Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Principios generales:
Pasos posibles:
Restablezca un concepto correcto del Dios bueno y del plan maligno de Satanás, examinando
los siguientes pasajes:
La bondad de Dios: Salmo 25:8; 34:8; 135:3
La justicia de Dios: Génesis 18:25; Romanos 2:1-3; 1 Pedro 4:5
La astucia de Satanás: Efesios 6:10-18; Hebreos 2:14-15; 1 Pedro 5:8
Repase algunos pasajes que detallen las consecuencias del pecado (Génesis 3:8-19; Hechos
5:1-11; Romanos 8:12-13; 2 Corintios 5:9-11; Gálatas 6:7); y otros que detallen las
consecuencias de la obediencia (Josué 1:8-9; Salmo 1; 34:8-10; Gálatas 6:8-9; 1 Pedro 3:8-
12). ¿Cómo se aplican a esta situación?
xx
Examinen y mediten sobre los pasajes que hablan de los recursos de Dios y la posición
victoriosa del creyente (Romanos 6-8; Colosenses 1:3; 3:4; Hebreos 4:14-16; 1 Juan 1:5-2:2).
El creyente debe comprender los siguientes principios:
Hemos muerto y resucitado con Cristo: El texto no dice que tenemos que morir al pecado sino
que ya hemos muerto al pecado (Romanos 6:1-10).
Debemos contar con esta verdad: Creerla no la convierte en verdad, sino que la creemos
porque es verdad (Romanos 6:11).
Debemos entregar todo nuestro ser a Dios: Esto consiste en ¡decirle “no” al pecado y “sí” a
Cristo! Presentamos todo nuestro ser a Dios para sus propósitos (Romanos 6:12-14).
Podemos contar con el Espíritu Santo y el amor de Dios: El Espíritu Santo nos ayuda y Dios
nos guarda (Rom 8).
El creyente posee grandes riquezas en Cristo: Dios nos ha dado todo lo necesario para que le
agrademos (Efesios 1-3).
Dios provee ayuda en toda tentación: Dios no deja al cristiano solo en su batalla (1 Corintios
10:13).
Dios provee confesión para el pecado: El creyente puede recibir perdón confesando sus
pecados al Señor (1 Juan 1:5-2:2).
xx
Especifiquen las horas, los lugares, la forma en que ocurren las tentaciones, y escriban un
plan práctico para evitarlas. Por ejemplo: Si la persona se siente tentada en algún sitio
específico o con ciertas personas, se debe desarrollar un plan de acción para evitar estas
circunstancias y reemplazarlas con actividades positivas.
Ansiedad
“No tengo paz, tengo miedo y siento inquietud”
Principios generales:
La ansiedad está relacionada con nuestro futuro bienestar o el de nuestras personas amadas
(Mateo 6:25).
La ansiedad resulta por falta de fe en el amor de Dios y su habilidad para proveer (Mateo
6:26, 30).
La ansiedad es una opción (Mateo 6:25-34; Filipenses 4:6).
La ansiedad indica prioridades mal colocadas (Mateo 6:32-33).
La ansiedad frena el desarrollo espiritual (Marcos 4:18-19).
Pasajes relevantes: Salmo 23, 34; 37; 55; Jeremías 29:11; Mateo 6:19-34; 7:7-11; Juan 14:1-
21; 16:33; Romanos 8; Filipenses 4:4-20; 1 Pedro 5:6-7; Hebreos 13:5-6; 1 Juan 1:5-2:2.
Pasos posibles:
Sugiera al aconsejado que haga dos listas: En una, que escriba todas las cosas que le
preocupan; en la otra, todas las bendiciones que Dios le ha dado. Entonces le hacemos
conocer a Dios nuestras ansiedades y le damos gracias por todas sus bendiciones.
Explore los proyectos y tareas que la persona no ha terminado. Desarrollen un plan específico,
eficaz, y razonable para completar las tareas no concluidas.
Examinen y practiquen los principios de confesión de pecado. Sugiera al aconsejado leer 1
Juan 1:5—2:2, meditar sobre los principios allí expuestos, y confesar sus pecados a Dios.
La ansiedad reemplaza a la fe y la acción por centrar la atención en el futuro incierto. Por lo
tanto, enseñe al aconsejado a vivir en el ahora, y no tanto en el futuro.
