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BUEIN nUMOR

Dib. RAMÍREZ.-

— ¡Indudablemente, vt^iftmnrp he sido un hombre de miras muy elevadasl


ISl % BUEn HUMOR
^íh^tfl^^JÁ^ SEMANARIO SATÍRICO

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— ¡Pero...I ¿A tu edad, no saber cómo se resuelve una MADRID: Carmen, 5. BILBAO: Grao Vía, 2.
ecuación de tercer grado?... ¡Qué vergüenza!...
(De CARLÍN, en Numero. — Turín.)

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DUEn HUMOR
SEMANARIO SATÍRICO

Madrid, 5 de f e b r e r o de 1922.

EL HOMBRE DE LA DICHA
JN el camino de Lcganés, a presidente de la República, dimisio- una en un cristal; salieron los guardias,
la derecha según se sale nario. me vieron, yo puse pies en polvorosa, y
del manicomio de Esquer- »E1 que haya hecho otro tanto, que les hice correr tras de mí hasta que me
do, se ha encontrado un levante el dedo, y el que lo dude, que pescaron. ¡Aun me resiento, cuando el
manuscrito que, copiado examine los adjuntos justificantes de tiempo va a cambiar, del puntapié que
a la letra, dice asi: todo lo dicho. me dio el cabo!
«Ustedes habrán oido »He dicho. »III. Era yo marinero en Cádiz, y al
hablar de Bl hombre Fe- «Firmado: /. O. de R.» descender por la escala la rica heredera,
liz de Almeida, en tres to- no se atrevía a saltar al bote, porque
mos, ¿eh? Pues el hombre feliz de tomo y ¥ ¥ ¥ había mucha mar. Yo le pedí !a mano
lomo soy yo, o, mejor dicho, lo he sido, para saltar, y me la dio,
porque ahora no me siento dichoso del Como suponemos que el lector será »IV. Fué en una tarde en que subí a
todo, ¿para qué lo voy a negar? de los que busquen los justificantes, los un pico de la sierra desde donde se do-
«Pero yo he sido, no una, sino muchas copiamos a continuación: minan las dos Castillas.
Veces, el hombre de la dicha; así como «I. Siendo colegial de San Ildefonso »V. Estábamos revocando la fachada
suena. saqué con mis manos lavadas del bom- del Ministerio, y un compañero me reve-
»A muchos les habrá sonreído la For- bo de la lotería la bola del premio ma- ló en secreto que había robado de una
tuna alguna vez; pero a mí una, y otra, y yor. (Véase la lista grande de 1865.) mesa la cartera vacía del ministro y la
otra, no sólo me ha sonreído, sino se me »II. Estaba yo tirando piedras a las había empeñado. Como aquello podía
ha reído a carcajadas. La Fortuna ha palomas de la casa-cuartel, cuando dio costamos caro, fui y la desempeñé.
sido mi esclava muchas, mu- »VI. Acompañando a unos
chísimas veces; lo malo es que isidros fui a ver el Palacio
siempre me ha durado muy Real una tarde de verano, y al
poco. ver el sillón del trono, me sen-
»Y por si hubiera algún men- té. ¡Vaya una escandalera que
tecato que tratara de disputar- me armó el ujier!
l e el campeonato de hombre I »VI1. Trabajando de oficial
de la dicha, ahí va escrito lo fontanero, puse con estas ma-
que, entre otras cosas, he he- nilas una bomba de incendios
cho en este mundo. ¡Véase la en el teatro Real a la derecha
clase!: del escenario, y el día que la
»I. A los diez años de edad estaba terminando de poner
"e tenido en mi mano el pre- vino el ministro a ver las
c i o gordo de Navidad, que obras y me felicitó.
consistía entonces en seis mi- »Por último, mi familia, que
rones de reales. se empeña en que tengo ma-
, "II- A los catorce, con una nías, me trajo a Leganés, don-
nonda y dos piedras, he hecho de los compañeros de sanato-
correr a ocho guardias civiles. rio me eligieron presidente de
. "W- A los veinte he obte- la República de Guagua; pero
nido la mano de una mulfimi- se ponían tan pesados y me
"onaria norteamericana. daban tantos capones p a r a
"IV. A los treinta, cuando que arreara, que he hecho di-
'^ guerra civil, he dominado misión y les he dicho que el
^u una tarde dos provincias que venga atrás que arree.»
españolas.
, *V. A los treinta y cinco « ¥ y
íje desempeñado la cartera de
Gobernación. Prendida con un alfiler al
"VI. A los cuarenta he ocu- final del manuscrito hay una
pado el trono de San Fer- tarjeta que tiene una extraña
nando. coincidencia con las iniciales
»VI1. A los cincuenta he de la firma.
puesto una bomba en el tea- La tarjeta es de Inocente
tro Real, siendo felicitado por Orate de Remate.
el ministro de Hacienda.
»En la actualidad, que tengo Por la copia,
sesenta y nueve abriles, soy Dib. SiLENO. — Madrid. CARLOS LUIS DE CUENCA.
BUEN HUMOR

LA BARAJA DEL AMOR


(EPISTOLARIO C Ó M f C O A MO R O S O )

ta vegada mi esposa. Cerca de Cetina risimo Corrales, logramos un yantar so-


XI
ocurrió otro estropicio en el coche. La brio y un buen lecho. Pero...
MILIANA de mi vida; Ahora avería costó hora y pico repararla. Mi
<iOh dolor, lágrimas miasl»,
comprendo t u s consejos, pobre mujer «cogió» un tlsatur de estor-
ahora, que ya no tiene re- nudos y bostezos, digno de haberlo filma- mi esposa usufructuaba un calenturón tan
medio. ¡Si te hubiera hecho do. ¡Pobre! Más que mujer era una foca enorme, que derretía los hierros de la
caso! Imagino que has de- en la muda. cama.
bido c a s a r t e muchísimas Las dos alitas de la nariz, que a mí Llegó el físico, pulsó, preguntó, termó-
veces, ya que conoces a maravilla la psico- me enardecían por lo vibrátiles, se ha- metro, recetó, cobró y se marchó..., reco-
logía del matrimonio. ¿Y habrá hombres bían convertido en la fuente de los Galá- mendando, al hacer mutis, reposo, mucho
— ¡salvajes, más que salvajes! — que se pagos. reposo, quietud absoluta.
casen en segundas y aun en terceras nup- El catarro nasal aparecía con tal fuer- Por fortuna, un enfriamiento en plena
cias? ¡Yo que me casaba para estar en la za, que aquellos dos caños de corriente luna de miel dura poco. Pero el agua ter-
gloria, y pago el inquilinato en el infierno! continua, recordaban las cataratas del Niá- mal, esa maravillosa panacea para alivio
¡Cuánto me acuerdo de aquella noche gara... y consuelo de artríticos, reumáticos, ni-
en que, ya de día, nos despedimos de la Casi de madrugada llegamos, más muer- grománticos, tresillistas y clérigos, me re-
vida de solteros...! tos que vivos, a la patria de ese monu- volucionó la caja del cuerpo de tal modo,
Me pediste, Emiiíanita, que te asignara mento que se llama iVac/ona///. Estába- que, engarabitado, hecho un ovillo, estuve
una pequeña viudedad, y lo he cumplido. mos en Alhama de Aragón. horas y horas, a pesar de los auxilios que
Gracias a un billete de cinco duros que me prestó ese mago moderno, ¡Dios le
Me rogaste que te contara mis impresio-
le dimos a un sereno, y a que me une bendiga!, que se llama jViva Pérez!
nes de casado, y voy a cumplirlo.
gran amistad de antiguo con el popularí- ¡Qué veinticuatro horas pasé en ridículo,
Lee y compadéceme.
que voy, que vengol Cuan-
Nos casaron de noche para
to más reflexiono, más me
«.,. que no alumbrara el Sol desdicha tanta». sonrojo.
El luto de la familia de «ella", de m Nos habían enyugado un
«tormento», hizo que salié- lunes al caer el sol, y el
ramos de la iglesia «cabe» miércoles, muy de maña-
un auto en dirección del na, ingería yo, a vida o
monasterio de Piedra, be- a muerte, una pócima ca-
llo y descuidado monumen- sera, invento del gran Co-
to del siglo XII, pródigo en rrales. Aquel bebedizo me
truchas, espléndido en ca- sacó del callejón del ri-
taratas y abundoso en re- dículo, recobrando mis ar-
tumbantes ruidos. dores juveniles.
íbamos en un auto des- Mi mujer bendijo una,
cubierto y a dos grados dos, tres, cuatro veces al
bajo cero. gran Corrales. Desde el
Con ese -relente», la ca- miércoles al sábado inclu-
lefacción central de unos sive no paramos; en nues-
recien casados parece la tro afán de verlo todo, vi-
más frígida cámara frigo- mos hasta la posada de
rífica. El frío era espanto- Tarodo.
so; no podíamos abrir la El domingo caí en cama
boca ni para robarnos un otra vez; las aguas, la al-
beso. Y eso que Íbamos... tura o quizás mi tormen-
tosa adolescencia me de-
«... tan apegaos, tan apegaos
jaron más parado que una
como los sellos engomaos».
faena de Belmonte. ¡Cuán-
Dib. 1. LASA. — Madrid.
A la altura de Arcos de to me acordé de ti, que
Medinacelí se nos pinchó — Ya lo sabes: si no quieres que nos quedemos sin criada, tienes tienes usía para dar fric-
por cuarta vez un neumá- que hacerle el amor. ciones! ¡Lo que te eché de
tico y estornudó por quin- — Pero, mamá, ¡si además es horrible/... menos!
BUEN HUMOR

