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UNIDAD 1
Formación y expansión de la economía capitalista (fines del siglo XVIII-1914)
1.1 Europa preindustrial
1.1.1 Rasgos culturales y componentes dinámicos
La sociedad europea fue una sociedad esclavista, aunque el esclavo estaba instalado con su familia
en un lote de tierra, otorgándole una autonomía social y económica.
Las tierras se organizaban en señoríos, extensiones de tierras divididas en la reserva señorial (señor o
monasterios) y las tierras trabajadas por los campesinos.
La estructura social estaba dividida en la aristocracia, los esclavos y los campesinos libres.
Europa occidental entre fines del siglo XV y mediados del XVII
La población comenzó a crecer de forma desigual. Malas cosechas, brotes de pestes y guerras
frenaron el crecimiento demográfico.
La agricultura: la demanda pudo satisfacerse gracias a la recuperación de las tierras, generando un
incremento en los productos agrarios de primera necesidad.
La industria manufacturera opto por utilizar nuevas estrategias de ventas debido a la escasa
capacidad adquisitiva de la población.
Surgimiento del capitalismo
Descubrimientos geográficos que impulsaron la navegación marítima y demanda de productos
exóticos.
Reconstrucción demográfica y agrícola.
Crecimiento manufacturero.
Surgimiento del Estado Absolutista Nacional, con el fin de solucionar los problemas sociales,
económicos y políticos que amenazaban con destruir la sociedad. Ayuda a lograr el superávit
comercial y la acumulación del capital.
Transformación cultural: aparición del: renacimiento: revolución intelectual, artística, moral y
tecnológica, revalorizando el poder del hombre y de la naturaleza; y la reforma protestante: rebelión
contra la iglesia establecida.
En virtud de este plan, Estados Unidos ofreció asistencia técnica y administrativa a los países europeos, así
como 13.000 millones de dólares para reactivar sus economías. En un inicio, esta ayuda consistió en el envío
de alimentos, combustible y maquinaria, y más tarde en inversiones en industria y préstamos a bajo interés.
Los dos países que más asignaciones recibieron fueron el Reino Unido y Francia. Italia y Alemania también
recibieron importantes ayudas, a pesar de que habían sido enemigos de Estados Unidos durante la guerra.
El plan fue ideado por el Gobierno del presidente Harry Truman (1945-1953), durante cuyo mandato
empezó la Guerra Fría. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la URSS empezaron a
rivalizar por extender su influencia global. Truman lanzó la llamada doctrina Truman, que consistía en
apoyar a los países de Europa occidental para evitar la expansión soviética por el continente. La doctrina se
inauguró en 1947 dando apoyo militar a Grecia y Turquía, dos países en los que la URSS trataba de influir.
Como parte de esa estrategia, el Plan Marshall pretendía apoyar la reconstrucción de los países de Europa
occidental para frenar a la URSS. El plan tuvo resultados satisfactorios: el Reino Unido, Francia o la
República Federal Alemana ya habían reactivado e industrializado sus economías en 1951. Además, una vez
se recuperaron, estos países se unieron al bloque capitalista y a la OTAN, aliándose con Estados Unidos
durante la Guerra Fría.
Dos leyes sancionadas en 1995 produjeron nuevas transformaciones en el régimen laboral argentino. Una de
ellas permitió que se contrataran por “tiempo determinado” y sin pago de indemnización a los mayores de
40 años y a las mujeres. La otra establece un sistema especial para las Pymes, que reduce las
indemnizaciones por despido. Permite otorgar vacaciones anticipadas, abonar el sueldo anual
complementario en tres cuotas, pactar formas de despido basadas en sistemas de ahorro previo, y simplificar
los registros de los contratos por tiempo determinado. Define a las Pymes como las que poseen hasta 120
empleados y autoriza que este número se amplíe por convenio colectivo. Existen antecedentes en donde los
pequeños y medianos establecimientos pueden emplear hasta 300 personas, a los efectos de esta ley.
La reforma laboral argentina fue un largo proceso de negociaciones que duró alrededor de diez años (1991-
2001), cuyos objetivos eran debilitar a la clase trabajadora y a sus organizaciones gremiales. Se trató de una
contra reforma de grandes grupos empresariales y violatoria del principio de progresividad que debe regir en
el mundo laboral conforme a los tratados internacionales de derechos humanos.
