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Introducción
¿Cuál es el único camino para el que el hombre se convierta en un
cristiano verdadero? La Biblia nos responde a ésta pregunta: Los
primeros hombres y mujeres que conformaron la iglesia primitiva se
convirtieron en Cristianos: Escuchando el mensaje del evangelio
predicado por los apóstoles, creyendolo, obedeciendolo,
arrepintiendose, convirtiendose, siendo llenos del Espíritu y
bautizandose. Hay varios textos que nos confirman está verdad (Hec
2:38-41, 11: 19-30). Para ser Cristiano es necesario responder con fe y
obediencia al evangelio de Cristo. (Hechos 2: 40-41, Hechos 11:21).
La fe puesta en el evangelio es lo que mueve al ser humano al
arrepentimiento y a una conversión genuina. (1 de Tés 1:9). Sin fe no
hay arrepentimiento, sin arrepentimiento sincero no puede haber
conversión, sin conversión no puede haber Salvacion, sin Salvación
nadie puede ser Cristiano. No hay otro medio aparte de la fe en el
evangelio que pueda guiar al arrepentimiento real a las personas.
Cuando alguien oye y cree de corazón en el evangelio, en ese
momento ocurre varias cosas extraordinarias en esa persona: Dios
perdona sus pecados, lo adopta como su hijo, y lo sella con el Espíritu
Santo.
El verdadero Cristiano tiene convicción del perdón de Dios de sus
pecados.
El dolor más grande que Dios sintió en su corazón fue ver al hombre pecar. No
era ese el deseo de él para la humanidad. Aunque mucha gente piensa y
considera que Dios es el culpable de que el hombre haya pecado. Se hacen una
diversidad de preguntas tales como: Si Dios sabía que el hombre pecaría en
contra de él ¿por qué lo creó? ¿Por qué creo al árbol del bien y del mal? ¿Por
qué no intervino para que los primeros seres vivientes no cayeran en pecado?
Creo que todos los seres humanos nos hemos hecho esas mismas preguntas.
¿Sabía Dios que el hombre pecaría? Si. ¿Lo permitió Dios? No en su voluntad
soberana y perfecta. Ese no era su plan ni sus propósitos. Dios lo permitió en
su voluntad permisiva. ¿Es la voluntad de Dios que los cristianos pequen? No.
Si queremos pecar voluntariamente ¿él puede permitirlo? Nos deja que lo
hágalos, pero no es su voluntad soberana, lo hacemos ignorando sus
enseñanzas, exhortaciones y advertencias. Debemos entender la diferencia
entre la voluntad soberana y perfecta de Dios, con su voluntad permisiva en
donde deja al hombre a actuar a su manera. La voluntad soberana y perfecta de
Dios es aquella que se efectúa de acuerdo a los anhelos del mismo Dios, de
aquello que le agrada y lo exalta, se manifiesta en aquello que está de acorde a
su bendito carácter. La voluntad permisiva de Dios es aquella que le permite al
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hombre hacer cualquier cosa pero no están dentro de sus deseos, no le agradan
ni le traen gloria. Es como un padre terrenal: El padre aconseja y advierte a sus
hijos de la maldad, su anhelo es que ellos hagan el bien. Pero cuando éstos no
obedecen a sus padres y hacen lo malo, entonces los padres los dejan que
hagan lo que quieran con sus vidas ¿Es la voluntad de los padres? No. Dejan
que sus hijos hagan sus cosas y ellos quedan con un dolor en su corazón por las
grandes consecuencias que han de venir. Así mismo es Dios con sus hijos.
Todo hombre por naturaleza es pecador. (Rom 5:12). El pecado de Adán afecto
a todo ser humano existente en el mundo; trayéndole la muerte espiritual, la
rotura de la comunión con Dios y el merecimiento de la condena eterna. El
pecado era la pared intermedia que impedía que el hombre pudiera gozar de la
presencia de Dios y de sus benditos favores. (Efesios 2: 13-15).