Compadéceme, Emi; ocho días he es- fijo cuándo se halla de espaldas o viceal- Y ahora, el colofón. ¡|No tiene más que
tado tendido en una cama mercenaria, en contrario. una casa en usufructo, y sus padres han
una cama que no era la de mi madre, que Además, es culibaja, patizamba y peli- hipotecado la renta por veinticinco años!!
no era la tuya. Ocho días sin más distrac- cana; vamos, que tiene unos mechones ¡Adiós, mi vida! Mañana llegamos, a las
ciones que el baño, la cascada y el ruido blancos feísimos, plata sobredorada gra- nueve de la noche. No tengo que decirte
de los mixtos. cias al agua oxigenada. que a las nueve y media, más bien antes,
Y ahora viene lo más grave: en esos Y por si esto fuera poco, posee un dor- estaré en tu casa, de donde no saldré más
ocho días, mi mujer, preocupada con mi mir que me servirá de atenuante el día que entre civiles y con dirección a la po-
enfermedad, abandonó su toilette, descui- que la abandone... litécnica de don Fernando Poo.
dó su charipé, no se revocó... ¡Se me sal- ' . . . como una res destinada Te quiere más que nunca tu
tan las lágrimas, Emiliana!... por su dueño al matadero.»
GATITO.
Mi mujer no es guapa, ni rubia, ni alta, Cuando aspira, ronca tan desaforada-
ni gorda. Mi mujer, si no fuera por el mente, que ha llegado a alarmar al sereno; Por la goma y las tijeras,
dorado de los dientes y el lagrimeo de los y cuando hace la inspiración, silba con que no saben firmar,
ojos, no habría modo de saber a punto tanta fuerza, que apaga la luz eléctrica. TORRES-ASENJO

DICCIONARIO DE "BUEN HUMOR"


UEN HUMOR, que empieza a pre- demuestra andando, y andando con sa-
ocuparse, no sólo de alegrar la lero, vean los lectores a continuación
vida a sus lectores y de hacerles la prueba plena de mis afirmaciones: Abono. — Producto que se arroja so-
felices las digestiones, sino bre las fierras para intensificar
también de realizar una obra y mejorar su rendimiento. Se
cultural y benemérita (no con- llama abono vegetal al forma-
tundirse con la Guardia civil), do por plantas pútridas y en
™e ha encargado de la misión fermentación, y abono mine-
transcendental de elaborar a ral al constituido por sulfatos,
trazo un diccionario castella- carbonatos y demás caméla-
no en el que figuren las pala- los químicos. Abono animal
bras cervantinas cuyo signifi- es una serie de personas que
cado no está definido en el de en los teatros vuelven la es-
la Academia Española, tal vez palda al escenario cuando se
por desidia, o quizás por ig- representan obras de Calde-
norancia de sus honorables rón, Lope o Tirso de Molina.
iiiembros. Ajenjo.—Bebida desagra-
Nadie ignora que el gran dable y de fabricación baratí-
zariano de Cavia ha sacado sima, que en las novelas de
^«1 atolladero a la Academin ambiente francés escritas por
"ws de una vez, enriquecien- .nitores españoles ingieren
•JO el idioma patrio con sono- i on deleite los protagonistas
''^s palabras que no se les románticos y exquisitos, pero
currían ni por pienso a los iiue en París la beben 'sola-
señores académicos. mente los cocheros y los mo-
Yo. que no pertenezco a la zos de cuerda. ¡Pidan ustedes
Qocta Corporación por envi- informes, y verán cómo no los
cias y por oposiciones sistc- engaño!
'naticas, voy a demostrar aquí Aro. — Sitio por el que no
1'^e la interpretación de de- quiere pasar Melquíades ÁI-
terminados términos castella- varfez, por cuya razón será
nos no se ajusta a la reali-
ministro cuando la rana llame
dad en el d i c c i o n a r i o ofi-
a la peinadora.
cial, mientras que en el mío Oib. REYES. Madria.
"•«spondc a su verdadero sig-
nificado.
— ¡Le voy a matar a usted, por canallal... ¿Qué es lo que B
pretende usted?...
Y como el movimiento se Barato. — Palabra castella-
— Nada; que el entierro sea modesto... na que no se usa desde 1914.
4 BUEN HUMOR

Birria. — Cambó como ministro de • Guardia. — Sujeto de c a s c o duro


Hacienda. como los pimientos, a quien se llama
Buñuelo.— Obra pictórica que suele Fiera. — Chelito, a'las altas horas de irónicamente guindilla, y que causa con
llevar a cabo D. Antonio Maura con la madrugada. frecuencia el regocijo público. Suelen
quince centímetros cuadrados de papel Frac. — Prenda de vestir, con la que, hacerse invisibles cuando se altera el
y media docena de pinceles. en España, muchos camareros parecen orden, y en los momentos de tranquili-
Bu. — Lo que está haciendo Garcia aristócratas, y una infinidad de aristó- dad se los encuentra en las esquinas
Prieto desde tiempo inmemorial. cratas parecen camareros. obstruyendo el tránsito. En las calles
Fuente.— Esta p a l a b r a tiene dos marchan por parejas. En las platafor-
acepciones. Si la fuente es de agua, se mas de los tranvías van en grupos de
dice que es el alivio del sediento; pero si cincuenta.
la fuente es de judias, entonces es el
Cara. — Parte de la cabeza donde es-
hambriento el que se vuelve loco.
CH
tán los ojos, o el ojo, si se es tuerto.
Cara se llama también una cosa que le Chaleco. — Tercera parte de un traje
cuesta a uno un ojo de la ídem. Dar la de hombre. También se emplea esta pa-
cara equivale a que le hinchen a uno el labra en tono de acerba censura contra
ojo restante. Gabino. — Nombre propio, o, como ciertas inmoralidades. No es convenien-
Cierva. — Substantivo femenino:hem- dicen c i e r t o s académicos, nombre de te confundir el chaleco con la ameri-
bra del ciervo, animal tímido como la persona. Es peligroso llamar en las ta- cana, aunque se dan casos de ameri-
gacela, provisto de dos cuernos, y muy, bernas, y en voz alta, a los sujetos que canas que han sido chalecos al mismo
apreciado por los cazadores. También llevan este nombre, pues la frase «¡Ven, tiempo.
se aplica a un ser vivo, que no es hem- Gabino!", puede interpretarse por «¡Da- Chufa. — Producto del choque rápi-
bra, ni es tímido, ni tiene cuernos, ni es nos otras copas!»; y si se rectifica el con- do de la palma de la mano derecha de
apreciado por los cazadores..., ni por cepto, queda uno como un tacaño. un individuo con la mejilla izquierda de
los de infantería de línea, ni por los de Gabinete. — Diminutivo cariñoso de otro personaje situado frente a él.
artillería. Gabino. Chuleta. — La misma cosa.
Cuco. — Don Alvaro de Fi-
gucroa y Torres, conde de Ro- H
manen es.
Hipo. — Lo que quita la Ele-
D na Cortesina cuando baila sin
Dinero. — Lo que no se gana mallas.
este año en ninguno de los tea- Hilo. — Búsquese Carrete.
tros de Madrid, Zaragoza y Ali- Himeneo. —Véase Matrimo-
cante... y demás provincias de nio y Meneo.
España, que no nombramos por Hueca. — Véase la cabeza de
falta de espacio. AUcndcsalazar.
Doble. — Palabra que se apli-
ca a ciertos vasos de cerveza. Si I
en vez de doble es triple, el
vaso es de aguardiente, y la cur- Imposible. — Que la empre-
da es de ordago. sa del Metropolitano no abuse
de la gente.
Invierno. — Lo que no hay
manera de pasar en Madrid, sin
Ebúrneo. — El pecho de Lo- exponerse a diñarla.
reto Prado. Indecente. — Cualquiera de
Encantador. — Francos Ro- las novelas de Hoyos y Vinent.
dríguez. Impropio. — Sánchez Gue-
Escuela. — Sitio d o n d e no rra con medias transparentes, y
han ido la mayoría de las cu- Azorin con traje de luces.
pletistas españolas y la casi to-
talidad de los autores de los cu-
plés que cantan. J
Equivocado. — Don Alejan- ASTROCORBOGRAFONOMÍA Dib. EBNESIO. - Valencia. La Virgen del Pilar dice
dro Lcrroux, cuando cree que le que no quiere ser francesa;
van a llamar para gobernar a — ¡Cómo le digo yo a mi señora que he pasado toda que quiere ser capitana
España. la noche con una estrella!... de la tropa aragonesa.
BUEN HUMOR

K
Kiosco.—Construcción veraniega, li- Lío. — Casamiento republicano. Lluvia. — Cosa absolutamente nece-
gera y elegante, donde tocan las ban- Luz. — Lo que no se ve en las calles saria para que en Madrid haya harina
das militares o municipales. Creemos de Madrid desde el anochecer en ade- de trigo, den algo de fluido las Compa-
de necesidad mencionar otros kioscos lante... Y lo que tampoco se ve en mi ñías eléctricas y se limpien las calles de
donde nosotros hemos oido varias ve- bolsillo desde la una de la madrugada la costra repugnante de inmundicias que
ces estupendas músicas de autores des- hasta las doce y cincuenta y nueve de las cubre.
la noche... (Se continuará, si el tiempo no lo impide.)
conocidos. Precio de la audición: diez
céntimos. Luisa. — La hija de mi portera. ERNESTO POLO.

- Ahora volveré a salvar a su esposa. Dib. K-HiTO. — Madna.


