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“El hogar, fruto de la edificación del ámbito público”

El hogar no era simplemente un espacio interpersonal; también servía para


proporcionar sustento y seguridad. A lo largo de la antigüedad, la comida era una
de las fuentes más importantes de compañerismo y felicidad.
El componente intelectual del hogar derivaba de las muchas conversaciones que
se sostenían en él sobre temas como el amor y la muerte. Como señaló una vez
Thomas Jefferson, "Todo el conocimiento está en un lugar". Se refería a cómo el
conocimiento se origina a partir de la interacción entre mentes, especialmente a
través de conversaciones entre miembros de la familia o con vecinos a la hora de
comer.
El aporte de la casa a la guerra de independencia de México derivó del fermento
intelectual generado por intenso debate sobre el patriotismo entre sus residentes.
A lo largo de 1810 y 1811, justo antes de la declaración de independencia de
México, hubo un acalorado debate dentro de la cámara sobre si la independencia
de México debería ser laica o católica. Este debate fue crítico ya que el laicismo
finalmente ganó al catolicismo como la religión nacional de México. Para aquellos
que lucharon por la independencia, sin embargo, no había duda de que estaban
luchando en nombre de su patria, su país, en oposición a cualquier filosofía
política en particular. Por eso cariñosamente se referían a su país como su casa.
La influencia intelectual que exhibieron los intelectuales en México a finales del
siglo XVIII derivó de su presencia dentro de la propia sociedad mexicana durante
la Ilustración de este período. La ilustración, que se originó en Europa durante el
siglo XVIII, fue un período caracterizado por el pensamiento crítico y la ciencia
basada en la adquisición de hipótesis a través de la experimentación empírica.
Como resultado, los pensadores ilustrados se centraron en temas como la teoría
del contrato social y la ley de derechos humanos en sus intentos por establecer
líneas de base para el desarrollo moral de los ciudadanos. Como resultado, los
intelectuales no solo participaron activamente en la vida pública, sino que también
desempeñaron un papel fundamental en la formación de la opinión pública hacia
fines mejores.
El hogar es un espacio cultural complejo que abarca las relaciones
interpersonales, así como el sustento y la seguridad, ambos intelectual y físico. El
hogar transmite ideas como el amor y la muerte a través de las tradiciones
gastronómicas y la conversación. Es donde nace el patriotismo a través de la
interacción social entre familiares y vecinos en las comidas o en tiempos de
guerra. Porque es donde se conciben, construyen o transmiten las ideas entre
mentes unidas por un solo país -México- en una gran esfera pública.

“El hogar, fruto de la edificación del ámbito público”, en Carlos Aguirre, Marcela Dávalos y María Amparo Ros (eds.), Los
espacios públicos de la ciudad. Siglos XVIII y XIX. México, Casa Juan Pablos
– Instituto de Cultura de la Ciudad de México, pp. 165-200.

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