarlos5.
4
Adela Cortina
Cortina, filósofa española, en un articulo publicado hace tres años en el diario EL PAIS, emplea el concepto de “aporofobia” para
señalar el fenómeno creciente de un desprecio por el pobre, de una subvaloración de los pobres que posiblemente por ser muchos de ellos
migrantes venidos de países africanos y por ser árabes, terminan haciendo aflorar ese submundo de nuestros etnocentrismos y de nuestros
sentimientos de superioridad por los niveles de bienestar o, más precisamente, de riqueza y poder acumulados.
5
ver:www.oit.pe/spanish7260meri/oitreg/activid/proyectos/ipec/balancessa.shtml. “Uno de los esfuerzos del IPEC ha consistido, sin entrar
en confrontaciones dialécticas, en indicar a los gobiernos los peligros de este tipo de movimientos y crear alianzas estratégicas con diversas
ONGs de los países, como contrapunto a estos llamados Movimientos de NATs” Y esto ”...fundamentalmente en Perú, Bolivia, Ecuador y
Paraguay”. La denuncia que hicieran los movimientos latinoamericanos de este atropello quedó sin respuesta formal de la OIT en Ginebra hasta
el día de hoy. Ver Revista Internacional NATs, N9, 2002. pp. 117-124.
30
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Podemos decir que con la creciente ola de violencia callejera- sin lugar a dudas
delincuencial y en la que menores de edad no están excluidos y producto de la
infancia presente en noticiarios sólo mediante el drama - revive en la sociedad perua-
na cierta conciencia autoritaria que lleva a una severa penalización. En muchos países
de la Región se constata la tendencia a rebajar la edad de la imputabilidad penal.
Recientemente, en Panamá se debatió en el Congreso la dación de una ley que
incorporaba la pena de muerte para menores de 18 años. Por dos votos no se
aprobó dicho proyecto de ley. Victoria pírrica, pues esos dos votos que faltaron
revelan una tendencia altamente significativa de una sociedad que en nombre de su
seguridad, no vacila en considerar la pena capital para niños no obstante que la Con-
vención sobre los Derechos del Niño y otros documentos internacionales, prohíben
ese tipo de leyes para el caso de menores de edad. Es decir, nuestras sociedades no
son inmunes a internalizar y poner en marcha la lógica castrense cuando ve amena-
zada su estabilidad o cuando piensa que en el futuro podría serlo. Pero sin ir muy
lejos, consideramos que la reciente Ley de “Protección del Niño de la Mendicidad”
de corte paterno-represivo sobre la mendicidad no sólo es doctrinalmente confusa,
sino que más allá de las buenas intenciones y sentimientos de caridad y misericordia
que la motivaron, se trata, en lo concreto, es decir en los caminos abiertos a su
antojadiza aplicación6 , de una expresión de aporofobia revestida de protección.”La
pregunta que surge al respecto es si luchar por sobrevivir es sancionable en el marco
de la tremenda crisis económica que el Perú enfrenta actualmente”7
El niño como “potencia”, como “futuro” ha alimentado una cultura que finalmente
permitía no tomarlo en cuenta en el presente o restringirle ciertos derechos a ser
reconocidos y ejercidos más adelante; una forma aparentemente “protectora” de la
infancia, pero justificadora de su insignificatividad en el presente, de su no
imprescindibilidad para la economía, para la política, para las grandes decisiones del
considerado “mundo adulto”8 . En la cultura occidental, la tendencia ha sido separar
al niño del mundo adulto “montona social” bajo pretexto de protegerlo ¿del mundo
adulto? Quizá nos encontramos entonces con un rasgo reconocible de lo que fuera
a finales del siglo XVIII el pacto de la modernidad que si bien incluía a todos en la
6
Ver la directiva del 23 de marzo 2004, de la municipalidad de San Isidro en la que se acuerda prohibir el ingreso en la jurisdicción de vendedores
callejeros de niños que trabajan, de vagos, etc.
7
Era el interrogante que se hacía la abogada argentina Ma.Luisa Bartolemei
Bartolemei, “Niños en situaciones de Alto Riesgo en el Perú”, Rädda
Barnen, mayo 1993, p. 171.
8
Ver lo que uno de los sociólogos de la infancia, el danés Jens Qvortrup señala al respecto en “Il bambino come soggeto politico,
economico e sociale”, passim, en “Politiche Sociali per l’Infanzia e l’Adolescenza”, ed. Unicolpi, 1991.
31
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero los niños y niñas que nos describe el informe de la CVR, nos empujan a reco-
nocer que no es algo banal recordar que perviven enfoques y prácticas antagónicas a
lo que no sólo es el mandato legal de su reconocimiento como personas, sino que
en la cosmovisión originaria del ande y de la amazonía cobra una densidad que el
derecho occidental apenas logra tímidamente esbozar alguna vez10 , pues el niño
representa la comunidad, es comunidad, es runa, y que maltratar al niño es hacerlo
con la pacha, con los apus, con todo de lo que el niño es parte y con que es totali-
dad11.
9
Ver A. Baratta
Baratta, “Infancia y Democracia” en E.García M-M.Beloff,comp.: “Infancia, Ley y Democracia en A.Latina”, Temis, 1998, ps.31-56
10
Ver AAVV “Derechos y Cultura” TdH Alemania, 2003, en particular Sabino Cutipa et alii, “Convivencia con la qota mama”, lago madre
criador, p.51-75.
11
Ver AA VV
AAVV
VV, “Huchuy Runa, Jake Jiska”, Pratec, 2003, passim.
32
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Los seres humanos somos seres capaces de simbolizar, ahí radica nuestra capacidad de
comprender la vida, de aprender a relacionarnos y fundamentalmente de ser capaces
de analizar, de aprender, de comunicar y de nombrar y nombrarnos. Todo ello se logra
en el inacabable proceso de socialización desde el vientre de la madre hasta el cierre
definitivo de nuestros ojos. Aprender a ser seres simbólicos refiere a la apropiación
creativa de referentes que se expresan en creencias, en hábitos, en las tradiciones, en
los mitos, en el ethos, en las narraciones que los recogen y prolongan en la historia de
colectividades y de sus individuos. Allí se asienta el equilibrio emocional, allí se funda la
autoconfianza, allí se consolidadan identidades e identificaciones, allí está lo que se ha
dado en llamar el capital social que alimenta al capital humano personal y grupal.
Lo que la CVR nos muestra son algunos de los efectos que trae consigo la alteración violenta, y con
frecuencia radical, de dichos referentes; en otras palabras, cuando los códigos aprendidos no se
corresponden más con los sentidos y significados en los que se aprendieron. Ya desde 1987 en el
estudio de dibujos y pequeñas narraciones elaboradas por los propios niños, se podía graficar los
signos de una seria desorientación a la que dichos niños y niñas fueron expuestos por la guerra y su
particular característica en las zonas andinas.12 . Y es que el desdibujamiento de los referentes de
vida, de costumbres y valores, incide de forma real en la subjetividad personal y colectiva.
Psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras han estudiado lo que resulta de los seres huma-
nos sometidos a situaciones límite y a situaciones extremas. La CVR da cuenta de tratos
inauditos, de comportamiento sistemático de los agentes del Estado en relación a los
niños así como de las formas en que los grupos alzados en armas violaron los derechos
de la infancia que para los individuos deben haber configurado lo que es una situación
extrema; pero el contexto global de los escenarios de guerra en cuanto territorios de
excepción, se configuraron para las poblaciones como escenarios per se de situación
límite.13 . Si hay algo que las poblaciones asediadas entre dos fuegos han vivido, ha
12
Ver J. Granda O. et alii “Los Pequeños zorros”, relatos orales de niños ayacuchanos entre 7 y 12 años. Rädda Barnen, 1990. Como bien
señalan los autores, muchos de los relatos transmiten “normas de comportamiento”..Situación explicable por cuanto en los niños a quienes la
violencia política descontextualizó de sus referentes, se produce un abrupto y abierto shock entre la endoculaturación vivida y la aculturación
actualmente sufrida” p12.
13
Ver las interesantes reflexiones de C. J. Aguilar M.
M., “Los Niños en Situación Límite”, ACDA, Arequipa, 2003, quien recuerda la diferencia
entre situación extrema, evitar la muerte y situación límite, mantener la vida, p.54-75.
33
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Si bien en 1987 pudimos constatar cómo los carnavales eran festejados en diversas
ciudades de Ayacucho, consideramos que sin embargo, la suspensión del juego y de la
fiesta para los pueblos andinos directamente afectados por el conflicto interno, tiene
que haber significado un factor de silencio, de inexpresión de lo vivido y de lo soñado
14
Ibidem, p.58.
15
Citado en C. J. Aguilar
Aguilar, op.cit p.59.
16
Ver M.Ureta de Caplansky
Caplansky, “Apuntes sobre la agresión como instinto”, en AAVV, “Infancia y Violencia”, n.1, Cedapp, 1991, ps.13-20.
Luis Herrera A.A., “Acerca de la guerra, la violencia y la desilusión” nos entrega una esclarecedora reflexión al respecto en “Infancia y
Violencia”, n.2, Cedapp, 1994, p.29-35.
17
Tdh-Wawakunamanta, op.cit.p.29.
18
Op.cit.p.18 y 25.
19
Ibidem, p.17.
34
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
35
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Región una serie de valiosos estudios sobre los aspectos del abordaje de las conse-
cuencias a nivel familiar, comunitario, individual de conflictos armados internos.
Constituyen un importante avance en la protección, prevención y promoción de la
salud mental en el continente. Quizá lo más importante sea que se trata en muchos
casos, como el guatemalteco, el peruano, de una realidad cultural que permite lec-
turas enriquecedoras de los materiales teóricos y prácticos terapéuticos propios de
las ciencias modernas occidentales focalizadas a la salud física y mental, a la pedago-
gía y a las actividades artístico-recreativas. A lo largo y ancho de los escenarios de
guerra interna se han desarrollado experiencias que, en el marco que el informe de
la CVR están intentando abrir a través de los movimientos sociales, lo asumen como
referente de una tarea de aliento en el tiempo -pues se trata de una profunda trans-
formación ética y cultural y pueden encontrar una inigualable oportunidad de contri-
buir a la reconciliación nacional.23
Es muy probable que uno de los efectos de la alteración de los referentes de la propia
identidad, del sentido de pertenencia, de las relaciones sociales, se vea reflejado en la
necesidad de endurecer el corazón para poder sobrevivir a tanto dolor. Los males del
campo refieren probablemente a los trastornos de dichas relaciones sociales como lo
señala K Theidon24 y uno de esos males, nos atreveríamos a decir, tiene que ver con
aquello que el joven Orlando decía a sus compañeros y compañeras: “Nuestro cora-
zón, nuestro pensamiento nos hace doler. Nuestro corazón hay que ablandar para
cambiar, para que no haya la vida de tristeza”25 Lo que probablemente fue una estra-
tegia para resistir, no podía ser una condición para seguir viviendo acabado el conflicto.
La experiencia sin embargo ha enseñado que no es fácil volver a tener corazón de
carne cuando se ha debido cambiar por corazón de piedra para encarar los sarachakuy,
es decir, tiempo los años difíciles.
23
Sólo a modo indicativo además de la bibliografía hasta aquí citada: Liga Guatemalteca de higiene mental, “De Barro y de Hierro”, 2002; Arzobispado
de Guatemala, “Nunca más”, vol.I, en particular el capítulo tercero, “La destrucción de la semilla” referido a la infancia, p.82-97 y vol.II, sobre los mecanismos
del horror, 1998; Ignacio Martín–Baró
Martín–Baró, “Guerra y Salud Mental,Trauma psicosocial del Niño salvadoreño”, 1994, “Psicología Social de la Guerra:
Trauma y Terapia”, UCA, 1990; NN y NN,”Resiliencia en los Andes”. Equipo de Psicoterapeutas de la C.N.de DDHH, “Frente al espejo vacío”, un
acercamiento psicoterapéutico a la violencia política, 1998 queremos destacar: C.W urst
urst, “Jugar en tiempos de guerra”p.85-93; V. V
C.Wurst alz-
Valz- Gen
alz-Gen
Gen, “Los
Asháninkas extranjeros en el Perú”, p.59-66; L. Avansur et alii, “Elementos básicos para nuestra formación” Redinfa-Pasmi, 2000; “Metodología para
la Formación de Formadores” Redinfa-Pasmi, 2000; “Salud Mental Infantil”, Redinfa-Pasmi, II Encuentro, memoria, 1993, destaca J. Ansión
Ansión, “Reflexiones
sobre la problemática de la violencia”, Luis Alemán de Nicaragua
Nicaragua, “Qué y cómo trabajar con Niños afectados por la violencia”; B. Rojas y M.
Brondi, “Los efectos físicos y psicológicos de la violencia en los niños”, en “Los Niños de la Guerra”, J. M. Arguedas, UNSCH, 1986.
Brondi
24
Op.cit.p.58.
25
Ibidem, p68-69.
36
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Si bien los niños tienen capacidad para ello, lo que aventaja a quienes de mayores
debieron protegerse de esa manera. Pero no fueron sólo campesinos o comuneros o
miembros de las comunidades amazónicas que tuvieron, quizá, que hacer que el si-
lencio y la incomunicación contribuyera a endurecer sus corazones. Por razones
muy diferentes, gran parte de la sociedad peruana dio la impresión de que endureció
su corazón resultado de la indiferencia en algunos casos, del racismo, en otros, de la
subvaloración de quienes no tenían peso social y significación política. Por ello la des-
afortunada suerte de los niños durante el conflicto, no logró quebrar esos prejuicios y
la sociedad perdió la oportunidad de aprender la lección y los niños hijos de la guerra
no lograron transformar las visiones dominantes en nuestra sociedad sobre la infancia.
La pregunta que se impone podría así enunciarse: ¿En qué se transformó la visión de
los peruanos sobre sus niños y niñas? ¿o más bien se reforzaron representaciones
autoritarias, proteccionistas, asistencialistas frente a ellos y ellas?
26
M.Bartolomei
M.Bartolomei, op.cit.p.21 y 28.
27
Ib.p.30.
37
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
28
M. Bartolomei
Bartolomei, op.cit.p.158.
38
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
la criminología positivista, según la cual los menores de edad son juzgados como
personas peligrosas y son internados, institucionalizados. Estamos ante una cultura
correccionalista y represiva en nombre de la seguridad del país.
Con una visión semejante, es difícil quebrar la idea de que se puede seguir legislando
sobre infancia sin requerir tomar en cuenta su derecho a la opinión en aquello que los
afecta. Tres recientes ejemplos nos ilustran esta realidad. La misma Ley Henry Pease
sobre la “Protección del Niño de la Mendicidad”, inconsulta y de espaldas a la opinión
de sectores representativos de niños, niñas de municipios escolares y de movimientos
de niños y adolescentes trabajadores. Y costó dios y su ayuda para que en el Congreso
se aprobara la inclusión de una cláusula en el Código Penal que penalizara al cliente de
menores en explotación sexual. Si no hubiera habido congresistas mujeres en el deba-
te, quizá se estaría aún discutiendo en el Congreso de la pertinencia de una cláusula de
esa indole. Como un botón más de muestra, en setiembre 2004, el Ministerio de
Trabajo logró colocar en la agenda de la reunión de viceministros una propuesta de
Plan Sur regional Andino por la Eliminación del Trabajo Infantil. Jamás se consultó en la
sur región a los propios niños y adolescentes trabajadores y fue gracias a la delegación
venezolana que se logró postergar la aprobación y que para hacerlo se debiera consul-
tar con quienes están directamente involucrados por este tipo de acuerdos.
Dos consideraciones nos parecen necesarias. La primera refiere al carácter aún des-
confiado del proceder de la sociedad frente a los niños y niñas, no sólo del mundo
andino y amazónico, no sólo frente a los niños de sectores pobres. La segunda,
refiere al hasta ahora insuficiente aprovechamiento de lo vivido durante el conflicto y
cómo la violencia se ensañó con los niños y niñas, para un cambio radical de las
39
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Quedan puntos abiertos que debieran ser trabajados. El impacto de la migración for-
zada en la estructura y dinámica familiar; el ser vistos como desplazados; la cuestión
de los niños que de migrantes del campo, debieron terminar viviendo en las calles; los
que terminaron compulsivamente siendo institucionalizados; lo que puede haber sido
para un adolescente o niño el tener que autoinculparse; lo que ha significado haber
formado parte de los comités de autodefensa y cómo las comunidades terminaron
aceptando esta realidad o viéndola como parte de la cotidianidad; lo que puede signi-
ficar para varones y mujeres jóvenes de las autodefensas desfilar portando armas de
fuego; el derecho insatisfactoriamente cumplido a la reparación; el significado de refe-
rirse a lo vivido como algo ya pasado, ya vivido y aunque no olvidado, ya no es un
factor de perturbación mayor como en el caso de los niños de hoy de las zonas que
fueron de conflicto; el papel de reconstrucción del tejido social y personal que la cultu-
ra puede favorecer y bajo qué condiciones; el pasar de ser vistos como víctimas a ser
actores de su futuro; la fuerza reconstructora de sentirse escuchados, acogidos y res-
petados, etc., etc.
40
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Infancia Invisibilizada:
Una Cuestión de Estado*
Como sobre otros aspectos de la problemática de la infancia en el país, contamos
con escasa, aproximativa, no actualizada y no fiable información sobre los niños y
niñas indocumentados actualmente en el Perú. Incluso son practicamente
inexistententes, las investigaciones al respecto29.
Quizá ello revela que la cuestión de la identificación documentaria de los nacidos vivos
no constituye aún una cuestión incorporada al sentido común, al imaginario de la socie-
dad en su conjunto y con tanta fuerza que logre revertir la situación actual y por ello se
sufre para hacerla una cuestión de Estado. Dos factores indesligables para su solución.
Pero podríamos añadir, sin ser injustos, que no obstante todo lo avanzado en el
campo social, organizativo, en lo jurídico y en la acción educativa en materia de
derechos humanos, tenemos sectores de nuestra población en los que perviven los
*
Artículo aparecido en la Revista “Cuestión de Estado” del IDS, nº 38, 2005
29
Ver J. Burneo y P. Balbuena P., en “Alianza por el derecho a la identidad de todas las peruanas y peruanos”, Demus-Ofid, 2004, p.3
y 24 respectivamente.
30
Ver dos excelentes trabajos relativamente recientes, C. Javier Aguilar M. et alii
alii, “Los niños en situación límite”, ACDA, Arequipa,
2003, 284 págs; Luis T ejada R.
Tejada R.,”Los Niños de la Calle y su mundo”, UNMSM, 2005, 313 págs.
41
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
rasgos del pacto social de la modernidad de las finales del siglo XVIII. En efecto si bien
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano no excluían a nadie en el
discurso jurídico, las mujeres, los indígenas y los niños fueron incluidos en condición de
excluidos o, si se quiere, incluidos como objeto de protección, bajo el tutelaje del
Estado eliminando así su condición efectiva de ser sujetos de derechos y ejercer la
exigibilidad de los mismos. Luego de más de doscientos años, hay aún largo camino
por andar, en particular para la infancia y para las poblaciones rurales, indígenas y para las
mujeres de esos sectores. Y es que lo que hemos tenido hasta ahora, es la experiencia
de lo que se ha dado en llamar por algunos, una modernidad no inclusiva y la evidencia
de que lo jurídico es necesario, pero insuficiente para encarar complejidades como la
exclusión, la pobreza, y evitar la reproducción de patrones de desigualdad.31
31
Ver P. Balbuena P., op.cit.p.19.
32
Ver C. Meléndez G. G., “Los obstáculos en el acceso al DNI para mujeres de zonas rurales” en Alianza para el derecho a la identidad...,
op.cit. p.44 y 46, Demus-Ofid.
42
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
no pueden claudicar frente a esta lucha; las nuevas generaciones tienen derecho a
exigir que así sea, pues se juega de por medio su existencia ciudadana y la posibilidad
de sumarse protagónicamente al logro del bienestar común. No es in-significante la
indocumentación de niñas y niños; devendrá en una cuestión política en el sentido de
que no es durable una democracia que se construya con grandes bolsas de aire en sus
columnas, bolsas de aire que son el saberse excluidos, marginales, sin voz, sin existen-
cia, población supernumeraria, sin reconocimiento, sin derecho a ser ella misma33
33
Ver el interesante trabajo de Robert Castel
Castel, “La lógica de la exclusión” y Alberto Minujin, “Vulnerabilidad y exclusión en América latina”
en AAVV, Todos entran, Unicef, Bogotá, 1998, passim; además de R.CastelR.Castel, “L’exclusion:les marginaux dans l’histoire”,L(ver P.Balbuena P.,
op.cit.p.19)a découverte, Paris, 1996; Ph.Mayer
Ph.Mayer, “L’Enfant et la raison d’Ëtat”, éd. De Seuil, Paris, 1977.
34
Ver el documentado libro de Jhon Boswell
Boswell, “The Kindness of the Strangers”, ed. española, La Misericordia ajena, Muchnik Edit. 1999;
Nora Cárdenas, T esania V
Tesania elázquez
elázquez, “El acogimiento”, 2003, además el importante aporte de T. V
Velázquez elázquez
Velázquez
elázquez, “Vivencias diferentes:
la indocumentación entre las mujeres rurales en el Perú”, Demus, 2004, p. 20: “El no reconocimiento traducido en la inscripción, es vivido como
negligencia, abandono, orfandad, falta de interés, falta de amor, etc”.
43
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
definitivo para existir como seres humanos, con sentido de pertenencia, con saberse
significativo para otros. El signo de este reconocimiento es fundamental, como algu-
nos dicen, para bien o para mal, es decir cuando nos permite crecer o cuando nos
estigmatiza como sucede con ciertos sectores de infancia, la que está en situación de
calle o en conflicto con la ley, la que sólo se comunica en una lengua originaria o la
que tiene alguna discapacidad, etc.35
35
Ver Axel Horneth citado por C.T ovar
ovar, Rev. Páginas, 2001, passim.; aunque desde otro enfoque W.Omar K
C.Tovar ohan afirma: “No se puede
Kohan
negar que el reconocimiento desempeña un papel principal en la vida humana, en tanto contribuye a activar funciones vitales, Está en la base de
la vida, pero no del pensar, porque cuando se reconoce se convalida, se legitima, se confirma, y cuando se piensa de verdad no se hace nada
de esto, sino que se busca propiciar lo nuevo”, en “Infancia, entre educación y filosofía”,Laertes, Bs.As., 2004, p.245.
36
Ver un cuestionamiento central a esta concepción en Rolando Ames
Ames, “Ciudadanía de los Niños y Adolescentes Trabajadores” en Manthoc,
NN y Adolescentes Trabajadores: Derechos, Ciudadanía y Protagonismo, 2000, p.21-38 y en Judith Ennew Ennew,, “Children’s Citizenship”,
Chembridge, 1999.
37
Ver Tesania V elázquez
Velázquez
elázquez, ibid.p.18.
44
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
a.- Favorecer todos los pasos que en lo jurídico y en lo normativo puedan contribuir
a llenar vacíos legales en relación a la inscripción de niñas y niños.
b.- Priorizar las zonas rurales andinas como amazónicas para la verdadera gratuidad con-
dición para favorecer una conciencia ciudadana y no culposa frente al Estado. Sería el
Estado el que debiera tener conciencia de fallarle a la población más excluida.
c.- La Red y la Campaña animada por una serie de instituciones de la sociedad civil y
del Estado, merecen ser más conocidas a través de medios de comunicación y de
forma regular, no eventual. El problema no ha devenido en cuestión política y
como cuestión de Estado no se visualiza como algo público.
d.- Las propias organizaciones de niñas y niños como los Municipios Escolares, los
Scout, los Movimientos de NATs como Manthoc, Colibrí, MNNATSOP, Ge-
neración debieran sumarse a este esfuerzo, en especial en las regiones en las que
tienen una presencia significativa. El tema no forma parte de su imaginario social
hasta la fecha.
45
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No sin razón se escribió que la historia de la infancia es la historia del abuso de adultos
sobre ella. Y es que existe todo un campo semántico que muestra bien las múltiples
formas que la violencia adquiere cuando de niños se trata: maltrato infantil, violencia
familiar, abuso, explotación, harcelement (asedio) físico, psicológico y sexual, violación,
castigo físico, negligencia, abandono, exposición, privación, corrección física, etc. Y es
que violencia significa una forma múltiple de relación en la que el poder del fuerte se
ejerce contra el débil, el subalterno, el inferior, el que está en desventaja.
En nuestro país hemos vivido formas inverosímiles de violencia contra quienes he-
mos considerado no merecedores de otro trato que el signado por la violencia
empujada hasta el horror y la inhumanidad. El informe de la Comisión de la Verdad
y la Reconciliación da cuenta de cuán insensibles hemos sido frente a tanto dolor39 .
*
Notas escritas el 2005.
38
Ver SCS, “Negación de los derechos de la niñez: la violencia”,El Salvador, 2000, p.9.
39
Ver CVR, “Rostros y perfiles de la violencia” en Hasta sur menorcitos ahora lloran, Aspem-Aprodeh, 2005, p27-99.
46
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
No podemos ocultar que los habitantes de las ciudades de nuestra costa hemos
vivido-o continuamos viviendo- de espaldas a nuestros hermanos del Ande y de la
Amazonía. Pero más radicalmente, frente al que consideramos distinto, ajeno y ex-
traño a costumbres y modos de ser estereotipados de la urbe y de ciertos sectores
sociales. Por ello nos cuesta tanto reconocer como prójimos a chicos y chicas que
hasta en su cuerpo y en su mirada llevan los estigmas de una sociedad y un Estado
que los ha abandonado y que no acierta a brindarles la protección a la que tienen
derecho.
Podemos decir que toda forma de desatender los derechos de los niños y niñas tiene
un efecto de violencia y sus secuelas son marcas de violencia simbólica, de violencia
económica, de violencia social, de la violencia que encarna todo intento de coloni-
zación cultural, de culturas globalizantes.
Como señala A.Giddens, la familia ha devenido el lugar de mayor riesgo para el niño.
Ciertamente que quienes trabajan contra el maltrato infantil intrafamiliar, pueden
darle la razón a este sociólogo. Abundante va siendo hoy la literatura que sobre
violencia familiar contra los niños, violencia en la escuela contra los menores de
edad, se viene produciendo.
40
Ver el excelente trabajo de Luis Tejada R,
Tejada R,”Los niños de la calle y su mundo”, UNMSM, 2005.
47
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
48
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
La Convención Internacional de
los Derechos del Niño
Un Hecho Ético de Trascendencia Histórica*
Un poeta peruano tuvo la feliz inspiración de calificar la Convención como “una declaración
de amor”41 . Y lo es. Con ella la humanidad se ha hecho protagonista de uno de los aconte-
cimientos éticos de mayor trascendencia en este feneciente siglo. En efecto, si no se lee como
un gesto de amor entrañable y eficaz a la infancia, la Convención pierde su fuerza social, su
vocación política y su horizonte utópico. Es decir, deja de ser un extraordinario factor de
movilización global por la humanización de la humanidad. Y lo es porque vemos la Conven-
ción como un eje epistemológico y hermenéutico de los proyectos sociales, políticos, cultu-
rales, económicos que hoy dominan el escenario global de los pueblos. Es decir, la Conven-
ción al proclamar a la infancia como sujeto de derechos, lo hace desde quienes históricamen-
te no siempre gozaron de reconocimiento como seres competentes, como personas, como
actores sociales. La Convención ha concitado no sólo el interés sino el compromiso de las
naciones para que éstas se miren en el espejo de la cruda realidad de las infancias en el mundo,
se interpele desde las graves implicancias del ejercicio de su poder real y virtual. Las preguntas
que emergen desde el margen de la sociedad establecida, desde los excluidos, desde aquellos
que “son tenidos por nada”, desde quienes son cotidianamente “prescindibles” para decidir el
rumbo de las cosas, son por su propia naturaleza, preguntas éticas, cuestionantes de las éticas
subyacentes a toda forma de dominación, de exclusión, a todo intento de totalización y de
absolutización. Por eso, la Convención debe ser considerada como un acontecimiento ético
que lejos de menoscabar su trascendencia jurídica, imprime a su calidad normativa el sentido
profundo del derecho, es decir, hacer que la vida entre los humanos y de éstos con el medio
que los acoge sea más humana, marcada por el reconocimiento, el respeto, la garantía de la
vigencia de valores humanizadores.
49
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
50
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Podría asumirse sin mayor riesgo de generalización, que para los maestros de escuela
de nuestros países, la Convención sigue siendo insuficientemente conocida en sus
alcances, importancia y uso a favor de los niños. Sin embargo de lo que se trata no es
sólo de que se conozca su letra, sino en particular que se asuma el cambio de visión,
de paradigmas que la Convención ha asumido como elementos para una nueva
cultura de infancia.
La Convención como todo texto que pretende cubrir un horizonte universal, está
sujeta a lecturas contextuales, particulares que lejos de rebajar el nivel de exigencias,
apunta a hacerla eficaz en lo particular. De este mismo intento, surge la posibilidad de
seguir enriqueciendo la letra y el espíritu de la Convención. De esto dan cuenta las
legislaciones o códigos que se vienen produciendo a lo largo de la Región. No debiera
irse por detrás de la Convención, pero seguir avanzando es un reto y una responsabi-
lidad que no debieran ser coaccionados. En nuestro caso particular, el Código perua-
no al reconocer el derecho a trabajar a los adolescentes, sin estar contraviniendo la
Convención en su artículo 32, sí está asumiendo una especificidad que no podía
pedírsele a dicho artículo. Otros Códigos han establecido explícitamente el derecho
a la participación o dedican a los niños de la calle una referencia ausente, por otro
lado, en la Convención.
51
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Si la Convención fue vista como “una declaración de amor”, luego de estos diez
años, podemos asumirla como la decisión de pasar de una “declaración” a un “com-
promiso de amor”…. hasta que la muerte nos una para siempre sin riesgos de dar
marcha atrás. En esto andan comprometidas voluntades, inteligencias, saberes y
pasiones de un creciente número de hombres y mujeres en el mundo que han
encontrado en la Convención inspiración y energía para nuevos proyectos persona-
les, profesionales y colectivos de vida.
52
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Introducción
1.- Nuestra reflexión pretende articular lo que podríamos llamar el enfoque, la perspec-
tiva, el paradigma doctrinal de los Derechos Humanos y la concepción y dinámica
de los Derechos del Niño.
2.- Subyacen a esta propuesta varios retos; unos de carácter teórico-doctrinal y otros,
de carácter aplicativo-pedagógico.
3.- Entre los retos conceptuales está la doctrina o la concepción de los derechos huma-
nos en la que el Estado está involucrado en su condición de garante. Este enfoque es
el de la teoría clásica de los derechos humanos como responsabilidad del Estado y su
exigibilidad por parte de la sociedad civil.
Esta manera de concebir los Derechos Humanos trajo una serie de dificultades a los
Organismos de DD.HH. durante los años de confrontación armada en el país, 1980-
1995. En efecto, se solía reprocharles a dichos Organismos de DDHH que no hablaban
de derechos humanos sino cuando el Estado violaba los derechos de los ciudadanos. La
opinión pública, el sentido común quedaban retratados en expresiones como éstas:”Cuando
un policía mata, es violación de los DDHH., pero no al revés”; “Los policías y soldados
asesinados por los terroristas, no son violación de los derechos humanos”. Esta lógica es
poco comprensible, pues todos son seres humanos por igual. Por ello nos preguntamos
si no sería más correcto hablar de DERECHOS DE LOS HUMANOS.
53
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
4.- Una pregunta que debe ser respondida, es: ¿Qué “peculiariedad” añade eso de
“derechos humanos” a los derechos del niño?
a.- Consideramos que si bien es fundamental entender que los derechos de la infancia
son hijos del gran y largo proceso de la humanidad para explicitar, para normalizar y
constitucionalizar los derechos fundamentales de los seres humanos, su señalamiento,
su proclamación pública expresa un proceso que enriquece el discurso general de los
derechos humanos al dotarlos de especificidad y de concreción.
b.- Asimismo, el enfoque de los derechos del niño desde y en cuanto derechos
humanos, inscribe el discurso de los derechos de la infancia y a cada niño, en el
horizonte de lo público.
c.- Nos exige considerar al niño como ciudadano más allá de la edad o de las
facultades legales que al ejercicio de ciudadanía jurídica le reconozcan.
d.- Creemos que el enfoque de los derechos humanos, reivindica para los niños los
derechos políticos y a la participación y con una fuerza que le viene de su condi-
ción social y pública.
Por todo ello consideramos que constituye un reto para retrabajar, a propósito de
los derechos de los niños, temas tan cruciales, y de interés para la sociedad y el
Estado, como ciudadanía, participación, actoría social y política, democracia.
a.- Los derechos del niño nos dan una visión moderna y unos instrumentos concep-
tuales para deconstruir las representaciones sociales dominantes de niño/a y
construir representaciones alternativas que lo presenten como sujeto, como
portador de derechos y responsabilidades sociales. Pero deconstruir represen-
taciones significa simultáneamente, deconstruir sentidos, deseos, expectativas,
sentimientos y formas de actuar.
b.- El enfoque del niño, niña como sujeto de derechos, establece una serie de
rupturas paradigmáticas:
54
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
otros seres humanos y desde allí tener una otra visión sobre nosotros mis-
mos. Epistemología no sólo entendida como una conceptualización diferen-
te, sino como una ruptura con sentimientos, con deseos y con sentidos
diferentes a los que acompañaba nuestra anterior visión.
II.- Ruptura antropológica, en la medida que nos coloca ante el reto de deconstruir
y construir nuevas relaciones sociales entre adultos y niños/as; en la medida
en que hace una entrada desde cómo las culturas establecen el status de su
infancia, la condición y el rol social que les asignan o les permiten y recono-
cen. Se trata de un nuevo abordaje del optimismo antropológico, sustento
de nuestra apuesta por la educabilidad de todo ser humano.
c.- Ciertamente que el enfoque de derechos del niño y asumiendo que se trata de un
enfoque que pone el acento en la existencia social de la infancia vía su derecho a la
opinión, a la asociación, a ser tomado en cuenta, etc., nos obliga a repensar las
relaciones sociales y de poder en la sociedad. En otras palabras, interpela las demo-
cracias de hoy y nos conmina a pensar por las del futuro. El enfoque de derechos del
niño, nos remite a la democracia, no sólo como sistema en su dimensión social e
institucional, sino como cultura centrada en el sujeto, en el valor del sujeto; pero
además, establece un cuestionamiento al contenido democrático de las democra-
cias reales que mutilan la ciudadanía, en este caso, la de los niños.
d.- Pero sin lugar a dudas, el enfoque de derechos del niño, hace evidente su partici-
pación como un derecho y no como una concesión o una dadiva. El niño goza
del derecho a la participación. Posiblemente este derecho sea el de mayor
impacto cultural, el de mayor fuerza histórica pues le coloca al corazón mismo
55
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Roger A. Hart, quien desde hace ya años aborda el tema de la participación infantil (42 ),
nos recuerda que la participación debe ser un dinámico y constructivo proceso y ex-
horta “ más críticamente a los procesos del trabajo con los niños, niñas de tal modo
que podamos comprometerlos en caminos más genuinamente participatorios”.
56
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Entre los riesgos, alude además a la movilización social que se da cuando se reconocen
las energías de los niños, niñas y es que para el autor, la movilización social incluye
activar a la gente para que saque adelante una agenda predeterminada. “El gran valor
de la participación sobre la movilización social para todas las edades, por supuesto, es
que aquella apunta al desarrollo a largo plazo de la ciudadanía y, más específicamente,
a un sentido de responsabilidad local más que al simple dar solución de corto plazo a
problemas de la comunidad a través del uso de trabajo libre”45 .
Autores como Gonzalo García y Sergio Micco sostienen en este sentido la precuidadanía
de los niñas, niños 47 . Es evidente que debemos distinguir entre participación y
ciudadanía, pero son conceptos que se reclaman.
57
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
· Negación por ser los niños, ignorantes y dependientes de los adultos o por la
condición de vulnerabilidad a causa de su ignorancia. Igual que otrora la restricción
sobre los indígenas a causa de su vulnerabilidad y manipulación gamonal49 .
49
Ver Pedro Planas
Planas, op.cit. P. 336.
50
Ver “Niñ@s Trabajadores, construyendo una identidad”, de. IPEC-Manthoc, 1990, passim.
51
Ver Peter Crowley
Crowley, “Participación Infantil: para una definición del marco conceptual”, en Actas del Seminario, Bogotá, 1998, Innocenti-
Unicef, p.9-15.
58
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
52
Ver Rev. Realidad y Utopía, n°4, 1999, p.66-67; ver M.Scurrach
M.Scurrach, “Las limitaciones externas a la participación colectiva”, en AAVV, Personalidad,
Poder y Participación, Cedep, 1981: “La participación política puede concebirse desde la perspectiva del individuo..y cuando la participación política
asume una forma más permanente y colectiva cabe concebirla no solamente desde el punto de vista del individuo sino también desde el punto de vista
de la participación política concebida como fenómeno social..La participación política, en el Perú, se da a varios niveles y en varias organizaciones y
no solamente en las organizaciones o asuntos tradicionalmente considerados “políticos”, p.280, 285.
53
Ver Sinesio López
López, op.cit.p.101:”Lo que interesa destacar es que Rawls parte de la idea de que, a pesar de que todos somos diferentes, un
modelo de ciudadanía no debe solamente contener lo que xiste de común dentro de la diferencia razonable, sino que este contenido debe respetar,
sin contradecirla, la diferencia entre las personas”.
59
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Es preciso entender la infancia como fenómeno social, es decir, como una realidad
social que se expresa en y transciende la experiencia individual de ser niño en
cuanto a duración y en cuanto a su significado y sentido social. Desde esta
perspectiva, consideramos que la infancia como fenómeno social es sujeto de
derechos y fundamento de cada niño, niña como real y particular sujeto de derechos.
En este sentido, el niño, niña como protagonista, como llamado a serlo en el ejercicio
54
Ver Alberto Henao
Henao, educador y anrtropólogo colombiano del grupo CELADEC de su país “Sobre imaginarios ”, notas quien nos
recuerda:”El mito, asociado con mentira e irracionalidad, es comúnmente opuesto a ciencia, que equivale a lo real y racional. De igual forma,
lo imaginario es identificado con la fantasía y contrapuesto a lo real, lo verdadero. Bajo otro modo de pensar y rescatando los aportes de autores
comoCassirer, Castoriadis, Feyerabend, Andreski, Lévi-Strauss(parcialmente), Clifford Geertz y otros más, el mito y lo imaginario son precisamente
las estructuras de sentido que constituyen al cultura”.
60
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Pero además, el enfoque de los derechos de los niños, niñas, postula un futuro
como sociedad que se nutre de la diferencia y combate la desigualdad y sus secuelas.
Y bien podríamos señalar tres características de los escenarios de futuro inmediato:
61
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
b.- La Convención más allá de crear vínculo entre sus firmantes y ratificantes, establece
estándares mínimos de reconocimiento y garantía de cumplimiento y respeto
de los derechos humanos de la infancia. Por ello la Convención deviene un
instrumento necesario, imprescindible para garantizar una plataforma de consenso
el más universalizable posible, precisamente para asumir a la infancia como
fenómeno social sujeto de derechos. Podríamos decir que la Convención, como
doctrina, es hoy una condición básica, más atrás de la cual, no!
c.- Sin embargo, instrumento necesario, la Convención, como todo instrumento jurídico
que de alguna manera fija en el tiempo una comprensión de una realidad dinámica, deviene
insuficiente para dar cuenta de una situación compleja y cambiante. Sus límites pueden
referirse a situaciones no consideradas y que emergen de los macro procesos sociales,
políticos, culturales o de la relevancia que adquieren situaciones particulares de la infancia en
determinados espacios culturales, sociales, económicos. Pero también de circunstancias
que ameritan una reserva por parte, en este caso, de los Estados parte. Un ejemplo
palmario fue la reserva que hicieran Argentina o España respecto a la edad para involucrar
a sus menores de edad en conflictos armados. En este sentido tendríamos que completar
la afirmación así: ”Más atrás de la Convención, no! más allá, sí!” De esto dan fe las varias
Recomendaciones que complementan, precisan y avanzan sobre la Convención y en
fidelidad a su orientación básica. La globalización del derecho no puede arrasar con el
reconocimiento y respeto a lo particular ni asumir la diferencia como una excepción o
como una concesión, sino como un auténtico derecho.
Algunas anomalías
1.- La exclusión de los niños del pacto social en la actualidad se da como una exclusión
explícita y programada del pacto social de la modernidad: una exclusión del ejercicio
de la ciudadanía que no sólo es de hecho sino también de derecho. Los niños
pueden encontrar protección en el Estado civil, producto del pacto social, pero no
forman parte de él.
62
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
2.- La segunda anomalía consiste en que la lucha de los niños por su derecho a la
igualdad está desvinculada de la lucha por el reconocimiento de su diferencia.
3.- La tercera anomalía es que la lucha por los derechos de los niños y de los adolescentes,
a diferencia de los otros grupos de excluidos, no ha sido una lucha propia sino que ha
quedado y queda dependiente del discurso y del actuar de los adultos.
Los niños no se han vuelto en sujeto colectivo, un movimiento público, no han creado
un discurso sobre sus necesidades redefinidas como derechos, a pesar de que hayan
ocurrido experiencias aisladas de altísima calidad en este sentido…
Las anomalías han condicionado fuertemente el movimiento por los derechos de los niños y
sus actuales resultados. Los adultos que se han hecho cargo del movimiento, han dado un
amplio espacio a los derechos civiles y a los derechos económicos y sociales de los niños, pero
un espacio muy pequeño a los derechos políticos y a la participación política.
Sin embargo, que la Convención nos ofrece una serie de elementos, de enfoques que nos
permiten esbozar una cultura alternativa de infancia; alternativa a los fuertes y aún percudidos
rasgos de culturas dominantes heredadas sobre infancia. Posiblemente no todo es tan novedoso
en la Convención. Pero su mérito consiste en haberse constituido en un corpus articulante de
lo mejor en materia de derechos humanos y de pensamiento moderno sobre infancia.
A los 13 años de la Convención y al cumplirse los doce años del Plan Mundial y las
metas que éste se fijara para el 2002, se impone un balance del cumplimiento del
mismo. Asimismo, nuestros países han elaborado sus informes, que para el caso
peruano no han sido publicado y dados a conocer a la ciudadanía, como si se tratara
63
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
1- Dar a conocer la Convención, tanto el texto como, sobre todo, la dinámica social,
cultural que la animan. No se trata sólo de difundirla como quien volantea textos de la
Convención. Dar a conocer significa, estudiarla, hacerla objeto de reflexión ordenada,
incorporarla.
2.- Estar convencidos, como colectivo, del valor y pertinencia de la Convención. Para
llegar a esta convicción se requiere analizar permanentemente la situación de los niños,
niñas a la luz de lo que nos plantea la Convención, verdadero proyecto de dignificación
de la infancia.
Son ellos los llamados a asumir una iniciativa sostenida en el tiempo y en el contenido,
para lograr que la sociedad termine por apostar sin tregua por los derechos humanos de
la infancia como factor de desarrollo humano, de nuevo elan civilizatorio. Sin esta
presencia protagónica de los niños, niñas, los escenarios de futuro no significarán mayor
novedad a los que hasta hoy conocemos.
64
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Y es que desde una larga como dolorosa historia, los niños debieron soportar el
abandono, el maltrato, el abuso sexual, la explotación económica en una sociedad
rígidamente jerarquizada y adultocéntrica así como “machocéntrica”; patriarcal. Pero
sobre todo, la negligencia, la indiferencia, la insignificancia social, la confinación al
mundo privado, a la cultura doméstica y domesticadora. En otras palabras, confinados
a la inexistencia social, política y al no reconocimiento de su contribución a la
economía familiar y, en la edad moderna, a la acumulación de capital con la naciente
revolución industrial.
* Notas elaboradas en el año 2006
65
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En el caso peruano, baste con recordar cómo los niños fueron objeto, desde la
época colonial y muy entrada la república hasta la mitad del siglo XX, de formas de
trato por parte de la sociedad y del Estado, de los progenitores como de sus
preceptores en la escuela, que no eran sino la reproducción en ultramar, de las
formas como la infancia fuera considerada y tratada en los países colonizadores.
Conjuntamente con la mujer, los niños fueron considerados como “parte natural ”
del mundo privado, recluidos al ámbito familiar, hijos de una ideología subvalorante
de quienes eran vistos no sólo como menores de edad, sino como disminuidos e
inferiores porque desiguales socialmente.55 Por ello, cuando a inicios de la segunda
mitad del siglo pasado se aprueba en Naciones Unidas, la Declaración de los Derechos
del Niño, se dio un paso de trascendencia en los esfuerzos de la postguerra por la
reconstrucción no sólo económica y política de naciones europeas, sino que a nivel
internacional se fue sintiendo cómo desde la perspectiva de los derechos del niño,
democracia y desarrollo encontraban dimensiones nuevas en cuanto que ensanchaban
el horizonte del discurso sobre derechos humanos y sobre justicia distributiva en el
mundo. Nada de ello pretende afirmar que el proceso fuera extenso en cuanto a
cobertura de pueblos que al adoptar dicha Declaración, ésta se transformara en
acciones directas y efectivas capaces de incidir en moldes culturales forjados en una
mentalidad discriminatoria y excluyente del diferente, del desigual, del que no tenía
peso reconocido en la esfera económica y política. Pero lo que sí cabe reconocer,
es que dicha Declaración gozó de una fuerza simbólica y moral de gran impacto.
Entre 1969, año de la aprobación de la Declaración, y 1989 en que se aprueba la
Convención sobre los Derechos del Niño, en el plano internacional se habían dado
pasos importantes como, por ejemplo, la aprobación de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales56
Todo este vasto movimiento, no puede ser medido exclusivamente por los derechos
positivados, enunciados y formalmente reconocidos. Lo que hay en la base de estos
hechos jurídicos, es un inmenso e irreversible movimiento de humanización de
nuestros pueblos, necesario aunque aún insuficiente, pues estamos frente a procesos
de profunda transformación cultural cuyos ciclos son ciertamente más complejos y
largos en el tiempo. Sin estos movimientos, habría sido más largo y difícil el camino
para llegar al reconocimiento de derechos tan fundamentales como necesarios para
la vida de nuestras naciones.
55
Ver el extraordinario artículo de María Emma Mannarelli
Mannarelli, “La Infancia y la configuración de los vínculos en el Perú: un enfoque
histórico”, SC UK, 2002.
56
DESC, 1966.
66
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
No cabe por ello, ninguna posición maniquea entre enfoque de derechos y enfoque
de necesidades. Se trata de dos entradas que si no se complementan, distorsionan el
sentido histórico, humano de nuestra acción con la infancia. El enfoque de necesidades
67
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
tiene como objeto el lograr llegar a ser una sociedad que haya suprimido todas las
necesidades que no sean inherentes a nuestra condición humana, como la muerte y
el dolor psíquico por ejemplo. Pero además, encarar las necesidades, incluso las
que son de orden de nuestras aspiraciones y sueños y no sólo las materiales, nos
centra en las personas, en la gente que soporta dichas necesidades. Sea desde los
derechos que desde las necesidades, ambos abordajes, nos colocan y permiten
encontrarnos en la búsqueda de la dignidad de las personas. Por ello un enfoque de
derechos del niño, no sólo da pleno sentido a nuestra acción social, sino que imprime
dimensión de largo aliento al quehacer promocional, a la atención y asistencia de las
personas. Nuestros proyectos sociales ganan en perspectiva y en proyección cuando
se diseñan y ejecutan desde el enfoque de derechos.
Podríamos entonces decir que el enfoque de derechos no sólo nos brinda otros
paradigmas conceptuales sobre infancia, sino que nos señala un derrotero nuevo
para el desarrollo de cualquier acción que pretenda contribuir a superar las limitaciones
que hoy encuentran los niños y niñas para ver hecha realidad durable sus mejores
como justas aspiraciones.
68
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Todo ello nos explica por qué sea indispensable no contentarse con que se normaticen
derechos, sino vigilar y exigir que se respeten para que no devengan en letra muerta.
En este entendido y en esta cotidiana experiencia, la batalla por dar a conocer los
derechos de los niños, niñas y adolescentes sigue enteramente de pié. Pero si el
difundirlos es tarea imprescindible, pues no se asume lo que no se aprecia y no se
valora lo que no se conoce, requerimos de un similar esfuerzo por forjar movimientos
sociales que exijan su cumplimiento, demanden cuando son violados.
Hace apenas unos meses, en el Norte del Perú, tuvimos ocasión de hacer un taller sobre
la Programación desde el Enfoque de Derechos del Niño a 40 ronderos de las comunidades
rurales de zonas de selva alta y selva baja de la amazonía. ¿Quiénes son los ronderos? Son
varones, mujeres, adultos jóvenes y niños que se organizan en sus comunidades como
vigilantes del orden social, como administradores de justicia directa, como protectores de
los intereses de sus pueblos y territorios. Vienen a ser como “ombdusman” de carácter
colectivo de los derechos, de las tradiciones y de las pertenencias de su comunidad. Allí
estuvieron 40 adultos varones y mujeres todos responsables de Rondas.
* Texto publicado por CRIM en el 2004
69
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
El Taller se llevó a cabo en base al manual que SCS había publicado y que cada
rondero recibió. Varias son las lecciones aprendidas.
1.- Siendo luchadores por los derechos de sus comunidades, no conocían a cabalidad
la CDN, sus aportes, sus limitaciones y sus exigencias éticas.
2.- Reconocieron que los niños de sus comunidades no eran respetados ni en sus
familias, ni en las escuelas.
3.- Asumieron que las Rondas debían revisar sus propios reglamentos que permitían
el golpe físico y el uso de formas de violencia en caso de inconductas.
4.- Decidieron replicar, a su modo, todo lo descubierto en el Taller.
5.- Crearon, por iniciativa de los ronderos participantes al Taller, Defensorías de
los Derechos del Niño y Adolescente en los centros poblados de Buena Vista,
Puerto Tamborapa, El Triunfo de Huarango, La Libertad de Aramango, La Coipa,
Tabacones, Palma de Chirinos, Chipuluc, Puquio, etc.
Contar con una radio como Radio Marañón, es un instrumento a través del cual se
logra dar continuidad a lo aprendido en el Taller y hacer que los propios niños asuman
la defensa de sus derechos como niños ronderos. Podemos decir que se va gestando
una nueva cultura de infancia que interpela las costumbres y tradiciones de las Rondas
en lo que éstas conservan de uso del castigo físico como correctivo.
La experiencia vivida en el Taller de Jaén, va dando sus frutos y bien valía la pena el
esfuerzo de juntar a ronderos y ronderas de tan lejos.
70
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
Luego de 15 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, cabe preguntarse
si existe realmente una cultura de participación en la que los niños no sean abierta o
sutilmente excluidos. Hay claras evidencias de conductas en la Región que parecen
poner en duda una respuesta afirmativa, aunque 20 años antes de la Convención y
luego de la aprobación de ésta, en varios países de la Región se dieron leyes sobre
participación ciudadana. Sin embargo, el derecho a la participación ha devenido en
estos quince años, la piedra de toque que da cuenta de la democracia y del ejercicio
de ciudadanía en nuestras sociedades cuando específicamente de infancia se trata.
En realidad la letra del texto de la Convención sobre participación queda muy por detrás
del espíritu que anima el discurso de la Convención. La importancia política y la significación
cultural de la Convención, la transforman en un evento de trascendencia histórica en un
mundo, y en una Región como la nuestra, profundamente marcados por desigualdades
y por su pluriculturalidad. Quizá para ciertas culturas la participación de niños en sus
sociedades no tiene nada de novedoso pues en su cosmovisión los niños como el conjunto
de los seres conforman una unidad con todo. Para sociedades dominadas por formas de
separación a todos los niveles, el derecho a la participación representa un reto no fácil de
aceptar.57 Por ello se requiere de una lectura sistemática y dinámica de la Convención a
fin de poner de relieve su espíritu en lo que a participación se puede inferir.
57
Ver Henk van Beers
Beers, “Exploratory assessment of the current understanding and level of children’s participation among Radda Barnen’s
partners and relevant agencies in Ha Noi and Ho Chi Minh City”, April- June 2000.
71
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
58
Los derechos sociales, económicos y culturales sólo son aplicables en la medida que los países tengan disponibilidad de financiación para
su ejercicio, de acuerdo a normas aprobadas en las Naciones Unidas.
59
Elaborado por A. Espinar
Espinar, 2004.
72
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LA INFANCIA: SUJETO DE DERECHOS HUMANOS, ¿REALMENTE?
73
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
74
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Capítulo II
Reflexiones sobre Infancia
desde el Protagonismo
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Introducción
Este ensayo pretende hilvanar algunas de las elaboraciones que, en torno a lo que se
ha dado en llamar paradigma del protagonismo, se han venido haciendo desde la
segunda mitad de los años sesenta. Pero más precisamente cómo, en primer lugar,
son las organizaciones de niños, niñas y adolescentes trabajadores que fueron hacien-
do suya esta categoría para interpretar su propio proceso de desarrollo como organi-
zación y cómo luego se extenderá su discurso a toda la infancia y a las infancias que
alberga nuestra heterogénea cuanto compleja realidad nacional. Extender no significa
que sea una categoría que haya devenido, como tal, de uso formal en todos los secto-
res de atención a la infancia o que su acepción más cercana a su uso desde sectores
comprometidos con procesos sociales emancipatorios- relativamente reciente- haya
conformado un sentido común; sin embargo, lo central es qué contenido tiene dicha
categoría en el variado uso que de ella se viene haciendo. Pero además, cuánto impli-
ca un desarrollo de las intuiciones de origen cuando dicha categoría sirvió para com-
prender, analizar y visibilizar a movimientos sociales populares emergentes en nuestro
país.
77
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2
Ver Roger Castel
Castel, Metamorfosis de la cuestión social, Piados, 1997, quien refiere críticamente a la categoría “exclusión”, prefiriendo la
de “desafiliación”, passim.
3
Ver el reciente como interesante libro de Lourdes Gaitán Gaitán, Sociología de la Infancia. Análisis e Investigación social, Editorial Sínte-
sis,2006.
4
Susana Iglesias,
Iglesias “Congresos Panamericanos del Niño”, conferencia en el XIII congreso celebrado en San José de Costa Rica, 1993, ed.
Ifejant
5
Ver, para el caso peruano, las Actas y Trabajos de la Primera Conferencia Nacional sobre el Niño Peruano, celebrada en Lima en
1922.
78
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
6
Ver César Germaná C. “La Racionalidad de las Ciencias Sociales” UNMSM, 2002, p.95-107.
7
Ver Manuela FFerreira
erreira
erreira, en Editorial a“Educación, Sociedade & Culturas” Rev. n.17, Univ. de Porto, Univ. de Minho, s/f, 2001, p.5).
8
Ver “Orfandades infantiles y adolescentes”, Introducción a una sociología de la Infancia, UPS, Abya Yala, Quito, 2004, 349 págs., passim).
9
Tener en cuenta lo señalado por R.A.F ollari
R.A.Follari
ollari,«Temas débiles» Homo Sapiens, Argentina, 2003, p.54:“No hay identidad pura, no hay origen
determinable de filiaciones e identidades y, por lo tanto, tampoco hay la posibilidad de estipular qué es lo propiamente latinoamericano, o de
establecer una supuesta adecuación del trabajo académico a partir del lugar de su producción”).
79
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En todo caso, tener una deuda académica con la infancia, tener una cuenta teórica
pendiente con los niños, niñas y adolescentes de nuestro Continente, no es sino un
incentivo para apurar y comprometer a profesionales de las ciencias sociales a aunar
esfuerzos10 Si bien la academia, por sí sola, no resuelve mágicamente ningún proble-
ma de las infancias, éstos tampoco encontrarán cabal respuesta sin el aporte de inves-
tigadores orgánicamente articulados a los movimientos sociales de niños, niñas y ado-
lescentes y a las organizaciones de la sociedad civil por los derechos de la infancia.
Tres factores, formalmente externos a las ciencias sociales, vienen incidiendo en los
esfuerzos por comprender y analizar la infancia entre nosotros. Uno primero es que
desde mediados de los años setenta, surge la primera organización autónoma de ni-
ños, niñas y adolescentes trabajadores en Perú, piso material y hecho político que iría
cobrando significación con el andar del tiempo y su propia visibilización interpelante;
todo ello, en un contexto continental de fuertes movilizaciones sociales, de conforma-
ción de organizaciones y movimientos sociales favorecidos por la creciente pobreza,
injusticia y fracaso de los modelos de desarrollo impuestos a la Región, así como el
desprestigio popular de las dictaduras que fueron apareciendo y deteriorándose. Otro
factor, es que luego del Año Internacional del Niño en 1979 y el largo proceso de diez
años de elaboración de lo que sería la Convención sobre los derechos del Niño, va
tomando cuerpo en países del Norte, la reflexión desde las ciencias sociales y en
particular desde la sociología, que darían como resultado eso que se ha dado en llamar
una sociología de la infancia11 que adopta otros abordajes teóricos y que desafortuna-
damente la propia Convención no hizo suyos, a nuestro entender. Un tercer factor,
refiere a la producción que desde la sociología se hace sobre la cuestión femenina, los
movimientos de mujeres y sobre la cultura patriarcal, la dominación del macho adulto
y las asimetrías que dicho patriarcado instaura y que aún hoy son vigentes en relación
a la infancia y en relación al mundo doméstico. Y es que un viraje se había producido
en la sociología y que partía como hecho epistemológico y político, desde los propios
actores emergentes en la escena y en la dinámica de la vida pública.
10
Tres recientes contribuciones merecen ser señaladas: René Unda L., L. “Sociología de la Infancia y Política Social”, UPS, rev. Universitas, n.5,
2004, p.47-68; Marie- Astrid Dupret
Marie-Astrid Dupret, “Hurto de infancias”, ib. p.7-21; Alfredo Jerusalinsky, “Para entender al niño. Claves psicoanalíticas”,
ABYA-YALA, 2003.
11
Ver los trabajos de J.Qvortrup, H.Witemberger, J.Boyden, J.Ennew, Ch.Jenks, A.Prout, A. James, W.Mayers, W.Corsaro, etc.
80
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
El primer factor que hemos anotado, es apenas el inicio de un nuevo talante que,
sectores de infancia en los países de nuestro Continente, irían tomando en los treinta
años siguientes. Ciertamente que la sociología no puede estar ajena a un fenómeno
que de una u otra forma en nuestra realidad, hoy, dice franca relación a la sociedad del
mercado y del desempleo o empleo precario, informal, a los efectos calamitosos de
la globalización excluyente de corte neoliberal, como hace más de doscientos cin-
cuenta años decía relación dramática a la naciente sociedad industrial capitalista. Frente
a ello, emerge un fenómeno absolutamente nuevo en el horizonte de la historia de la
infancia occidental, es decir, la organización de los propios niños compulsivamente
arrinconados a tener que salir a trabajar desde el alba de sus vidas, pero que van
levantando su voz, que a diario combaten los efectos tanáticos que la pobreza extrema
puede tener sobre ellos y sus familias. Si se quiere, no son héroes, pero tampoco son
desechables o prescindibles cuando se está en la miseria no escogida. No son sólo
víctimas, son por sobre todo, actores sociales y luchadores, en particular si están
organizados. Su estudio, es simultáneamente una entrada necesaria en la complejidad
y conflictualidad de nuestras sociedades. Todos los otros niños y niñas son igualmente
importantes, pero aquellos que son trabajadores, son, como ayer, objeto de tensiones
y descalificaciones prácticas, de satanizaciones y de campañas de verdadera
estigmatización12 . A nuestro modo de ver, constituyen un piso material y espiritual
para repensar las infancias, como atinadamente se titulara el 2000 en París un colo-
quio internacional13 . Un hecho inocultable, entre los efectos indeseables en el mundo
de la globalización excluyente, es el exponencial aumento de menores de edad incor-
porados a las más inverosímiles como inhumanas condiciones de trabajo; los Nats del
mundo son hijos de este capitalismo neoliberal. Son numerosos, hoy, los trabajos
desde la sociología y la economía que dan cuenta de esta perversa relación14 Esta es
una de las razones por las que consideramos que los Nats representan también para la
sociología y otras ciencias sociales, un significativo reto en nuestro Continente.
Lo primero que debemos señalar, es que no se trata de un único discurso, sino más bien,
de discursos, pues como otras categorías, su apropiación las expone a usos y acepciones
12
Con todo acierto, Erwing Goffman nos dice: “El individuo estigmatizado se encuentra, por consiguiente en la arena de discusiones y debates
pormenorizados relativos a lo que debe pensar de sí mismo, o sea, la identidad de su yo”, en Estigma. La Identidad deteriorada, Bs.As, Amorrortu,
1995, p. 147, citado por Manuel A. Baeza en Los Caminos Invisibles de la Realidad Social, Ed. Sociedad Hoy, Stgo., 2000, p. 45.
13
Ver IRD, AGIDS, CRC “Repanser l’Enfance, le défi des Enfants Travailleurs aux Sciences Sociales”, Colloque International, Bondy, Nov.2000;
por primera vez en un evento de este nivel, se contó explícitamente con dos exposiciones desde América latina en torno al protagonismo, hecho
tanto más significativo cuanto que aún, en nuestro medio, no goza de una nítida ciudadanía en los predios de la academia.
14
Ver M. Lavalette, S. Cunninghan
Cunninghan, “Globalisation and Child Labour: protection, liberation or anticapitalism?, Liverpool, 2001, 16ps.
81
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
a.- Una categoría que emerge y cobra fuerza en un contexto de luchas populares.
15
Ver Montse Vidal i Jordá
Jordá, “Discurso, síntoma e institución educativa”, Instituto Psicoanalítico, Barcelona, 2001, passim
16
“Cuestión de palabras. Una visión más modesta del rol de los periodistas”, en Pensamiento y acción, ed. Zorzal, Bs.As., 2002, p. 65.
82
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
17
Se podría asumir lo que, para el mundo de la organización, dicen M.Crozier -E.F
M.Crozier-E.F riedberg
-E.Friedberg
riedberg, “L’Acteur et le Systéme”, éd. Du Sueil, 1977,
p.9-10: “...qui devient dans ce contexte un instrument d’action essentiel.Une telle tolérance n’est simple caractéristique psycologique: elle est une
capacité culturelle acquise á travers l’action”
83
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Finalmente, una tercera cuestión toca dos dimensiones o exigencias del desarrollo del
protagonismo en la vida personal y colectiva, tanto en el ámbito privado como públi-
co. Y es que crecer como protagonista de la propia vida y ejercer su propia condición
de miembro de una colectividad postula directamente hacerlo como parte de la actual
división social del poder, división de género y edad del poder en nuestras sociedades.
Esto estuvo presente cuando en los sesenta y setenta se empezó a hablar de
protagonismo popular, hablar entendido como un discurso que colocaba sin titubeos
lo político como la arena de la cosa pública en la que se debía ir siendo dueños del
propio destino. Nada de ello se podía lograr sin capacidad de lucha, de una lucha por
la vida y su reproducción ampliada. No por nada protagonismo viene de agonistés.
Quizá en las versiones que se han ido desarrollando en nuestra Región sobre
protagonismo y que finalmente erosionan su fuerza ideológica, conceptual, y política y
al banalizarlo terminan domesticándolo, explica el recurrente estratagema de cooptar
discursos para desvanecerle su sentido y significación más radical20
18
En efecto, a mediados de 1968 Gustavo Gutiérrez en una conferencia sostenida en Chimbote, sistematiza su discurso teológico como
una teología desde la liberación de las clases explotadas, desde los pobres organizados y en lucha, como se diría entonces.
19
Seemamm en Carlos Franco, K.Langton-M.Scurrah, “Personalidad y Poder y participación”, en Cedep, 1981, pp.72-73.
20
Hugo Assmann, J.Mo SungSung, “Compêtencia e sensibilidades solidaria”, Vozes, 2000, p.284 - 287: Um alerta para nâo banalizar as
linguagens motivacionais.
84
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Permanece abierta la pregunta por la teoría social que subyace al discurso del protagonismo,
incluso un análisis más exigente como fundamentado del tipo de cultura política que lo
origina y que presupone hoy. Se puede decir que está abierta la búsqueda por saldar las
distancias que pueden darse hoy entre pensamiento y realidad en relación al protagonismo,
porque pensamiento y realidad se potencian recíprocamente21 . Es necesario asumir que
estamos ante necesidades conceptuales no satisfechas y que, para la cuestión de la infan-
cia, devine en un punto de agenda académica de importancia22 . Precisamente sobre
infancia es que recae mucho de las grandes transformaciones operadas en las últimas
cuatro décadas en los universos simbólicos y en los campos semánticos. La lectura que de
esta realidad se hizo y desde la que se levantó como intuición primero, como hipótesis
luego, es que desde el mundo de los niños, niñas y adolescentes trabajadores se ofrecía
también un punto de vista epistemológico emancipatorio no sólo para los Nats, ni espe-
cialmente para la infancia, sino para el conjunto de sociedad. Y es que epistemología de la
infancia está estrechamente ligada a su relación con la historia y es en esta relación que se
ha ido construyendo la entrada a lo que venimos llamando protagonismo por su potencial
emancipatorio para nuestra Región, de subjetividades y también de enfoques teóricos y
debates que eventualmente siguen funcionales a la postergación de la infancia en cuanto
ciudadana y portadora de derechos que se respeten. En todo caso, respecto a protagonismo,
hacemos nuestro aquello que Geoge Luckas llama la “teoría del punto de vista” y lo que
Alexander Gerschenkron llama la “ventaja relativa del atraso” en materia de una episte-
mología de la infancia desde nuestra realidad particular23 . Es saludable consignar que los
discursos sobre protagonismo como hipótesis de matriz para reprensar la infancia, tiene
sus primeros pasos en el sur del mundo y con ello evitamos que se nos apliquen las
advertencias que hacía Martha Nussbaum cuando escribe que “...en la práctica sigue
siendo problemático utilizar conceptos que se crean en una cultura para describir y definir
realidades de otra y más aún cuando la primera ha colonizado y oprimido a la segunda”24
Lo producido en América Latina sobre el protagonismo de la infancia, de la juventud,
sigue siendo una producción que no vacilaríamos en calificar de incipiente y de carácter
abductivo, vale dicir, inferencial, hipotético, abierto25
21
Ver A. M. Piussi
Piussi, “Educare nella differenza”, B&S, 1989, p.20.
22
Como lo señala M. FFoucault
oucault en “El Sujeto y el Poder” , “La primera cuestión a revisar es la que yo llamaría, las necesidades conceptuales,
lo cual significa que la conceptualización no debería estar fundada en una teoría del objeto, ya que el objeto conceptualizado no es el único criterio
para una buena conceptualización. Deberíamos tener en cuenta las condiciones históricas que motivan nuestra conceptualización. Es necesaria
una conciencia histórica de nuestras circunstancias actuales”.
23
Citados por Steve Fuller en “Multiculturaismo y ciencia natural” en Leviatán, n.81, 2000, p.52.
24
En Leviatán, n.82, p.91.
25
Ver los trabajos desde Nicaragua de Manfred Liebel, desde Guatemala los de Angel Gaytán y el de FFrancisco rancisco Gutiérrez
Gutiérrez,”Simiente de
primavera, el prtagonismo de la niñez y juventud”, 2001; los trabajos desde Perú como M. Castillo O O.. en “El nuevo desafío: trabajo, sociedad
e infancia desde el protagonismo infantil” UNMSM, 75 págs, además “Protagonismo Infantil o las posibilidades y límites del Construccionismo”
en ALAS, T.I, Ifejant, 2003; Aldo Hermenegildo
Hermenegildo, “Sociología de la Infancia y Protagonismo infantil: los límites del realismo metafísico”, ALAS,
2005, Porto Alegre; AAVV, La Infancia en los escenarios de futuro”, UNMSM, 2001; Marco Bazán N N, “Escuela de pensamiento protagónico”,
Ipec, 2003 y “Protagonismo social de los Jóvenes”, Ipec-Conaju, 2005
85
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
86
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
En los últimos treinta años, se han venido desarrollando nuevas dimensiones en torno
al discurso del protagonismo. Es decir, se intenta complementar aquello de ligar
protagonismo principalmente a actoría política, a ciudadanía social, a presencia públi-
ca. El protagonismo tiene que ver igualmente con personalidad, con talante y modo
de vida y de comportamiento, con un estilo transparente de acción en lo social, pero
también la vida personal, en el ámbito de lo privado como de lo público, con valores
que apunten a crecer solidarios, buscadores incesantes de la justicia y de la convivencia
pacífica, al desarrollo de la fratría. En este sentido, el protagonismo no se ve, no se
evidencia sino por el estilo de vida, por el tipo de personalidad, por la calidad y calidez
humana. El movimiento peruano de Nats organizados lo expresó bien en su Declara-
ción de Principos:
Art14: “Consideramos que el protagonismo es un derecho de todo pueblo, de todo
ser humano y como tales, los niños como conjunto de infancia gozamos de este dere-
cho y del derecho a ejercerlo”.
Art.15: “Ser protagonista es para nosotros una responsabilidad que nos exige calidad,
excelencia en las iniciativas, en las opiniones, en las propuestas que hagamos para que
éstas tengan fuerza social, posibilidades de acogida”
Art.16: “Somos protagonistas, pero debemos aprender a serlo. El Mnnatsop es un
espacio para formarnos una personalidad protagónica, es decir humilde ,con autoestima;
flexible, con identidad propia; tolerante, con convicciones fundamentales; emprende-
dora, con iniciativas sólidas; responsable, con, gran imaginación; solidaria en la promo-
ción del protagonismo de los demás”
Pero parece legítimo abordar el desarrollo del protagonismo como el esfuerzo por
plasmar una cultura en la que todos los seres humanos afianzando su interdependen-
87
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
cia, puedan hacer que ésta se encamine a favorecer el crecer como seres autóno-
mos individual y colectivamente considerados.
