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La sociedad y el ser humano son consecuencia del lenguaje

Por: Leonardo David Soto Mejía

Introducción
El ser humano ha experimentado el mundo natural desde su llegada, así como ha
generado registro de su experiencia en el a través de su comportamiento, sin embargo, se
veía limitado y aislado con el resto de su especie debido a una barrera de comunicación. El
presente ensayo pretende entender el lenguaje como un sistema de signos que es capaz de
generar sociedades, generando identidad, sentido de partencia, cultura y orden en dichas
sociedades. A pesar de que el lenguaje no es un aspecto innato en el ser humano, lo cierto
es que es consecuencia de una necesidad al convertirse en un ser sedentario. Por más
precario que parezca el lenguaje en un principio fue el que permitió el desarrollo del
hombre en el mundo natural, pues es a partir de este que las sociedades fueron capaces de
generar una perspectiva propia de la realidad y un entendimiento del mundo.

No había manera en la que el ser humano pudiera compartir sus ideas o experiencias
con el resto, pues naturalmente su interacción se veía reducida a un par de sonidos guturales
que lograban representar algunas de sus experiencias con el entorno, experiencias comunes
y afines del humano como especie, el dolor, el temor, la sorpresa, la ira, entre otras
sensaciones naturales e innatas de todo ser vivo. Sin embargo, a lo largo de este ensayo se
tratará al lenguaje como el único medio capaz de construir al “hombre en sociedad”.

I. Definiendo el lenguaje y el habla: Sapir y Saussure


El lenguaje es un sistema que permite al ser humano, quien es el único animal capaz
de poseer dicho sistema, compartir sus ideas, emociones e inquietudes ante sus semejantes,
considerando su propia existencia social en función del entendimiento con el otro. En este
sentido Sapir considera al lenguaje como una herramienta no natural que el ser humano
desarrolló por propia voluntad y necesidad. “El lenguaje es un método exclusivamente
humano, y no instintivo, de comunicar ideas, emociones y deseos por medio de un
sistema de símbolos producidos de manera deliberada. Estos símbolos son ante todo
auditivos y son producidos por los llamados "órganos del habla" (E. Sapir, 1921: 17).
De este modo, entendemos al lenguaje desde su complejidad social, pues es a través de este
sistema que el ser humano es capaz de comunicar sus ideas, generando convencionalismos
y categorías aceptadas por la misma comunidad que refuerza el entendimiento entre ella.
“Los elementos del lenguaje, los símbolos rotuladores de nuestras experiencias tienen
que asociarse, pues, con grupos enteros, con clases bien definidas de experiencia, y no
propiamente con las experiencias aisladas en sí mismas” (E. Sapir, 1921: 22).
Saussure separa la lengua del lenguaje, otorgándole un carácter pragmático a la
lengua, pues es está la que permite que el lenguaje adopte el carácter social, es el medio por
el cual el ser humano es capaz de comunicar y entender a sus semejantes inmediatos. “La
lengua... es a la vez un producto social de la facultad de lenguaje y un conjunto de
convenciones necesarias, adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esta
facultad en los individuos” (F. Saussure, 1916: 35). Por otro lado, este autor presenta el
habla con un carácter individual, pues se trata de una apropiación de la lengua, es decir,
cuando el hablante es capaz de poner en práctica, a partir de su propia experiencia, su
versión de la lengua. Expresando cada una de sus ideas con sus semejantes desde una visión
y entendimiento propio de su lengua; la que, por cierto, según Saussure es enteramente
exclusiva de su sociedad, entendida esta como una masa de personas que radican en un
territorio delimitado, que a partir de un acuerdo implícito de comunicación construyen su
lengua a partir de su experiencia y convivencia en dicho territorio.
El lenguaje es anterior aun a las manifestaciones más rudimentarias de la
cultura material, en realidad estas manifestaciones no se hicieron posibles,
hablando estrictamente, sino cuando lenguaje, Instrumento de la expresión y la
significación, hubo tomado alguna forma. (E. Sapir, 1921: 36).
Ambos autores conciben el lenguaje como un método comunicativo exclusivo del
ser humano, que dentro de su complejidad se desprende la lengua y el habla, características
propias del lenguaje con un propósito pragmático único por sí mismas. Entendiendo que la
primera es la percepción y experiencia con la realidad y organización social de cada
comunidad, definida a partir de las condiciones naturales del territorio geográfico en el que
están asentadas, y esta se ve respaldada por categorías y convencionalidades de cada idea,
experiencia o sentimiento experimentado por la comunidad, que permite el entendimiento
entre ellos; mientras que la segunda se trata de una apropiación y uso de la primera (la
lengua) en la que cada individuo dispone de ella y sus convencionalidades para expresar sus
ideas ante su comunidad, respetando siempre las bases fundamentales de ella como los
signos lingüísticos, que su entendimiento y uso de la misma se vera limitada por sus
experiencias con el mundo social y natural.

