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BUEn HUMOR #

Dib. <Je BAGARÍA.


í^epu/sa.
tiL LEÓN AL MONO. Indigno eres de estar entre fieras bien nacidas; eso de imitar al hombre, es
degradarse...
Concursos de BUEN HUMOR
B o e a H n m o r , que aspira « ser la primera revista satírica de España y cuenta entre su colaboradióo literaria y
srtfstica a los escritores y dibujantes humorísticos más ilustres, no quiere limitar su eficacia a ese brillante grupo
áe novelistas, croaistas. poetas, caricaturistas y dibujantes, cuyas firmas habrán de avalorar asiduamente nuestras
pisínas.
B n e n H t u n o r desea contribuir a la revelación de nueros valores hoy inéditos y procurar que el hnnjorismo
«spañol, de tan gloriosa tradición, se amplíe y magnifique.
B o e n H a m o r anuncia, por lo tanto, los siguientes concursos:

NOVELAS HUMORÍSTICAS HISTORIETAS


BASES BASES
A) El concurso queda abierto desde el día dé la fe- A) Las historietas habrán de ser originales, y el ar-
cha, y se cerrará el df« 3i de enero de 1922, a las seis de tista tendrá absoluta libertad para la elección de asunto
Ja tarde. y para su desarrollo, pero no se publicarán las groseros
B) Los origínales tendrán una extensión mínima de o de mal gusto.
setenta y cinco y máxima de cien cuartillas de tamaño B) No se Umita el número de viñetas, pero habrá de
corriente, escritas a máquina y por una sola cara.
tenerse en cuenta que cada una dejas historietas ha 4c
C) Los originales se firmarán con na seudónimo o ser publicada en una sola plana de B u e n H n m o r .
lema y se acompañarán de un sobre cerrado que conten-
ga el nombre, apellidos y domicilio del concursante. C) Los originales vendrán dibujados a Ja línea o « U
• D) Un Jurado competente, cuyos nombres se harán mancha, sobre cartulina blanca .y firmados con nombre
públicos en el número de B u e n H t i m o r inmediato a la p seudónimo. Se acompañará con cada original un so-
fecha de clausura, concederá e! premio de bre cerrado conteniendo el nombre del autor y su do-
QUmiBNT&S PaSETAS micilio.
« l a mejor D) I>esde la fecha huit ei 3 i de enero del añc pró>
NOVELA HUMORÍSTICA xírao, se admitirán los originales en la Redacción de
proponiendo a la Dirección de B a e n H u m o r aquellas Buen Hnmor.
otras que considere recomendables para su publicación.
E) t a Dirección de B a e n H u m o r se reserva el de- E) La Dirección de B a e n H n m o r publicará por
recho de adquirir dichas novelas, siendo condición indis- orden de entrega las historietas recibidas y admitiUss,
pensable para ello que revelen por escrito sus nombres y abonando por cada una de las publicadas la cantidad de
su asentimiento los autores respectivos, cíon arreglo a la clnccenta. p s s e t a s .
lista de lemas recomendados. P) Una vez publicadas todas las historietas presenta-
F) La n o v e l a h u m o r í s t i c a premiada y las adqui- das dentro de! plazo indicado, durante un mes B c e n
ridas se publicarán en varios números sucesivos de B a e n H u m o r publicará un c u p ó n para que todo lector de
H n m o r , ilustradas por notables caricaturistas! nuestro scraanario vote la historieta que mejor le haya
O) Las obras rio premiadas deberán ser recogidas parecido.
de la Redacción de B u e n H n m o r a partir del dfá si-
O) El a « o r de 4a historieta que resulte con mayor
guiente de la publicación del fallo del Jurado en esta Re-
número de sufragios percibirá el premio único, cossis-
vista y dentro del mes de febrero de 1922. Expirado este
t'ente en d o s c i e n t a s p e s e t a s .
plazo, la Empresa no responde de los originales,
H) El fallo del Jurado será inapelable,.y el mero he- fí) Semanalmente y en la sección de cCorresponden-
cho de concurrir supone en los concursantes su asenti- cia» daremos cuenta de las historietas admitidas o re-
miento y respeto a las aníeriores bases. chazadas.
%rrM JABÓN y LOCIONES
—cim

CARMEN
MK) (ÜIIPH
BARCELONA
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•• - •!
— ¿Cuándo conociste a tu marido?
— El día que le pedí dinero por primera vez.
(De HiGOiNS, en London Opinión. — Londres.)
ELLA. —El conde parece ser muy demo-
crático.
ÉL.—Sí; no le preocupa la categoría de las
personas a quienes sablea.
Crema REINA VICTORIA
(De LINCOLN, en Life. — Nueva York.) Lo mejor para el cutis '^ Pídase en perfumerías

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ClOAR,q.iLLOj OR,<ENTAL,E/

^ ^ Los
M E j o R , E 5 ^ MAS BARAToJ
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CARRJE;TAS, 6
PRIMERA CASA EN PELETERÍA.!

RENARDS :-: ABRIGOS


ECHARPES :-: CUELLOS )*>

TALLERES PROPIOS
VENTAS POR MAYOR Y AL DETALL

CARRETAS, 6
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¿Vlíi^^ipytí ^ ^ y ^ y ^ ^ ^ ^ y ^^íf^^^f^^if^^if^^^ifTg
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J Número 7. 'v BUEn HUMOR
SEMANARIO SATÍRICO

M a d r i d , 15 d e e n e r o de 1922

ALREDEDOR DE LA RULETA
) o hay que darle vuel- que el dinero se va con unos y el triste papel de trabajadora cons-
tas... Mejor, efectiva- trabajo con.otros. tante, y decidió emanciparse. Dejó
mente, sería no an- Hay una enorme diferencia en- de ser rueda de carro para ser rue-
dar dándole vueltas; tre tirar del carro, que es lo que da nada más, ir sola por el mun-
pero la manía gira- • hace la rueda, y el ir sobre rue- do y vivir independiente y por su
t o r i a es u n a cos- das, que es lo que hace la Fortu- cuenta.
tumbre universal, y la ruleta, se- na. Hay d o s distintas categorías Este fué su primer paso glorioso.
ñores, gira en virtud de leyes cós- de s e r e s en e s t o de ir rodando Al emanciparse, dejó de trabajar;
micas. por el mundo: los animales, que se saHó de su centro habitual — un
La ruleta ha nacido gracias a una son los que arrastran, y los hom- cubo, un centro de trabajo —, para
transformación de la antigua y co- bres de fortuna, que son los arras- buscar otro centro — un círculo,
nocida Rueda de la Fortuna, que trados. un centro de recreo —.
dio origen a la Fortuna de la Rue- La rueda comprendió un día su Y no contenta con dejar de tra-
da con sólo dar la vuelta. bajar, fué y se tumbó. ¡Nada
Eso está clarísimo; pero, a de andar sobre las llantas,
su vez, la rueda de la For- como las t r a b a j a d o r a s
tuna, ¿de dónde proviene? ruedas de los carros! Al
Pues, sencillamente, de un contrario, ¡acostarse!, y de
carro. La rueda de la For- dar vueltas, darlas porque
tuna no es otra cosa que sí, no para avanzar, y me-
la rueda de un carro, pero nos para t i r a r de nada,
¡ah, señores!, sin carro. sino para bailar, por gusto
¡Esa es la cosa! Y en ese de dar vueltas. La rueda
detalle e s t á precisamente baila. Llega el momento en
t o d a la importancia del que la rueda gira, como el
Caso. Una rueda de carro mundo, sin porqué,por ga-
Con carro simboHza el Tra- nas de marear, por seguir
•^ajo; pero una rueda de la costumbre astronómi-
Carro sin carro simboliza ca..., por bailar, por girar,
'a Fortuna. Y varía mucho por.divertirse..., por jugar.
'a cosa, porque Trabajo y Desde entonces, ya, para
"fortuna son dos cosas di- jugar, no hubo más que
'^rentes e incluso antagó- sentarse alrededor de aque-
nicas: no habrán ustedes lla rueda que tenía ganas
^isto nunca que se llegue de jugar, y ponerse a jugar
^ la fortuna por el trabajo. ^..^^ con ella.
Sino que, por el contrario, VD^ Cuando acudieron sufi-
^llí donde^haya dinero y cientes personas que qui-
trabajo veremos siempre Dib. SlLENO. — Madrid. sieron jugar y se reunieron
¡BUEN HUM01R

