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El cuento es un relato corto, con pocos personajes y con una única trama que

puede estar basada en hechos reales o ficticios. Por ejemplo: La continuidad de


los parques (Julio Cortázar), El corazón delator (Edgar Allan Poe) y Las aventuras
de Pinocho (Carlo Collodi).

Estas narraciones tienen un argumento relativamente sencillo, en el que los


personajes participan de un único conflicto central. Los espacios también son
acotados: los hechos, por lo general, transcurren en uno o dos lugares.

 Ver además: Diferencias entre cuento y novela

Partes del cuento


Como todo texto narrativo, el cuento se estructura en tres partes:

 Introducción. Es el comienzo del relato, en el que se presentan los personajes y


sus objetivos, además de la “normalidad” propia de la historia, que se alterará en
el nudo.
 Nudo. Se presenta el conflicto que altera la normalidad inicial y se producen los
hechos más importantes. Se trata del problema al que deben enfrentarse los
personajes.
 Desenlace. Se produce el clímax y la resolución del conflicto que se presentó en
el nudo.

 Más en: Introducción, nudo y desenlace

Tipos de cuentos
De acuerdo con sus características formales y su temática, los cuentos pueden
clasificarse en diversos subgéneros, entre los que se encuentran:

 Cuentos maravillosos. Los personajes que participan de la trama tienen


cualidades fantásticas, como hadas, brujas, duendes, gnomos, elfos, etc.
Predomina la magia y los sucesos sobrenaturales, y suelen estar ambientados
en un mundo fantástico que el lector acepta sin cuestionarlo. Por lo general,
están destinados a los niños. Por ejemplo: Caperucita roja, Pinocho, La
sirenita.
 Cuentos fantásticos. En estas historias se narran acciones comunes y
cotidianas que, de repente, son interrumpidas por un elemento inexplicable que
rompe con las leyes de la naturaleza. En ellos, lo fantástico es percibido como
natural por los personajes. Por lo general, suelen tener un final que deja en
una situación de ambigüedad al lector. Por ejemplo: Casa tomada, El Aleph.
 Cuentos realistas. Se valen de elementos de la vida real, por lo que sus
historias resultan creíbles, posibles en el mundo de los lectores (lo que no
significa que sean verdaderas). No se incluyen eventos mágicos ni fantásticos,
así como tampoco personajes que puedan salirse de la realidad (como brujas,
hadas o fantasmas). Su ubicación temporal y espacial también suelen ser
verosímiles. Por ejemplo: Conejo, El matadero.
 Cuentos de terror. Su intención es generar miedo o inquietud en los lectores,
y esto se logra creando una cierta atmósfera o narrando una historia que
provoque espanto. Algunas de las temáticas que se encuentran en este tipo de
cuentos son crímenes horrorosos, fantasmas o casas malditas. Muchos
cuentos realistas o fantásticos también pueden ser de terror. Por ejemplo: El
gato negro, El guardavías.
 Cuentos de ciencia ficción. Se desarrollan en un futuro cercano o distante,
en los que la ciencia y la tecnología son diferentes a las que conoce el lector
(más desarrolladas) y permiten la indagación de situaciones utópicas o
distópicas. Las temáticas suelen incluir robots, exploraciones espaciales, viajes
en el tiempo, vida extraterrestre, apocalipsis, entre otras. Por ejemplo: El
cohete, No tengo boca y debo gritar.
 Cuentos policiales. Las historias giran alrededor de un crimen y de la
investigación que se desarrolla para hallar al responsable. La narración se
concentra en contar los procedimientos a partir de los cuales el detective logra
encontrar al culpable y entender el móvil del crimen. Por lo general, hay varios
sospechosos, pero el criminal suele ser un personaje inesperado para el lector.
Existen dos tipos de cuentos policiales:
 Policiales clásicos. Un detective es el encargado de dilucidar el misterio
que, en un primer momento, parece imposible de resolver. Para ello, se
valen del pensamiento racional y de la observación de los detalles, que
funcionan como evidencia. Por ejemplo: La carta robada.
 Policiales negros. Los personajes son más complejos que en los policiales
clásicos y la distinción entre héroes y villanos no es tan clara, puesto que
suelen desarrollarse en una sociedad en decadencia, en la que quedan
expuestas las peores miserias de las personas. Por ejemplo: Sombra en la
noche.

Por otro lado, según su autoría y su transmisión, se pueden distinguir dos tipos de
cuentos:

 Cuentos populares. Son narraciones anónimas que se transmiten de


generación en generación de forma oral (aunque en algunos casos pasan a ser
escritos), y pueden tener más de una versión. Por ejemplo: Los tres cerditos.
 Cuentos de autor. Son narraciones que están atribuidas a un autor, que
generalmente se transmiten de forma escrita, y que tienen una sola versión.
Por ejemplo: La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges.

