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HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS, SU VIÑA Y REINO: INTERÉS REDENTOR, GRACIA Y BONDAD” [Mt. 20: 1-16].

DÉCIMO
SÉPTIMO DOM. DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E45.

LA LECTURA DE ESTE DÍA, ES DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 20 [1-16… “A”]
[24/IX/2023]

“En el reino de Dios sucede algo parecido a lo que pasó en una viña. El dueño salió muy de mañana a
contratar hombres para que trabajaran en ella. 2 Se puso de acuerdo con los trabajadores para pagarles el
salario de un día completo; y los envió a trabajar. 3 Como a las nueve de la mañana, el dueño volvió a salir,
y en la plaza encontró a varios hombres que estaban desocupados. 4 Les dijo: Vayan a trabajar a mi viña, y
les pagaré un salario justo. Los hombres aceptaron y fueron a trabajar. 5 Como a las doce del día, el dueño
volvió a hacer lo mismo; y salió otra vez a las tres de la tarde. 6 Ya eran las cinco de la tarde cuando el dueño
fue de nuevo a la plaza, y vio a otros hombres desocupados. Entonces les preguntó: ¿Por qué han estado
ahí todo el día sin hacer nada? 7 Ellos le contestaron: “¡Porque nadie nos ha dado trabajo! El dueño les dijo:
Vayan a trabajar a mi terreno. 8 Cuando se hizo de noche, el dueño le dijo al jefe de los trabajadores: Llama 1
a cada uno de los trabajadores y págales, comenzando por los últimos que vinieron, y terminando por los
que vinieron primero. 9 Entonces se acercaron los trabajadores que llegaron a las cinco de la tarde y
recibieron el salario de un día completo. 10 Después, cuando pasaron los que habían llegado primero, muy
de mañana, pensaron que a ellos les pagarían mucho más. Pero cada uno de ellos recibió el mismo salario
de un día completo. 11 Después de recibir el dinero, esos trabajadores comenzaron a hablar mal del dueño
de la viña 12 y le dijeron: Los que llegaron a las cinco de la tarde sólo trabajaron una hora, pero usted les
pagó a ellos lo mismo que a nosotros, que trabajamos todo el día aguantando el calor. Eso no es justo.
13
Pero el dueño le contestó a uno de ellos: ¡Mira, amigo! Yo no he sido injusto contigo. Recuerda que los
dos acordamos que tú trabajarías por el salario de un día completo. 14 Toma el dinero que te ganaste, y vete.
No es problema tuyo que yo les pague lo mismo a los que vinieron a las cinco. 15 Yo puedo hacer con mi
dinero lo que me parezca. ¿Por qué te da envidia que yo sea bueno con los demás? 16 Jesús terminó diciendo:
Así, los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros”.

ESTA ES LA PALABRA DEL SEÑOR. [Sal. 145: 1-8; Jon. 3:10; 4:11; Fil. 1:21-30; Mt. 20: 1-16].

“JESÚS, SU VIÑA Y REINO: INTERÉS REDENTOR, GRACIA Y BONDAD”


1. “Jesús y su incansable actividad laboral en su reino…” La figura del pasaje es un campo donde
se procesa la uva y la producción de sus derivados, es muestra de la incansable acción didáctica
del Maestro; figura laboral que parece muy común a su audiencia, el estilo narrativo se presta
a múltiples interpretaciones, aunque lo valioso de esta enseñanza puede centrar la atención en
lo diligente e importante que resulta la labor de su reino; el Evangelio recuerda la importancia
del hombre: “Después de sembrar el trigo, ustedes dicen: Dentro de 4 meses recogeremos la
cosecha. Fíjense bien: toda esa gente que viene es como un campo de trigo que ya está listo
para la cosecha. D premiará a los que trabajan recolectando toda esa cosecha de gente, pues
todos tendrán vida eterna. Así el que sembró en el campo y los que recojan la cosecha se
alegrarán juntos” [Jn. 4:35-36]. Una viña, era un lugar reconocido para el trabajo que hacía un
ciudadano habitual; D no cesa de su trabajo constante revitalizando su creación e invitando a
hombres generosos y dispuestos a unirse a las tareas de renovación, producción, y recolección
del fruto; para Jesús en su Reino la gente constituye el interés más elevado del cielo, o sea, de
grado sumo en importancia por causas redentoras; el cielo entero concentra su mirada
esperando la consumación del plan redentor. El criterio de la religión es unánime respecto del
interés esencial en la persona humana. Para el JUDAÍSMO, el hombre, al ser creado a imagen de
D, tiene la responsabilidad de cuidar y preservar su mundo. Según el ISLAM, es visto como
representante de D, teniendo la responsabilidad de ser guardianes [Califas] de su creación,
administrar la tierra de forma justa y equitativa. En el HINDUISMO, toda la creación es apreciada
como una revelación de lo divino, así el hombre es parte integral, y se relaciona equilibrada y
armónicamente con el todo, de tal manera que su deber principal es cuidar toda forma de vida.
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS, SU VIÑA Y REINO: INTERÉS REDENTOR, GRACIA Y BONDAD” [Mt. 20: 1-16]. DÉCIMO
SÉPTIMO DOM. DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E45.

