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Material preparado por el Programa CLAVES

de JPC Uruguay,
para la Campaña “Ama a tu Prójimo:
Buen Trato a la niñez”

Estudios Bíblicos

2011
Campaña Regional Ama a tu Prójimo:
Buen Trato a la Niñez

ÍNDICE

1. El valor de la familia

2. Las funciones de la familia

3. Un Dios con un fuerte vínculo de apego y empatía

4. Herramientas básicas para cuidar, proteger y educar:


afectividad y autoridad

5. Herramientas básicas para cuidar, proteger y educar:


paciencia y constancia

6. Herramientas básicas para cuidar, proteger y educar:


coherencia y consistencia
Campaña Regional Ama a tu Prójimo:
Buen Trato a la Niñez
Y dijo Jehová Dios: no es bueno que
el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él.
Jehová Dios formó, pues, de la tierra
toda bestia del campo, y toda ave de
los cielos, y las trajo a Adán para
que viese cómo las había de llamar; Estudio Bíblico N° 1
y todo lo que Adán llamó a los
animales vivientes, ese es su nombre.
Y puso Adán nombre a toda bestia y El valor de la familia
ave de los cielos y a todo ganado del
campo; mas para Adán no se halló Textos: Génesis 2:18-24 y Lucas 2:1-7
ayuda idónea para él.
Entonces Jehová Dios hizo caer
sueño profundo sobre Adán, y Notas generales acerca de los textos
mientras éste dormía, tomó una de Génesis 2:18-24
sus costillas, y cerró la carne en su En el libro del Génesis encontramos dos relatos diferentes de la
lugar.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó
creación (Gn. 1 y 2). El hecho de que sean distintos evidencia que el
del hombre, hizo una mujer, y la sentido principal de ambos relatos no es explicar la manera en que
trajo a Adán. Dijo entonces Adán: ocurrieron las cosas, sino aportar la visión, desde la fe, acerca de
Esto es ahora hueso de mis huesos y cuál es el papel de toda la creación y, particularmente, del ser
carne de mi carne; ésta será humano en el proyecto de vida de Dios. El interés de los capítulos 1
llamada Varona, porque del varón
fue tomada.
y 2 del Génesis no es el cómo de la creación, sino su para qué, es
Por tanto, dejará el hombre a su decir, su propósito y el propósito del ser humano. Desde esta óptica,
padre y a su madre, y se unirá a su en Gn. 2:18-24 queda claro que Dios creó al hombre y a la mujer
mujer, y serán una sola carne. para construir familia; esta es su vocación y su bendición.
Génesis 2: 18-24.
Aconteció en aquellos días, que se Lucas 2:1-7
promulgó un edicto de parte de El interés de Lucas es inscribir los hechos de Dios en la historia
Augusto César, que todo el mundo humana; por esta razón, comienza el Evangelio explicitando su
fuese empadronado.
Este primer censo se hizo siendo
objetivo principal: “escribir la historia de los hechos que Dios ha
Cirenio gobernador de Siria. llevado a cabo entre nosotros” (ver Lc. 1: 1-4), y por esta misma
E iban todos para ser razón, ubica con tanta precisión el momento en que sucedió el
empadronados, cada uno a su nacimiento de Jesús (ver Lc. 2:1 y 2).
ciudad.
Y José subió de Galilea, de la ciudad Lucas, igual que Mateo, incluye en el Evangelio el relato del
de Nazaret, a Judea, a la ciudad de nacimiento de Jesús para subrayar cómo Dios, mediante ese
David, que se llamaba Belén, por acontecimiento, llena el tiempo humano con un tiempo especial: el
cuanto era de la casa y familia de
David; para ser empadronado con
tiempo propicio, el tiempo maduro para la salvación.1 En efecto, con
María su mujer, desposada con él, la el nacimiento de Jesús, Dios se encarnó plenamente en nuestra
cual estaba encinta. historia para fecundarla con la simiente de la salvación.
Y aconteció que estando ellos allí, se
cumplieron los días de su En los versículos 3 al 7, el evangelista consigna la irrupción de la
alumbramiento. Y dio a luz a su hijo salvación en la esfera humana conectando tres datos fundamentales.
primogénito, y lo envolvió en El primero es que Jesús es el Mesías, por eso nace del linaje de
pañales, y lo acostó en un pesebre, David y nace en la aldea de David. Esto lo ratifica el ángel en la
porque no había lugar para ellos en
escena siguiente: “Hoy les ha nacido en el pueblo de David un
el mesón.
Lucas 2: 1-7 salvador, que es el Mesías, el Señor” (2:11). El segundo es que no
hubo lugar para el Mesías, por eso en vez de nacer en un palacio,
como era propio de un Rey, o al menos en una posada, acabó
naciendo en un establo. El tercero es que el Mesías no aparece ni se

