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hacer preguntas para el aprendizaje

learninglegendario.com/socrates-y-la-mayeutica

28 de octubre de 2018

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Hoy quiero hablarte de una herramienta para facilitar el aprendizaje muy especial, el
santo grial de la facilitación del aprendizaje.

A muchos nos gusta la novedad, probar en nuestras formaciones la última


herramienta que haya salido para conseguir que los participantes
interactúen más y aprendan mejor. Y aunque es bueno conocer esas novedades
existe el riesgo de que nos perdamos en la jungla de los Kahoots o cualquier otra
aplicación de moda.

Y sucede muchas veces que la herramienta más potente, a pesar de tenerla delante de
nuestras narices y estar siempre disponible, pasa inadvertida entre tanto ruido,
distracciones y nuevas tendencias formativas.

Vamos Juanda, dime ¿cuál es ese arma de aprendizaje masivo?


Redoble de tambor… trrrrrrr…¡La pregunta!

¡Sí! La pregunta es sin duda la que considero una de las herramientas más
eficaces para facilitar el aprendizaje. Y hasta que inventen esa pastilla que te tomes
y automáticamente aprendas kung-fu, creo que la pregunta seguirá siendo con mucha
diferencia la herramienta número uno en cualquier buena formación.

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Pero, ya sabes que “un gran poder implica una gran responsabilidad”. Y esa
responsabilidad pasa por aprender a hacer buenas preguntas. ¿Y cómo podemos
aprender a hacer y usar buenas preguntas? Pues siguiendo a un buen maestro.

Sócrates, el p*to amo de las preguntas.


Resulta que hace unos dos mil cuatrocientos años, paseaba por Atenas, un tipo bajito y
con barba llamado Sócrates. Y resulta que este tal Sócrates empezó a ser conocido por las
preguntas que hacía y como incomodaba con ellas a los hombres sabios del mercado. Tal
es así, que un grupo de jóvenes quedaron fascinados por esta habilidad para cuestionarlo
todo y empezaron a seguirle y llamarle maestro. Y claro, esto no gustaba nada a los
sofistas, que eran otros tipos que habían estudiado mucho y se habían currado clases muy
elaboradas con las que daban a conocer la sabiduría a quienes iban a escucharles.

Aunque todavía no se había inventado el marketing como tal, Sócrates sabía que
necesitaba un nombre para describir su método socrático. Pensando y pensando, se
acordó de su madre, que trabajaba ayudando a las parturientas a dar a luz a sus bebés. Y
pensó en el término “mayéutica” (en griego «experto en partos»). Así, la mayéutica se
convirtió en el método por el cual, el maestro, a través de preguntas, es capaz
de facilitar el aprendizaje de sus alumnos, ayudándoles a dar a luz las ideas y
los conocimientos que hay en ellos.

En este fragmento de la película Sócrates de Roberto Rossellini (1970) puedes ver al


maestro en plena acción (se nota que esta gente disponía de bastante tiempo libre).

Watch Video At: https://youtu.be/DHgyVyj1G7I

El método socrático en formación.

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Las preguntas tienen un gran poder. Permiten cuestionar las ideas
preconcebidas (principios, creencias,
asunciones) y eso hace posible el
aprendizaje. Ese toque de incomodidad, activa
la mente de los participantes y que tengan que
mover muchos mecanismos en su cerebro para
dar con la respuesta.

Cuando hablamos de formación, en cualquier


grupo de participantes siempre podemos
encontrar cierta homogeneidad. Seguro que
muchos de los asistentes coincidirán en
alguno o varios de estos aspectos:

Objetivos comunes: qué es lo que


buscan.
Problemas comunes: a qué retos se enfrentan, qué barreras encuentran para
alcanzar esos objetivos.
Datos comunes: a qué información tienen acceso.
Interpretación común de la información: cómo juzgan los datos que tienen.
Ideas comunes: qué conceptos utilizan para organizar la información.
Un punto de vista común: más allá de la información que tienen, cómo ven
algunos aspectos.

Ya sean alumnos de una clase o directivos de una multinacional, siempre hay uno o varios
de estos elementos que se comparten.