- ¿Tiene usted mucha prisa? Porque podíamos tomar unas copas.
6 BUEN HUMOR

NUESTRA FAUNA
Por JUAN PÉREZ ZÚÑIGA

Que el hombre es un animal edil; que no hubo plumífero que existe un caballo blanco
afirman a toda voz, como el canario Galdós; que es a la vez senador;
desde el principio del mundo, que da el buen Palomo a veces que la Cierva, el rey de Muía,
los filósofos y los conferencias en la «Unión»; corta el bacalao con hoz;
naturalistas; mas dicese que cuando canta cupletes \ que pollos «bien» hay de sobra,
por un periódico atroz, es Orias un ruiseñor; y un Lobo que es Regidor,
impreso en lejanas tierras, que aquí más de cuatro ratas y en varias plazas un Gallo,
que en nuestra pobre nación van a la Delegación; y en la Comedia un León, .
abundan los animales que aquí es cierto secretario ¿no le parece a usted lógico,
de dos pies, y eso ya no fiel perro de su señor; amable y caro lector,
puede aguantarlo quien haya que aqui abundan los besugos, que, viéndonos a distancia
nacido bajo este sol. los percebes y hasta los (por ejemplo, en Nueva York),
Sin embargo, si ha leido avestruces en más de una se puede pensar cualquiera,
un día y otro el autor respetable institución; si juzga por impresión,
de gracia tal que los gatos que se ven zorros y cucos que esto es una especie de arca
de Madrid son... como son y mansos al por mayor; de Noé?... Bien sabe Dios
en esta villa del oso, que Toca es una hormiguita; que no somos animales;
en donde un Cordero es hoy que es Luca un mariposón; pero ¿lo parece, o no?...
• • • • • • • • • • * • • • • • • • • • • * * • • • < ' • * < ' * • > * * * * * • • * * * < • < • • > • • • • « • < > .>*•*««<.«<. . > * « * « 0 * * * * * < . * ^

¡BESTIAL, CHICO, BBSTIALI Dib. GAUCÍA-CUEKVO. — Madrid.

— Y ¿por qué dices que son raros los ingleses?,


— Porque en todas partes un par son dos, y en Inglaterra dicen que es uno...
BUEN HUMOR

LOS GRANDES COLONIZADORES

VILLABRÁGIMA Y MAGALLANES
EMOS leído en los perió- la República española, que era alcalde no es vivienda. Hay que mantener, no
dicos que el nuevo y de Madrid por aquel tiempo. Dio casa a ya a la habitación, sino al habitante.»
flamante alcalde, se- los que no tenían casa; pero no les dio Y entrará el progreso de la cuestión
ñor marqués de Villa- qué comer. Trataba de ensayar el alcal- en una nueva fase.
brágima, piensa d a r de a ver si se solucionaba el problema Pero vendrá un tercer señor que dirá:
viviendas de mampos- social poniendo casa a los que vivían en «En cuanto un hombre tiene casa, em-
tería a los habitantes de Magallanes. chozas. Y resultó que no; que necesita- pieza a sentir la necesidad de salir de
¡Magnifico!... ¿Hacia dónde cae Maga- ban comer además, y que los infelices casa en seguida. El conjunto de una vi-
llanes?... Creo que hacia el Pacifico... llenaban la casa; pero la casa no les lle- vienda humana se compone de inmue-
¿Unas islas?... ¿Un barrio?... No lo sé naba a ellos. Y murieron. bles, muebles y movibles. La donna é
bien. Me parece haber oído hablar de un Entonces el viajero sentirá deseos de mobile, y el hombre sigue a la mujer.
estrecho: no sé si aludirán a la estrechez repetir el ensayo del alcalde, perfeccio- Dé usted casa a un hombre, y obligúele
con que viven allí los habitantes. Y el nándolo, gracias a las enseñanzas de la a estar en casa, y se tirará a las paredes.
Pacífico, ¿qué es eso? ¿Un barrio?... ¿Un experiencia, y se dirá: «¡Perfectamente! Hombre que tenga casa y no pueda mar-
llar?... No puedo decir nada a ciencia El problema consiste, por lo visto, en charse al café, hombre al agua, o lo que
cierta; pero para el caso es lo mismo. La dar vivienda y, además, dar comida. Se es peor a veces, hombre al vino. Inqui-
cuestión es que determinadas familias trata de dar casa a los pobres para que linato e inquisición tienen raíces comu-
que hoy viven en chozas van a disponer vivan en ella, no para que mueran en nes; y el inquilino no puede ser caseroi
niañana, gracias al alcalde de Madrid, ella. Una vivienda en la que no se vive. por definición. El hombre tiene que irse
^e casas elementalmente con- de su casa para sentir el gozo
fortables. de volver a ella. Esta es la
Hasta ahora no se conocían eficacia de la casa, Y lo de-
niás que ensayos aislados de más, pobreza y muerte.»
personas de posición que al- De esta manera pensará el
quilaban algún pisito que otro tercer filántropo. Y entonces
P9ra albergar, más o menos a la iniciativa del alcalde de
'"^ grande, a ciertos hijos de Madrid habrá llegado a su
'amilias menesterosas, hijas perfecta madurez. El hombre
'^^si siempre, y menores de que vive en chozas debe vivir
edad en ocasiones. Esto siem- en una casa; es decir, que lo
P^e está bien; pero la filantro- importante no es vivir, sino
pía esporádica y como si dijé- vivir de cierto modo, vivir me-
anios al por menor — o por jor, vivir con desahogo. Eso es
"lenores —, no tiene verdadera lo que el alcalde piensa y sien-
«'cacia social. Había que aco- te, porque es la lección que
eter la empresa'en grande, aprendió desde niño en su fa-
es lo que se ha propuesto Vi- milia. Vivir con desahogo: en
"abrágima. eso está el secreto. Cuando se
La decisión puede tener un dé a los habitantes de Maga-
alean:ce extraordinario..Todo llanes casa, mesa y posibles
^^ empezar. Un día cualquiera para entrar y salir de casa,
P a s a r á por Magallanes un sólo entonces habrá llegado a
^lajero,> y se encontrará con verdadera perfección el pro-
una serie de viviendas desal- yecto que hoy inicia el flaman-
quiladas. te Villabrágima.
"~ ¿Qué es esto? — pregun- Y entonces será c o s a de
tará.
p e n s a r si resultaría bonito
"~ Pues verá usted — le con- aplicar a todos los españoles
testal'"án los indígenas —. Fué Dib. APA. — Barcelona.
un e n s a y o de colonización el sistema seguido con los
— ¿Es verdad que te has pasado al partido conservador? afortunados magallánicos.
*í^e realizó^ hará unos cuantos — ¡Hombre, no tanto!... Me he dado de alta en él sólo
^''os, el actual presidente de por quince días.
EL BUSCÓN
BUEN HUMOR

LAS COSAS DE LOS TEATROS


HAN VENIDO TITIRITEROS... hecho — anuncia un nuevo concurso para premiar al
más brillante número acrobático que actúe en los ba-
s A hay programa amplio para resolver el rracones de las ferias. O al que presente la muía me-
llamado «problema de la decadencia del jor educada — otra vez pedimos mil perdones — y
genero lírico». Advertimos a tiempo al más obediente al látigo del domador.
lector de que la Directiva de la Sociedad Y los autores y los -cómicos, tan contentos con la
de Autores había encontrado la fórmula substitución...
salvadora; el concurso de zarzuelas. LOS LÍRICOS...
Con este concurso, con que las obras fuesen bue-
nas y con que luego agradaran al público, la cosa po- Y vamos con los músicos. El arrendatario y sub-
dría marchar como sobre ruedas. arrendador de la Zarzuela es una gloria na-
Pero la empresa de la Zarzuela, cional: tiene centenares de obras estrenadas,
que es subarrendataria del local y casi todas con éxito. Es un autor del genero
— el arrendatario es un «lírico» del lírico de los que no tienen rival...
que más adelante n o s ocupare- Y, además, es poseedor de un contrato de
mos —, no fiándose aún de las lu- arrendamiento que le permite
minosas iniciativas de la Directiva volver a alquilar el teatro, con
de Autores, se ha buscado, para un margen de ganancia de unos
asegurar su negocio, otro concur- treinta duros diarios; y esos
so: el concurso de unas muías sa- treinta duros gravan mor-
bias, con todo respeto sea dicho, y talmente el presupuesto de
sin intención, por tanto, de ofender. la compañía que quiera ac-
En la Zarzuela, a falta de obras, tuar en el coliseo de la calle
se representan pantomimas de Jovellanos...
por los payasos; y ante la
Es un «lírico» esc empre-
imposibilidad de tener ti-
sario, y un entusiasta por
ples ni barítonos, t i e n e n
todo aquello que se refiera
muías amaestradas y caba-
al Arte: al arte de vivir bien
llos en libertad. La brillante
y de ganar dinero lo más
orquesta se ha substituido por la
cómodamente posible,
clásica «murga».
No hay género lírico; pero, en cambio, hay
"EL C U A R T O
circo ecuestre.
DE GALLINA"
El camerino que era de Lucrecia Arana,
es ahora cuadra de una mulita que hace Joaquinito Dicenfa y An-
prodigios en la pista; lo cual, si es algo tonio Paso (hijo) han estre-
irreverente para las tiples y actrices que nado en el Coliseo Imperial
han actuado en el teatro, prouace, a su vez, una astrakanada descoyun-
pingües ingresos a la empresa, que antes tante que se titula El cuarto
se veía obligada a ejecutar maravillosos de gallina.
funambulismos al apuntar en el reloj la Es una magnífica produc-
hora de la nómina. Y nosotros nos]pregun- ción escénica para los que
tamos, un poco perplejos: están bajo los efectos de un
¿Qué ocurrirá si el público amargo dolor, por aquello
da en la funesta manía de de que «los duelos...», etc.
no ir tampoco a las funcio- Una ración de ave en estos
nes de circo? tiempos resulta u n a cosa
A lo mejor — otras cosas Paco Alarcón, del teatro Infanta Isabel, muy seria.
roas disparatadas se han en ¡Que no lo sepa Fernanda! A nosotros lo único que
BUEN HUMOR

nos extraña es que sea Dicenta el autor de esa


obra.
El Sr. Paso sigue el ídem de su señor padre; y, en
cambio, Joaquinito se va por camino divergente del
de su ilustre antecesor.
Claro es que el joven Dicenta, un poco avergon-
zado de sus obras — escribir y estrenar esa come-
dia —, no se ha atrevido a firmar con su nombre, y
ha buscado un seudónimo que aminora su falta:
Don Jacinto Quina.
Eso de poner Quina en vez de Dicenta le parece
un poco menos amargo cuando se queda a solas con
su conciencia literaria.
Y es lo que él piensa:
— Lo de El cuarto de gallina lo hice con vistas al
puchero...
¡Y a nosotros nos parece lo más lógico!

lESE «CHAUFFEUR»!