1
Los griegos llamaban “kairos” al tiempo maduro o tiempo propicio.
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revela de manera rimbombante, sino que las señales de su presencia fueron, y seguirán siendo,
por demás simples; en este caso, unos pañales. Algo que inmediatamente también es confirmado
por el ángel: “Cómo señal, encontrarán ustedes un niño envuelto en pañales y acostado en un
pesebre” (2:12).2
En síntesis, el texto de Lucas deja asentado que el Mesías ha llegado a nuestra historia, que el
Dios de la salvación se ha encarnado. Y para hacerse uno como nosotros nació, tal como
nosotros, en el seno de una familia. Nacer y ser parte de una familia es, pues, un rasgo
sobresaliente del proyecto salvífico de Dios.

Claves de interpretación
Tanto el texto de Génesis como el de Lucas nos colocan ante una interesante constatación: la
familia está en el inicio de los dos Testamentos, es decir, de los dos momentos fundamentales de
la Alianza que Dios le propone al ser humano.3 La familia ocupa este lugar privilegiado en la Biblia
no sólo porque está vocacionada para ser el origen de la vida, sino también, y de manera muy
especial, porque está llamada a ser un instrumento muy importante en el proyecto de Dios. Tan es
así, que bien podríamos decir que la familia constituye una suerte de punto de partida para la
historia de la salvación que Dios se ha propuesto desarrollar en nuestra historia y en nuestra vida
personal.
Hecha esta afirmación, es importante preguntarse en qué consiste esa salvación por la cual Dios
asumió plenamente la existencia humana mediante el nacimiento, la muerte y la resurrección de
Jesucristo.
El Evangelio de Juan nos transmite una frase de Jesús que, en pocas palabras, responde esta
pregunta: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn. 10:10).
Allí Jesús define la salvación como vida, como vida abundante y plena. No la define con
categorías de orden "celestial” ni la reduce a una esfera independiente de nuestra vida aquí y
ahora, como muchas veces, equivocadamente, lo ha hecho el cristianismo. Dios ha escogido
nuestra historia como territorio fundamental para la salvación, ha decidido plantarla en el tiempo
humano para ponerla en marcha desde bien “abajo”. Por eso los cuatro Evangelios, cada uno a su
modo, afirman contundentemente que Dios se hizo uno de nosotros. Por eso Lucas 2:1-7 remarca
fuertemente el hecho de que Dios se reveló de manera inigualable, de manera plena, en un niño
que nació en una familia que no tuvo un lugar donde dar a luz.
Por supuesto, la “vida abundante” no se refiere a la cantidad de años que nos toque vivir; no es un
concepto cuantitativo. Tampoco está ligada a la abundancia de cosas que podamos poseer; la
abundancia de la que nos habla Jesús está muy lejos de la idea de abundancia con la que a diario
nos tienta el consumismo. Tener vida abundante es otra cosa; significa alcanzar abundancia de
humanidad, vivir la vida con esa hondura de humanidad con la que fuimos creados. Por
consiguiente, somos salvos cuando nuestra humanidad es tan profunda y auténtica que refleja a
Dios, o como dice el Génesis, cuando es “imagen de Dios”. Para que esa humanidad fuera
restaurada, Dios se abajó y se hizo uno de nosotros en Jesús: el paradigma de lo humano.