En el BUDISMO, todo ser vivo está interconectado, y la creación es interdependiente; la


compasión y no violencia es de vital importancia en esta relación en la cual el hombre debe
proteger el medio ambiente. Según las Escrituras, el hombre es cúspide de esta creación, sus
facultades le dan dominio sobre la tierra y todas las creaturas, por ello deben cuidar y proteger
esta casa común; existe preocupación generalizada en el mundo, ya que los países ricos e
industrializados son los responsables del crítico deterioro ambiental, por lo cual D urge por su
Evangelio a unirnos compasiva y generosamente al cuidado y protección de la vida y por el
mejoramiento de las condiciones de sus moradores. El profeta con expresión insuperable dice
del hombre: “Cuando contemplo tus cielos, la luna y estrellas que tú mismo hiciste, no puedo
menos que pensar: ¿Qué somos los mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en
cuenta? ¡Nos creaste casi igual a ti! Nos trataste como a reyes, nos diste plena autoridad sobre 2
todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre tu creación… nuestro D y rey, ¡Qué grande eres
en toda la tierra!” [Sal. 8: 4-10]; así D sigue desplegando su gracia inmensa, y tiene en el centro
de su interés al hombre, a quien nunca abandona; anuncia que no ha dejado su obra al garete
y no tiene planes de aniquilarla, más bien su propósito es mejorarla constantemente y que
ofrece al hombre oportunidad de unir sus brazos e integrarle al trabajo en bien de su mundo.
Su Palabra anuncia su cuidadoso plan de restaurar todas las cosas: “D mostró el plan que había
mantenido en secreto, y que había decidido realizar por medio de Cristo. Al llegar el momento
preciso, D completará su Plan y reunirá todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, y
al frente de ellas pondrá como jefe a Cristo” [Ef. 1: 9-10]. Este cuadro muestra la imagen de un
D que ama a la gente que, ante la crisis mundial, deterioro, inseguridad, economía crítica, etc.,
Él mantiene firme su disposición de mejorar el estado absoluto de su creación, así como el
cuidado diligente de esa Viña para lo cual pide hombres que la trabajen y haga producir.
2. “Jesús: los valores del reino manifestados en el Señor, dueño del viñedo…” Este segmento
destaca la bondad y generosidad, así como otros valores de interés humano que señalan el
camino necesario en sus propósitos eternos, o sea, D trabaja incansablemente para rescatar lo
que se había perdido; el hombre es invitado a ser parte de su equipo, va en busca de quienes
tienen brazos dispuestos y los llama para ser parte de la restauración de su creación cuyo
deterioro es físico, moral, espiritual, etc. la selección de los obreros es total, no se desestima a
nadie, en su viña hay oportunidad para todos, nadie tiene méritos especiales, Él es movido por
su sola Gracia, la cual imparte a todos según su voluntad. En este reino Jesús manifiesta equidad
plena sobre la retribución, o sea, recompensa a todos por igual a pesar de lo desigual del tiempo
laborado. Esta GRACIA inmerecida es siempre generosa, abundante, suficiente para todos. La
figura literaria dice que “Todos recibieron igual paga…” en Él nadie quedará defraudado, ni
lamentando su pasado carente de oportunidad; así esta Gracia es igual para todos los que
aceptan ocuparse del servicio del Señor. SAN GREGORIO MAGNO, Doctor de la Iglesia dice: “El
Padre de familia, es decir, nuestro Creador, tiene una viña, esto es, la Iglesia universal, que ha
arrojado tantos sarmientos cuantos son los santos que ha producido, desde el justo Abel hasta
el último santo que produzca hasta el fin del mundo. En ningún tiempo ha dejado el Señor de
mandar predicadores como trabajadores que enviaba para cultivar su viña a fin de que
instruyeran a su pueblo. Porque Él ha trabajado en el cultivo de su viña; primeramente, por
los patriarcas, después por los doctores de la Ley y los profetas y últimamente por los
apóstoles, como sus operarios. Se puede decir que todo hombre que obra con recta intención
es de alguna manera y en cierta medida trabajador de su viña”. Hermanos, franca es la
invitación, todos somos convocados a oír su voz, ser parte de su llamado, tomar el arado, los
instrumentos de labranza, caminar con seguridad, integrarnos a su pueblo y acompañar su
bendita y sagrada labor, conociendo que su voz es fiel y su camino verdadero. El Apóstol nos
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS, SU VIÑA Y REINO: INTERÉS REDENTOR, GRACIA Y BONDAD” [Mt. 20: 1-16]. DÉCIMO
SÉPTIMO DOM. DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E45.