Su eje central fue establecer como norma general los contratos por tiempo determinado, los denominados
“contratos basura”, con lo cual se alteran los principios de la Ley de Contrato de Trabajo que establecía el
postulado contrario, o sea el contrato de trabajo por tiempo indeterminado. El objetivo central era reducir el
costo laboral de las empresas, abaratando los despidos y las cargas sociales, con la promesa de que se
generaría más empleo. Sin embargo, durante la vigencia de la contra reforma laboral que impuso el gobierno
del presidente Carlos Menem (1989-1999) el desempleo abierto en Argentina, pasó del 7% al 21%.
Este plan tuvo muchas consecuencias para la economía de Argentina: establecer la moneda convertible;
eliminación de la indexación de los precios, incluidos los salarios y alquileres; privatización de las empresas
públicas; desregulación de algunos servicios y la apertura externa; desempleo, desocupación y pobreza para
el pueblo argentino.
Desempleo: sus desventajas se muestran en los altos índices de desempleo que subieron del 7% hasta el
14%, pasando por picos sobre 18%, por lo tanto, los índices de pobreza subieron exageradamente, la crisis
económica familiar demarcó deterioro de la unidad familiar, porque los padres o jefes de hogar tuvieron que
abandonar el país en búsqueda de mejores opciones que les permita cumplir con su aporte económico a la
familia.
Reducción de los establecimientos industriales: no todos los sectores productivos tuvieron los mismos
resultados, muchos pudieron reconvertirse, mientras que otros desaparecieron por su falta de acomodo con la
competencia externa, lo que generó una notoria baja en la cantidad de establecimientos industriales y por
ende desempleo.
Deuda externa: el plan de convertibilidad llevó a un crecimiento exagerado de la deuda externa, el peso de
los intereses se hace insostenible, alcanzando hasta un millón de dólares por hora, aumentado el gasto
financiero y el déficit presupuestal.
Conclusión: con la fijación de la moneda argentina al dólar, se logró fundir las bases para el crecimiento
económico, con la estabilización de los precios, al terminar el problema de la hiperinflación y el aumento en
la inversión; se logró que los gobernantes siguientes a este plan tomen decisiones con mayor previsibilidad y
certeza; significó para el país una gran pérdida de competitividad a nivel mundial.
La crisis de fin de siglo (1998-2001). El rol del capital externo. Las medidas económicas del gobierno
de la Alianza y su caída
El 10 de diciembre de 1999, Fernando de la Rúa, figura de la Unión Cívica Radical (UCR) y que ya había
sido senador, diputado y alcalde de Buenos Aires, asume la Presidencia argentina tras ganar las elecciones
como líder de la Alianza, formada por la UCR y el Frente País Solidario (FREPASO). Su Gobierno heredó
de su antecesor, el peronista Carlos Menem (1989-1999), una economía en recesión, con un millonario
déficit público, una industria en caída, una pesada deuda exterior y aumento de la pobreza.
Una de sus primeras medidas fue enviar al Parlamento el "impuestazo", el plan económico para conseguir
recursos por 2.000 millones de dólares, que fue finalmente sancionado. En marzo del 2000, el Congreso
aprobó un proyecto de emergencia económica que ordenaba la suspensión de pagos por millonarias deudas
adquiridas en querellas que había perdido el Estado. La presión sindical llevó en mayo a la primera huelga
general contra la reforma laboral y el plan de ajuste. En junio llegó la segunda.
De la Rúa tomó severas medidas de ajuste con el propósito de sanear las finanzas, como el aumento
impositivo decretado sobre las clases medias y altas hacia enero de 2000 como también una reducción de
salarios estatales y jubilaciones del 10 %, fueron parte de un paquete que procuró en general mejorar la
economía, así como atender deudas pendientes como el Fondo para el Incentivo Docente, pero esto resultó
sin embargo insuficiente para resolver el deterioro de las finanzas públicas.
Al asumir también se debió intervenir la Provincia de Corrientes que desde hacía meses estaba en un grave
conflicto político y financiero, con paros ininterrumpidos y la destitución del gobernador interino Hugo
Rubén Perie. La tarea le fue encomendada a Ramón Mestre que debió normalizar la situación provincial. A
lo largo del año 2000 el gobierno buscó controlar el gasto público, bajar las tasas internas de interés y
mantener la estabilidad monetaria y financiera. El año finalizó con una leve baja del 0.5 % del PBI y con una
desocupación del 14.7 % (datos del INDEC de octubre del 2000). También se mantuvieron las reservas
internacionales en el orden de los 33 mil millones de dólares, mientras redujo el déficit fiscal en unos 5 mil
millones de pesos.
