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‘‘Evaluación de toxicidad utilizando la tecnología

organ-on-chip’’
‘‘Toxicity assessment using organ-on-chip technology.’’
Avendaño Escarlett P
Profesora guía: Cavieres María Fernanda
Escuela de Química y Farmacia, Facultad de Farmacia, Universidad de Valparaíso,
Valparaíso, Chile

Revisión Narrativa

Correo electrónico: Escarlett.avendano@alumnos.uv.cl


- Resumen:
Está revisión bibliográfica se basa en el estudio de los organ on chip (OOC) y su capacidad
como herramienta para la evaluación de toxicidad en los estudios de fármacos, con un
enfoque más específico en el estudio de la toxicidad hepática. Para poder llevar a cabo el
escrito, se ha realizado una revisión narrativa de artículos científicos consultando bases de
datos como Pudmed, Science, nature, entre otros, sin restricción de fecha, en los idiomas
español e inglés. Para empezar se describirá el panorama actual de la evaluación de la
toxicidad, destacando las limitaciones de los métodos convencionales y la necesidad de
enfoques mas avanzados. Se abordara las preocupaciones éticas asociadas al uso de
animales de experimentación y como los OOC pueden ofrecer una alternativa más ética y
reducir su uso en estudios preclínicos. Definiremos la tecnología microfluídica que es la
base de los OOC. Se recopilara un resumen del desarrollo histórico de los OOC desde sus
primeras etapas hasta los avances y aplicaciones actuales. Se analizaran sus principales
componentes que los conforman y su capacidad para evaluar la toxicidad hepática, la
detección de efectos tóxicos como la medición de los nieles de albumina, ALT e imágenes
de inmunofluorescencia y la predicción de la respuesta a fármacos hepatotóxicos.

- Abstract: This literature review focuses on the study of organ-on-chip (OOC)


systems and their capacity as a tool for toxicity evaluation in drug studies, with a
specific emphasis on hepatic toxicity. To conduct this review, a narrative review of
scientific articles was conducted, consulting databases such as PubMed, Science,
Nature, among others, without date restrictions, in both Spanish and English
languages.
The review begins by describing the current landscape of toxicity evaluation, highlighting
the limitations of conventional methods and the need for more advanced approaches.
Ethical concerns associated with the use of animal experimentation are addressed, and
how OOC systems can provide a more ethical alternative and reduce the reliance on
preclinical animal studies.
The foundational technology of OOC systems, microfluidic technology, is defined. A
summary of the historical development of OOC systems, from their early stages to current
advancements and applications, is provided. The main components of OOC systems are
analyzed, focusing on their capacity to evaluate hepatic toxicity, including the detection of
toxic effects such as albumin levels, alanine aminotransferase (ALT) release,
immunofluorescence imaging, and the prediction of responses to hepatotoxic drugs.
In conclusion, this review highlights the significance of OOC systems in toxicity evaluation
and their potential to address ethical concerns while improving the prediction of toxicity in
drug studies, particularly in the context of hepatic toxicity

• Palabras clave / Key words: organ on chip, human system-biological, órganos en un


chip, microchips, microfluídica, toxicología, hepatotoxicidad, sistemas biológicos
humanos
- Introducción

Los organ on chip (OOC) están escalando como una herramienta prometedora y alternativa
a los modelos animales tradicionales que se utilizan para la evaluación de seguridad y
eficacia durante el desarrollo de fármacos. Se fundamenta en creaciones microscópicas de
órganos humanos usando la reciente tecnología de micro fluidos con el objetivo de simular
la fisiología y el funcionamiento de un órgano real (Marx, 2016). Este planteamiento permite
una evaluación más exacta y eficiente de la eficacia y seguridad de moléculas químicas,
además de reducir la utilización de animales de experimentación en los estudios clínicos.

Los métodos actualmente utilizados para la evaluación de toxicidad y que incluyen toxicidad
aguda, crónica, reproductiva y de carcinogenicidad, utilizan un número elevado de
animales, como ratas, ratones y primates. El uso excesivo de animales de experimentación
en pruebas preclínicas está sujeto a constantes cuestionamientos científicos y éticos. Por
un lado, se discute sobre si el ser humano tiene derecho a experimentar sobre otros
organismos. Por otro lado, se cuestiona la relevancia de usar modelos animales para la
biología humana ya que es bien sabido que existen diferencias genéticas entre mamíferos
que pueden causar variaciones en la respuesta biológica a una misma molécula. De esta
forma, es posible que algunas sustancias funcionen en estudios preclínicos en roedores y
luego fracasen en los estudios clínicos (Scannell y Bosley, 2016).