El Sr. Ramos Martín ha estre-


nado en Cervantes una comedia
que se titula San Pedro.
Antes del estreno envió su co-
rrespondiente autocrítica a un pe-
riódico, y para mayor brillantez,
la puso en verso.
Refería en la composición poética quiénes
eran los personajes de su obra, y citaba a
una portera fiel a su esposo, a una doncella
que, por los datos, no debía serlo tanto,
puesto que nos adelantaba algo de su co-
quetería; hablaba de otra doncella más, de
un cocinero y de un conductor de automó-
viles «distinguido»...
Al llegar a éste, advertimos la falta de sin-
ceridad del autor: a simple vista — y al
oído — apreciamos que el tal chauffeur era
un hombre desconsiderado, absurdo y... sin
la más leve noción del ritmo.
Ojo al verso:

«Una portera fiel a su marido;


una doncella joven y coqueta;
otra linda, graciosa y pizpireta;
un cocinero, un chauffeur distinguido.»

O ese chofer es chófer, o no me suena


bien la cosa. ¿No le parece al Sr. Martin? 4L^\¡^
JOSÉ L. M A Y R A L .

Dibujos de SIRIO, Irene Alba y Juan Bonafé, del teatro del Centro, en Ramo de locura.
10 BUEN HUMOR

APUNTES DE UN HOMBRE PÁJARO. - Toros en Tetuán. Dib. ANTEQUERA AZPIRI. — San Sebastián.
EN CASA DEL ANTICUARIO Dib. ROBLEDANO. — Madrid.

— ¡No, nada de estol Desearíamos lo más antiguo, Jo más raro que tenga en la casa.
— ¡Lo más raro!... Perdonen un momento; voy a llamar a mi mujer...
12 BUEN HUMOR

PERINOLA LITERARIA

"LAS P I L D O R A S DE HERCULES"
ON Luis Araquistain es con el alto, sonoro y significativo nom- ne una crisis genésica a los cincuenta
mucho más sabio de lo bre de Herculano. Todo aquí, como se años; cúrase con una planta; aprende de
que ustedes se figuran. ve, huele a mármoles y a bronces. Hercu- un farmacéutico a elaborar comprimi-
De los siete sabios de lano, por ende, se apellida Cacodoro, dos con el extracto, y crea unas famosas
Grecia, era el sexto; pero apelativo terrible, como lo muestra su «Pildoras Herculinas». Viene a España
desde qug vino de In- raíz griega (de K«zoc, malo); y su hija, con intención de explotar el invento, y
glaterra escribe peor y la heroína de la acción, Hipólita. No busca un agente de publicidad, Modes-
ha perdido un puesto: ahora es el sépti- hay, pues, tilde, señal, sombra, ni rastro to Escudero, en quien se personifica el
mo. Y como estos siete sabios — por ru- alguno que no lleve la marca de sabio narrador. Éste le dice que lo más conve-
bor — no querrán nunca dar sus nom- de Grecia. Y, en fin, por si esto fuera niente, si ha de ser de resultados la pu-
bres como tales, quiero yo revelarlos 3 poco, con el título ha querido también blicidad, es fundar un periódico. Así lo
la posteridad. Primer sabio de Grecia, significar el Sr. Araquistain que no hay realizan. El diario llega a tirar ejem-
Unamuno; segundo sabio de Grecia, Pé- más allá de su novela, pues sobre Las plares sin cuento. A la sombra de unos
rez de Ayala; tercer sabio de Grecia, Pío columnas de Hércules debe campear el políticos, Cacodoro comienza a medrar.
Baroja; cuarto sabio de Grecia, Valle In- Non plus ultra. Escudero lamenta la incultura del italia-
clán; quinto sabio de Grecia, Azorín; Lo malo, ¡ay!, lo kakos de la obra, no, y le hace adquirir una biblioteca de
sexto sabio de Grecia, Ramiro de Maez- es que las columnas de este Herculano volúmenes de amigos suyos - de ami-
tu; y séptimo sabio de Grecia, Araquis- Cacodoro son unas pildoras mágicas gos del Sr. Araquistain, se entiende —.
tain. No hay más sabios en España; y si — contraposición a los descubrimientos A todo esto, las pildoras se venden por
no, que se lo pregunten a ellos. de Voronof — para devolver la virilidad. fanegas. Pero Cacodoro es codicioso.
¿No vale nada este descubrimiento? Tal es el eje de la novela. He aquí el Nuevas amistades políticas ponen en
¿Es posible que haya permanecido tan- argumento; El napolitano Cacodoro tie- peligro la dirección del periódico, que
tos años oculto? ¿Dónde está ostenta Escudero. Un tal Ne-
la Academia, que no ha pro- GARRID? grete quiere arrebatársela. En-
clamado sabios a estos inmor-
tales — o inmortales a estos
Mmé tonces surge Hipólita, hija de
Cacodoro, la cual, con femini-
sabios —, al lado de D. Ga- dad equívoca, anda m e d i o
briel Maura y del Sr. Gutiérrez enamorada de una actriz, a la
Gamcro? que pinta su retrato. Expresa a
Pero vamos con Araquis- Escudero sus ideas contrarias
tain, que tontamente ha deja- a la maternidad, contrarias a
do perder el sexto lugar en la la paternidad, contrarias a
clasificación grecizante, sólo todo contacto con el hombre,
por venirse de I n g l a t e r r a , en una palabra; y sin más ni
como decimos. ¡Pais aquél ma- más, le sopla que está pren-
ravilloso, donde con aspirar dada de él; que lo piense; que
el ambiente b a s t a y sobra le conviene casarse con ella;
para que desciendan las ideas pero que nada espere..., por
al cerebro, en figura del maná! l a s razones dichas. Vivirán
Y no este, pueblo de incultos, como amigos. La cuestión es
en que es uno sabio y nadie triunfar de Negrete, para lo
lo reconoce. ¿Qué se le va a cual, y con el matrimonio, ella
ocurrir aquí a un escritor?
influirá cerca de su padre. Es-
Pero el Sr. Araquistain no cudero accede; se casan por
ha querido 9ejarse ganar así lo civil, y cada cual vive en su
como así por Ramiro de Maez- casa, no sin la natural maledi-
tu; y, con su proverbial valen- cencia. Pero Escudero sufre,
tía, ha levantado Las colum- tanto porque Hipólita no per-
nas de Hércules, que nada UNA ACLARACIÓN Dib. GARÍIDO. — Madrid.
mite que se le acerque —¿para
menos se titula una novela — Vengo a hacer constar que yo, don Juan Pérez del qué?—, cuanto porque la co-
que acaba de publicar, bauti- Pulgar, rentista, no soy el Juan Pérez que robó seis pese- dicia de Cacodoro — enreda-
zandó además al protagonista tas y una estera en la calle del Tribulete... do además en amores con la
BUEN HUMOR 13

actriz amiga de su hija — va en au- Y como es honrado, va al periódico,


mento. y, en ausencia de los redactores, que ce-
Así las cosas, viene ahora un ale- lebran con una orgía la elevación minis-
mán, Schwarzthaler, que mete dinero terial del propietario, esto es, de Caco-
en el periódico y compra ministros para doro, escribe un artículo, que nadie ve
— ¿quién lo presumiera? — hacer cam- hasta que sale a la calle El Orden, en el
paña a favor de la insurrección de las que expresa su dimisión, la historia de
cabilas marroquíes, provocar, como ocu- su suegro, el dinero alemán de Schwarz-
rre, el trágico levantamiento de julio, ¡y thaler, el verdadero origen del levanta-
echar la culpa a los manejos de los fran- miento de África, y, en fin, la culpabili-
ceses! dad absoluta y los planes siniestros del Dib. FEDQALDO. — Madrid.
Como la fantasía del novelista es her- nuevo Gobierno.
cúlea o herculina, verán ustedes qué fi- Lee Cacodoro su diario, ya con el uni- — ¿De modo que ha intentado usted
nal da a la obra: matan al presidente forme puesto para jurar; échase una pis- fugarse limando las barras de su ca-
del Consejo — ¿alusión a Dato? —, y el tola al bolsillo, y sale en busca de su labozo?
Gabinete entrante ofrece una cartera yerno. Pero, ¡ah!, al pretender subir en — Si, señor director. Yo no me paro
a Cacodoro. Negrete interroga a Mo- el ascensor, le da un ataque de apople- en barras.
desto: jía, y «Muerto, sentenció el médico des-
— Y usted, Escudero, ¿no quiere nada? pués de auscultarle». qué) aborrecía a su padre, y no parar
— Sí, y más que todos ustedes — res- ¿Qué decide entonces Escudero? Pues hasta San Sebastián, donde, al leer la
ponde. coger a Hipólita, la cual (no se sabe por Prensa, halla, no sólo la noticia del fa-
llecimiento de Cacodoro, sino también
la de que la muchedumbre, indignada,
ha pegado fuego al edificio del periódico
de que era director.
Sigue el viaje a París, y ahora viene
lo bueno: que al despertarse a la maña-
na siguiente de la llegada y restregarse
los ojos, observa que Hipólita va «des-
liéndose integra en cuerpo y alma, en-
tre sus brazos», últimas palabras de la
novela.
¡Carayl ¿Pues no habíamos quedado
en que Hipólita...? ¿O habrá sido todo
ello milagro de las pildoras herculinas?