2
Estos tres datos atravesarán todo el Evangelio y volverán a aparecer al final con la misma fuerza que en el
comienzo. Jesús es el Mesías, por eso Dios lo resucita. No hubo lugar para él, por eso lo cuelgan en una
cruz y muere en las afueras de la ciudad, junto a dos ladrones. Las señales de su mesianidad no son
poderosos ejércitos humanos ni huestes celestiales; por el contrario, entra a Jerusalén montado en un
burrito y las marcas del triunfo de la salvación que exhibe no son otras que las dolorosas marcas de la cruz.
3
En la Biblia “testamento” significa “alianza”, “pacto”. Por eso el Antiguo Testamento es la antigua alianza, o pacto, y
el Nuevo, la nueva alianza.
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Al crear a la familia y al crearnos en familia, Dios enseña que el hombre y la mujer no pueden ser
verdaderos seres humanos por sí y ante sí; no hay humanidad en la soledad del aislamiento y el
desencuentro con los demás. Vivir una vida abundante, vivir la hondura de nuestra humanidad,
requiere de la presencia y la compañía de los otros. El texto de Génesis deja asentado esto
mediante la conocida frase “no es bueno que el hombre esté solo”.
La familia, como parte del proyecto salvífico, nos indica que hemos sido creados por Dios y que
somos redimidos mediante Jesús para ser personas, no para ser individuos. Cada nacimiento de
un niño o de una niña, en su fragilidad y en la necesidad de ser cuidado, nos recuerda algo que
está en la esencia de la familia y de la misma salvación: para ser persona, para afirmar
positivamente nuestro “yo” personal, ineludiblemente se requiere de un “nosotros”. ¿Acaso podría
ser de otro modo, si hasta el mismísimo Hijo de Dios para nacer y crecer necesitó de ese
“nosotros” primordial que fue su familia?
Hoy vivimos en una cultura del facilismo, lo “fácil” constituye un sello distintivo de la sociedad de
consumo. Esto puede llevarnos a otra confusión en cuanto a la salvación y a la vida abundante.
Vivir una vida abundante no significa que todo siempre nos ruede bien; la experiencia de la
salvación no garantiza que nuestra vida transcurrirá por caminos sencillos, fáciles y prósperos. Por
el contrario, lo que vemos en la Biblia es que el proyecto de Dios se abre camino en medio de las
dificultades. El texto de Lucas confirma esto de un modo particular al relatar todas las peripecias
que tuvieron que atravesar María y José.
En tal sentido, Lucas 2:1-7, ratifica algo que es una vivencia de todos los días: en las dificultades
nos fortalecemos junto con otros. Y en función de esto, la familia también está llamada a ocupar
un lugar especial. El amor y la unidad, que son componentes esenciales de los vínculos familiares,
son una condición básica para experimentar fortalezas que nos ayuden a ver la luz en los tiempos
de oscuridad, que nos ayuden a levantarnos cuando caemos, y que nos ofrezcan seguridad
cuando nos sentimos en peligro y temerosos.
Resumamos lo que hemos dicho: los textos de Génesis y de Lucas señalan que la familia, y de
modo especial nuestra familia, está vocacionada para ser un instrumento del proyecto de
salvación, a ser un espacio propicio para experimentar la vida abundante que Dios quiere para
todos sus hijos y sus hijas. La familia es ese “nosotros” en medio del cual el ser humano se
descubre y se reafirma como persona auténtica, y en medio del cual experimenta fortaleza cuando
las dificultades arrecian. Ése es el valor y la dignidad que Dios le ha dado a la familia. ¡Verdad que
no es poca cosa!

Preguntas para estimular la reflexión


 La familia no puede vivir de una manera acorde al lugar y a la dignidad que Dios le ha dado sin
buen trato, ¿por qué el buen trato es fundamental?
 ¿Qué actitudes se requieren para que haya buen trato y para que haya unidad en la familia?
 ¿Estás de acuerdo en que lo “fácil” es un signo distintivo de la cultura consumista? ¿Qué
ejemplo puedes dar para ilustrar esta característica?
 Te invito a reseñar las dificultades que padeció la familia de Jesús durante el tiempo de su
nacimiento.
 ¿Puedes dar ejemplos en tu vida personal y familiar que confirmen las afirmaciones: “el
proyecto de Dios se abre camino en medio de las dificultades” y ”en las dificultades nos
fortalecemos junto con otros”?
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Estudio Bíblico N° 2

