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Buen Humor Madrid 13 12 1931 N o 519
Buen Humor Madrid 13 12 1931 N o 519
Nuestros Concursos
EL DEL MES DE DICIEMBRE
100 PESETAS
que, como de costumbre en nosotros, constituyen el pre^
mió de concurso presente. ¡Ah! CI conourso se cierra
para siempre el din de San Silvestre, 31 de diciembre, a
las doce menos cuarto de la noche, para que nos dé tiem-
po de ir a la Puerta del Sol a comer las uvas.
ÉVÉÍitíVMOÉ
NUESTROS CONCURSOS
EL DEL MES DE NOVIEMBRE
Segunda lista de solucionistas
Ramón Jiménez, de Jaén. Cédula 80.029, de Madrid. M. M. M. 13, de Gerona.
Salvador Dasi, de Valencia. Carmen Cuadrillero, de Madrid. C. S. P. A. P., de Tarragona.
León Cembrano, de Madrid, cuatro Fernando García, de Melilla. Manuel Rivero, de Casablanca.
soluciones. Cinteta Serres, de Argentera. Jesús García, de Valencia.
Aurora Espantaleón, de Madrid. Cinta Piqué, de Argentera. María del Carmen Serrano, de Ma
drid.
Servando Crespo, de Bilbao, cuatro
soluciones.
María de los Dolores Martínez, de
Madrid.
Alvaro Fúster, de Barcelona, dos
soluciones.
Isabel Martínez, de Madüd.
Dolores Anguera, de Argentera.
José Irureta, de Madrid.
José Luis Herrero, de Alicante.
Bernardino Torres, de Barcelona.
Mariano Pomer, de Barcelona.
Ramiro Serres, de Tarragona.
C. C. C , de Madrid, tres solucio
nes.
Anita González, de Barcelona.
Enrique González, de Barcelona.
José Alguero, de Requena.
Rafael Solís, de Melilla.
Esteban Gómez, de Madrid.
Carmen Manzano, de Madrid.
Jesús Torres, de Alar del Rey, tres
soluciones.
Miguel Gómez, de Madrid,
Javier González, de Madrid.
Paquita Jiménez, de Melilla.
M. Sánchez Priede, de Madrid.
José Luis Manzanaro, de Madrid.
Emilio Panach (S. U. C. E.),
Cédula número 80.028, de Madrid.
Jesús Delgado, de Ribadesella, dos
soluciones.
Thomas Gunn, de Essex (Inglate
rra).
Salvador Bach, de Barcelona.
Federico Blasco, de Madrid, dos
soluciones.
Luisito Semper, de Melilla.
Antonio Azcarreta, de Bilbao.
Julián Usandizaga, de Barcelona.
José Félix, de Madrid.
Benito Zarate, de Llanes.
Rogelio ligarte, de Reinosa.
Amos Literas, de Santander.
Tránsito Zancada, de Zamora.
Ricardita Roger, de Puljícerdá.
Asunción Pérez, de Toledo.
Enriqueta Palacios, de Molledo.
Aurora Cresp>o, de Getafe.
Sixto P. Andrés, de Infiesto.
BUEH HUMOR
SEUANARIO ILUSTRADO
Madrid, 13 de diciembre de 1951
A R T Í C U L O S D E HISTORIA
LA C O P A D E GINEBRA
El siglo XIX (hoy vengo dispuesto detalles y detalles? He aquí una pist i do, barbudo, ¡espeso — era — podemos
a todo), tan extreñido de logros co- Mientras el hombre actual— este í^firmarlo^—un frenético colleccionista
mo fecundo en vagas especulaciones, hombre sin americana, sin sombrero, de memudencias, un exaltado amador
dio al mundo, y más que al mundo a sin bigote, sin barba y sin dos rea- de superfluidades, un acumulador de
esa parcela de humanidad que se le- les—huye de todo lo que sea ador- minúsculas realidades.
vanta temprano para visitar los mu- no y detalle, el hombre enchisterado Vista la célula de nuestra teoría,
seos (cada uno tiene sus gustos), una del siglo XIX gozaba horrores orlán- sigamos barrenando.
