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Buen Humor Madrid 5 2 1922 N o 10
Buen Humor Madrid 5 2 1922 N o 10
Dib. RAMÍREZ.-
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Calzados PAGAY
LOS MÁS SELECTOS, SOLIDOS Y ECONÓMICOS
— ¡Pero...I ¿A tu edad, no saber cómo se resuelve una MADRID: Carmen, 5. BILBAO: Grao Vía, 2.
ecuación de tercer grado?... ¡Qué vergüenza!...
(De CARLÍN, en Numero. — Turín.)
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CARRETAS, 6
MEDIAS DE SEDA
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BOLSOS - PAÑUELOS
CARRETAS, 6
Madrid, 5 de f e b r e r o de 1922.
EL HOMBRE DE LA DICHA
JN el camino de Lcganés, a presidente de la República, dimisio- una en un cristal; salieron los guardias,
la derecha según se sale nario. me vieron, yo puse pies en polvorosa, y
del manicomio de Esquer- »E1 que haya hecho otro tanto, que les hice correr tras de mí hasta que me
do, se ha encontrado un levante el dedo, y el que lo dude, que pescaron. ¡Aun me resiento, cuando el
manuscrito que, copiado examine los adjuntos justificantes de tiempo va a cambiar, del puntapié que
a la letra, dice asi: todo lo dicho. me dio el cabo!
«Ustedes habrán oido »He dicho. »III. Era yo marinero en Cádiz, y al
hablar de Bl hombre Fe- «Firmado: /. O. de R.» descender por la escala la rica heredera,
liz de Almeida, en tres to- no se atrevía a saltar al bote, porque
mos, ¿eh? Pues el hombre feliz de tomo y ¥ ¥ ¥ había mucha mar. Yo le pedí !a mano
lomo soy yo, o, mejor dicho, lo he sido, para saltar, y me la dio,
porque ahora no me siento dichoso del Como suponemos que el lector será »IV. Fué en una tarde en que subí a
todo, ¿para qué lo voy a negar? de los que busquen los justificantes, los un pico de la sierra desde donde se do-
«Pero yo he sido, no una, sino muchas copiamos a continuación: minan las dos Castillas.
Veces, el hombre de la dicha; así como «I. Siendo colegial de San Ildefonso »V. Estábamos revocando la fachada
suena. saqué con mis manos lavadas del bom- del Ministerio, y un compañero me reve-
»A muchos les habrá sonreído la For- bo de la lotería la bola del premio ma- ló en secreto que había robado de una
tuna alguna vez; pero a mí una, y otra, y yor. (Véase la lista grande de 1865.) mesa la cartera vacía del ministro y la
otra, no sólo me ha sonreído, sino se me »II. Estaba yo tirando piedras a las había empeñado. Como aquello podía
ha reído a carcajadas. La Fortuna ha palomas de la casa-cuartel, cuando dio costamos caro, fui y la desempeñé.
sido mi esclava muchas, mu- »VI. Acompañando a unos
chísimas veces; lo malo es que isidros fui a ver el Palacio
siempre me ha durado muy Real una tarde de verano, y al
poco. ver el sillón del trono, me sen-
»Y por si hubiera algún men- té. ¡Vaya una escandalera que
tecato que tratara de disputar- me armó el ujier!
l e el campeonato de hombre I »VI1. Trabajando de oficial
de la dicha, ahí va escrito lo fontanero, puse con estas ma-
que, entre otras cosas, he he- nilas una bomba de incendios
cho en este mundo. ¡Véase la en el teatro Real a la derecha
clase!: del escenario, y el día que la
»I. A los diez años de edad estaba terminando de poner
"e tenido en mi mano el pre- vino el ministro a ver las
c i o gordo de Navidad, que obras y me felicitó.
consistía entonces en seis mi- »Por último, mi familia, que
rones de reales. se empeña en que tengo ma-
, "II- A los catorce, con una nías, me trajo a Leganés, don-
nonda y dos piedras, he hecho de los compañeros de sanato-
correr a ocho guardias civiles. rio me eligieron presidente de
. "W- A los veinte he obte- la República de Guagua; pero
nido la mano de una mulfimi- se ponían tan pesados y me
"onaria norteamericana. daban tantos capones p a r a
"IV. A los treinta, cuando que arreara, que he hecho di-
'^ guerra civil, he dominado misión y les he dicho que el
^u una tarde dos provincias que venga atrás que arree.»
españolas.
