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Buenos Dias ,honorables miembros de la mesa directiva,naciones hermanas y observadores.

Hoy me encuentro aquí realizando una labor altruista y por la paz. Esa paz que le ha sido
quitada a los ciudadanos del los estados islamicos , al mundo cristiano y a las minorías
étnicas, por un grupo de personas que pretenden ser guiados por Alá. Ese grupo de
extremistas se hace llamar ISIS.
Este grupo con sus acciones criminales ha desatado una cacería contra quienes no
comulgan con sus ideales, creando una tiranía contra esos pueblos a los cuales pretenden
imponer la religión musulmana, acudiendo a las más crueles formas de violencia que
hayamos podido ver en escenario alguno, produciendo con frecuencia ejecuciones masivas
de ciudadanos y soldados del gobierno, y secuestrando niños para convertirlos en
combatientes de su causa. Con frecuencia podemos ver como se imponen castigos donde
las personas son apedreadas y decapitadas en espacios públicos y se observan también
como un escenario macabro, cuerpos que cuelgan de bruces y cabezas colocadas en los
picos a lo largo de las barandillas del parque aun sangrando. Todo esto trayendo como
consecuencia un drama humano espeluznante de crueldad por sus acciones, temor, perdida
de seguridad y tranquilidad que viene fomentando una migración masiva de esos
ciudadanos víctimas de abusos que ahora cruzan la frontera buscando la paz a países como
Turquía Líbano, Jordán, e intentando por todas las vías llegar a Europa en una travesía
junto a sus familias en la cual han perecido grandes grupos compuesto de familias con
niños.
Estas violaciones de derechos humanos, opresión hacia las religiones no islámicas y
profundización del fanatismo religioso debe detenerse. Y para ello no basta la intervención
de Estados Unidos de América o de Rusia. Debemos buscar acciones conjuntas como
colectividad del mundo que ama la paz, la pluralidad de ideas y religiones, y la protección
de familias como un modo elemental de atención a los derechos inalienables del ser
humano.
Es por todo esto que hoy vengo como ciudadana que ama la paz y busca la protección
de esos pueblos víctimas de abusos y violaciones de derechos humanos a solicitarle y
reclamarle un freno a esos crimines de lesa humanidad, y a exigirle a las Naciones
Unidas que intervenga y cumpla con uno de los principios más importante que dieron
su origen, ‘‘mantener la paz y la seguridad internacional’’ Una responsabilidad que le
ha dado fama y le obliga a través del Consejo de Seguridad de ser el primer
responsable de la paz y la seguridad del mundo y de los pueblos oprimidos.
La ONU debe tomar las iniciativas, visto y comprobado que existen esas violaciones.
Imponer sanciones e incluir el uso de la fuerza para restablecer la paz y la seguridad a esos
pueblos oprimidos, protegiendo a los civiles, y obligando al proceso de desarme,
desmovilización de esos terroristas y estableciendo un verdadero estado de derecho.
Finalmente extiendo este llamado a todos los países miembros de esta honorable Institución
a los fines de instarle a adoptar y aprobar todas las medidas posibles para detener este
genocidio y posible holocausto haciendo valer las herramientas adoptadas en la Convención
para la prevención y la sanción del delito de Genocidio. En tal sentido nuestra reiteración
de intervención a esta honorable Institución a los fines de implementar su resolución 96 (I)
de 11 de diciembre de 1946, que declaró el genocidio como un delito internacional
contrario al espíritu y a los fines de las Naciones Unidas y que el mundo civilizado
condena, por las pérdidas que este ha infringido a la humanidad en los diferentes periodos
de la historia del hombre. Y pidiendo que tal dispone esta misma convención sea
perseguido como un delito de derecho internacional que nuestra institución se comprometió
a prevenir y a sancionar, y en consecuencia sean castigados por los delitos de matanza de
miembros de grupos nacionales, étnicos, raciales o religiosos, la lesión grave a la integridad
física de dichos grupos, el sometimiento intencional de esos grupos a condiciones de
existencia que hayan de acarrear su destrucción física, las torturas y la imposición y
obligación de una migración no deseada, y estos, adjunto a los Estados que los fomenten y
les preste ayuda deben ser perseguidos y castigados por genocidio, por su asociación, por la
instigación para cometerlo, y por la complicidad en el mismo, no importando se trate de
gobernantes, funcionarios o particulares, siendo los mismos procesados por un Tribunal
competente del Estado en cuyo territorio el acto fue cometido, o ante la corte penal
internacional que sea competente respecto a aquellas de las partes contratantes que hayan
reconocido su jurisdicción, o en caso de que no formen parte de esta Institución sean
extraditadas a los fines de dar cumplimiento a esta normativa tendente a conservar la paz
entre todos los seres que conformamos el planeta.

Muchas gracias……….
Dr. José Vicente Mariñez Espinosa.

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