procelosa, una insospechable riada de dose el mentón con los mirtos adustos Si el hombre del siglo xix era un
cuadros realistas. Todos esos cuadros de la sotabarba, impulsando, por la ser paranoicamente realista, ¿qué ha-
que pueden ustedes contemplar len esclusa de las orejas turbulentas ca- bía de salir de su pincel cuando, pa-
el Museo de Arte Moderno (a mí me taratas pilosas y cometiendo actos de ra desdicha de sus padres, abrazaba
lo han prohibido los médicos), en los verdadero sabotaje para que no se la profesión de pintor? Pues había de
que sus autores se afanaron, por rete- inventara el baño hasta unos lus- salir justamente lo mismo que alen-
ner, pelo por pelo, botón por botón, • tiros después. taban SU'S axilas hidrófobas en el aje-
arruga por arruga, los más interesan- El hombre del siglo xix—abigota- treo de (dos lanceros» o en la cere-
tes momentos de la historia monia parsimoniosa del ciri-
patria, ora—las cinco—en su godón» ; esto es : realidad,
aspecto público, o r a—las copiosa y acre realidad, Ho-
cinco y diez—en su íntimo racio.
recato. Así fué como pudo venir
Testigos silenciosos, col- a este mundo ese género
gantes y neurasténicos de pictórico que dio al Museo
mis afirmaciones : La inva- de Arte Moderno el solita-
sión de los bárbaros, La rio e intranquilizante per-
muerte de Séneca, El testa- geño de un lazareto. Así, y
mento ológrafo de Doña nada más que así, fué como
Berenguela, Lecciones d e nacieron los cuadros de his-
gramática al cardenal Men- toria. ¡ Qué le vamos a
doza por un tio suyo, herma- hacer 1
nó de su padre, que el po- Yo, señores diputados, me
bre murió de fiebres tifoi- traigo una enmienda en el
deas..., etcétera, etc. bolsillo...
Si yo estuviera de mejor Pretendo, por las buenas
humor, aquí terminaría el o por las malas, cobrar unos
exordio de este importante cuantos artículos de histo-
trabajo. Pero como vengo ria, género literario en ma-
dispuesto a todo, según he nifiesta descomposición.
tenido el honor de consignar
un poco más arriba, pre-
gunto a ustedes : ¿A qué
se debía aquel extraño afán El articulo histórico que
de manchar lienzos y lien- va a deslizarse por la cuca-
zos con una bronca fami- ña de mi estilográfica, es
liar entre Felipe II y su muy bello.
aguerrida esposa la princesa
Es aquel instante, preña-
de Eboli? ¿De qué ansia
do de emoción, en que los
honda o subcutánea solici-
tación emergía aquel ham- políticos i'ustres que repre-
bre insaciable de detalles. sentan a Inglaterra, Fran-
Dib. SiLBNO. Madrid. cia, Austria, Alemania y las
ÉVEN HÜMOÉ
R. R. S. S., en la Conferencia del De- Lloyd George recuerda que en aque- Marsellesa con contrapunto de IM
sarme universal, ponen fin a sus hu- llos momentos, además de Lloyd Geor- Madelon», y aquí termina toda la di-
manitarias conversaciones y se dis- ge, es Inglaterra, y, asegurándose el cha de la jornada, porque por el ves-
ponen a abandonar Ginebra, sin pér- mon<5culo de la diplomacia (i), se- tíbulo avanzan, uno tras otro, los re-
dida de momento, para liarse a cons- pulta tres dedos en el bolsillo del cha- presentantes de Austria, Alemania y
truir cañones, tanques, submarinos, leco, prende dos libras y las deja caer, Rusia.
torpedos, acorazados, gases y bacilos. 5 toe, toe!, en la sudosa mano del es- El «groom» sabe perfectamente que
Sí; debo recordar—y lo recuerdo— clavo con elegantísimo ademán. en Suiza las botellas de cerveza, se
que por aquel entonces las monedas ¡ Bello gesto! etiquetan con billetes de diez mil co-
de los distintos países allí reunidos El <(groom)), emocionado, ataca el ronas. No ignora, tampoco, que el mi-
estaban que era una pena por el si- God s^uve our graaious King, pero llón de marcos es rechazado en los
guiente orden de aflicción: Inglate- tiene que interrumpirlo en el tercer bares latinos a cambio de una anchoa
rra, con su libra poderosa (¡ que tiem- verso, porque monsieur Barthout, que de lata. iNi que los soviets velan in-
pos aquellos, señor Elgorriaga); Fran- ha requisado la escena, se dispone útilmente para estampar el número de
cia, con su franco a 16, y Austria, a salir, y, por el momento no con- billetes necesarios para adquirir media
Alemania y Rusia, con unas ganas viene particularizar el entusiasmo. En libra de caviar.