, *V. A los treinta y cinco « ¥ y
íje desempeñado la cartera de
Gobernación. Prendida con un alfiler al
"VI. A los cuarenta he ocu- final del manuscrito hay una
pado el trono de San Fer- tarjeta que tiene una extraña
nando. coincidencia con las iniciales
»VI1. A los cincuenta he de la firma.
puesto una bomba en el tea- La tarjeta es de Inocente
tro Real, siendo felicitado por Orate de Remate.
el ministro de Hacienda.
»En la actualidad, que tengo Por la copia,
sesenta y nueve abriles, soy Dib. SiLENO. — Madrid. CARLOS LUIS DE CUENCA.
BUEN HUMOR
Compadéceme, Emi; ocho días he es- fijo cuándo se halla de espaldas o viceal- Y ahora, el colofón. ¡|No tiene más que
tado tendido en una cama mercenaria, en contrario. una casa en usufructo, y sus padres han
una cama que no era la de mi madre, que Además, es culibaja, patizamba y peli- hipotecado la renta por veinticinco años!!
no era la tuya. Ocho días sin más distrac- cana; vamos, que tiene unos mechones ¡Adiós, mi vida! Mañana llegamos, a las
ciones que el baño, la cascada y el ruido blancos feísimos, plata sobredorada gra- nueve de la noche. No tengo que decirte
de los mixtos. cias al agua oxigenada. que a las nueve y media, más bien antes,
Y ahora viene lo más grave: en esos Y por si esto fuera poco, posee un dor- estaré en tu casa, de donde no saldré más
ocho días, mi mujer, preocupada con mi mir que me servirá de atenuante el día que entre civiles y con dirección a la po-
enfermedad, abandonó su toilette, descui- que la abandone... litécnica de don Fernando Poo.
dó su charipé, no se revocó... ¡Se me sal- ' . . . como una res destinada Te quiere más que nunca tu
tan las lágrimas, Emiliana!... por su dueño al matadero.»
GATITO.
Mi mujer no es guapa, ni rubia, ni alta, Cuando aspira, ronca tan desaforada-
ni gorda. Mi mujer, si no fuera por el mente, que ha llegado a alarmar al sereno; Por la goma y las tijeras,
dorado de los dientes y el lagrimeo de los y cuando hace la inspiración, silba con que no saben firmar,
ojos, no habría modo de saber a punto tanta fuerza, que apaga la luz eléctrica. TORRES-ASENJO
K
Kiosco.—Construcción veraniega, li- Lío. — Casamiento republicano. Lluvia. — Cosa absolutamente nece-
gera y elegante, donde tocan las ban- Luz. — Lo que no se ve en las calles saria para que en Madrid haya harina
das militares o municipales. Creemos de Madrid desde el anochecer en ade- de trigo, den algo de fluido las Compa-
de necesidad mencionar otros kioscos lante... Y lo que tampoco se ve en mi ñías eléctricas y se limpien las calles de
donde nosotros hemos oido varias ve- bolsillo desde la una de la madrugada la costra repugnante de inmundicias que
ces estupendas músicas de autores des- hasta las doce y cincuenta y nueve de las cubre.
la noche... (Se continuará, si el tiempo no lo impide.)
conocidos. Precio de la audición: diez
céntimos. Luisa. — La hija de mi portera. ERNESTO POLO.
NUESTRA FAUNA
Por JUAN PÉREZ ZÚÑIGA
Que el hombre es un animal edil; que no hubo plumífero que existe un caballo blanco
afirman a toda voz, como el canario Galdós; que es a la vez senador;
desde el principio del mundo, que da el buen Palomo a veces que la Cierva, el rey de Muía,
los filósofos y los conferencias en la «Unión»; corta el bacalao con hoz;
naturalistas; mas dicese que cuando canta cupletes \ que pollos «bien» hay de sobra,
por un periódico atroz, es Orias un ruiseñor; y un Lobo que es Regidor,
impreso en lejanas tierras, que aquí más de cuatro ratas y en varias plazas un Gallo,
que en nuestra pobre nación van a la Delegación; y en la Comedia un León, .
abundan los animales que aquí es cierto secretario ¿no le parece a usted lógico,
de dos pies, y eso ya no fiel perro de su señor; amable y caro lector,
puede aguantarlo quien haya que aqui abundan los besugos, que, viéndonos a distancia
nacido bajo este sol. los percebes y hasta los (por ejemplo, en Nueva York),
Sin embargo, si ha leido avestruces en más de una se puede pensar cualquiera,
un día y otro el autor respetable institución; si juzga por impresión,
de gracia tal que los gatos que se ven zorros y cucos que esto es una especie de arca
de Madrid son... como son y mansos al por mayor; de Noé?... Bien sabe Dios
en esta villa del oso, que Toca es una hormiguita; que no somos animales;
en donde un Cordero es hoy que es Luca un mariposón; pero ¿lo parece, o no?...