Por ejemplo en mi caso, cuando facilito una formación a vendedores, aunque todos ellos
vengan de distintos países y cada uno tenga sus clientes y sus retos particulares, existe
esta homogeneidad. Todos ellos tienen objetivos de venta para los mismos productos y
servicios. Los problemas a los que se enfrentan son similares (barreras económicas,
legales, etc.). Trabajan con los mismos tipos de datos (histórico de ventas, precio medio
del producto, margen, etc.). Interpretan estos datos de forma parecida (tendencias del
mercado, erosión de precios, etc.). Utilizan herramientas y conceptos para organizar esos
datos (cuenta de resultados, cuenta de explotación, AOP, forecast, etc.). Y todos
comparten un punto de vista común (la misión de la compañía, el posicionamiento de los
productos, quienes son los competidores, etc.).

A la hora de realizar nuestras preguntas socráticas podemos indagar en


cualquiera de estas áreas comunes.

Aquí te tienes un video de Fernando Pena del Instituto Europeo de Formación explicándo
de forma muy sencilla qué es la mayéutica y cómo lo utiliza en una de sus sesiones de
formación.

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Watch Video At: https://youtu.be/s7Mj0jrvKPI

Las preguntas de Sócrates.


Aunque Sócrates nunca escribió nada,
algunos de aquellos jóvenes que le seguían a
todas partes, tras su muerte, recogieron en
varios escritos las historias y
conversaciones de su maestro. Y a partir de
estos escritos, se ha podido entender qué
tipos de preguntas utilizaba Sócrates al usar
la mayéutica.

En primer lugar, hacía preguntas


abiertas. Es decir, no buscaba un «sí» o
un «no». Tampoco preguntaba
condicionando la respuesta. Vamos,
todo lo contrario a lo que hacía mi madre
conmigo cuando era pequeño: «Juan
Daniel, ¿crees que puedes irte a jugar sin
haber ordenado tu habitación?» o «Juan Daniel, ¿crees que puedes ponerte a comer sin
haberte lavado las manos?».

En segundo lugar, las preguntas de Sócrates eran claras, breves, concisas y


directas. Y por supuesto se adaptaban al entendimiento y características de la
persona con la que hablaba (edad, sexo, profesión, estatus, etc.).

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Han sido muchos los que vieron la potencia de la mayéutica como herramienta para
argumentar y rebatir. Tal es así, que el método socrático es estudiado en la actualidad por
políticos y abogados en escuelas de todo el mundo (si bien su objetivo no suele ser la
búsqueda de la verdad).

Los 6 tipos de preguntas socráticas.


El Dr. Richard Paul, director de la fundación del pensamiento crítico
(CriticalThinking.org) ha estudiado durante años la vida de Sócrates, el método socrático
y las bases del pensamiento crítico. Así, elaboró una clasificación de las preguntas
socráticas en seis tipos que incluyo a continuación. Quizá te sea más fácil pensar en
una afirmación sobre algún tema que te interese y leer las preguntas a continuación
sustituyendo los “…” por dicha afirmación (por ejemplo, “levantarse a las cinco de la
mañana es más saludable”).

Preguntas de aclaración, tipo «cuéntame más»:

¿Qué quieres decir con …?


¿Podrías explicar … de otra forma?
¿Cuál crees que es el aspecto más importante de …?
¿Por qué dices que …?
¿Cómo se relaciona esto con lo que hablábamos sobre …?
¿Podrías poner un ejemplo de …?
¿Qué sabemos sobre …?

Preguntas para razonar y argumentar:

¿Por qué ocurre …?


¿Cómo sabes que …?
¿Podrías enseñarme …?
¿Podrías poner un ejemplo de …?
¿Por qué crees que … es verdad?
¿Qué otra información necesitaríamos para saber si … es cierto?
¿Qué te lleva a pensar que …?
¿Hay alguna razón para dudar de …?
¿Cómo podríamos saber si … es cierto?

Preguntas sobre asunciones:

¿Cómo llegaste a asumir que …?


¿Qué más cosas podemos asumir sobre …?
¿Estás asumiendo que …?
¿Por qué alguien asumiría que …?
¿Es correcto si digo que asumes que …?

Preguntas sobre causas y consecuencias:

¿Qué pasaría si…?

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¿Cuáles serían las consecuencias de … si asumimos que …?
¿Cómo influiria … en …?
¿Qué implica que …?
¿Qué más pasaría si fuera verdad que …?