enormes de ver, aun que sólo fuera un vista de ello, el «cgroom» se limita a Asi que cuando el re^presentante de
sujetador de oro. lanzar un pálido viva al Reino Uni- -Austria recoge de un ángulo del vestí-
Todo se halla dispuesto para la par- do... hasta ahora. bulo una maleta gigantesca y avanza
tida. iLos diplomáticos, que se hos- u^ todo esto, monsieur Barthout, con ella hacia el botones, éste, que
pedan en el mismo hotel, han pedi- político sagaz, ágil deportista y ede- ha decidido una prudente inhibición,
do la cuenta de sus dispendios pa- matoso ciudadano, ha ultimado un rá- pregunta sin excesiva amabilidad :
cifistas, y la ojean con las cejas tren- pido cálculo mental. —¿ Dónde quiere el señor que se
zadas. —iLas libras, a setenta... ; siete y lleve eso?
Aun cuando las notas advierten con siete, catorce... Ciento cuarenta fran- •—¿Dónde?—replica el enviado de
letra redondilla que, <(para mayor co- cos... Bien. la iBallplatz—. ; A tu casa ! Es la pro-
modidad de los señores viajeros, en Y en el acto, metiendo mano a la pina de Austria.
la cuenta va incluido un io> por 100 cartera, toma dos bilíetes^—uno de Y sin aguardar un segundo, gana
para la servidumbre», cuando los pro- cien y otro de cincuenta francos—y apresuradamente la puerta.
hombres llegan al vestíbulo del hotel, los hace llegar, planeando, sin motor, El representante de Alemania llega
la mano descarada y antirreglamen- hasta la mano del «groom»..., sudo- para entregar su óbolo.
taria de un (ogroom» se adelanta so- sa. (Creo que ya lo he dicho.) —¡ Este me dará un baúl—^piensa
licitando una nueva propina. 5 Hermosa réplica ! el muchacho.
El primero que la advierte es (Lloyd El «botones» destila sonrisas y pa- Y su sorpresa es extraordinaria al
George, que avanza sereno, majestuo- rabienes. Hay unos compases de La ver que él cachazudo teutón saca de
so, con esa marcha inglesa que tiene la cartera . un talón de ferrocarril y
algo de acorazado, boxeador y vi- (I) ¡Qué plancha si luego resulta se lo entrega con estas instrucciones :
rrey. que no ha usado monóculo nunca ! —^Esto es para que retires tu propi-
na... El vagón de billetes está en los
muelles de la estación desde esta ma-
ñana... Puedes ir a descargarlo cuan-
do gustes...
Sólo resta el enviado de las R. R.
S. S. y el «groom» decide huir antes
de que llegue.
Mas he aquí que su excelencia so-
viética galopa detrás del mozalbete,
lo agarra por el cuello, le mete en el
bolsillo lun envoltorio que pesa ho-
rrores y le dice con orgullo asiático :
—^¡Toma, son los clichés!... Pue-
des tirar todos los millones de rublos
que te dé la gana!...
Y al nnutis.
Claro que si aquello en vez de ser
un acto transcendentalísimo para la
humanidad, hubiera sido un partido
de rugby o de bailancesto, no tendría-
mos más remedio que adjudicarle la
copa al político ruso. ' '"
—Y cuando robaste, ¿ no pensabas en tus pobres Una copa de Ginebra.
padres? Naturalmente.
—No, señor ; tampoco ellos me dan nada de lo que
roban. Por la exhumación histórica,
Dib. APARICIO. Madrid. IL. PlEiJTAIN
BUEN HUMOR
NOTICIONES SORPRENDENTES
DE "BUEN HUMOR'^
En Nueva Y o r k se h a desencade que escribimos e s t a s ' líneas. A pesar agentas de policía que corten por
nado el otro día u n a espantosa huel de la amistosa intervención de las au donde quieran, puesto que ellos no
ga general de sastres, que continúa, toridades, los huelguistas se niegan a piensan cortar por n i n g u n a parte.
cada vez m á s tremenda, a la h o r a en volver al trabajo y h a n dicho a los H a y quien dice que se t r a t a de u n a
huelga revolucionaria encaminada a
dejar en cueros a los capitalistas, y
so asegura que el Gobierno tiene to
dos los hilos de la t r a m a en sus m:\-
nos, a u n q u e otros sostienen que, los
que tienen todos los hilos, son los
sastres, p a r a evitar que, en ausencia
suya de los talleres, cosa el que no
debe coser, cosa que podría suceder
muy fácilmente.
