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INSTITUTO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

Maestría en Ciencias de la Educación

Estudiante:

IVETTE PERALTA CARAVEO

Matricula: 175342

Grupo: E134

Materia: PEDAGOGÍA E HISTORIA DE LA

EDUCACIÓN

Docente: Lic. Ruth Padilla Casilla

Actividad 4. Formador de formadores


Comalcalco, Tabasco a 19 de marzo 2023

Introducción

La educación en México está relacionada con la formación de docentes en la equidad y calidad porque

esta constituye un insumo que afecta el logro de los propósitos educativos.

El subsistema de formación tiene puntualmente como propósito la educación inicial y continua de los

docentes de la educación básica pero no considera la calma que constituirá apoyar formativamente a los

docentes.

Se considera que en la función del formador de docentes es la de operar programas educativos en las

instituciones formadoras de profesores, pero la necesidad de mejorar los procesos formativos en la

localidad, ha exigido que diversifiquen y amplíen sus tareas para responder a las situaciones de la

dinámica formativa no únicamente de los docentes sino también de la formación de los docentes.
¿Cómo se debe influir la pedagogía en la práctica educativa?

La práctica educativa de los docentes es una actividad dinámica reflexiva, que comprende los
acontecimientos ocurridos en la interacción entre docente y estudiante. No se limita al concepto de
docencia, es decir, a los procesos educativos que tienen lugar dentro del salón de clases, incluye la
intervención pedagógica ocurrida antes y después de los procesos interactivos en el aula.

La práctica educativa de los docentes:


1) El pensamiento didáctico del profesor y la planificación de la enseñanza;
2) La interacción educativa dentro del aula;
3) La reflexión sobre los resultados alcanzados. La relación entre estas tres dimensiones es
Interdependiente, es decir, cada una de ellas afecta y es afectada por las otras, por lo cual resulta
indispensable abordarlas de manera integrada.

¿Cómo debe vincular el formador los conocimientos teóricos a su labor de enseñanza?


Una persona que desea impartir conocimientos debe tener vocación de docente, es decir, en pocas
palabras que le guste enseñar el porqué de las cosas con paciencia, interés y detenimiento. Un docente
puede marcar a sus estudiantes con una buena o mala enseñanza, y esto ocurre a lo largo de etapas de la
educación.

Enseñar no es solo mostrar lo que hay en los libros o realizar exámenes, es ir más
allá para generar un vínculo con los estudiantes, por eso cualquiera no puede tener esta profesión.

¿Cuáles deberán ser las competencias que un formador debe tener para su labor educativa?

El formador de formadores se ocupa de difundir las competencias necesarias a otros


formadores, preparando a los futuros educadores para que cuenten con mejores capacidades
comunicativas y formativas. Asimismo, el formador de formadores debe tener distintas capacidades o
competencias para desarrollar su trabajo:
Planificación: debe ser capaz de estructurar de forma adecuada una programación deformación para dar
respuesta a las carencias en conocimientos que ha detectado.

Capacidad de transmitir conocimientos: debe ser capaz de traspasar a los nuevos


educadores los conocimientos necesarios para poder desenvolverse en su futuro puesto de trabajo.

Personalidad: debe ser una persona empática, con alta sensibilidad interpersonal y capaz de manejar
grupos de trabajo y de mantenerlos motivados.

Habilidad directiva: debe dominar el método y la didáctica para poder implementar la metodología
adecuada, pudiendo así transmitir los contenidos al grupo.

Capacidad asesora: debe saber asesorar a cada integrante del grupo, los cuales poseen necesidades
formativas generales, específicas y peculiares.

¿Cómo se puede lograr una educación de calidad con una adecuada preparación del docente?

El profesorado es pieza fundamental en todo el proceso de la enseñanza y tiene la llave para mejorar el
futuro del estudiante y cuando comparte el conocimiento y se le facilita formación, al transmitir
aprendizajes y valores universales fomenta la
creaciónde ciudadanos y ciudadanas activos que comprenden los principios democráticos,
promueven la tolerancia y participan en la sociedad en la que viven de forma responsable. El poder
transformador de la educación de calidad permite el desarrollo personal, la equidad de género y la
erradicación de la pobreza.
CONCLUSIÓN

La función del formador de docentes, es una función actual diluida en la de formación de profesores, sin

distinción alguna, ignorada, no delimitada, construida en la práctica y que integra como opción de

formación, alternativas no planeadas por el subsistema, generadas por voluntad personal.

La formación de formadores de maestros no ha sido prioritario en el subsistema de formación. La

estrategia de formación, capacitarse en la práctica, es muy económica pero la escasa inversión ha causado

también el rezago y la marginación educativa para muchos estudiantes.


REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS:

Orbes, I. y Figueroa, A. (2001). La evaluación docente como un proceso de diálogo,


comprensión y mejora de la práctica. En M. Rueda, F. Díaz–Barriga y M. Díaz Pontones (Eds.),
Evaluar para comprender y mejorar la docencia en educaciónsuperior
(pp. 161–174). México: CESU–UAM.

Ardiondo, J. (2001). La evaluación desgarrada: Entre un balance contable y el pleno ejercicio de una
función crítica plural (multirreferencial). En M. Rueda, F. Díaz Barriga y M. Díaz (Eds.),
Evaluar para comprender y mejorar la docencia en la educación superior
(pp. 19–35). México: UAM–UNAM–UABJO.

Arbesú, I. y Piña, J. (2004). Evaluación de la docencia desde la visión de los estudiantes: una experiencia
interpretativa. En: M. Rueda (Coord.), ¿Es posible evaluar la docencia
en la universidad? Experiencias en México, Canadá, Francia, España y Brasil (pp. 225–240). México:
UABJO–ANUIES.

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