 Sigue en: Tipos de cuentos

Elementos del cuento


En la mayoría de los cuentos, se pueden distinguir los siguientes elementos:
 Narrador. Es quien cuenta la historia, y puede ser parte de ella o no, dependiendo
de si es testigo, protagonista u omnisciente. Así, puede referir los hechos desde
una posición más objetiva o subjetiva.
 Personajes. Son los que llevan adelante la trama. Por lo general, hay un
protagonista, y también puede haber personajes secundarios que lo acompañan
en su recorrido, aunque en el caso de los cuentos la cantidad suele ser acotada.
Además, en muchos relatos hay un antagonista, es decir, un personaje cuyos
intereses se oponen a los del protagonista.
 Tiempo y lugar determinados. El tiempo del relato puede ser presente, pasado o
futuro, y la historia puede abarcar minutos, meses, años o siglos. A su vez, los
lugares en los cuentos suelen ser acotados, y según su importancia pueden estar
más o menos descriptos en la narración.
 Trama. Es la sumatoria de situaciones y acontecimientos a los que se enfrentan
los personales, organizados de manera tal que se sucedan con una cierta lógica,
ya sea de un modo lineal en el tiempo o no.

Ejemplos de cuentos clásicos


1. Blancanieves

Cuenta la leyenda que, al final de un invierno en que la nieve lo había cubierto casi
todo, una reina bondadosa pero solitaria descubrió en su jardín una rosa roja.
Preguntándose cómo la flor podía haber aguantado semejante frío, la quiso
agarrar con las manos y una espina le perforó la piel e hizo que se derramaran
tres gotas de sangre sobre la nieve.

Conmovida por la belleza de los colores, la reina deseó con todas sus fuerzas
tener una hija que fuera tan roja como la sangre, tan blanca como la nieve y tan
negra como el marco de las ventanas que daban al jardín. Algún hada bondadosa
escuchó su ruego y decidió cumplir ese deseo, por lo que la reina se descubrió
embarazada cuando llegó la primavera. Fue así que nació Blancanieves: una niña
de cabellos negros como el ébano, piel blanca como la nieve y labios rojos como
la sangre derramada por su madre.

Pero el parto fue complicado y la reina bondadosa murió al dar a luz, de modo que
Blancanieves fue huérfana desde el principio. Su padre, el rey, tomó una nueva
esposa, que resultó ser una mujer hermosa pero distante, altiva y en extremo
vanidosa. Tanto así, que todos los días, después de acicalarse, se acercaba a un
espejo mágico que poseía y le preguntaba: “Espejo, espejo mágico, dime una
cosa: ¿Quién en este reino es la mujer más hermosa?”, a lo que el espejo,
cumpliendo sus órdenes, le respondía: “Usted, majestad, y ninguna otra, es de
este reino la mujer más hermosa”.

 Ver texto completo en: Cuento de Blancanieves


2. Ricitos de oro

Érase una vez, en un bosque lejano y apacible, una casa en la que vivía una
familia de osos de distinto tamaño: papá oso era el más grande, mamá osa era
mediana y el osito era el más pequeño de los tres. Cada uno tenía en su casa una
cama adecuada para su tamaño, así como un plato adecuado para su tamaño y
una silla también, para sentarse a la mesa, adecuada para el tamaño de cada uno.

Una mañana, luego de levantarse, mamá osa hizo un delicioso desayuno que
sirvió en los tres platos y llamó a su familia a la mesa. Pero en cuanto estuvieron
sentados, se dieron cuenta de que la comida estaba demasiado caliente, ¡se
quemarían los hocicos si trataban de comerla!

—Es mejor que la dejemos enfriar —anunció papá oso.

—¿Y si damos un paseo mientras tanto? —dijo mamá osa.

—¡Un paseo, sí! —exclamó enseguida el osito.

Y sin mediar otra palabra, los osos dejaron su desayuno en la mesa y salieron a
dar una vuelta por el bosque. Mientras la familia paseaba, una niña tropezó con su
casa: una niña de cabellos tan amarillos que era conocida como “Ricitos de oro”.

 Ver texto completo en: Cuento de Ricitos de oro

3. Pinocho

Hace mucho tiempo, en un pueblo de Italia, vivía un viejo carpintero llamado


Gepetto, quien se dedicaba a fabricar juguetes para todos los niños del pueblo, ya
que no tenía familia ni nietos propios.

Gepetto era generoso y compartía con los niños la alegría, pero a veces se sentía
solitario y desdichado, por lo que un día reunió un sobrante de madera y decidió
crear una simpática marioneta para entretenerse. La obra le salió tan bien y
parecía ser tan real, que el viejo carpintero bautizó al muñeco como Pinocho,
mientras suspiraba largamente, deseando que pudiera convertirse en un niño de
verdad.

Una noche sus deseos se cumplieron. Un hada, que a menudo lo visitaba en


secreto para disfrutar de las risas que otorgaba a los niños del pueblo, consideró
que el anciano merecía una alegría y, alzando su varita mágica, le infundió vida
propia al muñeco de madera. Fue así que Pinocho cobró vida y fue al encuentro
de Gepetto.
 Ver texto completo en: Cuento de Pinocho

Fuente: https://www.ejemplos.co/cuentos/#ixzz8Dn7bTOgS

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