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BUEH HUMOR 4 0 CÉNTIMOS

í^^ll)^
-Pues venimos vestidos así porque en la invitación pone «traje de noche».
Dib. GARRIDO. Madrid.
ÜESQDtlSTJDUQPtniDilUI
tlAOA COMPARABLE POR SUS MARAV1«
LLOSAS CUALIDADES A LA CREMA RE-
CONSTITUYEKTE «LIDA», PARA LA
CONSERVACIÓN DEL ROSTRO, HA­
CIÉNDOSE IMPRESCINDIBLE EN EL
TOCADOR DE TODA MUJER CUIDADO-
SA DE SU BELLEZA. DA AL CUTIS TER­
SURA Y LOZANÍA—HACE DESAPARE­
ÍA CER LAS ARRUGAS, SURCOS Y DEPRE^
SIONES FACIALES.—SUAVIZA LA P I E L ,
CONSERVÁNDOLA DE TODA IMPURE-
ZA.—BLANQUEA Y CONSERVA EL ROS­
TRO LLENO DE FRESCURA Y BIEN­
ESTAR.—ES EL ELEMENTO N U T R I T I V O
DE LA EPIDERMIS, ÚNICO Y EFICAZ
PARA PRESERVARLA DE LOS PELI­
GROS DE LA INTEMPERIE

Pedid folletos explicativos

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£L DEL MES DE
NUESTROS NOVIEMBRE
Como estamos en el mes del ((Tenorio», de las casta- rrespondiente del 'negruzco fondo que va en esta página.
ñas y de los difuntos, damos un suculento concurso, Al lector que acierte en la distribución adecuada le
muy apropiado para estos días. Como verán nuestros obsequiaremos con un billete de
caros lectorcis que se fijen un poco, se trata de la esce-
na ((Cumbre» del dfl-ama del difunto don José Zorrilla,
escena que tanto canguelo nos daba de chicos. Pero co-
mo habrán observado, el decorado y los personajes—
CIEN PESETAS
El comendador, Don Juanito, las estatuas y el reloj de sin estampillar. Conque ¡ ánimo y a luchar por los veinte
arena—se hallan cada uno por su lado. Se trata, pues, de ((Ojos de buey» !
ciae recorten los antedichos personajes y personajitos y El plazo de admisiíin de soluciones termina a las 24
•os peguen con goma o con una estaca en su lugar co- del día 30 del presente mes de noviembre.
ÉÜÉN HÜMOÉ

NUESTROS CONCURSOS
SOLUCIÓN Y PREMIO AL DEL MES DE OCTUBRE

Damos, ante todo, las gracias más expresivas a nues- ajedrez, paraguas, escabel, ratón, imagen y aljaba, que
tros jacarandosos solucionistas, por el interés (6 por loo son los cachivaches dibujados por Sama.
anual) que han demostrado en favor de don Otto Reuch... Realizado—con las formalidades de cajón—el sorteo
etc., natural y vecino de Dusseldorf, perdido en un si- correspondiente entre los sesenta y cuatro solucionistas
tio de Madrid y encontrado gracias a los dibujitos fa- del margen, ha resultado favorecido por la veleidosa for-
bricados por él y a los esfuerzos para descifrarlos reali- tuna el misterioso caballero que responde a las iniciales
zados por nuestros probos amigos. lA. lE. G. de T., de Avila, el cual deberá, en primer lu-
(La solución exacta ha sido enviada nada menos que gar, decirnos qué quieren decir las mencionadas letras
por sesenta y cuatro de los ochocientos diez y seis señores (a menos que no quiera hacer su nombre objeto de un
que nos han honrado prestando su concurso a nuestro nuevo concurso) y después pasar por nuestras Oficinas
ídem de octubre. Dicha solución es Trapería, elegante para hacerse cargo del magnífico billete de loo pesetas
vocablo que se obtiene con la inicial de triciclo, ratón, que le tenemos reservado.

---sá*¿á'' «p'^S

BL SEÑOR g U E QUIíSO iHACiER ASTIULAS


DUEnHUMOR
SEMANARIO ILUSTRADO
Madrid, 29 de noviembre de 1951

CAZA MENOR

PASATIEMPOS
A veces, lectores, un poeta de la —¿Qué periódico dirás el pueblo se dividió,
talla de Rubén Darío, a quien huelga que huele mejor, Polonia? y unos rugen : (¡i Dique sí!»
decir cuánto admiramos, padece una ¡A ver si en el clavo das!... y otros gritan: «; Dí-que, no!...»
distracción como ésta: —¿((La Gaceta de Colonia»?...
«El paso es misterioso. Los mági- —¡ Ni media palabra más ! * **
[cos diamantes
de la corona y las sandalias de los * ** En una recién llegada revista ul-
[pies tramarina leo que dará una conferen-
fueron de los maestros que se eleva- Sextina de la división de opinio- cia ((el maestro» Martínez Sierra.
[ron antes (i) nes : ¡ Atiza!
y serán de los genios que triunfarán Cerca de Villa-Fadrique Pero ¿es de verdad maestro?
[después.» se pensó en construir un dique. No, colega.
¿Conque... «las sandalias de los Al llegar la nueva allí, ¡ Si lo que estudió don Gregorio
pies»? lué el bachillerato!...
¿Pues de dónde iban a
ser las sandalias? Eso me
recuerda, maestro amado y 11 A
1 Itlll
JJ "^^ ., 1
distraído, a un manchego V i"' \ 1 \ De una revista de toros :
que se quejaba de dolor ((en ((El bicho cojeaba un po-
los ríñones de atrás».
1170,0? T co. El diestro estuvo bien
con la muleta...»

A
C ? ^ '
¿Sí?

Un crítico extranjero dice


í íA ¡ Hombre! Pues si cojea-
ba, el que hubiese estado
bien con la muleta habría
que el Quijote, con toda su sido el toro.
grandeza, no deja de ser
Una bella mentira. Vamos,
V « «*
que es una bola, ¿no?...-
Pues no, señor crítico, Cleptomanía cuartelera :
í^on Quijote no es ((bola». El recluta Bello Bravo,
I Es ((manchego»! que es de presunción por-
[tento,
sin ver que iba en menos-
[cabo
de su honor, fué al regi-
Quintilla de la hembra miento
avispada : (hazaña que yo no alabo),
y sustrajo, en un momento,
el ((ron-quina» del sargento
(>) Deben ,de ser los del y la ((Colonia» del (¡Cabo».
"primer, escalafón», de que tan-
fo se habla. Dib. SiL£NO. Madrid. MIGUEL DE CASTRO.
BVÉN nüMúñ