¥ * *
¿Han visto ustedes cosa más indigna
de un sabio de Grecia? ¿Acabar como un
currinche pornográfico? ¿Y después de
todas las androginias de Hipólita y del
extracto herculínco se mete con El Ca-
ballero Audaz?
Mucho tememos que el puesto de sép-
timo sabio de Grecia se lo arrebate el
Sr. Grandmontagne, que anda a la caza
de él.
¡Pues hablar del estilo y lenguaje de
Las columnas de Hércules! Un artículo
en prosa mazorral de pedagogo, largo,
muy largo, de trescientas veintisiete pá-
ginas, sin luz, sin matiz... Se lo brinda-
mos a nuestros enemigos.
Decididamente, este hombre tendrá
Dib. MiRET. — Barcelona. que volver a escribir desde Inglaterra.
-¡Qué vista, ¿no?, hermosa!...
• No tan hermosa; fíjate que tiene cataratas.. Luis ASTRANA MARÍN.
14 BUEN HUMOR

HUMORISTAS CONTEMPORÁNEOS
MA TE LD I // segnalibro — una revista mensual consagrada exclusiva-
mente a la vida literaria internacional —, y en ella las cari-
caturas, los dibujos humorísticos, se refieren nada más que a
I o podía retrasarse demasiado, en estas apostillas los escritores, concediéndoles aquella atención que aquí sue-
' hebdomadarias a los valores humorísticos de le reservarse a los políticos, las aúllacuplés, las danzantes y
hoy, la primera alusión a Italia. los bestiarios del coso.
Italia tiene siempre bien definida su significa- Existe además la costumbre de los Salones Humoristas
ción en el arte de la caricatura moderna. Ha sa- que sirven para revelar artistas nuevos y consolidar las repu-
bido además conceder pronto esa amplitud de taciones ya hechas.
criterio que en España se regatea y discute —¡¡to- De este modo, no es raro que Italia tenga cierto número de
davíal! —, para aceptar, dentro del calificativo de humoristas, dibujantas capaz de sostener el Fischietto, L'Asino, etc.
a los dibujantes no deformativos, no anquilosados en las exa- Fischietto y Don Chisciote son un poco retrógradas en el
geraciones grotescas o fiados simplemente a la dudosa gracia sentido artístico y aun en el ideológico. Semanarios para la
del retruécano que ponen como fleco a sus caricaturas. burguesía, que cuida por su normalidad digestiva y su panur-
No. Italia, como Francia y como Alemania, de las que en gismo intelectual. Algo aburridas, naturalmente.
cierto modo es feudataria por sus tendencias simplificativas y L'Asino es el semanario combatiente, el que más se acerca
estilizantes; como Inglaterra y los Estados Unidos, que atien- al tipo de las revolucionarias revistas satíricas europeas.
den a un concepto psicológico y a un costumbrismo lindante Enemigo irreconciliable de la Iglesia y de la Monarquía, co-
más con la ilustración editorial que con la esquemática sátira nocen su director y sus redactores los pasillos de la Audien-
gráfica, Italia posee un grupo de humoristas y una serie de cia, las molestias de los interrogatorios judiciales, y acaso los
revistas de positivo interés. malos días de la cárcel.
Entre las revistas humorísticas, las más importantes son: Pasquino es desenfadado, simpáfico, no muy dentro ahora
Fischietto, L'Asino, II Toro, Numero, Don Chisciote; pero no del espíritu prometedor de su cabecera, porque en la nueva
se limita a ellas, naturalmente, la colaboración humorística.' inquietud social de Italia ha adoptado una posición levemen-
Los magazines como // Secólo XX, La Lettura y Ars et La- te conservadora.
bor, los diarios de más opuesta orientación política publicar Numero acentúa esa posición. Es una revista agradable,
caricaturas constantemente. que ha reducido el tamaño de sus páginas. Cuando empezó'
Incluso tengo ahora sobre mi mesa el último número de Numero tenía unas dimensiones más gallardas. Ahora son

EN EL EDÉN RUSO
' ^ ^ ' ' ' ' ! ; w i ! ! ? „ r 3 ''°''^'"°^ b^^gveses, que tenéis la culpa de que fracase nuestra doctrina? Salvadla de la muerte
porque, de lo contrario, no podremos nunca anularos a vosotros. '"uene,
BUEN HUMOR 15

un poquito mezquinas. Representa en la prensa humorística


italiana lo que L'Assiette au beurre de anteayer o La Baíon-
neíte de ayer en Francia. Con sordina, aguada un poco la
embriaguez revolucionaria del primero y la belicosa de la
segunda, claro es. Numero es prudente y respetuosa con cier-
tas instituciones tradicionales que L'Assiette au beurre lapi-
daba con enérgica videncia del porvenir.
El parecido de Numero con aquellas dos admirables revis-
tas francesas, hoy desaparecidas, se refiere a que desarrolla
en cada fascículo un tema determinado, y a él han de ajustar-
se los caricaturistas y los escritores.

¥ y ¥
Larga seria la lista de los humoristas italianos si tuviera
la pretensión de acercarme un poco a su totalidad íntegra.
Citaré sólo algunos, los más populares y los más valiosos,
que no siempre hay una coincidencia afortunada en esto del
mérito y la popularidad.
Sachetti, el costumbrista elegantísimo; Rata Langa, el im-
placable enemigo del clericalismo, cuyas caricaturas anti-
papales eran el más feroz documento gráfico de la recopila-
ción Contre Rome, publicada por Grand Carterct cuando los
días candentes de la separación de la Iglesia y el Estado en
Francia; Golia, que dirige Numero, y que en sus comienzos
prometía ser un buen discípulo de los maestros alemanes,
para vulgarizarse después; Mateldi, ágil de estilo, agudo de
intención, que da por sí solo carácter al Pasquino; Scarpelli,
que firma su nombre con dos botas viejas; Carlin, proteico
de línea y regocijado de asuntos; Rodella, de indudable buen
tono; Quaglino, algo fosco, pero no exento de una moderni- LA VIEJA. —¡No tengáis miedo! Dice que ya os dejará
dad que, por ejemplo, se afirma en Adolfo Wildt, hasta el las cascaras...
punto de darle un carácter de expresionista germánico; Ser-
gio Bruno, también moderno; Battinelli, esencialmente defor-
mativo; Galluppi, desarticulado, sin gracia; Bisi, de una sinl- Daabate, Musini, Dalsani, Manca, Gobbo, Rubini, Donati,
plicidad sintética muy laudable. Y Argo, Dudovich, Molinari, Natoli...
Algunos de éstos habrán de ser comentados individual-
mente. Empecemos hoy por Mateldi.
¥ V 4
Mateldi absorbe, colma el Pasquino. Siempre, la cubierta,
la plana central, las ilustraciones de los artículos, aparecen
firmadas por él. Incluso hay números en que también le per-
tenecen la contracubierta y los tipos sociales que forman parte
del concurso de epígrafes que acucia el ingenio del público.
Mateldi posee lo que llama un critico italiano visione sin-
téticamente riassuntiva. Eliminó de su estilo nervioso y agi-
tado las líneas innecesarias; logró una estilización, no rígida y
fría, como la de algunos humoristas germánicos, sino apasio-
nada, vibrante, idiosincrásicamente latina. Porque esa misma
fogosidad satírica de los temas y de la frase que caracteriza a
Mateldi, está agitada, convulsa, enérgica en su trazo formal.
En estas condiciones, Mateldi no podía ser un placido ob-
servador de costumbres, un ingenioso y frivolo glosador de
anécdotas y figuras. Es un espíritu combativo, y así, de toda
su obra, fragmentada en Pasquino, surge el ímpetu de un
combatiente político.
La política le enardece, le inspira, le tiraniza. Se ha consa-
grado a ella por entero, como nuestro Sileno.Y como nuestro
Sileno, tiene la certeza agresiva y la justeza concreta.
¿Cuál es la filiación política de Mateldi? En el sentido inter-
nacional, francófoba; en el sentido nacional, anticomunista
Francia es su obsesión satírica. Los más terribles ataques
de la caricatura italiana contra su aliada latina tienen el
estilo inquieto, simplista, de Mateldi. Casi siempre son diálo-
gos entre una dama — matronil o doncella — de luengas ves-
tiduras, cabeza de pureza clásica y ostentando una bombilla
EL CRIADO. — Perdone la pregunta Su Excelencia: eléctrica en la frente, con una cínica apachinette, descotada,
¿cómo lia tardado tanto en prohibir el uso de armas? maquillada y el gorro frigio sobre las greñas negras. Italia
EL MINISTRO. — ¡Qué ingenuo eresl... Esperaba que se y Mariana son estas dos mujeres.
matasen vnos cuantos más. De ese modo quedaba menos En un dibujo vemos a la Mariana apachesca ofreciendo un
gente que gobernar. franco y diciendo a la doncella de las blancas vestidura
16 BUEN HUMOR

«Mira, querida hermana, te denuncio el Tratado de 1898; pero elementos y las doctrinas contrarias. Inglaterra, Germania,
te doy el modus vivendi.» «¿Un franco por toda mi ropa? ¿A Norteamérica — y no necesitamos añadir Austria —, tienen
eso llamas un modus vivendi? Gracias, querida hermana. en él un detractor intransigente, aunque no tan enconado
Prefiero el modus moriendi.» como respecto de Francia. Y es frecuente hallar en sus di-
En otro dibujo, Francia, indignada, furiosa, le dice a Italia, bujos alusiones implacables contra el clericalismo en cuanto
serena, augusta, y siempre con su bombilla eléctrica en la a sus pasajeras alianzas con los comunistas o los simple-
trente: «¿Quién te insulta? ¿Dónde está esa miserable que es mente liberales.
enemiga tuya, querida hermana?» E Italia, empujando a Más aún: ha pasado las nubes y ha buscado motivos cari-
Francia frente a un espejo, le contesta: «¡Mírala!» caturescos en las regiones celestes, donde vemos, por ejemplo,
El mismo odio respiran los dibujos humorísticos de carác- al Padre Eterno recorriendo el mundo, mientras la paloma
ter social. Los comunistas, los socialistas, todos cuantos se de la paz, vendada, le contempla; o le vemos asomado a una
agrupan en los partidos extremos, son fustigados por él de ventana, fumando la piffa que le enciende un angelito y pre-
un modo terrible. Entonces, ¿es un caricaturista conservador, guntando a San Pedro, que mira con un telescopio hacia la
reaccionario, afiliado voluntariamente en una orientación ene- Tierra, donde curas, seglares y guardias luchan furiosamente:
miga de toda rebeldía? — Sentí che baccanol Saranno comunisti?
Tampoco. Si Mateldi odia a Francia, que tan decisiva in- — No, Eternitá; sonó i giovani cattolici che mettono in
fluencia ha tenido en el liberalismo mundial; si no perdona pratíca íl nerbo... volevo aire il verbo di Vostro Figlio.
ocasión de zaherir la política reivindicatoría de los de abajo,
no por ello puede tampoco decirse que es un adulador de los JOSÉ FRANCÉS.