En concreto, los discursos sobre protección, pueden justamente dejar de lado o hacer
pasar desapercibida la relación de poder existente entre mundo adulto e infancia, o
por lo menos postergar dicho insoslayable componente de la relación. Desde el para-
digma de la promoción del protagonismo del niño, es, desde nuestra experiencia y
perspectiva conceptual, imposible evadir las cuestiones que refieren a la sociedad
asimétrica, adultocéntrica como en la familia, la escuela y la comunidad amplia, es decir
la división de edad del poder. Nada de esto se transforma por un simple ejercicio de
reingeniería familiar, escolar o comunitaria. Se trata de una radical transformación cul-
tural Transformación de las raíces más profundas de la cultura patriarcal de la que las
mujeres han logrado en gran parte develar sus nefastas consecuencias y avanzar en
muchos campos. Sin embargo, la cuestión de la infancia sigue presa de ese patriarcado
remanente en el que la infancia sigue, por encima de cualquier discurso contrario y no
hecho realidad en el tejido histórico, relegada al mundo doméstico, al ámbito de lo
privado. Allí se reproduce el patriarcado ya no sólo macho, sino además femenino.
Quizá sea éste el eje sobre el que toda ascripción al paradigma del protagonismo de la
infancia debiera encontrar el surco que haga que dicho protagonismo sea visto como
de interés del conjunto de la sociedad, de la democracia y de la ciudadanía. Entonces
el protagonismo no debería devenir en ideología simplificadora de la realidad que le
prive de su capacidad de producción de sentido, precisamente por coincidir con un
atributo de la condición humana y no de intereses particulares como podrían ser los
de la infancia, siendo así todos reconocidos como coprotagonistas de su sociedad.
Se podría argüir que la apología del protagonismo podría terminar siendo un factor
más que abone a favor de las tesis de quienes sostienen la desaparición de la infancia;
si por ello se quiere decir que las formas en las que hasta ahora se han representado a
la infancia en sociedades adultistas y los roles que en consecuencia se le asignado,
convendríamos que sí, precisamente en un cambio de época en el que se desdibujan
aceleradamente las rígidas fronteras que se establecieron amparados en periodizaciones
que la psicología evolutiva nos dejara. En una cultura del internet, las generaciones
emergentes han iniciado un camino sin retorno hacia formas antes insospechadas de
entender el mundo, de representarse las relaciones entre los distintos grupos etarios,
de entender el tiempo y de configurar el espacio31 .
31
Ver J. Sánchez Parga
Parga, “Orfandades...”op.cit, 69-76
88
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
32
Ver Alessandro Baratta
Baratta, ibid, p.46,”En la lucha por los derechos de los niños a la cual estamos asistiendo en América Latina y Europa,
ellos no son los protagonistas, sino destinatarios de esos derechos. Los niños no se han vuelto sujeto colectivo, un movimiento público, no han
creado un discurso sobre sus necesidades redefinidas como derechos, a pesar de que hayan ocurrido experiencias aisladas de altísima calidad
en este sentido...”
89
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
a.- Sin lugar a dudas, que la infancia como fenómeno social ha sido relegada en el pacto
social de la modernidad a ser destinataria de protección por parte de la sociedad y del
Estado. Formalmente reconocida como portadora de los derechos reconocidos para
todo ser humano, pero postergada en el ejercicio de los mismos en el tejido social, en
las relaciones de producción ampliada de la vida. Es decir, sector de la sociedad en
condición de exclusión paradójicamente en el mismo intento de proclamar su impor-
tancia como futuro, como potencial en formación. Si bien la categoría “exclusión”
cobra ciudadanía conceptual- no hace mucho- para la identificación y abordaje analítico
del fenómeno social de gruesas masas deprivadas de los bienes materiales y no mate-
riales de la sociedad dominante, podemos decir que el análisis de la infancia y en
particular de los millones de niños, niñas y adolescentes trabajadores, constituye un
abordaje que demanda exigente precisión. J.Durand señala oportunamente que “al
perder el obrero industrial el lugar central en la sociedad, el terreno de las luchas
sociales se desplaza inexorablemente hacia el campo poco claro e indefinido de los
excluidos”33 . Y es que una prolongada y cotidiana experiencia de ser excluidos, no
acerca obligadamente a movilizarse, a articular acciones colectivas. Muy por el contra-
rio ponen a significativos sectores que acumulan multiformes experiencias de exclusión
a encontrar salidas individuales, a la informalidad, al cortoplacismo34 . Se trata entonces
de un campo semántico con el que se pretende dar cuenta de forma menos aproxima-
tiva del complejo fenómeno social de la infancia trabajadora: desigualdades, pobreza,
marginalidad, inclusión, rehabilitación, periferia, adultocentrismo, postergación, exclu-
sión. Todo ello con implicancias en el campo de la sobrevivencia material y de la
existencia cultural, simbólica, espiritual de quienes sean el objeto de dicho análisis e
intervención social. La cuestión que emerge refiere a si los movimientos sociales de
Nats, desde el margen, desde las múltiples expresiones de la exclusión representan una
realidad y un discurso que se demarque de la simplificadora imagen de los excluidos
como simple población numérica o, a lo más, objeto de beneficencia pública. Los
movimientos de Nats desde su realidad de exclusión, vienen levantando un repertorio
simbólico que debe ser tomado en cuenta para todo análisis que de los movimientos e
incluso organizaciones de Nats se deba hacer. Así por ejemplo, los movimientos de
Nats cuestionan desde hace más de una década el concepto de “trabajo infantil” tal
como ha sido acuñado desde el abolicionismo y sus escuelas erradicacionistas,
33
Es pertinente colocar lo que F. Calderón nos recuerda:”...al ser transformado lo que Touraine denomina el “campo de historicidad” estatal
e industrial de los movimientos sociales latinoamericanos, las condiciones de reproducción de éstos son cada vez menores. El ciclo estatal-
industrial de este continente se está agotando”, en Movimientos Sociales y Política. La década de los 80 en Latinoamérica, S.XXI, 1995, Unam,
p.20-21.
34
Ibid.p.39 y 57-58.
90
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
c.- Tendríamos además que considerar para el caso de los movimientos de Nats,
cómo su fuerza radica centralmente en su mensaje y no en su aparato, en el contenido
de su discurso y la fuerza simbólica que éste tenga en relación a la sociedad en la que
35
Ver OIT, Manual para Parlamentarios sobre Convenio 182 y su implementación, 2002, passim.
36
Ver A. García Linera
Linera, “Movimientos Sociales”, en rev. Barataria, n.1, La Paz, 2004, p.10.
91
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
d.- Si bien conceptuar los movimientos sociales como movimiento moral nos abre
una dimensión que dice relación a valores, no consideramos que éste enfoque deba
asumirse como hegemónico al hablar de los movimientos de Nats. En ese sentido
conviene matizar el abordaje que Smelser privilegia al elaborar una teoría de orienta-
ción de valores para analizar los alcances de los movimientos sociales37 .. Pero ade-
más conviene revisar si en los discursos de los movimientos de Nats no se hace
interpelante realidad lo que A.Touraine anota, es decir que sus acciones están menos
armadas de análisis económicos que de convicciones morales38 .
e.- Consideramos que esta última veta de reflexión debiera ser una clave de lectura de
la significación de los movimientos sociales de Nats. Dichos movimientos estarían así
abriendo nuevas posibilidades de construir sentidos alternativos a los que hoy domi-
nan los imaginarios en torno a infancia. En este aspecto los movimientos sociales de
Nats deberán preguntarse- como sugiere Pierre Bourdieu- cuánto vienen contribu-
yendo a resemantizar, a nominar cuestiones de infancia en disputa con las formas ya
secularmente dominantes e instaladas en organismos del Estado y de gruesos secto-
res de la sociedad39 . Como es comprensible, los movimientos sociales de Nats se
han planteado también cuestiones relativas a que la normativa se ajuste a sus necesi-
dades y aspiraciones; para ello tendríamos que hacer un recuento histórico a fin de
señalar cómo ha sido y sigue siendo su proceso. Baste citar lo que la mismísima OIT-
IPEC señalan en su página Web donde en ocasión de la evaluación del programa de
erradicación del trabajo infantil, llegan a la conclusión de que “En América Latina se
da una situación excepcional que consideramos fundamental entender para com-
prender la estrategia del Programa. Existe en la región un Movimiento de Organiza-
ción y Promoción de los Niños y Adolescentes Trabajadores (Nats). Estas organi-
37
Ver J. Alonso
Alonso, “Teorización sobre miovimientos sociales” en J.Durand, Mtos. Sociales, desafíos teóricos y metodológicos, U. de Guadalajara,
2002.p.25; en esta misma perspectiva crítica se inscriben los aportes de Alain Touraine.
38
Ibidem, p.37.
39
Ver A. López Monjardin
Monjardin,”La democracia y la violencia: fronteras simbólicas para los movimientos sociales”en J. Durand, op.cit.
p. 209-210, f.
92
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
En el caso que comentamos, se puede señalar que lo dicho por la OIT evidencia cómo
la posición abolicionista que ella sostiene así como las ONGs que se le han sumado,
están al origen de una polarización en el debate sobre trabajo infantil en la mayoría de los
países de la Región. En efecto, cuando en los 70 surge el movimientos de Nats, no
abandera de forma explícita y formal una posición anti-OIT. Su discurso original es
propositivo, afirmativo y expresaba una firme e histórica convicción fundada en la expe-
riencia de los jóvenes trabajadores que están al origen del movimiento. Es la reacción,
años después, de la OIT y alrededores que polarizaría no sólo el debate sino las posibi-
lidades de diálogo en algunos países de Latinoamérica Y es la inconsistencia de ciertos
argumentos conceptuales de la posición abolicionista ante los alcances prácticos y teóri-
cos de la corriente de pensamiento que representan quienes suscriben la valoración
crítica del trabajo y el paradigma de la promoción del protagonismo y éste como inhe-
rente a la condición humana40 que dará como clima eso que se conoce como una
confrontación de no fácil resolución. Este no es el caso en Africa, donde se dan otras
condiciones que quizá hacen posible una mutua cooperación en cuestiones precisas.
93
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Una vez más se requiere un análisis sistemático de los discursos sociales producidos
por los movimientos de Nats, de sus textos, del habla instalada en los Nats organizados.
Ello nos permitiría conocer qué tipo de relaciones los movimientos de Nats establecen
entre el contexto social, cultural, económico, político de su vida cotidiana- individual y
colectiva- y las estructuras de significación. Pero además cabe preguntarse por el grado
de aceptación o de rechazo que el o los discursos de los movimientos sociales de Nats
han ido, o no, logrando. Incluso sería pertinente evaluar muy detalladamente el
vocabulario recurrente, cuán conscientes sean dichos movimientos de las dominantes
representaciones, sentidos comunes que han tomado cuerpo en el medio al que se
dirigen dichos discursos y los de quienes han ligado su actuar a la dinámica de dichos
movimientos de Nats. Ello facilitaría reconocer los impases provocados por el mismo
discurso precisamente en el intento de querer colocar alternativas a la comprensión
de un fenómeno social tan heterogéneo y complejo como el de los menores de edad
en el mundo del trabajo42 .. Como señalan autores como Agamben, en todo discurso
es más lo no enunciado subyacente u ocultado que lo que el discurso formalmente
enuncia 43 Además se debe tomar en cuenta que toda lectura que intenta ser
comprehensiva de un texto es simultáneamente una operación subjetiva o cargada de
subjetividad. En efecto, no hay hermenéutica que no sea simultáneamente expresión
de subjetividad. Nada de esto resta valor a los discursos, a los textos y sus contextos,
pero lo trasforman en un pretexto, en una oportunidad de creación o de crítica. Y es
que el lenguaje es finalmente una práctica social que configura realidades. Ciertamente
que hay enunciados que han devenido recurrentes y evocadores de una fuerza simbólica
significativa en las acciones y en los textos de los movimientos de Nats. Baste enunciar
el contenido que suelen darle a la expresión “yo trabajo”, “nosotros luchamos por un
trabajo digno”, “queremos que se nos reconozca”, “ser reconocidos” expresiones
estas dos últimas que son la exigencia y el derecho a existir para los otros. O cuando
subrayan ser “protagonistas”, con derecho a participar protagónicamente”, “esta es
42
Ver Oscar Murillo Serna
Serna, “Análisis del discurso social”, en Investigacions Sociales, rec. Del Inst. de Invest. Histórico Sociales, UNMSM, n.13,
Lima, 2004, p.369-385.
43
Ver en “Infanzia e storia”, ed.1978, passim.
94
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
nuestra opinión”, “pensamos que.44 .” Incluso, aún con riesgo de que se considere un
abuso del lenguaje, cuando se autorepresentan como “sujetos sociales”, como “actores
políticos”, como “sujetos económicos” o “sujetos éticos y culturales” están queriendo
decirle a la sociedad que son, que cuentan, que valen como pueden valer los demás
según su propio nivel, que no hay razón alguna para excluirlos, para marginarlos, para
relegarlos a los espacios y ámbitos que la sociedad dominante secularmente les ha
preasignado sin su propio consentimiento.. No son, entonces, categorías inventadas
por ellos, pero son nociones que las han hecho propias y a las que añaden una
connotación vivencial, experiencial. Para ellos no son meros flatus vocis. Son expresión
de convicciones, juegan un papel de identificación y de identidad, describen
sintéticamente su autorepresentación, absolutamente nueva en relación a las
representaciones sociales heredadas y que han sido parte de su universo simbólico
como el llegar a hacer suyo aquello del derecho a trabajar. Pero sería pertinente someter
a un análisis riguroso académicamente hablando, todos los textos que conforman hoy
su universo verbal y escrito, y que se encuentra en declaraciones, en pronunciamientos,
en ponencias, en los afiches y banderolas que por miles se han producido en estos
treinta años, en los volantes y en las cartas de solidaridad o de reclamos, en los boletines
y memoria de eventos a diversos niveles. La novedad radica en el grado de apropiación
y de significación que los propios movimientos de Nats asignan a sus textos, a su
lenguaje y en el valor agregado que tienen en su vida personal y de organización, en la
capacidad de movilizar acciones con potencial transformador, de crear identidad. Pero
no nos hagamos ilusiones, no todos en una organización muestran la misma
comprensión cabal, no todos verbalizan cotidianamente lo que suele aparecer escrito
en textos oficiales de sus organizaciones; no todos logran un empalabramiento que
corresponda cabalmente a contenidos que además van pasando por acentos y
modulaciones conceptuales. Sin embargo, persiste una voluntad de afinar y profundizar
ideas, de no dejar que su cooptación por otras tiendas desdibuje sus intuiciones
iniciales.45 No olvidar que una organización de niños, niñas y adolescentes puede
tener treinta años de vida, pero ninguno de sus miembros tiene un ciclo de vida orgánica
más allá de los 12 años como máximo si hubiere ingresado a los seis años de vida. Y
esto nos confronta con la reserva, la memoria que la organización va construyendo
44
Ver Walter Omar KohanKohan, “Infancia entre Educación y Filosofía”, Lartes, 2004, p.245: “No se puede negar que el reconocimiento
desempeña un papel principal en la vida humana, en tanto contribuye a activar funciones vitales. Esta es la base de la vida, pero no del pensar,
porque cuando se reconoce, se convalida, se legitima, se confirma, y cuando se piensa de verdad no se hace nada de esto sino que se busca
propiciar lo nuevo”.
45
“No deberíamos abandonar palabras y conceptos que originariamente o, al menos, durante largo tiempo han crecido en nuestro terruño,
al enemigo, el cual o bien los malinterpretará o bien utilizará unilateral o perversamente el contenido de estos vocablos y conceptos o bien
los dirigirá contra el progreso” Ernest Bloch, citado por L.Duch, p-38
95
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
para la que juegan un papel decisivo los mayores, los adultos que cargan así una
responsabilidad muy grande. Y es que estamos ante una relación necesaria, aunque
delicada en la práctica, vale decir, entre tradición y utopía, pues de ambas está hoy
hecho el discurso sobre protagonismo.
96
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
97
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
con el mundo Las organizaciones de Nats son un espacio privilegiado para releer y
resignificar lo vivido y una de las preocupaciones centrales y permanentes es la
decodificación de cómo ellos perciben ser vistos por los demás, por la sociedad, por
el mundo adulto en casa, en la calle, en la escuela, en la comunidad, en el trabajo.
Una epistemología alternativa de la infancia , en nuestro caso, pasa inevitablemente
por desmotar las epistemologías que se expresan en las representaciones sociales
estigmatizantes y discriminadoras de la infancia, en particular de aquella marcada por la
pobreza y la compulsividad de tener que trabajar para sobrevivir, y que se han instalado
en imaginarios sociales y se han transformado en sentidos comunes. Lo importante es
señalar, que este ejercicio, hoy es parte del patrimonio cultural, metodológico de las
organizaciones de Nats. Al ser preguntado en el mercado un niño trabajador muy
pobre y de 12 años: ¿Eres pobre?, respondió para sorpresa de la educadora: “Yo no
soy pobre, yo trabajo y además estoy organizado”. Por ello, rechazaron el calificativo
de “parias” por no estar en la escuela, como los llamaron en un pronunciamiento de
ONGs que trabajan por la infancia en el país hace unos diez años; por esa misma
razón se opusieron y oponen al Convenio 182 cuando señala que una vez que dejen
de trabajar deberán ser “rehabilitados”; tampoco aceptan aquello de “erradicación” del
trabajo infantil, pues “se arradican las plagas de ratas o la malaria”, o el constructo
“trabajo infantil” hecho sin matices a la medida de legitimar el abolicionismo. Y así se
podría seguir. Pero ésta no es una cuestión meramente semántica, aquí se confrontan
sensibilidades distintas, enfoques y visiones contrapuestos, representaciones sociales
confrontadas, autoimágenes divergentes; valores, sentimientos, intereses no
intercambiables. Por ello, una epistemología de la infancia desde los Nats, se inscribe
en lo que E.Morin llama una epistemología compleja, es decir sin fundamento49 Una
vez más, los movimientos de Nats no han sistematizado o tematizado-teorizado
ordenadamente la dimensión epistemológica que está presente en sus maneras de ver
al mundo, de verse a sí mismos, etc. Es un trabajo por hacerse y estas notas apenas
pretenden señalar su necesidad y urgencia. Pero quizá más que epistemología del
conocimiento, sería preciso hablar de ecología de sus saberes, de sus ideas, de las
nociones, de los principios, de los puntos firmes de su andamiaje conceptual, de sus
deseos, sentimientos y lenguaje, de qué los hace alegres, qué los contrista, en qué
sueñan y por qué de tal u tal menera. Y es que una ecoepistemología de la infancia
desde la vida y acción de los movimientos de Nats, tiene su matriz en el esfuerzo de
49
“El conocimiento del conocimiento”, ed. Cátedra, 2002, p. 33: “En suma, mantener abierta permanentemente la problemática de la verdad
debe considerar cualquier conocimiento que sea verdadero, cualquier pretensión de conocimiento, cualquier pseudoconocimiento, es decir,
también el error, la ilusión, el desconocimiento...”
98
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
éstos por realizar lo que se representan, por hacer realidad en la vida cotidiana lo que
perciben en ella y desde ella50 . Y es que epistemología y ecología de la infancia, se
pregunta por el sentido, por la búsqueda se sentido que los propios niños hacen sin
pausa; en los movimientos de Nats, como en el caso peruano, se enfatiza además el
sentido que puedan tener las cosas no sólo para ellos, sino para el conjunto de la
infancia. Epistemología es relacionamiento, es producir vínculos, es construir sentido
como componente de una tonalidad de vida, como factor de socialidad positiva, como
experiencia de dignidad; epistemología se emparenta con procreación, concepción,
labor de parto, con solidaridad. Como señala Iturra “..la epistemología sería un conjunto
de símbolos que permite la comunicación entre seres humanos, una lógica que permite
la interacción...un capital social como dce P.Bourdieu, o una reflexión a partir de un
saber teórico y de una observación participante del terreno que permite saber los
efectos de la estructura social sobre los agentes”51
50
Como lo recuerda Hugo Assmann, J.Mo Sung, op.cit, p. 246ss.
51
Op.cit.p.145.
99
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
¿Cuál sería entonces el salto cualitativo para una epistemología de la infancia desde
los movimientos de Nats? No ciertamente aislarlos del resto de las infancias como
un grupo predestinado a ser motor de una transformación de la envergadura histórica
que se necesita en relación a los niños, niñas en nuestras sociedades, habida cuenta
de su heterogeneidad étnico-lingüística, económica y social. Pero en particular no
levantar el sector organizado- proporcionalmente minoritario- en contraposición
con el conjunto de niños, niñas y adolescentes trabajadores que son la inmensa
mayoría. Quizá lo que se pueda señalar es apenas las formas específicas como los
Nats encaran la sociedad asimétrica por edad y género y el fundamento que ellos
colocan para ser reconocidos y exigir que se revisen los pseudofundamentos
epistemológicos que han relegado a la infancia y a la infancia trabajadora por razón de
ser trabajadora a una doble y triple exclusión. Sí creemos que la cuestión de trabajo
cobra fuerza como factor que puede definir la vida y la muerte de nuestras mayorías,
que sigue siendo un bien escaso y que el autoempleo, digno en sí por lo que revela
de la voluntad de no rendirse ante el infortunio, pero en general precario, termina
no encontrando caminos definitivos para confluir con desarrollo, con crecimiento,
con bienestar, con emancipación de necesidades atendibles. Y es que los Nats colocan
como cuestión de valor agregado a la lucha de todas las infancias, el trabajo, verdadero
punctum dolens de las sociedades víctimas de la globalización excluyente, trabajo no
explicable ni justificable por la pobreza, sino índesligable de las desigualdades
institucionalizadas por la globalización de factura neoliberal52 .
52
R. Iturra
Iturra, op.cit.,p.151: “Economía tal e qual definiu Aristóteles: o trábalo em conjunto de todos os membros do lar, da cada um
conforme a sua possibilidade, para cada um conforme a sua necessidade. A única idade socialista da vida de um ser humano.é o seu tempo
de criança...”.
100
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Los niños, niñas y adolescentes cuando en la práctica constatan que no se les permite
ejercer su derecho a la opinión, a la participación con protagonismo propio, resultan
objetivamente considerados como ciudadanos de ínfimo orden.
101
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
en todas sus espresiones; es decir un talante y un modo de vida que está a las antípodas
de una personalidad autoritaria. Se habla de organizar, participar, protagonizar, y esto
exige trabajar, porque no todos los sectores participan, ni mucho menos son
protagónicos.
Por ejemplo, los organismos internacionales ahora suelen poner como un criterio o
una condición, para apoyar el trabajo relacionado con los derechos, la participación de
la población. En este hecho hay un concepto de participación, incorporado en ciertos
organismos de ayuda, que para nada tienen la intención de que el pueblo se organice
y participe en las decisiones. Por eso decimos que hay una ambigüedad, casi connatural
respecto a la participación.
102
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Esto marca de cierta forma el pensamiento del niño, ya que por más cariño que se le
dé, lo que le va a quedar es que la familia es propietaria de su vida y esto marca los
discursos de participación.
Entonces, se han creado pedagogías que apuntan a prepararlos para “el futuro”. Se
insiste en invertir ahora en los niños para que después puedan ser ciudadanos
productivos. Considero que no es problema de tiempo porque todos somos
potencialmente mejores de lo que estamos siendo ahora.
En esta visión, hay una exaltación simbólica del niño como “ futuro”, “hombres del
mañana”. La ideología que está por detrás es un escape a la responsabilidad política,
social y ética que tenemos hoy día con los niños. Una sociedad que enfatiza el niño
como futuro es una sociedad que no quiere que los niños cuestionen el mundo adulto
de hoy, que se lo dejen como ellos lo piensan.
103
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En el fondo los menores de edad resultan peligrosos por lo que les falta y por lo que
les sobra, por sus carencias y por sus potencialidades. Se cree que los niños y los
adolescentes son capaces de todo, no hay cosa que no puedan realizarlo. Si de
asesinos se trata, hay niños que “le dan vuelta” a otros. Si de ebrios se trata, hay
adolescentes que se embriagan, es decir, su audacia y atrevimiento los tornan peligrosos
a los ojos de la sociedad, del estado y de sus instituciones.
Las carencias legitimarían como peligroso a un niño pobre ya que es una fuente de
riesgo para sí mismo y para los ciudadanos, por ello es común escuchar: “esos
ignorantes son capaces de cualquier cosa”. Entonces el concepto de peligrosidad es
una cultura defensiva de la sociedad frente a las potencialidades del niño, a las audacias
de los adolescentes. Actualmente, esta ideología de la peligrosidad ha reflorecido en
las sociedades, los califican de peligrosos cuando los adolescentes están organizados
en pandillas, barras bravas, en movilizaciones sociales y políticas, presentes en luchas
campesinas, obreras y no solamente como curiosos.
Privatización de la infancia
Otro rasgo cultural en el abordaje de la infancia ha sido la privatización de la infancia,
es decir, a los niños, niñas y adolescentes se les niega su participación en el espacio
público y político. Actualmente, vivimos la paradoja, del ocultamiento social y político
de la niñez por un lado y, por otro, como nunca los niños están en todas las vitrinas,
en los programas de los medios de comunicación social, se conoce mucho más lo
que dicen y piensan que hace 20 años. Los niños aparecen más; si asiste a una
frecuencia mediatica sin embargo, se les ha quitado el peso y el sentido político de su
participación. El problema no solamente es que escuchemos sus opiniones, sino en
reconocerle peso social y político, los niños, niñas y adolescentes tienen que
manifestarse sobre las políticas públicas y sus prioridades. De esta manera se muestra
la paradoja entre la visibilización de la infancia funcional a su ocultamiento político y
social
104
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
P rescindibilidad
Otro elemento que influye en la forma de concebir a los niños, niñas y adolescentes
es la prescindibilidad de la infancia. El mundo adulto sabe que puede decidir sin
necesidad de que los niños digan su propia palabra sobre lo que les ataña.
Los niños, niñas y adolescentes son prescindibles para los grandes diseños sociales,
políticos, económicos, culturales. Entonces son prescindibles para la política e
imprescindibles para hacerlos consumidores de lo que el sistema produce.
Los niños están incluidos como consumidores de lo que la sociedad produce para
reproducir su propia estratificación económica, social, cultural y política. La
prescindibilidad no sólo es a nivel macro sino también en aspectos cotidianos como de
los maestros de aula que pueden prescindir de los niños y adolescentes para la
programación del año y para las decisiones respecto a los grandes lineamientos de los
centros educativos.
105
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En nuestra opinión, la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, aunque
* Artículo escrito el 2005
106
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
107
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
108
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
No creemos exagerar si afirmamos que desde esta perspectiva, los NATs vienen
contribuyendo a la posibilidad práctica de necesarios parámetros para un pacto
alternativo al que heredáramos de la modernidad. Pero la experiencia nos ha enseñado
que una organización de NATs no es el paraíso, que también en nombre de su
autonomía orgánica, se cometen errores, que no por ser opinión y decisión de los
niños obligatoriamente son decisiones aceptables y correctas; pero además, los
discursos no nos inmunizan frente a posibilidades de prestarnos a manipulación, al
tokenism o a reducir la participación de los muchachos y muchachas a algo meramente
simbólico. Nada de ello permitirá enriquecer la democracia en nuestras sociedades,
la familiar, la escolar, la comunitaria, la nacional. Se terminaría reforzando lo limitativo
de la herencia de la modernidad sobre los niños y las niñas.
109
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Poder Crecer y la
Participación Protagónica*
INTRODUCCIÓN
El BICE tiene en América Latina un largo recorrido. Sus preocupaciones centrales han
permanentemente transitado y sido fieles a toda la infancia en general, a las necesidades
de todos los niños y niñas; de las necesidades a ser atendidas, se enfatizó el enfoque de
que dichas necesidades debían ser vistas como derechos exigibles a través de políticas
públicas, de políticas sociales. Y más recientemente, el BICE ha priorizado una atención
especial por la familia, por los menores en conflicto con la ley o privados de libertad,
por todos aquellos niños y niñas víctimas de la violencia sexual y por los niños y niñas
trabajadores y en situación de calle.
En el BICE nos preocupan, entre otras, dos cosas que devienen al mismo tiempo dos
características irrenunciables, vale decir, la acción directa, cercana, perseverante y
amorosa a la infancia y con ella; asimismo, la responsabilidad social, política, ética e
intelectual en todo aquello que afecte a la infancia.
Pero además por su carácter católico, el BICE está llamado a una apertura universal en su
acción y en el condividir su carisma con todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
* Texto elaborado el 2005 para Poder Crecer, programa regional del BICE.
110
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
No por nada aquí estamos venidos de instituciones católicas como las Universidades de
Chile, de Uruguay, de Paraguay, de Porto Alegre, la Luis Amigó, pero también de
Universidades no confesionales como la U.Nacional Mayor de San Marcos de Lima,
decana de América con 451 años de fundada, la San Simón de Cochabamba, la U. de
Montevideo, de Campinhas, de Sao Paulo, la Univ. Esternado de Colombia. Además,
desde la fe cristiana que anima al BICE, recogemos lo más interpelante y profético del
discurso de Jesús sobre la dignidad del ser humano y muy en particular, de la infancia.
111
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
53
Emilio García M. en UNICRI,.Bs.As. 1993 p. Quizá tendría que afirmarse que es también la historia dominante de su maltrato de
su negación si asumimos los planteamientos de Lloyd De Mause “La evolución de la Infancia” cuando nos dice que “ cuando más se retrocede
en el pasado mas bajo es el nivel de puericultura más expuestos están los niños a la muerte violenta, el abandono, los golpes, el terror y los
abusos sexuales” p.15 o Richard B. Lyman Jr, en “Barbarie y Religión: Infancia a fines de la época romana y comienzos de la Edad Media”; p.120:
“Las costumbres populares estaban profundamente arraigadas y las repetidas prohibiciones de las autoridades civiles y eclesiáticas no parecían
servir de mucho para impedir actos tan repulsivos como el infanticidio , el aborto, la venta de los hijos y el abandono de los mismos”, en Lloyd
Demouse
Demouse, o.p. cit. Ver el extraordinario libro de John Boswell
Boswell, “La Misericordia ajena”, Muchnik Ed., Madrid 1999, passim, en que magistralmente
nos expone los avatares del abandono infantil a lo largo de la historia.
54
Ver William LLanger
anger
anger: “La dirección de los asuntos humanos nunca ha sido confiada a los niños y los historiadores que se han ocupado
primordialmente de los acontecimientos políticos y militares y, a lo sumo, de las intrigas y frivolidades de las cortes reales, no han prestado casi
ninguna atención a las penosas experiencias de la infancia”, en Lloyd De Mause Mause, “Historia de la infancia”, ed. Alianza Universal, p.9.
55
Ver Antonio Zapata
Zapata, “Las localidades y el asociacionismo en el Perú de los noventa”, en AAVV., “Repensando…”, op. Cit. p. 196: “El
pragmatismo se ha extendidio entre las organizaciones de base, pero no en desmedro del asociacionismo sino de los proyectos ideológicos.
Lo que se halla en retroceso es la voluntad de pensar como conjunto…el pragmatismo de los años noventa se diferencia del clientelismo por
su mayor dosis de independencia. Esa autonomía se halla en contradicción con la antigua actitud de clientelismo, cuyo objetivo era subordinarse
para obtener ventajas desde esa posición”; ver ibidem, p. 76 María del Carmen Piazza Piazza: “Prácticas ciudadanas en espacios urbanos del
112
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Ciertamente que en el marco de la Convención sobre los Derechos del niño/niña, los
países de la Región han asumido el compromiso de reajustar sus legislaciones en
concordancia con el mandato que la Convención impone a los Estados parte. En la
última década, podríamos suponer que el tema de infancia ha ido ocupando parte de la
agenda política de los países, en el espíritu de la Convención. Sin embargo, todo
parece indicar que lo avanzado en la práctica en materia de actoría social y política de
los niños/as, es aún muy embrional; ciertamente esta situación no es aislable de la del
conjunto de los actores sociales, “ por esta razón, es que desconfiamos de la apelación
a un “mayor protagonismo” de la “sociedad civil” que permita la “profundización” de la
democracia como remedio a los problemas políticos actuales”58. Quizá sea pertinente
Perú”; desde un enfoque filosófico, ver Gonzalo Gamio Gehri Gehri, “Enficacia técnica y esfera pública. Contextos y máscara del pragmatismo
político”, en AAVV. “Democracia, sociedad civil y solidaridad”, Instituto de Etica y Desarrollo de la Escuela Superior Antonio
Ruiz de Montoya
Montoya, Lima 1999, p. 11. “Pragmatismo político” es un término equívoco en la cultura contemporánea…con esa denominación
quiero referirme más bien al intento de construir un eje de la lectura no ideológico de la sociedad moderna, que se ocupe de las cosas -ta
prágmata-, en este caso los conflictos sociales, sin apelar a cosmovisiones valorativas que se interpongan entre los actores y su tratamiento y
resolución”; ver las excelentes reflexiones de Guillermo Nugent sobre el pragmatismo en el Perú, conferencia en el Congreso de la
República, 2,000.
56
Ver Cecilia Blondet,
Blondet en Prólogo a AAVV. “Repensando la poítica...” op.cit.
57
Bajo esta categoría queremos abarcar “el diferente estatuto de los derechos:”los derechos humanos..., los derechos civiles y políticos
asociados en la moderna comprensión de la ciudadanía a un marco institucional democrático; los derechos económicos, sociales y culturales,
que aparecen originalmente como demandas sociales y políticas que sectores pobres y medios plantean contra situaciones históricas específicas
de exclusión, y que ahora se definen como extensión conceptual de los derechos humanos”, Carlos Monge Monge, Conclusiones, “Repensando la
política...”op.cit.p.368-369.
58
Ver M.T anaka
M.Tanaka
anaka, op.cit.,p.154.
113
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
recordar que el mismo Foro Social de Porto Alegre, evento de la “sociedad civil”
internacional, en los informes finales y en los discursos publicados en Le Monde Diplo-
matique (ver edición chilena, 2002) apenas tres veces se menciona a los niños y siempre
como víctimas de la pobreza o de la explotación al lado de las mujeres.
Lo que podemos afirmar y sin temor a equívocos fatales, es que en el mundo urbano
de cuño occidental, venimos de culturas de exclusión y discriminación generalizas.
114
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Tendríamos que retomar en el nuevo contexto que se caracteriza, entre otras cosas,
por la vertiginosidad de los cambios, lo perecible de ciertas seguridades y la instauración
de la incerteza como componente de la vida cotidiana, los enquistados paradigmas de
infancia que llamamos el de la propiedad de los hijos, el de la grandeza potencial del
niño,niña, el de su peligrosidad, el de su privatización u ocultamiento social y político,
el de su prescindibilidad y verificar su real persistencia hoy y el de su visibilización
compulsiva como consumidores.
En primer lugar la idea de que los hijos son propiedad, posesión de los padres. Se trata
de una convicción fuertemente anclada en el imaginario social y con un impacto decisivo
en el ámbito familiar en particular durante la infancia;62 podríamos expresarlo como el
paradigma de la propiedad familiar, aspecto que puede ser reforzado no sólo por las
dificultades de espacio físico debido a los problemas de vivienda, sino por el escaso
tiempo que las actividades de sobrevivencia dejan al encuentro padres - hijos y por el
mundo simbólico que rodea la familia y en particular a la relación de los hijos hacia sus
padres y la responsabilidad de éstos sobre sus hijos especialmente cuando ésta se presenta
como algo sagrado. Si a esto se añade la fuerte jerarquización intrafamiliar que se
encuentra en culturas urbanas en países de la Región podemos vislumbrar el carácter
delimitado de la participación activa y crítica reservado a los niños. No es ajena a esta
visión la justificación que se suele hacer de la violencia familiar sobre los niños, cuando
se suele responder: “Es mi hijo y tengo derecho a pegarle”.
60
Ver F. Robles
Robles
obles, El desaliento inesperado de la modernidad, 2000.
61
Ver elexcelente libro de Jorge Domic
Domic, “Niños Trabajadores”, La Paz, 2000, passim.
62
Ver Mary Martin Mc. LLaughlin
aughlin
aughlin,”Supervivientes y Sustitutos: hijos y padres del siglo IX al siglo XIII”, en Lloyd De Mouse
Mouse, op.cit.p.204.
115
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Un tercer eje que en el hoy de nuestra Región reaparece con fuerza inusitada, es la
de peligrosidad64 .
116
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
culturales sino de toda una producción comercial destinada a hacer de los niños
consumidores cautivos. El mercado crea la ficción de gravitar en lo público y de que
los niños como consumidores reales o imaginarios no están confinados al recinto
social, político, económico de lo privado.
Por un lado este enfoque crea el espejismo de la participación pública y por otro, tiende
a reducir la participación a un ejercicio de laboratorio, algo así como cuando los niños
juegan a la comidita, juegan a la tienda o al médico o a la enfermera y al enfermo.
Finalmente podríamos considerar el enfoque que llamamos de la presicindibilidad
de los niños como actores, como partícipes activos y directos en las cuestiones de
interés público y personal que les concierne.
Los niños y niñas son prescindibles a niveles en que se definen las grandes coordenadas
económicas, políticas, sociales en un mundo globalizado y de altísima concentración
de poder; se presenta en el imaginario colectivo como algo normal, “natural” y que
no debiera sorprender que los niños y niñas, como los jóvenes , los ancianos como
los indígenas, e inmensos sectores de mujeres, así como trabajadores del campo y
la ciudad, sean prescindibles para las grandes decisiones que los han de afectar;
fenómeno que se repite incluso a niveles más locales. Es que la participación
inexorablemente es también cuestión de poder y algo que cuestiona el poder
establecido o las formas de su ejercicio.
Este enfoque de la prescindibilidad suele ser racionalizado desde dos vertientes,
desde una visión colonizadora en que se puede prescindir porque los “grandes” deciden
para beneficio de los demás y además porque éstos deben sentir no sólo que tienen
tutores o apoderados sino que éstos los representan y encarnan los intereses de sus
representados .
Ciertamente que una cultura de la prescindibilidad ha encontrado asiento en su
“naturalización “, vale decir, en que se presenta como algo natural basado en la
condición de niño y en la representación dominante de los espacios “obviamente”
reservados a los adultos y por consiguiente vedados al niño, niña. Prescindir, como
regla práctica general y ética, deviene un acto de protección, de respeto a la presunta
“naturaleza infantil”. Esta forma de ver y hacer las cosas, termina configurando una
personalidad colectiva, de la mayoría de niños y niñas, con rasgos de autoimagen de
insignificancia, de autocensura cuando se intenta romper el cerco de los espacios
predeterminados de participación infantil, o la asunción de que son portadores de
117
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
65
Ver F.Cajiao
.Cajiao, “Niños y Jóvenes como ciudadanos de pleno derecho”, en Actas del Seminario, Bogotá, 1998, Unicef-Innocenti, p.28 :”Sin
embargo, la escuela puede ser un buen observatorio, en tanto que es el primer “espacio público institucional en el cual se desenvuelven niños
y jóvenes. Podría decirse que en nuestra cultura el primer nivel de ciudadanía se adquiere al convertirse en “ciudadano escolar”.
66
Ver Martha Santos PPais
ais
ais, “The Convention on the Rights of the Child” en Manual on Human RightsReporting, 1997 y su draft paper sobre sobre
Participación, 1998.
67
Una experiencia aleccionadora, en este sentido, puede haber sido el proceso de incorporar la opinión de los niñ@s, en particular de los NATs
organizados, a los procedimientos preparatorios de nuevos instrumentos internacionales sobre trabajo infantil, bajo la responsabilidad de la OIT;
ver Andrés Sanz:
Sanz:“De Kundapur a Ginebra”, en Rev.Itl.NATs, n.3-4; ver Bill Mayers en carta del 20/8/1997 al director general del
Ministerio de relaciones exteriores de Noruega: “...un puro protagonismo exige la participación y competencia de los niñ@s trabajadores a la
hora de tomar medidas protectoras en su nombre. Entiendo que en su ministerio y fuera de él hay quienes tildan de romántica la noción misma,
lo que sólo puede deberse a que no están familiarizados con la realidad de la situación”.
68
Infancia y Democracia, 1999, 47 y ss.
118
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
119
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
69
Ver A. Recknagel
Recknagel
ecknagel, Déficits socio-culturales de la CDN, en Rev. Internacional NATS, n. 9, 2002
120
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Esto no invalida la contribución que la Convención sobre los Derechos del Niño
significa en el contexto secular de olvido, de exclusión, de silenciamiento cuando no
de maltrato, agresión y explotación de niños y niñas en el mundo.
c.- PParticipación:
articipación: una ciudadanía diferida
70
Children’s Participation, The Thory and Practice of envolving young citizens in Community Development and EnviromentalCare, UNICEF,
Earthscan, London, 1997.
71
Niñez y Democracia, Ariel – UNICEF, 1998.
121
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
d.- PParticipación:
articipación: un derecho social y político
72
Ver J. Ennew
Ennew, How can we define Citizenship in Childhood?, Oxford,1999.
73
Ver R akeshh R ajani
Rajani
ajani, The Political Participation of Children, Oxford, 1999.
122
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
123
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
instancia crítica, que su vida y su reflexión nos pueden permitir ahondar en una
nueva racionalidad crítica y divergente. Y esto resulta tanto más necesario como
pertinente cuando enfrentamos una especie de pensée unique a través de la posición
de la OIT en materia de lo que ellos llaman trabajo infantil. Es que el Convenio
138, hasta hace relativamente muy poco bastante alicaído en cuanto a su aprobación
y ratificación, y el mismo proceso de preparación y ahora de aplicación del Convenio
182, revelan que detrás del proyecto jurídico, se esconde una especie de pensamiento
neo-colonizador que no tiene en cuenta sensibilidades distintas, culturas diferentes,
legislaciones y prácticas sociales distintas a las que se pretende imponer a como dé
lugar aunque simultáneamente se hable de gradualidad en el operar, de peores formas,
de largo plazo.Las posiciones divergentes de Movimientos de NATs son vistas como
un obstáculo, como el impedimento para el éxito de sus programas abolicionistas y
como justificatorias de su discurso resignado gradualista, de muy largo plazo, etc. Lo
compulsivo está no sólo en su práctica concreta aplicativa, sino en la ideología que
les subyace, en el proyecto social al que sirve.
Desde la perspectiva del protagonismo, la valoración crítica del trabajo cobra mayor
sentido político, pues no se trata de ser críticos ahora que las condiciones de trabajo
están como están, sino serlo siempre también cuando el trabajo pudiera ejercerse en
plena autonomía y en condiciones dignas; la valoración crítica apunta entonces además
a mantenerse vigilantes ante todo intento de absolutización de una experiencia como,
en este caso, la del trabajo para la vida humana.
124
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
En el BICE nos preocupan, entre otras, dos cosas que devienen al mismo tiempo dos
características irrenunciables, vale decir, la acción directa, cercana, perseverante y amorosa
a la infancia y con ella; asimismo, la responsabilidad social, política, ética e intelectual en
todo aquello que afecte a la infancia.
Pero además por su carácter católico, el BICE está llamado a una apertura universal
en su acción y en el condividir su carisma con todos los hombres y mujeres de buena
voluntad. No por nada el BICE además de una incansable preocupación por el trabajo
directo, de base con la infancia, también ha iniciado una relación con instituciones de la
academia como las Universidades Católicas de Chile, de Uruguay, de Paraguay, de
Porto Alegre, la Luis Amigó, pero también con Universidades no confesionales como
la U.Nacional Mayor de San Marcos de Lima, decana de América con 451 años de
fundada, la San Simón de Cochabamba, la U. de Montevideo, de Campinhas, de Sao
Paulo, la U.del Esternado de Colombia. Además, desde la fe cristiana que anima al
BICE, recogemos lo más interpelante y profético del discurso de Jesús sobre la dignidad
del ser humano y muy en particular, de la infancia.
125
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
El Proyecto Poder Crecer es en cierta medida una cara pública del BICE ante los NATs
organizados en la Región. Esto nos coloca ante un reto y una responsabilidad. Nos
obliga en primer lugar a repensar los alcances de nuestra misión entendida como dirigida
a toda la infancia y no sólo a un sector de la infancia, aunque éste pudiera ser parte de
una estrategia concreta en la que nos toca señalar prioridades. Pero por donde entremos,
niños y niñas bajo violencia sexual, niños y niñas en conflicto con la ley, niños y niñas
trabajadores, etc., la dimensión más universal de nuestro horizonte no puede reducirse.
Quizá sea ésta una forma concreta de entender y desarrollar lo sustantivo del carácter
“católico” del BICE.
Una segunda consideración refiere al anclaje social y político de nuestro trabajo con la
infancia, vale decir, los referentes culturales, políticos y socio-culturales a los que nuestro
trabajo con la infancia debiera articularse. Los movimientos de NATs, qué nivel de
presencia, de incidencia y de co-actoría social tienen con otras organizaciones populares,
ONGs, etc. Dicho de otra manera, cuán descolgado está nuestro trabajo institucional
y el de las organizaciones con las que trabajamos o los movimientos, en este caso de
Nats, de otras dinámicas significativas hoy en el escenario internacional. Consideramos
que necesitamos pensar y definir un perfil propio para acercarnos a experiencias como
la de los mal llamados movimientos antiglobalización, o cosas como el Foro Social de
Porto Alegre. Estas articulaciones, sin capitular sobre nuestra propia identidad y misión
institucional como BICE, en general, y como Proyecto Poder Crecer, nos pueden dar
mayor aire y una posibilidad de entregar nuestra experiencia al torrente social que en el
mundo busca una humanidad otra, un mundo otro.
Otra tarea que sigue en la agenda de nuestra presencia institucional y de nuestros proyectos
en la que refiere a la transformación de los imaginarios y sentidos comunes74 que revierten
en la prolongada exclusión o insignificancia social y política de la infancia en nuestro medio.
74
Ver M. A. Baeza
Baeza, Los caminos invisibles de la realidad social, ensayo de sociología profunda sobre los imaginarios sociales,2000.
126
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
Y es que más allá de las bondades que el Plan plantea, corre el riesgo de
quedar en una declaración técnicamente muy bien elaborada, de buen
marketing para la venta exterior, pero incapaz de animar y orientar las
políticas públicas y el quehacer de las organizaciones de la sociedad civil.
Sería interesante hacer una encuesta para ver qué peso tiene dicho Plan
Nacional en los programas de las ONGs, de las organizaciones de los
propios niños, niñas y adolescentes, incluso en los discursos de los
funcionarios directamente concernidos en materia de infancia.
Sospechamos que poco o nulo peso en lo concreto.
Pero esta notas quieren alertar sobre una cuestión, a nuestro entender,
central: cómo el Plan Nacional aborda la participación de niños y niñas.
127
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pues bien esto no es así cuando de participación se trata. Los niños, las
niñas quedan fuera de los objetivos y de las acciones del Plan Nacional.
Desde el momento que el Plan hace suya la distinción que desde 1992
el Código de los Niños y Adolescentes del Perú estableciera, al referirse
a la participación de los adolescentes, les reconoce el “derecho a la
participación” exclusivamente a ellos. Tendríamos que reconocer que
esto constituye un recorte arbitrario a la Convención que en una lectura
dinámica y sistemática, finalmente reconoce a los menores de 18 años
el derecho a la participación y un paso atrás en relación al Código. Sin
embargo cuando de niños y adolescentes trabajadores se trata, el Plan
tampoco respeta lo que el Código establece, al señalar que “ se hace
necesario en este marco, promover medidas efectivas que ayuden a
eliminar progresivamente, el trabajo infantil y adolescente priorizando el
trabajo riesgoso”(p.40). Y es que en general, nos parece que el Plan tiene
un manejo deficiente y contradictorio de la distinción entre niños y
adolescentes en relación a ciertos derechos.
128
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
129
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
130
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
REFLEXIONES SOBRE INFANCIA DESDE EL PROTAGONISMO
131
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Capítulo III
El protagonismo organizado
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
El título evoca la reflexión que hiciera Rocío, una adolescente del MANTHOC de la
ciudad amazónica de Pucallpa en Perú, cuando al término de su responsabilidad en
1989 como delegada nacional, ella dijera: “Al concluir la responsabilidad que nuestros
compañeros y compañeras nos pidieran en 1986, no tengo ningún miedo de cómo
seguirá nuestra organización, porque el movimiento está en manos de los niños”.
Esta convicción que apuesta por el futuro de la propia organización, está cifrada en el
hecho de que son los mismos niños, niñas y adolescentes trabajadores que sienten
suya la organización, que tienen conciencia de ser permanentemente “fundadores”
de su institución, que cada generación nueva sabe que recibe un legado grande en
cuanto a responsabilidad, pero que la mayor herencia que reciben es la de continuar
siendo “reinventores” de esa herramienta llamada organización en cada etapa de la
vida del país y de la infancia como condición para no envejecer y, quizá, desaparecer
antes de tiempo. Pero simultáneamente, esta expresión para nada constituye la afir-
mación de una autosuficiencia de los niños, niñas y adolescentes. Estar en las manos
de los niños no excluye de dicha convicción, el reconocimiento de que aquello es
también resultado de una manera de haberse relacionado con los adultos y adultas,
educadores o colaboradores como les gusta llamarlos, que son parte de dicho pro-
ceso. Esa es la experiencia vivida a la que alude Rocío.
Lo que interesa en este ensayo, es intentar ver las ventajas, los desafíos, los riesgos,
cuando no los errores, en que se puede caer cuando la organización infantil está pen-
sada como “en manos de los propios niños y niñas” o cuando la organización deviene
un programa del Estado, del gobierno local, de la escuela o de una ONG nacional o
internacional y en la que finalmente los responsables políticos son adultos, funciona-
rios, profesionales por más llenos de buena voluntad que estén.
135
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
La pregunta, entre otras, que surge, es si agente y actor son conceptos que se exclu-
yen mutuamente. Y entramos entonces en la necesidad de explicitar qué entende-
mos por uno u otro concepto. Si breve y esquemáticamente quisiéramos asumir
como noción de agente lo que en el sentido común se entiende, vale decir, agente es
aquel que debe cumplir una tarea que se la ha asignado, una función de cuya
intencionalidad final el agente no es responsable individual o colectivamente, aunque
sí lo sea en términos de cómo entendió y ejecutó la tarea, tendríamos que recono-
cer que el agente no es radicalmente pasivo; podríamos decir que es
fenomenológicamente actuante, pero de algo sobre lo que no tiene dominio ni
capacidad de sentirse creador, innovador, productor sobre el sentido y significación
de fondo.
Cuando referimos a “actor” se está cargando de un acento que en las ciencias socia-
les y en algunos autores y teóricos, ha recibido una significación y fuerza simbólica
que involucra niveles de conciencia, de responsabilidad, de participación en las deci-
siones, pero sobre todo, el actor es el portador de un proyecto, el que inscribe su
acción en un horizonte mayor que la simple ejecución de tareas o de actividades
yuxtapuestas.
Podríamos decir que todo “actor” es un agente; pero que un agente no obligatoria-
mente es un actor en sentido denso. Como todo lenguaje, estamos en una realidad
contingente y convencional. Por ello no podemos forzar a nivel lingüístico y concep-
tual, lo que en la realidad cotidiana es menos excluyente y se resiste a ser encuadrado
en blanco o negro, especialmente si tomamos en cuenta que la cultura occidental no
es la única que conceptualiza o mejor, que desarrolla racionalidad o lógicas “raciona-
les” y que por ser tales sean universales. Cuando lo universal suele encubrir lo que se
llamó “la obsesión de la totalidad”1
1
A.Touraine
A.Touraine
ouraine, Critique de la modernité”, p.248.
136
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Sin lugar a dudas, referirse al niño, niña como agente, no creó, en la historia de la infancia
occidental, ningún problema mayor; en el fondo el verdadero nombre del niño-agente
era el de súbdito, el de sometido, el de dependiente, el de “protegido”, el de menor, el
de incapaz, el de incompetente. Esta representación social era directamente funcional a
una sociedad jerárquica, adultista y autoritaria.
Lo paradójico es que, actualmente, este nuevo discurso sobre infancia, que encuentra en
la Convención sobre los Derechos del Niño un nivel de consenso jurídico, es también el
resultado a nivel académico- sociológico, psicológico, jurídico- y en un contexto contra-
dictoriamente democrático en lo constitucional, pero rígidamente aún adultista,
discriminatorio, marginalizador y excluyente de sujetos como la infancia en las relaciones
sociales, políticas, económicas. Este discurso no encuentra correspondiente satisfactorio
en la práctica. En épocas remotas- aunque bajo un signo inaceptable- había cierta cohe-
rencia entre el discurso y la práctica. Hoy esa coherencia es muy frágil y proporcional-
mente insignificante e instaura ética y políticamente un inocultable doble discurso. Sin
embargo está lejos de nosotros sostener una visión apocalíptica respecto a lo que nues-
tras sociedades y gobiernos intentan hacer por la infancia 2
2
Ma. T
T.. Tagliaventi et alii
Tagliaventi alii, 2000.
137
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero hay que reconocer que un importante sector de profesionales de lo social, han
logrado no sólo producir información sobre infancia a nivel mundial, sino que ésta es
insuficientemente conocida y aplicada a la acción transformadora de su realidad. Y es
que “la crisis de organicidad”, como señala Mario Sandoval M.(2000) está referida a la
ruptura que se ha producido entre la producción de los conocimientos y el cambio de
la realidad. Es tan grande el divorcio entre producción de conocimiento y cambio,
entre teoría y práctica, que muchas personas que hasta hace algún tiempo participaron
activamente en organizaciones que procuraban contribuir al cambio social, “se fueron
para su casa”.
Vemos que los discursos sobre el niño como actor, como sujeto, parecen instaurar
más bien una nueva ideología sobre infancia toda vez que el contraste con la realidad
es bastante agudo. Por ello y en relación a la Convención, se habló de una nueva
ideología sobre la infancia, finalmente negadora de la fuerza simbólicamente
transformadora que reconocerla como sujeto de derechos tendría.3 Pero señalar un
desempate entre teoría y práctica, no es sino una forma de aludir al desencuentro
entre discurso y práctica política transformadora, equivale a reconocer una real seg-
mentación de discursos o lo que se ha dado en llamar “discursos de fragmentos”.4 De
ser así, la infancia, no obstante las formales declaraciones internacionales sobre ella,
deviene una vez más parte del mundo de lo privado o a lo sumo de lo “privado social”.
Es decir, se da una reedición del pacto de la modernidad del que la infancia queda
excluida como sujeto, como actor social y político y simultáneamente es incluida como
objeto de protección por el mundo adulto, como sujeto dependiente y subordinado.5
Pero en el preciso caso de los niños, tendríamos que reconocer que la gran dificultad
radica no tanto en un saldo de “despolitización o de pérdida de afección por la política
y lo político” como es el caso de los jóvenes en la mayoría de los países de la Región,
sino en lo complejo que se hace afirmar la necesidad de su formación política como
exigencia de su condición ciudadana y su derecho a la opinión en todo aquello que los
concierne.
Ciertamente que categorías como persona, sujeto, actor, sujeto-objeto, actoría, sub-
jetividad y subjetivación, etc. constituyen un pequeño mundo vocabular al que se
3
Iréne Théry
Théry,, “La Convenzione ONU sui Diritti del bambino; nascita di una nuova ideologia” M.Interiore, 1991.
4
M.Sandoval, 2000,p.39.
5
A. Baratta
Baratta, 1997.
138
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
6
How can we Define Citizenship in Childhood?, 1999, p.14.
7
Ver Sinesio López, “Ciudadanías imaginarias”, I.S.E., Lima,1998.
139
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
8
Ver G. García y S. Micco, 1997.
9
Ver AAVV
AAVV
VV, “Culturas Andinas de Infancia”, TdH, 2000; DNI, Rev. Protagonistas, 2000.
10
J. Qvortrup, opus cit, passim.
140
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Una segunda implicancia refiere a la categoría sujeto. Como toda noción, no cae del
cielo, ella es hija de su tiempo, tiene historia y es una historia que dice de su evolución
en el sentido común y en su uso académico, cuando no inclusive en sus modificaciones
“ortográficas”. Mientras en sus orígenes “subjectum” signifcaba exactamente lo contrario
a lo que hoy le asignamos, es decir, sometido, sujetado. Y es que cuando nos referimos
a sujeto estamos abordando un concepto que en su acepción moderna es relativamente
reciente. En efecto, referirnos al niño como sujeto equivale hoy a asignarle una valencia
positiva en contraposición a la carga menos positiva que tiene el concepto de objeto
de, es decir, privo de autonomía, de independencia individual y colectiva.13 No
olvidemos que estamos refiriendo a la cultura latina. En otras cosmovisiones como la
andina, todo tiene vida, todo está en reciprocidad y por ello la drástica contraposición
“axiológica” entre sujeto y objeto tiene otro significado y otras consecuencias en la vida
cotidiana.14 Ya Marcel Mauss había aportado a este debate sujeto-objeto15
Podríamos afirmar que todo ser humano es un sujeto por ser persona y
simultáneamente, un sujeto social por ser miembro de la humanidad, parte de la
sociedad humana.
11
P. Bourdieu, “La dominación masculina,la lucha feminista en elcorazón de los combates políticos”,ed. Stgo. 2002, p.49ss,
12
G. Fraisse y M.Perrot
M.Perrot, “Historia de las mujeres” ed. Santillana, T 7, 1993, p.12.
13
Ver Mario Dallari, “Lo specchio e l’altro”, Nuova Italia, 1994, p.5.
14
Ver Suma Qamaña, sin número, La Paz, 2000.
15
M. Mauss
Mauss, "Sociología et anthropologia", PUF, 1993, p. 13 ss.
141
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Se es sujeto social, se nace como tal y se está llamado a devenir actor social, actor
16
político en el tejido de la sociedad .
La modernidad no puede ser reducida, como lo ha sido por largo tiempo, a la eficacia
de la racionalidad instrumental y al manejo del mundo gracias a la ciencia y a la técnica.
20
Quizá esta visión está en la base de las representaciones del niña como no competente.
En realidad la modernidad se caracteriza -con la misma fuerza- por la “emergencia del
21
sujeto humano como libertad y como creación” . El riesgo permanente es no sólo
confundir subjetividad con identidad, subjetividad con inconsistencia racional, científica,
incluso en antagonismo mutuo; las relativamente recientes contribuciones desde la
biología permiten no sólo superar la dicotomía entre racionalización y subjetivación
, sino que nos abre un panorama fecundo para las ciencias sociales en particular para
todas aquellas que directamente tienen que ver con la paideia .
16
Ver Alain Touraine “Qu’est-ce que la Democratie?”, Fayard, 1994, p. 17: “En la medida que el sujeto se crea, el actor social se centra sobre
Touraine
si mismo y no más sobre la sociedad; se define por su libertad y no por el cumplimiento de un rol social. Y en “Critique de la modernité”, Fayard
1992 afirma “Sujeto y actor son inseparables...” p. 244, 332. Ver además Lorenz Recasens Recasens, “Filosofía del derecho”, Madrid, 1962 al
referirse a la esencialidad de lo social en la vida humana. p. 135.
17
M. Dallari
Dallari, “Lo specchio e L’altro”, Nova, Italia, p. 5.
18
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine: “Sujetos, es deceir creadores de ellos mismos, de su vida individual y de su vida colectiva” en “Qu’est-ce que la
democratie”, p. 34 y 178. M. Dallari
Dallari, oc.cit. p. 7: “La emancipación de la palabra”: “Sujeto del concepto de súbdito hacia el de persona
autónoma, tienen por tanto inicio en la sociedad premercantilista y encontrará luego, en particular, su afirmación con el nacimiento y el
consolidarse del llamado “pensamiento científico”. El individuo se confirma por tanto a sí mismo como sujeto en cuanto protagonista
personal del propio conocimiento y a través del mismo, de la propia afirmación en el mundo”, ibidem, p. 7
19
Aunque no compartimos el tono apodíctico del autor, resulta sintomáticamente su apreciación aunque no generalizable: “El niño es un ser
socialmente dejado de lado. El está totalmente excluído de los circuitos de producción y no es considerado por nuestras sociedades sino como
un consumidor o hijo de consumidores. No juega sino un rol marginal en las relaciones sociales. El niño es en nuestras sociedades, económica,
social y políticamente marginado. No siempre fue así. Hubo un tiempo en el que el niño compartía los trabajos y las fiestas de los adultos, en
que vivía la vida de los adultos, en que la edad no era un criterio esencial, en que el adolescente era ya un oficial del ejército y en que los escolares
tenías la gestión de sus colegios y elegían a su rector”. Bernard ChariotChariot, “La mystification pégagogique”, 1964, p. 96
20
Ver el excelente ensayo de Judith Ennew
Ennew. “El niñ@ como ser competente”, no publicado, en archivo IFEJANT, 1993.
21
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, “Critique de la modernité, p. 240.
142
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Tres consideraciones más en torno a esta esencialidad social del ser humano. Se ha
elaborado una estimulante reflexión sobre el sujeto como movimiento social; el
punto irrenunciable es reconocer al sujeto como la “construcción del individuo como
22
actor” haciendo imposible la separación del individuo de su situación social . Esto
equivale a reconocer que nuestro discurso sobre el niño/a como sujeto, asume al
niño como actor y no exonerado de los conflictos sociales. El discurso sobre su
protagonismo asume estos dos elementos. “El sujeto no existe sino como
23
movimiento social, como contestación a la lógica del orden...” . Esta dimensión
de movimiento social nos remite a lo que se ha dado en llamar el protagonísmo
organizado de los niños/as, adolescentes, al aporte “público”, “político”, “cultural” de
los Movimientos de y en favor de los niños/as en el reconocimiento de cada uno de
ellos como sujeto, como actores, como productores de vida social.
22
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, “Critique de la modernité”, p. 272. “Este tema (paideia) es, en realidad difícil de definir; como otros conceptos muy
amplios (por ej. los de filosofía o cultura), se resiste a ser encerrado en una fórmula abstracta...Es imposible rehuir el empleo de expresiones
modernas tales como civilización, cultura, tradición, literatura o educación. Pero ninguna de ellas coincide realmente con lo que los griegos
entendían por Paideia”. Cada uno de estos términos se reduce a expresar un aspecto de aquel general, y para abarcar el campo del conjunto
del concepto griego sería necesario emplearlos todos a la vez”. Werner Jaeger Jaeger: “Paideia los ideales de la cultura griega”. FC. Económica,
México, 1962, p. 2.
23
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine; ibidem, 273.
24
Ibidem, p. 271. El concepto de rol social se entiende como deberes o responsabilidades a ejecutar restringiendo el pensamiento propio, la
libertad y la iniciativa y creatividad propia. Lo que el mismo autor llamará asumir una ética de la comunicación más que una ética de las
responsabilidades de ser buen trabajador, buen ciudadano, etc. Ib. p. 246.
25
Citado por Alain T ouraine ibidem p. 262.
Touraine
143
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Para Touraine, el sujeto no puede ser reducido a sus roles sociales, los que finalmente
no son otra cosa que “la construcción de la vida social y personal por los centros de
poder que fabrican consumidores, electores...”29 La idea de sujeto, entonces, combina
tres elementos: resistencia a la dominación, amor de sí, reconocimiento de los otros
como sujetos.30 Sujeto equivale a creador de sí mismo, de su vida individual y de su
vida colectiva31 , es decir alguien que tiene proyecto de vida y no sólo ideal de vida32 O
como entiende en la Crítique de la modernité al actor, el que modifica su entorno
material y sobre todo social “transformando la división del trabajo, los modos de decisión,
las relaciones de dominación o las orientaciones culturales (p.243). Cuando refiramos
a experiencias de niños organizados, deberemos tener en cuenta estas características
del actor para ver si cabe reconocerlos y hasta qué punto como actores sociales. Es
evidente que aquí se hace pertinente el acercamiento conceptual de Touraine al sujeto
como movimiento social. 33 Y es que nos hacemos sujetos por el “esfuerzo de
transformación de una situación vivida, en acción libre que introduce libertad en lo que
se presenta en primer lugar como determinaciones sociales y herencia cultural”.34
En su obra, “Podremos vivir juntos?”, dedica una parte a lo que llama la escuela del
sujeto que “refuerza la capacidad de cada cual de convertirse en un actor autónomo,
mediante el respeto a la diversidad cultural y, a la vez, mediante el acceso de todos a
26
En “A la búsqueda se sí mismo, diálogo sobre el sujeto”, Paidós, 2002, p.9.
27
Ib.p.9.
28
”, Endeba, Bs.As
Ver su “El regreso del actor”, Bs.As., 1987; y en un abordaje crítico, ver Lilian Palut
Palut, “Le sujet tourainien face á l’individualisme
post-moderne”, UCL, 1995, citados en M.Sandoval M, p.66.
29
“Critique de la modernité”, p.271.
30
“Qu’est-ce que la démocratie?”, Fayard, 1994, p.178.
31
Ibidem, p.34,
32
Ibidem, p.178-179.
33
Ibidem,p. 271 y ss.
34
Ibidem, p.24.
144
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
En efecto, los discursos en materia social, política, pedagógica cobran una fuerza ética e
histórica cuando colocan al centro de sus preocupaciones al sujeto, pues en la medida
en que el individuo deviene sujeto, trastoca el orden establecido cuando éste es sujeción,
opresión, dominación, sometimiento o absolutización de la propia cultura, de la propia
37
comunidad, de la propia ideología, del propio pensamiento . En sentido estricto,
sujeto y protagonismo se postulan.”El individuo por lo tanto, se confirma a sí mismo
como sujeto en cuanto protagonista personal de su propio conocimiento y, a través de
38
éste, de su propia afirmación en el mundo” . Consideramos que el paradigma del
protagonismo imprime a nuestro discurso moderno sobre sujeto una radicalidad no
sólo conceptual sino en sus implicancias histórico sociales, en el quehacer cotidiano,
vale decir que instaura un modo , para nosotros novedoso, en que los seres humanos
39
se transforman a sí mismos en sujetos dándoles , demandándoles a las relaciones de
significación y a las relaciones de poder la exigencia de centrarse en el sujeto, no sólo en
40
lo que éste es, sino en lo que éste hace . Resulta pertinente retomar las reflexiones de
los autores de la investigación sobre culturas juveniles en Ecuador; refieren al sujeto
cartesiano caracterizado por un abordaje metafísico, siempre consciente, responsable
de su pensamiento y de sus actos; el sujeto froidiano, una noción compleja, dividido,
múltiple, no autónomo, dependiente de factores heterónomos; el sujeto referido a la
subjetividad en cuanto proceso, no ligada a una individualidad sino producto de las
relaciones sociales instituidas e instituyentes como escribe Cornelius Castoriadis.41
35
A.Touraine y FFarhad
A.Touraine arhad Khosrokhavar
Khosrokhavar,“A la búsqueda de sí mismo, diálogo sobre el sujeto”, Paidós, 2002, p.11-12.
36
Ibidem. p.14.
37
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, .p245.
38
Ver M.Dallari
M.Dallari, op. cit. p.7.
39
Ver Michel Foucault
Foucault, op. cit. p.3, “...Mi objetivo ha sido elaborar una historia de los diferentes modos por los cuales los seres humanos son
constituídos en sujetos”.
40
Ver Alain Touraine
Touraine
ouraine, “¿Podremos...?”p.39: “La disociación de la economía y las culturas conduce o bien a la reducción del actor, a la lógica
de la economía globalizada, lo que corresponde al triunfo de la cultura global que acabamos de evocar, o bien a la reconstrucción de identidades
no sociales fundadas sobre pertenencias culturales y ya no sobre roles sociales. Cuanto más difícil resulta definirse como ciudadano o trabajador
en esta sociedad globalizada, más tentador es hacerlo por la etnia, la religión o las creencias, el género o las costumbres, definidos todos como
comunidades culturales...Si la cultura global se separa de las instituciones sociales, estas se convierten en nuevos instrumentos de gestión...El actor,
entonces, deja de ser social; se vuelca sobre sí mismo y se define por lo que es y ya no por lo que hace”.
41
Ver AA VV
VV,, “Las culturas juveniles.....”, Quito, 2001, pag. 28
AAVV
145
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero como todo discurso, el discurso sobre protagonismo goza de autonomía relativa
en referencia a la experiencia o indicador histórico que le diera origen, lo que abre la
posibilidad de su cooptación nominalista y la modificación de su sentido. Pero también,
la posibilidad de que abra nuevos espacios de comprensión de la realidad y el
planteamiento de realidades alternativas. Conceptualizar el sujeto protagónico, nos
refiere a una comprensión directa de sus cualidades personales antes que a sus posibles
roles sociales, es decir, refuerza el carácter no social de la relación con el otro, con los
otros. El actor social se define por su libertad y no por el cumplimiento de un rol
44
social , o el de una responsabilidad social. La idea de sujeto, entonces, combina
tres elementos: la resistencia a la dominación, como expresión de valoración de la
libertad; el amor de sí como afirmación positiva de la propia autoestima, de la
45
autoconfianza, de la autodirección; el reconocimiento de los otros como sujetos ,
es decir, como iguales y diferentes, fundamento del derecho a la diversidad en
46
cuanto garantía de fraternidad . Esto equivale a reconocer que cuando de sujeto se
habla, no se está entendiendo sólo su dimensión intrapsíquica individual, sino su
esencialidad colectiva. Es, quizá, en esta perspectiva que Alain Touraine asume el
47
sujeto como movimiento social y que desde una teoría comunitarista, se sostendría
48
que “la imagen individualista de la persona es ontológicamente falsa” .
42
Ver M. Dallari
Dallari, “La emancipación de la palabra sujeto del concepto de súbdito hacia el de persona autónoma, tiene por tanto inicio en la
sociedad pre-renacentista y encontrará luego, en particular, su afirmación con el nacimiento y el consolidarse del llamado “pensameinto
científico”...El individuo confirma por tanto a sí mismo como sujeto en cuanto portagonista personal del propio conocimiento y , a través del
mismo, de la propia afirmación en el mismo. El sujeto es el hombre, el objeto es el mundo”. p5-7.