L o que m á s lamenta el vecindario
neoyorquino de esta huelga, es que,
[)or culpa de ella, se va a quedar
América sin americanas y esto p u e
de perjudicar al turismo de un modo
trágico y espeso.
Y, a todo esto, se suceden los actrs
de sabotage y de violencia ; los pode
res públicos n o se deciden a ponerse
los pantalones (sin duda porque los
huelguistas los han dejado .sin termi
nar) y los sastres, a ciencia y pacien
cia de autoridades y guardias, hacen
m a n g a s y capirotes, a u n q u e lo de que
hacen m a n g a s n o deja de ser u n a ilu
sión de los habitantes de Nueva York.
L a s precedentes noticias nos han
sido transmitidas por el telégrafo, y
suponemos que no tendremos aue de
cirles a ustedes que por el telégrafo
sin hilos, porque, repetimos u n a voz
m á s , que, hasta que n o termine la
huelga, es tonto pensar en que allí
haya nada con el menor hilo dispo
nible.
»* »
El otro día, y en un país eminen-
temente agrícola, algo alejado de Es- ' ^
paña, y un poco más de Portugal,
acaeció una barbaridad que no tene-
mos más remedio que referir. .J^ ^
Un cabo del Ejército fué víctima ^^•^rp
de tan dislacerante borrachera, que ni
con amoníaco, ni con doce horas de / ^ ^ 9
sueño, ni con duchas de agua helada,
ni con amenazas de fusilamiento, se F^^^ ^=X>'
consiguió que la curda desapareciese
avergonzada.
Los doctores ilustres del país qui-
sieron estudiar el caso ; y después de
una quemazón de pestañas que duró Wr > vf^
L^
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novecientas horas, dieron cor. la solu-
ción del formidable misterio. {m^ •w^
Parece ser que el interfecto había
sido invitado a una copa de coñac 4 J M *&* ^ \ > -
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tres estrellas, y que ésta era la causfi
de la desaforada pítima. MAÑANA
¡Está claro!... Ofrecerle tres estre-
llas a un cabo, es para que el cabo Los doctores esperando turno en casa del enfermo para ofrecerle los
gí maree de una manera vergonzosa. auxilios íi« la ciencia.
BUEN HUMOR
Nieve.—iBroma de la Naturaleza, a
base de frío y resbalones, que se an-
toja deliciosa a cincuenta kilómetros
de distancia.
Pinchos.—Plaga campestre que co-
mienza arañando las pantorrillas y
termina incrustándose hasta en los ali-
mentos.
Gusano de luz.-—Sereno rural que
no es de Galicia.
Tormenta. — Conflicto líquido que
horripila a los excursionistas como el
final de mes a los matrimonios con
seis hijos.
Sol.—Huevo frito de gran tamaño
que se saborea en enero y da náuseas
en agosto.
Posada.—^Tugurio infecto donde se
come tocino y pan negro, y llámase
lecho al cuartel general de miríadas
de insectos enemigos del hombre.
Campo.—'Lugsx donde los seres hu-
manos centuplican la fatiga adquirida
en la ciudad. (El más inofensivo es
el de gules, que no figura más que en
los blasones heráldicos.)
Lobos.—'Bestias salvajes que se di-
ferencian del hombre en que no co-
men el cordero con tenedor.
Sierra del Guadarrama. — Sistema
orográfico situado a poca distancia de
—Usted tiene buena memoria, ¿verdad, señor Pérez? Madrid, casino de pulmonías y clave
—¡Phs! de la ruina de muchos veraneantes.
—Bueno, pues recuérdeme a fin de mes que le despida. Automóvil. — 'Medio de transporte
Dib. PoNiTO. Jerez. que dignifica las excursiones y las em-
presas de pompas fúnebres.
