Artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
El artículo 3 de la Constitución Mexicana reconoce el derecho de todas las
personas a recibir educación. Establece que la educación debe ser laica, gratuita, obligatoria, integral, inclusiva, equitativa y de calidad.
La educación laica significa que debe ser independiente de cualquier doctrina
religiosa y promover el respeto a la diversidad de creencias. La gratuidad implica que el Estado debe garantizar la educación sin que represente un costo directo para las personas. La obligatoriedad señala que la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) es obligatoria y que el Estado debe asegurar su acceso y permanencia.
La educación integral busca el desarrollo armónico de todas las facultades de la
persona, incluyendo aspectos físicos, emocionales, intelectuales, sociales y éticos. La educación inclusiva garantiza el acceso y la participación de todas las personas, sin discriminación, brindando los apoyos necesarios para asegurar su pleno desarrollo. La equidad se refiere a garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para acceder y beneficiarse de la educación.
El artículo 3 también establece que el Estado debe impartir una educación de
calidad, para lo cual se promoverá la actualización y capacitación de los maestros, así como la creación de planes y programas educativos acordes a los avances científicos y tecnológicos. Además, se establece la autonomía de las universidades y la libre investigación.
El artículo 3 de la Constitución Mexicana establece los principios y derechos
fundamentales en materia de educación en México, garantizando una educación laica, gratuita, obligatoria, integral, inclusiva, equitativa y de calidad para todos los ciudadanos. JESÚS DAVID TREVIÑO GANDARILLA - 2130059
Artículo 3 de la ONU
El artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que
"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". Este artículo afirma que todas las personas tienen el derecho fundamental a vivir y a estar protegidas de cualquier acto que amenace su vida.
El derecho a la vida es considerado uno de los derechos humanos más
fundamentales y es reconocido en numerosos instrumentos internacionales de derechos humanos. Implica que ninguna persona puede ser privada arbitrariamente de su vida, y establece la obligación de los Estados de proteger la vida de las personas bajo su jurisdicción.
Este derecho abarca aspectos como la protección frente a la violencia, el
homicidio, la tortura, la pena de muerte y otros actos que atenten contra la vida de las personas. Además, el artículo 3 reconoce también el derecho a la libertad y a la seguridad personal, lo cual implica que las personas deben estar protegidas de la detención o prisión arbitraria y deben gozar de seguridad frente a amenazas o violencia.