43
Ver Michel Foucault
Foucault, p.19 y en p.4: “La primera cuestión a revisar es la que yo llamaría, las “necesidades conceptuales”, lo cual significa que
la conceptualización no debería estar fundada en una teoría del objeto, ya que el objeto conceptualizado no es el único criterio para una buena
conceptualización. Deberíamos tener en cuenta las condiciones históricas que motivan nuestra conceptualización. Es necesaria una conciencia
histórica de nuestras circunstancias actuales. La segunda en cuestión a revisar es el tipo de realidad con la que tratamos.”
44
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, “Qu’est-ce la démocratie?”,p.17.
45
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, ibidem, p.178.
46
Ver Elsa Bardales
Bardales, op.cit. p. 288.
47
Alain T ouraine
Touraine
ouraine, “Critique...”, p. 271ss.
48
Sinesio López
López, “Una nueva concepción del individuo implica una nueva concepción de la comunidad. Una comunidad “comunitarista”
es más que una asociación: Ella es una unidad de la que los individuos son miembros. Esta membrecía no es ni artificial ni instrumental,
pues ella tiene su propio valor intrínseco...” p. 96.
146
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Actoría social evoca acción; actoría social desde el paradigma cultural del protagonismo
49
vincula acción con el mundo de los valores. El sujeto por la subjetivación deviene actor,
es decir, el que modifica su entorno material y ,sobre todo, social, “transformando la
división del trabajo, los modos de decisión, las relaciones de dominación o las orientaciones
50
culturales” . Es esta actoría social de carácter protagónico, que está a la base del discurso
51
y reconocimiento del status del niño/a , que de manera alguna puede ser reducible al
desempeño de roles o tener a éstos como fundamento del status.
En los escenarios futuros que se perfilan como cambiantes a ritmos que pasarán a ser
de una celeridad habitual y que por su desacompañamiento con los tiempos de
asimilación, adaptación y , en particular, con los tiempos para el discernimiento o el
distanciamiento crítico y la elaboración de alternativas, -lo que será inevitablemente
percibido por las mayorías como un escenario de caos en lo subjetivo individual y en la
subjetividad social- nos obligan a recolocar al centro del quehacer de la humanidad al
sujeto y a éste como actor. El inminente riesgo que se cierne en dichos escenarios, es
52
el de nuevas formas de negación, de alienación estructural y espiritual . Desde la
perspectiva ética del protagonismo y de su abordaje como paradigma cultural, el
discurso sobre el mismo cobra pertinencia teórica y práctica. Aunque en el contexto
actual y las tendencias que anuncia, el protagonismo aparezca como un discurso sin
contenido, sin referentes convincentes, específicamente si de niños/as se trata, éste
deviene una utopía que recoge deseos, aspiraciones, intereses, satisfacción de necesidades
porque ya es realidad, embrional, pero realidad. En buena medida, el futuro de los
niños/as en dichos escenarios dependerá de lo que se logre avanzar hoy y mañana en la
mañana en la perspectiva del protagonismo no sólo de la infancia, sino de los sectores
que hoy ven con mayor violencia negado su derecho a ser protagonistas.
Ciertamente que la teoría del sujeto- que Touraine no adjetiviza para evitar que pierda
su fuerza radical y obviar que devenga en principio social- suscita una serie de cuestiones
49
Ver Alain T ouraine
Touraine
ouraine, p. 244, “La Subjetivación es la penetración del sujeto en el individuo y por lo tanto la transformación parcial del individuo
en sujeto” en Critique de la Modernité”
50
Ver Alain T ouraine
ouraine, “Critique de la modernité”, p.243; Ver Michel FFoucault
Touraine oucault
oucault, op. cit.: “Generalmente puede decirse que hay tres tipos
de lucha: contra las formas de dominación (étnicas, sociales y religiosas); contra formas de explotación que separan a los individuos de aquellos
que ellos mismos producen; o contra aquello que ata al individuo a sí mismo y lo subsumen a otros de esta forma (luchas contra la sujeción,
contra formas de sujetividad y sumisión)...Hoy en día, la lucha contra las formas de sujeción-cotra la sumisión de la sujetividad- se está volviendo
cada vez más importante, incluso cuando las luchas contra las formas de dominación y explotación no han desaparecido, más bien lo
contrario...”
51
Ver si se cita a Alain Morice
Morice, “Le partenalisme rapport de domination adapté á l’exploitation des enfants” en B. Schelemer
Schelemer, op. cit. p.269
52
Ver K. Langton
Langton, op. cit., p.70: “La anomia, la impotencia, el control externo, la falta de significado, el aislamiento, la falta de compromiso,
la desconfianza política, etc., han sido incluídos dentro de la dominación de alienación”.
147
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
El retorno del sujeto, que interpela y matiza el discurso sobre actor y actoría social,
lejos de descalificar que se pueda hacer referencia a los niños, niñas y adolescentes
como actores sociales, coloca su condición de sujetos como el armazón, como la
columna vertebral teórica que sostiene su actuar en los escenarios en que los seres
53
Ib.p.19.
54
“Ni apócrifos, ni integrados: aventuras de la modernidad en A.Latina”, Fondo de la Cultura Económica, 1p.45-458.
148
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
humanos intentan construir dignidad y felicidad y de los que niños, niñas y adolescentes
no están ausentes. No sin razón M.Liebel dedica una extensa reflexión a que se entiende
por “sujeto” en las organizaciones inantiles55
Nos proponemos, entonces, hacer una inicial reflexión a partir de tres experiencias
peruanas de organización infanto-adolescente. Decimos inicial porque abordarlas desde
una preocupación centrada en su capacidad de producir sujetos con real actoría social,
política, cultural, representa un ejercicio de investigación empírica y de elaboración
teórica para el que estas notas apenas pueden señalar la importancia de hacerlo de
forma más detenida y elaborada. Pero además interrogarnos por su capacidad de
contribuir a la formación de sujetos sociales, de movimiento social con individuos
conscientes, resilientes supone abordar las relaciones que en dichas organizaciones se
establecen entre pares, pero decididamente entre niños y adultos, entre la organización
y las instituciones que las promueven o acompañan, etc. Forma parte de estas inqui-
etudes preguntarse por el o los universos simbólicos que los niños, niñas y adolescentes
traen, encuentran, consumen o producen en sus organizaciones. Cabe asimismo
explorar en torno a las identidades e identificaciones que se suscitan o que se propone
a los niños, niñas y adolescentes en las organizaciones, para saber cuán creadores de
ellos miemos, de su vida individual y colectiva van siendo
En “¿Transformaciones sociales por las organizaciones de niños trabajadores?” Experencias desde Africa y América Latina, en Revista Internacional
55
149
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero el tiempo y las aguas que hayan corrido no pueden impedir que hoy gozosamente
reconozcamos en el mundo entero experiencias y un pensamiento que se va
consolidando como alternativa- no sólo académica sino política y cultural- a los viejos
paradigmas que hicieron de la infancia apenas, en el mejor de los casos, un sujeto
beneficiario de la “protección” del mundo adulto.
Sin lugar a dudas, asistimimos hoy a la irrupción de la infancia en el mundo adulto. Cada
día éste va siendo un hecho más masivo y de extensión mundial. Y es gracias a las
posibilidades infinitas que la informática ha abierto a las nuevas generaciones. Por allí ha
comenzado un insospechado cambio y de imprevisibles consecuencias; estamos en
nuestros países de la Región ante un hecho relativamente reciente e insuficientemente
masivo para afirmar que esta irrupción desde lo cultural, lo comunicacional y de acceso
a la información rompiendo la barrera del sonido y del tiempo, pueda considerarse de
impacto real en la modificación de las estructuras. Entre ellas, aquellas que sostienen o
sobre las que se fundamenta aún la hegemonía adultista. Pero, debemos decirlo desde
ya, per se el destronamiento del adulto no garantiza el cancelamiento de relaciones
asimétricas e injustas y la instauración de una sociedad en la que todos tengamos cabida.
Hoy los analistas sociales suelen referir dos instituciones sobre las que se han operado
transformaciones radicales y que dicen relación directa al mundo de la infancia. La
primera es la familia y la otra, la escuela:
57
Ver Lloyd de Mouse
Mouse, “La evolución de la infancia”, ed. A.Universitaria, 1994: “Si los historiadores no han reparado hasta ahora en estos hechos
es porque durante mucho tiempo se ha considerado que la historia seria debía estudiar los acontecimientos públicos, no privados”; para el campo
de su evolución legal y el reconocimiento de sus derechos, ver Emma R othschild
Rothschild
othschild, “An Infinity of Girls:The Political Rights of Children in Historical
perspective”, 1999, Harvard Center for population and Development Studies; para América latina y el Perú específicamente, ver el sólido
artículo de Bruno V an Der Maat, “La imagen del niño en conflicto con la Ley en el discurso legal del Siglo XX” en Infancia y Adolescencia en
Van
A.Latina, aportes desde la sociología, T.I, 2003, ed. Ifejant.
150
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
151
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
“desigual” y de lo “privado”, la relación intra y extra familiar con los niños escapará a los
discursos que reivindican a la infancia con derecho a la participación, a la opinión, a la
asociación, a ser protagonista. Recientemente se han hecho estudios sobre la violencia
intrafamiliar, factor que enerva no sólo la participación, sino que constituye un factor
decisivo en dificultar, por un lado, la formación de una personalidad protagónica- vale
decir creativa, humilde, audaz, solidaria, con sentido del humor, etc-, y, por otro,
facilitar una reproducción de personalidad autoritaria, violentista en los niños/as.
b.- Más allá de las carencias y limitaciones que todos, y en el mundo entero, le recono-
cemos a la escuela, ésta sigue siendo un importante espacio para la formación de los
59
Ver el estudio, para el caso peruano, del Congreso de la República, 1999, passim.
60
Ver Michel Grignon
Grignon, “Modelli familiari e politiche per la famiglia in Francia”, en AQF, Politiche per le famiglie, Gruppo Abele, 1995, de
quie nos prestamos la expresión más que la especificidad del concepto que a su vez ha recogido de L.Roussel, “La famille incertaine”, Paris, 1989.
61
Ver C.Cicchrlli-P ugeault, V
C.Cicchrlli-Pugeault, .Cicchelli
.Cicchelli, “Les théories sociologiques de la famille” Repéres, 236, parís, 1998; además Javier Aguilar
V.Cicchelli
M.
M.,”Los Niños trabajadores, el espacio público y la crisis del vínculo familiar en Perú”, en Rev.Internacional NATs, n. 7-8, 2001, ps.53-75
152
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Quizá asumir la escuela como sociedad, permite poner el énfasis en los actores
sociales, en los sujetos, en los individuos y en los colectivos que la conforman62 .
La escuela es un tipo de sociedad, de relaciones sociales que configuran y prefiguran
también lo que buscamos como sociedad, como humanidad en cuanto a valores,
actitudes, experiencia de relación de clases de edad, culturas, etc.No es todo, pero
es polidimensional. Participar y que ésto sea además una responsabilidad social con
peso político, constituye un objetivo constitutivo de la intencionalidad educativa de
62
Ver Christian Bachmann
Bachmann, “L’école, une société”, AAVV, “Education á la citoyenneté”, Magnard, 1996, p.23-24.
153
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
154
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
El APRA bajo la inspiración de su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre, inicia una
organización de niños y niñas. La idea ciertamente no era original en el concierto de
formas de organización que ciertos partidos políticos ya habían lanzado, como es el
caso de los Pioneros en Rusia. Sin embargo, en el escenario peruano, esta iniciativa sí
resultaba ser pionera. En el fondo, la intención fundacional perseguía formar a las
nuevas generaciones, desde temprana edad, en los grandes ideales del partido, de
modo a poder luego conformar la sección juvenil y posteriormente ingresar como
militantes del partido.
155
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Las experiencias que nos ocupan, son apenas embrionales ejemplos de cómo bajo
diversas formas, roles y representaciones, las organizaciones de niños, niñas y adoles-
centes desarrollan relaciones intergeneracionales y qué significa para el niño ser parte
de una forma de organización propia en el sentido que sea de-para niños.
Nos referimos al Manthoc (1976) y a Collera (1978), aunque deviene algo arbritario
fijar de forma tan apodíctica fechas, etapas y períodos cuando de reconstruir y reordenar
una experiencia se trata y cuando ésta por su vitalidad no se deja encasillar en formas
que pretenden ser pedagógicamente útiles para su mejor comprensión. Veremos ade-
más otras dos experiencias, la del Programa Colibrí y la de los Municipios Escolares
como iniciativa desde el Estado.
156
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
157
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
1.- Las cinco grandes intuiciones que en 1976 dieran inicio al proceso de organiza-
ción, reflejan la experiencia vivida por los jóvenes de la JOC y que ellos consideran
que deben inspirar la conformación de la organización infantil. Tres intuiciones
marcan históricamente la experiencia: los niños organizados no son el apéndice de
67
Ver H.Grovas y N.T
H.Grovas orres
N.Torres
orres, “Manthoc, veinte años de acción”, en Ifejant, “Niños Trabajadores y protagonimso Infantil”, 1997, p84- 98.
158
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
159
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2.- Un segundo aspecto refiere a los procesos diacrónicos de los ciclos de construc-
ción cultural. Entre la formulación de las grandes intuiciones de origen y su concre-
ción también el tiempo ha sido un factor que conviene recordar. Pero hablamos no
de un “kronos”, vale decir en un transcurrir del tiempo linear; en el caso de la orga-
nización infantil de NATs, refiere a lo que los griegos llamaron “kairós”, el tiempo
histórico preñado de novedad, de creatividad, de realización y cumplimiento de
promesas, de partos de nuevas vidas.
68
AAVV “Infancia y Culturas Andinas”, TDH, 2000; AA
AAVV VV
VV.., “Huchuy Runa y Jak’y Jaque, Concepciones quechua y aymara de Niñez”, ed. Pratec,
AAVV
2003.
160
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
en particular con la infancia trabajadora. Tenemos que adelantar que este ciclo cultural
está aún muy lejos de cerrarse. Pero conviene insistir, no estamos ante una técnica o
estrategia simplemente metodológica o ante un sentido primeramente pedagógico
No. Estamos ante una auténtica ruptura epistemológica69 en relación a viejas concep-
ciones de infancia, de mundo adulto, de función del educador o colaborador de nuevas
generaciones, de sentido y significado de la organización social de niños, niñas y adoles-
centes, ante un abordaje de la cuestión de la edad cronológica en el discurso jurídico70 ,
ante un nuevo enfoque alternativo de la relación infancia y trabajo, etc.71
3.- Un elemento más de alta significación a un nivel que desborda el ámbito nacional,
es la creciente extensión geográfica y cultural que las grandes intuiciones de origen del
Manthoc, han venido teniendo en los últimos años. Queremos referirnos a dos desa-
rrollos que han enriquecido las propuestas iniciales.
161
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
una Declaración de principios el año 2000; allí no sólo se recoge y reformula las
intuiciones del MANTHOC, sino que se avanza de forma significativa. Basta que
citemos alguno de los artículos de esta Declaración.
a.- Artículo 12: “El Mnnatsop, desde los niños trabajadores ve deseable, posible, nece-
sario y urgente una cultura de infancia que se desarrolle en torno a la promoción del
protagonismo de los niños como constructores de solidaridad, de justicia y paz”.
b.- Artículo 13: “En conformidad con su acta de fundación el Mnnatsop hace suya la
misión de defender y desarrollar todos los derechos de todos los niños y adolescentes
del Perú, especialmente de los Nats”.
c.- Artículo 15: “Ser protagonistas es para nosotros una responsabilidad que nos exige
calidad, excelencia en las iniciativas, en las opiniones, en las propuestas que haga-
mos para que éstas tengan fuerza social, posibilidades de acogida”. Y finalmente,
d.- Artículo 16: “Somos protagonistas, pero debemos aprender a serlo. El Mnnatsop es
un espacio para formarnos una personalidad protagónica, es decir humilde, con
autoestima; flexible
flexible, con identidad propia; tolerante
tolerante, con convicciones funda-
mentales; emprendedora, con iniciativas sólidas; responsable
responsable, con gran imagi-
nación; solidaria en la promoción del protagonismo de los demás”.
Mientras tanto ya en 1990, en Italia, se celebra un evento que dará inicio a coordina-
ciones con organizaciones de Asia y África. Pero es en ocasión de las reuniones convo-
73
Ver Andrés Sans
Sans, “De Kundapur a Ginebra”en Rev. I.Nats, n. 3 -4 de 1997.
162
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
cadas por el IWGCL (hoy ya extinto, Interational Working Group on Child Labour) que
desde 1995 se irá conformando una interesante relación de organizaciones de los
mismos niños, niñas y adolescentes. En este marco conviene resaltar la reunión en
Senegal y en Kundapur, India73 , así como las reuniones de Amsterdam y Oslo. Es en
agosto de 1997 que en Lima se celebra el Primer Mundialito. Y es en noviembre del
2002 que en Milán tiene lugar la reunión de la coordinación intercontinental de la que
nace la iniciativa de conformarse como Movimiento Mundial, cuyo encuentro consti-
tuyente tendrá lugar en abril del 2004 en Berlín.
4.- Pero todo lo recogido brevemente es líneas anteriores, sería una verdad a me-
dias, si no reconociéramos el rol que adultos, ONGs han jugado en estos procesos
a lo largo de estos treinta años y en todas las latitudes.
En el caso del MANTHOC, se ha contado con jóvenes y adultos que hicieron suya
una opción por el mundo del trabajo, por los jóvenes y por la infancia trabajadora.
Allí se encontraron parroquias, comunidades, organizaciones vecinales, asociaciones
de estudiantes, centros de estudio, etc. la historia del MANTHOC ha recogido el
testimonio de madres de familia de sectores populares que tomaron la iniciativa de
acompañar grupos de NATS en sus barrios, de profesores que desde sus escuelas
promovieron la organización; incluso funcionarios públicos que brindaron su apoyo a
iniciativas de NATS
El MANTHOC mismo, hacia 1986 vió necesario crear un equipo elegido por los pro-
pios Nats para que representara al movimiento ante los registros públicos, dadas las
restricciones legales para que los mismos muchachos se representen con personería
jurídica.
¿Han influido los adultos en los procesos de desarrollo del pensamiento de la organi-
74
Ver Memoria del Encuentro de Bamako, 2000,MJET; Memoria del Encuentro de Malí, 2003 , MJET.
75
Sobre estos aspectos, ver M.Liebel, capítulo I, ps.26 - 45,en Infancia y Trabajo, 2003, IFEJANT.
163
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
zación? Sí. ¿Son los adultos los que han formulado muchas de las expresiones que
afloran en labios de los muchachos y muchachas?, sin lugar a dudas, sí. Pero la pre-
gunta es si esto invalida o simplemente torna en ideología las formas como los niños,
niñas y adolescentes suelen expresar sus experiencias. Creemos que no. Que haya
quienes cuando se les pregunta que expliquen lo que dicen, no respondan con la
nitidez y profundidad con la que nos gustaría a los adultos, es otra cosa. Y cuando así
lo han hecho, se ha dicho, “parecen adultos”, “están enseñados”, “repiten sin enten-
der”, “es pura palabrería”, “me parece estar oyendo a su educador”. Cuando así se
piensa, tendríamos que preguntarnos ¿quién es el que está ideologizado? Quizá con-
venga recordar lo que un grupo de NATs del MANTHOC le respondiera a una alta
funcionaria del estado cuando ésta les dijera: “¿Quién les preparó este discurso?
Nosotros, respondieron y ¿acaso los parlamentarios, el presidente, los ministros, el
mismo papa, y usted misma, no se hacen asesorar cuando tienen que presentar o
declarar algo?,¿acaso vamos apensar que usted está manipulada por sus asesores? o
¿sí? Lo que pasa es que por ser niños, siempre se piensa que somos tontos y bobos
que nos las creemos todas y facilito nos engañan”.
Pero éste es un punto que merece un estudio más fino y una reflexión más exigente, pues
la relación adulto-niño es siempre compleja, asimétrica, mejorable, corregible e indesligable
de las coordenadas más amplias del entorno subjetivo y social en que se da.
Debemos asimismo reconocer que algunas ONGs internacionales han dado un apor-
te decisivo no sólo en términos económicos, sino por su apoyo ético, afectivo y pro-
fesional.
Entre ellas para el caso peruano podemos mencionar a la CAJ Freibourg, TdH Alema-
nia, a Save the Children Suecia, al MLAL, a Broderklij Delen, BICE, CMI, SKI, Italianats,
Pronats Alemania, Fundación Nagayama Norio de Japón,etc.
1.- Aprender a tener las cosas entre las propias manos es un aprendizaje con frecuen-
cia lento y permanente en la vida. Lograr que una organización de niños, niñas y
adolescentes esté realmente entre sus manos, sean ellos los que asumen la responsa-
bilidad política, vale decir, de representación y siendo pasibles de imputación, es
164
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
además un proceso que se enfrenta con una cultura global en nuestras sociedades en
la que la tendencia a delegar en otros o a preferir estar al margen, representa un
mecanismo de seguridad. Y cuando de niños se trata, esto aún es más complejo
dado que forma aún parte de una creencia difundida por la que ahorrarle a los niños
cosas de “adultos” deviene casi una forma de reconocerlos “amablemente” como
incapaces. Pero afirmar que es un proceso que toma su tiempo, no significa endosar
esta perspectiva para más adelante, para cuando sean grandecitos. Nuestra experien-
cia nos enseñó a que, como en el caso del MANTHOC, cuando se crea una tradi-
ción, ésta permite acortar tiempos de aprendizaje y deviene un proceso de socializa-
ción capaz de superar barreras antes no previstas.
2.- Sin embargo, la cuestión no es sólo tener estructuras en las que sean los niños los
que toman sus decisiones, sino aprender que no basta con que los niños dirijan sus
organizaciones, sino hacia dónde las dirigen. Y esto es ya parte de una reflexión, de la
necesidad de un debate que transciende la materialidad de la toma de decisiones ya
que refiere al contenido de las mismas.
3.- Es en este proceso en el que se juega una nueva relación entre adulto y niño. En el
movimiento se habla de que los adultos son parte de la organización sub conditione
adulti es decir como alguien que no sólo se identifica con el proyecto institucional de la
organización infantil, sino que su práctica es coherente con la misma. El artículo 17 de
la Declaración de Principios del MNNATSOP lo dice con sus palabras:”El
MNNATSOP en todos sus niveles , quiere ser una experiencia de nueva relación
entre generaciones como signo concreto de su visión, es decir, la de una sociedad
en que niños, niñas y adultos podamos ejercer nuestro derecho a ser protagonistas”
Y en el artículo 18 leemos: “Los adultos son parte del MNNATSOP en su condición
de Colaboradores es decir: no son los representantes del movimiento; no son diri-
gentes del movimiento; no son ni tutores, ni apoderados del movimiento; colaborar
significa: co-asumir, co-promover, co.acompañar, co-actuar, co-decidir, co-participar
sin sustituir o suplantar a los NATs; ejercer y desarrollar su protagonismo desde el
permanente desarrollo del protagonismo de los NATs”. Todo lo cual no nos exime
de un tacto pedagógico basado en la confianza y respeto mutuo.
4.- Nadie aprende de un día para otro qué significa en concreto una relación demo-
crática, un espíritu y una manera de sentirse “equivalentes” como se representa a los
seres humanos en nuestras visiones andino-amazónicas. Por ello, errores se come-
165
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
ten, distorsiones son frecuentes tanto de parte de los niños, niñas y adolescentes
como de los propios educadores y todos en nombre de su derecho a la opinión, de
su autonomía, de su protagonismo.
5.- En general muchos de los NATS organizados viven un contraste cuando los discur-
sos en la organización no se condicen con las pautas de crianza, de trato en la propia
familia, cuando la relación con adultos en casa, en la escuela, en el barrio o en el lugar
de trabajo, está reñido con lo que en su propia organización se intenta vivir. Esta es con
frecuencia fuente de muchas tensiones personales, de rebeldías poco comprendidas
por parte de adultos en la familia o la escuela incluso en su relación con instancias de
gobierno. Es lo que David Tolfree ha llamado la “disonancia cultural”: “Al hacer a los
niños y niñas más seguros y asertivos y al darles más responsabilidad, pueden tener
espectativas irreales de su papel en otros sistemas sociales como la familia”76
6.- Todos los detalles de la vida cotidiana del niño, de la niña y de su organización son
el lugar, el tiempo, la ocasión para aprender a devenir cada día mejor ciudadano,
compañero, estudiante, hijo e hija, protagonista de su propia vida, capaz de mejorar su
participación, etc. Pero debemos añadir que para los adultos que acompañan a las
organizaciones, vale el mismo discurso. Nadie nace sabiendo cómo ser un digno cola-
borador en procesos de organización de niños, adolescentes; es, con frecuencia, un
aprendizaje sufriente, en particular cuando la organización de los Nats tiene ya acumu-
lada una relativamente larga tradición.
7.- Una de las dificultades que enfrentan las organizaciones, a partir de la experiencia
del MANTHOC, es la relativa “transitoriedad” de los niños, niñas y adolescentes por
la organización. Luego de un período que a lo sumo suele durar unos 12 años, los
chicos devienen jóvenes y se encaminan hacia otras opciones organizativas o de vida.
Esto crea dos eventuales situaciones. La primera refiere al ciclo de vida de colabora-
dor o colaboradora que suele, a veces, ser bastante más largo. Actualmente hay
educadores que tienen veinte años en la organización. Esto de por sí no sería un
inconveniente, a menos que los adultos devengan cada vez menos creativos o dis-
puestos a innovar a partir de lo que las nuevas generaciones de NATs traen como
vivencia y como necesidades. En el fondo, los adultos terminan siendo una especie
de memoria viviente de la organización. El riesgo está en pretender elegir en norma
76
Ibidem, pág.187-188.
166
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
8.- La experiencia del MANTHOC nos alerta asimismo sobre la relación entre organi-
zación infantil y la institución jurídica que suele representarla para ciertas gestiones que así
lo requieran. En el MANTHOC son los NATS los que designan qué adultos conforma-
rán dicha institución legal y por cuánto tiempo. Si bien hay un mandato de los Nats, en la
historia de 18 años en que se iniciara esta experiencia, no han faltado períodos en que los
riesgos de una cierta suplencia por parte de la asociación jurídica se hiciera una realidad
difícil de manejar cuando la coordinación nacional de Nats acusaba ciertas debilidades.
Pero esta experiencia permite también establecer una relación más madura de los gru-
pos de Nats del Manthoc con las ONGs que a nivel nacional suelen apoyarlos.
167
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
11.- Finalmente, el aparato legal en el Perú, no permite, en la práctica, que los niños,
niñas e incluso los adolescentes tengan una real representación o personería jurídica.
Esto hace que no puedan ser los firmantes de cheques, los titulares de una cuenta
bancaria, los firmantes de los contratos de trabajo de los educadores, etc. Esta situa-
ción, deja fuera de la gestión de los niños aspectos importantes de su organización.
Incluso, hace unos años resultó casi inadmisible que una niña del MANTHOC fuera
a las Agencias de financiamiento a dar cuenta de la ejecución y del balance económi-
co así como la fundamentación de proyectos nuevos que debía negociar.”Ha venido
a dar su testimonio-dijo el funcionario- ya vendrán los responsables”.
Si bien, una organización en manos de los niños podría graficar una posibilidad de ejerci-
cio de su protagonismo organizado, tenemos que insistir, que los adultos que con ellos
colaboran, lejos de desmerecer la acción de los niños, le dan a la organización infantil el
tren de aterrizaje que evita constituirse en un micro mundo ideal y meramente decora-
tivo como si la sociedad estuviera conformada sólo por ellos y como si no tuvieran que
enfrentarse permanentemente con otras generaciones, con otros actores.
La Organización Infantil “Collera” representó, en nuestro entender, una bella flor que
desafortunadamente, hoy no crece más en los jardines y prados de la ciudad y del
campo.
En el mismo arco del tiempo en el que nace el Manthoc, surge como iniciativa de
prestigiosos intelectuales y artistas, la idea de crear una Revista Infantil.
168
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
“El 12 de Octubre de 1978 apareció el primer número de la revista Collera con su carátula
amarilla y un dibujo de Juan Acevedo”77 La finalidad de esta revista infantil buscaba rescatar los
valores nacionales y formar en el niño y la niña vía la lectura entretenida e instructiva, una
conciencia de esos valores. Y es uqqe la revista formalmente se había propuesto llegar con un
mensaje de apertura y participación y con su apuesta por los niños y las niñas como sujetos de
su propio desarrollo más que como objetos de cuidados.
“En el fondo la revista recogía la inquietud de sus mentores por dotar a los niños y
niñas de sectores populares de un vínculo organizador, que “permitiera tomar contac-
tos y hacer cosas juntos”.78
Manuela una joven ex-collera afirma:”Yo estuve en la collera “Siempre Unidos” des-
de que se formó. En ese grupo tuve mi primer contacto con Collera, a través de la
revista, que nos regalaban. A mí me gustaba mucho, sobre todo por las historietas”79
La revista Collera había sido una inmejorable oportunidad para pensar “e n la orga-
nización directa de los niños a partir de las actividades programadas y de poner en
juego el entusiasmo gigante de los pequeños”.80
Con el número 10 de Collera que fuera el último a aparecer en junio de 1979, “se
inicia un nuevo trabajo de promoción y organización infantil popular, que junto con a
línea de educación popular con mujeres, se habrían deconstituir en los campos princi-
pales de acción de la institución”81
169
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
la Escuela de Repaso “Amauta” que intentaba en los dos meses previos a los exáme-
nes en las escuelas, ayudar a tener éxito en los mismos. Pero es en esta experiencia
que se irá concretando la organización infantil. Además esta Escuela funcionaba tam-
bién en período de vacaciones. Y es en este clima que se conformará el primer
grupo Collera llamado “Siempre Unidos”. Era la chispa que encendería el entusias-
mo y los grupos irán apareciendo con una inusitada celeridad y originalidad en sus
nombres, “Hayna”, “En lucha”, “Los Cabitos”, “Buenos amigos”, “Hola, Compañe-
ros”, “Unión y amistad”, “Pioneros en acción”, “Kusi sonqo” (corazón alegre), etc.82
No sólo los orígenes de Collera están ligados a una ONG, sino que su desarrollo y
extensión más allá de Lima, también se dió fundamentalmente, aunque no exclusiva-
mente, bajo el impulso promotor de organizaciones no gubernamentales.
Pero hay que reconocer que la labor de las no muy numerosas Ongs, como Tipacom,
Centro Cultural J.Ma. Arguedas de Huancayo que fueron haciendo suya la experiencia
Collera, era la de favorecer el compromiso de jóvenes de los barrios como promoto-
res. Sin embargo cuando se creaban vacíos por las comprensibles defecciones o cam-
bio de prioridades en la vida de los mismos, los profesionales debían “hacerse cargo de
las colleras que quedaban sin atención por parte del promotor...”83 Ciertamente que
este fue un reto que cíclicamente afectaba a las Colleras y por otro lado, los trabaja-
dores de ONGs, en general no siendo del mismo barrios de las Colleras, represen-
taban siempre un agente exterior a la vida cotidiana del barrio. No obstante conoce-
mos de profesionales de un admirable compromiso con las colleras y con niños y
niñas específicamente en un acompañamiento largo y personalizado por años.
Es importante ver cómo los collers fueron entendiendo el rol de las ONGs. Cree-
mos que de una actitud de dependencia se fue pasando a asignarles un papel de
acompañamiento. En referencia a una ONG se preguntaban en tono de queja algu-
nos colleritas: “...¿ y por qué no organiza más colleras como lo hacía antes?” y
alguien retrucó: “No pues, no se trata de eso. CESIP sólo debe acompañar y ayudar,
pero el trabajo tiene que ser nuestro, si no, no vale”84
82
Es el nombre que se dió a los adolescentes combatientes caídos en la defensa de la ciudad de Lima en la zona de Chorrillos, San Juan de
Miraflores y Miraflores mismo, en el conflicto bélico de 1879 con el hermano país de Chile.
83
Ibidem, p.108.
84
Ibidem, p.106.
170
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Sin embargo en las evaluaciones a las que se ha tenido acceso y en los testimonios de
los excolleras, se manifiesta una serie de situaciones que vale la pena reseñar:
1.- Los padres no comprenden a la Organización Infantil Collera y existe poca par-
ticipación dela comunidad en apoyo a las colleras.
2.- Los promotores no asisten mucho a los grupos y en cuanto a recursos humanos
de apoyo tenemos muchas limitaciones
3.- “Estábamos acostumbrados a que una persona mayor nos dirija, que nos orien-
te para hacer cosas, pero se desintegró el grupo cuando no tuvimos promotor”.
4.- “Existió otra generación que se vinculó a la experiencia Collera y que por ahí
está, tienen como quince años y están esperando que venga alguien mayor para
comenzar a organizarse”.
5.- “Ahora ya no hay collera, pero casi todos recuerdan lo que hacíamos nosotros.
Y los chibolitos siempre dicen que están en Collera, aunque la organización se
ha desactivado”
6.- “Collera es la organización de los niños, para los niños, cuya conducción y direc-
ción, así como la decisión, intenta que sean realizadas por los mismos niños”
171
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Algunas consideraciones
1.- Consideramos que la Organización Collera tenía clara una opción por la infancia
popular, una identificación con su realidad y desarrolló desde los educadores de las
ONGs y de los jóvenes promotores una gran creatividad en la animación social.
2.- Sin embargo encontramos que no existía una identidad “fuerte” que distinguiera a
la organización y en ese sentido su apertura organizativa devenía una indefinición. En
Collera había niños y niñas pobres, pero entre ellos había quienes eran sólo estudian-
tes, otros y otras eran trabajadores, otros eran asumidos como niños y punto. Los
colleras realizaron actividades muy valiosas como ganar la concesión de hacer la
limpieza de los buses de Propiedad Social en la zona norte de la capital. Pero esos
niños trabajadores no contaban con una organización que públicamente se identifica-
rá en esa opción porque en Collera no todos los niños y niñas eran trabajadores en
esos momentos. Podemos decir que si bien ésta era una característica de Collera y
además una riqueza, devino, en nuestra opinión, una debilidad.
85
Ver Carlos Hernández
Hernández, artículos varios sobre la OIC en la revista Autoeducación, editada por el IPP y en el Boletín de REDINFA latinoamericana.
86
Ibidem, p.113.
172
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
4.- Nos atrevemos a hipotizar que a las finales, la desactivación de las ONGs que
acompañaban la experiencia debido a otras áreas de trabajo para las que los proyec-
tos podían ser más fácilmente financiados no dejaron de contribuir a la desaparición
de esta organización a favor de la infancia popular; en el caso explícito del CESIP que
diera origen a esta experiencia, viró hacia el abolicionismo y es actualmente la ONG
encargada de la Marcha Global contra los niños y adolescentes trabajadores en el
Perú. Y es que en el fondo, quizá los tiempos no estaban maduros en la mayoría de
las ONGs para hacer que la organización de niños y adolescentes esté entre sus
manos y con la colaboración respetuosa de los adultos y de las ONGs.
5.- Consideramos que la organización Infantil Collera nuca llegó a estar en manos de
los niños, no obstante que lograron un apreciable nivel de iniciativas y de actividades
en las que los niños y niñas jugaban un real rol de conducción; pero la estrategia
“política” en el sentido del pensamiento y del rol de la organización como tal, se
debatía entre las ONGs y algunos jóvenes promotores, hasta donde nuestra percep-
ción nos permite avanzar, aunque con cargo a un examen más fundamentado. Colle-
ra siguió siendo de las ONGs.
6.- Finalmente, la comunidad, el barrio devino una abstracción, pues tampoco, que
sepa-mos se compró el pleito de la organización infantil que era una de las metas de
la ONG promotora de la experiencia.
Se trata de una década particularmente importante para la vida del país y que deja
secuelas de consideración en la vida de la nación peruana.
173
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Las dos primeras experiencias son anteriores a la Convención sobre los Derechos
del Niño de Naciones Unidas, aprobada en 1989, aunque nacen en el período de
elaboración de la Convención como compromiso internacional al concluir el año
1979 declarado Año Internacional del Niño.
No hay país en nuestra Región en el que el imaginario social y el sentido común no sean
deudores de una representación de la Policía como un ente represor, entrenado para
golpear y desmantelar desórdenes en la vía pública. Pero además, en los años recientes,
la matanza de niños y adolescentes de la calle en varios países, como, México, Hondu-
ras, Brasil, Guatemala, Republica Dominicana y la "limpieza social en toda la Región", son
la prueba fehaciente de que no se exagera al recordar esta imagen de los cuerpos policiales.
174
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
En los años 75, la agitación social y política en el país cobraba mayor radicalidad en los
sectores populares, tanto campesinos como urbanos. Y es en el contexto de las huel-
gas nacionales del 77- 80, que la Policía da vida a lo que llamó “Clubes de Amigos de
la Policía”. Nótese bien eso de “amigos de la policía”, siendo ésta el centro, siendo
ella con la que los niños debieran ser amigos; no es una dinámica que ponga a los
niños como centro de los esfuerzos de la policía para hacerse amiga de los niños y
niñas.
A inicios de 199087 surge- ya en el clima de los derechos del niño y luego en 1989
con la Convención y en plena elaboración del nuevo Código de los Niños y Adoles-
centes del Perú- gracias a la feliz conjunción de un comité de damas, de algunos
oficiales de la policía y de un abogado joven y especializado en materia de derechos
humanos de la infancia, y en una de las nuevas urbanizaciones de población pudiente,
La Molina, una nueva manera de ver a los niños y de reentender la misión de la
policía frente a ella.88
87
José Cantelli
Cantelli,”Manthoc y Colibrí, dos experiencias con Nats en Perú”, en Congreso Internacional de Sociología, 2003.
88
R. Murillo
Murillo, “Visión de la PNP de los nuevos actores”,ibidem.
175
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Esta feliz experiencia se llama Colibrí, hoy con una cobertura nacional y varios miles de niños,
niñas y adolescentes. Colibrí además está entre las organizaciones que dieron inicio a la creación
del MNNATSOOP en 1996, y des de entonces, algunos de los chicos o chicas colibrí, ha sido
elegidos como delegados nacionales o regionales. En palabras del entonces director de la
División de la policía nacional del Niño y Adolescente se afirma:”Los integrantes del Programa
“Colibrí” hasn pasado de objeto de actuación y beneficio a sujeto-actor que da salidas a sus
problemas porque en los movimientos sociales se ha llegado a la conclusión de que las niños y
adolescentes trabajadores, no se les debe comprender únicamente como sujetos de derecho,
sino como sujetos sociales; vale decir, que los niños y adolescentes no se rinda a los chicos un
sentido de disciplina, de orden, de respeto cuando alguien está en el uso de la palabra, de
puntualidad adultos han definido de acuerdo a sus propios criterios, sino seres activos con sus
propios puntos de vista, capacidades y valoraciones”89
Algunas consideraciones
3.- Los beneficiarios del Programa, los niños, niñas y adolescentes, no son los res-
ponsables de la organización, no la representan, no tienen capacidad alguna para
decidir y que su opinión tenga fuerza. Pero ni siquiera los oficiales encargados del
programa gozan de autonomía para decidir, sino de ejecutar las directivas que desde
otros niveles se deben acatar.
4.- Sin embargo, la cultura policial les brinda a los chicos un sentido de disciplina, de
orden, de puntualidad, de respeto cuando alguien está en el uso d la palabra, etc.
Aspecto éste nada despreciable cuando sabemos que vienen de experiencias familiares,
89
Luis Llaque FFigueroa
igueroa, coronel PNP:”Los Nats y el Protagonismo Infantil”, en Niños Trabajadores y Protagonismo de la Infancia, Ifejant,
igueroa
1997, p.111 a 117.
176
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
escolares y de vida cotidiana en que no se dan estos valores. Pero resulta insuficiente
como respuesta a la globalidad de los problemas de los muchachos. Colibrí les da
además un sentido de seguridad en la calle, es decir, en su lugar de trabajo. Se sienten
“legales”, “reconocidos” como legítimamente usuarios de calles y plazas para desarro-
llar sus actividades de sobrevivencia. Y están protegidos por quienes son “autoridad”.
6.- Los oficiales o suboficiales que trabajan en el programa, tienen una participación
muy activa en casi todas las regiones del país cuando de iniciativas comunes se trata.
Los niños, niñas y adolescentes colibrí, suelen expresar lo duro que es para ellos,
cuando sus educadores policías son cambiados a otras responsabilidades institucionales.
Este es un problema que escapa, hasta la fecha a los muchachos y no permite dar una
continuidad sostenida a la labor del Programa.
7.- Colibrí se planteó en su primer encuentro nacional celebrado hace unos ocho
años en Puno, cómo repensar la relación Policía Nacional y Organización Colibrí.
Esto significaba, colocar el tema de la autonomía de la organización propia de los
chicos. Hasta hoy no se ha encontrado una respuesta definitiva al respecto, pero los
pasos adelantados van en la dirección de una mayor incidencia en la vida de la orga-
nización por parte de los propios niños, niñas y adolescentes.
8.- Sin embargo han creado asociaciones propias en algunos mercados. En el caso del
Mercado de Frutas mayorista de Lima, la asociación es totalmente autónoma dentro de
Colibrí en cuanto a su gestión; además está en estrecha relación con el sindicato de
adultos de dicho mercado participan en las reuniones o asambleas de trabajo del merca-
do. Esta es una muestra de cómo se va redefiniendo la relación de Colibrí con la PNP.
90
Ver Remigio Morillo
Morillo, “La acción social de la PNP con niños trabajadores” en Congreso Internacional de Sociología, 2003.
177
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
9.- Quizá la experiencia Colibrí nos abre a una fórmula mixta, vale decir, cómo una
institución del Estado con las características de un cuerpo policial y promotora de una
obra social de relevancia como Colibrí, logra espacios de autonomía y de superación
de dependencias inhibidoras de su desarrollo propio.
Dentro del clima que se ha ido creando en la sociedad peruana desde las finales de los
años sesenta, la cuestión de la participación ha sido uno de los caballitos de batalla a
todos los niveles. Es cierto que en largo y doloroso período de enfrentamiento arma-
do, organizarse y exigir participación, devino en un discurso siempre sospechado de
subversión.
Sin embargo, el discurso vuelve entre las condiciones impuestas por organismos
internacionales como el Banco Mundial, el BID y el FMI. Discurso sobre participa-
ción como una condición de desarrollo económico en el marco de los intereses de
la economía globalizada. Demás está señalar que con un mismo vocabulario, esta-
mos refiriendo a contenidos sensiblemente distintos cuando desde las organizacio-
nes sociales se levanta la bandera de la participación como un derecho exigible y no
como apenas una pieza dentro de una estrategia de dominación.
Pero además debemos señalar, los aires nuevos que la Convención sobre los dere-
chos del niño trae. La novedad está no tanto en la participación, sino que éste sea un
derecho reconocido a los niños y niñas tradicionalmente considerados con derecho
a la protección más que a la participación, a no ser como razón instrumental y
funcional a la obediencia y sumisión al mundo adulto. En este contexto y gracias al
emergente impulso de experiencias de organizaciones de niños, como las anterior-
mente presentadas, se reivindica el derecho a la participación. Ya el Código de los
Niños y Adolescentes del Perú avanza sustantivamente sobre este aspecto al recono-
cer el derecho a la capacidad civil, al dotar de respaldo jurídico el derecho a la
organización, incluso la sindical, y en particular la organización escolar.
Esto explica la creación en 1999, en las escuelas de los Municipios Escolares como
una herramienta de presencia organizada y representativa de los niños, niñas y ado-
lescentes en el ámbito escolar. desde entonces, se asiste en el país, en particular en la
escuela pública, al creciente desarrollo de este tipo de organización en cinco mil
178
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
1.- La organización de los Municipios escolares tiene como inocultable ventaja, más
allá del nombre, la posibilidad de su masificación, vale decir, que llegue al tejido
nacional del servicio educativo, cosa difícil de alcanzar desde otros espacios como el
barrio, el centro de trabajo, las iglesias.
2.- Sin embargo, la cultura escolar aún dominante en la escuela pública en especial,
constituye una barrera de peso contra todo intento de que la relación Escuela y Municipio
Escolar ejerzan una relación democrática. Así, se ha constatado que en la mayoría de los
municipios escolares, no son los alumnos los que eligen al adulto que los ha de acompa-
ñar en la organización. Se da entonces una disonancia entre elegir a sus alcaldes y regidores
y no hacer lo propio con el adulto acompañante. Y es que la designación de tareas se
hace durante el mes de marzo en el que los alumnos aún están de vacaciones.
3.- En general se ha notado que muchos municipios escolares no han logrado sobre-
pasar el nivel de reproducir estilo y formas de adultos de las municipalidades, vol-
viendo un tanto simbólica su presencia y acción. Otros en cambio, forman parte de
coordinaciones locales y nacionales en las que se ventilan problemas que van más allá
del ámbito estrictamente escolar.
4.- Se ha igualmente constatado que los maestros no están preparados para acompa-
ñar dichas organizaciones cuya función debiera apuntar a una participación real y eficaz
en la vida de la escuela, en la búsqueda de calidad y en la construcción de una escuela
democrática, abierta a la comunidad, solidaria y emprendedora92
5.- En realidad, los Municipios escolares están entre las manos de los niños y niñas,
siendo quizá el momento de mayor expresión de autonomía, el proceso y la elec-
92
Ver “Sistematización de los Muncipios escolares en Educación Inicial”, SCS: “Conceptuar las palabras Opinión, Participación y Organización,
resulta aún un poco difícil para autoridades, directores y docentes. Si bien es cierto que todos expresan una idea, un acercamiento a una
teorización, hallamos que algunas de ellas carecen de contenido y otras se caracterizan en referirse a la práctica de trabajo con los alumnos
y alumnas”, p.31.
179
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
7.- Sin embargo, estos años han significado para cientos de miles de niños, niñas y
adolescentes en posibilidad de organizarse, de hacer sentir su voz, de tomar con-
ciencia que organizarse es un derecho y no una dádiva de los profesores, de hacer
que sus derechos se respeten, que se erradique de la escuela cualquier trato humi-
llante, que se fustigue a los violadores, que se interese la comunidad y los padres de
familia por la marcha de la escuela. Por ello, tratando de superar las limitaciones que
actualmente puedan exhibir los municipios escolares, se trata de una experiencia de
ejercicio democrático que a todos los niveles educativos contribuye94 a hacer con-
creto el discurso sobre la ciudadanía de los niños y niñas.
No se trata de concluir sobre el tema, sino estas notas, finalmente un tanto apuradas.
Sin embargo la referencia a las cinco experiencias permite un ejercicio abductivo, es
decir inferencial, hipotético, en todo caso abierto.
1.- Una de las cosas que son necesarias para entender el alcance práctico y teórico de
las experiencias analizadas es intentar reconocer el proceso de construcción de sentido
que cada una de ellas ha desarrollado tanto para sus propios actores como para aque-
llos que desde fuera de la dinámica específica las han conocido. Junto con este sentido
93
Ver “Sistematizaciónn de los Municipios escolares en Educación Especial”, Save the Children Suecia, 2003, informe elaborado por la
Asociación Calandria.
94
Ver “Sistematización de los Municipios Escolares en Educación Inicial”,Save the Children Suecia, 2003, informe realizado por la Asociación
Calandria: “...podemos también afirmar que para la docente de educación inicial, la experiencia de Municipios Escolares apoya la etapa de
aprestamiento que viven los niños en este nivel...”p.29.
180
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
se desarrolla eso que solemos llamar la identidad y los procesos de identificación de los
miembros de dichas organizaciones. Teniendo en cuenta que cada experiencia se ha
ido enriqueciendo a lo largo de su historia y , entonces, reconstruyendo sentidos y
significaciones, produciéndose así lo que Pierre Bourdieu llamó rupturas en el “círculo
de la reproducción simbólica”; pero también continuidades enriquecidas aunque con
frecuencia en conflicto como lo acontecido en las organizaciones estudiadas.95
2.- Todas las experiencias que hemos pasado en revista requieren lo que R.A.Follari
recordaba, una metodología dispuesta y capaz a cuestionar teóricamente su prácti-
ca.96 Precisamente por ser experiencias relativamente cortas en su existencia, pero
fundamentalmente por tratarse de menores de edad. Además ellas, que sepamos,
no concitaron la atención de los investigadores y académicos de forma consistente
como para ofrecer un corpus teórico sobre infancia organizada, participación de
niños, niñas en sociedades y culturas adultistas. Los estudios existentes no han rema-
tado en una mayor capacidad de interpelación teórica e incluso práctica. Sin embar-
go, tenemos la impresión que sí han acumulado materia valiosa como a la espera de
quienes quieran ahondar en lo específico de infancia y organización. Sobre otros
tópicos, la sociología ha dedicado importantes estudios97
Lo que hemos constatado es que sin ser un resultado espontáneo, que se da de por
si, las organizaciones en manos de los propios niños y niñas ofrecen posibilidades
más reales de ser un instrumento de construcción de autoestima de sentido y res-
ponsabilidad social, de afirmación de autonomía y de ejercicio de ciudadania.
181
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
autoimagen positiva de sí, pero además para el logro de una exitosa gestión de su
pleno proceso de desarrollo. El “reconocimiento” crea condiciones que facilitan el
sentimiento y conciencia de dignidad, de ser sujeto; sentirse reconocido contribuye
al sentido y significado de la propia vida98
d.- PProtagonismo:
rotagonismo: poder y vida cotidiana
Todas las experiencias han significado, a diversos grados, concretar el objetivo educa-
tivo necesario para que la organización devenga un espacio y tiempo de crecimiento
humano, vale decir, concretar una relación más significativa entre adultos y niños, en
demanda de un nuevo eros pedagógico.
98
Ver Cecilia Tovar
Tovar
ovar, “......”, en Rev. Páginas, CEP, 2003, artículo en el que asume los aportes de Alex Honneth sobre reconocimiento y dignidad;
ver Ortensia Mele
Mele, “La ricerca educativa nell’associazionismo degli adulti”, en ed.Nuova Italia, 1990, p. 7: “Legitimar el propio rol quiere decir
sí, obtener consenso y aceptación, pero también, desarrollar concretamente una función reconocida por su utilidad y tal reconocimiento no
necesariamente viene de arriba”.
182
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
LA ORGANIZACIÓN: ESPACIO DE
RESILIENCIA Y HERRAMIENTA PARA EL
PROTAGONISMO DE LOS NATs*
Introducción
Es importante señalar que contamos con escasas investigaciones cualitativas sobre cómo
se agencian los niños trabajadores viviendo y laborando en condiciones difíciles, para
sobrevivir e incluso para crecer y desarrollarse no obstante las circunstancias adversas. En
general, las creencias se mueven entre dos extremos. Quienes consideran que los niños
trabajadores son de hecho víctimas y pacientes de deficiencias físicas y mentales y quienes
consideran que espontáneamente y por razones poco conocidas, están preservados,
inmunes. Ambas posiciones, de corte determinista, requieren ser cuidadosamente criticadas.
Este artículo es un primer intento de reflexión a partir de unos cuantos niños trabajadores
que pasaron por la organización o que están actualmente en el Manthoc Lo que queda
claro, es que estamos ante un problema de investigación necesaria, pero aún pendiente.
La metodología del MANTHOC está centrada en la vida del NAT, en cómo cada
niño ve los acontecimientos, cómo se siente ante ellos, qué ideas o reacciones le
provoca. Este es un punto de partida epistemológico y simultáneamente existencial
* Texto para la Conferencia sobre Resiliencia en Oxford, Inglaterra, el año 1999. Escrito conjuntamemnte con Elvira Figueroa S.
183
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
184
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Las grandes intuiciones que inspiraron los orígenes y la marcha del MANTHOC
MANTHOC..
Estas son dimensiones de una concepción de infancia que constituyen condición indispensable
para hablar del niño como sujeto de derechos, desde lo cual el Manthoc sostuvo que todo
discurso sobre el tema es un discurso político en contraposición al discurso privatizante de
la infancia, propio de la cultura burguesa de siglos pasados, pero aún presente. Se enfatizó,
pues, un discurso ético frente a una concepción moralista y pietista sobre la infancia pobre
y sobre los niños en general. Se subrayó su condición de productor y de contribuyente a la
sobrevivencia personal y familiar en contra de un oculta- miento de su condición de trabajador
y que, por lo mismo, forma parte de la población económicamente activa.
185
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
5. PProtagonismo
rotagonismo del Colaborador desde el PProtagonismo
rotagonismo de los NATS.
NATS.
Afirmar que los NATs tienen autonomía y protagonismo social, no equivale a negársela
a los demás y, en particular, a quienes trabajan con ellos. Pero, como redefinición
del niño implica la necesidad de repensar también el concepto y el rol de los otros
sujetos sociales, en el Manthoc se concibe al adulto como un COLABORADOR; no
sólo para definir su acción participativa sino, también, para señalarle un espacio
propio desde el cual habrá de ejercer su protagonismo, aprendiendo y aportando,
promoviendo y siendo promovido.
186
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
d. De allí que tenga una particular sensibilidad frente a lenguajes, como el jurídico,
cuando éstos reflejan una mirada enfermiza. Por ello los NATs del MNNATSOP
rechazaron públicamente ciertas expresiones del Convenio 182 de la OIT.
Lenguaje, identificaciones e identidad van de la mano.
Calculamos que por el Manthoc deben haber pasado unos cinco mil NATs y con un
promedio de tres a cinco años de permanencia. Si bien los NATs luego de un tiempo
en el Manthoc no representan a los NAT5 más vulnerables, si representan lo que se
puede lograr con niños venidos de condiciones familiares, sociales y económicas de
graves carencias, cuando se les ofrece un espacio y un tiempo de acogida, de afecto,
de exigencia y de reflexión; cuando sienten que su opinión vale, que su experiencia
personal es un recurso de la organización; cuando hacen la experiencia de otra
forma de ser adulto; cuando ensanchan su horizonte personal de vida hacia otros,
quizá en peores condiciones. Como decía Luchito un niño pobrísimo, sin zapatos y
con un pantalón totalmente parchado, que trabajaba en una pollería y que luego fue
raptado y no lo vimos más: «Nosotros tenemos que hacer algo por los niños que
son más pobres que nosotros» y la pregunta era si podría haber NATs aún más
pobres que el mismo Luchito.
Hemos escogido ocho historias de vida. Cuatro de quienes pasaron por el Manthoc
y hoy son ya mayores, y cuatro actualmente NATs. en el movimiento.
LUIS HUAMAN
Natural de Cajamarca, tiene 25 años, es hijo de padres separados y tiene una hermana
a quien la crío desde pequeña. Fue uno de los primeros alumnos de su clase.
Su madre trabajó desde niña, y a los 15 años tuvo su primer hijo, Luís quien desde
muy niño percibió las peleas de sus padres, la separación de ellos, el duro trabajo que
tuvo que realizar su madre para mantenerlos, y el no tener que comer el día siguiente.
188
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Participa en el Manthoc desde los 09 hasta los 13 años, en que deja el grupo porque
su madre no estaba de acuerdo, luego a los 16 años regresa y encuentra a sus
amigos con quienes forma el grupo de la JOC (Juventud Obrera Cristiana), en la
organización compartió sus problemas, aprendió a hablar en público, a participar en
eventos junto a otros niños, a asumir responsabilidades y a entablar una nueva relación
con su madre, y que ahora es de mucha confianza y de diálogo permanente.
CARLOS SIL
CARLOS SILVVA
Carlos empezó a trabajar desde los 8 años, realizó diferentes trabajos: vendedor de
chupetes, vendedor de dulces, cargador de plátanos en una carretilla, vendedor de
agua, vendedor de tamales, ayudante de panadería, vendedor de colchones, también
a prendió a confeccionarlos y a hacer arreglos.
El dinero que ganaba le daba a su madre para la compra de alimentos, le servía para
sus útiles escolares y el de sus hermanos.
Siempre trabajo y estudió. Fue un buen estudiante, reconocido por sus compañeros
y profesores por el nivel de participación, por sus reflexiones, por sus propuestas
fruto de su participación en el Manthoc.
189
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Actualmente, vive en Ica desde hace 7 años, estudia Derecho y está en el último año
de estudios. Su vocación de ser Abogado le viene de su padre.
GLADYS VERGARA
Su madre contribuyó a que su familia sea muy unida y les inculcó siempre que deben
estudiar y ser profesionales, por lo tanto, no hicieron muchas amistades en el barrio y se
mantuvieron al margen y diferentes de los demás, no obstante, nunca tuvieron problemas
con la gente del barrio que incluso les consideraban como ejemplo para los demás niños.
Todos sus hermanos estudiaban y trabajaban con el fin de que su madre deje de trabajar.
190
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Por encargo del MANTHOC a la edad de 16 años junto con otras compañeras
emprenden la tarea de organizar una casa para niños y adolescentes que viven en la
calle y que realizan trabajos de alto riesgo, como el ser cargadores de bultos pesados
en un mercado mayorista. Y en 1996, fue extensionista del MANTHOC por tres
años en una ciudad del norte del país (Jaén).
JANETH URCUHUARANGA
Janeth, es una persona muy activa y con mucha iniciativa. Es así, que empieza a
trabajar desde los 07 años, no porque la obligan sino porque se da cuenta de la
situación de pobreza y necesidades básicas que pasaba su famiha. Empieza vendiendo
verduras que le regala una señora de su barrio porque ya no las quería para su venta,
ella las limpia y las vende. El día de trabajo, empieza a las 4:00 am, hora en que la
compra y venta de productos es al por mayor; siempre va con una tía.
Como no tiene capital, es decir dinero, se agrupa con otros niños y adolescentes
trabajadores para conseguir los productos para su venta. Y lo hacen de distintas maneras:
recogiendo las verduras y frutas medios malogradas que los comerciantes mayoristas
botan o regalan, otra forma, con una vara y un clavo en la punta van recolectando las
papas y cebollas que caen de los camiones, otra forma, suben a los camiones y cortan los
sacos de papas, cebollas o algún otro tubérculo, y lo que caen lo van recogiendo; de toda
la recolección que hacían se repartían en partes iguales para cada uno de los que habían
participado en la operación, de esta manera emprendían sus negocios hasta poder acumular
un pequeño capital para comprar otras productos. Con su trabajo apoya a su familia y
luego enseña trabajar a su mamá y a su hermana, entonces las tres van a emprender la
venta de papas con huevos y verduras en el mercado.
A sus amigos y amigas les gustaba las fiestas chicha, les gustaba beber alcohol, tenían
su pareja, algunos robaban, se drogaban, etc. con ellos pasaba sus horas de trabajo y
de diversión, pero este ambiente siempre fue un reto para ella, ser diferente y no
191
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
hacer lo que ellos hacían aunque compartían las mismas circunstancias. Ella se siente
feliz porque la respetaban, la cuidaban y le tenían una alta consideración como amiga y como
mujer. Para los padres de sus amigos ella era también amiga y referente para sus hijos.
En el MANTHOC fue Delegada Nacional, que le posibilitó conocer la realidad del país y
de los NATs, y participó en eventos realizados en Europa, América Latina y el África.
Lo que recuerda con agrado es la celebración de sus quince años organizado por su
madre y hermanos, para ella fue expresión de recompensa por todo el esfuerzo y
dedicación a su familia; el bautismo de su hermana quien esperaba a su padre que
nunca llegó a la ceremonia y que tenía un vestido blanco y sus zapatos rotos, y la
Navidad donde compraba regalos para todos sus hermanos y para su madre, siempre
fue un momento de unión y fraternidad entre ellos.
JESSICA
Desde los 6 años trabajó pastoreando sus ovejas, ayudando a su familia en la chacra
y vendiendo. Aprecia el campo y la vida tranquila que se lleva.
192
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
A mediados de los años 90, su padre fue amenazado de muerte por los «terroristas»
por ser autoridad del pueblo. Tuvo que abandonar su pueblo y dejar a su familia,
pero antes de partir les prometió que regresaría y los llevaría con él a Lima.
Todos extrañaban la ausencia de su padre, empezaron a trabajar casi todos los hermanos
y su madre para cubrir los gastos de alimentación, educación y salud. Su padre en Lima
empezó a trabajar en costura junto a un hermano, les enviaba algo de dinero.
Luego de dos años pudieron reunirse con su padre en Lima, los primeros meses
vivieron con el hermano de su padre en un barrio muy pobre y sin vegetación, pero
si con basura, carros, ruido, delincuentes, drogadictos, etc.
Jessica es una niña que tiene mucha fe y cree en Dios, con esta fuerza y esperanza
asumen como familia ahorrar para comprar una máquina para que trabaje su padre
y luego una casa, se trazaron esta meta y empezaron todos a trabajar por ella. Hasta
que una noche cuando todos dormían entran a la casa y roban casi todas las cosas
que tenían incluida la máquina y el dinero que habían empezado a ahorrar, al ver que
casi ya no tenían nada su padre llora y los abraza a todos, y ella les dice que Dios les
va ayudar y tiene fe que saldrán adelante. Y dice además, el Perú va a salir adelante
si todos tenemos fe y trabajamos.
En estos últimos años nunca pasaron la Navidad y Año Nuevo juntos con su padre
porque siempre tiene que trabajar como músico. Su padre trabaja duro y esto le apena.
Participa en el Manthoc desde 1999. Al llegar por primera vez siente temor porque
ve tantos niños juntos, se consideraba una niña tímida, al comienzo se escondía y no
se animaba a participar, luego fue integrándose con los demás, se fue capacitando,
asistió a los talleres de formación y cada vez se sentía mejor en el grupo. En el
MANTHOC aprendió a valorarse como persona y como trabajadora, a ser
193
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
responsable, a ser puntual, a saber afrontar el mal momento que tuvieron que pasar por
el robo. Lo que más le gusta del MANTHOC es como se organizan los NATs, la realización
de actividades para poder ayudar a otros niños, aprenden cosas nuevas, a ver la realidad
del país, a conocer los derechos de los niños, y que brinda apoyo también a la familia.
El Manthoc, también le permitió conocer otros países de Europa (Italia), este viaje le
sirvió para comparar cómo viven en otros países, que tienen otros problemas y que
algunos niños se avergüenzan de decir que son trabajadores.
JAVIER
JAVIER
Es natural de Lima, tiene 15 años, y dos hermanos. Su padre siempre está de viaje
y su madre trabaja en una Empresa de Transportes.
Hasta enero del 2000 nunca tuvieron un lugar fijo para vivir, estuvieron como gitanos
de un lugar a otro y con diferentes familias, esto no le gustaba.
Trabajó desde los 7 años, con su padre como cobrador de Micro, a los 9 años
empezó a trabajar solo, luego trabajó con un tío en una tienda de repuesto de VW,
luego como planchador de autos, trabajó también en cementerios cuidando carros
de las personas que visitaban. Lo que ganaba una parte le daba a su madre y otra se
quedaba con él para sus gastos de estudios y pasajes.
194
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
GLAD YS CASTILL
GLADYS O
CASTILLO
Natural de Lima, tiene 14 años y 10 hermanos. Sus padres viven juntos pero no hay
buena relación entre ellos.
Su padre es albañil, hace unos años tuvo un accidente, lo que hace que no tenga un
trabajo fijo y esté casi siempre desempleado. Su madre tiene un negocio propio.
La relación con sus padres no es tan buena, su madre no le tiene mucha confianza,
sobre todo cuando pide permisos para salir con sus amigos y amigas.
La relación con su madre, no es tan buena, nunca le pregunta cómo le va, cómo
está y tampoco le escucha las cosas que ella quisiera compartir porque casi siempre
cambia de conversación.
Participa en el MANTHOC desde hace dos años. Sus padres están de acuerdo y le
apoyan para que siga participando. Se siente bien en el Movimiento, le dio la posibilidad
195
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
de poder ayudar a otros chicos, a organizar las reuniones, actividades recreativas, compartir
con sus amigos y amigas sus problemas y a escuchar a los chicos.
El recuerdo más grato que tuvo en los meses pasados es el haber recibido en el día
de su cumpleaños el diploma del Curso de capacitación en Jardinería entregado por
el Rector de la Universidad Nacional Agraria, y un abrazo y felicitaciones de parte de
sus padres. No lo esperaba.
DAVID (Colita)
Desde los 8 años vivió en la calle, salió de su casa porque tenía problemas con su
madrastra. A su padre lo volvió a ver cuando tuvo 15 años.
En la calle fue una etapa triste, pasó de todo, tuvo momentos tristes y alegres, pasó
hambre y frío. Al inició dormía sólo en la calle, hasta que conoció a un Lustrabotas que lo
ayudó a conseguir un cajón para lustrar, pero luego le robaron cuando estaba durmiendo.
Comenzó a mendigar, luego a vender caramelos. Conoció amigos malos que le enseñaron
a robar, a inhalar terokal, porque esto es una prueba para sobrevivir en la calle. Recuerda
con desagrado los castigos que recibió de la policía, le pegaban peor que a un animal.
196
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Empezó a fumar desde los 11 años, lo hacía por que estaba triste y extrañaba mucho
a sus padres.
Lo que más le gustó de la vida de la calle es el apoyo que se brindan unos a otros, se
cuidan, hay unión entre ellos, es como una familia, aprendió a cantar, a contar chistes y a
hacer reír a la gente. La calle le permitió conocer a varios chicos, cada uno con su
historia, de acuerdo a como uno es le ponen su apodo, a él le dicen COLITA.
Aparentemente es alegre pero por dentro siente que se le parte el Corazón, porque
lleva consigo la pena de su madre, la Navidad es un día de nostalgia.
En la escuela no tiene mucha dificultad para concentrarse, sin embargo les cuesta
mucho aprender a escribir.
Perteneció a GENERACIÓN (institución que trabaja con niños que viven en la Calle),
fue delegado de su grupo y participó en los Encuentros de NATs. En GENERACIÓN
encontró a adultos que le comprendían y respetaban su libertad, es decir no es una
institución que encierra a los niños, sino que los acompaña cotidianamente en su
vida, y esto le ayudó a cambiar, a dejar de fumar, de robar y reconocerse que él vale
y que es capaz de sentirse bien y trabajar por otros chicos y sus amigos. Le costó
mucho cambiar, sin embargo considera que la fuerza de voluntad y la decisión que
tomen les ayuda.
Su mayor aspiración es encontrar a su madre que se vive en algún lugar del Cuzco.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
197
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
198
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
9. Sin embargo queda claro que no todos los niños en el movimiento avanzan al
ritmo deseable por ellos mismos. En general, se debe dedicar unos tres o cuatro
años para lograr un nivel óptimo de performance, dadas las circunstancias de las que
se parte. Es decir, el discurso sobre resiliencia tiene sus propios límites. Lo importante
es no sobredimensionar las fortalezas que muestran los NATs en nuestros
movimientos, ni minimizar el precio que deben pagar para salir adelante.
11. En el Manthoc como en los demás grupos que conforman el Mnnatsop, interesa
la vida toda del NAT, ningún aspecto de su vida es menos significativo. Esto permite
que desde cualquier circunstancia que para el niño tenga significado sea positivo o
negativo, se entre en la globalidad de su mundo. La Resiliencia tiene que ver con
esta globalidad; además se da una relación nueva entre vida pasada, presente y aquella
de futuro que está ya actuante en sus aspiraciones, en sus deseos.
12. Otro elemento que los movimientos de NATs, por ejemplo, grupos de del
Mnnatsop como el Manthoc desde sus inicios, mantienen como un valor es el estilo
espontáneo; por más organizado que se esté o contando con formas ya acumuladas
en el tiempo, lo espontáneo enriquece lo más estructurado y evita que se transformen
las experiencias en meras fórmulas.
13. Los dos primeros años de experiencia del Manthoc fueron un fracaso; pero
evaluar esa experiencia permitió avanzar porque nunca renunciamos a las grandes
intuiciones. Los límites y fracasos a lo largo de estos 25 años, lejos de debilitar han
sido motivo de reafirmación y maduración de las grandes intuiciones de origen. El
resultado es contar con movimientos como espacios colectivos resilientes.
14. Desde las experiencias de los Nats organizados, se percibe la tendencia a sortear el
riesgo de un sesgo individualizante y algo psicologista que ciertas nociones de resiliencia
expresan. En efecto desde los NATs organizados, se siente a necesidad de asumir una
perspectiva que recupere además la dimensión social y política de la resiliencia.
199
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2. La actitud del Colaborador con los JANTs basada en una relación que favorece el
APEGO y la PALABRA en la ORGANIZACIÓN
6. Las dificultades en el trabajo diario forman parte de las cuestiones que puedan
debatir, intercambiar con educadores / Colaboradores de otras experiencias.
201
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
PARTICIPACIÓN CIUDADANA DE LA
INFANCIA DESDE EL PARADIGMA DEL
PROTAGONISMO*
INTRODUCCIÓN
* Ponencia en el II Congreso Mundial de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes celebrado en Lima, Noviembre 2005.
202
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Y es que afirmar el principio del Interés Superior del Niño cuando de ciudadanía
infantil se trata, implica entender dicho ISN como una expresión específica del mejor
Interés de la Especie, del conjunto de la humanidad. Lo que hace más humanos a los
sujetos hace bien a los niños y niñas; pero también lo que hace bien a la infancia hace
mejor a la humanidad.
203
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Demás está decir que eso de participación ha devenido en una especie de passe par
tout, vale decir de una muletilla en discursos, en la presentación de proyectos para su
aprobación, de metodologías de trabajo, en procesos de aprendizaje, etc. Esta ex-
tensión de la categoría a las diversas prácticas sociales al mismo tiempo ha devenido
en un cierto vaciamiento de su significación fuerte y su banalización afecta su fuerza
innovadora. Los discursos sobre participación infantil no escapan a este fenómeno de
inflación-devaluación de los llamados a la participación. No obstante, el reto al que
hay que responder es a dotarla de un resignificación que recupere en el caso de la
infancia su potencialidad transformadora de las relaciones intergeneracionales y su
fuerza simbólica en la redefinición de la democracia.