Ocho de la mañana.—Hora que Jas
personas inteligentes consagran al sue-
ño y los excursionistas a apretujarse
hierbas, las piedrecitas, las hormigas, Excursionista. — Alacrán que acos- en los andenes.
las. moscas, el sol y otros alicientes tumbra a cazar las mariposas. Morral.—Joroba deportiva donde el
de la Naturaleza. Carretera. — iLargo film presidido ((jersey» se mancha de grasa y se ex-
Kodak.-—Aparato costoso y venera- por el polvo, y en el que se suceden travían los paquetitos de oaldo (cMag-
dísimo que recompensa la inmovili- los ventorros, las parejas de la Guar- gi».
dad momentánea de los excursionistas dia civil y los vuelcos de automóvil. Cantimplora.—-Recipiente donde Jle-
regalándoles por m etemus el espec- Carretero.—^Bípedo alcohólico y ves- vamos un agua que siempre se ca-
táculo de su idiotez colectiva. (Tam- tido de pana que circula por las ca- lienta para terminar no bebiendo más
bién es útil para las puestas de sol, rreteras. que vino.
los rebaños y acostumbrarse a llevar Burro,—Excursionista irresponsable, Pastor.-—Bestia inclasificada que di-
el morral con precaución.) de ideas cortas y orejas largas, so- rige a otras bestias de sencilla cía—
Perro.—Hombre superior que come bre el que suelen cabalgar otros ex- s!ficaci(5n.
y duerme en el campo sin termo, cursionistas de orejas e ideas más re- Posaderas.—Carnosidades que se re-
horario de trenes ni tafetán inglés. ducidas. recen los alimentos sin consultar a la
Flores.—^^Cosas inútiles de las que Hectámeiro.—^Bloque de piedra, si- Junta Central de Abastos.
se antojan las señoritas cuando las tuado al borde del ca'mino, donde se Posaderas.—iCarnosidades que se re-
ven al borde de un barranco o un es- sienta el viajero para quitar las chi- sienten después d'e un prolongado con-
tanque en los que puedan caerse los nitas que le molestan en el calzado. tacto con las rocas.
caballeros. Kilómetro.—Extensión que se alar- Puente.—Artilugio de piedra o ma-
Alacrán.—iFilósofo provisto de larga ga según el cansancio. dera colocado sobre los ríos y que
uña que para no ver a los hombres Ida.—ILapso de tiempo poblado de nunca se encuentra cuando hay «nece-
reside debajo de las piedras. cánticos y risas. , sidad de trasladarse a la otra oriilla.
Mariposas.—Poetas que, por la mis- Vualta.—ILapso de tiempo pictórico
ra razón que los alacranes, se apre- de silencio, picores y pensamientos
suran a desaparecer en el espacio. desagradables. iLuis ARDILA,
BUEN HUMOR tí
LA BARAJA
LA
ÚLT/MA
CARTA
VIDA Y DULZURA
H a b r á m á s de un fabricante de que las gentes sencillas con su pavo y su Belén,
que en Jijona, en Alicante se atracan en Nochebuena). estarán caros también,
y en Toledo, y en Alcoy, Mas todo en precio ha' subido, y no h a b r á nadie, de fijo,
esté hoy y creo, por consiguiente, que pueda comer turrones,
dedicado a producir que esos manjares, que han sido a no ser un Romanones
turrón blando (cual yo soy), siempre objeto preferido o un Urquijo,
turrón duro de partir, de esa gente ,; Cabe mayor desventura,
mazapán y peladillas que goza ima atrocidad para el que al dulce se aplica,
cosa buena cuando llega Navidad, que renunciar a la rica
confitura ?
Si hogaño el turrón sabroso
vale a seis duros el kilo,
; c ó m o va a mirar tranquilo,
quien ha nacido goloso,
.^ue lo coma el poderoso
sin probar él una miga,
pues, por faltarle la luz^
tiene que hacerse una cruz
en la menguada barriga?
¿Estará bien el tener
que vender
un hotel o un olivar,
si se ha de querer comprar
guirlache o turrón de y e m a ?
; Morrocotudo problema
va a sor, para el ciudadano
que no se halle en situación
de tener un duro a m a n o ,
querer comprar ni un piñón !...
En fin, por lo que se ve,
aunque no t e n g a m o s guerras,
el que junte pocas perras
como un servidor de «usté»
(merced a los disparates
de los que quieren medrar),
se tendrá que conformar
con ver lus escaparates.
¡ Bajen esos alimentos
suculentos,
que son para los golosos
deliciosos !