Las funciones de la familia


Oye, hijo mío, la instrucción de tu Texto: Proverbios 1:8-19
padre,
Y no desprecies la dirección de tu
madre;
Notas generales acerca del texto
Porque adorno de gracias serán a El libro de Proverbios pertenece a un tipo de literatura denominada
tu cabeza,
“literatura sapiencial” o “libros de sabiduría” por los estudiosos de la
Y collares a tu cuello.
Hijo mío, si los pecadores te Biblia. Este tipo de literatura, que tiene como eje fundamental la
quisieren engañar, búsqueda de la sabiduría, no fue exclusiva de Israel. Es más, muy
No consientas. probablemente Israel la recibió de los pueblos vecinos, y de modo
Si dijeren: Ven con nosotros: especial de Egipto, donde el cultivo de la sabiduría ocupó un lugar
Pongamos acechanzas para
preponderante.
derramar sangre,
Acechemos sin motivo al inocente; Pero mientras que la sabiduría egipcia se centraba en el palacio real
Los tragaremos vivos como el Seol,
y estaba destinada a preparar a los reyes y a los consejeros reales
Y enteros, como los que caen en un
abismo; para la tarea de gobernar, la sabiduría de Israel tuvo una
Hallaremos riquezas de toda clase, característica muy distinta. El principal interés de la sabiduría de
Llenaremos nuestras casas de Israel no era el arte de gobernar sino el arte de vivir. Por lo tanto, su
despojos; materia prima era la vida cotidiana. La sabiduría judía es una
Echa tu suerte entre nosotros; sabiduría que surge desde la cotidianeidad para ser aplicada en la
Tengamos todos una bolsa,
Hijo mío, no andes en camino con cotidianeidad.4
ellos. El hecho de que lo cotidiano fuera la materia fundamental de la
Aparta tu pie de sus veredas,
Porque sus pies corren hacia el mal, sabiduría de Israel le aportó otra de sus características principales:
Y van presurosos a derramar se sustentaba más en la experiencia que en la racionalidad. De
sangre. manera que su propósito no era elaborar modelos teóricos de
Porque en vano se tenderá la red conocimiento, desprendidos de lo cambiante y contingente de la
Ante los ojos de toda ave; realidad. Tampoco tenía como objetivo descubrir leyes fijas que
Pero ellos a su propia sangre ponen
asechanzas. establecieran patrones permanentes que pudieran aplicarse al
Tales son las sendas de todo el que conocimiento de las cosas o al comportamiento diario. La intención
es dado a la codicia, principal de la sabiduría de Israel era valorar lo singular de la
La cual quita la vida de sus experiencia, y en medio de esa singularidad, discernir la voluntad de
poseedores. Dios y descubrir el sentido trascendente del momento. Para decirlo
Proverbios 1: 8-19
de manera sintética: la sabiduría era sabiduría, no ley. Al contrario de
la ley, que se erigía por sobre el momento histórico, la sabiduría
siempre se conectaba con la circunstancia y, en medio de la
circunstancia, tenía la tarea de discernir la voluntad de Dios.
Precisamente porque lo que caracteriza a toda la sabiduría de Israel es el discernimiento de la
presencia de Dios detrás del acontecer diario y cómo ese acontecer esboza su proyecto, y no la
prescripción de una serie de leyes o reglas fijas, es que el libro comienza

