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Somos jóvenes, tenemos cambio de humor todo el tiempo, cambiamos de gustos, cambiamos de

estilo etc... Pero lo peor es cuando justo encontramos algo que nos gusta que nos encanta, y
nuestro padre deciden tomarnos y llevarnos a otra cuidad, con una nueva casa, con nuevas calles,
nuevos colegios, todo de nuevo.

Según mi madre soy alguien “conflictiva” que siempre le ando buscando pelea, y en el colegio no
se diga. Hace dos meses que me mandan a donde el consejero escolar con varios chicos a quienes
titulan como “los incomprendidos”.

Nos sientan en círculo y Ramón nuestro consejero, de unos treinta años que usa unos lentes
negros y siempre usa sweaters bien coloridos.

-Hoy hablaremos de nuestro miedo “¿A que le tienen miedo?”, pero no se les ocurra decir a las
arañas que eso no vale –sonríe

La primera en responder fue la chica baja y callada –Tengo miedo a que descubran mi verdadero
yo, que se enteren del monstruo que soy en realidad-

El siguiente fue el chico alto y de gran físico –Tengo miedo a decepcionar a mis padres…-

- ¿Te presionan mucho? –pregunta Ramón

-Lo suficiente como para sufrir ataques de ansiedad –responde con un par de lagrimas

Después hablo la peli roja, de estilo medio rockero –Tengo miedo a que nadie se fije en mí, a que
querer tener novio y que nadie me tome enserio- se le caen alguna lágrima y se las limpia
enseguida

El siguiente fue el chico torpe y algo tímido –tengo miedo a que el colegio no se acabe nunca, que
nunca acabe esta tortura –agacha la cabeza

-Y bien solo faltas tú Mary ¿Cuál es tu miedo?

Todos me quedan mirando esperando alguna respuesta de mi parte, después de algunos segundos
respondo -Lo siento tengo que ir me –me levanto, tomo mi mochila y con lágrimas en los ojos me
marcho de la sala

Me quedo en la azotea del colegio, tomo asiento y me coloco mis audífonos.

-Mary! –me grita Cristina

No tengo idea de cómo supo que yo estaba aquí, me saco los audífonos -¿Qué pasa?

-¿Cómo estás? -me pregunta tomando asiento a mi lado

-Bien –digo sin mirarla

-Mientes! Así que… CHICOS! –grita, la puerta se abre y todos los chicos salen con globos y bolsas
de dulces

-¿Qué haces? –digo parándome y sorprendida

-Que te vamos alegrar el día, querida Mary –dice abrazándome del cuello
Después de sentarnos, comemos los dulces y pasamos un buen rato

-Chicos ¿Qué somos? –pregunta Alex

-Somos chicos –dice Cristi riendo

-No, somos amigos –dice Tomas

-¡No, somos incomprendidos! –digo

-El club de los incomprendidos –grita Alex a todo pulmón

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