«««««««««^.•«^«•«««««•«.•«••«^••••••••**** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *******************

POEMAS HIPERULTRA

P. L. C. U. O. C. Y. E. O. A. (I)
— Drilococos.
¡Drilococos en el Loni!
y no
Cocodrilos en el Nilo.
Coco loni
KO-KO-RO-KO.
¿L'onix coco?
Drilos.

¿Se dijo algo del Reloj?


No. Nunca.
(Esta puede ser una respuesta furiosa.)
Pues bien... Digámoslo todo:
Reloj.

3
La Luna,
Subsecretaría,
Juega al polo en un lechón.
El apellido Escartín
Chufla en el pito de! tren.
[Bebo la Noche
En pilón!
Nueve y Catorce son Tres.

jAh! ¿Cuándo podrá tocarse


El violín
Sin
Violín?
ANTONIO ESPINA.
Dib. LiNAGE. — Madrid.
— ¿Cómo es que pone usted el puesto junto a la iglesia?
— ¡Ya ve usted/... Pa tener parroquia. (1) Para leer con un ojo cerrado y el otro abierto.
BUEN HUMOR 17

LA FAJA ESPAÑOLA
ECIR la {aja española es algo Parece que hace en broma ese ademán de viéndose en él... Se les
como decir la bandera es- nunca acabar; pero vemos que se desplie- ve al pasar dedicados a
pañola, o la navaja españo- ga en serio la aparatosa cinta, como para su l e n t o movi-
la, o la liga española. los hombres del Catastro, por ejemplo. m i e n t o de tara-
El español con faja es el La faja adopta diferentes colores, como b i l l a s de fábrica
hombre con más faja del si, igual que los hábitos, fuesen colores de hilados...»
mundo, y se podría decir que su fají^ se simbólicos, y se llevase uno u otro, según
podría ceñir al mundo en toda la exten- el hábito ofrecido.
sión de su circunferencia como un verda- La faja debía ser, para completar su cas-
dero meridiano. ticismo y su arregostamiento español, de
Debía haber en la Historia Sagrada de los colores nacionales, y ser como la larga
España una de esas estratagemas bíblicas colgadura para la procesión. En el fondo,
Como la de los botijos, por la que todo la faja tiene esos colores y ese significa-
un pueblo de españoles diese una sor- do y es la colgadura de la barriga.
presa al ejército enemigo, bajando por Por la faja habría que reunir a los de
el desfiladero imposible gracias a haberse unas regiones con los de otras y hacer en
Colgado de sus fajas. toda España — no importaría las distan-
Desde luego, hubo un baturro que se cias, porque las fajas las subvienen — una
ahogaba y al que sólo salvó la faja del especie de juego de la danza, una especie El talante fir-
Compañero, a la que se asió ya en el fondo de estrella de las fajas, como esas que los me, decidido, tes-
del agua. de las comparsas tejen con sus fajas du- tarudo del espa-
El fajado español da vueltas de peonza rante sus «espatadanzaris». ñol se debe a su
Cuando se quita la faja, y alguno ha caído La señal mayor de adulterio que puede faja, a su terrible
mareado después de esa operación. haber en España, faja, a su faja en tres jorna-
¿De qué les defiende la faja? De nada. la señal indubita- das. Matará ese hombre de
La faja es una superstición de raza, pues ble, la prueba ma- a cabeza redonda y de las
les defendería de la puñalada si no se la y o r , e s que en venas hinchadas en la fren-
quitasen para amarrársela al brazo en la casa de su espo- te, si se le pone en la faja,
hora del combate, y les defendería del ca- s a encuentre el se le mete esa idea entre la faja y
tarro intestinal si no sostuviesen con ella marido la faja in- el redañil. Tanto debe influir en la psi-
los pantalones, y en la hora precisa y pe- acabable del otro. cología violenta, de ideas como metidas
ligrosa no se la tuviesen que quitar. entre ceja y ceja, de propósitos rudos
Fajados como niños, aprietan con su faja y feroces, que el español Heve faja, que
los españoles sus fanatismos y echan llave eso sólo se lo puede imaginar uno ha-
a sus dineros. Quizás les hace emprende- biendo observado la psicología del hom-
ncizañadora serpiente que
dores su faja y les da cuerda para hacer bre con cinturón, es decir, el hombre que
no acaba de salir nunca de
sus largas caminatas y cargar sus grandes lleva puesta una cuarta de faja, nada, como
debajo de la cama.
pesos. Es, probablemente, la muñequera quien dice. Pues el hombre de cinturón es
A un marido le sucedió
de la resistencia de sus riñones y, gracias patoso, enconado, un poco torvo, y todas
que, aun siendo muy ciego,
a la faja, su resignación es segura, y tienen sus decisiones están como enfurruñadas
siguió la pista d e una lar-
apretadas las' clavijas años y años. por ese estreñimiento que es el cinturón.
ga faja, y acabó por
Parece que con el metraje de sus fajas ¿ Q u é será, pues, un hombre de faja, cuan-
dar con el que se es-
miden sus tierrecillas y cazan a lazo sus do hay que desconfiar del hombre de cin-
condía.
mozas. turón, que es capaz de todo, como el hom-
Los e x t r a n j e r o s
bre que lleva cartuchera?
Por la faja subía todas las noches aquel que pasean por Es-
galán al cuarto de la novia, y gracias a la p a ñ a , v e n a unos ¡Cuándo se decidirán todos a llevar sólo
faja pudo bajar la raptada la hombres que junto a los tirantes civilizados, que dejan al hom-
noche deliciosa en que todas una tapia se despere- bre en mayor libertad de albedrío!
las estrellas guiñaban su úni- zan de la faja en una lenta
co ojo. faena que, como el extranje- RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
El labriego, c u a n d o se ro nunca ve en su postrime- (Dibujo del escritor.)
quita la faja, tiene algo de ra fase, no acaba de comprender.
cloTvn, de esos clovín que se «En España — escribió en su li-
quitan chalecos y chalecos
en una serie interminable. R. bro de notas un viajero — los cam-
pesinos devanan el algodón envol-
18 BUEN HUMOR

ENTREACTOS ' La huelo de cuando en cuando,


y al aspirar su fragancia,
Al salir de mi casa esta mañana, creo que me estás hablando.
un pobre se acercó y así me dijo: ¿No sabes por qué, paloma?
«Por aquello que más quiera en el mundo, Porque una rosa es tu cara,
¿me da usté una limosna, señorito?» y tus palabras su aroma.
Le escuché, pensé en ti, y en el instante
le di cuanto llevaba en el bolsillo. ¥ ¥ >f

¥ ¥ ^ Los huevos ar plato


parecen de vidrio,
Óyeme un consejo, hermano: y al ir tú a meterle la sopa, te miran
«Quien se casa a los sesenta, mu fijos, mu fijos, mu fijos.
es perro del hortelano.»
¥ ¥ ¥
¥ * if
Cuanti más lo pienso, menos me lo explico
Me diste ayer una rosa, el por qué la ternera en las fondas
y la he guardado en mi pecho, toa sabe lo mismo.
porque es tu retrato, hermosa. ISIDRO DE MADRID.

¡OH, LOS TRANVÍAS!... Díb. ABELA. - Madrid.


— ¿Qué le ha pasao?
— Pues na; que se ha desmayao esperando un 27...
19
BUEN HUMOR
pareció escondido, entre tojos y zarzales,
E L AVA R O dejó el tesoro y se volvió al pueblo.
Pero una duda le acometió, sin dejarle
dormir aquella noche. El tesoro no estaba
AJO, encorvado. Cetrino. Con
lo suficientemente profundo. La coz de un
los ojillos saltones, hundidos
caballo casi lo dejaría al aire. Había que
y brillantes, bajo el dosel de
volver al bosque, y así lo hizo.
unas cejas pobladisimas. Con
el pelo huyendo de la fren- Pero siempre que volvía al pueblo le
te en un repliegue hacia la asaltaba en el camino, como un bandolero,
ouca. La nariz semita, en una rara identi- la idea de que nunca quedaba bastante
ficación con la barbilla saliente, buscán- hondo el hoyo del tesoro.
<lose ambas casi hasta tropezar. La boca Hasta que un día fué al bosque y con
sumida, y sobre ella unos pelillos hirsutos sus unas afiladísimas cavó un pozo muy
y canosos. Y la huella del tiempo en unos profundo. Pero no se dio por contento, y
fectos surcos en la frente y unas retorci- siguió cavando, cavando, cavando...
das comisuras en la boca. En su fiebre de topo, profundizaba sin
Así era, y, además, el más avaro, no darse cuenta de que la arena que echaba
sólo del lugar, sino quizás uno de los más afuera le había cubierto y que ahonda-
'lustres avaros desde Judas acá. ba, enterrado, hacia abajo, sin detenerse
nunca. La galería abierta se iba cerrando
Era, sin darse cuenta, un verdadero ar-
tras de sí; .pero él seguía adelante, arras-
tista de la avaricia. Sin darse cuenta digo.
trando con él la caja del tesoro.
Porque él había nacido avaro y era avaro
Perdió noción de tiempo y de lugar; su
por origen, por naturaleza y por costum-
idea fija le mantenía y le daba fuerzas in-
'^re. Se recuerda que todos sus abuelos Dib. URIBE. — Madrid-
creíbles. Hasta que un día, al escarbar so-
fueron usureros en el lugar, y que, a través
— Oye, me parece que has dado de- bre su cabeza, notó que la mano se le esca-
de los años, se habían legado un arcón de
masiada propina al del guardarropa. paba y que un espeso techo de arena se
"•oble rebosante de onzas de oro, y que de
desmoronaba sobre sí. Cuando abrió los
«líos, el que aumentó el caudal heredado — ¿Demasiada?... ¡Después de que
ojos, la luz del día, cegadora, de la que se
cumplió como bueno, con tal de no dismi- me ha dado este magnífico abrigo!...
habia olvidado, le obligó a cerrarlos.
nuirlo. Y este arcón y estas onzas eran la
preocupación de nuestro hombre. La pre- arcón debajo del brazo. Pero en los pas- Salió a tientas del hoyo con la carga de
ocupación y la desgracia, c o m o luego tos olisqueaban las ovejas y los terne- su tesoro y se sentó. Fué recobrando sus
se verá. rillos y clavaban su cayada los pastores. sentidos abotagados y le pareció desper-
Procuraba él, celoso y desconfiado, man- Y pasó al bosque. Y en un lugar que le tar de un sueño. ¿Dónde estaba? Estaba
tener oculta de l o s avizores cerca del mar, y por el otro
ojos de la gente la riqueza con lado, por las estribaciones de
tantos afanes y apuros cuidada una montana, salieron de entre
y engrosada. Pero nunca en- unas matas unos negros albo-
contraba un sitio bastante re- rotadores: eran los antípodas,
cóndito donde pudieran estar los feroces antípodas de Nue-
Seguras sus monedas. va Zelandia. Le rodearon y le
quitaron el tesoro entre gritos
Los muros, la chimenea, la
y saltos. Muy mal debió de ver
<^«eva, la marmita, como el viejo
nuestro hombre la pelleja, y
Judión, el lagar, las cuadras, el
considerando que era ya lo úni-
Sobrado, todo lo recorrió con
co que tenía que guardar, apro-
el viejo arcón, y nada le pare-
vechando un descuido, se metió
•^ía útil a sus deseos. Todo po-
en el hoyo y se volvió por donde
día ser visto por las gentes que
habia venido.
entraban y salían en la casa.
Cuando llegó al pueblo, nadie
Pero aun quedaban el jardín y
le creyó el cuento. Unos le to-
la huerta. Husmeó por los rosa-
maron por loco, y otros por im-
'cs, por las patatas, por el maíz,
presionado lector de Julio Ver-
por los manzanos y por los tri-
ne. Y todos, a su muerte, busca-
gos sin encontrar lugar propi-
ron inútilmente el tesoro fami-
<^»o. Por todas partes había de
Dib. NAVASOL. — Madrid. liar en la casa y en las tierras...
andar el jardinero o el hortela-
no con su azada...
As! salió a los pastos, con el ¡Anda, y decía VAmbrosia que era fea mi manta!.. JOSÉ LÓPEZ RUBIO.
20 BUEN HUMOR