en corro alrededor de la rueda, for- máticamente, sin necesidad de man- nadie que digan los croupiers: «¡Ha-
maron lo que se llama, en términos dato ajeno ni presión autoritaria. gan negocio!»
geométricos, un círculo. Podemos dar, pues, ya la defini- Cada cosa tiene su misión, y el
Los círculos tienen, por defini- ción de Círculo: reunión de puntos que confúndelas cosas, lo paga.
ción, que estar cerrados: círculo que quieren jugar. Y no va más, señores.
que no esté cerrado, no es círculo. Esta definición podrá parecer sa- MANUEL ABRIL.
Por eso, en cuanto un Círculo se bida y vulgarísima; pero, sin em-
abre, tratan las autoridades de ce- bargo, muchos la desconocen o la
rrarlo para restablecer el orden de olvidan.
las cosas, y dictan, al efecto, una Hay desdichados que, tal vez ma-
real orden. reados por la rueda, pierden la
Pero esto no suele bastar nun- cabeza y se figuran que se puede
ca para arreglar la irregularidad, formar parte de un Círculo, no para Hay unas mujercitas en las ca-
sas de juego que piden dinero con
pues una cosa es la orden real y jugar, sino para ganar; y esta equivo- una dulce sonrisa. La gente les ha
otra el orden real. Los Círculos cación se paga cara, porque va con- llamado «ganchos». Está bien eso
no se cierran así como así con sólo tra la esencia misma del juego, con- de «ganchos». Sirven como los de
las carnicerías cuando¡empieza la
que lo mande la a u t o r i d a d : los tra la naturaleza misma de esa rue- matanza del cerdo.
Círculos no se cierran hasta que no da juguetona que llamamos ruleta.
y ^ ¥
tienen suficiente número de puntos Bien claro se dice a todas horas:
En la calle.
para ello; en cambio, cuando los «[Hagan juego, señores!» «Juego», Gritos de dolor, gente que se
tienen, se cierran ellos solos, auto- ¿se enteran bien? Nunca habrá oído aglomera, mujeres que lloran. Una

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GAKKiD^
— ¿Ypara esto me haces que te compre un sofá tan larqo? Dib. GARRIDO. — Madrid.
BUEN HUMOR

voz potente que sale de entre el ta. Ella no os lo agradecerá. Y ade- Dios. Pero de eso a tomarlo en
grupo: más, estáis expuestos a dar con la serio...
— Circulen, circulen, señores. No cabeza en una de las vallas del ^ ¥ ¥
pasa nada. ¿No han visto ustedes Metro. El poeta Xha publicado un libro
nunca un camión que aplaste a un ¥ ¥ ^ de versos que tiene muchas páginas
muchacho? Yo creo que la mendicidad no en blanco. Deseamos al nuevo poe-
¥ * ¥ existe en Madrid. Hay quien no ta que sus obras futuras vayan de-
Si vais por la calle de Alcalá, no sabe qué hacer, y se divierte pi- purándose más y llegue a no nece-
os volváis a mirar una mujer boni- diendo una limosna por el amor de sitar impresor.— CRITICÓN.

HAY ASCENSOR Dib. TovAK. — Madrid.


— En fin, le dejo a usted, que me están esperando en casa, y aun tardo media hora en ¡legar.
— Pero ¿dónde vive usted?
— ¡En el piso azotea de esta casal
BUEN HUMOR

pinadamente empecatada, un
CASAS gazpacho.
Rara es la casa de la que no
LA CASA DE LAS MEDIAS sale alguien buscando a la «san-
diera>;pero la casa original,que
A casa de las medias no sólo es la casa de las me- adquiere fisonomía propia por
dias, sino también de los calcetines. En sus bal- su unanimidad en pedir sandías,
cones cuelgan como largos zurriagos negros, como abriéndose con h i l a r i d a d de
esos que penden de las ramas de las acacias, ma- carcajadas todos los balcones
duras y pochas, esas vainas obscuras, con profu- al mismo tiempo, es esa casa
sión de cosa de fábrica, de atributo de almacén blanca, con balcones por un lado
por lo menos. y corredores al costado, casa con
Una cosa que debía dar mucha vergüenza a los azotea, y muy blanca y muy
propietarios, como es colgar las piltrafas de las nueva, que se destaca solitaria
medias a pública subasta, la realizan los de todos los pisos, en- en las afueras, en el sitio en que
valentonados unos con el ejemplo de los otros. los chopos arden y brillan con
A veces un policía ha subido a la casa de los calcetines y las sus hojas fosforescentes.
medias a notificar a los inquilinos que está prohibido tender la Esta casa que hay junto al
ropa blanca al balcón; pero las rabiscas dueñas de la casa se le canalíllo, y en que las mujeres
volverán y le dirán en sus barbas que los calcetines y las medias desgarradas y los hombres con camiseta de oruga se atracan de
no son ropa blanca, sino ropa negra, profunda ropa negra de sandía, la conozco ya y la conocen ya mis amigos, a quienes se la
profunda negrura. Las medias col- señalo como la casa de los «san-
gadas de esas dos especies de ore- dios».
jas que les salen al ser prendidas a Las chicas jóvenes de esa casa
las cuerdas, son las que definen las tan voraz para las sandías, tienen
piernas más bonitas, que es increí- los labios más rojos de la ciudad, y
ble creer que se puedan albergar en todo lo que es rojo en su cuerpo
esos feos pingos del demonio. tiene la satinación más roja y fres-
La casa de las medias y los cal- ca de todas las mujeres.
cetines tendidos — en hostil con-
traste los negros pingajos con el LA CASA
f o n d o claro y nacarado de los
cristales — es algo así como la DE LOS BICHOS
tenería de los grajos, de las pie-
les de grajo puestas a s e c a r . . . No es la casa de los pájaros, no
¿Quizás una tenería de pieles de confundirla. Esta es la casa de los
gato?... bichos, porque bicho es desde ese
Las cabezas de serpiente negra mirlo a ese mono que se cuelga
que parecen las medias y los calce- por fuera del balcón como un diablo
tines, como graciosas notas de un que se fuese a suicídar.
pentagrama grotesco, colgadas de Los bichos animan, con gestos
las cuerdas de los balcones, dan de niños que acabarán por caerse
gran notoriedad a la casa. del balcón, todos los balcones de
¡Qué de pies h u m a n o s , cuán- la casa.
tas patas retorcidas h a y en esa Se les ve moverse más que can-
casa!... tar o gritar.
Todos los vecinos que se escon- El loro obispal de la casa de los
den dentro detrás de sus medias y bichos, siempre en su pulpito, lanza
calcetines, parece que están descalzos y en chancletas, y que los gritos más nerviosos, gritos de niño loco que ha tenido algu-
sólo han dejado que se ventilen sus medias y sus calcetines. na vez la meningitis
La casa de los bichos ha llegado a ser la casa de los bichos,
porque vive en ella el casero, que es el primer aficionado a
LA CASA bichos de la casa y da el ejemplo a todos los vecino's. Nos hace
DE LOS SANDIOS gestos al pasar esa casa, y se nos queda con una fisonomía emi-
nentemente gestera.
En la fuerza del día del ve- La casa de los bichos siempre tiene una gran expectación en-
rano, cuando todas las cabe- frente, como si fuese la casa que arde o la casa en que hay cine-
zas laten de calor, pasa la matógrafo.
mujer que vende sandías, vo- — No pases por la calle de la casa de los bichos — les reco-
ceando la rica grana fresca, miendan los sastres a los oficíalillos que van a entregar, y cuan-
fresca aunque el sol caiga de do al continental le coge de paso la casa de los bichos, no llega
plano sobre su calamochar de nunca a entregar su carta.
sandías y quiera recalentarlas
como recalienta las nuestras. RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
De muchas casas sale una (Ilustraciones del escritor.) .
criada en pos de la sandiera
— no es melonera, sino «san-
diera» —,con un duro en plata
para comprar a cualquier pre-
cio una sandía a cala o sin
calar. Sí es buena, hará una
sangría, y sí es mala y empe-
BUEN HUMOR

CONCURSO DE HISTORIETAS. —II

IK,

^^ G K . ti cd.rdeL fie la.


Kola-,toihUí-li'o ti, a.ii4

CuaLKíí» U cié A.KKu4.L,Peli'ío


fue 4.<rÍHv.r<-a do JK O-^^CW-'^J
LuciPKclo .«L heroica uKllot-K^e.
ut\ cuc í/o A^^ERK^AK y txgj

Gvene.,

^'¡¿^d del é^'dd'o.

C9K® cI d ® j ? . ¿ I eii-^'í^e fls ^^-^•'^s ' - ¿í"^- >! ^^^"^°


. - . ¿ ¿ t í a . f)el."^re de ^ e r i r . . . / g j e ^f^a-l-dr^ wul^d<r..// Diocirdd rv^s K-fe ^e C A ¿ T ^ .

P l cílü jiQuIfiAfe C'í (He 6<5cd.l2i.KU. d a l a . '¿> ¿«"K^A-CIS KÍ>,Í Koti'cid. y


^ 1 , . -Que U u f - a , L / /

DíA. F. BBADLEY. — Madrid.