Lanzó iniciativas como el Plan de Infraestructura que mediante acuerdos con los gobiernos provinciales y
financiamiento privado buscaba realizar obras de caminos, agua y vivienda en todo el país por 20 mil
millones de dólares. La medida fue tomada por decreto ya que, según el ministro del interior, no había
seguridad de que el Congreso sancionara la ley con la rapidez necesaria. En medio de estos problemas,
también hubo aspectos positivos, como fue lograr que en el ciclo lectivo del año 2000 se cumplieran 180
días de clases, récord en más de una década, gracias al interés que se puso en aumentar las semanas del
periodo escolar como en evitar conflictos docentes con el pago del incentivo docente.
El escándalo de los sobornos: en el 2000, el poder ejecutivo se vio envuelto en un caso de sobornos en el
Senado para la aprobación de la polémica reforma laboral que buscaba sacar adelante el oficialismo, cuyos
objetivos eran, por un lado, debilitar el poder gremial de los sindicatos grandes en favor de los pequeños y
por otro bajar los costos laborales. La controversia llevó al vicepresidente del país y presidente de la Cámara
Alta, Carlos Álvarez, a presentar su renuncia en octubre, lo que abrió una crisis política. Por su presunta
responsabilidad en el escándalo como presunto coautor del delito de cohecho activo agravado, De la Rúa fue
sometido años después a juicio, procesado y sobreseído en 2007.
Debacle económica: a finales del año 2000, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Tesoro de España anunciaron una asistencia total de 39.700 millones de dólares para Argentina: el conocido
"blindaje", con el que se buscaba alejar el fantasma del cese de pagos y reactivar la economía. Pocas
semanas antes, el Senado había aprobado un acuerdo pactado con la oposición para congelar por cinco años
el gasto público.
En marzo de 2001, el presidente anunció una remodelación del gabinete, luego de conocerse la renuncia del
ministro de Economía, José Luis Machinea, que fue sustituido por Ricardo López Murphy. Poco después, el
mandatario presentó un plan de austeridad, aprobado por el FMI, con una reducción del gasto público
próxima a los 2.000 millones de dólares y una reforma de la administración del Estado. López Murphy
abandonó el Gobierno 15 días después de haber asumido y De la Rúa designó en su lugar a Domingo
Cavallo, ministro de Menem y artífice del plan de convertibilidad del peso-dólar, que regía desde 1991.
A finales de marzo de 2001, el Parlamento otorgó facultades especiales al Gobierno para reestructurar la
administración del Estado y aplicar reformas fiscales, y un mes después, el Senado aprobó la reforma
laboral, que provocó otra huelga general. En tanto, nuevos recortes salariales para funcionarios y
pensionistas siguieron marcando el camino en la ya deteriorada economía y en el descontento de la sociedad.
En julio, el Congreso sancionó la ley de déficit cero, que impedía al Gobierno gastar más de lo que
ingresaba, plan respaldado por el FMI, que otorgó al país una nueva ayuda de 8.000 millones de dólares, con
un desembolso inmediato de 6.300. La alta deuda externa y la crisis del sistema de convertibilidad, unida a
la falta de la confianza de los inversores y la fuga de capitales al exterior impulsaron al Ejecutivo a
presentar, en noviembre, una oferta de canje para reprogramar la deuda pública.
El miedo de los argentinos a perder su dinero derivó en la retirada en masa de grandes sumas de dinero de
sus cuentas bancarias, que buscaban pasar a dólares y enviarlas al extranjero. Como consecuencia de esto, el
primer día de diciembre de 2001, De la Rúa firmó un decreto que impedía retirar más de 250 pesos por
semana (equivalentes a la misma suma de dólares) en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de
ahorros, y prolongada por casi un año cuando se anunció oficialmente el 2 de diciembre del 2002 la
liberación de los depósitos retenidos (fin del corralito). Esta restricción, llamada el "corralito financiero”
fue el punto de partida para la explosión en las calles, con cacerolazos populares que dieron la vuelta al
mundo. El día 5, el FMI suspendió un préstamo de 1.264 millones de dólares porque Argentina no había
cumplido las metas de su reforma económica, y el 13 de diciembre una nueva huelga volvió a poner en jaque
al débil Gobierno.