TRADICIONES MADRILEÑAS
LA C A L L E DEL TORO
L u g a r de la acción, el C a m p o para dar al espectáculo, mi arcabuz.» Y acto continuo
del M o r o ; la fecha, el cinco con su autoridad, m á s brillo. se terció la capa, echóse
de octubre del a ñ o mil el sombrero a t r á s con brío,
seiscientos treinta y un pico... E n confuso tropel salen apuntó, disparó, hirió,
los animales ya dichos ; en fin, oyóse un rugido
Deseando el de Olivares se m i r a n , avanzan, d u d a n , y vióse rodar al b r u t o
celebrar con regocijos retroceden dando un brinco, envuelto en tal remolino
e! cumpleaños del Príncipe se acorralan en u n p u n t o de polvo, que parecía
Don Baltasar, que era hijo espantados del peligro, m u e r t o por el rayo mismo.
mayor del Rey Don Felipe, y, sin ponerse de acuerdo L a multitud, delirante,
el cuarto de los Filipos, y obedeciendo al instinto, hiere el viento con sus gritos,
ordenó solemne fiesta arremeten contra el toro, no cesando en lustro y medio
propia de r o m a n o s circos, que era animal hermosísimo, de hablarse de aquel prodigio.
disponiendo que luchasen el cual repartió cornadas Y Pacheco de Narváez,
a la vez y confundidos con t a n acertado tino, que rival n o h a conocido
un toro, un león, un tigre, que a éste quiero, a éste no qui-- en la ciencia de adular
una m o n a , dos novillos, con estotro h a g o lo m i s m o , al Rey, de quien era íntimo,
un elefante, un chacal, que a los diez m i n u t o s ya adquirió a precio de oro,
u n a pantera, dos micos, no quedó en aquel recinto que salió de su bolsillo,
tres zorras, un g a t o , un perro ni un bicho p a r a contarlo, el cuerpo del animal
y yo n o sé si h a s t a un grillo. si hubiera sido preciso. t a n t a s veces referido.
El Rey, con solemne voz, Y arrancándole las astas,
Los balcones del Alcázar, a los concurrentes dijo : las puso en el frontispicio
m á s que ocupados, henchidos ((Vasallos, quiero o t o r g a r de su casa, cerca de
se hallaban de personajes a este a n i m a l premio digno la Plaza del Alamillo,
de g r a n valor y prestigio. de su valor. Perdonarle siendo lo r a r o del caso
Allí estaban, a d e m á s , la vida fuera castigo, que, según c u e n t a s los libros
de los Reyes, lo^s obispos. pues se le dejaba expuesto de entonces, todas las tardes,
Príncipes, inquisidores, a perderla con ludibrio a la hora y punto mismos
m a g n a t e s y niagnatitos ; en m a n o s torpes y en coso en que el Rey m a t ó a la fier^,
entre ellos, m u c h a s meninas; plebeyo y envilecido. oíanse unos bramidos
entre ellas, muchos meninos; Morir a m a n o s del Rey que espantaban a las gentes
Cardenales, y hasta el Nuncio es h o n r a que envidia el vivo. al pasar por aquel sitio ;
también ocupaba un sitio. Así, pues, venga al instante por lo cual, desde aquel día,
fanático el vulgo y tímido,
le puso calle del T o r o
a la que antes fué del Mico,
atribuyendo el suceso
a milagro del Altísimo,
a u n q u e , al cabo de los años,
no sé por quién se ha sabido
que, a fin de evitar Pacheco
que el Monarca fuera visto,
porque allí todas las tardes
acudía muy solícito
a t r a t a r con cierta d a m a
de negocios n a d a limpios,
cogía un c u e r n o de caza,
y, soplando de lo lindo,
alborotaba la calle
con aquellos resoplidos.

N o sé si será verdad
todo lo que llevo dicho ;
Ella.—Oye, riquín ; en la caja de dátiles que si no lo es, pudo serlo,
me m a n d a s t e ayer, encontré dos pelos. y p a r a el caso es lo mismo.
El.—'Nfl te e x t r a ñ e , m o n a d a . E r a n de Berbería.
Dib. DiiL R í o . Barcelona. TOMÁS LUCEÑO.
BUEN HUMOR

jensación que experimenta el seiñor al que ha dejado su novia para casarse con otro.
Dib. SAMA. MadriJ
BUEN HUMOR

UN CUENTO ITALIANO Y MACABRO

EL MUERTO QUE PROCEDIÓ COMO UN "VIVO"


Pippo Ragusetti se moría sin re- comedor aguardaba pacientemente a buten, y las que allí había no eran
medio... que el enfermo dejase de dar la lata de buten, sino de Ñapóles y sus vol-
Su familia, que era de !'s r- ás dis- a sus deudos y testamentarios y se cánicos alrededores, seguía el hipo
tinguidas de Ñápeles, y que estaba remontase lo más rápidamente ¡xisible fastidiando al paciente^ y seguía el
formada por doscientas once perso- a la misteriosa diestra de Dios padre, paciente fastidiando a la reunión, sin
nas y un poeta tartamudo, rodeaba el según se entra a mano izquierda... que se vislumbrase por ningún lado
lecho agónico esperando que se con- Pippo tenía hipo, cada vez más el anhelado suspiro íinal.
virtiera en camastro mortuorio antes hipo; pero como para quitarle el hipo Por fin Pippo Ragusetti, sacando
de que se enfriase la sopa, que en el hubiera hecho falta una hembra de un descarnado y peludo brazo de en-
tre las sábanas, pidió la mano de su
mujer.
Ella, creyendo que aquello era el
delirio, le dijo que para qué pedía
su mano, cuando hacía doce años que
estaban casados ; pero Pippo se son-
rió y aclaró el concepto diciendo (con
voz más débil que el estómago de un
laborista inglés) que pedía la mano
de su costilla para despedirse de ella.
—¡ ¡ Es que me voy, Fiametta ! !
¡ ¡ Me voy a ir en seguida ! !
•—^Pero, hombre, ¿qué prisa tie-
nes?... ¿Tan mal estás aquí?...—le
dijo Fiametta para animarle, aun-
que otra le quedaba dentro.
—¡ Tan mal estoy, esposa mía, que
si me hubieras hecho caso y hubieses
avisado al médico, hace tres horas
que estaría yo en el cementerio ocu-
pando el mausoleo que por clasifica-
ción me corresponde!... ¡Mí agonía
se prolonga, y es por falta de una
receta..., que me es en este inomen-
to más necesaria que el sentido co-
mún a un guardia de seguridad!...
Acabadas de pronunciar estas sa-
bias palabras, se adelantó una criada,
prematuramente vestida de luto por
imposición de la suegra de Pippo, y
anunció solemnemente :
—¡¡El señor doctor!!...
¡Fué mano de santo!... El aludido
galeno, sin necesidad de aproximarse
al lecho, sin la más leve alusión a
que iba a recetar nada, sin despegar
sus sapientísimos labios, consiguió
resolver en un minuto el furibundo
problema planteado... Pippo le miró,
le olfateó con delicia, y dijo agra-
decidísimo :
—¡Gracias, doctor ilustre!... ¡¡Yo
no necesitaba ya más que este ligero
golpe, determinado por su presencia,
para acabarme de caer con todo el
trousseau ! !...
Y sin más de particular, y con sa-
ludos a toda la familia y amigos,
Pippo Ragusetti cayó como una pe-
—¿Qué le dijo el médico a Carlos? lota y se entregó al brazo clásico del
—Que había tenido un derrame en una pierna. puntillero. (Ovación y oreja al facul-
—Pues acertó, porque antes del atropello se le había caído una jarr.i tativo).
entera de cerveza. No hemos encontrado una forma
Dib. EGA. Albacete. menos macabra de describir el fallecí.
BVEN HUMOR

miento d e un italiano relativamente


honrado.
Pero pasemos a otro capítulo, que
este lío n o está t e r m i n a d o todavía,
a u n q u e a ustedes les h a y a parecido
que sí.