BUEN HUMOR

LA BARAJA DEL AMOR


(EPISTOLARIO CÓMICOAMOROSO)

\V

'3^ EÑORiTA: Esta carta que nervioso


escribo será la última que reciba
usted. Después de lo de anoche,
yo no puedo pensar ni un mi-
nuto más en usted.
Lo que ha hecho usted con-
migo no tiene nombre. Pase que
se equivocara usted al decirme
que iba a la Princesa en vez de decirme que tenía
usted un palco en Apolo. Pase que tuviera usted
que conversar con ese estúpido de pariente que ha
llegado del pueblo. Pase que fuera usted en el coche
sentada al lado del palurdo.
Pero lo que no tiene disculpa, lo que yo no puedo
pasar (porque son muchos pases para un novio tan
joven, vamos, para un novillo), es que no se fijara
usted en la representación; es que durante dos actos
— ¡porque era sección doble! — hablara usted, cu-
chicheara usted, con ese zafio pueblerino, que no se
quita el sombrero ni para que le corten el pelo.
Asi es, señorita, que dé usted por terminadas
nuestras relaciones.
Mis cartas puede usted dárselas al joven isidro
que ahora le acompaña, para que aprenda ortogra-
fía, y mi retrato puede usted romperlo o echarlo al
cocido, porque la grasa que tenia dará mucha subs-
tancia. ¡Adiós, ingrata!

•i A "^'S^ usted a su papá que hemos


taritado, porque se disgustará muchisimo. Y le so-
brara la razón para disgustarse; porque ¿quién le
surtirá de pitillos en lo sucesivo? ¿Quién le llenará
de gasolina el mechero que le regalé el día de su
santo? ¿Quién pagará en el cine? ¿Quién, Dios
mió, quién? — Vale.

Encantutín: Son las doce de la mañana- te he


mandado tres cartas con ésta, y no he recibido con-
testación nada más que a dos.
Estoy enfadadisima. Además, mi hermana se ha
comido los bombones que me compraste anoche en
el cine, y hemos tenido que llamar al médico, por-
que se ha puesto a morir; y por si todo esto fuera
poco, papa me ha dicho que el cine no es lugar
adecuado para que vayan los novios días antes de
casarse, y que si quieres llevarnos al teatro, que
nos traigas un palco para Apolo
Te lo aviso con objeto de que busques una dis-
culpa, porque a mi me divierte más el cine que el
teatro, pues es mas instructivo y podemos hablar-
nos con las manos cogidas.
¡Ah! Tengo que advertirte que no me pises tan
fuerte, porque anoche me rompiste la hebilla del
zapato.
Después de comer te escribiré otra carta, y te
ruego que no dejes de contestarme, no vaya a ocu-
rrir lo que ayer, que no me escribiste más que tres
cartas.
¡Ah! Que llenes las cuatro carillas y que escribas
cruzado. ¡Adiós, Encantutín! Se perece por ti tu
Dib. K-HiTO. — Madrid.
ENCANTUTINA.
— ¡Si, hombre! ¿No recuerdas? /Rodríguez!... Aquel muchacho
Por la goma'y las tijeras, que no saben firmar,
bajito él, gordito él...
— [Ya caigo, ya caigo! TORRES DEL ÁLAMO-ASENJO
BUEN HUMOR

APUNTES.DE UN HOMBRE PAJARO

UNA BODA EN M'TALZA Dib. ANTEQUERA AZPIKI. — San Sebastián.


BUEN HUMOR

LAS COSAS DE LOS TEATROS


TEATRO REALISTA dispuestos a no hacer el ridículo y a evitar por todos
los medios que el arrebol clásico se enseñorease de
I osoTEOS estábamos espantados: teatro rea- nuestras mejillas. Reflexionábamos:
lista, mujeres de mal vivir, hampones, la — Mira, José, no te pongas en evidencia. Acuérdate
cárcel, la leyenda de Vidal y Planas... ¡Qué de aquel día en la Bombilla y en aquel reservado con
h o r r o r ! Imaginábamos un auditorio de tu amigo Manolo y con aquellas dos hermosuras,
_ guardias civiles y de carabineros retirados, Maruja y la Bertini... Por mucho que veas esta noche,
unas escenas crudas, algo así como esos libros sica- no será ni parecido a aquellas escenas... ¿eh?
lípticos a los que han declarado la guerra Millán de El que suscribe procuraba darse confianza...; pero...
Priego y el gobernador de Málaga. Fuimos al estreno hay que ver cómo sugestiona un anuncio serio con la
advertencia de que a uno le van a servir platos fuertes.
Y comenzó la representación de Santa Isabel de
Ceres cuando los corazones de todos nosotros ace-
leraban su ritmo.
Pasó un acto, dos, tres, los cinco. ¿Qué ocurría? ¿Se
había sometido la obra a una previa censura eclesiás-
tica? Aquello no era ni realista, ni crudo, ni nada que
se le pareciese: allí no había nada pecaminoso, y, al
contrario, todo era de un lirismo exaltado, muy exal-
tado, hasta no tener relación con nada de la vida.
Vidal y Planas comenzaba como terminara Zola, se-
gún Emilio Faguet. Zola empezó con buenos hbros y
malas acciones, y acabó con buenas atciones y malos
libros... Éste era el caso justo y lamentable.
¿Dónde el realismo ni la crudeza? ¿Sería en el ins-
tante en que Abel de la Cruz afirmaba con orgullo que
tenía la cabeza bien cubierta de parásitos?
Nosotros llegamos a sospechar que la intención del
autor al advertir los peligros que encerraba su come-
dia, eran otros muy distintos a la realidad de su rea-
lidad. Porque otros conceptos pecaminosos no encon-
tramos en la tragedia popular. Como no fueran los de
la invocación a Jesús en el acto del Juzgado de guar-
dia, cuando, entre frases de un efusivo misticismo,
llega a decir de Jesús de Galilea que es «un alfiler de
corbata hecho con piedras preciosas». Pero ahí — lo
juramos — hablaba en serio y con buenas intenciones.
Fué un símil poco afortunado, una imagen que no
le salió bien. Algo así como un elogio de joyería ba-
rata: bisutería, todo lo más...

¿Y L A GÁMEZ7

La Gámez no va a la Princesa; la Gámez no va al


Español; la Gámez no va Cervantes; la Gámez no va
al Cómico. Señores, ¿a qué teatro irá la Gámez?
Nosotros, con todo respeto, les diremos que, por
ahora, la Gámez no va a ninguna parte. Y si sigue
con Manuel París de primer actor, entonces creemos
Doña Julia Fons (antes Julita), que ha debutado en Romea. que no irá a ninguna parte ni ahora ni nunca.
BUEN HUMOR

^^j^?_^z^-^^l--^_. — Sí; nos hemos peleado Arturo Serrano y yo.


— Pero ¿cómo? ¿Ha sido posible?
— ¡Y tan posible! Hemos regañado. Y como yo soy
un poco violento, en la refriega le he quitado la nariz...

Consternados, pero prudentes, tratamos de averi-


guar lo ocurrido, y..., en efecto: Pinillos le ha quitado
a Serrano La nariz. Ahora que La nariz es una come-
dia en tres actos, que, por más señas, estrenarán la
Alba y Bonafé en el teatro del Centro.
JOSÉ L. M A Y R A L .

Alfonso Vidal y Planas.


Este hombre no puede hacer comedias en serio.
Así como hay cómicos que, hagan lo que quieran y lo
que les manden, parecen patanes en escena, hay otros
que, por mucho que lo disimulen, parecen camareros
en ejercicio. Y nuestro hombre es de ésos; vestido de
frac, con una rodilla al hombro y convirtiendo en un
arco el espinazo, es de la única manera que nosotros
le concebimos.
¿Y ustedes imaginan lo que ocurrirá si un día aplau-
den a la Gámez cuando él se encuentre en escena?
Se inquietará mucho, se creerá en un café, donde
todos los parroquianos tengan mucha prisa y le lla-
men a un tiempo todos. Se adelantará a la batería...
y, con voz entrecortada, gritará:
—¡Va, caballeros! ¡En seguida voy a servirles!

UN SUCESO ACLARADO
Nos habían dicho una cosa alarmante, que por su
gravedad no llegábamos a creer. Según nuestros in-
formes, Arturo Serrano, el simpático empresario del
Infanta Isabel, y D. José López Pinillos, el notable dra-
maturgo autor de El caudal de los hijos, habían reñi-
do de un modo violento. Debía ser algo sensacional, Señora Satorres y Sres. Baena y Collado,
sin duda. Nuestro informador aseguraba haber oído en Santa Isabel de Ceres.
de Parmeno lo siguiente en un diálogo: (Caricaturas de SIRIO.)
BUEN HUMOR
10 11

GALANTBR.A TRANVIARIA, O «¡HAGAN EL FAVOR DE PASA^- ^A PLATAFORMA ANTERIOR!», U OBEDIENCIA ES CORTESÍA Dib. BARBERO. — Madrid.

