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Respetable Logia Perfección Nº 113

Tenida de Primer Grado

Valle de Los Ángeles

“Homenaje a la Patria”

Elaborada por:

Gastón Contreras P. (G3º)

Valle de Los Ángeles, Septiembre 10 de 2019


A∴L∴G∴D∴G∴A∴D∴U∴

Introducción

Me ha correspondido en esta oportunidad el grato honor de rendir un formal


homenaje lleno de emoción y sentimientos a nuestra querida Patria.

Sus grandes próceres y en especial aquellos hombres ilustrados que


percibieron el impulso de libertad con sueños de independencia de nuestra
angosta y larga faja de tierra.

Un sentimiento indiscutible, muy difícil de profundizar, que nos circunda


nuestro espíritu desde nuestro nacimiento hasta nuestra expiración, un
sentimiento llamado Patria.

Tierra fecunda en que nacemos o que acogemos, junto a su pueblo, sus leyes y
gobiernos, con una variedad de costumbres en esta larga faja de tierra donde
su gente influenciados por sus ancestros originarios enriquecen culturalmente
a su pueblo.

Me atrevo en esta noche aventurar que el origen de este sentimiento, se


remonta en las noches de los tiempos de los primeros pueblos gregarios, en
que la vida en familia y sociedad se hacían en torno al Padre y a un recinto de
cobijo: el hogar, la casa, presidida por el fuego sagrado que nunca debía
apagarse.

El hombre de entonces estaba ligado a un lugar por un sentimiento religioso,


cuyo vehículo eran sus dioses. Con el correr del tiempo, se hace extensiva la
idea de patria a la aldea, a la región, al país, y en un plano religioso se
amalgama, en una sutil proyección simbiótica, el Padre con la tierra y el sol. Y
parece con esta extensión del devenir del tiempo, se va paulatinamente
extinguiendo el espíritu ancestral de pertenencia, que a través del fuego del
hogar permitía conectar al ser humano con la tierra y su cultura. Quedan luces
de este pasado y las encontramos en la soledad del sur, el
pueblo mapuche es un ejemplo nuestro, propio, y muy cercano.

Nuestra historia es la de un pueblo joven, pero en este espacio de tiempo han


ocurrido múltiples sucesos susceptibles de interesar a quien quiera saber de
ella.

Nuestra sociedad nace luchando contra la naturaleza agreste y contra hombres


en valles rodeados de elevadas montañas y a las orillas del más grande de los
océanos. Su posición geográfica en el extremo meridional del mundo y su
aislamiento, no han sido parte para impedir crecer en todo momento de la
historia con firmeza. El escenario histórico es relativamente pequeño, sin
duda, pero los sucesos en él ocurridos son de naturaleza colectiva y valen no
solo por la cantidad de personas que en ellos intervienen, sino más bien, por la
calidad de los sucesos mismos, por el fondo específico que entrañan.

Los chilenos conformamos un pueblo definido, de hondas raíces tanto étnicas


como de amor a nuestra tierra, virtudes que se traducen en cualquier
circunstancia en la transformación súbita de un hombre sencillo y pacifico en
un ser vibrante de coraje, de espíritu de superación y de entrega total al
sacrificio, si es necesario, para mantener su altivez, su amor a la libertad y la
justicia.

A lo largo de esta caprichosa geografía, el chileno ha forjado el temple de su


idiosincrasia, legitima herencia de los intrépidos conquistadores y los
indómitos araucanos.

Regida por estos cánones, la chilenidad se expresa en los más variados


escenarios de nuestra Patria en actitudes que son un mosaico vivo del trabajo,
de costumbres y de regocijos autóctonos, que, en este mes de tradiciones y
gloria, definen aún más su sello inconfundible. Pescador o marinero en
nuestras caletas y puertos, bronceado minero en el Norte, huaso ladino en el
agro, hábil montañés, supersticioso en las encrucijadas chilotas, arriero y
pastor en el gélido austro. Así es la chilenidad. Cambiante como las regiones
que habita, pero singular en el pensar, en el querer y en el sentir.

Ante su destino se mantiene bravía, enérgica cuando es herida su dignidad;


altiva ante las amenazas para encadenarlas; heroica para escribir en las
páginas de su historia que siempre será un nación exenta, indómita, libre y
respetada.