^; C u á n t o tiempo estuvo Pippo R a -


gusetti e n t e r r a d o ? . . .
Se ignora... Pudieron ser dos días,
tres, u n a s e m a n a , un m e s . . . El caso
es que Pippo despertó en su t u m b a
cuando menos lo pensaba, y vio, con
e.spanto, que n o estaba m u e r t o ; es
decir, como verlo, no lo vio, porque
e.staba completamente a o b s c u r a s ;
pero lo adivinó por la sencilla razón
de q u e e r a m u y listo y en seguida
comprendía las cosas.
—i M e h a n enterrado vivo!—dijo
con la m i s m a expresión de terror
con que L a Cierva exclamó el cator-
ce de abril : «; se h a hecho la pascua
mi influencia política en M u í a ! . . . »
_Y luego, un poco m á s tranquilo, se
hizo la siguiente reflexión :
—¡ i L á s t i m a de dinero g a s t a d o en
e! entierro, sin necesidad n i n g u n a ! !
Con la m i t a d de l a s liras tiradas a
la calle en esta tontería, le hubiera
puesto el estanco a Bettina, y ella,
en agradecimiento, m e hubiese dedi-
cado las labores m á s escogidas...
Y después de este desahogo un poco
ar.ticonyugal, gritó poniéndose furio-
so de pronto.
—¡ i Q u é tranquila y regocijada es-
tará m i suegra a h o r a ! ! . . . ¡ ¡ C ó m o
Se h a b r á carcajeado al verme cadá-
v e r ! ! . . . ¡ ¡ M a l d i t a sea su feísima es-
t a m p a ! !...
""¿pe modo que ayer enterrasteis al pobre Alfredito?
-Si, e r e un calavera...
¿ F u é por la evocación?... Dib. FERS.AL. Madrid.
¿ F u é por otra, c o s a ? . . .
¿ P o r q u é fué?...
N o importa... ¡ P o r lo que fuese!...
El caso es q u e , al día siguiente, P i p -
Po notó en el panteón un ruido inusi-
tado y b a s t a n t e pelmazo... Voces...
C a r r e r a s . . . Ayes... La voz de su es-
Pesa que lloraba a lágrima viva y
••ecalcitrante... L a voz de Bettina, su
^miga íntima, que lloraba también,
"Quizás en la desesperación de n o po-
*J'¡' ya ser estanquera j a m á s , porque
primos como Pippo hay m u y poqui-
1'^^ en el m u n d o . . . U n a banda mili-
t'ir q u e tocaba La rosa del azafrán
Convertida en m a r c h a fúnebre, que,
•^lespués de todo, es lo que ha sido
teda la vida... R u m o r de m u c h e d u m -
j^'e condolida... Olor de incienso, de
" u m o , d e cirios, de churros...
^—¿Qué es esto?—pensó Pippo—. —¡ Cómo hace c a m b i a r de ideas el matrimonia
'^Vendrán a h a c e r m e u n h o m e n a j e ? C u a n d o yo era soltero, m e g u s t a b a n todas las m u -
,¿ H a b r á p a s a d o un a ñ o y yo no lo jeres.
notado?. ' Pero n o ! !... i E s t o —¿Y ahora?
?^' un sepelio en toda r e g l a ! ! . —Ahora m e gustan todas... menos la mía.
' e r o , ,;quién es el c a d á v e r ? . , . Dib. PILAR, Madrid,
ÉVEN HUMOR

¡ Un momento de duda ! ¡ Un indi- que tomarme la molestia de volver a metió a la suegra tan panorámica
cio ! i Una sospecha! ¡¡Y al final, la mi casa!—dijo con expansión y a paliza, que en dos minutos la convir-
seguridad completa!!... voces destempladas. tió en cadáver de verdad; pero do
Pippo lanzó Un alarido absurdo : Pero de pronto, y como un eco estos cadáveres que no hay duda...
—¡¡¡Es mi suegra!!!... horrísono, estalló una carcajada sar- Luego la colocó en el féretro tranqui-
¡Lo era, en ' efecto!... ¡Y allí la dónica a su lado. lamente... Después, escribió sobre él,
dejaron a su lado, después de las —i i Cielos ! !... con un lápiz, estas palabras íilocuen-
atenciones postumas y de los llantos i Era la suegra, la tremenda madre tes : ((Horas de caja, desde las seis
galantes con que se distingue a los política, que también había sido en- y media de hoy hasta la eternidad...»
muertos para quedar bien!... Se ale- terrada viva, como si eso fuese la Y terminado esto se sentó, encendió
jaron los asistentes... Se alejó la ban- última moda en Ñapóles!... un pitillo económico, y hasta que no
da... Volvió el silencio... Se hizo de Extinguida la risotada, se quebró 1(> dio en la nariz que la interfecta
noche (y, sin embargo, no llovió) y en mil pedazos el ataúd de la distin- se empezaba a descomponer, más rá-
entre sus ca\'ernosas tenebrosidades guida señora, y ambos difuntos ho- pidamente que las gramolas de al-
continuó la juerga que paso a des- norarios se encontraron frente a quiler, no se decidió a abandonar la
cribir... frente. Necrópolis...
Pippo Ragusetti, más feliz que un ¡ La cosa fué espantable, épica, de- Y ya camino de su casa, feliz e
reumático con zapatillas de orillo, sopilante, pero de una rapidez com- independiente, tuvo una frase, más
empezó a cantar La marsellesa, el pletamente pelicularia ! fc^liz que él :
himno de Mufesolini y un chárleston —¡ ¡ Vamonos a casa, que es lo más —¡¡Que en paz descanse.,., por-
de sesenta y cinco céntimos, y en su prudente !—ordenó la dama. que la verdad es que la tunda la
furiosa alegría hizo cisco el féretro —¡¡Que te crees tú eso!!—opinó debe de haber dejado rendida!!...
de un puñetazo y se vio libre y en Pippo—. i i A casa no vuelve más
medio de la cripta... que este humilde servidor! !
-—i Ahora no tengo más que hacer Y liándose el sudario a la cabeza, ERNESTO POLO.

—^Si nunca ha pintado, ¿cómo s.'ibe usted que este


—^Diga usted, guarda ; si yo cazara aquí alguna cuadro está mal?
liebre, ¿ sería delito ? —¡ Yo sé cuándo un huevo no es bueno y nunca he
—No, señoa-ita ; sería un milagro. puesto ninguno !
Dib. ESTEBAN. Madrid. Dib, URDA, Barcelona.
BUEN HUMOR

TODAS MULTIMILLONARIAS
H A S O N A D O UN TIMBRE

—Adelante pocas palabras más, quedaba cerrado ir a la iglesia, para unirse a su no-
—Buenos días, señor Casado. el trato, vio y muy señor mío.
—Señorita... —^Usted no tiene que abonarme ni —¿Y qué he de hacer?—solía pre-
—Señora. ¿iNo me recuerda usted? una peseta hasta momentos antes de guntar día con timidez.
•—No ; es decir... ¿Sirena?
—iLa misma. Un poco más grue-
sa, pero Sirena Domínguez, que vuel-
ve de su viaje de bodas.
—¿ Dichosa ?
—^Completamente. \'engo a darle
a usted, una vez más, las gracias.
He recomendado su agencia matrimo-
nial femenina a una señorita con la
que intimé en el tren.
—¿Bonita?
—Incasable.
•—^Para mi agencia esa palabra no
• existe.
—^Lo sé.
—Su esposo de usted, ¿feliz o re-
signado?
—Feliz. Es bueno.
—Se acostumbrará. Todos acaban
por acostumbrarse.
—Así sea.
—Y serán ustedes eternamente di-
chosos.
—Gracias. No le molesto más.
—Tengo un gran' placer...
—Señor Casado, buenos días.
—A sus pies, doña Sirena.
« » *