Así, aproximadamente el 75% de los costos de investigación y desarrollo de nuevos


fármacos terminan en un fracaso, es decir, moléculas con demostrada eficacia y seguridad
en las pruebas preclínicas, terminaron siendo ineficaces, poco seguras o de bioactividad
limitada (Ewart, 2022). La tecnología de OOC ofrece una opción que puede superar estos
desafíos y mejorar la relevancia de los resultados para la biología humana, ya que son
sistemas que pueden estar provistos con nuestras propias células, lo que ha llevado a que
actualmente se estudie su potencialidad para reemplazar a los modelos in vivo (Huh, 2011).
Los OOC brindan una perspectiva alternativa prometedora a los métodos generales en el
desarrollo de fármacos y las pruebas de toxicidad. Estos tienen el potencial de disminuir
considerablemente la utilización de animales, mejorar los resultados en humanos y
aumentar la velocidad en el desarrollo de fármacos.
Esta revisión tiene como objetivo realizar un estado del arte sobre la tecnología OOC e
informar sobre su capacidad como herramienta para la evaluación de toxicidad con un
enfoque especial en la evaluación de hepato-toxicidad. La pregunta de investigación que
guía este trabajo es ¿qué es la tecnología OOC y sirve para reemplazar al animal de
experimentación como modelo de estudio en la evaluación de toxicidad.

Métodos

Para esta revisión se analizaron los resultados de búsquedas bibliográficas en bases de


datos como Pubmed, Dialnet, Clinical key, Science Direct, Scielo y Google académico,
utilizando las palabras claves OOC, microchips, microfluídica, toxicología, hepatotoxicidad,
sistemas biológicos, tanto en español como en inglés. Dado que es un tema relativamente
nuevo para la ciencia, no se utilizaron límites de tiempo para la búsqueda bibliográfica.
Igualmente, al no ser una revisión sistemática, no se requirió de criterios de inclusión o de
exclusión de los artículos encontrados (figura 1).

Metodologia de estudio

Año de corte: sin limite de


tiempo ya que el tema es
relativamente nuevo

Palabras claves: organ on


Criterios de exclusion: chip+human system-biological
Recurso de búsqueda: Pubmed,
- Chips de otros organos que no systems órganos en un chip,
Scielo, Science Direc, clinical Key
sean hepaticos microchips, microfluídica,
Dialnet
- Idioma: ingles y español toxicología, hepatotoxicidad,
sistemas biológicos
Identificación
Registros adicionales
Registros identificados a través
de la base de datos: Pudmed identificados a través de otras
(n = 444) fuentes:
N=16

Registros identificados Artículos duplicados excluidos


(n = 49) (n =11 )
Proceso de selección

Artículos después de remover


duplicados Artículos excluidos por titulo
(n =38) (n =11 )

Evaluación de artículos de texto Artículos excluidos


completo para elegibilidad - Artículos sin acceso
(n =27 ) (n = 7 )
- Revisiones
(n = 11 )
Incluidos

Estudios incluidos en la revisión


(n = 9)

Figura 1: flujograma de búsqueda bibliográfica

- Estado actual de la evaluación de toxicidad

Tal como ya se mencionó, la evaluación de toxicidad actual utiliza animales de


experimentación como modelo preferencial para investigar la potencialidad tóxica de una
molécula. Además de los estudios generales mencionados más arriba y que incluyen
toxicidad aguda, crónica, reproductiva y carcinogenicidad, se realizan también ensayos más
específicos como estudios de metabolismo y pruebas de irritación, corrosión y
sensibilización (Dixit y Singh, 2021). Estos métodos son fundamentales para determinar
cómo se metaboliza un compuesto en el organismo humano o si un compuesto puede
causar daño a piel, mucosas o inducir activación del sistema inmune resultando en
reacciones alérgicas.
Se debe señalar que estos procedimientos están guiados por organismos internacionales
con el objetivo de regular la seguridad y deontología biológica. Para evaluar toxicidad de
medicamentos, plaguicidas y tóxicos industriales, entre otros, se debe utilizar las guías y
diseños experimentales establecidos por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de
Estados Unidos) o por la OCDE (Organización para la Economía Cooperación y Desarrollo),
entre otros organismos que publican una serie de directrices para apoyar la validación de
las pruebas de seguridad de los productos químicos (por ejemplo ver guías de la OCDE en
https://www.oecd.org/chemicalsafety/testing/oecdguidelinesforthetestingofchemicals.htm).
No obstante, estos mismos organismos están trabajando en alternativas a los ensayos con
animales, como los modelos in vitro y los estudios computacionales, para reducir el uso de
animales en la evaluación de la toxicidad de los compuestos (Dixit y Singh, 2021).