dice: “Así que hermanos amados, sed firmes y constantes, abundando en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en Cristo no es en vano” [I Co. 15:58].
3. “Jesús y algunos valores en el ámbito de su Viña o Reino…” La figura de la Viña es un reflejo de
su Reino; aprovecha para ofrecernos algunas lecciones de interés para seguirle y actuar en
consecuencia con sus demandas. En primer lugar, nuestra disconformidad nos lleva a
compararnos con otros, cuando no obtenemos lo que deseamos, o que en nuestra razón
merecemos; a menudo demandamos un trato preferente o justo ante los que hicieron menos
méritos; en esta comparación usamos referentes equivocados, también a manifestar signos de
envidia hacia el prójimo; quizá valga la pena sentirnos alegres ante el bienestar de los humildes
trabajadores o pobres como nosotros. Seguidamente, el pasaje es un llamado a demostrar más
humildad, ante D que todo lo sabe, y ante los pobres que en ningún momento expresan tener 3
méritos para algún trato preferente; sólo necesitan una oportunidad para su sostenimiento
básico, en muchos casos el desposeído no ingresa lo mínimo para su sostenimiento. Otro asunto
aleccionador, es que a menudo la lógica en que se opera en el reino de D, riñe con los modales
y razones del mundo. A quienes trabajaron más horas, les pareció injusto el trato hacia ellos
mismos, por recibir menos paga. El Evangelio a menudo nos desafía social y culturalmente a
corregir ciertas maneras de ver e interpretar hechos para que actuemos con más equidad y
justicia. Finalmente, como una lección de importancia, es requerido explorar la inclinación de
nuestro corazón para no cargar con descontentos y resentimientos, sino por el contrario, nos
mostremos agradecidos y contentos, satisfechos descansando en la bondad y misericordia de
D; no perdamos de vista nuestra actitud positiva y misericordiosa hacia el pobre, necesitado y
desposeído, los sin oportunidad, desempleados en el mundo. El Apóstol nos instruye en su
consejo: “Sed bondadosamente afectuosos unos con otros con amor fraternal, con honor
dándose preferencia unos a otros” [Ro. 12.10] “Así que entonces, hagamos bien a todos según
tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe” [Gal. 6:10].

OREMOS: D bondadoso: Que tu gracia y bondad nos otorgue el amor abundante para unirnos a
los millones en el mundo que desinteresadamente se adhieren a tus propósitos de cuidar y
proteger tu creación con especial atención a los necesitados y carentes de oportunidades;
concédenos la sabiduría para decidir siempre por el bien y la compasión y así soportar la carga de
los débiles; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo D,
por los siglos de los siglos. Amén.

Y… QUE EL SEÑOR OMNIPOTENTE Y MISERICORDIOSO: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO NOS


BENDIGA Y NOS GUARDE… AMÉN.

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