ña perece víctima de la ñoñez y de la rugido de Titta Rufo, el [mordente de Y ahora hablemos del público. Y no hay tal cosa: para entender en
C O S I T A S DEL REAL pedantería. Y perdone el amigo May- Anselmi, la verónica de Belmente. A En noches como la del ya famoso algo hay que ser aficionado a ese algo;
suficiente para borrar las propias pe-
queneces.
ECTOR amigo: debutó Hipó- ral que me meta en su viña. mí, mientras la oía, con su sabor a lin- ^ de enero, la mitad de la gente que es el cultivo lo que da la pericia..., no Hipólito Lázaro es un gran tenor, a
lito L á z a r o , y, como te Lázaro es un grande, un estupen- gote de oro, me parecía escuchar el ^cupa los palcos y las butacas del tea- son los seis duros. pesar de que corta las notas al cantar
prometí, voy a darte cuen- do tenor: voz de hombre, agudos de tintineo de las monedas en las taqui- *^o Real no sabe una palabra ni en- El suponer de buen tono la crítica y marca a veces una levísima tenden-
ta de lo que pasó la no- oro, graves llenos y sonoros como llas del Real, cayendo como lluvia pro- '^ndc una jota de lo que oye. Me lo descontentadiza es ya una suposición cia a la desafinación.
^ ^ ^ ^ che del debut. los tubos de un órgano, fraseo claro, digiosa. *^'ce una experiencia de cerca de vein- un poco de capital de provincia. Con- En vista de eso, yo me permito pro-
Lo primero que pasó fué que el seguridad absoluta. ¿Hay quien pide El tercer acto lo cantó muy bien, lo '^ años. viene que muchos de estos señores di- poner a esa parte de público elegante
teatro se llenó%asta los topes; la bu- más? [Ya lo creo! Luego hablaremos dijo mejor y lo hizo mejor aún; y en Esas buenas gentes van allí como gestivos y pollitos suaves se enteren que asiste a estas cosas como a un te
taca no costaba nada más que seis de eso. el último apareció el tenor lírico, y ^^dicran ir a cualquier otra reunión de que el tenor perfecto no ha existido dansant, que durante los actos aban-
duros, y en proporción el resto de las El «Celeste Aida» lo cantó muy nos convenció de que a Hipólito Lá' "'Undana: suponen que el teatro va a nunca: ni ahora, ni en los tiempos he- done sus localidades y se refugie en el
localidades: de modo que el señor que bien: sin chillar demasiado, pero muy zaro... ^^W muy bien, y acuden a él como a roicos. Nadie es perfecto en el mundo, foyer; luego, al bajar el telón, puede
aquella noche fué al teatro Real con bien; las escenas del templo las dijo ¡Bueno! Nos convenció de que al sol' ^^ tarde de carreras, a un té elegan- fuera de La Cierva o de D. José María volver a la sala a lucirse.
su mujer y su hija, o con sus dos hijas, un poco apagado, sin duda por res- dadito del barranco del Lobo no le h e ^ *^ a un paseo de moda. Salaverría. ¿Por qué no? A ellos les tiene sin
o... con sus dos mujeres—yo sé de un peto al santo lugar en que se encon- mos oído todavía en el teatro Real- "ay que agradecerlas que vayan, Stagno tenía una voz de cacharre- cuidado la ópera y el cantante: no los
caso—, si fué a butaca, se gastó diez y traba. De/ todo no le oiremos mientras nO ^°''qi<e suelen ser personas simpáticas ro indecente; Massini flojeaba en los oigan, y así se evitan luego el ponerse
ocho durazos. Más cinco de coche, más Y llegó el segundo cuadro del se- cante otra cosa que Aida. Ahora que, ^ Contribuyen — como los tapices y agudos; a Marconi — esto ya lo he en ridículo opinando.
dos de bombones, más..., total, ciento gundo acto, aquel concertante prodi- el día que cante esa otra cosa, reapa' '3s nQj,ps_ al adorno de la sala. Pero oído yo — le largaban unas pitas for- Además, el dueño del bar instalado
cincuenta pesetas. gioso que puede recordarse a modo recerán en los despachos las colas de ^ triste del caso es que, en los entre- midables cada vez que lucía su esplén- en el foyer — ¡en el mismo sitio que
los tiempos de Titta Rufo y habrá qu^ actos, dida colección de gallos, que en una
A pesar de ello, el teatro estuvo de tirón de serreta a todos los pedan- ocupó el busto de Gayarre! — se lo
pedir las locaHdades con lágrimas eH se creen con derecho a opinar. exposición de avicultura se hubiera
lleno: brindo el dato a los que, al ha- tes que hablan mal de la música ita- agradecería mucho; porque es de su-
los ojos. El precio será lo de menos- ^ sus opiniones no son juicios, son llevado la medalla de honor.
blar de crisis teatral, invocan la fábula liana. poner que algún copazo caería de
¿Seis duros? ¡Como si quiere usted po'¡ eructos. Todos ellos fueron grandes cantan-
del dinero. Lo que hizo Lázaro en el concertante cuando en cuando
ner doce! I Ellos han pagado su localidad, y tes a pesar de sus defectos; es lo inte-
La crisis, más que de taquilla, ¿no alcanza ya los límites de lo increíble: ^^^^n que en el precio entra la paten-
será de escenario? El teatro en Espa- aquella nota única es el éxito, es el * ¥ * resante en el mundo: tener grandeza JOAQUÍN B E L D A .
te de crítico.
BUEN HUMOR
12

C H I S M E S DE B A S T I D O R E S
— Debe de ser muy bonita pues no le importa a la empresa
— Anoche estrenó Fernández
la comedia de Gutiérrez. que seas asi o asá.
en Martín una opereta.
La ponen todas las noches. No es el talento que tienes,
— ¿Con suerte?
— Si; pero la ponen... verde. sino el dinero que das.
— ¿Con suerte, dices?
Concuna suerte estupenda. ¥ ¥ ¥ ¥ -f ¥
Allí, en su casa, le tienes
Pasa igual que con las muelas — Hombre, ¿cómo no me diste
]¡sin un rasguño siquiera!!
con las obras de un cartel: butaca para tu estreno?
¥ ¥ ¥ cuando empiezan a moverse, — Por evitarte un mal rato.
es que se van a caer. — Si dicen que fué un gran éxito,
— En el cine de la Flor
que saliste muchas veces...
ha estrenado Nicanor ¥ ¥ ¥
El agua de Carabaña. — Precisamente por eso.
— Y qué, ¿ha salido el autor? No te las eches de genio
RAMÓN L Ó P E Z - M O N T E N E G R O .
— Si; paralel penal de Ocaña. para ser autor teatral,

y¡>y.^
Dib. RAMÍREZ. — Madrid.
VIUDA INCONSOLABLE
— ¡Caballero, por Dios, respete usted mi penai
LA TRAGEDIA DEL CASINO Dib. MABÍN. — Madría.

ÉL. — Ha sido una cosa macabra: al darle el cuarto pase en contra, quedó muerte... ¡Pobre Palito!... ¡Qué muerte
más rara!...
ELLA. — No, hijo; tratándose de Polito, es la más natural: estaba predestinado a morir después de unos cuantos
pases.
14 BUEN HUMOR