- Limitaciones bioéticas

La evaluación de toxicidad en mamíferos es una práctica usual en la investigación de un


nuevo fármaco o un producto cosmético. Sin embargo, existen limitaciones en su uso para
este propósito. Algunas de las principales limitaciones bioéticas pueden ser encontradas en
Mohammed (2019) y son descritas a continuación:

o El sufrimiento animal: ya que los animales utilizados en estudios de toxicidad pueden


experimentar dolor y sufrimiento. Esto es alarmante si se piensa que hay una cantidad
enorme de animales sometidos a dosis altas de sustancias toxicas para investigar sus
efectos en su sistema. Esto sugiere preocupaciones éticas sobre el abuso en el uso de
animales en la investigación y la obligación de reducir su dolor. Se han desarrollado una
serie de normas y reglamentos para afrontar este dilema, en ellas está la Ley de
Bienestar Animal (AWA) de los Estados Unidos y la directiva 2010/63/UE de la Unión
Europea que habla sobre la protección de los animales utilizados en ciencia. En Chile
la ley 20.380 sobre protección de animales fue promulgada el 11 de septiembre del
2009. Estas normas tienen el objetivo de proteger y respetar a los animales, evitándoles
sufrimientos innecesarios (Larraín, 2009).
o La aplicación de los resultados: Los resultados obtenidos de las investigaciones
hechas con animales de experimentación pueden o no tener directa relación con los
seres humanos debido a las diferencias fisiológicas y genéticas entre las distintas
especies, independiente de lo parecido que sea el genoma del animal al humano. Por
ello hay que tener precaución al analizar los resultados en los estudios de toxicidad
hechos en animales o in vitro.

o La disponibilidad de alternativas a la utilización de animales: como los ensayos en


cultivos celulares (2D o 3D) y actualmente los sistemas fisiológicos. Estas son
alternativas que pueden ser más éticas, precisas y eficientes para evaluar la seguridad
y eficacia de los fármacos. Es importante considerar estas limitaciones bioéticas al
diseñar y realizar estudios preclínicos en animales y buscar alternativas más éticas y
precisas siempre que sea posible.

o Diversidad de las enfermedades humanas: las que suelen ser complejas y verse
afectadas por múltiples factores y es usual que no todas sean reproducibles con
precisión en modelos animales (debido a que cada especie de mamíferos es distinta
genéticamente). Por esta razón, los resultados obtenidos en estos estudios no
necesariamente reflejan la fisiopatología de las enfermedades humanas sobre todo en
las más complejas y pueden o no ser precisos en la evaluación de la seguridad y la
eficacia de un fármaco nuevo.

o El respeto a la vida animal: el uso de mamíferos en las evaluaciones de toxicidad


puede estar en disputa con el valor de la vida, la ética, la moral y la necesidad de tener
un trato con los animales de respeto y dignidad.

Es importante destacar que el número de animales utilizados varía según países y según
el tipo de investigación que se lleva a cabo. En la industria farmacéutica ha disminuido el
uso de animales en estudios preclínicos y se ha invertido en mejorar otras alternativas,
como modelos de simulación computarizados, ensayos in vitro y la tecnología OOC.
Además, las agencias reguladoras están exigiendo cada vez más la validación y el uso de
métodos alternativos, lo que debería continuar impulsando la reducción en el uso de
animales en la investigación y desarrollo de fármacos (IFPMA, 2018). La figura 2, ofrece
una representación de los OOC en su posible reemplazo a las pruebas de experimentación
y la cantidad de vidas animales que se pierden por la seguridad de la población humana.

Figura 2 se representa el número de ratones de podría reemplazar un microchip cumpliendo la misma función
demostrando como ambos simulan la fisiología humana

- Tecnología microfluídica

La microfluídica es un área poco conocida que ha ido aumentando en interés especialmente


