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El Derecho A La Protesta y Su Criminalización Jurídica
El Derecho A La Protesta y Su Criminalización Jurídica
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Código Orgánico Integral Penal
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Pesantes Salgado, Hernán; “Lecciones de Derecho Constitucional”, Editorial Abya-Yala, Quito, 2003
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Son múltiples los artículos de la Constitución donde se establece la obligación del Estado de garantizar los
derechos constitucionales, entre ellos destacan los artículos 51, 59, 76, 276, 277, 281, 283, 224, 363, 387,
397, 412
10
Constitución de la República del Ecuador.
Con la cita de aquel artículo podemos también diferenciar cuando una manifestación es una
protesta o un posible delito de rebelión, en primer lugar, tal y como lo aclara el tipo penal
de Rebelión, se excluyen las movilizaciones que son parte al Derecho a la Resistencia, y el
Derecho a la resistencia se entiende como aquellas movilizaciones sociales que se declaran
en contra de determinadas acciones u omisiones (como la obligación del Estado a
garantizar derechos) que vulneran derechos o también que busquen demandar el
reconocimiento de nuevos derechos.
Por lo tanto, cuando la manifestación pronuncie públicamente estas finalidades referentes a
la exigencia de derechos, la reparación derechos o la obligación del Estado de garantizar y
satisfacer derechos, no estamos ante un delito de rebelión sino ante un ejercicio del derecho
a la resistencia.
Respecto al segundo tipo penal referente a la paralización del servicio público, este esta
descrito de la siguiente manera “Art. 346.- Paralización de un servicio público.- La
persona que impida, entorpezca o paralice la normal prestación de un servicio público o
se resista violentamente al restablecimiento del mismo; o, se tome por fuerza un edificio o
instalación pública, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.” 11.
Un elemento importante en este tipo penal es el elemento normativo de servicio público, el
cual se concibe como “una prestación técnica que satisface necesidades de carácter
general, con sujeción a un régimen jurídico exorbitante del derecho ordinario. En tal
virtud, como competencia de la Administración Pública, contribuye a la realización de los
cometidos estatales y de los fines públicos.” 12. Con este concepto podemos entender que
aquellas prestaciones técnicas como el servicio de agua o el de electricidad son por
supuesto servicios públicos que buscan la satisfacción de necesidades básicas de la
población en general. Pero, ¿Qué hay de las calles y carreteras?
Respecto a las calles u otras vías para ser un espacio de derecho a la protesta, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado al respecto, la Comisión considera
que las protestas son indispensables para la consolidación democrática y, por lo tanto,
constituyen un uso tan legítimo del espacio público como cualquier otro. De esa manera, no
pueden suprimirse como forma de garantizar otros usos más rutinarios de estos espacios,
como la actividad comercial o la circulación de personas y vehículos 13 y que además ha
destacado que las calles y plazas son lugares privilegiados para la expresión pública 14. Por
lo tanto el ejercicio del derecho a la protesta en las calles u otras vías de transporte son
absolutamente legítimas, si bien son derechos que colisionan, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, a la cual esta suscrita el Ecuador, a ponderado el derecho a la
resistencia sobre el derecho de transporte o la libre movilidad en las vías públicas; y por lo
tanto no se constituye un delito al paralizar la vía pública en un contexto de protesta social.
11
Código Orgánico Integral Penal
12
Fernández Ruíz, Jorge; “Disertación del Servicio Público”, FORO Revista de Derecho, No. 13, Universidad
Andina Simón Bolívar, Quito, 2010
13
OSCE/OIDDHH y Comisión de Venecia, Guidelines on Freedom of Peaceful Assembly, 2ª ed., 2010, p. 32,
párr. 20.
14
CIDH, Informe Anual 2015, cap. IV A, párr. 64