Preguntas sobre el origen de las ideas:

¿Es tuya la idea sobre … o la has oído en algún sitio?


¿De dónde viene esa idea …?
¿Siempre has pensado igual sobre …?
¿Crees que tu opinión sobre … está influenciada por algo o alguien?
¿Qué te hace pensar así sobre …?

Preguntas sobre perspectivas y puntos de vista:

¿De qué otra forma podríamos ver …?


¿Qué otro punto de vista podríamos tomar sobre …?
¿Sería razonable ver esto como…?
¿Cómo respondería (otro grupo) a la afirmación sobre…?
¿Qué objeciones a … haría (otro grupo)?
¿Qué diría sobre … alguien que pensara (otra forma de pensar)?

Podemos añadir una séptima categoría de preguntas que son las cuestiones sobre las
propias preguntas realizadas. Estas preguntas también son útiles para ayudar a hacer
pensar a los participantes.

Preguntas sobre las propias preguntas:

¿Por qué crees que preguntaba …?


¿Cuál era el objetivo de preguntar …?
¿Qué significa …?
¿Por qué es importante esta pregunta?
¿Es una pregunta fácil o difícil de responder? ¿Por qué?
¿Qué podemos asumir basándonos en esta pregunta?
¿A que otro tema importante nos lleva esta pregunta?

Beneficios de las preguntas socráticas


Hay quien decía que tenemos dos oídos pero solo una boca, para escuchar el doble de lo
que hablamos. Y es una buena idea para recordar la importancia de hacer preguntas,
callar y escuchar atentamente.

En formación especialmente, la mayéutica presenta muchos beneficios:

Permite que los participantes tengan un papel activo en su aprendizaje y sean


conscientes del conocimiento que hay en ellos.
Despierta el interés y la curiosidad de los participantes, manteniendo la
atención del grupo.

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Facilita el debate y la discusión.
Las preguntas, especialmente si son
provocadoras, pueden hacer
reaccionar hasta el alumno más
dormido.
Permite a los participantes seguir un
camino de razonamiento. Las
preguntas son como migas de pan que
el participante puede seguir para
llegar a sus propios conocimientos.
Sirve para verificar el grado
entendimiento de los
participantes sobre los temas que se
están tratando en la formación y
ajustar el ritmo si fuera necesario.
Te ayuda a reducir el número de transparencias que necesitas para una
presentación. Cuando los alumnos participan ya no necesitas tener 500
powerpoints preparados para rellenar todo el tiempo.

Algunas recomendaciones más.


Aquí tienes algunas recomendaciones a la
hora de utilizar preguntas en tus cursos y
sesiones de formación:

Planifica hacia donde quieres


llevar el diálogo y qué temas
quieres tratar. Esto te permitirá
enfocar correctamente las nuevas
preguntas.
Pregunta de forma calmada y sin
atropellar. Solo una pregunta cada
vez.
Deja tiempo suficiente a los
participantes para pensar. Cada uno
tiene su ritmo. 30 segundos es un
tiempo aceptable.
Si hay participantes muy activos y otros más callados, da oportunidad a todo el
mundo a responder. Pregunta a todos para que todo el mundo pueda participar.
No siempre hace falta preguntar y responder hablando. También puedes hacer
preguntas para que los participantes respondan escribiendo en notas
adhesivas. Así darás oportunidad a todos de reflexionar y participar.
Ayúdate del rotafolios para ir anotando palabras o puntos clave que se
vayan comentando. En este artículo tienes algunos consejos sobre cómo usarlo de
forma efectiva.

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Si surgen temas inesperados pero relevantes para los participantes, apúntalos
en una hoja a parte (parking lot) para retomarlos en otro momento o en el futuro.
Recuerda la importancia de utilizar los nombres propios para mantener
la atención y conexión con los participantes a la hora de hacer tus preguntas.

Para terminar.
Si utilizas preguntas en tus cursos y talleres de formación no dudes en
compartir cómo lo haces. Cualquier consejo es bienvenido. Y si quieres aprender más
sobre el uso del método socrático y de la mayéutica puedes te recomiendo que eches
un vistazo al libro gratuito «El Arte de Formular Preguntas Esenciales» que
puedes encontrar en la sección de recursos en español de CriticalThinking.org.

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