La agencia matrimonial femenina


de don ¡Perfecto Casado, <(E1 divorcio
«stá en camino», era modelo de sen-
cillez. ILa señorita, más o menos on-
dulada, que llegaba a ella, un poco
avergonzada y con el rictus amargo
de haber presenciadlo el desfile de
<luince o más primaveras sin que en
••ninguna hubiese visto florecer él amor
^n forma de oficial del Ejército, es-
tudiante de iMedicina, o guardia de
Asalto, renacía pronto a la esperan-
za al escuchar k palabra co'ncienzu-
"la y altisonante del director, que afir-
rnaba siempre:
-•Usted se casará, señorita. Me
juego el cuello postizo! No me falla
una.
i —^Capitán : ahí está la aurora boreal.
Brillaban unos relámpagos de ilu- —Q^ue se retire, .No quiero mujeres en el campamento.
sión en los ojos decadentes y morte-
cinos de las desesperanzadas y, tras Dib. ,\i-\. Barcelona.
lO BUEN HUMOR
—Decirme su nombre, para anotar- que, a su vez, le ponían en comuni- —Aquélla del vestido azul...
lo en mi registro, y enviarme, lo an- cación con otra docena de pollos, ga- •—¿Y el sombrero blanco?—termina-
tes posible, un retrato cuyo parecido llitos y gallos. Una vez todos reuni- ba cualquiera con precipitada ansie-
con usted sea lo más exacto. Y cuan- dos, se charlaba, naturalmente. Y co- dad.
do, pasados quince días, tenga usted mo es lógico también, tratándose de •—'Esa. Sí. Poro no miren ustedes.
novio formal, firmar un pequeño con- españoles, se hablaba de mujeres. Va a figurarse que estamos hablando
trato. Mientras se trataba de señoritas «ca- de ella.
—¿Nada más? baretianas», don Perfecto no despe- —¿ Y dice usted que es rica ?—pre-
—iNada más. Tenga fe. gaba sus labios. iPero le llegaba el guntaban todos atropellndamente.
momento al amor platónico y a su •—^i 'MultimiUonaria ! Y muy modes-
natural consecuencia, el matrimonio, ta, mejor dicho, miuy romántica. Es
y entonces terciaba el director de la un caso curioso. Tiene un fortunón,
Don Perfecto Casado trabajaba to- agencia matrimonial femenina «El di- y se esfuerza en aparentar que sólo
dos los días, como buen español. (Los vorcio está en camino» : vive con decoro.
lugares más propicios para el logro —^i Ya, ya!... 5 Cualquiera se casa! —^Algún desengaño sentimental...
de sus argucias eran los salones de De no ser con alguna rica... —insinuaba un imbécil.
los hoteles, durante los tes; los pa- •—Eso, eso—decían unos adolescentes —^Muchos, sin duda, pero vulgares.
seos, las terrazas de los cafés, los ci- incautos. Todos los que se acercan a ella lo ha-
nematógrafos, los círculos, etc. —Qu'e sí, señor—apoyaban otros re- cen atraídos por sus millones. Y esa
En cualquiera de estos lugares ci- nacuajos-—. Pero aqiuí vienen pocas torpe actitud de los hombres por fuer-
taba a la cliente, recomendándole el de ésas. za tiene que herir a una mujer tan sen-
lucimiento de sus mejores vestidos y Y don Perfecto, recreándose en su sible e inteligente como ella.
sombreros. Poco más tenía que ha- sencilla pesca, sonreía. —Claro.
cer la futura eseposa, y muy fácil de —^Una tenemos ahí, a dos pasos -^Sí.
realizar: bullir, bailar, coquetear con —^exclamaba con indiferencia. —^^Es natural.
discreción y esperar tranquilamente —¿ Dónde ?—inquirían todos.
la llegada de «los pretendientes, pues —] 'Pobrecilla !...
—¡ Discreción !—disimulaba don Per-
casi siempre eran varios. fecto—. No miren ustedes. —^¡ Qué «frescos» !...
Por su parte, don Perfecto acudía Bisbiseaban : —^Así somos — exclamaban los po-
al lugar de la cita y, después de ase- —¿Cuál? llos, gallitos y gallos, todos renacua-
gurarse de que su cliente se encon- —¿Cuál? jos.
traba en el local, elegía lun lugar pró- —¿Cuál? Y don Perfecto extraía un pitillo
ximo a ella y se rodeaba de dos o —¿Cuál? de su iflamante petaca. Diez o doce
tres amigos de gran confianza, mu- Y así hasta diez o doce pronombres manos le ofrecían otros tantos ciga-
chachos jóvenes y bastante estúpidos. relativos. rrillos. Guardaba el suyo, aceptaba
el más próximo y, mientras lo encen-
día, pensaba :
—^Ahí queda eso. El que quiera pi-
car que pique.

Y, como hemos visto al comienzo


de esta historia, picaban.
Y cuando alguno, después de ca-
sado, se llamaba a engaño, don Per-
fecto solía parar el golpe diciendo :
—^No, no, perdone. Yo no pude de-
cir a usted que su señora, a quien no
tengo el gusto dé conocer, era múlti-
millonaria.
•—¿Cómo que no? ¿No recuerda us-
ted, un día, en un té organizado por
Responso...?
—1 Ah, sí, paréceme que comienzo
a recordar I
•—¿Y qué dice usted ahora?
—¿Qué he de decir? Que a quien
señalé en aquella ocasión no fué a la
que hoy es su esposa, sino a una se-
ñora que estaba a su lado...
—Muchas gracias, y que Dios le conserve la vista muchos años.
—Y usted que lo vea.
Pib. MoNDRAGÓN. Barcelona. PABI-0 TORREMOCHA.
Historieta, por RAMÍREZ. Madrid.
íí ÉUEN HUMOR

HAY QUE HACER A L G O


Amable vecino que un buen lienzo tuyo que, en fin, unos y otros,
Miguel de Cifuentes, te premie un Jurado ; querido Cifuentes,
que tienes ideas que mates diez toros de tus abundantes
estupefacientes: ' con una estocada y nobles parientes
¿En serio me dices o a Uzcudun revientes cualquier cosa de esas
que anhelas, o ansias con una patada ; realice estos días...
que mande a la Prensa que un día tu hermana, Entonces me mandas
las fotografías la viuda del juez, sus fotografías,
de tus numerosos isei'S chicos o siete y yo te aseguro,
y nobles parientes dé a luz de una vez ; querido Miguel,
(que son todos hijos que Roque, tu abuelo, que salen grabados
de Migascalientes) con furia inhumana en más de un papel.
a fin de, sueltos le tire a tu padre Pero presentaros
o en gran formación, por una ventana ; sin más incidentes
publiquen su efigie que Pura, tu madre, que ser todos hijos
sin ton y sin son? faltando a su honor, de Migascalientes
Pues, si han de ser vistos reciba de Azaña y hacer que os publiquen
en más de un papel, cartitas de amor ; por puro favor,
que méritos hagan que Rosa, tu hermana, ¡ es una simpleza
para ello, Miguel. que es flor peregrina, de marca mayor!
Que escriba un buen libro se escape una noche
tu primo Conrado ; con Franco a la China ; JUAN PÉRIÍZ ZÚÍ5IGA

e-aX«-l7íX«v_
—Mi prima está enamorada de mí poirque dice
-V este cuadro, ¿qué representa? que soy muy valiente.
-Est? es un cuadru-mano. —^¡.Hombre! Por lo menos eres un hombre de mu-
chos arrestos,
D¡b, EsTEBiM, Madrid. Dib, (MORAN, Madrid.
Í3
BÜÉN íiVUOÉ