en las ciencias y en la industria farmacéutica desde hace alrededor de 20 años atrás. Su
principal fundamento se basa en el manejo de fluidos en sistemas diminutos en los que se
pueden dirigir y a su vez permite la cuantificación del flujo en dimensiones micrométricas o
nanométricas. Tiene utilidad en diversas áreas científicas como la química, biología,
ingeniería y medicina todas relacionadas entre sí con una función en específico que es
simular la mecánica fisiológica del organismo humano.
La tecnología microfluídica es usada, en el ámbito biológico, para investigar y utilizar células
y biomoléculas que forman parte de los OOC. Un ejemplo de esta práctica es la creación
de un mecanismo que permite estudiar la migración y adhesión celular en solución como
respuesta a variados estímulos (Li et al., 2017). Un segundo ejemplo es el del desarrollo
de dispositivos para detectar biomarcadores en sangre que permiten el diagnóstico de
enfermedades (Tavakoli et al., 2019). Esta tecnología también es de utilidad para la síntesis
y análisis de compuestos químicos, permitiendo la realización de reacciones químicas en
volúmenes pequeños dentro de microcanales, progresando en la eficiencia y ahorrando uso
de reactivos. Además, la microfluídica nos permite el desarrollo de reacciones complejas
de realizar incluso en sistemas convencionales (de mayor volumen). Un ejemplo es la
síntesis de nanopartículas metálicas en sistemas microfluídicos demostrando su efectividad
para mejorar su homogeneidad y calidad (Huh et al., 2005). Asociado a la ingeniería de esta
tecnología se puede aplicar a la fabricación de microchips, como sensores o sistemas de
microfluidos integrados.
Por otra parte, esta tecnología es necesaria por sobre todo para la investigación sobre
diagnóstico y terapia de enfermedades complejas. La microfluídica posibilita la realización
de análisis de muestras de fluidos corporales, como por ejemplo en sangre y orina, no solo
con resultados específicos, sino que altamente sensibles. Mas aun, permite la obtención de
métodos para la administración de medicamentos más exactos y controlados, con el
objetivo de obtener un tratamiento con mayor efectividad para los usuarios (Tian et al.,
2019).
En síntesis, la tecnología microfluídica es una herramienta prometedora para la
investigación de sistemas humanos, permite entender mejor el funcionamiento del
organismo humano en especial para las ciencias médicas. Esta tecnología faculta la
realización de experimentos a nivel micro y nano, lo que posibilita eficiencia, control y
precisión en sistemas diminutos. A media que la tecnología se va desarrollando se espera
que se extienda a más áreas de la ciencias.
- Desarrollo histórico de la tecnología organ on chip

El desarrollo de los OOC comienza con la creación de la tecnología microfluídica a


principios de los años 80, la que en ese momento se estudiaba para la creación de modelos
in vitro. Luego, alrededor del año 1991, Linda Griffith y su equipo en el Instituto de
Tecnología en Massachusetts, en Estados Unidos, trabajaron en una estructura que pudiera
reproducir la fisiología humana en un dispositivo pequeño (Trafton, 2020). Desde ese
entonces, el equipo de Griffith ha sido precursor en el desarrollo de modelos ‘’organ on
chips’’ para el estudio de enfermedades como la fibrosis quística, el cáncer y principalmente
la endometriosis (Machemer, 2017). Uno de los proyectos más conocidos en los cuales
Griffith ha colaborado, ha sido la introducción de formatos de cultivo celular microfluidos
basados en placas con bombeo activo, consistentes en válvulas que pueden desviar la línea
de presión del aire y formar caudales, simulando el flujo de los capilares (Odjik, 2015). Este
sistema ha sido comercializado por CN Bio Innovations (https://cn-bio.com/; Marx et al.,
2016) y es utilizado en la tecnología OOC descrita más abajo. Este microchip emplea una
mezcla de células humanas y sustrato de polímero para simular la estructura y algunas
funciones del hígado que incluyen la detoxificación de sustancias, la síntesis de proteínas
y la secreción de bilis. Además, el equipo de Griffith ha contribuido a desarrollar otros OOCs
utilizando su tecnología de microfluidos para el estudio de órganos como el útero para el
estudio de la endometriosis, y pulmón para el estudio de la fibrosis quística (Trafton, 2020).

En 2004, Takayama y Huh que en ese momento era su estudiante, comenzaron a trabajar
en un proyecto sobre un dispositivo microfluídico que tuviera la capacidad de emular las
funciones biomecánicas del pulmón, con el objetivo de poder visualizar como las
infecciones a nivel celular, tisular y además el efecto de parámetros fisiológicos como la
velocidad de inhalación. Buscando obtener información sobre las vías respiratorias su
laboratorio ha recapitulado la propagación y ruptura del tapón líquido (tapón de moco
provocado por la hipersecreción de mucus o por vías respiratorias pequeñas que colapsan
al final de la expiración) en un pulmón microfluídico en un OOC, donde demostraron que
ambos puntos inducen la muerte celular en condiciones fisiológicas (Hu et al, 2015).

Al término de la década del 2000, el ingeniero químico Shuichi Takayama, demostró que
las células pueden sobrevivir dentro de un canal microfluido formado por una goma
traslúcida y permeable al oxígeno. Actualmente, su página web
(https://microfluidics.gatech.edus) describe su trabajo centrado en modelos de
enfermedades en órganos utilizando su plataforma patentada de gota colgante de alto
rendimiento, tunable neutrophil extracellular traps (NET), investigando su papel en la
fisiopatología y fisiología en un chip con las estructuras microfluídica mencionadas).