A causa del pecado todo hombre está destituido de la gloria de Dios, en otras
palabras: Lejos de la presencia de Dios y de la vida eterna.(Rom 3:23). La paga
del pecado es muerte: Física, espiritual, condenación en el lago de fuego (Rom
3:23). Más la dádiva de Dios en Cristo Jesús es vida eterna. Este es un pasaje
que muchos sacan fuera de contexto, lo mal interpretan y así mismo lo
enseñan. El apóstol Pablo está haciendo una diferencia entre las consecuencias
del pecado original de Adán, con la Dadiva de Dios en Cristo Jesús. El pecado
de Adán trajo muerte, la gracia o regalo de Dios trajo vida eterna. Si una
persona muere bajo la esclavitud del pecado original o sea el de Adán entonces
morirá condenado por toda una eternidad. Pero si esa persona se arrepiente
genuinamente de ese pecado, lo confiesa a Dios de todo corazón, entonces
Dios le perdona y le da vida eterna. En Efesios 1: 7 Pablo nos dice que
nuestros pecados son perdonados por la sangre de Cristo y la abundante gracia
de Dios. Nadie es perdonado porque es bueno, oh porque hace ciertas obras
dignas de exaltar, oh porque se lo merece sino por la gracia y misericordia de
Dios.
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medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39 y que de todo aquello de
que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo
aquel que cree (Hechos 13: 38-39). No debemos olvidar que la muerte de
Cristo no perdona automáticamente los pecados del mundo, sí así fuera,
entonces todos fueran Santos y nadie se perdería. Siempre Dios espera que
cada individuo responda con fe, arrepentimiento y conversión al sacrificio
perfecto de Jesús. Según el texto, la ley de Moisés no pudo perdonar ni
justificar al pueblo, ahora, en el tiempo de la gracia, somos perdonados y
justificados por la fe en Cristo.
Dios perdonó el pecado que nos condenaba: El pecado original que traemos
por naturaleza y que nos hace merecedores del juicio eterno. (Rom 8:1). Dios
perdona los pecados que dañan nuestra comunión con él mientras estamos en
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este cuerpo y en este mundo (1 de Juan 1:7-9). Cuando pecamos confesamos
nuestros pecados porque Dios lo demanda y porque lo necesitamos para estar
bien con Dios. No lo hacemos para que él nos libre de la condenación eterna, él
ya lo hizo desde el día que confesamos nuestros pecados y aceptamos a Cristo
como nuestro Salvador. (Juan 3:16-18).
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como hijos de Dios. Porque los hijos de Dios no aman, no se sujetan y no
sirven más al pecado una vez bautizados y crucificados en Cristo. (Gal 2:22).
La Biblia a los no cristianos, a los inconversos, a los no hijos de Dios les llama
hijos de desobediencia, hijos de ira, hijos del diablo. En ese grupo de hijos
estábamos los que ahora somos verdaderos Cristianos. (Efesios 1:6-7). Para ser
hijos verdaderos de Dios es importante que él haya perdonado nuestros
pecados que nos impedían ser sus hijos.
Todo ser viviente no nace ni crece siendo hijo de Dios. ¿Por qué Dios buscó
adoptarnos cuando éramos malos? Por su gracia y misericordia. (Efesios 2: 4).
¿Qué hizo Dios para adoptarnos cómo sus hijos? Sacrificar a su hijo para que
nos perdonara del pecado y nos limpiará de toda maldad. En Cristo Dios nos ha
adoptado como sus hijos legítimos. (Efesios 1: 5). En gálatas 3:26 todos los
Cristianos somos constituidos en hijos de Dios por medio de Cristo Jesús.
Los que son hijos de Dios se conocen por sus frutos. En 1 de Juan 3: 9-10 El
apóstol Juan nos describe que los hijos del diablo se identifican por vivir en el
pecado, mientras los de Dios se identifican por vivir en la justicia de acuerdo a
la ley divina. Los verdaderos Cristianos está seguros de ser hijos de Dios
porque hacen las obras de su padre celestial. Según Fil 2: 15 los hijos de Dios
son luz en medio de esta generación que está en tinieblas.
Solos los que han creído en Cristo son hijos de Dios. Por tanto, la idea de que
todos los seres humanos son de Dios, es una idea hueca, torcida y vana.
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¿Tienes convicción que de qué eres un hijo de Dios? ¿Cómo puedes darte
cuenta que eres de Dios? ¿Cómo se identifican los hijos de Dios? ¿Estás
mostrando cambios y dando frutos cómo un verdadero hijo de Dios?