AUTORES DE OBRAS, NO; AUTO-


"*^ RES DE PÚBLICOS
divorcio anual y del amor libre y obras incluidas en el repertorio de
Creemos que, de esta hecha, va a
])artidaria del cine surrealista. selectos. L a estrenan, y ya se sabe :
quetlar resuelto del todo el problema aplaudimos unos cuantos y... ¡ a la
de Ja regeneración del teatro. H a s t a Lo mismo, en el arte teatral ha
privado y priva aún la regeneración fosa ! La obra, o d u r a po<.-o, o no du-
ahora estaban dando todos, unos_ y ra ni poco ni m u c h o .
otros, palos de ciego en el aire. N m - del teatro a base de obras de van-
guardia. C u a n d o un empresario o una Es algo realmente atroz, para lo
g u n o había dado con la fórmula... que no h.allábamos cura. (Esta cura
actriz quieren que un sector de Pren-
Ahora, sí... se usa aquí en c! sentido de remedio.
sa esté con ellos, escogen una de las
Los defensores del teatro de impor.
tancia están sieínpre diciendo que lo
actual, lo que ahora se estrena de
ordinario, tiene, en efecto, m u c h o de
ordinario y poco de excepcional ; que,
en cambio, hay por el m u n d o deter-
m i n a d a s obras de teatro que debieran
suplir a las actuales en las carteleras
da unos y de otros.
Alguría vez que otra se decide el
empresario J u a n o P e d r o a estrenar
cualquier obra de esas. N o la estre-
nan por gustos ni P»'' afición ; nada de
eso : la estrenan porque hay que ad-
quirir títulos honoríficos, a fin dp con-
graciarse con la «opinión distm-
guida».
Cada siete años o así .cambian las
h o r m a s de los zapatos y las modas de
los sombreros. Hov aprieta el zapato
a cada cual en un sitio en que ayer
no le apretaba. Los sombreros v a n a n
de moda, V con ellos, las ideas que
hav debajo. Al conformar los cere-
bros se conforman también las cabe-
zas, y así como hay sombreros 'I*re-
gnli u h o n g o — m e l ó n , que dicen los
franoe.ses—. o de copa, también hay
ideas de transformista, o ideas de
niflón, o encopetadas.
Ahora, los rusos nos proporcionan
las modas sociales, como antes los
g a b a n e s y los chuhesquis. En _ po-
lítica hay que ser rusos ; en bebidas,
norteamericanos, y así sucesivamen- —Vamonos va, que es tarde ; el sol ya toca en el m a r .
te... H a y una aristocracia que debe —Espera, m a m á . Veremos cómo n a d a .
usar muebles de tubo de acero, ser Dib. K A R . Valencia.
comunista de acción, partidaria del
u BUEN HUMOR

precisamente — los m á s autorizados,


por lo t a n t o — , opinan eso. P e r o ¿ q u é
dirán ustedes q u e se les ocurre decir?
P u e s se les ocurre decir lo m á s n a t u -
ral del m u n d o , algo q u e , después de
todo, es perogrullesco: Q u e las obras
de este género deben ser vistas—y
oídas—dos. y tres, y c u a t r o veces.
¡ N a t u r a l m e n t e ! . . . Ni el crítico de-
be rechazar u n a obra q u e n o h a com-
prendido, ni el público tamf>oco. Así
dice a los públicos u n crítico q u e a
las tres o cuatro audiciones podrá ser
saboreada la obra toda ; y otro críti-
co dice a sus colegas : (¡Si el crítico
n o entendió, vuelva otro día» ; y a ñ a -
de, como el o t r o : « U n a s e g u n d a audi-
ción, u n a s e g u n d a lectura, y cada vez
os sentiréis m á s satisfechos.»
E s t o es puro, t r a n s p a r e n t e , sen-
cillo y encantador como un v a s o d e
a g u a cristalina. L o inconcebible es lo
de hoy : volver a ver u n a obra cuan-
d o ya nos pareció superiorísima la
primera vez que la vimos. ¿A qué
verla otra vez, si y a la s e g u n d a vez
no nos irá a parecer mejor que la
El millonario náufrago.—¡ Y yo que nunca creí p r i m e r a ? En cambio, cuando vemos
verme con el a g u a al c u e l l o . . . ! u n a obra y nos q u e d a m o s in alhis, es
cuando está indicadísimo insistir, a
Dib. C A P Í . Madrid. ver q u é p a s a . . .
¡ Calculen ustedes todos qué m a g n í -
fica idea brota aquí a favor d e los e m -
presarios ! Si este plan q u e nosotros
divulgamos llegase a i m p l a n t a r s e en
pleno, los negocios teatrales queda-
¡ N o vaya a creerse alguien que anda- los regalos m á s sabro.sos que pueden rían para siempre a salvo d e contra-
mos buscando curas de bonete... y ser ofrecidos hoy en día a cualquier tiempos... C u a n d o u n a o b r a parecie-
nos cacheen !) ¿ C ó m o remediar ese p a l a d a r goloso de arte ; pero cada vez se excelentísima, iría a verla todo el
m a l , si d e t e r m i n a d a s obras n o pueden que u n o lee tales c b r a s , piensa : «No, m u n d o , lo m i s m o q u e pasa a h o r a ; y
ser entendidas por la g e n t e ? . . . Nos- n u e s t r o público no seguirá este diálo- cuando g u s t a r a poco, volvería el es-
otros, que hemos visto n a u f r a g a r en g o sin cansarse... H a b r í a , para poder pectador dos o tres veces, h a s t a cer-
los escenarios de E s p a ñ a obras deli- representar estas comedias, que cortar ciorarse del todo...
ciosas y m a e s t r a s de la d r a m a t u r g i a por todas partes.» E s t o tendría, a d e m á s , u n a ventaja
de ahora, como el Knock y IJliom y Nosotros nos creíamos que era «nues- segunda : que a poco de realizar este
El hada buena ; ncso.tr<;s, que hemos tro público» el que n o podría seguir ejercicio, iría el público todo acos-
visto e n t r a r en el Fontalba .-i m u c h a los diálogos de esa clase, dado q u e t u m b r á n d o s e a oír y a e n t e n d e r lo
gente, c u a n d o estaba 'cn cartel el Anfitrión v Siegfried, para citar dos que no entiende. L a s sinfonías de
Siegfried — obra magna—, y he- de esas obras, han tenido en P a r í s Beethoven, que hoy e n t u s i a s m a n a las
mos visto que .salían lo m i s m o que sendos éxitos de público. Pero, a h o r a " muchedumbres filarmónicas, fueron
habían entrado, es decir, sin enterar- nos hemos encontrado con varios pla- consideradas en su tiempo como ga-
se, nos hemos dicho pensando en tos d e h a b a s cocidas en F r a n c i a , y... limatías inextricables. L o m i s m o es-
otras obras, tan buena.s como esas o .Se ha estrenado en estos días o t r a ta'? c o m e d i a s que en la actualidad n o
mejores, pero m u c h o m á s difíciles : obra del autor d e las dos obras ci- g u s t a n porque n o son entendidas, ,
<',;Cómo, s i , é s a s fracasaron, esperar tadas. El teatro Pigalle, el t e a t r o de gustarían después f á c i l m e n t e ; y así
ni por asomo que las otras se estre- las barandillas d(> tubo d e acero y las habría público en g r a n d e p a r a obras
nen \' prosperen ?» luces indirectas y los escenarios que que hoy n o dan dinero... E s la teoría
H a y obras como Anfitrión yS—pon- suben y bajan, ha estrenado u n a obra, de Ford y de todos los grandes pro-
g a m o s por obra cumbre—, que no Judit, d e G i r a u d o u x , el joven dios de ductores : n o sólo h a y que hacer mer-
serán entendidas por el público de bue- la d r a m a t u r g i a de estos tiempos, due- cancías : hay que crear compradores ;
n a s a p r i m e r a s , a u n q u e se empeñen ño de todas las gracias. Y al h a b l a r hay que hacer sentir la necesidad y
l;;s socialistas. Ante las sutilezas, y de la o b r a varios críticos, h a n coinci- conveniencia de c o m p r a r y utilizar la
finuras de aquel diálogo, lo m i s m o dido en decir—¡oh .sorpresa!—que es mercancía, de ya n o poder vivir como
que ante las exquisitas bellezas de imposible seguir en el curso de la re- n e s falte aquella m e r c a n c í a .
aluvión q u e siembran de inteligencia presentacié)n la inacabable serie de H a s t a ahora, los a u t o r e s se han
t(xlo el Siegfried, es m á s difícil ente- sutilezas .que van fluyendo con n a t u - e m p e ñ a d o siempre en hacer o b r a s . . .
rarse así, al correr del diálogo, que ralidad V sobria perfección de la in- Y eso es lo de m e n o s . . . Autores que
saber en estos tiempos lo que piensa teligencia señera del autor, inteligen- h a g a n obras no hacen falta. Autores
e! m a g n o don Alejandro, n u r s t r o ac- cia a la que b a s t a sonreír p a r a pen- que h a g a n público... es lo que u r g e ,
tual ministro de Pastado (estado de sar, y pensar para hacer poesía. eso sí... ¡ Q u e vengan p r o n t o !
mudez). L o s crítico.? franceses, los críticos
La lectura de estas obras es uno de de periódicos de carácter intelectual MANUEI, ABRIL,
BVEN HUMOR "íi
EL CAZADOR DISTRAÍDO, QUE OLVIDO LA .ESCOPETA.—Historieta de FUENTE.

t J ~ ^ '''"' ^' '"'' ^~'^° ^ ^ ° olvidado. No, n o ; lo traigo —¡Oh! La caza. ¡Qué encanto! No hay cosa más
'•°"°- hermosa en el mundo.