Para el primer diseño de pulmón sobre un OOC, en 2005, Huh encontró inspiración en los
insertos de Transwell, dispositivos simples que consisten en una membrana porosa donde
se siembran las células. Los investigadores habían demostrado previamente que las células
de las vías respiratorias podían mantenerse vivas cultivadas en la membrana porosa de los
insertos mientras estaban expuestas al aire desde la parte superior y alimentadas con
nutrientes disueltos en el medio de cultivo celular desde abajo. Para imitar la estructura del
Transwell, se utilizó un canal de PDMS (polidimetilsiloxano, que es un tipo de polímero
sintético), un molde de goma transparente, en la parte superior, otro en la parte inferior,
resultando en una especie de sándwich con una membrana porosa en el medio (Au, 2016)
Se escogió este diseño para poder visualizar y diferenciar los distintos tipos de células
sembradas en un OOC. La figura 3 da una explicación visual sobre el sándwich que se
forma entre los endotelios y la membrana porosa.

Figura 3: imagen explicativa sobre el diseño del OOC de pulmón diseñado Huh en el año 2005.

Se ha avanzado en los OOC para emular una amplia variedad de órganos, entre los que
están pulmones, corazón, hígado, intestinos (colon y duodeno) y el cerebro. En la figura 4
se puede observar los distintos tipos de OOC que se han creado hasta ahora, existiendo
un mercado próspero en Estados Unidos, Alemania, Suiza, Corea del Sur y Japón. Todos
siguen el mismo esquema y sus pequeñas diferencias radican en el diseño y el tipo de
fabricación. La investigación actualmente avanza al desarrollo de sistemas fisiológicos del
ser humano, los cuales están siendo trabajados por Linda Griffith y su equipo en Estados
Unidos y consisten en la integración de diversos órganos en un chip para crear un sistema
altamente conectado y complejo de la fisiología humana.

Figura 4: estructura de chip de múltiples órganos para el modelado de enfermedades.

- Componentes de la tecnología organ on chip

Tal como se ha visto la tecnología ha alcanzado un nivel de desarrollo notable en el contexto


actual por sobre todo en el estudio de la microfluídica y como esta puede ser de utilidad en
distintos órganos como los mencionados anteriormente. Para ilustrar este progreso
tecnológico, se tomará como ejemplo el Liver-Chip®, la cual es una marca registrada de
Emulate Inc., en Estados Unidos. Esta empresa biotecnológica ha montado múltiples
sistemas humanizados para evaluar la toxicidad hepática en chips de hígado, pulmón e
intestino (https://emulatebio.com)
El Liver-Chip® está diseñado sobre la base de la arquitectura multicelular 3D, consta de las
funciones fisiológicas y las fuerzas mecánicas como la tensión de cizallamiento inducida
por el flujo sanguíneo, las que son necesarias para sintetizar las funcionalidades relevantes
del hígado.
El dispositivo está compuesto por tres partes principales: las células vivas, el ambiente
extracelular y los canales microfluidicos. Las células utilizadas en el Liver-Chip® pueden ser
obtenidas de donadores humanos, animales o mediante técnicas de cultivo in vitro y se
cultivan en el OOC para replicar la función celular del órgano deseado. El Liver-Chip® trae
consigo cuatro tipos celulares diferentes descritos más abajo, en un microambiente
extracelular dinámico que proporciona soporte físico y químico a las células, incluyendo
nutrientes, gases, pH y temperatura controlada. Los canales microfluidicos permiten la
circulación de fluidos artificiales a través del sistema para simular la circulación sanguínea
del cuerpo humano (Emulate, 2023).
El Liver-Chip® tiene dos configuraciones: una de cultivo conjunto y otra de tipo cuádruple,
dependiendo de las necesidades del estudio que se quiera realizar. La composición del
cultivo conjunto incluye hepatocitos primarios y células endoteliales sinusoidales hepáticas
(LSECs), a diferencia de la configuración del cultivo cuádruple en el cual, además de las
células mencionadas, se incorporan células estrelladas y de Kupffer (figura 5) (Emulate,
2023). Estas configuraciones permiten recrear las interacciones entre células que en
conjunto crean la fisiología hepática y la respuesta a los fármacos en estudio, lo que
contrasta con los modelos monocultivo celulares convencionales de hepatocitos estáticos.
Incluso los niveles de albumina y urea son comparables con los rangos in vivo y logran
mantenerse en el tiempo hasta catorce días, demostrando y apoyando una mejor capacidad
de modelación que los monocultivo in vitro (Emulate, 2023).

Figura 5, Emulate (2023). Liver-Chip® Cross Section. Emulatebio.com, donde se explica de manera visual las
partes biológicas que componen el chip, se puede observar los canalículos superiores con los hepatocitos la
membrana porosa que los separa y el canalículo inferior con las demás células hepáticas. Adaptado de Emulate,
2023 Emulate Human Liver Bio – Kit pag1.