¡ Cese t a n t a demasía
(porque es una picardía),
y tendremos buen humor...
si nos protege el señor
- ¿ Y en qué se apoya usted para decir que yo soy ún imbécil? ministro de E c o n o m í a !
-Me apoyo en mi garrota. ' , -
EL BUEn HUMOR
jEno
EL PUEBLO JUDIO A TRAVÉS DE LA ANÉCDOTA
Hará cosa de ochenta años que ac- cijntrar el origen y clasificación que
tuaba Rabbi Salomón Pealstain en El lujoso tren llamó la atención de
le correspondía. unos cuantos chiquillos que jugaban
Juntstof, honorable parroquia esta- Un día, malhumorada al fin su mu-
blecida al pie del alto Tatra. Era este en la carretera, los cuales, percibien-
jer, le reprochó agriamente diciéndo- do en -seguida a los barbudos judíos,
hombre un gran sabio, pero extraor- le si no sería más práctico para la
dinariamente simple; su candidez empezaron a arrojarles una lluvia de
familia dejar de mirar al cielo y em- piedras que causaron grandes desper-
estaba constantemente de manifiesto, prender otro camino más luci'ativo.
pero con más gracia que nunca se fectos en el magnífico coche.
—Paciencia—contestó el marido—, —¡Qué lástima—exclamó uno de
reveló en el entierro de «Rosch Me-
hasta que haya encontrado la estre- los colonos—, no viniera de una vez
dina», el jefe laico que resolvía las
lla, porque entonces seremos ricos. el Mesías !
—Sí, sí—^exclamó la mujer—, que
te crees tú eso ; te conozco bien y sé
que encontrarás antes diez astros en
el cielo que un rublo en la tierra.
» * »
Un nuevo rico judío de Polonia he-
redó una finca rústica, por lo cual, al
igual de los cristianos nobles, tenía
ya derecho a usar un coche con cua-
tro caballos.
En el primer viaje que hizo desde
su finca a una gran dudad próxima,
tomó consigo en el coche algunos
«colonos» judíos de condición muy hu-
milde.
—¿Tiene usted vértigos? —¿Quién fué Buda? .
—Solamente por la noche, —El hombre que descubrió
doctor : mi mujer duerme con Budapest.
la boca abierta.
© E L BUEN HU/AORDM.
Pt7BI.ICO
l'ara tomar parte oii este Concurso es condición indispensable que todo envío de chistes venga acompañado de su
correspondiente cupón y con la firma del remitente al píe de cada cuartilla, nunca en una aparte, a u n q u e al publicar-
se los trabajos ro conste su nombre, sino un seudónimo, si así lo adviertp el interesado. Em el sobre indíquese : ccPa
ra el Concurso de chistes».
Concedemos un premio de D I E Z P E S E T A S al mejor chiste de los publicados en cada n ú m e r o .
lis condición indispensable la presentación de la cédula p a r a el cobro de los premios.
¡ Ah ! Consideramos innecesario advertir que de la originalidad de los chistes son responsables los que figuren co-
mo autores de los mismos.
BUEN HUMOR
se v e n d e n en la A d m i n i s t r a c i ó n d e di-
c n o semanario al |5recio d e 3 ^ t a s . u n a .
S e r e m i t e n certilicadas si al enviar el
im|5orte se acomj[3añan 0 , 3 0 |>esetas.
—Deje de fumar, capitán, y p r o l o n g a r á usted su vid i
Unos chicos van por la calle —Oiga, señor Viriato. ¿Es ver- v'einte años.
carga-dos con grandes poita- dad que se ha compraido un re- — ¿ N o será y a tarde, doctor?
iibros. loj para dos usos ? — N u n c a es tarde.
Uno: —¿ Pues tú no decías —^Sí, señor; gracias a él sé la —Entonces, empezaré dentro de diez años.
que te gustaba más la música hora que es y llevo etl cabello
que estudiar? bien peinado. EN E L COLEGIO La señora: —Pero oiga, usted
Otro: —SI, pero los libros —¡Cómo! ¡Viriato, expliqúese! El maestro ha hecho una pre- no es ciego.
cuestan menos de llevar; por- —Sí, hombre, sí; me sirve gunta a Juanito, y éste no sabe El mendigo: —No, señora, pe-
que i tú sabes lo pesado qu« también de fijador. . contestarla. ro por eso no dejo de reconocer
debe ser ir al Conservatorio —Pero ¿por qué? Un condiscípulo le dice por lo que no hay prenda como la vista.
con el piano en la espalda ? —Porque es Omega. bajo: J. S. (Madrid).