—'En cuanto salga un león me echo Ja escopeta a la ~ ¡ Atiza ! Ya decía yo que se me había oh'idado algo
-'ara y ¡ ¡ z a s ! ! ¡Qué encanto 1 ¡No he traído la máquina de retratar!
tB BUEN tíVMOÉ

LOS JUDÍOS A TRAVÉS DE LA ANÉCDOTA


Salomón P o m e r a n z era un rico —i Pronto, pronto !—gritó a los una cara' muy seria v disgustada y
nbast.ecedor de las tropas en Wilna. criados—. Ponedmc la caja de cau- por la noche su c a s a permanecía a
Poseía Un cuantioso caudal, tenía em- dales etncima de ;la mesa. oscuras. Y, per el contrario, cuando
picados a centenares de judíos, m u - —^;Quieres explicarnos esto?—pre- fracasaba en sus negocios, m a n d a b a
chos de los cuales se enorgullecían guntaron extrañados ¡os amigos cuan- encendí r todas las luces en s.u casa
con su amistad. do vieron la gran caja de caudales y ponía u n a c a r a muy alegre.
Pero aconteció que en uno de sus instalada sobre la mesa. Un amigo que conocía perfectamen-
negocios llegó a perder toda «u for- —Esto quiere decir—repuso Pome- te sus balances, le preguntó en una
tuna, por lo que se habló m u a h o en ranS—que n o es a mí a quien habéis (casión a qué obedecía tan extraña
la ciudad de :ia suerte adversa de es- venido a ver, sino a mi dinero. conducta
te hombre, que había sido tan rico. Simpson contestó sonriendo :
Abandonáronle los amigos d e sus —Vov a descubrirte mi secreto. T ú
buenos tiempos, llegando casi a n e - \-a. sabfs que en el fondo los hom-
garle el saludo. Vivía en Kolomea un acaudalado bres son malos y envidiosos. Yo tam-
I n e s p e r a d a m e n t e volvió a brillar su peletero llamado -Simson Hibner, el bién tengo envidiosos v enemigos ;
buena estrella, porque habiendT gana- cual gozaba de gran consideración por eso, cuando hago un buen nego-
do un gran pleito contra el E s t a d o , V estaba, a d e m á s , dotado de raro cio, m a n d o a p a g a r todas ilas luces,
recibió una considerable s u m a , con ingenio. Sus ocurrencias y agude- pues me digo : Y a que sov dichoso y
la que pudo volverse a fstab'ecer tan zas mordaces y contundentes h a n feliz, que lo sean también mis ene-
fastuosamente como antes. llegado hasta hoy y aun se di- migos crevendo que me he arruinado.
E n un día de fiesta estaba Pome- ce ((gracioso como Hibneri). .Acostum- Y, por el coin.trario, cuando me va
ranz asomado al balcón mirando a braba a concurrir a las grandes ferias mal y se me llena el corazón de a m a r -
la calle, cuando vio venir hacia su y mercados anuales, y siempre que g u r a , digo que enriendan bien toda
casa numerosos amis^os de sus tiem- concertaba un buen negoc'o, a;l vol- la casa para que crean que he gana-
pos pasados que venían a visitarle. ver a su casa mostraba en público do mucho y sientan una profunda
congoja.
# * *

Fritz Mautihncr, el renombrado crl-


t'co, se encontró, d u r a n t e un viaje
que tuvo que hacer en una ocasión,
en compañía de tres estudiantes ^
como M a u t h n e r iba leyendo ún libro,
y m u y enfrascado en él, para nada
se ocupaba de sus compañeros de via.
je y menos se mezclaba en su con-
versación, decidieron los estudiantes
saludarle de esta forma :
El primero :
— B u e n o s días, padre A b r a h a m .
El se.<J'indo :
— ; Q u é tal, padre I s a a c ?
El tercero :
— ^ r ó m o va, padre .[acob?
M a u t h n e r levantó los ojos del libro
y los miró sonriendo :
— N a d a de eso, señores. N o soy el
padre A b r a h a m , ni Isaac, ni Jacob.
T U R I S M O ,; Sabéis quién soy? P u e s soy Saúl,
—i Oh ! ¡ Q u é hermosa vista ! ¡ Q u é p a n o r a m a m á s delicioso ! ¿ Dóndr enviado por su padre para buscar tres
estamos a h o r a ? asnos que se han perdido. ¡ Y quiéri
•—En la página 185 de la Guía... había de decirme que los iba a en-
(De The Passing Show.) centrar tan p r o n t o !
BUEN HUJiíOÑ f1

