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El matrimonio crea una asociación entre dos esposos, con obligaciones recíprocas; pero

su objeto principal es la creación de la familia, o como coloquialmente lo conocemos es


la unión de dos personas de distinto sexo en el ámbito civil y/o religioso.

Para contraer matrimonio se establecen requisitos de capacidad, libre consentimiento


y ausencia de impedimentos legales. Las constituciones avanzadas establecen plena
igualdad jurídica del hombre y la mujer para contraer matrimonio. Se contempla la
posibilidad también de separación, anulación y divorcio.

En el Perú el Derecho Civil ha considerado que la forma de constituir una familia


reconocida por la ley, es a través del matrimonio civil. El Código Civil permite realizar
una ceremonia especial en las comunidades campesinas y nativas, con pleno valor civil.
Dice el Código Civil, Art. 262 “El matrimonio civil puede tramitarse también en
Comunidades Campesinas y nativas, ante un comité especial constituido por la
autoridad educativa e integrado por los dos directivos de mayor jerarquía de la
comunidad”

Existen diferencias de concepto entre las Constituciones de 1979 y la de 1993, sobre


el matrimonio. La Constitución de 1979 afirma “protegerlo” en tanto que la de 1993
dice “promoverlo”, lo que significa que ordena al Estado estimularlo, hacer que las
parejas se casen. Otra diferencia se encuentra en la expresión “las formas de
matrimonio” de la Constitución de 1979 y “la forma del matrimonio” de la de 1993.

El concepto del matrimonio está aceptado universalmente como la unión estable y


voluntaria de un varón y una mujer. Las condiciones de su mantención o ruptura; las
obligaciones y derechos que nacen de él; las relaciones que crea, etc., son materia de
regulación legal en cada país. No existe ni puede existir uniformidad de criterio para
establecer un único régimen jurídico del matrimonio y sus efectos, en razón que cada
Estado otorga a este asunto el tratamiento que corresponde a sus particularidades
sociales.

Sin embargo, tiene reconocimiento jurídico mundial, en cuanto a su condición de


derecho humano, lo que obliga a los países suscriptores de la Declaración Universal a
sujetar su legislación a las orientaciones que impone la Carta de los Derechos
Humanos, cuyo artículo 16º estipula:

Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción
alguna por motivo de raza, nacionalidad o religión a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto a matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución el matrimonio.

1. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse
el matrimonio.

2. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la


protección de la sociedad y del Estado.

El Perú aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, mediante


Resolución Legislativa Nº 13282 del 15 de diciembre de 1959. En consecuencia, se
halla incorporada a la legislación nacional, en aplicación de lo que dispone el artículo
55º de la Constitución Política.

En la línea de esta Declaración de los derechos del hombre, nuestra Ley de Leyes
establece en su artículo 4º que la comunidad y el Estado protegen a la familia y
promueven el matrimonio, reconociéndolos como “institutos naturales y fundamentales
de la sociedad”. Se puede apreciar que el orden jurídico está orientado en el Perú por
dos dimensiones, una referida a la protección del ente familiar y la segunda al
reconocimiento de un status preferencial.

Es claro que la protección entendida como amparo a través de la ley y todo el aparato
público, se complementa o debe complementar con las consideraciones que a la
sociedad peruana deben merecerle la familia y el matrimonio, cuestión que en la teoría
aparece plausible y lógica, en defensa de su célula matriz. No se puede concebir una
sociedad sin familias que los integren, bastaría pensar en la situación de los niños, su
formación en el hogar, su educación o en la ancianidad o en los quebrantos de la salud
de uno de sus miembros, lo que no significa ni justifica la mantención de matrimonios
ficticios rotos en la realidad, que subsisten en nombre de la ley, más no de la moral ni
la realidad.
Resulta también lógico pensar que la Constitución cuando se refiere a la protección de
la familia y la promoción del matrimonio, actúa en el entendido que aquélla es la
constituida por la unión y el amor de sus fundadores. No puede promover el
matrimonio destruida en la realidad, desmembrado o que enfrenta graves problemas
derivados de la falta de comprensión y posibilidad de reunificación familiar. La
separación de hecho es la constatación tangible de un ánimo cancelatorio del vínculo
legal del matrimonio.

En segundo lugar, si bien es cierto que la familia puede ser tenida como un “instituto”
natural de la sociedad, el matrimonio no puede estar considerado en esta condición,
por cuanto que la unión legal de un varón y una mujer, no es más que la formalización
de un hecho, la adecuación de la convivencia al orden jurídico. La familia como
acontecimiento humano natural surge de la unión de los sexos, mientras que como
institución de orden jurídico se realiza a través del matrimonio civil.

La Constitución en su artículo 5º reconoce y otorga valor legal a la convivencia, para


los efectos de orden patrimonial, al señalar que “La unión estable de un varón y una
mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a
una comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea
aplicable”. La primera `pregunta que insinúa esta declaración constitucional de
garantía para los que forman un hogar de hecho, es por qué si la propia Carta Magna
concede reconocimiento a la unión de facto la legislación no reconoce a su vez la
separación de hecho, que es un acontecimiento tan real y vigente como la convivencia y
que a diferencia del primero es generador de conflictos interpersonales con graves
derivaciones en el parentesco, ¿lo emocional, patrimonial y social?