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VILLABRÁGIMA Y MAGALLANES
EMOS leído en los perió- la República española, que era alcalde no es vivienda. Hay que mantener, no
dicos que el nuevo y de Madrid por aquel tiempo. Dio casa a ya a la habitación, sino al habitante.»
flamante alcalde, se- los que no tenían casa; pero no les dio Y entrará el progreso de la cuestión
ñor marqués de Villa- qué comer. Trataba de ensayar el alcal- en una nueva fase.
brágima, piensa d a r de a ver si se solucionaba el problema Pero vendrá un tercer señor que dirá:
viviendas de mampos- social poniendo casa a los que vivían en «En cuanto un hombre tiene casa, em-
tería a los habitantes de Magallanes. chozas. Y resultó que no; que necesita- pieza a sentir la necesidad de salir de
¡Magnifico!... ¿Hacia dónde cae Maga- ban comer además, y que los infelices casa en seguida. El conjunto de una vi-
llanes?... Creo que hacia el Pacifico... llenaban la casa; pero la casa no les lle- vienda humana se compone de inmue-
¿Unas islas?... ¿Un barrio?... No lo sé naba a ellos. Y murieron. bles, muebles y movibles. La donna é
bien. Me parece haber oído hablar de un Entonces el viajero sentirá deseos de mobile, y el hombre sigue a la mujer.
estrecho: no sé si aludirán a la estrechez repetir el ensayo del alcalde, perfeccio- Dé usted casa a un hombre, y obligúele
con que viven allí los habitantes. Y el nándolo, gracias a las enseñanzas de la a estar en casa, y se tirará a las paredes.
Pacífico, ¿qué es eso? ¿Un barrio?... ¿Un experiencia, y se dirá: «¡Perfectamente! Hombre que tenga casa y no pueda mar-
llar?... No puedo decir nada a ciencia El problema consiste, por lo visto, en charse al café, hombre al agua, o lo que
cierta; pero para el caso es lo mismo. La dar vivienda y, además, dar comida. Se es peor a veces, hombre al vino. Inqui-
cuestión es que determinadas familias trata de dar casa a los pobres para que linato e inquisición tienen raíces comu-
que hoy viven en chozas van a disponer vivan en ella, no para que mueran en nes; y el inquilino no puede ser caseroi
niañana, gracias al alcalde de Madrid, ella. Una vivienda en la que no se vive. por definición. El hombre tiene que irse
^e casas elementalmente con- de su casa para sentir el gozo
fortables. de volver a ella. Esta es la
Hasta ahora no se conocían eficacia de la casa, Y lo de-
niás que ensayos aislados de más, pobreza y muerte.»
personas de posición que al- De esta manera pensará el
quilaban algún pisito que otro tercer filántropo. Y entonces
P9ra albergar, más o menos a la iniciativa del alcalde de
'"^ grande, a ciertos hijos de Madrid habrá llegado a su
'amilias menesterosas, hijas perfecta madurez. El hombre
'^^si siempre, y menores de que vive en chozas debe vivir
edad en ocasiones. Esto siem- en una casa; es decir, que lo
P^e está bien; pero la filantro- importante no es vivir, sino
pía esporádica y como si dijé- vivir de cierto modo, vivir me-
anios al por menor — o por jor, vivir con desahogo. Eso es
"lenores —, no tiene verdadera lo que el alcalde piensa y sien-
«'cacia social. Había que aco- te, porque es la lección que
eter la empresa'en grande, aprendió desde niño en su fa-
es lo que se ha propuesto Vi- milia. Vivir con desahogo: en
"abrágima. eso está el secreto. Cuando se
La decisión puede tener un dé a los habitantes de Maga-
alean:ce extraordinario..Todo llanes casa, mesa y posibles
^^ empezar. Un día cualquiera para entrar y salir de casa,
P a s a r á por Magallanes un sólo entonces habrá llegado a
^lajero,> y se encontrará con verdadera perfección el pro-
una serie de viviendas desal- yecto que hoy inicia el flaman-
quiladas. te Villabrágima.
"~ ¿Qué es esto? — pregun- Y entonces será c o s a de
tará.
p e n s a r si resultaría bonito
"~ Pues verá usted — le con- aplicar a todos los españoles
testal'"án los indígenas —. Fué Dib. APA. — Barcelona.
un e n s a y o de colonización el sistema seguido con los
— ¿Es verdad que te has pasado al partido conservador? afortunados magallánicos.