f/IUY 'PA15TTCUJ_A'U 'z^li


Q. R. U. (Alcázar de San asfixia, y usted es el brazo eje- T. Q. B. (Granada)—De sar, qué tempestad bajo nueve
íUan),—¡Pero, hombre! ¿Un cutor-! ¡ E s indudable! ¡ ¡ E s un los artículos que usted dice qu( cráneos (los de todos los re-
•<jltan n) con j o t a ? . . . ¿ E n qué hecho!!.., ¡Mañana presentare- envi() anteriormente, no sabe- dactores) , qué a m a r g a s horas
i'staba usted pensando?... i'ara mos la oportuna derruncia por rnos . aquí ni una dulce pala- de vacilación \- de duda!... ¡Pe-
'<JS gitanos, lo más indicado es asesinato frustrado; porque he- bra. ¿ N o será que habrán ro, ay, no ha habido más re-
f' i^arrüt.'n. Y para los poetas mos resuelto frustrarlo, para gustado tant.'simo en Correos, medio!...
ítalos, lo mejor es el gariotán. qr:(' usted se enter-e y p a r a que que se han quedado con ellos •
i Usted ya nos entiende! ¿Ver- se cniere el infame que le Pero, er; fin, sepa usted que, Los hern^r'njs Gómez (Sa-
d.'.d?... ¡Claro que sí!... ¡la.^a!... en compensación, tenemos e! ria).—El cuento de estos her-
placer y la comodidad de acep- manitos, a pesar de la fuerza
C. de B. (Salamanca). -Sus S. ri. (Brujas). tar uno de los que ahora nos que en él ha puesto la colabo-
dos tonterías rimadas (como /\ pesar de estar en Brujas, ha mairdado en unión de su ración' de dos hombres m á s o
Usted las llama con ejemplar h;ry que ver qué mal dibujas. gr-ata, efirsiva y patética epís- mr nos conscientes, ha corr ido
nuxiestia, de la cual, por cierto tola. la misma triste suerte que otras
^o no^ fiamos mucho) han sido M. D. E. (Barcslona).—Re- chuscadas infelices elaboradas
aceptadas por e' comité d e ' ad- cibido todo lo que nos envió. S. C. G. (Zaragoza). ¡)or un caballero solo.
m'sión con furibunda unanimi- Ya habrá visto publicadas al- Sus N'ersos ((¡lfc>>' hace im airo!»
dad. gunas de sus ingeniosidades. son bastante tontos, mario. S. B. H. (Málaga).—!•'ojo y
Los dibujos han de ser nece- vie^o. ¡ Vapios, ci-rmo para me-
S. p. F. (Jaén) .\ su his- sa'-iamente a pluma y con tinta R. L. V. (Madrid). terlo en un asilo!...
tor'e.a, titulada «La estatua de de la m.ás china que encuen- Ese cuento del balón
í*»!", no le vemos la sal por t r e ; el pape', de buen cuer¡)n, es una desolación. J. P. C. (Valencia).—Su no-
ninguna parte. Y nos hcmo.s y «las prosas» (como usted di- vcÁa corta (rriíjor dicho, su no-
^'isto negros de Guinea para ce), de cuerpo saleroso, es de- c:eo de Merode (Valencia). vela larga) titulada «La in-
Poder verle la estatua. Supone- cir: con la gracia más exage- «Cleo», amiga Cleo, que rrsted munda plaga» es más inmunda
rrios que será una especie de rada que se le ocurra. Aquí haría muchísimo mejor dedi- que nove'a. ^' aparte de eso
'«rta amerengada que hay a la estamos dispuestos a servir a crridose a las laborcillas pro- fque ya es rrn. p r o g r a m a ) , no
derecha del tercer dibujo... ¿ N o todo el que acierte, y a dat pias de su sandunguero se.KO. cabe en este periódico, aunque
cs eso?... ¡Pues entonces, us- consejos, sin pr'escindir de la no í estrechásemos todos los ne-
ted dirá!... leve chirigota, al que se equi- Tatita (Burgos). —¡Cuan en dactores hasta incrustarnos los
voque. SI usted no es hombre íl alrira IÍOS duelo, enca^rtadora unos en Igs otros, y todos jun-
íeroz y vengativo, y se ciñe a señorita, no .poder publicar sus tos en el director.
Pepete (Málaga).
estas condiciones, seremos más versos fieros y batalladores!
En el acto se le nota
amigos que Castor y Pólu.x, ¡Qué í:C(!rbas lágrimas nos ha F. G. R. (Madrid).—No te-
que es usted bastante Miota.
Daoíz y Velardc y Loreto y costado e! tomar tan extrema nemos ni la niás remota idtea
Chicote. resolución! i ü u é dolor, qué pe- de los cuatro dibujos de que
A. B. M. (Talayera de la
Reina).—No es lo maiu que en nos habla. Pero conviene ha-
t^sa histórica ciudad haya cer constar que aquí hay un
muerto Joselito. Lo lamentable í;\ceso de original tan aibrii-
«s que haya nacido usted y mador, que al propio Veláz-
Mue, al llegar la edad del cre- quez resucitado le naufragaría
cimiento, nos quiera usted em- algur.o que otro cuadrito en
este proceloso y agitado mar
pezar- a chinchar con poes'as
de papel y tinta china...
alusivas a aquella tragedia tau-
'•¡na. Menos mal que nosotros
"o estamos dispuestos a la S. J , C. ( S e v a i a ) . _ S u croni-
chinchadura y que procurare- quilla «Hablando con Pastora
Imperio», no nos h a convenci-
mos oponemos a ella tan enér-
do. P a r a hacer un artículo gra-
gicamente como hoy.
cioso hablando con una cancio-
nista, hay que hablar con Dios,
Corete (Avila). ¡esté usted seguro I...
Gorete, eres un zoquete;
y perdónanos, Gorete.
Bonete (Puerto de Santa Mi-
rla).—I^o de usted si sirve, pero
C. S. N. (Madrid) ¡Usted es palia una cosa distinta de ló
^rene, seguramente, una misión que usted pensaba. Ahora bien:
"^eulta y terrible contra nos- como de todos modos sirve
iti^os! ¡ A usted le paga algiin —Está bien que te guste la radio, ,pero no hasta ^I para eso (lo que es «eso» nos
enemigo nuestro para que nos extremo de-coserme los calcetines sin hilos. lo callamos), pues quiere decir
*niquv!e a fuerza de prosa vil I que lo vamos a utilizar en se-
i Se busca nuestra muerte poi (De Le Rire.) guida.
d ÉÜÉN BUMOÉ

#ELBUEN HUAVORDBIy
PtJJBIvICO
P a r a tomar parte en este Concurso es condición indispensable que todo envío de chistes venga acompañado de su
correspondiente cupón y con la firma del remitente al pie de cada cuartilla, nunca en una a p a r t e , aunque al publicar
se los trabajos r o conste su nombre, sino un seudónimo, si así lo advierte el interesado. En el sol)re i n d í q u e s e : ccPa
ra el Concurso de chistes».
Concedemos un premio de D I E Z P E S E T A S al mejor chiste de los publicados en cada n ú m e r o .
Es condición indispensable la presentación d e la cédula para el cobro de los premios.
i Ah ! Consideramos innecesario advertir que de la originalidad de los chistes son responsable.s los que figuren co-
mo autores de los mismos.

.\migo primero: —¿Te casas-


El premio correspondiente al chiste del número te al fin ?
AMADOR anterior ha correspondido al siguiente: Amigo segundo: —Sí.
Amigo primero; —i Y tu sue-
FOTÓGRAFO — L e presté ayer dos huevos a tu señora y n o gra, a la que tanto temías ?
PUERTA DEL SOL, 13 me ha devuelto m á s que u n o . Amigo segundo; —Resultó
—¿Sólo u n o ? Entonces es q u e se h a b r á equivo- muy buena persona y muy pru-
CINEASTAS cado al contarlos. dente.
—No me explico esa porten- A. RAMÍREZ (Olot). Amigo primero: —¿De ve-
tosa facilidad de Lon Chaney ras?
para cambiar de gesto... Amigo segundo: —Ya ves, se
—¡ Caramba con la modista! qu 'ño ordenanza, entre la hila-
—Yo sí. j Quien hace un murió durante el viaje de bo-
¡Vaya cuentecita! ri 'ad general, conservaba un
«gesto» liace ciento! das.
—-No es mucho. rostro impasible. El director le
Pompas Fúnebres (Enguera). K. K. B. LO IV (Bilbao).
—Quinientas pesetas. preguntó el motivo de quedarse
—Una cuenta corriente. tan fríO'.
—¿En qué Banco? —¿ Para qué me voy a reír
Domir^o de Ramos (Sala- —le contestó—, si me marcho
manca). a fin de mes ?
Carlos de León.
Bl director de un periódico
era .muy espiritual. —¿ En qué se parece una ca-
Todas las mañanas hacía par- sa de estudiantes a un museo
tícipe a toda la Redacción de de Pintura ?
su último chiste, que todos ce- -¿...?
lebraban con grandes carcaja- •—•£!! que hay muchos «fres-
das. cos».
Un d/a, sin embargo, un pe- Zeupfn (Alicante).