Pompas Fúnebres (Enguera). Enrique Soto y Soto. —No hagas caso; el maestro
es un burro. Al señor Cirilo se le ha for-
CONSULTA —Camarero, estos divanes hue- mado un grano en un brazo, y
len ai chincjies que apestan. —¡ Pepe! — exclama el maes-
El médico: —Usted, lo que tro—. No dudo que usted lo está asustado porque cree que
tiene es exceso de trabajo; que —¿ Cómo quiere usted que tendrán que sajárselo. Llega el
huela, si se me acaba de rom- sepa... Pero deje a Juan que se
haciendo ejercicio, ¡mucho ejer- convenza por sí solo. médico a su casa y le dice el
ciaio!, desaparecerá en seguida per una botella de Ginebra? paciente,
Jerónimo Ruiz. ' Carlos de León,
el mal. —¡Ay, doctor! ¿Usted oree
Enfermo; —Entonces, según —Doctor, ¿ quiere usted per- EN LA PLAYA que me tendrán que pinchar?
usted, me conviene seguir tra- mitirle a mi marido tomar cer- —Chico, ¿tú. aquí? ¡Agua! —Nada, hombre — coatesta el
bajando. veza después de cenar? ¡ Qué sorpresa! ¡ Hola I médico—. ¡Si esto no es nada!
El médico: —No, hombre; le —¿Por qué? —Sí, harto de bañarme en la Es un carbunquito, y habrá que
digo lo contrario: que haga us- —Por |ue desde que usted le tinaja, pesqué el «botijo». hacer una sencilla operacioncita
ted mucho ejercicio, ¡ mucha dijo que no la bebiera después Carlos Atienza, para cortar el bracito,
gimnasiai! de cenar, no quiere nunca MENDICIDAD —¡Ja, ja, ja! ¡Tonto de mí,
Enfermo: —-Es que soy el tra- cenar. El mendigo: —¡No hay pren- yo que creí que era algo grave!
pecista del circo, ¿sabe? Jorge Valent (Valencia). da como la vista, hermana! Julio Sanz (Madrid).
Hércules (Enguera).
T
usted al sargento con esa
familiaridad! postal internacional, sellos o cheque sobre París.
— E s q u e es íntimo
amigo mío.
B. MARLENE L ibraíre
T
— N o importa ; a u n q u e
fuera su padre, tiene u s -
ted la obligación de res- 34, R u é G o d o t d e M a u r o y - P A R Í S
petarlo.
••••uuuuu
iú BUEN tíVUOÍt
C. A. M. (La Coruña)—Su S. B. A. (Granada).—Escri- nos ha enfurecido, como pare- con minúscula, creemos que
extenso y apocalíptico articule be usted, en uso de un dere- cía temer usted, pero es tan b a s t a r á p a r a que usted se dé
titulado "El Estatuto de Can cho que no pretendemos dis- corta, y además de una inge- perfectísima cuenta ' de que ha
gas», no diremos que es una cutir, la siguiente friolera: nuidad tan paradisíaca, que so- llegado usted en mala ocasión
estupidez, ni mucho menos, pe ((Las tres y media... Mi men- lamente leída; en un convento a esta honrada casa.
ro sus relativos aciertos no !• te se niega a seguir trabajan- de monjas, y por las cariñosas
llegan a dar completo derech do... Se cierran mis párpados... hermanitas, podría tener algu- Doctor (Madrid).
a figurar en nuestras páginas Me invade una deliciosa in- na eficacia carcajeante. A un Y ((usté» es, querido doctor,
y a provocar el delirante entu- consciencia... Me voy a la paisano, digámoslo así, o a más bruto que el anterior.
siasmo del público. Se adivina, cama...» una persona invadida por las De manera que h á g a m e la
no obstante,' en usted, una Pues riada, querido amigo, preocupaciones de ^a vida mo- merced d e no volver a insistir
cierta predisposición humorista que pase usted buena noche y derna, no le puede hacer gra- con sus categóricas brutalida-
t;ue nos hace suponer que pue- que duerma bien. No podemos, cia el cuento. Créalo usted, des, porque pierde el tiempo d e /
de usted ser uno de los pocos ni debemos, desearle otra cosa. porque se lo decimos con e! un modo vergonzosísimo.