Algo similar acontece con los discursos sobre ciudadanía que en los últimos veinte
años ha cobrado cierta hegemonía en los discursos de educadores, trabajadores
sociales, comunicadores, trabajadores por los derechos humanos, organismos no
gubernamentales como oficiales, etc.; aparece, entonces, en nuestro medio ligada a
la cuestión de la sociedad civil, a vigilancia, a derechos, a participación, a control
ciudadano, a educación, etc. Ciertamente que el tema no es nuevo. Su eventual
novedad está cuando se habla de analfabetos y analfabetas como ciudadanas, de pue-
blos indígenas y derechos ciudadanos99 . Pero se hace más polémico cuando se dice
que los niños y niñas son ciudadanos.
99
Amplia literatura. Baste señalar en relación a ciudadanía y trabajo, P. Gentilli, G. Frigotto(comp..) La ciudadanía negada, Clacso, Bs.As., 2001;
en relación a infancia, J.Ennew, ¿Qué es ciudadanía de los niños?, en Rjahmin¡¡¡...AAVV, Niñez y democracia, UNICEF, ed.Ariel. Rielp, Barbara y
Wintersberger
intersberger,, Hemult, “Towards a Tipology of Political Participation of Young People” en Political Participation of Youth below Voting Age,
Vienna, European Centre, 1999; ver Micha De W inter
Winter
inter, “Children as Felow Citizens. Participation and Commitment”, Oxford, radc life Medical
Press, 1997. Roger A. HartHart, “Children’s participation”, Unicef, 1997; PPeter
eter Crowley
Crowley, “La Participación Infantil: Para una definición del marco
conceptual”, en Actas delSeminario en Bogotá, 1998, Innocent-Unicef, edit. por SCS, 1999; Martha Santos .P ais, “The Convention on the Rights
.Pais,
of the Child” en el Manual on Human Rights Reporting, 1997 y su draft paper sobre participación para UNICEF, 1998
204
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Conviene señalar tres aspectos de incidencia en toda reflexión sobre infancia ciudada-
na, participación protagónica infantil. Una primera refiere a enfatizar una reflexión en el
marco de la economía política, la misma que nos permite ponderar de forma histórica-
mente compleja la significación de los niños, niñas para la sociedad como productora
de la vida y de las condiciones que la hagan ser experiencia de bien estar.
Una segunda entrada necesaria para todo análisis que se quiera teórica y práctica-
mente innovador sobre infancia, es desde la filosofía política. Las cuestiones sobre
infancia no han evitado el caer en lo que se ha dado en llamar el “discursivismo”
ocultándose así el sentido político de la infancia y evaporándose algo que las genera-
ciones emergentes en la sociedad suelen traer, referencia a valores, a utopías, a
aspiraciones, a sueños100 Y es que también entorno a infancia, la filosofía política está
llamada a confrontar el “posibilismo” y el “pensamiento único”. Y es que la pregunta
que emerge es por las encrucijadas teóricas y políticas de los niños, niñas, adolescen-
tes como ciudadanos.101
100
Ver A. Boron
Boron, comp.., “Teoría y Filosofía política. La tradición clásica y las nuevas fronteras”, en Prólogo ,CLACSO, 2001, p.9.
101
Alejandra Ciriza
Ciriza,”Democracia y ciudadanía de mujeres: encrucijadas teóricas y políticas”, en A.Boron, op.cit, p.223 ss.
205
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
trato que por sus alcances se presenta como universal. En efecto el Pacto Social de la
Modernidad sin discriminación alguna reconoce derechos a los seres humanos y a
quienes se proclama como ciudadanos, en un concepto difuso y por ende de una
hermenéutica práctica que evidenciará el carácter ontológico, abstracto y genérico
de la declaración, es decir cerrado102 Si bien en base al principio de la no discrimina-
ción, se incluye a todos, en la realidad concreta del tejido social, económico, políti-
co, históricamente algunos fueron incluidos sub specie de excluidos o si se quiere
incluidos en condición de objeto de protección por parte del Estado. Quienes así
pasaron a ser ciudadanos en el papel y en el discurso formal, pero no en la vida real,
fueron las mujeres, los pueblos indígenas y los niños, es decir, quienes eran conside-
rados como vulnerables, frágiles y en el caso de los pueblos indígenas como los
diferentes y desiguales.103
Una segunda cuestión es que la tarea protectora pasa a ser misión del Estado, respon-
sabilidad oficial. Esta concepción del Estado se expresa en el derecho, en las políticas
de asistencia y obras sociales y están teñidas de cierto paternalismo. Se puede consi-
derar que la protección deviene una doctrina que irá consolidándose y legitimándose
en relación a las mujeres y a los niños. En el caso de los pueblos indígenas se requeriría
de una mayor precisión histórica, pues las leyes que legitimaron invasiones de sus
territorios, despojo de sus tierras y recursos y las instituciones que pretendieron
someterlos y “civilizarlos”, se revistieron con frecuencia de una violencia etno y
genocida que jamás podrían condecirse con aquello de “protección”, incluso en el
siglo XIX y XX. La experiencia aparentemente naturalizada de protección, vale decir
de separación de los niños y niñas, de construcción de tiempos y espacios infantiles
distintos a los del mundo adulto, encontrarán en el contexto de la revolución indus-
trial y de la sociedad industrial una paradójica contradicción. Por un lado se les con-
sidera como no ciudadanos, como en período de preparación para la vida adulta y
por otro conjuntamente con las mujeres, fueron explotados en el trabajo; las luchas
por una legislación laboral que garantizara los derechos fundamentales de los trabaja-
dores, dan cuenta de la desprotección de la que fueron objeto.
206
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
cal que expresa no sólo jerarquía sino sumisión, sometimiento. Aquí se incuba eso
que se ha dado en llamar una ciudadanía diferida, un reducción de lo que podría
parecerse a participación pasiva al ámbito de lo privado, de lo doméstico y siempre
en forma rígidamente establecida. Despojarse de esta costra histórica costará a la
infancia y a sus defensores, que siempre los hubo, ponerse en la senda abierta por las
luchas de las mujeres por la conquista de sus derechos. Incluso, son mayormente
mujeres las que en los movimientos reformadores lograron que la problemática de
la infancia fuera tomada en cuenta en las agendas políticas de los gobiernos, es decir
levantaron el carácter público de la infancia.
a.- Ya algunos años anteriores a la propia Convención sobre los derechos del Niño,
pero con su aprobación por los Estados Parte, muchas de las “certezas” heredadas de la
modernidad ilustrada sobre infancia entran en lo que se ha dado en llamar el paradigma
de la incertidumbre107 , lo que nos permite reconocer que la relación infancia y poder
político no es una relación históricamente clara hasta nuestros días; a lo que cabe añadir
el hecho de que en un mundo globalizado el poder paradójicamente concentrado y al
mismo tiempo extendido, crea nuevos retos a la relación entre infancia y poder políti-
co. Pero debemos recordar que también a la infancia, aunque tardía, embrional y
104
Idea que con frecuencia aparece en el pensamiento de E.García Méndez
105
Ver Jens Qvortrup
Qvortrup, “Il bambino come soggetto sociale, economico e político”, M. del Interior, 1994
106
Ver A. Renault
Renault, op.cit.,p.63-97
107
E. Morin
Morin, “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, Piados, 2001, p.95-111.
207
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
c.- Fruto del pensamiento biologista por un lado, ontologista, por otro, la condición de
infancia en el discurso ilustrado termina siendo asumida como una barrera justificatoria
de su exclusión social; deriva entonces un doble fenómeno, el de su mistificación y el
de la naturalización de su inferioridad. Postergación y exclusión serían entonces con-
sustanciales a la condición infantil. En este marco, podemos comprender cuán incom-
prensible habría sido hablar de participación ciudadana de los niños, niñas y adoles-
centes, tanto en lo formalmente jurídico, como en lo social y político. Lo que agrava
el escenario es que este modo de concebir las cosas se pretendía universal y
universalizable, homogéneo e igualador, razonablemente lógico y por ello, justo.
d.- La economía política y la propia filosofía política desde la perspectiva del discurso
ilustrado, no logran dar cuenta de fenómenos que expresan la diversidad cultural como
una riqueza para repensar las infancias. Incluso hoy, economía y filosofía políticas
fatigan para abordar la cuestión generacional, específicamente la de la infancia no
obstante haber avanzado sustantivamente en relación a temas como el
multiculturalismo, la exclusión, la cuestión de género, la ecológica, la de los movi-
mientos sociales, etc. Y es que “...las revoluciones burguesas y la ilustración, consa-
graban un espacio de circulación universal a partir de la instauración de un criterio
formal de igualación, a la vez que re-introducían la exclusión de las mujeres, los
negros y los indios, los locos y los niños respecto de los cuales sí regían, y no sólo
como residuos del antiguo régimen, relaciones de jerarquía”109
108
A. Ciriza
Ciriza, op.cit. p.224
109
Ibidem, p.224
208
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
En este segundo punto nos parece necesario señalar cómo la cuestión de la participa-
ción de los niños y niñas presentada hoy como un derecho inferible en una lectura
sistemática de la Convención, aparece como algo raro en culturas en las que la
participación infantil constituye un componente de la vida colectiva y de los procesos
consuetudinarios de socialización.
La Convención, a nuestro entender, no logró inaugurar un nuevo pacto social con las
infancias fundado en la interculturalidad, es decir en el reconocimiento sin timideces
ni matices de la diversidad cultural como un recurso necesario a la sobrevivencia de
la humanidad como especie y como fuente de capacidades renovables114 Ello habría
permitido además asumir una crítica esencial a todo paradigma colonizador de la
110
J. Ennew
Ennew, “Il bambino come essere competente”, M.del Interiro, Italia, Unicolpi, 1991.
111
J. Qvortrup
Qvortrup, “Il bambino come soggetto político, economico e sociales”, en M.del Interior, Italia, Unicolpi, 1991
112
A. Ciriza
Ciriza, op.cit.p.228, “La formación de un sujeto político es compleja, multideterminada, procesual, conformada por una mezcla inestable
de tradiciones locales, identidades sexuales, prácticas muchas veces fragmentarias y heteróclitas”.
113
Resultan pertinentes, aunque con un tono un tanto apodíctico, las consideraciones de B.Chariot
B.Chariot, “La mystification pédagogique”, ed, 1964,
p.96:”El niño es un ser socialmente dejado de lado. El está totalmente excluido de los circuitos de producción y no es considerado por nuestras
sociedades sino como consumidor o hijo de consumidores. No juega sino un papel marginal en las relaciones sociales. El niño es en nuestras
sociedades, económica, social y políticamente marginado. No siempre fue así. Hubo un tiempo en que el niño compartía los trabajos y las fiestas
de los adultos, en que vivía la vida de los adultos, en que la edad no era un criterio esencial, en que el adolescente era ya un oficial del ejército
y en que los escolares tenían la gestión de sus colegios y elegían a su rector”.
114
M. Crozier
Crozier,, E. FFriedberg
riedberg
riedberg, “L’acteur et le systéme”, ed. du Seuil, 1977, p.211-223
209
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No dejan de ser pertinentes preguntas como: ¿por qué la CDN logró un consenso
sentimental tan rápido y tan extenso? y ¿por qué las prácticas no se condicen con ese
sentimiento?, o ¿no será que el estrecho margen concedido a la participación en la
CDN, es apenas un descolorido diseño de una utopía más que de un proyecto políti-
co?116 ; o quizá ¿estamos ante una anticipación simbólica que luego tiene dificultades
serias para hacerse concreta en el tejido político, social, cultural?. Posiblemente este-
mos ante un fenómeno puramente de diplomacia internacional generalmente
desempatada de lo que sucede en el terreno del trabajo directo con infancia, toda
vez que se produce una cierta nivelación homogeneizante de realidades absoluta-
mente heterogéneas. Uno de los derechos que más dificultad tienen para concretar-
se debido a que suponen un replanteamiento de estructuras de gobierno, de
representatividad, de capacidad jurídica y social para decidir, es el derecho a la parti-
cipación y en particular cuando de participación de sujetos poco considerados en
espacios que los adultos han considerado privativos para sí. Es el caso de la infancia.
La participación infantil tiene que ver con qué se entiende en cada contexto cultural
por eso de “infantil” referido al niño, a la niña. Bastaría recordar que “la noción de
runa no define una unidad indivisible y autocontenida de cuerpo y mente(o cuerpo y
alma), sino una red, un tejido de cuerpos117 que involucra lo humano, pero del que
participa también lo no humano: la naturaleza y las deidades andinas o wacas...en las
comunidades también los niños son deidades y existe un sinnúmero de niños
deidades....en la persona wawa está el ayllu...La comunidad vivencia al niño no como
individuo, sino como un miembro más del tejido familiar que es el ayllu, un ayllu que
115
M. Nussbaum, “Las mujeres y la igualdad”, Leviatán, n.82,1998, p.92.
116
Iréne Théry
Théry, “La Convenzione ONU sui diritti del bambino: nascita di una nuova ideologia”, en Politiche sociali per l’Infanzia e l’Adolescenza,
Ed.Unicopli, 1991, passim.
117
Jiménez
Jiménez, 1995:60.
210
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
118
Grimaldo Rengifo
Rengifo, “Niñez y Ayllu en la cosmovisión andina”, en Pratec, Huchuy Runa, Jiska Jaqi, 2003, p.17-18, Huchuy Runa, Jiska Jaqi,.
119
G. Rengifo
Rengifo, op.cit. p.20:”Un adulto hace de niño y es un niño, no simula o representa al niño, sino que permite que brote algo contenido en
él, una de sus formas no anuladas por el pensamiento racional y evolutivo...Si algún niño no puede hacerse presente, un adulto toma su lugar y es
un niño más”.
120
Ibidem,p.22
121
Ibidem, p.30; además A.R echnagel
echnagel,opus cit. en Culturas e Infancia, TdH, 2000; DNI,, “Julián el niño alcalde”, en Rev.Protagonistas, Bolivia,
A.Rechnagel
1999; PRATEC, “Salud y diversidad en la chacra andina”, 2002, p.25.
122
A. Rengifo
Rengifo, op.cit.p.29.
211
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Y es que en los Andes se forjó una cosmovisión propia, una ética, una visión autóno-
ma del mundo y ajena a otras formas de pensar y obrar, de concebir el estado, las
instituciones, la ciencia, la técnica, el arte y “sin conexión alguna con la llamada cultu-
ra occidental”124 Finalmente la interculturalidad no sólo ni en primer lugar refiere a la
relación de etnias diferentes, también tiene que ver con culturas distintas, como las
culturas de adultez predominantes en ciertos contextos sociales, económicos, cultu-
rales y las culturas de infancia, lo que se ha dado en llamar las culturas generacionales.
Así en los países desarrollados se advierte una tendencia por la que los niños se
confrontarán con sociedades de ancianos, de adultos mayores; esto rompe la rela-
ción intergeneracional y acentuará el adultocentrismo.125 Y es que las grandes trans-
formaciones en la pirámide demográfica en muchos de los países de la Región, pre-
sagian a relativo mediano plazo un equilibrio de las edades muy distinto al que se
tuvo hace dos décadas.
Varios son los aspectos en los que la Convención por lograr un amplio consenso inter-
nacional, ha dejado abierta la posibilidad de que desde contextos culturales específicos,
se repiense la aplicación de los derechos. En otros aspectos, ha debido asumir un
discurso más cerrado, como en el derecho a la vida, a la educación, a la identidad, a la
opinión, al debido proceso, a la edad, etc.
123
Antonio PPeña
eña Cabrera
Cabrera, “La Racionalidad Occidental y la Racionalidad Andina”....UNMSM, 2003
124
F. García, PPilar
ilar
ilar, “Pachacutiq”, p.14.
125
M. T
T.. Tagliaventi et alii
Tagliaventi alii, “Non solo sfruttati o violenti, Bambini e Adolescenti del 2000”, relazione sulla situazione dell’Inanzia e
dell’Adolscenza in Italia.
212
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
213
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
214
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Ciertamente que en el marco de la Convención sobre los derechos del Niño, los
países de la Región han asumido el compromiso de reajustar sus legislaciones en
concordancia con el mandato que la Convención impone a los Estados parte. En
la última década, podríamos suponer que el tema de infancia ha ido ocupando
parte de la agenda política de los países, en el espíritu de la Convención. Sin
embargo, todo parece indicar que lo avanzado en la práctica en materia de actoría
social y política de los niños, es aún muy embrional; ciertamente esta situación no
es aislable de la del conjunto de los actores sociales, “ por esta razón, es que
desconfiamos de la apelación a un “mayor protagonismo” de la “sociedad civil”
que permita la “profundización” de la democracia como remedio a los problemas
políticos actuales”129 . Quizá sea pertinente recordar que el mismo Foro Social de
Porto Alegre, evento de la “sociedad civil” internacional, en los informes finales y
en los discursos publicados en Le Monde Diplomatique130 apenas tres veces se
menciona a los niños y siempre como víctimas de la pobreza o de la explotación
al lado de las mujeres.
130
Ver edición chilena, 2002
131
Ver elexcelente libro de Jorge Domic
Domic, “Niños Trabajadores”, La Paz, 2000, passim.
215
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Todas las culturas han establecido prácticas de socialización de sus niños, de cuidado
y protección, con frecuencia selectiva, vale decir privilegiando o jerarquizando géne-
ros y condición social. Estas representaciones sociales han expresado y recogido
visiones, tradiciones, mitos, ideologías, sentimientos, pasiones, etc.,131 y que a ries-
go de simplificaciones empobrecedoras, quisiéramos recoger en torno a cuatro ten-
dencias conceptuales y prácticas.
En primer lugar la idea de que los hijos son propiedad, posesión de los padres.
Se trata de una convicción fuertemente anclada en el imaginario social y con un
impacto decisivo en el ámbito familiar en particular durante la infancia;132 po-
dríamos expresarlo como el paradigma de la propiedad familiar, aspecto que
puede ser reforzado no sólo por las dificultades de espacio físico debido a los
problemas de vivienda, sino por el escaso tiempo que las actividades de
sobrevivencia dejan al encuentro padres - hijos y por el mundo simbólico que
rodea la familia y en particular a la relación de los hijos hacia sus padres y la
responsabilidad de éstos sobre sus hijos especialmente cuando ésta se presenta
como algo sagrado. Si a esto se añade la fuerte jerarquización intrafamiliar que
se encuentra en culturas urbanas en países de la Región podemos vislumbrar el
carácter delimitado de la participación activa y crítica reservado a los niños. No
es ajena a esta visión la justificación que se suele hacer de la violencia familiar
sobre los niños, cuando se suele responder: “Es mi hijo y tengo derecho a
pegarle”.
132
Ver Mary Martin Mc. LLaughlin
aughlin
aughlin,”Supervivientes y Sustitutos: hijos y padres del siglo IX al siglo XIII”, en Lloyd De Mouse
Mouse, op.cit.p.204.
133
Ver Jens Qvortrup
Qvortrup, “Il bambino come soggetto politico, economico e sociale”, en M. Del Interior, “Politiche sociali per l’ infanzia e l’
adolescenza”, passim, de. Unicolpi, 1991.
134
Ver Susana Iglesias et alii
alii, “El Niñ@ en los Congresos panamericanos”, 2da. Ed., Ifejant, 1998, passim.
216
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Un tercer eje que en el hoy de nuestra Región reaparece con fuerza inusitada, es la
de peligrosidad134 .
Por un lado este enfoque crea el espejismo de la participación pública y por otro,
tiende a reducir la participación a un ejercicio de laboratorio, algo así como cuando
135
Ver F.Cajiao
.Cajiao, “Niños y Jóvenes como ciudadanos de pleno derecho”, en Actas del Seminario, Bogotá, 1998, Unicef-Innocenti, p.28 :”Sin
217
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Los niños/as son prescindibles a niveles en que se definen las grandes coordenadas
económicas, políticas, sociales en un mundo globalizado y de altísima concentración
de poder; se presenta en el imaginario colectivo como algo normal, “natural” y que no
debiera sorprender que los niños/as como los jóvenes , los ancianos como los
indígenas, e inmensos sectores de mujeres, así como trabajadores del campo y la
ciudad, sean prescindibles para las grandes decisiones que los han de afectar; fenó-
meno que se repite incluso a niveles más locales. Es que la participación inexorable-
mente es también cuestión de poder y algo que cuestiona el poder establecido o las
formas de su ejercicio.
embargo, la escuela puede ser un buen observatorio, en tanto que es el primer “espacio público institucional en el cual se desenvuelven niños
y jóvenes. Podría decirse que en nuestra cultura el primer nivel de ciudadanía se adquiere al convertirse en “ciudadano escolar”.
136
Ver Martha Santos PPais
ais
ais, “The Convention on the Rights of the Child” en Manual on Human RightsReporting, 1997 y su draft paper sobre
218
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
219
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Una cierta visión cinematográfica ha popularizado una noción que se anida hoy en
gruesos sectores de la población: protagonista es el actor principal. Pero también en
el mundo de la política, protagonista es equivalente al “capo”, al “líder”, al “jefe”, al
“mandamás”, etc.
Referido a la infancia, ésta es una visión que exige un cambio de paradigma intergeneracional,
de las culturas de infancia y de adultez, de nuestras nociones de poder, de género; cambio
también en nuestros enfoques en psicología, en pedagogía, etc.
Es que vistas así las cosas podríamos decir que el protagonismo se nos presenta
como una cultura que recupera la centralidad del ser humano, su condición societal,
su educabilidad, su constitución de alteridad sustantiva. Y en el tejido social, el
protagonismo es además una conquista, es algo que admite procesos y desarrollo
fruto de relaciones sociales, de poder, de encuentros y desencuentros. Podríamos
decir, que si bien se nace protagonistas, se debe aprender a serlo cotidianamente.
220
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
221
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
poder en general. Quizá por ello los grandes referentes financieros coloquen la par-
ticipación de la población, de los grupos meta o destinatarios, etc., como un criterio
y una condición de sostenibilidad, de eficacia, de impacto y continuidad de los pro-
yectos sociales.
Muy brevemente , queremos repasar las cinco más caracterizadas formas de abor-
dar la participación:
222
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
c.- PParticipación:
articipación: una ciudadanía diferida
223
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
argumentación, creemos que exigir que la sociedad reconozca a los niños el derecho a la
preciudadanía, deviene en una cierta marcha atrás en lo que la Convención deja discre-
tamente abierto, es decir el que tenga derecho a opinión y a organización. Además la
Convención al no emplear para nada el concepto de ciudadanía referida al niño, tanto el
de una ciudadanía social como el de ciudadanía jurídica, no puede ser fuente para afirmar
la preciudadanía del niño, de la niña. Tendríamos que añadir, que el concepto mismo de
ciudadanía resulta inapropiado para referirse a que si bien todo ser humano-y a fortiori el
niño- por ser tal es miembro de una sociedad, de una colectividad, goza del derecho de
pertenencia a lo que con la modernidad hemos conocido como ciudadanía amplia, cul-
tural, social, es un ciudadano, no un pre-ciudadano, pues esta noción se refiere directa-
mente, en la mente de los autores, a la estricta acepción jurídica que norma de muy
variadas formas el ejercicio de ciertos derechos, entre ellos el de ser ciudadano con
capacidad jurídica. Por ello consideramos inadecuado el enfoque para hablar de
protagonismo de la infancia, de participación protagónica, los mismos que deberían ser
formas “diferidas” de participación para cuando los códigos o leyes lo determinen.
d.- PParticipación:
articipación: un derecho social y político.
224
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
225
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
gico al niño sociológico responde a un episteme que trajo implicancias notables para
la comprensión de la y las infancias139 , el niño como presente y no sólo como futuro
y por ende la disolución del episteme de la modernidad en torno a la infancia140 y el
término formal de la privatización o reclusión al ámbito de lo doméstico en que fue
colocada la infancia, para luego entenderla como parte del espacio público.
Quizá en las versiones que se han ido desarrollando en nuestra Región sobre
protagonismo y que finalmente erosionan su fuerza ideológica, conceptual, y política y
al banalizarlo terminan domesticándolo, explica lo que Assmann y Sung144 califican
como recurrente estratagema de cooptar discursos para desvanecer su sentido y
significado más radical.
De esta forma, permanece abierta la pregunta por la teoría social que subyace al dis-
curso del protagonismo, incluso un análisis más exigente como fundamentado del
tipo de cultura política que lo origina y que presupone hoy. Se puede decir que está
abierta la búsqueda por saldar las distancias que pueden darse hoy entre pensamiento
y realidad en relación al protagonismo, porque pensamiento y realidad se potencian
140
C. Corea, I.Lewkowicz
I.Lewkowicz, “¿Se acabó la infancia? Ensayo sobre la destitución de la niñez”, Lh, Argentina,1999, passim.
141
Montse Vidal y Jordá
Jordá, “”Discurso, síntoma e institución educativa”, Instituto Psicoanalítico,Barcelona, 200, passim.
142
P. Bourdieu
Bourdieu,”O Poder Simbólico”, BB, 2002, p.8.
143
P. Bourdieu
Bourdieu, “Cestión de palabras. Una visión más modesta del rol de losperiodistas”, en Pensamiento y acción, ed Zorzal, Bs.As., 2002, p.65.
144
Compétencia e Sensibilidade solidaria” Vozes, 2000,p.284-287. Um alerta para nao banalizar as linguagens motivacionais.
145
Citado por L.Duch, 1997, passim.
226
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Es saludable consignar que los discursos sobre protagonismo como hipótesis de matriz
para repensar la infancia, tienen sus primeros pasos en los países del Sur y con ello
evitamos que se nos apliquen las advertencias que hacía Nussbaum147 cuando escribe
que: “en la práctica sigue siendo problemático utilizar conceptos que se crean en una
cultura para describir y definir realidades de otra y más aún cuando la primera ha coloniza-
do y oprimido a la segunda”. Lo producido en América Latina sobre el protagonismo de
la infancia, de la juventud, sigue siendo una producción que no vacilaríamos en calificar de
incipiente y de carácter abductivo, vale decir, inferencial, hipotético, abierto148 .
146
En “Multiculturalismo y ciencia natural”, en Rev.Leviatán, n.81, 2000, p.52.
147
En Rev leviatán, n.82, 2001, p.91.
148
Recomendamos los trabajos desde Nicaragua de Liebel, desde Guatemala los de Gaytán y Gutiérrez; desde Perú los de Castillo, Hermenegildo
y Bazán.
149
G. Cohn
Cohn,”Ideología”, en AAVV, Términos críticos de la sociología de la cultura, Piados, Bs.As., 2002, p.134-140.
227
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
228
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Pero parece legítimo abordar el desarrollo del protagonismo como el esfuerzo por
plasmar una cultura en la que todos los seres humanos afianzando su interdependen-
cia, puedan hacer que ésta se encamine a favorecer el crecer como seres autóno-
mos individual y colectivamente considerados.
es un derecho de todo pueblo, de todo ser humano y como tales, los niños como conjunto de infancia gozamos de este derecho y del derecho a
ejercerlo”.
Art.15: “Ser protagonista es para nosotros una responsabilidad que nos exige calidad, excelencia en las iniciativas, en las opiniones, en las
propuestas que hagamos para que éstas tengan fuerza social, posibilidades de acogida”
Art.16: “Somos protagonistas, pero debemos aprender a serlo. El MNNATSOP (Movimiento de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores
Organizados del Perú) es un espacio para formarnos una personalidad protagónica, es decir humilde, con autoestima; flexible, con identidad
propia; tolerante, con convicciones fundamentales; emprendedora, con iniciativas sólidas; responsable, con, gran imaginación; solidaria en la
promoción del protagonismo de los demás”.
155
J. Sánchez PParga
arga
arga, “Orfandades.”, UPS, Quito, 2004, p.69-76
229
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Se podría argüir que la apología del protagonismo podría terminar siendo un factor
más que abone a favor de las tesis de quienes sostienen la desaparición de la infancia;
si por ello se quiere decir que las formas en las que hasta ahora se han representado
a la infancia en sociedades adultistas y los roles que en consecuencia se le han asigna-
do, convendríamos que sí, precisamente en un cambio de época en el que se desdibujan
aceleradamente las rígidas fronteras que se establecieron amparados en periodizaciones
que la psicología evolutiva nos dejara. En una cultura de internet, las generaciones
emergentes han iniciado un camino sin retorno hacia formas antes insospechadas de
entender el mundo, de representarse las relaciones entre los distintos grupos etarios,
de entender el tiempo y de configurar el espacio155 . Se trataría entonces de conside-
rar el protagonismo como cultura, ya que nos abre hacia horizonte mayor y más
complejo, toda vez que refiere a la totalidad de las prácticas.
156
Op.cit., p.145.
230
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
REFLEXIONES ABIERTAS
231
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
232
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
233
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Si bien es cierto que lo que tenemos es una reflexión en curso que trata de construir
una teoría general sobre los movimientos sociales urbanos 159 , esto no justifica un uso
arbitrario de esta categoría que poco contribuiría a hacerla madurar. De allí que otro
clásico del estudio de los movimientos sociales nos recuerde que sólo debemos con-
siderar como M.S. a las acciones colectivas fuertemente organizadas, con unos fines
* Texto publicado como capitulo X del Libro de Giangi Schibotto, "Niños Trabajadores, construyendo una identidad", Manthoc-IDEC, Lima
1990
157
Ver Denis Sulmont
Sulmont: EL FACTOR CLASISTA EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1er. Congreso Nacional de Sociología, ponencia,
Arequipa, 1987, mimeo: «Existe una opción cada vez más marcada por estudiar el proceso social en términos de movimientos sociales. Esta
opción, que rompe con el modelo de análisis estructuralista de las clases sociales, nos conduce a un enfoque dinámico e integral de éstas,
revalorando la importancia de la práctica y la lucha de clases para entender la realidad y transformarla», p.1
158
Cecilia Blondet (comp.): «Introducción», en MUJER Y SOCIEDAD. PERSPECTIVAS METODOLOGICAS, IEP-F. NAUMANN, Lima,
1987, p.10
159
Manuel Castells
Castells: CRISIS URBANA Y CAMBIO SOCIAL, 2a ed., S. XXI, México, 1981, p.174.
160
Alain Tourraine
Tourraine
ourraine, citado por Orlando Saenz Z.: «Acerca de los Movimientos Sociales Urbanos», en Nuevos Cuadernos, Çelats, N° 7,
Lima, 7985.
234
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
bien explícitos, con una base social definida por su pertenencia social y con un adversa-
rio que sea un grupo social claramente circunscrito 160 . Como afirma T. Evers 161 el
lazo de unión entre movimiento social y conocimiento social se ha roto y cualquier
intento de juntarlo otra vez tiene que empezar con el reconocimiento doloroso de
esta ruptura. No sabemos qué son estos movimientos sociales y cualquier dirección
que tomemos para llegar a una nueva comprensión será equivocada en cierto sentido.
El empleo exigente de la categoría M.S., aún reconociendo sus límites actuales como
aproximación conceptual, permite que evitemos el riesgo de reducir y simplificar la
multiplicidad y complejidad de los fenómenos sociales y la constitución histórica de los
sujetos y sus organizaciones162 . En el caso específico de las organizaciones de niños/ as
o en favor de ellas esta exigencia se torna más pertinente por lo reciente de su confor-
mación y lo utópico de sus características. Por ello resulta estimulante el ejercicio de
sistematización de la experiencia del Manthoc desde la óptica y las implicancias teórico-
prácticas de categorías como sujeto social, M.S., protagonismo popular, etc.
2.1
2.1-- Un concepto culturalmente producido
La crisis orgánica de las sociedades ricas así como en nuestros empobrecidos países,
aunque con expresiones y consecuencias muy diferentes, nos pone en el umbral de
nuevos alumbramientos teóricos y prácticos. No estamos ante una catástrofe o Apoca-
lipsis universal, sino ante el parto cada vez más universal de llegar a autodefinirnos y
actuar como humanidad. En todos los continentes hay inconfundibles signos de esta
nueva histórica posibilidad. Basta señalar los Movimientos de Liberación, los Movi-
mientos Étnicos, Los Movimientos Pacifistas, Ecologistas, por los DD.HH., los Movi-
161
Tilman Evers
Evers: «Identidad: La faz oculta de los nuevos Movimientos Sociales en América Latina», en Revista de Trabajo Social, marzo
1986, Bogotá, Pág. 8.
162
Ver C. Blondet
Blondet, obra citada, p. 11
163
Ver el excelente artículo de Giangi Schibotto
Schibotto, «La Niñez Invisible», en NIÑOS TRABAJADORES: EXPERIENCIAS Y
REFLEXIONES, 1988, Lima, ed. IPEC.
235
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Si bien 70 años son muchos para individuos e instituciones, son aún poco para proce-
sos históricos que suponen no sólo la solución de los problemas de los niños sino
articular dicha solución como parte de la liberación de los pueblos y del desarrollo en
justicia y paz social.
Tenemos que reconocer que las culturas dominantes nos imponen una ideología del niño
que es funcional a los proyectos sociales, económicos y políticos de la dominación. 163
Es tarea de quienes abogan por los derechos del niño desarrollar una propuesta con-
ceptual y práctica que permita afirmar al niño no sólo como objeto de protección y
sujeto de derechos, sino como poseedor del derecho a ser sujeto social.
2.2
2.2-- De sujeto como esencia a sujeto social como existencia
También del niño se habla como de persona, de sujeto y no de objeto. Pero el lenguaje
es esencialista y metafísico. Es este enfoque el que de hecho permite un desencuentro
y contradicción entre el discurso técnico-profesional sobre las necesidades del niño:
alimentaria, sanitaria, psicopedagógica, educativa, etc.; el discurso ético: persona, suje-
to; y el discurso político que lo reduce a la minoridad social y política, al silencio social,
a la inexistencia o invisibilidad como parte activa y protagónica en el cambio social.
164
La lucha por el cambio en la nueva Constitución del Brasil en ocasión de la Constituyente fue una oportunidad bien aprovechada por los
movimientos en favor de los niños para alertar y modificar la opinión de gruesos sectores de la sociedad y del Estado. Hoy se continúa a niveles
236
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Si bien es cierto las principales corrientes sociológicas privilegiaron los análisis macro
sociológicos y de las grandes estructuras, cuando hizo de los niños su objeto de estudio
no se salió del esquema que articula su análisis al estudio de las estructuras sin prestar
una atención sistemática a los sujetos.
Y cuando trabajó con categorías como práctica social, movimiento social, sujeto social
no las utilizó para abordar fenómenos sociales tan desafiantes como el de millones de
niños en las calles de muchas de nuestras ciudades en los países en desarrollo. El
desencuentro entre ciencias sociales y fenómenos sociales como el de niños trabajado-
res y de la calle, revela bien las prioridades que se asignan en las investigaciones sociales.
La normativa expresa también este desfase; en ella se habla del niño como persona y
sujeto en el sentido metafísico y psicológico. El discurso jurídico no se condice con las
políticas sociales y culturales.
Los códigos empleados nos ponen, en general, ante normas que enfatizan la necesidad de
corregir abusos o excesos, de proteger o prevenir. Es decir, el niño visto sí como sujeto,
pero más bien como sujeto «antisocial». Una estructura del discurso más en línea de
proyecto de vida, de responsabilidad en la sociedad, de vocación de servicio y de transfor-
mación, permitiría reconocer al niño como sujeto social. El anteproyecto de Nuevo
Código de Menores del Perú reincide y refuerza una concepción peyorativa del niño. 164
estaduales y municipales para lograr que leyes y estatutos propios respondan a una orientación popular. Ver CNBB, PASTORAL DO MENOR,
PROJETO DE LEI N° 1506 - ESTATUTO NA-CIONAL, en Cuadernos Populares da P. do Menor, Nº3, junio 1989.
165
Convención art.81
237
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
238
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Esto prueba que en la escena social y en la escena simbólica los niños pobres de los
países en desarrollo irrumpen como una posibilidad de reformulación del concepto y
rol social de los niños también en los países desarrollados.
2.3
2.3-- De sujeto de derechos al derecho de ser sujeto social
La Declaración de los Derechos del Niño consagró al niño como, sujeto de derechos.
E1 tono general es de carácter reivindicativo, refuerza el valor del niño como individuo
que evoluciona, crece ya teniendo opinión y va desarrollando su libertad.
Pero enfatizar que el niño tiene derecho a ser sujeto social implica algo más que maquillar la
Declaración de 1959166. Se trata de repensar el rol que cumplen la sociedad, los adultos, las
instituciones, el Estado ante los niños; rol inevitablemente sobredeterminado hoy por la ideología
dominante y por los niveles de desarrollo de las fuerzas productivas y sociales del país.
Reivindicar el derecho de ser sujeto social se basa en la vocación social de todo hom-
bre o mujer; permite encontrar un hilo conductor a los derechos de los que se es
sujeto y subrayar la intencionalidad y vivencia colectiva, comunitaria, social como lugar
de desarrollo y maduración de su condición de sujeto, de persona.
En nuestra relación con niños trabajadores y del MANTHOC vemos tres experiencias
166
Sobre un análisis crítico del texto de la convención a partir de una perspectiva latinoamericana ver el excelente artículo de Benno Glauser:
EVALUACION CRITICA, PROSPECTO DE CONVENCION, ed. Centro de Documentación y Estudios, Asunción, Paraguay, 1989, 19 Págs. ver
José Alvarado, LA CONVEN-CION POR LOS DERECHOS DEL NIÑO Y SU APLICABILIDAD EN EL PERU, ed. IDEIS, Lima, 1990; ver AAVV,
LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO ¿UN PROBLEMA DE LEGALIDAD? ed. COTADENI, Lima, 1989.
239
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
que conforman el espacio real y simbólico para la formación de una conciencia de ser
llamado a devenir sujeto social:
En los niños del movimiento y en muchos otros, el trabajo además de un valor económico
tiene un sentido de «dignidad», de autonomía relativa, de autoafirmación. En los NATs que
son hijos de migrantes andinos, se da algo de la cultura del campesino que es una cultura de
trabajo, de dependencia en el propio trabajo, mientras la cultura del costeño es todavía, al
parecer, una cultura colonial, una cultura de vínculo con el poder, de «contactos», más que
de control del futuro basado en el propio trabajo. El lugar que ocupa el esfuerzo, el propio
trabajo, para determinar el futura de su propia vida es muy grande en el andino.167
En el caso de los NATs y referido a su ser parte de los pobres, se produce algo similar a
lo referido a mujeres migrantes para quienes su prematura situación laboral no es sólo
una categoría económica, sino que está íntimamente cruzada con su ser femenino168.
240
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
cen humana y socialmente por ser trabajadores, por sobrevivir gracias a su trabajo, por
ser entonces útiles a los suyos y a la sociedad, etc., esos niños inician un acelerado
proceso de construcción de otra auto imagen. Este discurso en el Manthoc no tiene
nada que ver con aquel que exalta al niño que trabaja en contraposición con el niño que
roba, que preconiza el valor del trabajo sólo como antídoto a la vagancia, a la delin-
cuencia, como mérito personal, pero sin articularse en torno a la «dignidad social y
política», a la «dignidad de clase productora» que es matriz de dignidad individual.
En los NATs también el trabajo no es sólo una actividad económica y reivindicativa, sino
un nuevo campo simbólico de construcción, de la redefinición cultural y familiar 169. Y
esto puede ser tanto más cierto cuanto que los NATs, como se ha demostrado en el
capítulo sobre trabajo infantil, más que ubicar su impacto social en la lucha en el campo
de la producción, su fuerza y su aporte se van dando en la esfera de lo social, de lo
cultural e ideológico, de la reproducción ampliada de la fuerza de trabajo. El trabajo
infantil más que centrarnos en la lógica de las relaciones capital-trabajo como tradicio-
nalmente se ha entendido, nos remite a aspectos ideológicos y ético-culturales del
capitalismo dependiente como una forma de pensar la vida, de establecer relaciones
sociales, de proponer un proyecto social.
241
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Todo esto permite que organizaciones y las prácticas sociales de los niños organizados
integren dimensiones que las prácticas globales de la sociedad descuidan con frecuencia.
El asocianismo infantil es tan viejo como nuestras sociedades. Pero difícilmente irrumpió
como un verdadero movimiento social ni en Europa ni en el continente. La animación
de florecientes organizaciones infantiles fue responsabilidad de adultos y éstos no configu-
raron un movimiento de relevancia social en favor de los niños hasta la fecha. Experien-
cias como la Organización de Pioneros en Cuba, el Frente de Niños Sandinistas en
Nicaragua merecerían un estudio más especializado; experiencias como la de los Boys
Scouts son quizá de las más generalizadas a nivel internacional involucrando a diversos
sectores de la sociedad y a Estados, pero que, en nuestra opinión, no ha contribuido a
transformar ni la ideología dominante sobre la infancia, ni las prácticas pedagógicas con
niños; su estructura jerárquica además coloca a los adultos como representantes y
protagonistas del movimiento Scout.
Esto no significa desconocer los aportes que miles de jóvenes y adultos han recibido de
su pase por los Scouts; pero desde el punto de vista de su impacto en la transformación
social y política creemos que carece de fuerza antagónica, de inspiración de oposición,
de contenido de clase popular. Sin embargo, aunque comprensiblemente, es de los
movimientos más aceptados por la sociedad en todos sus estratos, por el Estado, por
las FF. Policiales, etc. pues finalmente son funcionales al orden establecido.170
242
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
En todo caso los movimientos surgen también como resultado de una voluntad histó-
rica, como fruto de un trabajo intencionado. Se trata de un complejo y convergente
dinamismo de la vida y la lucha y la organización de base, es allí que se puede ir forjando
un movimiento como movimiento social articulado a otros dinamismos y sujetos so-
ciales por la búsqueda de objetivos comunes.
Tenemos que recordar que también desde una perspectiva no popular se enfatiza la
importancia del grupo, del colectivo, pero como un trampolín al individualismo o al
arribismo. De allí la relevancia de la intencionalidad social, educativa, axiológica de la
formación de grupos de niños.
Cuando hablamos de organización infantil queremos apuntar a algo más que asociarse y
hacer algo juntos. En la experiencia del MANTHOC y de los Programas Educativos para
NATs, percibimos un problema: la ausencia de una organización de niños de carácter
masivo y popular hace que esas micro-experiencias que son cada una de las 50 bases del
MANTHOC o esos círculos auto educativos de la escuela tengan un techo relativamente
bajo. Esto les acontece también a experiencias como la del sindicato de lustrabotas de la
243
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Señalamos cinco elementos que cuando van desarrollándose dotan de perfil de organi-
zación a los grupos:
La relación entre madurez psicológica y rol social es determinante para las posibilidades
de una acción sostenida en la que los NATs puedan realmente ser sujetos sociales.
171
Esta es quizá una de las mayores lagunas de la sistematización de estos años de vida del movimiento. Se requeriría de un instrumental más
elaborado para investigar la incidencia transformadora en los NATs de su experiencia de organización, cómo y en qué marca su proceso de
socialización, qué rasgos de personalidad son favorecidos, etc. Esa es una tarea urgente, pero pendiente.
244
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
172
Carlos Franco
Franco: «La preferencia por una sociedad participativa (una exploración en personalidad, ocupación e ideología)», en
PERSONALIDAD, PODER Y PARTICIPACION, ed. Cedys,1981, Lima, Pág. 263.
173
Ibidem, p. 251
174
Ibidem, p. 250-1.
245
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
presentan para ellos un factor con mayor eficacia en la producción de sus orientaciones
psicológicas e ideológicas.
246
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
lar que sin embargo se limita al plano de lo social y no llega a un nivel político 177
.
Mientras la conciencia de ser trabajador y, como tal, parte de una mayoría pobre y
trabajadora expresa dos rasgos fundamentales de su identidad, la valoración de esta
identidad en términos de responsabilidad, de aporte a la familia, de ejercicio de cierta
autonomía, etc. genera un sentimiento de dignidad, es decir, de autoestima sustantiva
contrapuesta a toda auto imagen fabricada en base a presunción, vanidad o espíritu de
figuración.
Esta identidad y dignidad son expresiones de un poder subjetivo y de clase que facilitará
la construcción de un rol social y político como clase. La experiencia de ser gestor de
su propia organización refuerza este proceso y expresa, a su nivel, el protagonismo
infantil en construcción.
177
Ver Guillermo Rochabrún
Rochabrún: «Izquierda, democracia y crisis en el Perú», en Márgenes, II, N° 31988, Lima, pág. 19-20.
178
Ver Denis Sulmont
Sulmont, obra cit. p. 8.
247
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Cada niño/ a forzado a trabajar para sobrevivir sabe perfectamente que eso es así
porque es pobre, porque su familia es pobre y que sólo los niños bien no trabajan
porque no son pobres.
Cuando un grupo de NATs dice: «Tenemos que hacer algo por los niños/ as que son
más pobres que nosotros» estamos en las antípoda de una actitud paternalista o de los
gérmenes de populismos o interclasismo. Estamos más bien en el corazón de una
opción fundamental para repensar la función y la razón de organizarse como pobres,
de para qué se conquista conciencia y poder subjetivo, de cuáles deben ser las priorida-
des de la acción social y de la preocupación de la sociedad. Esta es quizá la experiencia
simultáneamente más enternecedora y la más sugerente en el plano de la acción social
que se vive a diario en la organización.
Como categoría analítica, pobre puede ser de una gran imprecisión; como categoría
existencial y movilizadora es de una fuerza singular no sólo entre NATs, sino también
entre las mujeres de sectores populares. Muchos de los grupos y organizaciones feme-
ninas valoran como parte de su identidad el ser pobres. La pobreza es un «estado
natural» de las mujeres populares, por eso es parte de su identidad. El ser pobres y
organizadas les permite valorar la importancia de la organización y empezar a consti-
tuirse en interlocutores populares, con el Estado y con los partidos políticos. Esta interac-
ción configura una adquisición y aprendizaje social aunque no necesariamente protege
de los efectos regresivos de las políticas asistenciales y del clientelismo.179
248
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
La organización como MANTHOC es para cada niño/ a una permanente escuela para
pensar y opinar personal y colectivamente sobre las cosas que les concierne y sobre
otros aspectos de la vida en su barrio, en su trabajo, escuela o en el país.
El aprender a opinar es un ejercicio irremplazable para ir forjando criterio, para ir
creando pautas de acción y conducta. Pero además de tener opinión hay que aprender
a expresarla, sino pierde fuerza convocatoria, impacto social. La seguridad que se tiene
en la expresión, en la comunicación es absolutamente esencial para el progreso del
país, así como la inseguridad de la expresión es uno de los factores más importantes del
subdesarrollo en este momento del país182.
Este es un aspecto que cobra hoy una relevancia grande cuando cada vez es mayor el
factor comunicación, capacidad de uso de los medios masivos para crear opinión pública,
para hacer política. Pero más básicamente, aprender a hablar significa entonces adquirir,
seguridad, reconciliación con su identidad social y conquista del espacio social183.
Sin embargo la opinión social se forja no sólo por el correcto uso del medio y de su
180
Ver Julio Lois
Lois: TEOLOGIA DE LA LIBERACION, OPCION POR LOS POBRES, ed IEPALA,1986, Madrid, passim
181
Ver Oscar Castillo - margarita Silva: «Problemas de género y clase» en Universidad y Sociedad Abierta, N° 1, 1988, pág. 72.
182
Ver Javier Iguiñiz
Iguiñiz, obra cit. p. 67-68: «... un problema muy serio en el Perú es que el sistema educativo ha producido muchos seres
inseguros, ha producido poca tranquilidad interna en las personas, poca confianza en lo que saben.»
183
Ver Rosa María Alfaro
Alfaro, obra cit., p.145.
249
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
lenguaje, sino porque su mensaje forma parte de la lucha social, es expresión en sus
propios códigos del antagonismo social y de alternativas.
La palabra de los niños es aún silencio social, su voz está privatizada en la sociedad y en
el Estado, pero ya empezaron a hablar. En efecto los NATs irrumpen en la escena social
desde dos procesos: el de la formación de movimientos en favor de ellos y el de
surgimiento de movimientos de niños trabajadores y de la calle.
Por otro lado asistimos en América Latina y el Caribe a un creciente florecer de orga-
nizaciones populares de niños. El 1er. Encuentro Latinoamericano de Lima fue una
expresión de ese florecer y de esa potencialidad; pero también de su heterogeneidad y
debilidad en relación a las exigencias históricas. En efecto, estos movimientos se enri-
quecen del desarrollo del movimiento popular y expresan también sus debilidades
cuando no superan cierta tendencia movimientista que es una especie de versión infan-
til del economicismo en el movimiento popular.
Tenemos la impresión que por la relativa novedad y el carácter aún ocasional de mu-
chas de las experiencias o proyectos con los movimientos de NATs, éstos no constitu-
yen aún una bandera de lucha de las organizaciones populares y que el desface técnico
práctico que evidencia no concitan el interés de científicos sociales que den cuenta
teórica de los procesos sociales en curso en dichos movimientos. Esto no facilita en el
plano analítico y práctico un mejor conocimiento de la lógica de los actores, en el caso,
de los NATs organizados.
La justa preocupación por hacer que los movimientos de NATs maduren y se desarro-
llen como fuerza social exige combatir todo intento de aprovechar esos movimientos
como «masa de maniobra» por el Estado o sectores políticos. De ser así se les estaría
250
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
El movimiento desarrolla una concepción educativa que tiene como matriz la forma-
ción por la acción, desde la acción y en función de la acción. No hay NAT que de
alguna manera no esté desarrollando diversos tipos de acción; en el movimiento irá
encontrando elementos que den a su acción nuevas o más ampliadas dimensiones.
Preocupación de la organización es garantizar coherencia entre el discurso de identi-
dad-dignidad que se construye en el Manthoc y las acciones que individualmente o
como grupo los hace públicos en el barrio, en el trabajo, en la escuela, etc.
184
Ver Gmo. Rochabrún
Rochabrún, obra citada, p.118
251
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No se trata evidentemente de que los NATs estén entretenidos haciendo algo para
evitar desorden o vagancia. Se trata de algo más definitivo para su formación como
militantes populares. Las acciones son la única posibilidad de que el NAT desarrolle una
conciencia social, de que le encuentre sentido a su vida, de que le encuentre sentido a
la vida de los demás. La acción, por más modesta que sea en su intencionalidad, en su
desarrollo y en sus logros es el camino obligado para crecer en la comprensión de las
cosas y en el saberlas encarar con eficacia.
En una de las experiencias con NATs de un mercado éstos decidieron a lo largo de todo
un año hacer una campaña de alfabetización y otra sobre los derechos del niño /a
trabajador. Como éstas podríamos enumerar centenares de iniciativas en el movimiento.
¿Por qué consideramos que estas acciones son potencial y socialmente útiles?
a- Los NATs reconocieron que a través de ellas se abrieron más a otros compañe-
ros superando la tendencia de hacer lo que al grupo le es útil o al individuo. No
es oponer intereses, es cuestión de prioridades.
b- Antes de lanzarse a acciones como éstas, los NATs reconocieron que era una
necesidad y una urgencia real de los «otros compañeros», pero también de ellos
mismos el aprender a leer y escribir.
c- Porque experimentaron que sólo tuvieron éxito en aquellas ocasiones que se
prepararon bien, que no eran hechas espontánea o improvisadamente.
d- Porque comprobaron que las acciones hechas realmente sirvieron para algo a los
demás y a ellos mismos.
e- Porque constataron que además de responder a una necesidad real y urgente, les
permitió ensanchar su concepto de necesidad real, pues se vivió un espíritu de
entrega, de aventura, de compañerismo, de humor y jovialidad, se hicieron de
otros amigos, etc. que son cosas también necesarias y urgentes.
f- Porque constataron que ni el Estado ni la sociedad se preocupan realmente de
dar salida a los problemas de analfabetismo infantil.
g- Porque constataron además que ni los adultos del mercado, incluso sus propios
padres, ni las autoridades del municipio, ni las autoridades educativas, ni incluso
los mismos NATs tienen clara conciencia de sus derechos ni hacen mucho colec-
tiva e individualmente para hacerlos respetar.
252
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Como se verá más adelante el MANTHOC se fue planteando desde 1983-4 la nece-
sidad de algunos servicios para llegar a más NATs a los que no se llega con la propuesta
organizativa del movimiento y para responder a alguna de sus necesidades apremiantes
como el comer, tener un lugar para dormir, lavar su ropa y ducharse, tener un espacio
propio para reunirse o tener una escuela de ellos que responda a lo que ellos son, etc.
La experiencia nos viene demostrando que el criterio de contar primero con organiza-
ción Manthoc de modo que la iniciativa y la responsabilidad sea de los chicos del
movimiento, permite encarar en otras condiciones el margen de asistencialismo que
pueden tener estas acciones. Pero lo más valioso es la conciencia que se adquiere en el
movimiento de ser parte de una acción que palpablemente presta un servicio necesa-
rio y que realmente es útil.
Esto nos introduce en otra dimensión de lo que los niños/as del MANTHOC conside-
ran como acciones socialmente útiles y es que éstas deben ser personalmente
gratificantes, reconstructoras de seguridad individual y colectiva, productoras y
reproductoras de una dimensión de lo social tan importante como es la experiencia de
logro, de éxito, de eficacia, base material de esa otra dimensión de lo social que es la
confianza, el humor, la alegría, el espíritu de camaradería y hasta de amistad. Podríamos
decir que se apunta a acciones que articulen lo útil y lo placentero.
Pero indudablemente que estas acciones así llamadas socialmente útiles y personal-
mente gratificantes pueden quedar reducidas al horizonte de lo inmediato y cooptadas
como funcionales al dinamismo de la reproducción de la dominación capitalista. En
este sentido aquello de «socialmente útiles» lejos de expresar la fuerza alternativa, el
antagonismo social, sería más bien sinónimo de «socialmente útiles al sistema».
Para que esas acciones de los NATs sean realmente portadoras del antagonismo social
y político de las clases populares se requieren algunos otros elementos que las transfor-
men en una práctica social de clase.
253
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Sin embargo éstas prácticas «dominantes» se dan con prácticas subyacentes alternativas;
así en la familia hay un celo y protección del niño que lo valora; en la escuela hay
docentes que se preocupan porque sus niños/as aprendan, salgan adelante y sean al-
guien en la vida; en las iglesias hay un discurso sobre la dignidad de la persona humana;
hay excelentes experiencias de niños as como promotores de salud, etc., etc.
En el caso de los NATs más que un antagonismo político, surge un rechazo, una agre-
sividad que desencadena un proceso que en lo ideológico va tomando forma de anta-
gonismo social y en lo psicológico o subjetivo cl de un sentimiento de rebeldía. El
185
Mouffle
Mouffle, citado por D. Slater, obra citada: passim.
254
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Cuando esta subjetividad es negada, los NATs ya no pueden quedar indiferentes, aun-
que sus reacciones pueden ser muy desiguales.
3.2 Una práctica social que se gesta desde las acciones socialmente útiles
¿Bajo qué condiciones podemos hablar de práctica social de clase en los NATs? ¿Cómo
se articulan las prácticas cotidianas a las prácticas sociales de clase? ¿Tienen los niños
255
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
trabajadores una manifestación o expresión como clase social? Indudablemente que los
NATs tienen una situación de clase, pero ¿cómo reconocemos su práctica de clase y el
alcance político de la misma?
Los niños son parte del movimiento de pobladores, del movimiento minero, obrero,
etc. Sin embargo las prácticas de clase de estos movimientos se analizan de manera
consolidada, allí en una lucha de meses como la de algunos gremios mineros la práctica
de clase de todos los que allí toman parte termina -a nivel del análisis- circunscrita a lo
que hizo el sindicato, pareciera que los demás, niños, esposas y sectores que dieron su
aporte como asesores, ONGs, etc., «apoyaron», «se solidarizaron», «participaron»
como quien dice estuvieron en la periferia de la práctica de clase o no tienen la repre-
sentación de clase y política que más formalmente se situaría en el gremio de manera
más visible y quizá más nítidamente clasista.
Sin bien los niños como las mujeres desarrollan una práctica de clase cuando ésta es la
del conjunto de un sector social, hay que reconocer que en cuanto niños o mujeres no
siempre se destaca un perfil propio. No obstante éstas y similares experiencias han sido
la fuerza de acumulación que ha ido configurando el importante movimiento popular
de mujeres, resultado de una participación directa en las prácticas sociales y políticas de
clase del conjunto de los sectores populares, y de prácticas sociales específicas como
clase y género. Nos atreveríamos a afirmar que ni los jóvenes ni los niños han alcanza-
do aún la conjunción de esas dos dinámicas, la global de clase y la específica de clase-
género-generación, pero hay procesos en curso que se van desarrollando en la pers-
pectiva de prácticas sociales de niños y jóvenes de sectores populares en perspectiva
clasista. Más aún, en la lucha de clase de nuestros países, parece que si las clases domi-
nadas, por su sola presencia, constituyen un factor inestabilizador al ponerse en movi-
miento, alertan la sensibilidad defensiva de las clases dominantes. 186
Pero hablar de práctica social de clase al referirnos a los niños organizados nos remite
Torres Rivas
186
Rivas, 1977, en Teresa Tovar: «Barrios, ciudad, democracia y política», en E. Ballon (ed): MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMO-
CRACIA, DESCO, Lima 7986.
256
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
257
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
ción de público. Pero esto que pareciera jugar en contra de un perfil diferenciable
en el conglomerado de sectores y de prácticas sociales populares, es el reflejo de
una compleja realidad.
En el MANTHOC vemos cómo los NATs son al mismo tiempo, y con acentos
distinguibles, niños/ as trabajadores, compañeros, vecinos, alumno/ a hijo/ a cris-
tianos, etc. Ser todo esto es ser alguien no reducible a una sola de sus caracterís-
ticas, sino desde cualquiera de ellas intenta recuperar las otras. Vale recordar
entonces que dentro de un movimiento social, un trabajador se expresa como
miembro del pueblo, como católico o como socialista, no necesita ser uno solo
de estos personajes, si quiere puede ser todos a la vez, no hay contradicción188
Quién sabe si por lo menos para el caso de los NATs, práctica social de clase no
es sinónimo de práctica social popular, es decir aquella que recoge, expresa y
construye una identidad de clase popular entendida como un sector social
pauperizado, dependiente de su capacidad de trabajo, explotado, que expresa
una alternativa antagónica al status quo en términos culturales, prácticos y
organizativos189; y en este sentido más amplio que proletariado o clase obrera.
c) Una pregunta de difícil respuesta es aquella sobre la fuerza o contenido político de
la práctica social de los NATs y no sólo de su eventual potencialidad.
La política se empieza a asumir desde una autopercepción aún embrionaria como
pueblo y como intereses populares y al mismo tiempo como una dimensión pre-
sente en el quehacer diario de las organizaciones. 190
A este nivel no nos cabe la menor duda que la experiencia de los grupos de NATs
tienen un contenido político. Pero hay situaciones de carácter más formalmente de
confrontación. En general hay dos cuestiones que deben ser profundizadas y teni-
das en cuenta no sólo para el análisis sino en la práctica organizativa.
La primera es la intermitencia de las acciones de confrontación que por falta de
institucionalidad y de suficiente articulación al conjunto del movimiento popular no
logran un nivel de acumulación capaz de crear situaciones de disputa real de hege-
monía. Esto deviene en la posibilidad de que la presión quede sólo en eso, en
presión, en irregulares movidas reivindicativas a nivel económico fundamental-
mente. Esta debilidad estructural o sustantiva hace vulnerable la dinámica de con-
formación de una práctica social de clase de los NATs, quedando expuesta a los
permanentes intentos de cooptación por parte del Estado y sus instituciones que
188
L. Mires
Mires, 1983, citado por Teresa Tovar, en: OTRA HISTORIA PROHIBIDA, op. cit p.179.
189
Giangi Schibotto - Gamma Grillo: EN LAS MANOS DE LOS NIÑOS, 1989, IPEC, Lima, Passim.
190
Teresa Tovar
Tovar
ovar: «Barrios, ciudad...» op. cit., p.114
258
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
259
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
260
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
193
Ver Rolando Pinto Contreras
Contreras: «Algunos problemas epistemologicos y metodológicos que surgen del actual nivel de desarrollo de la
llamada investigación participativá» en Rea. Educación, vol 9, N° 1-2,1985, Costa Rica.
261
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En un Programa Educativo para NATs en el que los niños/as habrían llegado a cierto
nivel de conciencia sobre el respeto que como NATs se merecen y en el que se había
hecho norma sagrada el no pegar jamás a un NAT en la escuela, sucedió lo que había-
mos prometido que nunca se daría. Un joven carpintero y estudiante de Pedagogía que
suplía a uno de los docentes, había dado un cocacho a uno de los niños. Los delegados
de la escuela exigieron un juicio al profesor por parte de la asamblea de NATs. El
debate fue duro y hubo quien propuso se suspendiera al profesor.
Luego de dos sesiones de evaluación del hecho en que se le recordó al profesor que
«un niño trabajador entiende las cosas y no necesita que se le pegue», el joven profesor
además de pedir disculpas y reconocer su falta les dijo con mucha humildad y cariño:
¿Saben por qué perdí la razón y le dí un manotazo al Nacho? Porque cuando era niño
y venía a vender mis chupetes y marcianos, muchísimas veces otros más grandes me
pegaban y me robaban la plata o los chupetes y yo era incapaz de trompearme... sólo
atinaba a llorar y me decía, tengo que aprender a defenderme y nunca voy a permitir
que nadie abuse, pegue o robe a un niño trabajador. Por eso cuando vi que el Nacho
estaba masacrando a golpes al Jimmy, yo me avalancé a defenderlo y separarlos. Allí se
me salió el coscorrón». Todos aplaudieron y le levantaron todo castigo al profesor. No
habíamos terminado de aplaudir y subió una joven llamando a gritos a Lupe para que
fuera a trabajar al puesto de frutas; Lupe estaba por decir que ya iba y de un cachetadón
la hermana se la llevó volando. Ningún niño dijo absolutamente nada por esa violencia
contra una niña trabajadora, allí bajo nuestras narices y todavía no hacía ni un minuto
que habían exigido que se respetara la exigencia de que ningún profesor debía jamás
pegar a un NAT. ¿Por qué esta incoherencia? «Es que ella es su mayor y puede pegarle
si no obedece» fue una de las respuestas; «es igual que si mi mamá le pegara» fue otra
respuesta.
Mientras los NATs van conquistando ciertos espacios en el respeto a sus derechos, en
otros aún reflejan viejas dependencias, en particular en el ámbito familiar y en la escuela.
262
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Pero esto no debería llevarnos a extrañeza alguna, pues precisamente a nivel académi-
co hay quienes sostienen que no debería hablarse de un movimiento social de pobres,
ni de movimientos urbanos y que en referencia a los pobladores no existen movimien-
tos sociales 194.
Sin embargo, consideramos que la cuestión del niño ya dejó de ser algo sin mayor
relieve en la sociedad o una simple cuestión de cuidado o de asistencia. La crisis, el
crecimiento demográfico y la incapacidad del estado para responder a las necesidades
básicas de la población, colocan la cuestión de los niños hijos de la pobreza y de la
injusticia como un fenómeno social, político y humanitario de proporciones. Pero,
además de estos factores, se han venido desarrollando desde el campo popular prácti-
cas sociales, niveles de organización, luchas y esfuerzos de creación teórica desde y
sobre la infancia popular que configuran sólidos pasos hacia un movimiento social.
Creemos que sea legítimo de tipificar de movimiento social en sentido amplio lo que
se ha avanzado y lo que se busca de desarrollar 195. En efecto, los fenómenos sociales
y entre éstos los conflictos sociales que dan origen a movimientos sociales, no son sólo
el resultado de las contingencias, sino de éstas en cuanto expresión también de prácti-
cas intencionadas o de omisiones; no son las contingencias históricas fruto del azar, del
destino «tout-court», quizá las que son provocadas por fenómenos de la naturaleza
parecieran escapar a la voluntad humana, pero ellas son en parte también resultado de
la capacidad y desarrollo del dominio de la naturaleza alcanzado por la humanidad y por
el tipo de prioridades que ésta se señala.
Es muy significativo que en la década de los ’80 se haya ido desarrollando esta manera
de caracterizar la lucha por la defensa de los niños del pueblo y la promoción de sus
organizaciones, en dos países en que se han dado procesos sociales, políticos y cultura-
194
Alain T ourraine
Tourraine
ourraine: La centralidad de los marginales», intervención al final del seminario SUR, 1988, separata. Allí mismo se menciona la
posición de Campero y Tironi para quienes «no hay movimientos sociales», lo que hay son pedazos, imágenes, elementos desocializados de
tales movimientos. Pero esto no significa que estos autores nieguen la categoría analítica de movimiento social sino su uso con propiedad al
intentar aplicarlo a fenómenos como las luchas urbanas, por ejemplo.
195
Refiriéndose a los sectores barriales, Teresa Tovar
Tovar
ovar: «Barrios, Ciudad, Democracia...», 1986, Deseo, p. 69-142, anota: «A pesar de no ser
«clase’ actúa como movimiento social entendiendo esta noción como una categoría intermedia entre «clase» o «movimiento popular». En
América Latina la noción de «movimiento social» no tiene el mismo sentido y contenido que el que le otorga Tourraine para las sociedades post-
industriales».
263
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero volvamos al caso peruano. Nuestra tesis podría resumirse así: si bien es cierto
que no se trata de un movimiento social en sentido estricto, existen elementos (prác-
ticas sociales, organización, luchas reivindicativas, etc.) que legitiman habalar de un
proceso de conformación de un movimiento social con características propias de esta
etapa de desarrollo.
196
«En la primera mitad de la década de los ’80 se gestó un amplio movimiento social y a partir de 1985 se comenzaron a articular varias
entidades de la sociedad civil que actuaban aisladamente, con el propósito de luchar por el progreso de la ciudadanía. Actualmente esta lucha
se viene llevando a cabo en conjunto con otros movimientos populares y sindicales que poco a poco van despertando para la lucha específica
por los derechos del niño y adolescentes». En Movimiento Nacional de Meninos e Meninas de Rua: CONTRIBUCÖES PARA DEFINICÄO DE
UNA POLITICA PARA INFÄNCIA E JUVENTUDE NO BRASIL, 1959, Brasilia, p.13.
197
Remitimos a la bibliografía nacional de este mismo libro.
264
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Es evidente que si intentáramos aplicar a lo que se viene dando en el país los cinco
criterios que un autor señala para reconocer algo como movimiento social contempo-
ráneo en el Perú, no se aprueba el examen 198, pero en parte permitirá decantar lo
avanzado y lo por hacer.
4.1
4.1-- C onflictos de clase como antecedente
Conflictos
Todo movimiento social surge como respuesta y como propuesta a un conflicto social;
son precisamente las contradicciones que le dan origen las que determinan también las
características de dicho movimiento social 199.
Los últimos 20 años de vida del país han conocido procesos sociales los más insospe-
chados, conflictivos y que han modificado el gran escenario social y político.
En ese contexto tendríamos que preguntarnos por los conflictos de clase, por los ejes
de disputa de hegemonía a las clases dominantes que han dado origen al naciente
movimiento social por los niños/as de las clases populares.
El debate fue la expresión verbal y escrita de una importante lucha por la hegemonía de
un proyecto que se reclamaba popular en su orientación, la Reforma Educativa y la
impugnación del mismo por las clases dominantes. No es éste el lugar para hacer un
balance más matizado de las bondades y limitaciones de la Reforma Educativa 200, pero
la lucha desbordó la pugna por el control de la escuela y constituyó un auténtico debate
y enfrentamiento por el poder en algo que comprometía la identidad de la nación en
formación.
198
David Slater
Slater: «Nuevos movimientos sociales y viejas preguntas políticas», 1989,
en Revista Foro, N° Bogotá. El autor señala cinco características: a) liderazgo político que asegura una capacidad organizativa rudimentaria;
b) capacidad de delinear un proyecto político de cambio regional... y un discurso que puede llegar a una amplia variedad de sujetos sociales
regionales; c) identificarlos como objeto de la lucha transformadora; d) generar efectos concretos sobre el sistema de relaciones de poder y
de practicas sociales;... ; e) que no sea efímero... pero sí poco estructurado administrativamente.
199
Orlando Saenz Z. Z.: «Acerca de los Movimiento Sociales Urbanos», en Nuevos Cuadernos Celats, N° 7,1985, p.102.
200
Sobre la Reforma educativa de la ley 19326 ver los trabajos del Dr. Emilio Barrantes y los de Teresa Tovar en DESCO,1986.
265
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En este clima se plantea desde otra perspectiva la cuestión del niño, de la infancia
peruana, de los jóvenes. La reforma de la educación incidía en la importancia de
forjar en los niños/as una concien cia crítica y creativa; insistía en el espíritu de
solidaridad y en la participación. Conciencia y participación organizada y creativa
reordenarían, reorientarían la crítica a las políticas educativas, sociales, de salud,
etc. que se refirieran a la infancia y abrirían a una nueva práctica profesional y
teórica con la infancia.
Puede decirse que en torno a la reforma educativa los sectores populares mantu-
vieron una cierta iniciativa que se expresó en las numerosas experiencias de edu-
cación popular. Aquí echan raíces, de una u otra forma, las experiencias educativas
alternativas que van floreciendo en el país, los movimientos pedagógicos 202, las
diversas iniciativas en el campo de la salud infantil, la recreación y la organización
de niños/as. Todas ellas son portadoras de una nueva concepción del Niño/a y de
su rol social; pero conviene recordar que el debate sobre educación se dió cuan-
do ya se había producido el debate sobre reforma agraria y se debatía la cuestión
de la movilización social y de participación popular así como la cuestión de la
comunidad laboral con participación de los trabajadores. Fue un tiempo de intensa
y fecunda lucha y producción ideológica y teórica.
201
Ver el importante trabajo de Sigfredo Chiroque Ch.:
Ch. EL MAPA DE LA POBREZA EDUCATIVA EN EL PERU,1990, IPP, Lima.