4
En tal sentido, es significativo constatar que si bien la autoría del libro de Proverbios se le atribuye al rey
Salomón, la temática de la que se ocupa no se relaciona con la función de gobernar, sino con la vida de
todos los días.
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afirmando que “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová", según Reina-Valera, u “honrar
al Señor”, según Dios Habla Hoy (Pr. 1:7).5
La contingencia del momento, lo azaroso de la realidad y lo cambiante de la circunstancia
constituía un enorme y urgente desafío para hallar sentido, puesto que repetidamente lo cotidiano
estaba muy lejos de ser percibido como una realidad amable y armónica. Para los judíos y judías
de aquel momento el mundo no se manifestaba como un orden estable y seguro, sino que solía
presentarse de manera imponderable y amenazante, inseguro y por momentos caótico. Ante una
realidad así, la sabiduría se tornaba vital, pues por medio de ella se trataba de identificar unas
constantes que le aportaran significado y dirección a la cotidianeidad; la sabiduría era el camino
para descubrir unas estructuras de pensamiento, de conducta y de relacionamiento con los demás
que confirieran un orden mínimo para sustentar la vida y posibilitar su desarrollo. Finalmente, la
sabiduría era un instrumento dado por Dios para discernir, detrás de lo azaroso del presente y de
lo enigmático del futuro, su presencia fiel y confiable y su proyecto de vida abundante.
Como parte de la búsqueda de un orden mínimo y de unas estructuras básicas, la familia ocupa
un lugar fundamental. Esta es la razón por la cual Proverbios comienza refiriéndose a ella y por la
cual a lo largo de todo el libro encontramos una serie de refranes y sentencias que se ocupan de
las relaciones familiares.
Cabe aclarar que ese orden mínimo y esas estructuras básicas no estaban dados por la
composición de la familia sino por las funciones que ella debía cumplir. Lo que daba seguridad y
garantizaba el desarrollo de la vida de los integrantes de la familia, especialmente de los más
pequeños, más que el formato de la familia, era el contenido de las relaciones familiares. Algo que
sigue vigente hoy día.

Claves de interpretación
Si bien este texto (Pr. 1:8-19) va dirigido a los hijos, deja ver con claridad que una de las funciones
fundamentales de la familia es educar (vv. 8 y 9). Aquí educar se plantea en un sentido amplio, es
decir, vivir y promover valores esenciales que le confieren a la vida autenticidad y dignidad, y no
sólo aportar conocimientos intelectuales y técnicos.
Los valores son coordenadas éticas y espirituales que nos orientan en medio de lo engañoso, de
las seducciones y de las encrucijadas morales que la cotidianeidad suele presentar. Los valores
constituyen esas referencias que hacen posible vivir de manera coherente, sin dar lugar a
actitudes que se apartan del “honrar a Dios” –el principio de la sabiduría, como hemos visto– ni
consentir aquello que le hace el juego a la mentira, a la violencia y a la injusticia (vv. 10-16).
El texto profundiza el sentido de esa función educativa que la familia ineludiblemente está llamada
a cumplir al plantear que la educación debe orientarse a fomentar la paz. Aquí es notorio como la
enseñanza de estos padres apunta a impedir que el hijo sea atrapado por la dinámica de violencia
que, por lo visto, se había instalado en ese momento: “Tú, hijo mío, no vayas en el camino con
ellos, sino aparta tu pie de sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal, se apresuran a
derramar sangre” (vv. 15 y 16, Reina-Valera).
Pero la educación no sólo debe fomentar la paz, también debe promover la justicia, es decir, debe
reemplazar las relaciones de poder, que siempre acaban oprimiendo y sojuzgando a los demás,
por relaciones equitativas. Al mismo tiempo, educar para la justicia implica reforzar el valor de la
solidaridad y las actitudes solidarias para que no gane terreno la codicia, y su consecuencia

5
Aquí temor no es miedo, sino reverencia. Es el reconocimiento y la aceptación de que Dios es más grande
que el ser humano; por consiguiente, siempre desborda la comprensión que se puede tener de él. La
sabiduría de Israel reconocía que Dios es inaprensible, que el conocimiento humano no puede abarcarlo por
completo; algo que la ley muchas veces perdía de vista al dogmatizar una única comprensión de Dios o
absolutizar una única expresión de su voluntad.
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natural: la degradación de la vida, la muerte de las dimensiones más humanas de la persona (v.
19).
En efecto, si en la familia se viven y se comparten valores trascendentes que “honren a Dios”, vale
decir, que apunten a esa vida abundante que es el centro de su proyecto salvífico; si se viven y
comparten coordenadas de vida que den sentido y ayuden a vivir de manera coherente; si se
educa para la paz, para el buen trato, para la solidaridad y la equidad, entonces la familia cumplirá
con la función de aportar fundamentos sólidos que permitirán preservar y edificar la vida en el
nivel personal, comunitario y social.