HUMORISTAS CONTEMPORÁNEOS
sión es más sintética y las figuras se sivo que contra los enemigos de dentro
CHAS-LABORDE acusan' de un modo claro y expresivo, de la patria (los burgueses estólidos, los
donde ya no hay obstinaciones de trazo negociantes rapaces, los políticos impú-
N la cada vez más sólida y como en los dibujos pretéritos. dicos). Recuerdo, por ejemplo, una cari-
numerosa agrupación de ' Pero Chas-Laborde empezó a colabo- catura que reproducía el instante de
los nuevos valores humo- rar en Le Rire hace trece o catorce anos. saltar los franceses desde su trinchera
rísticos de Francia, Chas- Pasaba un poco inadvertido, aunque ya sobre la trinchera alemana. Los alema-
Laborde conserva su des- poseía el derecho de las planas en trico- nes levantaban las manos sin armas y
tacada y relevante pri- lor, como esta del Whisky sentimental, reian. El epígrafe era el siguiente: Aux
macía. Se ha dicho que que hemos querido unir a las recientes obús lacrymogenes nous avons ripos-
Chas-Laborde es una re- del joven maestro. té par des obús hilarogenes. Les Al-
velación de la postguerra, Durante la guerra, Chas-Laborde se lemands n'ont opposé aucune résis-
que surge en una rápida simultaneidad bate en el frente. Francia no eliminaba tance; tout le monde sait que le rire
de comienzo y de victoria. del sacrificio bélico a los escritores, a desarme.
No del todo exacto. Es que sus dibu- los artistas, a los hombres de ciencia. ¥ ¥ ¥
jos se extienden ahora a más amplias Pudo formarse un batallón de dibujan-
divulgaciones periodísticas y exhibicio- tes humorísticos con los que alternaban Reintegrado a París y a su arte, Chas-
nistas después de la guerra. Tiene fácil el fusil y el lápiz. De ellos, Delaw, He- Laborde concreta la personalidad, defi-
• acceso a los semanarios, las casas de mard, Depaquit, Falké, Oberlé, Pavis, ne la tendencia. Sus dibujos adquieren
marchantes y los editores de álbumes Marcel Arnac, Galtíer Boissiére, Des Los- rápidos la línea moderna y elocuente.
satíricos. Y otra razón para ser mayor ques (muerto en agosto de 1915), etc., etc. Se comprende que hay un pintor bien
su notoriedad actual. Coincide esa no- Chas-Laborde publicaba en Le Rire capacitado detrás de las escenas satíri-
toriedad con la evolución factural del Rouge dibujos trazados entre combates. cas. Ve el color, valora y relaciona los
dibujante. Su línea se simplifica, su vi- Incluso era más benévolo, menos agre- tonos, y, si bien agudiza en el sentido

EL WHISKI SENTIMENTAL MELANCOLÍA


— ¡Ay, Bobby, no era asi como yo había soñado darte ELLA. — ¿En qué piensas, Joselito? ¿ Te acuerdas de tu
linda pareja de anoche?
mi brazo algún día! ÉL. — De ella, no. De sus perlas.
BUEN HUMOR 15

RUPTURA PARÍS BABEL


LA JOVEN. — ¡Tú no sabes lo que me cuesta dejarle! — ¡Si usted supiese, señorita, la alegría que me causa
LA VIEJA. — Más te costaría seguir con él. oírle hablar francés!...

caricatural los rasgos íisonómicos y los rio, como el maestro de fin de siglo XIX, de un dibujo remoto de Steinlen — ¡oh
ambientes complementarios, no sale ja- Chas-Laborde siente una malsana pre- la generación brava y admirable de los
más de la realidad palpitante, de un ex- dilección por el mundo acre de las ra- Steinlen, los Forain, los Hermán Paul! —,
presionismo mordentc, que es su cuali- meras y sus hombres. donde la hija de una ramera había to-
dad más profunda. André Warnod — que además de ha- mado la primera comunión, y en la co-
La línea de Chas-Laborde es lo que de- cer dibujos montmartreses escribe nove- mida con que festejaban las compañeras
fine mejor su filiación ultramoderna. Ve- las (Lily modele, Miquette et ses deux y compañeros de envilecimiento el he-
remos después que trata temas tradicio- compagnons...) — ha dicho en Art et cho, cantaba un cuplé canalla sin qui-
nales en el humorismo francés; pero si Decoration lo siguiente: tarse el velo y la corona blancos?
el espíritu y la ideología están ligados a «Chas-Laborde es un pintor de cos- Envidiable ilustrador haría Chas-La-
ejemplos pretéritos, la extcrnidad formal tumbres, de visión singularmente afila- borde de obras que deben considerarse
señala que no en balde ha pasado más da. Sabe bucear con un rasgo fino y ya como clásicas en la literatura de los
de un cuarto de siglo desde el bullicio preciso hasta el fondo del alma de los bajos fondos parisienses: La Maison
romántico y regocijado del Chat Noir. personajes a quienes toma por modelo. Tellier, de Maupassant; La Maison Phi-
No ya los recién reaccionarios del No les transforma en buenas personas. libert, de Jcan Lorrain; Bubu de Mont-
Salón de Otoño, sino la falange — un Les muestra tal como son, y además con parnásse, de Charles Louis Philippe...
poco desvirtuada también — de Los In- sus más secretos pensamientos escritos Francis Careo — que no por ser el
dependientes puede admitir entre los sobre su rostro. El mundo de las golfas autor de la cancioncilla apachesca Mon
pintores de la estética predadaísta al y de los chulos, el de los cafés y de la Homme deja de ser el autor de muy in-
Chas-Laborde de los dibujos expuestos calle, encuentran en él un pintor agudo, teresantes novelas y críticas de arte —
en Casa Devambez dentro de la agrupa- que llega incluso a prolongar sin falsi- señala esa complacencia morbosa y fla-
ción La Araña; al Chas-Laborde de los ficarle el arte de Toulouse Lautrec.» geladora a la vez de Chas-Laborde, en
álbumes prostibularios, como Ces da- Una escena de ese petit monde gan- su obra Los Humoristas.
mes s'explíquent, y —¿por qué no? —al grcnado, de filies y souteneurs, citemos «Se dirá, sin duda, que semejante em-
Chas-Laborde de Le Rire de hoy, un de entre t a n t a s certeras'de Chas-La- peño en resaltar con trazos ardientes la
poco envejecido y ñoño, donde nos da borde. El hijo de una prostituta a quien forma vergonzosa y delectable del vicio,
pena ver a Willette, el generoso Pierrot le preguntan lo que quisiera ser, cuando no está exento de cierta culpable, silen-
de antaño, hacer piruetas anacrónicas. tenga edad de ser algo, contesta: ¡Lo ciosa e irónica complacencia. Y ¿por
que papá! qué no? Aunque así fuera, ¿tendría me-
^ '* ^ ¡Ese oficio, que no se puede hacer nos mérito Chas-Laborde? Amemos el
Chas-Laborde es un azotador impla- constar en el padrón municipal, pero que vicio. El vicio es moralizador. Sin él,
cable de la burguesía, en segundo lugar. resulta cómodo y productivo para mu- ¿cómo habíamos de sentir el apetito de
En primer lugar es el heredero de Cons- chos individuos de chaqueta y gorra, o las más altas virtudes?» (Les Humoris-
tantin Guys y de Toulouse Lautrec. de frac y sombrero de copa! tes, capítulo VII, pág. 104.)
Como el maestro del segundo Impe- ¿No recordáis frente a esa escena otra JOSÉ FRANCÉS.
16 BUEN HUMOR

EL DIABLO HA ESTADO EN MADRID


Valiéndose de un ardid si se rompe contra un foco compró en la calle la Prensa
infernal, de esos que aqui no dan luz que por las calles se vende,
el diablo estuvo en Madrid la cornúpeta testuz. leyó: «/untas de Defensa»,
el día tres del actual, ¡Pobre diablo! y exclamó con pena inmensa:
yBelial De dolor soltó un vocablo, «Esto ni el diablo lo entiende...»
lo pasó bastante mal. y además, ¡oh suerte acerba!, Bn seguida
Venia el rey del Fogón en este Madrid de Cierva preparó, veloz, la huida.
a comprar aqui carbón; y de Maura (Don Antonio), «Esto no hay quien lo soporte
¡qué ilusión!, el tal diablo — dijo el demonio —. ¡Qué vida!
¡baratito está el carbón pasó un frío del demonio. ¡Vaya Corte!...
en la española nación! Algo mosca, ¡Vaya al cuerno!...
El eterno con la cara un poco fosca ¡Mejor se está en el infierno!...»
dominador de las furias y la nariz harto fría, Y con paso diligente
del Averno, quiso tomar un tranvía... volvió el diablo velozmente
ante la huelga de Asturias ¡No hubo forma! a las regiones eternas
dijo: «¡Cuerno! ¡No cabía del tizón incandescente
Me quedé sin combustible. ni el diablo en la plataforma! «con el rabo entre las piernas»...
Además, (Postura un tanto indecente.)
¡Es horrible!...
¡Qué coraje!...» vio aterrado Satanás ¥ ¥ ^
Y por no perder el viaje, que un pollito, entre empujones
el diablo se fué con calma, (y achuchones Conque ya lo sabes tú,
la noche del día cuatro, de parcheante indecencia), lector. Gracias a su ardid,
buscando un alma a un teatro; le hacia la competencia Belcebú
pero... ¡no había ni un alma!... en cuestión de tentaciones. estuvo un día en Madrid;
Medio loco, ¡Qué emociones! pero salió haciendo «¡fu!».
salió ¡haciéndose la cruz!, Aburrido,
y por poco el demonio salió huido; LUIS DE TAPIA.

Dib. iBÁÑEz. — Madria.