miento a los intelectuales españoles que


CAÑO LIBRE* hicieron los imposibles para evitar que le
fusilaran en su tierra.
| L señor ministro de la Gober- Menos mal que cuando vino para acá
nación está de enhorabuena, nos dedicó otra composición muy bonita,
porque ie han concedido una que, si no recuerdo mal, se titulaba Los
gran cruz. caballos de los conquistadores, en que nos
^ ¿Saben ustedes cuál? colmaba de elogios inmerecidos.
¡La del Mérito agrícola! Inmerecidos, sí, señores. Porque España
¿Saben ustedes por qué? ha cometido dos torpezas de que nunca se
Por las acertadas disposiciones que dic- arrepentirá bastante.
tó, siendo gobernador, para la extinción Una, descubrir América.
de la langosta. Y otra, descubrir a Santos Chocano.
¡La suerte de los hombres!... Porque
yo creo que a lo más que puede aspirar * ¥ *
uno en esta vida es a eso; a que le den la Un jefe indio, cuyo apellido no copio
gran cruz del Mérito agrícola. porque es enrevesado y, además, no le co-
nocían ustedes, ha sido -fusilado por los
¥ * -e ingleses por alzarse en armas para defen- Dib. SÉRVULO. — Albacete.
La verdad sea dicha, yo ignoraba que la der la independencia de su país. — ¿De dónde gastas la ropa?
Academia Francesa tuviera oficiales. Pero El hombre ha sido víctima de una equi- — De los codos.
así debe de ser puesto que hay muchos
periódicos que se alegran al dar la noticia sueltos no menos aficiosos nos hicieron
de que varios españoles han sido nombra- saber que el susodicho delegado había ido
dos oficiales de la Academia. a dar cuenta al Gobierno francés de la
Y para que no quepa duda de que se- marcha del asunto, y que volvía a Madrid
mejante honor para nuestra patria es ver- en seguida.
dad, publican la lista de los agraciados, Pero, señor, ¿qué tendrán los gobernan-
que es la siguiente: tes de todos los países, que de primera in-
Señores Grisau, Marvier, Masse, Pacc- tención no dicen la verdad ni a tiros?
vier, Pariol, Pijoan y Turell.
Como se ve, los apellidos son más cas- ¥ ¥ ¥
tizos que Antoñito Casero. Grisau, Mar- Y a propósito de cañonazos:
vie, Masse, Paccvier..., ¡españoles hasta las El simpático Leopoldo Romeo ha funda-
cachasl do un diario que se titula Informaciones,
Esta Agencia Fabra, que es la que ha y que ha obtenido una acogida envidiable.
circulado el despacho de París, gasta al- A la cual ha contribuido, seguramente,
gunas veces unas bromas... el lema estampado a la cabeza del perió-
* ¥ 9 dico, que dice así:
«Di siempre la verdad, cueste lo que
El insigne poeta Santos Chocano — por cueste, y para decirla no emplees dos pa-
lo menos hace veinticinco años convini- labras si puede ser dicha claramente con
mos en que era insigne—nos ha dedicado Dib. UBIETA. — Madrid. una sola.»
una poesía preciosa. — Desde que te han puesto ese lazo, Y.'como ustedes saben, desde hace seis
En ella, como era de temer, pone a Es- no te hablas con nadie. ¡A mi me lo años se publica La Acción, del también
paña cual digan dueñas..., en agradeci- ponen los laceros casi todos los días, y simpático Delgado Barreto, con el lema
no presumo tanto!... siguiente:
«Este periódico, sin relación con los
vocación disculpable. Creyó de buena fe gremios políticos, tiene por único progra-
que los millares de compatriotas suyos ma decir la verdad.»
que vinieron a Europa durante la guerra, De modo que ya hay dos diarios de gran
habían peleado por el derecho de los pue- importancia absolutamente veraces. Po-
blos a regirse por sí mismos, y ha pagado demos, pues, todos los demás decir algu-
el error con la vida. na mentirilla que otra de vez en cuando,
Porque no ha habido un alma caritativa porque con dos periódicos que digan
que le advirtiera a tiempo que del progra- siempre la verdad, está el público bien
ma estaban exceptuadas las naciones suje- servido.
tas al dominio de Inglaterra y Francia. ¥ ¥ ¥
y y ¥ El señor conde de Romanones ha decla-
Según los sueltos oficiosos, el delegado rado que está de acuerdo con el Sr. Cam-
francés para el arreglo de la cuestión co- bó en que hay que arreglar el presupuesto
mercial tuyo que salir a escape para París, castigando los gastos de personal.
dejando interrumpidas las negociaciones, Felicitémonos de esta concordancia de
porque estaba gravemente enferma una opiniones; pero... vamos a hacer una apues-
persona de su familia. ta. ¿A que ni Cambó ahora ni el conde
Tan precipitada fué la marcha, que una cusido mande suprimen las dietas de se-
comida diplomática en su honor hubo de nadores y diputados, que importan más
verificarse sin la presencia del agasajado, de cuatro millones de pesetas?
cosa que no había sucedido nunca y que Y gasto más personal y más injustifica-
Dib. BEBEBIDE. — Madrid.
es una gedeonada como un castillo. do que ése...
- ¡El 57 pelaoL. Pues bien: pocos días después, otros SiNEsio DELGADO.
BUEN HUMOR 21

DELBUEN HUMOR AJENO


inhospitalaria, y vayamos a abrigar nues- to que nuestra casita ya está lista, desde
= = L U N A DE MIEL, tra luna de miel en casa de mamá, que se mañana mismo nos instalaremos en ella.
hace cargo de las cosas. Así lo hicieron, y tomaron una criada
por Rodolfo Bringcr. = Y, en efecto, se fueron a casa de la viu- bretona; pero al tercer día devolvió el de-
da de Paquet. lantal a la señora, diciéndole:
|uANDO Isidoro Paquet, a quien Al tercer día, mamá llamó a Isidoro ~ I o, señorita, tengo mi novio en el
habrán oído ustedes nombrar, aparte y le dijo: Ejército y quiero serle fiel, y viéndoles a
se casó con la señorita Corne- — Hijo de mis entrañas, si yo fuera sola, ustedes.a todas horas...; la verdad es, se-
lia Vinaigre, pudo el alcalde nada os diría, porque yo me hago cargo de noritai que una... ¡Vamos, que yo no puedo
vanagloriarse de haber autori- las cosas; pero tu hermana Amanda no continuar en la casa!
"Zado un verdadero matrimonio de amor. tiene más que quince años, y ayer la sor- Otra criada que tomaron viéronla a los
Ocho días después de la boda, al volver prendí contemplando extasiada la estatui- tres días abrazada al revisor del contador
de la playa en que habian que- de la luz eléctrica, y la tercera
" d o saborear los primeros ra- no tardó en escaparse con el pa-
yos de su luna de miel, se que- nadero.
daron asombrados cuando les Convencidos los amantes es-
d'jeron que frente a aquella pla- posos de lo funestas que resul-
ya se extendía el canal de la taban para el prójimo sus natu-
Mancha. Ni uno ni otro se acor- rales y legitimas expansiones
daban más que del color del pa- conyugales, decidieron, como
pel que tapizaba las paredes del gente de conciencia, abstenerse
cuarto del hotel. durante el día de ellas, a ver si
Como su nueva casa no esta- podían conseguir que les durasen
ba concluida de arreglar, se fue- las criadas; pero aquella espera
T'^ü unos días a casa de sus tíos, a las nocturnas obscuridades les
'os señores de Vinaigre. parecía larguísima e irresistible,
A los tres días, su tío los 11a- y sufrían horriblemente, hasta
"^o a capítulo, y les dijo, sobre que se les ocurrió una idea ver-
poco más o menos, lo siguiente: daderamente feliz y salvadora.
";;;- Hijos míos, os amáis en- Se iban a las estaciones de
trañablemente, y eso me parece ferrocarril, y a la salida de cada
PJí'y puesto en razón; pero os es- tren fingían una despedida, y se
ais comiendo a besos todo el abrazaban y besaban a su pla-
^anto día por todos los rincones — jEsto es escandaloso, señor jefe!... ¡Dos horas de re- cer, como si fueran a tardar mu-
"6 la casa, sin tener en cueata chos años en volverse a ver.
trasol... Y en cuanto los trenes partían,
que Fernandito os ve. El mucha-
"^ho va a cumplir los catorce
— ¡Naturalmente, hombre!... ¿De qué servirían, si no, echaban a correr a otra es-
^"files, y vuestros desahogos las salas de espera?... tación.
Conyugales pueden despertar en (De CARLÍN, en Numero. — Turín.) ^ * ¥
'a criatura ese animal que, según
S| poeta, dormita en el cprazón del hombre, ta de hombre que tiene el ortopédico de Nota del traductor. — ¿Habrá, después
"or tanto, queda prohibido el Besuqueo en enfrente en el escaparate. Es vuestro mal de esto, quien discuta la utilidad de la
esta vuestra casa. ejemplo, porque os besáis a todas horas Guía Oficial de Ferrocarriles?
, .•"- ¡Está bien! — se dijeron nuestros re- delante de ella.
cien casados —. Huyamos de esta mansión — ¡Está bien! — dijo Isidoro —; y pues- CLOVIS