Preguntas para estimular la reflexión


 Seguramente nuestra cotidianeidad es muy diferente de la del pueblo de Israel de aquella
época, pero ¿hay situaciones hoy que nos provocan temor, inseguridad e inestabilidad en lo
personal y familiar? ¿Cuáles puedes identificar?
 ¿Has comprobado que la fe ayuda a enfrentar esas situaciones difíciles que la cotidianeidad
presenta? ¿De qué forma nos ayuda?
 ¿Qué clase de vínculos en el ámbito familiar constituyen fortalezas que ayudan a sobrellevar y
superar las situaciones difíciles?
 Aparte de la educación, ¿qué otras funciones fundamentales debe cumplir la familia para que
sus integrantes puedan desarrollar plenamente su vida?
 ¿Puede la familia cumplir adecuadamente esas funciones si el buen trato está ausente? ¿De
qué manera el buen trato contribuye con el cumplimiento de las funciones primordiales de la
familia?
 Si el libro de Proverbios tiene tantos textos vinculados a educar en el buen trato (por ejemplo,
13:17; 15:1; 15:4; 15:17; 16:24; 16:32; 17:14; 20:3; 29:22), ¿por qué será que se ha enfatizado
tanto el texto que habla del castigo con la “vara” (23:13 y 14), hasta el extremo de casi haberlo
convertido en doctrina?
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Estudio Bíblico N° 3

Un Dios con un fuerte vínculo de apego y empatía


Textos: Levítico 26:11-13 y Filipenses 2:5-11
Y pondré mi morada en medio de
vosotros, y mi alma no os
abominará; Notas generales acerca del texto
y andaré entre vosotros, y yo seré
vuestro Dios, y vosotros seréis mi
Este texto, así como todo el libro de Levítico, se centra en la Alianza
pueblo. que Dios estableció con Israel en el monte Sinaí, durante el largo
Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué peregrinaje por el desierto que llevó a Israel de la esclavitud en
de la tierra de Egipto para que no Egipto a la tierra prometida. En virtud de esa Alianza se consagra un
fueseis sus siervos, y rompí las vínculo muy especial entre Dios e Israel: “Yo seré su Dios, y ustedes
coyundas de vuestro yugo, y os he
hecho andar con el rostro erguido.
serán mi pueblo” (v.12).
Levítico 26: 11-13 Sin otra justificación ni razón que su inmenso amor, Dios le propuso
a aquella pequeña y débil nación una relación de mutua pertenencia.
No le plantea una relación unilateral, donde una parte se adueña de
Haya, pues, en vosotros este sentir la otra, como solían ser las pseudo alianzas de aquella época,
que hubo también en Cristo Jesús, producto de los tratados de vasallaje que las naciones poderosas y
el cual siendo en forma de Dios, no
victoriosas les imponían a las débiles y derrotadas. La relación que
estimó el ser igual a Dios como cosa
a que aferrarse, Dios propone no es una relación posesiva, donde una de las partes
sino que se desposó a sí mismo, se erige como sujeto en tanto que la otra queda reducida a la
tomando forma de siervo, hecho condición de objeto. Por el contrario, en la Alianza que Dios ofrece, a
semejante a los hombres; partir de la relación de mutua pertenencia, ambas partes se
y estando en la condición de
constituyen como sujeto y adquieren identidad (“yo seré” y “tú
hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la serás”). De manera que lo que caracteriza a la Alianza no es un
muerte, y muerte de cruz. vínculo de propiedad, sino de mutualidad, que perfectamente
Por lo cual Dios también le exaltó podríamos calificarlo de vínculo parental. Y por supuesto, una
hasta lo sumo, y le dio un nombre relación tan profunda y de esta naturaleza sólo puede fundarse en el
que es sobre todo nombre,
amor.6
para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están Ese vínculo al que Dios convocó a Israel implicó para aquel pequeño
en los cielos, y en la tierra, y debajo pueblo una garantía y un desafío, una gracia y un compromiso. Por
de la tierra;
y toda lengua confiese que un lado, Dios le garantiza su permanente cercanía, cuidado y
Jesucristo en el Señor, para gloria fidelidad: “viviré entre ustedes”, “no los rechazaré”, “andaré entre
de Dios Padre. ustedes” (vv. 11 y 12). Por otro lado, dicho vínculo tiene
Filipenses 2: 5-11 consecuencias tremendamente significativas, puesto que vocaciona
y prepara a Israel para la libertad y para una vida digna: “yo rompí el
yugo que pesaba sobre ustedes, y los hice andar con la frente en
alto” (v.13).
Con referencia al texto de Filipenses, podemos decir que allí Pablo
apunta a un doble propósito. El primero es fortalecer las relaciones de unidad en aquella
comunidad de fe (ver 2:1-4). El segundo es enfatizar qué tipo de conducta demanda la salvación
(2:12) y qué clase de testimonio debe desprenderse de la vida nueva que entraña la experiencia
de la salvación (2:15).