Dib. ZAMORA. — Madrid.
— ¿Conque te casaste con una viuda, y eres feliz?
— Enormemente, chico. Con decirte que he tenido — Perdone que no le haya servido el té; pero no la
hasta la suerte de que me vienen bien los trajes del había visto entrar.
primer marido de mi mujer... — ¡Usted siempre tan amable!...
BUEN HUMOR 17

LA G E N T E MUY — Bueno, caballeros, supongo que se habrán ustedes fija-


do en el caso de la señorita ¿jen, como ustedes dicen.
Todos esperaron oír de labios del maestro alguna intere-
todos nos suele dar en este mundo por cultivar de santísima observación clínica, cuando éste añadió:
afición alguna especialidad muy distinta de — ¡Se trata en este caso de una señorita bien... cochina!
nuestra profesión lucrativa. Tal estadista se
deleita pintando acuarelas; a aquel bizarro ge- CARLOS LUIS DE CUENCA.
neral le encantan los trabajos de marquetería;
he tratado a un presidente de sala cuya debili-
W w ^ m (Jad era la bandurria, y he conocido a un cape-
llán de las Descalzas que se dedicaba a la zapatería.
El doctor Esculápiez, operador famosísimo, dedica todos
sus ratos libres, que otros llaman de ocio, a los estudios filo-
lógicos. Es un gramático formidable, que tiene el diccionario
de la lengua en la punta de las uñas, como quien dice.
Si queréis ver al doctor Esculápiez descompuesto, no tenéis
más que decir en su presencia: colega, bajo esta base o cosa
parecida; pero si os atrevéis con un galicismo gordo, enton-
ces se pone fuera de sí.
Una de las cosas que no le entran y contra la que protesta
a diario es eso de la gente bien. ¡Hay que oírle!
— Pero señor — exclama —, ¿bien qué?
¿Qué condición o qué cualidad rige ese adverbio?
De todas las acepciones del vocablo bien, sólo puede tra-
tarse en este caso de aquella que significa bastante, mucho,
muy. ¡La gente bien! Pues como si dijéramos la gente muy.
¿Bien qué? ¿Muy qué? ¿Bien distinguida? ¿Bien educada?
¿Bien acomodada? ¿Bien vestida? ¿Por qué no se han de decir
las cosas enteras y no a medias?
Estaba la otra mañana el buen doctor en su clinica de
urgencia, cuando llegaron dos heridos de un accidente de
automóvil, y uno de sus practicantes penetró en su despacho
y le dijo:
— Maestro: hay dos lesionados; uno es un obrero con li-
geras contusiones.
— ¿Y el otro?
— El otro, o mejor dicho, la otra, es una señorita bien.
— ¿Bien qué? — le interrogó con voz de trueno.
c — Bien..., bien grave — contestó el ayudante, a quien se le
había escapado la frasecilla que tanto molestaba al maestro.
Pasaron a la sala de operaciones, y mientras los practi-
cantes curaban al hombre sus contusiones ligeras, él aten-
dió a la señorita. Era ésta joven y guapa, y vestía una exa-
. gerada toilette de última moda, extraordinariamente per-
fumada.
La atmósfera fenicada de la clínica se saturó del moderní-
simo perfume A^o me. lo niegues, penúltima creación de la
casa Puff y Compañía.
j Q u é rostro tan bello! ¡Qué brazos! ¡Qué manos! ¡Qué
uñas, que delataban la asidua colaboración de una experta
manicura!
La herida era en una pierna y hubo que quitarle una media.
iQué horror! ¡La rica media de seda ópalo estaba doblada
Por la punta para que no se salieran los dedos, pues más
que media parecía un mitón!
La lesión no era grave ni mucho menos: una contusión en-
cima del tobillo, con la piel ligeramente levantada. La joven
nabía perdido el sentido, no tanto por el dolor como por el
susto.
Al colocar el vendaje observó el doctor que en la parte de
la rodilla había una mancha obscura que parecía la equimo-
sis de otro golpe; pero que, bien examinada, resultó ser lo
que Esculápiez diagnosticó de rogne de los franceses, scab de
los ingleses, raude de los alemanes, rogna de los italianos
y, según nuestro Diccionario de la Academia, porquería o su-
Dib. KABIKATO. — Madrid.
ciedad pegada fuertemente, que desapareció con unos fo-
mentos y fricciones de agua y jabón. — • Doctor, dígame usted la verdad, por muy dura que
Practicada la cura, vuelta al sentido y relativamente tran- sea. ¿Cree usted que el enfermo del segundo derecha
quilizada con una cucharada de antihistérica, la joven fue se morirá esta noche?...
conducida al auto que debía reintegrarla a su domicilio, y — ¿Es usted de su familia?
todos los mediquillos jóvenes la acompañaron hasta la calle. — No, señor... Es que ando loco buscando un cuarto
Cuando volvieron a la clínica el maestro les dijo: desalquilado...
18 BUEN HUMOR

II
ZUÑIGADAS Por no encontrarse perdida Son dos hijas de Puccini
tomando carne y pescado las criadas de Quiroga;
I en una misma comida porque la Águeda es bohemia,
Aunque parezca un reclamo, mi amiga Pilar Delgado, y la Robustiana es tosca.
lectores míos queridos, no está en tiempo cuaresmal
digo que el Ford es el amo con su esposo, Antón Verdugo; VI
de los autos conocidos. porque es un primo carnal, Y a propósito: ¿conocen ustedes los
Me gusta sobremanera, y al mismo tiempo, un besugo. ocho colmos del pescadero? Pues ahí
por práctico, y lo prefiero van:
al de otra marca cualquiera, III 1.° Entonar salmonetes lanzando
por ser barato y ligero. Los gemelos que la Pelos gallos.
Compraría un Ford mejor dio a luz en Torrelodones 2.° Poner los ojos en un besugo.
que el que se compró Sarabia; no son ya dos pequeñuelos; 3.° Salvar la raspa-dura del ba-
pero no lo compro por- y hoy de un Banco son botones, calao.
que los tengo mucha rabia. además de ser gemelos. 4.° Invitar a los calamares a echar
Y no creáis que es manía; unas tintas.
es porque me fué funesta IV 5.° Ponerles trole a los cangrejos.
tanta ligereza el día Ante Paz, su prometida, 6.° Prodigar elogios a un pedazo
que, volviendo de una fiesta, dijo ayer en broma Justo: de atún.
arrollóla el Ford de un lord — ¡Todo el que mire a Paz Busto 7.° Hacerle un feo al bonito.
a mi suegra en Colmenar, tiene pena de la vida! 8.° Cortar el pelo al rape.
y por ser ligero el Ford, — ¡Es claro!— dije en seguida —.
no la pudo rematar. ¡Porque se muere... de gusto! JUAN PÉREZ ZÜÑIGA.

«••«<.••••«••««••••*•**•••«•>««•>******************''***•''''*^

He aquí algunos de mis remedios; son SARPULLIDO, URTICARIA. — Hágase una


MEDICINA POPULAR infalibles: pomada con arena de río, polvos de pi-
JAY en todas las lenguas, TORCEDURAS DE PIES Y MANOS, DISTEN- capica y sebo de carro; embadúrnese el
en muchos dialectos, y SIONES, ESGUINCES. — Se curan llaman- cuerpo del enfermo. Al día siguiente
puede que en volapuk, do a la suegra, que, con mucho gusto y dense unas friegas con la garlopa de vn
esperanto y hastraka- tina voluntad, le retorcerá al yerno el carpintero. Repítase el tratamiento una
melancio, centenares de miembro lesionado tantas cuantas veces quincena, y el que lo resista puede ir a
libros titulados Vade- pueda. pie a la Checoyugopoloeslovaquia, en
mécum del dispéptico. DOLORES DE MUELAS. — Hágase un co- la seguridad de que no lo mata un rayo.
La salud en la mano, Manual del en- cimiento con pimienta, ajo, aguarrás, GOTA, NEURASTENIA, DIABETES (enfer-
fermo, ¡í5.000 recetas para 150.000 en- guindilla, vidrio en polvo, dinamita y medades de ricos). — Frecuenten los pa-
fermedades!, etc., etc. Ninguno de esos tachuelas. Gargarícese, llámese a un cientes Rosales, Parisiana... Aficiónense
libracos sirve para nada. Os lo digo yo, barbero sangrador, y después pruebe el al faraón, y curarán radicalmente.
que he tenido todas las enfermedades paciente a comer turrón de avellanas, Las enfermedades y las boqueras se
conocidas y alguna desconocida. Para comprado en la Plaza Mayor. ¡No falla! les saldrán por los agujeros de las botas.
mí no tienen secreto las dolencias. En Desaparecen las muelas y el dolor. HEMORRAGIAS NARIGALES. — Sángrese
fuerza de visitar especialistas, de ser «un al hemorrágico en un tobillo, aplíquen-
caso tipo», de haber ingerido por metros sele ciento cincuenta sandijuelas, y en
cúbicos los jaropes, de haber visitado cuanto se quede sin gota de sangre en
todas las aguas minerales del mundo, he el cuerpo, cesará inmediatamente la he-
adquirido una kultura de curandero, morragia nasal.
que sonríanse ustedes de Marañón, de DOLORES DE ESTÓMAGO. — Si duele,
Cajal y de don Paco Vigueras. echarle comía. Si no duele, echarle co-
La experiencia me ha dictado otro li- mía, para que no duela.
brito, ¡cómo no!, más bien un folleto. Mi libro se vende en todas las farma-
Tiene unos cuantos remedios caseros, o cias. Una peseta el volumen. A quien
curas de urgencia. Lo intitulo El Cura- compre dos, se le regalará El arte de no
teipsum. Si lo leéis y ponéis en práctica Dib. ALBERTO, —A/adr/d.
pagar al casero y además saáarle eI->
mis consejos, los médicos y los cirujanos dinero.
EL DE LA CHOCOLATERA. — ¡Se necesi-
españoles tendrán que pedir la absoluta ta estar ciego para no ver los automó- (Daos prisa, que se agotará!
ante la huelga de enfermos curados. viles que pasan!... ISIDRO DE MADRID.
BUEN HUMOR 19