Desbordado por las circunstancias, el 19 de diciembre De la Rúa declaró el estado de sitio en todo el país,
para afrontar las revueltas, los saqueos de supermercados y pequeños comercios y los asaltos a edificios
públicos. En medio del caos, Cavallo renuncia. Ya el día 21, tras agotar todos los medios para convocar a
un gobierno de unidad nacional y mientras la represión en las calles dejaba más de una treintena de muertos
y centenares de heridos en todo el país, De la Rúa renuncia y abandona la Casa de Gobierno en helicóptero.
5 presidentes en 2 semanas: tras la renuncia de Fernando De la Rúa, 2 años antes de que concluyera su
mandato, el presidente del Senado, Ramón Puerta, asumió provisionalmente la Jefatura de Estado y
convocó a la Asamblea Legislativa para designar a un nuevo mandatario.
El 23 de diciembre, el Congreso nombra presidente al peronista Adolfo Rodríguez Saá, que declara el cese
de pagos de deudas (default) por 144.000 millones de dólares, el mayor de la historia. Sin embargo, ante la
falta de apoyo político y en medio de otra ola de disturbios, Rodríguez Saá presenta su renuncia.
Ya en el año 2002, la Asamblea designa al también peronista Eduardo Duhalde, quien se mantuvo en el
poder hasta las elecciones generales del 27 de abril de 2003. Durante su gobierno, el Parlamento aprobó una
Ley de Emergencia Pública que terminó con la convertibilidad y el ministro de Economía, Jorge Remes
Lenicov, anunció el "corralón", por el que se convertirían los depósitos a plazo fijo de dólares a pesos a un
cambio de 1,40 pesos por dólar, con actualizaciones mensuales en función de la inflación.
En febrero de 2002, la Corte Suprema de Justicia declaró anticonstitucionales las restricciones al acceso a
los fondos bancarios, lo que derivó en varias demandas judiciales. Muchos de los plazos fijos fueron
liberados mediante recursos judiciales y el resto canjeados por bonos del Estado o devueltos en parte (fin del
corralito, diciembre de 2002).
En abril, el ministro de Economía decidió marcharse tras la negativa de Duhalde a frenar la retirada de
dinero de los bancos, y le sustituyó Roberto Lavagna, considerado como el artífice del comienzo de la
recuperación económica del país y quien continuó en el cargo durante el Gobierno de Néstor Kirchner
(2003-2007). El nuevo mandatario, que llegó apoyado por Duhalde, conservó a Lavagna como titular de
Economía hasta 2005 y declaró la "independencia" argentina del FMI al cancelar con un solo pago de unos
9.500 millones de dólares las deudas con el organismo. Poco a poco, la economía argentina fue creciendo, al
tiempo que comenzaron a caer los niveles de desempleo, que había alcanzado su máximo del 24,1 % en el
segundo trimestre de 2002, es aquí cuando el país se declara en default o suspensión de pagos, es decir
cuando una persona o entidad incumple con el pago de la deuda.
Los cambios en el agro pampeano. Las economías del interior. Retroceso y desarticulación del sector
manufacturero. Las transformaciones del comercio exterior. El poder económico: grandes grupos
económicos y sus organizaciones. Polarización y marginación de la sociedad
Esta política se complementó con el incremento de los derechos de exportación que se fue dando a partir de
marzo de 2002. Abarcaron las exportaciones de productos agropecuarios, agroindustriales, hidrocarburos y
derivados. En el caso de los cultivos pampeanos se aumentó en un 20% dicha alícuota, con lo cual, por
ejemplo, la del grano de soja pasó del 3,5 al 23,5%.
En esta etapa, el sector agropecuario también tuvo un crecimiento muy importante, con una tasa anual
acumulativa del 5,8% para el período 2002-2007. Se trata de un ritmo de crecimiento mayor al de la etapa
1993-2000, que fue del 3,1% anual. El crecimiento fue más generalizado en la etapa de la posconvertibilidad
que en los años noventa.
SECTOR INDUSTRIAL: fue más volátil y su crecimiento menos intenso que el PBI; la apertura y el retraso
cambiario lo afectaron debido a la desaparición de la producción de bienes de capital; su reestructuración
generó desocupación.
SECTOR GANADERO: tuvo un estancamiento con bajo crecimiento en el número de cabezas de las
principales especies.
ACTIVIDAD EXPORTADORA: