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ACTO II
ESCENA 1: Raskolnikov es citado a declarar en una comisaría
(Raskolnikov tiene pesadillas y despierta gritando)
Raskolnikov: ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡ALENA! ¡ALENA! (despierta repentinamente asustado, se
escucha el timbre)
Oficial 1: (enérgicamente) Señor Romanovich, abra la puerta soy oficial de policía.
Raskolnikov: (susurrando y temblando) ¡No puede ser, me encontraron! ¡¿Ahora, qué
hago?!
Oficial 2: (impaciente) Señor abra la puerta, sabemos que usted está allí.
Raskolnikov: (tartamudeando y nervioso) Ya, ya voy. ¿Sí, oficial?
Oficial 1: Señor, vengo a entregarle una demanda por el retraso del pago de alquiler. Tiene
que ir a la comisaria a declarar, por favor acérquese lo más antes posible, de lo contrario
tendremos que poner una orden de desalojo.
Raskolnikov: (más calmado) Oh, sí, iré lo antes posible. Me acercaré esta tarde a la
comisaria.
Oficial 2: Sí, por favor. Hasta pronto, señor Raskolnikov.
Raskolnikov: No se preocupen, hasta luego oficiales.
(Con mucha paranoia transita las calles rumbo a la comisaría)
(Raskolnikov llega a la comisaría donde es recibido por Porfiria Petrovna)
Petrovna: Buenas tardes, señor Raskolnikov.
Raskolnikov: Buenas tardes, inspectora.
Petrovna: (entregándole documentos) Firme estos papeles y podremos proceder con la
declaración.
(Raskolnikov firma lo solicitado)
Petrovna: (muy asombrada) ¿Cómo es posible que por un tema de arrendamiento usted
termine aquí? No lo entiendo, señor Raskolnikov.
Raskolnikov: (agitado y entrecortado) Lo que sucede es que…bueno…he tenido muchos
incovenientes, es decir, dificultades…problemas…problemas graves y...
Petrovna: (cortando a Rodia y mirándolo con sospecha) Oiga, espere… ¿graves?
Raskolnikov: (tartamudeando) Muuuy gr-gra… sí quie...quiero de…decir a…a…a…
Oficial 1: (entrando intempestivamente a la oficina) señora inspectora, hay una
actualización sobre el caso del asesinato de las dos mujeres, la necesitamos urgentemente.
Raskolnikov: (muy enérgico y nervioso) Mire, yo también tengo que irm…
(Raskolnikov cae estrepitosamente desmayado al piso)
Petrovna: ¡Primeros auxilios, por favor! ¡Tengo un hombre descompensado en mi oficina!
(Luego de unos minutos, Rodia despierta muy desconcertado)
Raskolnikov: (confundido) ¿Dónde estoy?
Petrovna: (observando fijamente a Rodia) Señor, usted se descompensó justo cuando
manifestaba que…
Raskolnikov: (cortando al inspector y apurado) Ya recordé todo, me tengo que ir…
(Rodia sale de la oficina de Porfiria)
Petrovna: (hablando para sí misma) ¿Ah?, ¡qué raro es ese hombre! No me da buena
espina. Y la verdad es que todo este embrollo empezó cuando se mencionó el…asesinato.
ACTO III
ESCENA 1: Raskolnikov conversa con Sonia, el pintor se inculpa
Raskolnikov: (susurrando mientras camina por alguna calle) Ese inspector resultó ser más
listo de lo que pensaba… debería tener cuidado con él.
(Raskolnikov es perseguido por alguien desde hacía buen rato)
Desconocido: (por detrás de Rodia y muy indignado) ¡Asesino! ¡ASESINOO!
Raskolnikov: (aterrado) ¿Q-Qué-Qué sabe ese hombre, me habrá visto matarlas?
(Luego de ese evento, Raskolnikov decide ir a visitar a Sonia)
Raskolnikov: (luego de tocar la puerta y siendo recibido por Sonia) Oh, Sonia, ¿cómo no ha
enloquecido con la vida que lleva? ¿Cómo sacará adelante usted sola a su familia?
Sonia: (cogiendo el rosario que tenía en el cuello) No… eso no pasará, estoy segura que Dios
nos protegerá, Dios no lo consentirá. Yo rezo mucho todos los días, pidiéndole a Dios perdón
por mis malos actos.
Raskolnikov: ¿Usted lee la Biblia?
Sonia: (vivamente y luego algo conmocionada) Sí, siempre la tengo en mi mesa, me la regaló
una vendedora, Lizbeth. La mataron hace poco a hachazos, pobrecita…. Era una mujer muy
amable. Ahora está con Dios, sé que él la recompensará por sus buenos actos.
Raskolnikov: (muy emocionado) Eres increíble, debo confesar que… me siento atraído por
la bondad, la pureza y la humildad de tu alma. Ahora sé que…me he enamorado de ti, Sonia.
(Sonia quedó absorta con lo dicho por Rodión y este se retiró sin más)
Narrador: Al día siguiente, a las once de la mañana en punto, Raskolnikov se dirige al
despacho de la inspectora Porfiria Petrovna.
(Rodión es recibido en la comisaría por Petrovna quien le extiende el brazo)
Raskolnikov: (muy turbado en su ánimo) Sé que sospecha de mí como responsable del
crimen de Alena Ivanovna y su hermana Lizbeth.
Petrovna: (muy sarcástica) Mi señor, pero ¡qué cosas dice!
(Dándole un vaso de agua) Se le ve pálido, beba un poco de agua. Cree que, si sospechara
de usted, ¿procedería de esta forma?
Narradora: Raskolnikov sabía que en el momento que esa puerta trasera se abriera sería su
fin, solo un testigo pondría fin a todo. Cuando Porfirio procedió a ponerse de pie, alguien
abrió la puerta principal e ingresó al despacho. Era aquel pintor de brocha gorda y, detrás
de él, el desconocido que acusó a Rodia el día anterior.
Pintor (Nikolai): (muy desequilibrado y alterado) ¡Soy culpable! ¡Fui yo el que mató a Alena
y a su hermana Lizbeth, lo hice con un hacha! ¡Dios me reveló mi culpa en un sueño! ¡Ahora,
necesito expiar esta abominable acción!
Petrovna: (evidentemente confundido) ¿Quién es usted? Dígame, ¿por qué dice eso? ¡No
comprendo NADA!
Pintor (Nikolai): (fuera de sí y de rodillas en el piso tomándose el rostro) ¡Fui yo! ¡Fui yo!
¡Fui yo! ¡Fui yo! ¡Fui yo!
Petrovna: (esposando a Nikolai, el pintor) Temo que tendrá que acompañarme por aquí,
por favor.
Desconocido: (luego de observar atónito toda la escena se dirige a Rodia) Señor, señor,
discúlpeme, ayer le dije algo muy grave, me dejé llevar por mis suposiciones sin ninguna
prueba, pensando que usted…
FIN