desarrollado en las propias barbas de que tomase algo, no accedió, y, por fin,
S U C E D I D O los reunidos, pero del que no se entera- terminó aquel pugilato diciéndome que
OMPONÍAN aquella tertulia ron y del que nada hubieran sabido si se desayunaría, pero con la condición
diurna, como casi todas yo al día siguiente no hubiese relatado de que había de convidarme. Yo no hice
las «cafeteras» de Madrid, la aventura en medio de las carcajadas caso de tal advertencia; tomó cafe con
los más encontrados y ex- de todos. un par de medias, y después de charlar
traños elementos: médi- Pues, señor, y va de cuento... Una ma- hasta por los codos hizo intención de
cos, propietarios, un juez ñana entró en el café Paco Ramírez, satisfacer el gasto de ambos, para lo
y un periodista, y no hay condiscípulo de Derecho al que no ha- cual exhibió una moneda de cinco pese-
que decir las discusiones que surgian bía visto qué sé yo el tiempo. Su cara tas; yo saqué otro duro, luchamos am-
sobre los asuntos más intrincados, sin picaresca había variado poco, y nada su bos, y el camarero me hizo más caso
que faltara — cosa no extraña entre es- indumentaria, acusadora de la falta de que a él, cobrándome, con propina y
pañoles—la nota política, a la que daba medios económicos, lo que él mismo ex- todo.
siempre actualidad el ser uno de los plicaba en su juventud como el cumpli- Entonces, Ramírez, rápido, se apode-
contertulios, quizás el más simpático, miento de una pena tan terrible como la ró de la vuelta, y metiéndome su duro
ex gobernador civil, con intenciones y de cadena perpetua en lo relativo a me- en uno de los bolsillos de mi america-
méritos para volver a ejercer el cargo. tales preciosos, tan necesarios para la na, me dijo:
De vez en vez no faltaban gritos y vo- vida, en tanto que los sabios no resuel- — Esta vez he sido más listo que tú:
ces que llamaban la atención de los van el importante problema de que el quería convidarte, y te he convidado.
concurrentes; pero siempre acababan hombre pueda vivir sin dinero. Y después de darme un apretón de
los debates más enardecidos con frases Ramírez, que, según deduje al final manos salió del café, victorioso, como si
cariñosas para el enemigo. del caso, iba a tiro hecho, saludóme con hubiese ganado una batalla.
gran efusión y dióme un fuerte abrazo; No hice, por el momento, gran caso
Anécdotas, cuentos y sucedidos eran
nos sentamos en mesa aparte, y echóse de lo ocurrido; pero al llegar a mi casa
relatados con gracejo, y pasábanse allí
a recordar los tiempos de la Universi- me acorde de aquel extraño episodio y
tan agradablemente las horas de la ma-
dad en atropellada charla, que no deja- busqué la moneda.
ñana, que llegó a constituir una obliga-
ción inexcusable presentarse cotidiana- ba resquicio para la réplica. Algo raro El duro era más falso que Judas.
mente a lo que se llamaba asistir a la advertí en él, y fué que al acercarse ob- Mis compañeros de caté siguen rién-
oficina. sequioso el camarero y hacer la pregun- dose...
ta de rúbrica, mi antiguo camarada con-
El lema era pagar a la inglesa, y de
testó que nada quería. Insistí yo para FELIPE SÁNCHEZ CALVO.
aquí mi cuento, o más bien sucedido,

Dib. BEBERIDE. — Madrid.


Dib. ABAD. — Valencia.
EL ATLETA. — Se admiran porque sostengo una pesa. ¡Si Ya no respira...
supieran la familia que tengo que sostener!... Entonces, ¿se ha muerto?
20 BUEN HUMOR

DEL B U E N HUMOR AJENO


a una alegría desordenada, que hay que caída fatal, les atrae el vacío. Aun hay
LOS P E L O S , reprimir con el peine. más: el mal ejemplo es tan contagioso
( iEl peine es el celoso guardián del or- que, desde el momento que uno tiene la
por Rene Girardet. den. Algunos sociólogos afirman que, de ocurrencia de lanzarse, sus congéneres,
no existir el peine, los pelos vivirían en un parecidos a los corderos de Panurgo,
ON los pelos unos seres su- continuo estado de anarquía. Esta frase creen necesaria su caída poco tiempo
mamente curiosos, c u y a ses un poco exagerada; pero en ella hay después.
costumbres aun no han es- algo de verdad. Después de muertos es cuando se reco-
tudiado los naturalistas. Moralmente, los pelos tienen un carác- noce el valor inestimable de los pelos. Se
Zoológicamente, perte- ter independiente, autoritario y hasta neu- les consideraba antes como seres insignifi-
necen a la célebre familia rasténico. Del espíritu de independencia cantes y hasta molestos; pero después se
de los invertebrados. Físi-de los pelos se podrían citar mil casos. comprende que fueron grandes ignorados
camente, s o n como nos- Por mucho que se les rodee de cuidados, que sufrían silenciosamente, y se da uno
otros: grandes o pequeños, de consideraciones, de pruebas de afecto, cuenta del enorme vacío que dejan.
gruesos o delgados, vulgares o distingui- de buenos consejos, a pesar de que uno se Pero es demasiado tarde...
dos. Están clasificados en dos grandes ca- arruine por ellos comprando lociones y
gorías: la raza rubia y la raza negra. cosméticos, son insensibles. Sólo son dó- A. R.
Algunos sabios sostienen que hay pelos ciles cuando les parece bien. Obran siem-
rojos. Pero es esto un error crasísimo: los pre a su antojo.
pelos rojos son sencillamente pelos dema- A la independencia de carácter los pe-
siado rubios o insuficientemente negros. los añaden una nerviosidad mórbida, son
Esta distinción no tiene gran importancia, neurasténicos y obsesionados por la idea
pues se ha observado que al cabo de cin- del suicidio.
cuenta años tanto los de una raza como
los de otra se vuelven blancos.
Esta melancolía enfermiza, ¿proviene MODOS DE HABLAR,
del abuso de los placeres, de disgustos
Sobre las cabezas en que nacen, los ca- sentimentales o de apuros económicos? No
se sabe. Lo cierto es que se encuentran
por Fierre Veber. n z z z :
bellos llevan una vida ociosa y sedenta-
ria, parecida a la que gozan los pequeños sus cadáveres en las almohadas, en los A L pasar, les oí hablar. La señora Cha-
rentistas y los solterones recalcitrantes. cepillos, en las ropas y hasta en la sopa. roláis decía a la señora Fenouil:
Al nacer alquilan un lugar en la cabeza, Los pelos se suicidan de treinta a cua- — Sí; la he encerrado, no se me esca-
en los bajos, en el entresuelo o en el últi-renta años. Caen..., nada puede evitar esta pará la muy astuta.
mo piso, en donde apaciblemente — Es usted muy severa — le
pasan su vida. Así, unos, por su respondió la señora Fenouil. | | ^ ^
situación, pasan una vida distraí- — D e ningún modo. Y o en-
da viendo pasar la gente, los co- cuentro que es muy joven para ha-
ches, mientras que otros, menos cer tonterías; casi todos los días,
afortunados o más peligrosos, es- Tom, el de enfrente, desde que
tán condenados a una reclusión anda haciéndole la rosca, está en
cotidiana bajo los sombreros. Esto nuestra casa, buscando a la pe-
no será equitativo, pues es cues- queña, naturalmente. Ayer me los
tión de suerte. No todo el mun- encontré juntos: a él le señalé la
do posee un hotel en los Campos puerta y a la pequeña le dije:
Elíseos. «¡Como yo tenga que castigarte,
Los cabellos salen poco. Llevan verás!» Ella, en vez de irse se
una vida formal, no fuman, y sólo quedó, buscando, sin duda, una
van al café si se les lleva. Sin em- caricia; pero yo no cedí, y le dije
bargo, son aficionados al alcohol, con gesto duro: «¡No, señorita!»
que les da fuerza; pero no lo to- Créame usted, que si no se las
man más que en su casa, y, por trata así, puede ocurrirle algún día
muy grande que sea la dosis, no algo muy desagradable. Está muy
se emborrachan, soportando las mal educada, y quiere hacer siem-
grandes cantidades m e j o r que pre su gusto...; pero no puede ser.
nosotros. En esto soy inflexible, de hierro.
La principal distracción de los Perdóneme — dije acercánr
pelos consiste en ir de cuando dome —. ¿Habla usted de su hija,
en cuando a las peluquerías, cu- señora Charoláis?
yos salones se les abren amiga- — ¡Oh! No, señor. ¡Hablo de mi
blemente. Estas reuniones a c a - perrita!
ban por resultar onerosas, porque Ocho días más tarde, al pasar,
los pelos, como cualquier mujer escuché de nuevo.
frivola, se dejan convidar siem- La señora Charoláis decía a la
pre. Pero hay la ventaja de que señora Fenouil:
son individuos d e u n a educa- — ¿No sabe usted? ¡Se me ha
ción correctísima, y de que se les escapado la semana pasada! He
puede llevar al teatro o a reu- preguntado én todas partes y na-
niones, donde se conducen perfec- die me ha sabido dar razón; algu-
tamente. nos me han dicho que tengo ya
Dib. ALCALÁ DEL OLMO. — Madrid.
_ E n cambio, en la intimidad son la culpa de todo por no haberla
menos correctos y se abandonan — Diga, señorita, ¿qué haría yo para no mejorar? atado corto... En fin, ya había per-
BUEN HUMOR 21