6
Deuteronomio, otro libro del Antiguo Testamento que, igual que Levítico, se centra en la Alianza, expresa
claramente cómo la elección y el Pacto con Israel se explican únicamente por el amor de Dios: “Si el Señor
los ha preferido y elegido a ustedes, no es porque ustedes sean la más grade de todas las naciones, ya que
en realidad son la más pequeña de todas ellas. El Señor los sacó de Egipto, donde ustedes eran esclavos, y
con gran poder los libró del dominio del faraón, porque los ama…” (Dt. 7:7 y 8). Cada vez que Israel se
olvidó de esto, se llenó de orgullo y se alejó de Dios.
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Por eso el apóstol comienza el pasaje 2:5-11 haciendo el siguiente llamado: “Haya, pues, en
vosotros este mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús” (v.5, en este caso seguimos la
versión Reina-Valera). El desafío del creyente es, entonces, vivir con la misma actitud y la misma
disposición que Dios ha revelado en su relación con los seres humanos. ¿Y cuál es esa actitud,
ese “sentir”?
La respuesta a esta pregunta no se hace esperar; Dios, en Jesucristo, dejó su lugar y se puso en
nuestro lugar. Para ello se abajó de tal modo que se vació de su naturaleza, apartándose por
completo de aquella que caracterizaba a los dioses de la época, y adoptó una forma inédita: “tomó
la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres” (vs. 6 y 7). Cabe aclarar que aquí la palabra
“forma” no tiene el sentido de lo que es exterior o de lo que se restringe a la apariencia, tal como
lo entendían los griegos, sino que el término es usado con el sentido que le daban los judíos, es
decir, el de "condición" o "modo de ser y proceder".
Mediante este abajamiento Dios presenta una forma de ser y un tipo de relación diametralmente
diferente de la forma de ser y la forma de relacionarse de los dioses griegos. Para estos dioses, la
calidad de dios se manifestaba en la distancia absoluta que establecían con respecto a los seres
humanos, vale decir, que cuánto más lejos y cuánto menos se “contaminaran” del mundo y de los
asuntos de los seres humanos, mayor era su divinidad. A esta condición los filósofos griegos la
llamaron “apatía”. De manera que, en el pensamiento griego, la apatía era considerada una
cualidad teológica.7
Contrariamente a esto, el Dios de la Biblia, y de manera especial el que nos presenta el Nuevo
Testamento, se manifiesta como un Dios encarnado, que se “calza los zapatos” del ser humano.
En Jesucristo, Dios agudiza el vínculo de cercanía del que nos hablaba el texto de Levítico, puesto
que ahora no sólo aparece como un Dios cercano sino como un Dios que se identifica
amorosamente con los padecimientos de sus hijos y sus hijas. Si los dioses griegos eran
exaltados por la “apatía”, Jesucristo es exaltado por la “empatía”. Por eso el texto de Filipenses
acaba diciendo que a aquel que se humilló hasta la cruz “se le dio un nombre que es sobre todo
nombre” (vv. 9-11).