*í^e realizó^ hará unos cuantos — ¡Hombre, no tanto!... Me he dado de alta en él sólo
^''os, el actual presidente de por quince días.
EL BUSCÓN
BUEN HUMOR
lESE «CHAUFFEUR»!
Dibujos de SIRIO, Irene Alba y Juan Bonafé, del teatro del Centro, en Ramo de locura.
10 BUEN HUMOR
APUNTES DE UN HOMBRE PÁJARO. - Toros en Tetuán. Dib. ANTEQUERA AZPIRI. — San Sebastián.
EN CASA DEL ANTICUARIO Dib. ROBLEDANO. — Madrid.
— ¡No, nada de estol Desearíamos lo más antiguo, Jo más raro que tenga en la casa.
— ¡Lo más raro!... Perdonen un momento; voy a llamar a mi mujer...
12 BUEN HUMOR
PERINOLA LITERARIA
"LAS P I L D O R A S DE HERCULES"
ON Luis Araquistain es con el alto, sonoro y significativo nom- ne una crisis genésica a los cincuenta
mucho más sabio de lo bre de Herculano. Todo aquí, como se años; cúrase con una planta; aprende de
que ustedes se figuran. ve, huele a mármoles y a bronces. Hercu- un farmacéutico a elaborar comprimi-
De los siete sabios de lano, por ende, se apellida Cacodoro, dos con el extracto, y crea unas famosas
Grecia, era el sexto; pero apelativo terrible, como lo muestra su «Pildoras Herculinas». Viene a España
desde qug vino de In- raíz griega (de K«zoc, malo); y su hija, con intención de explotar el invento, y
glaterra escribe peor y la heroína de la acción, Hipólita. No busca un agente de publicidad, Modes-
ha perdido un puesto: ahora es el sépti- hay, pues, tilde, señal, sombra, ni rastro to Escudero, en quien se personifica el
mo. Y como estos siete sabios — por ru- alguno que no lleve la marca de sabio narrador. Éste le dice que lo más conve-
bor — no querrán nunca dar sus nom- de Grecia. Y, en fin, por si esto fuera niente, si ha de ser de resultados la pu-
bres como tales, quiero yo revelarlos 3 poco, con el título ha querido también blicidad, es fundar un periódico. Así lo
la posteridad. Primer sabio de Grecia, significar el Sr. Araquistain que no hay realizan. El diario llega a tirar ejem-
Unamuno; segundo sabio de Grecia, Pé- más allá de su novela, pues sobre Las plares sin cuento. A la sombra de unos
rez de Ayala; tercer sabio de Grecia, Pío columnas de Hércules debe campear el políticos, Cacodoro comienza a medrar.
Baroja; cuarto sabio de Grecia, Valle In- Non plus ultra. Escudero lamenta la incultura del italia-
clán; quinto sabio de Grecia, Azorín; Lo malo, ¡ay!, lo kakos de la obra, no, y le hace adquirir una biblioteca de
sexto sabio de Grecia, Ramiro de Maez- es que las columnas de este Herculano volúmenes de amigos suyos - de ami-
tu; y séptimo sabio de Grecia, Araquis- Cacodoro son unas pildoras mágicas gos del Sr. Araquistain, se entiende —.
tain. No hay más sabios en España; y si — contraposición a los descubrimientos A todo esto, las pildoras se venden por
no, que se lo pregunten a ellos. de Voronof — para devolver la virilidad. fanegas. Pero Cacodoro es codicioso.
¿No vale nada este descubrimiento? Tal es el eje de la novela. He aquí el Nuevas amistades políticas ponen en
¿Es posible que haya permanecido tan- argumento; El napolitano Cacodoro tie- peligro la dirección del periódico, que
tos años oculto? ¿Dónde está ostenta Escudero. Un tal Ne-
la Academia, que no ha pro- GARRID? grete quiere arrebatársela. En-
clamado sabios a estos inmor-
tales — o inmortales a estos
Mmé tonces surge Hipólita, hija de
Cacodoro, la cual, con femini-
sabios —, al lado de D. Ga- dad equívoca, anda m e d i o
briel Maura y del Sr. Gutiérrez enamorada de una actriz, a la
Gamcro? que pinta su retrato. Expresa a
Pero vamos con Araquis- Escudero sus ideas contrarias
tain, que tontamente ha deja- a la maternidad, contrarias a
do perder el sexto lugar en la la paternidad, contrarias a
clasificación grecizante, sólo todo contacto con el hombre,
por venirse de I n g l a t e r r a , en una palabra; y sin más ni
como decimos. ¡Pais aquél ma- más, le sopla que está pren-
ravilloso, donde con aspirar dada de él; que lo piense; que
el ambiente b a s t a y sobra le conviene casarse con ella;
para que desciendan las ideas pero que nada espere..., por
al cerebro, en figura del maná! l a s razones dichas. Vivirán
Y no este, pueblo de incultos, como amigos. La cuestión es
en que es uno sabio y nadie triunfar de Negrete, para lo
lo reconoce. ¿Qué se le va a cual, y con el matrimonio, ella
ocurrir aquí a un escritor?