ÉL. - Mi padre hizo fortuna muy pronto y de un modo HABITANTES DE LA LUNA


wwy curioso. ¿Quiere usted saber cómo? — Dicen que hay habitantes en la Tierra.
ELLA. — No; me basta con saber si la conserva todavía — ¿Si?... ¡Qué feos deben de serl...
(De FERRIER, en London Mail. — Londres.) (De JONENNE, en Le Rire. — París.)
22 BUEN HUMOR

dibujo! De todos modos, no hubiera sido


CORRESPONDENCIA nunca historieta.
MUY P A R T I C U L A R K-Melo. — Regular; nada más que re-
gular.
Godínez. Carahanchel.—Fedgaldo. Ma-
R. M. G. Madrid. — Muy bonito, pero
largo y triste; sobre todo, largo. La escena drid. — Repetimos lo que dijimos el nú-
con la encarg-ada, la entrega de la llave, mero pasado, corrigiendo la errata: «Ire-
es de un realismo crudo que no toleraría mos escogiendo y publicando lo mejor de
nuestro público. sus constantes y cuantiosos envíos.»
D. C. Madrid. — ¡Hombre, por Dios! F. L. M. Madrid. M. del /?. Barcelona.
Eso no tiene sentido, ni común ni g-rama- No sirven.
tical. ¿Esiubieron? ¿Chavo?¿Que el Car- E. R. Madrid.— No estaría mal, si no
naval, políticamente, es una chula que de- fuera tan anciano. Procure usted que los
pende del Poder ejecutivo? ¡Vamos, usted chistes sean, o tan modernos que no hayan
debe cuidarse! llegado aún al público, o tan antiguos que
D. R. Madrid. —¡Lástima que haya lle- ya el público los haya olvidado.
gado tarde! Su plegaria a San Antón es N. S. P. Berja. — Publicaremos uno de
muy graciosa: guárdela usted para el pró- sus dibujos. No los mande usted en color,
ximo año. pues éstos los elegimos nosotros entre los
A. V. Madrid. — Hay que saber medir — Yo creo, señor cura, que debíamos de línea, y después los iluminan sus auto-
los versos, como primera condición para hacer rogativas para que llueva. res con arreglo a la gama que les indi-
pa¿[er escalar la cumbre del Parnaso. — Espérate unos días, hombre. Pre- camos.
E.iC. Madrid. — No se moleste. No sir- cisamente hoy voy a llevar a arreglar S. M. Londres. — Sentimos muchísimo
v ^ y , J)or la muestra, tampoco creemos el paraguas. que su dibujo no nos guste, pues nos
servirá lo que nos envié en lo sucesivo. (De ROCHA VIERA, en A B C a Rir. — Lisboa.) hubiéramos dado un gran postín contando
S. L. A. Madrid. — Poquita cosa. con un colaborador en Inglaterra. Como
J. G. M. Barcelona, — Un relog con g usted reconoce que aun le falta mucho
no puede ser bueno. ¡Es mucho adelantar! por aprender, no perdemos la esperanza
D. de F. Tarragona. — No entendemos de ver algún día satisfecha esta pequeña
palabra de su traji comedia mómica (?). vanidad.
Lo poco que traslucimos, valiera más que Dandg. Barcelona. — Salvador. Sevi-
no se entendiera. ¡Es terrible! {^•—C- M., F A. P., Apolo y S N.
A. R. R. Sevilla. — Bien; esas haches Madrid.— Nova-más. — Ave-lino. —
están ya cada una en su lugar. De ortogra- Pocholín.—M. V. — Risol. — G. N.—
fía vamos bien. Ahora no le falta a usted
más que un poco de sintaxis... y otro po
CUPÓN Adepé.— Pególo. —J. C. — Kiki. — Gra-
fitito. — A. de A y S. — Quico. — íio
quito, una chispita, de gracia. En cuanto correspondiente al número 10 sirven.
consiga usted una y otra cosa, le publica- M. D. Madrid. — Adivinamos en usted
remos cuanto nos envíe. alguna facilidad. Insista.
A. D. Madrid.— Muy flojito.
A. C. Madrid. — En sus divagaciones
humildes encontramos algún acierto; pero BUEN HUMOR D. U. Madrid.— El dibujo que nos gus-
no los bastantes para publicarlas. ta tiene un chiste exactamente igual a
Hamlet. Madrid. — Con mucho gusto. Habida cuenta de la enorme otro publicado hace mes y medio en un
Primera pregunta: Ya lo ve usted; se cantidad de colaboración es- diario nocturno y madrileño, el cual, a
contesta a todo el mundo. Segunda: No se pontánea, artística y literaria, su vez, lo reproducía de un periódico
devuelven los originales que no se solici- que diariamente padecemos en francés.
tan, porque sería el cuento de nunca acá' esta nuestra casa y de ustedes, I \Caoz. Madrid. — M. F. Sevilla.— V. C.
bar. Y tercera: No se pueden publicar di- hemos tomado la determina- Barcelona.— Muy bonitos como dibujos;
bujos en serio, pues sería desnaturalizar ción de exigir desde el presen- como historietas, no sirven. Envíen más
el carácter de este semanario. te número, como condición in- cosas.
M. G. Oviedo.—Sa historieta no entra dispensable para contestar en Luis y Antonio. Madrid. — Nos gusta-
en concurso. nuestra Correspondencia, que ban más sus anteriores trabajos. Hay que
A. F. C. Barcelona. — ¡Sí que es pere- cada original no solicitado apretar un poco más, y hay que dibujar
grino! Esas filosofías, todo a 0,65, han — monos, poesías o artículos — con tinta china.
venido a cientos de docenas con ocasión que se nos envíe, venga acom- T. N. M. Sevilla.— Sus dibujos nos han
de nuestro número de Carnaval; lo mara- pañado del presente cupón. parecido muy bien de técnica; pero floji-
villoso es que entre tanta amena divaga- tos de gracia. Cuando encuentre usted un
ción sobre el mismo tema, no hayamos buen asunto, no deje de enviarnos trabajos,
recibido ni una cuartilla con algún atisbo y los publicaremos, verdaderamente en-
de originalidad. ción por no considerarle a usted como cantados. Para la sección que tanto le ha
El Terceto Polar. Zaragoza. - ¡Treinta y espontáneo. Su nombre literario nos es gustado, puede enviarnos ¡o que anuncia
ocho versos! conocido de antiguo. Sus coplas, como y le guardaremos el secreto.
suyas, impecables; p e r o adolecen, para Llano. Madrid.— ¿os dos. Coruña.
¡Si que resulta cargante, nosotros, de un pequeño defecto: son can- / . S. V. Málaga.— Valenciano. Madrid.
no variar de consonante!
didas como tórtolas. J. P. del M. Va/encía.—Aceptados sus
A. de las B. Madrid. — Sentimos tener F. S. Madrid. — Demasiado serios sus trabajos.
que decirle que el artículo de Carnaval no dibujos. Luna. Barcelona. —Si, señor. Puede
nos hace. R. V. Madrid. — Está bien como dibu- usted enviar todos los plagios que tenga
L. C. Barcelona. — No sirve. jo; pero es muy poca cosa como historieta. en cartera. Se lo agradeceremos mucho.
E. C. Madrid.— Recibidas sus coplas y Jiménez. — ídem id.
los libros que tuvo usted la amabilidad de / . P. Oviedo. — Su envío tiene bastan-
remitirnos. No se le contestó en esta sec- te gracia. ¡Lástima que esté tan flojo de GRÁFICAS REUNIDAS, S. A.—HADRID
PMS

A nuestros lectores:
Tenemos en preparación un número
:-: extraordinario de :-:

CARNAVAL
Ustedes ya nos conocen, y saben que
cuando decidimos echarnos a ia calle
bien vestidos, nos llevamos seguramente
el premio de máscaras a pie. ÍS> ÍS> fS>
En la Castellana, en el Prado, en Rosales,
en la Pradera, en los bailes públicos y en
los privados, en los "souper-tangos"
y en los ambigús de los teatros no dejéis
de leer el número extraordinario de

BUEN HUMOR Éií


:: dedicado a ::

CARNAVAL
c^'EMAMAKIO .^ATIPICO
'l¡\

\ ^

Dibujo de LÓPEZ RUBIO.—Madrid.—De nuestro concurso de carteles.

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