Los hepatocitos adquieren una forma de organización celular fisiológica ordenada y


compacta de tipo adoquín, forman redes de canalículos biliares ramificados los cuales están
revestidos por transportadores de flujo MRP2 funcionales (Emulate, 2023). El MRP2 es una
proteína transportadora de aniones orgánicos que se encuentra en la superficie de la
membrana del hepatocito, siendo su rol de transporte de ácidos biliares, sales biliares y
conjugados de bilirrubina (Castro, 2013).
Este tipo de Liver-Chip® está elaborado en base a polidimetilsiloxano (PDMS), compuesto
por un canal parenquimatoso superior (1mm de alto x 1 mm de ancho) y un canal vascular
inferior (0,2 mm de alto x 1 mm de ancho), separados por una membrana porosa de PDMS
recubierta por matriz extracelular hepática (ECM por sus siglas en inglés). El canal
parenquimatoso superior contiene dentro una formulación microfluídica de ECM específica
para este tipo de chips (Emulate, 2020). En esta parte se siembran los hepatocitos primarios
que pueden ser de humanos o de otras especies. Por otro lado en el canal vascular inferior
se siembran las LSECs de la especie requerida en el modelo conjunto o se siembran las
LSECs, las células de Kupffer y las células estrelladas en el modelo de cultivo cuádruple
(Emulate, 2020). Esta distribución emula la interfase sinusoidal hepática, se mantienen los
canales con el medio E de William. Este medio de cultivo se suplementa con GlutaMAXTM
de Gibco que es utilizado en cultivos celulares a largo plazo de células hepáticas. Además,
se le añaden suplementos como ITS+ Premix (que incluye insulina recombinante humana,
transferrina humana, ácido selenoso, albumina de suero bovino (BSA) y ácido linolénico)
de Corning, dexametasona, acido ascórbico, suero fetal bovino y penicilina/estreptomicina
de Sigma-Aldrich (Hamilton y col, 2019). A las 48 h de la siembra de células, los OOC se
conectan al sistema de emulación Huma (Human Emulation System) (figura 6), el que
permite conectar y perfundir los Liver-Chip® a 30 L/h con el objetivo de aportar un
suministro continuo de medio fresco durante el experimento. Asimismo permite monitorear
y regular parámetros como la temperatura (Emulate, 2020).
Figura 6, imagen obtenida de Emulate, el sistema HUMA consta del módulo de cultivo celular Orb que
proporciona los nutrientes y el intercambio de gases para Zoe y Zoe que proporciona el flujo dinámico de medio
y mantenimiento de las células que alberga el Liver-Chip®

- Evaluación de toxicidad hepática utilizando la tecnología organ on chip

Una de las principales causas de retiro de medicamentos del mercado son las lesiones
hepáticas inducidas por medicamentos (DILI, Drug-Induced Liver Injury)). La toxicidad tiene
variadas formas de manifestación, entre las que se incluyen necrosis celular, inflamación y
perdida de la función de los hepatocitos, por lo que la evaluación del daño hepático es un
paso de importancia para poder desarrollar principios activos inocuos. Así, la
hepatotoxicidad es una arista de interés para la sociedad científica y farmacéutica
encargada de lanzar medicamentos al mercado y se ha convertido en un área de aplicación
para los OOC (Huang y col., 2017; Ostapowicz y col., 2002)
Al integrar el Liver-Chip® con otros OOCs, los investigadores pueden simular la
farmacocinética de los medicamentos y evaluar su potencial de toxicidad hepática en un
entorno fisiológicamente más similar de lo que sería en un animal de experimentación. (Huh
et al., 2019). En la figura 7 se representa el Liver-Chip®, sin la placa superior, mostrando el
depósito de las células hepáticas para el cultivo. En este caso, cada pocillo, contiene dos
tipos celulares distintos.
Figura 7 chip de hígado con la parte inferior donde van cultivadas las células humanas hepáticas, listas para el
llenado con fluidos microfluidicos.