influirá cerca de su padre. Es-
Pero el Sr. Araquistain no cudero accede; se casan por
ha querido 9ejarse ganar así lo civil, y cada cual vive en su
como así por Ramiro de Maez- casa, no sin la natural maledi-
tu; y, con su proverbial valen- cencia. Pero Escudero sufre,
tía, ha levantado Las colum- tanto porque Hipólita no per-
nas de Hércules, que nada UNA ACLARACIÓN Dib. GARÍIDO. — Madrid.
mite que se le acerque —¿para
menos se titula una novela — Vengo a hacer constar que yo, don Juan Pérez del qué?—, cuanto porque la co-
que acaba de publicar, bauti- Pulgar, rentista, no soy el Juan Pérez que robó seis pese- dicia de Cacodoro — enreda-
zandó además al protagonista tas y una estera en la calle del Tribulete... do además en amores con la
BUEN HUMOR 13
¥ * *
¿Han visto ustedes cosa más indigna
de un sabio de Grecia? ¿Acabar como un
currinche pornográfico? ¿Y después de
todas las androginias de Hipólita y del
extracto herculínco se mete con El Ca-
ballero Audaz?
Mucho tememos que el puesto de sép-
timo sabio de Grecia se lo arrebate el
Sr. Grandmontagne, que anda a la caza
de él.
¡Pues hablar del estilo y lenguaje de
Las columnas de Hércules! Un artículo
en prosa mazorral de pedagogo, largo,
muy largo, de trescientas veintisiete pá-
ginas, sin luz, sin matiz... Se lo brinda-
mos a nuestros enemigos.
Decididamente, este hombre tendrá
Dib. MiRET. — Barcelona. que volver a escribir desde Inglaterra.
-¡Qué vista, ¿no?, hermosa!...
• No tan hermosa; fíjate que tiene cataratas.. Luis ASTRANA MARÍN.
14 BUEN HUMOR
HUMORISTAS CONTEMPORÁNEOS
MA TE LD I // segnalibro — una revista mensual consagrada exclusiva-
mente a la vida literaria internacional —, y en ella las cari-
caturas, los dibujos humorísticos, se refieren nada más que a
I o podía retrasarse demasiado, en estas apostillas los escritores, concediéndoles aquella atención que aquí sue-
' hebdomadarias a los valores humorísticos de le reservarse a los políticos, las aúllacuplés, las danzantes y
hoy, la primera alusión a Italia. los bestiarios del coso.
Italia tiene siempre bien definida su significa- Existe además la costumbre de los Salones Humoristas
ción en el arte de la caricatura moderna. Ha sa- que sirven para revelar artistas nuevos y consolidar las repu-
bido además conceder pronto esa amplitud de taciones ya hechas.
criterio que en España se regatea y discute —¡¡to- De este modo, no es raro que Italia tenga cierto número de
davíal! —, para aceptar, dentro del calificativo de humoristas, dibujantas capaz de sostener el Fischietto, L'Asino, etc.
a los dibujantes no deformativos, no anquilosados en las exa- Fischietto y Don Chisciote son un poco retrógradas en el
geraciones grotescas o fiados simplemente a la dudosa gracia sentido artístico y aun en el ideológico. Semanarios para la
del retruécano que ponen como fleco a sus caricaturas. burguesía, que cuida por su normalidad digestiva y su panur-
No. Italia, como Francia y como Alemania, de las que en gismo intelectual. Algo aburridas, naturalmente.
cierto modo es feudataria por sus tendencias simplificativas y L'Asino es el semanario combatiente, el que más se acerca
estilizantes; como Inglaterra y los Estados Unidos, que atien- al tipo de las revolucionarias revistas satíricas europeas.
den a un concepto psicológico y a un costumbrismo lindante Enemigo irreconciliable de la Iglesia y de la Monarquía, co-
más con la ilustración editorial que con la esquemática sátira nocen su director y sus redactores los pasillos de la Audien-
gráfica, Italia posee un grupo de humoristas y una serie de cia, las molestias de los interrogatorios judiciales, y acaso los
revistas de positivo interés. malos días de la cárcel.