Ver Manuel MAR
202
TINEZ
MARTINEZ
TINEZ: «Comentarios a 13 experiencias alternativas de educación», en 1990, IPP, serie Autoeducación docente; ver
además: MOVIMIENTO PEDAGOGICO JOSE ANTONIO ENCINAS, 1988, ed. Tarea, Lima.
266
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Los sectores populares sostienen en el campo y la ciudad una dura lucha de resistencia
en el campo sindical obrero, en el sector minero, en las ramas manufactureras, en la
construcción civil. Pero en particular son los sectores más golpeados por el desem-
pleo, la inestabilidad laboral que masivamente responden con lo que se han llamado
estrategias de sobrevivencia.
203
«Hay por tanto un creciente universo de peruanos que agotan sus potencialidades de energía psíquica en la lucha por la supervivencia, es decir
no están en condiciones de sujetos de cambio cualitativo, de diálogo, de hacer prevalecer el imperio de la palabra sobre la violencia destructiva
y autodestructiva», en César Rodríguez Rabanal, : «El retorno del reprimido», en Márgenes N° 5/6, Dic. 7989, p.192.
204
Ver Mirko LLauer
auer
auer: «Adios conservadurismo, bienvenido liberalismo. La nueva derecha en el Perú”, en revista Nueva Sociedad, N° 98,1989.
Franz Hinkelammert
Hinkelammert: «Democracia y nueva derecha en América Latina», ibidem. Fancisco Durand: «La derecha renovada», en Márgenes,
N° 5/6, diciembre 7989, p. 205-225.
205
Ver Jesús Guillen Marroquin
Marroquin: «Child Labour in Perú: Gold panning in Madre de Dios», 1988, en ILO: COMBATING CHILD LABOUR,
Ginebra, p. 67-74;. Boyden: “National policies and programmers for child workers: Perú”, ibidem, p. 195-2.15; NIÑOS EN SITUACIONES
DE ALTO RIESGO EN LIMA, PERU, 1988, ed. Unicef, Lima, 142 págs.; Renér Rodriguez }i.: EL TRABAJO DE LOS NIÑOS, PERU, 1980, 1L0,
Ginebra, p. 129-142; ILO. CONDITIONS OF WORK DIGEST, vol 7, N° 1, 1988, Ginebra, p.163-9.
267
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
años ’80, su significación social y política viene siendo más tenida en cuenta no sólo por
las . o instituciones que trabajan en su atención, sino por las organizaciones populares
en los últimos cinco años.
Tendríamos que reconocer que el problema del trabajo infantil no constituye aún una
reivindicación popular y la lucha por la protección y transformación de las actuales
condiciones en que se da tampoco constituye una presión colectiva y sustentada en una
conciencia popular clara y organizada.
Pero hacia eso apuntan experiencias como las del MANTHOC, Gente del Mañana,
Qosqo Maqui y otras. Lo que se disputa a la ideología dominante, a la legislación
vigente y a las políticas educativas, culturales y de asistencia en general, es el derecho de
ser ciudadanos, sujetos sociales y económicos beneficiarios de las conquistas laborales
a titulo pleno principalmente en un país cuya Constitución Política lo define como una
nación de trabajadores206.
Sin desestimar los aportes del debate sobre si hay o no movimientos sociales urbanos
o si se pueda hablar de nuevos movimientos207, en los 70 y 80 se han desarrollado
importantes formas de organización popular en los barrios en lo que constituye el
206
Los anales que recogen las crónicas de los debates de la Asamblea Constituyente reportan que se estuvo a punto de definir al Perú copio una
nación basada en el trabajo. Pero finalmente, en un gesto de coherencia no frecuente, prefirieron definirlo como nación de trabajadores; aunque
sin trabajo para una mayoría, habría que añadir. Ver: Constitución Política del Perú.
207
Ver Guillermo R ochabrún S.
Rochabrún S.: «Izquierda, democracia y crisis en el Perú», en Márgenes, año lI, N° 3, 1988, p. 97-99 y 116-117. Cabría
preguntarse qué hace nuevo un movimiento social. Algunos señalan tres elementos: a.- el antagonismo político y democrático; b.- el cuestionamiento
de algo más que lo estrechamente entendido como político, es decir la esencia misma del criterio de poder (Evers. T) creatividad y no sólo
negación; c.- La construcción de nuevas identidades y nuevas prácticas, por ejm. logro y control de autonomía más que poder político (Falk),
Democratización y transformaciones culturales y sociosíquicas (Evers T), etc. Ver D. Slatcr, op. cit.
268
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Aunque hay quienes acertadamente señalan que en los ’70 las luchas populares no se
articulaban en positivo por la conquista de la democracia y que la restauración del
sistema democrático llegó más que como una victoria popular, como una respuesta de
la dictadura 208 es evidente que los movimientos clasistas pugnaron con cierto éxito por
ensanchar el espacio popular. A fines de los 70 se evidencia un marcante carácter
político de las luchas populares, el inicio asimismo de una crisis de la cultura política
vigente en el campo popular y la disputa del espacio político a las clases dominantes
también desde la escena legal parlamentaria.
Más que hablar de un conflicto social como destacable en cuanto antecedente causal de
lo que es hoy el movimiento social de y en favor de los niños, creemos que se trata de
un rico proceso de construcción del bloque popular en su disputa por plasmarse como
sujeto político colectivo frente a las clases dominantes.
Los años siguientes hasta el cierre de la década de los ’80 estarán marcados por un
proceso intermitente de afirmación, resistencia, lucha por conservar el espacio social y
político, cierto retraimiento de movimientos populares ante los estragos de la crisis,
repunte de luchas y generalización de conflictos reivindicativos, avances importantes en
el campo por la democratización de la tierra, emergencia de sectores combativos
como estatales, médicos, etc.
En todo este proceso de la lucha de clases en el país, los niños han participado de una
u otra forma. En todo caso el saldo más importante hay que recogerlo en una expe-
riencia más masiva de luchas por los derechos básicos, en la conciencia cada vez más
colectiva de las causas de su situación y del derecho a que esto cambie. Gruesos
sectores populares expresan no sólo con mayor indignación política su derecho a la
dignidad, sino que van comprendiendo que sólo una indignación organizada puede su
fuerza social y política para disputar y tener éxito.
208
Guillermo Rochabrún
Rochabrún, ibidem, p. 82-84. «Los paros tuvieron como resultado político la retirada de los militares a sus cuarteles y el
retorno de los civiles al gobierno a través de las elecciones democráticas, lo cual había sido una exigencia de la derecha. Los trabajadores no
habrían buscado esas metas, sino el cambio de la política económica y de la política salarial y sindical del gobierno ... la izquierda no conquistó
el campo de la democracia sino que fué capturada por ésta.»
269
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Quienes trabajan con chicos/as trabajadores pueden percibir con facilidad los embrio-
nes de esta conciencia en la mayoría de ellos; en todo caso, es muy corto el camino
para que ésta aflore y se desarrolle.
Esto explica el surgimiento de una cierta voluntad ciudadana popular por interesarse,
apoyar y hasta promover la defensa de los derechos del niño. Aún es sin embargo
insuficiente el desarrollo de este proceso y de ello testimonia la debilidad, cara a los
desafíos del problema global de los niños/as de sectores populares, de las mismas
organizaciones de chicos/as trabajadores tal como se encuentran hoy. Pero lo avanzado
es inexplicable fuera de la dinámica de los otros movimientos sociales de estas décadas
y de la vitalidad y experiencia acumulada en el movimiento popular de esos años.
El discurso sobre organización, protagonismo, sujeto social referido a los niños/as aun-
que en parte pareciera adelantarse a los procesos reales, no es un mero recurso
semántico sino que recoge una práctica existente germinal, pero real. Pero la fuerza
social y política de un movimiento no es el resultado de un discurso ni del empeño
voluntarista por más meritorio que éste sea; mientras respondan estos movimientos a
circunstancias sin plantearse desde allí la cuestión del poder, su significación histórica no
trascenderá cierta evocación ética.
209
Este parece ser, en el caso brasilero, una de las mejores contribuciones del Movimiento N. Meninos e Meninas da Rua: hasta cinco años atrás
el fenómeno menino/as de la calle que ya existía desde bastante tiempo, era discutido en un cícurlo restringido a los más interesados, «hoy un
amplio movimiento social que tiene como uno de sus exponentes al M. Meninos/as de rua, viene colocando la cuestión en el orden del día de
la sociedad brasilera. El asunto está hoy en la agenda de las autoridades y de la sociedad en general, sin embargo se hace necesario un gran esfuerzo
para colocarlo como la prioridad nacional», M.N. Meninos/as de rua,Brasília: DF, MOMENTOS MARCANTES DE SU HISTORIA, mimeo,
9 págs., archivo Manthoc.
270
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
A fines de los ’70 la celebración del Año Internacional de la Infancia fue ocasión propicia
para interesar a la sociedad y al Estado por la cuestión de los niños. Sin embargo, sería
recién a mediados de los ’80 que se produciría un cierto florecer de iniciativas en
perspectiva popular y con alcance nacional; asímismo un incipiente diálogo de las ONGs
y organismos gubernamentales sobre políticas de infancia, experiencias, etc.
Las décadas de los ’70 y ’80 han cerrado con una experiencia importante de organiza-
ción popular. Las divisiones, las tendencias, la temporalidad, los retrocesos a causa de
factores internos como externos, ponen una nota crítica insoslayable al hablar de organi-
zación popular. Pero simultáneamente es sobre este llamado a lo real, a lo concreto de
la organización popular que puede afirmarse que es sobre ella que se cimenta la convic-
ción y la esperanza del cambio.
210
La literatura sobre el fenómeno de la violencia y de la guerra es abundante, multidisciplinar, heterogénera y desigual. Señalamos un ensayo
que sintetiza remarcablemente el estado de la cuestión, de Nelson MANRIQUE
MANRIQUE, en Márgenes N05/6, dic. 1989: ‘7..a Década de la violencia»,
p.137-182 y 195-201.
271
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Aquí los niños, en particular los de zona de emergencia, son quizá las víctimas más
directas y los que comprometen más el futuro. La respuesta del joven oficial responsa-
ble de la masacre de Accosmarka en la que asesinaron bárbaramente a los niños de esa
comunidad, revela bien cómo piensa una mente militarizada: los niños de esos pueblos
son «presuntos terroristas».
En esta década de tanta violencia, los años ’80 han conocido sin embargo expresiones
importantes de resistencia y afirmación popular en lo que a niños se refiere.
211
Entre las áreas temáticas para la década de los ’80, Fernando Calderón y Elizabeth Jelin señalaban los derechos humanos apuntando
que esos movimientos han dejado pendiente su formulación positiva, concreta- ya no sólo fundamentalista y ética-de un proyecto político
posible. Ver: CLASES SOCIALES Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMERICA LATINA PERSPECTIVAS Y REALIDADES, 1988, separata,
archivo Manthoc. Dentro de ésta corriente los derechos del niño no han encontrado un espacio específico y en general era incluso necesario
darle perfil propio y no como un apéndice de organismos de DD.HH.; en el caso peruano además a causa de la situación de violencia los
organismos de DD.HH. son vistos como «sospechosos», lo que complica su actuar.
212
Ver Instituto «J.Ma. Arguedas»: LOS NIÑOS DE LA GUERRA, Ayacucho, 1988, que recoge las ponencias del 1er. Seminario Nacional sobre
violencia, niño, familia y comunidad, celebrado en noviembre de 1986 en Ayacucho.
272
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
de los niños213. Podríamos afirmar sin pecar de entusiasmos fáciles, y por ello peligro-
sos, que estos años de todas las violencias no sólo están teñidos de sangre; el pueblo
también ha sacado indignación y amor a la vida, imaginación y voluntad de justicia,
sabiduría y organización de tanto dolor y aspiración truncada.
El movimiento social de y en favor de los niños/as de sectores populares tiene una clara
opción por la organización popular como matriz de democracia y de fuerza social
transformadora; como espacio de socialización y desarrollo de la personalidad de los niños/
as inspirado en los valores del respeto, del amor a la vida, a la dignidad, a la propia identidad
cultural, étnica; a la solidaridad; a la generosidad en el espíritu de lucha y contra la injusticia,
213
Esto se percibe incluso de quienes de alguna manera trabajan profesionalmente en la promoción de los derechos del niño, pero que no logran
desprenderse de una ideología que mutila la potencialidad del niño como sujeto social. Entonces se llegan a preguntar si hay que promover la
organización propia de los niños/as trabajadores por la posibilidad que sean fácilmente captados por los grupos alzados y de allí que consideren
riesgoso hablar y promover el protagonismo de los niños. Con este criterio habría que desalentar todo esfuerzo de los sectores ‘ populares por
organizarse, lo que resultaría además de ir contra la historia, mucho más riesgoso y vulnerable para la clases populares.
214
Como lo señala agudamente el Senador Rolando Ames, es un término cooptado y vaciado de su significación en la izquierda por la derecha
y el pentágono. Ver María del PPilar
ilar Terro
Terro
erro: SOBRE EL VOLCAN, ed. Centro de Estudios Latmoameri’ canos 1989, «Encontrar el camino de
subversión democrática», págs. 91-92.
273
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
etc., etc. Es decir como espacio de reproducción del poder subjetivo y social. En este
sentido el movimiento expresa un antagonismo ideológico y cultural que es un componen-
te substantivo de su perfil como movimiento social en formación y de su lucha contra la
violencia ideosimbólica que sustenta la violencia estructural.
Para nosotros finalmente, el problema del narcotráfico y la droga constituyen otra cara
no menos dramática de la violencia en el país. De una u otra forma esto afecta la salud
física y mental de las nuevas generaciones. Los llamados niños callejeros se encuentran
expuestos al consumo como al negocio.
Los cuatro antecedentes que venimos de señalar como referentes de lo que hoy tene-
mos en el país de movimiento desde la cuestión de los niños de sectores populares
explican, en parte, los conflictos de clase en los que se intenta una comprensión analí-
tica del surgimiento y desarrollo del movimiento de y en favor de los niños.
Desde nuestra experiencia en el MANTHOC, creemos que los NATs se van forjando
como actor social en la lucha de la vida cotidiana más que en conflictos de alta intensi-
dad; allí va construyéndose ese piso firme de la conciencia de su condición y dignidad
de ser trabajador, su identidad como parte de la clase trabajadora. Sobre esta base
concreta y sobre la base material de su organización los NATs van ejerciendo y com-
prendiendo mejor su autonomía y protagonismo en el escenario de las organizaciones
de base en sus barrios o en sus lugares de trabajo 215. Pero esto es insuficiente, aunque
sabemos que desde lo cotidiano se puede estar en camino para cuestionar todo el
social 216. Es preciso señalar que el MANTHOC no surge como resultado de ideolo-
gías basistas 217, de cierto desencanto partidario o de la sensibilidad de cristianos que
optan por los «más pobres». Los jóvenes obreros recientemente despedidos y golpea-
dos por la represión de los años 76-80 sí eran críticos de sus organizaciones políticas,
215
«Si las luchas de las clases subalternas son episódicas por definición, en sociedades heterogéneas se tornan aún más desagregadas. Por esta
misma razón, la Constitución de las clases populares como actores y su expresión en términos de voluntad e identidad colectiva no pueden darse
unicamente a partir de situaciones intensas de conflicto social», Teresa T ovar
Tovar
ovar: OTRA HISTORIA PROHIBIDA VELASQUISMO Y M. POPU-
LAR, Desco 1985, p.17.
216
«Ellas, desde lo cotidiano, interpelan al todo social, lo hacen político, internacionalmente subversivo; entonces lo doméstico, la maternidad,
lo cotidiano, no es alternante a la vida política, sino que éstas dimensiones se politizan y deben constituir poder social». Rosa Ma. ALF ARO
ALFARO
ARO:
DE LA CONQUISTA DE LA CIUDAD A LA APROPIACION DE LA PALABRA, Ed. Tarea, 1987, p.148.
217
Ver Manuel CASTILL
CASTILLO O OCHO
OCHOA A: «Los nuevos movimientos sociales populares. Acumulaciones y límites» en revista Universidad y
Sociedad abierta, SUM, N° 1, 1988,p.72.
274
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
En los años 76 se produce una doble experiencia; una en torno al mundo del trabajo de
los niños/as, la otra en torno al problema del estudio; la primera es iniciativa de jóvenes
trabajadores de la JOC, la segunda es iniciativa de trabajadores sociales del CESIP;
ambas experiencias se concretan en dos organizaciones el MANTHOC en 1979 y
Collera hacia 1981219.
En el caso de los niños se repite una confluencia de esfuerzos que también podrá
encontrarse en el campo de la educación popular, de la organización barrial, de jóvenes
y mujeres. El MANTHOC es fruto de la militancia de trabajadores de las comunidades
cristianas populares; Collera es fruto de ONGs trabajando en el mundo popular. Des-
de entonces se continúa luchando por ganar el espacio social y político que requiere un
movimiento de y en favor de los niños para aportar a la transformación del país.
Cuando decimos un movimiento social de nos estamos refiriendo a los chicos entre
los 6 y 15 años, niños y adolescentes que se organizan. Cuando hablamos de un
movimiento en favor nos estamos refiriendo a todas aquellas iniciativas que cubren
desde el periodo prenatal en adelante.
Urrutia
Urrutia: COLLERA, CUANDO LOS NIÑOS SE ORGANIZAN, 1989, CESIP.
275
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Podríamos señalar tres elementos que de alguna manera hacen menos impropio
hablar de movimiento social de y en favor de los niños y adolescentes: la eviden-
cia de un fenómeno social; la conciencia colectiva y analítica del fenómeno que
exprese a nivel del pensamiento, de la lógica del sentimiento, del espíritu el
movimiento social que se va dando en el plano de la contingencia y contextua-
lidad social, y es por ello que indefectiblemente se trata de una conciencia de
antagonismo; finalmente es necesario una voluntad política colectiva que expre-
se en el plano de la acción, de la práctica la negación de la lógica que está al
origen del fenómeno social y que inaugure en el plano de las correlaciones de
fuerzas sociales el proceso de producción de una alternativa; dicha voluntad po-
lítica tiene en un proyecto social su columna vertebral. Estos tres elementos son
indispensables para tipificar con mayor propiedad de movimiento social una cier-
ta afirmación -negación- afirmación presente en expresiones masivas de reivindi-
cación de la vida, de la dignidad, de la propia identidad.
En el caso peruano podríamos decir que el primer elemento está dado; pero los
dos siguientes son muy embrionales 222.
220
Teresa Tovar
Tovar
ovar: OTRA HISTORIA PROHIBIDA, 1985-Desco, p.16.
221
F. Calderón y E. Jelin
Jelin, op. cit., p.176.
222
En países como Méjico y Colombia que enfrentan un masivo problema de niños en las calles los niveles de convivencia y voluntad política
son similares al caso peruano. Esfuerzos como el Primer encuentro de ONGs, que trabajan con niños en Méjico DF, en 1989, o la Mesa
Relacionadora en Uruguay o la Red para la Infancia y la familia en Colombia, Ecuador, Paraguay, Bolivia y Chile representan un esfuerzo
importante para lograr un vasto movimiento social de y en favor de los niños/as. El primer Congreso de Chicos del pueblo en Argentina, en 1988,
y de Chicos de la calle en Guatemala en 1988, indican la emergencia de una nueva sensibilidad y voluntad política.
276
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Una pregunta que surge es sobre qué ejes concretos articular un discurso y una práctica
social que recojan e impulsen un movimiento social de y en favor de los niños/as y
adolescentes.
Paradójicamente estos tres ejes para ser viables y dinamizadores presuponen un cam-
bio radical en la concepción del niño. Nuestra experiencia en el Manthoc tiene en el
niño trabajador su eje epistemológico para iniciar una crítica a la ideología dominante
sobre la infancia, y se parte no del niño sino del trabajador. Allí está la matriz
epistemológica y epistemocrática si se nos permite la expresión. El capítulo noveno de
este libro nos da los elementos que fundamentan y dan base material a toda construc-
ción teórica y práctica de los niños/as como sujetos sociales, como sujetos de derecho
a la organización, a la autonomía, al protagonismo.
De este esfuerzo analítico se debe partir de hoy en adelante para recuperar un discurso
y una práctica teórica y social que reconstruya un concepto no perverso de niño como
el que nos domina.
La entrada por el niño/a trabajador se evidencia así coma fecunda para la producción
teórica sobre la infancia en general y como potencialmente transformadora de las
prácticas sociales en lo productivo, lo pedagógico, lo cultural, lo organizativo, etc.
Pero son innúmeras las cuestiones a las que habría que responder con seguridad y que
este ensayo no podrá aún hacerlo. ¿Qué proyecto social histórico propone el movi-
277
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
b. Los NA
NATTs y su aporte al perfil del movimiento social de y en favor de los niños/as
Los movimientos sociales se caracterizan por expresar una oposición, por luchar por la
sobrevivencia, por su perfil reivindicativo. Obviamente no son sólo esto 224, sino que
su relación e incidencia en la política constituyen otro elemento sustantivo 225. El mo-
vimiento de y en favor de los niños se viene beneficiando del aporte de dos dinámicas
predominantemente urbanas: el movimiento de pobladores y el movimiento de mu-
jeres populares. Paradójicamente el movimiento de jóvenes no aporta no obstante
que son numerosos los jóvenes que forman parte como acompañantes, promotores o
como colaboradores de las organizaciones infantiles, de grupos de niños/as. Estos
movimientos han desarrollado la dimensión política de los espacios sociales, han politizado
la vida cotidiana y cotidianizado la política 226.
En el caso del MANTHOC, son estos dos movimientos que han estado más cerca;
aunque son niños/as que trabajan no se ha sentido el aporte del movimiento sindical o
de las asociaciones de comerciantes, etc.
En relación a las iniciativas de experiencias como la COTADENI, parece ser que ambos
movimientos, el barrial y de mujeres, han jugado un papel decisivo en el desarrollo del
trabajo en estos años.
223
Ver Saenz Z. Orlando
Orlando, obra citada p. 102: «Un elemento clave de todo movimiento social es el proyecto social histórico que propone...
un movimiento que carezca de un proyecto social alternativo no es un movimiento social porque no apunta a producir transformaciones
radicales en la sociedad».
224
Alain T ourraine
Tourraine
ourraine, op.cit. señala tres definiciones de M. sociales:
a) la norteamericana que llama alfa es reivindicativo, de presión;
b) el tipo beta de orientación comunitaria y de defensa de la identidad;
c) el tipo gama en el sentido europeo como acción organizada de un grupo en lucha por el control de los recursos básicos de la sociedad:
inversión, producción , principios éticos, modelo de conocimiento.
225
Ver Denis Sulmont
Sulmont: EL FACTOR CLASISTA EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, ponencia en el 1er. Congreso de Sociología, Arequipa
1987, 24 págs.: «Los movimentos sociales constituyen una de las principales formas de acceso a los actores sociales a la conciencia y la acción
política dándole un contenido clasista», p.1-2.
226
«Desde sus carencias y urgencias de supervivencia, los pobladores se relacionan con la política», Teresa Tovar «Barrio, Ciudad, Democracia
Tovar
y Política» en E. Ballón
Ballón, M. SOCIALES Y DEMOCRACIA, Desco 1986, p. 83.
278
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
De los movimientos feministas podríamos recoger la potencialidad con que éstos han
cuestionado el orden social de una manera global, y al cuestionar las prácticas y tenden-
cias paternalistas en la sociedad, el feminismo ha encontrado un cuño capaz de profun-
dizar en las fisuras del orden social y político existente 227.
Consideramos que la reflexión y la práctica de los NATs aportan una doble articulación
que caracteriza su contribución al movimiento de y en favor de los niños/as.
279
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Esto supone, como el caso de los movimientos feministas, llevar la lucha en el terreno
ideológico a sus implicancias más concretas. La reivindicación de su condición de traba-
jador y la nueva concepción de ser niño que de allí se intenta construir no surge a causa
de la crisis; ésta quizá le ha impreso una aceleración coyuntural; más profundamente
creemos que es el resultado de muchas otras luchas y procesos, entre ellos la produc-
ción teórica, de los movimientos populares en los últimos 30 años.
Pero los Nats al reivindicar su rol social como niños no están haciendo una demanda
para ellos sino para todos los niños; en cuanto a su condición de trabajadores no se
trata de una reivindicación «generacional» sino de clase.
d. Un perfil unificador
Señalar que para el caso de los NATs su perfil social está dado por su lucha a ser
reconocidos como trabajadores a título pleno y por su voluntad de acabar con la ideo-
logía dominante que los reduce al silencio social y a la inexistencia política, es apuntar
desde lo económico y lo ideológico a dos ejes desde los que en el periodo histórico de
esta década, habría que articular un movimiento social de y en favor de los niños/as de
las clases populares. Sin esta base consideramos que los discursos sobre los derechos
del niño, el respeto, la protección ante la violencia, etc. podrían muy bien ser ética-
mente encomiables, pero social y políticamente no muy eficaces.
280
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Puede ser prematuro y pretenciosa señalar desafíos que pretendan abarcar una década.
En todo caso indicamos más bien aquellos con los que ingresamos a la década y que es
menos riesgoso el enumerarlos.
281
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
De allí que un movimiento de y en favor de los niños/as del pueblo debe lograr que la
reivindicación y la lucha social constituyan una acción educativa de la sociedad en su conjunto.
Pero no se puede ser ingenuos; las ideologías dominantes son hoy instituciones, estruc-
turas, normatividad, conductas y hábitos inveterados. La nuestra no será una batalla ni
corta ni fácil de ganar.
La situación de crisis y violencia imponen otro orden del día a los movimientos popu-
lares y la necesidad de sobrevivencia nos torna pragmáticos. Tendrá que ponerse mu-
cha imaginación para que el esfuerzo de quienes han optado por la causa popular desde
la causa de los niños/as no quede atrapado en el mar de prejuicios y bloqueos que
podrían encontrar. Particular énfasis debe ponerse en las organizaciones obreras y cam-
pesinas. El movimiento de mujeres, de pobladores y de jóvenes constituye un referen-
te obligado. En particular quienes trabajan con niños/as deben contribuir a que las
organizaciones juveniles se fortalezcan, es allí donde encontrará continuidad lo avanza-
do desde los niños/as y adolescentes.
No basta la presión desde la base social, desde las organizaciones; se requiere conquis-
tar la inteligencia popular que hasta la fecha ha prestado una relativa atención. Todavía
aparece el trabajo con niños/as como algo de retaguardia cara al trabajo académico o al
trabajo político. Se requiere que como en el caso de la mujer, la producción teórica
recoja, acompañe e incentive la lucha por la causa de los niños de las clases populares.
282
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
EL PROTAGONISMO ORGANIZADO
Pero también exigirnos a quienes trabajamos con los niños/as del pueblo elevar nuestro
nivel de análisis y sistematización de las experiencias en curso.
d. TTransformar
ransformar las experiencias populares en políticas nacionales
Aquí toca encarar el problema político, la relación frente al Estado y las clases dominan-
tes 230. Quizás en el espacio regional y los gobiernos locales estén los pasos más
urgentes a dar en la confrontación con el estado y en la colocación de alternativas
populares. Ciertamente que hay otros desafíos como por ejemplo la organicidad y
composición que se les va dando en vanas partes del país a las diversas iniciativas de
coordinación; así como se da la articulación entre ONGs, organizaciones de base,
representantes del estado, etc, etc. Nosotros hemos querido apuntar cuatro que nos
parecen centrales.
Para concluir queremos retomar el hilo de nuestra reflexión. Si bien es cierto que los
científicos sociales podrían en rigor descalificar la afirmación de que exista un movi-
miento social de y a favor de los niños de las clases populares, ni nosotros ni ellos
podemos desconocer que en el país y en el continente hay algo que está emergiendo
como una fuerte corriente de respuesta a un fenómeno social de proporciones 231. Y
este hecho debe ser trabajado desde sus actores, desde el interior de sus actores y
desde el entorno social, económico, político, cultural que lo produce. Quién sabe si
hasta seguiríamos precisando las categorías en uso y encontrar otras que den mejor
cuenta de lo que ya hace tiempo precede a la reflexión y a la teoría.
Pero de nada valdría mejorar el utillaje conceptual si esto no fuera también un camino
de renovación de opciones, de convicciones y de sueños. Como en los niños trabaja-
dores, concretos, prácticos, pragmáticos; pero cuando descubren la veta de la utopía al
conquistar su autoestima, inician un proceso de sueño y realidad, de rutina.
230
El alcance histórico del movimiento sólo puede definirse por el análisis de su relación con el poder político, ver Orlando Saenz Z. Z., op.
cit. p. 113; D. Sulmont
Sulmont, op. cit. pág. 1-3. Conviene aquí recordar que no se trata de consebir ese nivel de confrontación con el estado y la
sociedad global como una simple operación de pantógrafo aplicado a las microexperiencias sino de una dimensión cualitativamente nueva; ver
sobre el punto las agudas observaciones de Guillermo Rochabrún:
Rochabrún LA NOCION DE ESTRUCTURA SOCIAL, PUC, Materiales de
enseñanza, abril 1982, mimeo, p. 2.
231
Nosotros creemos que hay evidencia de que algo de lo que Lolkine nos señala ya se está dando, es decir que se puede «definir un movimiento
social por la combinación de dos procesos sociales... una «puesta en movimiento» de clases, fracciones de clase y estratos sociales... y una
«apuesta política»... o sea la capacidad de impugnar la hegemonía política de la clase o fracción de clase dominante», citado por Orlando
Saenz Z. ob.cit. p.102.
283
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Capítulo IV
Los niños, niñas trabajadores:
entre el escándalo,
la compasión y la dignidad
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
L
a cuestión social como cuestión ético-utópico-política Si queremos entender
«quiénes son los niños trabajadores y de la calle», así como nos interpela
este dossier de la revista NATs, es necesario sin duda usar la lupa analítica, la
misma que nos permita evidenciar datos, episodios, procesos singulares, historias de
vida, en fin, las distintas piezas de este tan complejo mosaico.
* Texto de intervención en el Congreso de Americanistas celebrado en Estocolmo, Suecia en el año 1994 y reproducido en la Revista
Internacional NATs Nº 1 , 1997 en la edición italiana. pg 83 - 98
287
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En este sentido afirmar que los niños trabajadores constituyen la médula de la cuestión
social en la región, equivale a enfatizar que la situación de estos millones de trabajadores
niños se transforma en un insoslayable hecho ético, en una exigencia de utopía y en
una responsabilidad política.
1
Ver Wolfgang Abendroth
Abendroth, «Historia social del movimiento obrero europeo», ed. LATA, Barcelona, 1980, passim;
en 1891 Léon XIII recogía tardíamente en la Rerum No-varum la cuestión obrera como la cuestión social de fines de siglo.
2
Gorostiaga, Xavier
Xavier, «Ya empezó el siglo XXI», Módulo 1, de IFEJANT, 1993.
288
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Por ello todo discurso sobre los niños y en particular sobre y desde los niños trabajadores,
es un discurso ético si permitimos preguntarnos sobre el sentido profundo de lo que
hacemos en nombre del desarrollo, de la justicia, de la equidad, de, la calidad de vida;
pues la ética no juzga sino que - surgida desde lo negado, desde lo marginado, lo
excluido, lo subvalorado, lo aparentemente no prioritario o estratégico - interpela
nuestras seguridades, nuestros absolutos y absolutizaciones3
Pero sería insuficiente preguntarnos por lo profundo de nuestro quehacer como sociedad
si allí mismo no recogiéramos el contenido utópico, la exigencia de imaginación y de
ensanchamiento de horizontes no sólo conceptuales sino de sensibilidad humana capaces
de darle a la esperanza de los pueblos nueva forma y contenido4.
289
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No hay estudio sobre el trabajo infantil en nuestra región que no señale la pobreza
como una causa y explicación obligada del fenómeno creciente de niños y adolescentes
compulsivamente empujados a trabajar para paliar la situación7. Los pobres de siempre
y aquellos que son más recientemente hijos de la crisis y de los ajustes, sufren hoy de
forma acumulativa la pobreza e incluso la miseria.
La pobreza constituye sin ambages el desafío mayor que enfrentan nuestros pueblos y
el cuestionamiento histórico, sin real respuesta, al capitalismo y a los socialismos. Pero
en la pobreza se están dando procesos particulares que dibujan un mapa social, cultural,
económico, político signado por la heterogeneidad, por la gravedad del deterioro de
6
Ver Schibotto, GiangiGiangi, en «Niños Trabajadores, experiencias y reflexiones», ed. Manthoc,1988; T Treguearr
reguearr,, T
reguearr T.-
.-Carro,
.- Carro, C.
«Diagnóstico situacional de la Niñaz Trabajadora y en la Calle», Proca,1989, C. Rica, p. 49ss.
7
Ver Pierrard, PPierre
ierre
ierre, «Enfants et Jeunes Ouvriers en France, Me Xxe siécle», Les éd. ouvriéres, Paris 1987; Nasaw, David «Children
of the City, At Work and Play», Anchor Press, N.Y. 1985; Gamberi Antonella Antonella, «II dibattito sul lavoro minorile nella co munitá
scientifica italiana dell’ottocento», tesi, U.di Bologna,1990-91 quien reporta que a mediados del siglo pasado los «scienziati» concordaban
en aceptar las condiciones por las que los hijos de los pobres deberían ir a trabajar y consiguientemente no tenían derecho al estudio,
p.109. Toda la literatura latinoamericana señala la pobreza como la causa del incremento del trabajo infantil. Ver Alarcón, W W..
«Menores en circunstancias especialmente difíciles», UNICEF, Lima 1993; Cervini, R.-BurgerR.-Burger,, FF.. «O menino trabalhador no Brasil
urbano dos anos 80» en «O Trabalho e a Rua», UNICEF- Flacso, 1992; OIT, Proyecto de Informe, Seminario Regional, Quito 1991;
OIT, Centroamérica: «Los menores de edad y el trabajo», Guatemala, 1993; Rädda Barnen-Childhope-Unicef, «Menores Trabajadores
y de la Calle en Mesoamérica», Guatemala 1992, p. 394; MIDADE, «I Encuentro Latinoamericano de Niñas y Adolescentes Trabajadoras»,
Lima 1993, memoria, etc.
8
Ver Kay
ay,, Cristóbal «Reflexiones sobre la contribución de América Latina a la teoría del desarrollo», en «Liberación y Desarrollo»,
CEP 1993, p. 81-122.
290
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
la vida. Sin embargo se requeriría también anexar al primer mapa, otro sobre la
distribución de la riqueza9. En efecto, es desde la pobreza y desde las pobrezas que se
eleva una agenda de preguntas, no por cierto retóricas, sobre la racionalidad económica
de las economías vigentes en nuestros países10.
Una de las peores pobrezas para la persona humana es ciertamente la pobreza del
trabajo, es decir, el deterioro, la desnaturalización del trabajo humano, su
envilecimiento11.
9
Idea trabajada por Boyden, J. «Street and Working Children, The root causes» paper de 45 p. para uso interno.
10
Ver Arroyo, Gonzalo «Pobreza y Desarrollo» en «Liberación y Desarrollo», Cep, 1993, p.131-216.
11
Ver Sulmont; Denis «Reflexiones sobre el sentido del Trabajo» en Debates en Sociología, niño n° 15, PUC, 1990, p. 7-78: «Resulta
sintomático que muchos autores que reflexionan críticamente sobre la ‘modernidad’ dedican poca atención al problema del trabajo e
incluso tienden a eliminarlo como categoría de su análisis», p. 7; merece recuperarse el concepto griego de POIESIS que Dussel, E.
estudia en «Filosofía de la Producción» ed. Nueva América, Bogotá, 1984, p. 242. La revista Nueva Sociedad dedica su n° 124, 1993,
al tema central «El trabajo en la encrucijada», y para nuestro propósito indicamos el artículo de Chávez o Brien Eliana: «El sector informal
urbano, estrategias de vida e identidad»; y en OIT, «El Trabajo Infantil en el Perú», 1993 el artículo de Ramos T., Elena «El trabajo infantil
en empresas, microempresas y hogares en el Perú» p.15-3 7.
12
Ver R azeto, LLuis
uis «Centralidad del Trabajo y Economía de la Solidaridad» en Osorio, J.- Weinstein, L. (ed) «El Corazón del Arco
J.-W
Iris», CEAAL,1993. Ver las observaciones críticas de Arroyo, G. op. cit. p.169-172.
13
Ver Chávez O O.. Brien, E. y R amos, T
Ramos, T.. , E. op. cit.
14
«Debemos asumir que estamos realmente buscando y desplegando una distinta racionalidad económica, cuya comprensión exige
nuevos conceptos y nueva teoría económica», Razeto, L, op, cit. p. 243.
15
Ver Villarán, Fdo en Liberación y Desarrollo... p.70.
291
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No es casual que esta tendencia recoja simultáneamente una visión del pobre - desde
el enfoque liberal - como un actor con capacidad empresarial y que allí concentre su
potencial de fuerza social, de significación política y de participación ciudadana, más
que el pobre como natural luchador por la distribución más justa y el cambio global. O
si se quiere una visión que en los 60 podía graficarse como el pobre «sujeto pasivo en
lo económico, pero activo en lo político»17.
292
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Es curioso que cueste aún salir de una persistente y sesgada visión del niño como
víctima. El niño está presente en los informes sobre desarrollo humano, pero difícilmente
se levanta el papel de los millones de niños-adolescentes que con su trabajo, como
legítimos sujetos económi-cos, también contribuyen a la gobernabilidad de nuestros
países. Parecie-ra que hacerlo, en particular en documentos oficiales o de organismos
internacionales, fuera hacer la apología del mal, de la explotación. No hacer una nítida
e inequívoca distinción entre combatir la explotación en el trabajo y combatir el trabajo
tout court, o el mantener un lenguaje que deje en la ambigüedad esta distinción, hace
que privemos a nuestros análisis y a nuestras prácticas de dimensiones importantes,
necesarias. Pero además, que contribuyamos indirectamente a la violencia o por lo
menos al trato duro y desconfiado de la sociedad contra estos niños y niñas. Algo
similar sucedió durante mucho tiempo con la dimensión de género al hablar de la
mujer. En el caso de los niños trabajadores estamos ante su condición de trabajador, la
dimensión de generación y de género. Dimensiones todas ellas que están
insuficientemente incorporadas a muchos de nuestros análisis de infancia en general y
de los niños trabajadores en particular. Hacerlo podría enriquecer nuestra concepción
293
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
de economía, de desarrollo, de pobreza, pero además nos daría otros márgenes para
persistir en la lucha contra la pobreza21.
Sin embargo cualquier desliz en el abordaje del trabajo infantil acarrea el alto riesgo de
generar exactamente lo contrario a una reacción de apertura a la incesante tarea de
construir y reconstruir análisis y prácticas.
La situación real, cotidiana, concreta de lo tedioso del trabajo nos alerta de todo panegírico
que pudiera insinuar exaltación alguna del trabajo infantil sin previa y reiteradamente
rechazar con toda la energía intelectual y humana las inhumanas condiciones de dicho
trabajo, globalmente considerado.
Por ello que suenan las palabras de ese niño trabajador del mercado de Ciudad de Dios
en Lima y que encabezan estas páginas, como a perplejidad, como a quejido, como a
rechazo a imaginar que pueda un derecho cohabitar con algo que sin embargo se le
presenta y lo experimenta como una maldición. Pero una maldición que no se reconozca
como la perversión de un derecho, es doblemente maldita. Nosotros sabemos que
cada día son más los hombres y mujeres que experimentan la contradicción e
incompatibilidad del derecho y la maldición como una verdadera agonía -en el sentido
etimológico griego -como una lucha radical. Solo combatiendo la maldición, puede
emerger el derecho a trabajar como un componente en la construcción de identidad, de
autonomía, de libertad, es decir de dignidad, como un factor de realización personal.
Quizá en esta dialéctica podamos encontrar una fecunda articulación en los análisis y
prácticas entre quienes - no sin costo para las tareas pendientes - corremos el riesgo de
distraer energías etiquetándonos de abolicionistas unos y de promotores otros, de algo
que ambos consideramos - con matices o bajo ciertas condiciones - una maldición y un
derecho también.
21
Ver Iguiñiz, J. op.cit. p. 56.
22
Ver los trabajos de Aries Ph. como «L’enfant et la vie familial sous I’Ancien Régime», ed. du Seuli,1973, o dirigidas por él como la
«Historia de la vida privada», III Tomos, ed. Taurus, Argentina 1990; ver De Mause, Lloyd «Storia dell’infanzia», Emme Edizioni, Milano
1983; ver Postman, Neil «La scomparsa dell’infanzia, ecologia delle etá della vita», Armando editore,1990.
294
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
niños que trabajan en nuestros países de Améri-ca Latina, puede verse en la lenta,
quizá frágil emergencia de un prota-gonismo organizado de los niños y adolescentes
trabajadores en la Región23.
Conocemos lo embrional de estos procesos tanto a nivel de cada país como de las
subregiones. Sin embargo constituyen un hecho mayor en la historia de la infancia en
nuestro continente y por el momento sin paragón en la historia de la infancia y de los
niños trabajadores. Los encuentros son el resultado de lentos procesos y ciertamente
no la expresión de un voluntarismo adulto teñido de manipulación o burocratismo.
Los procesos de construcción de protagonismo arrojan un mapa de heterogéneos
perfiles en la región.
23
Fenómeno emergente también en algunos países francófonos del Africa como Senegal con el apoyo de ENDA.
295
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Entre los factores que han permitido la emergencia de ciertas expresiones de protagonismo
de los niños y adolescentes trabajadores podemos señalar:
Lo que resulta relevante es que todos estos procesos se dan en medio de una creciente
pobreza, y en algunos casos, de violencia.
296
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Consideramos que los niños y adolescentes trabajadores son una porción emblemática
del conjunto de la infancia. En ellos paradójicamente se concentra con inusitado salvajismo
el impacto de la pobreza y de las actuales condiciones de trabajo para sobrevivir, y
simultáneamente la experiencia de construcción de una identidad social forjada en esa
lucha. Desde ellos se vienen colocando las bases materiales y la reflexión en torno a lo
que pueden ser elementos de una nueva cultura de la infancia. Entre esos elementos
podríamos señalar:
29
Ver Sullerot, Evelyne «L’age de travailler», Fayard, 1986, p. 224, Donati, P. «Eguita’ generazionale e nuova cittadinanza» en op.
cit. p.153-168.
30
Ver Hengst, Heinz «The Liguidation of Childhood: An Objective Tendency», en Int. Journal of Sociology, fall 1987,p. 58; Becchi,
Egle «Il bambino sociale. Privatizzazione e deprivatizzazione dell’infanzia», en «Il bambino sociale», Feltrinelli,1979.
297
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
31
Ver García Mendez, E. «Prehistoria e Historia del control socio-penal de la infancia: Política jurídica y Derechos Humanos en
América Latina» en «Ser Niño en América Latina», Unicri, ed. Galerna, Bs. As. 1991, p. 11-20.
32
Del artículo 5 de la Convención en el que se reconoce que el niño debe ejercer sus derechos, podemos inferir que se trata de un
reconocimiento como sujeto de derechos. En efecto, en ninguna parte la Convención emplea esta expresión formalmente.
33
Al respecto son sumamente agudos los cuestionamientos que hace Irene Théry en «La Convenzione ONU sui diritti del bambino:
nascita ni una nuova ideologia» en «Politiche sociali...» p. 87-98.
298
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
299
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INTRODUCCIÓN
E
stamos aquí reunidos de diversos continentes más que por mandato institucional
formal, por el contenido de esta convocatoria. Podemos entonces decir, que
son los millones de niños, niñas y adolescentes de Asia, África, América Latina
y países mal llamados desarrollados que son la razón que justifica nuestra presencia
aquí y sin que se trate de un ejercicio meramente abstracto o subjetivo.
Si bien quienes aquí estamos no venimos del mundo de los NATs tal como hoy los
conocemos, vale decir, como un fenómeno mayormente ligado a la dinámica
económica dominante en los países del sur, la cuestión de los niños, niñas y adolescentes
trabajadores no nos es extraña, pues de alguna manera la conocemos, aunque
parcialmente, la hemos acompañado o hemos trabajado directamente en programas
con NATs; o tenemos alguna responsabilidad institucional frente a ellos. Pero ser, de
alguna manera, extranjeros al mundo de los NATs de nuestros países, nos exige
entonces, un gran sentido de escucha, de reconocimiento de una realidad que nos
interpela, nos demanda gran flexibilidad en nuestros juicios y gran humildad frente a
nuestros propios prejuicios o visiones ya formadas. En este preciso sentido, estas sesiones
* Intervención en reunión de Oficinas Regionales de Save the Children, Suecia, celebrada en Lima el año 2003.
300
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero es preciso reconocer que estamos ante uno de los temas más polémicos en
materia de infancia, como polémico es el tema de pobreza, de empleo, de economía,
el de educación y trabajo, el de juego-infancia y trabajo. Ciertamente que en los
imaginarios sociales internacionales, descubrimos una fuerte tendencia a asiatizar el
fenómeno del llamado trabajo infantil, es decir a verlo con el rechazo que a todos nos
provoca niños cuasi esclavizados en la industria de las alfombras o de los fósforos; otra
tendencia es africanizar el fenómeno, marcando sus condiciones de extrema pobreza;
pero tampoco queremos que se latinoamericanice el fenómeno, es decir que se le
vea exclusivamente en el marco de una valoración crítica como si no existieran formas
sin lugar a dudas de explotación en nuestra región. Cualquiera de estos abordajes no
sólo son una simplificación del fenómeno, sino caer en el error de la occidentalización
eurocentrista del mismo y una nueva forma de colonialidad del pensamiento, que es
lo que creemos percibir en las normas internacionales recientes sobre trabajo infantil.
Y es que ningún país o experiencia concreta puede irrogarse ser la matriz universal
para el abordaje y la respuesta a la complejidad de la realidad de los NATs.
Quizá sea pertinente señalar, que la existencia hoy de movimientos sociales de NATs
en Asia, Africa, América Latina, dibuja un escenario muy distinto al que Save the Children
enfrentara unos 25 años atrás. Save the Children Suecia, definido 85 años ha como un
movimiento social a favor de los derechos de la infancia, desde 1984, en Perú,
interlocuta con organizaciones de NATs; se trata de una relación de movimiento social
sueco a movimiento social de NATs. Consideramos este hecho como la inauguración
de una nueva relación con la infancia, en la que ésta no es apenas beneficiaria de la
solidaridad y apoyo de la organización internacional, sino una coparte o como lo
expresara en forma brillante Per Miljeteig, «moving from participation to partnership»1.
Y es que desde esta experiencia y enfoque, los NATs, en particular las organizaciones
de NATs, se constituyen en lugar antropológico- es decir, donde se reformulan relaciones
y modos de gestión interinstitucional- en lugar epistemológico desde el que la infancia
1
Ver Creating partnerships with Working Children and Youth, Discussion Paper,n.0021 for the World Bank, August 2000, p.20.
301
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
no puede ser abordada al margen del contexto global del que es parte, del conjunto de
la sociedad; en lugar de validación histórica de procesos de transformación que subyacen
a programas de acción directa y específica con la infancia. Save the Children Suecia,
para América Latina, está históricamente ligada a este acontecimiento fundacional de
una nueva voz, no la única por cierto, de la infancia que se resiste a ser vista como
víctima y no como combatiente contra aquello que le niega condición ciudadana y
dignidad. Para los movimientos de NATs este camino es parte de su historia, no se
conciben sin la cercanía, el aprecio, la amistad e incluso con el apoyo de «Radda
Barnen»; lo que no sabemos es si así es percibido por el conjunto de trabajadores de
Save the Children más allá de quién o quiénes en estos años apoyaron los procesos de
vida, de reflexión y de acción de estos movimientos.
La experiencia nos ha enseñado que los nubarrones que de cuando en cuando aparecen
en el firmamento complejo de la institución- lo que es absolutamente comprensible-
se disiparon sistemáticamente gracias a la gran reserva de sensibilidad, de olfato social,
de creatividad y de amor a la infancia que tiene acumulada en 85 años de vida SCS.
Todo esto hace relevante esta sesión de trabajo. Nuestra intervención tocará muy
rápidamente en tres puntos los aspectos que puedan ayudarnos a profundizar el tema
que nos ocupa.
2
Ver AA VV
VV.. «Infancia y Escenarios de Futuro», UNMSM, 2001.
AAVV
3
Ver Renato Ortiz
Ortiz, «Globalización-mundialización» en Altamirano (director), «Términos críticos de sociología de la cultura», Bs.As.
paidós, 2002, p. 111.
302
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Decir exclusión significa aludir a uno de los efectos más radicalmente perversos de la
mundialización de formas de dominación excluyente en la economía, en las relaciones
políticas, en el orden mundial de comercialización; significa además la explosión
demográfica de la población supernumeraria, vale decir con valencia cero en la
producción, en el mercado financiero, en la acumulación del capital . Y es que la
exclusión social deviene un estado de exclusión4. Aquí los NATs se encuentran como
parte de este mayoritario sector de la humanidad, expectante, impotente para revertir
su destino cuando no, resignada- en parte- a su situación. Y exclusión social empata
existencialmente con situación de pobreza, siempre relativa, pero vivida como
desigualdad, como injusticia, como razón suficiente para ser considerados como objeto
de asistencia. Lo que acertadamente M. Castells llama los huecos negros del capitalismo
informacional como espacios de reproducción de la exclusión social5.
No olvidemos que la exclusión social tiene geografía y color y en cada uno de nuestros
países -ninguno se escapa- se puede levantar mapas urbanos y rurales de la exclusión
social. Los niveles y dimensiones alcanzados hoy por la desocupación, las desigualdades,
el aparheid social, la discriminación, el deterioro de las condiciones de trabajo, por
una tendencia a la aporofobia, al desprecio objetivo del pobre, de aquel que no puede
ofrecer nada interesante a cambio6, etc., están a la base de lo que se ha dado en llamar
la integración perversa7. Los NATs estarían expresando una forma de integración perversa,
para el autor.
Dos observaciones desde los niños, niñas y adolescentes trabajadores que grafican algo
de su exclusión social. La primera es que la sociedad adultista, mantiene una mirada
más bien compasiva frente a estos niños, es decir, hay una subestima si no un rechazo
a reconocerlos como trabajadores en las actuales condiciones en que les toca serlo;
en segundo lugar, por ser niños, se les considera como un costo para la sociedad, la
familia.
4
Ver Nicola Negri para quien excluido es un «estado de incapacidad, subjetiva y objetiva, de moverse como ciudadano y de gozar,
en efecto, de los recursos que le corresponderían como tal» lo que arrastra «un síndrome que conduce al progresivo deterioro de las
motivaciones del sujeto, a la crisis de sus capacidades de relacionarse y adaptarse al colapso de sus expectativas y de su equilibrio
psicofísico» en «Povertá», AQF n.11, Lavoro di Strada, Universitá della Strada, Grupo Abele, Torino, 1995, p.18; ibidem, Chiara
Sarraceno
Sarraceno, «Esclusione Sociale», p.15.
5
Op.cit. T.III, p.188-189), ver además del filósofo francés Robert Castel
Castel, «La Lógica de la Exclusión Social»,en 19.....
6
Ver A. Cotrina
Cotrina, «Aporofobia», en el País, marzo, 2000.
7
M. Castells
Castells, «La fin du milinaire. Uire del‘information‘, Fayard,1998, Vol. III,p. 94.
303
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Hace 10 años se publicó el informe que recogía las conclusiones del estudio que el
Instituto de Investigaciones de NNUU realizara sobre la globalización. «Estados de
Desorden» era el título. No sólo se señala allí la pobreza, la desocupación, las
desigualdades sociales, la inseguridad ciudadana, el colapso de la seguridad social, las
violencias y el crimen organizado, sino que se plantean tres consecuencias importantes
de todo esto: la pérdida de identidad, el deterioro de la responsabilidad que va de la
mano con la impunidad y con la corrupción, y finalmente, el debilitamiento de la
solidaridad. Diez años más tarde, creemos que estas constataciones guardan su total
vigencia como componentes de los escenarios heredados de los 80 y 90 y como
presentes en los escenarios que se abren por delante.
304
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
La gran pregunta por la infancia, por los niños, niñas y adolescentes trabajadores debe ser
hecha en este contexto, para entender no sólo la conflictualidad del fenómeno, sino la
complejidad de su abordaje. La globalización en el marco neoliberal, no sólo tiene un
componente económico, ella es en particular una forma de dominación simbólica y en
materia de combate al trabajo infantil ha entendido bien el abolicionismo que subiéndose
al carro de la globalización neoliberal, entra en la gran red de conexiones que anulan
distancias, lenguajes, culturas y tiempos y terminan mundializando su discurso,
institucionalizándolo. El resto estamos aún en el apartheid tecnológico, informático, por
más buenas ideas que se vayan teniendo no logran con la celeridad requerida incidir en
representaciones, en decisiones y se enfrenta dificultades para transformarse en un
movimiento político y salir de una simple corriente de ideas, necesaria, pero insuficiente.
3.
3.-- Signos de una recomposición de las fuerzas sociales por un mundo otro
Lo mínimo que se puede decir, es que el avance del llamado capitalismo informacional
post caida del muro de Berlín en particular, enfrenta resistencias cada vez más amplias,
más orgánicas, más programáticas, más mundializadas.
12
Ver los pertinentes análisis de M. Castells sobre el continente africano en op.cit. T.III, p.102-152.
305
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Dos cuestiones nos parecen centrales recordar. En las dinámicas que pueden confluir
en la corriente que el FSM representa, la cuestión de los derechos de la humanidad
y del cosmos y la exigencia a ser actores con participación propia, constituyen otros
tantos componentes de las exigencias que también la infancia y en particular los
niños, niñas y adolescentes trabajadores nos están planteando.
Sobre esto los Movimientos de NATs, no sólo de nuestra región, han empezado a
levantar su voz. La Convención de los Derechos del Niño constituye un instrumento
que dota de legitimidad el reclamo por el respeto de la infancia como sujeto de
derechos, 14 años después que los estados del mundo la han hecho suya
formalmente, aunque su real incumplimiento es de la misma magnitud que su
aprobación. Y en segundo lugar, los Movimientos de NATs han colocado de forma
persistente desde hace treinta años, su derecho a una participación protagónica que
los haga copartícipes, coautores, coprotagonistas de ese mundo otro que hoy se
busca con renovado ahínco.
306
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Creemos que en los escenarios de futuro, la presencia organizada de los NATs, tendrá
que ser tomada en cuenta, si sus organizaciones mantienen el ritmo necesario, su
capacidad de diálogo y de propuesta. Por todo ello es inconcebible, que los Movimientos
de NATs puedan haber sido considerados por la OIT-IPEC como un peligro para los
gobiernos y que dicho organismo internacional y su programa hayan hecho pactos con
ONGs para que éstas enfrenten dichos movimientos.15
307
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
17
Ver el excelente artículo del sociólogo brasilero Pedro Demo
Demo, «Conhecimento e aprendizagem» en particular el acápite « Dialética
conhecimento-ignorancia», p. 307-316, en C.A.Torres (compilador) «Paulo Freire y la Agenda de la Educación Latinoamericana en el
siglo XXI», Clacso, 2002.
18
Ver el interesante trabajo de Mohini Gulrajani
Gulrajani, «Travail des enfants et secteur de l’exportation, une étude de cas: l’industrie du tapis
indien» en Bernard Schlemer, L’Enfant Exploité, éd.Karthala-Orstom, Paris, 1996:»
308
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Ciertamente que requerimos de una legislación nacional adecuada que permita encarar
el fenómeno social, cultural, económico que subyace a formas inaceptables de vida de
la población. Pero conviene recordar que el derecho es una construcción social
necesaria, pero insuficiente como instrumento.
19
París, 2000.
20
En Rev.I.NATs, n. 10, 2003,p.87.
309
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
21
1995, p.162 citado por O. Nieuwenhuys
Nieuwenhuys, op.cit.p.80.
22
P. Bourdieu
Bourdieu, «A forca do Direito», en O Poder Simbolico, RJ, 2002, p.213.
23
Ver sin embargo la LOPNA de la República Bolivariana de Venezuela; NN, «Los Niños Trabajadores en la LOPNA», 2002; Usha
R amanathan
amanathan, «Le Travail des enfants et la loi en Inde», en B. Schlemmer, op.cit.p223-235.
310
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
basta con ver la propaganda que desde buen tiempo se presenta cíclicamente en los
canales de televisión de la BBC, en CNN y que se repite en cadenas locales. Es verdad
que la compleja realidad del mundo del trabajo de niños, da para todo, en el sentido
que podemos encontrar opiniones en uno y otro sentido. Pero no hay neutralidad en
la presentación de los grandes medios funcionales a campañas internacionales inscritas
en el intento nivelador de una multiforme realidad. «Los media del Norte difunden
una suerte de pensamiento único sobre el trabajo de los niños que se resumen en
imágenes shock de niños explotados en los sweatshops de Bangkok, las prisiones indúes
o pakistaníes o los chicos de la calle de brasileros. Estas situaciones ciertamente existen,
pero no nos cansaremos jamás de decir que no conciernen sino a un pequeño
porcentaje de niños. La influencia de este tipo de información es tal, incluso entre los
que deciden políticas, que vienen de llevar a la Oficina Internacional del Trabajo decidirse
a preparar para una eventual adopción en 1999, una nueva convención respecto a
estas formas más intolerables de trabajo de niños, corriendo así el riesgo de concentrar
un poco más la atención mundial sobre situaciones excepcionales y de provocar
programas de urgencia que, lo sabemos, tienen poco efecto sobre las causas estructurales
de un fenómeno»24
24
Ver el interesante libro de M.Bonnet
M.Bonnet, «Le Travail des Enfants: Terrain de Luttes», éd. Page deux, 1999,p.118-119.
25
Ver su trilogía «L’ére de l’information», Fayard, 1998-1999.
26
Ibidem, T.III, «Fin de Millénaire» p.175-192, que es lo que Per Miljeteig sí recupera sin ambajes(op.cit. passim).
311
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
27
Ver Alain Morice
Morice:»...el control social que reemplaza el contrato es la mayor de las veces de tipo paternalista, es decir más o menos
bien calcado sobre el poder que reina en el seno de la unidad familiar» en B.Schlemmer, op.cit.p.269, y podríamos añadir, en el seno
de la sociedad y sus instituciones como tal, reconociendo que el concepto mismo de paternalismo aplicado a los NATs, permanece
ambivalente, ibidem, p. 13-16). No podemos generalizar estos hechos, pues sabemos que el IPEC como la OIT y la misma UNICEF,
desarrollan una encomiable acción de apoyo a los movimientos de NATs en Africa (por ejemplo, el último Encuentro Africano de los
MEJT en Senegal.
312
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
28
Ver W. R Ramos
amos et alii, «El Trabajo del niño campesino», La Paz, 1990, desde un punto de vista histórico andino, ver R.Portocarrero,
«El Trabajo Infantil en el Perú, ensayo de historia del Tahuantinsuyo al s.XX», Ifejant, 1998.
29
Pero son igualmente interesantes los trabajos de Charles-Edouard de Suremain («Du grain de café á la «graine d’ouvrier», le travail
des enfants dans les plantations guatémaltéques« en B. Schlemmer
Schlemmer, op.cit,p331-340) o de Marie-F rance LLange
Marie-France ange («Une force de
travail disputée, la main d’oeuvre enfantine en milieu rural togolais«, ibidem, p.407-418) y de O.Nieuwenhuys que se aplica, creemos
tanto al mundo rural como al urbano(«L’exploitataion des enfants en économie domestique- le cas du Kerala(Inde)», ibidem, p 419-435.
313
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Y es que el mundo rural como el indígena nos coloca ante el imperativo de una mayor
flexibilidad conceptual y práctica, nos convida a un ejercicio de desabsolutización de
nuestra cosmovisión occidental dominante31 Siguiendo la regla de Durkheim que un
hecho social no se puede explicar recurriendo a lo «natural» o a lo psicológico, el
trabajo de niños en el mundo rural como de comunidades originarias no puede verse
como algo natural, ni sólo desde sus características psicológicas. El trabajo de niños,
niñas y adolescentes del campo y la ciudad como cuestión social, no es cuestión de
niños pobres, es cuestión del conjunto de la sociedad que lo produce y reproduce y
como tal debe ser abordado.
30
Ver además el art.86 sobre prácticas ancestrales de trabajo formativo.
314
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
fueron «descendiendo» a una cruda realidad y «refugiándose» hasta las calendas griegas
en el abolicionismo transformado en utopía Hoy hablan de una «erradicación
realistamente gradual», diríamos más bien simbólica. Lo dice muy bien M.Bonnet, por
largos años empleado experto de la OIT: «Insensiblemente, por la permanencia de
declaraciones de tipo abolicionista, la eliminación del trabajo de niños aparece como
cada vez más lejana, al punto que uno tiene derecho a preguntarse si el objetivo
oficialmente planteado no está simplemente en tren de transformarse en una suerte
de utopía»32
a.- Los análisis sobre la realidad de los niños, niñas y adolescentes trabajadores en el
mundo, provoca una masiva perplejidad. Sea aquellos que sólo pintan los horrores de
la vida de muchos de estos menores de edad- con frecuencia evoca la crónica policial
periodística- sea aquellos que aventuran análisis que señalan crudamente las imbricaciones
del fenómeno a las estructuras de dominación, de globalización neoliberal, de la exclusión
social y de la pobreza. Igualmente nos dejan con sentimientos encontrados, quienes
incluyen en sus análisis la emergencia de las organizaciones sociales de NATs, sus
procesos de conformación en movimientos culturales, en agentes de transformación33.
Y es que estamos entrando a través de la infancia trabajadora, a la complejidad del
conjunto de la vida de las sociedades.
b.- Lo primero tiene que ver con la tendencia observada en Estados y en Gobiernos
sometidos a la presión de organismos internacionales y locales, por cumplir con las
formalidades. Esto deriva en dos cuestiones. Por un lado, se aquietan las presiones y
amaina la tempestad; por otro lado se trasladan éstas a las incoherencias en el
31
Ver entre otros, AA VV
VV.. «Culturas e Infancias» TDH, 2000; J. Domic
AAVV Domic, «Identidad, Infancia y Cosmovisión Andina», en Rev.I.NATs,
n.11-12; AAVV, «El Niño Quechua y el Niño Aymara», Pratec, 2003; H. Brito FF,, M. de FF.. Mendes L. L., «As criancas de Amazonia:
un futuro ameacado», Belem, 1990.
32
Op.cit.p.41.
33
Ver entre otros, M. Liebel
Liebel, «Niños Trabajadores como sujetos sociales. La contribución de las organizaciones infantiles en Africa, Asia
y América Latina a las transformaciones sociales», cap.I en Infancia y Trabajo, Ifejant, 2003.
315
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
316
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
34
Ver Suma Qamaña
Qamaña,« Mario Torrez: El concepto de Qamaña», p.33.
35
Ver «O Poder Simbolico», ed Bertrand Brasil
Brasil, 2002, p.8-10.
317
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
318
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
El tercer detalle significativo, es una nota que refiere cómo en las lenguas de nuestras
comunidades originarias, hay una riqueza de matices que no tenemos en castellano y
que bien nos pueden ayudar a distinguir lo que bajo la expresión «trabajo infantil»
hemos nivelado y reducido en un actuar típicamente occidental moderno y cartesiano.
Así en la lengua aymara, hablada en el sur de Perú, Bolivia, norte de Chile y Argentina,
contamos con dos palabras que recogen la compleja realidad de la experiencia de
trabajo. El trabajo es una sola cosa conla fiesta y es este sentido hay un trabajo «alegre
de la chacra»...... y un trabajo K’ultha, que comporta cierto grado de desazón y que
para el aymara es el trabajo en la ciudad donde se pierde espiritualidad y alegría40
37
Ver p. 31, negritas en original.
38
Ib.p.32, negritas en original.
39
Ib.p.21, negritas en original.
40
Ver Suma Qamaña
Qamaña, p.43.
319
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
1.- Save the Children Suecia, tiene en los Movimientos de NATs a nivel mundial unas
contrapartes que históricamente se han beneficiado de su solidaridad, pero que también
históricamente le han aportado a SCS en cuanto movimiento popular sueco, un sentido
de relación directa, creativa y respetuosa con niños, niñas y adolescentes representativos
de un sector de infancia organizado internacionalmente y con un discurso innovador
sobre una temática que no ha dejado de ser polémica. Por ello creemos que no se
puede renunciar alegremente a esta relación, incluso si un día no mediaran más
proyectos financiados por SCS. La labor de SCS no se reduce a financiamientos; hay
además imágenes que revertir, lobby que hacer, advocacy que desarrollar, etc., o en
última instancia mantener abierto un debate y una reflexión.
2.- Dichos movimientos de NATs vienen desde años intentando formar parte de
organismos como ECOSOC y la misma OIT cuando de trabajo de menores de edad
se trate, pues, en general, no se sienten representados por las organzaciones sindicales
de adultos. La experiencia y el peso que SCS ha ganado, puede darle otro espacio de
solidaridad en esta búsqueda de los movimientos de NATs.
3.- Replegarse a las peores formas, en particular en lo que el Convenio 182 enumera
como trabajo, prostitución, tráfico de menores y niños soldados, implica inscribirse en
41
Ver AA VV
VV.. «Trabajo, ¿ser o no ser?», en Apuntes 5, 1995, SCS en español e inglés.
AAVV
42
Ver Proceedings of Asian Regional Workshop 8-10 December 1999, Bangkok, Thailand and Resource Materials, 2000, p.46; see also
«Case Studies prepared by the Participants to the Asian Regional Workshop», ed.2000, and F. Burian
Burian, «A Survey Report on Information
Exchange», RWG-CL, ed.2000.
320
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
4.- La gran heterogeneidad del fenómeno del trabajo infantil, nos aconseja mantener
un abordaje que tenga en cuenta la complejidad del mismo. Más que fijar una posición
institucional estandarizada y standarizante, favorecer la reflexión, la búsqueda
permanente; inscribirse sin ambages en la necesidad de la escucha de lo que los actores
niños mismos piensan, sienten y buscan; impulsar un sentido de participación que
apunte al desarrollo del protagonismo de la infancia. Nada de esto deja de tener un
precio en el propio territorio de SCS y en los países en los que tiene presencia.
Esta es una ocasión para agradecer la oportunidad de compartir con ustedes lo que casi
20 años de mutua colaboración con SCS nos ha permitido aprender.
321
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INTRODUCCIÓN
E
l mismo título de esta Conferencia Internacional, «Acabar con la explotación
económica del Niño: imposición de los Derechos Humanos a través de nuevos
enfoques en la lucha contra la pobreza», nos da el marco simultáneamente
amplio y preciso para el abordaje del tema que se nos ha asignado.
En efecto pareciera una formulación la de este Foro Internacional que contiene tres
negaciones o, mejor tres líneas de acción contra situaciones que deben ser enfrentadas:
la explotación económica, la lucha contra la pobreza y, por lo menos lo que en castellano
suena a coercitivo, la «imposición» de los derechos humanos. A menos que entendamos
que éstos no pueden ser ignorados, irrespetados sino que su fuerza humanizadora y su
imprescindibilidad para una convivencia humana haga que se «impongan» como una
condición sine qua non. Es que en el fondo, la Conferencia nos está invitando, desde
una problemática específica como es la de los millones de niños, niñas y adolescentes
que trabajan, a repensar un proyecto colectivo de vida enmarcado en el derecho a la
felicidad como un derecho concomitante a la búsqueda de dignidad.
Pero desde ya evidenciamos algunas cuestiones. Señalaremos tres, que debieran ser
asimismo trabajadas para consensuar nuestros abordajes conceptuales y prácticos. La
primera refiere a la acepción que damos a eso de «explotación» que hoy se emplea
más en un sentido alargado e incluso analógico más que en un sentido estricto o
322
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
clásico. Este punto tiene implicancias significativas toda vez que corremos el riesgo de
igualar significado y direccionalidad social y humana de términos como «abuso», como
«maltrato», como «riesgoso», como «peligroso», etc., y explotación43
Una segunda cuestión refiere a pobreza y lucha contra la pobreza ligada a niños y
adolescentes trabajadores. Esto podría estar sugiriéndonos que el llamado trabajo infantil
esté inexorablemente ligado a la pobreza y que ésta sea la causa directa y necesaria de
su origen o, lo más grave aún, que el trabajo de niños, niñas y adolescentes sea la causa
de la pobreza como apodícticamente sentenció hace algunos años un oficial de UNICEF
para la América Latina; esta especie de slogan ha sido recogido largamente por muchas
instituciones como una especie de justificación de discursos que no han hecho sino
contribuir a la violencia simbólica- y quizá hasta predisponer en parte la policial- contra
niños y niñas pobres que trabajan en la mayoría de nuestros países. Las investigaciones
a nivel de nuestra Región y algunas hechas para países europeos, muestran que la
pobreza no es factor de explicación suficiente del fenómeno del «trabajo infantil». Por
ello creemos que la cuestión de pobreza -y su combate- si bien es para nuestro caso
peruano, un componente casi general de quienes trabajan desde temprana edad, debe
colocarse insoslayablemente en el marco de las desigualdades de nuestras sociedades.
Son éstas las que se han vuelto más escandalosas y las que explican, en parte, las
motivaciones y las causas por las que en el norte como en el sur, tantos menores de
edad tienen un tipo de actividad que les reporte ciertos ingresos.
La tercera cuestión refiere a la exclusión. Es evidente que los niños, niñas y adolescentes
trabajadores son parte de esa población que en nuestros países conocemos como
marginales o como excluidas según categorías trabajadas ,entre otros, por Roger
Castel44. Pero deviene paradójico que de quienes depende en un porcentaje no
despreciable y no prescindible para las economías familiares de los sectores pobres, se
les considere «marginales» o «excluidos»; quizá sean los parámetros de referencia
seleccionados los que coloquen a esta población en esa situación marginal y hasta
excluida.
43
.Claude Meillesoux
Cfr.Claude Meillesoux, en «L’Enfant exploité»1995.