Para evaluar la hepatotoxicidad es necesario cultivar las células específicas del órgano en
un ambiente controlado, ya que permite una mejor comprensión de cómo interactúan los
medicamentos con el organismo. El proceso comienza con la selección de un fármaco
objeto, seguido por la siembra del OOC con las células hepáticas. Una vez establecido el
cultivo celular adecuado, se coloca el fármaco sobre las células que luego son cultivadas
dentro de la placa inferior del OOC donde pueden ser expuestas a diferentes
concentraciones de fármacos (Huh y col, 2011). Se observa su respuesta durante un
período determinado. La evaluación puede incluir biomarcadores de muerte celular,
inflamación o disfunción orgánica, niveles de albumina, etc.
Un ejemplo de la aplicación de esta tecnología es el Liver-Chip® en la evaluación de la
hepatotoxicidad de una serie de fármacos tóxicos, entre ellos la trovafloxacina, un
antibiótico que se retiró del mercado por sus efectos nocivos. Se observó que el antibiótico
ocasionaba la muerte de los hepatocitos causando inflamación, apoptosis y pérdida de la
función hepática en el Liver-Chip®. Se creía que la trovafloxacina tenía un único
componente inflamatorio como parte de su toxicidad ya que en los modelos animales se
había observado la toxicidad cuando la molécula se unía a lipopolisacáridos (LPS). Sin
embargo, en el Liver-chip, (figura 7) se puede observar la detección de la toxicidad y lesión
hepática por el efecto de la trovafloxacina (círculos negros) sobre la producción de albumina
(A), la liberación de ALT (B) y un aumento de la caspasa 3/7, confirmando la hepatotoxicidad
en base a un componente apoptótico en humanos (Ewart, 2022). En la figura 8, se puede
apreciar imágenes de inmunofluorescencia que demuestran el aumento en la tinción de la
caspasa 3/7 (verde), indicando apoptosis después de la administración de la trovafloxacina.

Figura 7. Efecto de la trovafloxacina (círculos negros) en la producción de albumina (A) y en la liberación


aumentada de ALT (B). Adaptado de Ewart y col. (2022), Performance assessment and economic analysis of a
human Liver-Chip for predictive toxicology , COMMUNICATIONS MEDICINE , pág.9.
https://doi.org/10.1038/s43856-022-00209-1

Figura 8, Imágenes microscópicas de inmunofluorescencia que muestran aumentos dependientes de la


concentración en la tinción de la caspasa 3/7 en color verde demostrando signos de apoptosis después el
tratamiento con trovafloxacina en concentraciones 0, 1, 10, y 100. Adaptado de Ewart y col. (2022), Performance
assessment and economic analysis of a human Liver-Chip for predictive toxicology , COMMUNICATIONS
MEDICINE , pág.9. https://doi.org/10.1038/s43856-022-00209-1
En otro estudio, se comparó la capacidad de los Liver-Chip®, los modelos animales y los
modelos in vitro de hepatocitos humanos primarios para detectar hepatotoxicidad (DILI). Se
realizaron los cultivos de los hepatocitos humanos primarios crio preservados, y las células
endoteliales sinusoidales humanas (Ewart y col., 2022) Se evaluaron ocho medicamentos
que inducen toxicidad clínica (benoxaprofeno, beta-estradiol, clorfeniramina, labetalol,
simvastatina, estavudina, tacrina y ximelagatra) El Liver-Chip® demostró mayor sensibilidad
para detectar la hepatotoxicidad que los modelos in vivo hepáticos, pudiendo detectar un
80% de los fármacos evaluados. Incluso los Liver-Chip® no generaron falsos positivos,
demostrando su especificidad. A pesar de esto, hubo tres medicamentos que no fueron
detectados ni por el chip ni por los modelos crio preservados, infiriéndose que podrían estar
relacionados a otros tipos de células en su toxicidad (Ewart y col., 2022)
Otro punto que es importante destacar es la capacidad de automatización en el cultivo de
los chips, con tres equipos funcionando en conjunto mencionados anteriormente (figura 6)
para analizar los efectos de los fármacos (Emulate, 2020). Se menciona en el estudio que
el Liver-Chip® puede ser de utilidad para optimizar la selección de moléculas durante el
desarrollo de medicamentos, identificando aquellas que puedan ser tóxicas para los
humanos y descartando tempranamente las que no sirven, promoviendo un proceso de
desarrollo más eficiente (Ewart y col., 2022)

En otro estudio donde se evaluó la toxicidad en distintos OOC de rata, perro y humano, se
determinó si los Liver-Chip® podrían predecir las repuestas frente a una DILI (Hamilton y
col, 2019). Los autores utilizaron los tres tipos de chips para estimar el efecto hepatotóxico
inducido por bosentán, un antagonista del receptor de endotelina hepatotóxico humano,
causante de colestasis, el cual no causa daño al hígado canino o roedor. La administración
de bosentán (1,10 y 100 M) provocó una disminución de los niveles de albumina en los
tres chips (figura 9). Determinándose que hay una correlación entre el efecto en el Liver-
Chip® humano y la concentración plasmática de la respuesta clínica en humanos (Cmax 7,4
M) (Hamilton y col, 2019). Asimismo, el modelo cuádruple (círculos) tuvo una mayor
sensibilidad para detectar la toxicidad del bosentán en comparación con el modelo de
monocultivo (triángulos) que no reflejó una respuesta relevante in vivo. Se presume que el
Liver-Chip® mejora el mantenimiento de los hepatocitos, posiblemente por el cocultivo de
mayor número de tipos de celulares, incluyendo la presencia de células sinusoidales que
son parte del mantenimiento de la función hepática (Wise y Knook, 1977), por la mantención
de actividad enzimática metabolizadora de sustancias y por el flujo dinámico en el sistema
(Hamilton y col, 2019)