Entre las revistas humorísticas, las más importantes son: Pasquino es desenfadado, simpáfico, no muy dentro ahora
Fischietto, L'Asino, II Toro, Numero, Don Chisciote; pero no del espíritu prometedor de su cabecera, porque en la nueva
se limita a ellas, naturalmente, la colaboración humorística.' inquietud social de Italia ha adoptado una posición levemen-
Los magazines como // Secólo XX, La Lettura y Ars et La- te conservadora.
bor, los diarios de más opuesta orientación política publicar Numero acentúa esa posición. Es una revista agradable,
caricaturas constantemente. que ha reducido el tamaño de sus páginas. Cuando empezó'
Incluso tengo ahora sobre mi mesa el último número de Numero tenía unas dimensiones más gallardas. Ahora son
EN EL EDÉN RUSO
' ^ ^ ' ' ' ' ! ; w i ! ! ? „ r 3 ''°''^'"°^ b^^gveses, que tenéis la culpa de que fracase nuestra doctrina? Salvadla de la muerte
porque, de lo contrario, no podremos nunca anularos a vosotros. '"uene,
BUEN HUMOR 15
¥ y ¥
Larga seria la lista de los humoristas italianos si tuviera
la pretensión de acercarme un poco a su totalidad íntegra.
Citaré sólo algunos, los más populares y los más valiosos,
que no siempre hay una coincidencia afortunada en esto del
mérito y la popularidad.
Sachetti, el costumbrista elegantísimo; Rata Langa, el im-
placable enemigo del clericalismo, cuyas caricaturas anti-
papales eran el más feroz documento gráfico de la recopila-
ción Contre Rome, publicada por Grand Carterct cuando los
días candentes de la separación de la Iglesia y el Estado en
Francia; Golia, que dirige Numero, y que en sus comienzos
prometía ser un buen discípulo de los maestros alemanes,
para vulgarizarse después; Mateldi, ágil de estilo, agudo de
intención, que da por sí solo carácter al Pasquino; Scarpelli,
que firma su nombre con dos botas viejas; Carlin, proteico
de línea y regocijado de asuntos; Rodella, de indudable buen
tono; Quaglino, algo fosco, pero no exento de una moderni- LA VIEJA. —¡No tengáis miedo! Dice que ya os dejará
dad que, por ejemplo, se afirma en Adolfo Wildt, hasta el las cascaras...
punto de darle un carácter de expresionista germánico; Ser-
gio Bruno, también moderno; Battinelli, esencialmente defor-
mativo; Galluppi, desarticulado, sin gracia; Bisi, de una sinl- Daabate, Musini, Dalsani, Manca, Gobbo, Rubini, Donati,
plicidad sintética muy laudable. Y Argo, Dudovich, Molinari, Natoli...
Algunos de éstos habrán de ser comentados individual-
mente. Empecemos hoy por Mateldi.
¥ V 4
Mateldi absorbe, colma el Pasquino. Siempre, la cubierta,
la plana central, las ilustraciones de los artículos, aparecen
firmadas por él. Incluso hay números en que también le per-
tenecen la contracubierta y los tipos sociales que forman parte
del concurso de epígrafes que acucia el ingenio del público.
Mateldi posee lo que llama un critico italiano visione sin-
téticamente riassuntiva. Eliminó de su estilo nervioso y agi-
tado las líneas innecesarias; logró una estilización, no rígida y
fría, como la de algunos humoristas germánicos, sino apasio-
nada, vibrante, idiosincrásicamente latina. Porque esa misma
fogosidad satírica de los temas y de la frase que caracteriza a
Mateldi, está agitada, convulsa, enérgica en su trazo formal.
En estas condiciones, Mateldi no podía ser un placido ob-
servador de costumbres, un ingenioso y frivolo glosador de
anécdotas y figuras. Es un espíritu combativo, y así, de toda
su obra, fragmentada en Pasquino, surge el ímpetu de un
combatiente político.
La política le enardece, le inspira, le tiraniza. Se ha consa-
grado a ella por entero, como nuestro Sileno.Y como nuestro
Sileno, tiene la certeza agresiva y la justeza concreta.