44
«La lógica de la Exclusión»,en Todos Caben, Bs.As. Unicef,1998.
323
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
45
Ver M. Bartholomei,
Bartholomei,«Universalidad y particularidad cultural de los derechos humanos»,Rev.Derecho, Bogotá,1997.
324
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Asimismo la búsqueda de nuevos enfoques a la que nos convida este Foro Internacional,
en parte puede expresarse, para nuestro caso peruano y específicamente el de los
Movimientos de Nats, en lo que llamamos premisas.
Primera premisa
premisa: Asumir el derecho a trabajar como un derecho humano. No decimos
el derecho al trabajo cuya historia es altamente aleccionadora de sus posibilidades, de
sus implicaciones y de sus límites46. En lo que a la historia del derecho al trabajo- en la
que se fundamenta luego el derecho laboral- se refiere, sabemos que constituyó un
proceso en el que aquel tenía como sujeto al propio Estado, el cual gozaba del derecho
a exigir a los pobres, en vez de mendicidad o de beneficencia y caridad, su trabajo. Esto
está registrado ya en el siglo XVI en la propuesta de Juan Vives hacia 1525.47 Y cuando
el Parlamento de París consignara en la Constitución política que el trabajo es un
deber, no estaba sino afirmando que este deber exige el derecho al trabajo sin el cual
no se podría cumplir con dicho deber.
325
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
un fenómeno social, histórico o como diría Marcel Mauss «hecho social total». Es
innegable que las profundas transformaciones que hoy vivimos y no sin perplejidades,
nos colocan ante el trabajo como ante un enigma.50
50
Christophe Dejours-P ascale Molinier
Dejours-Pascale Molinier, Le travail comme énigme, 1994; U. Beck, Il lavoro nell’epoca della fine del lavoro,
2000; Domonique Méda
Méda, Le travail, une valeur en voie de disparition, 1995; Alain Supiot
Supiot, Critique du droit du travail, 1994.
51
Ver Gobierno Federal Alemán
Alemán, Lucha contra la Pobreza: una tarea global, Programa de Acción 2015.
52
Nicola Negri
Negri, Povertá, en AQF, Torino, 1995.
53
Ver Charles Valentine
Valentine
alentine, Culture and Poverty, Critique and counter proposals, 1967.
54
Ver Luigi Berzano
Berzano, Marginalitá,AQF, Torino, 1995; ibidem, Chiara Saraceno
Saraceno, Esclusione sociale, 1995.
326
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Sexta premisa: Uno de los aspectos que merecen destacarse cuando de niños, niñas
y adolescentes trabajadores se trata, es la particularidad cultural. En contextos mundiales
en que lo específico cultural corre el riesgo de respetarse en cuanto «nostalgia» histórica
objeto de curiosidad, mas no como memoria histórica, asistimos a un empeño
neocolonizador y etnocentrista que se traduce entre otros medios, en el derecho, la
legislación internacional que toca directamente a los NATs. Así, nuestras culturas andinas
y amazónicas, sin por ello idealizarlas y pretender universalizarlas ni considerarlas
intocables55, tienen otro acercamiento a la cuestión del trabajo de los niños que poco
tiene que ver con el irrespeto que la ideología y cierto autoritarismo que subyacen a
Convenios como el 138 y el 182 compulsivamente exigidos para su firma y ratificación
a nuestros Estados.
Octava premisa:
premisa:La cuestión del trabajo de menores de edad y los abordajes que
desde el abolicionismo o desde el erradicacionismo se vienen haciendo, devienen
funcionales en primer lugar a las estructuras conceptuales, ideológicas, políticas y
económicas que expresan el adultocentrismo institucionalizado en nuestras sociedades
modernas. Por ello consideramos pertinente enfatizar un paradigma otro, capaz de
encarar no sólo el etno y adultocentrismo, sino la ética y cultura de la globalización,
55
AAVV
VV.. Culturas e Infancias, una lectura crítica de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, TdH,2001
AAVV
56
Ver J. Dosselberg
Dosselberg, Le systéme et les acteurs, 1998.
57
Ver E. FFigueroa
igueroa SS, La organización: un espacio de Resiliencia y herramienta para el Protagonismo de los NATs, 2001.
327
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
negadora del protagonismo de todos los pueblos y de todas las culturas, de cada individuo
y el de sus expresiones organizadas. Para nosotros el paradigma del protagonismo enmarca
y resignifica cuestiones tan centrales como ser sujeto de derechos, actor social, ciudadano
o participación, autonomía, protección, promoción, etc.58
No resulta fácil pintar los escenarios actuales y quizá aparezca como una aventura el
referirnos a los de futuro. Pero si queremos diseñar propuestas de atención, de respuesta
a la situación de millones de niños y niñas de nuestro Continente, precisamos de un
mapa general de lo que son y serán las coordenadas dentro de las cuales como individuos
y como colectivo nos toca actuar con las infancias.
No se trata de dar cifras. Pero sabemos que se sigue abriendo un abismo en nuestros
países entre la gente que deviene proporcionalmente más pobre y aquellos que acumulan
58
Ver M. Liebel, et Alii
Alii, Working Children’s Protagonism, IKO, 2001; M. PPinto
into
into,» A infancia como construcao social», Rev. Cultura
e Educacao, Univ.Minho, 2001.
59
Ver U. Beck
Beck, ¿Globalización?, 2001.
328
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
riqueza. Pero es quizá más preciso hablar de desigualdades. En efecto, la Cepal hace
algo más de un año publicó un importante estudio en el que describe las desigualdades
de y en la Región. Es evidente que estos estudios nos pintan mapas que dependen de
las categorías o de los parámetros con los que definimos las líneas de pobreza. En Perú
se estima que quienes tienen un ingreso inferior a los 80 dólares mensuales, están bajo
la línea de la pobreza y esto en concreto alcanza a 14 millones de peruanos, es decir
a un 60% de la población. Innegablemente la medición de la pobreza es una necesidad,
pero simultáneamente es apenas un aspecto para entender algo del fenómeno.60
Múltiples son las formas de violencia que se dan en nuestra Región. Hoy además
agravándose con la emergencia, en las últimas dos décadas, de nuevas formas de
expresión de las generaciones emergentes en bandas infanto-juveniles que siembran
inseguridad en nuestras ciudades y que evidencian insatisfacción frente a la carencia de
políticas públicas acertadas.
Cada día es más difícil responder a las preguntas de ¿quién soy?, ¿quiénes somos?
¿Qué queremos ser? Es que lo qué está en juego son las posibilidades de proyectos
personales y colectivos, el respeto por las propias culturas. Los grandes medios de
comunicación hoy nos abren a niveles de información que generan cuestionamientos
a las propias tradiciones, a las propias maneras de valorar las cosas, etc. Resulta un reto
60
Ver Marguerite Bey
Bey, Recherches sur la pauvreté: état de lieux. Contribution á la définition d ‘une problématique, 1999.
61
Ver Christophe Dejours-P ascale Molinier
Dejours-Pascale Molinier,, le Travail comme énigme, 1994.
329
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
muy exigente el articular las relaciones interculturales con ciertas formas de dominación
cultural que subyace a políticas culturales impositivas e invasoras.
330
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Existe un nexo entre producir riqueza y reconocimiento social, pero existe un bloque
de población, que el autor sitúa en la » marginalidad social », que está a medias
entre incluidos y excluidos: gente que no tiene para sí riqueza acumulada aunque
son de los que en cierto sentido depende parte de su producción ; pobres que algo
tienen, que comen para «reproducir lo básico de su vida», pero que han construido
un mundo simbólico propio, son gente que se organiza y pelea, por ej., el Movimiento
de los Sin Tierra de Brasil, la Abuelas de la Plaza Mayo, los movimientos de refugiados,
las mujeres del vaso de leche o de comedores populares, etc. Hay que reconocer
que estos fenómenos sociales tienen una visibilidad social y política y cierta capacidad
de hacerse reconocer como fuerzas que gravitan en la definición de políticas sociales,
de planes de gobierno, etc.
Los marginales pelean para entrar en el mundo de los incluidos, y para no caer en el
de los excluidos, para ser reconocidos como portadores de un discurso ético
diferente. Su fuerza es no rendirse frente al infortunio, ser poseedores de un mundo
simbólico diferente, esbozar experiencias alternativas en todos los terrenos, el de la
sobrevivencia, el de la vivienda, el de la ecología, el de la salud, el de la empresa,
etc.
En este sector de los marginados es dónde se ubican los niños y adolescentes con
que trabajamos y uno de nuestros retos es luchar para que ninguno caiga, en lo que
el autor llama la exclusión. Muy por el contrario, la lucha de los « marginales »
apunta también a que excluidos se organicen, se reincorporen a formas de acción
que les permita superarse y no se abandonen a sí mismos. Esta es una tarea de
proporciones y que sobrepasa con frecuencia las posibilidades de los llamados
marginales para dedicar sus energías a esta labor. Pero ése es el reto.
331
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Existen otras coordenadas igualmente importantes para los escenarios de futuro. Las
enunciamos:
a.- Hay que redefinir la relación entre mundo adulto y nuevas generaciones: ¿qué es
ser adulto? ¿Qué es ser joven? No es posible reconocer que con la Convención se han
dado pasos históricos hacia la nueva cultura de infancia, sin tocar las actuales y dominantes
culturas de adulte62
1.- Caminamos hacia la irrelevancia sustantiva de los niños, niñas y adolescentes. Hay
un problema en la sociedad frente a la infancia y adolescencia: su prescindibilidad.
Como que no se necesita la participación de ellos para sacar adelante las cosas de
interés del país. Esto sigue dando cuenta del rol que las sociedades continúan asignando
a los menores de edad no obstante discursos tan formales sobre su valor e importancia.
62
Ver JJ. Mosqueira
Mosqueira, Vida Adulta, personalidade e desenvolvimento,1983.
332
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
En realidad las experiencias de participación, si bien hay avances, no logran quebrar los
reflejos ideológico-culturales que siguen vigentes en gran medida cuando de hacer a
los niños y niñas imprescindibles se trata, de ser parte de las decisiones, ejecución y
evaluación de las cosas que interesan a la nación y que les concierne. Paradójicamente
esta realidad convive con discursos como el de la Convención por los Derechos del
Niño.
2.- Existe una tendencia que se generaliza y que apunta a lo que podríamos llamar una
« inclusión instrumental » de la infancia: la infancia como consumidora, no como
actor social o político. Tendencia además compensatoria de su marginación política y
social. El consumo, real o virtual, como participación inclusiva.
3.- Los niños y niñas en su condición actual en nuestros países, reflejan parte de la
privatización, del ocultamiento social de otros grupos sociales en el país, como sectores
de mujeres, de grupos étnicos, etc. Su invisibilidad política los hace objetivamente
solidarios con el grueso de la población que se encuentra bajo « participación vigilada »
o restringida, o como se le suele llamar, de « ciudadanía de segunda »63
4.- Todo parece indicar la tendencia de llegar a un nuevo contrato social entre la
infancia y el conjunto de la sociedad. Ciertamente que la Convención es un piso
necesario y básico desde el que debieran irse estableciendo algunas bases de dicho
contrato social. Para nosotros éste debe partir de algunas premisas irrenunciables. Una
de ellas es asumir la infancia como fenómeno social, destinada a desarrollar su condición
de protagonista en el ejercicio de sus derechos.
5.- El papel de los medios de comunicación: en general siguen proyectando una imagen
que deviene tímida y hasta concesiva frente al rol social y político de la infancia . Pero
además no abordan una crítica de las culturas de adultez que deviene correlativa al
discurso de infancia ciudadana. Cabe reconocer sin embargo, que en general hay avances;
pero específicamente ante temas delicados como niños y niñas víctimas de abuso
sexual, o inmiscuidos en casos de flagrante infracción, o niños y niñas trabajadores, los
medios de comunicación tienen grandes dificultades para revertir imágenes descalificantes
y hasta estigmatizadoras que calzan con cierta opinión y sentimiento públicos. Es que
los MCS necesitan de auspiciadores y quienes tienen la posibilidad de meter
considerables recursos económicos para vender sus ideas, sus enfoques son precisamente
63
Ver. Sinesio López
López, Ciudadanos Reales e Imaginarios, 1997.
333
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
aquellos organismos que al ofrecer una imagen dolorista o en todo caso aparentemente
digna, terminan reforzando representaciones sociales de una infancia objeto de.64
2.2- Las que nos han creado los Convenios 138 y 182 a nivel internacional.
Sin pecar de inmodestia, sospechamos que esta reacción guarde relación también con
lo que a la postre, para algunos abolicionistas radicales, se ha considerado la ambigüedad
del artículo 32 de la Convención de los derechos del Niño de las NNUU. En efecto,
la hermenéutica práctica realizada por los Movimientos de NATs en el Continente en
el explícito sentido de que dicho artículo 32, a la letra, no era abolicionista, sino
regulador y coincidente con lo que desde más de 26 años vienen luchando los
movimientos de NATs en muchos de nuestros países sur y centroamericanos, empujó
a la elaboración de un nuevo instrumento jurídico internacional.
La historia del Convenio 182 no deja de ser indicativa de cierta presión venida de
diferentes sectores ; no creemos estar fuera de lo posible, si afirmamos que entre
ellas estuvo la larga y paciente presión de los movimientos de Nats de América Latina,
de Africa y de la India ; desde su declaración en Kundapur en noviembre de 1996, la
participación pública de un adolescente peruano trabajador en la conferencia de Ministros
de Trabajo de Amnsterdam a inicios de 199765 hasta la posición del Movimiento de
NATs de la Región, ese mismo, año rechazando desde el título del texto borrador
definido como un convenio por la abolición del trabajo infantil, la idea de que un
niño y adolescente trabajador debe ser « rehabilitado » luego que deja de ser trabajador,
pero sobre todo el incluir entre las formas de trabajo a la prostitución infantil, al tráfico
de menores, los niños soldados, contribuyeron a que se modificaran algunos aspectos
del Convenio, aunque el « proyecto abolicionista » es el que de forma implícita sostiene
64
Ver ciertos spots del llamado Global Movement for Children.
65
Ver A. Sanz
Sanz, «De Kundapur a Ginebra», 1999.
* Actualmente ya firmó los convenios 158 y 182.
334
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Se hace necesario hacer un análisis de los dos convenios mencionados desde varias
perspectivas, aunque éste no sea ni el tiempo ni el espacio para hacerlo de forma
sistemática. La de orden estrictamente jurídico ha sido brillantemente hecha por dos
catedráticos de derecho de la Universidad de Gent67. Pero se requiere abordar desde
la sociología, desde el análisis antropológico la visión de cultura y trabajo que se maneja
en dichos textos; es de interés indagar por la economía política en la que se sustentan,
la noción de infancia y de adultez igualmente. Pareciera que el despliegue de lobby, las
campañas internacionales, las presiones y hasta ciertas formas de chantage a funcionarios,
dirigentes sindicales, universidades y ONGs por parte de funcionarios de segundo
orden de oficinas regionales de la OIT en nuestra región, indican más que un celo
humanitario, la tendencia a imponer -en actitud salvacionista- su pensamiento único,
mostrando una mentalidad dogmática y confusa. Estos convenios se mueven en la
prohibición, en la eliminación, en la sanción, en la penalización, es decir siguen aferrados
al paradigma correccionalista. Si bien la OIT pretende estar hablando para el futuro,
termina paradójicamente presentando como escenario de futuro los escenarios de
pasado. Incluso, estos convenios tienden, en los hechos, a institucionalizar una doble
moral, la de la norma y la de una conciencia de su inviabilidad histórica para nuestras
realidades; la de satisfacer estándares internacionales, al precio de dejar intocadas las
causas que están a la base de los hechos. Es que programas como el IPEC de la OIT
que predican la restitución del trabajo a los adultos a fin de erradicar el trabajo infantil,
finalmente se siguen instalando en la sociedad del trabajo de la primera modernidad,
del trabajo asalariado de la sociedad industrial68 Finalmente, la impostación teórica,
epistemológica que subyace al pensamiento confuso del Convenio 182, despoja al
trabajo de su referente al mundo objetivo, al mundo social, al mundo subjetivo69; es
decir, « la conciencia no puede llegar a ser ella misma y cualificarse que en el trabajo
que ella efectúa sobre el objeto, en « el sentido y el valor » que ella le da »70 El
sentido que NATs dan y el valor que ellos reconocen en su vida y en su trabajo, no
66
Ver OIT
OIT,« Manual para Parlamentarios», « Cómo aplicar el Convenio 182», 2002.
67
Ver Karl Hanson, Arne Vandaele
Vandaele
andaele, Niños Trabajadores y Derecho Internacional de Trabajo, análisis crítico, 2001.
68
Ver U. Beck, ibidem, p.55.
69
Ver Christophe Dejours
Dejours, op.cit.; 1994.
70
Ver A. De W aelhens
Waelhens
aelhens, Une philosophie de l‘ambiguité, l’existensialisme de Merlau-Ponty, 1970.
335
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Consideramos que el trabajo es uno de los ejes catalizadores de las grandes interrogantes
que hoy se ponen todas las naciones. Los cambios profundos en el rostro, en el concepto
del trabajo en la sociedad globalizada, nos retan a asumir que « por doquier el trabajo
asume nuevas dimensiones que exigen nuevos conocimientos »71
Es que la cuestión del trabajo de niños y adolescentes, nos coloca ante retos mayores
que tienen que ver con los modelos de desarrollo, los modos de producción y los
modos de vida, con los proyectos de humanidad y no sólo con la pobreza o con el
deterioro de la vida.
Nosotros suscribimos más bien, la valoración crítica del trabajo en el marco conceptual
y práctico del paradigma de la promoción del protagonismo integral de todo ser humano,
en particular el de los niños y adolescentes trabajadores.72 Si bien desde hace 26 años los
movimientos de NATs vienen levantando la valoración crítica del trabajo y desde allí
luchando en contra de todas aquellas condiciones que atenten contra la dignidad del
NAT, aquella no puede ser esgrimida como una feliz coincidencia que implique arriar
banderas, pensar que estamos en el mismo proyecto societal. Las coincidencias tácticas
y circunstanciales no implican compartir el mismo proyecto; el abolicionismo que se
reviste de un lenguaje concesivo, resignado y engañoso como « erradicación »,
« eliminación gradual », « prohibición » resulta antagónico al de la valoración crítica de
los NATs.
71
Ver Jacques De Brandt
Brandt, Avant-propos, en Rev. Sociologie du Travail, 1994.
72
Ver IFEJANT
IFEJANT, Ser protagonistas, 1997.
336
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
compulsividad que supone hoy la pobreza para las mayorías, pero tampoco para quienes
sin ser obligatoriamente pobres deben ofertar su fuerza de trabajo en una sociedad aún
salarial, ni subyugadas por el consumismo. Pobreza y consumismo pervierten la experiencia
de trabajo imprimiéndole formas, tiempos y motivaciones que no se condicen con la
función social, con la construcción de identidad y dignidad ni con un sentido de gratificación
personal, de experiencia de felicidad. En otras palabras, buscamos una sociedad que
supere el desencuentro y hasta la dramática escisión entre producción material y producción
espiritual ; allí, lo que hoy llamamos tentativamente « trabajo », habrá asumido contenido
y formas muy distintas a las que hoy conocemos en nuestro medio, incluido lo que hoy
vemos de niños y adolescentes trabajando73 Es que el goce del derecho a « trabajar »
y su ejercicio se inscribirán no sólo en un marco de ejercicio de la libertad, sino por ello
mismo de ajuste a las motivaciones, aspiraciones y hasta al placer de cada individuo sin
menoscabo de su status social, de su condición económica, de su auto y hetero valoración
y estima.
73
Ver O. Ugarteche
Ugarteche, Los esfuerzos( frustrados)de Inclusión, 1998 y en N. Henríquez (ed), PUC, 1999.
337
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2.- Nos parece inaudito que luego de más de 10 años de Convención, los niños
puedan ser objeto de esta agresión en su porción emblemática de los NATs.
3.- Que las graves limitaciones, en nuestra Región, de un programa como el IPEC
quieran verse justificadas por la presencia de los movimientos de NATs.
4.- Que éste dé pié a una afirmación absolutamente gratuita y prejuiciosa de ser
organizaciones que entrañen peligro a nuestros gobiernos y sociedad.
5.- Que el solo hecho de tener un pensamiento divergente de la tradicional posición
de la OIT en materia de trabajo de los menores de edad, los vuelva « defensores »
del trabajo infantil según la acepción que la OIT intencionadamente difunde y que
no es precisamente la que dichos movimientos sostienen.
6.- Que la OIT se valga de ONGs para confrontar a los niños trabajadores, pervirtiendo
así el rol de dichas organizaciones de la sociedad civil, pagándoles incluso para
atacar a los niños y niñas trabajadores en vez de convocarlas a una lucha contra las
causas de la pobreza.
7.- Haber declarado peligrosas a las organizaciones populares como las de los NATs,
en el contexto de esquizofrenia desencadenado luego de los hechos del 11 de
setiembre 2001, es abrir el efecto retroactivo a que sean clasificadas como
terroristas. En efecto, el paso de ser un peligro a ser terrorista se ha sustantivamente
acortado y que la imagen de un organismo de NNUU lo advierta, resulta una
temible como irresponsable señalación.
Si bien desde hace 26 años los movimientos de NATs vienen levantando la valoración
crítica del trabajo y desde allí luchando en contra de todas aquellas condiciones que
atenten contra la dignidad del NATs, aquélla no puede ser entendida como un aval a la
explotación de ningún niño, niña o adolescente.
Empecemos, muy brevemente, por señalar por qué nos parecen insuficientes las
tipologías que estamos intentando levantar en este Foro.
338
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
sector tiene en periodos de tiempo que no se condicen con los tiempos censales.
Pero además, subsiste un problema conceptual o de elección de categorías a ser
registradas y medidas.74 La cuestión estadística es un aspecto aún parcialmente fiable
en términos globales y de cobertura nacional, amén de la hermenéutica que exige
todo discurso pretendidamente objetivo por basarse en números y porcentajes75
c.- Otro riesgo puede verse en la facilidad de deslizar, en el ejercicio de establecer una
tipología, hacia una especie de casuística. Incluso si se quisiera hacer un ejercicio de
respeto a características particulares de lugar, tradición, cultura, etc., sabemos que
variables como la edad, como el significado social atribuido, el contenido simbólico,
etc., son realidades dinámicas, como lo son, aunque en tiempos diferentes, los cambios
en las estructuras productivas, en el flujo de la comunicación, en el impacto de la
educación, etc.
339
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
d.- Una cuestión que no deja de ser significativa, es la forma como se nombra el
fenómeno del trabajo de niños y niñas o el trabajo en general. Recientemente, al
parecer, la OIT habla de la búsqueda de un trabajo «decente», «a decent work».
Por lo menos en el castellano que corre comúnmente entre nuestra gente en
Perú, y sospechamos que también en otras lenguas, eso de decente está ligado a
una cuestión de «urbanidad», de «galateo», de buenos modales, de etiqueta ; así
para nombrar a personas de sectores A,B de la sociedad, se suele decir, «es gente
decente». Nosotros creemos que nuestra lucha no es sólo por decencia sino por
dignidad. El bien jurídico que se persigue es la dignidad, noción que refiere
directamente a la persona, al ser humano, a su condición social, a su espiritualidad,
etc. ¿Por qué hablar ahora de trabajo «decente» y sin mayores explicaciones de
qué se pone dentro de esta expresión?
e.- Por todo ello preferimos hablar de condiciones, en todo caso de un levantamiento
de condiciones de trabajo que debieran ser erradicadas, incluso prohibir formas de
trabajo bajo dichas condiciones. Insistir en las condiciones y en las causas de dichas
condiciones se centra en otro eje que sin absolutizar el factor etario80 entendido hasta
ahora en el discurso de la OIT más bien como cronología, asume un criterio
aparentemente menos exigente, pero que a la postre es más desafiante y justo con
situaciones específicas o particulares : el de las condiciones. Podríamos decir que el
concepto mismo de « peores formas » lleva implícito el de buenas y mejores formas.
La edad cronológica sola, si bien deviene en una exigencia del andamiaje jurídico, no
puede ser el criterio absoluto y dirimente para toda tipología. Evidenciamos una cierta
contradicción con el concepto de trabajo de niños y adolescentes entendido como un
continuum y que organizaciones internacionales han empleado.
340
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
g.- Pero algo más sustantivo para establecer tipologías de formas de trabajo de niños,
niñas y adolescentes, lo constituye el instrumental teórico con el que se analiza el
fenómeno, se relaciona por ejemplo con las lógicas económicas, sociales y culturales
que explican la integración del trabajo de los niños y niñas en las estrategias familiares
de trabajo, de sobrevivencia y esto en el mundo urbano como rural81, la misma que
afirma que la colaboración « en la agricultura o en un régimen de dependencia familiar
queda excluido de la categoría trabajo infantil », lo que muestra lo aleatorio de las
tipologías dependiendo de lo referentes teóricos que se asuman.
1.- Nos permite hacer diferenciaciones necesarias que hagan aplicable y no objeto de
permanente burla de lo establecido cuando no de la aparición de formas clandestinizadas
que escapen al ya casi inexistente control en esta materia.
81
Ver Alves G.P
G.Pinto
into, O Trabalho das Criancas, 1998.
into
82
Ver Christ Jenks
Jenks, Constituindo a Crianca, 2002.
341
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
3.- Si bien nos toca aún bregar porque la Convención pase a ser práctica cotidiana y
generalizada de reconocimiento y desarrollo de los derechos del niño, luego de
12 años de su aprobación estamos ante el reto de una revisión de la misma que
permita más frontalmente incorporar otras visiones que no sea sólo la occidental,
hasta ahora dominante en los presupuestos ideológicos que la sustentan.86.
Creemos que lo indispensable es partir de una visión de infancia como fenómeno
social, una clara afirmación de la participación como un derecho de todo niño,
niña y el principio de que cada criatura es un ser público no privatizable. Sólo así
el proclamado interés superior del niño cobra coherencia, fuerza transformadora,
sentido político y contenido del protagonismo de la infancia.
4.- Ciertamente que las reflexiones de este Foro pueden ser una contribución respecto
a dos, entre otros puntos. Uno refiere a la necesidad de articular dos aspectos, el
de la reflexión sobre niños, niñas y adolescentes trabajadores en el mundo, pues
entre nosotros hay personas venidas de cuatro continentes, en un intento de no
83
Ver Niños Trabajadores, Construyendo una Identidad, Lima, 1990.
84
Ver el Informe de Evaluación del Programa IPEC en América Latina 1996-1999.
85
Ver J. Domic, Niños Trabajadores: la emergencia de nuevos actores sociales, La Paz,1999.
86
Ver Iréne Théry
Théry, La Convenziones ONU sui diritti del Bambino, nascita de una nuova ideologia,1991; Albert R ecknagel
Recknagel
ecknagel, La
Covención, doce años después, 2002; A. James,Ch. Jenks,A. PProutrout
rout, Teorizzare l ‘Infanzia, 2002.
342
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
5.- El otro punto refiérase a nuestro acercamiento teórico y práctico a los Nats. Los
niños y adolescentes trabajadores como tales no concitan nuestro interés de por
sí. Es la infancia trabajadora en cuanto realidad emblemática, en cuanto hecho
económico, social, político y cultural que nos introduce en primer término a
repensar el conjunto de la infancia y en segundo término a repensar el conjunto
de la sociedad, de las relaciones sociales, de los sistemas y subsistemas que
pretenden estar al servicio del desarrollo de la infancia como actoría social, como
protagonista, como sujeto ético y político. Es en este horizonte más universalizante
en que inscribimos la significación simbólica, en que recuperamos el capital social
que los Nats representan y que sí merecen todo nuestro interés y nuestra pasión.
6.- Finalmente, creemos que la organización de Nats- hoy presente y activa en América
Latina, en el Caribe, en Asia y África- no sólo merecen respeto, sino
reconocimiento, apoyo, evitando formas de discriminación a las que no
infrecuentemente se ven empujadas.
Si con la Convención en doce años no hemos logrado instaurar una cultura del respeto
y de la sensibilidad social, el aprecio y el cariño por todos los niños y específicamente
por los NATs, nos toca a todos lograr que ésto deje de ser una aspiración y se haga
experiencia en la realidad de nuestros niños y niñas. Esta es la apuesta para los próximos
¿10 años?, ¿ 20 años? Un trabajador social, un luchador por la dignidad de todos, es
alguien que porfiadamente intenta « apurar la historia ». Intentémoslo.
87
Ver Per Miljeteig
Miljeteig, Establishing pertnerships with Working Children and Youth. Implications of participation and protagonism, and
challenges for future research, IREWOC, Amsterdam, 1999.
343
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INTRODUCCIÓN
Si la pregunta fuera oral tendríamos que estar atentos al tono de voz, a los gestos de la
cara y de las manos para saber a cabalidad si se trata de una preocupación por conocer
las razones del trabajo de los chicos o si el tono delata un franco rechazo a que
trabajen. Pero por escrito, pareciera referirse en primer lugar a aquellos países que
cuentan con una población significativa de menores de la edad legalmente permitida y
que desarrollan ciertas formas de trabajo. Pareciera que la pregunta final y oculta podría
formularse algo así como: Por qué los niños no debieran trabajar.
Sin embargo, la pregunta alude no sólo a un hecho real, es decir a los más de 300
millones que, probablemente, hay en el mundo de niños trabajadores, sino a un nivel
más profundo, que busca conocer las razones subyacentes al fenómeno social de
menores en actividades laborales y de sobrevivencia.
En efecto, en la literatura existente sobre niños que trabajan en el mundo, las respuestas
a la pregunta sobre el por qué lo hacen, nos revela una permanente alusión a causas y
a motivaciones. Los estudios sobre migraciones demuestran exactamente la doble
referencia. Hace treinta años, en un estudio sobre jóvenes mujeres empleadas
domésticas en Lima, pudimos reconocer que no eran las más pobres las que llegaban
a la capital; en realidad, las familias pobres ni migrar podían. Es decir, no eran las
carencias propias de la pobreza, sino las aspiraciones a poder superarse, a poder estudiar
* Texto escrito el 2004 y publicado en la Revista Internacional NATs Nº 12, el año 2004
344
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
y a ganarse unos centavos más que en la vida de la chacra propia lo que empujaba a
hacer sacrificios que les permitieran migrar a la ciudad capital y trabajar en casa.
Se hace entonces pertinente averiguar no sólo las causas sino las motivaciones de
orden cultural y profundamente humano que subyacen al hecho de niños y niñas
trabajadores.
Pero el tema nos remite a una serie de aspectos que le están estrechamente ligados,
como el de la familia, la edad, el concepto mismo de trabajo, las razones de índole
cultural, etc.
Todos estos factores condicionan directamente los por qué trabajan niños y niñas en
nuestros países.
Ciertamente que la edad como fenómeno social y personal no escapa de ser una
construcción cultural88. En efecto, es esta dimensión que finalmente deviene decisiva
frente a la consideración de carácter psicológico en el preciso sentido que la cuestión
psicológica depende en gran medida de la concepción, del status y de la función social
que un determinado contexto socio-cultural asigna a sus nuevas generaciones en la
reproducción ampliada de la vida material y espiritual.
Podríamos decir que la distinción entre el crono como tiempo lineal y el kairos como
tiempo preñado de novedad social, política, cultural, histórica nos permite una mejor
comprensión de la edad en el tejido personal y colectivo. Esto tiene implicaciones en
el campo del desarrollo de las nuevas generaciones, en el estudio de las mismas, en las
ciencias sociales que a ellas se abocan. Así, es pertinente hacer mención del nuevo
auge que en el campo de la sociología cobra la categoría generación y que nos coloca
en un paradigma exigentemente sociológico abandonando el paradigma biologista y
del «tiempo natural» en lo que de apodíctico se le asumió o rompiendo con un abordaje
que privilegia las cohortes o grupos de edad89
88
E. Sullerot
Sullerot, L’age de Travailler, 1986.
89
Ver Marcelo Urresti, Generaciones, 2002; Mayall Berry
Berry,, «Children’s Childhoods Observed and Experienced», Londres, passim.
345
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Y es que lo del trabajo de niños y niñas tiene que ver con la historia de su legislación,
con la polémica historia de su codificación, de su normatización. Tenemos que
reconocer que en la historia del trabajo de niños y niñas y muy en particular en la lucha
contra su explotación, la legislación ha jugado un papel definitivo en el mundo occidental
y particularmente urbano. Pero más allá de lo urbano, sus límites han sido evidentes
en el mismo occidente. Es que se ha producido una focalización en el marco de lo que
90
Ver A. Gemelli
Gemelli, Pscologia dell’etá evolutiva, 1952.
91
Ver J. Castro M, Trabajo Infantil y Salud Mental, pgs.131 ss,1998.
92
Ver, Ch. Jenks, James, PProut
rout
rout, Teorizzare l’Infanzia, 2000; Honig et Alii, Kinder und Kindheit. Soziokulturelle Muster-
sozialisationstheoretische Perspektiven, 1996; G. B. Matthews, The Philosophy of Childhood, 1995; M.Liebel
M.Liebel, La Otra Infancia,
2000.
346
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Nos atrevemos a decir que la legislación internacional producida por la OIT es, en
materia de trabajo infantil y particularmente en lo que a edad se refiere, una clara
muestra del entrampamiento universalista frente a la pluralidad exigida por el respeto
de culturas diversas. Es que el lenguaje jurídico resulta pobre y empobrecedor, en este
caso, de las complejas realidades humanas en materia de trabajo y de éste en la
urdimbre social, ética, económica y cultural de los pueblos.94
Un elemento que data de 16 años posteriores al Convenio 138 del año 1973, es el
artículo 32 de la Convención de los Derechos del Niño. Este artículo refiere al derecho
que asiste a los niños de ser protegidos contra la explotación económica. Es en el
marco de este derecho que apunta una serie de condiciones que eventualmente pueden
ser ocasión de explotación. Entre dichas condiciones está la edad ligada a las formas de
trabajo. Podríamos decir que la edad cronológica por sí sola no indica nada en relación
al derecho a la protección contra la explotación. Es la edad en cuanto componente de
las condiciones de trabajo que cobra además un sentido social y genera una
responsabilidad ética.
Sin embargo se abre aquí un factor de subjetividad, capítulo ciertamente delicado que
lejos de llamarnos a la inacción, nos convoca a la ponderación, a la consideración de la
complejidad de los fenómenos y en particular de su comprensión y de la hermenéutica
que les acompaña95. Inevitable se presenta la tensión entre interés superior del niño y
la distancia entre quienes deben definirlo, la propia subjetividad cultural y aquellos que
-desde otra matriz subjetiva y existencial- son finalmente objeto de la decisión. No por
nada los NATs en Kundapur acordaron entre sus diez exigencias, «queremos ser
consultados sobre todas las decisiones que nos conciernan, locales, nacionales e
internacionales» precisamente como un elemento que permita tener en cuenta la
diversidad cultural y por ende subjetiva social y generacional. Con razón nos recuerda
un ex-funcionario de la OIT: «Peut-etre que ces quelques années de fin de millénaire
resterons longtemps dans la mémoire colective comme marquées non par l’entrée
93
Ver M. L. Bartolomei, Universalismo y diversidad cultural en América Latina, 1994.
94
Ver C. Dejours
Dejours, Le Travail comme un énigme, 1994.
95
Fdo. Escalante G,
G,Hermenéutica y Ciencias Sociales,2002.
347
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
des enfants dans le monde du travail-il y a belle lurette que les enfants travillent partout
dans le monde!- mais par l’irruption des enfants travailleurs comme acteurs dans la
lutte ouvriére» 96
Las motivaciones para el trabajo de los niños, niñas y adolescentes en nuestras culturas
ancestrales, tienen que ver con la edad, pero desde una visión de ésta que difiere de
una acepción estrechamente occidental y moderna.100. Por ello, en estas culturas no
hay una contradicción irresoluble entre infancia y trabajo, entre trabajo y edad, entre
edad y función social en la comunidad, entre responsabilidad y edad, entre pertenencia
a la comunidad y trabajo. Es que estas culturas se rigen por el principio de reciprocidad
y del equilibrio total; podríamos entonces decir que nuestro concepto de división del
trabajo social forma parte armoniosa en una matriz propia de su cosmovisión, de sus
creencias y de su sentido de trascendencia cósmica.
96
Ver Michel Bonnet
Bonnet, Le Travail des Enfants: Terrain de Luttes, 1999.
97
Ver AA VV
AAVV
VV. A razao da idade:mitos e verdades, 2001.
98
Ver José G.de Sousa Junior
Junior, A construcao e teórica da crianca no imaginário jurídico, 2001 sobre la edad para la inimputabilidad.
99
Ver AA VV
AAVV
VV, Culturas e Infancias, 2002.
100
Ver R.P ortocarrero
R.Portocarrero
ortocarrero, Trabajo Infantil en el Perú, apuntes de interpretación histórica, 1998.
348
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Por tanto, estamos a las antípodas de una visión patológica, enfermiza del trabajo de
niños y niñas lo que no quiere decir que sostengamos una concepción idílica, ingenua
de la vida de los niños en el mundo andino y amazónico. Pero son culturas que
cuentan con otros recursos que las hacen, en el lenguaje moderno, resilientes.101 Y
aquí surge de forma dramática el imperativo de articular universalidad y diversidad
cultural. Aún hoy para el caso boliviano, ecuatoriano, guatemalteco, mexicano, peruano,
el número mayor de niños y niñas que trabajan se concentra en el mundo rural, por
ello la pertinencia de un abordaje diferenciado cuando de edades se trata en la legislación,
en particular la internacional.
Una primera conclusión a la que podríamos llegar, es que los por qué trabajan los
niños, dependen antes que de sus necesidades materiales, de sus necesidades espirituales,
de su necesidad de identidad, de su necesidad de pertenencia, de su necesidad de ser
necesarios y útiles a su medida. Sin embargo, esto en un contexto conflictivo y complejo
como el de las grandes concentraciones urbanas deviene una explicación parcial y con
frecuencia carente de significación personal en la cotidianidad más bien signada por el
riesgo, la indiferencia, la estigmatización, el desvalor de su actividad102
De allí que la simple abolición del trabajo por concepto de la edad cronológica, deviene
en un non sense histórico, en una especie de neocolonización cultural, de imprevisibles
consecuencias espirituales103
101
Ver NN, Resiliencia en los Andes, Bs.As.2000.
102
Esteva México, 2002, notas de Conferencia en Puebla.
103
Ver Marcelo FFontona
ontona
ontona, Para Realizarse Trabajando, 1999.
349
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
condiciones de vida de las familias de sectores populares. No falta razón. Pero lo que
no se pude hacer es eregir a las carencias materiales que la pobreza acarrea, como la
causa necesaria y única, en una relación causa-efecto, del fenómeno del trabajo de
menores de edad. Pero es tanto más cierto aquello, cuanto, al parecer, con el
crecimiento de la pobreza y de las desigualdades en el Continente104, el número
absoluto de menores de edad trabajando en las ciudades ha crecido exponencialmente,
aunque las estadísticas guarden un preocupante atraso y sean además poco fiables; aunque
los millones de dólares gastados en los últimos diez años por el programa IPEC, el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Cooperación Internacional en general,
no pasen de logros meramente simbólicos, finalmente ridículos por la desproporción
entre lo pretendido, lo anunciado y lo realmente concretado105 habida cuenta de las
proporciones del fenómeno; aunque los innegables avances en la ratificación del Convenio
138, excepción hecha de México y Paraguay en la Región, no pase de ser una formalidad
que en opinión de la Comisión de Expertos de la OIT en 1998 reconocieran que su
cumplimiento efectivo resulta difícil de medirse dado que «en relación con las fuentes de
información sobre la aplicación en la práctica de los convenios sobre la edad mínima, la
Comisión toma nota que a veces la existencia misma de niños que trabajan en contravención
tanto con la legislación nacional como con las normas internacionales del trabajo
aparentemente no figura en las estadísticas del trabajo o en los informes oficiales sobre
inspección del trabajo....La Comisión está preocupada por la falta de información,
especialmente de datos precisos, lo que puede revelar una falta de vigilancia adecuada de
los Estados en cuanto a la existencia y al alcance del trabajo infantil».
Tendríamos que añadir que las políticas oficiales frente a la pretendida abolición del mal
llamado «trabajo infantil», se corresponden con las tendencias a la focalización que en
materia de reducción de la pobreza se han impuesto en nuestra Región. Incluso, el
Convenio 182 se inscribe de cuerpo entero dentro de este marco al pretender llegar
a la abolición total del trabajo infantil a partir de la erradicación de las peores formas de
explotación del mismo106
Innegablemente, los niños y niñas trabajadores al ser entrevistados sobre por qué
trabajan, nos van a responder porque necesito, porque mi familia es pobre, porque
necesito comer, porque requiero dinero para comprarme mi ropa, porque si no
trabajo, no iré al colegio, etc.; habrá además quienes nos respondan porque me gusta
104
Ver CEPAL, Las Desigualdades en América Latina, 1999.
105
Ver OIT
OIT, Evaluación del Programa IPEC en América Latina, 1999, pág.25-26.
106
Ver OIT
OIT, Manual para Parlamentarios para la aplicación del Convenio 182, 2002.
350
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
trabajar, porque así aprendo a no depender, porque es mejor que robar o mendigar o
prostituirme, porque me siento libre, etc. Es decir, motivaciones diversas, pero que
tienen una o dos causas que van más allá de ser meramente estímulos. Uno es las
graves carencias materiales en las familias de sectores empobrecidos de nuestras
sociedades y dos, la necesidad de cierta autonomía, de sacudirse de cierta dependencia.
La historia de la infancia trabajadora recoge desde más de 150 años estas motivaciones
aunque las estructuras y dinámicas económicas sociales y políticas culturales de entonces
sean sustantivamente diferentes107
Dos alcances parecen necesarios. En una comparación entre motivaciones para trabajar,
los menores de edad de nuestros países del sur y los de un país como Alemania 108
podemos claramente evidenciar una diferenciación en las motivaciones y en las
finalidades, es decir en el para qué, del trabajo. Y es que en el caso de los países
pobres, los niños y niñas se encuentran compulsivamente forzados a salir a trabajar
desde el alba de sus vidas para poder enfrentarse, aunque sea parcialmente, a la
pobreza cotidiana; el trabajo entonces como actividad humanizante se encuentra inscrito
en una perversión social que lo despoja de su significación ritual, de pertenencia, de
gratificación personal, de su utilidad socialmente amplia y reconocida. A esto es lo que
en el imaginario social se suele aludir como trabajar obligados y no como resultado de
una elección libre.
Pero quizá sea importante señalar cómo, en general, los NATs que han vivido una
experiencia de organización propia en la que aprendieron a releer su experiencia
personal, a modificar su propia representación de lo vivido como niños, como pobres,
como trabajadores, transforman su discurso y suelen decir, «yo no trabajo porque me
obligan, porque necesito, sino en primer lugar por solidaridad con mis padres que viven
angustiados de cómo le darán de comer y de vestir y estudiar a sus hijos; yo no puedo ser
indiferente, por eso yo salgo a trabajar» Si bien esta manera de enfrentarse con las
circunstancias no modifica objetivamente las cosa, en realidad estamos ante una
subjetividad nueva que sí transforma las implicancias humanas, espirituales, éticas,
culturales de las personas. Es lo que hoy sociólogos como Moscovichi apunta como lo
central ante un hecho concreto y como el mismo Alain Tourraine reconoce como una
condición para devenir actor social. Es que las transformaciones en el campo de sentido
y el de las representaciones y significaciones, empata directamente con el mundo de
las motivaciones, y en nuestro caso, con las de los niños y niñas que trabajan.
107
Ver H.Cunnighan
.Cunnighan, Children of Poverty, 1996.
351
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero, y esta es una segunda consideración, cuando niños y niñas han sido encuestados
en las escuelas alemanas sobre si trabajan, por qué trabajan o si quisieran trabajar,
investigación hecha desde 1989, 1993, 1994 y 1996, nos encontramos con un
conjunto de hallazgos en sus motivaciones que bien vale la pena tener en cuenta no
obstante el contexto global tan diferente. Pero también en este caso asistimos a la
compulsividad generada ya no por la pobreza, sino por las exigencias de una sociedad
y cultura del consumo en las que el estatus social, las posibilidades de reconocimiento
y el impacto en la sujetividad que el alcance de ciertos estándares mínimos establecidos
provocan, explican por qué los niños y niñas que trabajan lo hacen para comprarse
cosas sin tener que depender de sus padres, poder viajar, poder pagarse ciertos gustos
plausibles.109 Lo rescatable es una vez más la voluntad de independencia, de autonomía
en las motivaciones. Pero como bien anota Wienold (1997), los ingresos de los
adolescentes «reducen los conflictos dentro de los hogares en cuanto a gastos
«necesarios» o «legítimos» de los hijos en el entorno de la cultura juvenil»110
No podemos menos que abordar otra vertiente de sustentación que de una u otra
manera subyace en crecientes sectores de la población de niños y niñas trabajadores y
que fundamenta también las razones por las que niños y adolescentes trabajadores
consideran que les asiste la facultad de trabajar cuando lo juzguen complexivamente
conveniente. Estamos hablando de una valoración crítica del trabajo que se nutre del
reconocimiento del derecho a trabajar como un derecho inherente a la condición
humana, vale decir como un derecho cuyo sujeto es la especie humana.
La historia del trabajo como un derecho-más precisamente aquello que las distintas
sociedades reconocen como trabajo- es larga y conflictiva cuando de su
constitucionalización y normatización en el derecho positivo se ha tratado.111. Incluso,
en el siglo XVI, se formula en primer lugar como un deber exigible por parte de la
autoridad pública; y precisamente por ser un deber, genera un derecho en los individuos.
No sin razón se habló del «droit au travail: l’histoire d’un probléme» 112
Pero lo que resulta hoy incompatible con el imaginario social mayoritario, es hablar de
derecho a trabajar cuando de menores de edad se trata. Sobrevive con fuerza una
108
Ver M.Liebel
M.Liebel, Niños y Adolescentes trabajando en Alemania, 1996.
109
Ver M:Liebel
M:Liebel, ibidem, 1996.
110
Citado por M.Liebel
M.Liebel, ibidem, ed.2000.
111
Ver Pierre Rosanvallon, La Nouvelle Question Sociale, repenser l’Etat Providence, 1995.
112
P. R osanvallon, ibidem, p.133-161.
Rosanvallon,
352
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Es pertinente la pregunta que M.Liebel se hace, ¿cómo se explica que los niños
reivindiquen el derecho a trabajar? El nos recuerda que 13 años antes que la Convención
de los derechos del niños tocara en su artículo 32 la cuestión de la explotación del
trabajo de los menores de edad, y partiendo desde una visión alternativa, propositiva y
proyectiva, los NATs afirmaron su derecho a trabajar en medio de una sociedad y
opinión pública y oficial que los subvaloraba y excluía.114
Pero cuando hablamos del derecho a trabajar, de la conciencia de este derecho como
fuera reconocido por el Código de los Niños y Adolescentes del Perú desde 1992,
estamos tocando un aspecto que transforma motivaciones aunque no modifique las
condiciones materiales en las que toca trabajar. El reconocimiento del derecho a trabajar
para nada opera como un incentivo a trabajar en lo que sea. En el trabajo educativo de
la organización de los NATs por el contrario se insiste para que el asumir trabajar
como un derecho devenga un fundamento consistente para exigir y descalificar como
idóneas, aquellas condicions que coalicionan con los valores y la dignidad que todo
derecho tienen como bien jurídico exigible.
113
Ver Antonella Invernizzi
Invernizzi, The work of children is not only work, 2001.
114
Ver el excelente Capítulo 10 de La Otra Infancia, 2000.
353
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
354
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
INTRODUCCIÓN
Uno de los primeros -y quizá hasta la fecha único trabajo- en iniciar un análisis de los
discursos formales de las organizaciones de Nats, se lo debemos al profesor Manfred
Liebel, quien en 1999 presentara un primer abordaje en el IREWORC Workshop en
Amsterdam titulado «Working Children’s protagonism,Children’s Rights and the Outline
of Different Chilhood. A Comparative Reflection on the Discourses in Latin America and
the «First World»; trabajo que completaría un año después, en París, en su trabajo
¿Transformaciones sociales por las organizaciones de niños trabajadores?, durante la
conferencia internacional «Repenser l’Enfance, le défi des enfants travailleurs aux sciences
sociales».
Estas líneas pretenden reseñar una breve sistematización en el tiempo de lo que ha ido
siendo la construcción de los discursos que hoy expresan y orientan globalmente a las
organizaciones de niños y adolescentes trabajadores en un radio geográfico que desborda
el tiempo y el espacio en el que los núcleos iniciales de alguno de los discursos
recogieron sus primeras intuiciones. No obstante, aquí nos hemos de referir
principalmente a los discursos que desde América Latina se han venido construyendo.
Nos queda una deuda con discursos que desde las culturas y experiencias de África y
Asia se han ido elaborando y que representan aspectos enriquecedores para los discursos
latinoamericanos, si se nos permite esta expresión, por otro lado muy cuestionable.115
Y es que hoy con más ventaja que hace décadas, la circulación de vivencias y de formas
de nombrarlas nos permite afirmar que hay una rápida globalización de nociones, de
conceptos, de elaboraciones teóricas y de avances académicos que nos llaman a la
* Artículo elaborado en ocasión de cumplir 65 años el Dr Dr.. Manfred Liebel y publicado en Bernd Overwien (Hrsg), «Von sozialen
Subjekten. Kinderund Ingendliche in verschiedenen Welten», 2005, p. 291-308.
115
En efecto, desde muy atrás en el tiempo se ha discutido en nuestra Región si es posible, por ejemplo hablar de «filosofía latinoamericana»,
«teología» latinoamericana.
355
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Conviene entonces recordar que nada de esto es en primer lugar creación que no se
nutra de lo que otros han ido hilvanando a partir de sus propios procesos sociales, de
sus elaboraciones explicativas, de sus fuentes de inspiración. Podemos decir que de
cuando en cuando, se van elaborando, al paso, síntesis muy ricas de posibilidades de
seguir sosteniendo prácticas sociales. En otras palabras, los discursos no son sino una
manera de recoger reflexivamente las lecturas que de las prácticas concretas se han
venido haciendo; los discursos antes de ser tales, son experiencias reales cargadas del
contexto al que deben responder y de las motivaciones que les subyacen, a las creencias
que las sostienen, a los sentimientos que las impulsan, a las representaciones sociales
que las simbolizan. En esta matriz epistemológica y vital es que se han ido balbuceando,
apoyados en instrumentos y códigos algo más sofisticados, eso que hoy llamamos
«discursos de los movimientos sociales de NATs».
Pero sabemos que la apertura a otras experiencias, ha devenido durante todo este
tiempo en una exigencia para evitar reificar discursos, enfoques, categorías. Como se
podrá ver más adelante, incluso el cotejarse con otros enfoques, el confrontarse con
otras corrientes, ha sido un permanente llamado a sortear toda tendencia al
fundamentalismo, a la cerrazón, a la tentación de eregir el pensamiento propio en
pensamiento único.
Se considiera pertinente desarrollar estas notas en acápites que nos permitan reconocer
las raíces históricas de los discursos o, mejor, de los aspectos centrales e irrenunciables,
del discurso de los movimientos de Nats en el Continente o por lo menos para el
caso peruano.
356
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Los actuales movimientos de Nats, no sólo en América latina, sino en Asia y Africa,
representan una significativa novedad en la historia de la infancia a nivel mundial.
Evidentemente estamos refiriendo a la sociedad industrial o salarial en la que el fenómeno
del mal llamado trabajo infantil ha cobrado una presencia nunca antes vista ni estudiada
como hoy se hace. En efecto, no conocemos que la historia haya recogido una experiencia
como la que en los últimos treinta años se viene dando. En el contexto de la revolución
industrial de inicios del siglo XIX, el hecho social de la presencia de los niños, niñas
conjuntamente con las mujeres en las nuevas industrias emergentes, configuró un
fenómeno que concitó la atención de estudiosos, de legisladores, de damas «de sociedad»,
de instituciones religiosas, de políticos y de los propios trabajadores. Sin lugar a dudas en
la formación de la clase obrera, los niños como los jóvenes tomaron parte directa
aunque ésta no fuera destacada sino como la versión deshumanizante del propio sistema
de explotación del hombre por el hombre que se iba consolidando.116
Esta presencia, que como han señalado muchos analistas del capitalismo naciente, tocó
directamente la sensibilidad social, el sentimiento humanitario que quedaba en sectores
de la sociedad y que los impulsó a conformar lo que se ha dado en llamar los
«movimientos reformadores», así como la legislación -cada vez más severa- para evitar
la explotación de menores de edad y las implicaciones que el trabajo en esas condiciones
acarreaba a su salud física, mental y pública.
Podría asumirse que la infancia fue arrastrada a ser parte del inicial proceso de acumulación
del capital conjuntamente con sus familias; que participó en las luchas que sus mayores
entablaron por la reivindicación de sus derechos. Pero ésta fue una presencia que no
podía merecer un reconocimiento como actores económicos, como productores de la
riqueza pues las inhumanas circunstancias que rodearon su participación, hacían
incompatible este reconocimiento con su condición de niños. Si bien, en general en el
ámbito rural, no se percibía una contradicción entre trabajar y ser niños, en el mundo
urbano y en el marco de la sociedad salarial, infancia y esas condiciones de trabajo, se
tornaron incompatibles real y simbólicamente.
116
Ver A. Stella
Stella, «Pour une histoire de l’Enfant exploité» en B. Schelemer
Schelemer, «L’Enfant exploité, oppression, mise au travail, prolétarisation»
Ostorm-Karthala, paris, 1996; H. Cunnigham, P. P. Viazzo Viazzo(edit), «Child Labour in Historical Perspective, 1800-1985» Case
studies from Europe, Japan and Colombia, Innocenti, 1996.
357
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero mucho antes que la propia revolución industrial en los países del norte, tres siglos
antes, en nuestras tierras, las del Nuevo Mundo, se vivió un traumático cambio, una
brutal transformación en relación a lo que llamamos hoy trabajo. La conquista y
posterior colonización de nuestras poblaciones y territorios, trastocó el sentido y el
significado de la actividad productora de las condiciones materiales y no materiales de
la vida de las poblaciones originarias. El «trabajo» de ser una actividad de tributo a la
tierra, de ser parte de un ritual y de una fiesta, de ser una responsabilidad de la que ni
la autoridad mayor escapaba, se transformó en signo de dependencia, de pérdida de
autonomía, de obligación compulsiva y penalizable, de agotamiento y de exterminio,
de producir para que otros se beneficien y uno se empobrezca y miserabilice. El
occidente que ya tenía inscrita en su matriz económica y espiritual la búsqueda del
poder a como diera lugar, fue la causa de destrucción del sentido y significado que en
las comunidades originarias tenía el trabajo y con este horror se derrumbaron
dimensiones espirituales de las comunidades, se vio afectada su cosmovisión ligada a la
producción de la vida, la reciprocidad y la equivalencia como posibilidad de vida en
equidad, etc. Trabajo estaba cerca de la muerte y no más, como en su milenaria
vivencia, a la vida y en abundancia. La pérdida de fuerza simbólica de los referentes de
la identidad, vuelve vulnerables a los pueblos, a las personas. Ello explica por qué hasta
los niños fueron objeto de explotación en tiempos de dominación occidental, mientras
milenariamente infancia y trabajo tuvo absolutamente otra significación y cumplía con
otra función en el desarrollo de la cultura propia y del desarrollo personal.
1.
1.22- La historia de los niños, niñas y adolescentes trabajadores como parte de la
historia de los pobres.
117
Ver Vincenzo Paglia, «Storia dei Poveri in Occidente», Biblioteca Universale Rizzoli, 1994, passim.
358
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Es en este marco, en esta historia que hay que colocar la reacción de los niños, niñas y
adolescentes trabajadores. En todos los países de los que se tiene información histórica,
se sabe de reacciones propias de los menores de edad trabajadores frente a abusos, a
maltratos, a injusticias. Basta con recordar la huelga de finales del siglo XIX de los
vendedores de periódicos en varias ciudades de USA118 o cómo los niños trabajadores
de Ghent en Flandres elevaron sus voces antes y en los inicios del siglo XX119 o la huelga
de niños en una fábrica de tejidos en St-Niklaas en 1894. Pero cabe reconocer que
frente a las manifestaciones reivindicativas de los niños, la respuesta de la patronal era
indefectiblemente la de negociar con sus padres, con los responsables de sus familias.
Se puede entonces entender cómo los discursos sobre infancia trabajadora se articulan
directamente a cómo en la sociedad se fue produciendo lo social, a las estructuras y
modalidades que lo social fue adquiriendo en el marco de las dinámicas y modelos
económicos y políticos. Modelos recogidos finalmente en el derecho y la normativa
relacionada al trabajo de menores de edad y retransmitidos a las prácticas sociales de
carácter educativo, pedagógico, sanitario, lúdico-recreativo, etc.121
118
Ver David Nasaw
Nasaw,«Children of the City at Work and at Play»,Auditor Press, NY, 1995.
119
Ver Bart De W ilde
Wilde
ilde, «La voz de los Niños Trabajadores en Bélgica, 1800-1914«, en rev.I.NATs, n. 9, 2002, p.49-60.
120
«The loss of the strike weapon was symbolic of the street traders’loss of power and status. While few had ever engaged in strikes, they
knew that such actions had occurred in the past or elsewhere and could, if necessary, be employed where they worked. The possibility
of unionizing and striking, even if never called on, protected their interests and their self-image. Children whimpered for their rights; adults
struck or threatened to strike to protect theirs. Without the strike weapon, the street traders had no mechanism for forcing the adults they
worked with to treat them as business associates rather than children. They were losing their special place on the streets and their special
status as little merchants» D. Nasaw, op.cit. p.186.
121
Bastaría referirnos a la experiencia francesa, tardía en relación a la inglesa. Ver Serge Chassagne
Chassagne, «Il lavoro dei bambini nei secoli
XVIII e XIX», en AA VV
AAVV
VV, Storia dell’Infanzia II, dal settecento a oggi, Ed.Laterza, 1996, p.207-250, quien se pregunta si el trabajo industrial
representa, en relación a los niños, una innovación o más bien una racionalización del viejo principio educativo según el cual «el niño
debe proveer él mismo al sostén de la familia desde que esté en condiciones de hacerlo» lo que daría pie al largo proceso en el campo
legislativo en torno a la edad de admisión al trabajo, en Inglaterra, Francia, Alemania, p.217-218; ver Carlo Pancera Pancera, «Estudios de
Historia de la Infancia», ed. PPU, 1993; curiosamente, a las finales del siglo XX en el Congreso Panamericano de Niño de 1984
realizado en Washington, la representante Norteamericana señaló: «Aquellos jóvenes que habitan lugares de extrema pobreza pueden
desarrollar la actitud de ayudarse a sí mismos y hacer un aporte responsable a su sociedad», en S. Iglesias Iglesias, ponencia en el XVII
Congreso en San José, en 1993, ed. Ifejant p.38.
359
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Uno de los aspectos centrales en relación a la historia de los pobres es la historia del
trabajo, vale decir, los pobres siempre han presionado por trabajar, pues allí estuvo
siempre la posibilidad de un piso mínimo que los distinguiera de una condición
mendicante, beneficiaria, atendida, dependiente, es decir antagónica a su dignidad como
seres humanos. Evidentemente, esto históricamente nunca fue equivalente a afirmar
que el solo hecho de trabajar estuviera per se significando independencia, autonomía,
dignidad. Los niños y niñas conocieron conjuntamente con sus familias, la dramática
contradicción entre un discurso valorativo y significante del trabajo y las concretas
condiciones en que debía ejercerse en condición de subordinados, sobrevivientes
cotidianos y como poseedores de su fuerza de trabajo a duras penas.
Ello explica por qué valorar al adolescente y joven trabajador es hacerlo simultáneamente
por su condición humana, y por su situación de trabajador. Ninguna mistificación,
ningún idealismo romántico está por detrás de esta valoración, pues ella va como
horizonte e impulso para denunciar precisamente la explotación, para actuar sin tregua
360
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
122
Ver Marc A. W alckiers
alckiers, «Introduction á l’Histoire des débuts de la JOC, 1919-1925"; ver AA
Walckiers VV
AAVV
VV, «La Jeunesse Ouvriére Chretienne,
Wallonie- Bruxelles, 1919-1927» vol.I y vol.II, éd. Vie Ouvriére, 1990; Iganacio Guisado G G, «Creo en ti Juventud Trabajadora»,
vida, pensamiento y obra de José Cardijn, Lima, 1992).
361
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
En efecto ella está relacionada a la misma definición del Estado moderno, como Estado
protector. La idea que: «la miseria de los pueblos es una falla de los gobiernos», es
indisociable de la llegada de la modernidad política: ella es la consecuencia lógica de
una aprehensión del Estado como reductor de insertitud y productor de seguridad. Es
entonces admitido ampliamente que el rey debe «dar los medios para vivir a sus
pueblos necesitados», según una formula corriente en la en la que el programa del
estado protector se expresa con los acentos de un paternalismo arcaico. Pero esta
necesidad de dar trabajo a los pobres , no está considerada como una simple deuda
moral de la sociedad. Esta, se queda completamente encerrada o acomodada en una
visión indisociablemente disciplinaria y arcaica de lo social.
362
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Un siglo más tarde, los primeros economistas, aquellos que inventan el término de la
economía política y que se les calificará de mercantilistas en referencia a su visión
mercantilista; insisten de su lado a la colaboración al incremento de la utilidad social
general que representa dar trabajo a los desocupados. Por lo tanto es solamente en el
siglo XVIII que el recurso a los trabajos públicos será prioritariamente considerado en
su dimensión económica para tratar la pobreza; librándose al menos parcialmente de
esta presión moralizadora y disciplinaria de los orígenes.
El artículo «Trabajo», de la Enciclopedia, anota así: «Todo hombre que no tiene nada
en el mundo, que mendiga y a quien defendemos, tiene derecho de exigir trabajo
para vivir». Es con este espíritu que los fondos de caridad o caritativos, se organizaron
en numerosas provincias y regiones de Francia en los años 1770; Turgot dará un
impulso considerable a este Movimiento por un reglamento de 1775. (5). La noción
de talleres de caridad se generaron a partir de esta fecha, distinguiéndose claramente
de las anteriores formas de trabajos casi forzados. «Después de largo tiempo, se ha
buscado la piedra filosófica, y se ha encontrado que es el trabajo». Entonces podemos
363
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
concluir que en el siglo XVIII, una de las obras más importantes estuvo consagrado a
la abolición de la mendicidad.123
Hasta el día de hoy, a causa del desempleo incontenible que en países de la Región han
provocado las políticas económicas impuestas y los procesos de globalización excluyente,
la bandera principal de reivindicación de los sectores menos favorecidos y también de
gruesos sectores de la clase media es: trabajo. Frente a este reclamo, dos fenómenos
son a tenerse en cuenta. El primero se expresa en la compulsividad que experimentan las
familias a que el mayor número de sus miembros aporte al sustento diario y allí está una
de las causales por la que se conoce una tendencia a la explosión demográfica de la
población infantil y adolescente en el mundo de cualquier tipo de trabajo. El segundo,
refiere a las políticas de empleo que en muchos países se han concentrado en programas
temporales de empleo juvenil y adolescente, los mismos que permiten publicitar cifras
oficiales por las que se «reduce» el desempleo absoluto y se generan puestos de trabajo.
Pero estamos ante formas muy precarias de empleo con sueldos mínimos y sin cobertura
de protección social por lo general. En otras palabras, a la vuelta de tantos años, pareciera
que las políticas no logran saldar el abismo entre pobreza y trabajo digno o como
actualmente se quiere adulcorar la situación, «trabajo decente».
Los movimientos por los derechos de los niños, niñas y adolescentes en países con más
de un 50% de pobres, deviene en una confluencia con los movimientos sociales por
trabajo como el Movimiento de las Sin Tierra en Brasil, el de los villeros en Argentina o
el de los indígenas en Ecuador o en el amplio como aún definiéndose movimiento
transnacional que se manifiesta en el Foro Social Mundial o el que se puede reconocer
en quienes enfrentan y se oponen al TLC y a la firma del Alca. Todos plantean una
cuestión que va más allá de lo inmediato.124
123
P. R osanvallon, «La Nouvelle Question Sociale, repenser l’État-Providence»,Seuil 1995,p 136-139.
Rosanvallon,
124
Ver documentación recogida por Cristiano Morsolini, «Los colores de la Alternativa, experiencias de ciudadanía activa en Perú
y Latinoamérica para construir otro mundo posible»,, Lima, 2004..
364
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
postergación o cancelación del ejercicio de otros derechos del niño que dicen referencia
directa a salud, educación, juego, descanso, etc.125
1.
1.44- Desde los procesos de elaboración de la teología de la liberación
Es en este surco que cristianos a lo largo del continente han entendido su fidelidad a
Jesucristo desde su fidelidad a los pobres, a los explotados, a los marginales, a los
sometidos, a los negados por los poderes. De esta praxis significativa , nace aquello
que en los sesenta encontraría en la expresión «teología de la liberación» una manera
de sintetizar y de abrir horizontes para la vida de fe de millones de seguidores de Jesús.
Pero en realidad eso de teología de la liberación se acuña en un continente donde los
movimientos de liberación nacional habían marcado la necesidad de una auténtica
liberación de estructuras de poder económico, político, de dominación global que se
habían instalado.127. Lo que llevó a los obispos católicos reunidos en conferencia
125
Ver el enfoque específico de Alain Supiot
Supiot, «Critique du droit du travail», PUF, 1994, passim; Dominique Méda, «Le travail. Une valeur
en voie de disparition», Alt-Aubier, Seuil, 1995", passim; V.Santuc, «Trabajo y Ocio», en Rev.Páginas, 1995.
V.Santuc,
126
Ver Enrique Dussel
Dussel, «Les Evëques hispanoamericains, Défenseurs et ávangélisateurs de l’Indien: 1504-1620", Weisbaden: Steiner,
1970; «Historia de la Iglesia en Amárica Latina:Coloniaje y liberación, 1492-1972», Barcelona, Nova Terra, 1974; J.B.L assegue
J.B.Lassegue
assegue,
«La larga marcha de de las Casas», CEP, 1974; Nathan W achtel, «La vision des vaincus- Les Indiens du Pérou devant la Conquéte
Wachtel,
espagnole: 1530-1570», Paris, Gallimard, 1992; J.M.Aubert et alii, «1492-1992, Conquéte et Evangile en Amérique latine,
Questions pour l’Europe aujourd’hui», actes du colloque, Lyon, Profac, 1992; Bruno V an der Maat
Van Maat, «L’Eglise et les autres: les indiens
et les noirs au hérou, XVIéme et Xxéme siécles», Lyon, Profac, 1994.
127
Es lo que Gustavo Gutiérrez en el segundo capítulo de la obra fundacional de la teología de la liberación, llama, «el tema de la
liberación en una perspectiva teológica», CEP, 7ma ed, p.108-113; conviene recordar que desde años atrás grupos de sacerdotes en
países como Colombia, Argentina, Perú, habían constituido organizaciones que recogieran su voz al lado de la voz de los sectores de
base con los que desarrollaban su labor ministerial. En Bolivia, se trató de una composición ecuménica del movimiento ISAL; sobre el
punto ver, Young Hyun Jo Jo, «El papel del grupo sacerdotal ONIS en la transformación social y eclesial peruana, durante el período
del gobierno militar de Velasco Alvarado:1968-1975», tesis de maestría, UNAM, 2003.
365
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Discursos como los del Manthoc desde mucho antes de la Conferencia de Puebla en
1979 y de la encíclica Laborem Exercens- en las que sin embargo la infancia no es
tenida en cuenta como tal y distinguiéndola de la generalidad pobre, explotado, oprimido,
marginado, etc.- asumen aquello de la valoración crítica del trabajo, la emergencia del
protagonismo y de la participación que se encamine al desarrollo de la condición
protagónica de los pobres, incluidos formal y explícitamente los niños, niñas y
adolescentes trabajadores. Y es que la valoración crítica del trabajo refiere en primer
lugar a una mirada de los sujetos, de las personas y desde allí una crítica de las condiciones
perversas en las que las actividades destinadas a la producción de la vida material y
espiritual se deben desarrollar. Por ello que no se podía tener una posición «abolicionista»
en el sentido de hacer incompatibles en sí misma la vocación creadora de vida con la
condición de ser niño o niña Es que así entendido, el «abolicionismo» no puede ser
vertebrador de un proyecto histórico de liberación en nuestra sociedad. Por el
contrario, se creaba el imperativo ético- y radicalmente evangélico- de combatir dicha
perversidad atentatoria contra la dignidad del niño, de la niña y de todo ser humano
más allá de la edad. La posición abolicionista sin más, lo que pretende es «tirar el agua
sucia con el bebé».
Podemos entonces comprender mejor por qué ésta es una herencia preciada que el
Manthoc ha sabido recibir de la JOC y desarrollar con acentos propios, con reflexiones
que han descubierto dimensiones que desde la infancia habría sido impensado hacer,
366
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
habida cuenta de los sentidos comunes instalados sobre la infancia trabajadora y hoy
reforzados por la multimillonaria campaña abolicionista a nivel mundial.128
1.5
1.5-- El protagonismo: fenómeno social de sectores populares organizados
Pero no se trata sólo de una distinción en lo semántico, sino de una concepción distinta,
de un paradigma que permitiría inscribir los discursos de participación en un horizonte
nuevo. La novedad está en el contenido de fenómeno social del protagonismo, de su
carácter en primer lugar colectivo y en su visibilidad e incidencia social y política. Por ello
128
Ver David M.Smolin, «Conflict and ideology in the international campaing against child labour», en Hofstra Labor and Employement
Law Journal, 1999, artículo interesante en cuanto levanta las tensiones reales que la cuestión suscita:»The linkage of child labour standards
to world trade, by contrast, can be viewed as a form of neo-colonialism intended to further impoverish the South in relation to the North»,
o lo que llama abolición total versus abolición parcial con regulación; «No concise definition exists within the ILO conventions. Term
«labor» is used broadly in ILO documents to refer to labor, work, or activity, and hence is so broad as to be virtually limitless» p.5;
A.Invernizzi, Brian Milne, op.cit., passim.