El Código Civil, en su artículo 234º, define que el matrimonio es “la unión


voluntariamente concertada por un varón y una mujer legalmente aptos para ella y
formalizada con sujeción a las disposiciones de este Código, a fin de hacer vida
común". Agrega "El marido y la mujer tienen en el hogar autoridad, consideraciones,
derechos, deberes y responsabilidades iguales".
Un primer elemento, para la ley condición indispensable, para la celebración y la
vigencia del matrimonio y de aceptación y exigencia no solamente peruana, sino
universal, es la voluntad de los cónyuges. Es más, el código se refiere a la voluntad
concertada entre los contrayentes, anulando toda posibilidad de que el matrimonio
pueda corresponder a conveniencias de otro tipo que no sean las fundadas en el
sentimiento de la pareja. La regla general es que la institución del matrimonio
únicamente es posible de constituir y mantener si por parte del marido y la mujer,
existe y persiste ánimo favorable para garantizar la vigencia de la relación y los
efectos jurídicos que de ella se derivan.

Uno de los deberes fundamentales de los cónyuges y que consigna expresamente el


artículo 289º del Código Civil, es "hacer vida común en el domicilio conyugal". Para
nuestro Código Civil, en la denominación “vida común”, están comprendidos los deberes
relativos “al lecho y habitación” a que se refiere el artículo 332º del mismo cuerpo
legal. Es indudable que en esta formulación jurídica se puede encontrar una de las
razones que explican el matrimonio, a no dudar, la que le da sentido y la más poderosa.
La vida común, no es una posibilidad o una opción en el matrimonio, es un deber, que no
puede ni debe ser incumplido por la libre, autónoma o inmotivada voluntad de uno de
los cónyuges, a no ser que medie deseo de renuncia o ruptura del vínculo legal.

Como se puede apreciar, el elemento determinante, decisivo, definitorio del


matrimonio civil es la voluntad de ambos cónyuges. Nadie puede ser obligado a
contraer matrimonio. Acabaron los tiempos en que el honor mancillado por la relación
sexual pre matrimonial se “limpiaba” con el matrimonio.

Artículo 133:

Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los
tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión.

289-Artículo 289.- Deber de cohabitación Código civil

Es deber de ambos cónyuges hacer vida común en el domicilio conyugal. El juez puede
suspender este deber cuando su cumplimiento ponga en grave peligro la vida, la salud o
el honor de cualquiera de los cónyuges o la actividad económica de la que depende el
sostenimiento de la familia.
Articulo 234 código civil -Noción del matrimonio
El matrimonio es la unión voluntariamente concertada por un varón y una mujer
legalmente aptos para ella y formalizada con sujeción a las disposiciones de este
Código, a fin de hacer vida común.

Articulo 5 constitución

La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que


forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la
sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable

Articulo 4 constitución

La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y


al anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y promueven el
matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales de
la sociedad.

El artículo 16

Ahonda en la intimidad de las vidas de los seres humanos. De acuerdo con este
artículo, toda persona adulta tiene derecho a casarse y a tener una familia si así lo
desea. Las mujeres y los hombres también tienen los mismos derechos tanto durante
sus matrimonios, como si se divorcian. Además, es la única vez en este documento que
se invoca explícitamente el deber del Estado de brindar protección, lo que subraya la
alta consideración que los redactores de la DUDH tenían por la familia.

Artículo 1°. - Objeto de la ley


Eliminase las barreras y los requerimientos burocráticos que impidan, obstaculicen o
contravengan ilegal o irracionalmente la celebración del matrimonio civil; en
consecuencia, queda derogada toda disposición administrativa que establezca
exigencias, requisitos, obligaciones y cobros contrarios a lo dispuesto en la presente
norma.

Artículo 2°. - Modifica el Código Civil


Modifícase los artículos 241, 242, 248 y 259 del Código Civil aprobado por Decreto
Legislativo N° 295, los mismos que tendrán el siguiente texto:

“Artículo 241º.- No pueden contraer matrimonio:


1. Los adolescentes. El juez puede dispensar este impedimento por motivos
justificados, siempre que el contrayente tenga, como mínimo, dieciséis años cumplidos
y manifiesten expresamente su voluntad de casarse.
2. Los sordomudos, los ciegos sordos y los ciegos mudos que no supieren expresar su
voluntad de manera indubitable.
3. Los casados.

Artículo 242º.- No pueden contraer matrimonio entre sí:


1. Los consanguíneos en l

Artículo 55°. - Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del
derecho

Integrantes del trabajo

 Ricardo Alonso Riveros Valdivia


 Medina Coaquira Fabriano Edu
 Yahaira athayt almestar Herrera
 Cusi Mamani Carmen Rosa
 Vega Huahuasonco Fiorela Alely

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