¿Cuál es la filiación política de Mateldi? En el sentido inter-
nacional, francófoba; en el sentido nacional, anticomunista
Francia es su obsesión satírica. Los más terribles ataques
de la caricatura italiana contra su aliada latina tienen el
estilo inquieto, simplista, de Mateldi. Casi siempre son diálo-
gos entre una dama — matronil o doncella — de luengas ves-
tiduras, cabeza de pureza clásica y ostentando una bombilla
EL CRIADO. — Perdone la pregunta Su Excelencia: eléctrica en la frente, con una cínica apachinette, descotada,
¿cómo lia tardado tanto en prohibir el uso de armas? maquillada y el gorro frigio sobre las greñas negras. Italia
EL MINISTRO. — ¡Qué ingenuo eresl... Esperaba que se y Mariana son estas dos mujeres.
matasen vnos cuantos más. De ese modo quedaba menos En un dibujo vemos a la Mariana apachesca ofreciendo un
gente que gobernar. franco y diciendo a la doncella de las blancas vestidura
16 BUEN HUMOR
«Mira, querida hermana, te denuncio el Tratado de 1898; pero elementos y las doctrinas contrarias. Inglaterra, Germania,
te doy el modus vivendi.» «¿Un franco por toda mi ropa? ¿A Norteamérica — y no necesitamos añadir Austria —, tienen
eso llamas un modus vivendi? Gracias, querida hermana. en él un detractor intransigente, aunque no tan enconado
Prefiero el modus moriendi.» como respecto de Francia. Y es frecuente hallar en sus di-
En otro dibujo, Francia, indignada, furiosa, le dice a Italia, bujos alusiones implacables contra el clericalismo en cuanto
serena, augusta, y siempre con su bombilla eléctrica en la a sus pasajeras alianzas con los comunistas o los simple-
trente: «¿Quién te insulta? ¿Dónde está esa miserable que es mente liberales.
enemiga tuya, querida hermana?» E Italia, empujando a Más aún: ha pasado las nubes y ha buscado motivos cari-
Francia frente a un espejo, le contesta: «¡Mírala!» caturescos en las regiones celestes, donde vemos, por ejemplo,
El mismo odio respiran los dibujos humorísticos de carác- al Padre Eterno recorriendo el mundo, mientras la paloma
ter social. Los comunistas, los socialistas, todos cuantos se de la paz, vendada, le contempla; o le vemos asomado a una
agrupan en los partidos extremos, son fustigados por él de ventana, fumando la piffa que le enciende un angelito y pre-
un modo terrible. Entonces, ¿es un caricaturista conservador, guntando a San Pedro, que mira con un telescopio hacia la
reaccionario, afiliado voluntariamente en una orientación ene- Tierra, donde curas, seglares y guardias luchan furiosamente:
miga de toda rebeldía? — Sentí che baccanol Saranno comunisti?
Tampoco. Si Mateldi odia a Francia, que tan decisiva in- — No, Eternitá; sonó i giovani cattolici che mettono in
fluencia ha tenido en el liberalismo mundial; si no perdona pratíca íl nerbo... volevo aire il verbo di Vostro Figlio.
ocasión de zaherir la política reivindicatoría de los de abajo,
no por ello puede tampoco decirse que es un adulador de los JOSÉ FRANCÉS.
«««««««««^.•«^«•«««««•«.•«••«^••••••••**** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *******************
POEMAS HIPERULTRA
P. L. C. U. O. C. Y. E. O. A. (I)
— Drilococos.
¡Drilococos en el Loni!
y no
Cocodrilos en el Nilo.
Coco loni
KO-KO-RO-KO.
¿L'onix coco?
Drilos.
3
La Luna,
Subsecretaría,
Juega al polo en un lechón.
El apellido Escartín
Chufla en el pito de! tren.
[Bebo la Noche
En pilón!
Nueve y Catorce son Tres.
LA FAJA ESPAÑOLA
ECIR la {aja española es algo Parece que hace en broma ese ademán de viéndose en él... Se les
como decir la bandera es- nunca acabar; pero vemos que se desplie- ve al pasar dedicados a
pañola, o la navaja españo- ga en serio la aparatosa cinta, como para su l e n t o movi-
la, o la liga española. los hombres del Catastro, por ejemplo. m i e n t o de tara-
El español con faja es el La faja adopta diferentes colores, como b i l l a s de fábrica
hombre con más faja del si, igual que los hábitos, fuesen colores de hilados...»
mundo, y se podría decir que su fají^ se simbólicos, y se llevase uno u otro, según
podría ceñir al mundo en toda la exten- el hábito ofrecido.
sión de su circunferencia como un verda- La faja debía ser, para completar su cas-
dero meridiano. ticismo y su arregostamiento español, de
Debía haber en la Historia Sagrada de los colores nacionales, y ser como la larga
España una de esas estratagemas bíblicas colgadura para la procesión. En el fondo,
Como la de los botijos, por la que todo la faja tiene esos colores y ese significa-
un pueblo de españoles diese una sor- do y es la colgadura de la barriga.