367
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
368
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
En los años setenta, nos encontramos con discursos formales y prácticos de muy
distinta como contradictoria factura. Ya en 1973, la OIT cuenta con el Convenio 138
sobre la edad mínima de admisión al trabajo. Convenio que tardaría casi treinta años
para lograr imponerse a los Estados. En efecto, en 1995 cuando se lanza la iniciativa de
lo que llegaría a ser el Convenio 182 sobre la eliminación de las peores formas de
«child labour», apenas si una minoría de países a nivel mundial y de nuestra Región,
había aprobado el anterior Convenio 138.
Lo más probable es que en los 70, la cuestión de niños y niñas en el mundo del
trabajo, no había logrado movilizar al ámbito internacional como luego lo haría en los
90. Y es que no son ajenos a estas campañas, los intereses económicos de la nueva
configuración del orden económico internacional y el agresivo discurso del mercado y
del comercio que se parapetan en la sensibilidad colectiva frente a los niños en situaciones
de abuso, de explotación que objetivamente se dan en el mundo. Esta dramática
realidad ha servido para dejar en la sombra, intenciones y objetivos que no tienen que
ver seriamente con una auténtica preocupación por los niños y adolescentes trabajadores.
Las cláusulas sociales impuestas como compromiso incluido en pactos económicos
internacionales, el eventual boicott a productos en los que haya intervenido mano de
obra infantil,, las nuevas legislaciones laborales, etc, apuntan a sostener una campaña
por demás «humanitaria» en su presentación, mas no desligable de otros intereses
poco confesables. Es curioso que simultáneamente el mundo se concmueve por el
ininterrumpido tráfico de niños, la explotación sexual comercial, el negociado de
órganos, los miles de menores de edad involucrados activamente en conflictos bélicos.
Pero para nuestro caso regional, tanta campaña contra el trabajo de menores de edad,
no tiene efecto significativo en la reducción real de la pobreza que no deja de crecer y
agudizarse. Consideramos entonces que el «trabajo infantil» no puede ser abordado al
margen de las grandes coordenadas mundiales de la exclusión y de los mecanismos de
la nueva explotación global. Una de las estrategias de organismos como la OIT, ha sido
caricaturalizar el fenómeno en la medida que realidades lacerantes se han presentado
como el prototipo del trabajo infantil a secas y universal. Es lo que se ha dado en
369
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
A través de estas expresiones, puede adivinarse con facilidad el tipo de prácticas sociales
que se derivan; las de corte paternalista, las de carácter asistencialista, las de inocultable
tendencia penalizdora, todas ellas bajo el paradigma de la peligrosidad revestido de
«protección».
En general, pocas eran las ONGs que se dedicaran, en ese tiempo, de forma central
a la cuestión del mundo de los niños trabajadores. Relativamente escasa era la
investigación y las publicaciones académicas sobre el tema. Se requería entonces vender
una imagen del fenómeno como problema, como una real amenaza para el desarrollo
de la sociedad, del país. Argumento recientemente enfatizado por la OIT en sus
propuestas a parlamentarios:
370
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Tanto la creación del programa IPEC, como la Marcha Global contra el Trabajo Infantil,
instituciones que acompasaron la campaña del Convenio 182, involucrarían a un número
significativo de ONGs, algunas de ellas, como en el caso peruano con dificultades de
financiamiento para sus programas, terminarían entrando al mundo del trabajo de
niños y niñas como una forma de aliviar también presupuestos escasos para sus
instituciones. Nada de esto es cuestionable, nos parece, con tal que no hayan perturbado
la transparencia de las opciones institucionales de origen.
371
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero se debe considerar dos cuestiones más. La primera refiere a la creación del
Programa IPEC de la OIT, instrumento de intervención directa en nuestros países bajo
el objetivo de lograr la «erradicación» del «trabajo infantil» en el mundo, es decir, en
nuestros países del sur. De mediocres resultados en la Región, se trata de un programa
directamente vinculado al discurso de la abolición, de la descalificación de todo intento
de abordar el fenómeno de menores de edad en el mundo del trabajo, deviene una
correa de transmisión de una cultura de agresión a la autonomía de los países en los
que opera, de las culturas originarias a las que algunos de sus funcionarios califican de
«promover, legitimar o favorecer» el «trabajo infantil», haciéndoles causa del trabajo
de menores. Con ello terminan exculpando a los organismos financieros internacionales
que sí están al origen de la pobreza que se padece en muchos de nuestros países.
La segunda cuestión, refiere a la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, cuya perspectiva
y metodología ha terminado confrontando niños contra niños o generando confusión
entre ellos, cuando no, desconfianzas mutuas.134
Estas dos instituciones son las que mantienen, en algunos lugares, una situación tensa,
cargada de formas de actuar que terminan alimentando reacciones que no siempre
favorecen a los propios niños y adolescentes trabajadores, así como a funcionarios y a
trabajadores de ONGs.
El derecho y la escuela han servido como las dos armas con las cuales en los países
desarrollados tienden a reconocer que han logrado hacer retroceder de forma radical el
fenómeno de niños y niñas trabajadores. Tan es así que hoy cuesta aceptar su permanencia
bajo nuevas expresiones tanto en el volumen como en las formas de trabajo.135
134
Ver Carolin Callenius, « Verbessern oder verbieten? Kontroversen im Umgang mit der Kinderarbeit» en Entwicklungs-Politik, n.8-
9, Mai, 2004, p.22-25.
135
Ver Manfred Liebel, «Niños y Adolescentes Trabajadores en Europa: ¿pérdida o nuevos horizontes de la infancia?» en Infancia y
Trabajo, Ifejant, 2003, «Niños y Adolescentes trabajando en Alemania», en La Otra Infancia, Ifejant, 2000, p.137ss y «Niños y Adolescentes
Trabajadores en los Estados Unidos», en Rev.I.Nats, n.11-12, p.39-70.
372
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
La segunda arma ha sido y sigue siendo la escuela. Incluso subyace una grave confusión
entre derecho a la educación y obligatoriedad de la escuela, del colegio. Históricamente
este sigue siendo el caballito de batalla de los abolicionistas, acentuado por los discursos
actuales sobre la competitividad en la era de los conocimientos137 Nadie puede negar
el valor de la educación como un factor y componente de bienestar. Pero la escuela y
los estudios apenas si ensanchan en algo el margen de mejores condiciones para enfrentar
la tiranía del mercado laboral, pero no hace milagros. En el contexto de la revolución
tecnológio-informática, empiezan a valorizarse otras posibilidades para la educación
que no pueden ser reducibles a lo que hasta hoy conocemos como escuela, como el
colegio. Nuestros países y más allá de nuestra Región conocen hoy el crecimiento de
la población autoempleada, empleada temporal, en la informalidad, en servicios
personales, etc, formas todas de empleo precario finalmente y muy relativamente
significativo para la producción de riqueza y acumulación de capital.138
En realidad, señalar los ejes de discursos de los movimientos sociales de NATs nos
remite a dos cuestiones. La primera refiere al hecho de que los discursos de los NATs
representan una heterogeneidad en su formalización como en los contenidos que en
ellos se expresan. En segundo lugar, se trata de discursos de una vasta corriente a la que
136
Sea suficiente el título de la ley en Perú sobre «La protección del niño de la mendicidad» y con similar título e idéntica orientación la de
Puerto Rico.
137
Ver Unicef
Unicef,, «Mejores Escuelas, menos Trabajo Infantil» Bogotá, 1996 y Juan E.Bazán, «Crítica al Prefacio de mejores Escuelas,
menos Trabajo Infantil»en Niños trabajadores, protagonismo y acción social, Ifejant, 1998,p. 129-135.
138
Ver los excelentes trabajos de la Conferencia sobre Trabajo y Educación convocada por el IREWOC en 1999 en particular: FFulvia ulvia
Rosemberg R.Freitas
R.Freitas, «The participation of Brasilian Children in the labor Force and Education»; Martin Woodhead, «What
matters to my parents versus what matters to me!!». The place of Work and School in the Family Expectations and Self-esteem of Working
Children», unpublished paper; ver además el trabajo de J.Boyden, «The relations between Education and Child Work», Innocenti, Occasional
Paper, n.9.
373
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
aportan desde las propias experiencias de vida y su verbalización por parte de los
propios NATs, como aquellos discursos que vienen siendo elaborados en los últimos
treinta años por trabajadores sociales, politólogos y en general académicos de las
ciencias sociales; estos aportes no refirieron en primer lugar a los niños, sino a sectores
sociales más amplios que incluyendo a la niñez, no la destacaron obligatoriamente
como sector productor de discursos formales a tenerse en cuenta. Lo que sí debe
recordarse es que en la medida que los movimientos de NATs fueron consolidándose
como proceso social y como reflexión exigente, se fueron apropiando y desarrollando
ciertos aspectos, ahora sí, desde la experiencia particular de la infancia. Es el caso del
protagonismo, por ejemplo. Por ello, puede parecer un tanto petulante referirse a la
originalidad de los discursos de los movimientos de NATs, como si éstos no fueran
parte beneficiaria de lo que otros movimientos y referentes de elaboración teórica
habrían ya venido avanzado. Los primeros ensayos contemporáneos desde la sociología,
ya han incorporado aspectos del análisis del discurso, de las representaciones.139
Veamos, brevemente, algunos de los ejes sobre los que se arma el pensamiento y se
funda la acción de los movimientos de NATs.
374
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Y es que estamos frente al referente ético con el que debierase medir todo acto social
que afecte la vida de los NATs y de cualquier ser humano.
Probablemente radique aquí cierta reticencia a aceptar que hoy organismos como la
OIT prefieran hablar de «decent work», trabajo «decente», en vez de trabajo digno.
Decencia pareciera referir a condiones externas que la hagan aceptable socialmente;
dignidad parece referir a una realidad más profunda que afecta la interioridad, la identidad,
la sensibilidad, la vocacionalidad del ser humano.
La dimensión cristiana encontró en esta veta una expresión laica, secularizada importante
que le abría las puertas de un panecumenismo necesario cuando de los excluidos y de los
marginados se trata. Para muchos niños y niños trabajadores creyentes, el discurso sobre
dignidad traduce bien su condición de hijos de Dios como gustaba decir a J.Cardijn.
Aquí de anudan los discursos de origen con los que de forma más frontal cobrarían
renovada luz con la Convención al colocar al niño como sujeto de derechos reconocidos.
Cuando en 1976 se acordó entre los jocistas de entonces dar inicio a una acción militante
que apuntara a la organización de niños, niñas y adolescentes trabajadores, la primera
intuición hecha exigencia y condición, fue la de la autonomía de la organización respecto
a cualquier otra organización de jóvenes o adultos. Una sensible atención a la dimensión
colectiva y organizada, habría precedido una extensión de la autonomía a la condición
de cada NAT, como ser autónomo, necesitado de un proceso de liberación personal
como construcción de su libertad.
375
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
140
Ver Antonio PPeña
eña Cabrera, «Racionalidad occidental y racionalidad andina: Una comparación» en Rev. de CCSS de la UNMSM,
2003, p.47-58; Nelson Manrique
Manrique, «El trabajo que nos trajo la conquista», en Rev.Autoeducación, n., 1992.
376
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
«La valoración crítica del trabajo es una exigencia del derecho a no ser excluido
social, cultural y políticamente. La ciudadanía supone la valoración también de
la contribución social como trabajador.
Pero la valoración crítica se refiere centralmente a la cuestión de la autoestima
e identidad del trabajador. Ambas tienen que ver con el contexto cultural, con
el significado que social y culturalmente se asigna al trabajo, a su finalidad, a
quien lo ejerce y a las condiciones en que se realiza. Los grandes cambios que
hoy conmocionan la dominante cultura moderna del trabajo, desafían
frontalmente no sólo el status del trabajador, sino la identificación con su
condición de tal y con el trabajo que realiza» tomado de «Algunas premisas
para la reflexión y las prácticas sociales con niños y adolescentes trabajadores»,
1996, ed. Rä dda Barnen.
377
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Artículo 16
«Artículo 16: Somos protagonistas, pero debemos aprender a serlo. El
MNNATSOP es un espacio para formarnos una personalidad protagónica, es decir,
humilde, con autoestima; flexible, con identidad propia; tolerante, con convicciones
fundamentales; emprendedora, con iniciativas sólidas; responsable, con gran
imaginación; solidaria con la promoción del protagonismo de los demás»
Y antes, en el Artículo 1414:»Consideramos que el protagonismo es un derecho
de todo pueblo, de todo ser humano y como tales, los niños y niñas como conjunto
de infancia gozamos de este derecho y del derecho a ejercerlo»
Artículo 15
«Artículo 15: Ser protagonista es para nosotros una responsabilidad que nos
exige calidad, excelencia en las iniciativas, en las opiniones, en las propuestas
que hagamos para que éstas tengan fuerza social, posibilidades de acogida»
Es por ello que desde los movimientos de NATs se ha venido levantando el paradigma
de la promoción del protagonismo como un paradigma desde el cual se aborda la
prevención, la protección, la participación en un horizonte que les da otro sentido y
direccionalidad. Ahí mismo la provisión debe ser un factor de incentivar el protagonismo,
378
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero es necesario señalar que no se trataba sólo de organización, sino que ésta debería
configurarse como movimiento dirigido y representado por los mismos niños y niñas
y que fuera de carácter nacional e internacional. Hoy, luego de catorce largos años de
paciente labor, existe un movimiento mundial de organizaciones de NATs con presencia
en Asia, Africa, Centro y Sur América.142
379
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
380
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero no siempre fue así. En efecto, referirse al niño, niña como agente, no creó, en la
historia de la infancia occidental, ningún problema mayor; en el fondo el verdadero
nombre del niño-agente era el de súbdito, el de sometido, el de dependiente, el de
«protegido», el de menor, el de incapaz, el de incompetente. Esta representación
social era directamente funcional a una sociedad jerárquica, adultista y autoritaria.
Lo paradójico es que, actualmente, este nuevo discurso sobre infancia, que encuentra
en la Convención sobre los Derechos del Niño un nivel de consenso jurídico, es
también el resultado a nivel académico- sociológico, psicológico, jurídico- y en un
contexto contradictoriamente democrático en lo constitucional, pero rígidamente aún
adultista, discriminatorio, marginalizador y excluyente de sujetos como la infancia en
las relaciones sociales, políticas, económicas. Este discurso no encuentra
correspondiente satisfactorio en la práctica. En épocas remotas- aunque bajo un signo
inaceptable- había cierta coherencia entre el discurso y la práctica. Hoy esa coherencia
es muy frágil y proporcionalmente insignificante e instaura ética y políticamente un
inocultable doble discurso. Sin embargo está lejos de nosotros sostener una visión
apocalíptica respecto a lo que se intenta hacer por la infancia, pero fundamentalmente
lo que la propia infancia hace por sí misma, como es el caso de los movimientos de
Nats.
Hablar de actoría social, pereciera un discurso que se sostenga en sí mismo y sin piso
y trayectoria en y desde el tejido social e histórico. Pero hacerlo desde la conciencia de
la marginalidad, cuando no desde la exclusión, se presenta con mayor fuerza como
una osadía o como un atrevimiento, quizá como puro voluntarismo.
381
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
¿Cómo hablar de actoría social en una Región como la nuestra?, ¿cómo hacerlo desde
una abrumadora mayoría de familias signadas por el machismo, la verticalidad e incluso
por el maltrato y el autoritarismo de adultos?, ¿cómo hacerlo desde una escuela cuya
cultura se inspira en concepciones adultistas de la autoridad, de la disciplina y del poder
que brinda el saber?. Pero además cómo pretender un discurso que reivindique la
actoría social de niños/as y adolescentes en barrios y comunidades urbanas en la que
las organizaciones vecinales están constituidas exclusivamente por adultos? En fin, ni las
iglesias se escapan a esta interpelación, pues en efecto, los niños/as siguen siendo
clientela de pastores y agentes pastorales y decimos bien «agentes» y no actores.
Pero paradójicamente éstas son las razones por las cuales los discursos sobre infancia
como sujeto de actoría social, deviene un discurso necesario para la sociedad y para
los niños/as mismos. La experiencia de casi treinta años de organización de los NATs
constituye un referente que va dando solidez y concreción a discursos que podrían
aparecer como creación de la imaginación, pura fantasía.
Es por ello que los excluidos, entre los que los niños-as, en particular los NATs
organizados, son un significativo sector por razones de clase de edad y a la que para las
mayorías se añade la condición de pobres, de género y etnia, constituyen un lugar
epistemológico, es decir, una puerta de entrada crítica, analítica, de comprensión del
dinamismo social, político, relacional que caracterizan nuestras sociedades. Pero este
lugar epistemológico no es un mirador exterior a la realidad de los excluidos, por ello
mismo es simultáneamente un lugar de encuentro del logos y del pathos que va
más allá del reductivo análisis de estructuras y que asume el dinamismo, el
comportamiento, el imaginario, los afectos y las voluntades, el eros y el agapé
político y pedagógico de los actores sociales desde su situación de excluidos.
La demanda de los NATs y de otros niños-as por su actoría social y política, es un grito
por dignidad. La exclusión, el anonimato, la «privatización» de la infancia vía la negación
de su condición de actores sociales, inscriben a la sociedad en su conjunto en la senda
de su deshumanización. Por ello no se puede desatender sin graves consecuencias, el
382
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
respeto que los NATs y los niños-as en general exigen de su derecho a ser actores
sociales, a existir social y políticamente.
Es que el gran reto está en cómo hacer, cómo lograr desde una situación de pobreza,
de marginalidad, de exclusión objetiva y subjetiva, salir de «víctima» transformarse en
«actor», de samaqueado por el infortunio de una pobreza no escogida ni asumida, en
una personalidad resiliente, en un sujeto, en un actor social y político.
La condición del ser humano como ser educable, nos abre la posibilidad no sólo de
afirmar que todo niño es sujeto, es actor, sino que debe aprender a lo largo de su vida
a serlo. Nacemos protagonistas y estamos retados a aprender a serlo en todos los
espacios de nuestra vida colectiva e individual. La exclusión no es un justificativo para
abandonar la lógica del reto humano de aprender y desaprender a ser un luchador, un
constructor de por vida de nuestra situación de sujetos, de actores.
Es evidente que hablar de NATs como actores sociales, hoy social e ideológicamente
vistos como marginales, cuando no como excluidos, encierra y expresa una utopía, la
de apostar a que la última palabra no la tenga ni la pobreza, ni el infortunio sino el
esfuerzo de los que la padecen por construir sus proyectos personales y colectivos de
vida.
2.8
2.8-- PPreocupación
reocupación no sólo por los NA
NATTs, sino por toda la infancia
Desde la fundación del MANTHOC se mantuvo como prioridad a los Nats; de la casi
no existencia social a la visibilidad organizada y con creciente capacidad de reivindicar
sus derechos. Históricamente, en el debate y la reflexión para nombrarse a sí mismos,
los NATs decidieron en 1979 llamarse MANTHOC. La «h» de MANTHOC es el
resultado de un largo debate, pues refiere a «hijos e hijas» de la clase trabajadora. Con
ello se ampliaba el espectro, pues incluiría a niños y niñas que trabajaban y que no
estaban trabajando aunque su vida y su propia raíz familiar los colocaría, tarde o temprano,
ante el reto de trabajar.
383
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No se trata por ello de mezclar a medio mundo en una misma estructura; es decir, no
se logra esto incluyendo en organizaciones de NATs a quienes tienen una extracción
social que no les demanda trabajar en las condiciones y circunstancias en las que los
NATs deben compulsivamente hacerlo, con frecuencia. Por ello, es tarea de los
movimientos de Nats entusiasmar a que se conformen organizaciones en las que
tengan cabida todos los niños y niñas sin distinción alguna. Sin vocación mesiánica, los
Nats organizados deben tener su responsabilidad muy en claro al respecto.
Cabe recordar que ésta es una perspectiva que los jocistas de Perú plantearon en el
Consejo Mundial de 1975 en Linz, Austria, vale decir, que la JOCI estaba llamada a
contribuir con iniciativa propia a que se forjara una organización internacional de jóvenes
trabajadores que no colocara ninguna barrera confesional para su pertenencia; que las
experiencias de las entonces juventudes comunistas no terminaban de satisfacer un
encuentro ampliamente democrático y de clase que encarnara el discurso internacionalista
de la clase obrera. Esta propuesta no sólo no fue aceptada, sino condenada como una
amenaza a la existencia de la misma JOC.
384
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Un aspecto que en el caso peruano es sensible, refiere a lo que una de las delegadas
del Manthoc al concluir su mandato expresara:». Me voy tranquila y contenta, porque
el movimiento queda entre las manos de los niños». Y es que para las organizaciones
peruanas, el Encuentro de Berlín bajo iniciativa y decisión de las organizaciones de
NATs de Asia, Africa y Latinoamérica, constituye el Primer Encuentro Mundial, luego
de un largo proceso de «mundialitos». Kundapur fue un encuentro intercontinental
convocado por un organismo- IWGCL- que si bien fue muy abierto y democrático,
no dependía de las organizaciones de NATs y fue financiado por organismos, algunos
de los cuales no sólo no compartían nuestra posición, sino que hasta la combatían
abiertamente como quedó demostrado con la aprobación del Convenio 182, la
creación del Programa IPEC y la Marcha Global. Considerar Kundapur como el primer
encuentro mundial, no se ajusta al carácter de autonomía de las organizaciones de
NATs que en nuestro caso peruano constituye un referente fundamental. Sin embargo,
esto no significa subestimar la contribución que los NATs y los adultos que con ellos
participaron, que los famosos diez puntos de Kundapur han y siguen aportando.
Siempre hubo una pregunta que se hacían quienes se interesaban por entender la
presencia de adultos en la organización de NATs. Desde considerar a los adultos o
jóvenes adultos como los «directores», «encargados», «responsables», «representantes»
de la organización de los niños y niñas, hasta no entender, en el otro extremo, por qué
si es organización autónoma y los Nats son protagonistas, los adultos debían estar
metidos en una organización que no es de, ni para adultos y menos que no son
trabajadores en similitud con los niños y niñas.
385
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
proceso ellos solos sin partir de cómo los mismos Nats lo iban entendiendo, no
habría sido necesario esperar tanto tiempo, pero además probablemente hoy no se
estaría hablando de un movimiento con treinta años de vida y de vida creativa, innovadora
y en expansión.
143
Ver Rolando Ames
Ames,«Ciudadanía de los Niños y Adolescentes Trabajadores», en Manthoc, Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores:
Derechos, Ciudadanía y Protagonismo, 2000, p.21-38.
386
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
La formación de una conciencia de ser parte de un sector de infancia que lucha por
su dignidad y mejores condiciones de vida para todos, da sentido a eso que es
sentirse compañeros de ruta de millones de NATs que hay en el mundo.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
2.- Asumimos que el paradigma del protagonismo constituye un enfoque que permite
caracterizar y enriquecer diversos aspectos de la actoría social d la infancia y por
ende como tal debiera ser nuestro punto de partida en las orientaciones prácticas
para el trabajo con niños-as y adolescentes en vistas al ejercicio de su actoría social.
387
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
6.- Contribuir a que las políticas públicas y sociales hagan de la actoría social, de la
participación protagónica y organizada de los niños-as y adolescentes no sólo un
principio, sino una exigencia real y concreta en su elaboración, implementación y
evaluación.
8.- Aportar a que la vida personal, los proyectos personales de vida de los niños-as
y adolescentes se articulen a un vivo sentido de solidaridad como condición y objetivo
de la participación protagónica, de su actoría social.
9.- Sin ninguna petulancia, podemos afirmar que los discursos de los movimientos
sociales de NATs, van conformando los referentes de una auténtica escuela de
pensamiento sobre la materia precisa de niños, niñas y adolescentes trabajadores.
Escuela de pensamiento significa que lo sea simultáneamente en la producción de
una nueva subjetividad, de un nuevo, aunque polémico, sentimiento de infancia.
Como toda escuela de pensamiento quiere inscribirse en una corriente que elabora
desde las diversas prácticas, aquellas orientaciones y argumentaciones que nutran
388
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
389
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
V
arios son los indicadores que señalan cómo el tema del trabajo de niños y
adolescentes es fraccionalmente abordado. Entre ellos podríamos numerar la
Sesión especial sobre infancia del 8 al 10 de mayo en Nueva York y que, en
nuestra opinión, da un tratamiento evasivo al tema y no se logra que la moción
presentada y defendida coherentemente por los NATs del movimiento MAJET de
África, moción que levante la defensa de nuestras culturas no occidentales y los contextos
socio-económicos de grave privación para las mayorías, entre ellas los niños y niñas,
los y las adolescentes, los jóvenes.
A nivel nacional, podemos señalar la presión ejercida por organismos como la OIT, su
programa IPEC, la UNICEF y la labor de coordinaciones de ONGs como el Gin que
obtuvieron que el Congreso de la República ratificara el Convenio 138 y preparara
igualmente la ratificación del Convenio 182. Los recursos de que disponen algunas de
dichas organizaciones, les ha permitido una serie de presentaciones de su posición,
finalmente abolicionista, a través de los medios de comunicación, en lo que podríamos
considerar una verdadera campaña.
Por el contrario, la propuesta de Plan Nacional de Acción por la Infancia para los
próximos diez años elaborado bajo la responsabilidad del Promudeh (cuarta versión
del borrador), mantiene una posición sibilina y de yuxtaposición de enfoques en lo que
a trabajo de niños y adolescentes se refiere.
Consideramos que este panorama se añade a un reto tan grande como diseñar
propuestas de políticas sociales que se enmarquen coherentemente en el respeto a los
millones de NATs de nuestro multicultural país y Región y además, a evitar la imposición
de un pensamiento único que sobre esta materia pareciera ser impulsado desde ciertas
opciones institucionales internacionales.
390
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Nos parece fundamental insistir sobre el pensamiento confuso que ciertas traducciones
al español de documentos oficiales en inglés han producido. Así mientras en inglés el
Convenio 182 alude inequívocamente al child labor, trabajo inaceptable por las
condiciones en que se ejerce, por el componente de maltrato o de privación del
ejercicio de otros derechos fundamentales, por el abuso y explotación, en la versión
castellana se reduce a «trabajo infantil» sin más. Esto deja abierto el espacio para que
en el imaginario social y en la definición de políticas sociales, se desconozcan formas
precisamente aceptables y positivas para el desarrollo del niño, niña o adolescente. Es
significativo el que importantes ONGs italianas, incluida Mani Tese que tiene la
responsabilidad de la Marcha Global en Europa, hayan suscrito un documento para la
Sesión Especial, exigiendo que esta distinción sea absolutamente respetada.
Sin embargo es muy cierto que estamos viviendo un proceso, que algunos han llamado
de terciarización de la economía, y que nos lleva no sólo a tener hoy un 54% de la
población nacional en pobreza, sino a contar con más de un 90% de la población
económicamente activa en empleos precarios, en autoempleo-no menos precario-
en el cachueleo eventual, etc. Todo esto se manifiesta en el cambio de discursos sobre
trabajo. Como dice U.Beck, estamos, en el mundo, marchando hacia una sociedad
del trabajo en pleno proceso de desaparición del trabajo. Ciertamente que lo que está
desapareciendo aceleradamente es el concepto de trabajo que la sociedad industrial
logró anidar en el imaginario social dominante, en el mundo de las aspiraciones, de las
seguridades psicológicas. Y paradójicamente, trabajar deviene hoy en un grito
incontenible en la mayoría de los países de la Región.
391
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Hablar entonces de políticas sociales públicas sobre trabajo de niños, niñas y adolescentes
obliga a tener en cuenta este panorama más englobante, por un lado, y por otro, a
considerar detenidamente las características específicas de esta porción de trabajadores
en la economía familiar. Aspecto que se complica cuando de Lima urbana salimos a las
alturas del Ande o las comunidades amazónicas. De la lectura del informe de la evaluación
que se hiciera al programa IPEC en sus tres primeros años de vida, se desprende la
inviabilidad de una masificación de la propuesta y no por factores «externos» al programa,
sino por la concepción misma que le subyace.
Pero hay que reconocer que no tenemos ni de un lado ni de otro un modelo que opere
milagros. Pero tampoco podemos aceptar, como algunos pretenden afirmar, que en el
fondo las propuestas de los abolicionistas como las que vienen del campo de la valoración
crítica del trabajo, hay coincidencias que hacen inútil darle tiempo y espacio al debate
sobre trabajo infantil. Creemos que los discursos, vale decir, las orientaciones, los enfoques,
los valores, las implicancias psicosociales, el tipo de personalidad que resulte, etc., son
muy diferentes. No basta que los eventos sean similares, lo que cuenta es cómo se viven
desde una prédica abolicionista y cómo se internalizan desde una perspectiva valorativa y
crítica.
En una investigación realizada bajo los auspicios de Save the Children Suecia, Erika Alfageme
elaboró una propuesta de objetivos y de medidas de carácter estratégico para políticas
públicas sobre trabajo de niños, niñas y adolescentes. De su trabajo recogemos algo de
sus propuestas.
392
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Elaboración de objetivos
En este sentido los objetivos serán elaborados con la idea de respaldar al niño trabajador
quien constituye una fuerza dentro de la economía de mercado y que debe disfrutar de
la democracia, que es un derecho inalienable.
393
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
L
o que hoy estamos viendo en la mayoría de las ciudades del país es que el
número de niños y adolescentes que trabajan, no disminuye, más bien crece y se
diversifica. Y esto es comprobable tanto en la costa como en la sierra. Podríamos
decir que las cifras que nos brindaban estudios y diagnósticos incluso relativamente
recientes, son cada vez más conservadoras en relación a la realidad.
Esta simple afirmación, nos confronta brutalmente con las prácticas sociales que en
programas y proyectos se vienen desarrollando tanto por instancias públicas como
privadas. Pero también interpela la eficacia de políticas públicas así como del marco
jurídico en relación a infancia y específicamente a los niños y adolescentes trabajadores.
394
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero no menos paradojal es el hecho de que precisamente en estas tres últimas décadas,
una porción emblemática de la infancia, es decir, los Niños y Adolescentes Trabajadores
del Perú comenzaron a organizarse en torno a cinco criterios básicos señalados por
los jóvenes de la Juventud Obrera Cristiana y que hoy constituyen como una herencia
cultural, política y ética de los movimientos de NATs no sólo en América Latina sino a
nivel mundial.
Un primer criterio fue el de que una organización de NATs no debería ser el apéndice
o la sección infantil de ninguna otra organización ni de adultos, ni de jóvenes. Es decir
se anunciaba así el principio de autonomía orgánica, elemento fundamental para el
ejercicio de una presencia social con características y rol específico.
Un segundo criterio fue el que los mismos NATs fueran los responsables y los
representantes de su organización, es decir protagonistas al interior de su organización
y en el espacio público con visibilidad propia. Por aquí se abría paso la afirmación y el
ejercicio de su protagonismo.
395
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Finalmente el quinto criterio levantado en 1976 por los jóvenes trabajadores fue el de
crear una pedagogía desde la cultura e idiosincrasia de los NATs, evitando así una
mecánica transposición de pedagogías juveniles o surgidas de otras realidades culturales.
Podemos ver que estas primeras cinco intuiciones orientativas apuntan a afianzar en
los NATs la vocación y los instrumentos conceptuales y prácticos a ser actores sociales
así como su derecho a la diferencia específica negadora de toda exclusión y desigualdad
por ser niños.
Veinte años, con no pocos errores y fracasos en el camino, han sido necesarios para
que estos principios conocieran una real, aunque insuficiente, concreción a nivel de
Perú, de América Latina y el Caribe así como en otros continentes. A esta dinámica
han contribuido muchísimas otras organizaciones y esfuerzos, aportando además nuevos
y valiosos elementos. Baste como botón de muestra la participación de los NATS
organizados de Asia, Africa y América Latina y del Caribe en la Conferencia de
Amsterdam para Ministros de Trabajo de febrero de 1997, la Conferencia de Oslo
convocada por OIT en noviembre 1997, la Sesión de la OIT en Ginebra en junio del
98. Y desde la iniciativa propia de los NATs recordemos los cinco Encuentros de
organizaciones de NATs de América Latina y el Caribe145 y los dos Mundialitos con
NATs además de Asia, Africa, el primero celebrado en Lima en agosto de 1997 y el
segundo en Senegal en marzo del 98.
En la medida que estas experiencias son expresión real, aunque embrional, de una
voluntad de dignidad reconocida y de no resignación ante el infortunio y la injusticia,
podemos decir que ellas son portadoras de aquello que hace de los seres humanos
actores sociales, es decir el empeño por transformar las condiciones dadas e impuestas,
sea política, social o culturalmente, en ocasión de ejercicio responsable y libre frente a
las mismas.
145
Lima 1988, Bs.Aires 1990, Guatemala 1992, Santa Cruz, 1995, Lima 1997.
396
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero no sólo culturas de infancia, sino en particular, seguimos reforzando, quizá de una
forma más razonable y revestidos de un andamiaje más académico o científico, las
culturas de adulto que sostienen sociedades altamente jerarquizadas por la edad, por
el género y la raza. Si bien asistimos a una cierta desmitización del adulto como
portador per se de autoridad, tenemos que reconocer que a niveles políticos y de
gestión de nuestros países, los adultos por ser tales siguen gozando en relación a los
jóvenes y a los niños, de una tarjeta de crédito que los habilita para desempeñarse con
legalidad, con preferencia y hasta con inocultables pero inaceptables privilegios. La
revisión de nuestras culturas de adulto constituye una necesidad y una posibilidad de
repensar la vida y la organización de nuestras sociedades enriqueciéndolas con el
dinamismo de sectores hoy sensiblemente excluidos, también a causa de la edad y de
las representaciones sociales negativas que se han anidado en la opinión común y en el
imaginario social a favor de la condición de adulto.
A estas dos cuestiones, debemos añadir las culturas del trabajo en particular en su
relación con la infancia. Ciertamente que no se trata de justificar el trabajo cuando éste
es compulsivo, ni por razones culturales, ni por la necesidad que genera la pobreza o,
como en países llamados desarrollados, por la presión que establece la cultura del
consumismo.
397
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero las dificultades para ganar un espacio como actores sociales no vienen sólo de
estos factores culturales. También surgen de las limitaciones de las experiencias mismas
de NATs organizados, baste señalar la cuestión de continuidad de sus miembros dado
el ciclo de permanencia y pertenencia a dichas organizaciones y lo que esto representa
para una real transferencia de la memoria y práctica históricas a las nuevas generaciones;
el nivel cada vez más exigente de aportar no sólo generalidades o recordar grandes
principios o demandas, sino de acompañar todo esto con propuestas viables, etc.
Sin embargo, estas limitaciones no pueden justificar ningún recorte al goce de derechos
del que la infancia es sujeto reconocido por la Convención o otra normativa nacional.
CONCLUYENDO:
398
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LOS NIÑOS, NIÑAS TRABAJADORES:ENTRE EL ESCÁNDALO,
LA COMPASIÓN Y LA DIGNIDAD
Pero si bien esto es necesario, resulta insuficiente cara a la urgencia de políticas públicas
y de programas eficientes de atención, protección y promoción de los NATs. Los
programas con mejores posibilidades de éxito siguen siendo aquellos que no sólo
cuentan con una activa participación de los mismos NATS, sino que apuntan al desarrollo
de protagonismo y al fortalecimiento de su actoría social organizada.
399
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Capítulo V
Las nuevas generaciones y su
derecho a la educación en los
escenarios del S. XXI
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
E
l gran marco en el cual de forma específica nos toca colocar algunas reflexiones
es el que se ha dado en llamar escenarios de futuro y en los que la educación está
llamada a repensarse y jugar su rol.
403
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2
Ver P. Bourdieu
Bourdieu, «La misére du monde», Seuil, p.7, 1993.
404
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
quizá sería más fácil discurrir sobre futuro3. Pero además, plantearse un ejercicio de
imaginar escenarios de futuro, es un ejercicio de no-postmodernidad, en la medida
que ésta tendería «la renuncia de la finalidad representa rendirse al presente, a su
mediocridad y a sus injusticias. Par los postmodernos no cabe ya pensar en la producción
del futuro, sino apenas el consumo del presente; no hay más creación, apenas repetición»4
Pero quienes apuesten por la educación, apuestan por la utopía de un hombre y mujer
nuevos, humanamente humanos; la educación nos coloca a las antípodas del pesimismo
subyacente a quienes predican que éstos no son tiempos de utopías o más sutilmente,
que la utopía que hay que abrazar es la que el mercado nos ofrece como espacio de
3
Ver por ejemplo la cosmovisión de los Awuarunas, de los Ajum en la Amazonía peruano-ecuatoriana.
4
A. D. Cattani
Cattani, «Trabalho e Autonomia», ed.Vozes, 2000, p.24.
5
Ibidem,p.10.
6
Ver Franz Hinkelammer
Hinkelammer, «Crítica de la Razón utópica», DEI, Costa Rica, 1990.
405
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
7
C. A. Torres
Torres
orres, «Grandezas y miserias de la educación latinoamericana del siglo XX» en Paulo Freire y la Agenda de la Educación
Latinoamericana en el siglo XXI, Clacso, 2002, p.28.
406
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
8
Ver A. D. Cattani
Cattani, «Trabalho e Autonomia», ed. Vozes, 2 edición, p.17, 2000.
9
C. A. Torres
orres, op.cit.p.40.
10
Ver Agustí Nicolau
Nicolau, «Diversidad cultural intercultural en la era de la globalización», Fundación Ch.L.Mayer, p.11, 2001.
407
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Es en América Latina que los zapatistas acuñaron una visión distinta «Un mundo que
contiene muchos mundos», para indicar una relación mutua en que ningún mundo
puede pretender ser «el» mundo. Podríamos decir que es por allí que coinciden
perspectivas y esfuerzos como los del Foro Social Mundial al apuntar a un mundo
otro como posible12
11
Ibid.
12
Ver en Documentos de Le Monde Diplomatique los aportes del FSM de Porto Alegre, 2002, 2003 y documentos varios del de la India
2004.
13
Ver Manuel Castells
Castells, «La Fin du millenium», t.III, passim.
408
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
409
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
conjunto»14 Cabe señalar que la ética por sí sola no cambia el mundo, al igual que no
basta el esfuerzo educativo para transformar y revertir la historia. No es realista
imaginar que la ética como cuestionamiento de los proyectos sociales, económicos,
políticos, culturales, en una palabra de proyectos donde se juega la dignidad y la
felicidad de los humanos, sea suficiente para asegurar que así sea, por más necesaria
que la ética sea. Cuando hoy se levantan discursos sobre la ética, ciertamente de
gran relevancia, se hace pertinente recordarnos esta verdad de perogrullo.
14
Op.cit.p.33.
15
Ibid.p. 40.
16
Ver A. D. Cattani
Cattani, op.cit.p. 21.
410
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
17
Ver R. Flecha
Flecha, «La nueva desigualdad cultural», 1990.
18
Ver J. C. Tedesco
Tedesco
edesco, «Los fenómenos de segregación y exclusión social en la sociedad del conocimiento y de la información», 1998,
policopiado.
19
Ver J. A. Fernández
Fernández, «El redescubrimiento de la educación permanente», en Educación XX1, 3, UNED, p.28, 2000.
411
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Quizá uno de los aspectos más afectados por dicha revolución, refiere al
trabajo. Se ha producido una transformación radical del sentido y de las
condiciones del trabajo de los seres humanos, es decir, de la función social,
espiritual, gozosa del mismo. Es en este campo en el que se evidencia la
ética neoliberal en el marco de la globalización como uno de los aspectos
de mayor impacto en la subjetividad de las personas y en sus condiciones
de vida material. Desde varias décadas ya se habían levantado voces alertando
sobre los procesos no sólo de deterioro del trabajo, sino sobre la
desaparición de sociedades basadas en el trabajo que día a día devenía un
bien escaso y que abría inquietantes interrogantes sobre su propio futuro.
Podemos decir que el trabajo ha devenido en una mercancía más del
mercado. No es en vano que se hable hoy del «mercado de trabajo», librado
a ser un verdadero enigma en el siglo XXI. Se han modificado las expectativas
y los valores al transformarse el sentido del trabajo. 23 Y es que la cuestión
20
Ver C. A. Torres
orres, op.cit. p.46.
21
Ver M. Castells
Castells, «La era de la información:, «La sociedad red»,t.I, «El poder de la identidad», t.II, «Fin de milenio»,t.III, 1997-1998.
22
Ver Adriana PPuiggrós
uiggrós
uiggrós, «Educación y poder: los desafíos del próximosiglo», en C.A.Torres, op. cit, p.18.
23
Ver Gaudencio FFrigotto
rigotto (org.), «Educacao e Crise do Trabalho, perspectivas de final de século», ed Vozes, 1999.
412
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
24
Ver Pablo Gentilli
Gentilli, «Educar para o desemprego: a desintegracao da promessa integradora», ibid. p.76-1.
25
Ver «Competencia e Sensibilidade Solidária», ed.Vozes, 2000, cap.8, p.243-268.
26
C. Germaná
Germaná, «Los retos de la UNMSM frente al siglo XXI», 2001, p.9.
413
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Así perviven aún resabios del paradigma que considera el proceso de aprendizaje como
cuestión de transmisión y recepción. Paradigma éste que privilegia la enseñanza y la
preocupación por la asimilación individual. Es real sin embargo que nadie aprende por
otro, pero en esta visión se termina privilegiando al que trasmite, al que entrega
información, conocimientos. El paradigma epistemológico que subyace se basa en la
consideración de los sentidos como las ventanas por las que entra el conocimiento al
organismo. Aunque de forma algo reductiva, se solía afirmar, «la letra, con sangre
entra», o en versiones menos «sangrientas», «memoriza, repite hasta dominar». Y es
que desde esta visión, se considera que los sentimientos, la imaginación y la percepción
414
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Pero en realidad, las resistencias tienen su origen en las culturas instaladas sobre el ser
adulto, el ser joven o el ser niño o niña. Y es que esto tiene que ver con las relaciones
de poder en la sociedad. En efecto, la emergencia de nuevos enfoques, nos plantea la
coherencia en la práctica con las orientaciones que de ellos se derivan, en la redefinición
de roles. No es sólo la inercia o la falta de imaginación que pueda estar al origen de los
obstáculos al cambio; está la redefinición de ubicaciones en el orden social, el
reconocimiento de la obsolecencia de nuestros conocimientos y de nuestras propias
instituciones educativas. La gran flexibilidad que los cambios demandan, nos agarra
impreparados, pues la seguridad personal y de colectivos se ve amenazada. Uno de los
retos mayores es la formación a la capacidad de ser flexibles sin que ello sea sinónimo
de oportunismo, de simple sometimiento a las circunstancias o de renuncia a las
propias convicciones e identidades.
27
Ver N.Diesbach
N.Diesbach, «Los retos de la educación en el amanecer del nuevo milenio», La Llave, DH,2002, p.106.
28
Op.cit.p.38-40.
29
N. Diesbach R R.. , op.cit.p.94.
415
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
2.
2.22 - La tensión que emerge de articular la relación personal y la relación
virtual en educación
Hoy las agencias educativas o mejor, las agencias que de alguna manera tienen una
implicancia educativa más allá de que se lo haya o no propuesto, encaran el boom de
la comunicación virtual, de la imagen y de los multimedia como formas hasta hace
relativamente poco insospechadas para la acción educativa. Entre estas agencias, está la
escuela, la que nos habituó a reducir como natural la relación personal directa como la
única y válida condición de desencadenar procesos educativos. En realidad la relación
virtual tiene la fuerza de su increíble capacidad de impacto en los procesos de entrega
de información, de panoramas y conexiones de una variedad muy grande. La pregunta
es si podemos hablar propiamente de «educación» o de facilitación de oportunidades
para establecer cierto tipo de vínculos y de conocimientos, suscitar ciertos sentimientos
y brindar ciertos sentidos y significados a los acontecimientos.
¿En qué radicaría la tensión para la educación? Consideramos que en tres aspectos al
menos. En primer lugar en lo que refiere a la cuestión de valores; en relación, en
segundo lugar al énfasis puesto en el autoaprendizaje; en tercer lugar a las relaciones
interpersonales y sociales en general que la educación presupone para contribuir al
desarrollo de la identidad personal y colectiva, para la valoración de la propia cultura y
su intrínseca necesidad a la interculturalidad. ¿Será igual relacionarse virtualmente con
el medio ambiente, con el mundo, que hacerlo a través del contacto personal y directo?
No es igual, pero no se deben tampoco contraponer como alternativos o que se
excluyan. El reto está en sumar lo que cada una de estas experiencias puede brindar al
ser humano. «La ciencia moderna, la tecnología y la cultura no son para ser rechazadas,
sino que el reto es darse cuenta totalmente de su potencialidad para propósitos humanos
y humanitarios»30 Según algunos entendidos, aún no ha concluido el ciclo de altísima
innovación tecnológica que estamos conociendo actualmente. Pero el reto a la educación
está planteado: ¿cómo entender y articular la condición individual con lo que podríamos
hoy llamar la dimensión social que se desarrolla en los colectivos virtuales?
30
N. Diesbach
Diesbach, op.cit. p.107¡¡¡
31
Ver B. Defrance
Defrance, «L’Ecole, une société á réinventer», p.65-67.
416
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
soy y lo que estoy llamado a devenir. Aquello que debo llegar a ser, yo aún no lo soy, pues
de otro modo no tendría precisamente por qué llegar a serlo, y no llego a serlo sino
porque de una cierta manera, ya lo soy»32. El autor sin embargo maneja un concepto
estrictamente jurídico de la ciudadanía, es decir, el niño es sujeto de derechos, pero se
prepara para ser ciudadano). Como dice Mayordomo algo pasa en la sociedad para
que los individuos anden como andan. No se puede minimizar el impacto de la «razón
globalizadora», económica y tecnológica y su incidencia en la dinámica social y en la
vida política; se evidencia un avance del individualismo y un repliegue a lo doméstico y
a la privacidad, lo que conduce a una cultura del yo en desvinculación de los proyectos
públicos y colectivos; se percibe una carencia de referentes sociales que entusiasmen
sin engañar y que encaren positivamente los procesos de desencanto de la politica y la
despolitización de inmensos sectores poblacionales33
32
En Educquer á la citoyenneté, éd. Magnard, 1996.
33
Ver A. Mayordomo
Mayordomo, «Democracia y Ciudadanía como retos político-pedagógicos, en L. M. Lázaro, op.cit.p.200-201.
417
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Siguiendo esta reflexión tendríamos que enfatizar que el derecho a la educación, hoy
por hoy arrastra el derecho educativo al cerebro; la educación en los escenarios futuros
inexorablemente está llamada a que todos los sujetos intervinientes conozcan cómo
funciona el cerebro a fin de facilitar y mejorar enormemente los procesos de aprendizaje,
que los ciudadanos tomen conciencia del derecho que les asiste a ser preparados para
acceder a los niveles cognitivos de un genio y que esto pase a ser sentido común,
exigencia generalizada, condición de calidad36. La mayoría de las agencias educativas,
34
Ver J. C. Tedesco
edesco, «Educación y Nuevo Capitalismo en América Latina» en L. M. Lázaro, op.cit., p.55.
35
Op.cit.p 101.
36
Ver ibidem, p.102-103.
418
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
son aún antagónicas a este abordaje y los directos actuantes –como los docentes de las
escuelas- piensan que eso corresponde a los médicos neurólogos. Enfatizar este enfoque
no puede significar que dicho cerebro no requiera precisamente de otros factores que
lo estimulan, lo desarrollan y aseguran que sea un factor necesario en el desarrollo de
las dimensiones propiamente humanas de las personas.
2. 5-
2.5- Globalización, aporofobia y tensión educativa
5-Globalización,
37
Ver El País, 7 de marzo de 2000, p.14.
38
Ver por ejemplo Vincenzo Paglia
Paglia, «Storia dei Poveri in Occidente», Biblioteca U.Resoli, 1994, passim.
419
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
39
C. A. Torres
orres, op.cit, p. 43.
40
Ver F. Imbert
Imbert, «La question du sujet, enjeu d’une éducation á la citoyenneté» p. 35 en Eduquer á la citoyenneté.
41
Ibidem, p.35.
42
M. A. Rossi
ossi, «La filosofía política frente al primado del sujeto y la pura fragmentación», en AA.VV, Filosofía Política Contemporánea, Clacso,
2003, p.317.
43
Ver F. Imbert
Imbert, ibidem p. 41.
44
Ver C. G ermaná
Germaná
ermaná, «La Racionalidad de las ciencias sociales», UNMSM, 2001, passim.
45
Ver W. PPeñaloza
eñaloza
eñaloza, «Los Propósitos de la Educación», FE del Pedagógico San Marcos, 2003, p. 46; H.Assmann, Jung Mo Sung Sung, «Competencia
e Sensibilidade Solidäria», Ed.Vozes, 2000, cap. 7, p.226-242, y cap.9, p.269- 281 sobre el impacto sociocognitivo de las nuevas tecnologías.
46
Ver Claudo Rubili ani
Rubiliani
ani, «La Culture Scientifique», p.52-53, en Éduquer á la citoyenneté.
420
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
2. 7- Educación, FFamilia,
2.7- amilia, Escuela y Estado
47
Ver W. Peñaloza
eñaloza, op.cit. p 167-176.
48
Ibidem, p.167; ver además C.Castoriadis
C.Castoriadis,»Fragments d’un Séminaire sur la vertu et l’autonomie», en ARETÉ rev. de filosofía, vol.XI,
n.1-2, 1999, p.293-313; AA VV
VV, «Eduquer á la Citoyenneté», Mignard, 1998; A. Mayordomo
AAVV Mayordomo, «Democracia y Ciudadanía como retos
políticopedagógicos », en L. M. Lázaro et alii,...
421
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
después no tuvo secuencia y continuidad, eso hace que la relación de la joven madre
con el niño no siempre sea en los mejores términos para promover, a través del
afecto y de la amorosidad, la estatura de autonomía y de libertad que todo ser humano
requiere para desarrollarse como miembro de la especie. También estas familias que
se han recompuesto, que se han rearticulado no porque se han juntado después de
separarse sino porque han encontrado la posibilidad de reanudar una relación de segundo
compromiso de pareja y familiar, también representan un reto para aquellos niños y
niñas que están al margen del tipo de dificultades que a veces suelen encarar y solucionar
a favor de intereses de adultos. La escuela como una de las agencias más marcantes en
la vida del niño que a ella accede, es tiempo y lugar en que los docentes enfrentan las
secuelas de experiencias familiares castrantes del desarrollo del niños o niña. El sociólogo
inglés Anthony Giddens decía, «la familia es el lugar más peligroso para el niño»!!. La
situación se seguirá presentando compleja y altamente delicada si además se quiere
tomar en cuenta la heterogeneidad cultural de la familia, como en el mundo andino y
amazónico. Abordar entonces el aspecto de lo transaccional y no hacerlo
unidireccionalmente, es un aporte interesante, así como la visión ecológica de la familia
representa otra contribución significativa. La familia, entonces es una fuete específica
de tensiones a la labor educativa.
Viejo reto que hoy sin embargo la educación está llamada a encarar en las nuevas
condiciones materiales y subjetivas de los escenarios actuales. Es sabido que la educación
confronta la tensión que emerge de crecer como capaces de vivir juntos y
simultáneamente desarrollarnos como seres autónomos. Ello implica indefectiblemente
encarar la delicada cuestión hoy, del rol de la ley, de la regla, en la formación del
individuo. Se trata de la ley de la obligación a condividir, condición de autonomía y de
aprender a actuar en libertad; allí descubrimos la dimensión simbólica de la ley, de
provocar la separación, la distancia del incesto o del narcisismo. Hoy la educación
enfrenta graves dificultades para colocar esta dimensión de la ley como condición de
autonomía y de devenir sujeto. Los tiempos soplan más bien hacia un sacudirse de la
ley o a mirarla como limitante, como coaccionadora, como merma de la libertad y de
la autonomía personal. Aceptar la ley, es llegar al destete, absolutamente necesario
para crecer como uno mismo, diferente, pero igual. Probablemente la escuela ha
jugado este rol como un tiempo y lugar en los que el niño, la niña han experimentado,
de forma más radical que en la propia familia, el tener que compartir, que intercambiar,
que diferenciarse como el camino obligado para identificarse y crecer en conciencia de
422
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Los escenarios heredados de las décadas pasadas –hijos de situaciones post dictaduras
y alzamientos armados- están caracterizados por formas de violencia horizontal, urbana,
delincuencial, por un lado y, por otro, por una ruptura severa y prolongada de la
disciplina a todo nivel. Las normas y leyes no faltan; la obediencia como entendimiento
de ejercicio de autonomía no disruptiva y condición de fratría no forma parte del
imaginario de las mayorías y en particular de las nuevas generaciones. Saltar la norma,
evadir lo prescrito, hasta es una modalidad de sobrevivir y de lograr los propios
propósitos. El drama de la administración de justicia en muchos países de la Región,
revela la inflación legislativa y simultáneamente su devaluación en el modo de pensar y
actuar de masas crecidas en el clima de la informalidad, pero además la falta de referentes
institucionales que le devuelvan credibilidad y eficacia a la norma, a la ley. En la escuela,
pública como privada, se vive en concreto gran parte de esta realidad50 y nadie se le
oculta el grado de violencia en y de la escuela hoy.
Pero esta cultura, este comportamiento aprendido, tiene, quizá que ver con el
desprendimiento o algo no bien aprendido desde la primera infancia en la que se hace
indispensable hacer la experiencia de las fronteras, los límites, las distancias necesarias
para crecer como individuo, para desarrollarse con autonomía y redefinir las relaciones
con los propios y los demás51
49
Ver F. Imbert
Imbert, op.cit. p. 44-45.
50
Ver G. Espinoza
Espinoza, «Los que mandan y los que obedecen», IPEDEHP, 1997.
51
Ver P. Legendre
egendre, «Filiation, fondement généalogique de la psychoanalise», Fayard, 1990.
423
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Posiblemente ésta sea una de las tensiones y de las angustias mayores que
experimentan, por ejemplo, los estudiantes al terminar sus estudios secundarios o
los universitarios al concluir la carrera y tener que enfrentar el mercado de trabajo.
Pero lo que está en juego básicamente, es lo que podríamos llamar, el papel de las
agencias educativas, uno de cuyos discursos – aunque no privado de ellas- deviene en
inflacionar las expectativas, las aspiraciones y los sueños que bajo promesas
absolutamente reducibles a meros flatus vocis, crean las más favorables condiciones
para la decepción, para la frustración. Los estragos a nivel de salud mental de gruesos
contingentes entre las nuevas y emergentes generaciones, pueden ser un aplastante
indicador de la merma de energías llamadas a revitalizar la sociedad, que se desvanecen
o que se sienten más convencidos que la migración fuera del propio país garantizará
mejores condiciones de sobrevivencia psíquica y material como resultado de su efecto
compensatorio. Y esto no refiere únicamente al trabajo, sino a las reales condiciones
de vida comparativamente hablando en relación a su situación en el propio terruño.
Que en la Región, los ingresos venidos del extranjero por concepto de la solidaridad
familiar represente muchísimo más dinero que el llegado de toda la cooperación
internacional, no es sólo un dato económico, sino una experiencia de solidaridad, de
construcción de lazos humanos que se fortalecen y que permiten encarar en mejores
condiciones el futuro incierto de centenares de millones de vidas humanas.
Nada de lo dicho puede ser entendido como que una de las funciones de la educación
sea preparar mano de obra y profesionales para la migración fuera de nuestros países.
Lo que debemos preguntarnos, es cómo hacer para que la educación aporte a la
inmensa mayoría que no emigrará para seguir encarando las incertidumbres de los
escenarios futuros en todos los campos, incluidos el ético, el cultural, el familiar, el
comunitario.52
Uno de los planteamientos que han asistido a las reformas educativas en la Región,
refiere a la modernización educativa. Incluso se transformó en un slogan. Esto -en
52
Ver Ettore Gelpi
Gelpi, op.cit., p.98.
424
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Y es que bien podríamos afirmar que una subjetividad caracterizada por una débil
autoconfianza, por una tonalidad muy tenue de entusiasmo por proyectos colectivos,
por una generalizada miopía frente al futuro, equivale a reconocer que el capital
social se presenta como descapitalizado debilitado como forma de poder simbólico
como lo conceptualiza P.Bourdieu- ante gruesos sectores de la población precisamente
por ser los nuestros países con profundas desigualdades. Sin embargo no hay
reconstrucción posible de mejores niveles de autoestima individual y colectiva,
autoconfianza y «estabilidad» personal y social, sentido de futuro personal y
societal sino desde el propio capital social que se apuntala y se construye
también desde todos los esfuerzos de la sociedad educadora. La
modernización en el marco de la globalización excluyente modifica la
percepción y el acceso al capital social y éste tiene un impacto en la identidad
53
N. Lechner
echner, «Desafíos de un desarrollo: individualización y capital social», en Los valores culturales y su influencia en los procesos de
desarrollo, p.105.
425
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
54
Ibidem, p.117.
426
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
55
Ver Nuria Cunill Grau,
Grau «Nudos críticos de la accountability societal. Extrayendo lecciones de su institucionalización en América Latina»,
CLAD, texto de su conferencia en 14 págs., Lima, 2000.
56
Ver C. Castoriadis
Castoriadis, op.cit.p.307-308.
57
H. Russo
usso, «La educación, ¿sigue siendo estratégica para la sociedad?» en C. A.T orres
A.Torres
orres, op.cit, p. 146.
427
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Desde las últimas décadas del siglo pasado, asistimos a lo que podríamos llamar una
invasión del campo educativo por parte de agentes que durante muchísimo tiempo,
no le dieron a la educación la atención y el valor que hoy le asignan como factor de
desarrollo. Se trata de la incursión sistemática de organismos y entidades de todo tipo,
en particular económicas, y de carácter financiero. Ciertamente que la educación no
es coto cerrado de nadie, pero en el contexto de las grandes transformaciones
tecnológicas y los requerimientos de la recomposición del capital financiero, la educación
cobró significación de imprescindible en el afianzamiento de los procesos de globalización
en el marco del neoliberalismo. Cabe reconocer que el panorama general de crisis de
la educación en la Región, favoreciera y hasta justificara en algunos la invasión. La
educación se vio entonces literalmente copada por discursos provenientes del mundo
de la economía y de la organización empresarial. No sorprende entonces por qué los
docentes en el sistema educativo nacional, se vieran desconcertados ante enfoques
como el de gestión empresarial aplicado a la escuela, evaluaciones como control de
calidad del personal, exigencias de rendimiento y eficiencia adecuados o autoridades
concebidas como gerentes de la cuestión educativa; no sorprende entonces que
aparejadas a estas novedades no sólo de vocabulario sino de conceptos y orientaciones
prácticas, se pretendiera hacer sentido común cosas como «el Estado debería ocuparse
solamente de los pobres y el sector privado de las demandas más sofisticadas y complejas
de las capas medias y altas e la sociedad» como lo denuncia acertadamente J.C.
Tedesco, «Educación y nuevo capitalismo en América Latina»,58 «El riesgo que
confrontamos, ostensiblemente, es que la ruptura del compromiso por la educación
publica pueda significar y anticipar la ruptura del pacto democrático en las sociedades
latinoamericanas», y es que «la lucha por la educación es una cuestión de Estado; es
una lucha por la defensa del pacto democrático».59
58
En L. M. Lázaro
Lázaro, op.cit. p52.
59
C. A. Torres
Torres
orres, op.cit.p.26 y 46; ver además, A.Puiggrós, «Educación y Poder: los desafíos del próximo siglo», en C. A. Torres, op.cit.p.15.
428
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
tradicionalmente agencias como la escuela estuvo cerrada y con razón se decía que
vivíamos con ideas pedagógicas del siglo XVII, XVIII, XIX en vísperas del siglo XXI60.
De aquí en adelante, toca saber que la pluridisciplinariedad es un dato que no tiene
vuelta atrás; que hay que seguir sin embargo luchando porque la interculturalidad no
implique nuevas formas de sometimiento; porque la que quizá se presentó como con
un aire de subestima para los educadores de aula, se convierta en un estímulo a la
superación y a reconocer todos que nadie tiene la última palabra en materia tan exigente
como la educativa. Y es que se despertó en escenarios que se regían por un nuevo
«pacto» social en el que los sujetos tradicionales de la educación no tomaron parte.
C.A. Torres dice sin ambages «el fin del siglo en la educación latinoamericana está
marcado por la globalización de la educación y la presencia de la agenda hegemónica
del neoliberalismo en educación»61 y citando a J.L Coraggio «en la medida en que el
Banco Mundial está compuesto primariamente por economista y no por educadores,
el objetivo final de la política educativa es la eficacia económica, la lideralización de los
mercados y la globalización del capital, todo lo cual lleva a un sobreénfasis en métodos
cuantitativos para medir el éxito de una política educativa»62
es qué prioridad de facto tiene el analfabetismo en las políticas sociales públicas y en los
presupuestos nacionales a esto añadimos un analfabetismo tecnológico informático
que se añade a las otras expresiones de brecha educativa, pero que atraviesa la sociedad
sin distinción de estatus o condición económica y que además en muchos casos es una
nueva brecha generacional. Y es que de lo que se trata no es sólo de aprender a utilizar
la nueva tecnología sino que ésta tiene implicancias en la relación adulto – niño, maestro
– alumno, padres e hijos. Pero además hay una experiencia de autonomía, de
60
Ver N.Diesbach
N.Diesbach, op.cit.p.38.
61
Op.cit.p. 28.
62
Ibid.p.40.
429
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
comunicación más allá del ámbito familiar, escolar o local, etc, que modifica
los escenarios generacionales y subjetivos. En efecto se cuestionan y alteran
imaginarios, aspiraciones, sentidos comunes, creencias, y necesidades.
Paradójicamente, los nuevos escenarios educativos, generan nuevos excluidos
o acumulativamente excluidos. El gran reto educativo es revertir el riesgo de
distanciamiento, de acentuación de la exclusión, en oportunidad para repensar
el papel del conjunto de las agencias educativas a fin de acortar esta nueva
brecha. Apuntar al autoaprendizaje, tan importante en los escenarios presentes
y venideros 63, nos convoca a un esfuerzo del conjunto de la sociedad por
masificar el acceso a los conocimientos con el apoyo de la tecnología
informática; en ello se juega no sólo una cuestión referida a la verdad, sino al
poder 64 Estamos exigidos de hacer que la ciencia moderna, la tecnología y la
cultura que emerge del uso intensivo y extenso de ésta, lejos de ser rechazadas
nos revelen su potencialidad para los mejores propósitos humanos y
humanitarizantes 65. Además de las oportunidades fácticas, se requiere fomentar
en las generaciones de mayores el deseo de acceder y superar esta nueva cara
del analfabetismo.
63
Ver N. Diesbach
Diesbach, op.cit.p.92.
64
Ver P. Demo
Demo, «Conhocimento e aprendizagen», p.315, en C. A. Torres, op.cit.
65
Ver N. Diesbach
Diesbach, op.cit.p.107.
430
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
66
R. Werberguer
erberguer, «Le questionement éthique», éd. Prosopon, 1994, passim.
67
Ver Luck Boltanski
Boltanski, «L’Amour come competence», éd. …, 1994, passim; H.Assmann,J.Mo Sung, «Competencia e Sensibilidade
Solidaria», Vozes, 2000, passim.
68
M. Gadotti
Gadotti, op.cit.p. 90.
69
H. Assmann
Assmann, «Reencantar...»p.108.
431
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
3.4
3.4-- Educación: la urgencia de un pensamiento crítico e innovador
innovador..
Quizá uno de los retos más inquietantes es para la educación, la necesidad de contribuir
a un pensamiento crítico, bien fundamentado, en la población. Pensamiento que se va
formando, en la medida que hay oportunidad de expresar las propias ideas u opiniones.
Pero no basta con la oportunidad para hacerlo, sino que sólo se puede aprender a ser
crítico si además de comprender lo que está en juego se desarrolla la capacidad de
confrontarlo con su aplicabilidad práctica, su consistencia y coherencia argumentativa y
si se ha cultivado un espíritu de investigación, de indagación permanente; a esto cabe
añadir, la urgencia de cultivar la capacidad de escucha de lo que los demás piensan y la
apertura para recoger lo que se considere mejor argumentado. Pero todo ello presupone
no erigir como verdad absoluta nuestra opinión, sabiendo que los conocimientos y
saberes deben permanecer abiertos a ser enriquecidos. NO es ajena a la era de la
información y del conocimiento, que se viva la permanente tendencia que acompaña
la acumulación de poder y dominación, la de imponer lo que se ha dado en llamar la
pensée unique. Pensamiento único que no es otra cosa que una forma de colonización.70
En el fondo es una carencia de pensamiento holístico. En efecto «los holistas sustentan
que la utopía e imaginario son instituyentes de la nueva sociedad y de la nueva educación.
Rechazan un orden fundado en la racionalidad instrumental que menosprecia el deseo,
la pasión, el mirar, la escucha. Según ellos, los paradigmas clásicos banalizan esas
dimensiones de la vida, sobrevalorizando la macroestructural, el sistema, las
representaciones socio-económico-políticas y epistémicas, lingüísticas o psíquicas»71
En los escenarios de futuro, la educación encara no sólo la necesidad de un pensamiento
crítico, sino autocrítico. Nadie está exento de errores, ilusiones y cegueras. Lo que
E.Morin llama las cegueras del conocimiento por lo que propugna el conocimiento
del conocimiento. La educación, entonces, «debe dedicarse a la identificación de los
orígenes de errores, de ilusiones y de cegueras. Existe en cada mente una posibilidad
de mentira a sí mismo (selfdeception) que es fuente permanente de error y de ilusión.
Nuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas, ideologías) no sólo están sujetos a
error, sino que también protegen los errores e ilusiones que están inscritos en ellos. Es
necesario entonces reconocer en la educación para el futuro un principio de
70
Ver C. A. Bowers
Bowers, «Detrás de la apariencia. Hacia la descolonización de la educación», Pratec, 2002, passim.
71
M. Gadotti
Gadotti, op.cit.p.84.
432
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
72
Op.cit.págs.6, 7, 8, 14, 21.
73
Ver N.Diesbach
N.Diesbach, op. cit p.117.
74
En «Los Siete Saberes necesarios a la educación del futuro», UNESCO, 1996, passim.
433
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
nefastas creencias sobre este aspecto, quizá la tarea que toca es la de construir en
positivo un desarrollo humanamente aceptable de la eroticidad de la vida humana.
Ligada a esta primera cuestión, está el desarrollo de la corporeidad como lenguaje,
como lugar de encuentro, como componente de la identidad individual y colectiva,
como espacio de autonomía y responsabilidad personal y social, como experiencia de
pertenencia al cosmos todo, como tiempo experiencial y comunicacional, espacio del
conocimiento y los aprendizajes. El cuerpo, entonces, es el lugar de la espiritualidad,
es condición de trascendencia Con razón Assmann afirma que «solamente una teoría
de la corporeidad puede brindarnos las bases para una teoría pedagógica»75. No es de
extrañar que desde la emergencia de la apthonomia -ciencia del tocamiento como
comunicación de energía- hasta el florecer de religiones basadas en la sanación vía la
imposición de manos y otras disposiciones corporales, se valoriza el cuerpo, la
corporeidad de la persona. Quizá sea entonces más comprensible lo inaceptable de la
tortura física, de la desaparición forzada, del maltrato, del abuso sexual, pero también
de la desnutrición crónica de grandes masas, las enfermedades curables y no atendidas,
la privación de agua potable, de habitat, de servicios higiénicos. La educación en los
escenarios futuros no puede ser ajena, como ha tratado de no serlo, a esta negación
de la corporeidad como lugar de humanización. Conocimiento y placer, aprendizaje y
placer, pues «el aprendizaje es primeramente un proceso corporal; todo conocimiento
tiene una inscripción corporal y que venga acompañada de una sensación de placer no
es de ningún modo un aspecto secundario. El conocimiento sólo emerge en su
dimensión vitalizadora cuando tiene algún tipo de ligazón con el placer»76
75
En «Reencantar à Educacao», Vozes, 1999, p. 34.
76
H. Assmann
Assmann, ibid.p.29, 30.
434
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
77
N. Diesbach
Diesbach, op.cit.p133.
435
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
vida cotidiana y condición sine qua non de nuestra sobrevivencia.78 Desde esta entrada,
el trabajo pionero de Fsco. Gutiérrez, introdujo el discurso pedagógico como
ecopedagogía, que se ha dado en conceptuar como una pedagogía para la promoción
del aprendizaje del sentido de las cosas a partir de la vida cotidiana79. El autor puede
afirmar entonces estar seguro que los temas relacionados con el desarrollo sostenible
y la ecopedagogía se volverán muy importantes en los debates educativos de las
próximas décadas, y que cualquier pedagogía, pensada fuera de la globalización y del
movimiento ecológico, tiene hoy serios problemas de contextualización.80 Todo
ello exige un cambio de paradigma en lo conceptual y en lo práctico. No somos
consumidores, voraces enemigos del planeta, depredadores. Esta sigue siendo en
buena medida la racionalidad que asiste hoy a la tendencia de invadir la amazonía
para explotarla industrialmente por parte de las multinacionales. Los tiempos se
acortan para lograr poblaciones que estén en condiciones de comprender lo que
esto podría significar no sólo para los países amazónicos, sino para el ecosistema
mundial. Requerimos en los escenarios de futuro, ensanchar el horizonte en el que
se pretende dar significatividad a los aprendizajes; sin un proyecto más amplio opuesto
al proyecto neoliberal conservador que hoy conocemos mejor, todo el esfuerzo
educativo a través de las diversas agencias, corre el riesgo de devenir directamente
funcional a la devastación planetaria. Los aprendizajes serán significativos si lo son
también «para la salud del planeta» (ibid.p.93).Los escenarios de futuro demandarán
a la educación una contribución sustantiva y sostenida en relación «al problema de la
Vida en el planeta Tierra, el problema de la sociedad moderna y el problema del
destino del Hombre. Esto nos obliga a poner nuevamente en cuestión la propia
orientación de la civilización occidental»81
78
E. Morín
Morín, en « Los siete saberes..» p.