aspirantes a la m a n o de BUEN corazón casi en la palma de la
H U M O R que consiga alcanzar Chacota (Murcia). mano. Lord Gay (San Sebastián).—
el anhelado «sí». Ilustre amigo C h a c o t a : Es m u y poquita cosa, milord.
no me lo tome ((usté» a mal, V, P. A. .(Alicante.) Y no lo publicamos por lo que
A, H. L. (Zaragoza).—Que- pero es «usté» un animal ¿ Sonetos con estrambote ? podrían decir los lores luego
da aceptada su composición. de bellota. ¿ Romances haciendo el bú ? de nosotros... ¡ Y de usted, que
Si le parece que no es u n a ¡Tonto eres de capirote, sería lo peor!...
locura enviaj'nos su firma com- P. C. T. (Huelva).—Si a r t ! lo j u r o por tu «salil»'
pleta p a r a ponérsela al pie, cujejo, titulado «El sueño», es i i Y estamos ya hastr el cogote D. J. C. (Madrid) Queda
hágalo en cuanto tenga un rato una cosa como para e s t i r s e un de poetas como t ú ! I admitida su guasa acerca de
disponible; y, entre tanto, in- mes lanzando ronquidos pKjlon- la oposición, destino y cesan-
giera alegremente su parte de gados, estentóreos y exorbitan- Armando Lio (Madrid).—Dis- tía de Regúlez. ¡ E s t á usted en
cena apostada y h a s t a ' brinde tes. tinguido, a la p a r que desco- un plan d e suerte que atortela
a n u e s t r a egregia salud si le nocido amigo y compañero en y empavorece, formidable ami-
da la. gana y se acuerda, al 1. N. G. (Pamplona).—Ama- la Prensa don Armando L í o :
llegar ios postres y el inevita- bilísimo amigo y prójimo: la ci . decir que aquí no admiti-
ble «champagne». narracioncilla que nos envía no mos líos, n ' con inayúscula ni B. R. N. (Vitoria) Un
cómico malo que lamenta la
subida de las p a t a t a s resulta
tan absurdo como el que a mí
me rebajen el alquiler del piso
que ocupo.
L. S. G. (Málaga).—A los
trabajos humorísticos les pue-
den ocurrir dos c o s a s : que es-
tén bien o que estén m a l .
El de usted está peor.
A. T. G. (Alcalá de Hena-
res).—No hemos sabido encon-
trarle la gracia a su narra-
ción. En confianza, ¿la tiene?
F. R. J. (Tortosa).—¿ De
manera que «El Abuelo», de
Galdós, es una pieza?... Pues
no sabe usted lo que le a g r a -
decemos el descubrimiento.
P. L. O. (Cartagena).—No
se admiten reclamaciones, des-
pués de pasado tanto tiempo...
¡ A h ! Y tampoco se admiten
majaderías en verso, aunque no
Un hombre extraordinario. h j y a n pasado m á s que dos mi-
(De Cándide.) r líos.
NADA COMPARABLE POR SUS
MARAVILLOSAS CUALIDADES
A LA CREMA RECONSTITUYEN.
TE LIDA, PARA LA CONSERVA-
CIÓN D E L ROSTRO, HACIÉN-
DOSE IMPRESCINDIBLE EN EL
TOCADOR D E TODA M U J E R
CUIDADOSA DE SU B E L L E Z A
DA AL CUTIS TERSURA Y LO-
ZANÍA.—HACE DESAPARECER
LAS ARRUGAS, SURCOS Y D E
PRESIONES FACIALES. — S U A
VIZA LA PIEL, CONSERVANDO-
LA DE TODA I M P U R E Z A . —
BLANQUEA Y CONSERVA EL
ROSTRO LLENO DE FRESCURA
Y B I E N p S T A R.—ES EL ELE-
MENTO N U T R I T I V O DE LA
EPIDERMIS, ÚNICO Y EFICAZ
PARA PRESERVARLA DE LOS
PELIGROS DE LA I N T E M P E R I E
CHEMA
RECOn/TITUYEriTE
DEP0/ITAWC-yBM>WIOLA-KAY€R.i'
Díiz¡\iT)uini:E) •
BUEN HUMOR