Chile, patria nuestra. Chile el de los rojos copihues, de los campos verdes. De
las espigas doradas, el de la majestuosa cordillera cubierta de nieve, el del mar
que tranquilo nos baña, el del norte ardiente.. el del sur escondido .., en las
lejanías heladas…el del centro fértil y romántico.

Chile patria del huaso, chile azul del tordo trovador, la lloica, el jilguero y
nuestro cóndor majestuoso. Tierra de la guitarra y de la cueca del vino y de la
chicha; tierra del tricolor y de la estrella solitaria como en su misma
esperanza.

Queridos Hermanos todo esto que tiene sabor a nuestro, este sentir que echa
raíces en nuestra alma, esto que nos envuelve por todas partes desde que
nacemos hasta que morimos se llama: Patria.

Somos eslabones de sanos espíritus y quiero esta noche decir nuestros anhelos,
anhelos que se confunde entre la tristeza y felicidad, entre la angustia y el
temor de los hombres nacidos libres.

Nuestra Independencia Llega el 12 de febrero de 1818 desconocido por la gran


mayoría de nuestros compatriotas, no así como el 18 de septiembre o el 21 de
mayo, que son fechas de celebración nacional, el 12 de febrero es una fecha
histórica para nuestro país. Además de ser el día en el cual se fundó Santiago
en el año de 1541, en el primer aniversario de la batalla de Chacabuco. El
Director Supremo de Chile, Bernardo O'Higgins, proclamó, juró y firmó el
acta de independencia. Presentándose allí además la bandera de la estrella
solitaria que flamea actualmente. Mas, hubo que esperar hasta el 5 de abril, en
la batalla de Maipú, para homologar el triunfo patriota sobre el ejército
Realista.
Claro si bien es cierto, se han creado disputas sobre la ciudad donde se firmo
el acta de Independencia, que sería en ¿Concepción o Talca?

Según documentos de la Biblioteca Nacional, "Bernardo O’Higgins


determinó, mediante un acto de inteligente perspectiva histórica, declarar la
independencia nacional un primero de enero de 1818 en la ciudad de
Concepción".

Sin embargo, el 12 de febrero de 1818, se aprobó la nueva acta


independentista, la que se habría firmado en la ciudad de Talca.

Y la independencia de Chile se proclamó en cada ciudad y pueblo a lo largo


de nuestro país.

La Francmasonería sustenta que el patriotismo es una de las virtudes que todo


masón debe reflejar en su cotidiana convivencia.

Labora para que los hombres disfruten de un linaje común, de una cristalina y
fraterna concepción de Patria.

En versada opinión del I:.H:. Luis Navarrete y López: ”La masonería ha


atravesado los siglos, ha levantado su tienda en todos los pueblos del orbe, ha
reunido en sus templos a los creyentes de todas las religiones, porque ha
sabido mantener el fuego sagrado del ideal moral, encendido al calor de los
grandes sentimientos; ha inquirido el bien y la verdad y como la verdad y el
bien no reconocen tiempo, ni pueblos, ni religiones, ha podido extender su
acción benéfica por todas partes, rompiendo los obstáculos formados a su
paso por las razas, naciones, los idiomas y las creencias”.

El Francmasón rinde culto al suelo en que vio la luz, ama a su patria; la lealtad
a su país de origen, es requisito esencial de los miembros de Francmasonería.

En cada pueblo de América fueron los Francmasones que dieron libertad a las
naciones del continente americano: Washington, Juárez, Bolivar, Sucre, San
Martín, y O’Higgins, entregaron todo su acerbo en bien de la Patria que los
vio nacer, por su libertad y su progreso.
El ex Gran Maestro García Valenzuela, en una alocución pronunciada en la
R:.L:. Morro de Arica Nº 29 Señalaba:

“No hay un movimiento de liberación y de edificación de una patria donde no


se encuentre una larga pléyade de hermanos a la cabeza de cada uno de estos
movimientos de emancipación, como el de la Alemania de 1813, la fundación
de los Estados Unidos de América del Norte, la emancipación de la América
del Sur

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