Claves de interpretación
Estos textos de Levítico y Filipenses ponen en evidencia ese sentir y ese vínculo tan especial que
Dios establece con su pueblo; un sentir y un vínculo que constituyen un auténtico modelo de
relación entre todos los seres humanos, pero de manera muy particular entre las madres y los
padres con sus hijos e hijas.
Dios ha querido estar tan cerca de nosotros, tan intenso es su apego, que llegó a dar un paso
inconcebible en otras religiones: se puso en nuestro lugar. A causa de ese apego y de esa
empatía Israel pudo asumir, a pesar de su debilidad y pequeñez, su vocación de libertad y su
dignidad de pueblo santo. En virtud de ese apego y de esa empatía la comunidad de Filipos se
convirtió en una de las comunidades más generosas y solidarias, superando el miedo y la lógica
inseguridad que suscitaba el encarcelamiento de su líder.8 Por eso Pablo puede dar gracias tan
vivamente como lo hace en 1:3-7. En efecto, el vínculo con Dios permitió que Israel y que la
iglesia de los Filipenses desarrollaran unas condiciones y unas fortalezas que de por sí no habrían
podido experimentar.

7
La palabra "apatía" viene del griego apatheia que quiere decir "sin pasión", es decir, impasibilidad,
indiferencia, incapacidad de padecer o de sentir.
8
Tengamos presente que Pablo estaba preso cuando escribió la carta a los Filipenses.
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Coincidentemente con esto, es significativo constatar cómo en la actualidad los especialistas en el


desarrollo de la persona afirman que dos de las habilidades parentales básicas son el “apego” y la
“empatía”. Cuando hablamos de habilidades parentales nos referimos a esa capacidad que las
madres y los padres deben cultivar a fin de poder responder adecuadamente a las necesidades de
sus hijos e hijas de acuerdo con la etapa del desarrollo en que se encuentran. ¿Por qué el apego
y la empatía son tan importantes para el cuidado y la crianza de los niños? Porque el apego
constituye una plataforma afectiva y emocional provista por las madres y los padres, o las
personas encargadas del cuidado de los niños, que permite que los niños y las niñas crezcan y
forjen su personalidad con confianza y seguridad. Y porque mediante la empatía, la "figura de
apego", es decir, la madre, el padre, o el adulto que cuida, adquiere la capacidad de sintonizar con
el mundo interno del niño y captar sus necesidades comprendiendo sus gestos y sus diversas
manifestaciones emocionales.
De manera que Dios, como Padre y Madre, con su apego y empatía nos brinda un modelo de
relación que nos inspira y nos constriñe a ser buenos padres y madres.9 Si experimentamos con
nuestros hijos vínculos tan consistentes como estos que nos plantean los textos bíblicos, ellos
crecerán con una actitud básica de confianza y podrán identificarse con un modelo de relaciones
positivas, abiertas a los demás y a sus necesidades.

Preguntas para estimular la reflexión


 ¿Qué implica para tu fe la afirmación que hace Pablo en Filipenses con respecto a Jesucristo:
“Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que
se despojó de sí mismo, tomó forma de siervo y se hizo semejante a los hombres”?
 Arriba decíamos que Levítico nos revela que la relación que Dios le propuso a Israel fue de
mutualidad (una Alianza) y no de propiedad. Según tu entender, ¿qué diferencia una de otra?
¿Cuál es el peligro de establecer una relación de "propiedad" con los hijos/as? ¿Qué implica
tener una relación de mutua pertenencia con ellos?
 El apego y la empatía con nuestros hijos/as o con los niños/as que tenemos a nuestro cuidado,
¿se da por generación espontánea o es fruto de algunas vivencias fundamentales? Si es así,
¿cuáles?
 ¿Consideras que el apego y la empatía son una condición necesaria para que haya buen trato?
¿Por qué sí o por qué no? ¿En qué sentido?

9
El Antiguo Testamento no sólo revela el rostro paternal de Dios sino que también nos presenta su rostro
maternal. Por ejemplo, esa fue la experiencia del salmista testimoniada en el salmo 131 y también fue la
visión de Isaías expuesta en 66:13.

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