Figura 9 demuestra la comparación de las secreciones de albumina luego de la administración en


distintas concentraciones del bosentán. Adaptado por Emulate (2020), The Application of the
Species-Specific Liver-Chip in Predicting Hepatoxicity, Emulatebio.com pag.2

Los ejemplos anteriormente descritos, demuestran el potencial de la tecnología de los OOC


para evaluar la toxicidad hepática. Al integrar el Liver-Chip® junto con otros chips de
órganos, los investigadores podrían modelar las complejas interacciones entre órganos y
evaluar los efectos sistémicos de las drogas en un entorno fisiológicamente similar. De
hecho, un análisis económico demostró que complementar los ensayos preclínicos con los
OOC para el estudio de la predicción de DILI, ayuda a generar alrededor de tres mil millones
de dólares anuales debido a la mejora de la productividad. Inclusive este análisis predice
una ganancia de veinticuatro mil millones de dólares anuales si se utilizan los otros cuatro
modelos de OOC para abordar las toxicidades comunes que resultan del ADME de la droga
(Ewart, 2022).

- Factibilidad de incorporación de la tecnología a la evaluación toxicológica en


laboratorios de investigación extra industria farmacéutica

La información publicada es muy limitada o casi nula en cuanto a la factibilidad económica


e infraestructura para la utilización de esta tecnología fuera del ambiente industrial. Por lo
tanto, con objeto de obtener información nos reunimos con un asesor de ventas de Emulate
vía zoom el día 30 de Mayo (Sr Jacob Konowitch, Sales Manager de Emulate). En esta
reunión se informó que el montaje de la tecnología en un laboratorio de investigación,
necesitaría como requerimientos mínimos, una incubadora de CO2, una cabina de
incubación, los propios chips, además de las células, medios de cultivo específicos, y otros
insumos para los procedimientos de cultivo. Emulate comercializa un sistema denominado
Huma, (figura 6) , donde se mantienen los chips durante el experimento. Un valor estimado
para el sistema en el mes de mayo de 2023 es de 125.000 dólares, lo que en pesos chilenos
corresponde aproximadamente a 112.000.000 millones de pesos. Claramente, la
incorporación de esta metodología de trabajo a un laboratorio de investigación requiere de
financiamiento a través de fondos de investigación y desarrollo.

- Conclusiones

La tecnología OOC son dispositivos de laboratorio que intentan simular la fisiología y las
funciones de los órganos humanos en un entorno in vitro. Estos presentan un gran número
de ventajas por sobre los métodos clásicos utilizados en desarrollo de fármacos y por ende
en las pruebas de toxicidad. Un primer punto por señalar es que entrega una representación
más precisa de la fisiología humana, lo que se puede asociar a una mejora en la predicción
de la eficacia y toxicidad de las drogas en humanos. Otro punto para señalar es la
disminución de la utilización de animales de experimentación en ensayos preclínicos,
ayudando a los dilemas éticos y reduciendo costos de investigación. Una última ventaja es
que se puede agilizar los procesos de desarrollo y evaluación de fármacos, facilitando la
identificación de las moléculas principales y disminuyendo el tiempo de comercialización.

No obstante, también hay que mencionar las dificultades que puede presentar esta
novedosa tecnología. Un desafío general es la complejidad de los órganos, replicar la
velocidad con que se desarrolla el organismo, aun mas difícil si se busca replicar en una
muestra en miniatura como un OOC. Sin mencionar el costo de conseguir los dispositivos
puede ser alto (Bhatia, 2014), lo que limita su acceso a grupos pequeños de investigación,
empresas en crecimiento o personas naturales.

A pesar de todos los avances y desarrollos, está tecnología sigue siendo limitada debido a
que no hay estudios suficientes que demuestren que los chips son capaces de replicar las
respuestas biológicas humanas de forma repetible, y para poder invertir en ellos se necesita
evidencia de su productividad en la investigación y desarrollo farmacéutico. A pesar de esto,
se puede predecir que es una opción viable dado su impacto en la eficiencia y productividad
para las grandes industrias farmacéuticas, mejorando la seguridad de los pacientes. No
obstante, solo es cuestión de tiempo para que su potencialidad pueda ser demostrada. Por
lo tanto, si es una opción viable de reemplazo a los modelos animales en el contexto de los
estudios preclínicos de fármacos.

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