79
Eer M. Gadotti
Gadotti, «Pedagogía da Terra: ecopedagogía e educacao sustentavel», en C.A.Torres, op.cit., p.89.
80
Ibidem, p.102-103 y 106.
81
E. Morin
Morin, citado por M.Gaddotti, op.cit.p.89.
436
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Referirse al sujeto como el actor de la educación, asumir que es el centro del quehacer
social, de la labor educativa como responsabilidad perenne. Nada de esto implica
negar que estamos hablando de seres humanos concretos y simultáneamente
empleando una categoría de análisis que en las ciencias sociales y en algunos sociólogos
contemporáneos ha cobrado una gravitación definitiva en sus elaboraciones teóricas
y análisis sociológicos. Es el caso de Alain Tourraine, por ejemplo, quien afirma que
el sujeto constituye el eje de todas sus investigaciones y reflexiones teóricas.82
Tourraine contrapone la idea de sujeto a la de sistema social, de roles a jugar, etc.
pues quería mostrar que «la vida social no se gobierna por las necesidades de
integración y de eficacia de lo que solemos llamar la sociedad, sino por las exigencias,
afirmativas y reivindicativas, de Sujetos personales y colectivos que quieren
simultáneamente crear y manejar su creación...» 83 Incluso tiene dos alcances
teóricamente ilustrativos de su propia evolución intelectual al respecto; conceptualiza
al sujeto en cuanto movimiento social.84 Por un lado, y por otro escribe un largo y
motivador capítulo sobre la educación del sujeto en «Podremos vivir juntos». No
menos sugestiva es su idea de que el sujeto es exactamente la negación de dejarse
someter, de depender, de estar sujetado a cualquier referente de cualquier orden
que éste sea y que pueda significar la renuncia a la propia constitución conceptual y
práctica que el sujeto representa para él. Por ello a través de la lucha contra todo
intento de ese orden es que se forja el actor. En tiempos en que « estamos ante la
82
Ver «Diálogo sobre el Sujeto»...
83
En «Sociologie de l’action», Livre de Poche, 1980,p.9.
84
«Critique de la raison politique», p. 271 ss.
437
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
posibilidad real que la globalización no sea otra cosa que la última etapa del proceso
de homogeneización cultural iniciado con la modernidad occidental...» 85, la
reivindicación para la educación del sujeto como su razón de ser, le devuelve el
referente bajo el cual medir adelantos tecnológicos, innovaciones metodológicas,
equidad y calidad. Pero además centra la educación en todos los sujetos intervinientes,
incluidos los promotores y responsables de agencias educativas, en el caso de la
escuela, a docentes y padres de familia. Si el sujeto es el centro de todo proceso
educativo, le exigirá a la educación contribuir a que el sujeto aprenda a sortear
exitosamente las tensiones entre su derecho a la autonomía y la necesidad de
pertenencia, su autoproducción y la sociabilidad como condición de autoproducirse
en cuanto individuo, su condición corpórea y simultáneamente espiritual; su
identificación con el cosmos y su trascendencia, su condición de totalidad siendo
apenas parte. Referirse a sujetos es además apelar a la calidad y excelencia como
componentes de la dignidad del ser humano y para ello tener la posibilidad de hacer
la experiencia de «la presencia de personas comprometidas a vivir en plenitud pues
es un hecho que sólo podemos educar a partir de nuestra riqueza interior»86. Los
escenarios de futuro no harán fácil, presumiblemente, que las grandes mayorías
negadas desde tanto tiempo como personas, como sujetos, como actores de su
propia vida, hagan la experiencia de ser reconocidos como tales. La educación tiene
como misión perenne hacer que se abran posibilidades personales y colectivas de
combatir la desesperanza en el futuro y que ésta no se instale de forma constitutiva
de la vida cotidiana de individuos y de colectivos. Finalmente queremos dejar tres
aspectos que en los escenarios de futuro de la educación han de requerir una reflexión
renovada:
a.- La cuestión del capital humano y capital social como discurso que tiende a ganar
espacio en los escenarios presentes y que merecen un análisis crítico.
85
A. Nicolau
Nicolau, op.cit.p.5.
86
N. Diesbach
Diesbach, op.cit.p.110 y 131.
438
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Q
uizá sea en vísperas de los 70 y durante los veinte siguientes años, en que
los discursos de la educación se encontraban cargados de referencias a lo
político y a la política como un componente necesario e inevitable en el
quehacer educativo dentro como fuera del aula. Las llamadas corrientes
de educación popular coincidían en la terca afirmación del carácter político de la
labor educativa al punto mismo de reducir lo político a lo ideológico. Por ello la
cuestión de la educación política es un viejo tema que en el tiempo ha tenido
formulaciones contradictorias, polémicas y divergentes, aunque también
enriquecedoras. Pero además de viejo tema, se trata de una cuestión compleja y
recurrente. En estas líneas queremos apenas colocar algunas consideraciones para
reabrir la reflexión en el contexto y escenarios subjetivos próximos en la vida del
país. Hacemos nuestras las palabras de dos pedagogas argentinas que con acierto
introducen la temática:
439
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
88
Brigitte FFrelat-K
relat-Kahn
ahn, Educación política y política(s) de educación, p.81 en G,F
relat-Kahn rigerio, G,Duker
G,Frigerio, G,Duker, (comps.) Educar: ese acto político,
Bs.As., 2005.
89
G. Frigerio
rigerio, En la cinta de Moebiusp. p.11-36 en AA VV
AAVV
VV, Educar: ese acto político, del estante edictorial, Cem, Bs.As., 2005, p.19.
90
E. Morin
Morin, Los siete saberes, UNESCO, 1996, ed. Catedra, p.
440
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
La pregunta central sería por el valor agregado específico que se dan mutuamente
educación y política. Precisamente porque si bien son de racionalidad diferentes
ambas acciones remiten a los sujetos y a éstos como miembros de la especie humana.
Por ello hablar de carácter político refiere a la naturaleza del acto educativo y no
meramente a una característica del mismo. En su artículo, sumamente inspirador,
Graciela Frigerio93, nos recuerda que la educación siempre fue una educación política,
que siempre educar fue y es un acto político. Por ello, no se trata d acercar ambos
términos, educación-política; de lo que se trata es de saber qué colocamos bajo
aquello de política y aquello de educación.
91
C. Castoriadis
Castoriadis, Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto, gedisa, 1988, passim.
92
Citado por Ma. R. Almandoz
Almandoz, en G.F rigerio, G
G.Frigerio, G.. Diker
Diker, op.cit. p.56.
441
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Ni la educación ni la política son actos meramente técnicos; ellos son una apuesta
compleja por algo que los transciende y que les da sentido; ellos apuntan a crear las
condiciones del bien-estar, de la vida justa y placentera, diversa pero igualitaria; ellos
están llamados a generar nuevos sentidos comunes coherentes con la justicia, la igualdad,
la autonomía de los pueblos y de los individuos; ellos sin pausa intentan hacer surgir un
nuevo orden simbólico que exprese y convoque a una humanidad cualitativamente tal.
Y es que educación y política son sinónimo del esfuerzo de hombres y mujeres justos
por lograr que nada de lo contextual se constituya en un destino inexorable que anule
o acapare al sujeto, a los sujetos y los prive de devenir actores de su historia y de la
historia.94 Por ende, educación y política tienen como horizonte práctico y conceptual,
la lucha contra todo aquello que produzca exclusión, contra todo lo que impida el
ejercicio de los propios derechos, contra todo lo que haga perder capacidad de
participación95, contra todo aquello que pretenda naturalizar ciudadanías de segundo
orden, pueblos considerados inferiores, culturas miradas como atrasadas y primitivas.
Es en esta encrucijada que cobra luz el episteme ético de la política y de la educación,
episteme que refiere en primer y último lugar a los excluidos de los escenarios o
incluidos bajo la condición de marginales y de insignificantes, de analfabetos o de
inexistentes por indocumentados y desconocidos. Educación y política nos colocan
frente al otro reconocido como otro y por ello tienen un carácter insoslayablemente ético;
ellas trabajan por el bien común, el de cada individuo y el de los pueblos en conjunto.
De allí que sea inaceptable toda pretensión de hacer de la labor educativa un acto
«privado» y de la política un acto «público». Tener a los seres humanos como los
sujetos de las acciones educativa y política, es trabajar con seres no privatizables bajo
ningún concepto. Todo ser humano es un ser público, vale decir, goza del interés
superior de la especie.96
La escisión de la ética de la política hace que la ética devenga una moral individual, de
conciencia y de disciplinamiento del sujeto. Y, añadiríamos, que cuando la política se
escinde de la ética, ésta deja de interpelar la relación entre sujetos, las prácticas sociales,
los proyectos políticos, culturales, educativos, económicos y la ética se vacía de su
93
G. FFrigerio,
rigerio, G. Diker
Diker, ibidem, passim.
94
Es lo que repetidas veces en sus trabajos señala Alain Touraine y que también recuerda G.Frigerio, G.Diker, opus cit, p.29.
95
Brigitte FFrelat-K
relat-Kahn
relat-Kahn
ahn, Educación política y política(s) de educación, en G.Frigerio, G.Diker, op.cit. p. 76-77.
96
Ma.Rosa Almandoz
Almandoz, Las lógicas de las decisiones políticas en educación, en G.Frigerio y G.Diker(comp.), op.cit.,p. 31 y 54.
442
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
CONSIDERACIONES ABIERTAS
Una segunda consideración apunta a reconocer que hay dos tendencias aún presentes
en el mundo de la educación. La primera recurre a recargar curricula y a proliferar en
talleres, cursos de capacitación, estudios de post grado, maestrías, licenciaturas, etc. Y
una segunda a reducir la educación política a la propaganda, al panfletismo, a ideología
y consigna. El contexto electoral crea una dificultad suplementaria toda vez que se
suele dar una inflación de consignas, de promesas, clima del que no están para nada
exentos niños, niñas y adolescentes en el ámbito nacional. Si a ello añadimos el rol de
los medios de comunicación y las oportunidades que abre la tecnología informática,
tendremos un cuadro más complejo de lo que significa apuntar a una formación ética
y política de la población y en particular de las generaciones emergentes.
97
Valgan las pertinentes anotaciones de Gabriel Cohn
Cohn,, Civilización, ciudadanía y civismo: la teoría política ante los nuevos desafíos,n en
A.Boron, Filosofía política contemporánea, controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía, CLACSO, 2003, p.15-25; Brigitte
Felat-K ahn
elat-Kahn
ahn, op. cit. P.76 cuando nos recuerda que para la educación cívica liberal, no se trata tanto de «inculcar valores de autonomía,
sino sencillamente a prevenir cualquier sujeción de un individuo a un grupo y a los valores de ese grupo», p.81.
443
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Quizá valga la pena recordar que tocar la cuestión de educación, política y ética, es
adentrarse en la subyacente demanda de una radical transformación cultural, vale decir
en un proceso de duración y aliento mayor, en un proceso que requiere del concurso
de todos y que no se puede reducir a cuestiones sectoriales- como podría entramparse
en una puntual nueva ley de educación o en políticas de salud, etc- ni para la que sean
suficientes los acuerdos nacionales cuando éstos no logran avanzar más allá de las
propias instituciones que le han dado origen y cuya representatividad es limitada toda
vez que el país sigue escindido en grandes concentraciones que no logran escucharse,
comprenderse y decidir a favor de quienes hoy están en histórica exclusión y desigualdad.
Los señalamientos al respecto de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación guardan
toda su pertinencia y urgencia. En esta perspectiva, cabe entonces participar en el
debate abierto por el Consejo Nacional de Educación en el libro azul como se le está
conociendo. Pero asimismo, trabajar propuestas como la de Foro Educativo y sus
planteamientos en relación a la educación nacional.
98
G. Frigerio, G. Diker
Diker, op.cit. p. 9.
444
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Esta reflexión se inscribe en la dinámica política, social y popular desencadenada por las
recientes luchas de los maestros por hacer respetar su dignidad. La justicia de sus
exigencias está a la base de lo que podríamos llamar el ejercicio de su capacidad de
sintonizar con los más amplios sectores de la población.
Sin lugar a dudas, la huelga expresó un tipo de «liderazgo» colectivo, capaz de trascender,
no obstante las inevitables tensiones y hasta contradicciones internas, cuestiones
estrictamente específicas al magisterio.
Posiblemente el logro más trascendente haya sido el colocar en lugar central y definitivo
la cuestión ética que subyace no sólo a la situación magisterial y educativa, sino al
desmanejo global del país. Todo lo demás, creemos, son logros importantes, pero
finalmente deudores de la interpelación ética que en ellos se expresa.
445
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Algo que deviene incompatible con todo discurso que pretenda evocar nuestra condición
protagónica , es la mediocridad. El maestro, las maestras mediocres y no sólo en su
preparación profesional, sino en el íntegro de su vida, jamás será un «líder» y está condenado
a no crecer como protagonista de una vida que estimule y entusiasme a otros.
Los niños y adolescentes trabajadores organizados, insisten además, y esto vale también
para nosotros, que por ser seres sociales, miembros de una colectividad-esto en nuestro
mundo quechua, aymara y amazónico diríamos que «somos ayllu», somos pachamama,
somos seres en relación con el mundo animado del que somos parte indesligable-
somos protagonistas, pero debemos aprender a serlo permanentemente. Quién sabe
si de estos muchachos y muchachas que pueblan las aulas de nuestra escuela pública,
no debamos recoger lo que ellos y ellas entienden por irse formando una personalidad
protagónica, vale decir no autoritaria ni autosuficiente, sino humilde, con autoestima;
flexible, con identidad propia; no dogmática, pero con convicciones fundamentales;
emprendedora, con iniciativas sólidas; responsable, con gran imaginación; solidaria en
la promoción del protagonismo de los demás.
Creemos que los maestros organizados del Perú, han dado un ejemplo de»liderazgo»,
de protagonismo de conjunto, sin por ello desmerecer en nada los aportes de grupos,
de personas concretas que han encarnado aspiraciones y voluntad política de sus
compañeros y compañeras. En un país como el nuestro, necesitado de rumbo y
dirección, los maestros tenemos el reto de dotar de excelencia nuestro diario quehacer.
446
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Introducción:
Este ensayo forma parte del esfuerzo que se viene haciendo por una mejor comprensión
no sólo conceptual sino práctica de lo que entendemos por participación protagónica.
Quizá el título sea más grande de lo que estamos en condición actualmente de desarrollar
in extenso. Pero lo que sí es una evidencia, es la necesidad que tienen educadores y
trabajadores sociales que incesantemente se preguntan por el cómo hacer que aquello
que han conceptual y emocionalmente asumido como una nueva manera de entender
la compleja realidad de la infancia, puede ser eficazmente desarrollado en el trabajo
diario.
Algo que sin embargo cabe colocar de antemano, es que no estamos refiriéndonos a
trucos mágicos, a recetas o a fórmulas a aplicar.
447
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Consideramos que la poiesis constituye una síntesis de lo que se entendió entre los
griegos, por teoría, tekné y práxis; pero también de la capacidad del sujeto de ser
constructor, de ser artífica de una obra, de ser el actor-creador de un proceso que
deviene en una obra. Por ello la poiesis expresa no sólo la genialidad del diseño de
la obra, su proceso, su camino para plasmarla. La poiesis se emparenta entonces,
con un modo de ser, como una manera de autoentenderse como en permanente
proceso y en tensión hacia, como en proceso productivo y autoproductivo99
Método es una síntesis de TEORIA, TEKNË y PRAXIS. Para los griegos la tekné viene a
ser la teoría aplicada o el pensamiento práctico, es decir encuentro entre teoría y práxis.
99
Ver E. Dussel
Dussel, «La filosofía de la producción», Ed.Nueva América. Bogotá, 1984, tratado sobre la poiesis.
448
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Para Aristóteles la tekné hace referencia a la acción racional dirigida a un fin, el cual es
concebido como un trabajo o creación significativa, es decir, una tarea de naturaleza
técnica es racional cuando el sujeto selecciona ciertos medios para el logro exitoso de la
finalidad propuesta, por ende la meta propuesta está fuera de la acción misma.100. Es
decir, la transciende. Por ello todo método representa una manera de hacer pasar una
concepción, una manera de entender algo, un esfuerzo por entregar lo que uno tiene
como representación mental y experiencia vivencial de aquello que quisiera que los
demás conozcan y vivan. Pero más fundamentalmente, es una cuestión de ética y de
valores No es obligatoriamente un ejercicio de convencimiento y sumisión, sino que
remite a la comprensión por el otro de lo que quiero hacer pasar, lo que automáticamente
no implica acatamiento o adhesión. Pero los valores así como la ética no son sólo una
cuestión cognitiva; ellos son cuestión empático-comunicacionales, no deterministas ni
instrumentales. El método de nuestras prácticas de acompañamiento a niños y niñas es
en primera y última instancia una cuestión ético-valórica y racional, síntesis nada fácil de
una emotividad inteligente centrada en la comprensión global del desenvolvimiento social
de sus personas en la búsqueda de su felicidad como necesidad vital (Purificación Salmerón
V, Evolución de los conceptos sobre inteligencia. Planteamientos actuales de la inteligencia
emocional para la orientación educativa, 2002). Y por aquí nos alejamos de una racionalidad
estrictamente instrumental y pragmática que sustituye el bien como parte del proceso y
de su fin, por una racionalidad que privilegia lo valórico, lo ético y que por ende su acción
y fin son una unidad y el logro de sus metas no son una condición previa para su legitimidad
valórica.101
100
Manuel Bastía
Bastía, La racionalidad instrumental en la acción colectiva, 1991.
101
Ver Agnes Heller
Heller, Radical Philosophy,1984.
449
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Ciertamente que estas tres dimensiones expresan una doctrina o una cierta filosofía social
que se tiene el derecho a compartir no como imponiendo dogmas sino como proponiendo
enfoques y orientaciones, mostrando prácticas que les sean coherentes. Sin embargo el
método que en nuestras organizaciones de NATs conocemos, de la formación por la
acción y que desde principios el siglo pasado guia la acción de la JOC, nos ayuda a evitar
que el método que nos encamine a la promoción del protagonismo integral de cada ser
humano como individuo y como sujeto social, no se reduzca a los métodos de aprendizaje,
a métodos de desarrollo del conocimiento, a cuestiones meramente cognitivitas.
Dos aspectos merecen destacarse aún. Uno refiere a la acción como matriz de formación;
el otro, exige una comprensión «abrangente» de eso que llamamos formación, no reducible
a lo que en inglés es el learning, o el training, lengua en la que al decir de Anthony Swift
ver102 no hay término equivalente. Y es que la formación es finalmente un resultado
constatable sólo en el devenir de la vida, en la calidad humana de la gente, en los principios
éticos, axiológicos que estructuran la existencia de grupos, de colectividades como de
individuos.103 Afirmar que la formación en los grupos de NATs se da por la acción, nos
abre al reto, en primer lugar, de reconocer los límites de la acción, de toda acción que
por ende requiere de otras complementariedades si queremos que aquélla devenga en
un factor necesario de «formación»; siempre es posible que cualquier circunstancia de la
vida bajo ciertas condiciones devenga una posibilidad de «experiencia» que permite crecer,
madurar, pero esto no es automático, requiere de un procesamiento específico para que
así sea y no sólo personal, sino de ciertas formas y climas grupales.
450
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
imponer, para someter, para doblegar, para encarrilar hacia una meta por más noble que
ésta se presente. Lo que no es ético, no puede «in-formar» el método.
Y esto porque con frecuencia se tiende a confundir método con metodología, o método
con técnica. Cuado en nuestro caso de lo que se trata como proyecto es el protagonismo
de todo ser humano, estamos refiriendo a sus implicancias psicosociales y pedagógicas
así como a aquellas de carácter político, cultural.
Para verificar la validez del método, requerimos elaborar lo que hoy es parte de los
enfoques y técnicas de evaluación, vale decir, indicadores para los diversos tiempos y
dimensiones del proceso. Y aquí cabe señalar la complejidad del resultado a evaluar,
incluso a medir. Aspectos éstos en los que aún no pasamos de barruntar sugerencias
absolutamente insuficientes para dar cuenta cabal de lo que podría considerarse como
una cierta validación de nuestras prácticas sociales y organizativas de los niños, niñas y
adolescentes. Si bien asumimos que las históricas intuiciones de Joseph Cardijn para
jóvenes trabajadores se han evidenciado con un acierto a nivel internacional y desde
1912 hasta nuestros días, nos queda la tarea d nutrir esta experiencia desde una práctica
que se enriquezca con lo que aportes más recientes permiten convalidar en lo esencial
y avanzar por el mismo filón fundacional.
451
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Método y métodos
452
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Cada campo del conocimiento tiene sus propios métodos, aunque sean reconocibles
tendencias teóricas y epistemológicas que subyacen a diferentes disciplinas del saber.
Nosotros nos estamos moviendo en el campo específico de la intencionalidad educativa
finalizada a lo que llamamos contribuir a la formación integral de las personas. Sólo esta
afirmación equivale a reconocer el carácter «interdisciplinar e intercultural» de todos los
procesos que refieran a la formación de niños, niñas y adolescentes en el espacio y
tempo específico de su experiencia organizativa y participativa como tales.
Sobre dos aspectos se avanzan algunos alcances. El primero versa sobre el papel del
colaborador o adulto que acompaña los procesos de formación y de organización de
niños, niña y adolescente; y el segundo, a lo que hay que tener en cuenta cuando nos
reunimos de forma regular con los muchachos y chicas que ya se van conformando en
grupos.
Podemos decir que se trata apenas de esbozar algunos puntos que quedan para el trabajo
del Grupo NATs de Poder Crecer, aunque extendible parcialmente a los demás equipos.
Consideramos que son los actores involucrados en los procesos organizativos los que
metódo
somos parte central cuando hablamos de «metódo
metódo» para «implementar» el paradigma
del protagonismo». Pero cabe además añadir que las instituciones que dedican su esfuerzo
al acompañamiento y colaboran a la organización de niños y niñas, igualmente son grosso
modo parte de eso que llamamos «método», pues todas ellas expresan una ética,
comunican una energía valórica. En culturas no occidentales hay una mejor capacidad y
disponibilidad para entender esta unidad vital que conforma la placenta social, cultural,
ecológica en la que el niño, la niña madura y deviene protagonista de su historia con lo
otro y los otros.
Colaborador
Colaborador,, Colaboradora: Alcances y límites de su iniciativa.
453
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Bajo estas dos condiciones, el adulto o joven adulto que acompaña, co-participa, co-
anima, co-decide, co-reflexiona, co-evalúa, co-labora, co-aprende, co-protagoniza.
8. En realidad la modulación concreta del rol del educador-a depende del proceso del
grupo, de su historia: en ocasiones deberá ser un promotor, en otras un animador, o
un padre o madre, o dirigir o ilustrar, o enseñar, etc. Pero ninguna de estas maneras
de intervenir por sí sola aprisiona y expresa su identidad. Todas ellas pueden
igualmente ser ejercidas por los mismos niños y niñas. El colaborador-a es siempre
conjuntamente con los demás un aprendiz entusiasta, restablecedor incansable de
un rol que le permita seguir apuntando hacia la formación de todos. El colaborador
debe ser un incansable apostador por la necesaria resignificación de cada evento de
la vida cotidiana de cada uno de los niños y niñas con los que trabaja. Ahí radica su
labor educativa.
454
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
hacer la experiencia de otro tipo de adulto, adulta al que quizá la vida les colocó
delante. Nuestros enredos de adultos, no deben recargar la ya pesada vida de la
mayoría de los niños y niñas de sectores populares.
1. Las hay de todos los colores, pues la infancia sigue siendo botín disputado de cuanta
sensibilidad y necesidad de hacer el «bien» haya. Sería ocioso intentar una tipología
de las mismas por enfoques, por ideología, por captación de recursos, por sus
prácticas concretas, por su origen nacional o foráneo, por la composición de su
personal, por la evolución de su propio recorrido teórico y práctico, etc, etc.
2. Nos interesan aquellas que están incondicionalmente del lado de los niños y niñas
del mundo popular y que podríamos decir que comparten las grandes y
fundamentales como fundantes intuiciones que animan organizaciones de niños,
niñas y adolescentes como la de los llamados Nats.
a. Las Ongs han sido el detonante y luego el soporte por años de experiencias de
organización y formación de generaciones de muchachos.
e. En conflictos internos alas instituciones, los mismos niños y niñas han terminado
abanderándose de uno u otro lado.
455
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
4. Pero todo esto pretende pintar uno de los factores que inciden en nuestros
discursos sobre protagonismo y el cómo lograr su plasmación en el tejido concreto
en el que se desenvuelven los educadores y los mismos niños y niñas. En particular
si protagonismo supone afirmación de autonomía como capacidad y como
competencia, de personalidad protagónica (ver Adorno, Personalidad autoritaria,
división social del trabajo y personalidad autoritaria)
Desde la experiencia de los grupos de la JOC, hemos recogido en los últimos treinta
años en la vida de los grupos, organizaciones de niños, niñas y adolescentes
trabajadores, lo que de forma tan sencilla se llama VER, JUZGAR, ACTUAR.
Podemos decir que estas tres dimensiones del método hecho camino de la acción
educativa constituyen una plantilla de pensamiento que se va desarrollando,
ordenando, profundizando y que empalma con la emergencia siempre creciente de
transformar los análisis en imaginación aplicativa, en acciones concretas.
456
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
niño, niña o adolescente sin la fuente primera y necesaria de todo proceso educativo
que se quiera transformador.
Pero la vida de grupo deviene así, para la mayoría, un nuevo aprender a «ver», un
manera más rigurosa y compleja de analizar o tomarle el peso que se llama, en este
caso, «juzgar» y que en su acepción más etimológica significa proceso de
contemplación, de cuestionamiento, de interpelación, de llamado a la conversión;
la vida de grupo así encaminada será siempre la de quienes aprenden a actuar de
forma organizada, militante como se solía llamar la acción hecha con inteligencia,
con sentido de lo organizado, es decir fundamentada, informada, conciente, libre y
voluntariamente asumida.
457
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INDICADORES PPARA
ARA LA PPAR
AR TICIP
ARTICIP
TICIPAA CIÓN INFANTIL
INFANTIL
458
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Conjuntamente con los indicadores, Gaytan nos ofrece componentes a los que
res-ponden situaciones concretas como la sustitución, reproducción o proyección,
además presentamos ejemplos que nos permitirán aclarar el avance de los niños, que
van desde «no se que decir» hasta «digo las cosas que pienso».
459
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INDICADORES PPARA
ARA LA EXPRESIÓN INFANTIL
INFANTIL
460
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Finalmente el tercer componente que nos va a permitir valorar en que medida estamos
avanzando y encaminándonos hacia el protagonismo infantil, es la organización. Gaytán,
también nos proporciona indicadores de avance que representan situaciones concretas
en las que los niños v niñas pueden ubicarse según sus experiencias en relación a la
organiza-ción o asociación con otros niños y niñas.
461
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
INDICADORES PPARA
ARA LA ORGANIZA CIÓN INF
ORGANIZACIÓN ANTIL
INFANTIL
462
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
463
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
464
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
INNOVAR O ¿MORIR?*
465
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero lo interesante era las caras que ponían tanto los alumnos venidos de escuelas de
Comas y miembros de la organización infantil Collera como los niños y niñas
trabajadores que de San Juan de Miraflores o del Agustino o de Surquillo y San Hilarión
frecuentaban escuelas fiscales, escuelas públicas y todos ellos pertenecientes a
MANTHOC al escuchar lo que sus pares venían manifestando. En realidad más que
de sorpresa, eran miradas de indignación dirigidas a nosotros sus colaboradores o
educadores. En efecto, no bien concluidas las entrevistas, los chicos y chicas trabajadores
nos pidieron reunirse con nosotros. La cosa fue brava. «¿Conocían ustedes la existencia
de esos Reyes Rojos?; ¿Sabían que nada menos que en Villa el Salvador se daba esa
experiencia en la que se parte no de en qué grado uno está, sino cuánto sabes de tal o
cual materia?» Estas fueron algunas de las fulminantes preguntas con las que nos
arrinconaron. Pero en el fondo, la mezcla de sorpresa y de fastidio tenía un trasfondo
muy rico: así exteriorizaban simultáneamente su denuncia a las deficiencias de la escuela
que ellos conocían en sus barrios y el derecho negado de facto a los niños y niñas
trabajadores a estudiar en escuelas fiscales marcadas por un espíritu de libertad, por
relaciones de respeto, por la cercanía de sus maestros, por un clima no correccionalista
sino estimulante, por una valoración de lo que cada niño o niña va avanzando y no en
comparación con los que avanzan más rápido y crean una cultura de la competencia;
pero además por una sensación de éxito en la escuela y no de fracaso. En otras palabras,
la sana envidia por sentir, por un lado, el encanto de los chicos por su escuela que se
parecía más a una comunidad, a una familia que a colegio. Pero por otro lado, el
descubrirse portadores de un derecho a una escuela que realmente asuma no sólo la
complejidad de su realidad de niños y niñas trabajadores, sino que el deseo de estudiar
y aprender devenga una experiencia placentera, de alegría, de alta autoestima.
106
Ver «Una Práctica de Metodología y Organización Educativa», ed. Cied, CCP-VES, 1983; M.Martínez M
M, «Los caminos de la escuela, 13
experiencias de innovación pedagógica», IPP, 1990.
466
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Un segundo hecho tiene lugar casi un año después del primero cuando en 1986 en el
Mercado de Ciudad de Dios ya había empezado a funcionar la escuela de Nats en lo
que había servido a un dentista como consultorio dental. Tal era el bochinche que
armaban a diario los niños y niñas trabajadores que por sí mismos habían solicitado
participar en el programa educativo «exclusivo para niños y niñas que trabajan», que se
rumoreó que los sacarían del lugar y se fueran a otra parte con la música. Nunca
olvidaremos la sesuda reflexión que hiciera Julio, un niño vendedor de cuanta chuchería
podía endilgar a los clientes. Julio, en relato de su madre, cuando nace demora mucho
tiempo para llorar y para mamar de la leche materna; ella nos refiere que mientras aún
estaba en el vientre de su madre, ésta fue abandonada por el marido y que sintió el
sufrimiento de quien se llamaría Julio. Esa era la explicación del comportamiento de
este niño trabajador, dotado de una singular elocuencia cuando de la vida concreta
había que conversar o debatir.
467
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
único castigo que le duele en el alma, más que si le pego, es no permitirle que venga
a su escuela».
Podemos decir que las experiencias de escuelas de Nats nacen como iniciativa de una
organización de niños, niñas y adolescentes trabajadores organizados del MANTHOC-
a la sazón con diez años de existencia- con una doble preocupación: «Los chicos y
chicas que trabajamos necesitamos una escuela que se adecue a nuestro ritmo de vida
y no al revés; asimismo, que podamos aprender y rendir exitosamente porque somos
capaces». Es decir una afirmación de su capacidad si las condiciones institucionales
parten de tomar en cuenta la complejidad de sus vidas.
107
Ver E.Dussel
E.Dussel, «Filosofía de la Producción», Bogotá, 1994, passim.
468
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Desde el punto de visita de la educación, hay que señalar la vuelta atrás que significó la
reforma educativa del belaundismo en relación a la reforma de los años 70 que sí
valoró la relación de la educación con el trabajo, el desarrollo y la independencia
nacional.
Corrientes que venían desde antes de los años de la reforma educativa de los militares,
levantan un discurso y una práctica muy rica en lo que se dio en llamar una educación
popular. No obstante, ésta se tornó sinónimo, en muchos casos, de alfabetización, de
educación de adultos y en las ditintas expresiones de la educación no escolarizada o no
formal. No se concebía la educación popular en y desde la escuela, excepción hecha
de quienes acuñaron el dicurso «educaciónpopular dentro y fuera del aula». 109
Pero con el régimen aprista, si bien hay un retomar un camino que salga al encuentro
de las deficiencias en educación del acciopopulismo, en la práctica poco se avanzó.
Para el caso que nos ocupa, debemos recordar que los trámites en el Ministerio de
Educación para el reconocimiento de la Escuela de Nats de Ciudad de Dios demoró
todo el régimen aprista y dos años del fujimorista, para lograr su aprobación.
Las cifras pueden dar fe que es en esta década de los 80 y 90 que se conoce una
explosión descomunal de la pobreza en el país110 y que ha continuado creciendo y
agravándose hasta nuestros días. Con ello, el crecimiento de la población infantil
compulsivamente conminada a salir a trabajar sin tener posibilidad de escoger
condiciones con tal de poder sobrevivir. Todo ello traerá consecuencias en la salud y
en los niveles de educación alcanzados así como el ausentismo, la extraedad y la
«deserción».
469
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
No obstante, hay estudios de los años noventa que revelan los esfuerzos que hace la
familia popular por la educación de sus hijos; las razones más frecuentes que escuchamos
del por qué trabajan los niños, refieren no al hambre exclusivamente, sino a la posibilidad
de ir a la escuela. 111
Pero no está demás apuntar que los esfuerzos de reformas no siempre han comportado
innovaciones que tengan como correlato transformaciones significativas que incidan en
calidad, en el reencantamiento de las instituciones educativas en el imaginario de las
nuevas generaciones y embrión de otros sentidos comunes en relación a la educación
como mercancía a buscarse en el mercado . Y es que el período ha estado igualmente
marcado por la incursión de organismos como el Banco Mundial que permiten hablar
de la educación como un territorio ocupado y en el que se ha ahondado la hegemonía
de la economía y la distancia entre educación y política. Por el contrario, se ha
incrementado y se va haciendo nuevo sentido común, la educación pensada desde el
paradigma tecnológico, informático que deviene en una simple reingeniería de la acción
educativa.112
Intuiciones práctico-conceptuales
a.- Los Nats tienen derecho a una escuela que los valore
470
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
valor distinto, fue uno de los mejores aprendizajes para los docentes. Podemos decir
que la escuela como tiempo, espacio y relación permitió hacer emerger una
resignificación de la condición identitaria personal del niño o niña trabajador y
gradualmente de una identidad colectiva que los fuera demarcando de la manera como
eran vistos por los adultos y clientes del mercado.
La escuela no tiene como primera función ofrecer nuevas formas de trabajo más
rentable económicamente a los Nats, ni siquiera la de capacitarlos para otras
ocupaciones. Quizá ello habría reforzado la idea de una escuela para pobres que
deben trabajar para paliar el hambre o «ayudar» a la familia. Valorar al NAT pasaba por
ofrecerle oportunidad de aprender lo que otros niños aprenden en la escuela pública,
pero hacerlo de forma que se asegure una didáctica, una metodología que se vaya
construyendo habida cuenta de la ideosincracia de esas niñas y niños, sus formas de
pensar y aprender. Pero constatamos, asimismo, que era indispensable marcar
explícitamente que en esa escuela, la condición de trabajador significaba la de un luchador
por la dignidad, por no dejarle a la pobreza la última palabra y por no considerarlos
víctimas sino actores.
La valoración del trabajador niño era una cara de la valoración crítica del trabajo. Nada
de idealizar ingenuamente la vida de esos niños y niñas. Conocíamos de sus estrecheces,
de sus comportamientos signados por el malestar espiritual que trabajar a esas edades
y en esas condiciones provocaba. Pero los colaboradores docentes no nos concebimos
como salvadores o redentores. La escuela pasó a ser una permanente oportunidad de
resignificación de lo que se vivía a diario en el trabajo, lo que podría aceptarse y hasta
tolerarse, pero también lo que debía ser encarado sin ambigüedades como no deseable;
ello se transformaba en nuevas motivaciones para aprender y capacitarse para moverse
con éxito en otros horizontes de vida.
471
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
472
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
organización social como experiencia previa, durante y más allá del tiempo y ámbito
escuela. La tríada trabajo-organización-escuela deviene en fundamento del quehacer
pedagógico. Aquí, consideramos que puede encontrarse una innovación global del
sentido de escuela, es decir escuela de organización, escuela de pensamiento sobre
la propia condición de vida de infancia trabajadora, escuela de pensamiento crítico,
escuela de construcción de ciudadanía, escuela de participación protagónica, escuela
de formación de personalidad protagónica de los niños y niñas. El desarrollo de
todo ello, puede verse con mayor claridad en sus logros y limitaciones en las actuales
experiencias de escuelas de Nats y en las escuelas públicas con significativa presencia
de trabajadores estudiantes que señalamos anteriormente.
473
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
La idea de una escuela adecuada a los Nats, nunca fue pensada en primer lugar como
algo fuera de la escuela pública en la que la mayoría absoluta de niñas y niños trabajadores
que estudiaba asistían. Fue ante los límites de la normativa vigente, pero en particular
ante la cultura escolar instalada, que fue imposible iniciar una experiencia desde la
escuela pública de una propuesta pedagógica que sólo pretendía hacer realidad la
flexibilidad de la diversificación curricular.
Se tuvo entonces que pensar en una escuela exclusiva para Nats, pero bajo estos
criterios: escuelas como laboratorios pedagógicos de innovación y creatividad educativa;
escuelas que fueran referentes para docentes de escuelas públicas de cómo abordar a
niños y niñas trabajadores en el aula; seguir apostando por la escuela pública y evitar así
crear circuitos paralelos; se privilegiaría la educación primaria. Sin el apoyo de la
cooperación internacional habría sido imposible acometer esta aventura. Actualmente
la situación ha cambiado y se cuenta con reconocimiento del Estado y, como veremos,
con apoyo diverso estatal.
Si bien se consideró la escuela de Nats como una escuela laica, vale decir, respetuosa
y abierta a las confesiones religiosas, pero no una escuela para catequizar o evangelizar,se
sintió la urgencia luego de diez años de experiencia de elaborar una propuesta curricular
que emitiera la reflexión pedagógica y nuevas prácticas escolares con Nats más allá de
sus escuelas. Sería la forma de llegar a la escuela pública y a la mayoría de Nats estudiantes.
Entre 1995 y 1998 un equipo de colaboradores docentes elaboramos en coordinación
con la Dirección de Educación Primaria del Ministerio de Educación, la propuesta que
el Manthoc ha completado con la programación curricular y hecho pública la edición
hace dos años. Vale resaltar de la propuesta curricular, la inclusión del eje de ética y
filosofía desde los Nats así como la relación didáctica entre educción y trabajo.
113
Instituto de formación de educadores de jóvenes, adolescentes y niños trabajadores que inicia sus labores en 1993.
474
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
En 1994 se inicia una nueva experiencia en Jaén, la misma que actualmente cuenta con
doscientos trabajadores estudiantes. Es en 1997 que abre la escuela de Nats en Bagua
Grande que, ciertamente es hoy una de las más florecientes en la concreción de los
grandes principios del movimiento social de Nats. En efecto, sólo se piensa en lanzar
una experiencia de escuela cuando existe previamente consolidada la organización
social de Nats, la escuela desligada de su matriz social y educativa, no garantiza ni
continuidad ni perspectiva que transcienda los muros y los nudos escolares.
Simultáneamente se inicia una tercera experiencia en la Fila Alta a la entrada de Jaén
con niños de las ladrilleras y trabajadores del campo. Mientras tanto el Manthoc da
inicio a una escuela de Nats en Cajamarca y desde la defensoría Lestonac, surge la
escuela de Chepén.
Desde 2002 se viene trabajando con los docentes de aula y con consultas a los propios
Nats, lo que es una propuesta curricular para las escuelas del Norte del país. Esta
propuesta está enproceso de validación, asume los mejores aportes de la propuesta el
Manthoc, pero avanza en lo que significa partir de regiones culturalmente distintas en
muchos aspectos, con prioridades de desarrollo marcadas por los Planes Regionales
Concertados y los Proyectos Regionales de Educación. Pero además hay puntos de
partida nuevos. La propuesta asume el discurso del protagonismo de la infancia como
un hilo conductor de la práctica educativa y de los enfoques teóricos; además asume el
nuevo marco creado por la Ley General de Educación y es parte de la experiencia
piloto de la Educación Básica Alternativa. En efecto, personal de la escuela de Bagua
Grande ha sido invitado el 2004 a participar con aportes a la Consultoría sobre la EBA
y a los cursos de capacitación del Ministerio de Educación sobre Pebaja y Pebana, en
Huampaní. Se espera que para finales del 2006, la Propuesta Curricular esté editada
para su difusión.
475
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Es un viejo reclamo. Los Nats terminando la primaria debían salir a la escuela pública
para continuar sus estudios. Los resultados en Lima, han sido satisfactorios. Casi todos
concluyeron su secundaria. Pero «no es lo mismo» suelen decir del clima de las escuelas
en secundaria. Por ello en las distintas escuelas de Nats luego de años de experiencia,
no se puede resistir a la presión por abrir la secundaria, pero tampoco se logra
responder satisfactoriamente en cuanto a la demanda y en cuanto a lo que debería ser
una propuesta curricular adecuada. Podemos leer la demanda como un signo de las
huellas que dejó en muchos Nats el haber pasado por las escuelas de ellos. Pero
consideramos que hay otro factor, y es el hecho de que la escuela salió a recuperarlos
de la calle, de la plaza, del mercado, a recuperarlos de la tiranía de la necesidad de
trabajar sin posibilidades de estudiar o sin vencer la desafección que los estudios adquieren
para ellos ante el pragmatismo que les impone la sobrevivencia. Más de dos mil chicos
y chicas trabajadores han sido ganados y han permanecido en la escuela amiga, mejor,
de ellos, que la van haciendo suya.
476
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
Entre el año 1986 y el 2005 se ha levantado en los últimos diez años una polémica en
torno a lo que se ha dado en llamar el «trabajo infantil». Mientras desde 1976 en que
se inicia la organización de los Nats, prácticamente el fenómeno no constituía materia
de campañas, de satanizaciones y pasaba como desapercibida a la conciencia política y
a la responsabilidad ética; desde inicios de los 90 empieza a ser visto con preocupación
desde las hasta entonces semidormidas posiciones abolicionistas. El año 1994 señala
un punto de alarma cuando en Lima se cuestiona frontalmente a la luz de experiencias
no sólo nacionales sino internacionales, los fundamentos del discurso agresivamente
abolicionista y se revive los viejos enfoques que hacen incompatible la relación infancia-
trabajo tout court Así se acuña en 1995 la expresión, el niño que por trabajar no está
en la escuela es un «paria», o «el lugar natural del niño es la escuela» 114 Trece años
antes de la Convención sobre los Derechos del Niño(1989) y diez años antes de que
despierte el león dormido, el movimiento social de Nats ya había iniciado una seria
preocupación y acción por una relación no excluyente entre educación-trabajo, infancia-
trabajo.
114
Ver AA VV
VV,, «Más escuelas y menos trabajo infantil», UNICEF, 1996; además en relación a educación y trabajo infantil los materiales de la
AAVV
Conferencia en Ámsterdam 1999, en español ed. IREWOC, Cochabamba, 2005, varios volúmenes.
115
Ver Colaboradores Docentes y W W.. Alarcón, «Estudio de niños que estudian y trabajan y niños que sólo estudian»
1987.»; del mismo autor «Trabajo y Fracaso escolar», Rev. AE, n.24, p.38-41.
116
Ver Julio Dagnino P. , «Desarrollo cognitivo en niños y niñas que estudian y trabajan», IPP, 2005.
477
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
la Ley general de Educación 28044 coloca a agentes del Estado entre la espada y la
pared. En efecto, un Estado que ha firmado o suscrito convenios internacionales para
cumplir con estándares «casaditos» con otras sanciones, o se pone de espaldas a la
realidad o incumple acuerdos en la práctica. La innovación pedagógica en materia de
niñas y adolescentes trabajadores está por el lado de lo que la EBA actualmente intenta
tímidamente implementar, Pero sería una ingenuidad que los maestros piensen que
pueden servir a dos señores sin que pase nada y creyendo que esto sea posible por
mucho tempo. Las escuelas de Nats a las que nos hemos referido, seguirán afirmando
una corriente de pensamiento que deberá, no obstante, mantenerse abierta a nuevas
posibilidades de hacer de la educación y de las instituciones que en la comunidad
como en lo formalmente escolar existan, otros tantos focos de resistencia a la
desfuturización que en materia educativa tiende a sobrecogernos.
117
Como lo expresa bien C.A.Bowers, «Detrás de la apariencia. Hacia la descolonización de la educación», Pratec, 2002, passim.
478
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
LAS NUEVAS GENERACIONES Y SU DERECHO A LA
EDUCACIÓN EN LOS ESCENARIOS DEL S. XXI
118
Uno de los estudios que dan cuenta de dos experiencias de escuelas para Nats es el elaborado por M. Jaramillo B. y J. C. Chávez
Chávez,
«Enfoques educativos para niños y niñas trabajadores: Estudio de caso de dos experiencias peruanas», Save the Children – UK, 2003; una
es sobre la Escuela de MANTHOC en Ciudad de Dios y; el otro, es de la Dirección Nacional Jóvenes y Adultos – DINALEA del MINEDU.
479
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
480
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
Introducción
El lema que caracteriza a los movimientos sociales que desde más de un lustro
vienen luchando por una globalización de la solidaridad- y por ende de una
globalización de la esperanza- hasta la fecha se han caracterizado por una casi
inexistente consideración de los niños, niñas y adolescentes como actores de esa
tarea histórica de hacer realidad aquello de que otro mundo es posible1. Estamos
hablando de más de 14 años de Convención sobre los Derechos del Niño de la que
nuestro país es signatario. Y es que los procesos de transformación cultural como el
del cambio de enfoques y paradigmas heredados sobre infancia, encuentran sentidos
comunes instalados, rechazo a cultivar una mirada distinta sobre quienes hemos
sido habituados a considerar como meros objeto de protección y de asistencia.
Una rápida mirada sobre los últimos diez años, 1994-2004 y los esfuerzos de la
sociedad peruana y del Estado, nos llevan a reconocer que cada vez va formando
parte, de forma menos mezquina y dubitativa, de una conciencia y opinión públicas
que la infancia debe constituir la prioridad absoluta. Sin embargo, este es el nivel de
los discursos, de los compromisos internacionales formalmente asumidos cuando
no de demagógicas declaraciones, incluso de una subjetividad marcada por cierto
aire de compasión. El análisis de los resultados, del impacto real de tantas
y variadas iniciativas, no se condicen con las expectativas levantadas y
con las necesidades a ser atendidas y aún pendientes. Si bien el Perú se
colocó ya en 1992 entre los primeros gobiernos en contar con un Plan Nacional de
* Texto elaborado en el 2004 para la publicación del Informe Anual sobre Derechos Humanos de CEDAL - APRODEH.
1. En realidad, los niños han estado presentes tanto en Porto Alegre 2003, en Foros Sociales temáticos como el de Cartagena y más recientemente
en el FSM en India. Tener presencia no ha sido suficiente para marcar desde una perspectiva ética y política el clima y los discursos formales durante
estos eventos, lo que deviene en un indicador del camino que aún falta recorrer entre las fuerzas democráticas y de cambio para considerar a
los niños y niñas no sólo como víctimas de la exclusión y de la pobreza, sino como auténticos sujetos de derechos,
ciudadanos y ciudadanas y no de segunda. Ver al respecto Revista Internacional NA NATTs, nº 10, 2003, Editorial.
481
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Acción por la Infancia 1992-1995, saludado por el mismo James Grant, la distancia
entre el papel y la vida concreta, quedó como signo interpelante de la real voluntad
política y económica desde el Estado. No sin razón al hacer un balance de la inversión
pública en infancia desde 1990 al 2004, se ha afirmado que se ha desperdiciado una
oportunidad para acortar las diferencias socioeconómicas entre los niños y niñas
más pobres y los no pobres2.
482
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
asimismo que el peso de las acciones realizadas desde el Estado y desde la sociedad
civil, es absolutamente insuficiente para quebrar la pobreza institucionalizada y la
exclusión que caracteriza el horizonte cotidiano de vida de más del cincuenta por
ciento de nuestra población, en promedio. En definitiva, abordar el problema político
de la infancia será también el resultado de una revisión radical del actual débil discurso
laico desde el Estado que termina entreteniendo y prolongando roles de sectores
eclesiales católicos en materias como la sexualidad, la familia, la llamada educación
en valores, el desarrollo espiritual de las nuevas generaciones deviniendo funcionales
a culturas autoritarias en lo doméstico, en lo escolar, etc., que hacen que «la persuasión
y la actitud amorosa» no sean parte de «este paternalismo señorial y premoderno»6.
6. Ver M.E.Mannarelli
M.E.Mannarelli, op.cit. p. 16
7. Ver por ejemplo Rolando FFranco
ranco
ranco, «Los paradigmas de la política social en América Latina», en Rev. CEPAL 58, Abril 1995.
483
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Sin embargo se puede afirmar que las políticas sociales han sido funcionales
a las políticas económicas y a las exigencias y presiones de los organismos
internacionales financieros que les subyacen, muy en particular en el período
en el que se aplicó aquello del ajuste estructural en la economía y el manejo fiscal,
así como en las políticas de empleo y la legislación laboral.
En efecto, una de las características del peso que el país ha dado desde hace varias
décadas a la cuestión social de la infancia es el de una conducta procíclica en relación
al PBI. Es decir, en tiempos de dificultades económicas serias, el presupuesto destinado
a la infancia y en general a los asuntos sociales, fueron dineros no protegidos. Este
comportamiento es un claro indicador de la no prioridad de los niños, niñas y
adolescentes no sólo para los poderes del estado, sino para los mismos partidos
políticos9. Frente a esta realidad, las organizaciones de la sociedad civil no han
igualmente logrado que sus reclamos hayan sido escuchados y tomados en cuenta.
484
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
Si bien desde un enfoque que exclusivamente aborda las políticas sociales sobre
infancia desde un análisis del presupuesto del Estado, se ha llamado la atención sobre
la invisibilización de los niños, niñas y adolescentes en el presupuesto
nacional y en las cuentas que lo desglosan
desglosan. «Existen evidentes limitaciones
del Estado para implementar políticas que lleguen a quienes más lo necesitan. Parte
de estas limitaciones se derivan de la falta de un sistema que permita visualizar
claramente a los niños, niñas y adolescentes en el presupuesto público» 10.
El PPerú
erú ha producido una serie de instrumentos legales y ha suscrito
otros tantos a favor de la infancia que más bien la pregunta importante
refiere para qué le han servido en la práctica. Es evidente que no es desde
su capacidad de practicarlas que se debe descalificar el esfuerzo por dotarse de
instrumentos legales. Lo que se evidencia es un desencuentro entre la cultura jurídica
y la producción normativa y lo que se ha entendido como voluntad política de
actuación en conformidad. Pero a ello debe añadirse el nivel de importancia que los
agentes de infancia suelen darle a las normas y leyes. La experiencia de estos
años, desde 1993 hasta la fecha, nos sigue mostrando el limitado
conocimiento de la Convención sobre los derechos del niño, el Código
de los niños y adolescentes, lo que prescribe la Constitución PPolítica olítica y
otros instrumentos. No es de extrañar que la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, organismo de la OEA, en su segundo informe sobre los derechos
humanos en el Perú vuelva a recomendar que se hagan campañas sobre educación
de derechos del niño, presumimos que no se refiere sólo a que los propios niños
conozcan y puedan exigir sus derechos, sino que la población toda esté debidamente
conocedora de los derechos que constituyen su carta de presentación ciudadana
para todos los niños y niñas; y es que en realidad el Estado no había dado respuesta
alguna a este pedido hecho anteriormente por la Comisión Interamericana.. Pero
además, en dicho Informe se demanda la modificación tanto del DL.895 sobre
«Terrorismo agravado» como el DL 899 sobre «Pandillaje Pernicioso» por
considerarlos incompatibles con la CDN y además represivos. En Noviembre del
2001 el Tribunal Constitucional los declaró inconstitucionales. No obstante, en el
actual Código de Niños y Adolescentes, Ley 27337 del 2000, se mantiene en el
Libro Cuarto, título II, cap. IV, art. 193-199 aquello de Pandillaje pernicioso.
Concebimos un código de infancia como un proyecto de vida para los niños, niñas
y adolescentes peruanos antes que como un código penalizador, aunque de hecho
10. E.Vásquez
E.Vásquez, «¿Los niños...primero?» vol.II, UP y SCS, 2004, p.20.
485
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
existan situaciones pasibles de ser sancionadas; para ello debiérase contar con
instrumentos específicos. No en vano, hoy el Perú es signatario de Protocolos
facultativos de la CDN sobre prostitución infantil, pornografía y venta de niños, etc.
Debe subrayarse la creación en 1996 del Promudeh -hoy MIMDES- como un ministerio
que tendría a cargo la implementación de las acciones del Estado y el aval de la sociedad
civil en relación a las políticas sociales. No conocemos una sistematización y una evaluación
del significado que dicho ministerio haya tenido en sus primeros ocho años sobre la
población a la que dirige su misión institucional. Es decir sobre el impacto que dicha
acción ministerial haya tenido sobre los propios actores sociales, sobre eso que se ha
dado en llamar la población meta. El análisis de los informes anuales e incluso las
presentaciones, tres en total en el período que nos ocupa, del presidente del Consejo de
Ministros dando cuenta del cumplimiento de los Planes Nacionales de Acción por los
Niños y Adolescentes -PNAIA- pueden ser un insumo necesario, pero sin lugar a dudas,
insuficiente. Se requiere recoger la opinión de los propios sectores a nivel nacional que
por su propia situación constituían sus potenciales beneficiarios. Muchas de las metas
fijadas en los PNAIA no se han podido cumplir debido a falta de recursos
económicos, y además a falta, en muchos casos de cifras creíbles para
cuantificar los fenómenos y poder ajustar mejor las políticas sociales públicas
pertinentes
pertinentes. Y es que parece ser absolutamente cierto que los Planes en un significativo
porcentaje han sido PNAIA sin soporte económico adecuado. Nada de esto equivale a
considerar que el Mimdes sea el responsable principal de las deficiencias en la concreción
de las políticas y estrategias diseñadas frente a la infancia peruana. Sin embargo, como lo
señala el reciente pronunciamiento del GIN, no por acaso titulado, «No más retrocesos
en el Sistema Nacional de Atención Integral al Niño, Niña y Adolescente», los vaivenes
de estos años confirman la tendencia a desconocer a la infancia como
prioridad en el país. Vaivenes no sólo en las estrategias de acción, sino en la estructura
misma del ministerio. Dicho pronunciamiento refiere cómo se crea el Sistema Nacional
de Atención Integral a los Niños, Niñas y Adolescentes el mismo que debería ser liderado
por un Ente Rector, sino que dos años después la ley n.26518 crea dicho Ente Rector,
autónomo y con rango ministerial. Hasta ahí, no estaban tan mal las cosas. Pero gracias
al DL N° 866 se crea el Promudeh y se termina disolviendo el Ente Rector al trasladarse
sus funciones al nuevo ministerio. Incluso el CNA, L.n.27337 en su Libro II, subsume el
Sistema Nacional de Atención y proclama al Promudeh como el Ente Rector. Actualmente
11. Ver por ejemplo el último informe de abril del 2004 en el que el Consejo Multisectorial reconoce reiteradamente que los distintos
sectores del Estado por falta de recursos presupuestales no lograron cubrir las metas fijadas, passim.
486
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
hay dos hechos que merecen ser considerados; el principal refiere a crear la Dirección
General de Familia y Comunidad en la que se incluiría lo que hasta la fecha ha sido la
Dirección del Niño y Adolescente. No es de extrañar esta manera de entender a los
niños y las niñas y adolescentes. Sin negar la institución familiar como un referente
insoslayable en la vida y desarrollo del niño ni desconocer que éste es simultáneamente
miembro de la comunidad, creemos percibir la reedición de un debate que en el campo
jurídico se daba sobre si era necesario contar con un Código de los Niños y Adolescentes
o bastaba con la legislación de familia; esto se hizo extensivo a los fiscales de familia
(CNA, art. 138-145) y los juzgados y Salas de Familia. En realidad subyace una visión
que privilegia al niño pequeño de primera edad; pero según la CDN, si hablamos de
muchachitos y muchachitas de 13 a 17 años, la relación con lo que
entendemos hoy por familia en el PPerú, erú, nos asalta la duda de que el mejor
ámbito para entender y atender a los niños, niñas y adolescentes sea el
quitarles visibilidad propia al subsumirlos en aquello genérico de familia y
comunidad
comunidad; quizá en este caso particular, más que de protección tendríamos que
reconocer cierto aire proteccionista, salvo mejor opinión. Por ello el GIN propone la
creación de un Viceministerio de la Niñez y Adolescencia o una Secretaría Técnica con
rango ministerial. Y es que la invisibilización de los niños, niñas y adolescentes
no se da sólo en el presupuesto público, como ya fuera señalado o en las
estadísticas, sino en lo que se conoce como los inexistentes por falta de
identificación, de nombre registrado. 12
Una tercera característica de las políticas sociales y que también tienen incidencia en
la infancia- podría encontrarse en la estrategia de focalización no siempre
12. Así lo recuerda el conocido sociólogo de la infancia europea, el danés Jens Qvortrup quien afirma las graves deficiencias de los registros
demográficos, ver «Il bambino come soggetto politico, economico sociale», 1994 en Politiche sociali per l’Infanzia e l’Adolescenza; para
el caso peruano tendríamos que añadir el número de niños inexistentes para el Estado por ser indocumentados, al respecto ver Iván Bazán
y Rocío Romero
Romero, «Derecho a la identidad y Derechos ciudadanos», IDL, 2004, mimeo; AA VV
AAVV
VV, «Alianza por el derecho a la identidad
de todas las peruanas y los peruanos», Demus-DFID, mimeo; Tesania VVelázquezelázquez
elázquez, «Vivencias diferentes, la indocumentación entre las
mujeres rurales del Perú», A.D.C-Alianza por el derecho ciudadano, Demus, Oxfam, Dfid, 2004.
487
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
acertada
acertada, es decir, cuando se ha evidenciado una desigual distribución del gasto
público que finalmente termina desprotegiendo a quienes más lo
necesitaba y atendiendo quienes en una línea de prioridades técnicamente
definidas, no habrían requerido de las asignaciones destinadas.destinadas A esto
cabe añadir el problema de la filtración que todo indica ha sido un componente
distorcionador permanente. Este fenómeno, para nada es ajeno a las modalidades
de corrupción que hoy sacuden al país, y es que la necesidad, la pobreza e incluso la
indigencia o también el sentirse revestidos de las migajas de poder que da el ser
funcionarios o ejecutores de los programas de asistencia o compensación social,
alimentaria o de vivienda, jamás podrán justificar las formas amañadas de filtración
que no ha sido siempre posible superar.
No sólo esto imbrica una cuestión teórica, sino que tiene implicancias prácticas de
primer orden en la formación de la condición ciudadana de niños, niñas y adolescentes.
488
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
2. ALCA Y TLC: ¿UN NO-FUTURO PARA LA INFANCIA POBRE?
En realidad aún no es parte del sentido común lo que significa ahora el TLC para el
futuro de nuestro pueblo. La cosa anda encapsulada y las condiciones de
«confidencialidad» impuestas por los EEUU a las negociaciones, han contribuido a
un cierto desconocimiento para el gran público y además a hacer creer que en
nombre nuestro, un puñado de autoridades engolosinadas quizá por ser «confidentes»
del tío grande, pueden decidir cosas que sin lugar a dudas y a tenor de los propios
documentos para la negociación, hacen previsible una entrada en la boca del lobo. Y
es que no estamos frente a un tratado escuetamente comercial, que los propios
dueños consideran apenas como un «acuerdo» comercial. Detrás, pero abiertamente,
hay cuestiones que tocan la soberanía del país, la intangibilidad de nuestros territorios,
la cuestión militar, el orden jurídico nacional, si hasta las constituciones políticas
deberían modificarse, etc.
Sin embargo, existe una literatura en la Región que va desde satanizaciones hasta
panegíricos sobre el TLC y ALCA. Hay voces de alerta que deben ser escuchadas.14
489
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
que evalúen las implicancias del TLC en la infancia, aunque se puede inferir que
cuestiones como las del agua afectarán a las mujeres y a los niños desde antes de
nacer15; igualmente todo aquello que toca a medicamentos básicos y en general a la
propiedad intelectual que corre el riesgo de despojar de los conocimientos
tradicionales a muchas de nuestras culturas originarias y de las que los niños
conjuntamente con sus madres son indispensables reproductores a través de
generaciones.» la privatización de servicios públicos básicos afectará a las mujeres
consumidoras que dejarán de asistir y llevar a sus hijos y familias a consultas médicas
y atenderlos directamente en casa; dejarán de ir a la escuela, colegio, universidad...»
En relación a alimentos y a medicamentos en el marco del TLC y ALCA resulta
suficiente con tener a la vista los niveles de desnutrición, de anemia, de enfermedades
infecto contagiosas o como el VIH-SIDA que aquejan a la población infantil, para
imaginar cómo será el cuadro general de la salud de las mayorías y en particular de
los niños y niñas hoy más fustigados por la miseria y le exclusión. Como dicen los
hermanos bolivianos la mercantilización de todo equivale a borrar de la tierra los
derechos humanos, la vida y las culturas de solidaridad. Y es que «ningún derecho
comercial puede ser superior al Derecho a la vida» 16.
La suerte que depare el futuro con TLC y ALCA a la familia popular en el Perú, será
el indicador más preciso de la situación y destino de los niños, niñas y adolescentes
del país, en particular de la familia y de la infancia rural.
490
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
3. UNA DEUDA NO SALDADA CON LAS VICTIMAS DE LA VIOLENCIA
POLITICA
491
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
parcialmente consignados en los Planes nacionales de acción, sin hacerlo desde los
avances, las luchas, los logros y los obstáculos que han encontrado los propios niños
y niñas del Perú para conquistar su derecho a ser escuchados, a lograr que su opinión
sea tomada en cuenta. En pocas palabras, a que se haga realidad el ejercicio de su
condición de ciudadanos y ciudadanas.
Aquí debe inscribirse la alta sensibilidad que los propios niños han ido construyendo
desde defensorías o Demunas, como fuera desde 1994 en la subregión de Jaén, en
Chepén, en distritos como San Borja en Lima o de San Juan de Lurigancho, para
mencionar sólo algunos. Cómo no considerar el creciente proceso de organización
infantil en los municipios escolares a nivel nacional con el apoyo de maestros y
maestras, de ONGs. Un punto que marcó alto, fue el primer encuentro de más de
600 estudiantes trabajadores convocados por el Ministerio de Educación en Huampaní,
quienes representando a los miles de compañeros que comparten su tiempo entre
el estudio y el trabajo en las escuelas públicas, sacaron conclusiones y propuestas 22
que desafortunadamente luego no fueron tomadas en cuenta cuando miembros del
Movimiento Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores, Mnnatsop, las
mencionaron ante la comisión que preparaba lo que sería el PNAIA 2002-2010. Al
respecto es necesario recordar que si bien la opinión de los niños es un derecho y
debe ser exigido y respetado, ello no implica que dicha opinión adquiera per se
fuerza de obligatoriedad. Sin embargo, es igualmente necesario consignar en
documentos, por ejemplo, como el PNAIA, no sólo quiénes fueron consultados,
sino si sobre algún aspecto particular hubo opiniones diferentes y no consensuadas.
De otro modo se termina avalando aquello con lo que no se está de acuerdo,
corriendo el riesgo de desalentar la participación de ciertos grupos u organizaciones
de niños, niñas y adolescentes en sucesivas eventuales consultas.
22. Ver documentación del Primer Encuentro Nacional de Escolares Trabajadores en Huampaní, Noviembre 2000, 54 páginas, en archivos
del Ifejant.
23. El último Informe Anual de la Comisión Multisectorial señala que el fenómeno va en creciente aumento en Lima, Cuzco, Iquitos, pero
que no se cuenta con información judicial, ni se conocen denuncias que hayan llegado hasta sanciones. Por ello fueron desafortunadas y miopes
las declaraciones del Ministro de Comercio y Turismo cuando preguntado sobre el fenómeno, adujera que este tipo de preguntas no son para
un ministro de Estado, según reportaje televisado. Es decir, el turismo sexual no sería parte de las responsabilidades de un ministerio de
turismo.
492
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
del Estado, como el Mimdes, de lucha contra la llamada prostitución infantil y la
presión de los propios niños y niñas de escuelas y organizaciones, obtuvo que se
aprobara-gracias a la firmeza de las mujeres congresistas- la modificación del Código
Penal en el sentido de que se penalizara al cliente.
En relación a los niños y niñas en situación de calle, cabe mencionarse el programa que
el Consorcio NATs, del que son parte Mnnatsop, Manthoc, Generación, etc.
conjuntamente con la Municipalidad Metropolitana viene ejecutando desde hace seis
años, primero con el nombre de «Jardineritos de mi Ciudad» y actualmente como
«Chicos Ekológikos», el programa que da trabajo a 120 entre varones y mujeres
adolescentes pagados por la Municipalidad. Dicho programa surgió como una alternativa
a la simple estrategia de encerrar a estos muchachos o correrlos hacia el río o parajes
que los invisibilizara al público transeúnte. Ciertamente hay más proyectos en ejecución
a favor de niños en situación de calle, o en riesgo como se les suele llamar. Tendríamos
que mencionar los esfuerzos que despliegan diversos sectores de la sociedad civil por
atender a los menores de edad en conflicto con la ley, tanto en instituciones como en
centros penitenciarios; entre dichas iniciativas valga señalar el trabajo de la Pastoral
carcelaria, la ONG Niño Libre en Arequipa, etc.
24. Como señala acertadamente Héctor Béjar refiriéndose a los lineamientos de salud que fueron promulgados en 1995, las leyes en salud,
como la L. 26790 de modernización de la seguridad social promulgada en 1997, ninguna fue sometida a la discusión pública y las opiniones
de las organizaciones representativas de médicos y asegurados fueron desoídas, en «Políticas Sociales y Desarrollo», PUCP, 2003, p.93; lo
que equivale a reconocer que no obstante los más recientes esfuerzos de vigilancia y participación ciudadanas, no se trata sólo de una cultura
que afecte sólo a niños.
493
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Pero baste señalar dos otros ejemplos que muestran cómo el conjunto de la sociedad
y el aporte del Estado, apuntan a encarar situaciones particularmente sensibles en
relación a la infancia. El primero tiene que ver con la primera infancia, uno de los
sectores más vulnerables dentro del conjunto de niños y niñas del país. Demás está
recordar aquí los niveles de desnutrición, de mortalidad infantil, anemia, en particular
en el mundo rural andino como amazónico. Programas como los que se apoyan en
la Red de la Niña rural, el de los Wawa Wasi y Wawa Huta que tiene una cobertura
de 40 mil niños y niñas en 4mil 600 Wawa wasi que además involucra a promotores
y padres de familia25 constituyen un esfuerzo cuyos avances no debieran perderse.
25. Baste hacer una revisión de lo que UNICEF ha producido anualmente, durante la década que nos ocupa, sobre el «Estado de la Niñez,
la Adolescencia y Mujer en el Perú», los mismos que dan cuenta cabal de los avances y retos que el país ha confrontado en dichos años; ver
el último informe de principios del 2004 que en la pág.35 nos dice a la letra: «En el Perú, 20 mil niños mueren cada año sin haber cumplido
su primer año de vida y 8 mil mueren antes de la primera semana de nacidos»; actualmente existe la Red Peruana sobre la Primera Infancia
y que es parte de una más amplia en la Región.
494
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
¡OTRA INFANCIA ES POSIBLE! LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS Y NIÑAS EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
decorativa, permita que los niños y niñas se experimenten como realmente
coprotagonistas de todo aquello que los atañe.
Todo parece indicar que para los sectores hoy por debajo de la línea de pobreza, el
horizonte de los próximos diez años, no les ha de deparar, en el mejor de los casos,
otra cosa que algunas mejorías, pero el bienestar continuará subordinado a la
sobrevivencia. Esto nos lleva a considerar que los niños, niñas y adolescentes deberán
seguir haciendo crecer su presencia pública, que sus organizaciones tendrán que apurar
la historia si quieren que sus intereses y derechos formen parte de los nuevos pactos
que todos los excluidos van haciendo en el marco de la globalización de la solidaridad
y de la esperanza. Ello implica estar vigilantes ante la instalación de culturas que:
Pero cara a los niños y niñas del país, estamos ante un reto mayor de profunda
complejidad si tenemos en cuenta la heterogeneidad a todo nivel y las desigualdades
que les son concomitantes.
495
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
ENSAYOS SOBRE LA INFANCIA
Se impone la necesidad de abrir el diafragma y entender que los niños no son para
después cuando sean grandes. Sus problemas son parte indisoluble de los problemas
del conjunto; pero también los problemas del conjunto no encontrarán cabal respuesta
si de ellas los niños, niñas y adolescentes no son reconocidos y asumidos con actores,
como sujetos de derechos. Aquí se impone no continuar mirando a la infancia
como apenas una sumatoria de individuos, sino como una categoría
estructural, como un fenómeno social 27.
Pero urge además que los adultos y adultas revisemos nuestras propias pautas de
comportamiento los mismos que subyacen a formas muy concretas de representarnos
y actuar frente a las nuevas generaciones, o formas muy sutiles de claudicación
frente a lo complejo de las nuevas relaciones intergeneracionales cuando los límites
y las fronteras que nos distinguían y separaban hasta hace poco relativamente, hoy
aparecen como menos precisas o simplemente borrosas o inexistentes.
Todo ello nos permite, sin embargo, afirmar, pues estos son tiempos, como diría el
Amauta, de afirmar: ¡¡Otra Infancia es posible!!
496
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○