dido toda esperanza dje volverla a ver, lores, que leían, comentaban, compraban o
cuando ayer me la encontré delante de mi se suscribían a BUEN HUMOR. ¿Estamos?
puerta..., con las orejas gachas. Entonces P. Ll. Madrid. — Sus saínetes rápidos
cogí el látigo y le grité: «¡Ah, cochina, tro- Lópezsilvacaseristas, no están mal; pero
tacalles! ¡Te voy a matar!» ¡No sabe usted el titulado Pa chulo, Menda, es asunto co-
qué paliza le di!... ¡Ha sido una buena nocido hace un rato, y para el otro pasó la
lección!... oportunidad de su publicación.
— Perdón — dije acercándome —. ¿Ha- / . 5 . V. Málaga. — Los de su barrio lo
bla usted de su perrita, no, señora Cha- publicaríamos sí nos enviara usted un píe
roláis? gracioso, pues el dibujo nos gusta. El otro
— ¡Cal No, señor. ¡Hablo de mi hija!... se dará cuando se pueda.
D. U. Madrid.— Le publicaremos los
J. L. R. perros. ¡No siempre han de ser los monos!
L. G. O. Madrid. — No necesitaba us-
*•••••>•••><••••••••••••••• ted mandar «Los tres botones de la ame-
ricana». Para muestra, basta con uno.
Artag'm. Madrid. — De los tres lisiados,
CORRESPONDENCIA publicaremos uno, y hasta estamos por pu-
blicar su carta, que nos ha hecho mucha
MUY P A R T I C U L A R gracia.
M. M. A. Madrid. — Si recomienda us-
T. M. Madrid. — Su artículo se recibió ted a esa divina mujer que no bese al
el día 26 de diciembre, y como el asunto gato, ¿cómo quiere que le bese a usted,
es de Navidad, comprenderá usted que pu- por muy madrileño y dulce beleño que sea?
blicarlo ahora sería inoportuno. M. C. Madrid. — Se publicará su dibujo.
/ . F. Madrid. — No está mal. S e publi- Hipotenusa. Zaragoza. — Creemos de-
biera decirse el modista, derivado de mo- LA SEÑORA. — En mi tiempo nun-
cará antes de que termine la guerra de ca dejaba un caballero que fuera una
Marruecos. das, en lugar del modisto, como se dice el
maquinista, de máquina, y el anarquista, señora de pie en el tranvía.
•S. A. Madrid. — El maillot es artículo E L INDIVIDUO. — Es que en su tiem-
de verano; en invierno se usa como pren- de anarquía. Pero eso debe preguntárselo
al encargado de la sección Modas y modos po de usted no había tranvías: se iba
da interior, y las bailarinas y cupletistas en diligencia.
lo lucen en locales donde hay calefacción. del bien decir, de A B C.
(De BAILLE, en Journal Amussant. — París.)
/ . M. Q. P. Madrid.— Pero ¡hombre A- A., C. Rojín, J. V. y Godínez. — No
de Dios! ¿El motín d e los muertos para valen.
BUEN HUMOR? Camelas. Madrid. — Guardamos sus di- Se le publicarán. ¿Ponemos su nombre?
F. S., A. P. P.. J. V. y el Negro. Ma- bujos para cuando podamos dedicar una ¿Dejamos el seudónimo?
drid. — ¡Otro golpe! Advertimos de una plana a nuestros simpáticos colaboradores E. S. Barcelona. — Su plancha no es
vez para siempre a nuestros colaborado- espontáneos. tanta como usted supone. Aproveche usted
fes que no se molesten en hacer chistes A. Monter. — Publicaremos uno. el pie con otro dibujo más arropado, mán-
jugando con el título de nuestro semana- Sérvulo. Albacete.— Vale. El sobre nos delo con otras cosas, y ya veremos.
••'o. Hemos perdido ia cuenta de los lisia- ha gustado un horror. Hamlet Gutiérrez, Príncipe de Dina-
dos de todas clases, enfermos de todas las Alfaraz. Madrid. — Efectivamente, es marca. Copenhague-Madrid. — Tener o
enfermedades y doloridos de todos los do- una tontería; pero nos coge usted en un no tener gracia: este es el problema. Sí,
momento de ternura. Procuraremos darlo señor. Se pagan los artículos cuando la
en el número de Carnaval. tienen, y cuando no, no. Usted no cobra.
Fedgaldo. Madrid. — Aprovecharemos Nos tiene sin cuidado el concepto que for-
uno de sus cuatro últimos dibujos. me usted de nuestro criterio literario; en
G. C. Madrid.— Su último dibujo, a cambio, a usted le debe tener preocupado
pesar de su insistencia geométrica, nos ha el lamentable que hemos formado del suyo.
gustado. Y de paso, señor filósofo-gandul, menos
Clarinete. Madrid.— Demasiado fáciles: filosofía y más ortografía. Vermellon, en
así hacen versos hasta los dependientes castellano, se escribe con b. Hierra no es,
de comercios de ropa blanca; sino que a ni ha sido, ni será jamás tiempo del verbo
veces hasta suelen medir mejor. errar. ¡Figúrese usted los chistes que p o -
/ . L. R. Madrid. — Eso es más triste que dríamos hacer con estos y otros lapsus de
tener que acompañar a un amigo al ce- sus meditaciones .., según nuestro criterio
menterio. literario!...
Látigo. Madrid.— No entra en concur- L. M. Segovia, y R. M. B. Madrid. — Las
so; pero como advertimos en usted alguna historietas deben venir dibujadas en una
condición de dibujante, puede enviarnos sola hoja y a la proporción de una plana
algún mono suelto. de nuestro periódico, a pluma o a la man-
M. M. F. Sevilla.— Los chistes son del cha, con seudónimo o con el nombre.
dominio público hace bastantes años. Los I' Garihaldi. Madrid. — Pero ¿de veras es
dibujos podrían pasar. usted el célebre Garibaldi? ¡Buena la ha
Mon. Zaragoza.— ¿Ve usted lo que le cogido!
decimos al anterior? Pues a usted, todo lo D. C. Madrid. — ¡Buena letra, amigo!
contrario. ¿Es usted, por un casual, contable d e al-
Beberide. Madrid. — Publicaremos la Si- gún comercio de la calle de Postas? Sus
— Chico, me han dicho que te has rena y algún otro. «Escenas de Carnaval» serían seguramen-
Suelto a casar... ¿Con quién? Pipa. Carabanchei— ¿Dt arriba o de t e un pateo, a pesar de la letra... y de la
— Espera un poco. Debo de tener abajo? ¡Abajo! música.
^qui la tarjeta de ella. Burlón. Tarragona.— Le conocemos a
(De London Mail. —Londres.) usted. Con nosotros no hay burla posible. GRÁFICAS REUNIDAS, S. A. — MADRID
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