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Muy buenos días estimadas autoridades, profesores, padres de familia y compañeros:

Hace catorce años, cuando la mayoría de nosotros ingresamos al Colegio, nadie podría
haber imaginado la compleja metamorfosis que experimentaríamos a lo largo de este
tiempo. Durante estos meses, hemos explorado innumerables libros, forjado amistades
duraderas y nos hemos moldeado como personas. Es algo por lo que debemos estar
infinitamente agradecidos y hay muchas personas a quienes les debemos esto. Quisiera
agradecer a mis padres, quienes me brindaron la oportunidad de estudiar aquí; a quienes
me ayudaron a descubrir mi pasión por las ciencias y la literatura y a aprovecharla; a
quienes han hecho posibles mis sueños de infancia de estudiar medicina.

Ahora, como graduados, nos enfrentamos a un mundo lleno de posibilidades. En la


extensa historia de la humanidad, solo una pequeña fracción de jóvenes ha tenido acceso
a una educación con una calidad equiparable a la de la nuestra. De nosotros depende el
futuro del mundo en que vivimos y con las herramientas que nos han sido entregadas en
este largo trayecto, tenemos más poder que nunca antes. Tenemos el poder de influir de
forma positiva en el porvenir y en la vida de otros y de brindarles oportunidades igual
de significativas que las que hemos recibido. Tenemos la oportunidad de lograr que
otros sientan la misma gratitud. ¿Cuál será nuestro servicio esencial para el mundo?
¿Cómo deseamos utilizar nuestros recursos? ¿Compartiremos los privilegios que se nos
han otorgado? ¿Seguiremos el ejemplo recibido para beneficiar a otros de la misma
manera en que hemos sido beneficiados a lo largo de estos años? Quiero despedirme de
ustedes con estas preguntas para invitarlos a hacer un aporte significativo en beneficio
de todos.
Para concluir, deseo resaltar mi firme creencia de que, al igual que lo dijo Fausto, nunca
debemos dejar de esforzarnos. Solo al hacerlo podremos dejar una huella perenne en
este mundo y aprovechar al máximo nuestras capacidades.

Guten Morgen, liebe Rektoren, Lehrkräfte, Eltern und Mitschüler,

als die meisten von uns vor vierzehn Jahren in die Schule kamen, konnte niemand
ahnen, welch komplexe Metamorphose wir in dieser Zeit durchlaufen würden. In diesen
Jahren haben wir unzählige Bücher gelesen, dauerhafte Freundschaften geschlossen und
uns als Individuen weiterentwickelt. Dafür sollten wir unendlich dankbar sein. Es gibt
viele Menschen, denen wir dies zu verdanken haben. Ich möchte mich bei meinen
Eltern bedanken, die mir die Möglichkeit gegeben haben, hier zu lernen, bei denen, die
mir geholfen haben, meine Leidenschaft für Wissenschaft und Literatur zu entdecken
und zu verwirklichen, bei denen, die mir meinen Kindheitstraum vom Medizinstudium
ermöglicht haben.

Als Absolventen stehen wir nun vor einer Welt voller Möglichkeiten. In der langen
Geschichte der Menschheit hatte nur ein kleiner Teil der jungen Menschen Zugang zu
einer Ausbildung wie unserer. Die Zukunft der Welt, in der wir leben, hängt von uns ab.
Mit den Methoden und Werkzeugen, die wir auf dieser langen Reise erhalten haben,
haben wir mehr Macht als je zuvor. Wir haben die Möglichkeit, die Zukunft und das
Leben anderer positiv zu beeinflussen und ihnen die gleichen Chancen zu bieten, die wir
selbst erhalten haben. Wir haben die Möglichkeit, andere die gleiche Dankbarkeit
spüren zu lassen. Was wird unser essentieller Beitrag für die Welt sein?
Wie wollen wir unsere Ressourcen nutzen? Werden wir die Privilegien, die uns gewährt
wurden, mit anderen teilen? Werden wir dem Beispiel folgen, um anderen auf die
gleiche Weise zu helfen, so wie es uns geholfen wurde?
Ich möchte Euch mit diesen Fragen dazu auffordern, einen sinnvollen Beitrag zum
Allgemeinwohl zu leisten.

Abschließend möchte ich meine feste Überzeugung betonen, dass wir - nach Fausts
Aussage - niemals aufhören dürfen, zu streben. Nur so können wir dieser Welt einen
bleibenden Stempel aufdrücken und das Beste aus uns herausholen.

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