Depresión
“Estoy tan triste y desanimado que no puedo hacer nada”
La depresión a menudo proviene del enojo, del pecado, del pesar, de alguna pérdida, después
de un parto, de enfermedades crónicas, de ciertas drogas y de otras emociones no manejadas
correctamente. La persona generalmente se concentra en sí misma y poco a poco va cortando
sus relaciones con el mundo exterior. A veces fuerzas demoníacas están implicadas. Aunque
todos pasamos por períodos de tristeza que se pueden tratar sin medicina, hay casos de
depresión clínica que deben ser tratados por médicos y psiquiatras, ya que ocurre un cambio
en la química del cerebro, que requiere un tratamiento con medicamentos para evitar
consecuencias permanentes. Si ha pasado un tiempo prudencial y el aconsejado no se ha
recuperado de su depresión y presenta varias de las siguientes características, entonces debe
ser examinado por un médico o psiquiatra:
Principios generales:
La depresión la experimentan también los creyentes (David: Salmo 42; Elías 1 Reyes 19;
Pablo: 2 Corintios 1:8-9).
La depresión afecta el sueño (note la reacción de los discípulos en Lucas 22:45-46 y la de
Elías en 1 Reyes 19:4-5 como posibles ejemplos).
La depresión puede llevar a tener deseos de morir (1 Reyes 19:4).
La depresión provee oportunidad para que el poder de Dios se manifieste (2 Corintios 1:8-11).
Dios puede usar amistades cristianas para ayudamos en la depresión (2 Corintios 7:6).
Pasajes relevantes: 1 Reyes 19; Job 38-42; Salmo 23;32;42;51; 103; 107; Isaías 40.29; Hechos
23:11; 27:1-37; Romanos 12; 1 Corintios 12:12-31; 2 Corintios 1:1-11; 7:4-7; Efesios 4:17-
32; 2 Timoteo 1:6-10; Hebreos 4:14-16; 1 Juan 1:5-2:2 (véanse también: versículos en Enojo).
Pasos posibles:
En todos estos casos el “Dios de toda Consolación” (2 Corintios 1:3) suplirá suficiente
consuelo no sólo para los que han sufrido sino para que ellos mismos puedan ayudar a otros
que sufren (2 Corintios 1:3-4).
Inseguridad
“Siempre dudo de mis decisiones; me paraliza el temor”
La inseguridad minimiza los recursos y las promesas de Dios, y aumenta los temores y
flaquezas humanas. Surge por la falta de seguridad en nuestra relación con Dios como
también por no conocer nuestra posición y nuestros recursos como cristianos. El consejero
ayudará al aconsejado a descubrir sus privilegios y su posición como creyente, y le dirigirá
hacia la grandeza y el poder de Dios, a fin de que camine en fe.
Principios generales:
Pasos posibles:
Dividan por la mitad una hoja de papel para hacer dos columnas. En una, escriban los
aspectos de la vida que causan temor e inseguridad. En la otra, atributos de Dios o versículos
bíblicos que responden a estos temores. Dividan otra hoja, y en un lado escriban las áreas
donde el aconsejado se siente seguro, y al otro lado, una alabanza a Dios por dichas áreas de
seguridad.
Tome la misma lista de inseguridades y escojan una o dos áreas que el aconsejado intentará
vencer empezando ese mismo día. Oren al Señor y escriban un plan de ataque. Pueden
comenzar con situaciones más fáciles y gradualmente llegar a las más difíciles.
Exploren el trasfondo familiar del aconsejado. Si ha habido divorcio en su familia, si es hijo
adoptivo, o sobre protegido puede que esto esté influyendo en su inseguridad. Mediten y
piensen sobre versículos que enfatizan el cuidado de Dios (especialmente por los que no
tienen familia) y otros pasajes que hemos incluido. Si se trata de niños o adolescentes,
exploren también áreas en las cuales el aconsejado ya debe tomar responsabilidad por sí
mismo sin el control o protección excesiva de parte de los padres.
Compararse con otros puede promover la inseguridad. Ayude a que el aconsejado participe
regularmente en una buena iglesia, (especialmente en grupos pequeños de oración, enseñanza,
y de ayuda a los necesitados) para que empiece a reconocer y apreciar el cuerpo de Cristo en
su diversidad. Haga énfasis en que Dios ha colocado en Su familia a cada creyente
(incluyendo al aconsejado, si es que ha creído en Cristo como Salvador) para cumplir una
función especial. ¡Todos nos necesitamos mutuamente!