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1. Definición del alcance del proyecto: Este paso implica definir claramente lo que
se espera lograr con la construcción, incluyendo los objetivos, las características
específicas del proyecto y los resultados esperados. Esto es esencial para
establecer una base sólida para la planificación.
Planificación de obra:
Enfoque: La planificación se centra en establecer los objetivos generales del proyecto, definir el
alcance, identificar los recursos necesarios y desarrollar una estrategia general para llevar a
cabo el proyecto de manera eficiente.
Horizonte temporal: La planificación se realiza generalmente a largo plazo y abarca todo el ciclo
de vida del proyecto, desde la concepción hasta la entrega.
Resultados: La planificación produce un plan maestro del proyecto que incluye los objetivos,
los hitos clave y una estructura general de trabajo. No entra en detalles específicos sobre
cuándo o cómo se realizarán las tareas individuales.
Programación de obra:
Gestión eficaz de recursos: La asignación eficiente de recursos, como la mano de obra y los
equipos, puede acelerar el proyecto. Esto implica asegurarse de que haya suficientes
trabajadores disponibles en los momentos adecuados y evitar la subutilización de recursos.
Contratación de subcontratistas competentes: Trabajar con subcontratistas y proveedores
experimentados y confiables puede acelerar la ejecución de ciertas tareas y garantizar que se
realicen de manera efectiva sin comprometer la calidad.
Gestión de riesgos: La identificación y gestión proactiva de los riesgos puede ayudar a prevenir
problemas que podrían retrasar el proyecto. Esto incluye la implementación de planes de
contingencia para abordar posibles desafíos.