O HAO TRE L C E PLE N SOIW-^


IÓN
B E A U S E J O U R F R A S C A T I
P a s e o d e G r a c i a 33 C o r t e s . 647
Casi f r e n é e E s í a c i d n -
Apeadcro de Grada Teléfono 11642
T e l é f o n o 2 0 7 4 5 . 4 6 D« prínaer ólrclan pa«
Cujosas h ^ b i t a c i o n e a ra lamfUa» distín^fui»
Graneles Bajones d e d a s y e x i r a n j a r o * .
—^Sj tuviera usted tres pas- r e u n i ó n conr.ioda cla> T r a i o e a m e r a d o . B a - — ¿ V i v e aquí el doctor
fceJjes ,¡y tuivierai que, repar- s e d e servidlos Pen* ño*, a s c e n s o r . P e o " Pollo ?
tirlos > con tres a m i g u i t o s , sión d e s d e P U 17'50 sión d e s d e P t s 13-50. —iNo, señor ; a q u í vive el
¿ q u e tendría usted que ha- Oubíerto, 5 Ptas. C u b i e r t o s P t a s . 3'50. doctor Gallo.
Descuento dénoslo a los portadores de este anuncio —iBueno, debe de ser el
^Pegarme con uno de mismo, porque es que yo no
ellos. le veo desde q u e era joven.
(De Cándida.) (De Fliegende Blatter.)
BUEN tJUMOÑ i^
—Estoy plenamente convenci- CORRESPONDENCIA FAMI-
do de que soy un gran orador. LIAR
— ¿ T ú un o r a d o r ? [Si apenas Estando escaso de dinero, es-
sables hablar el español! cribió UJ1 muchacho la siguien-
—Bueno. Cicerón tampoco ha- te carta a su p a d r e :
blaba el español y fué un gran «Querido p a d r e : 3^e escribí,
orador. esta carta el .lunes, p a r a que,
Abundio (Barcelona). recibiéndola el martes, estés en-
terado el miércoles de que nc.
COMIDA F R U G A L tendré dinero el jueves, y quf
—Si no nos socorriera usted, si no me lo niartdas el viernes,
no" ñioriríamos de hambre con tomaré mi bicicleta el sábado
lo que saca mi marido en su y estaré contigo el domingo.
triste oficio. Tu hijo, Anacleto.»
—¿ Y qué es lo que viene a A lo que el padre contestó;
sacar ? «Querido h i j o : A tu carta es-
—Una porquería. crita el lunes y recibida el
—¿ V en qué trabaja ? martes, doy contestación el
—En la limpieza de pozos ne- miércoles, p a r a que estés en-
—Debía usted castigar gros. terado el jueves de que no ten-
a su p e r r o : l a d r a s i e m - Cucufate (Zaragoza). drás dinero el viernes, y que si
pre q u e m i hija c a n t a . tomas- tu bicicleta el '• sábado,
En casa de don Zacarías
•—Sí, p e r o t e n g a u s t e d llevarás una soberana paliza el
Temprano, todos los días, por —^Lo siento, Ba-ltasar;
en c u e n t a q u e siempre domingo.—Tu padre, Robustiar
la mañana, suena el timbre del p e r o c o m o estoy arrepenti-
es eilla la q u e e m p i e z a . no.)>
teléfono. d a de h a b e r t e d i c h o q u e sí,
El citado señor se pone al A. Alonso (Méjico).
{De Kvitko.) es preciso q u e rompamos
aparato. nuestras relaciones. .
—¿Quién h a b l a ? — p r e g u n t a . —i Ensebio, Eusebio! El or-
—¿Cuál es el colmo de un —iBueno ; pero entonces
—¡Oiga! ¿Es Temprano? denanza Várela acaba de tra-
albañil? m e devolverás la sortija.
—¡Sí, señor! b a r s e un dliro que tenía en la
—Tener cal-vicie. —^i O h ! No estoy arre-
—Bueno, pues si es «tempra- boca. ¿ Qué hacemos ? ¿ Man-
Rompe y Rasga. pentida hasta ese extremo.
no», llamaré m á s t a r d e . damos que venga el médico?
A N T E U N CADÁVER Jenisch (Oviedo). —De ningún modo, déjale. Al
fin y al cabo, tenía que darle —¿ Por qué se puede decir a
—Tiene tres heridas, pi i " un hombre, cuando se casa,
afortunadamente sólo la prime- La esposa: —Está vacía Ja una propina por nuestro últi-
m > viaje, y así ya lo tiene que h a estado ciego ?
'a ha sido mortal. b tella de aguardiente que
cobrado. —Porque antes de casarse «no-
Ur-Música (Bilbao). guardamos siempre p a r a las
Lt«enctatio San Román. vio».
enfermedades.
Los niños, llorando: Rompe y Rasgai
El m a r i d o ; ^ S í ; yo la bebí
—^Padre, queremos comer. hace días. Estuve tan enfer- GENEROSIDAD
El a m i g o : mo... —El viejo Smith se ha muer-
—Por mí no se detengan en —¿ Y por qué no me lo has to y ha dado todo a la casa de Casa de las
darles de comer. dicho ? huérfanos.
El p a d r e : •—Es que no quise asustarte, —¿ Cuánto le ha dado ? PA N T A L L A S
~~¡Qué han de comer, si de- querida. —¡ Diez n i ñ o s ! ''reciosas, desde 2 pesetas.
''^- estar tan h a r t o s oomo y o ! Pérez Oso, Stratford-on- Thomas Gunn. Essex rtparatos de comedor cuya
'O le aseguro que tiene cada luz facilita la digestión, des-
Avon ( I n g l a t e r r a ) . (Inglaterra). de 18 pesetas. Sólo los tiene
^no una asadura en el cueipo. Romeío.
José M. Conde. ROME'RO.—Fuencarral, 68,
El borracho, al sereno:
~~-¿ Quién de ustedes «dus" PARECIDOS
"le va a abrir la p u e r t a ? —El de una riña entre plan-
Pietin ( E n g u e r a ) . chadoras a un fracaso.
—En que se tiran una plan-
OCURRENCIA
cha.
-^in más recomendación
^^6 su presencia divina, — ¿ ^ ' *'. de un mudo a un
'-'"contró colocación M'ndedi.r de el «Heraldo»?
''¡i la corte Caro'ina. —Ein iiu.. 11,1 se le puede to-
' jefe do la oficina, mar la \<i/.
''"e es don I.iborio Garrido, —¿\ un incendio a una puer-
J^uando admitió ai Carolina ta?
^ preguntó su apellido. —En í;ue del incendio salen
^ E n mi nombre está incluido; llamas, y en la puerta llamas
^° atiendo por Carolina; y salen.
as creo, señor Garrido,
Teduar (Madrid).
^"^ mi gracia no adivina.
t^or vencido me declaro; —¿ Por qué no pueden aba-
^^conozco la combina. — S e ñ o r c o m i s a r i o , c o n s i d e r e q u e soy un pobre estu-
r a t a r la sal de cocina?
d i a n t e de C i e n c i a s . . .
La solución, «Lina-Caro»; —Porque sería una «.'.al ba-
— ¡ iLa i g n o r a n c i a n o e s u n a e x c u s a !
^^ conjunto, Carolina. jada».
••eén C«tnbrano (Madrid). (De OrpaSóul.) José M.a Escolar (Madrid).
CUPÓN
Correspondiente al núm. 617 de
BUEN HUMOR
que deberá acompafiar a to-
do trábalo que se nos remita
para el concurso permanente
de chisles o como colaborado- B/tOALONA
ri'S espontáneos.

VARÓN
DANDY
LOCIOM
UN PERFUME ES UNA ILUSIÓN
En cambio

n^ARON DANDY"
Perfume para Caballero

E S UNA REALIDAD
Una realidad, porque su fragancia de hombre mundano
atrae poderosamente los corazones femeninos.

aai IBBSt

i 40 FOTOGRAFÍAS MUY ORIGINALES, DE


PARÍS, ULTRAINTERESANTES
(n
W
T Compuesta de varios modelos de tipo ultra-
moderno, constituye la colección actual más cu-
riosa. Sólo quedan algunas series sobre papel
color carne. Escribid urgentemente. Envío a
todos los países bajo sobre cerrado, contra re-
cibo de 20 pendas en billetes de Banco, Giro

—¿Y cómo sabes que yo T postal internacional, sellos o cheque sobre París.

B. MARLENE Líbraire

T
tengo un amor secreto ?
—^Porque lo dice todo e!
mundo. 34, Rué Godot de Mauroy - P A R Í S
jDe Ghendai Mangwa.)
Trt

UiN TiR ASILA DO ECONÓMICO


(De II Travaso delle Idee.)

GRÁFICAS UGUINA. MELENDEZ VALDES 17. TELEFONO 41229. MADRID.


BUEN HUMOn

-ysi^^wiiv
FAla.—; No hemos roto nuestras relaciones?... ^-l'or qué vienes ahora pdiéndome cuentas ?
El.—Porque se te ha olvidado devolverme el collar que te regalé.
Dib. SORAVILLA. Madrid.

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