II. El lenguaje como generador de sociedades


Desde considerar al lenguaje como un elemento exclusivo de la especie humana se
puede entender a este como el responsable de la construcción de la sociedad, pues sin
importar la lengua y los dialectos característicos de cada comunidad, el concepto de
sociedad solo es posible gracias al entendimiento y el propio reflejo con el otro, y para que
este entendimiento sea posible o siquiera exista es necesario (incluso en su forma más
rudimentaria) el lenguaje.
“La palabra es para manifestar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y
lo injusto. Y esto es lo propio del hombre frente a los demás animales: poseer, él sólo, el
sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, y de los demás valores, y la
participación comunitaria de estas cosas constituye la casa y la ciudad” (Aristóteles,
1988) Toda construcción social, jerarquización y organización a nivel micro o macro, según
Aristóteles es consecuencia de la existencia de la palabra, pues es a partir de esta
herramienta que el hombre es capaz de nombrar a las cosas, a sus acciones y a sus
emociones, categorizar y nombrar otorga sentido, así como permite la construcción de
valores en sociedad. Se podría relacionar intrínsecamente a la palabra con el lenguaje y la
lengua, siendo la palabra el orden de los signos capaz de representar ideas.
El lenguaje no es estático por la misma naturaleza evolutiva del ser humano, en su
constante afán de transformar su realidad a partir de su contexto socio histórico, este
materializa sus ideas a partir del lenguaje, siendo la base del conocimiento. La sociedad
cobra sentido de identidad, pertenencia o definición propia según el entendimiento de su
lenguaje y lengua, creando a partir de estos elementos todo un sistema de creencias y
acuerdos de comportamiento definidos por la propia comunidad, incluso si se trata de
comunidades que radican en un mismo espacio territorial. “Los dialectos surgen ante todo
en grupos sociales claramente circunscritos Lo bastante homogéneos para dar origen
aquellas reacciones y aspiraciones comunes que son necesarios para crear una norma”
(E. Sapir, 1921: 196). Sapir considera a los dialectos como una interpretación de la lengua
de un territorio, haciendo referencia que las comunidades, una vez establecidas y siendo
capaces de entender las categorías universales que rigen y permiten el entendimiento entre
ellas y sus semejantes, son las propias comunidades las que transforman su lengua
dotándola de identidad y usos propios desde la individualidad de cada comunidad, incluso
de un mismo territorio.
El lenguaje es el principio de todo, es el que diferencia al hombre de todas las
demás especies en el mundo, es lo que le permite desarrollar su potencial como ser social y
político; el ser humano es el único animal capaz de adquirir conocimiento y cambiar de
manera constante su percepción de la realidad en función a sus necesidades según la época
y contexto en el que se encuentre. El lenguaje permite llevar un registro del paso del
hombre por el mundo, registro que sirve como antecedente y permite la evolución en la
interacción de las sociedades.

"NOMBRAR Y SIGNIFICAR LAS COSAS NO ES NATURAL PARA EL SER


HUMANO COMO SER VIVO, PERO SI ES NECESARIO PARA EL MISMO COMO
UN SER SOCIAL"

III. Conclusiones

Desde el simple hecho de que sin el lenguaje ni siquiera podría ser posible la
materialización de este ensayo, es que se puede caer en cuenta de la importancia del mismo
para la raza humana. El lenguaje otorgo al ser humano la posibilidad de organizar y
externar sus ideas, así como el entendimiento entre semejantes, entendimiento que trajo
como consecuencia la sociedad. Considero que el lenguaje permite la construcción de
nuestra realidad, el nombramiento de las cosas en términos colectivos es la razón por la
cual la raza humana sigue evolucionando y ha evitado su extinción en tanto tiempo. Lo
único que evita que el ser humano sucumba ante sus instintos, es el lenguaje, es este el que
permite una de las necesidades básicas del ser humano, pertenecer, de la misma forma el
lenguaje le permite posicionarse como el único ser racional capaz de distinguir el bien y el
mal a través de la ética y la moral, permite regular el
“Los límites de mi
comportamiento interno y social. El lenguaje no solo es
lenguaje, significan los
comunicación, es identidad, es cultura, es pertenencia, es
límites de mi mundo”
(Wittgenestein, 1921)
conocimiento y, sobre todo, es el que permite la relación entre el ser y la naturaleza tal y
como la conocemos.

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