presa al ejército enemigo, bajando por Por la faja habría que reunir a los de
el desfiladero imposible gracias a haberse unas regiones con los de otras y hacer en
Colgado de sus fajas. toda España — no importaría las distan-
Desde luego, hubo un baturro que se cias, porque las fajas las subvienen — una
ahogaba y al que sólo salvó la faja del especie de juego de la danza, una especie El talante fir-
Compañero, a la que se asió ya en el fondo de estrella de las fajas, como esas que los me, decidido, tes-
del agua. de las comparsas tejen con sus fajas du- tarudo del espa-
El fajado español da vueltas de peonza rante sus «espatadanzaris». ñol se debe a su
Cuando se quita la faja, y alguno ha caído La señal mayor de adulterio que puede faja, a su terrible
mareado después de esa operación. haber en España, faja, a su faja en tres jorna-
¿De qué les defiende la faja? De nada. la señal indubita- das. Matará ese hombre de
La faja es una superstición de raza, pues ble, la prueba ma- a cabeza redonda y de las
les defendería de la puñalada si no se la y o r , e s que en venas hinchadas en la fren-
quitasen para amarrársela al brazo en la casa de su espo- te, si se le pone en la faja,
hora del combate, y les defendería del ca- s a encuentre el se le mete esa idea entre la faja y
tarro intestinal si no sostuviesen con ella marido la faja in- el redañil. Tanto debe influir en la psi-
los pantalones, y en la hora precisa y pe- acabable del otro. cología violenta, de ideas como metidas
ligrosa no se la tuviesen que quitar. entre ceja y ceja, de propósitos rudos
Fajados como niños, aprietan con su faja y feroces, que el español Heve faja, que
los españoles sus fanatismos y echan llave eso sólo se lo puede imaginar uno ha-
a sus dineros. Quizás les hace emprende- biendo observado la psicología del hom-
ncizañadora serpiente que
dores su faja y les da cuerda para hacer bre con cinturón, es decir, el hombre que
no acaba de salir nunca de
sus largas caminatas y cargar sus grandes lleva puesta una cuarta de faja, nada, como
debajo de la cama.
pesos. Es, probablemente, la muñequera quien dice. Pues el hombre de cinturón es
A un marido le sucedió
de la resistencia de sus riñones y, gracias patoso, enconado, un poco torvo, y todas
que, aun siendo muy ciego,
a la faja, su resignación es segura, y tienen sus decisiones están como enfurruñadas
siguió la pista d e una lar-
apretadas las' clavijas años y años. por ese estreñimiento que es el cinturón.
ga faja, y acabó por
Parece que con el metraje de sus fajas ¿ Q u é será, pues, un hombre de faja, cuan-
dar con el que se es-
miden sus tierrecillas y cazan a lazo sus do hay que desconfiar del hombre de cin-
condía.
mozas. turón, que es capaz de todo, como el hom-
Los e x t r a n j e r o s
bre que lleva cartuchera?
Por la faja subía todas las noches aquel que pasean por Es-
galán al cuarto de la novia, y gracias a la p a ñ a , v e n a unos ¡Cuándo se decidirán todos a llevar sólo
faja pudo bajar la raptada la hombres que junto a los tirantes civilizados, que dejan al hom-
noche deliciosa en que todas una tapia se despere- bre en mayor libertad de albedrío!
las estrellas guiñaban su úni- zan de la faja en una lenta
co ojo. faena que, como el extranje- RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
El labriego, c u a n d o se ro nunca ve en su postrime- (Dibujo del escritor.)
quita la faja, tiene algo de ra fase, no acaba de comprender.
cloTvn, de esos clovín que se «En España — escribió en su li-
quitan chalecos y chalecos
en una serie interminable. R. bro de notas un viajero — los cam-
pesinos devanan el algodón envol-
18 BUEN HUMOR
A nuestros lectores:
Tenemos en preparación un número
:-: extraordinario de :-:
CARNAVAL
Ustedes ya nos conocen, y saben que
cuando decidimos echarnos a ia calle
bien vestidos, nos llevamos seguramente
el premio de máscaras a pie. ÍS> ÍS> fS>
En la Castellana, en el Prado, en Rosales,
en la Pradera, en los bailes públicos y en
los privados, en los "souper-tangos"
y en los ambigús de los teatros no dejéis
de leer el número extraordinario de
CARNAVAL
c^'EMAMAKIO .^ATIPICO
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